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Xenakis, Iannis - Musica Electroacustica PDF
Xenakis, Iannis - Musica Electroacustica PDF
Apunte biográfico
Durante la ocupación por parte del general Mataxas, y más tarde durante la ocupación
nazi, Xenakis se enroló en los grupos comunistas de resistencia y estuvo a punto de
morir por la explosión de una bomba que le cambió la fisonomía de media cara y le dejó
inútil un ojo.
Después de esos hechos Xenakis terminó la carrera de ingeniería y se fue a Paris, donde
un golpe de suerte le brindó la posibilidad de trabajar para Le Corbusier, con quien
colaboraría durante años (1947-1960) primero como ingeniero pero poco a poco
asumiendo más responsabilidad en los proyectos, hasta entablar una gran amistad que
sería clave (tal vez el origen mismo) para las investigaciones que Xenakis desarrollaría
acerca de la relación entre música y arquitectura. Los dos proyectos de Le Corbusier en
los que Xenakis tuvo un papel creativo importante fueron el convento de “La Tourette”
(1955) y sobretodo el pabellón Phillips proyectado para la exposición universal de
Bruselas de 1958.
El primer contacto que Xenakis tuvo con la Música Electroacústica1 fue a raíz de enviar
la partitura de Metastaseis al laboratorio de la RTF dirigido por Pierre Schaeffer2. Al
parecer la partitura le fue devuelta porque Schaeffer no sabía leer música, pero más
tarde y con la ayuda de una carta de recomendación de Messiaen (que había colaborado
ya con el grupo) pudo trabajar allí, interesándose enseguida por la naturaleza del sonido
(análisis, síntesis, transformaciones, etc.) más que por aspectos compositivos de carácter
pragmático. Su gran interés en este campo le llevaría en1965 a fundar y a presidir hasta
su muerte el CEMAMu (Centre d’études de Mathématique et Automatique Musicales)
que en el año 2000 cambiaría su nombre para pasar a ser el CCMIX (Centre pour la
Composition Musicale Iannis Xenakis).
Además a lo largo de toda su vida llevó a cabo una labor pedagógica de gran
importancia, difundiendo sus ideas e inventos. Fue profesor de la Universidad de
Indiana, fundador del Center for Mathematical and Automed Music (CMAM), etc.
A finales de los años 70 ciertas obras presentan trabajo sobre áreas tonales y una riqueza
expresiva mayor, más exuberante, como un nuevo romanticismo. Hay obras basadas en
un conjunto muy reducido de notas (Épéi, por ejemplo) es decir: no solo utilizó
procesos estocásticos o matemáticos en general.
1
en esos momentos y en París tal vez aún “Música Concreta”.
2
Parece que Xenakis envió la partitura a muchas personalidades de la época, como H.Strobel, el
prestigioso D.Mitropoulos, Scherchen etc.
2. Introducción a la música electroacústica de Xenakis
La obra electroacústica de Xenakis representa una pequeña parte de su producción
global, pero ha sido muy influyente tanto por los aparatos que él diseñó como por los
procedimientos empleados. Podemos agrupar sus obras electroacústicas en cuatro partes
fundamentales:
La primera obra compuesta con el sistema UPIC fue “Mycenae Alpha” (1978); Xenakis
la concibió como parte de uno de sus espectáculos llamados “Polytope”, concretamente
el “Polytope de Micènes”3. En la fotografía siguiente vemos una página de la obra que
representa un minuto de música aproximadamente.
3
Ver comentario sobre la obra en el apartado 3.
3.Comentarios a partir de la experiencia auditiva de las obras
electroacústicas de Xenakis
En los comentarios que siguen expongo mis análisis auditivos y opiniones personales
aunque en los casos en que he tenido acceso a ellos4 también he incluido información
proveniente de los libritos de los CD’s consultados.
4
Algunas piezas me las he bajado de Internet.
5
Aunque por supuesto el resultado de toda obra musical parte de una investigación personal y lo que nos
ocupa aquí no es cuál es el criterio para cualificar de “música” o “estudio” a un fragmento sonoro, sí que
me refiero a la intención de quien crea, es decir, según mi opinión los “ejercicios” o “estudios” de la
primera etapa de la música concreta eran producto de la necesidad de conocer un medio nuevo más que
de una necesidad creativa.
Orient-Occident (1960): cinta. Duración 12’. Encargada para una película de la
UNESCO dirigida por Enrico Fulchignoni. Su evolución narra el paso d’una
civilización a una otra, de la prehistoria al tiempo d’Alejandro Magno. La obra
comienza con lo que parece un sonido de cítara muy grave, tal vez ralentizado.
Aparecen sonidos lejanos, tenidos y divagantes, como si fueran “ecos de otro lugar”.
Este ambiente entra en conflicto con otro tipo de sonidos que irrumpen el espacio;
parecen salidos de un proceso industrial, mucho más percusivos y de colores metálicos.
En el primer plano (el inicial) aparecen ahora unos ritmos regulares, mientras el
segundo plano sigue con sus intervenciones. Parece que efectivamente durante toda la
obra se ejemplifican esos dos planos, uno nos recuerda a oriente y el otro a occidente.
Se suceden los elementos ya descritos hasta que vuelven a dominar los sonidos largos y
lejanos y parece que el conflicto mengua. Poco a poco nos acercamos a sonoridades más
sensuales (sonidos de agua, ausencia de interrupciones etc.) hasta que llegamos a una
parte final bastante reverberada donde todo es paz. Un pulso suave (parece salido de un
submarino pero probablemente es una gota de agua transformada (¿?). También
aparecen sonidos de “viento electrónico” como si se acercara una tormenta. Y ahí llega
lo más sorprendente: el final; parece “mal acabada”, la primera cosa que se me ocurre es
que en CD sólo hay un fragmento, pero en todo caso no lo indica en ningún lado.
Además, justo antes de terminar, en el minuto 10’47’’ me parece oír una voz haciendo
un pequeño canto (de 1’’ de duración!!) cuando en toda la obra no han aparecido
voces... es un poco desconcertante la sensación de que la obra termina “porque alguien
baja el volumen”!
Bohor (1962): cinta. Duración 21’30’’. Dedicada a Pierre Schaeffer (tal vez a sabiendas
que sería la última obra que realizaría en su estudio del GRM), que por otro lado parece
que no la valoró mucho: “Bohor es, como a mínimo (quiero decir como máximo) el
fuego de los bosques primigenios. Ya no son pequeñas brasas (concret PH) es una
acumulación ofensiva al máximo de los potenciómetros.” Y ciertamente el fauvisme de
Xenakis llega con esta pieza a ciertos límites que solo ciertas obras instrumentales
posteriores como Persephassa superarían: un extraordinario continuo sonoro
ensordecedor que, en cierta manera, hace sentir al l’oyente como si estuviera
escuchando las campanas colocándose dentro de ellas. Es sorprendente, además, el
estatismo tímbrico: uno se esfuerza para encontrar elementos que evolucionen, que
cambien, “algo” que pase, pero se queda con la sensación de un proceder circular,
propio de un estado de meditación, o de alguna reflexión sobre el tiempo de John
Cage... la ausencia de dramaturgia (es decir forma) es casi total. Hacia la mitad de la
pieza aparecen por debajo de la textura metálica imperante unos sonidos largos que
parecen salir de unos trombones o similares, a los que se añaden más tarde ciertos
sonidos distorsionados más agudos. Después desaparecen y reaparecen etc. Es una obra
realmente enigmática: ¿cuál fue su intención? Está claro, en todo caso, que Xenakis
aplica un concepto con severidad, es decir, no parece una obra intuitiva si no más bien
la aplicación de un cálculo (aunque si es así, pienso que en otros casos el “cálculo hecho
sonido” resulta ser mucho más interesante que en esta obra).
Kraanerg (1968-69): ensemble (23) y cinta. Duración 75’. La versión a la que he tenido
acceso se encuentra dividida en 41 partes la mayoría muy cortas (1’ aprox.). No se si la
obra está concebida así ya que el discurso musical queda fragmentado6. En todo caso
me parece una obra muy interesante tanto por el inmenso trabajo instrumental (por
6
He conseguido la versión por Internet.
ejemplo en las cuerdas hay abundancia de técnicas como col legno, glissandos,
ricrochet, pizz., y combinaciones entre éstas) como por el tratamiento de la
electroacústica, es decir, los dos mundos se complementan con gran eficacia sin que se
les confiera una función esencialmente diferente. Hay algunas partes concertantes ya sea
de secciones enteras (como los metales al inicio de la obra o en la parte 7) como de un
instrumento a solo (como el trombón en la misma parte 7). La obra me hace reflexionar
sobre la naturaleza electroacústica de ciertos sonidos puramente instrumentales, por
ejemplo las texturas de pizziccati de cuerdas, o de battutto col legno etc. Tal vez es
simplemente porque se alejan del sonido tradicional del instrumento en cuestión y por
esa razón nos producen una “desubicación” respecto de la fuente sonora que es propia
del campo electroacústico7, aunque en todo caso también hay una plasticidad sonora
propia de éste, los sonidos se deforman, tienden hacia, se alejan o se mueven de
izquierda a derecha; procedimientos adoptados por la música instrumental
posteriormente.
Persepolis (1971): cinta. Duración 56’. Xenakis colocó luces entre las ruinas de la
antigua ciudad iraní para permitir al público pasearse por entre ellas durante el
espectáculo. Además había un grupo de niños con antorchas que describían una línea de
luz vista a lo lejos, y láser. El compositor definió esta obra como un símbolo visual,
paralelo al sonido y dominado por éste. El sonido, la música debe prevalecer. La verdad
es que parece que no tiene mucho sentido escuchar sólo la parte musical de este
montaje... además es realmente árida: 56 minutos de un sonido bastante uniforme
(aunque hay zonas en las que el timbre cambia un poco, en general no se puede hablar
de nada que contraste mucho...), estridente, un tanto agresivo a la escucha: el sonido que
ejemplifica el ruido de la historia, decía el autor. Recuperamos pues un poco la
sensación al escuchar Bohor: un estatismo que parte de una textura muy compleja (con
multitud de pequeños elementos) y que produce un cierto cansancio auditivo (me parece
innegable). Aún así, me imagino paseando por las ruinas de la ciudad, con todo el
montaje de luces etc., y pienso que debía de ser una experiencia muy interesante. En
ciertos momentos (min 21’) aparecen voces lejanas que en medio de ese escenario
podrían oírse como almas perdidas de los antiguos habitantes del lugar...
7
Pierre Schaeffer en un “Tratado de los objetos musicales” fue el primero en desarrollar este tema
ampliamente.
Polytope de Cluny (1972): para cinta con 8 canales. Duración 24’. Es la parte sonora
de un audiovisual. Se estrenó en la gran entrada de los baños romanos del Museo de la
Edad Media de Cluny. Hay siete pistas de audio y la 8ª es para dar instrucciones a una
Ampex T.M.8, un controlador digital que también servia para controlar las partes
visuales del espectáculo. La mayoría de los sonidos provienen de grabaciones de
instrumentos africanos, orquesta, ruidos etc. los otros fueron generados por ordenador
mediante funciones matemáticas. Se utilizaron ordenadores de la Universidad de Paris,
del Franlab-Informatique, y un convertidor de analógico a digital que el CNET (Centre
National de Télécomunications) construyó para el CEMAMu. No se utilizó ninguna
señal proveniente de un oscilador. El procedimiento básico utilizado consiste en
sobreponer capas multiplicando las pistas de la cinta. La obra empieza con lo que
parecen unos contrabajos bajo tierra, y en seguida entran unas campanitas (como de
templo budista) bastante agudas. El sonido grave parece un terremoto. Aparecen
también sonidos de puertas metálicas chirriantes y distorsionadas. Hacia el minuto
3’30’’ oímos algo parecido a unos rugidos de león. En general la sonoridad es bastante
“siniestra”, un poco de película de terror. Las campanitas budistas cobran un aire hasta
cierto punto irónico. Las puertas chirriantes entran en diálogo “paneadas” casi
totalmente a un extremo o al otro. De hecho, hacia el minuto 7’30’’ casi solo sale por la
derecha (al escuchar con dos canales!!, tal vez en la versión a 8 salía por 2 o 3...).
Aparece un nuevo sonido hacia 8’40’’, parecido a unos golpes y rascadas con objetos de
madera, y percusiones en algún instrumento tipo xilofón o marimba pero que parece “no
occidental”. En esencia esos son los timbres que se mezclan en un proceso de
acumulación infinito que llega hasta una sensación de textura caótica con la parición de
unos glisandos de ruido blanco cada vez más y más fuertes y amplios en registro hasta
llegar repentinamente al silencio más impresionante que he escuchado jamás. De nuevo
un final desconcertante.
La légende d’Eer (Diatope) (1977-78): cinta de 8 pistas. Duración 55’. En este caso se
trata de un Diatope, por lo tanto habría un componente más a parte de la música. El
inicio súper agudo es, sin embargo, bastante atractivo, es decir, me quedé enganchado
escuchando; durante los primeros 6 minutos Xenakis trabaja con procesos de agitación
de esos sonidos largos y lejanos (en distancia y diríamos que en frecuencia!)
consiguiendo un ambiente muy peculiar. Hacia el 6’40’’ se abre una franja de
frecuencias más graves y el ritmo de los acontecimientos aumenta considerablemente,
hasta que ya ha aumentado tanto que volvemos a la sensación de cierta inmovilidad que
teníamos en el inicio8. La mayoría de sonidos son muy reverberados. La sensación es la
de una evolución siempre muy lenta, que en general se densifica hasta que cambia (por
ejemplo en el minuto 19 más o menos, aparecen una especie de sonidos de gamelan que
protagonizan todo el proceso posterior); entonces con los nuevos colores aparecidos
empieza un tratamiento similar. A partir de más o menos el 13’30’’ aparecen los
primeros sonidos saturados, que irán invadiendo el campo sonoro hasta hacer la textura
bastante agresiva. También aparece un ruido blanco bastante amplio (no muy filtrado).
No he podido escuchar nada a partir del minuto 36 porque se cortó la conexión (de
internet) y ya no la recuperé.
Mycenae Alpha (1978): para UPIC. Duración: 9’54’’. Fue estrenada en 1978 como
parte del Polytope de Mycenae, un espectáculo de luz, movimento y música, que
utilizaba como escenario la Acrópolis de Micenas. Encontramos en ella un predominio
8
Cuando la complejidad es tal que no podemos percibir cada pequeño elemento, pasamos a escuchar el
conjunto como un nuevo y único elemento “global” y mucho más simple.
evidente, por enésima vez, de las trayectorias glisando. Hay timbres que me recuerdan a
sonidos radiofónicos tipo interferencias o algo así. También parece haber ruido blanco,
aunque me pregunto como se debe dibujar una onda de ruido blanco con el UPIC, tal
vez se consigue superponiendo ondas diferentes (y desfasadas) muchísimas veces... el
caso es que el ruido blanco aparece y se hace “solista en toda una parte central de la
obra. Realmente se aprecia como filtrajes en ámbitos reducidos de ruido blanco dan
timbres parecidos al de un grupo de personas cantando, o en el extremo agudo a un
grupo de violines... El final de esta obra parece cortado, como si estuviera a medias, y
además, al menos en el CD del que dispongo (que es el doble del CCMIX), “mal”
cortado. Eso nos deja con la sensación de que la obra continúa, no la hemos escuchado
toda (aunque tal vez eso es simplemente cierto teniendo en cuenta que era la parte
sonora de algo que seguramente duraba más de 10 minutos...).
Pour la paix (1981): para cinta (2 pistas) duración: 26’35’’; la versión completa incluye
un coro, dos recitantes y la parte electroacústica (que está realizada en el CEMAMu
(con el sistema UPIC) y en el GRM). Los textos son de Françoise Xenakis. Hay 10
fragmentos corales a 8 voces mixtas, que entonan palabras como “mourir”, “pleureront
les morts” etc. Esta obra es lo que generalmente clasificamos como un “poema sonoro”.
Las voces (tratadas en muy pocas ocasiones) pronuncian claramente un texto que habla
de los horrores de la guerra (ella como narradora y él como soldado que sufre las
situaciones reales) mientras la parte electroacústica se encarga de dar una dimensión
sonora a los pensamientos y situaciones que emanan de la historia. Abundan los sonidos
saturados, algunos imitando explosiones, y en general una dureza en los timbres que no
necesita de ninguna justificación (en este caso el texto da la pauta). Esta obra, a
diferencia de por ejemplo Bohor, pide una concentración constante para captar cada
frase, cada pequeña novedad, pero todo avanza con un tiempo suave, como un cuento;
una sensación que recrudece los hechos que acontecen en la trama.
Voyage absolu des Unari vers Andromede (1989): para cinta (2 pistas). Duración:
15’30’’. Trabajada con el sistema UPIC en el CEMAMu. Se trata de un viaje espacial
en un futuro lejano hacia la galaxia de Andrómeda, con diversos episodios durante el
periplo por los espacios siderales. Utiliza patrones fijos en loop. Predominio total de
trayectorias glisando (ya no se si es necesario decirlo) pudiendo ser aplicadas a las
alturas o a otros tipos de variables (flangers y demás...). en cierta manera es, pues, una
obra descriptiva. Cerramos los ojos y nos imaginamos mirando por la ventana de una
nave espacial etc. Todo tiene una sonoridad realmente “sideral”. A nivel tímbrico no me
parece que haya nada muy remarcable, aunque sí nos vamos encontrando en diferentes
situaciones sonoras que nos remiten a paisajes electrónicos interesantes. Al final parece
que los motores de nuestra nave se apaguen lentamente
S.709 (1994): cinta. Duración 7’. La obra ilustra las posibilidades del GENDYn: tanto
los sonidos como la evolución de la pieza eran inéditos en el momento de su creación.
De principio a fin oímos un solo sonido bastante saturado y granuloso de naturaleza
claramente sintética que se desplaza por el espacio sonoro como una especie de insecto
electrónico que en ocasiones se para a beber o algo parecido. En ocasiones se producen
ciertos giros hacia el ruido blanco.
9
Aunque por supuesto como toda generalización este comentario tiene algo de falso.
4.Conclusiones y opinión personal
Después de escuchar prácticamente toda la obra electroacústica de Iannis Xenakis, cabe
suponer que uno pueda sacar sus conclusiones personales aunque, como tales, puedan
alejarse de las ideas del compositor.
En primer lugar yo destacaría la abundancia de los glissandi en todas las obras, algo que
siendo un proceso muy sencillo, ilustra el interés de Xenakis por la idea de “procesos de
transformación presenciados”10, es decir, trayectorias gráficas cuya evolución es
audible; es un poco como meterse dentro de las leyes de la naturaleza (tendríamos que
decir “dentro de las leyes matemáticas que explican el funcionamiento de la
naturaleza”) y transportarlas al territorio sonoro. Ahí me parece reconocer el espíritu
científico de Xenakis, es decir, parece que tiene más la intención de descubrir algo que
de inventarlo...
Por otro lado algunas obras de Xenakis aún no estando concebidas para complementarse
con otros medios, son igualmente estáticas (por ejemplo Bohor), pero supongo que eso
tiene que ver más con la recia aplicación de un concepto que con una ambientación o
complementación. Y en relación a esa mirada a lo conceptual (que proviene de los
planteamientos estéticos de Xenakis, ligados a la ciencia) cabe una reflexión bastante
generalizable:
10
Transformación es también la traducción al español de Metastaseis.
olvidar, además, la disparidad de opiniones “subjetivas” a que puede dar lugar una sola
pieza, eso ya sería una discusión sobre el gusto).
En todo caso me parece que la música de Xenakis “ilustra conceptos”, y eso de entrada
la hace muy interesante “sobre la mesa”; por otro lado el resultado sonoro de los
mismos es, desde mi punto de vista, a veces extraordinario (Metastaseis, Jonchaies,
Lichens, Akea, etc. etc.) y a veces muy árido; uno se puede sentir en medio de una
especie de desierto no sólo expresivo sino también discursivo.
Desde mi punto de vista, la cuestión del interés sonoro vs. interés conceptual, subyace a
todos los planteamientos estéticos de la música, y especialmente a la música de los
siglos XX y XXI.
5.Bibliografía
Aunque he consultado los libros que enumero a continuación, este trabajo se ha basado
en la escucha de las piezas más que en la lectura.
Varios Autores. Xenakis. Edizioni di Torino. Torino 1988. bajo la dirección de Enzo
Restagno.