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LA EDUCACION Y EL ESPIRITU DE CAMBIO

Me pregunto por qué reciben ustedes educación. ¿Lo saben? Tan pronto tienen edad suficiente, sus
padres les envían a la escuela, ¿pero saben ustedes por qué van a la escuela? Todo lo que ustedes y
sus padres saben es que deben ir a la escuela y educarse.
Ahora bien, ¿qué significa que a uno le eduquen? ¿Alguna vez han pensado al respecto? ¿Significa
meramente aprobar exámenes para que más tarde puedan casarse, tener alguna clase de empleo y
continuar en ese empleo, les guste o no, por el resto de sus vidas? ¿Es eso la educación?
Asisten a diversas escuelas donde se les educa, o sea, que aprenden matemáticas, historia, geografía,
ciencia y demás. ¿Por qué? ¿Se lo han preguntado alguna vez? ¿Es meramente para que después se
ganen la vida? ¿Es ése el propósito de la educación? ¿Es la educación tan sólo un asunto de rendir
exámenes y poner unos cuantos títulos junto a sus nombres, o es algo por completo diferente?
Si miran a su alrededor, verán en qué espantosa confusión se encuentra el mundo. ¿Ven al pobre que
tiene muy poco para comer, que carece de días festivos y debe trabajar día tras día, de la mañana a
la noche, mientras los padres de ustedes acuden a alguna fiesta en automóviles y allí se divierten? Ésa
es la vida, ¿verdad? Están el pobre y el rico, los enfermos y los que gozan de buena salud, y en todo
el mundo hay guerras, desdichas, toda clase de infortunios. ¿Acaso no deberían ustedes reflexionar
sobre estas cosas mientras son jóvenes? Pero ya ven, en sus escuelas no les ayudan a prepararse para
afrontar esa vasta extensión de la vida con sus extraordinarias luchas, desdichas, sufrimientos,
guerras... nadie les habla sobre todo esto. Sólo les comunican los hechos desnudos, pero eso no es
suficiente, ¿verdad?
Por cierto, la educación no está sólo para capacitarles a fin de que puedan conseguir un empleo; es
algo que debe ayudarles a PREPARARSE PARA LA VIDA. Podrán convertirse en un oficinista, un
gobernador, un científico, pero eso no es la totalidad de la vida.
Hay toda clase de cosas en la vida. La vida es como el océano. El océano no es sólo lo que vemos en
la superficie, ¿verdad? Es tremendamente profundo, tiene corrientes enormes y está atestado con
todo tipo de vida, con múltiples variedades de peces, el grande viviendo del pequeño. Todo eso es el
océano; y así ocurre con la vida, en la cual hay toda clase de goces, de placeres, dolores, invenciones
extraordinarias, innumerables sistemas de meditación y la búsqueda colectiva de la felicidad. La vida
es todo eso, pero ustedes no están preparados para ella. En la escuela nadie les habla acerca de todas
esas cosas. Hay demasiados chicos y chicas en cada clase, y el maestro sólo se interesa en que pasen
los exámenes, no se interesa en el esclarecimiento de sus mentes. Pero la educación, obviamente, no
es un proceso de llenar sus mentes con información. Si saben leer pueden tomar cualquier
enciclopedia y obtener la información que desean. Pienso, pues, que la educación es algo por
completo diferente del mero aprendizaje de ciertos hechos y de la aprobación de unos cuantos
exámenes.
Vean, mientras tengamos miedo, no estamos educados. ¿Saben qué es el miedo? Todos ustedes
saben que temen: los niños temen, los adultos temen, todos temen; y en tanto tengamos miedo, no
estaremos educados, careceremos de inteligencia. De modo que la educación no consiste meramente
en atestar la mente con información sino en ayudar al estudiante a comprender sin miedo esta gran
complejidad de la vida.
Ustedes sienten temor de sus maestros, de sus padres, del hermano mayor, de la tía o de alguna otra
persona, ¿no es así? Los mayores tienen el poder de castigarles, de apartarles o de pedirles que
permanezcan en su propia habitación; y así, tanto en la escuela como en la casa, se nos educa
continuamente en el miedo. Nuestra vida es moldeada por el miedo y, desde la infancia hasta que
morimos, estamos atemorizados. ¿Y saben lo que el miedo hace? ¿Alguna vez se han observado
cuando tienen miedo, cómo se les aprieta el estómago, cómo transpiran, cómo tienen pesadillas? No
les gusta estar con personas que les atemorizan, ¿verdad? Quieren escapar de ellas como un animal
que se siente amenazado. Y ya ven, con ese miedo asistimos a la escuela y al colegio, y cogiese miedo
dejamos el colegio para encontramos con esta cosa extraordinaria, esta vasta corriente con su enorme
profundidad a la que llamamos vida. Me parece, pues, que lo que tiene importancia primordial en la
educación es ver que en ella se nos eduque para que estemos libres del miedo; porque el miedo
embota nuestras mentes, mutila nuestro pensar, contribuye a la oscuridad, y en tanto vivamos con
miedo no crearemos un mundo nuevo. ¿Comprenden de qué estoy hablando, o es algo de lo que
jamás han oído antes?
El mundo está pasando por una fase terrible y todos los políticos, todos los gobernantes están muy
confundidos aunque digan que no lo están, porque siempre se hallan en guerra, siempre hay alguna
clase de infortunio. De modo que el mundo al presente no es algo hermoso, no es un lugar feliz donde
vivir; y si a ustedes, que son muy jóvenes, no se les educa correctamente, es obvio que crearán un
mundo igualmente infeliz, igualmente desdichado y confuso. ¿No es, por lo tanto, muy importante
descubrir de qué modo se les educa a fin de que puedan crear una clase de mundo por completo
diferente? Un mundo en el que puedan vivir juntos dichosamente, en el cual no existan el rico y el
pobre, ni los grandes políticos que poseen todo el poder, la posición, el atractivo, ni los que carecen
de todo privilegio, que nada tienen en la vida y deben trabajar incesantemente hasta que mueran.
Son ustedes los que tendrán que crear un mundo nuevo, no los adultos, porque éstos están haciendo
del mundo una confusión espantosa. Pero si se les educa correctamente, podrán crear un mundo
nuevo. Está en sus manos, no en manos de los políticos o de los sacerdotes. Si se les educa
apropiadamente crearán un mundo maravilloso, no un mundo americano o europeo, sino un mundo
que será nuestro, de ustedes y mío, un mundo en el cual todos viviremos juntos dichosamente. Y yo
les aseguro que la creación de un mundo semejante depende de ustedes y de nadie más.
Pero no pueden crear un mundo nuevo si están atemorizados; por lo tanto, mientras son jóvenes
tiene que haber en ustedes un espíritu de cambio.
Es realmente muy difícil comprender estos problemas tan complejos, y a medida que vamos creciendo
podemos comprenderlos sólo cuando hay inteligencia. La inteligencia debe llegar a nosotros mientras
somos jóvenes, lo cual implica que el maestro mismo debe comprender primeramente todo esto.
Pero hay muy pocos maestros que lo comprendan, porque para la mayoría de ellos la enseñanza es
meramente un trabajo.
Por lo tanto, cada uno de ustedes tiene que averiguar la verdad de todo esto, no pueden ser
meramente amansados como animales domésticos. Espero que comprendan de qué estoy hablando,
porque todo esto es realmente muy difícil y requiere muchísima reflexión por parte de ustedes. El
mundo se está desintegrando, se desmorona, hay guerras, hambre y desdicha; y la creación de un
mundo nuevo está en manos de ustedes. Pero no pueden crear un mundo nuevo si en ustedes no
alienta el espíritu de cambio, y no pueden tener este espíritu de cambio en tanto hay miedo, porque
el miedo mutila la inteligencia.

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