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“Nosotros, los estudiantes abajo firmantes, consideramos que los

resultados de la mezcla de sexos en la misma clase pueden ser


bastante desagradables.
Es muy probable que los profesores se sientan cohibidos ante la
presencia de mujeres, y no puedan referirse a ciertos hechos
necesarios de forma explícita y clara.
La presencia de mujeres jóvenes como espectadores de la sala de
operaciones es una ofensa a nuestros instintos y sentimientos
naturales, y está destinada a destruir esos sentimientos de respeto y
admiración que todo hombre en su sano juicio siente hacia el otro
sexo. Esos sentimientos son un signo de la civilización y del
refinamiento”

Estudiantes de medicina del hospital de Middlesex (Londres) protestan en 1861 ante la posible
presencia de una mujer estudiante, Elisabeth Garett Anderson

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