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El Instituto de Reformas Sociales

y los orígenes de la Sociología en


España

ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ *

1. DOS CUESTIONES dice por presuntos sociólogos es estricta socio-


CONTROVERTIDAS logía, en el más purista de los sentidos, sino

N
que se nos sirve mezclado con reflexiones éti-
o es fácil determinar en qué momen- cas, recomendaciones políticas o propuestas
to se acaban los precursores y apa- imaginativas. Tal vez esto nos preocupe
rece la sociología, propiamente mucho más a nosotros que a los científicos de
dicha. La constitución diferenciada del objeto otros países, empeñados como estamos en
formal propio de una ciencia; es decir la apa- ensayar el dardo acerado de la crítica contra
rición de la perspectiva o del enfoque que da nuestras propias carnes. Pero es el caso que
lugar a conocimientos inequívocamente pro- convendría dejar a un lado todo tipo de pre-
pios de una nueva disciplina científica, no es juicios doctrinales, personales o de escuela,
algo que se produzca de una sola vez y para para valorar adecuadamente las aportacio-
todas. Y esto sucede tanto en el ámbito de las nes científicas de esos autores, más o menos
ciencias naturales, como en el de las ciencias próximos a la sociología, a fin de someter a
humanas. Y dentro de las ciencias humanas, comprobación la eventual corrección y vali-
no es una circunstancia exclusiva de la socio- dez de sus proposiciones.
logía, ni mucho menos, de la sociología espa-
ñola. Fácilmente se comprenderá que, si no
están claros los orígenes de la sociología en
Lo descubrimos al estudiar a ciertos pen- España, difícilmente van a poderse valorar
sadores de la Ilustración inglesa y también con claridad las aportaciones del Instituto de
acontece lo propio cuando se leen las obras de Reformas Sociales a esos orígenes. La pre-
los arquetípico-reformistas franceses, o los gunta por la aportación del Instituto de
escritos de los padres fundadores de la socio- Reformas Sociales al posterior desarrollo de
logía norteamericana. Más aún, cuando la sociología en España es una pregunta nun-
pudiéramos pensar que nos hallamos ya den- ca contestada en sus justos términos y, podrí-
tro de los límites de la sociología, acontece con amos decir que es, más bien, sistemáticamen-
frecuencia que no todo lo que se escribe o se te soslayada.

En sus estudios sobre la sociología españo-


* Catedrático de Sociología y Filosofía del Derecho la, Gómez Arboleya, después de referirse a los
de la Universidad Complutense de Madrid. escritos de Azcárate y Posada, sin hacer alu-

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sión a su participación en el Instituto de de los Informes y su personalidad y vincula-


Reformas Sociales, pasa a considerar la ción con la sociología2. A algunos de ellos, los
influencia destructora de la fenomenología en cita como criminólogos –Salillas, Bernaldo de
la sociología española: « la influencia de la Quirós–, o como investigadores económicos y
fenomenología en sociología constituye un sociales –Álvarez Buylla–.
fenómeno análogo al del kantismo, y continúa
Casi cuarenta años después, también Saa-
la etapa de crisis del crecimiento de esta cien-
vedra analiza el pensamiento sociológico de
cia entre los años 1915-1917 y 1940»1.
Azcárate y de Posada sin mencionar que, jun-
Llama la atención Gómez Arboleya sobre to a sus elaboraciones teóricas, sería obligado
el contraste que se ofrece en esa etapa entre referirse a sus participaciones personales en
el desarrollo espléndido «del pensamiento, de las investigaciones llevadas a cabo en el Ins-
la literatura y el arte, de la ciencia española» tituto de Reformas Sociales, del que el prime-
y la práctica inexistencia de la sociología. Y ro fue Presidente y el segundo, miembro dis-
añade, intentando ilustrar su pensamiento: tinguido y permanente de su personal técni-
«Tan sólo una cátedra en la Universidad de co. Parece lógico pensar que sus concepciones
teóricas tuvieron que estar presentes en los
Madrid, que regenta don Severino Aznar.
estudios empíricos que encauzaron y que,
Junto a ella, un Instituto que se ocupa del
más o menos personalmente, dirigieron.
«problema social» y cuya actividad técnica es
de gran calidad. Me refiero al Instituto de Salvo que se piense en una especie de divi-
Reformas Sociales, fundado en 1904. Su his- sión esquizoide de sus personalidades, no
toria es bien conocida». Pero es evidente que cabe imaginar que en ellos estuvieran com-
Arboleya se refiere sólo a la historia de la cre- pletamente disociados el pensamiento espe-
ación del Instituto, no a la historia científica culativo y la investigación descriptiva, máxi-
y político-reformista protagonizada por él y me cuando, dada la naturaleza y los fines del
desde él. De modo que alude a la creación de Instituto, su actuación terminaba desembo-
la Comisión de Reformas Sociales, y cómo, a cando, necesariamente, en una acción políti-
partir de ella, surgió el Instituto. Únicamen- ca y legislativa científicamente orientada. No
te añade que «trabajó de un modo positivo y aparece, sin embargo, en Saavedra, una sola
concreto sobre los problemas sociales» y cita, referencia a los estudios del Instituto de
a pie de página, los títulos de los seis u ocho Reformas Sociales, proporcionando una
informes más conocidos, de entre los elabora- visión de las obras de Azcárate y de Posada3,
dos por el Instituto de Reformas Sociales. Ni que, pese a su innegable valor documental y
una sola mención de quiénes fueron los presi- panorámico, quedan desgajadas de la socie-
dentes y técnicos del Instituto, ni los autores dad en la que se producen.

Más positivo es el planteamiento de Casti-


1 GÓMEZ ARBOLEYA, Enrique, «Sociología en España», llo, en sus «Apuntes para una historia de la
en Estudios de Teoría de la Sociedad y del Estado, Ma- sociología española» 4 . Se refiere Castillo,
drid: Instituto de Estudios Políticos, 1962, pág. 681. So-
bre la validez de esta afirmación no vamos a tratar aquí,
pero la recogemos en tanto que una parte de ese perío-
2 Op. cit., págs. 682-3.
do (1915-1924), corresponde a la segunda mitad de la
3
vida del Instituto de Reformas Sociales, y otra parte SAAVEDRA, Luis, El pensamiento sociológico espa-
(1936-1939), a la guerra civil. Al final de este estudio in- ñol, Madrid: Taurus Humanidades, 1991, páginas 77 y
cluiremos una sucinta relación cronológica de las obras, siguientes.
4 CASTILLO CASTILLO, José, «Apuntes para una historia
presuntamente sociológicas, en todo o en parte, publi-
cadas en España entre 1875 y 1940. No siempre es fá- de la sociología española», Apéndice a la obra de G.
cil separar el grano científico de la paja ideológica, pero DUNCAN M ITCHELL, Historia de la Sociología, Madrid:
eso también sucede con las cosechas actuales. Guadarrama, 1973, 2 volúmenes.

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especialmente, al Informe sobre los salarios En Inglaterra, el acontecimiento desenca-


agrícolas en Andalucía y Extremadura en el denante es, sin duda, la revolución indus-
año 1905, y después de aludir a la hipótesis trial, en tanto que, en el caso de Francia, ese
básica de la que parte dicho estudio, y de papel lo cumple la revolución política y social,
mencionar la técnica de cuestionario emplea- como conjunto de acontecimientos que des-
da en el mismo, concluye que «el citado infor- truye un orden social y que pone en trance de
me, si bien con defectos, es reflejo de una acti- aparición otro nuevo. En el caso de Alemania,
tud totalmente moderna respecto del estudio tal vez cumpla esa función el intento de inte-
de los problemas sociales». Y añade, como grar la revolución económica y la revolución
corolario, que «en los primeros desarrollos de política en el contexto de su tradición cultural
la sociología en nuestro país, ya existía una e institucional6.
auténtica preocupación por el estudio teórico
y empírico del trabajo asalariado»5. En todo caso, como se ha dicho muchas
veces, la sociología supone un intento de com-
prender la sociedad como un todo, para des-
2. INFLUENCIA RECÍPROCA SOCIEDAD- cubrir las leyes internas de su constitución y
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO de su desarrollo y aprender el funcionamien-
to de esos principios activos que, si no se cono-
La sociología del conocimiento ha dejado
cen, pueden producir alteraciones y conflic-
en claro hace ya largo tiempo, que existe un
tos. Es singularmente claro el pensamiento
condicionamiento recíproco entre la sociedad
con el que Augusto Comte inicia uno de los
y el conocimiento científico que en ella se pro-
primeros escritos que publica con su firma:
duce, lo cual proporciona una cierta tonalidad
«Un sistema social que se extingue, un nuevo
a la ciencia que una sociedad es capaz de pro-
sistema llegado a su entera madurez y que
ducir y, sin afectar, pese a ello, a la universa-
tiende a constituirse, tal es el carácter funda-
lidad y validez de los conocimientos, muestra mental asignado a la época actual por la mar-
una cierta predisposición a pensar preferen- cha general de la civilización. Conforme a
temente sobre ciertas cuestiones y a llevar al este estado de cosas, dos movimientos de
terreno de la acción social, económica y políti- naturaleza diferente agitan hoy la sociedad:
ca, preferentemente, las consecuencias prác- uno de desorganización, otro de reorganiza-
ticas de determinados conocimientos. Esto ción»7. Tales movimientos, de signo contrario
parece más notable en el caso de la sociología y protagonizados por actores sociales diferen-
que, al ser una reflexión sobre la propia socie- tes y enfrentados, originan conflictos y alte-
dad, aparece históricamente, después de raciones de modo constante y constituyen el
haberse desplegado el conocimiento científico
sobre el resto de las realidades que integran
nuestro mundo y que se nos hacen presente 6
Las notables diferencias en la evolución de los
en esa misma sociedad. La reflexión sociológi- «problemas sociales» en Alemania se prestan a un análi-
ca aparece así, en cada país, cuando se llega a sis en términos de sociología del conocimiento, ya que
parecen configurar un contexto social favorable al des-
un momento de plenitud y autoconciencia en
arrollo de una sociología más armónica y equilibrada
el que la sociedad se convierte en objeto de su que en los países europeos, donde se afincó más pro-
propia consideración y en objeto de una refle- fundamente el individualismo y en donde las asociacio-
xión científica de síntesis. nes obreras y otras instituciones intermedias fueron ob-
jeto de mayores dificultades y persecuciones. Véase,
M ARTÍN LÓPEZ, Enrique, Sociología industrial, Madrid:
5 CASTILLO CASTILLO, José, Op.cit., vol. II, págs. 118- Fundación para la Formación de Altos Profesionales
119. Igualmente positiva es la aproximación de Juan (FUFAP), 1997, pág. 27.
7 COMTE, Auguste, Plan des travaux scientifiques né-
ZARCO, «Notas sobre el Instituto de Reformas Sociales y
las tres historias de la sociología española», REIS, n.º 86, cessaires pour réorganiser la société (1822), Paris: Au-
1999, págs. 129-151. bier-Montaigne, 1970, pág.55.

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motivo que hace necesaria la aparición de de que lo acontecido en España –incluso la


una nueva ciencia sobre la sociedad. emergencia de una burguesía-, es difícilmen-
te comparable a lo que sucede en otros países
Pero el razonamiento que aplica Comte, europeos, entendemos que su enumeración es
con carácter general, al origen de la sociolo- insuficiente y, sobre todo, que no resulta
gía, no resulta el más adecuado para com- demasiado útil para comprender la sociología
prender y explicar la sociedad española de que de ahí se desprende. Pero el camino por él
mediados, o incluso de finales del siglo XIX y iniciado nos parece el más aconsejable para
comienzos del XX. Y sin embargo, la sociolo- acometer nuestra tarea y, consecuentemente,
gía había empezado a surgir entre nosotros, lo vamos a seguir.
pero en virtud de circunstancias sociales muy
diferentes y a partir de preocupaciones prác- Por de pronto, conviene destacar la impor-
ticas y de planteamientos teóricos distintos. tancia de la Guerra de la Independencia en el
proceso transformador de la sociedad españo-
la9, y no sólo por lo que se refiere a la forma-
3. EL CASO DE ESPAÑA ción de cuadros del ejército que no son de ori-
gen noble. Mayor importancia tiene el poder
Es ardua empresa hacer una síntesis, en el social y el respaldo popular de los altos jefes
corto espacio del que disponemos para tal militares, acrisolados durante la Guerra de la
empeño, de los principales problemas que Independencia, que les permitirá intervenir
afectan a la sociedad española del siglo XIX y en la vida política a lo largo de todo el siglo
de las primeras décadas del XX, que condicio- XIX, al margen de las instancias políticas,
nan y motivan la preocupación por los proble- bajo la forma de pronunciamientos. Y junto a
mas sociales, primero, y la reflexión científi- esto, la pervivencia de la estructura y el siste-
ca, después. ma de las guerrillas que, carentes de un reco-
nocimiento y una integración adecuada den-
Enfrentado a esta tarea, después de reco- tro de la sociedad rural pacificada, sirven de
nocer su complejidad, escribe Gómez Arbole- pauta de conducta para la extensión del ban-
ya que, «durante el siglo XIX asistimos al dolerismo.
intento de afirmación de la burguesía españo-
la frente a las fuerzas tradicionales» y, ciñén- Pero, aparte de lo anterior, la victoria fren-
dose a los hechos que él considera fundamen- te a Napoleón va unida a la aceptación de las
tales en ese proceso, enumera los siguientes: ideas políticas liberales, procedentes de la
«a) La misma guerra antinapoleónica, que revolución francesa y con ello, la división
había dado poder social, en los cuadros del radical de la sociedad entre liberales y con-
ejército, a hombre sin origen noble; b) el des- servadores (llamados «serviles» en tiempos
arrollo industrial, sobre todo en ciertas regio- de Fernando VII). Las guerras carlistas pro-
nes; c) la desamortización que había que- longarán durante largos años tanto el enfren-
brantado la posición de los poderes tradicio- tamiento entre liberales y tradicionales,
nales: nobleza y clero, y pone en circulación como el poder del ejército y la inseguridad de
una cierta cantidad de bienes; d) los restos las zonas rurales. Junto a esto, la causa libe-
ideológicos de la Ilustración, que dio a la bur- ral, a través de un penetrante ejercicio de
guesía una serie de supuestos para enfren- aproximación, ganó para su causa a muchos
tarse con la realidad tradicional»8. Si bien es
cierto que el propio Arboleya intenta matizar
los hechos a los que alude y que es consciente 9 Sobre este tema puede verse Gabriel H. L OVETT, La

Guerra de la Independencia y el nacimiento de la España


contemporánea, 2 volúmenes, Barcelona: Península,
8 GÓMEZ ARBOLEYA, Enrique, Op. cit., págs. 657-8. 1975.

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oficiales del ejército, lo que, unido al protago- nosotros, el proceso desamortizador contribu-
nismo social y político de las fuerzas arma- yó en escasa medida a este avance de la agri-
das, decantaría frecuentemente la marcha de cultura y de la ganadería, que habían inicia-
los acontecimientos. do el siglo en situación verdaderamente
catastrófica, como consecuencia de las gue-
El proceso desamortizador de los bienes de rras napoleónicas y que, en gran parte de
la nobleza y del clero, que tuvo su impulso España, habían prolongado la catástrofe a
decisivo en 1836, prohibiéndose las órdenes través de las guerras carlistas. Tanto el norte
religiosas masculinas y vendiéndose sus minifundista, como el sur latifundista, ofrecí-
bienes a los particulares, había de liberar, en an un panorama de profunda pobreza, bien
principio, las «manos muertas» para favore- que por causas muy distintas. Y junto a esto,
cer el proceso industrializador, incrementan- el dato de que la abrumadora mayoría de la
do la productividad agraria. Sin embargo, los población española vivía en el campo y de la
resultados no fueron siempre los esperados. producción del campo.
Por el contrario, se formó una burguesía
terrateniente, de residencia urbana, que se El desarrollo industrial es tardío, inconsis-
desentendió de las grandes fincas y de las tente y lento. Se inicia hacia 1830, gracias a
multitudes de hombres y mujeres que vivían los capitales repatriados de las provincias de
del trabajo en las mismas. Esta nueva bur- Ultramar, recién independizadas, y a los
guesía, propietaria ahora, a precios irrisorios, escasos fondos que, procedentes de la des-
de las tierras de la nobleza y del clero, conser- amortización, se arriesgaron en las empresas
vaba los antiguos privilegios pero se desen- industriales. Pero el proceso industrializador
tendía de sus obligaciones correlativas obser- no encuentra las condiciones políticas, econó-
vadas por aquéllos. La miseria de las pobla- micas y sociales para una continuidad y se
ciones rurales sería, durante largo tiempo, el aletarga hasta los años posteriores a la Res-
caldo de cultivo de constantes agitaciones tauración borbónica. Por otra parte, este pro-
campesinas. Por otra parte, cuando se esta- ceso se centra en la industria textil, la side-
bleciera el sufragio universal masculino, en rurgia y la minería y se localiza sobre todo en
1874, la coacción y el engaño ejercidos por los Asturias, Cataluña y las Provincias Vascon-
caciques de cada comarca, garantizarían la gadas. A partir de 1868, el gobierno liberaliza
permanencia de la situación. Este fue el las explotaciones mineras, hasta ese momen-
medio de que se valieron los gobiernos de la to de propiedad estatal, y las pone a la venta,
Restauración para garantizar la estabilidad siendo adquiridas, en su mayoría, por empre-
política, eventualmente al precio de la arbi- sas inglesas, belgas, alemanas y francesas,
trariedad y la injusticia, especialmente en los que explotan los yacimientos hasta esquil-
medios rurales. marlos, frecuentemente en condiciones pre-
carias y peligrosas para los trabajadores, sin
Atención especial merece el proceso de atender a la legislación vigente, y nada respe-
industrialización que tiene lugar en España. tuosas hacia el medio ambiente y los habitan-
Como se ha señalado a propósito de la revolu- tes de la zona. Entre 1868 y 1900 casi toda la
ción industrial inglesa, es necesario que, producción de minerales metálicos fue envia-
antes de que esta empiece, se produzca una da a la industria europea. Sólo en Vizcaya
revolución agraria, que a partir del mejor una parte del capital de las empresas mine-
aprovechamiento de las tierras, origine un ras pertenecía a españoles.
incremento de la producción y del consumo
privado, y con ello el doble fenómeno de la La escasez de los recursos energéticos,
expansión de la población y de la economía y limitado a poco más que el carbón asturiano,
de la marcha de un sector de la población más caro que el inglés y difícil de transportar
rural hacia las ciudades. Pues bien, entre a las fábricas, fue un obstáculo muy fuerte al

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desarrollo industrial, especialmente a la side- fía, la pedagogía, la política y la sociología,


rurgia. La industria textil catalana, que interesándose por todas las áreas del saber
podía haber sido el motor de la industrializa- científico, y que está representada por el
ción española, defendió a ultranza tesis pro- Regeneracionismo, plasmándose especial-
teccionistas y la pérdida definitiva de las pro- mente en la Institución Libre de Enseñanza.
vincias de ultramar limitó su mercado al mer- Pero, en paralelo a este movimiento discurre
cado interior peninsular, escasamente des- otro del que no cabe olvidarse, especialmente
arrollado. El predominio durante casi todo el en España. Nos referimos a la reflexión críti-
siglo XIX de las tendencias individualistas o ca, que surge de los intentos de renovación
librecambistas, remunerando el trabajo por cristiana. Existe en ciertos países europeos
su valor de mercado, fue una fuente continua –sobre todo, en Bélgica y Alemania– un movi-
de huelgas. miento de renovación católica que conduce a
un intento de aplicar el pensamiento cristia-
Mayores matizaciones precisa la referen-
no al tratamiento y solución de la «cuestión
cia de Gómez Arboleya al enfrentamiento de
social» y que tiene uno de sus hitos funda-
la burguesía, desde ideas de la Ilustración, al
mentales en la publicación, en 1891, de la
pensamiento tradicional español. Un sector
encíclica Rerum Novarum, por el papa León
importante de la burguesía –aquélla que se
XIII. Con anterioridad el Cardenal Mercier
encumbró gracias a los negocios propiciados
había creado el Instituto Católico de Lovaina.
por la desamortización y por el desarrollo
industrial–, se aferró a la versión más anqui- Por último, es necesario añadir que el pro-
losada de la mentalidad del antiguo régimen ceso de industrialización y los problemas
para defender sus posiciones. Así, se presen- agrarios favorecen la extensión de doctrinas
taron como liberales y católicos, sosteniendo reivindicativas en el medio rural y en el mine-
que la estructura social abruptamente des- ro e industrial, generándose un vasto proceso
igualitaria, existente en España, era el orden
asociativo, anarquista y socialista, que orga-
natural, querido por Dios y nada debía hacer-
niza y respalda las acciones de lucha y pro-
se contra ella. Ciertamente, procede también
testa frente a los abusos y en apoyo de las rei-
de la burguesía –de ciertos sectores cultos de
vindicaciones.
la burguesía, no especialmente vinculados a
la propiedad de la tierra y de la industria,
sino a las profesiones liberales–, el intento de
4. UN POSIBLE ENFOQUE: LA
llevar a cabo una regeneración del pensa-
SOCIOLOGÍA ESPAÑOLA COMO
miento y de la acción social y política en Espa-
REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE LOS
ña. Pero la reflexión crítica sobre la sociedad
PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD
española, aunque pretenda basarse en argu-
ESPAÑOLA
mentos racionales, suele ir acompañada, en
mayor o menor medida, de componentes doc-
Para comprender correctamente el sentido
trinales. Como tendremos ocasión de señalar
científico y político de la acción llevada a cabo
esto no es exclusivo del pensamiento español.
por el Instituto de Reformas Sociales, es nece-
La reflexión crítica sobre la sociedad espa- sario situarlo en su contexto histórico, social
ñola surgida desde la burguesía, no es unita- y económico. Su existencia discurre en medio
ria, sino que ofrece, por lo menos, dos direc- de un acusado proceso de cambio en el que se
ciones que coinciden parcialmente en su hace evidente la necesidad de una variación
metas, pero son diferentes, e incluso contra- sustancial de las estructuras españolas,
rias, en algunos de sus valores y principios. sobre todo en lo que se refiere a las quiebras y
Hay una corriente de esa reflexión crítica, de desajustes en la sociedad española, origina-
carácter laico, que se proyecta sobre la filoso- das por el desarrollo industrial, en un escena-

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rio político marcado por la inhibición del Libre de Enseñanza. En la Real Academia de
Estado en los conflictos sociales originados Ciencias Morales y Políticas. En la Adminis-
por aquél. tración Pública –pues a ella pertenecían, a fin
de cuentas, tanto la Comisión de Reformas
En ese escenario emergen iniciativas Sociales como el Instituto de Reformas socia-
públicas y privadas, políticas y religiosas, les–. En los Seminarios Diocesanos y, en con-
obreras y patronales, multiplicándose los creto, en el de Madrid. Y también en la Uni-
actores sociales que irrumpen en la acción y versidad, pues aunque sólo existiera durante
las direcciones, unas veces confluyentes, pero mucho tiempo la cátedra de Sales y Ferré,
la mayoría de las veces enfrentadas. Muchos cubierta de nuevo, a la muerte de éste, por
de los intentos tienen un carácter predomi- Severino Aznar, existían otras cátedras, de
nantemente activo y se orientan a resolver o diferentes materias, y muy especialmente, la
paliar problemas, ya conocidos y vividos, de de Giner, que se ocupaban de formar a sus
alcance personal y geográfico limitados. Pero alumnos en los conocimientos sociológicos de
en los casos de mayor relevancia el plantea- la época y en otras áreas próximas. Sólo a
miento presenta una dimensión más univer- modo de introducción a la labor realizada por
sal, partiendo de la necesidad de un mejor el Instituto de Reformas Sociales, nos referi-
conocimiento de los problemas, que va unido remos a la Real Academia de Ciencias Mora-
a una interpretación y propuesta de solución les y Políticas, a los Seminarios Diocesanos y
desde la peculiar óptica de los protagonistas: al I Congreso Nacional Sociológico, convocado
ideológica, científica o religiosa. por el Ateneo-Casino Obrero de Valencia.
En todos estos casos se plantea, implícita o
explícitamente, el precepto comtiano: conocer 5.1. La Real Academia de Ciencias
para prever, prever para poder. El conoci- Morales y Políticas
miento de los hechos y de los problemas va
directamente anudado al intento de actuar Entre 1881 y 1932, ingresan en la Real
para poner remedio a los mismos. Pensa- Academia de Ciencias Morales y Políticas
miento sociológico y acción social y política catorce académicos que son considerados
aparecen indefectiblemente unidos. Al menos como sociólogos o que, por lo menos, disertan
en la intención de los actores, y tal como ellos sobre temas sociológicos. No deja de ser signi-
entendían estos términos. ficativo que, según nuestras cuentas, once de
quienes trabajaron –como vocales por desig-
nación real o como personal técnico– en el
5. LOS AUTORES DE LA REFLEXIÓN Instituto de Reformas Sociales, o eran ya aca-
CRÍTICA démicos cuando ingresaron en el Instituto o
lo fueron durante su pertenencia al mismo.
En todo caso, algo nos hace pensar que nos Sólo en dos casos, ingresaron en la Real Aca-
encontramos ante un error de perspectiva demia con posterioridad a la desaparición del
que da lugar a una deficiente comprensión de Instituto. He aquí sus nombres:
los fenómenos, y que es necesario comenzar
1. Gumersindo de Azcárate y Menéndez,
replanteándonos la situación y la definición
(7 de Mayo de 1891),
de la sociología en España. No sólo a la que
Discurso: Concepto de la sociología.
pudo hacerse en el Instituto de Reformas
Sociales, sino a la que, de alguna manera, se 2. Vicente Santamaría de Paredes y Sal-
hacia por los intelectuales españoles, de vá, (Conde de Santamaría de Paredes)
modo independiente o en el seno de institu- (15 de Mayo de 1893),
ciones. En el Ateneo de Madrid, y en otros Discurso: El movimiento obrero con-
Ateneos de toda España. En la Institución temporáneo.

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3. Eduardo Sanz y Escartín (Conde de En distintas oportunidades convoca la


Lizárraga) (25 de Febrero de 1894), Real Academia premios sobre cuestiones de
Discurso: De la autoridad política en la interés social y, cuando en 1883 se celebra en
sociedad contemporánea. Valencia el I Congreso Nacional Sociológico,
convocado por el Ateneo-Casino Obrero de
4. José Manuel Piernas Hurtado (12 de Valencia, la Academia es una de las institu-
Marzo de 1905) ciones que acuden a la convocatoria.
Discurso: Consideraciones acerca del
principio de solidaridad y de sus conse- Resulta encomiable la intensa vinculación
cuencias en el orden económico. de la Real Academia de Ciencias Morales y
Políticas a los problemas de la sociedad espa-
5. Adolfo Bonilla y San Martín (1 de ñola de la época y a la reflexión sociológica
Diciembre de 1912), sobre los mismos durante ese período consti-
Discurso: La ficción en el Derecho. tuyente. Y además de encomiable, resulta
sorprendente, sobre todo si se compara con su
6. Adolfo González Posada (13 de Junio
ostensible alejamiento de la sociología y de
de 1915),
los sociólogos durante las últimas décadas del
Discurso: La ciudad moderna.
siglo XX.
7. Adolfo Alvarez-Buylla y González Ale-
gre (21 de Marzo de 1917),
Discurso: La reforma social en España. 5.2. Los Seminarios diocesanos

8. Julio Puyol y Alonso (11 de Mayo de El catolicismo social tiene como elemento
1919), básico la preocupación de los católicos por la
Discurso: Proceso del sindicalismo llamada «cuestión social» y, en concreto, el
revolucionario. movimiento liderado por el cardenal Mercier,
que pretende aplicar criterios racionales al
9. Severino Aznar y Embid (13 de Febre-
análisis de los problemas de la sociedad
ro de 1921),
moderna. Es decir, pretende empezar por un
Discurso: La abolición del salariado.
análisis científico de las nuevas circunstan-
10. Leopoldo Palacios Morini (16 de Octu- cias del mundo europeo, a fin de aplicar des-
bre de 1927), pués soluciones según los principios cristia-
Discurso: Los mandatos internaciona- nos.
les de la sociedad de las Naciones.
«Un gran número de prelados –escribe
11. Pedro Sangro y Ros de Olano (Marqués Marvaud, en 1910, refiriéndose a España–
de Guad-el-Jelú) (15 de Mayo de 1932) han comprendido la grandeza de la obra
Discurso: Opinión pública y masa neu- social que se les presentaba y han aceptado
tra10 tomar su dirección. Muchos han creado cáte-
dras especiales de Sociología en sus Semina-
rios. El Obispo de Madrid ha creado incluso
10 Discursos de ingreso en la Real Academia de Cien- una auténtica Facultad de Sociología, que ha
cias Morales y Políticas, Fundación San Millán de la confiado a uno de los católicos sociales más en
Cogolla, formato pdf. 2001. Para una consulta de los tex- boga, Severino Aznar»11. Y añade, refiriéndo-
tos íntegros, véase ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES
Y POLÍTICAS, Discursos de recepción y de contestación
leídos ante la Real Academia al dar posesión a los indivi-
duos de número de la misma, 1880-1875, 1920-1924, 11 MARVAUD, Ángel, La cuestión social en España
tomos I a XVIII, Madrid: Impr. del Asilo de Huérfanos del (París, 1910), Madrid: Ediciones de la Revista de Traba-
S.C. de Jesús y otras, 1900-1924. 18 volúmenes. jo, 1975, pág. 227. El autor parece referirse a Don José

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se a éste último: «Aznar no se contenta con empresarios y asociaciones obreras, desde las
abrir ampliamente las páginas de su revista de resistencia catalanas hasta las cooperati-
–La Paz Social– a las discusiones sociales, ni vas y/o de socorros mutuos, muchas ellas de
con batallar con la pluma y la palabra por las Valencia. También estaban representados el
ideas que preconiza. Comprendiendo bien Gran Círculo Obrero, la Sociedad de Profeso-
que una solución de la cuestión social en res Mercantiles y el Fomento de las Artes,
España necesita de antemano un estudio pro- todas ellas de Madrid. Además, se adhirieron
fundo y sobre el terreno de las condiciones por escrito o enviaron trabajos de personas
particulares de cada región, no cesa de reco- como Castelar, Cristino Martos, Silvela, Sal-
rrer la Península, haciéndose acompañar en merón, Azcárate y Gabriel Rodríguez13.
sus viajes (...) por algunos seminaristas
Pues bien, el resultado del Congreso fue un
alumnos suyos, a los que encarga preparar
claro exponente del nivel en que se hallaban
monografías de familias obreras. El Obispo
en nuestro país las teorías y las actitudes res-
de Madrid, según parece, desea incluso
pecto al intervencionismo estatal en las cues-
enviar a aquellos de entre los más distingui-
tiones sociales. El termómetro marcaría en
dos a Alemania o a Bélgica, con el fin de com-
Valencia una elevada temperatura indivi-
pletar su educación sociológica»12.
dualista contraria al intervencionismo. Pero
no simplemente contraria en el nivel de los
principios, sino opuesta abiertamente a la
5.3. El Ateneo-Casino Obrero de
asunción de las propuestas concretas de
Valencia. El I Congreso Nacional
intervención que se presentaron. No obstan-
Sociológico
te, en el curso de las discusiones del Congreso
se planteó la conveniencia de crear una Comi-
Nada tiene de particular, en tal contexto,
sión para que se ocupara de estudiar la situa-
que en 1883 se convoque y se celebre en
ción de los obreros y propusiera soluciones
Valencia, con gran participación, el I Congre-
para una mejora de sus condiciones de vida y
so Nacional Sociológico. Dicho Congreso se
de trabajo.
convoca por el activo Ateneo-Casino Obrero
de Valencia, con el fin de «reunir las fuerzas
vivas del país, la inteligencia, el capital y el 6. EL PROTAGONISMO DE LA
trabajo» para ocuparse «de la cuestión social ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. DE LA
en cuanto se relaciona con la condición de los COMISIÓN AL INSTITUTO
trabajadores». A la convocatoria respondió un
total de 118 entidades, representadas en el Sólo unos meses después, y en clara cone-
Congreso por 380 delegados. La concurrencia xión con el Congreso de Valencia, Moret crea-
fue, por demás, heterogénea y multicolor. ría, desde el Gobierno, una Comisión de estu-
Entre otros organismos estuvieron represen-
tados la Academia de Ciencias Morales y
13 Para un análisis detallado de las ponencias pre-
Políticas, Sociedades Económicas de Amigos
sentadas en el Congreso y del desarrollo del mismo, véa-
del País, Ateneos y Universidades, como la
se CASTILLO, Santiago, «El reformismo en la Restauración:
literaria de Valencia, así como patronos, Del Congreso Sociológico de Valencia a la Comisión de
Reformas Sociales», en la revista Estudios de Historia
Social, n.º 30, 1984, págs. 21-78. En una versión poste-
María Salvador y Barrera, que fue obispo de Madrid, de rior, ligeramente modificada, aparece este texto como
1905 a 1916 y que ingreso en 1912 en la Real Academia Estudio Introductorio a la edición facsímil sobre la Comi-
de Ciencias Morales y Políticas. Parece también muy sión de Reformas Sociales, Reformas Sociales. Informa-
probable que esa presunta Facultad de Sociología siguie- ción oral y escrita publicada de 1889 a 1893, 5 volúme-
ra las huellas de la Universidad Católica de Lovaina. nes, Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
12 M ARVAUD, Op. cit., pág. 227.
1985.

REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES


63
ESTUDIOS

dio para que tratara de «todas las cuestiones dos volúmenes?15 ¿Dónde los elementos que
que directamente interesan a la mejora o han permitido con toda fidelidad evaluar los
bienestar de las clases obreras, tanto agríco- coeficientes de cada factor de la producción en
las como industriales, y que afectan a las rela- los Estados Centrales de Europa, Inglaterra y
ciones entre el capital y el trabajo» (artículo República Norteamericana? ¿Dónde algo que
11 del Real Decreto de 5 de Diciembre de se asemeje al magnífico estudio del Departa-
1883). Era la Comisión de Reformas Sociales. mento Federal del Trabajo en los Estados Uni-
dos, en el cual se examina comparativamente
En el Discurso Preliminar que, pronuncia- el proceso de las operaciones en que se subdi-
do por Canalejas, precede al Proyecto de Ins- viden los esfuerzos de las máquinas y de la
tituto del Trabajo, realizado por Adolfo Álva- mano del hombre, en 672 clases de producción,
rez Buylla y Adolfo González Posada 14, se trabajo que con sus complementos de informa-
explica con gran precisión el discurrir del ciones gráficas ocupa muchos millares de pági-
pensamiento que lleva a sostener la necesi- nas? ¿Dónde la gran información de 1894 irra-
dad de que el gobierno intervenga en la reso- diada de Inglaterra a los principales países del
lución de los problemas sociales, y como mundo y que instruye de un modo tan comple-
requisito previo para el enfrentamiento a tal to y provechoso? ¿Dónde algo semejante
tarea, la necesidad de disponer en España de siquiera a las tareas de la Comisión extra-par-
los «datos vivos del problema». Canalejas lamentaria del catastro en Francia de 18 de
recuerda la afirmación de Dante sobre cómo Marzo de 1891, con alcance no solamente téc-
debe proceder el político: speculandum sed ad nico, económico y jurídico, sino social, que lle-
opus. Y hace suya la idea expresada por Dan- va ya publicados siete voluminosos tomos de
te, poniendo especial énfasis sobre el hecho lectura interesante e instructiva, sobre todo lo
de que el político debe dedicarse al estudio y que afecta a los trabajos de la sub-comisión
la meditación, orientados siempre a elegir el jurídica? ¿Dónde se han estudiado aquí como
mejor modo de obrar para resolver los proble- estudiaron recientemente los italianos todos
mas públicos a los que, por causa de su dedi- los problemas agrarios contemporáneos reco-
cación, se enfrente. giendo sobre los latifundios enseñanzas bien
adaptables a España? ¿Dónde...en fin, el fruto
Se lamenta Canalejas de no disponer de de las tareas de tantas informaciones parla-
información sobre los problemas obreros, mentarias y extra-parlamentarias, de los
cada vez que tiene que enfrentarse a los pro- Laboratorios y Museos sociales, de las Asocia-
blemas españoles y de la necesidad de acudir ciones obreras y de las Memorias presentadas
a informaciones ajenas. Y en una larga alocu- en Congresos internacionales en que o se
ción, que expresa muy bien la situación en deploró nuestra ausencia o padecieron triste-
que se encuentra el político –y el científico– zas inmerecidas nuestros representantes?»16.
español, que pretende hablar y decidir sobre
problemas concretos: «¿Dónde en España
nada parecido al censo profesional germánico 15 Sobre una edición posterior de este Censo de Pro-

de 1895 clasificando la población del Imperio fesiones –la de 1925–, pudo Theodor Geiger elaborar su
intento de estudio de la estratificación social del pueblo
según su capacidad económica en veinticua-
alemán (1932), cuando en Estados Unidos, años des-
tro grandes grupos, cuyo análisis ocupa sen- pués, sólo se llevaron a cabo estudios sobre la estratifi-
cación social de ciudades –Middletown, Middletown in
Transition, Caste and Classe in a Southern Town, «Yankee
14 «Discurso preliminar», de CANALEJAS Y MÉNDEZ ,
City Series» Hay edición en español: Theodor GEIGER, La
José, en BUYLLA, Adolfo y POSADA, Adolfo, El Instituto estratificación social del pueblo alemán, Madrid: Eura-
del Trabajo (1902), Madrid: Centro de Publicaciones. mérica-FOESSA, 1971.
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1986, edición 16 CANALEJAS , «Discurso preliminar», Op. cit., págs.

facsímil. VI-VII. La obra incluye, como Apéndice octavo, un

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

Haciendo referencia a los proyectos pues- igualmente, al agravamiento de la «cuestión


tos en marcha por él, cuando fue Ministro de social» sin que pierdan fuerza las tendencias
Gracia y Justicia, contando con la colabora- individualistas, partidarias de la no interven-
ción de Salillas –publicación de Anuarios, ción del Estado en la resolución de los proble-
Memorias, jurisprudencia, etc.–, añade con mas de la clase obrera, ni en la conflictividad
cierta ironía, no exenta de amargura: Apero del mundo del trabajo. El paso más notable
como yo duro poco en los Ministerios, me fui y que se da en esos momentos se refiere a la
nadie ha vuelto a acordarse de reanudar tra- toma de conciencia de la existencia de un pro-
bajos que eran utilísimos. Censo de la pobla- blema que es, por su propia naturaleza, social
ción, estadística de enseñanza, estadística y no meramente de orden público, como pre-
agrícola, estadística de importaciones y tenden los sectores más afincados en las
exportaciones, estadística de obras públicas, estructuras sociales de tiempos pretéritos. Lo
estadística minera, estadística sanitaria, social es lo referente a la cuestión social19, y la
resúmenes de recaudación, boletines de las sociología hace referencia a los problemas de
estaciones enotécnicas y de los servicios la sociedad, de la nueva sociedad, y sobre todo
comerciales del ministerio de Estado, estadís- de la clase obrera, del advenimiento del cuarto
tica de la administración de justicia en lo civil estado a la vida social, como dirá Azcárate20.
y en lo criminal, alguna que otra estadística
de los impuestos...todo externo, formal, inse- 7. EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO
guro, discontinuo...»17. ORIENTADOR DE LAS REFORMAS
SOCIALES: GUMERSINDO AZCÁRATE
Los anteriores argumentos son propuestos Y ADOLFO POSADA
por Canalejas para justificar la necesidad de
un Instituto del Trabajo que, después de Para comprender la acción reformista lle-
aprobado en Consejo de Ministros, no llegó a vada a cabo desde la Administración, es nece-
la existencia, sino, un año más tarde, con sario, de un lado, contar con los problemas
algunas modificaciones, y con el nombre de que padecía y a los que se enfrentaba la socie-
Instituto de Reformas Sociales18. dad española, desde finales de la guerra de la
independencia y, después, por el discontinuo
Los años de desarrollo económico con los y conflictivo proceso de industrialización. A
que comienza la Restauración contribuyen, este tema ya nos hemos referido más arriba, y
volveremos sobre él cuando intentemos
demostrar cómo la labor del Instituto de
minucioso estudio, realizado por el institucionista J. UÑA
Y SARTHOU, como «Notas de Viaje», sobre Los Institutos
Reformas Sociales se centra, precisamente,
del Trabajo en diferentes países, incluyendo Europa y sobre los problemas a los que hemos aludido.
Estados Unidos. En cada caso se considera: su creación, Pero, de otro lado, la comprensión de la acción
fines, organización interna, obra realizada y métodos de reformista requiere una clave científica que
trabajo. Se añade después una nota sobre la Office Inter- es el conjunto de ideas y consideraciones des-
national du Travail y el Museo Social de Paris. (págs. 261-
de los que tal acción se enfoca y se perfila.
342).
17 CANALEJAS, «Discurso preliminar», Op. cit., págs V- Esto es, el bagaje de criterios científicos y de
VI.
18 En realidad, CANALEJAS propuso y obtuvo la apro-
19 Sobre la evolución del sentido de «lo social», véa-
bación, en el Consejo de Ministros de Abril de 1902, de
la creación de dos Institutos: el Instituto del Trabajo y el se M ARTÍN L ÓPEZ , Enrique, «El Balance social de la
Instituto de la Propiedad. CANALEJAS, «Discurso prelimi- empresa, en AA.VV., Economía y sociedad, Madrid: Ban-
nar», Op. cit., pág. IV Conviene tener en cuenta que co de Bilbao, 1982.
20 AZCÁRATE, Gumersindo de, «Estudios sobre el pro-
estos proyectos fueron presentados por CANALEJAS siendo
Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras blema social», incluido en Estudios Económicos y Socia-
Públicas. les, Madrid, 1876, pág. 118

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ESTUDIOS

ideas básicas con las cuales, quien trabajaron relevantes del pensamiento sociológico de
en el Instituto de Reformas Sociales, se Azcárate, pero, para nuestros intereses
enfrentaron a la tarea de estudiar los proble- actuales, es más adecuado recurrir a lo
mas y proponer las reformas. Lo cual no cree- expuesto en su Concepto de Sociología, que
mos que deba buscarse en otra parte que en el fue su discurso de ingreso en la Real Acade-
pensamiento de los dos hombres que crearon mia de Ciencias Morales y Políticas.
el Instituto y que dirigieron sus actividades
Muestra Azcárate el carácter totalizador
durante el mayor lapso de tiempo: Gumersin-
de la sociología junto a su carácter no especí-
do Azcárate y Adolfo Posada.
fico, que permiten diferenciarla de las cien-
El primero, que fue secretario de la Comi- cias sociales particulares y concretas: «Lo
sión desde su origen, se convierte en el presi- social total y genérico es lo propio de la Socio-
dente por antonomasia del Instituto, más allá logía; y lo social particular y específico corres-
de su muerte en 1917: «... la huella de Azcá- ponde a las distintas ciencias sociales»23.
rate permanece viva en la labor cotidiana del
Esta distinción plantea la necesidad de
Instituto hasta la disolución de éste. Su sim-
determinar en qué consiste el hecho propia-
ple recuerdo despierta fidelidades y sostiene
mente sociológico, ya que «se trata de saber
actitudes entre los miembros del Instituto
qué hechos deben considerarse como de la
que salvaguardan la pureza original de las
sociedad toda, cuáles puede ésta considerar
intenciones, objetivos y forma de funciona-
como suyos».
miento que conformaron el Instituto de
Reformas Sociales como una institución Establece Azcárate la diferencia de los
ejemplar en su género, y, en este sentido, úni- hechos cuando se trata de un individuo y
ca en todo el continente europeo»21. cuando se trata de un pueblo. En el primer
caso, el hecho es la individualidad, lo que le
El segundo, Adolfo Posada, que junto con
distinga, de modo que a ningún biógrafo se le
Adolfo Buylla redactara el Proyecto de Insti-
pide que describa todo lo que se refiere a un
tuto del Trabajo, y que ocupó cargos directi- individuo, sino sólo los que sean precisos para
vos, dentro del personal técnico, durante toda mostrar su personalidad, su individualidad.
la vida del Instituto. Conviene destacar algu- «De modo análogo, si se trata de un pueblo, su
nos aspectos del pensamiento sociológico de hecho será el humano mostrado bajo el predo-
ambos, en la medida en que permiten una minio de su carácter, genio e índole, de su
más correcta comprensión del sentido e raza, de su cultura, del territorio en que vive,
intencionalidad profunda de los trabajos del del medio social en que se desenvuelve; en
Instituto de Reformas Sociales. suma, lo característico de su nacionalidad; y
así como la biografía ha de contener todos los
7.1. El pensamiento sociológico de hechos de la vida del individuo, la historia de
Gumersindo de Azcárate. Concepto un pueblo no debe, ni puede contener todos
de la Sociología los de la de éste, y al modo que en ella sólo
interesa lo más sustancial de la biografía del
Probablemente, puedan encontrarse en
Estudios Económicos y Sociales 22 aspectos
23 Gumersindo de AZCÁRATE, Concepto de la Sociolo-

gía y un estudio sobre los deberes de la riqueza, Barcelo-


21 Juan Ignacio PALACIO MORENA, La institucionaliza- na: Henrich y Cía., 1904, pág. La primera parte es el dis-
ción de la reforma social en España (1883-1924), Madrid: curso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Mora-
Ministerio de Trabajo y Seguridad social, 1988, pág. 496. les y Políticas (1891), la segunda es el discurso de aper-
22 Gumersindo de AZCÁRATE, Estudios económicos y tura de curso en el Ateneo Científico y Literario de
sociales. Madrid (1892).

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individuo, lo que ha trascendido a la de la pobres, etc., y en cuanto a lo segundo, entre el


comunidad, de igual manera en la historia activo y el perezoso, el débil y el enérgico, el
universal sólo tiene cabida la sustancia de la bueno y el malo, el justo y el injusto». La
vida de los pueblos, lo que ha transcendido o sociología puede afirmar que esta desigual-
ha de transcender a la vida de la humani- dad no implica la desigualdad de esencia, ni
dad»24. la desigualdad política, ni la desigualdad
jurídica, sino que afecta «a la participación en
En esta descripción de los temas que cons- el poder y al ejercicio de las funciones».
tituyen el hecho sociológico, respecto de un
pueblo o sociedad, parece contenerse un pro- Por su parte, la historia muestra el reina-
grama de investigación empírica, en nada do constante de la desigualdad a través de los
abstracto ni utópico. tiempos: esclavitud, castas, clases, aristocra-
cias basadas en el nacimiento, en la riqueza,
Mayor interés tiene su modo de entender en la fuerza, etc.
el Arte Social, que tiene por objeto proponer
las consecuencias prácticas para resolver los Por último, el Arte «en vista del ideal tra-
problemas de la sociedad, a la luz de los idea- zado por la sociología y de los hechos mostra-
les propuestos por la Sociología. Azcárate dos por la Historia, traza el modo de sustituir
toma de Vico la distinción entre Historia, las jerarquías y las clases nacidas de otros
Filosofía y Arte social, que aplica éste a cual- tiempos, por las que en el seno de la sociedad
quier ciencia que haga relación al hombre: determinan la aptitud, el carácter, la virtud,
«Conocimiento de lo hecho, conocimiento de lo en una palabra, el prestigio»25.
que se debe de hacer, conocimiento de cómo
Corresponde a la sociología conocer los
ha de hacerse, y que satisfacen respectiva-
hechos y formar ideales y al Arte, realizarlos
mente la Historia, la Filosofía y el Arte». Y lo
en la sociedad. De esto no hay duda, como
ejemplifica Azcárate con temas tomados de la
tampoco la hay de que el Arte Social se
política y de la economía, para pasar después
encuentra en un estado atrasado, porque «la
a un tema concreto de la sociología, cual es el
norma, la guía, el ideal ha de dárselo la socio-
de la igualdad. «Tomemos un problema socio-
logía, y ya hemos visto como esta ciencia se
lógico más concreto, como por ejemplo, el de
encuentra en lo que podemos llamar período
la igualdad –dice Azcárate– y veremos que
de formación». Sin embargo, no parece que
acontece lo mismo. La sociología puede hallar
Azcárate se refiera a ideales morales, sino a
que hay una desigualdad social, en cuanto
las formas más eficientes de ordenar la vida
que por el valor de la individualidad, por las
social y de regular las actividades sociales,
exigencias de la vocación, por la diversidad de
entendiendo por eficiencia el logro de una
caminos abiertos a la actividad, por la ener-
cierta armonía y proporción entre las partes.
gía con que ésta se ejercita, por los resultados
Queda esto claro, negativamente, en su refe-
que se logran, por las condiciones del medio
rencia a los planteamientos extremos del pro-
social que los favorecen o estorban, etc., cada
blema social: «¿Cabe negación más radical de
cual se crea una distinta posición social, no
todo Arte, que la liquidación social pedida
habiendo dos que sean completamente igua-
por los que no tienen y la respuesta de los que
les en este respecto, resultando así, no solo
tienen reducida a decir: noli me tangere?»26.
diferencias en cuanto a la cantidad de lo rea-
lizado, por decirlo así, si que también con
relación a la calidad; esto es, en cuanto a lo 25 AZCÁRATE, Op. cit., págs. 60 y sigs.
primero, entre sabios e ignorantes, ricos y 26 AZCÁRATE, Op. cit., págs. 65-66. Creemos que
sería conveniente intentar entender el pensamiento de
moral social de este autor desde la perspectiva indicada,
24 AZCÁRATE, Op. cit., págs. 33-34. ya que daría lugar a un planteamiento estrictamente

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ESTUDIOS

En este conjunto de ideas se manifiesta Hay un primer grado, que representa la


con suficiente claridad el bagaje de conceptos menor conciencia reflexiva posible de la
e intenciones sociológicas con el que Azcárate acción social, que está representado por el
llega, primero, a la Comisión de Reformas hacer social general de la masa, que constitu-
Sociales, después, al Instituto de Reformas ye el material vivo de toda sociedad. En cuan-
Sociales. to proceso vivo, «adquiere como hacer social,
para el sociólogo, un carácter genético, de obra
que se produce y exterioriza en un proceso
7.2. Sociología y acción social en causal. Las condensaciones espontáneas de
Posada ese proceso constituyen las costumbres, los
usos, los hábitos colectivos, que representan
Posada abre una brecha en el determinis- verdaderos estados de equilibrios sociales, a
punto de romperse constantemente tales
mo espiritualista de su tiempo, intentando
equilibrios, y que, en efecto, se rompen, mer-
mostrar cómo, en la vida social, hay un mar-
ced a las manifestaciones de la actividad
gen de creciente importancia para la acción
inventiva e innovadora –la invención, de Tar-
libre de los individuos. «La realidad social se
de– característica del hombre»28.
ofrece, desde luego –dice Posada– aun a la
observación más superficial y exterior, como Este hacer general de la masa, se corres-
un hacer; la sociedad se hace –génesis–, la ponde con lo que Giddings ha llamado con-
sociedad la hacemos persiguiendo fines –téle- ciencia de la especie, que es el vehículo propa-
sis– movidos por estímulos; excitados por gador de la imitación de Tarde y de Baldwin,
deseos –emociones, ideas– que se convierten y que engendra el hecho social objetivo de
en tendencias y en aspiraciones. ¿Nos damos Durkheim, representa únicamente un primer
siempre cuenta de este hacer? ¿Tenemos con- grado de mínima conciencia reflexiva por par-
ciencia –sobre todo conciencia reflexiva– de te de los actores.
como ese hacer se produce? Parece que sí,
En el otro extremo de la reflexividad
pero de cierto modo, y hasta cierto punto, y
habría que colocar las realizaciones del hacer
con diversa intensidad»27. Aquí está, plantea-
social que «culminan en la personalidad
do con toda precisión, el tema de la acción
como una expresión querida y razonada,
social como tema central de la vida social y de
teniendo por órganos la conciencia de los
la reflexión sociológica, al mismo tiempo que
individuos». Pero entre ambos extremos se
se explicita la existencia de una gradación en
sitúa «una gradación que va desde el acto
la conciencia reflexiva. Es decir, Posada afir- social incoloro, casi un reflejo imitativo,
ma que existen grados diferentes de concien- resultado quizá de una manifestación instin-
cia en la acción social. tiva, hasta el acto directivo de la personali-
dad saliente –quizás del genio– que acaso
sintetiza el ideal posible de un pueblo en un
sociológico de la moral: la norma moral, o el sistema
moral, más adecuado sería el que contribuyera en
momento dado». Pues bien, en la esfera del
mayor medida a conseguir una mejor solución de los «hacer social» reflexivo se encuentra –dice
problemas y conflicto sociales. Así habría que interpretar Posada– lo que con todo rigor puede llamarse
su estudio Los deberes de la riqueza, discurso leído por el Arte social29. Aparece aquí, de nuevo, el con-
autor en el Ateneo Científico y Literario de Madrid, el 11 cepto Arte social, establecido ya por Azcára-
de Noviembre de 1892. Por orta parte, ese discurso tie-
te, a partir de Vico. Pero en el pensamiento
ne cierto parentesco con el libro de SUMNER, William G.,
What Social Classes Owe to Each Other, 1882.
27 Adolfo POSADA, Principios de Sociología (1908),

segunda edición revisada y aumentada, Madrid, Daniel 28 POSADA, Op.cit., 2.º, págs. 276-7.
Jorro, 1929, tomo 2º, pág. 275. 29 POSADA, Op.cit., págs. 277-79.

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de Posada alcanzará una mayor extensión y de la acción social racional con arreglo a
desarrollo conceptual. fines, en el más riguroso sentido maxweberia-
no, abarcando, en consecuencia, el ámbito de
«El Arte social expresa la convicción de que las acciones que se realizan conforme a pro-
nuestra razón es una fuerza social eficaz y de yecto, con deliberación respecto de los fines y
que la evolución social se produce, en una cier- de los medios y una adecuada organización,
ta medida, por la acción reflexiva, que tiende realización y control de las tareas, que condu-
–como la espontánea– a continuar la vida y a cen a hacer real la representación anticipada
mejorarla, según las representaciones antici- de la que se partió. Y, ciertamente, esa posi-
padas de lo que ha de ser, o sea del porvenir bilidad está implícita en Posada, aunque no
según un ideal. El Arte social, en cierto modo, es ese el tema que le preocupa cuando se
supone la aptitud del espíritu –individual y enfrenta al Arte social. En lo que realmente
colectivo– para forjar ideales, esto es, para piensa es en la aplicación científica de la
elaborar una representación anticipada de la Sociología a la realidad social, llevando a la
realidad social futura, no ciertamente una práctica ideales -proyectos- sociales. «Nuestra
representación puramente imaginativa o abs- experiencia y nuestra observación nos seña-
tracta, como la que se condensa en la utopía, lan, como cosas reales, transformaciones
sino una representación elaborada bajo el sociales, obra de cambios y de modificaciones
influjo del pasado –tradición, historia– y con causados en la Historia, y que, a veces, tradu-
la vista en las condiciones del presente». A fin cen intervenciones eficaces de una acción
de cuentas, habla Posada de la capacidad que humana reflexiva, calculada, hábil, que se
el hombre tiene de hacer proyectos, individua- define como reforma –reforma social se dice
les y/o colectivos, y de convertir esos proyectos en cierta esfera hoy–, labor en ocasiones de
en contenido de su propio hacer social, reflexi- verdaderos «sociólogos de acción»31.
vo y consciente. Pero tiene un mayor empeño
en aclarar la naturaleza de esos ideales –o En consecuencia, lo que esos sociólogos de
proyectos– que ponen en marcha la acción a la acción, actores de las reformas sociales pre-
que se refiere: «Que no es el ideal función del tenden llevar a cabo es el Arte Social, situado
capricho: surge en todo momento y en todas en la esfera del «hacer social» reflexivo. Dis-
las esferas de la vida humana, como una rea- tingue así Posada, entre el sociólogo filósofo y
lidad del espíritu y una consecuencia de la el sociólogo de acción: el primero contempla la
naturaleza psicológica del hombre, es decir, realidad con el espíritu de un filósofo; el
de un ser capaz de representarse –incluso segundo «será el órgano específico del ideal
más o menos plásticamente– la realidad por social para la vida real, que acaso no ha
venir, y de proponerse el enlace positivo de engendrado, que habrá recogido del ambien-
ésta con el presente para continuar la Histo- te, pero que tomará carne en él, siendo él
ria. El ideal tiene su causa inmediata en la como el instrumento consciente y eficaz,
inquietud humana, y es obra de la naturaleza capaz de identificarse con la realidad social y
emocional del hombre, y de su aptitud para ser como una causa viva y obrante del proce-
desear lo mejor y para convertir lo deseado en so actual y futuro. El sociólogo de acción pue-
atracción, con fuerza suficiente para mover el de ser –debería ser– el reformador social»32.
ánimo y la voluntad en el sentido que señala
Y tal función se justifica plenamente a los
la atracción del ideal»30.
ojos de Posada, aun en el caso de que la mar-
Fácilmente se podría tomar lo que antece- cha de la humanidad estuviera determinada
de como el punto de partida para una teoría

31 POSADA, Op.cit., 2.º, pág. 268.


30 32 POSADA, Op.cit., 2.º pág. 283.
POSADA, Op.cit., 2.º, págs. 279-80.

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ESTUDIOS

por fuerzas cuyo control último se nos escapa- Alemania, en Holanda y en España, empleán-
ra: «Y aunque prescindiéramos de toda inter- dose para denominar a los estudios sociológi-
vención reflexiva y calculada, y supusiéra- cos empíricos. «La sociografía, igual que la
mos que las transformaciones sociales entra- antigua estadística –dirá Tönnies– se propo-
ñan sólo el puro juego mecánico de fuerzas o ne como objeto el estudio de los países y de
energías físicas, ellas plantearán necesaria- sus gentes: por lo tanto, está orientada de
mente un problema sociológico, que se com- modo más inmediato hacia el estudio de un
plicará más y más, en cuando consideremos territorio determinado y de determinados
que, en todo caso, nosotros somos una fuerza hombres como habitantes del mismo».Tön-
del conjunto que influirá de algún modo, o en nies la denomina sociología empírica o socio-
alguna medida, en la producción de las inevi- grafía, y considera que se ocupa del «estudio
tables resultantes en que las transformacio- de la vida social contemporánea, concebida
nes sociales realizadas pueden consistir»33. en su marcha hacia adelante, en su incesante
transformación», utilizando un método espe-
cial que «consiste concretamente en la inves-
tigación de los propios hechos sociales; el
8. EL NACIMIENTO DE LA SOCIOLOGÍA
método de la observación y de la comparación
EMPÍRICA EN ESPAÑA
basada en las observaciones; el método empí-
(SOCIOGRAFÍA)
rico, inductivo»35.
En realidad, podemos considerar, la parte Este es el tipo de investigación empírica en
sociológica de los trabajos del Instituto de sociología que, por lo menos hasta los comien-
Reformas Sociales, como el comienzo de la zos de la segunda guerra mundial, se dará,
sociología empírica entre nosotros. No se tra- con mayores o menores exigencias metodoló-
ta de un fenómeno exclusivo de España, que gicas, en todo el mundo europeo. Los informes
ponga de manifiesto peculiaridades o tipis- de la Comisión de Reformas Sociales y del
mos del alma nacional, sino que, más bien al Instituto de Reformas Sociales discurren en
contrario, nos enfrenta a trabajos que en su paralelo a los informes de Ferdinand Tönnies
temática y en su estilo consuenan con otros y de Max Weber, en Alemania 36, de Charles
que, por ese mismo tiempo, se llevan a cabo
en distintos países europeos y que, sólo el 35 Ferdinand TÖNNIES , Principios de sociología, Méxi-
desconocimiento y un exacerbado criticismo
co, F.C.E., 1942, págs. 381 y sigs.
hacia lo propio, nos han impedido valorar en 36 Lluis FLAQUÉ y Salvador GINER consideran a Tön-

su justo término. nies como el fundador de los «informes sociales» o social


surveys, que él incluía dentro de la sociografía o descrip-
Se trata, con todo rigor, de estudios que ción objetiva de un conjunto de «eventos sociales», Pró-
encajan dentro de lo que por aquellos años se logo a Comunidad y asociación, Barcelona: Península
denominó sociografía, término que, acuñado 1979, págs. 8-9. El informe más conocido de los realiza-
dos por TÖNNIES es el que versa sobre la huelga de los tra-
por Steinmetz34, se hizo bastante común en el
bajadores portuarios y los marinos en Hamburgo,
mundo sociológico europeo y, sobre todo en 1896/97 (Die Wahrheit über en Streik der Hafenarbeiter
und Seeleute in Hamburg 1896/97, Hamburgo: Engelke,
1897). Por lo que se refiere a los informes realizados por
33 POSADA, Op.cit., 2.º, pág. 268. Max W EBER , véase Sociología del trabajo industrial,
34 R. STEINMETZ , sociólogo holandés, formado en Madrid: Trotta, 1994. En dicho volumen se recogen dos
Inglaterra, usa esta expresión por vez primera en 1913, investigaciones empíricas realizadas por Weber entre
contraponiéndola a la sociología abstracta, en un inten- 1908 y 1909, sobre la situación de los obreros industria-
to de no perder el contacto con la realidad. R. STEINMETZ, les en Alemania: «Introducción metodológica para las
«Die Soziographie in der Reihe der Geisteswissenschaf- encuestas de la Verein für Sozialpolitik sobre selección y
ten», Archiv für Rechts-und Wirtschaftsphilosophie, adaptación de los obreros de las grandes fábricas» y «Psi-
tomo 6, 1913. cofísica del trabajo industrial».

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

Booth en Inglaterra37, de Frédéric Le Play en Dentro del conjunto de las actividades de


Francia y en otros países de Europa38, etc. En información, asesoramiento y apoyo técnico
todo caso, se trata de una sociología empírica, al Gobierno y a las fuerzas sociales, los Infor-
descriptiva, que pretende dar cuenta minu- mes se elaboran cuando «se estima necesario
ciosamente de una situación social problemá- un conocimiento más exacto de los hechos o
tica, acudiendo a todos los datos y fuentes de un estudio técnico más detallado de las posi-
información disponibles y que se orienta, bles respuestas o soluciones, (entonces) se
seguidamente, a servir de base para proponer remiten los temas a las correspondientes sec-
soluciones a los problemas descritos. ciones técnicas para su estudio y posterior
informe o dictamen»40. Pero en todo caso, hay
Sabido es que el Instituto de Reformas dos posibles fuentes, bien diferenciadas, de
Sociales tuvo encomendadas, desde su funda- las que pueden brotar los informes: 1) suce-
ción, una serie de tareas relacionadas, en sos, por lo regular catástrofes, como las mine-
sentido muy amplio, con la «reforma social». ras, que afectan profundamente a la opinión
Partiendo de lo que ya se decía respecto de la pública y que exigen un análisis detallado de
Comisión de Reformas Sociales, se encomien- las causas y una reflexión sobre los medios
da a ambos «estudiar todas las cuestiones que para corregirlas, y 2) temas más generales
directamente interesan a la mejora o bienes- cuya trascendencia e interés aconsejan un
tar de las clases obreras, tanto agrícolas como tratamiento monográfico41.
industriales, y que afectan a las relaciones
entre el capital y el trabajo», correspondien- En el orden cronológico aparecen diversos
do, además, al Instituto de Reformas Socia- informes sobre problemas agrarios. En 1904,
les, preparar la legislación del trabajo; cuidar Álvarez Buylla redacta y publica, a petición
de la ejecución de la legislación a través, fun- del gobierno, su Memoria de la información
damentalmente, de los servicios de inspec- agraria en ambas Castillas42, publicándose
ción y de estadística; y favorecer la acción ese mismo año, sobre el mismo tema, pero en
social y gubernativa en beneficio de la mejora folleto separado, el Proyecto de plan para la
o bienestar de las clases obreras mediante el información agraria de ambas Castillas y, en
asesoramiento, el estudio, y la mediación 1905, el Interrogatorio para la información
para prevenir y conciliar conflictos39. agraria de ambas Castillas, que constituyen,

37 Los estudios de Booth guardan una evidente rela-

ción con los que llevan a cabo la Comisión de Reformas Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1988,
Sociales y el Instituto de Reformas Sociales: la vida en los pág. 140.
40
barrios obreros de Londres, la pobreza y sus formas, los PALACIO MORENA, Op. cit., pág. 143.
ancianos pobres y las pensiones, las distintas tareas del 41 PALACIO MORENA, Op. cit., pág. 259.

trabajo industrial, la influencia de la religión en la vida 42 Adolfo ÁLVAREZ BUYLLA Y ALEGRE, Memoria acerca

de las gentes, etc. Para una presentación de textos esco- de la información agraria en ambas Castillas, Madrid: M.
gidos, puede verse; Charles BOOTH, On the City. Physical Minuesa, 1904; Miseria y conciencia del campesino cas-
Pattern and Social Structure, Chicago y Londres: The tellano, Madrid: IRS, 1977. Parece evidente que cuando
University of Chicago Press, 1967. Recoge trabajos des- DEL CAMPO, Salustiano y CAMACHO, Juan Manuel «Social
de 1886 hasta 1913. Son evidentes tanto el paralelismo Reporting in Spain. «Recent Tradition» EuReporting
temático como la coincidencia cronológica. Working Paper nº 16, Subproject «European System of
38 La principal obra de Frédéric LE PLAY, en la que,
Social Indicators», Mannheim: Centre for Survey Rese-
además, desarrolla el método monográfico que le hizo arch and Methodology (ZUMA), Social Indicators, afir-
famoso, es Les ouvriers europèens, (1855), 6 volúmenes, man que los informes sociales -social reports- son hijos
2.ª edición, Tours: Mame, 1877-89. El pensamiento de de nuestros días y que no aparecen en España hasta la
Le Play y, especialmente, su método de las monografías, década de los sesenta, se están refiriendo a los informes
alcanzó una gran difusión. sociológicos de carácter global. Sólo así cabría admitir
39
Juan Ignacio PALACIO MORENA, La institucionaliza- que los Informes sociales sean un fenómeno reciente en
ción de la reforma social en España (1883-1924), España.

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71
ESTUDIOS

a fin de cuentas, dos cuestionarios para la dor de un concurso convocado por el gobierno
realización de encuestas informativas. y cuya resolución fue encomendada al Insti-
tuto de Reformas Sociales. En 1905 publica el
La Memoria se redactó a partir de dos Instituto un folleto que lleva por título Resu-
fuentes de información: men de la información acerca de los obreros
agrícolas en las provincias de Andalucía y
1) una serie de entrevistas, en todas las
Extremadura que, aunque posterior en la
poblaciones visitadas, con «gobernado-
fecha, recoge información que en su mayor
res, alcaldes, secretarios de Ayunta-
parte había sido elaborada en 1902 por la
miento y algunos jueces de primera ins-
Comisión de Reformas Sociales, con motivo
tancia, registradores, maestros, curas
de la crisis agraria en Andalucía, si bien se
párrocos, jefes de puestos de la Guardia
añaden datos más recientes45.
Civil, directores y redactores de los
principales periódicos, y con bastantes Mayor importancia tienen los estudios que
patronos y obreros, procurando, por la realiza el Instituto en la provincia de Córdo-
directa inspección del trabajo en los ba, a raíz de los conflictos agrarios que tienen
campos, de las casas, de la alimenta- lugar a comienzos de 1919. Una detallada
ción, el mejor conocimiento de las condi- exposición de esos conflictos, utilizando los
ciones de la agricultura y del modo de materiales elaborados por el Instituto, ade-
vida de los obreros agrícolas»43; más de otros de distinta procedencia, se reco-
ge en el libro de Juan Díaz del Moral, Historia
2) la aplicación de una encuesta, de la que de las agitaciones campesinas andaluzas y en
se repartieron 17.540 cuestionarios, en el trabajo de Constancio Bernaldo de Quirós,
un total de 4.278 municipios, siendo El espartaquismo agrario andaluz46.
cumplimentados 3.375 cuestionarios.
Es decir, algo menos del 20 por 100 del En el mismo área de la sociología rural y
total. Las preguntas que integraban el del agitado mundo del campo andaluz hay
cuestionario se distribuían en cinco blo- que situar el estudio de Bernaldo de Quirós
ques: extensión territorial, densidad de sobre Bandolerismo y delincuencia subversi-
población, emigración e inmigración, va en la baja Andalucía, publicado en 1913,
propiedad agrícola y vida del obrero en el que sostiene la tesis de que el bandole-
agrícola. rismo es la solución individual, paralela al

También versa sobre la sociedad rural el


trabajo de Celedonio Rodrigáñez, El proble- 45 Una parte del Resumen, concretamente la que se

ma agrario en el mediodía de España44, gana- refiere a «los salarios agrícolas en Andalucía y en Extre-
madura en 1905», fue publicada en la Revista de Traba-
jo, n.º 1, 1963, págs. 187-295, con comentarios de José
43 ÁLVAREZ BUYLLA, Miseria y conciencia.., pág. 114. Castillo.
44 46 Juan DÍAZ DEL M ORAL , Historia de las agitaciones
Celedonio RODRIGÁÑEZ, El problema agrario en el
mediodía de España, Madrid: IRS, 1904. Díaz del Moral campesinas andaluzas, Córdoba, Madrid: Gráfica Uni-
valora muy positivamente la información de este traba- versal,1929; Madrid: Alianza Editorial, 1973. Díaz del
jo, así como la de los cinco accesits concedidos por el Moral, notario de Bujalance, fue discípulo de Fernando
jurado del Instituto y los considera como absolutamente de Castro y de Francisco Giner de los Ríos, a quienes
imprescindibles para comprender los problemas del dedica su libro, pero, que sepamos, no trabajó nunca en
campo andaluz. DÍAZ DEL MORAL, Agitaciones campesi- el Instituto de Reformas Sociales. Constancio BERNALDO
nas.., Madrid, 1973, pág. 517. Rodrigáñez había gana- DE QUIRÓS, El espartaquismo agrario andaluz, Madrid:
do, años atrás, un concurso convocado por la Real Aca- Reus,1919. Edición moderna por J.L. GARCÍA DELGADO,
demia de Ciencias Morales y Políticas: RODRIGÁÑEZ, C., selección y prólogo, El espartaquismo agrario andaluz y
La vida del campo, Madrid: Tipografía de los Huérfanos, otros ensayos sobre la estructura económica y social en
1886. Andalucía, Madrid: Editorial Revista de Trabajo, 1973.

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

espartaquismo agrario, como solución colecti- dad propias de los informes del Instituto. Sin
va, frente a las características de la estructu- embargo, en ocasiones están directamente
ra social de Andalucía47. También sobre pro- implicados asuntos de carácter social, como
blemas agrarios y sociales, pero lejos del los referentes a la vivienda, alimentación,
mediodía y de las dos Castillas, se sitúa el dotación de servicios y a los abusos de los pro-
trabajo de García de Cáceres, titulado Infor- pietarios de las minas, estableciendo canti-
mación acerca de las condiciones sociales en nas y economatos en sus propias explotacio-
que se realiza el cultivo del arroz en la provin- nes, en las que los mineros se ven obligados a
cia de Valencia, 1910. comprar48.

Tanto la Comisión como el Instituto dis- Por lo que se refiere a los efectos sociales y
pensaron una gran atención a los problemas económicos del proceso industrializador, con-
del campo, y lo mismo hacen otros muchos viene señalar, en primer término, la preocu-
pensadores e instituciones, hasta tal punto pación del Instituto en todo lo referente al
que podría decirse que la sociología rural es trabajo de las mujeres y de los niños. Existen
la primera sociología empírica que se practica informes sobre temas particulares, elabora-
en España, frente a lo que sucede en el resto dos con ocasiones de problemas o consultas
de Europa, en donde es la industrialización el planteadas al Instituto. Por ejemplo, el elabo-
motor del pensamiento crítico sobre los pro- rado a petición de los fabricantes de vidrio de
blemas de la sociedad. la provincia de Barcelona, quienes solicita-
ban la suspensión de ciertas normas que limi-
Pero, casi simultáneamente, preocupan taban a seis las horas de trabajo y prohibían
los problemas relativos a las minas y a los el trabajo nocturno de los menores de 14
mineros. Dos catástrofes en sendas explota- años, de ambos sexos. Pero tienen mayor
ciones mineras –en la explotación hullera de interés, por su carácter general, los informes
Villanueva de las Minas (Sevilla) y en Melen- redactados por José González Castro, sobre
dreros (Oviedo), también de hulla–, dan lugar El trabajo de la mujer en la industria, 1914, y
a dos visitas de inspección, seguidas de infor- El trabajo de la infancia en España, 191749.
mes técnicos. La primera es realizada por El primero de estos estudios, realizado por un
José Marvá y Mayer, ingeniero militar, de miembro del Instituto, no se hizo por iniciati-
quien se decía que era «más sociólogo que va de éste, sino como respuesta a un concurso
guerrero» y que a la sazón dirigía la sección convocado por la Sociedad Española de Higie-
técnica segunda –Inspección–. La segunda ne para estudiar las condiciones de trabajo de
visita de inspección corre a cargo de Rafael la mujer. Sin embargo, el Instituto lo asumió
Bautista Sanz, ingeniero de minas y auxiliar como propio y lo publicó para su difusión. En
de la sección segunda. El contenido de estos
informes es predominantemente técnico,
48
relacionado con el incumplimiento de diver- Uno de estos informes se ha reeditado hace algu-
nos años: José MARVÁ, El trabajo en las minas, Algorta,
sas disposiciones sobre higiene y seguridad
1970. Marvá se formó en la Academia de Ingenieros del
en el trabajo de las minas, pero en ellos se Ejército, siendo profesor de la misma y miembro de la
pone de manifiesto las exigencias de objetivi- Academia de Ciencias y del Instituto de Reformas Socia-
les. Véase M ARVÁ Y MAYER, J., Función técnico-social del
Ingeniero, Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros
47
Constancio BERNALDO DE QUIRÓS, «Bandolerismo y del Ejército, 1909, en donde reconoce el importante
delincuencia subversiva en la Baja Andalucía», tomo IX papel del ingeniero como intermediario entre el capital
de los Anales de la Junta para Ampliación de estudios e y el trabajo, en un régimen de libre competencia.
49 José GONZÁLEZ DE CASTRO, El trabajo de la mujer en
Investigaciones Científicas, Madrid, 1913. Años más tar-
de publicará, en colaboración con Luis ARDILA, Crimino- la industria. Condiciones en que se efectúa y sus condi-
logía del campo andaluz. El bandolerismo, Madrid: ciones en el porvenir de la raza, Madrid: IRS., 1914; El
Publicaciones de «Policía Española», 1933. trabajo de la infancia en España, Madrid: IRS. 1917.

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ESTUDIOS

el informe se comienza señalando las trans- anuales sobre las huelgas en Barcelona, que
formaciones irreversibles suscitadas por el publica Miguel Sastre, de 1903 a 1915, con
paso del taller familiar a las fábricas, con las independencia del Instituto pero en paralelo
condiciones creadas por el uso de las «máqui- a sus actividades y preocupaciones51. Pero
nas». Este paso afecta gravemente a las con- aparte de las estadísticas de huelgas, el Insti-
diciones de la mujer, en cuanto a seguridad e tuto prestó una atención especial a ciertos
higiene, jornada de trabajo, remuneración, conflictos cuando llegaron a tener una impor-
etc. Con la alternativa del trabajo a domicilio tancia propia, por determinadas razones, de
–sobre todo en la industria textil–, que per- modo que se llegaron a redactar unos veinti-
mite eludir la posible supervisión de la ins- cinco estudios monográficos sobre distintas
pección del trabajo femenino. Se analizan en huelgas. Uno de los más conocidos es el que
este informe las relaciones entre patronos y llevó a cabo Julio Puyol y Alonso, secretario
obreras y la falta de sensibilidad de la socie- del Instituto, sobre los conflictos que tuvieron
dad ante los problemas que se denuncian. lugar en la Sociedad Fábrica de Mieres, que
explotaba minas de hulla52. Este Informe se
Los informes sobre el trabajo de los meno- realiza a instancias de la asociación de obre-
res presentan esquemas analíticos análogos, ros de Mieres «La Unión Social», que denun-
tanto el publicado por González Castro en cia una serie de prácticas discriminatorias,
1917, como el que elabora Alberto López por parte de la empresa, hacia trabajadores
Argüello, en 1920, sobre el trabajo de los niños sospechosos de ideología socialista.
en los espectáculos públicos50. En ambos se
lleva a cabo la descripción de las característi- También tiene su origen en una huelga
cas de la vida de los menores y del trabajo al concreta el Informe realizado por Vicente
que están sometidos: trabajo de menores de Santamaría de Paredes y otros, a raíz de una
10 años, ausencia de escolarización, jornadas serie de conflictos que afectaron a buena par-
interminables de trabajo, mala alimentación, te de la población de Gijón 53. En todos los
carencia de medidas de higiene y seguridad, casos, el Instituto pretende establecer los
etc. En todos estos casos se proponen medidas hechos en los que se concreta el conflicto, par-
que permitan mejorar las condiciones de los tiendo de las motivaciones de las partes y de
niños, elevando la edad de acceso al trabajo las actuaciones que entre las mismas se han
de los menores y reclamando competencias dado, todo ello en el contexto de las condicio-
para un control más eficaz y una mejor pro- nes de trabajo y de los factores sociales de la
tección de los mismos. vida del minero. Una vez fijados, con la
mayor objetividad posible, los términos del
Las huelgas y los conflictos obreros son
uno de los temas a los que mayor atención
51
Miguel SASTRE Y SANNA, Las huelgas en Barcelona y
presta el Instituto de Reformas Sociales des-
sus resultados durante el año 1903. Acompañado de
de la fecha de su constitución. Las «estadísti- numerosos e importantes datos estadísticos sobre otros
cas de huelgas» constituyen un trabajo fijo y asuntos relacionados con la cuestión social obrera en
regular del Instituto, que, sobre todo en los Barcelona, Barcelona: Establecimiento Tipográfico de
resúmenes trimestrales de la Crónica de Ramón Pujol, 1904. Hasta 1915 inclusive, publica cada
Huelgas, proporcionan una interesante infor- año un informe análogo. En 1908, publica, además, un
libro titulado: Las huelgas. Sus causas, sus efectos y sus
mación cualitativa. Son dignos de mención,
remedios, Valencia: Imp. y Lit. J. Ortega, 1908.
por su minucioso y detallado análisis, comen- 52 Julio P UYOL Y ALONSO, Informe acerca de la fábrica

tarios y estadísticas económicas, los informes y de los obreros de Mieres, Madrid: IRS., 1907.
53 Vicente S ANTAMARÍA DE PAREDES, Francisco MORA,

Pedro Pablo de ALARCÓN y José María GONZÁLEZ, Informe


50 Alberto LÓPEZ ARGÜELLO, El trabajo del niño en los acerca del conflicto obrero-patronal de Gijón, Madrid:
espectáculos públicos, Madrid: IRS, 1920. IRS., 1910.

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

conflicto, el Instituto pretende ofrecer su patronos, y las entrevistas con las distintas
mediación, para aproximar posturas y ver el autoridades de la zona. A lo cual se añade
modo de llegar a una toma conjunta de deci- toda la información documental de la que se
siones, que sea aceptada por las dos partes. puede hacer acopio –estadísticas de salarios,
En todo caso, se trata de un tipo de análisis de de horas de trabajo, de precios de artículos de
conflictos y de mediación que preludia las téc- primera necesidad, variaciones de estos fac-
nicas de decisión de grupo y resolución de con- tores a lo largo del período estudiado, número
flictos, desarrolladas en Estados Unidos por de asociaciones obreras y de participantes en
Kurt Lewin y Jakob Moreno, en la década de las mismas, etc.–, y la que se obtiene a través
los cincuenta. de una encuesta aplicada a los patronos55 .
Todo esto se recoge en la Parte primera del
Pero más interés que los Informes anterio- Informe.
res tiene, desde el punto de vista analítico, el
Informe sobre las minas de Vizcaya54. La soli- Pero, sin duda, el mayor interés de este
citud de que se realizara este Informe, por Informe reside en la Segunda parte del mis-
parte del gobierno, tiene su origen en la huel- mo –constituida por las Apreciaciones de
ga general de 1903, en Vizcaya, que afectó Rafael Salillas y, por separado, las de Sanz y
principalmente al sector minero, pero tam- Escartín, a partir de los materiales incorpo-
bién a las industrias de la zona, y que, ante la rados en la Parte primera–, que constituye
imposibilidad de un entendimiento entre un análisis estricto y riguroso de los datos.
obreros y patronos, y dada la violencia alcan- Comienza Salillas haciendo mención expresa
zada, concluyó con la intervención militar, de las condiciones en las que se basa su obje-
cuya autoridad dictó un bando de obligado tividad de juicio y su no implicación personal
cumplimiento, que no satisfizo a nadie. La en los intereses de las partes: «Vistos los
comisión nombrada al efecto, estaba formada documentos que le fueron facilitados a la
por Sanz y Escartín, Salillas y Puyol, y se des- comisión y formado juicio, que lo estima exen-
plazó al lugar de los hechos al día siguiente de
ser designada. La premura del tiempo y el
55 En un artículo titulado «Notas sobre el Instituto de
máximo interés puesto por el gobierno y por
el propio Instituto en su análisis, se debe al reformas Sociales y las tres historias de la sociología
española», REIS, n1 86, 1999, Juan ZARCO, después de
hecho de tratarse de una zona de conflictivi-
referirse a este Informe y a su metodología, concluye:
dad endémica, de modo que se toma como «Así, pues, la observación directa sobre el terreno, las
referencia para el análisis de las recientes entrevistas a los protagonistas, la implementación de un
huelgas, el lapso de tiempo que va de 1890 a cuestionario y el análisis de datos secundarios nos pare-
1903. cen elementos suficientes para atribuir a estas investiga-
ciones carácter sociológico». Sin embargo, receloso tal
La metodología seguida es la habitual en vez por las críticas que pueda recibir a causa de tan atre-
los Informes del Instituto: la información vidas –y atinadas– conclusiones, añade: «cabe cuestio-
narse esta última afirmación y preguntarse si es posible
directa en los lugares de trabajo y de residen-
sostener que estos hombres (...) tenían espíritu sociológi-
cia, a través de entrevistas con obreros y co, además del claro talante reformador» (pág. 146).
Conviene tener presente que una ciencia se especifica
por su objeto formal. Esto es, por la perspectiva desde la
54 Eduardo SANZ Y ESCARTÍN, Rafael SALILLAS Y PANZA- cual se contempla su objeto material y por el método de
NO y Julio PUYOL Y ALONSO, Informe referente a las minas estudio aplicado- y que en ningún caso hay que confun-
de Vizcaya, Madrid: IRS. 1904. Sanz y Escartín, Conde dir el método con las técnicas de recogida de datos. Por
de Lizárraga, académico de Ciencias Morales y Políticas, otra parte, cuando un tema social se considera desde la
sería el tercer y último Presidente del Instituto, Rafael perspectiva sociológica, no cambiará el carácter socioló-
Salillas fue reputado criminalista de fama internacional y gico de los conocimientos que se acuñen, el uso posterior
Julio Puyol, académico de Historia y de Ciencias Mora- al que se destinen, ya sea la reforma social o la docencia
les y Políticas, fue secretario del Instituto. universitaria.

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75
ESTUDIOS

to de preocupaciones de escuela, de clases e res, en función de que sean fijos o ambulan-


intereses, se conceptúa en adecuada disposi- tes, caso frecuente entre los mineros, si bien
ción para emitir dictamen, según su leal han ido disminuyendo en proporción los
saber y entender»56. El punto de partida del mineros ambulantes dentro del lapso de
análisis de Salillas consiste en la elaboración tiempo considerado. La menor asociatividad
de una tipología de las huelgas estudiadas, de los mineros ambulantes permite explicar
según las motivaciones de los actores. Se algunos de los rasgos diferenciales entre la
refiere a las motivaciones que laten por deba- zona industrial y la zona minera. No trata-
jo de las conductas, y que él considera como mos de reproducir aquí el análisis que lleva a
causa predisponente, distinguiéndola de los cabo Salillas, sino llamar la atención sobre el
acontecimientos que ponen en marcha la hecho de que se trata de un análisis multiva-
huelga en un momento determinado, a los riable, mediante el cual se intenta ponderar el
que atribuye la condición de causa ocasional. peso de cada variable, en las conductas de las
Su tipología distingue cuatro tipos de huel- partes, al mismo tiempo que se explican las
gas: 1. Huelgas de aspiración, que tienen diferencias entre la industria y la minería, y
motivaciones de marcado carácter fisiológico en ambas, en una consideración diacrónica,
–insuficiencia de los salarios, excesiva dura- en función de los procesos tecnológicos, econó-
ción de la jornada, etc.–; 2. Huelgas de impo- micos y urbanísticos.
sición, que rechazan la imposición del poder
de los empresarios sobre los trabajadores; 3. Las Apreciaciones de Sanz y Escartín, de
Huelgas políticas, como rebelión frente a las mucha menor extensión, se basan en la dis-
medidas gubernativas y, por último, 4. Huel- tinción entre causas aparentes y causas rea-
gas libertarias, que recaban la independencia les de las huelgas y tienen las virtudes de su
económica y la libertad para vivir de los tra- sencillez y claridad, junto a un escueto des-
bajadores –libertad para comprar, libertad pliegue analítico. Una nueva prueba de obje-
para elegir vivienda, etc.–. En todo caso, se tividad del Instituto consiste en que se adjun-
trata de una tipología construida a partir de tan, como partes del mismo Informe, ambas
los datos empíricos, y ofrece, en consecuencia, Apreciaciones y las conclusiones a que cada
tipos reales y no ideales. una de ellas conduce, siendo próximas, aun-
que no absolutamente coincidentes en sus
A la luz de esa tipología analiza Salillas los puntos de vista.
diferentes enfrentamientos laborales acaeci-
dos en Vizcaya entre 1890 y 1903, distin- Sin pretensiones de ser exhaustivos, no
guiendo entre conflictos mineros y conflictos sería lícito eludir aquí la mención de los estu-
industriales, y mostrando las peculiaridades dios monográficos sobre las emigraciones y
de cada uno de esos colectivos, en cuanto a sobre las viviendas y los barrios obreros. Por
sus motivaciones huelguísticas y sus conduc- lo que se refiere a las primeras, el interés del
tas. Igualmente estudia el comportamiento Instituto en este tema comienza con el envío
diferencial de los patronos y de los trabajado- de Pedro Sangro y Ros de Olano al I Congreso
Iberoamericano de Emigración, con el encar-
go de informar sobre los nuevos planteamien-
56 Esta Segunda parte fue publicada en el número tos de estudio y de tratamiento de los proble-
20, año 1967, de la Revista de Trabajo, págs. 171-296, mas que de la emigración se derivan57. La pri-
bajo el título Informe referente a las minas de Vizcaya,
Apreciaciones de D. Rafael Salillas y de D. Eduardo Sanz
y Escartín. No por casualidad este Informe apareció en el
volumen monográfico que el Ministerio de Trabajo dedi- 57
Pedro SANGRO Y ROS DE OLANO, Primer Congreso
có a rendir homenaje a Salvador Lissarrague Novoa, Nacional de Emigración. Memoria acerca de los trabajos
Catedrático de Filosofía Social e Inspector de Trabajo, del Congreso, presentada al Instituto de Reformas Socia-
con motivo de su fallecimiento. les, Madrid: IRS, 1909.

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

mera guerra mundial produce efectos diver- mucho más que un conjunto de datos estadís-
sos sobre la industria nacional, variables ticos y que le sirvió de base para establecer
según industrias y según las regiones, pues cómo tenían que ser las viviendas y ordenar-
mientras en unos casos se produce desabaste- se los barrios para responder adecuadamente
cimiento de materias primas y reducción de a las necesidades de la vida personal y fami-
los pedidos, en otros, se observa una activa- liar y de las relaciones sociales y los servicios
ción de la actividad económica. En cualquier de la vecindad.
caso, todo ello da lugar a movimientos de la
población trabajadora, que se recogen en Dentro del estricto plano de la sociología
está el estudio de Posada, La ciudad moder-
diversos informes, sobre la base de monogra-
na, 191562; y son abundantes los estudios
fías elaboradas en las provincias, por los dele-
sobre desviación social dentro de la ciudad,
gados de estadística58.
cuyo contenido sociológico no conviene desde-
Si bien es cierto que el Instituto llevó a ñar sin haberlos leído. Por ejemplo, los de
cabo estudios monográficos sobre una gran Bernaldo de Quirós y Llanas Aguilaniedo,
variedad de materias59, está por hacer una sobre La mala vida en Madrid. Estudio psico-
labor desapasionada de sus aportaciones sociológico63; Salillas, El delincuente español:
científicas al conocimiento de la realidad El hampa64; Concepción Arenal, El pauperis-
española de su tiempo. También queda por mo65. Igualmente existen numerosos estudios
hacer el estudio de sus efectos estimulantes y sobre higiene pública y municipal y sobre las
fructificadores sobre otras instituciones y condiciones de salubridad del proletariado
sobre autores independientes. industrial66.

Consideramos de especial interés el estu-


dio monográfico de las aportaciones del Insti- su Teoría general de la urbanización y aplicación de sus
tuto a determinados temas, como el de la ciu- principios y doctrinas a la reforma y ensanche de Barce-
lona (1868), Madrid: Instituto de Estudios Fiscales, edi-
dad moderna, los barrios obreros y las vivien-
ción facsímil, 1968.
das obreras, de los que ya se ocupó la Comi- 62 Adolfo G. POSADA, La ciudad moderna, discurso

sión de Reformas sociales60 y que aparecen de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y
tratados de manera dispersa en diferentes Políticas, 1915.
63 C. BERNALDO DE Q UIRÓS y J.M. LLANAS AGUILANIEDO,
Informes del Instituto. Es aconsejable no
La mala vida en Madrid. Estudio psico-sociológico,
olvidar que ya en 1856, había publicado Ilde-
Madrid: B. Rodríguez Serra, Editor, 1901. Existe una edi-
fonso Cerdá su Monografía estadística de la ción reciente: Huesca: Instituto de Estudios Alto-Arago-
clase obrera de Barcelona, en 185661, que es neses, Zaragoza: Egido Editorial, 1997. Esta obra perte-
nece al mismo estilo y temática que el clásico de Henry
M AYHEW, Those That Will Not Work (1862), cuarto volu-
58 Información sobre emigración española a los paí- men de London Labor and the London Poor. Puede ver-
ses de Europa durante la guerra, Madrid: IRS, 1919; se la selección realizada por Peter Quennell, con el títu-
Constancio BERNALDO DE QUIRÓS, La emigración obrera lo London’s Underworld, London: Spring Books, 7ª edi-
en España después de la guerra, Madrid: IRS, 1920. ción, 1969.
59 P ALACIO MORENA, Op. cit., págs. 281 y sigs. pro- 64 Rafael SALILLAS Y PANZANO, El delincuente español:

porciona interesante información sobre monografías Hampa, Madrid: Victoriano Suárez, 1898. Pocos años
realizadas por el Instituto, en cuyo estudio no entramos después publicará otro libro, algunas de cuyas categorí-
aquí. as empleará en el análisis de las motivaciones de las
60 Sobre este tema puede verse, Antonio BUJ Y BUJ, huelgas mineras: La teoría básica (biosociología),
«La cuestión urbana en los informes de la Comisión de Madrid: Victoriano Suárez, 1901.
65 Concepción ARENAL, El pauperismo, Madrid: Vic-
Reformas Sociales», SCRIPTA VETERA, edición electróni-
ca de trabajos publicados sobre geografía y ciencias toriano Suárez, 1897.
66 Véase especialmente José María L ÓPEZ PIÑERO y
sociales (www.ub.es/geocrit/sv-32.htm).
61 Ildefonso CERDÁ, Monografía estadística de la cla- otros, Medicina y sociedad en la España del siglo XIX,
se obrera de Barcelona, en 1856, reeditada después con Madrid: Sociedad de estudios y Publicaciones, 1964.

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ESTUDIOS

9. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Y LOS cular, como el escaso desarrollo de las estadís-


TEMAS TRATADOS POR EL ticas oficiales y la falta de bases de datos fia-
INSTITUTO DE REFORMAS bles; otros, de carácter general, como el escaso
SOCIALES desarrollo de las técnicas de investigación, tan-
to en lo referente a la recogida de datos, como a
Llegados a este punto, la lógica de nuestro su tratamiento y posterior análisis. Esta
propio planteamiento nos obliga a poner en segunda limitación es común a la mayor parte
relación los estudios realizados por el Institu- de la investigación empírica europea, hasta el
to de Reformas Sociales con lo problemas que término de la segunda guerra mundial.
venía arrastrando, durante casi todo el siglo
XIX la sociedad española. Por lo demás, como hemos intentado mos-
Lo que, a fin de cuentas, queremos poner trar, el Instituto de Reformas Sociales prestó
de manifiesto, es la estrecha conexión entre atención a los problemas más urgentes de la
los problemas y los estudios, como una clara sociedad española. En primer lugar, el cam-
manifestación de que se llevó a cabo –o se po, aquejado por problemas endémicos y agi-
intentó, al menos– y probablemente con bas- tado convulsivamente por conflictos recu-
tante éxito, una reflexión crítica de los proble- rrentes. En este sentido, los comienzos de la
mas de la sociedad española, pretendiendo sociología española son netamente diferentes
comprenderlos y proponer soluciones, desde del resto de las sociologías de otros países,
esa comprensión. No se trata de estudios centrados sobre el mundo urbano industrial.
asépticos y desimplicados sino que, persi-
Pero no dejó de lado los problemas de la
guiendo la objetividad por todos sus medios,
naciente industria y de la minería, cuya incon-
pretenden comprender los problemas –sin
sistencia y precariedad, junto a la doctrina
duda, con reviviscencia endopática–, expli-
imperante de no intervención pública, generó
carlos adecuadamente, y proponer reformas.
continuos conflictos. Las condiciones de vida
Es un momento –largo momento–, en que la
del proletariado, tanto en el trabajo como fue-
sociedad española padece problemas profun-
ra de él, fueron cuestiones continuamente pre-
dos y graves y no resulta lícito a sus actores
sentes en los estudios del Instituto. Es eviden-
adoptar ante ellos actitudes de un lejano aca-
te que el tema subyacente es el de la conflicti-
demicismo. Esto hace que hombres de dife-
vidad de la sociedad española que persiste del
rentes orientaciones pero de un común talan-
pasado y de la nueva sociedad que emerge del
te, se olviden de sus posibles diferencias, para
proceso industrializador. Se trata de dos mun-
colaborar en proyectos comunes –ideales, dirá
dos conflictivos, pero independientes entre sí,
Posada–. Pero se trata de una empresa que
y que, en principio, no se encuentran ni se
ya se había acometido, no mucho tiempo
enfrentan. La conflictividad brota de estructu-
antes, en otros países europeos. Probable-
ras sociales y de mentalidades irreductibles,
mente en circunstancias más favorables.
de modo que la intervención pública llega a
Ciertamente, estos comienzos de la sociolo- presentarse como la única vía para el encuen-
gía empírica en España presentan limitaciones tro de soluciones viables. Esa fue la razón de la
y defectos, pero conviene no olvidar dos tipos de existencia, primero, de la Comisión de Refor-
factores: unos, que afectan a España en parti- mas Sociales, más tarde, del Instituto.

Igualmente se puede consultar, Luis URTEAGA, «Miseria, 10. LA DESAPARICIÓN DEL INSTITUTO
miasmas y microbios. Las topografías médicas y el estudio DE REFORMAS SOCIALES Y SU
del medio ambiente en el siglo XIX», SCRIPTA VETERA, con LEGADO SOCIOLÓGICO
abundante bibliografía sobre topografías médicas de ciu-
dades y pueblos, durante el siglo XIX, como un comienzo El Instituto de Reformas Sociales fue cre-
de sociología médica (www.ub.es/geocrit/sv-58.htm). ando instituciones que asumieron, poco a

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ENRIQUE MARTÍN LÓPEZ

poco las funciones que, en un principio, des- esto excede, con mucho, del propósito inicial
empeñara el Instituto por sí solo: el Instituto de este estudio, orientado a mostrar la even-
Nacional de Previsión, la Inspección de Tra- tual aportación del Instituto de Reformas
bajo, etc. En los últimos momentos, transferi- Sociales a la naciente sociología empírica
das la mayoría de sus competencias, el Insti- española. Nos daríamos por satisfechos si lo
tuto se va quedando vacío y, finalmente, se hasta aquí escrito hiciera, por lo menos, que
extingue. Es comprensible que un hombre algunos sintieran la necesidad de aproximar-
como Adolfo Posada, que había estado desde se –y no sólo mirarla desde lejos– a la obra
el principio vinculado a sus actividades, se científica de una institución considerada
rebelara contra su desaparición y no quisiera, como excepcional en toda la Europa de su
pese a que le fue solicitado con insistencia, tiempo.
incorporarse a ninguna de las nuevas institu-
ciones, surgidas de ese proceso de institucio-
nalización especializada, fruto de una divi- APÉNDICE
sión del trabajo político y administrativo. Algunas obras presuntamente
sociológicas, publicadas entre
Sin embargo, la práctica totalidad del per- 1875 y 1940
sonal técnico, funcionarios de carrera, conti-
nuaron realizando labores similares a las
1875. PÉREZ PUJOL: La sociología y la fór-
que, desde tiempo atrás, venían realizando
mula del derecho.
en el Instituto. Sería interesante averiguar si
1876. AZCÁRATE: Estudios económicos y
quienes recibieron la herencia científica –no
sociales.
sólo sociológica– del Instituto de Reformas
Sociales, fueron los organismos públicos a los 1876. AZCÁRATE: Ensayo sobre la historia
cuales pasó, en mayor o menor medida, con del derecho de propiedad.
restricciones, pero también con ampliaciones, 1884.GONZÁLEZ SERRANO: Sociología
el conjunto de tareas que el Instituto llevaba científica.
a cabo. Aventuramos como hipótesis, por si 1887. PIDAL Y MON: El método de la obser-
alguien tuviera interés en comprobarlo, que vación en la ciencia social. Le Play y su
muchas de esas tareas pasaron a las institu- escuela.
ciones creadas por el Instituto y que de él se
1889-97. SALES Y FERRÉ: Tratado de Socio-
fueron desgajando: el Instituto Nacional de
logía, 4 vols.
Previsión, el Ministerio de Trabajo –tanto en
1891. AZCÁRATE: Concepto de la sociología.
la Vicesecretaría General de Estudios, como
en el Instituto de Estudios Laborales y de 1891. DORADO: El positivismo en la ciencia
Seguridad Social y en la Dirección General de jurídica y social italiana.
Promoción Social–, en las Escuelas Sociales, 1892. AZCÁRATE: Los deberes de la riqueza.
así como también en el Ministerio de Sanidad
y Seguridad Social –en la medida en que reci-
bió competencias procedentes del Ministerio
estilo del Informe, creado en la Comisión y perfecciona-
de Trabajo– y, con independencia de ese pro-
do en el Instituto de Reformas Sociales se mantiene en
ceso, en el Ministerio de Agricultura67. Todo los organismos que proceden de él. Y por lo que a las
materias se refiere, se prolonga una tradición vinculada a
los temas de competencia de tales instituciones: los con-
67 La tradición de los estudios pormenorizados de flictos de trabajo, la seguridad social como sistema insti-
problemas sociales como punto de partida para la ela- tucional, la sanidad, los gastos farmacéuticos, las profe-
boración de políticas o proyectos legislativos, se conti- siones sanitarias, los servicios sociales, los movimientos
núa en todos esos casos, aunque, sin duda, la estructura migratorios, la promoción profesional, el empleo, los
institucional no es tan precisa y unitaria. En todo caso, el accidentes de trabajo, etc.

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ESTUDIOS

1893. SANTAMARIA DE PAREDES: El 1910. (*) SANTAMARÍA y otros: Informe


movimiento obrero contemporáneo. acerca del conflicto obrero-patronal de
1894. SANZ ESCARTIN: Autoridad política Gijón.
en sociedades contemporáneas. 1910. (*) GARCÍA CÁCERES: Condiciones
1896.ARENAL: La igualdad social y política sociales del cultivo del arroz en Valencia.
y sus relaciones con la libertad. 1912. SALES FERRÉ: Sociología general.
1896. SANTAMARIA DE PAREDES: Con- 1913. BERNALDO DE QUIRÓS: Bandoleris-
cepto del organismo social. mo en la Baja Andalucía
1897. ARENAL: El pauperismo. 1914. (*) GONZÁLEZ CASTRO: El trabajo de
1898. SALILLAS: El delincuente español: El la mujer en la industria.
hampa. 1915. POSADA: La ciudad moderna.
1898. COSTA: El colectivismo agrario. 1917. (*) GONZÁLEZ CASTRO: El trabajo de
la infancia en España.
1899. GINER: Estudios y fragmentos sobre la
teoría de la persona social. 1917. BUYLLA: La reforma social en España.
1901. SALILLAS: La teoría básica (biosocio- 1919. (*) BERNALDO DE QUIRÓS: Esparta-
logía). quismo agrario.
1901. BERNALDO DE QUIRÓS y LLANAS: 1920. (*) BERNALDO DE QUIRÓS: La emi-
La mala vida en Madrid. gración obrera en España después de la
guerra.
1901-02. COSTA: Oligarquía y caciquismo
1921. SASTRE: La esclavitud moderna.
1902. POSADA: Sociología contemporánea.
1921. ORTEGA: España invertebrada.
1902. SALILLAS: La trata de blancas.
1923. ORTEGA: El tema de nuestro tiempo.
1903. BERNALDO DE QUIRÓS: Alcoholis-
mo. 1926. AZNAR: La familia como institución
básica de la sociedad.
1904. (*) BUYLLA y ALEGRE: Miseria y con-
ciencia del campesino castellano. 1929. (*) DIAZ MORAL: Historia de las agi-
taciones campesinas andaluzas.
1904. (*) SALILLAS, SAINZ Y ESCARTIN,
PUYOL: Informe referente a las minas de 1929. POSADA: Principios de Sociología. 2ª
Vizcaya. edición, muy ampliada.

1906. AZNAR: Catolicismo social en España. 1930. AZNAR: Despoblación y colonización.

1906. SASTRE: Las huelgas en Barcelona y 1930. ORTEGA: La rebelión de las masas.
sus resultados en 1905 y 1906. 1931. AZNAR: Promedios diferenciales de
1907. (*) PUYOL: Informe acerca de la fábri- natalidad, mortalidad y reproductividad
ca y los obreros de Mieres. por grupos sociales en España.

1907. SALES Y FERRÉ: Nuevos fundamen- 1932. SANGRO Y ROS DE OLANO: Opinión
tos de la moral. pública y masa neutra.

1908. POSADA: Principios de sociología. 1940. ORTEGA: Ideas y creencias.

1908. SALILLAS: El tatuaje y su evolución


histórica.
Las obras señaladas (*) son publicaciones
1910. SALES Y FERRÉ: Problemas sociales. del Instituto de Reformas Sociales o realiza-
1910. (*) MARVÁ: El trabajo en las minas. das con materiales procedentes del mismo.

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