Está en la página 1de 6

Introducción

La infección por Parvovirus B19 es una rara complicación infecciosa de los trasplantes de órganos.
Su prevalencia es de 1-2% durante el primer año en la población infantil y probablemente mucho
menor en adultos. El síntoma principal es anemia, pero a veces se ha observado leucopenia y
trombocitopenia [1].

El parvovirus B19 es un virus relativamente uniforme, sin envoltura, presenta simetría icosaédrica,
de 20 a 25 nm de diámetro, con ADN de cadena única de 5,596 nucleótidos de longitud, que es
empaquetado como cadena positiva o negativa en igual proporción. Esto es consecuencia de su
peculiar forma de replicación, que origina un intermediario replicativo (ADN de doble cadena)
gracias a la existencia de terminales 3´ palindrómicas de 383 nucleótidos, que son empleadas
como iniciadores para la síntesis de una cadena de ADN positiva, a partir de la que se origina la
cadena negativa en la que emplea ADN polimerasa celular. Formando en un principio un
concatámero, que será replicado para producir un tetrámero, que por acción de una
endonucleasa, se producirán 2 cadenas positivas y 2 negativas. El parvovirus se replica únicamente
en células en división, y tanto la replicación como la trascripción, se efectúan en el núcleo de la
célula infectada, en donde se acumulan proteínas no estructurales y se realiza el ensamblaje del
virión.[4]

Las manifestaciones comunes de infección son eritema infeccioso en niños o artropatías


postinfección que afectan principalmente a adultos, y el virus se ha implicado en un espectro cada
vez mayor de otras patologías diferentes, entre ellas la miocarditis, la encefalitis y las
enfermedades del tejido conectivo. La infección en el embarazo puede transmitirse al feto, lo que
puede causar la muerte fetal y / o la hidropesía fetal [3].

Se ha demostrado que B19 puede persistir, en niveles bajos, en individuos inmunocompetentes


hasta 6 a 40 meses después de la infección, lo que implica que la detección de ADN B19
ultrasensible no es adecuada para la identificación en plasma debido a la detección de unidades de
plasma virémicas, aunque no infecciosas [2].

Antecedentes

El parvovirus humano B19 es un virus patógeno humano, miembro del género Erythroparvovirus
en la familia Parvoviridae. La infección está muy extendida y puede asociarse con una amplia gama
de patologías y manifestaciones clínicas, cuyas características y resultados dependen de la
interacción entre las propiedades virales y el estado fisiológico e inmune de los individuos
infectados [3].

Los Parvovirus son virus pequeños, no encapsulados, de una sola cadena de ADN, que infectan a
varios animales y al hombre. De los dos que infectan al hombre, sólo el B19 es patógeno. En los
sujetos inmunocompetentes causa el eritema infeccioso o quinta enfermedad exantemática de los
niños y puede producir también crisis aplásicas y artritis. En estos pacientes la anemia suele ser
leve y transitoria, pero en los sujetos inmunosuprimidos puede ser grave y persistente, como
consecuencia de la dificultad que tienen estos individuos para producir anticuerpos. La anemia es
debida a que el virus tiene tropismo por las células precursoras eritroides, ya que éstas tienen un
antígeno P que se comporta como un receptor para el Parvovirus B19. El virus provoca la lisis de
las células infectadas en la médula ósea. En ocasiones se observa afectación de otros órganos y
sistemas, como miocarditis, vasculitis y hepatitis [1].

En los sujetos normales, la transmisión del Parvovirus B19 se realiza a través de las secreciones
respiratorias (fundamentalmente), de la sangre y de la orina. Por este motivo, la infección es muy
frecuente y aumenta con la edad, de tal manera que los sujetos mayores de 50 años tienen
anticuerpos IgG en un porcentaje de un 75% o más. En los trasplantes también se ha descrito
infección nosocomial y transmisión por el órgano trasplantado [1].

El parvovirus B19 es el agente causante de múltiples enfermedades humanas, incluida la pérdida


fetal extensa y la enfermedad grave o incluso la muerte en individuos inmunocomprometidos. Si
bien la infección viral puede ocurrir a través de secreciones respiratorias o sangre o productos
sanguíneos contaminados, la carga viral precisa requerida para iniciar la infección es desconocida
[2].

El PCR es el método más sensible del que se dispone para la búsqueda de ADN. Por este
procedimiento, pueden ser detectadas entre 1.6 × 103 unidades internacionales por mililitro
(UI/ml) de ADN de parvovirus B19, en la que 1 UI de ADN de parvovirus B19 equivale a 0.65
genomas, usando electroforesis y tinción con bromuro de etidio, para visualizar el producto
amplificado. El resultado puede ser incrementado de 10 a 100 veces cuando se acompaña de
técnicas de hibridación y del uso de sondas con alta especificidad.[4]

El diagnóstico clásico de la infección se realiza mediante el examen histológico e histoquímico del


aspirado de médula ósea. Este método es relativamente agresivo. La detección de anticuerpos IgM
o IgG (si el paciente es seronegativo) es de poca utilidad, pues suele ser negativa en los trasplantes
de órganos. Aunque no hay estudios lo suficientemente amplios que confirmen su utilidad, la
determinación seriada del genoma en sangre periférica puede ser un buen método de diagnóstico
y de monitorización de la infección. Para algunos autores, la detección del genoma viral en plasma
es un método muy específico [1].

Justificación

Se ha determinado que los pacientes inmunocomprometidos, en este caso receptores de


trasplante de riñón, pueden ser infectados por el parvovirus B19 por medio de infección de
manera oportunista conduciendo a que el paciente padezca de anemia crónica, aplasia de células
rojas, complicaciones en la aceptación del órgano externo hasta el rechazo total del trasplante.
Por lo tanto se medirá la incidencia de la presencia de este virus para en pacientes para así optar
en la realización de un análisis para la detección de este virus de manera recurrente dentro del
análisis de “cajón” al momento de medicar al paciente después de la operación.

Hipótesis

La mayoría de la población estudiada se detecta la presencia de parvovirus en sangre y por lo


tanto se debe de optar por un tratamiento antiviral

Objetivos

Detectar la presencia de parvovirus en pacientes que obtuvieron un trasplante de riñón.


Identificar la cantidad de pacientes que tienen la presencia de parvovirus.

En caso de que exista un resultado positivo en los análisis de los pacientes, optar por un
tratamiento de antiviral.

Incluir la detección de parvovirus B19 como un análisis de básico para pacientes que obtuvieron
un trasplante de órgano para reducir las probabilidades de rechazo por parte del organismo.

Objetivos generales

Objetivos específicos

Metodología

Para el diagnóstico del Parvovirus se realizó una amplificación genómica (PCR "nested") en plasma
del paciente inmediatamente antes, durante y después de los síntomas clínicos.

Para 15 μL de reacción se preparó una Master Mix que contenía 0.2 μL de Dream Taq polimerasa,
1 μL de Primer FW (10 μM), 1 μL de Primer RW (10 μM), 5 μL dNTPs (2 μM), 5 μL de Dream Taq
Buffer 10x y 37 μL de agua; tomando en cuenta un volumen final de 20 μL, se toman 19 μL de
Master Mix y se añade 1 μL de muestra. La rampa de amplificación de 200 pb constó de un paso a
95°C durante 3 minutos, 35 ciclos a 95°C durante 30 segundos, 55°C durante 30 segundos y 72°C
durante 25 segundos, y un paso final a 72 °C durante 5 minutos. El producto amplificado se puso
de manifiesto en una electroforesis en gel de agarosa al 1.5% y se visualizó bajo luz UV.

Resultados

 Gel #1

Orden correspondiente Resultado

M014 -
M013 -

M012 -

M011 -

M010 -

M008 -

M007 -

M006 -

M005 -

M004 -

M003 -

M002 -

M001 -

Control - -

Control + +

Marcador

 Gel #2

Orden correspondiente Resultado

N006 -

N005 -

N004 -

N003 -

N002 -

Control + -

Control - -

N001 -

Marcador

Continuación gel #2
Orden correspondiente Resultado

N010 -

N009 -

N008 -

N007 -

Control - -

Control + +

Marcador

 Gel #4

Orden correspondiente Resultado

Q006 +

Q005 +

Q004 +

Q003 +

Q002 +

Q001 +

Control - -

Control + +

Marcador

Continuación gel #4

Orden correspondiente Resultado

Q011 +

Q010 +

Q009 +

Q008 +

Q007 +
Control - -

Control + +

Marcador

Discusión y conclusión

Los casos descritos en la literatura de infección por Parvovirus B19 en los trasplantes de órganos
sólidos son escasos, pero es posible que la infección sea más frecuente de lo que se diagnostica, ya
que en ocasiones remite espontáneamente. Por otra parte, la presencia de infecciones víricas en
pacientes inmunodeprimidos probablemente indica un estado de sobreinmunosupresión.

No existe tratamiento específico de la infección, por lo que la primera medida a tomar debe ser la
disminución de la inmunosupresión. En ocasiones la supresiónde los antimetabolitos es suficiente
para vencer la infección. En la mayoría de los casos, la administración de gammaglobulinas
inespecíficas IgG resuelve el problema.

La detección del genoma viral en plasma permite realizar un diagnóstico y tratamiento precoz,
evitando la administración de transfusiones sanguíneas innecesarias, y posiblemente la realización
de una biopsia ósea.

La PCR es un método rápido, no agresivo y económico de diagnóstico y seguimiento de la infección


y de la monitorización del tratamiento.

Bibliografía

[1] S. Melón , M. de Oña , J. Álvarez Grande , A. S. Laurés , E. Gomez Huertas. Infección por
parvovirus B19 en trasplante renal. Diagnóstico por detección del genoma viral en sangre
periférica. NEFROLOGÍA. Vol. XXV. Número 1. Febrero 2005, páginas 0-102.
[2] P. Daly, A. Corcoran, B. P. Mahon and S. Doyle. High-Sensitivity PCR Detection of Parvovirus
B19 in Plasma. JOURNAL OF CLINICAL MICROBIOLOGY, Junio 2002, p. 1958–1962 Vol. 40,
No. 6
[3] Elisabetta Manaresi, Ilaria Conti, Gloria Bua, Francesca Bonvicini, Giorgio Gallinella. A
Parvovirus B19 synthetic genome: sequence features and functional competence. Virology.
Volumen 508, Agosto 2017, Páginas 54-62.
[4] Rafael García Gonzáleza , David Basilio Hernándezb , Aurora Hernández Ramírez.
Diagnóstico de laboratorio del parvovirus B19. Revista de la Facultad de Medicina de la
UNAM. Septiembre 2011

También podría gustarte