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28 - Noticias 139 - Febrero 2007 LETRAS

El
Habían preparado otro bote en un perro ladrando. Más allá se En ese instante, la mujer lanzó
la orilla del lago y dos indios es- veían las luces de las chozas de un grito.
peraban a su lado. los leñadores indios. Unos cuan- -¡Oh! ¿Y no puedes darle algo
Nick y su padre se colocaron en tos perros más salieron al en- para calmarla, papá?

Cuen-
la popa y los indios pusieron la cuentro de los recién llegados. -No. No tengo ningún anestési-
embarcación en marcha. Uno de Los dos indios los hicieron re- co. Pero sus gritos no tienen im-
ellos remaba. Tío Jorge se sentó gresar a las chozas. En la que es- portancia. No los oigo, porque no

to
en la popa del bote del campa- taba más cerca del camino había tienen importancia.
mento. El indio joven lo alejó un luz en la ventana, y en la puerta En la litera superior, el marido
poco de la orilla y después mon- esperaba una anciana con el farol se volvió hacia la pared. La mu-
tó para remar. encendido. jer que vigilaba el agua indicó al
Las dos embarcaciones empeza- Dentro, una india joven estaba médico que ya estaba caliente. El
ron a navegar en la oscuridad. tendida en una litera de madera. padre de Nick fue a la cocina y
Nick oyó el ruido de los remos Durante dos días había tratado echó la mitad del líquido de la
del otro bote, más adelante, ya d e dar a luz. Todas las ancia- enorme olla en una palangana.
que la niebla le impedía verlo. nas del campamento la ha- Después sumergió en el agua que
Los nativos remaban bían ayudado. Los hom- quedaba en la olla varias cosas que
con golpes rápidos y bres, por su parte, iban a llevaba envueltas en un pañuelo.
violentos. Nick estaba fumar al camino, lejos de -Esto tiene que hervir –dijo–,
recostado, y su padre lo allí, para no oír los lamen- mientras empezaba a lavarse las
rodeaba con el brazo. Ha- tos de la mujer. Cuando manos en la palangana con el tro-
cía frío en el lago. El in- Nick y los dos indios en- zo de jabón que había traído del
dio remaba con todas sus traron detrás de su pa- campamento.
fuerzas, pero el otro bote dre y Tío Jorge, estaba Nick observó atentamente el cui-
siempre le llevaba venta- gritando. Estaba acosta- dado con que su padre se frotaba
ja. da en la estera inferior. las manos. En aquel momento
-¿Adónde vamos, papá? – Parecía enorme bajo la volvió a dirigirle la palabra:
preguntó Nick. colcha. La litera supe- -Como verás, Nick, primero tie-
-Al campamento indio. rior la ocupaba su ma- ne que salir la cabeza de la criatu-
Hay una señora muy enfer- rido, que tres días an- ra, aunque a veces no ocurre así.
ma. tes se había cortado un Entonces se producen muchos
-¡Ah! –dijo Nick. pie con el hacha. Fu- inconvenientes para todos. Qui-
El bote de Tío Jorge llegó maba en pipa. La ha- zás tengamos que operar a esta
antes a la otra orilla. Cuan- bitación olía que apes- mujer. Dentro de un ratito lo sa-
do ellos desembarcaron, ya taba. bremos.
estaba fumando un cigarro. El padre de Nick or- Una vez terminado el minucioso
La oscuridad era completa. denó que pusieran un lavado, se dispuso a trabajar:
El indio joven empujó el bote poco de agua al fue- -¿Quieres retirar esa colcha, Jor-
hacia la playa y Tío Jorge les go, y mientras se ca- ge? Prefiero no tocarla ahora que
dio cigarros a los dos reme- lentaba habló con el tengo las manos limpias.
ros. muchacho: Luego, cuando empezó a operar,
Después atravesaron un pra- -Esta señora va a te- Tío Jorge y tres indios sujetaron
do empapado de rocío. El jo- ner un hijo, Nick. a la mujer, que en una ocasión
ven indio iba delante con el -Ya lo sé. mordió a Tío Jorge en el brazo,
faro. Pasaron por el monte y -No, no lo sabes –prosiguió su haciéndolo exclamar:
siguieron un sendero hasta el ca- padre–. Escúchame. Está sufrien- -¡Perra india de porquería!
mino. Allí había más luz, pues el do los llamados dolores del par- Y el indio que había remado en
monte estaba cortado a ambos la- to. La criatura quiere nacer y ella su bote lanzó una carcajada. Nick
dos. El guía se detuvo y apagó el CAMPAMENTO quiere que nazca. Todos sus mús- sostenía la palangana al lado de
farol de un soplo. Finalmente, INDIO* culos están tratando de que salga su padre, que tardaba mucho. Fi-
avanzaron todos por el ancho ca- la criatura. Eso es lo que ocurre nalmente, sacó la criatura, le dio
mino. cuando grita. una palmada para hacerla respi-
Doblaron una curva y apareció Ernest Hemingway -Comprendo –asintió Nick. rar y la entregó a la anciana.
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-Mira, es un niño, Nick. ¿Qué Estaba muy alegre y locuaz, igual mantas. -¡Oh! Sí. A veces lo hacen.
opinas como practicante? que los jugadores de fútbol en los -Haz salir a Nick, Jorge –dijo el -Papá…
-Que está muy bien –dijo Nick–, vestuarios después del partido. doctor. -¿Qué?
mirando hacia otro lado para no -Esto es como para publicarlo en Pero no hubo necesidad de ha- -¿Adónde fue Tío Jorge?
ver lo que hacía el padre. el boletín médico, Jorge –mani- cerlo, pues Nick, desde la puerta -Volverá enseguida.
-Así. Eso es –dijo éste poniendo festó–. ¡Imagínate! ¡Hacer una de la cocina, había visto la litera -¿Se sufre mucho al morir, papá?
algo en la palangana. operación cesárea con una navaja cuando su padre, farol en mano, -No, creo que no, Nick. Depen-
Nick apartó la mirada de nuevo. y coser la herida con hilo de tri- echó hacia atrás la cabeza del in- de…
-Ahora hacen falta varias punta- pa! ¡Casi nada! dio. Luego se sentaron en el bote: Nick
das. Haz lo que te parezca, Nick. Tío Jorge estaba apoyado contra Empezaba a clarear cuando regre- en la popa, y su padre en el centro,
Si quieres mirar, mira, y si no, la pared. Seguía mirándose el saron al lago por el camino de los remando. El sol ya se asomaba por
no. Voy a coser la incisión ante- brazo. leñadores. las colinas. Un róbalo saltó y for-
rior. -¡Oh! No hay duda de que eres -Estoy arrepentidísimo de haber- mó un círculo en el agua. Nick in-
Nick no contempló la operación. un gran hombre –afirmó. te traído, Nickie –dijo su padre. trodujo la mano en el agua, que es-
Había perdido toda curiosidad… -Ahora hay que echarle un vista- Ya había desaparecido la alegría taba tibia a pesar del frío matinal.
Su padre terminó incorporándo- zo al orgulloso padre. General- que había sucedido a la opera- En el lago, sentado en la popa del
se. Tío Jorge y los tres indios mente, son los que más sufren en ción–. Ha sido algo espantoso y bote, en aquella hora temprana,
también se pusieron de pie. Nick estas pequeñas tragedias. Aunque poco conveniente para ti. mientras su padre remaba, Nick
llevó la palangana a la cocina. hay que reconocer que se portó -¿Siempre sufren tanto las muje- tuvo la completa seguridad de que
Tío Jorge se miró el brazo, y el bastante bien. res cuando dan a luz? –preguntó nunca moriría… n7
indio joven sonrió al recordar la Pero al retirar la colcha que cu- Nick.
escena del mordisco. bría la cabeza del indio, sacó la -No, esto ha sido algo excepcio- Publicado originalmente con el título
“Work in Progress” en la parisina Transa-
-Te pondré un poco de peróxido, mano mojada. Entonces se subió nal, muy excepcional. tlantic review en abril de 1924, este cuento
Jorge –le dijo el médico. al borde de la litera inferior y -¿Y por qué se suicidó él, papá? fue luego publicado como “Indian Camp”
Luego se inclinó sobre la mujer, miró la otra con ayuda del farol. -No sé, Nick. No habrá podido en el volumen In Our Time (Boni and Li-
veright, Nueva York, 1925). Nick Adams es
que estaba muy pálida y quieta y El nativo yacía con la cara hacia aguantar lo que ocurrió, supon- el personaje de casi 30 de los primeros 45
con los ojos cerrados. Había per- la pared. Un tajo, de oreja a oreja, go. relatos escritos por Hemingway. En la fic-
dido el sentido. le atravesaba el cuello. La sangre -¿Se suicidan muchos hombres ción el padre de Nick, Henry Adams, es un
médico aficionado a la pesca y a la caza, y
-Volveré por la mañana –explicó formaba un charco en la parte del en casos como éste? junto a su familia pasa sus vacaciones en el
el doctor, poniéndose de pie–. La lecho hundida por el peso del -No muchos. Nick. lago Michigan. Sin lugar a dudas que el mo-
enfermera de San Ignacio llegará cuerpo. La cabeza descansaba so- -¿Y muchas mujeres? delo para crear al Dr. Adams fue el propio
padre del escritor, un médico amante de la
aquí a mediodía con todo lo que bre el brazo izquierdo, y la nava- -Es raro. vida natural. Ernest Hemingway (1899-1961)
necesitamos. ja abierta estaba encima de las -¿No se suicidan nunca? recibió el premio Nobel en 1954.

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