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Diferencias y desigualdades
- En segundo lugar, la desigualdad estructurada está relacionada tanto con el orden social como con el
cambio. Los sistemas de desigualdad se perpetúan, se reproducen, y los actores sociales formamos
parte de esos mecanismos de reproducción. Pero, también, los sistemas de desigualdad se destruyen,
se disuelven o se vienen abajo, en buena medida a causa de la acción de los elementos más
dinámicos de este sistema. Desigualdad y estructura social están, por lo tanto, íntimamente ligadas.
El análisis weberiano
Para el autor, son múltiples las esferas de las que puede provenir el poder que origina la desigualdad.
Lo comprobamos en esta cita de Economía y Sociedad (1922), una de sus obras capitales:
Como es natural, el poder “condicionado económicamente” no se identifica con el poder en general.
Más bien ocurre lo inverso: el origen del poder económico puede ser la consecuencia de un poder ya
existente por otros motivos. Por su parte, el poder no es ambicionado sólo con fines de
enriquecimiento económico. Pues el poder, inclusive el económico, puede ser valorado “por sí mismo”,
y con gran frecuencia la aspiración a causa de él es motivada también por el “honor” social que
produce. (Weber 1993, 683).
La desigualdad se origina en la desigual distribución del poder
El título del capítulo de Economía y Sociedad dedicado a la desigualdad resulta ya significativo:
“División del poder en la comunidad: clases estamentos y partidos”. El poder, su monopolio o no, su
distribución desigual, está en el origen de la desigualdad. Y el poder, como ya se señaló con
anterioridad, no tiene exclusivamente un fundamento económico. La distinción de tres esferas en la
distribución del poder es uno de los argumentos clave de enfoque weberiano:
• La esfera económica tiene como escenario principal al mercado. Aquí la distinción entre mercado de
bienes y mercado de trabajo es fundamental. La propiedad es decisiva en el mercado de bienes, ya
que influye en las probabilidades de existencia de los individuos, en sus posibilidades de obtener
beneficios en este espacio o de verse obligados a vender su fuerza de trabajo. Por otra parte, en el
mercado de trabajo, donde compiten los no propietarios en búsqueda de un empleo, las cualificaciones
se vuelven decisivas.
- La esfera social es para Weber la esfera del “honor” o, diríamos hoy, del prestigio. El prestigio es para
el autor un factor de diferenciación social fundamental, aunque de índole subjetiva: depende de la
consideración de los demás. El poder que se tenga para imponer determinadas características como
las cualidades prestigiosas genera una estructura de desigualdad diferenciada de la económica.
- La esfera política. La política se desarrolla en aquellos escenarios en los que se trata de influir en la
acción de los demás para conseguir ciertos objetivos. La acción política puede tener como fin la
consecución de un programa o, simplemente, aumentar el poder personal, pero requiere, en cualquier
caso, de una organización de algún tipo.