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N
que se nos sirve mezclado con reflexiones éti-
o es fácil determinar en qué momen- cas, recomendaciones políticas o propuestas
to se acaban los precursores y apa- imaginativas. Tal vez esto nos preocupe
rece la sociología, propiamente mucho más a nosotros que a los científicos de
dicha. La constitución diferenciada del objeto otros países, empeñados como estamos en
formal propio de una ciencia; es decir la apa- ensayar el dardo acerado de la crítica contra
rición de la perspectiva o del enfoque que da nuestras propias carnes. Pero es el caso que
lugar a conocimientos inequívocamente pro- convendría dejar a un lado todo tipo de pre-
pios de una nueva disciplina científica, no es juicios doctrinales, personales o de escuela,
algo que se produzca de una sola vez y para para valorar adecuadamente las aportacio-
todas. Y esto sucede tanto en el ámbito de las nes científicas de esos autores, más o menos
ciencias naturales, como en el de las ciencias próximos a la sociología, a fin de someter a
humanas. Y dentro de las ciencias humanas, comprobación la eventual corrección y vali-
no es una circunstancia exclusiva de la socio- dez de sus proposiciones.
logía, ni mucho menos, de la sociología espa-
ñola. Fácilmente se comprenderá que, si no
están claros los orígenes de la sociología en
Lo descubrimos al estudiar a ciertos pen- España, difícilmente van a poderse valorar
sadores de la Ilustración inglesa y también con claridad las aportaciones del Instituto de
acontece lo propio cuando se leen las obras de Reformas Sociales a esos orígenes. La pre-
los arquetípico-reformistas franceses, o los gunta por la aportación del Instituto de
escritos de los padres fundadores de la socio- Reformas Sociales al posterior desarrollo de
logía norteamericana. Más aún, cuando la sociología en España es una pregunta nun-
pudiéramos pensar que nos hallamos ya den- ca contestada en sus justos términos y, podrí-
tro de los límites de la sociología, acontece con amos decir que es, más bien, sistemáticamen-
frecuencia que no todo lo que se escribe o se te soslayada.
oficiales del ejército, lo que, unido al protago- nosotros, el proceso desamortizador contribu-
nismo social y político de las fuerzas arma- yó en escasa medida a este avance de la agri-
das, decantaría frecuentemente la marcha de cultura y de la ganadería, que habían inicia-
los acontecimientos. do el siglo en situación verdaderamente
catastrófica, como consecuencia de las gue-
El proceso desamortizador de los bienes de rras napoleónicas y que, en gran parte de
la nobleza y del clero, que tuvo su impulso España, habían prolongado la catástrofe a
decisivo en 1836, prohibiéndose las órdenes través de las guerras carlistas. Tanto el norte
religiosas masculinas y vendiéndose sus minifundista, como el sur latifundista, ofrecí-
bienes a los particulares, había de liberar, en an un panorama de profunda pobreza, bien
principio, las «manos muertas» para favore- que por causas muy distintas. Y junto a esto,
cer el proceso industrializador, incrementan- el dato de que la abrumadora mayoría de la
do la productividad agraria. Sin embargo, los población española vivía en el campo y de la
resultados no fueron siempre los esperados. producción del campo.
Por el contrario, se formó una burguesía
terrateniente, de residencia urbana, que se El desarrollo industrial es tardío, inconsis-
desentendió de las grandes fincas y de las tente y lento. Se inicia hacia 1830, gracias a
multitudes de hombres y mujeres que vivían los capitales repatriados de las provincias de
del trabajo en las mismas. Esta nueva bur- Ultramar, recién independizadas, y a los
guesía, propietaria ahora, a precios irrisorios, escasos fondos que, procedentes de la des-
de las tierras de la nobleza y del clero, conser- amortización, se arriesgaron en las empresas
vaba los antiguos privilegios pero se desen- industriales. Pero el proceso industrializador
tendía de sus obligaciones correlativas obser- no encuentra las condiciones políticas, econó-
vadas por aquéllos. La miseria de las pobla- micas y sociales para una continuidad y se
ciones rurales sería, durante largo tiempo, el aletarga hasta los años posteriores a la Res-
caldo de cultivo de constantes agitaciones tauración borbónica. Por otra parte, este pro-
campesinas. Por otra parte, cuando se esta- ceso se centra en la industria textil, la side-
bleciera el sufragio universal masculino, en rurgia y la minería y se localiza sobre todo en
1874, la coacción y el engaño ejercidos por los Asturias, Cataluña y las Provincias Vascon-
caciques de cada comarca, garantizarían la gadas. A partir de 1868, el gobierno liberaliza
permanencia de la situación. Este fue el las explotaciones mineras, hasta ese momen-
medio de que se valieron los gobiernos de la to de propiedad estatal, y las pone a la venta,
Restauración para garantizar la estabilidad siendo adquiridas, en su mayoría, por empre-
política, eventualmente al precio de la arbi- sas inglesas, belgas, alemanas y francesas,
trariedad y la injusticia, especialmente en los que explotan los yacimientos hasta esquil-
medios rurales. marlos, frecuentemente en condiciones pre-
carias y peligrosas para los trabajadores, sin
Atención especial merece el proceso de atender a la legislación vigente, y nada respe-
industrialización que tiene lugar en España. tuosas hacia el medio ambiente y los habitan-
Como se ha señalado a propósito de la revolu- tes de la zona. Entre 1868 y 1900 casi toda la
ción industrial inglesa, es necesario que, producción de minerales metálicos fue envia-
antes de que esta empiece, se produzca una da a la industria europea. Sólo en Vizcaya
revolución agraria, que a partir del mejor una parte del capital de las empresas mine-
aprovechamiento de las tierras, origine un ras pertenecía a españoles.
incremento de la producción y del consumo
privado, y con ello el doble fenómeno de la La escasez de los recursos energéticos,
expansión de la población y de la economía y limitado a poco más que el carbón asturiano,
de la marcha de un sector de la población más caro que el inglés y difícil de transportar
rural hacia las ciudades. Pues bien, entre a las fábricas, fue un obstáculo muy fuerte al
rio político marcado por la inhibición del Libre de Enseñanza. En la Real Academia de
Estado en los conflictos sociales originados Ciencias Morales y Políticas. En la Adminis-
por aquél. tración Pública –pues a ella pertenecían, a fin
de cuentas, tanto la Comisión de Reformas
En ese escenario emergen iniciativas Sociales como el Instituto de Reformas socia-
públicas y privadas, políticas y religiosas, les–. En los Seminarios Diocesanos y, en con-
obreras y patronales, multiplicándose los creto, en el de Madrid. Y también en la Uni-
actores sociales que irrumpen en la acción y versidad, pues aunque sólo existiera durante
las direcciones, unas veces confluyentes, pero mucho tiempo la cátedra de Sales y Ferré,
la mayoría de las veces enfrentadas. Muchos cubierta de nuevo, a la muerte de éste, por
de los intentos tienen un carácter predomi- Severino Aznar, existían otras cátedras, de
nantemente activo y se orientan a resolver o diferentes materias, y muy especialmente, la
paliar problemas, ya conocidos y vividos, de de Giner, que se ocupaban de formar a sus
alcance personal y geográfico limitados. Pero alumnos en los conocimientos sociológicos de
en los casos de mayor relevancia el plantea- la época y en otras áreas próximas. Sólo a
miento presenta una dimensión más univer- modo de introducción a la labor realizada por
sal, partiendo de la necesidad de un mejor el Instituto de Reformas Sociales, nos referi-
conocimiento de los problemas, que va unido remos a la Real Academia de Ciencias Mora-
a una interpretación y propuesta de solución les y Políticas, a los Seminarios Diocesanos y
desde la peculiar óptica de los protagonistas: al I Congreso Nacional Sociológico, convocado
ideológica, científica o religiosa. por el Ateneo-Casino Obrero de Valencia.
En todos estos casos se plantea, implícita o
explícitamente, el precepto comtiano: conocer 5.1. La Real Academia de Ciencias
para prever, prever para poder. El conoci- Morales y Políticas
miento de los hechos y de los problemas va
directamente anudado al intento de actuar Entre 1881 y 1932, ingresan en la Real
para poner remedio a los mismos. Pensa- Academia de Ciencias Morales y Políticas
miento sociológico y acción social y política catorce académicos que son considerados
aparecen indefectiblemente unidos. Al menos como sociólogos o que, por lo menos, disertan
en la intención de los actores, y tal como ellos sobre temas sociológicos. No deja de ser signi-
entendían estos términos. ficativo que, según nuestras cuentas, once de
quienes trabajaron –como vocales por desig-
nación real o como personal técnico– en el
5. LOS AUTORES DE LA REFLEXIÓN Instituto de Reformas Sociales, o eran ya aca-
CRÍTICA démicos cuando ingresaron en el Instituto o
lo fueron durante su pertenencia al mismo.
En todo caso, algo nos hace pensar que nos Sólo en dos casos, ingresaron en la Real Aca-
encontramos ante un error de perspectiva demia con posterioridad a la desaparición del
que da lugar a una deficiente comprensión de Instituto. He aquí sus nombres:
los fenómenos, y que es necesario comenzar
1. Gumersindo de Azcárate y Menéndez,
replanteándonos la situación y la definición
(7 de Mayo de 1891),
de la sociología en España. No sólo a la que
Discurso: Concepto de la sociología.
pudo hacerse en el Instituto de Reformas
Sociales, sino a la que, de alguna manera, se 2. Vicente Santamaría de Paredes y Sal-
hacia por los intelectuales españoles, de vá, (Conde de Santamaría de Paredes)
modo independiente o en el seno de institu- (15 de Mayo de 1893),
ciones. En el Ateneo de Madrid, y en otros Discurso: El movimiento obrero con-
Ateneos de toda España. En la Institución temporáneo.
8. Julio Puyol y Alonso (11 de Mayo de El catolicismo social tiene como elemento
1919), básico la preocupación de los católicos por la
Discurso: Proceso del sindicalismo llamada «cuestión social» y, en concreto, el
revolucionario. movimiento liderado por el cardenal Mercier,
que pretende aplicar criterios racionales al
9. Severino Aznar y Embid (13 de Febre-
análisis de los problemas de la sociedad
ro de 1921),
moderna. Es decir, pretende empezar por un
Discurso: La abolición del salariado.
análisis científico de las nuevas circunstan-
10. Leopoldo Palacios Morini (16 de Octu- cias del mundo europeo, a fin de aplicar des-
bre de 1927), pués soluciones según los principios cristia-
Discurso: Los mandatos internaciona- nos.
les de la sociedad de las Naciones.
«Un gran número de prelados –escribe
11. Pedro Sangro y Ros de Olano (Marqués Marvaud, en 1910, refiriéndose a España–
de Guad-el-Jelú) (15 de Mayo de 1932) han comprendido la grandeza de la obra
Discurso: Opinión pública y masa neu- social que se les presentaba y han aceptado
tra10 tomar su dirección. Muchos han creado cáte-
dras especiales de Sociología en sus Semina-
rios. El Obispo de Madrid ha creado incluso
10 Discursos de ingreso en la Real Academia de Cien- una auténtica Facultad de Sociología, que ha
cias Morales y Políticas, Fundación San Millán de la confiado a uno de los católicos sociales más en
Cogolla, formato pdf. 2001. Para una consulta de los tex- boga, Severino Aznar»11. Y añade, refiriéndo-
tos íntegros, véase ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES
Y POLÍTICAS, Discursos de recepción y de contestación
leídos ante la Real Academia al dar posesión a los indivi-
duos de número de la misma, 1880-1875, 1920-1924, 11 MARVAUD, Ángel, La cuestión social en España
tomos I a XVIII, Madrid: Impr. del Asilo de Huérfanos del (París, 1910), Madrid: Ediciones de la Revista de Traba-
S.C. de Jesús y otras, 1900-1924. 18 volúmenes. jo, 1975, pág. 227. El autor parece referirse a Don José
se a éste último: «Aznar no se contenta con empresarios y asociaciones obreras, desde las
abrir ampliamente las páginas de su revista de resistencia catalanas hasta las cooperati-
–La Paz Social– a las discusiones sociales, ni vas y/o de socorros mutuos, muchas ellas de
con batallar con la pluma y la palabra por las Valencia. También estaban representados el
ideas que preconiza. Comprendiendo bien Gran Círculo Obrero, la Sociedad de Profeso-
que una solución de la cuestión social en res Mercantiles y el Fomento de las Artes,
España necesita de antemano un estudio pro- todas ellas de Madrid. Además, se adhirieron
fundo y sobre el terreno de las condiciones por escrito o enviaron trabajos de personas
particulares de cada región, no cesa de reco- como Castelar, Cristino Martos, Silvela, Sal-
rrer la Península, haciéndose acompañar en merón, Azcárate y Gabriel Rodríguez13.
sus viajes (...) por algunos seminaristas
Pues bien, el resultado del Congreso fue un
alumnos suyos, a los que encarga preparar
claro exponente del nivel en que se hallaban
monografías de familias obreras. El Obispo
en nuestro país las teorías y las actitudes res-
de Madrid, según parece, desea incluso
pecto al intervencionismo estatal en las cues-
enviar a aquellos de entre los más distingui-
tiones sociales. El termómetro marcaría en
dos a Alemania o a Bélgica, con el fin de com-
Valencia una elevada temperatura indivi-
pletar su educación sociológica»12.
dualista contraria al intervencionismo. Pero
no simplemente contraria en el nivel de los
principios, sino opuesta abiertamente a la
5.3. El Ateneo-Casino Obrero de
asunción de las propuestas concretas de
Valencia. El I Congreso Nacional
intervención que se presentaron. No obstan-
Sociológico
te, en el curso de las discusiones del Congreso
se planteó la conveniencia de crear una Comi-
Nada tiene de particular, en tal contexto,
sión para que se ocupara de estudiar la situa-
que en 1883 se convoque y se celebre en
ción de los obreros y propusiera soluciones
Valencia, con gran participación, el I Congre-
para una mejora de sus condiciones de vida y
so Nacional Sociológico. Dicho Congreso se
de trabajo.
convoca por el activo Ateneo-Casino Obrero
de Valencia, con el fin de «reunir las fuerzas
vivas del país, la inteligencia, el capital y el 6. EL PROTAGONISMO DE LA
trabajo» para ocuparse «de la cuestión social ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. DE LA
en cuanto se relaciona con la condición de los COMISIÓN AL INSTITUTO
trabajadores». A la convocatoria respondió un
total de 118 entidades, representadas en el Sólo unos meses después, y en clara cone-
Congreso por 380 delegados. La concurrencia xión con el Congreso de Valencia, Moret crea-
fue, por demás, heterogénea y multicolor. ría, desde el Gobierno, una Comisión de estu-
Entre otros organismos estuvieron represen-
tados la Academia de Ciencias Morales y
13 Para un análisis detallado de las ponencias pre-
Políticas, Sociedades Económicas de Amigos
sentadas en el Congreso y del desarrollo del mismo, véa-
del País, Ateneos y Universidades, como la
se CASTILLO, Santiago, «El reformismo en la Restauración:
literaria de Valencia, así como patronos, Del Congreso Sociológico de Valencia a la Comisión de
Reformas Sociales», en la revista Estudios de Historia
Social, n.º 30, 1984, págs. 21-78. En una versión poste-
María Salvador y Barrera, que fue obispo de Madrid, de rior, ligeramente modificada, aparece este texto como
1905 a 1916 y que ingreso en 1912 en la Real Academia Estudio Introductorio a la edición facsímil sobre la Comi-
de Ciencias Morales y Políticas. Parece también muy sión de Reformas Sociales, Reformas Sociales. Informa-
probable que esa presunta Facultad de Sociología siguie- ción oral y escrita publicada de 1889 a 1893, 5 volúme-
ra las huellas de la Universidad Católica de Lovaina. nes, Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
12 M ARVAUD, Op. cit., pág. 227.
1985.
dio para que tratara de «todas las cuestiones dos volúmenes?15 ¿Dónde los elementos que
que directamente interesan a la mejora o han permitido con toda fidelidad evaluar los
bienestar de las clases obreras, tanto agríco- coeficientes de cada factor de la producción en
las como industriales, y que afectan a las rela- los Estados Centrales de Europa, Inglaterra y
ciones entre el capital y el trabajo» (artículo República Norteamericana? ¿Dónde algo que
11 del Real Decreto de 5 de Diciembre de se asemeje al magnífico estudio del Departa-
1883). Era la Comisión de Reformas Sociales. mento Federal del Trabajo en los Estados Uni-
dos, en el cual se examina comparativamente
En el Discurso Preliminar que, pronuncia- el proceso de las operaciones en que se subdi-
do por Canalejas, precede al Proyecto de Ins- viden los esfuerzos de las máquinas y de la
tituto del Trabajo, realizado por Adolfo Álva- mano del hombre, en 672 clases de producción,
rez Buylla y Adolfo González Posada 14, se trabajo que con sus complementos de informa-
explica con gran precisión el discurrir del ciones gráficas ocupa muchos millares de pági-
pensamiento que lleva a sostener la necesi- nas? ¿Dónde la gran información de 1894 irra-
dad de que el gobierno intervenga en la reso- diada de Inglaterra a los principales países del
lución de los problemas sociales, y como mundo y que instruye de un modo tan comple-
requisito previo para el enfrentamiento a tal to y provechoso? ¿Dónde algo semejante
tarea, la necesidad de disponer en España de siquiera a las tareas de la Comisión extra-par-
los «datos vivos del problema». Canalejas lamentaria del catastro en Francia de 18 de
recuerda la afirmación de Dante sobre cómo Marzo de 1891, con alcance no solamente téc-
debe proceder el político: speculandum sed ad nico, económico y jurídico, sino social, que lle-
opus. Y hace suya la idea expresada por Dan- va ya publicados siete voluminosos tomos de
te, poniendo especial énfasis sobre el hecho lectura interesante e instructiva, sobre todo lo
de que el político debe dedicarse al estudio y que afecta a los trabajos de la sub-comisión
la meditación, orientados siempre a elegir el jurídica? ¿Dónde se han estudiado aquí como
mejor modo de obrar para resolver los proble- estudiaron recientemente los italianos todos
mas públicos a los que, por causa de su dedi- los problemas agrarios contemporáneos reco-
cación, se enfrente. giendo sobre los latifundios enseñanzas bien
adaptables a España? ¿Dónde...en fin, el fruto
Se lamenta Canalejas de no disponer de de las tareas de tantas informaciones parla-
información sobre los problemas obreros, mentarias y extra-parlamentarias, de los
cada vez que tiene que enfrentarse a los pro- Laboratorios y Museos sociales, de las Asocia-
blemas españoles y de la necesidad de acudir ciones obreras y de las Memorias presentadas
a informaciones ajenas. Y en una larga alocu- en Congresos internacionales en que o se
ción, que expresa muy bien la situación en deploró nuestra ausencia o padecieron triste-
que se encuentra el político –y el científico– zas inmerecidas nuestros representantes?»16.
español, que pretende hablar y decidir sobre
problemas concretos: «¿Dónde en España
nada parecido al censo profesional germánico 15 Sobre una edición posterior de este Censo de Pro-
de 1895 clasificando la población del Imperio fesiones –la de 1925–, pudo Theodor Geiger elaborar su
intento de estudio de la estratificación social del pueblo
según su capacidad económica en veinticua-
alemán (1932), cuando en Estados Unidos, años des-
tro grandes grupos, cuyo análisis ocupa sen- pués, sólo se llevaron a cabo estudios sobre la estratifi-
cación social de ciudades –Middletown, Middletown in
Transition, Caste and Classe in a Southern Town, «Yankee
14 «Discurso preliminar», de CANALEJAS Y MÉNDEZ ,
City Series» Hay edición en español: Theodor GEIGER, La
José, en BUYLLA, Adolfo y POSADA, Adolfo, El Instituto estratificación social del pueblo alemán, Madrid: Eura-
del Trabajo (1902), Madrid: Centro de Publicaciones. mérica-FOESSA, 1971.
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1986, edición 16 CANALEJAS , «Discurso preliminar», Op. cit., págs.
ideas básicas con las cuales, quien trabajaron relevantes del pensamiento sociológico de
en el Instituto de Reformas Sociales, se Azcárate, pero, para nuestros intereses
enfrentaron a la tarea de estudiar los proble- actuales, es más adecuado recurrir a lo
mas y proponer las reformas. Lo cual no cree- expuesto en su Concepto de Sociología, que
mos que deba buscarse en otra parte que en el fue su discurso de ingreso en la Real Acade-
pensamiento de los dos hombres que crearon mia de Ciencias Morales y Políticas.
el Instituto y que dirigieron sus actividades
Muestra Azcárate el carácter totalizador
durante el mayor lapso de tiempo: Gumersin-
de la sociología junto a su carácter no especí-
do Azcárate y Adolfo Posada.
fico, que permiten diferenciarla de las cien-
El primero, que fue secretario de la Comi- cias sociales particulares y concretas: «Lo
sión desde su origen, se convierte en el presi- social total y genérico es lo propio de la Socio-
dente por antonomasia del Instituto, más allá logía; y lo social particular y específico corres-
de su muerte en 1917: «... la huella de Azcá- ponde a las distintas ciencias sociales»23.
rate permanece viva en la labor cotidiana del
Esta distinción plantea la necesidad de
Instituto hasta la disolución de éste. Su sim-
determinar en qué consiste el hecho propia-
ple recuerdo despierta fidelidades y sostiene
mente sociológico, ya que «se trata de saber
actitudes entre los miembros del Instituto
qué hechos deben considerarse como de la
que salvaguardan la pureza original de las
sociedad toda, cuáles puede ésta considerar
intenciones, objetivos y forma de funciona-
como suyos».
miento que conformaron el Instituto de
Reformas Sociales como una institución Establece Azcárate la diferencia de los
ejemplar en su género, y, en este sentido, úni- hechos cuando se trata de un individuo y
ca en todo el continente europeo»21. cuando se trata de un pueblo. En el primer
caso, el hecho es la individualidad, lo que le
El segundo, Adolfo Posada, que junto con
distinga, de modo que a ningún biógrafo se le
Adolfo Buylla redactara el Proyecto de Insti-
pide que describa todo lo que se refiere a un
tuto del Trabajo, y que ocupó cargos directi- individuo, sino sólo los que sean precisos para
vos, dentro del personal técnico, durante toda mostrar su personalidad, su individualidad.
la vida del Instituto. Conviene destacar algu- «De modo análogo, si se trata de un pueblo, su
nos aspectos del pensamiento sociológico de hecho será el humano mostrado bajo el predo-
ambos, en la medida en que permiten una minio de su carácter, genio e índole, de su
más correcta comprensión del sentido e raza, de su cultura, del territorio en que vive,
intencionalidad profunda de los trabajos del del medio social en que se desenvuelve; en
Instituto de Reformas Sociales. suma, lo característico de su nacionalidad; y
así como la biografía ha de contener todos los
7.1. El pensamiento sociológico de hechos de la vida del individuo, la historia de
Gumersindo de Azcárate. Concepto un pueblo no debe, ni puede contener todos
de la Sociología los de la de éste, y al modo que en ella sólo
interesa lo más sustancial de la biografía del
Probablemente, puedan encontrarse en
Estudios Económicos y Sociales 22 aspectos
23 Gumersindo de AZCÁRATE, Concepto de la Sociolo-
segunda edición revisada y aumentada, Madrid, Daniel 28 POSADA, Op.cit., 2.º, págs. 276-7.
Jorro, 1929, tomo 2º, pág. 275. 29 POSADA, Op.cit., págs. 277-79.
de Posada alcanzará una mayor extensión y de la acción social racional con arreglo a
desarrollo conceptual. fines, en el más riguroso sentido maxweberia-
no, abarcando, en consecuencia, el ámbito de
«El Arte social expresa la convicción de que las acciones que se realizan conforme a pro-
nuestra razón es una fuerza social eficaz y de yecto, con deliberación respecto de los fines y
que la evolución social se produce, en una cier- de los medios y una adecuada organización,
ta medida, por la acción reflexiva, que tiende realización y control de las tareas, que condu-
–como la espontánea– a continuar la vida y a cen a hacer real la representación anticipada
mejorarla, según las representaciones antici- de la que se partió. Y, ciertamente, esa posi-
padas de lo que ha de ser, o sea del porvenir bilidad está implícita en Posada, aunque no
según un ideal. El Arte social, en cierto modo, es ese el tema que le preocupa cuando se
supone la aptitud del espíritu –individual y enfrenta al Arte social. En lo que realmente
colectivo– para forjar ideales, esto es, para piensa es en la aplicación científica de la
elaborar una representación anticipada de la Sociología a la realidad social, llevando a la
realidad social futura, no ciertamente una práctica ideales -proyectos- sociales. «Nuestra
representación puramente imaginativa o abs- experiencia y nuestra observación nos seña-
tracta, como la que se condensa en la utopía, lan, como cosas reales, transformaciones
sino una representación elaborada bajo el sociales, obra de cambios y de modificaciones
influjo del pasado –tradición, historia– y con causados en la Historia, y que, a veces, tradu-
la vista en las condiciones del presente». A fin cen intervenciones eficaces de una acción
de cuentas, habla Posada de la capacidad que humana reflexiva, calculada, hábil, que se
el hombre tiene de hacer proyectos, individua- define como reforma –reforma social se dice
les y/o colectivos, y de convertir esos proyectos en cierta esfera hoy–, labor en ocasiones de
en contenido de su propio hacer social, reflexi- verdaderos «sociólogos de acción»31.
vo y consciente. Pero tiene un mayor empeño
en aclarar la naturaleza de esos ideales –o En consecuencia, lo que esos sociólogos de
proyectos– que ponen en marcha la acción a la acción, actores de las reformas sociales pre-
que se refiere: «Que no es el ideal función del tenden llevar a cabo es el Arte Social, situado
capricho: surge en todo momento y en todas en la esfera del «hacer social» reflexivo. Dis-
las esferas de la vida humana, como una rea- tingue así Posada, entre el sociólogo filósofo y
lidad del espíritu y una consecuencia de la el sociólogo de acción: el primero contempla la
naturaleza psicológica del hombre, es decir, realidad con el espíritu de un filósofo; el
de un ser capaz de representarse –incluso segundo «será el órgano específico del ideal
más o menos plásticamente– la realidad por social para la vida real, que acaso no ha
venir, y de proponerse el enlace positivo de engendrado, que habrá recogido del ambien-
ésta con el presente para continuar la Histo- te, pero que tomará carne en él, siendo él
ria. El ideal tiene su causa inmediata en la como el instrumento consciente y eficaz,
inquietud humana, y es obra de la naturaleza capaz de identificarse con la realidad social y
emocional del hombre, y de su aptitud para ser como una causa viva y obrante del proce-
desear lo mejor y para convertir lo deseado en so actual y futuro. El sociólogo de acción pue-
atracción, con fuerza suficiente para mover el de ser –debería ser– el reformador social»32.
ánimo y la voluntad en el sentido que señala
Y tal función se justifica plenamente a los
la atracción del ideal»30.
ojos de Posada, aun en el caso de que la mar-
Fácilmente se podría tomar lo que antece- cha de la humanidad estuviera determinada
de como el punto de partida para una teoría
por fuerzas cuyo control último se nos escapa- Alemania, en Holanda y en España, empleán-
ra: «Y aunque prescindiéramos de toda inter- dose para denominar a los estudios sociológi-
vención reflexiva y calculada, y supusiéra- cos empíricos. «La sociografía, igual que la
mos que las transformaciones sociales entra- antigua estadística –dirá Tönnies– se propo-
ñan sólo el puro juego mecánico de fuerzas o ne como objeto el estudio de los países y de
energías físicas, ellas plantearán necesaria- sus gentes: por lo tanto, está orientada de
mente un problema sociológico, que se com- modo más inmediato hacia el estudio de un
plicará más y más, en cuando consideremos territorio determinado y de determinados
que, en todo caso, nosotros somos una fuerza hombres como habitantes del mismo».Tön-
del conjunto que influirá de algún modo, o en nies la denomina sociología empírica o socio-
alguna medida, en la producción de las inevi- grafía, y considera que se ocupa del «estudio
tables resultantes en que las transformacio- de la vida social contemporánea, concebida
nes sociales realizadas pueden consistir»33. en su marcha hacia adelante, en su incesante
transformación», utilizando un método espe-
cial que «consiste concretamente en la inves-
tigación de los propios hechos sociales; el
8. EL NACIMIENTO DE LA SOCIOLOGÍA
método de la observación y de la comparación
EMPÍRICA EN ESPAÑA
basada en las observaciones; el método empí-
(SOCIOGRAFÍA)
rico, inductivo»35.
En realidad, podemos considerar, la parte Este es el tipo de investigación empírica en
sociológica de los trabajos del Instituto de sociología que, por lo menos hasta los comien-
Reformas Sociales, como el comienzo de la zos de la segunda guerra mundial, se dará,
sociología empírica entre nosotros. No se tra- con mayores o menores exigencias metodoló-
ta de un fenómeno exclusivo de España, que gicas, en todo el mundo europeo. Los informes
ponga de manifiesto peculiaridades o tipis- de la Comisión de Reformas Sociales y del
mos del alma nacional, sino que, más bien al Instituto de Reformas Sociales discurren en
contrario, nos enfrenta a trabajos que en su paralelo a los informes de Ferdinand Tönnies
temática y en su estilo consuenan con otros y de Max Weber, en Alemania 36, de Charles
que, por ese mismo tiempo, se llevan a cabo
en distintos países europeos y que, sólo el 35 Ferdinand TÖNNIES , Principios de sociología, Méxi-
desconocimiento y un exacerbado criticismo
co, F.C.E., 1942, págs. 381 y sigs.
hacia lo propio, nos han impedido valorar en 36 Lluis FLAQUÉ y Salvador GINER consideran a Tön-
ción con los que llevan a cabo la Comisión de Reformas Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1988,
Sociales y el Instituto de Reformas Sociales: la vida en los pág. 140.
40
barrios obreros de Londres, la pobreza y sus formas, los PALACIO MORENA, Op. cit., pág. 143.
ancianos pobres y las pensiones, las distintas tareas del 41 PALACIO MORENA, Op. cit., pág. 259.
trabajo industrial, la influencia de la religión en la vida 42 Adolfo ÁLVAREZ BUYLLA Y ALEGRE, Memoria acerca
de las gentes, etc. Para una presentación de textos esco- de la información agraria en ambas Castillas, Madrid: M.
gidos, puede verse; Charles BOOTH, On the City. Physical Minuesa, 1904; Miseria y conciencia del campesino cas-
Pattern and Social Structure, Chicago y Londres: The tellano, Madrid: IRS, 1977. Parece evidente que cuando
University of Chicago Press, 1967. Recoge trabajos des- DEL CAMPO, Salustiano y CAMACHO, Juan Manuel «Social
de 1886 hasta 1913. Son evidentes tanto el paralelismo Reporting in Spain. «Recent Tradition» EuReporting
temático como la coincidencia cronológica. Working Paper nº 16, Subproject «European System of
38 La principal obra de Frédéric LE PLAY, en la que,
Social Indicators», Mannheim: Centre for Survey Rese-
además, desarrolla el método monográfico que le hizo arch and Methodology (ZUMA), Social Indicators, afir-
famoso, es Les ouvriers europèens, (1855), 6 volúmenes, man que los informes sociales -social reports- son hijos
2.ª edición, Tours: Mame, 1877-89. El pensamiento de de nuestros días y que no aparecen en España hasta la
Le Play y, especialmente, su método de las monografías, década de los sesenta, se están refiriendo a los informes
alcanzó una gran difusión. sociológicos de carácter global. Sólo así cabría admitir
39
Juan Ignacio PALACIO MORENA, La institucionaliza- que los Informes sociales sean un fenómeno reciente en
ción de la reforma social en España (1883-1924), España.
a fin de cuentas, dos cuestionarios para la dor de un concurso convocado por el gobierno
realización de encuestas informativas. y cuya resolución fue encomendada al Insti-
tuto de Reformas Sociales. En 1905 publica el
La Memoria se redactó a partir de dos Instituto un folleto que lleva por título Resu-
fuentes de información: men de la información acerca de los obreros
agrícolas en las provincias de Andalucía y
1) una serie de entrevistas, en todas las
Extremadura que, aunque posterior en la
poblaciones visitadas, con «gobernado-
fecha, recoge información que en su mayor
res, alcaldes, secretarios de Ayunta-
parte había sido elaborada en 1902 por la
miento y algunos jueces de primera ins-
Comisión de Reformas Sociales, con motivo
tancia, registradores, maestros, curas
de la crisis agraria en Andalucía, si bien se
párrocos, jefes de puestos de la Guardia
añaden datos más recientes45.
Civil, directores y redactores de los
principales periódicos, y con bastantes Mayor importancia tienen los estudios que
patronos y obreros, procurando, por la realiza el Instituto en la provincia de Córdo-
directa inspección del trabajo en los ba, a raíz de los conflictos agrarios que tienen
campos, de las casas, de la alimenta- lugar a comienzos de 1919. Una detallada
ción, el mejor conocimiento de las condi- exposición de esos conflictos, utilizando los
ciones de la agricultura y del modo de materiales elaborados por el Instituto, ade-
vida de los obreros agrícolas»43; más de otros de distinta procedencia, se reco-
ge en el libro de Juan Díaz del Moral, Historia
2) la aplicación de una encuesta, de la que de las agitaciones campesinas andaluzas y en
se repartieron 17.540 cuestionarios, en el trabajo de Constancio Bernaldo de Quirós,
un total de 4.278 municipios, siendo El espartaquismo agrario andaluz46.
cumplimentados 3.375 cuestionarios.
Es decir, algo menos del 20 por 100 del En el mismo área de la sociología rural y
total. Las preguntas que integraban el del agitado mundo del campo andaluz hay
cuestionario se distribuían en cinco blo- que situar el estudio de Bernaldo de Quirós
ques: extensión territorial, densidad de sobre Bandolerismo y delincuencia subversi-
población, emigración e inmigración, va en la baja Andalucía, publicado en 1913,
propiedad agrícola y vida del obrero en el que sostiene la tesis de que el bandole-
agrícola. rismo es la solución individual, paralela al
ma agrario en el mediodía de España44, gana- refiere a «los salarios agrícolas en Andalucía y en Extre-
madura en 1905», fue publicada en la Revista de Traba-
jo, n.º 1, 1963, págs. 187-295, con comentarios de José
43 ÁLVAREZ BUYLLA, Miseria y conciencia.., pág. 114. Castillo.
44 46 Juan DÍAZ DEL M ORAL , Historia de las agitaciones
Celedonio RODRIGÁÑEZ, El problema agrario en el
mediodía de España, Madrid: IRS, 1904. Díaz del Moral campesinas andaluzas, Córdoba, Madrid: Gráfica Uni-
valora muy positivamente la información de este traba- versal,1929; Madrid: Alianza Editorial, 1973. Díaz del
jo, así como la de los cinco accesits concedidos por el Moral, notario de Bujalance, fue discípulo de Fernando
jurado del Instituto y los considera como absolutamente de Castro y de Francisco Giner de los Ríos, a quienes
imprescindibles para comprender los problemas del dedica su libro, pero, que sepamos, no trabajó nunca en
campo andaluz. DÍAZ DEL MORAL, Agitaciones campesi- el Instituto de Reformas Sociales. Constancio BERNALDO
nas.., Madrid, 1973, pág. 517. Rodrigáñez había gana- DE QUIRÓS, El espartaquismo agrario andaluz, Madrid:
do, años atrás, un concurso convocado por la Real Aca- Reus,1919. Edición moderna por J.L. GARCÍA DELGADO,
demia de Ciencias Morales y Políticas: RODRIGÁÑEZ, C., selección y prólogo, El espartaquismo agrario andaluz y
La vida del campo, Madrid: Tipografía de los Huérfanos, otros ensayos sobre la estructura económica y social en
1886. Andalucía, Madrid: Editorial Revista de Trabajo, 1973.
espartaquismo agrario, como solución colecti- dad propias de los informes del Instituto. Sin
va, frente a las características de la estructu- embargo, en ocasiones están directamente
ra social de Andalucía47. También sobre pro- implicados asuntos de carácter social, como
blemas agrarios y sociales, pero lejos del los referentes a la vivienda, alimentación,
mediodía y de las dos Castillas, se sitúa el dotación de servicios y a los abusos de los pro-
trabajo de García de Cáceres, titulado Infor- pietarios de las minas, estableciendo canti-
mación acerca de las condiciones sociales en nas y economatos en sus propias explotacio-
que se realiza el cultivo del arroz en la provin- nes, en las que los mineros se ven obligados a
cia de Valencia, 1910. comprar48.
Tanto la Comisión como el Instituto dis- Por lo que se refiere a los efectos sociales y
pensaron una gran atención a los problemas económicos del proceso industrializador, con-
del campo, y lo mismo hacen otros muchos viene señalar, en primer término, la preocu-
pensadores e instituciones, hasta tal punto pación del Instituto en todo lo referente al
que podría decirse que la sociología rural es trabajo de las mujeres y de los niños. Existen
la primera sociología empírica que se practica informes sobre temas particulares, elabora-
en España, frente a lo que sucede en el resto dos con ocasiones de problemas o consultas
de Europa, en donde es la industrialización el planteadas al Instituto. Por ejemplo, el elabo-
motor del pensamiento crítico sobre los pro- rado a petición de los fabricantes de vidrio de
blemas de la sociedad. la provincia de Barcelona, quienes solicita-
ban la suspensión de ciertas normas que limi-
Pero, casi simultáneamente, preocupan taban a seis las horas de trabajo y prohibían
los problemas relativos a las minas y a los el trabajo nocturno de los menores de 14
mineros. Dos catástrofes en sendas explota- años, de ambos sexos. Pero tienen mayor
ciones mineras –en la explotación hullera de interés, por su carácter general, los informes
Villanueva de las Minas (Sevilla) y en Melen- redactados por José González Castro, sobre
dreros (Oviedo), también de hulla–, dan lugar El trabajo de la mujer en la industria, 1914, y
a dos visitas de inspección, seguidas de infor- El trabajo de la infancia en España, 191749.
mes técnicos. La primera es realizada por El primero de estos estudios, realizado por un
José Marvá y Mayer, ingeniero militar, de miembro del Instituto, no se hizo por iniciati-
quien se decía que era «más sociólogo que va de éste, sino como respuesta a un concurso
guerrero» y que a la sazón dirigía la sección convocado por la Sociedad Española de Higie-
técnica segunda –Inspección–. La segunda ne para estudiar las condiciones de trabajo de
visita de inspección corre a cargo de Rafael la mujer. Sin embargo, el Instituto lo asumió
Bautista Sanz, ingeniero de minas y auxiliar como propio y lo publicó para su difusión. En
de la sección segunda. El contenido de estos
informes es predominantemente técnico,
48
relacionado con el incumplimiento de diver- Uno de estos informes se ha reeditado hace algu-
nos años: José MARVÁ, El trabajo en las minas, Algorta,
sas disposiciones sobre higiene y seguridad
1970. Marvá se formó en la Academia de Ingenieros del
en el trabajo de las minas, pero en ellos se Ejército, siendo profesor de la misma y miembro de la
pone de manifiesto las exigencias de objetivi- Academia de Ciencias y del Instituto de Reformas Socia-
les. Véase M ARVÁ Y MAYER, J., Función técnico-social del
Ingeniero, Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros
47
Constancio BERNALDO DE QUIRÓS, «Bandolerismo y del Ejército, 1909, en donde reconoce el importante
delincuencia subversiva en la Baja Andalucía», tomo IX papel del ingeniero como intermediario entre el capital
de los Anales de la Junta para Ampliación de estudios e y el trabajo, en un régimen de libre competencia.
49 José GONZÁLEZ DE CASTRO, El trabajo de la mujer en
Investigaciones Científicas, Madrid, 1913. Años más tar-
de publicará, en colaboración con Luis ARDILA, Crimino- la industria. Condiciones en que se efectúa y sus condi-
logía del campo andaluz. El bandolerismo, Madrid: ciones en el porvenir de la raza, Madrid: IRS., 1914; El
Publicaciones de «Policía Española», 1933. trabajo de la infancia en España, Madrid: IRS. 1917.
el informe se comienza señalando las trans- anuales sobre las huelgas en Barcelona, que
formaciones irreversibles suscitadas por el publica Miguel Sastre, de 1903 a 1915, con
paso del taller familiar a las fábricas, con las independencia del Instituto pero en paralelo
condiciones creadas por el uso de las «máqui- a sus actividades y preocupaciones51. Pero
nas». Este paso afecta gravemente a las con- aparte de las estadísticas de huelgas, el Insti-
diciones de la mujer, en cuanto a seguridad e tuto prestó una atención especial a ciertos
higiene, jornada de trabajo, remuneración, conflictos cuando llegaron a tener una impor-
etc. Con la alternativa del trabajo a domicilio tancia propia, por determinadas razones, de
–sobre todo en la industria textil–, que per- modo que se llegaron a redactar unos veinti-
mite eludir la posible supervisión de la ins- cinco estudios monográficos sobre distintas
pección del trabajo femenino. Se analizan en huelgas. Uno de los más conocidos es el que
este informe las relaciones entre patronos y llevó a cabo Julio Puyol y Alonso, secretario
obreras y la falta de sensibilidad de la socie- del Instituto, sobre los conflictos que tuvieron
dad ante los problemas que se denuncian. lugar en la Sociedad Fábrica de Mieres, que
explotaba minas de hulla52. Este Informe se
Los informes sobre el trabajo de los meno- realiza a instancias de la asociación de obre-
res presentan esquemas analíticos análogos, ros de Mieres «La Unión Social», que denun-
tanto el publicado por González Castro en cia una serie de prácticas discriminatorias,
1917, como el que elabora Alberto López por parte de la empresa, hacia trabajadores
Argüello, en 1920, sobre el trabajo de los niños sospechosos de ideología socialista.
en los espectáculos públicos50. En ambos se
lleva a cabo la descripción de las característi- También tiene su origen en una huelga
cas de la vida de los menores y del trabajo al concreta el Informe realizado por Vicente
que están sometidos: trabajo de menores de Santamaría de Paredes y otros, a raíz de una
10 años, ausencia de escolarización, jornadas serie de conflictos que afectaron a buena par-
interminables de trabajo, mala alimentación, te de la población de Gijón 53. En todos los
carencia de medidas de higiene y seguridad, casos, el Instituto pretende establecer los
etc. En todos estos casos se proponen medidas hechos en los que se concreta el conflicto, par-
que permitan mejorar las condiciones de los tiendo de las motivaciones de las partes y de
niños, elevando la edad de acceso al trabajo las actuaciones que entre las mismas se han
de los menores y reclamando competencias dado, todo ello en el contexto de las condicio-
para un control más eficaz y una mejor pro- nes de trabajo y de los factores sociales de la
tección de los mismos. vida del minero. Una vez fijados, con la
mayor objetividad posible, los términos del
Las huelgas y los conflictos obreros son
uno de los temas a los que mayor atención
51
Miguel SASTRE Y SANNA, Las huelgas en Barcelona y
presta el Instituto de Reformas Sociales des-
sus resultados durante el año 1903. Acompañado de
de la fecha de su constitución. Las «estadísti- numerosos e importantes datos estadísticos sobre otros
cas de huelgas» constituyen un trabajo fijo y asuntos relacionados con la cuestión social obrera en
regular del Instituto, que, sobre todo en los Barcelona, Barcelona: Establecimiento Tipográfico de
resúmenes trimestrales de la Crónica de Ramón Pujol, 1904. Hasta 1915 inclusive, publica cada
Huelgas, proporcionan una interesante infor- año un informe análogo. En 1908, publica, además, un
libro titulado: Las huelgas. Sus causas, sus efectos y sus
mación cualitativa. Son dignos de mención,
remedios, Valencia: Imp. y Lit. J. Ortega, 1908.
por su minucioso y detallado análisis, comen- 52 Julio P UYOL Y ALONSO, Informe acerca de la fábrica
tarios y estadísticas económicas, los informes y de los obreros de Mieres, Madrid: IRS., 1907.
53 Vicente S ANTAMARÍA DE PAREDES, Francisco MORA,
conflicto, el Instituto pretende ofrecer su patronos, y las entrevistas con las distintas
mediación, para aproximar posturas y ver el autoridades de la zona. A lo cual se añade
modo de llegar a una toma conjunta de deci- toda la información documental de la que se
siones, que sea aceptada por las dos partes. puede hacer acopio –estadísticas de salarios,
En todo caso, se trata de un tipo de análisis de de horas de trabajo, de precios de artículos de
conflictos y de mediación que preludia las téc- primera necesidad, variaciones de estos fac-
nicas de decisión de grupo y resolución de con- tores a lo largo del período estudiado, número
flictos, desarrolladas en Estados Unidos por de asociaciones obreras y de participantes en
Kurt Lewin y Jakob Moreno, en la década de las mismas, etc.–, y la que se obtiene a través
los cincuenta. de una encuesta aplicada a los patronos55 .
Todo esto se recoge en la Parte primera del
Pero más interés que los Informes anterio- Informe.
res tiene, desde el punto de vista analítico, el
Informe sobre las minas de Vizcaya54. La soli- Pero, sin duda, el mayor interés de este
citud de que se realizara este Informe, por Informe reside en la Segunda parte del mis-
parte del gobierno, tiene su origen en la huel- mo –constituida por las Apreciaciones de
ga general de 1903, en Vizcaya, que afectó Rafael Salillas y, por separado, las de Sanz y
principalmente al sector minero, pero tam- Escartín, a partir de los materiales incorpo-
bién a las industrias de la zona, y que, ante la rados en la Parte primera–, que constituye
imposibilidad de un entendimiento entre un análisis estricto y riguroso de los datos.
obreros y patronos, y dada la violencia alcan- Comienza Salillas haciendo mención expresa
zada, concluyó con la intervención militar, de las condiciones en las que se basa su obje-
cuya autoridad dictó un bando de obligado tividad de juicio y su no implicación personal
cumplimiento, que no satisfizo a nadie. La en los intereses de las partes: «Vistos los
comisión nombrada al efecto, estaba formada documentos que le fueron facilitados a la
por Sanz y Escartín, Salillas y Puyol, y se des- comisión y formado juicio, que lo estima exen-
plazó al lugar de los hechos al día siguiente de
ser designada. La premura del tiempo y el
55 En un artículo titulado «Notas sobre el Instituto de
máximo interés puesto por el gobierno y por
el propio Instituto en su análisis, se debe al reformas Sociales y las tres historias de la sociología
española», REIS, n1 86, 1999, Juan ZARCO, después de
hecho de tratarse de una zona de conflictivi-
referirse a este Informe y a su metodología, concluye:
dad endémica, de modo que se toma como «Así, pues, la observación directa sobre el terreno, las
referencia para el análisis de las recientes entrevistas a los protagonistas, la implementación de un
huelgas, el lapso de tiempo que va de 1890 a cuestionario y el análisis de datos secundarios nos pare-
1903. cen elementos suficientes para atribuir a estas investiga-
ciones carácter sociológico». Sin embargo, receloso tal
La metodología seguida es la habitual en vez por las críticas que pueda recibir a causa de tan atre-
los Informes del Instituto: la información vidas –y atinadas– conclusiones, añade: «cabe cuestio-
narse esta última afirmación y preguntarse si es posible
directa en los lugares de trabajo y de residen-
sostener que estos hombres (...) tenían espíritu sociológi-
cia, a través de entrevistas con obreros y co, además del claro talante reformador» (pág. 146).
Conviene tener presente que una ciencia se especifica
por su objeto formal. Esto es, por la perspectiva desde la
54 Eduardo SANZ Y ESCARTÍN, Rafael SALILLAS Y PANZA- cual se contempla su objeto material y por el método de
NO y Julio PUYOL Y ALONSO, Informe referente a las minas estudio aplicado- y que en ningún caso hay que confun-
de Vizcaya, Madrid: IRS. 1904. Sanz y Escartín, Conde dir el método con las técnicas de recogida de datos. Por
de Lizárraga, académico de Ciencias Morales y Políticas, otra parte, cuando un tema social se considera desde la
sería el tercer y último Presidente del Instituto, Rafael perspectiva sociológica, no cambiará el carácter socioló-
Salillas fue reputado criminalista de fama internacional y gico de los conocimientos que se acuñen, el uso posterior
Julio Puyol, académico de Historia y de Ciencias Mora- al que se destinen, ya sea la reforma social o la docencia
les y Políticas, fue secretario del Instituto. universitaria.
mera guerra mundial produce efectos diver- mucho más que un conjunto de datos estadís-
sos sobre la industria nacional, variables ticos y que le sirvió de base para establecer
según industrias y según las regiones, pues cómo tenían que ser las viviendas y ordenar-
mientras en unos casos se produce desabaste- se los barrios para responder adecuadamente
cimiento de materias primas y reducción de a las necesidades de la vida personal y fami-
los pedidos, en otros, se observa una activa- liar y de las relaciones sociales y los servicios
ción de la actividad económica. En cualquier de la vecindad.
caso, todo ello da lugar a movimientos de la
población trabajadora, que se recogen en Dentro del estricto plano de la sociología
está el estudio de Posada, La ciudad moder-
diversos informes, sobre la base de monogra-
na, 191562; y son abundantes los estudios
fías elaboradas en las provincias, por los dele-
sobre desviación social dentro de la ciudad,
gados de estadística58.
cuyo contenido sociológico no conviene desde-
Si bien es cierto que el Instituto llevó a ñar sin haberlos leído. Por ejemplo, los de
cabo estudios monográficos sobre una gran Bernaldo de Quirós y Llanas Aguilaniedo,
variedad de materias59, está por hacer una sobre La mala vida en Madrid. Estudio psico-
labor desapasionada de sus aportaciones sociológico63; Salillas, El delincuente español:
científicas al conocimiento de la realidad El hampa64; Concepción Arenal, El pauperis-
española de su tiempo. También queda por mo65. Igualmente existen numerosos estudios
hacer el estudio de sus efectos estimulantes y sobre higiene pública y municipal y sobre las
fructificadores sobre otras instituciones y condiciones de salubridad del proletariado
sobre autores independientes. industrial66.
sión de Reformas sociales60 y que aparecen de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y
tratados de manera dispersa en diferentes Políticas, 1915.
63 C. BERNALDO DE Q UIRÓS y J.M. LLANAS AGUILANIEDO,
Informes del Instituto. Es aconsejable no
La mala vida en Madrid. Estudio psico-sociológico,
olvidar que ya en 1856, había publicado Ilde-
Madrid: B. Rodríguez Serra, Editor, 1901. Existe una edi-
fonso Cerdá su Monografía estadística de la ción reciente: Huesca: Instituto de Estudios Alto-Arago-
clase obrera de Barcelona, en 185661, que es neses, Zaragoza: Egido Editorial, 1997. Esta obra perte-
nece al mismo estilo y temática que el clásico de Henry
M AYHEW, Those That Will Not Work (1862), cuarto volu-
58 Información sobre emigración española a los paí- men de London Labor and the London Poor. Puede ver-
ses de Europa durante la guerra, Madrid: IRS, 1919; se la selección realizada por Peter Quennell, con el títu-
Constancio BERNALDO DE QUIRÓS, La emigración obrera lo London’s Underworld, London: Spring Books, 7ª edi-
en España después de la guerra, Madrid: IRS, 1920. ción, 1969.
59 P ALACIO MORENA, Op. cit., págs. 281 y sigs. pro- 64 Rafael SALILLAS Y PANZANO, El delincuente español:
porciona interesante información sobre monografías Hampa, Madrid: Victoriano Suárez, 1898. Pocos años
realizadas por el Instituto, en cuyo estudio no entramos después publicará otro libro, algunas de cuyas categorí-
aquí. as empleará en el análisis de las motivaciones de las
60 Sobre este tema puede verse, Antonio BUJ Y BUJ, huelgas mineras: La teoría básica (biosociología),
«La cuestión urbana en los informes de la Comisión de Madrid: Victoriano Suárez, 1901.
65 Concepción ARENAL, El pauperismo, Madrid: Vic-
Reformas Sociales», SCRIPTA VETERA, edición electróni-
ca de trabajos publicados sobre geografía y ciencias toriano Suárez, 1897.
66 Véase especialmente José María L ÓPEZ PIÑERO y
sociales (www.ub.es/geocrit/sv-32.htm).
61 Ildefonso CERDÁ, Monografía estadística de la cla- otros, Medicina y sociedad en la España del siglo XIX,
se obrera de Barcelona, en 1856, reeditada después con Madrid: Sociedad de estudios y Publicaciones, 1964.
Igualmente se puede consultar, Luis URTEAGA, «Miseria, 10. LA DESAPARICIÓN DEL INSTITUTO
miasmas y microbios. Las topografías médicas y el estudio DE REFORMAS SOCIALES Y SU
del medio ambiente en el siglo XIX», SCRIPTA VETERA, con LEGADO SOCIOLÓGICO
abundante bibliografía sobre topografías médicas de ciu-
dades y pueblos, durante el siglo XIX, como un comienzo El Instituto de Reformas Sociales fue cre-
de sociología médica (www.ub.es/geocrit/sv-58.htm). ando instituciones que asumieron, poco a
poco las funciones que, en un principio, des- esto excede, con mucho, del propósito inicial
empeñara el Instituto por sí solo: el Instituto de este estudio, orientado a mostrar la even-
Nacional de Previsión, la Inspección de Tra- tual aportación del Instituto de Reformas
bajo, etc. En los últimos momentos, transferi- Sociales a la naciente sociología empírica
das la mayoría de sus competencias, el Insti- española. Nos daríamos por satisfechos si lo
tuto se va quedando vacío y, finalmente, se hasta aquí escrito hiciera, por lo menos, que
extingue. Es comprensible que un hombre algunos sintieran la necesidad de aproximar-
como Adolfo Posada, que había estado desde se –y no sólo mirarla desde lejos– a la obra
el principio vinculado a sus actividades, se científica de una institución considerada
rebelara contra su desaparición y no quisiera, como excepcional en toda la Europa de su
pese a que le fue solicitado con insistencia, tiempo.
incorporarse a ninguna de las nuevas institu-
ciones, surgidas de ese proceso de institucio-
nalización especializada, fruto de una divi- APÉNDICE
sión del trabajo político y administrativo. Algunas obras presuntamente
sociológicas, publicadas entre
Sin embargo, la práctica totalidad del per- 1875 y 1940
sonal técnico, funcionarios de carrera, conti-
nuaron realizando labores similares a las
1875. PÉREZ PUJOL: La sociología y la fór-
que, desde tiempo atrás, venían realizando
mula del derecho.
en el Instituto. Sería interesante averiguar si
1876. AZCÁRATE: Estudios económicos y
quienes recibieron la herencia científica –no
sociales.
sólo sociológica– del Instituto de Reformas
Sociales, fueron los organismos públicos a los 1876. AZCÁRATE: Ensayo sobre la historia
cuales pasó, en mayor o menor medida, con del derecho de propiedad.
restricciones, pero también con ampliaciones, 1884.GONZÁLEZ SERRANO: Sociología
el conjunto de tareas que el Instituto llevaba científica.
a cabo. Aventuramos como hipótesis, por si 1887. PIDAL Y MON: El método de la obser-
alguien tuviera interés en comprobarlo, que vación en la ciencia social. Le Play y su
muchas de esas tareas pasaron a las institu- escuela.
ciones creadas por el Instituto y que de él se
1889-97. SALES Y FERRÉ: Tratado de Socio-
fueron desgajando: el Instituto Nacional de
logía, 4 vols.
Previsión, el Ministerio de Trabajo –tanto en
1891. AZCÁRATE: Concepto de la sociología.
la Vicesecretaría General de Estudios, como
en el Instituto de Estudios Laborales y de 1891. DORADO: El positivismo en la ciencia
Seguridad Social y en la Dirección General de jurídica y social italiana.
Promoción Social–, en las Escuelas Sociales, 1892. AZCÁRATE: Los deberes de la riqueza.
así como también en el Ministerio de Sanidad
y Seguridad Social –en la medida en que reci-
bió competencias procedentes del Ministerio
estilo del Informe, creado en la Comisión y perfecciona-
de Trabajo– y, con independencia de ese pro-
do en el Instituto de Reformas Sociales se mantiene en
ceso, en el Ministerio de Agricultura67. Todo los organismos que proceden de él. Y por lo que a las
materias se refiere, se prolonga una tradición vinculada a
los temas de competencia de tales instituciones: los con-
67 La tradición de los estudios pormenorizados de flictos de trabajo, la seguridad social como sistema insti-
problemas sociales como punto de partida para la ela- tucional, la sanidad, los gastos farmacéuticos, las profe-
boración de políticas o proyectos legislativos, se conti- siones sanitarias, los servicios sociales, los movimientos
núa en todos esos casos, aunque, sin duda, la estructura migratorios, la promoción profesional, el empleo, los
institucional no es tan precisa y unitaria. En todo caso, el accidentes de trabajo, etc.
1906. SASTRE: Las huelgas en Barcelona y 1930. ORTEGA: La rebelión de las masas.
sus resultados en 1905 y 1906. 1931. AZNAR: Promedios diferenciales de
1907. (*) PUYOL: Informe acerca de la fábri- natalidad, mortalidad y reproductividad
ca y los obreros de Mieres. por grupos sociales en España.
1907. SALES Y FERRÉ: Nuevos fundamen- 1932. SANGRO Y ROS DE OLANO: Opinión
tos de la moral. pública y masa neutra.