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Jacqueline Alzamora

201423039

EL VOTO EN COLOMBIA ¿MECANISMO DE PARTICIPACIÓN O DE


ABSTENCIÓN?

Colombia, como Estado Social de Derecho fundamenta sus actuaciones políticas y


participativas en el pueblo soberano, finalidad las decisiones gubernativas; a partir de estas
se genera tanto una sujeción total a la norma como la institucionalización de los que se
considera como beneficioso para el pueblo colombiano en relación a los derechos y garantías
que en su cabeza reposan. Con base a lo anterior, resaltarse la figura del ciudadano, siendo
que en este se concentra la responsabilidad sobre la participación democrática directa,
ampliada formalmente a través de la Constitución Política de 1991. En este sentido, la Carta
Política abre el camino hacia una mayor representatividad ciudadana mediante varios
mecanismos de participación tales como el plebiscito, el cabildo abierto, el referendo,
consultas populares y revocatorias de mandato. Sin embargo, indudablemente el voto o
sufragio debe ser el mecanismo de participación por excelencia, siendo que ha adquirido
mayor advertencia y reconocimiento por parte de la ciudadanía. Es a través del este
mecanismo que la democracia representativa ha logrado perpetuarse. Por tanto, y en
observancia a los considerables índices de abstencionismo electoral en la historia del país,
respecto del cual no existen consecuencias jurídicas, el presente ensayo abordará el voto
como mecanismo de participación en Colombia.

En primer lugar, el voto es un derecho reconocido por la Constitución para todo ciudadano,
en donde se abre un espacio decisorio para que este se pronuncie frente las propuestas
sometidas a su consideración y participen de la conformación y control del poder político.
Por tanto, corresponde a las autoridades estatales auspiciar los medios que faciliten el
ejercicio efectivo de este derecho, en un ámbito de transparencia y funcionalidad para su
desarrollo. Entre las principales características del voto es que más que un derecho es un
deber de la ciudadanía. De igual manera, se destaca por ser libre, en el sentido que no debe
encontrarse sujeto a presiones externas si no que debe primar la autonomía de cada ciudadano
para su ejercicio. Conexo a dicha autonomía de la voluntad se rescata el carácter secreto del
voto, el cual tiene esta característica para que su ejercicio no se vea permeado por la
revelación de preferencias externas. Paralelo a lo anterior, el sufragio es individual en un
sentido que este debe ejercerse de forma directa por cada ciudadano en las zonas designadas
por las autoridades mediante la expresión material conocido como el acto de votación en
urnas aisladas. El único requisito para ejercerlo es acreditar la identificación del elector y su
mayoría de edad. Aunado a las anteriores, el voto es electivo y participativo en cuanto que
las decisiones públicas e instituciones nacionales deben tomarse concorde a los resultados
electorales los cuales manifiestan la voz del pueblo. Por último y no menos importante, se
debe concebir el carácter universal del voto, patrimonio de todos los ciudadanos que cumplan
con las condiciones para elegir y ser elegido.
Por otro lado, como se mencionó brevemente en el párrafo anterior, no son muchos los
requisitos para ejercer el voto. Para ello se debe certificar la nacionalidad colombiana, la
mayoría de edad mediante cédula de ciudadanía y encontrarse en capacidad plena de ejercer
libremente los derechos civiles y políticos. A pesar de lo relativamente sencillo que resulta
ejercer el voto como deber y derecho, Colombia cuenta con altos índices de abstencionismo.
Si bien, en comparación a los últimos años el abstencionismo ha bajado, este continúa siendo
una problemática latente respecto la poca participación ciudadana directa. Lo anterior
constituye en mi opinión, una disfunción al sistema democrático, en el sentido que el
ciudadano teniendo la potestad de ejercer un acto soberano, decide tomar una actitud pasiva
y no hacerlo. Por ejemplo, de las últimas elecciones presidenciales que posesionaron a Iván
Duque a la presidencia del país, se puede observar que la participación ciudadana alcanzó un
53.38% de los votantes; ello equivale a que aproximadamente 17.147.226 colombianos se
abstuvieron de votar. A pesar de ser una cifra menor a las de años anteriores, sigue siendo
posible evidenciar un desinterés ciudadano a la hora de la influir en la toma de decisiones
democráticas. Con base a lo anterior, se puede constatar que las decisiones públicas se siguen
tomando por parte de determinados grupos a falta de una democracia plena.

Ante lo anterior, debe reconocerse que la abstención en muchos casos se utiliza para
manifestar oposición, frente una convocatoria en particular (Corte Constitucional. Sentencia
C-337 de 1997). No obstante, debe hacerse especial énfasis que, en materia de sufragio, la
abstención no logra ningún efecto jurídico en particular siendo más, bien un claro reflejo de
apatía por el certamen electoral convocado. Al respecto resulta interesante analizar las
razones por las cuales el desinterés electoral se ha naturalizado en Colombia. En primer lugar,
se puede decir que el ciudadano percibe una política falta de legitimidad, con fundamento en
las malas prácticas tales la corrupción, clientelismo, entre otras. Desafortunadamente la
corrupción es una parte altamente relevante en la clase política colombiana, y resulta ser un
contrapeso enorme para elevar esa desmotivación participativa. De igual manera, la
ciudadanía ha podido evidenciar que existen problemas de orden público, como lo son la
coacción de libertad, la quema de material electoral que se realizó en un pasado por grupos
guerrilleros, etc. En tercer lugar, la legitimidad política se ve afectada por divergencias en el
orden social, fundadas en mal manejo de recursos para satisfacer las necesidades básicas tales
como la salud, educación entre otros. En este aspecto, lo preocupante es la percepción de la
desigualdad de condiciones por parte del ciudadano, ya que siente que es poca la presencia
del Estado y por tal motivo no ejerce el derecho al voto conscientemente. Adicionalmente,
se puede argüir que por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil existe una falta
de pedagogía; si bien existen mecanismos de información disponibles, se señala que estos
resultan ser ineficientes a la hora de producir resultados concretos; un claro ejemplo de ello
es el número considerable de votos anulados o no marcados en las últimas elecciones,
llegando a la cifra del 10% de votos. La Registraduría debe pues, procurar ampliar el sistema
de proceso electoral con el fin de minimizar en lo posible los márgenes de error en la entrega
de resultados, tanto en tiempos como calidad de información suministrada al público que no
tiene acceso al internet. Así las cosas, y con base a los resultados evidenciados en las urnas,
sociológicamente podemos hablar de conductas de la ciudadanía que reflejan indiferencia e
inconciencia a la hora de votar.

En suma, uno de los mayores obstáculos que enfrenta el voto como mecanismo de
participación ciudadana redunda en la percepción del elector sobre las capacidades de los
candidatos a la hora de desempeñarse y garantizar la gobernabilidad del país. Asimismo, la
corrupción y la compraventa de voto se presenta como un gran inconveniente a superar en
esta materia, siendo que se contrapone al carácter libre y individual y secreto del voto. En
conclusión, la abstención electoral en Colombia obedece a múltiples factores, muchos de
ellos relacionados con la falta de garantías al ciudadano, el cual pone en duda la legitimidad
de sus mandatarios. Así, deben diseñarse mecanismos que se contrapongan al abstencionismo
como práctica social y a la pasividad de los electores. Un primer avance sería incentivar la
política nacional desde los diferentes niveles educativos, con el fin que la juventud
colombiana no se muestre apática respecto el ejercicio democrático en conjunto, si no que
tengan conocimiento respecto su poder soberano, decisorio sobre las cuestiones y normas
bajo los cuales se gobernará el país. La promoción del voto como derecho y deber ciudadano
debe entonces, ser asumido mediante cátedra, no sólo por los políticos sino también por los
primeros niveles de educación en Colombia para enfrentar los temores institucionales que
contra este mecanismo se presentan.

Bibliografía

Boneo , H., & Valverde, R. (s.f.). La Observación Internacional y Nacional de las


Elecciones. Obtenido de Contenido citado en página web de Misión de Observación
Electoral: http://moe.org.co/observacion-electoral.html
Carlos Ariel Sánchez. Derecho electoral en Colombia.
Corte Constitucional. Sentencia C-337/97. MP Carlos Gaviria Díaz.
David Altman (2005) Democracia directa en el continente americano:
¿Autolegitimación gubernamental o censura ciudadana?
Registraduría Nacional del Estado Civil (2018). Así participan los colombianos en
las elecciones presidenciales. Oficina de Comunicaciones y Prensa.
Misión de Observación Electoral. (Enero de 2011). Obtenido de Encuesta:
Percepción Electoral de los Votantes Colombianos:
http://moe.org.co/home/doc/encuesta/encuestamoe.pdf

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