Está en la página 1de 3

Desde el principio de los tiempos vemos que tanto los seres humanos

(que evolutivamente provenimos del mono) como los animales,


actuamos por general bajo los mismos patrones conductuales y en los
mismos espacios físicos; a este fenómeno se le conoce como zona de
confort. La mayoría de las personas tienen una vida rutinaria donde por
lo general se despiertan, se levantan a la misma hora, toman de
desayuno los mismos alimentos, van a la escuela o al trabajo a la misma
hora tomando el mismo autobús o la misma ruta, se hablan con las
mismas personas; en fin todos los días se hace lo que psicológicamente
y por repetición está programado en nuestro cerebro, constituyéndose
de ésta forma en una rutina, desconociendo todas las oportunidades
que tenemos alrededor y que simplemente no nos damos cuenta
ignorándolas por completo.

Esta vida rutinaria hace que las personas se sientan cómodas y seguras
sin darse cuenta de otras cosas que giran alrededores de ellas, cosas
que se ignoran simplemente por desconocencia o por el temor a
experimentarlas; de ahí radica la importancia de salir de esa zona de
confort ya que su permanencia conlleva muy probablemente al
postergamiento de la superación personal y por lo tanto al éxito de las
personas.

Cuando una persona está en su zona de confort se siente a gusto y


cómodo con todo lo que gira alrededor de la rutina de sus vidas, no
piensa en cambiar nada, muchas veces con aspiraciones protegidas y
sin apremios, además es en esta zona donde todas las cosas que nos
gusta hacer convergen y se nos dan de buena manera y sin
complicaciones; que al salir de la misma provoca incomodidad,
nerviosismo, miedo, inseguridad, etc.

A la gran mayoría de las personas ni siquiera les gusta que les toquen
el tema, que les hablen de cambio, les da miedo salir de lo que ellos ya
conocen, temen a enfrentar lo desconocido, estancando así sus vidas y
colocándole límites y barreras imaginarias dentro de sus zonas de
confort; paradójicamente esas personas se la pasan pensando y
quejándose que la vida no les da la oportunidad de ser más felices, mas
exitosas y lo que pasa es que realmente no se atreven a tomar la
oportunidad que la misma vida les da por miedo al cambio, les da miedo
romper el hielo, romper el paradigma, romper esas barreras imaginarias
que ellas mismas se han colocado.
Es por ello que cuando las personas intentan salir de la zona de confort
para entrar en una zona desconocida (zona de pánico) por ellos,
simplemente hacen una pequeña expansión que se entra y se sale por
instantes produciendo en el ser rechazo al cambio, ansiedad, miedo,
temores, inseguridad; dicho en otras palabras, las personas están con
la vida estancada y su gran dificultad es salir de esa zona de confort.

La zona de confort no tiene sexo, ni religión, ni raza, ni mucho menos


estratificación social; tanto pobres como ricos o personas de clase
media viven de manera particular su propia zona de confort; la diferencia
entre cada una de esas personas son sus aspiraciones y los valores
morales y éticos de cada uno de ellas. Permanecer en una zona de
confort NO es positivo debido a que es dejar de soñar, es dejar de
crecer; permanecer en una zona confort es un señal inequívoca de
ignorancia, falta de confianza, de conformismo, carencia de
aspiraciones, miedo y es la privación de las ambiciones; es necesario
saber y estar consciente que encima de nosotros habrá siempre
escalones que debemos subir.

En lo personal desde el año 1999 he trabajado en el sector educativo,


inicialmente en Educación Básica Secundaria y Media Académica y
actualmente en Educación Básica Primaria, donde tengo la bendición
de tener un trabajo estable, con las prestaciones sociales propias de mi
país y un salario fijo; esta situación me brinda la tranquilidad de estar
como persona laboralmente activa y productiva tanto es así que he
desaprovechado ciegamente un sinnúmeros de oportunidades por el
miedo de enfrentarme a nuevos retos o simplemente por miedo por
empezar desde 0 en otros campos laborales; además sentía que ya no
necesitaba nada más, es decir; estaba en un conformismo si darme
cuenta creé mi propia zona de confort.

Ahora he decidido salir de mi zona de confort y gracias a la oportunidad


que me brinda la UNIR, emprender una nueva aventura capacitándome
en el programa académico de carácter postgrado denominado “Master
Universitario en Orientación Familiar Educativa” el cual me brinda las
herramientas necesarias para la superación tanto de conocimientos el
cual me ayuda a ser un mejor profesional y una mejor personal; estoy
plenamente seguro que allí desarrollaré mi intelecto y mi vocación al
servicio a los demás.
Doy gracias a Dios que cuento con personas que me apoyan
brindándome todas las herramientas morales y afectivas que unido a mi
perseverancia y esfuerzo lograré mis objetivos trazados. En un pasado
y como ya lo he expresado, he desaprovechado muchas oportunidades
laborales los cuales fueron rechazadas porque internamente sentía que
no tenía la preparación académica para desempeñarme en un cargo
determinado, fue así y como cosas del destino apareció en buenahora
la UNIR el cual me dio la oportunidad de salir de mi zona de confort,
capacitándome en uno de los tantos programas académicos que por
ella se ofrece, brindándome las herramientas tecnológicas y cognitivas
necesarias para lograr tal fin.

En la población donde me desempeño laboralmente como docente de


aula en Educación Básica Primaria predomina los hogares
disfuncionales, afectando notablemente el rendimiento tanto académico
como convivencial de los estudiantes; es por ello que mi gran objetivo
es utilizar todas las herramientas que la UNIR me ofrece dentro de mi
formación profesional para poder así buscar estrategias orientativas que
permitan mejorar el proceso educativo en niños y adolescentes y
construir un modelo educativo exitoso en el que los padres cumplan
realmente su rol de padres de forma adecuada en su función educadora.

También podría gustarte