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EUGENIO MONTALE

POEMAS

De Huesos de sepia

In Limine

Goza si el viento que entra en el pomar


trae de nuevo la oleada de la vida:
aquí donde se hunde un muerto
amasijo de recuerdos,
huerto no hay, sino relicario.

El aleteo que sientes no es un vuelo,


sino el conmoverse del eterno regazo;
mira como se transforma este rincón
de tierra solitario en un crisol.

Ira en esta parte del escarpado muro.


Si avanzas penetras
quizá en la pesadilla que te salva:
se componen aquí las historias, los actos
borrados por el juego del futuro.

Busca una malla rota en la red


que nos estrecha, ¡salta fuera, huye!
Vete, por ti lo he deseado —ahora mi sed
será más leve, menos acre la herrumbre...

In limine
Godi se il vento ch' entra nel pomario/vi rimena l' ondata della vita:/qui dove affonda un morto
viluppo di memorie,/orto non era, ma reliquario.//Il frullo che tu senti non è un volo,/ma il commuoversi dell'
eterno grembo;/vedi che si trasforma questo lembo/di terra solitario in un crogiuolo.//Un rovello è di qua dall'
erto muro./Se procedi t' imbatti/tu forse nel fantasma che ti salva:/si compongono qui le storie, gli
atti/scancellati pel giuoco del futuro.//Cerca una maglia rotta nella rete/che ci stringe, tu balza fuori,
fuggi!/Va, per te l' ho pregato, - ora la sete/mi sarà lieve, meno acre la ruggine...
No nos pidas la palabra que escrute íntegramente
nuestro ánimo informe, y con letras de fuego
lo revele y esplenda como flor de azafrán
perdida en medio de un campo polvoriento.

¡Ah el hombre que se marcha seguro


de los demás y de sí mismo amigo,
y no cuida su sombra que el ardiente calor
graba sobre un descascarado muro!

No nos pidas la fórmula que pueda abrirte mundos;


sí alguna contrahecha sílaba, seca como una rama.
Esto solo podemos hoy decirte:
lo que no somos, lo que no queremos.

Non chiederci la parola che squadri da ogni lato / l’animo nostro informe, e a lettere di fuoco / lo dichiari e
risplenda come un croco / perduto in mezzo a un polveroso prato. // Ah l’uomo che se ne va sicuro, / agli altri
ed a se stesso amico, / e l’ombra sua non cura che la canicola / stampa sopra uno scalcinato muro! // Non
domandarci la formula che mondi possa aprirti, / sì qualche storta sillaba e secca come un ramo. / Codesto
solo oggi possiamo dirti, / ciò che non siamo, ciò che non vogliamo.

Vida mía no te pido lineamientos


fijos, rostros, plausibles o posesos,
En tu inquieto girar ahora el mismo
sabor tienen la miel y el ajenjo.

El corazón que todo movimiento desdeña


raramente es sacudido por sobresaltos.
Así a veces resuena en el silencio
de los campos un tiro de fusil.

Mia vita, a te non chiedo lineamenti/ fissi, volti plausibili o possessi./ Nel tuo giro inquieto ormai lo stesso
/sapore han miele e assenzio.//Il cuore che ogni moto tiene a vile/ raro è squassato da trasalimenti./ Così
suona talvolta nel silenzio /della campagna un colpo di fucile.

La pena de vivir a menudo he encontrado:


era el arroyo estrecho que borbota,
era el enroscamiento de la hoja
reseca, era el caballo desplomado.
Bienes no conocí, más que el prodigio
que ofrece la divina Indiferencia:
era la estatua entre la somnolencia
de la siesta, y la nube, y el halcón alto alzado.

Spesso il male di vivere ho incontrato:/ era il rivo strozzato che gorgoglia,/


era l'incartocciarsi della foglia/ riarsa, era il cavallo stramazzato.//
Bene non seppi, fuori del prodigio/ che schiude la divina Indifferenza:/
era la statua nella sonnolenza/ del meriggio, e la nuvola, e il falco alto levato.

Al mediodía pálido y absorto


junto al muro ruinoso de una huerta,
sentir en la maleza las presencias
de mirlos escondidos, de culebras.
Por la tierra o encima de las plantas
curiosear la labor de las hormigas,
ya sea que se dispersen o se apiñen
en la cima de su ínfima gavilla.
Al observar a través del follaje
las lejanas escamas del oleaje,
escuchar la cigarra que se obstina
con su chirrido en la árida colina.
Y al alejarnos bajo el sol que ciega,
sentirnos deslumbrados por la pena
de saber que esta vida y su faena
es como recorrer una muralla
rematada con vidrios de botella.

Meriggiare pallido e assorto / presso un rovente muro d’orto, / ascoltare tra i pruni e gli sterpi / schiocchi di
merli, frusci di serpi. // Nelle crepe del suolo o su la veccia / spiar le file di rosse formiche / ch’ora si rompono
ed ora s’intrecciano / a sommo di minuscole biche. // Osservare tra frondi il palpitare / lontano di scaglie di
mare / mentre si levano tremuli scricchi / di cicale dai calvi picchi. // E andando nel sole che abbaglia / sentire
con triste meraviglia / com’è tutta la vita e il suo travaglio / in questo seguitare una muraglia / che ha in cima
cocci aguzzi di bottiglia.

Dame el girasol para que lo trasplante


a mi tierra quemada por el viento salino,
y muestre todo el día al azul espejeante
del cielo la ansiedad de su rostro amarillo.
Buscan la claridad las sustancias oscuras,
se disipan los cuerpos al vaciarse
de tintas: éstas, en músicas. Desvanecerse
es por lo tanto la ventura de las venturas.
Dame tú la planta que nos lleva
adonde nacen rubias transparencias
y la vida se esfuma cual esencia;
dame tú el girasol loco de luz.

Portami il girasole ch’io lo trapianti / nel mio terreno bruciato dal salino, / e mostri tutto il giorno agli azzurri
specchianti / del cielo l’ansietà del suo volto giallino. // Tendono alla chiarità le cose oscure, / si esauriscono i
corpi in un fluire / di tinte: queste in musiche. Svanire / è dunque la ventura delle venture. // Portami tu la
pianta che conduce / dove sorgono bionde trasparenze / e vapora la vita quale essenza; / portami il girasole
impazzito di luce.

Chirría la roldana del aljibe,


sube el agua a la luz y se deslíe.
Tiembla un recuerdo en el balde colmado,
en el círculo una imagen ríe.
Arrimo el rostro a evanescentes labios:
se deforma el pasado, se hace viejo,
le pertenece a otro…
Ah, se queja
la rueda, en el oscuro pozo te hunde;
visión, ya la distancia nos aleja.

Cigola la carrucola del pozzo, / l’acqua sale alla luce e vi si fonde. / Trema un ricordo nel ricolmo secchio, /
nel puro cerchio un’immagine ride. / Accosto il volto a evanescenti labbri: / si deforma il passato, si fa
vecchio, / appartiene ad un altro… / ah che già stride / la ruota, ti ridona all’atro fondo, / visione, una distanza
ci divide.

Tal vez un día andando por un aire de vidrio,


desolado, volviéndome, con terror de borracho
veré hacerse el prodigio:
el vacío detrás, la nada a mis espaldas.
Como en una pantalla, aflorarán rehechos
árboles, casas, montes: el engaño de siempre.
Pero ya será tarde; me apartaré callado
entre la muchedumbre, solo, con mi secreto.
Forse un mattino andando in un’aria di vetro, / arida, rivolgendomi, vedrò compirsi il miracolo: / il nulla alle
mie spalle, il vuoto dietro / di me, con un terrore di ubriaco. // Poi come s’uno schermo, s’accaperanno di gitto
/ alberi casi colli per l’inganno consueto. / Ma sarà troppo tardi; ed io me n’andrò zitto / tra gli uomini che non
si voltano, col mio segreto.

He vivido la hora en que el rostro impasible


se descompone en una mueca cruda:
se descubrió un instante una pena invisible.
No lo advierte el gentío que en la calle se apura.
Palabras mías, en vano negáis la mordedura
secreta, el vendaval del corazón.
La razón de quien calla es más veraz.
El canto que solloza es un canto de paz.

So l’ora in cui la faccia più impassibile / è traversata da una cruda smorfia: / s’è svelata per poco una pena
invisibile. / Ciò non vede la gente nell’affollato corso. // Voi, mie parole, tradite invano il morso / secreto, il
vento che nel cuore soffia. / La più vera ragione è di chi tace. / Il canto che singhiozza è un canto di pace.

Felicidad alcanzada, se camina


por ti sobre el filo de una espada.
Para el ojo eres brillo que vacila;
para el pie, tenso hielo que se raja;
mejor que no te toque quien más te ama.
Si te aproximas al alma invadida
por la pena y la alumbras, tu mañana
es dulce y turbadora como un nido en la cornisa.
Pero nada compensa la derrota
del niño que extravía su pelota.

Felicità raggiunta, si cammina / per te su fil di lama. / Agli occhi sei barlume che vacilla, / al piede, teso
ghiaccio che s’incrina; / e dunque non ti tocchi chi più t’ama. // Se giungi sulle anime invase / di tristezza e le
schiari, il tuo mattino / è dolce e turbatore come i nidi delle cimase. / Ma nulla paga il pianto del bambino / a
cui fugge il pallone tra le case.

Los limones

Escúchame, los poetas laureados


se mueven solamente entre las plantas
de nombres poco usados: bojes ligustres o acantos.
Yo, para mí, amo los caminos que van a parar a los herbosos
fosos donde en charcos
medio secos los muchachos agarran
cualquier flaca anguila:
los senderos que atraviesan los cerros
descienden entre los copetes de las cañas
y se meten en los huertos, entre los limoneros.

Mejor si las algazaras de los pájaros


tragadas por el azul se apagan:
más claro se escucha el susurro
de las ramas amigas en el aire que casi no se mueve,
y los sentidos de este olor
que no sabe desprenderse de la tierra
y en el pecho llueve una dulzura inquieta.
Aquí, de las divertidas pasiones
de milagro calla la guerra,
aquí toca también a nosotros los pobres nuestra parte de riqueza
y es el olor de los limones.
Mira, en estos silencios en los cuales las cosas
se abandonan y parecen vecinas
a traicionar su último secreto,
a veces esperamos
descubrir un error de la Naturaleza
el punto muerto del mundo, el anillo que no guarda,
el hilo para desembrollar que finalmente nos ponga
en medio de una verdad.
La mirada escudriña el entorno
la mente indaga reconcilia desune
en el perfume que inunda
cuando el día más languidece.
Son los silencios en los que se ve
en cada sombra humana que se aleja
alguna disturbada Divinidad.

Pero falta la ilusión y el tiempo nos remite


a las ciudades rumorosas donde el azul se muestra
solamente a pedazos, en lo alto, entre las cimas.
La lluvia cansa la tierra, de después; se adensa
el tedio del invierno sobre las casas,
la luz se hace avara - amarga el alma.
Cuando un día desde un portón mal cerrado
entre los árboles de un patio
se nos muestran los amarillos de los limones;
y el hielo del corazón se deshace
y en el pecho nos hierven
sus canciones
las trompetas de oro de la solidaridad. [luminosidad]

I Limoni
Ascoltami, i poeti laureati / si muovono soltanto fra le piante / dai nomi poco usati: bossi ligustri o acanti. /
Io, per me, amo le strade che riescono agli erbosi / fossi dove in pozzanghere / mezzo seccate agguantano i
ragazzi / qualche sparuta anguilla: / le viuzze che seguono i ciglioni, / discendono tra i ciuffi delle canne / e
mettono negli orti, tra gli alberi dei limoni. // Meglio se le gazzarre degli uccelli / si spengono inghiottite
dall’azurro: / più chiaro si ascolta il susurro / dei rami amici nell’aria che quasi non si muove, / e i sensi di
quest’odore / che non sa staccarsi da terra / e piove in petto una dolcezza inquieta. / Qui delle divertite
passioni / per miracolo tace la guerra, / qui tocca anche a noi poveri la nostra parte di ricchezza / ed è l’odore
dei limoni. // Vedi, in questi silenzi in cui le cose / s’abbandonano e sembrano vicine / a tradire il loro ultimo
segreto, / talora ci si aspetta / di scoprire uno sbaglio di Natura, / il punto morto del mondo, l’anello che non
tiene, / il filo da disbrogliare che finalmente ci metta / nel mezzo di una verità. / Lo sguardo fruga d’intorno /
la mente indaga accorda disunisce / nel profumo che dilaga / quando il giorno più languisce. / Sono i silenzi in
cui si vede / in ogni ombra umana che si allontana / qualche disturbata Divinità. // Ma l’illusione manca e ci
riporta il tempo / nelle città rumorose dove l’azzurro si mostra / soltanto a pezzi, in alto, tra le cimase. / La
pioggia stanca la terra, di poi; s’affolta / il tedio dell’inverno sulle case, / la luce si fa avara - amara l’anima. /
Quando in giorno da un malchiuso portone / tra gli alberi di una corte / ci si mostrano i gialli dei limoni; / e il
gelo del cuore si sfa, / e in petto ci scrosciano / le loro canzoni / le trombe d’oro della solarità.

Encuentro

No me abandones tú, tristeza mía,


sobre el camino
que azota el viento extraño
con su cálido soplo, y cede; cara
tristeza al viento que se extingue: y empujada
por éste hacia la rada,
donde la última voz exhala el día,
viaja una niebla, alta se pliega un ala
de cormorán.
El tajo al lado del torrente, estéril
de aguas, vivo de piedras y argamasas;
tajo de humanos actos consumidos,
de mortecinas vidas declinando
más allá del confín
que en círculo se cierra: rostros secos,
manos,caballos en hilera, ruedas
chirriantes: vidas no: vegetaciones
del otro mar que la oleada vence.
Se avanza en el camino de cuajado
Iodo sin rastro
como una procesión de encapuchados
bajo la rota bóveda, caída
casi hasta reflejar escaparates,
en un aire que envuelve nuestros pasos
denso e iguala los sargazos
humanos fluctuando en las cortinas
de bambú murmurante.
Si me abandonas tú, tristeza, único
presagio vivo en este nimbo, siento
que alrededor de mí se extiende
un rumor como de esferas cuando
una hora está próxima a sonar;
y caigo inerte en la apagada espera
del que no teme ya
en esta orilla sorprendida por la ola
lenta, que no aparece.
Tal vez vuelva a tener una apariencia:
en la rasante luz
un movimiento me conduce junto
a una mísera rama que en un tiesto
crece sobre una puerta de hostería.
A ella tiendo la mano, hacerse mía
siento otra vida, huella de una forma
que me fue arrebatada; y como anillos
en los dedos no hojas se me enroscan
sino cabellos.
Y nada más después. ¡Oh sumergida!:
desapareces como habías venido
y nada sé de ti.
Tu vida es tuya aún: entre las raras
vibraciones del día ya esparcida.
Ruega por mí,
para que yo descienda otro camino
distinto de una calle de ciudad,
en el aire perdido, ante el tropel
de los vivos; que te sienta a mi lado, que
descienda sin ruindad.

Incontro
Tu non m'abbandonare mia tristezza/sulla strada/che urta
il vento forano/co' suoi vortici caldi, e spare;
cara/tristezza al soffio che si estenua: e a questo,/sospinta
sulla rada/dove l'ultime voci il giorno esala/viaggia una
nebbia, alta si flette un'ala/di cormorano.//La foce è allato
del torrente, sterile/d'acque, vivo di pietre e di calcine;/ma
più foce di umani atti consunti,/d'impallidite vite
tramontanti/oltre il confine/che a cerchio ci rinchiude: visi
emunti,/mani scarne, cavalli in fila, ruote/stridule: vite no:
vegetazioni/dell'altro mare che sovrasta il flutto.//Si va
sulla carraia di rappresa/mota senza uno scarto,/simili ad
incappati di corteo,/sotto la volta infranta ch'è
discesa/quasi a specchio delle vetrine,/in un'aura che
avvolge i nostri passi/fitta e uguaglia i sargassi/umani
fluttuanti alle cortine/dei bambù mormoranti.//Se mi lasci
anche tu, tristezza, solo/presagio vivo in questo nembo,
sembra/che attorno mi si effonda/un ronzio qual di sfere
quando un'ora/sta per scoccare;/e cado inerte nell'attesa
spenta/di chi non sa temere/su questa proda che ha
sorpresa l'onda/lenta, che non appare.//Forse riavrò un
aspetto: nella luce/radente un moto mi conduce accanto/a
una misera fronda che in un vaso/s'alleva s'una porta di
osteria./A lei tendo la mano, e farsi mia/un'altra vita
sento, ingombro d'una/forma che mi fu tolta; e quasi
anelli/alle dita non foglie mi si attorcono/ma capelli.//Poi
più nulla. Oh sommersa!: tu dispari/qual sei venuta, e
nulla so di te./La tua vita è ancor tua: tra i guizzi rari/dal
giorno sparsa già. Prega per me/allora ch'io discenda altro
cammino/che una via di città,/nell'aria persa, innanzi al
brulichio/dei vivi; ch'io ti senta accanto; ch'io/scenda
senza viltà.

De Las ocasiones

A Liuba que parte

No el grillo sino el gato


del hogar
ya te aconseja, espléndido
lar de tu desperdigada familia.
La casa que te llevas
contigo envuelta, ¿jaula o sombrerera?,
pasa sobre los ciegos tiempos como la oleada
arca ligera –y basta a tu rescate.

A Liuba che parte


Non il grillo ma il gatto/del focolare/or ti consiglia, splendido/lare della dispersa tua famiglia./La casa che tu
rechi/con te ravvolta, gabbia o cappelliera?,/sovrasta i ciechi tempi come il flutto/arca leggera - e basta al tuo
riscatto.

Bajo la lluvia

Un murmullo; y tu casa se empaña


como en la bruma del recuerdo.
Y lagrimea la palmera ahora que la descomposición
que guarda el calor de los invernaderos
sordamente oprime también las desnudas
esperanzas y los remordimientos.

"Por amor de la fiebre"... me conduce


hacia ti un remolino. Brilla, bermeja,
una cortina, se cierra una ventana.
En la rampa materna ahora camina,
cáscara de huevo que va entre el barro líquido,
poca vida entre un agitar de luz y sombra.

Chillaba Adiós muchachos, compañeros


de mi vida, tu disco desde el patio:
y amada me es la máscara si aún
detrás del molinete del destino,
me queda el salto que conduce
a tu sendero.

Contemplo los brillantes chaparrones y al fondo, como nubes,


el humo dilatado de una nave.
Despunta un claro…
Y por ti comprendo
lo que osa la cigüeña cuando al alzar el vuelo
aletea hacia Ciudad del Cabo.
Sotto la pioggia
Un murmure; e la tua casa s’appanna/ come nella bruma del ricordo/ – e lacrima la palma ora che sordo/
preme il disfacimento che ritiene/ nell’afa delle serre anche le nude/ speranze ed il pensiero che rimorde.//
‘Por amor de la fiebre’... mi conduce/ un vortice con te. Raggia vermiglia/ una tenda, una finestra si
rinchiude./ Sulla rampa materna ora cammina,/ guscio d’uovo che va tra la fanghiglia,/ poca vita tra sbatter
d’ombra e luce.// Strideva Adiós muchachos, compañeros/ de mi vida, il tuo disco dalla corte:/ e m’è cara la
maschera se ancora/ di là dal mulinello della sorte/ mi rimane il sobbalzo che riporta/ al tuo sentiero.// Seguo i
lucidi strosci e in fondo, a nembi,/ il fumo strascicato d’una nave./ Si punteggia uno squarcio.../ Per te
intendo/ ciò che osa la cicogna quando alzato/ il volo dalla cuspide nebbiosa/ rèmiga verso la Città del Capo.

La casa de los aduaneros

Tú no recuerdas la casa de los aduaneros sobre el barranco a pico de la escollera.


Desolada te espera desde la noche
que en ella entró el enjambre de tus pensamientos
e inquieto se detuvo.

El viento bate hace años los viejos muros


y no es alegre ya el sonido de tu risa.
La brújula se mueve enloquecida al acaso
y el azar de los dados ya no es más favorable.
Tú no recuerdas; otro tiempo distrae
tu memoria; un hilo se devana.

Aún sostengo un extremo; mas se aleja


la casa y sobre el techo la veleta
ennegrecida gira sin piedad.
Tengo un extremo; pero tú estás sola,
ni respiras aquí en la oscuridad.

¡Oh el horizonte en fuga, donde se enciende


rara la luz del petrolero!
¿El paso es éste? (Nuevamente el oleaje
pulula sobre el barranco que se parte...)
Tú no recuerdas ya la casa de esta
noche mía. Y no sé quién se va ni quién se queda.

La casa dei doganieri


Tu non ricordi la casa dei doganieri/sul rialzo a strapiombo sulla scogliera:/desolata t’attende dalla sera/in cui
v’entrò lo sciame dei tuoi pensieri/e vi sostò irrequieto./Libeccio sferza da anni le vecchie mura/e il suono del
tuo riso non è più lieto:/la bussola va impazzita all’avventura/e il calcolo dei dadi più non torna./Tu non
ricordi; altro tempo frastorna/la tua memoria; un filo s’addipana.//Ne tengo ancora un capo; ma s’allontana/la
casa e in cima al tetto la banderuola/affumicata gira senza pietà./Ne tengo un capo; ma tu resti sola/né qui
respiri nell’oscurità.//Oh l’orizzonte in fuga, dove s’accende/rara la luce della petroliera!/Il varco è qui?
(Ripullula il frangente/ancora sulla balza che scoscende ...)/Tu non ricordi la casa di questa/mia sera. Ed io
non so chi va e chi resta.

Noticias desde el Amiata



Y tú seguiste las frágiles arquitecturas
inundadas por el tiempo y el carbón,
los patios cuadrados que tienen en el medio
el pozo profundísimo; tú seguiste
el vuelo desaliñado de los pájaros
nocturnos y en el fondo del barranco el destello
de la galaxia, la franja de cada tormento.
Pero el paso que resuena tanto en el oscuro
es de quién va solitario y otro no ve
que este caer de arcos, de sombras y de pliegues.
Las estrellas tienen pespuntes demasiado sutiles,
el ojo del campanario está detenido a las dos,
las trepadoras, también ellas, son una ascensión
de tinieblas y su perfume duele amargo.
Regresa mañana más frío, viento del norte,
deshoja las antiguas manos de la arenisca,
trastorna los libros de horas en el desván,
y todo sea lente tranquilo, dominio, prisión
del sentido que no desespera ¡Regresa más fuerte
viento de septentrión que haces deseables
las cadenas y sigilas [sellas] las esporas de lo posible!
Son demasiado estrechas las calles, los asnos negros
que zapatean en fila producen chispas,
del pico escondido responden llamaradas de magnesio.
Oh, el goteo que desciende poco a poco
de las casuchas oscuras, el tiempo hecho agua,
el largo coloquio con los pobres muertos, la ceniza, el viento,
el viento que tarda, la muerte, la muerte que vive !

Notizie dall’ Amiata


E tu seguissi le fragili architetture / annerite dal tempo e dal carbone, / i cortili quadrati
che hanno nel mezzo / il pozzo profondissimo; tu seguissi / il volo infagottato degli
uccelli / notturni e in fondo al borro l’allucciolìo / della Galassia, la fascia d’ogni
tormento. / Ma il passo che risuona a lungo nell’oscuro / è di chi va solitario e altro non
vede / che questo cadere di archi, di ombre e di pieghe. / Le stelle hanno trapunti troppo
sottili, / l’occhio del campanile è fermo sulle due ore, / i rampicanti anch’essi sono
un’ascesa / di tenebre ed il loro profumo duole amaro. / Ritorna domani più freddo,
vento del nord, / spezza le antichi mani dell’arenaria, / sconvolgi i libri d’ore nei solai, /
e tutto sia lente tranquilla, dominio, prigione / del senso che non dispera! Ritorna più
forte / vento di settentrione che rendi care / le catene e suggelli le spore del possibile! /
Son troppo strette le strade, gli asini neri / che zoccolano infila dànno scintille, / dal
pico nascosto rispondono vampate di magnesio, / Oh il gocciolìo che scende a rilento /
dalle casipole buie, il tempo fatto acqua, / il lungo colloquio coi poveri morti, la cenere,
il vento, / il vento che tarda, la morte, la morte che vive!

De La tormenta y lo demás

La tormenta

Les princes n’ont point d’yeux pour voir ces grand’s merveilles,
Leurs mains ne servent plus qu’à nous persécuter...
(Agrippa D’Aubigné: “A Dieu”)

La tormenta que chorrea en las hojas


duras de la magnolia, los largos truenos
de marzo y el granizo

(te sorprenden los sonidos de cristal


en tu nido nocturno; de los oros
apagados en las caobas, en los cantos
de encuadernados libros; aún arde
una grana de azúcar en el cascarón
de tus párpados)

el rayo que confita


árboles y muros y los sorprende en esa
eternidad de instante –mármol, maná
y destrucción– que llevas esculpida
dentro de ti como condena y te une
a mí más que el amor, extraña hermana;
y aun el rudo estruendo, los sistros, el bramar
de panderetas sobre la fosa oscura,
el taconeo del fandango, y encima
el ademán violento...
Como cuando
te volviste y, con la mano, libre
la frente de la nube de cabellos,

te despediste –para entrar en la sombra.

La bufera
La bufera che sgronda sulle foglie/dure della magnolia i lunghi tuoni/marzolini e la grandine,//(i suoni di
cristallo nel tuo nido/notturno ti sorprendono, dell'oro/che s'è spento sui mogani, sul taglio/dei libri rilegati,
brucia ancora/una grana di zucchero nel guscio/delle tue palpebre)//il lampo che candisce/alberi e muro e li
sorprende in quella/eternità d'istante - marmo manna/e distruzione - ch'entro te scolpita/porti per tua condanna
e che ti lega/più che l'amore a me, strana sorella, -/e poi lo schianto rude, i sistri, il fremere/dei tamburelli
sulla fossa fuia,/lo scalpicciare del fandango, e sopra/qualche gesto che annaspa.../Come quando
ti rivolgesti e con la mano, sgombra/la fronte dalla nube dei capelli,//mi salutasti - per entrar nel buio.

Día y noche

Hasta una pluma que vuela puede dibujar


tu figura, o el rayo que juega al escondite
entre los muebles, o el reflejo del espejo
de un niño, desde los tejados. Sobre las murallas
jirones de vapor prolongan las agujas
de los álamos y, abajo, en la rueda se encrespa el loro
del afilador. Luego la noche agobiante
en la plazuela, y los pasos, y siempre esta dura
tarea de hundirse para resurgir iguales
de siglos, o de instantes, de íncubos que no logran
volver a dar con la luz de tus ojos en el antro
incandescente y aún los mismos gritos y los prolongados
llantos sobre la veranda
si retumba de pronto el golpe que te anuda
la garganta y quiebra las alas, oh inestable
anunciadora del alba,
y se despiertan los claustros y los hospitales
en un delirar de clarines.

Giorno e notte
Anche una piuma che vola può disegnare/la tua figura, o il raggio che gioca a rimpiattino/tra i mobili, il
rimando dello specchio/di un bambino, dai tetti. Sul giro delle mura/strascichi di vapore prolungano le
guglie/dei pioppi e giù sul trespolo s'arruffa il pappagallo/dell'arrotino. Poi la notte afosa/sulla piazzola, e i
passi, e sempre questa dura/fatica di affondare per risorgere eguali/da secoli, o da istanti, d'incubi che non
possono/ritrovare la luce dei tuoi occhi nell'antro/incandescente - e ancora le stesse grida e i lunghi/pianti
sulla veranda/se rimbomba improvviso il colpo che t'arrossa/la gola e schianta l'ali, o perigliosa/annunziatrice
dell'alba,/e si destano i chiostri e gli ospedali/a un lacerìo di trombe...

Pequeño testamento

Esto que de noche fulgura


en el casco de mi pensamiento,
huella nacarada de babosa
o esmeriles de vidrio pisoteado,
no es lámpara de iglesia o de taller
que alimente
clérigo rojo o negro.
Sólo este arco iris puedo
dejarte como testimonio
de una fe que fue combatida,
de una esperanza que ardió más lenta
que un duro leño en la chimenea.
Conserva su ceniza en el espejito
cuando, extintas las lámparas,
la sardana se vuelva infernal
y un sombrío Lucifer baje sobre una proa
del Támesis, del Hudson o del Sena
sacudiendo sus alas de betún semitruncadas
de cansancio a decirte: es la hora.
No es una herencia, no es un amuleto
que ampare del golpear de los monzones
sobre la telaraña de la memoria,
pero una historia dura tan sólo en la ceniza
y persistencia es sólo la extinción.
Exacto era el indicio: quien lo ha reconocido
no puede fracasar al encontrarte.
Cada uno reconoce a los suyos: el orgullo
no era huida, la humildad no era
vileza, el tenue resplandor difuminado
allá abajo no era igual al de un fósforo.

Piccolo testamento
Questo che a notte balugina/ nella calotta del mio pensiero,/ traccia madreperlacea di lumaca/ o smeriglio di
vetro calpestato,/ non è lume di chiesa o d'officina/ che alimenti/ chierico rosso, o nero./ Solo quest'iride
posso/ lasciarti a testimonianza/ d'una fede che fu combattuta,/ d'una speranza che bruciò più lenta/ di un duro
ceppo nel focolare./ Conservane la cipria nello specchietto/ quando spenta ogni lampada/ la sardana si farà
infernale/ e un ombroso Lucifero scenderà su una prora/ del Tamigi, dell'Hudson, della Senna/ scuotendo l'ali
di bitume semi-/ mozze dalla fatica, a dirti: è l'ora./ Non è un'eredità, un portafortuna/ che può reggere all'urto
dei monsoni/ sul fil di ragno della memoria,/ ma una storia non dura che nella cenere/ e persistenza è solo
l'estinzione./ Giusto era il segno: chi l'ha ravvisato/ non può fallire nel ritrovarti./ Ognuno riconosce i suoi:
l'orgoglio/ non era fuga, l'umiltà non era/ vile, il tenue bagliore strofinato/ laggiù non era quello di un
fiammifero.

De Satura

Xenia
Poema 5

Del brazo tuyo he bajado por lo menos


un millón de escaleras
y ahora que no estás hay un vació en cada peldaño.
También así de breve fue nuestro largo viaje.

El mío aún continúa, mas ya no necesito


los trasbordos, los asientos reservados,
las trampas, los oprobios de quien cree
que lo que vemos es la realidad.

He bajado millones de escaleras dándote el brazo


y no porque cuatro ojos puedan ver más que dos.
Contigo las bajé porque sabía que de ambos
las únicas pupilas verdaderas,
aunque muy empañadas, eran las tuyas.

II. 5/ Ho sceso, dandoti il braccio, almeno un milione di scale/ E ora che non ci sei è il vuoto ad ogni gradino./
Anche così è stato breve il nostro lungo viaggio./ Il mio dura tuttora, né più mi occorrono/ Le coincidenze, le
prenotazioni,/ le trappole, gli scorni di chi crede/ che la realtà sia quella che si vede.// Ho sceso milioni di
scale dandoti il braccio/ non già perché con quattr’occhi forse si vede di più./ Con te le ho scese perché
sapevo che di noi due/ Le sole vere pupille, sebbene tanto offuscate,/ erano le tue.

Llueve

Llueve. Es un gotear
sin rugidos
de motocicletas o gritos
de niños.

Llueve
desde un cielo que no tiene
nubes.
Llueve
sobre la nada que se forma
en estas horas de huelga
general.

Llueve
sobre tu tumba
en San Felice
a Ema
y la tierra no tiembla
porque no hay terremoto
ni guerra.

Llueve
no sobre la fábula hermosa
de lejanas estaciones,
sino sobre el aviso
impositivo,
llueve sobre los huesos de Jibia
y sobre el comedero nacional.

Llueve
sobre la Gaceta Oficial
aquí desde el balcón abierto,
llueve sobre el Parlamento,
llueve sobre vía Solferino,
llueve sin que el viento
mueva los papeles.

Llueve en ausencia de Hermión


si Dios quiere,
llueve porque la ausencia
es universal
y si la tierra no tiembla
es porque Arcetri
no se lo ordenó.
Llueve sobre los nuevos epistemas
del primate en dos pies,
sobre el hombre endiosado, sobre el cielo
hominizado, sobre la cara
de los teólogos en mono
o en paludamento,
llueve sobre el progreso
de la contestación,
llueve sobre los works in regress,
llueve
sobre los cipreses enfermos
del cementerio, gotea
sobre la opinión pública.

Llueve, mas donde apareces


no hay agua ni atmósfera,
llueve porque si no estás
hay sólo ausencia
y puede ahogar.

Piove
Piove. È uno stillicidio/senza tonfi/di motorette o strilli/di bambini.//Piove/da un cielo che non
ha/nuvole./Piove/sul nulla che si fa/in queste ore di sciopero/generale.//Piove/sulla tua/tomba/a San Felice/a
Ema/e la terra non trema/perché non c’è terremoto/né guerra.//Piove/non sulla favola bella/di lontane
stagioni,/ma sulla cartella/esattoriale,/piove sugli ossi di seppia/e sulla greppia nazionale.//Piove/sulla
Gazzetta Ufficiale/qui dal balcone aperto,/piove sul Parlamento,/piove su via Solferino,/piove senza che il
vento/smuova le carte.//Piove/in assenza di ermione/se Dio vuole,/piove perché l’assenza/è universale/e se la
terra non trema/è perché Arcetri a lei/non l’ha ordinato./Piove sui nuovi epistemi/del primate adue
piedi,/sull’uomo indiato, sul cielo/ominizzato, sul ceffo/dei teologi in tuta/o paludati,/piove sul
progresso/della contestazione,/piove sui work in regress,/piove/sui cipressi malati/del cimitero, sgocciola/sulla
pubblica opinione.//Piove ma dove appari/non è acqua né atmosfera,/piove perché se non sei/è solo la
mancanza/e può affogare.

De Diario del ’71 y del ‘72

Mi Musa

Mi Musa está lejos: se diría


(es lo que cree la mayoría) que no existió jamás.
Si es que vivió una vez, lleva las ropas del espantapájaros
parado a duras penas en la encrucijada de las viñas.

Flamea como puede; ha resistido los monzones


y ha quedado de pie, apenas encorvada.
Si el viento se detiene, sabe agitarse todavía
como para decirme: camina sin temor,
mientras te vea te daré el soplo de la vida.

Mi Musa dejó hace tiempo una trastienda


de sastrería teatral: sus vestidos eran,
en verdad, de alta costura. Un día fue reemplazada
por mí y se marchó, orgullosa. Pero aún tiene una manga
y con ella dirige su cuarteto
de cañas. Es la única música que soporto.

La mia Musa
La mia Musa è lontana: si direbbe/( è il pensiero dei più ) che mai sia esistita./Se pure una ne fu, indossa i/nni
dello spaventacchio/alzato a malapena su una scacchiera di viti.//Sventola come può; ha resistito a
monsoni/restando ritta, solo un po' ingobbita./Se il vento cala sa agitarsi ancora/quasi a dirmi cammina non
temere,/finché potrò vederti ti darò vita.//La mia Musa ha lasciato da tempo un ripostiglio/di sartoria teatrale;
ed era d'alto bordo/chi di lei si vestiva. Un giorno fu riempita/di me e ne andò fiera. Ora ha ancora una
manica/e con quella dirige un suo quartetto/di cannucce. È la sola musica che sopporto.

De Cuaderno de cuatro años

El vacío

Ha desaparecido también el vacío


donde, en un tiempo, se podía encontrar refugio.
Ahora sabemos que también el aire
es una materia que gravita sobre nosotros.
Una materia inmaterial, lo peor
que podía tocarnos.
No está bastante lleno porque debemos
poblarlo de hechos, de movimientos
para poder decir que le pertenecemos
y nunca le huiremos aunque muramos.
Atestar de objetos aquello que es
el solo Objeto por definición
sin que a él le importe nada, Oh torpe
comedia. ¡Y con que celo la recitamos!

Il Vuoto. È sparito anche il vuoto / dove un tempo si poteva rifugiarsi. / Ora sappiamo che anche l’aria / è una
materia che grava su di noi. / Una materia immateriale, il peggio / che poteva toccarci. / Non è pieno
abbastanza perché dobbiamo / popolarlo di fatti, di movimenti / per poter dire che gli apparteniamo / e mai gli
sfuggiremo anche se morti. / Inzeppare di oggetti quelo ch’è / il solo Oggetto per definizione / senza che a lui
ne importi niente o turpe / commedia. E con che zelo la recitiamo!

Duermevela

El sueño tarda en llegar


después me alcanzará sin preaviso.
Afuera debe suceder cualquier cosa
para demostrarme que el mundo existe y que
los sedicentes vivos no están todos muertos.
Los aculturados, los poetas, los locos
las máquinas los negocios las opiniones
como nauseabunda olla podrida!
Y yo allí dentro incrustrado hasta los cabellos!
Esta vez la piedad vence a la risa.

Dormiveglia. Il sonno tarda a venire / poi mi raggiungerà senza preavviso. / Fuori deve accadere qualche cosa
/ per dimostrarmi che il mondo esiste e che / i sedicenti vivi non sono tutti morti. / Gli acculturati, i poeti, i
pazzi / le machine gli affari le opinioni / quale nauseabonda olla podrida!/ E io lì dentro incrostato fino al
capelli! / Stavolta la pietà vince sul riso.

Quién sabe si algún día

Quién sabe si algún día tiraremos las máscaras


que sin saberlo llevamos sobre el rostro.
Por eso es tan difícil identificar
a los hombres que encontramos.
Quizá entre tantos, entre los millones, hay
uno en el que rostro y máscara coinciden
y sólo él podría decir la palabra
que esperamos desde siempre. Pero es probable
que él no conozca su privilegio.
Quien lo ha conocido, si hubo alguno,
pagó su don con tartamudez o algo peor.
No valía la pena encontrarlo. Su nombre
fue siempre impronunciable por causas
no sólo de fonética. La ciencia
tiene, ciertamente, otras cosas que hacer,
o no hacer.

Chissà se un giorno
Chissà se un giorno butteremo le maschere/che portiamo sul volto senza saperlo./Per questo è tanto difficile
identificare/gli uomini che incontriamo./Forse fra i tanti, fra i milioni c'è/quello in cui viso e maschera
coincidono/e lui solo potrebbe dirci la parola/che attendiamo da sempre. Ma è probabile/che egli stesso non
sappia il suo privilegio./Chi l'ha saputo, se uno ne fu mai,/pagò il suo dono con balbuzie o peggio./Non valeva
la pena di trovarlo. Il suo nome/fu sempre impronunciabile per cause/non solo di fonetica. La scienza/ha ben
altro da fare o da non fare.

De Diario póstumo (1996)

En el jardín

Desciendes del gran camino


y te domina un cielo
azul de estío. Una nube
blanca de linos refresca
la canícula a tu arribo.
Nos sentamos en el banco habitual.
Después de un rato un soplo de viento
y tu sombrero de paja comienza a remolinear.
Lo sostienes, te vuelves a sentar.
El ala del gran pino marino
como vela desplegada nos arrastra.
Quisiéramos bordear
de este litoral toda la costa,
llegar en un dueto de nombres, de recuerdos,
hasta Nervi.
Pero el sol ya declina,
difunde su esplendor en rayos oblicuos,
dispar, regresa, y la memoria de tardes
iguales duplica los horizontes,
traduce en otros días
aquel momento fugaz que desaparece.
Ahora también el viento calla.
Nel Giardino
Discendi dal gran viale / e ti sovrasta un cielo / azzuro estivo. Una nuvola / bianca di lini rinfresca / la
canicola al tuo arrivo. / Ci sediamo sulla solita panchina. / Poi d’un tratto un soffio di vento / e la tua paglia
comincia a turbinare. / L’afferri, ti risiedi. / L’ala del grande pino marino / come vela spiegata ci trascina. /
Vorremmo bordeggiare / da questo litorale tutta la costiera, / giungere in un duetto di nomi, di ricordi / fino a
Nervi. / Ma il sole già declina, / diffonde il suo lucore in raggi obliqui, / dispare, torna, e la memoria di sere /
uguali raddoppia gli orizzonti, / traduci in altri giorni / quel momento fugace che scompare./ Ora anche il
vento tace.

En días como éstos, a menudo


me asalta la tristeza
y vivir de hora en hora
me tortura. Pero llegas tú,
que derrotas el aburrimiento
con tus discursos variopintos.
También hoy buscaremos una brecha.
Una palabra que se pueda salvar
y que nos mantenga suspendidos
en la frontera ideal entre realidad
y fantasía podrá, aunque
por poco tiempo, transformar la existencia.

In giorni come questi, spesso/la tetraggine m’assale/e il vivere d'ora in ora/mi tortura. Ma arrivi tu/che
sconfiggi la noia/coi tuoi discorsi variopinti./Anche oggi cercheremo una breccia./Una parola che ci possa
salvare/e che ci tenga in bilico/sul confine ideale tra realtà/e fantasia potrà, anche/se per poco, cangiare
l'esistenza.

Recuerdo

Ella sola percibía los sonidos


de mis silencios. Temía,
a veces, que huyese el tiempo
hostil mientras hablábamos.
Después de lo cual he perdido la memoria
y ahora me reencuentro hablando
de ella contigo, entre espirales de humo
que velan nuestra conmoción.
Y es ésta la parte de mí que reencuentro
cambiada: el sentimiento, de por sí informe,
en este hoy que es sólo de lamento.
Ricordo. Lei solo percepiva i suoni / dei miei silenzi. Temevo / a volte che fuggisse il tempo / ostile mentre
parlavamo. / Dopodiché ho smarrito la memoria / ed ora mi ritrovo a parlare / di lei con te, tra spirali di fumo /
che velano la nostra commozione. / Ed è questa la parte di me che ritrovo / mutata: il sentimento, per sé
informe, / in quest’oggi che è solo di rimpianto.

Te llevarás contigo el último soplo


de poesía; después una nube hinchada
de presagios funestos oscurecerá
la luz que nos fue concedida.
No fuiste un simple resplandor,
llegaste inesperada, voz de salvación.
Un sonido límpido emiten
los cristales cuando el viento
los roza, la claridad los hace brillar
como incandescentes arcobalenos
que iluminan en torno.
Alrededor el mundo se descolora.

Porterai con te l’ultima ventata / di poesia: poi una nube gonfia / di presagi funesti oscurerà / la luce che ci fu
concessa. / Non fosti un semplice bagliore, / giungesti inaspettata, voce di salvazione. / Un suono limpido
emettono / i cristalli quando il vento / li sfiora, il chiarore li fa splendere / come incandescenti arcobaleni / che
illuminano d’attorno. / Intorno il mondo scolora.

Tu palidez
me hizo estremecer,
se te leía en el rostro
aquel abandono de la vida.
Y, como agua límpida,
tu mirada
dijo la separación
de las cosas humanas, portabas
tu sufrir contigo,
y respondías apenas;
después de un rato saludaste,
breve, y te fuiste
dejándome con mi dolor, mudo.

Il tuo pallore / mi fece trasalire, / ti si leggeva in volto / quell’abbandono della vita. / E, come acqua limpida, /
il tuo sguardo / disse il distacco / dalle umane cose, recavi / il tuo soffrire con te, / e rispondevi appena; / poi
d’un tratto salutasti, / breve, e scivolasti via / lasciandomi col mio dolore, muto.
La memoria

La memoria fue un género literario


desde cuando no había nacido la escritura.
Se hizo después crónica y tradición
pero olía ya a muerto.
La memoria viviente es inmemorial,
no surge de la mente, no se hunde en ella.
Se añade a lo existente como una aureola
de niebla a la cabeza. Ya se ha esfumado y es dudoso
que vuelva. No siempre tiene memoria
de sí.

La memoria. La memoria fu un genere letterario/da quando non era nata la scrittura./Deviene poi cronaca e
tradizione/ma già puzzava di cadavere./La memoria vivente è immemoriale,/non sorge dalla mente, non vi si
sprofonda./Si aggiunge all’esistente come un’aureola/di nebbia al capo. È già sfumata, è dubbio/che ritorni.
Non ha sempre memoria/di sé.

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