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Háblale a tus células

Si acaso, mi amigo, tu salud flaquea


¡háblale a tus células con honda emoción!
pídeles que cumplan bien con su tarea
y que restablezcan su óptima función.

Dirígete a ellas de forma serena


y con la inflexión que mejor te cuadre
con el tono dulce de una madre buena
o con la firmeza con la que habla un padre.

Pero siempre hazlo de manera suave


como si le hablaras al ser más querido
porque en el amor reside la clave
para que el mensaje sea correspondido.

Y diles las frases que surjan de adentro


las que más te nazcan desde el corazón:
“Vuelvan mis amadas a su justo centro
recobren ya mismo su alta perfección.

Restauren ahora la exacta plantilla


de nuestro perfecto diseño inicial,
recuperen, niñas, la Luz que más brilla
la de nuestra impronta completa y cabal.

Las amo, pequeñas, y les agradezco


que aquí en éste instante reciban mi amor
y que restablezcan lo que me merezco:
que mi Ser recobre todo su esplendor.”

Cuando tu sostienes con suave insistencia


ese sentimiento de alta apreciación
creas un efecto llamado “coherencia”
en el magnetismo de tu corazón.

Y como ese campo se halla conectado


con el vibratorio campo universal
nos responde siempre, si le hemos hablado
con su propio idioma “el emocional.”

Ellas, de ese modo captan tu mensaje


perciben la carga que lleva tu acento
y vibran felices de darle hospedaje
al amor que envías con tu pensamiento.
Y así agradecidas de que al fin les hables
con tanta ternura, con tanta atención,
responden veloces a tu trato amable
apurando el curso de tu curación.

¡Háblales amigo con genuino afecto


y mientras les hablas siéntete sanado
saludable, fuerte, vital y perfecto,
con tu cuerpo entero todo iluminado!

¡Haz que este cariño se torne ostensible


haz que lo transmita tu tono de voz
y te darás cuanta que no hay imposibles
para aquel que asume que es parte de Dios!

Jorge Oyhanarte www.poesiasdelanuevaenergia.com

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