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Elementos para la construcción de la dictadura del proletariado.

Eje temático: Democracia Burguesa y Dictadura del Proletariado.

Leander Pérez
leanderperez@gmail.com
24 años, CI: V-21.426.480
Teléfono: 0414- 1200737
Venezolano.

Miembro del Comité Ejecutivo de “Lucha de Clases”.


Sección Venezolana de la Corriente Marxista Internacional
Estudiante de la Universidad Simón Bolívar.
Diploma en formación Político-Ideológica del IPLAC, Cuba.
Diploma en Liderazgo Político de la Universidad Metropolitana.

1
Resumen.

La lucha de clases, y en general los procesos históricos, no son fenómenos


lineales, por el contrario, tienen un carácter dialectico y un desarrollo complejo.
Solamente pensadores mecanicistas o deterministas por un lado, o aventureros y
vanguardistas por otro, pueden compartir la creencia de que con aplicar un
manual, sin estudiar la realidad concreta, se puede tomar el poder o una vez
hecho esto, establecer la dictadura del proletariado como se instauraría el reino de
Dios en la tierra.

El capitalismo moderno y su crisis estructural, nuestra posición geográfica y


recursos naturales, además de la naturaleza dependiente como nos insertamos en
la economía mundial, son factores nada desdeñables que han influido en el
desarrollo de la lucha de clases interna y las políticas seguidas por el Estado.

Interrogantes sobre si las revoluciones pueden tener un carácter pacífico y


democrático; el problema de la posible construcción de la dictadura del
proletariado en el marco legal burgués bajo el asedio del Estado y de tentaciones
burocráticas; la fuerza que la clase trabajadora en particular, y en general el
pueblo, pueda poseer para torcer el rumbo de los acontecimientos son algunos de
los temas a abordar en el presente trabajo.

Para este estudio nos será preciso examinar teorías alrededor del estado y
papel del partido, su composición de clases y la relación clases, partido y dirección
a la vez que se van, de manera transversal estudiando las políticas de Estado y la
respuesta real de la calle, reacción que en definitiva da el carácter dialectico a
toda estrategia de gobierno encaminada no mantener sino a subvertir el orden
establecido.

Palabras Clave:

Dictadura del Proletariado, Democracia Burguesa, Lucha de Clases, Conciliación,


Burocratismo.

2
La Democracia Burguesa.

Es un lugar común entre escritores marxistas el reconocer la falsedad de la


democracia burguesa. Ésta, presentada por sus apologistas como la única
democracia posible, descansa sobre un parlamento integrado por los defensores
de los intereses de los sectores de poder, edificando un entramado jurídico de
reglas y leyes que no son otra cosa que las formas de opresión de una clase por
otra. Al respecto, Lenin señala que:

“El tipo más perfecto, más avanzado de Estado burgués es la república


democrática parlamentaria. El poder pertenece al parlamento; la
máquina del Estado, el aparato y los órganos de gobierno son los
usuales: ejército permanente, policía y una burocracia prácticamente
inamovible, privilegiada y situada por encima del pueblo”. (Lenin,
1961:27)

Bien nos dirán que en el régimen democrático burgués todos pueden


alcanzar la dirección del Estado, sin embargo esto solo es un ideal pues sabemos
que las capacidades de organización, es decir, el tiempo, los recursos
económicos, las mejores editoriales y periódicos, además de los lugares de
reunión le son negados a la clase trabajadora y son propiedad casi exclusiva del
capital.

En dicho régimen, el espacio dejado por los trabajadores es suplido por


carreristas y oportunistas que demagógicamente, ocupan el papel de
representantes de la clase trabajadora para luego venderse al mejor postor. Esto
en el mejor de los casos, ya que puede presentarse el ejemplo de los Estados
Unidos de Norte América donde los diputados y senadores son financiados por la
empresa privada y fungen como representantes de las mismas.

En este sentido, un sector de los liberales boga por fortalecer este


entramado jurídico, hacerlo cada vez más rígido con la finalidad de imposibilitar los
cambios. Jueces vitalicios y una jurisprudencia inamovible conforman
superestructuras estáticas que contienen el desarrollo de las contradicciones entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción.

3
Esta carga subjetiva, juega entonces un papel objetivo en el desarrollo de la
lucha de clases, pues condiciona a la clase trabajadora, imponiendo su sentido
común, que no son más que los valores que permitan la resignación del asalariado
y, de esta manera, doblegarlo sin bayonetas ni cañones1.

Sería Rosa Luxemburgo quien en su polémica contra el revisionista


Bernstein2, explicara el carácter reformista de la socialdemocracia y los peligros
que esto significa para la construcción de una conciencia de clase.

Si bien en tiempos de relativa paz y auge económico se da la posibilidad de


ganar, a través de reformas ciertas conquistas, al no abolirse las relaciones de
producción ni darse cambios en la estructura que conforma el balance de poderes,
al llegar las primeras crisis todo el estado de bienestar se sacrifica en función de
mantener las tasas de ganancia de los patronos. Este hecho es irrebatible, ya que
hasta las generaciones más jóvenes (aquellas acostumbradas al estado de
bienestar), han visto las consecuencias de las crisis del 2008, la cual paralizó gran
número de fuerzas productivas dejando en la calle a cientos de trabajadores. Para
entonces, las medidas de austeridad que exigían (y siguen demandando) los
burgueses, no se hicieron esperar por parte de los parlamentos respectivos. Estas
medidas, dieron como resultados manifestaciones populares inéditas en décadas,
entre ellas la de los “occupy wall street” y las movilizaciones de indignados en
España.

Las formas que adoptan estos gobiernos pueden ser muy diversas,
gobiernos parlamentarios, monarquías constitucionales, entre otras. Sin embargo,
si en vez de estudiar sus diferencias de forma, nos enfocamos en lo que las hace
comunes, observamos como rasgo económico y social característico el predominio
de las relaciones capitalistas.

En Venezuela, el primer gobierno democrático-liberal se da posterior al


derrocamiento del General Marcos Pérez Jiménez por parte de la Junta

1
Para un estudio más riguroso de la alienación en el marco capitalista y del uso de la ideología
recomendamos: Silva, L. (1985). Teoría y Práctica de la Ideología. (Nuestro Tiempo, Ed.) (Decimoquinta ed.)
2
Luxemburgo, R. (1900). Reforma o Revolución.

4
Patriótica3. Juan Carlos Rey lo define bajo el signo de un “sistema populista de
conciliación de élites: Complejo sistema de negociación y acoplamiento de
intereses heterogéneos, en el que los mecanismos de tipo utilitarios iban a jugar
un papel central en la generación de apoyos al régimen y, por consiguiente, en el
mantenimiento del mismo.” (Rey, 2009).

Detengámonos por un momento en esta definición, Cuando Rey hace


mención a las élites, se refiere a la dirigencia de los partidos más tarde llamados
hegemónicos, las FFAA, la iglesia, grupos empresariales y las cúpulas sindicales
subordinadas a los intereses partidistas entre la que destaca la Confederación de
Trabajadores de Venezuela (CTV) como brazo sindical de Acción Democrática
(AD).

En cuanto a los mecanismos de tipo utilitario, debemos destacar que para la


fecha se da una recuperación económica que permitió a estos gobiernos, a través
de métodos clientelares, sostener el sistema bajo la acción de otorgar concesiones
a los trabajadores con el fin de conciliar intereses antagónicos. Sin embargo, el
juego agonal suma-variable llega a su término con la misma velocidad que se
desarrollan las crisis inflacionarias, demostrando como mencionábamos arriba,
que el “estado de bienestar” y el “está barato, dame dos4” son ficciones,
espejismos creados por el sol abrazador de la renta petrolera.

Surgen dudas del por qué la Junta Patriótica, verdadero órgano del poder
tras el derrumbe de la dictadura, entregó el gobierno a quienes desde el exterior
pusieron a buen resguardo sus vidas (Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, entre
otros). El hecho es que después de electo Rómulo Betancourt, se suceden los
hechos de la masacre de la concordia de la que resultaron 3 muertos y más de 70
heridos, esto como reacción ante los despidos, la eliminación del plan de
emergencia del gobierno provisional y reducción del 10% del salario mínimo, lo
que algunos autores señalan como una estrategia de provocación de Betancourt
para ganarse la férrea oposición del PCV y demostrar que él, antiguo comunista,

3
Conformada por los dirigentes del PCV y la juventud rebelde de AD.
4
Forma coloquial venezolana.

5
estaba limpio y así poder estrechar relaciones con los Estados Unidos, país en el
que se realizó el denominado Pacto de Nueva York, precursor del Pacto de
Puntofijo.

Gramsci, explica que la burguesía no mantiene su poder únicamente a


través de medios coercitivos, sino también estableciendo consensos (Zardoya,
2014). Este factor subjetivo es clave para asegurar a una minoría el control sobre
la mayoría de la población. Es por ello que insistirá en la construcción de una
hegemonía la cual considera necesaria para la ofensiva revolucionaria. Esta tarea
no niega el carácter determinante de las condiciones objetivas (estructurales) sino
que reconoce la relación dialéctica entre estas y la superestructura. Olvidar esta
relación conduce irremediablemente al mecanicismo y determinismo (cuando se
deja de lado el papel del hombre) o al vanguardismo (cuando no se echa mano del
método materialista).

Los hechos han demostrado la razón este planteamiento pues en la década


de los 60’ después de haber entregado el poder, idealista o ingenuamente, y con
una recuperación económica y el afianzamiento de los grupos de poder, se intenta
de manera vanguardista una serie de insurrecciones con poca oportunidad de
éxito. Por otra parte, la posterior crisis, de los años 80’, y en medio de esta, el
intento de Carlos Andrés Pérez de implementar un programa de shock neoliberal,
no fue aprovechado, aun cuando las masas desbordaron las calles y por días
paralizaron la acción del Estado, estas masas no encontraron una vanguardia
pues la dirección revolucionaria para entonces ya se había “pacificado5”.

La Dictadura del Proletariado.

La burguesía al referirse a los términos dictadura o democracia lo hace


siempre en sentido general, sin reconocer que la democracia defendida por ella no
es otra cosa que la dictadura de su clase sobre la nuestra, de la minoría sobre la
mayoría. Insisten en asociar toda dictadura con autoritarismo, y ciertamente han

5
Aludimos al proceso de pacificación llevado a cabo durante el primer gobierno de Rafael Caldera por el
cual entraron a formar parte del sistema político los principales dirigentes guerrilleros.

6
tenido no poco éxito debido a la existencia de los denominados “socialismos
reales” los cuales por décadas se denominaron a sí mismos dictaduras proletarias.
Es por ello que el termino ha caído en desuso, sobre todo en ambientes
académicos e intelectuales y en su lugar se ha venido implementando el de
democracias proletarias, con la finalidad de distinguirla de las formulas
burocráticas que abordaremos más adelante. Para los fines de este trabajo,
ambos términos serán usados indistintamente.

La dictadura del proletariado, tiene un momento histórico, una función que


cumplir en el desarrollo de la revolución. Ésta no es sí misma el socialismo, más
tributa a su consecución. Lenin, en su tesis sobre la democracia burguesa y la
dictadura del proletariado expresa:

“La historia enseña que ninguna clase oprimida ha implantado ni ha


podido implantar jamás su dominación sin atravesar por un periodo de
dictadura, es decir, de conquista del poder político y de represión
violenta de la resistencia opuesta por los explotadores, la más
desesperada y furiosa, una resistencia que no reparaba en crímenes”
(Lenin, 2010)

Es decir, la dictadura es una herramienta para acabar, con las menores


perdidas posibles (materiales y espirituales) la segura resistencia que opondrá la
burguesía, en cuya mano están las leyes, el ejército y el capital.

A diferencia de los anarquistas, los comunistas entendemos la necesidad


de esta etapa, entendemos que no es suficiente con solo echar del gobierno a los
representantes capitalistas sino que hay que expropiar a los expropiadores y
aniquilar toda la reacción. Para ello, el proletariado hace uso del Estado, un
Estado que en palabras de Lenin “comience inmediatamente a agonizar y que no
pueda dejar de agonizar” (Lenin, 1961:148).

Es en este punto donde se hace necesaria una profunda investigación pues


la historia ha demostrado que el no hacer uso del Estado para implantar la
dictadura del proletariado ha sido la perdición de revoluciones emergentes, como
sucedió, por ejemplo, con la Comuna de París y La Revolución Española, entre
otras. Estas experiencias no fueron lo suficientemente maduras para llevar a cabo

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la toma y mantenimiento del poder. Por otro lado, el abuso de los poderes del
Estado, y el crecimiento excesivo del burocratismo ha asfixiado toda democracia
para más tarde, bajo diversas formulas, entregarse al más despiadado
capitalismo.

La burguesía objetará entonces que la vuelta al capitalismo es inevitable, o


que las deformaciones burocráticas son inherentes al socialismo, sin embargo
esto es más la manifestación de sus propios deseos que producto de un estudio
científico. Otro argumento es que la construcción de una sociedad socialista es
imposible, debido a que no se ha logrado definitivamente, más cabe destacar que
la inexistencia no es prueba suficiente para la imposibilidad. Nuestra tarea
consiste entonces en estudiar el por qué de estos desarrollos y extraer las
lecciones necesarias.

Primeramente debemos tener en cuenta que la democracia proletaria, y en


general el socialismo, no se edifica sobre el aire, sino sobre un entramado de
costumbres y relaciones del modelo que lo precedió: Un capitalismo que aunque
herido, no acaba de morir y cuenta con muchos aliados tanto externos como
internos. Hay quienes no entienden esto y consideran acabada la construcción
socialista con solo haber expropiado a los capitalistas, sin tomar en cuenta que
bajo sus pies el Estado se va recomponiendo. Este Estado, será un reflejo de la
lucha de clases y como tal, manifestación de los intereses de los grupos de poder
que en nombre de las masas siguen alimentando a este monstruo que, a fin de
cuentas no obedece más que a su propia conservación. El Comandante Hugo
Chávez y el propio Lenin, antes de morir fueron hombres que lograron entender lo
que esto significaba para los procesos de cambio que lideraban y dieron cuenta
del peligro que una cúpula burocrática representa para el socialismo.

El problema básico radica en encontrar la manera de negar los derechos


democráticos y libertades a la burguesía, mientras estos se amplían a la clase
trabajadora; es decir, entregar los medios de comunicación, los medios de
producción y el control del Estado a la clase que ha sido históricamente explotada.

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En este punto, no es nuestra intensión hacer una crítica intensiva sobre los
“socialismos reales”, algo por lo demás ya documentado, pero siendo que nuestro
propósito es aportar elementos que sirvan a la construcción de una genuina
democracia proletaria, debemos señalar algunas características de estos modelos
y sacar las mejores conclusiones que nos permitan enriquecer toda la experiencia
obtenida de las luchas obreras.

Entre los elementos que podemos señalar en la degeneración burocrática


de estos Estados están:

 Se construyen sobre la base de sociedades económicamente


atrasadas, caracterizadas por un bajo nivel educativo en la mayoría
de la población lo que incide en la falta de capacidades para la
producción.
 Ausencia generalizada de tradiciones democráticas en el seno de la
sociedad.
 Privilegios a la obediencia y persecución a la crítica.
 Cese de toda autocrítica.
 Intromisión del partido en la elección de todos los puestos (soviets,
escuelas, consejos, sindicatos, cargos públicos, etc.)
 Fusión del partido y el estado.
 Concepción mecanicista y no dialéctica en la toma de decisiones
gubernamentales y en la implementación de planes económicos.

Como veremos más adelante, muchos de estos ítems también están


presentes , en mayor o menor grado, dentro de la Revolución Bolivariana, y en
nuestra humilde opinión muchas de estas características dependerán, más que de
las formulas con las que se intenta construir la democracia participativa, del propio
sustrato ideológico de la sociedad.

Podemos considerar que los primeros dos puntos se refieren a las


condiciones previas a la revolución, por lo que esta tendrá la doble tarea de
desarrollar las fuerzas productivas y llevar a término las reivindicaciones

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democrático-burguesas, es decir, hacer valer verdaderamente al pueblo estos
derechos, y todo esto, en las condiciones más adversas de agresión y violencia
imperialista. En este ámbito, muchos países aplicaron lo que se conoció como
comunismo de guerra, con excesivo centralismo y disciplina que luego, bajo
diversos pretextos, pervivirían en tiempos de paz.

Estas tareas no pueden llevarse a cabo una a expensas de la otra. Llevar a


cabo una industrialización forzada, dirigida verticalmente y sin la intervención de
los trabajadores, no solo no es socialista, sino que traiciona el propio anhelo
democrático de las masas al mismo tiempo que prioriza la multiplicación de los
medios de producción y materias primas sobre el de los medios de consumo,
necesarios también para elevar la calidad de vida de la clase obrera.

Ahora bien, el otro extremo que consiste en llevar a cabo tareas


democráticas sin garantizar condiciones dignas de existencia, es solo una
entelequia, la pobreza es el principal enemigo de la libertad, de la educación y de
la democracia como producto de éstas. El verdadero desarrollo consiste en ir
elevando la producción y la participación popular en conjunto. Un error frecuente
de estos intentos socialistas fue caer en la competencia de indicadores de
crecimiento macroeconómico con las potencias capitalistas, considerando el
desarrollo solo como crecimiento económico, olvidando que la meta del
capitalismo es la ganancia y la del socialismo, en cambio, es la satisfacción de las
necesidades humanas tanto materiales como espirituales.

El tercer punto, los privilegios a la obediencia y la persecución a la crítica, no


se da de la noche a la mañana, y es producto además de un reflujo de las masas
que abre paso al ascenso burocrático sobre la sociedad, esto se da a través de un
círculo vicioso. Este retroceso, se puede dar entre otras cosas porque las masas
no ven satisfechas sus necesidades más acuciantes, en este momento, el aparato
burocrático se afianza y comienza una ofensiva contra la crítica, sea esta de
carácter reivindicativo por parte de los trabajadores o dentro del propio partido,
donde cualquier debate acerca de las políticas erradas provoca expulsiones por
parte de la cúpula, olvidando los principios rectores del bolchevismo: El

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Centralismo Democrático. Estos ataques continuos, sumados a castigos
administrativos, producen en el proletariado una desmoralización crónica, y una
revolución vacía de las masas muere. Por ello es necesario promover la
participación en todos los niveles, solo el pueblo puede solventar las necesidades
del pueblo. La edificación de instituciones de empoderamiento, mantener vivo el
espíritu de cambio y de construcción de una nueva sociedad es indispensable
para sostener el auge de las masas, debemos recordar el carácter dialectico que
reviste la lucha contra el Estado, descuidar este punto es como dormirse entre
lobos, recordemos que el viejo Estado aún no ha muerto.

El siguiente punto se da como consecuencia del anterior, sin embargo, el


retroceso de quienes se oponen al burocratismo, es decir, la retirada de la
vanguardia revolucionaria, no se da en desbandada, hay quienes se resisten hasta
las últimas consecuencias. Sin embargo, mientras esto sucede hay quienes se
autocensuran por temor o por conservar su estatus y para cuando despiertan y
cobran valor ya es demasiado tarde, el termidor6 es ya demasiado poderoso como
para enfrentarlo. Es allí donde se demuestra el carácter revolucionario, en la
adversidad. El comandante Chávez en su primer viaje a Cuba por allá en el año
1994, luego de salir de la cárcel expresaba “… Hay que hacerlo, mantener la
bandera de la dignidad, de los principios en alto aun a riesgo de quedarse solo en
cualquier momento, mantener posiciones de dignidad…” Y hoy, cuando la
revolución enfrenta uno de los más duros ataques, es cuando más se hace
necesaria la lucha por mantener en alto los principios, no cesar la crítica si es
necesaria y plantear una alternativa por la izquierda a la crisis, aun a riesgo, como
decía el comandante, de quedarnos aparentemente solos, y decimos
aparentemente solos porque hoy día en Venezuela los marxistas no son sectas
aisladas de la realidad sino que pueden encontrarse en los más diversos sectores
e instituciones.

El quinto y el sexto punto, hacen referencia al papel del partido dentro de la


sociedad. Vladimir Lenin, dedicó gran parte de su vida a la construcción y

6
Nombre dado a la reacción durante la Revolución Francesa.

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elaboración teórica respecto al partido debido a su papel estratégico. Este es el
órgano donde se agrupan los mejores cuadros al servicio de la clase trabajadora.

También para Marx fue de suma importancia el estudio de la organización


destinada a guiar el proletariado a la conquista del poder y de la estrategia y
tácticas a adoptar para lograr tales fines. Para éste:

“…El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el del


resto de los partidos proletarios: la formación cultural del proletariado en
clase, el derrumbamiento del dominio burgués, la conquista del poder
político del proletariado…” (Marx & Engels, 2000).

Sin embargo, debemos señalar que la propia clase no es el partido, y que


dentro del partido, la dirigencia no es un reflejo automático del mismo, pudiendo
darse rupturas o aislamientos entre la base del partido y su dirección. Esto claro
está, no es un proceso que se dé de la noche a la mañana. Debemos observar
cómo va evolucionando un alejamiento de la dirección con respecto a las bases y
con respecto a los objetivos primarios. Un ejemplo claro lo tenemos en el caso
concreto del Partido de los Trabajadores de Brasil, y en menor medida, podemos
constatar un proceso de burocratización dentro de las filas del Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV).

En su lucha por subsistir, el Estado corrompe el propio partido, lo burocratiza.


Esta fusión, que se da al asignar puestos dentro del Estado a quienes también
sirven como dirigentes del partido es sumamente peligrosa, ya que las prácticas
Estatales, llenas de vicios, terminan por colarse dentro de los órganos partidistas.
Por otro lado, es necesaria la crítica al estado, el ataque continuo a sus formas
antidemocráticas y eso solo puede hacerlo un partido vigilante y autónomo que no
esté comprometido con el sostenimiento del estatus.

Trotsky dirá respecto a la dirección del partido:

“…El proletariado puede "tolerar" durante bastante tiempo a una


dirección que ya ha sufrido una total degeneración interna, pero que no
ha tenido la ocasión de manifestarlo en el curso de los grandes
acontecimientos. Es necesario un gran choque histórico para revelar de

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forma aguda, la contradicción que existe entre la dirección y la clase.
Los choques históricos más potentes son las guerras y las
revoluciones…”. (Trotsky, 2016)

Como explicamos anteriormente, el reflujo de las masas, permite que estas


toleren una degeneración de la dirección partidista y mientras, éstas van
perdiendo espacios frente a un poder burocrático, altamente organizado y
jerarquizado que pugna por sus propios intereses.

Por último, está la concepción mecanicista como forma más acabada de la


derrota revolucionaria pues es una derrota a nivel de la propia metodología. Esta
logra implantarse a través de los métodos administrativos mencionados con
anterioridad pues los cañones burocráticos no distinguen entre teóricos o
pragmáticos sino que responde a las lealtades personales, se tenga o no la razón.
Esta ceguera ideológica (en el sentido estrictamente marxista del término) lleva a
pensar el desarrollo como producto de la aplicación de manuales, lo que llevó a
cometer errores que costaron la vida de miles de personas.

La pérdida del rigor científico, lleva a los dirigentes a la convicción de


poseer verdades absolutas, a considerar su “socialismo” como único posible e
imponerlo, tal como hacen los burgueses a otros pueblos del mundo. Así vemos
casos como el de Checoslovaquia (entre los más publicitados), doloroso por lo que
significó el aplastamiento de un intento de conducir el socialismo de forma distinta
a la Soviética, y por los argumentos que brindó a la burguesía en contra del
Socialismo.

No existe otra manera de librarse de estos males que no sean aumentar la


participación de los trabajadores. La dictadura del proletariado debe ejercerse por
mano de los propios oprimidos. Hay quienes objetan, sin tomar en cuenta el primer
punto que tocamos, que las masas no están preparadas, más esto no es sino la
demostración de sentimientos pequeño-burgueses, la creencia de que se está por
sobre la clase y no al servicio de ella. La única forma de enseñar la democracia es
a través de la práctica democrática.

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La experiencia de las fábricas ocupadas demuestra que los trabajadores
son capaces de conducir su propio destino cuando se juntan dos factores, la
necesidad y la democracia. El primero se refiere a cuando se ve amenazada su
subsistencia, es decir, que desde que la fábrica se toma bajo su control, la
producción se vuelva algo necesario para poder mantener a los trabajadores. El
segundo factor implica la libertad para discutir, realizar asambleas, escoger y
remover de cargos directivos a trabajadores, todo esto en manos de la propia
clase, no de un burócrata puesto por el partido o miembro del Estado.

Es el control obrero de los medios de producción lo que hace distintivo al


socialismo, no se trata solo de expropiar, pues esto bien pudiese convertirse en un
capitalismo de estado que no es, ni aspire ser socialista. Es hacia allí, hacia el
control obrero, donde deben enfocarse los esfuerzos, en la construcción de una
sociedad cada vez más participativa y para ello se hace necesaria la educación
desde los primeros niveles.

Estamos inmersos dentro del “sentido común” de las relaciones impuestas


por el capitalismo, hay que entonces ir desmontando el aparato ideológico a la vez
de ir construyendo las nuevas relaciones de producción socialistas, solo de esta
manera veremos como un obrero puede dirigir una empresa, a través de la
capacitación que rompa con los paradigmas de la sociedad contemporánea.

La Revolución Bolivariana y la Lucha de Clases.

Durante el gobierno del Comandante Chávez, sectores de la izquierda


criticaron que no se implementara la dictadura del proletariado, mientras por otro
lado, se continuaba jugando en un escenario democrático burgués. Esto, entre
otras cosa puede explicarse en la forma democrática como Chávez obtiene la
presidencia. Por otra parte, es un hecho que para aquel entonces Venezuela no
contaba con mayores apoyos internacionales (lo cual fue siempre una de sus
prioridades) y podía ser víctima, como en efecto lo fue en 2002, de una
intervención Norteamericana.

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Ellner, divide el gobierno de Chávez en cuatro etapas (Ellner, 2014):

 La etapa moderada, 1998-2000.


 La etapa anti neoliberal en el contexto de la insurgencia opositora,
2001-2004.
 La emergencia del perfil de un nuevo modelo económico 2004-2006
 La profundización del Proceso, 2007-2010: La política de
expropiación y la creación del PSUV.

El estudio pormenorizado de estas etapas lo podemos encontrar en la obra


citada, sin embargo la división anterior nos sirve para reconocer la evolución del
pensamiento y las consideraciones estratégicas del Comandante Chávez durante
la conducción del proceso bolivariano.

Cabe destacar, que son contadas las veces que se intenta la construcción
socialista por vía democrática, esto es, introduciendo cambios graduales a la
estructura y superestructura burguesa. Lo que plantea la cuestión de si el carácter
de estos gobiernos es netamente reformista.

En nuestra opinión, no solo debemos observar el punto especifico de


desarrollo del una determinada política pública, sino también su direccionalidad.
Comparando entonces el proceso con un vector en cuyo módulo podemos
identificar las reformas y en su dirección y sentido el carácter que esta posee. En
este caso, los reformistas y socialdemócratas orientarán sus acciones a apaciguar
las contradicciones en el seno de la sociedad, en cambio, los revolucionarios las
orientaran al fortalecimiento, organización y concientización de clase trabajadora.

Los problemas que enfrenta la construcción de una verdadera Democracia


Proletaria en Venezuela derivan del carácter burgués del medio en el que se
desarrolla, donde no se han realizados cambios sustanciales sobre la estructura y
subsisten de forma predominante las relaciones capitalistas de producción. Esto
conlleva los problemas que hemos visto con anterioridad, las desviaciones
burocráticas están a la orden del día y no dejan de permear dentro de las filas
revolucionarias.

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La composición heterogénea y falta de claridad dentro del partido (PSUV)
también juega un papel importante. Se conforman cúpulas cuyas diferencias no
son ni siquiera ideológicas sino de intereses particulares. Se premian las lealtades
personales por sobre las aptitudes revolucionarias, lo que además de minar las
bases morales del partido, implica la desaparición de todo debate sobre la
orientación del proceso. Esto, que siempre existió, se intensificó con la muerte del
Comandante Chávez, y las corrientes oportunistas no han hecho sino
multiplicarse.

Una concepción sectaria, ha llevado a muchos compañeros a irse a criticar


estos hechos desde fuera del partido, haciendo un favor a los oportunistas pues
les dejan el camino libre, la solución está en organizar a los mejores cuadros para
lograr incidir en la toma de decisiones y la dirección del proceso revolucionario.

En el campo obrero, se han realizado intentos de conseguir la unidad


sindical, sin embargo, estos intentos se han realizado desde el partido y no como
el producto de las propias luchas obreras. En este sentido, las federaciones y
centrales sindicales han servido como mediadoras entre el Estado y la clase
trabajadora, lo cual aporta un sentido corporativista a la relación. Cabe destacar,
que debido a las facilidades otorgadas por el Estado, las organizaciones sindicales
han aumentado en número, sin embargo, las mismas carecen de fuerza y en
muchos casos, sirven de freno contra los justos reclamos de la clase trabajadora.

La historia ha demostrado que sin organización, aunque se tenga la razón,


no se contará con la fuerza suficiente para cambiar el orden de las cosas, por eso,
no podemos poner toda la responsabilidad en el Ejecutivo por no haber
establecido el socialismo mediante un decreto publicado en Gaceta Oficial. El
establecimiento de la dictadura del proletariado no puede hacerse desde arriba
sino que requiere de la organización de las bases que a fin de cuentas es quien
debe toma el control del Estado.

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De lo único que se puede culpar al Estado es de establecer trabas a esta
organización. Por lo demás, es tarea de todos los revolucionarios organizarnos y
reconocernos en las luchas cotidianas.

Hoy día la revolución está amenazada, y llegamos a este punto por ceder los
espacios, por permitir que se aplicasen políticas de conciliación de clases que
lastimaron la confianza del pueblo, por abandonar el partido (única herramienta
con la que cuenta el proletariado para su liberación) en manos oportunistas.

Uno de los vicios más grandes del burocratismo es la desconfianza en el


pueblo, ese pueblo que un 13 de abril de 2002 fue garante de paz y de libertad, el
mismo pueblo que derrotó el paro petrolero. Quien piense que el pueblo no está
listo para asumir las riendas de su destino, que los trabajadores no pueden ser
sujetos activos de su propia liberación, es un enemigo de la revolución socialista y
lamentablemente son muchos los ministros y directores de fábricas en esta
situación, impidiendo el avance de las masas.

La necesidad nos obliga, la organización revolucionaria deberá nacer del


debate de ideas, de los aportes pero por sobre todo, de escuchar al pueblo. La
conciliación producto de los estados de bienestar está retrocediendo en todo el
mundo. Las recuperaciones de las crisis son ínfimas en comparación con las
mismas, cada vez más profundas y prolongada. Es necesario entonces echar
mano de una teoría revolucionaria que nos permita encausar las fuerzas del
pueblo hacia la construcción de una sociedad de equidad para todos. Se hace
necesario planificar no en función del lucro sino del hombre.

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Bibliografía:

Ellner, S. (2014). El Fenómeno Chávez: Sus origenes y su impacto hasta el 2013.


(CELARG, Ed.) (3rd ed.). Caracas.

Lenin, V. I. (1961). Obras Escogidas. Tomo II. (Progreso, Ed.). Moscú.

Lenin, V. I. (2010). Tesis sobre la democracia Burguesa y la dictadura del


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Marx, C., & Engels, F. (2000). Manifiesto del Partido Comunista. (elaleph, Ed.).
Madrid.

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