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Manuelita Zelwer.
1990
PERSONAJES
TESEO, duque de Atenas.
EGEO, padre de Hermia.
LI-'ANDRO
DEMETRIO Enamorados de Hermia.
FILOSTRATO, director de fiestas de Teseo.
TABLON, carpintero.
BERBIQUI, ebanista.
LANZADERA, tejedor.
FLAUTA, remiendafuelles.
TRAGON, sastre.
HOCICO, calderero.
HIPOLITA, reina de las Amazonas, prometida de Teseo.
HERMIA, hija de Egeo, enamorada de Lisandro.
ELENA, enamorada de Demetrio.
OBERON, rey de las hadas.
TITANIA, reina le las hadas.
PUCK, duende.
CARAOTICA
TELARAÑA Hadas.
POLILLA
MOSTAZA
PIRAMO
TISBE
MURO Personajes de la comedia.
CLARO DE LUNA
LEON
Otras Hadas al servicio de sus reyes.
Séquito de Teseo e Hipólita.
Escena II
El mismo lugar. Aposento en casa de Tablón.
Entran TABLON, BERBIQTJI, LANZADERA, FLAUTA, HOCICO y TRAGON
TABLON.- Está aquí toda la compañía?
LANZADERA.- Pasa la lista, mejor.
TABLON.- Lista con el nombre de todos los que en Atenas se con-
áideran actores para trabajar en la obra que ha de re-
presentarse ante el duque y la duquesa en la noche de
sus bodas.
LANZADERA.- Primeramente, estimado Pedro Tablón, ten la fineza de
decirnos de qué se trata la obra en cuestión; léeme
después el nombre de los actores que integran el repar-
to, y así nos entenderemos.
TABLON.- Pues bien, representamos "La muy dolorosa comedia y
crudelísima muerte de Fíramo y Tisbe".
LANZADERA.- Muy divertida pieza, lo aseguro. Ahora, simpático Ta-
blón, ten la bondad de llamar a los actores por orden
de lista. !Señores, hagan cola!
TABLON.- Respondan a medida que los llame. !Nicolás Lanzadera,
el tejedor!
Escena II
Otra parte del bosque
Entra TITANIA, con su séquito.
TITANIA.- Vamos: ahora una ronda y una canción hechiceresca; des-
pués, váyanse el tercio de un minuto: unas a matar gula
nos en los olorosos capullos de las rosas: otras, a pe-
lear con los murciélagos para conseguir sus alas de cue
ro y hacer con ellas sombreritos para mis pequeños duen
des, y otras a alejar a las lechuzas. Cántenme mientra7
me duermo; después, a sus oficios.
LAS HADAS CANTAN
Entra FUCK
PUCK.- He recorrido el bosque, pero no he hallado ningún ate-
niense en cuyos ojos pueda probar la eficacia de esta
flor. !Noche y silencio!...?Quién hay aquí? Un caballero
ateniense. !Al fin lo encuentro! Este es el que, según
dijo mi señor, desprecia a la joven... y aquí está la
virgen dormida en la fangosa y húmeda tierra. !Alma en-
cantadora! La pobre no se ha atrevido a reposar junto al
sinvergüenza y descortés caballero. (Estrega la flor so-
bre los párpados de Lisandro.) Grosero: en tus ojos ex-
primo todo el poder de este encanto. Cuando despiertes,
que el amor prohiba al sueño sentarse sobre tus párpados.
(Sale.)
ACTO TERCERO
Escena Primera
Un bosque
TITANLA reposa dormida. Entran TRAGON, BERBIZJI, LANZADERA,
FLAUTA, HOCICO y TRAGON
LANZADERA.- ?Estamos todos?
TABLON.- Justo, justo. Y hé aquí un lugar elegido apropiadamente
para nuestro ensayo. Este césped nos servirá de escena-
rio, estas ramas de bastidores para ocultarnos, y actua-
remos como si estuviésemos en presencia del duque.
LANZADERA.- Pedro Tablón...
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TABLON.- No está mal, no está mal... Vamos. Que se siente cada hi-
tto de su madre. Comenzamos el ensayo. Empieza Píramo.
Dice lo que le toca y se oculta entre las ramas para es-
perar su próxima entrada.
Entra PUCK por el foro
PUCK.- Quién es esta rústica chusma capaz de charlar a dos pa-
sos del sitio en que reposa la reina de las hadas?
!Cómicos! Van a representar una comedia. Pues asiátiré
como espectador y haré de actor si se presenta la opor-
tunidad.
TABLON.- Habla Píramo. Tisbe, acécate.
PIRAMO.- Tisbe, la dulce flor es dolorosa
TABLON.- Olorosa, olorosa.
PIRAMO.- ...la dulce flor es dolorosa.
Así es tu aliento, mi bien idolatrado.
Pero, calla, !una voz! Espera, hermosa.
Al instante retorno aquí, a tu lado.
(Sale.)
PUCK.- Nunca vieron estos lugares un Píramo más extraIo.(Sale.)
TISBE.- Me toca hablar a mí ahora?
TABLON.- Claro que te toca, porque Fíramo se fué a ver la causa
del ruido que ha escuchado y va a volver.
TISBE.- Radiantísimo Fíramo, de tinte
aún más blanco que el lirio, y de color
como la rosa carmesí en su tallo,
activo y juvenil, joya adorable,
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tait;aarvicial y fiel como el caballo
qué Sigue su carrera infatigable.
Junto a tí me uniré en la tumba, Nini.
TABLON.- !Tumba de Nino, hombre! !Y encima de eso te saltas el
diálogo! El último verso forma parte de una respuesta
que das más adelante a Píramo. Dices el papel al cale-
tre, sin aguardar la réplica... Ahora sale Fíramo. El
pie es..."carrera infatigable".
Vuelven a entrar PUCK y LANZADERA, éste con una cabeza de asno.
TABLON.- Qué pasa con Lanzadera, que no entra?
TISBE.- !Carrera infatigable!... !carrera infatigable!... !carre-
ra infatigable!
LANZADERA.- Para tí solamente fuera, Tisbe,
si fuera hermoso
TABLON.- !Prodigio! !Un monstruo! !Nos han embrujado! !Huyamos,
señores! !Socorro! (Salen los Clowns.)
I 7CK se ríe y sale tras ellos
LANZADERA.- Por qué huyen? Qué pasa? !No me hagan eso! Qué broma
es? !Espérenme! !Espérenme!
Vuelve a entrar FLAUTA
FLAUTA.- !Lanzadera, cómo has cambiado! Qué veo encima de tus hom-
bros?
Escena II
ELENA.- Ahora veo que se han entendido los tres para organizar con-
tra mi este pasatiempo cruel. Hermia, amiga ingrata, has
preparado tu esta locura? Olvidaste acaso nuestra intimidad,
nuestro cariño fraternal, las horas tan dulces que pasarnos
las dos juntas sintiendo que tiempo volaba? !Oh! Todo eso
parece olvidado, todo: la amistad de la escuela, la inocen-
cia de la juventud. Tu y-yo éramos como dos cerezas mmlii-
zas unidas por el tallo, y ahora ?debo soportar ésto? por
qué insultas a tu pobre amiga?
HERMIA.- Pero quién te insulta? Yo no te estoy insultando. Por el
contrario, eres tu la que me insultas a mi.
ELENA.- No indujiste a Lisandro a seguirme por burla y a que alaba-
se mis ojos y mi cara? No fue invento tuyo que Demetrio,
que no hace sino un momento me rechazaba despectivo, me
llame ahora diosa, ninfa, divinidad? Por qué, si Lisandro
te ama, como me consta que te ama, reniega ahora de tu
amor y me lo ofrece? Yo no soy tan bella como tu. Los hom-
bres no me persiguen. Y tu, amiga mía, deberías comprender-
me y consolarme, en lugar de inventar una burla.
HERMIA.- Yo no entiendo nada.
ELENA.- Sí, sí, continúa, finge extrañeza. Háganse serias entre us-
tedes cuando vuelvo la espalda; guíñense los ojos; prosigan
la burla. Pero, adiós. En parte es culpa mía; la muerte o
la ausencia la repararán pronto.
LISANDRO.-Detente, gentil Elena; escucha mi justificación, amor mío,
vida mía, mi alma, mi encantadora Elena.
ELENA.- !Es admirable!
HERMIA.- (A LISANDRO.) Lisandro, no te burles de Elena.
DEMETRIO.- Lisandro, !cuidado!
LISANDRO.- Y quién ha dicho que yo me estoy burlando? Elena, te amo,
te amo, y lo juro por mi vida, por esta vida que estoy diI
puesto a perder por tí. Juro que miente quien ose decir
que no te amo.
DEMETRIO.- Y yo juro que te amo más que él.
LISANDRO. - !Ven acá, y demuéstralo!
DEMETRIO. - !Claro que voy!
HERMIA.- Pero, qué es eso, Lisandro?
LISANDRO.- Atrás, etíope.
DEMETRTO.- !Cobarde! !Tienes miedo!
HERMIA.- Por qué, canalla? Qué significa este cambio, dulce amor
mío?
LISANDRO.- Amor tuyo? !Sal de aquí, tártara cobrizal... !Fuera,
purgante!
HERMIA.- Pero, es una burla?
ELENA.- !Claro que es una burla, y tu estás en la burla!
DEMETRIO.- !No creo en tu palabra!
LISADJDRO. - Por qué? Qué quieres entonces? Que hiera a esta mujer?
Que le pegue? Que la mate? Aunque la aborrezco, no quie-
ro hacerle dalo.
HERMIA.- Qué mayo dalo puedes causarme que aborrecerme? !Aborre-
cerme! Y por qué? !Ay!... Qué ha pasado, amor mío? No
soy yo Hermia? No eres tu Lisandro? Soy hermosa hoy como
lo era ayer. En una noche me has amado y me has dejado.
!Me has dejado! !No puedo creerlo! Es verdad?
IISANDRO.- Sí,!por mi vida!, y con la firme intención de no volver-
te a ver. Te detesto y adoro a Elena.
HERMIA.- !Ay de mí!... !Impostora, gusano, ladrona de amor! Conque
deslizándote a la sombra de la noche y robándome a mi
amor?
ELENA.- !En verdad, esto es bonito! Te has despojado de toda mo-
destia, de todo pudor, de toda sombra de delicadeza?
!Cómo! !Fuera, hipócrita muñeca!
HERMIA.- Muñeca me llamas? O sea que crees que soy una enana?
Claro, porque como tu te las das de grandota... Enana yo?
Enana y todo, te voy a arrancar los ojos.
ELENA.- !No la dejen que me golpee! !Por favor, señores! Yo no
doy mala; nunca le he hecho daño a nadie. Yo soy una ni-
?la. No permitan que me pegue. No crean que porque es chi-
quita yo puedo con ella.
HERMIA.- !Me volvió a insultar! !Me volvió a insultar! !Me volvió
a llamar enana!
ELENA.- Hernia, no te pongas así. Yo te he querido siempre. Yo te
guardé todos los secretos. Mi única falta contigo es ha-
berle dicho a Demetrio lo de tu huida con Lisandro. No pu-
de evitar que él los siguiese, no rude evitar que mi amor
lo siguiese a él; pero me ha rechazado, me ha amenazado
con pegarme, eéharme por el suelo y hasta matarme. Pero
ya está, ya está. Yo me voy, yo me voy tranquila.
HERMIA.- Bueno, vete. Quién te está parando?
ELENA. - Un corazón insensato me detiene.
HERMIA. - Quién? Lisandro?
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Cobarde
te o aeres tú provocando a las estrellas. Ven, idiota,
ia vy pegar
espada. con un bejuco. No vale la pena matarte con
FIN