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Por Pascual Torres
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Hoy te traigo un artículo sobre la anatomía del yoga y por qué es útil conocerla. Mi Ángel Pascual, como
cariñosamente le digo, lo ha escrito con amor para toda la familia de Yogaesmas. (Un secretito: todos
los vídeos de mi Curso de Yoga Para Principiantes y los que tengo en Youtube en esta serie, son
filmados por él, pues además de profesor de yoga es experto en imagen y sonido, de la materia y del
corazón).
Dentro del esqueleto apendicular conviene destacar la pelvis, formada igualmente por 3 huesos
fusionados. Su importancia es vital, ya que da soporte mecánico a los órganos del abdomen, siendo la
base de la alineación postural. Algo de vital importancia dentro de la práctica del yoga.
En el sistema óseo, las articulaciones o uniones de varias piezas óseas dotan de movimiento al
esqueleto y son de gran importancia en relación al yoga. Cada articulación tiene un determinado grado
de congruencia, que viene dado por la facilidad del encaje entre sus superficies. A mayor congruencia
más estable será la articulación. El encargado de posibilitar el deslizamiento de las superficies
articulares es el cartílago, capaz de absorber una buena parte de la presión que se genera en ella.
Cuando el cartílago se desgasta puede dar lugar a una patología del hueso conocida como artrosis, que
provoca dolor y rigidez.
En el cuerpo tenemos unos 650 músculos. Cuando un músculo produce una determinada acción se dice
que es agonista, y cuando otro genera la acción contraria, antagonista. A aquellos que realizan o
cooperan para que se dé el mismo tipo de movimiento se les llama sinergistas. En cualquier caso, todos
ellos están cubiertos por unas capas de tejido conectivo denominadas fascias que se dedican a
trasladar los diversos movimientos.
Imagen extraída del libro Anatomía del Yoga de Leslie Kaminoff y Amy Matthews–
POSTURAS Y CONTRAPOSTURAS
Algo que no conviene pasar por alto durante una sesión de yoga es la ejecución de la contrapostura una
vez que se ha realizado una postura. En muchos casos esta elección viene dada por las siguientes
acciones musculares:
– Contracción concéntrica: los extremos del músculo se acercan, por tanto, el músculo se acorta, el
tendón se mantiene.
– Contracción excéntrica: distanciamiento de sus extremos a la vez que se hace una fuerza contraria
que se opone a dicha acción. El músculo se acorta, el tendón se alarga.
– Contracción isométrica: no existe desplazamiento de los segmentos articulares. Hay una fuerza
aplicada, pero la longitud del músculo no varía.
– Estiramiento balístico: esta forma de estiramiento utiliza acciones tipo salto para estirar los grupos
musculares elegidos. Un ejemplo sería el saludo al sol.
– Estiramiento pasivo: implica la utilización del peso corporal, la gravedad y los grupos musculares
sinérgicos/agonistas para crear un estiramiento. Al mantener estos estiramientos pasivos durante más
tiempo se alarga la envoltura fascial del músculo.
– Realizan la conversión de la energía química en mecánica (en donde habría que incluir al prana o
proceso respiratorio).
– Se encargan de darnos la información sobre el espacio que ocupamos por medio de unos sensores
específicos denominados propioceptivos.
– Nos entregan una valiosa información del estado fisiológico del organismo.
Pero, ten esto muy en cuenta: conviene no perder de vista otras cuestiones más allá del enfoque
anatómico. Por ejemplo, ¿cómo te sientes al hacer yoga? La experiencia interna se refleja también en tu
cuerpo. Una actitud diferente crea un dibujo muscular diferente. Nuestro organismo es un sistema
cambiante y el yoga nos invita “permanentemente” a tomar conciencia de ello.