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Quinto Semestre
Grupo: B
Tercer Parcial
Ciclo escolar
2012-2013
CARTA DE LA TIERRA
En que consiste
La Carta de la Tierra es el principal intento de redactar una Carta Magna o constitución del
planeta.
La visión con documento muestra que la ó del medio ambiente, los derechos humanos, el
desarrollo equitativo de los pueblos y la paz son interdependientes e indivisibles. Todos
los problemas están relacionados con: los ambientales, los sociales, los económicos, los
políticos y los culturales, lo cual invita a promover soluciones que los tengan en cuenta
conjuntamente.2
La Carta de la Tierra trata de proporcionar una base ética y democrática para la sociedad
global del siglo XXI, sobre la convicción de que hay otras formas de globalización más allá
de la perspectiva económica y del beneficio a cualquier precio.
La declaración fiesta y cree que se puede vivir y disfrutar la Tierra sin destruirla y a causar
daño a las comunidades y seres vivos que la habitan. "El proceso requerirá un cambio de
mentalidad y de corazón", afirma el texto en su final.
Puntos relevantes
Al ser la Carta de la Tierra una declaración internacional de visiones y principios para un
comportamiento sostenible y solidario en este siglo, es normal que se produzcan debates o
discrepancias en algunos puntos.
Cuando la Comisión de la Carta de la Tierra aprobó en el 2000 la versión final del documento, se
reconoció que el diálogo global sobre los temas que aborda la Carta debía continuar.
Otros temas de debate, más concretos: la posición de la Carta respecto a las discriminaciones
sociales por motivos de género o de orientación sexual, respecto al aborto, y respecto a las
políticas de planificación familiar.
Organización
La Iniciativa
Como red civil, quienes participan en la Iniciativa tienen libertad y autonomía plenas para
desarrollar actividades de promoción y desarrollo de las propuestas de la Carta. La Iniciativa no
tiene una organización propia como tal ni se rige en ningún sentido formal.
La Iniciativa no es una organización de afiliaciones, con suscriptores o miembros que paguen una
cuota de aportación. En lugar de ello, se insta a un respaldo comprometido a la Carta, exhortando
a las personas y organizaciones que ven la utilidad que tiene la declaración a desarrollar la
Iniciativa.
La organización central, o Carta de la Tierra Internacional (CTI) tiene una estructura muy simple.
Está formada por el Consejo de la Carta de la Tierra (Earth Charter Council) y la Secretaría
internacional. La CTI se creó en 2006 como parte de una reorganización y ampliación de las
actividades de la Carta de la Tierra.
El Consejo está integrado por 23 miembros de varios países, copresidido en 2009 por Steven C.
Rockefeller, (EUA), Razeena Omar (Sudáfrica), y Brendan Mackey (Australia). Establece objetivos,
políticas y estrategias para la CTI.
La Secretaría internacional de la Carta de la Tierra está situada en San José de Costa Rica, en el
campus de la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas.
Financiación
Desarrollar la Iniciativa
Poner en práctica los principios y esperanzas de la Carta a escala de sociedad global no es algo
posible en base a un número limitado de personas u organizaciones. Es una tarea horizontal,
amplia, que requiere la aportación de ciudadanos, asociaciones e instituciones de todos los
sectores y países, a todos los niveles y cada vez en mayor número. Es una tarea de todos, o no es.
También puede darse un respaldo formal a la declaración a través de una adhesión o aval moral,
en el sitio web de la Carta. En él es posible igualmente inscribirse como voluntario/a de ella, y
colaborar en proyectos horizontales como traducciones, recaudación de fondos, patrocinios,
materiales de comunicación, presentaciones, y cartas a empresas, gobiernos e instituciones.
Otra forma de hacerlo es participar en alguno de los grupos de trabajo temáticos de la Iniciativa.
Principios
El texto de la Carta está estructurado en torno a 4 principios básicos o angulares, desplegados en
16 principios generales, desarrollados y complementados a su vez en 61 principios de detalle o de
apoyo. Todos ellos van precedidos de un Preámbulo, y finalizan con un texto de conclusión (El
camino hacia adelante).
4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y
futuras.
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y, cuando el conocimiento sea
limitado, proceder con precaución.
10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo
humano de forma equitativa y sostenible.
11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y
asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la
dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de
los pueblos indígenas y las minorías.
13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y
rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y
acceso a la justicia.
"Asegurar que la belleza de la Tierra se preserve para las generaciones presentes y futuras". (Principio
4 de la Carta). Isla de Praslin, Seychelles.
"Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo" - (El
camino hacia adelante - Texto final de la Carta)
La ciudad de San Francisco (California, EUA) desde Twin Peaks, en la puesta de sol.
Contar con una declaración de gran belleza, bien estructurada en principios y propuestas,
de amplia aceptación.
Con una difusión universal, y reconocida informalmente por prácticamente todos los
gobiernos.
Respaldo de líderes internacionales y personalidades significativas en apoyo de la Carta de
la Tierra.
"Cuidar la Tierra y la diversidad de la vida"
Profundización del uso de la Carta en la educación.
Presencia de la Iniciativa en América y Asia – Pacífico.
Recomendaciones
La Carta no menciona en ningún lugar las creencias personales. No puede ni quiere remplazarlas,
ni siquiera en lo ético, porque no es su función y porque las respeta absolutamente. Son asuntos
de la esfera privada de cada persona.
La Carta de la Tierra - que desea ser útil para gentes de todas las fes y culturas - no hace referencia
a Dios debido a que muchas personas no participan de esta creencia y a que además tradiciones
religiosas importantes (budismo, por ejemplo) y muchos humanistas no utilizan este tipo de
lenguaje. Además el ámbito de la Carta no es el religioso ni el de la fe personal.
Quienes profesen creencias de tradiciones cristianas, islámicas, hindúes o judías, entre otras,
pueden interpretar la cita respecto a “la reverencia ante el misterio del ser” como “la reverencia
ante Dios”. Otras personas o grupos no lo harán así. Las dos posturas son legítimas, desde la óptica
de la Carta, que quiere ser válida para ambas partes.
La referencia de la Carta “al todo más grande, del cual somos parte” ha sido traducida por algunos
como alusión a un posible panteísmo filosófico. Si la palabra “todo” se hubiera escrito con
mayúscula en ella, podría haber dado pie a ese tipo de especulaciones. No es el caso. Claramente,
la Carta se refiere aquí al universo. Su campo de proyección no es el filosófico.
En realidad, todas estas controversias sobre cuestiones espirituales en la Carta son un tanto
artificiales. Aunque legítimas, responden preferentemente a coordenadas ideológicas de una
minoría fundamentalista y radical, no a problemas o situaciones reales de las personas.
Desvían, además, deliberadamente la atención fuera de la finalidad esencial del documento: lograr
un mundo sostenible, solidario, libre, justo y pacífico.
La declaración es un texto lleno de sentido común, elaborado para ser útil a toda la humanidad en
estos tiempos críticos. No se ha hecho para alimentar polémicas doctrinales ni etéreas discusiones
sin sentido, sino para ayudar a resolver problemas muy concretos e inaplazables.
Agenda 21
En que consiste
El Programa 211 es un acuerdo de las Naciones Unidas (ONU) para promover el desarrollo
sostenible, aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo (CNUMAD), que se reunió en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992. Este acuerdo
se firmó junto con la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y la Declaración
de principios relativos a los bosques. El Programa es un plan detallado de acciones que deben ser
acometidas a nivel mundial, nacional y local, por entidades de la ONU, los gobiernos de sus
estados miembros y por grupos principales particulares en todas las áreas en las que ocurren
impactos humanos sobre el medio ambiente.
Puntos Relevantes
En principio, la Agenda 21 debe contemplar tres aspectos: la sostenibilidad medioambiental, la
justicia social y el equilibrio económico. Todas ellas dependen de la participación ciudadana. No es
posible la Agenda 21 sin la participación de la ciudadanía, aunque alentada de manera efectiva por
los poderes públicos y las diferentes asociaciones públicas o privadas.
Son muchos los temas que trata la Agenda 21. En cuanto a los temas más estrictamente
medioambientales son, entre otros, la protección de la atmósfera, la planificación y la ordenación
de los recursos de tierras, la lucha contra la deforestación, contra la desertificación y la sequía, el
desarrollo sostenible de las zonas de montaña, el fomento de la agricultura y del desarrollo rural
Como vemos, cualquier comunidad puede poner en marcha su propia Agenda 21 Local siempre
que se logre la participación de las fuerzas sociales que la componen.
Agenda 21 es una expresión acuñada en la Cumbre de la Tierra (Río, 1992) para referirse al Plan de
Acción que los estados deberían llevar a cabo para transformar el modelo de desarrollo actual,
basado en una explotación de los recursos naturales como si fuesen ilimitados y en un acceso
desigual a sus beneficios, en un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de las
generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras. Es lo que se ha
denominado desarrollo sostenible, es decir, duradero en el tiempo, eficiente y racional en el uso
de los recursos y equitativo en los beneficios.
En el documento final de las Naciones Unidas de hace diez años, se dedicaba un capítulo -el 28- al
papel de las ciudades en este ambicioso deseo de cambio. Se reconocía tanto la responsabilidad
de las ciudades como su capacidad de transformación. Como se ha dicho en alguna ocasión, pocas
veces unas breves líneas de una declaración formal han suscitado una reacción tan entusiasta.
Hoy, más de 5.000 ciudades de todo el mundo están elaborando sus Agendas Locales 21, a través
de mecanismos de participación de la comunidad local, a fin de establecer objetivos compartidos
para contribuir localmente al desarrollo sostenible de la sociedad planetaria. Las Agendas 21
Locales son una buena concreción de la vieja máxima ecologista "pensar globalmente y actuar
localmente".
Barcelona ha sido una de las ciudades activas en este movimiento y culmina ahora la elaboración
de su Agenda 21. En este artículo pretendemos comunicar las características de un proceso que ha
sido complejo y estimulante. Las dimensiones de Barcelona como una gran ciudad en el contexto
europeo hacen que ésta sea, sin duda, una experiencia interesante para analizar y compartir.
En 1995 el Consejo Plenario del Ayuntamiento de Barcelona decidió adherirse, por unanimidad, a
la Carta de Aalbörg. Esta Carta era una respuesta local al desafío que habían lanzado las Naciones
Unidas y suponía una proclama que, en el ámbito europeo, generaría un amplio movimiento local
para impulsar las Agendas Locales 21. Se trata, a diferencia de lo que a veces son las declaraciones
internacionales, de un manifiesto innovador, atractivo en su redactado y claro en sus propósitos.
Parte de un reconocimiento de la responsabilidad de las ciudades especialmente del mundo
occidental en la actual situación (por concentración demográfica; por consumos de bienes,
servicios, energía y territorio y constata la capacidad de las ciudades para contribuir al desarrollo
sostenible, desde una posición privilegiada para favorecer la participación, la concertación y la
movilización de esfuerzos y recursos. Uno de los compromisos concretos de los signatarios de la
Carta de Aalbörg (hoy ratificada por 1.200 ciudades europeas) era "tratar de llegar a un consenso
en el seno de nuestras comunidades sobre una Agenda 21 de alcance local antes de finalizar el año
1996".
Éste era el primer paso concreto del proceso de elaboración de la Agenda 21 de Barcelona. La
experiencia, en nuestra ciudad y en la mayoría de las ciudades -exceptuando algunos casos de
países nórdicos-, demostraría el valor de la Carta de Aalbörg como detonante de un proceso y, a la
vez, la inviabilidad del calendario previsto. Contenidos, metodología y calendario tendrán una
relación tensa a lo largo de estos procesos, por su propia ambición, y Barcelona no es una
excepción.
La composición del Consejo tiene una importancia especial: existe un equilibrio buscado entre
representantes de la Administración, del mundo empresarial, de los sindicatos, de las asociaciones
cívicas y del movimiento ecologista, y de las universidades, así como un grupo de expertos a título
individual.
Durante los años 1998 y 1999 se constituyen trece grupos de trabajo temáticos formados por
diferentes miembros del Consejo que elaboran, buscando el consenso, un diagnóstico sobre cada
ámbito, formulan unas propuestas de futuro y, en algunos casos, sugieren también indicadores de
seguimiento. La tarea de estos grupos de trabajo interdisciplinarios es el núcleo principal de los
trabajos de la Agenda 21: más de 2.000 horas de trabajo voluntario, más de 500 propuestas de
diferente tipología y magnitud.
En el año 2000 el Consejo adopta estos documentos como "Materiales para el debate" y aprueba
realizar una fase de participación ciudadana, que significa abrir el trabajo del Consejo a otras
organizaciones y agentes y al conjunto de la ciudadanía. Ésta es una decisión de gran
transcendencia, puesto que es ambiciosa. El Consejo será, al final del proceso, el órgano con
capacidad decisoria para aprobar los contenidos finales.
Estructura y contenido
Los temas fundamentales de la Agenda 21 están tratados en 40 capítulos organizados en un
preámbulo y cuatro secciones así:
1. Preámbulo
9. Protección de la atmósfera
13. Ordenación de los ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de montaña
17. Protección de los océanos y de los mares de todo tipo, incluidos los mares cerrados y
semicerrados y de las zonas costeras y protección, utilización racional y desarrollo de sus recursos
vivos
19. Gestión ecológicamente racional de los productos químicos tóxicos, incluida la prevención del
tráfico internacional ilícito de productos tóxicos y peligrosos
20. Gestión ecológicamente racional de los desechos peligrosos, incluida la prevención del tráfico
internacional ilícito de desechos peligrosos
21. Gestión ecológicamente racional de los desechos sólidos y cuestiones relacionadas con las
aguas cloacales
23. Preámbulo
24. Medidas mundiales en favor de la mujer para lograr un desarrollo sostenible y equitativo
26. Reconocimiento y fortalecimiento del papel de las poblaciones indígenas y sus comunidades
Extender el debate a la ciudadanía parecía imprescindible para la solidez del proceso. Elaborar una
Agenda 21 lo más participada posible no sólo la legitima, sino que sobre todo permite que un
número más importante de personas interiorice su importancia y haga suyos sus objetivos. Al
mismo tiempo, sin embargo, aparecen dificultades evidentes, como son la dimensión de la ciudad,
el escaso conocimiento ciudadano del proceso y de la compleja temática o el tiempo disponible,
relativamente limitado.
Ventajas
El documento Criterios y propuestas para la participación ciudadana de la Agenda 21 de Barcelona,
elaborado por el Equipo de Análisis Político de la Universidad Autónoma de Barcelona, aportó
tanto las bases teóricas del proceso como pautas operativas en relación con las fases y los
instrumentos para hacerlo posible. La propuesta del documento marco para el desarrollo del
proceso de participación se puede sintetizar en los elementos siguientes:
El periodo de debate se inició oficialmente el día 3 de abril de 2001, con un acto solemne en el
Aula Magna de la Universidad de Barcelona, en el que el alcalde de la ciudad y presidente del
Consejo presentó públicamente el proceso de participación ciudadana y el material que se ponía a
disposición de todo el mundo para ser discutido: Hacia la Agenda 21 de Barcelona. Documento
para el debate.
A partir de aquel momento, diversas iniciativas en muchos frentes a la vez hicieron poner en
marcha y avanzar progresivamente la propuesta participativa por toda la ciudad. Se trabajó en la
distribución del documento para el debate y en la divulgación del proceso en más de 500
entidades, que fueron invitadas a adherirse a él; se creó el web www.bcn.cat/agenda21; se
mantuvieron reuniones con colectivos significativos; se programaron debates temáticos en
formato de "Diálogos" entre personas relevantes en las cuestiones abordadas; se abrió un foro
virtual en el web de la ciudad; se realizaron miles de encuestas sobre prioridades; se organizaron
tres sesiones de prospectiva; se lanzó el programa Agenda 21 Escolar, específico para centros
educativos; etc.
Recomendaciones
En lo que se refiere al Capítulo 28 del El Programa 21(o Agenda 21) crea la Institución llamada
“Programa 21 Local” o Agenda 21 Local (denominado así posteriormente en ambos casos por el
mismo Dr. Maurice Strong, Secretario General de las Cumbres de Estocolmo 72 y Río 92).
Lo que se viene intentando hacer por Agenda 21 Local no coincide, según algunos, con el
mencionado Capítulo 28.
10. Reducir el impacto del entorno urbano sobre el planeta y promover la cooperación
internacional.