El grado de seguridad que ofrecen los productos cosméticos ha sido
uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de un producto.
A lo largo del tiempo han sido muchos los avances y polémicas que se han generado alrededor de este tema. En las primeras apariciones de los cosméticos en el mercado, la seguridad no era tenida en cuenta y muchos de los consumidores presentaban posteriores problemas relacionados con su salud por hacer uso de estos, fue entonces que se hizo necesario el desarrollo de pruebas de seguridad previas al lanzamiento, es allí donde se recurre al diseño de pruebas en animales que potencialmente eran útiles para predecir efectos adversos por el uso de estos productos. Actualmente debido al uso indiscriminado que se había venido haciendo de los animales, la regulación europea que define el desarrollo y comercialización de los productos cosméticos hace un énfasis especial en la necesidad de demostrar la efectividad de los productos cosméticos en modelos alternativos (in silico, in vitro) o en voluntarios sanos. INSILICO: en este caso son pruebas de seguridad que son guiadas o llevadas a cabo por medio de simulaciones o modelos desarrollados por medio de un ordenador. INVITRO: Aquellos cultivos en medios artificiales que comprenden desde cultivos de células individuales de un único tipo celular diferenciado (por ejemplo, fibroblastos dérmicos, queratinocitos) o también combinaciones de dos o más tipos celulares en estructuras incluso muy organizadas tridimensionalmente, como los modelos de piel reconstituida.
Históricamente la utilización de sistemas celulares en cultivo ha sido
considerada una técnica compleja, más propia de los laboratorios académicos que de los laboratorios de evaluación de propiedades de las empresas cosméticas. Algunas razones podrían explicarlo, una de ellas es la propia dificultad de la técnica, la necesidad de instalaciones estériles y de un personal con experiencia en esta metodología. A continuación, se describirán tres aproximaciones experimentales realizadas por los autores para la evaluación de la efectividad cosmética, empleando, en todos, los casos, sistemas celulares en cultivo.
2) EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD PROTECTORA O
REGENERADORA DEL DNA: Es ampliamente conocido que un aumento de exposición a la luz solar induce cambios indeseables en la piel y el interior de las células. Uno de los agentes considerados es la radiación ultravioleta, aunque también asignan un cierto papel a otras regiones del espectro electromagnético, como la radiación infrarroja. Los mecanismos moleculares mediante los cuales se introducen daños en la molécula de DNA por efecto de la radiación solar son ampliamente conocidos y en muchos casos son mediados por radicales libres que, además, pueden alterar el mecanismo de respuesta al daño y como consecuencia, se introducirán errores en la replicación que pueden reducir la viabilidad de las células hijas y provocar un aumento de los síntomas del envejecimiento. RADICALES LIBRES: Destruyen a través de reacciones químicas todo lo que tocan, como el ADN o la membrana de revestimiento celular. En el caso de la piel, los radicales libres atacan al colágeno y la elastina, haciendo que se pierda elasticidad y firmeza, que aumenten las líneas de expresión, que aparezcan arrugas, alergias, deficiencias del sistema inmunológico y envejecimiento prematuro.
ENSAYO COMET (Ensayo de electroforesis de una sola célula) :
Consiste en la tinción de las células con un colorante el cual se une al ADN. Estas células se incluyen en una matriz de agarosa y se someten a un campo eléctrico. Los fragmentos de ADN son liberados desde el núcleo por medio de los poros formando una estructura de cola de cometa. El tamaño de la cola formada es proporcional a la fragmentación provocada en la molécula de ADN