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COLEGIO PARROQUIAL MIXTO

SAN PEDRO CHANEL


SULLANA

ME DIVIERTO LEYENDO
PROFESORAS RESPONSABLES: Rosa Elizabeth Abad Coello FECHA: 21-08-2018
Betzy Sánchez Espinoza
Rosmary Morales Carrasco
Elsi María Zapata Rosas.

MI NOMBRE: _______________________________________GRADO/SECCIÓN: 1° “A”_”B”_”C”_”D”

El niño y los clavos


En una pequeña aldea
alejada de la ciudad, vivía
un niño que se
caracterizaba por tener
muy mal carácter. No le
gustaba ser amable y casi
siempre se portaba muy
grosero con todos sus
padres y con sus amigos.
Un día su padre le pasó
una bolsa llena de clavos
y le dijo que cada vez que
se sintiera enojado
clavara uno detrás de la
casa en la cerca.

El primer día el niño clavó 37 clavos sobre la cerca, al día siguiente clavó
menos y cada día clavaba menos porque se daba cuenta que era mejor
controlar su mal genio que seguir con la tarea de clavar los clavos.

Finalmente llegó el día en que el niño no tuvo que clavar ni un solo clavo en la
cerca, por fin había controlado su mal genio y se sentía más feliz. Llevó la
bolsa con clavos a su padre y le dijo que ya no los necesitaba porque sentía
que ya no tenía un mal carácter.
Su padre lo felicitó y luego le sugirió que cada vez que controlara su mal genio,
sacara un clavo de la cerca en representación de que ya se sentía mejor. El
niño muy contento cada día sacaba más de 20 clavos hasta que en menos de
una semana logró quitarlos todos.

Al terminar de sacar los clavos corrió donde su padre para contarle y después
de felicitarlo, su padre le dijo: – Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar
los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la
cerca. Jamás será la misma.

Con eso te quiero enseñar que cuando haces o dices las cosas con mal
carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. No importará si
pides perdón o te esfuerzas por arreglarlo, la herida siempre estará allí y tendrá
una marca sin importar si es una herida verbal.

Por eso tienes que valorar a tus amigos, a tus padres y a todos los que quieren
tu bienestar. Ellos van a querer hacerte feliz, serán amables contigo, te
apoyarán y buscarán siempre que estés rodeado de cosas buenas.

El niño ese día aprendió una gran lección y desde entonces dejó a un lado su
mal carácter. Empezó a ser más amable y también encontró la felicidad.

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