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JUNGLAS
URBANAS
FACHADAS Y AZOTEAS VERDES DAN PASO A UN NUEVO CONCEPTO DE CIUDAD
ECOSOSTENIBLE. DESDE EL HUERTO URBANO A LA CIUDAD BIOLÓGICA, LOS
ARQUITECTOS APUESTAN POR INTRODUCIR LA NATURALEZA EN EL URBANISMO.
Beatriz Portinari
C
CUENTA LA LEYENDA QUE LA PRIMERA
gran obra de ingeniería medioambiental fueron
los míticos Jardines Colgantes de Babilonia, una
de las siete Maravillas del Mundo Antiguo, con
árboles instalados en terrazas de diferentes altu-
ras, exuberantes flores y plantas que parecían sus-
pendidas en el aire. Tras la desaparición de esta
ciudad bajo polvo y piedras no se ha vuelto a con-
templar un ecosistema urbano igual. Hasta ahora.
“Los materiales del urbanismo son: cielo,
espacio, árboles, acero y cemento. En ese
orden y en esa jerarquía”. Así describía el
arquitecto Le Corbusier su propuesta para
reverdecer edificios en los años 20 con “techos-
jardín”, que devolverían a la naturaleza el
espacio que le había quitado la construcción.
Alemania, Holanda, Escandinavia y Canadá son
pioneros en la utilización de azoteas verdes en
sus ciudades, donde han comprobado que las
cubiertas ajardinadas y los huertos de altura
son mucho más que una apuesta estética.
¿Se imagina subir a la azotea de su casa para
recoger los tomates y lechugas que va a cenar?
Pues, además, estará ahorrando energía y agua
gracias a esa cubierta verde.
Foto: ARUP
la fotosíntesis, filtrar la contaminación y albergar
huertos urbanos. Gran Vía de Madrid podría
ser una realidad.
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