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El Ateneo de Mexico 19061914 Origenes de La Cultura Mexicana Contemporanea 0 PDF
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EL ATENEO DE MÉXICO
(1906-1914)
ORÍGENES DE LA CULTURA
MEXICANA CONTEMPORÁNEA
PUBLICACIONES D E LA
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ALFONSO GARCÍA MORALES
EL A T E N E O DE M É X I C O
1906-1914
ORÍGENES D E LA CULTURA
MEXICANA CONTEMPORÁNEA
SEVILLA, 1992
Dibujo de la cubierta realizado
por Agustín de la Torre.
CSIC
© CSí c
ISBN 84-00-07222-7
Depósito Legal S E - 2 0 3 - 1 9 9 2
Impreso en España
P r i n t e d ir» S p a i n
Imprenta E.E.H.A. — Alfonso XII, 16 > - Sevilla
A mis padres.
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ÍNDICE GENERAL
Páginas
INTRODUCCIÓN 1
Páginas
BIBLIOGRAFÍA 263
ANEXO I 287
ANEXO I I 293
INTRODUCCIÓN
(i)
2 ALFONSO GARCÍA MORALES
Esta obra no hubiera sido posible sin una beca del Ministerio
de Educación y Ciencia español entre 1984 y 1986, y sin la a'yuda
de la Junta de Andalucía que me permitió trasladarme a México
en 1987. Mi recuerdo y mi más profundo agradecimiento al de-
saparecido Juan Collantes de Terán y a Carmen Mora Valcárcel,
profesores de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Eno-
logía de Sevilla, y a cuantos me acogieron y ayudaron en mi investi-
gación en México. Muy especialmente a Manuel Alcalá, director de
la Academia Mexicana de la Lengua Correspondiente de la Espa-
ñola, a Alicia Reyes, directora de la Capilla Alfonsina, a Jorge
Aguilar y a sus amables compañeros del Archivo Histórico de
la U N A M , por su interés en mi trabajo; al crítico José Luis
Martínez, que me abrió las puertas de su biblioteca, y a la historia-
dora Gabriela Urquiza, que generosamente compartió conmigo
noticias y conocimientos; a Alvaro Matute y a los demás miembros
del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, a Aurora
Ocampo, por sus orientaciones. Gracias a quienes más de cerca
h a n soportado mi trabajo, a mi familia, a mis amigos, muy especial-
mente a Luis Gómez Canseco.
« . . . l u c h a d o r e s y c o n s t r u c t o r e s , h e r e d e r o s de Bello y d e
H e r e d i a , de S a r m i e n t o y d e M i t r e , q u e s o i í a n ver e n l a l i t e r a t u r a
u n a p a r t e de s u servicio p ú b l i c o (...)* Apóstoles, al d e c i r de sus
d i s c í p u l o s y a d m i r a d o r e s , c o n s a g r a r o n u n v e r d a d e r o celo a p o s -
tólico a la defensa d e la l i b e r t a d y a la d i f u s i ó n d e l a v e r d a d . C o n
f r e c u e n c i a f u e r o n p e r s e g u i d o s p o r los e n e m i g o s d e la 'dulzura* y
l a 'luz 5 , p e r o los m a n t u v o la fe de sus m u c h o s s e g u i d o r e s » . 16
(2)
18 .. ALFONSO GARCÍA MORALES
«... el Ariel de José Enrique Rodó nos hizo gustar del nuevo
estilo castellano, y leímos también las impecables páginas de Díaz
Rodríguez, la prosa vivida de Zumeta y otras páginas de autores
23 Ibídem, p á g . 164.
24 «Henríquez U r e ñ a a Reyes. 29-10-1913», e n Correspondencia, p á g s . 228-229.
25 Ibídem, p á g . 170.
26 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
9 Breve historia del Tnadernismo, ed, cit. t pág. 472. Todo el capítulo, pá-
ginas 472-507, es un buen panorama de este período literario en México. Otras
visiones de conjunto útiles que pueden citarse de momento son: la excelente «Apos-
tilla» que Pedro Henríquez Ureña añadió en 1922 a su estudio «Enrique González
Martínez», en Obra crítica, ed, cit., págs. 288-291; CASTRO LEAL, Antonio: «Intro-
ducción» a La poesía mexicana moderna. México, Fondo de Cultura Económica,,
1953, págs. VTI-XXII. Octavio Paz escribió una reseña enriquecedora sobre esta
última; «Poesía mexicana moderna», en Generaciones: y semblanzas, vol. 2, Madrid,
Fondo de Cultura Económica. 1988, págs. 75-85. En el mismo libro: «Introducción
a la historia de la poesía mexicana» (págs. 17-41). PACHECO, José Emilio: «Apro-
ximación, a la poesía mexicana del siglo XX», en Hispania, vol. XLVTE, púm. 2,
1965, págs. 209-219, que empieza siguiendo las orientaciones de Pedro Henríquez
Ureña. También la introducción y notas de Pacheco a su Antología del modernismo,
188^1921, % tomos, México,* UNAM, 1971.
(4)
50 A L F O N S O GARCfA M O R A L E S
Ateneo de la Juventud, México, UNAM, 1984, págs. 13-14; INNES, John Schwald:
Revolution and Renaissance in México: el Ateneo de la Juventud, Unpublished Ph.
D. Dissertation, Austin, The TJniversity of Texas, 1970, págs. 118-120; CAMACHO
CAMACHO, Lidia: El Ateneo de la Juventud y su difusión en la prensa de 190$
a 1914, Tesis para obtener el grado de Licenciado en Ciencias de la Comunicación,
México, Universidad Anahuac, 1986, págs. 57-58.
5 «Artistas extranjeros. Eugenio Garrieres», en Savia Moderna, vol. I,
núm. 5, julio 1906, págs. 331-335. Ha sido recogido en GÓMEZ RÓBELO, Ricardo
y DÍAZ DUFOO, Carlos J r . ; Obras, ed. de Serge I. Zaítzeff, México, Fondo de
Cultura Económica, 1981, págs. 122-125.
6 En medio de esta serie de conferencias sobre temas modernos, la elección
de Gabriel y Galán es la única que puede extrañar hoy. Guillermo Díaz Plaja
considera uno de los momentos clave de la evolución del modernismo lo que llama
precisamente «la reacción de 1907», consistente en una vuelta hacia la sencillez
lírica (de acuerdo con una de las tendencias del «posmodernismo» señalado por*
Federico de Onís) y una exaltación de los gustos nacionales, entre cuyos ejemplos
señala «la valoración evidentemente polémica de la figura de Gabriel y Galán, como
arquetipo de los valores tradicionales» (Modernismo frente a noventa y ocho, Ma-
drid, Espasa-Calpe, 1979, pág. 125). La aportación de Henríquez Ureña está precisa-
mente en haber apreciado en él la huella de 'Silva*, en señalar cómo hasta loa
escritores aparentemente más alejados del modernismo no podían escapar a su
influencia predominante. Dos años después, Henríquez Ureña volvió a hablar
de Gabriel y Galán como de un poeta «injustamente olvidado» («Las cien mejores
poesías», en OC I, pág. 275). Pero la verdadera razón de su admiración por este
poeta la entenderemos más tarde, cuando expliquemos su concepto de «lo clásico».
(5)
66 ALFONSO GARCÍA MORALES
«Pasado inmediato»—, pero una campaña, hay que añadir, para di-
fundir el gusto moderno entre el público mexicano.
Los jóvenes obtuvieron un amplio reconocimiento social. Pe-
riódicos capitalinos como El Imparcial, El País, El Popular y La
Patria anunciaron y publicaron crónicas sobre las veladas del Ca-
sino de Santa María. I5 Todas elogiaban la iniciativa del grupo y
la buena acogida por parte del publico. «De allí —señalaba El
País— puede brotar el núcleo de una confraternidad artística que
mucho significará en el adelanto d e las bellas artes en nuestra Re-
pública». 16 El editorial de La Patria titulado «Una campaña de la
J u v e n t u d » saludaba el nacimiento de una «nueva generación lite-
raria» y concluía:
3 «La moda griega», en OC II, pág. 34. Sobre el tema puede consultarse
el libro clásico de MGTJE.T, Gilfaert: La tradición clásica. Influencias griegas y\
romanas en la literatura occidental, México, Fondo de Cultura Económica, 1986,
especialmente Tomo II, págs. 103-369.
EL ATENEO DE MÉXICO ( 1 9 0 6 - 1 9 1 4 ) 73
«... hoy por hoy, sería imposible predecir cuál h a de ser la faz
más brillante del intelectualismo de Alfonso Reyes. Puede asegu-
rarse, sin temor a yerro, que será poeta, porque ha demostrado
un persistente amor a la forma rimada y ya posee verdadero
dominio del verso. P e r o ¿será solamente poeta? N o : los que hemos
podido apreciar sus dotes oratorias —^reveladas en una conferencia
sobre Moissan y en la alocución a los alumnos de la Preparato-
ria—=•„ confiamos también en que podrá brillar muy alto como
o r a d o r ; los que nos hemos deleitado con su prosa, tenemos fe en
que la gallardía de su estilo, y la consistencia de sus ideas le harán
triunfar en cualquier género prósico que cultive». 23
«The rich young man, rich also in intellectual gifts, who might
Lave become (we see this in the adroit rn.anagem.ent of his written
work) the most brilliant and ef fective of Sophists; who might have
developed dialogues into plays, tragedy, perhaps comedy, as he
cared; whose sensuous or graphic capacity might have made him
the poet of an Odyss&y, a Sappho, or a Catallus, or, say! just such
a poet as, just because he was so attractive, "would have been
disfranchised in the Perfect City; was become the creature of an
inmense seriousness, of a fully adult sense». ^
categoría de a n d a m i a j e i n d i s p e n s a b l e , a u n q u e enojoso, el m a t e r i a l
lingüístico'». 25
19 VASCONCELOS, José: «El secreto del Ateneo, en Todo, núm. 672, julio
1946, pág. 11.
20 Ibidem, pág. 11.
21 «Ese discurso permitió que me 'descubriera' Jesús T. Acevedo, quien me
llevó al Ateneo de la Juventud» («Martín Luis Guzmán», en entrevista de CARBALLO,
Enmaruiel: ob. dt., pág. 78). Martín L. Guzmán se refiere, sin duda, a la Sociedad
de Conferencias y no al Ateneo, que no se había fundado aún.
EL ATENEO DE MÉXICO ( 1 9 0 6 - 1 9 1 4 ) 93
(8)
98 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
10 Cfr. RAAT, Wiiliam D . : ob. cit., p á g s . 145-154. Del mismo, «Ideas and
Society in Don Porfirio's México», en The Americas, vol. XXX, n u m b e r 1, J u l y 1973,
p á g s . 32-55.
11 L a historia m á s completa del positivismo en F r a n c i a , I n g l a t e r r a y Ale-
m a n i a que conozco es la de SIMÓN, W. M.: lEuropean Positivism in the Nineteentk
Century. An Essety in Intéllectual History. New York, Cornell Uhiversity P r e s s ,
1963. Sobre Comte, su evolución y sus discípulos directos, véanse l a s p á g s . 3-72.
106 ALFONSO GARCÍA M O K A L E S
«A p a r t i r de la República — d i c e E d m u n d o O'Gormar*—,
la Universidad fue a d q u i r i e n d o un significado de facción que l a
sujetó a las variaciones de nuestra historia política ( . . . ) . De aquí
la asombrosa llaneza con que lo m á s alejado, la metafísica p o r
ejemplo, se prestó a transfiguraciones de consigna y bandería-
Tener aficiones metafísicas, allá en los t i e m p o s en el que el posi-
tivismo se a p o d e r ó de la conciencia oficial equivalía poco más
o menos a no ser mexicano y lo mismo aconteció con lo
universitario »-1
Sierra luchó contra tales ideas desde que ocupó los primeros
cargos de responsabilidad en la administración, cuando más fuer-
tes eran sus convicciones positivistas, y siguió haciéndolo ahora,
en que éstas se habían atenuado mucho. Si la erradicación del anal-
fabetismo mediante la educación primaria era un deber prioritario,
argumentaba, n o lo era menos el de formar auténticos profesio-
nales. Y para ello había que crear una Universidad mexicana, no
como repetición de la antigua, desde luego, sino acorde con los
tiempos, pero en la que también tuvieran cabida las humanidades. 2
Trataba de convencer a Díaz de que incluyese su proyecto entre
los actos que se iban a organizar en 1910 para celebrar el Cen-
tenario de la Independencia.
A comienzos de 1907 nombró director de la Escuela Nacional
Preparatoria a Porfirio Parra, antiguo discípulo de Barreda, pero
al mismo tiempo introdujo reformas en los programas, para ir adap-
tándola a la futura Universidad. E n el Consejo Superior de Educa-
ción tenía que enfrentarse de una parte a la oposición católica,
representada por el médico Francisco Vázquez Gómez, contrario
al laicismo de la Escuela, y de otra, al positivista ortodoxo Agustín
Aragón, contrarío a introducir más cambios en ella y que no quería
oír hablar de la Universidad.
A finales de año Vázquez Gómez publicó u n folleto titulado
La enseñanza secundaria o preparatoria en el Distrito Vederal, en
el que atacaba la educación impartida en la Preparatoria y pro-
ponía dejar la enseñanza secundaria en manos de particulares, para
dedicar así, decía, más dinero a la primaria. Inmediatamente se le
adhirieron los periódicos católicos El- Tiempo y El País, y le
salieron al paso El Imparcial y El Popular, defensores del laicismo
(9>
114 ALFONSO GARCÍA MORALES
junio-julo 1900, págs. 306-308). Y esto es lo que debió confundir a los jóvenes
mexicanos.
Por otra parte, Carlos Real de Azúa, en el sugerente prólogo a Ariel al que
ya "nos hemos referido, habla de esta edición mexicana y dice: «En su prólogo se
hablaba ya de un lote de devociones militantes y se estampaba para designarlas
ei término de 'arielistas' que rápidamente hizo fortuna» Ced. eit., pág. XXIV).
No sé si lo consultó directamente, pero el término «arielista», de tan buena fortuna,
efectivamente, no nace aquí.
9 El 2 de diciembre de 1907, Pedro Henríquez Ureña le escribe a su hermano
Max una carta con instrucciones para la edición. Entre otras cosas, le dice: «Al
principio llevará una nota que dirá en sustancia: cuándo se publicó Ariel, como
parte de la Vida Nueva; su éxito inmediato, sus ediciones y comentarios en España
y América, con citas y nombres, y por último esto: 'Al dar a conocer Ariel en
México (.-')'». y así todo el último párrafo («Cartas de Pedro Henríquez Ureña
a su hermano...», en OC I, págs. 356-357).
10 Ibídem, pág. 354.
126 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
(10)
130 ALFONSO GARCÍA MORALES
sección contiene poemas muy similares: «En marcha el ideal», «Los sembradores»,
«A la juventud» o «A los estudiantes», que suponemos escritos para ocasiones como
éstas. Sobre Urbina, como sobre la mayoría de los modernistas mexicanos, faltan
ediciones críticas y estudios actualizados.
17 En 1914 «Le Groupement des Universités et Ecoles supérieures frangaises»
realizaron una traducción de Ariel; en el momento de la guerra franco-alemana,
el «sentimiento latino» contenido en el libro cobró nueva actualidad entre los esta-
mentos escolares franceses, que, además, lo relacionaban con la corriente de
filosofía espiritualista francesa, ininterrumpida desde 1870 (cfr. SALOMÓN, Noel:
«L'auteur d'Ariel en France avant 1917», en Bulletin Hispanique, Tome LXXHI,
núms. 1-3, Janvier-Juan, 1971, págs. 20-22). Y nada menos que en 1942, el Rector
de la Universidad Nacional Autónoma de México, Mario de la Cueva, mandó
realizar una edición de doce mil ejemplares de Ariel, que fue regalada a los estu-
diantes (cfr. MARTÍNEZ DURAN, Carlos:: José Enrique Rodó, en el espíritu de
su tiempo y en la conciencia de América, Caracas, Universidad Central de Vene-
zuela, 1974, pág. 90).
18 «Correspondencia con Rafael Altamira», carta de 29-1-1908, en OC„
pág. 1.363. ... .
19 Cfr. REAL DE AZUA, Carlos: «Prólogo» y «Cronología» a RODO, José
Enrique: Ariel. Motivos de Proteo, ed. cit., págs. XXXIV y 350.
132 ALFONSO GARCÍA MORALES
Y a le h a p a s a d o e l l i b r o a C a s o , a q u i e n l e e s t á e n c a n t a n d o .
L e r e c o m i e n d a q u e lo c o m p r e y q u e lo lea e n c o m p a ñ í a d e M a x ,
Y, s o b r e t o d o , q u e n o d e j e d e fijarse e n d o s a r t í c u l o s s o b r e t e m a
americano: «La nueva generación intelectual del P e r ú » y «Por
ignoradas rutas».
E l p r i m e r o de estos artículos ya lo c o n o c e m o s . H e n r í q u e z
U r e ñ a sintió al leerlo la similitud q u e unía a su p r o p i o g r u p o con
el p e r u a n o y, a d e m á s , cierta sana envidia p o r el prestigio que
éste parecía h a b e r alcanzado ya:
«Es interesante observar cómo se realizan en todos estos
países los mismos fenómenos, no ya políticos, sino intelectuales;
allí también llegó el positivismo (...) y ya comienza a ser barrido.
Sólo que la juventud de allí ha logrado imponerse (son tan
jóvenes como nosotros: diecinueve a veinticinco años, esta última
la edad de García Calderón); ¡mientras que a q u í ! » . 1 6
35 Ibidem, p á g . 160.
36 Ibidem, p á g . 160.
37 Ibíd&m, pág. 159.
39 E n 1913 Henríquez U r e ñ a le escribió a R e y e s : «En 1907, junto con el
estudio de Grecia, surgió el estudio d e la filosofía y la destrucción del positivismo.
Gómez Róbelo y a la h a c í a , basándose en Schopenhauer; Valenti, basándose e n
libros italianos; Caso y yo emprendimos la lectura de Bergson y de J a m e s y d a
Bou'croux. D e ahí dafea l a renovación fiiosóñca de México» («México a P a r í s , 29-10-
1913», en Correspondencia, ed. cit., pág. 225). Serge I. Zaitzeff recoge l a informa-
ción de Henríquez Ureña sobre Gómez Róbelo en su «Prólogo» a GÓMEZ RÓBELO,
R i c a r d o y DÍAZ DUFOO, Carlos J . : ob. cit., p á g . 9. G a r c í a N a r a n j o da e n s u s
Memorias b a s t a n t e información sobre el, por otra p a r t e , casi desconocido Valenti.
E n t r e o t r a s cosas dice, confirmando así el dato de Henríquez Ureña, que Valenti
leía en italiano, la lengua de sus p a d r e s : «El p r a g m a t i s m o de J a m e s tuvo desdeí
el p r i m e r momento una repercusión muy ruidosa en Italia, habiéndose d e s t a c a d o
como c a m p e ó n de la Escuela Filosófica el brillante Giovanni P a p i n i (...). Valenti
se i n s p i r a b a en Papini» (Tomo III, ed. cit., pág. 283).
40 «Carta de 4-3-1908», en «Cartas de P e d r o Henríquez Ureña a su h e r m a n o
Max», en OC3 I, pág. 358.
(11)
146 ALFONSO GARCÍA MORALES
EL ATENEO Y LA REVOLUCIÓN
LA AGITACIÓN PRERREVOLUCIONARIA
Y EL NACIMIENTO DEL ATENEO
DE LA JUVENTUD
3 Cfr. RUIZ, Ramón Eduardo: ob. cit., págs. 34-50; KRAUZE, Enrique:
ob. cit., págs. 132-133.
4 Memorias, Tomo V, ed. cit., pág. 25. Todo el tomo contiene muchísima
información al respecto.
5 «Henríquez Ureña a Reyes, 3-4-1909», en Correspondencia, pág. 143. Tambiné
habló Nemesio García Naranjo: su discurso de exaltación de Díaz se publicó en
la Revista Moderna, cuyo director, devoto del presidente y amigo personal de
Corral, la puso a disposición del reeleccionismo («Discurso del Sr. Lie. Nemesio
García Naranjo, pronunciado en la fiesta que se dio a los delegados a la Convención
Nacional, el 2 de abril de 1909», en el núm. de mayo de 1909, págs. 138-142).
Cfr. GARCÍA NARANJO, Nemesio: Memorias, Tomo V, ed. cit., págs. 37-43.
17 Ibídem, p á g . 293.
18 «Henríquez Ureña a R e y e s , 29-10-1913», en Correspondencia, p á g s . 225-226.
156 ALFONSO GARCÍA M O R A L E S
2,9 No todos los estudios sobre el Ateneo han tratado de establecer su com-
posición. Los que lo hacen siguen criterios diversos, y han ido acumulando bastante
confusión. Juan Hernández Luna se basa en la enumeración de «compañeros dJs
generación» que hizo Vasconcelos en 1916 en «El movimiento intelectual contem-
poráneo de México» («Prólogo» a CASO, Antonio y otros: Conferencias del Ateneo...,
ed. cit-, págs. 15-17). José Rojas Garcidueñas (ob. cit., págs. 126-144) toma como
base la lista de sesenta y tres miembros que envía Henríquez Ureña a Alfonso;
Reyes el 29-10-1913 (Correspondencia, ed. cit. r págs. 227-228). Se trata de una lista
correspondiente a un momento en el que, como veremos, el Ateneo* ya Ateneot
de México, se amplió considerablemente para atender a la Universidad Popular.
Alvaro Matute añade a esta lista seis posibles socios más («El Ateneo de la Juven-
tud; grupo, asociación civil, generación», en Mascarones, núm. 2, Primavera 1983,
págs. 16-2G). Sigue a este último Lidia Camacho (ob. cit., págs. 69-72).
30 «Art. cit.», pág. 2. Jenaro Fernández Mac Gregor se refirió a este artículo
y repitió la lista de Quijano, aunque añadiendo algún recuerdo equivocado («art.
cit.», pág. 3). Ya dije que John S. Innes encontró el original mecanografiado del!
artículo de Quijano y lo ofrece entre los documentos de su tesis (ob. cit.t pá-
ginas 134-135),
31 «México, 25-10-1909», en OC I, págs. 374-375. L a carta encabezada con
fecha de 25 de octubre y en ella se habla de la fundación de¿ Ateneo (el día 27)'
como de la noche anterior. Se trata de una carta larga y densa y el dato aparece-
después de varias páginas; no es raro que Henríquez Ureña demorase dos días-
en escribirla. Hasta ahora los estudios sobre el Ateneo no habían tenido en cuenta
la edición dominicana de las Obras completas de Henríquez Ureña, aunque resulta
riquísima en información como estamos viendo, especialmente su primer tomo,
donde se incluyen algunas cartas de.esta etapa.
EL ATENEO DE MÉXICO ( 1 9 0 6 - 1 9 1 4 ) 161
C12)
162 ALFONSO GARCÍA MORALES
• 1 Cit. en SKIRIUS, John: ob. cit., pág. 66 (el artículo se titulaba «La
enfermedad del presidente» y se publicó en México Nuevo, 6 de junio de 1910,
pág. 3).
164 ALFONSO GARCÍA MORALES
Revista Moderna: «No nos queda más que esperar otros tiempos». 14
Abandonó el Ateneo. Poco antes lo había hecho Jenaro Fernández
Mac Gregor, como protesta por el intento de García Naranjo y
Lozano de politizar la institución. 15 Fueron las dos primeras bajas.
Después de septiembre los ateneístas dejaron prácticamente de
participar en la Revista.
Durante las fiestas del Centenario, la Secretaría de Instruc-
ción organizó congresos, exposiciones, conferencias, concursos y
otros innumerables actos culturales., que culminaron con la reaper-
tura de la Universidad Nacional, sobre la que volveremos larga-
mente. ló Bntre las publicaciones que patrocinó sobresale con mu-
cho la Antología del Centenario, realizada por el poeta y sub-
secretario Luis G . Urbina, el historiador Nicolás Rangel y Pedro
Henríquez Ureña.
E n la «Advertencia» preliminar, escrita por este último, se
aclara: el fin de la obra es ofrecer una selección y un estudio d e
la producción literaria de México, prosa y verso, durante el siglo
de independencia. Pero el criterio histórico es el que prevalece
sobre el rigurosamente estético. De lo contrario la selección habría
quedado reducida a nada. «No en todas las épocas ha producido
flores nuestra literatura». 17 N o es exagerado decir, añade, que
constituye el estudio más documentado y completo del período.
Lo hecho sobre historia de la literatura mexicana es poquísimo.
La obra de mayor alcance: la parte dedicada a México en la An-
tología de poetas hispano-americanos de Menéndez Pelayo, debía
completarse con la historia de los demás géneros, con nuevos datos
e interpretaciones. Cuando se publicó el primer tomo Alfonso Re-
yes escribió una reseña: era «la primera manifestación vasta, orien-
tada y congruente de la crítica nacional». i8 A continuación salió
un segundo. Ambos formaban la primera parte de la obra, que
abarcaba de 1800 a 1 8 2 1 . La Revolución impidió, desgraciada-
mente, su continuación.
El Ateneo, como institución, estuvo presente en las fiestas
del Centenario con una serie de conferencias pronunciadas en la
Escuela de Jurisprudencia entre los meses de agosto y septiembre
por el siguiente orden: «La filosofía moral de don Eugenio María
de Hostos», por Antonio Caso; «Los Poemas rústicos de Manuel
José O t h ó n » , por Alfonso Reyes; «La obra de José Enrique Rodó»,
por Pedro Henríquez Ureña; «El Pensador Mexicano 'y su tiem-
p o » , por Carlos González Peña; «Sor Juana Inés de la Cruz», por
José Escofet; y «Don Gabino Barreda y las ideas contemporá-
neas», por José Vasconcelos. Justo Sierra presidió la conferencia
inaugural y Pablo Macedo, el director de la Escuela, las siguientes.
H a y en ellas literatura y filosofía: tres escritores y tres pensadores
hispanoamericanos,, de los que los jóvenes trataron de ofrecer una
visión crítica, y con ella, su actitud ante la propia tradición
intelectual.
Las conferencias del novelista González Peña y de José Esco-
fet, u n periodista catalán fugazmente incorporado al grupo, son de
carácter divulgativo y general. 19 La de Reyes tiene más interés.
Este estaba preparando u n trabajo titulado «El paisaje en la poesía
mexicana del siglo X I X » , para representar al Ateneo en el Con-
curso Artístico y Científico del Centenario. E n él trató de desarro-
llar la famosa afirmación de Menéndez Pelayo que hacía del paisaje
el fundamento de la originalidad poética americana: «lo más ori-
ginal de la poesía americana es, en primer lugar, la poesía descrip-
tiva, y en segundo lugar, la política». 2 0 Algo que, según Reyes,
se cumple en el caso mexicano, sobre el que añade: «lo Ka dicho
(13)
178 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
G a r c í a C a l d e r ó n t e r m i n a c o n u n curioso h o m e n a j e al p a d r e
d e Alfonso R e y e s , e n t o n c e s en m i s i ó n forzosa en P a r í s , a t r a v é s
d e l cual p u d o conocer la situación política d e M é x i c o :
42 Ibídem, pág. 12. Repárese en el uso que García Calderón hace del término
«arielismo» como movimiento.
43 «.Cuestiones estéticas, de Alfonso Reyes», en Diálogo de los libros, ed. cit. f
pág. 44. Según informa el editor Serge I. Zaitzeff, la reseña salió en Revista de-
Revistas el 16 de julio de 1911.
44 Ibídem, pág. 44.
LOS A T E N E Í S T A S A N T E E L E S T A L L I D O
D E LA R E V O L U C I Ó N
3 Ibídem, p á g . 397.
EL ATENEO DE MÉXICO ( 1 9 0 6 - 1 9 1 4 ) 209
4 Alejandro Quijano dice: «La renuncia de García Naranjo fue, según dice
el escrito que tengo en mi poder, 'por no estar conforme con la conducta seguida
por el Ateneo de la Juventud para con el ilustre huésped de la República, Sesñor
Don Manuel "Ugarte'» (art. cit., pág. 2).
5 Justo Sierra hizo algunas puntualizaciones en El Imparcicd del día ¿24: en
principio aceptó la invitación que le hizo una delegación de estudiantes para pre-
sentar una conferencia de Manuel Ugarte sobre el porvenir de la raza latina,
pues también él simpatizaba en términos generales con el proyecto de acercamiento
entre los países latinoamericanos. Cuando supo el título concreto: «Ellos y Nosotros»
se entrevistó con Ugarte para saber si podía presentarla, teniendo en cuenta su
condición de diplomático. Fue el mismo Ugarte quien le aconsejó que mejor no lo
hiciera. Ugarte replicó insistiendo de nuevo en sus anteriores declaraciones (Cfr. DU-
MAS, Claude: ob. cit., Tomo II, págs. 490-493).
(15)
210 ALFONSO GARCÍA MORALES
«Méjico, 2 8 d e s e p t i e m b r e d e 1 9 1 2 .
S e ñ o r S e c r e t a r i o del A t e n e o d e M é j i c o . C i u d a d .
Señor Secretario:
H e r e c i b i d o l a a t e n t a n o t a e n q u e se d i g n a c o m u n i c a r m e q u e
el A t e n e o de M é j i c o , e n su s e s i ó n del 2 5 del p r e s e n t e m e s , m e h a
d i s t i n g u i d o , p o r u n a n i m i d a d d e v o t o s , c o n el n o m b r a m i e n t o de
s o c i o . A l a c e p t a r el n o m b r a m i e n t o y d a r l a s g r a c i a s , h á g o l e p r e -
sente que estimo t a n señalada distinción como un desagravio
e s p o n t á n e o q u e l a j u v e n t u d i n t e l e c t u a l de M é j i c o m e h a c e p o r l a
2 «Rafael López», Revista Moderna, enero 1908, pág. 277 (el artículo
apareció con el seudónimo de Rene d'Orange en el periódico de Guadalajara
Crónica, 1 de diciembre de 1907).
3 Ibídem, pág. #78.
4 Ibídem, pág. 278.
5 Cfr. ZAITZEFF, Serge I.: Rafael López, poeta y -prosista, ed. cit., pá-
ginas 80-104, donde se estudian sus crónicas. También ei «Prólogo» del mismo
Zaítzeff a LÓPEZ, Rafael: Crónicas escogidas, ed. cít., págs. 7-24.
6 «La poesía de Rafael López. Notas sobre el libro de Rafael López Con
los ojos abiertos», en Capítulos de literatura mexicana, OC I, pág. 290 (según se
informa en esta edición, el artículo apareció en marzo de 1913).
7 Ibídem, págs. 290-295. Alfonso Reyes volvió a utilizar los mismos conceptos
en Pasado inmediato, OC XII, págs. 200-202. Sobre el excelente dibujante Julio
Ruelas, cuyas ilustraciones llenaron la primera época de la Revista Moderna, &
través de la cual alcanzó gran fama y llegó a inspirar a bastantes escritores de la
época, véase, entre otros, a MARTÍNEZ PEÑALOZA, Porfirio: «Julio Ruelas y su
ambiente literario», en Algunos epílogos del modernismo y otros notas, México,
Cameliana, 1966, págs. 35-45.
8 «La poesía de Rafael López. Notas sobre...», en OC I, pág. 292.
9 «La poesía de Rafael López. Dos versos de Rafael López», en Cavítulos\
de literatura mexicana, OC I, pág. 298.
216 ALFONSO GARCÍA MORALES
(16J
226 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
de la Casa del Obrero y que no cuajó. Con ello dejó esbozada una política dirigida^
a la neutralización de la clase obrera, mediante el control de sus organizaciones^
y dirigentes, que fue haciéndose realidad en las siguientes administraciones revolu-
cionarias (sobre todo ello véase RUIZ, Ramón Eduardo: México: la gran rebelión.
1905-1924, México, Era, 1980, págs. 241-270).
35 «Pasado inmediato», OC XII, pág. £13.
36 Oír. PAÑI, Alberto J\: Apuntes autobiográficos, México, 1951, Tomo I,
págs. 120-138.
37 Ibíáem, pág. 129.
44 Ibídem, págs. 12-13. Aquí se nos informa del número de asistentes a las
conferencias: 180 a la primera, 600 a la segunda y 80 a la tercera. En la pág. 14
se ofrece, además, un guión de la conferencia de Pruneda.
45 «Acta constitutiva de la Universidad Popular Mexicana. Cláusula pirmera»,
Ibídem, pág. 6.
238 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
49 Nosotros, núm. 3, febrero 1913, ed. c i t , pág. 444. El ensayo fue incluido,
con bastantes cambios, en El cazador (1921), OC III, págs. 168-170.
50 Diario, 1911-1930, ed. cit., págs. 23-31.
E L A T E N E O D U R A N T E LA P R E S I D E N C I A D E H U E R T A .
U L T I M A S A C T I V I D A D E S Y BALANCE
HT)
242 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
35 Art. cit. ( p á g . 2.
36 «7-12-1913», en Correspondencia,, pág. 259.
37 «29-10-1913», en Correspondencia, p á g . 220.
38 IMdem, pág. 228.
39 Ibídem, p á g . 228.
40 Ibídem, pág. 229.
a®
258 ALFONSO GARCÍA MORALES
1. FUENTES
1.1. P U B L I C A C I O N E S P E R I Ó D I C A S DE LA CIUDAD DE M É X I C O
El Impartid (1907-1914).
El Diario (1907-1912).
El País (1907-1914).
El Popular (1907).
La Patria (1907-1912).
Revista Azul (1907).
Revista Moderna de México (1903-1911).
Revistas literarias mexicanas modernas. Savia Moderna (1906)
Nosotros (1912-1914), ed. facsímil, México, Fondo de Cul-
tura Económica, 1980.
1.2. T E X T O S DE LOS A T E N E Í S T A S
2. ESTUDIOS CRÍTICOS
2.1. EL ATENEO
(19)
274 A L F O N S O GARCÍA M O R A L E S
.4. P O L Í T I C A , P E N S A M I E N T O Y EDUCACIÓN EN M É X I C O
CAPITULO L
CAPITULO II.
De los socios.
CAPITULO III.
De la Directiva.
(20)
290 ALFONSO GARCÍA MORALES
c.—recoger votaciones,
23.—Es atribución del secretario de correspondencia redactar todas
las comunicaciones de la asociación no relativas a sesiones privadas.
24.—-Son atribuciones del tesorero:
a.—-recaudar las cuotas y demás entradas;
b.—encargarse de la aplicación de los fondos, dando cuenta de ella
en cada sesión privada.
CAPITULO IV.
De la Comisión revisora.
CAPITULO V.
CAPITULO VI.
Disposiciones generales.
La Comisión.
(a) El Experiencialismo.
(b) La clasificación de las ciencias en orden serial,
(c) La ley de los tres estados (ficticio, abstracto y científico).
(d) Creación de la Sociología.
(e) El anti-monismo.
H. Taine. Su vida.
Taine crítico. Ideas directrices de su labor.
Taine historiador. Valor de la «Historia de la literatura inglesa»
y de «Los orígenes de la Francia contemporánea» en la crítica actual.
Taine filósofo. Síntesis del panlogismo hegeliano y del positivismo
independiente.
OBRAS PUBLICADAS:
21 Memoria de gobierno de Manuel Amat y Junient, Virrey del Per ti. Edición
y estudio preliminar de Vicente Rodríguez Casado y Florentino Pérez-Erobid,
Sevilla, 1947.—XCII + 845 págs., 12 láms., 20 X 13 cms., tela, con so-
brecubierta, 800 grs.—(Agotado).
1U1 Estudios Americanos. Vol. XI (nutricios 52, 53, 54, 55, 56).— Sevilla,
1956.—(Agotado).
103 Estudias Americanos. Vol. X I I (números 57-?8: 59, 60, 6 1 , 62, 63).—Se-
villa, 1956.—(Agotado).
262 HERNÁNDEZ PALOMO, José Jesús; La renta del Pulque en Nueva Es-
paña (1663-1810).—Sevilla, 1980.—XXXV 4- 503 págs. ; 24 X 17 cms.—
2.000 pesetas.
J48 HERNÁNDEZ PRIETO, María Isabel- Vida y obra del poeta argentino
Rafael Obligado.—Sevilla, 1989.—XVTJ 4- 288 págs., 14 X 20 cms.—
Col. Mar Adentro.—1.500 pesetas.
E N PRENSA:
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