El amor después de la muerte

La viudez es un tema poco explorado, tal vez por la densidad de los sentimientos que
provoca perder a un ser amado, por tal motivo en el capítulo “las líneas del matrimonio” de
Julian Barnes nos relata un serie de sucesos muy emotivos, en los cuales nos encontramos
a la “muerte” de una manera clara y contundente, en este caso el fallecimiento de la mujer
de Calum, un hombre que nos muestra la dificultades que ha tenido que afrontar a la hora
de recordar y recrea cada momento vivido junto a ella.

Cuando un ser amado muere, esta situación podría ser comparada al momento de despedir
en un aeropuerto a alguien con la promesa de que nunca más va a regresar, esta situación
se ve reflejada en el capítulo cuando describe el momento exacto en el que Calum observa
con detalle todo el itinerario de un vuelo, el observa el momento en el que el avión aterriza,
se sitúa en un lugar correcto, cundo las personas defienden de él, y se preparan para
recoger su equipaje, el en ese momento no pensaba que en un futuro el iba a ser el
espectador de un vuelo con un destino de ida pero jamás de regreso.

Las líneas del matrimonio representadas en el jersey nos mostraban los altibajos, los
obstáculos que cualquier pareja que jura amor eterno tendrá, nadie se salva de tener
subidas y bajadas dentro de una relación, Calum y Flora creían que esa nueva etapa que
comenzaban juntos seria como escalar una montaña, cada vez que superas un trayecto, te
motivas a subir cada vez más arriba sin importar que tan profunda sea la caída. Pero eso
fue lo que paso en el matrimonio de ellos dos, cada vez que estaban juntos, que compartían
su amor, era como subir cada vez un trayecto más alto, hasta que, en el momento menos
esperado, ese amor, esas promesas que un día se aseguraron de cumplir se
desvanecieron, porque el matrimonio jamás será una línea recta