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HAITÍ

DIÁSPORA Y ARTE

Fig. 1. Guyodo. Loa. Acrílico sobre aglomerado. 2007

ISABEL HUIZI CASTILLO


MAYO, 2010

1
Este texto forma parte de un esfuerzo por diseñar una propuesta de investigación con el
propósito de examinar procesos de construcción de las culturas y las artes pero, sobre todo, los
discursos visuales y la visualidad contemporánea, en el Caribe y Latinoamérica. Estas zonas
geohistóricas se han caracterizadas por su heterogeneidad, multiplicidad étnica, lingüística,
religiosa y cultural, así como por sus complicados procesos de hibridaciones, mestizajes,
transplantes, transculturaciones, fecundaciones y contaminaciones.

El Caribe, como área cultural heterogénea y diversa, recién comienza a pensarse a partir de los
años sesenta del siglo XX, a raíz de diversos intentos integracionistas por parte de estados y
gobiernos tanto de América Latina como del Caribe mismo. En el Caribe es posible observar, de
un modo intenso y problemático, procesos y realidades vividas por toda América Latina, pero con
una intensidad y diafanidad que se transparentan de una manera sorprendentemente clara. Es
más fácil ver en el Caribe que en otras zonas de nuestra América las secuelas, vestigios y ruinas
de la historia, como también los tesoros y riquezas culturales de estos pueblos que nacen
adquieren sus identidades en sus luchas defensivas contra las invasiones de la conquista europea,
a través de duros y complejos procesos de descolonización, guerras de emancipaciones,
neocolonialismos y nuevas descolonizaciones.

En este sentido, resultan particularmente interesantes los aportes del escritor y poeta martiniqueño
Édouard Glissant (Saint Marie, Martinica, 1928) quien ha reflexionado especialmente en su
ensayo El discurso antillano sobre la antillanidad, la negritud, la criollización, las relaciones entre
oralidad y escritura, la memoria, las diásporas y las mezclas lingüísticas, para intentar
aproximarse a la complejidad de lo diverso antillano a partir de su perspectiva de una "poética
de la relación".

Las ideas de Glissant promueven un pensamiento de archipiélago, fragmentado y abierto al


cambio y a múltiples posibilidades combinatorias que impiden el riesgo de solidificar
construcciones identitarias en un área geohistórica tan particularmente fluida y cambiante como la
caribeña, cuya constante ha sido, justamente, la mutación, la fragilidad y la inestabilidad.

Las principales líneas de investigación propuestas


En un proyecto aún a la espera de institucionalización para su desarrollo, hemos propuesto varias
áreas de una indagación exploratoria para la construcción de algunas contribuciones a la

2
conciencia de la importancia de lo caribeño, lo antillano y, específicamente, de lo haitiano, en la
configuración de las visualidades y las culturas visuales de amplias zonas de la cuenca cultural del
Caribe. Hasta la fecha, esas áreas son:

• Una de conjuntos de perspectivas teóricas sobre la Antillanidad, la Negritud y otros


sistemas y procesos de hibridación cultural que fluyen desde el Caribe hacia América
continental y viceversa.
• Una línea de indagación sobre la evolución de relaciones y determinaciones entre
configuraciones económicas, socioculturales y artísticas en la cuenca del Caribe y
Latinoamérica continental.
• Una de estudio del papel de factores como “raza”, clase social y género en los procesos
y determinaciones de los desarrollos culturales y artísticos en el Caribe insular y América
continental.
• Otra línea de estudio sobre factores que contribuyen a la desigualdad social y a la
configuración de rasgos sociales propios del escamoteo e invisibilización de diferencias y
semejanzas culturales derivadas del sistema de plantación esclavista, implantado en
países del Caribe y de América continental.
• Una línea de estudio los factores que presionan hacia los cambios socioculturales y las
transformaciones específicas que se dieron en las artes y las culturas del Caribe y América
Latina, como parte de los procesos de emancipación. Verificación de la hipótesis de que
ciertas condiciones propias de las sociedades esclavistas de plantación, habrían generado
condiciones específicas para la configuración de “culturas de la emancipación” en la
cuenca del Caribe.
• Y por último una gran área que indague, registre y catalogue tipologías de
mentalidades, sensibilidades y visualidades contemporáneas en el Caribe así como en las
sociedades de Latinoamérica en su área de influencia.

3
La antillanidad
El concepto de antillanidad fue forjado hacia fines de los años sesenta y nació de una
constatación: la sociedad antillana estaría enferma. Ella habría sufrido y sufriría aún, la
experiencia de políticas de colonización "exitosas”- las comillas indican la mirada crítica sobre
esta noción - en las que el éxito ha estado y sigue estando de parte de la acción metropolitana,
mientras que las que podemos llamar aún sus colonias, corren el riesgo de la pérdida de la
identidad.

El concepto de antillanidad entraña la idea de una “unidad antillana” como reconquista cultural e
identitaria, que incluye al sujeto caribeño. El escritor y poeta Édouard Glissant la piensa como
una voluntad de reconstituir los desgarramientos y heridas sociales, una forma de llenar las
lagunas de la memoria colectiva y de establecer relaciones fuera de los modelos metropolitanos
inculcados durante siglos. Dice Glissant:

No se repara la desgracia con palabras, pero las palabras refuerzan la memoria que flaquea,
la obligan a una permanencia agitada que nos endurece1.

El objetivo de Glissant es poner en escena lo "real antillano" a través de la historia común de la


plantación azucarera en el Caribe, a la que caracterizaron la compartimentación social, el color
de la piel, la herencia africana y las lenguas créoles.

El autor afirma la especificidad de las Antillas en su diversidad, su pluralidad de lenguas y de


historias. Por lo tanto, para este autor, la Antillanidad se propone como la construcción de una
identidad abierta, plural y fluida.

1 Glissant, Édouard. El discurso antillano, pp. 87

4
La negritud
Aimé Césaire (Basse Point, Martinica, 1913 – Fort de France, ibídem, 2008) acuñó el término en
1935 para reivindicar la identidad negra y su cultura. Leopoldo Sédar Senghor (Senegal, 1906-
2001) lo profundiza oponiendo la emoción negra a la razón helénica. Consigue la adhesión de
intelectuales franceses como Jean Paul Sartre (París, 1905-1980) quien definirá la negritud como
la negación de la negación del hombre negro.

Según Sedar-Senghor, la negritud es el conjunto de valores culturales de África negra. Para


Césaire:

(…) esta palabra designa en primer lugar el rechazo. Rechazo ante la asimilación cultural;
rechazo de una determinada imagen del negro tranquilo, incapaz de construir una civilización.
Lo cultural está por encima de lo político.

La criollización o creolización

Respecto al concepto de criollización o creolización, Glissant señala:

Yo llamo creolización a los contactos culturales en un lugar dado del mundo, que no se
producen por un simple mestizaje sino que son resultado de relaciones imprevisibles.

La noción de creolización guarda estrecha relación con lo que Glissant explica como "mundo-
caos", caracterizado no tanto por el desorden sino por la imprevisibilidad. Para el autor, el
mestizaje se puede prever no así la creolización. Si bien en la raíz de la palabra creolización
encontramos tanto la noción de créole, lengua oral que se formó por la mezcla de las lenguas
africanas y el francés, como también el concepto de lo criollo como lo nacido en América. Pero el
fenómeno de la creolización va más allá del plano lingüístico y territorial, pues se trata de un
fenómeno cultural que permite a Glissant observar vínculos culturales en un marco espacial
amplio, un "arco caribeño" que se prolonga desde el nordeste brasileño, pasando por las
Guayanas, las costas venezolana y colombiana, el sur de México, las Antillas, y todavía más,
según desarrolla el autor:

5
La creolización no permite comprender sino más bien intentar aprehender lo que pasa en el
mundo. Intentar penetrar y descubrir la creolización del mundo, es comenzar a luchar contra la
estandarización generalizada que alcanza a la economía, a lo social, a la cultura...

Desde esta perspectiva la creolización sería un fenómeno religador, que propone pensar las
relaciones respetando las diferencias frente a los riesgos de la estandarización que promueve la
globalización, como

(…) una manera permanente de luchar contra esa suerte de depredador invisible que es la
mundialización2.

Para el gran escritor antillano propuesto para el Premio Nóbel, la idea de negritud ha derivado
hacia otro término de importancia: La créolisation. Este sería un término sin traducción entre
nosotros hispanohablantes pues ni créole es exactamente "criollo", ni créolisation es lo que
pudiéramos concebir como "acriollamiento". No sólo porque la palabra antillana se refiere a la
mezcla de negro con blanco, lo que en otros países latinoamericanos llamaríamos
"amulatamiento", sino porque los "valores" vehiculados por lo criollo no tienen nada que ver con
la exaltación del mestizaje, considerado por Glissant, como una nueva y universal forma de lo
humano. "Creolizarse" - inventemos la palabra en castellano- no sería tampoco volcarse hacia lo
nacional, sino admitir que todos, en el mundo de hoy, somos mestizos. Dice Glissant:

Para mí la creolización no es el criollismo: es, por ejemplo, generar un lenguaje que teja las
poéticas, quizás opuestas, del créole y de la lengua francesa3.
Y se pregunta:
¿Qué es lo que yo llamo poética?
El contador criollo de historias se sirve de procedimientos que no pertenecen al espíritu de la
lengua francesa, que le son incluso opuestos; los procedimientos de la repetición, insistencia,
circularidad. (…) Las prácticas del listado (...) la acumulación precisamente como procedimiento
retórico, todo eso me parece mucho más importante desde el punto de vista de la definición de
un lenguaje nuevo

2 Ver Glissant, Op. Cit. Pp. 39


3 ibídem

6
Y pasa a definir algunos términos:
ANTILLAS: Tal vez estemos viviendo la conjunción de las culturas antillanas, el
anuncio de una civilización. Creo que el mar de las Antillas no encierra sino
que difracta. No impone el Uno, irradia desde lo Diverso.

HAITÍ (Santo Domingo). Probablemente [es] la nueva “tierra madre”, porque


solamente allí se han encontrado condiciones para la supervivencia
organizada y la afirmación política (revolucionaria) que emergió. La
desmesura del subdesarrollo y los excesos de los tonton macoutes han
causado la involución de ese país por debajo de toda evaluación posible.
Pero Haití conserva una fuerza generada por la memoria histórica, que todos
los antillanos van a necesitar algún día4.

La Pretensión del Uno


La idea del Uno, según Édouard Glissant, es un engaño. El Uno se esfuerza por esconder lo
múltiple del ser o, peor aún, es una exaltación mística que aniquila lo diverso. Además de ser una
variante de la concepción hegeliana del mundo, que omite al otro, situándolo a las puertas de la
historia universal, lo integra a un sistema de producción, el sistema capitalista. La intolerancia
tiene el mismo rostro que la avidez de beneficios. Los “descubridores” que nos invaden no vienen
a descubrir sino a apropiarse, a invertir y explotar tierras ajenas. Los conquistadores conquistan
mercancías y para ello establecen bancos, navegación de ultramar, trata de esclavos, minas,
monocultivos y comercio internacional en función de la acumulación de capital. En el
“descubrimiento”, entonces, sólo el mundo europeo descubre otros mundos. El choque de los dos
mundos en relación establece el mundo como “Uno”.

Glissant precisa en L’intention poétique:

Si examino a Occidente, veo que decididamente no ha cesado de concebir al mundo


inicialmente como soledad y, enseguida, como imposición5

4 ibídem
5 Op. Cit. 1969: 328.

7
Los períodos - o fragmentos6:
En una visión de archipiélago, de fragmentos, estos serían los que propone Glissant para los
estudios e investigaciones sobre El Caribe y sus sociedades coloniales:
1. El comercio de esclavos y el poblamiento de las islas de El Caribe y América continental
2. El sistema de plantación: esclavitud y servidumbre
3. La conformación de élites y pueblos: configuración de la estructura de clases en las
sociedades coloniales
4. La remolacha y la caña de azúcar que resultan en: el comercio triangular
5. La asimilación, fusión y creación de culturas
6. Las luchas emancipadoras
7. Las nuevas fusiones e hibridaciones contemporáneas
8. Las constantes migraciones
9. Los artistas, poetas y escritores contemporáneos

El comercio triangular
La trata de esclavos procedentes de la costa occidental de África dio lugar a un circuito
comercial que los historiadores han denominado el comercio triangular: los barcos negreros
zarpaban de Europa hacia África cargados de mercancías que intercambiaban por esclavos, los
cuales, una vez llegados a América, eran vendidos a los colonos, dueños de plantaciones. Con el
producto de la venta, los comerciantes negreros compraban productos tropicales: café, algodón,
azúcar, etc., que a su vez vendían en Europa. La duración del circuito completo era de 18 meses.
Para poder transportar el mayor número de esclavos, se solía habilitar a este efecto la
entrecubierta de los barcos en el diseño de barco negrero que ya conocemos.

Las sociedades de plantación


Por más de trescientos años, las sociedades del Caribe, y de gran parte de América continental,
fueron esencialmente sociedades de plantación. El sistema de plantación penetraba todos los
aspectos de la vida social, económica, cultural y política de las sociedades caribeñas y
latinoamericanas (incluyendo el Sur de los Estados Unidos). Durante este período, la esclavitud, y
su cultura, evolucionaron para llegar a ser componentes institucionales claves en las sociedades

6El carácter fragmentario de la historia de las sociedades coloniales está en que sus “períodos” están determinados siempre por “otras” historias,
nunca la propia.

8
caribeñas y latinoamericanas y fueron - y son aún hoy - factores determinantes en el desarrollo
cultural y artístico caribeño y latinoamericano.

El sistema de plantación ha sido visto por quienes lo han estudiado como sistema total: no sólo
económico sino sociocultural y político, que impactó completa y profundamente la formación de
las sociedades caribeñas y latinoamericanas y que, en este sentido, fue el origen de las
relaciones sociales y las culturas contemporáneas y, por lo tanto, de muchas de las actuales
expresiones artísticas de estas sociedades. En América no hubo sistemas de plantación sin
esclavos durante varios siglos. Tal como lo señala Aníbal Quijano:

En América la esclavitud fue deliberadamente establecida y organizada como


mercancía para producir mercancías para el mercado mundial y, de ese modo, para
servir a los propósitos y necesidades del capitalismo. Así mismo, la servidumbre
impuesta sobre los indios, inclusive la redefinición de las instituciones de la
reciprocidad, para servir los mismos fines, i.e. para producir mercancías para el
mercado mundial. Y en fin, la producción mercantil independiente fue establecida
y expandida para los mismos propósitos.
Eso significa que todas esas formas de trabajo y de control del trabajo en
América no sólo actuaban simultáneamente, sino que estuvieron articuladas alrededor
del eje del capital y del mercado mundial. Consecuentemente, fueron parte
de un nuevo patrón de organización y de control del trabajo en todas sus formas
históricamente conocidas, juntas y alrededor del capital. Juntas configuraron
un nuevo sistema: el capitalismo7.

Los sistemas esclavistas de plantación


Los sistemas esclavistas de América eran de tres tipos:

1) El anglosajón, al cual le faltaba una tradición esclavista efectiva, una legislación esclavista
propia e instituciones religiosas que se ocuparan efectivamente de la espiritualidad del esclavo
negro.

7 Quijano, Aníbal. Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina, pp. 219.

9
2) El lusoibérico, que tenía una tradición y una legislación esclavistas y una instancia religiosa que
creía que el esclavo tenía una alma trascendente a su condición de objeto de comercio y
propiedad y que, por consiguiente, defendía su “personalidad moral”, y

3) El francés, que ocupaba una posición intermedia con falta de tradición y legislación esclavistas
anteriores y con presencia de la religión católica que racionalizaba y tranquilizaba la conciencia
del amo en relación con la propiedad del esclavo.

La plantación esclavista
El término plantación se aplica tanto a las unidades de producción agrícola para el comercio
(mercado externo) que utilizaban esclavos traídos de África, como a las plantaciones bananeras
del siglo veinte del tipo de las que son propiedad de empresas transnacionales como la “United
Fruit Company”, que opera en Centro América. Es un hecho que el término “plantación” y, sobre
todo, “plantación esclavista”, sugiere una forma de organización de la producción bien definida,
más homogénea, sin duda, que la de la “hacienda” extremadamente heterogénea en el tiempo y
el espacio. El historiador R. T. Smith8 propone que:
• Cada plantación constituye una unidad separada.
• Cada plantación era una unidad de producción.
• Cada plantación dependía de insumos provenientes del mundo exterior y tenía que hacer
venir sus productos del mercado exterior para poder existir. Estos vínculos se orientaban
a lugares como Europa, África y Norteamérica.
• La plantación no se reproducía a sí misma, dependía de la importación de nuevos insumos
que venían del exterior: más esclavos de África o de otras islas antillanas, artesanos y
administradores europeos o de otras procedencias.
• Ervin Goffman9 denominó a la plantación “institución total” y concluye que cada
plantación se basta a sí misma en cuanto a sus operaciones. Es casi completamente
independiente del resto de las economías y cada plantación es, de hecho, una “institución
económica total”.

8 Nacido en el estado de Georgia en 1947, pasó su infancia en North Carolina y estudio y reseñó la vida en el Sur de los Estados Unidos. Fue
poeta laureado y fue nominado para el Premio Pulitzer de poesía en 1996.
9 Ervin Goffman (Alberta, Canadá, 1922-1982).Sociólogo y escritor y uno de los fundadores de la microsociología.

10
• Inmannuel Wallerstein10 propone que la plantación se sitúa en las fronteras del
feudalismo y del capitalismo europeo y que, por más esclavos que tuviera, no es un modo de
producción esclavista, ya que no produce ni reproduce a amos y esclavos.

• La plantación, según Wallerstein, sería una empresa del modo de producción capitalista,
en la cual se obtiene una producción de capitales industriales a partir de capitales
comerciales. Se trata de un momento característico del proceso de acumulación primitiva del
capital.

Características de la agricultura de plantación esclavista


Primero, estructuralmente, una plantación esclavista comprendía, por lo menos, dos sectores
agrícolas articulados: un sistema esclavista dominante, productor de mercancías destinadas a
los mercados europeos y un sistema campesino subordinado al primero, ejercido por los mismos
esclavos a través de su trabajo autónomo en lotes dados en usufructo y, eventualmente, por otros
trabajadores dependientes todo vinculados a procesos de producción de alimentos y mercancías
agrícolas.
En segundo lugar, las fuerzas productivas tenían un nivel relativamente bajo, caracterizándose
por la utilización extensiva e intensiva tanto de recursos naturales como de la fuerza de trabajo.
La economía de plantación exigía un cierto desarrollo de la especialización y de la división del
trabajo entre los esclavos, pero ello se reducía al mínimo necesario y predominaba la
cooperación simple en múltiples tareas.
En el nivel macroeconómico, la lógica del sistema de agricultura en la plantación esclavista era
inseparable de la del capital mercantil en su conjunto. El carácter colonial de la economía se
ponía de manifiesto en el tipo de división del trabajo entre Europa y las colonias americanas, y
en la falta absoluta de control de estas últimas sobre el mercado y la venta de sus propios
productos de exportación.
En el nivel microeconómico, la rentabilidad de la empresa esclavista dependía, sobre todo, de:
a) La minimización de los costos para el mantenimiento del esclavo.
b) Un grado máximo de autosuficiencia en el ámbito de los insumos locales aunque
siempre eran necesarios insumos importados.
c) La concentración de los recursos disponibles en esclavos y medios de producción
específicos, necesarios para la producción de ciertos tipos de mercancías cuya
10 Inmannuel Wallerstein (Nueva Cork, 1930) Sociólogo norteamericano que formuló la teoría del “sistema-mundo”.

11
naturaleza era determinada por la lógica global del capital mercantil. La coyuntura
favorable de tales productos era un factor de peso para el éxito de la empresa.

Por último, hay que considerar los mecanismos principales de reproducción de las relaciones de
producción y del proceso de acumulación de capital, que estaban constituidos por:
a) La trata africana de esclavos como mecanismo básico para proveer la fuerza del
trabajo necesaria, y
b) Lo que se llamaba el “tratamiento” que había que dar a los esclavos y que consistía
en: vigilancia, represión, mecanismos integradores al orden esclavista, despojo de
identidades de origen, asimilación a la cultura del amo, evangelización, etc.

El azúcar en el Caribe y Haití


El azúcar fue la mercancía más valiosa intercambiada a través del comercio internacional entre
América y Europa, antes que el petróleo llegara a ser el primer recurso energético en todo el
mundo. Desde el siglo XVI hasta el XVIII, la producción de caña de azúcar fue el sector principal
exportador de las economías de las islas del Atlántico y el Caribe así como de Brasil. Las
industrias de la caña de azúcar en América se transformaron mediante una fusión de viejas y
nuevas fuerzas de producción, a medida que la economía internacional del azúcar incorporaba
nuevas áreas de producción en Asia, el Pacífico y África. La importancia del azúcar en la
economía global y su íntima relación con el colonialismo ofrecen el contexto para el estudio de
las sociedades coloniales y sus culturas en el Caribe y América continental, especialmente en la
era colonial y postcolonial, a partir de 180011.

En la historia de la producción caribeña de azúcar, Haití presenta dos características particulares:


Primero, a principios del siglo XVI, en el período de la colonización española, Haití es el primer
territorio del continente americano donde se estableció la plantación azucarera esclavista. Y en
segundo lugar, con la colonización francesa en el siglo XVIII, Haití llega a ser el mayor productor
mundial de azúcar. Esta especificidad significó que allí se diera la mayor concentración de
esclavos africanos, plantaciones esclavistas e instalaciones agromanufactureras.

11Ver: Ulbe Bosma, Juan A. Giusti-Cordero y G. Roger Knight (eds).Sugarlandia revisited. Sugar and Colonialism in Asia and the Americas, 1800-
1940. Oxford / Nueva York: Berghahn Books, 2007 y Ortiz, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. Caracas, Biblioteca Ayacucho,
2007.

12
La diáspora haitiana12
La diáspora haitiana contabiliza alrededor de 2.5 millones de personas distribuidas de manera
aproximada entre los siguientes países:
• Estados Unidos de América 1.150.000
• República Dominicana 750.000
• Canadá 250.000
• Francia y sus territorios en el continente americano 180.000
• Bahamas 65.000
• Resto del Caribe 100.000

La historia de la diáspora haitiana se remonta a los inicios del siglo XX cuando se produce la
primera ola de trabajadores agrícolas haitianos que emigra hacia los campos de caña de Cuba
y de la República Dominicana durante la década de 1930. En ese entonces, Haití se encontraba
bajo la ocupación estadounidense y los campesinos haitianos, desposeídos de sus tierras en
beneficio de grandes concesiones a empresas multinacionales, partieron de manera masiva en
búsqueda de trabajo en otra parte. Lo que generalmente se denomina la “diáspora haitiana
moderna” nace alrededor de 1962, con la extensa fuga de cerebros y de cuadros, en un
principio, en dirección hacia el occidente de África y luego hacia Québec, en Canadá. Coincide
con el endurecimiento del gobierno de François Duvalier y, a partir de ese hecho, integra en su
interior a un núcleo de activistas del cual algunos miembros aún hoy forman parte de la clase
política haitiana.

De septiembre de 1991 a finales de 1994, sólo la base estadounidense de Guantánamo, en


Cuba, recibió a más de 30,000 refugiados haitianos que huyeron de la represión del gobierno
militar que derribó al ex-presidente Aristide. Para los demás países del Caribe no existen cifras.
Las relaciones del Estado haitiano con la diáspora haitiana en la República Dominicana, en las
islas Bahamas, en los territorios franceses en América y en los demás países del Caribe, se
inscriben en el marco de la Comisión Mixta Haitiana-Dominicana creada desde 1999 y en el
marco de las negociaciones de los países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM).

12 Baptiste, Alix. Proyectos institucionales de acercamiento y programas gubernamentales destinados a la diáspora. En


http://meme.phpwebhosting.com/~migracion/rimd/coleccion_america_latina/relaciones-estado2/RelacionesEstado2_12proyectosin.pdf

13
Las relaciones entre el Estado haitiano y la diáspora deben analizarse, aún hoy, a la luz de los
problemas políticos que, desde 1986, prácticamente nunca dejaron de existir en ese país.

Nos dice este autor que:

De los haitianos que viven en el exterior, la mayoría está en la República Dominicana,


Estados Unidos, Canadá, principalmente en Montreal. También, pero en menor cantidad,
viven en Francia, Antillas francesas, Turcos y Caicos, Jamaica, la Guyana Francesa, Cuba,
Venezuela, México y Panamá.

En Estados Unidos hay hoy aproximadamente 600.000 haitianos, más de 100.000 en


Canadá, aproximadamente 800.000en la República Dominicana y cerca de 80.000
haitianos viven en las Islas Bahamas. En Estados Unidos, la mayoría de los haitianos habitan
en el sur de Florida, principalmente en Miami. La ciudad de Nueva Orleáns, en el estado de
Luisiana, tiene muchos lazos históricos con Haití, que se remontan a los tiempos de la
Revolución Haitiana. La ciudad de Nueva York tiene la segunda mayor población haitiana
de los Estados Unidos y otras ciudades americanas que cuentan con significantes poblaciones
de haitianos como son los casos de Boston, Nueva Jersey, Washington D.C. entre otras. Hay
también grandes comunidades haitianas en Montreal, Québec, París, La Habana, Kingston y
Ciudad de México13.

Los artistas haitianos


Son una de las principales fortalezas espirituales del pueblo haitiano y contribuyen en gran
medida con la conservación de la memoria histórica y la identidad cultural haitiana.

Sus obras son resultado no sólo de su asombrosa capacidad creadora, sino que también se nutren
de la inspiración del pasado, es decir, de esa memoria histórica que está viva en sus obras. Son
artista que, a la vez que celebran festivamente la diversidad, dan también testimonio de la
capacidad del país para superar dificultades.

Los artistas haitianos sintetizan, revisan y recrean constantemente tradiciones iconográficas


ancestrales, tanto las procedentes del vudú como de las religiones y culturas opresoras y de las

13 Op. Cit. P .337

14
epopeyas históricas. En sus obras exploran tanto los símbolos nacionales como las figuras de sus
héroes como el libertador Toussaint L’Ouverture y del patriota Jean-Jacques Dessalines.
Igualmente, observan a través ópticas diversas y formidables las manifestaciones de su
contemporaneidad, creando una diversidad de visualidades propias a través de formas
autónomas y particulares de mirar y representar las imágenes de la realidad que los circunda.

Hay datos que señalan que Haití tendría el mayor número de artistas y poetas por habitantes en
el mundo. En este país el arte está presente en todas partes.

Todos sabemos que el día 12 de enero de este año 2010, a las 16: 53 hora local, se produjo un
terremoto grado 7 en la escala Richter, que devastó casi totalmente grandes zonas urbanas y
suburbanas de ese país. El epicentro estuvo muy cerca de la capital, Puerto Príncipe, y tuvo
varias réplicas muy fuertes. Medios y periodistas de todo el mundo se volcaron a reportar la
situación catastrófica de Haití después del terremoto y esta es la voz de una de estas reporteras:

Sospecho que, dada la magnitud de los daños y la magnitud de la participación de EE.UU. en


los esfuerzos de socorro y de reconstrucción del terremoto, Haití no va a desaparecer de las
páginas de los principales medios de comunicación en la forma en que otras historias lo han
hecho. Pero va a ser un tipo diferente de cobertura, en la que no necesariamente destaquen las
historias locales.

Otro de nuestros objetivos fundamentales, por lo tanto, es poner de relieve la necesidad de


voces locales en esa mezcla y aumentar las oportunidades de las comunidades afectadas por el
terremoto de ser escuchadas y entendidas por las personas que trabajan y reportan sobre la
recuperación -un grupo que incluye a las instituciones haitianas y a los medios de comunicación,
así como a los organismos internacionales. No esperamos que sea fácil: Haití es un lugar
complejo y el daño al país ha sido grave14.

Horas después del catastrófico terremoto del 12 de enero que devastó Puerto Príncipe y otras
partes de Haití, los bloggers de todas partes del Caribe empezaron a responder y comentar.
Para el día siguiente, a medida que la dimensión del desastre se hacía más clara —un estimado
sugería que un tercio de la población del país de 10 millones de personas podría haber sido

14 Georgia Popplewell, para Global Voices.

15
afectada, con víctimas que se cuentan por decenas de miles— los bloggers caribeños estaban
ocupados publicando actualizaciones y llamados a sus lectores para apoyar los trabajos de
auxilio.

Uno de los proyectos artísticos más interesante del Haití posterremoto es el llamado “Bienal del
Gueto” que se propone como un “Salón de Rechazados del siglo 21”. Este proyecto se propone
también como una narración de exposiciones, lo que altera exclusiones convencionales en la
escena artística, así como una toma de consciencia sobre los sistemas de poder artístico global,
los centros de producción artística, y la transmisión cultural. Propone a artistas de todas partes
del mundo viajar a Puerto Príncipe, Haití para participar en la Bienal de Gueto, porque es
importante la participación de muchos artistas en un diálogo crítico sobre arte y globalización.
Actualmente, existen aproximadamente 10.000 ONG que operan en Haití, todas ellos
respaldados por los intereses y el financiamiento de los EE.UU., Francia y Canadá. Muchas de
estas ONG están inmersas en la producción agrícola. Las unidades de producción agrícola
resultantes de estas “ayudas” son parte de la industria global de la ayuda económica. Durante el
período de la Bienal aparecerán las naranjas y mandarinas producidas con la ayuda de las
ONG, como Oingo o las Odong, parodias de las ONG, a través de las cuales los artistas ponen
de manifiesto las contradicciones sistemáticas y las disfunciones de estas “Organizaciones no
Gubernamentales”. Como preparación para la Bienal, los artistas comprarán naranjas y
mandarinas en los mercados locales. Tatuarán imágenes de obras de arte en los cítricos que se
muestran en la Bienal, además de hacerlo sobre los cerdos criollos, empaques de arroz y azúcar
y en sacos y botellas “Cointreau”. A medida que la Bienal se inicie, se crearán 20 altares
(organizados sobre montones de fruta tatuada), preferentemente en los espacios públicos
altamente transitados de Puerto Príncipe, siempre que sea posible y según las limitaciones de la
Bienal. Durante la Bienal de que funcionará como un equipo de uniformados, uno de nosotros
sigue los tatuajes de imágenes en los cítricos y luego procedemos al montaje de los altares
mientras que otros regalan frutas tatuadas e interactúan con los transeúntes a través de un
traductor que le permite comunicarse en créole y en inglés.

16
ANEXO 1
ESQUEMA DE LA DIÁSPORA HAITIANA

17
ESQUEMA DE LA DIÁSPORA
(Tomado de Eduard Glissant y modificado por Isabel Huizi)

AMERICA CONTINENTAL EL CARIBE ÁFRICA


Musulmanes
salsa reggae Artistas, poetas y
negros escritores INDEPENDENCIAS AFRICANAS

Literatura del contemporáneos


Antillanidad
Poder Negro
Nicolás Guillén
René Depestre
Renacimiento Aimé Cesaire
de Harlem calypso Fanon y el
Fernando Ortiz DESCOLONIZACIÓN: África Negra,
José Lezama Lima Tercer mundo
Madagascar y Argelia
Indigenismo
haitiano
Negritud Negritud
Inmigración Toussaint
Antillana Africana
Urbanización
Proletarización
Lumpen-proletariado de Marcus Garvey
negro en los a los líderes antillanos del
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Marcus Garvey Retorno a África:


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