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Presuposición implícita
Imagínate que observamos el movimiento de un punto (de un punto
luminoso sobre una pantalla, por ejemplo). Del comportamiento de este
punto se podrían sacar importantes conclusiones de la más diversa
naturaleza. ¡Pero cuántas cosas diversas pueden observarse en él! — La
trayectoria del punto y algunas de sus medidas (por ejemplo, la amplitud y la
longitud de onda), o bien la velocidad y la ley según la cual ésta varía, o el
número, o la posición, de los lugares en los que varía repentinamente, o la
curvatura de la trayectoria en esos lugares, y muchas más cosas. — Y
cada una de estas características del comportamiento del punto podría ser
la única que nos interesara. Por ejemplo, todo en ese movimiento nos
podría ser indiferente, excepto el número de círculos trazados en un tiempo
determinado. — Y si no sólo nos interesara una de estas características,
sino varias de ellas, cada una de ellas podría proporcionarnos un dato
particular, distinto por su naturaleza de todos los demás. Y así es con la
conducta del hombre, con las diversas características que observamos de
esta conducta.
«Noté que estaba de mal humor.» ¿Es esto un informe sobre la conducta o
bien sobre el estado anímico? («El cielo tiene un aspecto amenazador»:
¿trata esto del presente o del futuro?) De ambas cosas; pero no
yuxtapuestas; sino de la una a través de la otra.
***
Imagínate que alguien dijera: cada una de las palabras que nos son
familiares, que aparecen en un libro, por ejemplo, provoca ya en sí misma
en nuestro espíritu una neblina, un 'aura' de empleos débilmente
insinuados. — Como si en un cuadro cada una de las imágenes también
estuviera rodeada de escenas delicadas, pintadas nebulosamente, como si
fuera en otra dimensión, y nosotros viéramos las imágenes aquí en otras
conexiones. — ¡Tomemos en serio este supuesto! — Entonces se ve que
no puede explicar la intención.
Pero nos entendemos con los demás, sin saber si ellos también tienen estas
experiencias.
¿Estás seguro de que hay un único sentimiento del «si»; y no quizás varios?
¿Has intentado proferir la palabra en contextos muy diversos? Por ejemplo,
cuando en ella está el acento principal de la oración, y cuando está en la
palabra siguiente.
Se aprecia mal el interés psicológico del sentimiento del «si» cuando uno lo
considera como correlato obvio de un significado; más bien hay que verlo en
otro contexto, en el de las circunstancias particulares en las que se
presenta.
¿No tiene uno nunca el sentimiento del «si», cuando no profiere la palabra
«si»? En todo caso sería curioso que sólo esta causa produjera dicho
sentimiento. Y esto vale en general para la 'atmósfera' de una palabra: —
¿por qué se considera tan obvio que sólo esta palabra tenga esta
atmósfera?
«Lo canto con una expresión muy determinada.» Esta expresión no es algo
que se pueda separar del pasaje. Es otro concepto. (Otro juego.)
La vivencia es este pasaje, tocado así (así como lo hago ahora; una
descripción sólo la podría insinuar).