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Libro: Dinámica y análisis de los aspectos.

Autor: Bil Tierney


Capitulo 1
LOS PRINCIPIOS
DETRÁS DE LOS ASPECTOS

El análisis correcto de los aspectos es crucial para interpretar cualquier


carta natal. Los aspectos tejen una trama de energías, poderosa y cargada de
intenciones, que conectan las muchas partes del horóscopo. Delinean un
montaje complejo y único de campos de fuerza concebido para estimular la
individualización de cada psique humana en desarrollo. Aunque los
aspectos son muy importantes, muy pocos estudiantes de astrología parecen
captar con claridad los principios fundamentales, que constituyen la base de
los aspectos frecuentemente usados para delinear una carta natal. Por
ejemplo, la astrología contemporánea considera a la conjunción como un
aspecto que enfatiza la auto-motivación y la expresión directa de los
impulsos subjetivos, pero olvida que es un aspecto ligado también con la
disminución de la objetividad y con una percepción limitada de los otros.
¿Por qué motivo? ¿Es el sextil, como lo establece la tradición, un trígono
«más débil» y por lo tanto, su influencia menos «favorable»? ¿O posee sus
propias cualidades específicas? ¿Y qué sucede con la cuadratura que evoca
un sentido de esfuerzo y frustración? ¿Por qué su nivel de tensión se
manifiesta como una amenaza para nuestra seguridad y status quo vital?
Por otra parte, ¿por qué los trígonos canalizan fácilmente la energía hacia
actividades creativas, personalmente gratificantes con relativa naturalidad,
confianza y espontaneidad? ¿Y por qué las oposiciones a menudo indican
la necesidad de llegar a un compromiso con quienes nos confrontamos?

En principio, debemos comprender que los aspectos, los signos, y las Casas
en conjunto comparten un denominador común: todos entrañan mediciones
del arco a partir de un punto de partida dentro del círculo de 360 grados.
Las dife-rentes mediciones del arco a partir del equinoccio vernal crean el
círculo anual o ciclo de los signos del zodíaco en la astrología tropical. Las
diferentes mediciones del arco a partir del punto Ascendente crean el
círculo diurno o ciclo de las Casas mundanas. De igual manera, los
aspectos describen di-versas mediciones del arco entre dos planetas en un
momento dado en su ciclo sinódico, comenzando por la conjunción.
Dejando de lado, los signos, las Casas, o los aspectos, el significado
astrológico se deriva de la naturaleza de los ángulos que dividen cada uno
de esos círculos. Por ejemplo: el significado arquetípico de un arco de 60
grados puede expresarse a través de un signo (Géminis o Acuario), una
Casa (la III ó la XI), o por el aspecto de sextil... ya que idealmente todos se
encuentran a 60 grados de sus respectivos puntos de partida. La suposición
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teórica hecha aquí es que los aspectos son un ejemplo de otro nivel de
manifestación de los principios básicos de vida creativa, también definidos
por los signos y las Casas. En otras palabras, la naturaleza inherente de un
aspecto también debería reflejarse en algún nivel en su correspondiente
signo y Casa. Y en un sentido abstracto, el correspondiente planeta regente
del signo también debería guardar una correlación con el aspecto en
consideración (ya que un signo y su regente natural representan el mismo
principio básico). Por lo tanto, al igual que los signos y las Casas, los
aspectos pueden considerarse como fases definidas y significativas de una
relación, que sigue una secuencia ordena-da dentro de una experiencia
cíclica global.

Cuando se analizan desde esta perspectiva, los aspectos no se ven como


«buenos» o «malos». Más que indicar «afortuna-dos» versus
«desafortunados», señalan simplemente cómo y dónde se potencian las
oportunidades que pueden abrirnos a una dimensión de percepción más
plena e intensa. Debo admitir que los astrólogos reconocen que ciertas
fases como la oposición y la cuadratura denotan definidos puntos dispara-
dores de tensión dentro del ciclo. En esas fases específicas del ciclo se
suele experimentar cantidades observables de fuerza, presión, fricción,
ansiedad, y resistencia. Sin embargo, su función primaria es marcar un pico
psicológico crítico en la conciencia, y señalar dónde somos más aptos para
sobrellevar las crisis naturales y necesarias del desarrollo. Estas fases de
aspectos críticos son adecuadas para avanzar en nuestra auto-comprensión,
pero siempre desde nuestro propio nivel de entendimiento (que se establece
por nuestra habilidad para utilizar inteligentemente nuestro libre albedrío).
Los aspectos tensos no son intrínsecamente «malos» o «maléficos» en su
intento por enfatizar los puntos donde necesitamos volvernos más
conscientes de nosotros mismos y de los demás, y más responsables por la
calidad de nuestras propias acciones y reacciones. Así que los llamados
«difíciles» son los aspectos que más problemas resuelven y resultan
esenciales para que nuestra personalidad total emerja por completo.
Aunque un tanto difíciles de manejar, estas tensiones nos urgen a resolver
los asuntos problemáticos de nuestra vida, en vez de ignorarlos o evitarlos.
Y nuestra personalidad crece dramáticamente debido al desafío de estos
aspectos. Los aspectos relativamente «fáciles», como el sextil y el trígono,
nos proveen de algo más: la confianza y el aliento necesarios para un
crecimiento sostenido sin esfuerzos o lucha, debido a la creatividad, la
inteligencia, la visión, y la sabiduría que encierran. Pero irónicamente,
carecen del dinamismo necesario requerido para utilizar con más eficiencia
nuestros recursos humanos. Debemos hacer un esfuerzo consciente y
constante para valernos de las ventajas de tales aspectos con un mayor
sentido del compromiso y de la aseveración. Por el contrario, tienden a

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infundir una renuncia general a enfrentar cualquier tipo de desafíos y
obstáculos. A partir de esta actitud examinaremos a los aspectos mayores y
menores.

El ciclo de los aspectos puede dividirse en dos hemiciclos. La primera


mitad del ciclo, a la que los astrólogos humanistas suelen llamar hemiciclo
creciente, inicialmente comienza con la conjunción de los dos planetas en
cuestión. Culmina con la oposición. La naturaleza del aspecto de
conjunción ejemplifica mejor el tema primordial de este hemiciclo.
Hablando en general, todos los aspectos crecientes están asociados con
procesos formativos básicos que urgen al individuo a construir una
estructura de auto-imagen personal o identidad egoica. Estos aspectos le
ayudan a desarrollar un sentido subjetivo de auto-percepción. Es urgido a
ganar experiencia vital a través de actividades que se relacionan consigo
mismo, permitiéndole en primer término y sobre todo, reconocerse como
una entidad separada y distinta de los demás. Un tanto inconsciente, la
liberación automática de energías dirigida hacia las necesidades
exclusivamente individuales caracteriza la orientación de este hemiciclo. Se
acentúa la auto-preservación. El tema dominante de este hemiciclo se
relaciona con la voluntad del individuo de impresionar sobre el medio
ambiente general según sus propios términos. Los aspectos crecientes lo
impelen a obrar siguiendo sus impulsos inmediatos sin reflexionar acerca
de las consecuencias probables de sus actos y sobre cómo afectarán a los
demás. Por lo que vemos, este hemiciclo tiende a operar de manera bási-
camente instintiva y espontánea. Es en la fase de cuadratura creciente de
este hemiciclo cuando el individuo comienza a desarrollar una percepción
naciente de que sus necesidades personales tienden a entrar en conflicto
con el flujo externo de los acontecimientos, y que debe modificar ciertas
cosas en pos de un todo mayor. Normalmente, ese desafío elemental para
cambiar y adaptarse a la presión del medio ambiente es encarado con una
resistencia ciega y defensiva, y con una gran incertidumbre.

La segunda mitad del ciclo, es denominada el hemiciclo menguante,


comienza con la oposición de los dos planetas, y continúa hasta que el ciclo
vuelve a repetirse una vez más en una nueva conjunción (debido a que se
trata de un ciclo sinódico). La naturaleza del aspecto de oposición
ejemplifica mejor el tema principal de este hemiciclo. En líneas generales,
todos los aspectos menguantes están asociados con procesos básicos
evaluativos, concernidos con el equilibrio entre el individuo y las
necesidades sociales. En este caso, el individuo debe reorientar sus
objetivos personales según la percepción que haya desarrollado de un todo
social coordinado. Mientras que esta nueva perspectiva se cumple más
enfáticamente en la oposición, el individuo ya es estimulado a trabajar tras

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esa finalidad en la fase menguante del quincuncio. Uno aprende
progresivamente, a través del hemiciclo menguante, a despersonalizar las
necesidades y los deseos si interfieren con los derechos de los demás. El
individuo aquí puede contactar más fácilmente con el principal propósito,
oculto detrás de sus impulsos y motivaciones hacia la autoexpresión. Y
mientras se va centrando más consistentemente en intereses interpersonales
o inclusivos, también se vuelve más capaz de responder a la vida con
mayor objetividad y amplitud de miras. En el hemiciclo menguante,
usaremos la experiencia adquirida inicialmente en el hemiciclo creciente.
Los aspectos menguantes nos desafían a compartir, a interactuar, y a
integrar conscientemente nuestros objetivos con otros de un nivel de
intercambio más impersonal. Podremos desarrollar un sentido mayor de la
responsabilidad por nuestras propias acciones en un mundo a su vez más
global. Constructivamente, este hemiciclo nos estimula a liberar en nuestra
comunidad valiosas directivas de vida basadas en un concepto más ideal de
lo que significa la totalidad y la unificación.

La preocupación por sí mismo y los impulsos instintivos caracterizan al


hemiciclo creciente, y la auto-reflexión y la deliberación al hemiciclo
menguante. Una vez traspuesta la oposición, las fases de los aspectos se
vuelven más complejas, menos regidas por nuestra voluntad, y se nos
aparecen como más dependientes del destino que los aspectos del
hemiciclo creciente (que aceptan normalmente un mayor grado de voluntad
personal). Los aspectos menguantes nos permiten crecer a través de una
percepción de la dualidad, del contraste, y de la diversidad, habitualmente
se experimentan más o menudo a través de agentes externos que de fuerzas
internas. Si la perspectiva adquirida en la fase de oposición ha fracasado en
la estimulación del nivel perceptivo pretendido, entonces los aspectos
menguantes «difíciles» generarán una mala adaptación, desencanto, y
enajenamiento en la esfera social.

Sin embargo estos aspectos, los «fáciles» de este hemiciclo, pueden ser
utilizados constructivamente para apremiar al in-dividuo a reformar o
reconstruir elementos dentro de su medio ambiente. Los aspectos
menguantes, cuando se utiliza su lado mejor, nos incitan a cultivar los
valores humanos, puntos de vista tolerantes, una visión social amplia, y a
tener aspiraciones altruistas.

Todo aspecto implica siempre a un planeta que se mueve más rápido y a


uno que es más lento. Observe que no se trata de la velocidad del planeta
en el momento del nacimiento, sino su ciclo orbital natural el que
determina su velocidad de movimiento en este contexto (lo que explicaría
la cuestión de los planetas retrógrados). En mi opinión, el planeta de

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movimiento más lento delinea el objetivo principal de un aspecto en
cualquier fase de su ciclo. Este planeta representa el aspecto 0 grado o
punto «base». El planeta más rápido se alejará o se acercará al planeta más
lento. Para mí indica que el planeta más rápido debe movilizarse a sí
mismo en un esfuerzo por probar sus propias necesidades básicas, según las
experiencias determinadas por los principios de vida dominantes
simbolizados por el planeta más lento. El planeta más lento se convierte en
el agente que condiciona el desarrollo necesario del planeta más rápido. Por
ejemplo: en todos los aspectos VENUS-URANO, Urano estimula los
impulsos sociales de Venus, y a menudo de una forma que evoca un alto
grado de peculiaridad, excitación, magnetismo emocional,
experimentación, y un nivel de intuición, en los asuntos personales, muy
superior a la norma. Generalmente es más fácil identificarse con el
principio venusino, ya que representa un impulso más consciente, y
personalmente más desarrollado. Por lo tanto, Urano actúa como un
estímulo evolutivo para Venus, regulando la orientación psicológica del
planeta y guiándolo a través de experiencias que otorgarán al individuo una
capacidad de respuesta emocional expandida, aun-que inestable. La manera
cómo nosotros manejemos esta combinación de fuerzas determinará si tales
aspectos se vuelven destructores, caóticos, inquietantes, y separadores... o
si se manifiestan como iluminadores, perspicaces, y emocionalmente
liberadores. En general, considero al planeta más lento como la clave para
determinar qué cosas debe asimilar el planeta más rápido para su propia
evolución.

LA CONJUNCION

Una conjunción exacta ocurre cuando dos planetas están ubi-cados en el


mismo grado de longitud sobre la eclíptica. No hay separación entre ambos.
El aspecto de conjunción se corresponde con el punto 0° del signo de
Aries, operando a través del dwad de Aries en el decanato del mismo signo.
Este aspecto también se asocia con el ASC-Casa I y con el planeta Marte.

Dado que el aspecto de conjunción corresponde a 0º, técnicamente no


señala ningún arco. Debido a esto, no cae en ninguna categoría, no es
considerado ni un aspecto menguante tú creciente. La conjunción es un
aspecto compartido parcialmente por ambos hemiciclos (ya que designa el
punto de transición en donde termina el ciclo y comienza uno nuevo). Sin
embargo, dado que pocas conjunciones natales son partirles, normalmente
veremos que están en aspecto de aplicación o separación.

Las conjunciones separativas tienden a operar como un aspecto creciente,


pero con la máxima subjetividad. La tendencia es a juntar energías y a
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proyectarlas hacia el exterior. Por otra parte, las conjunciones aplicativas
funcionan como aspectos menguantes, ya que el planeta más rápido está
todavía atravesando el hemiciclo menguante. La tendencia aquí es a
meterse dentro, un tanto inconscientemente, y a consolidar las energías para
lograr una asimilación completa antes de al-canzar un nuevo nivel. Sin
embargo, a la conjunción no le preocupa ganar experiencia o servirse de
ella; se limita a pre-sentarnos dos fuerzas planetarias, cuya unión crea
actividad, sin importarle si definimos un foco interno o externo.

Debido a su correlación con el ASC-Casa I y con Marte, la conjunción es


un aspecto que nos impulsa a relacionarnos con nosotros mismos.
Simboliza el inicio del ciclo de los aspectos, incita a unir o a fusionar las
energías planetarias. Los planetas implicados en una conjunción están
obligados a llevarse bien y a operar como una unidad para mejor o para
peor. A diferencia de la oposición, que es más objetiva, más de toma y
daca, la conjunción no nos impulsa a actuar esas energías a través de un
intercambio interpersonal o mutuo. En cambio, es altamente autocontenida
y actúa en razón de necesidades exclusivas e independientes. Las
influencias externas no le hacen mella. Siendo incapaz de evaluar y de
reflexionar (a diferencia de la oposición), la conjunción encuentra difícil el
compromiso o la adaptación a las necesidades que no son inmediatas y
autogeneradas. Esto explica por qué los individuos que tienen varias
conjunciones en su carta natal a menudo no parecen afectados por su medio
ambiente o incluso se hallan tan absortos en sí mismos que se olvidan de
los demás cuando actúan siguiendo sus impulsos. Debido a la falta de
perspectiva asociada con este aspecto, la conjunción representa un punto
ciego en nuestro carácter. El individuo suele estar demasiado
subjetivamente arropado por esos rasgos descritos como para ser capaz de
reconocer la forma en que se presenta al mundo, aún cuando los demás
distinguen con facilidad esos mismos rasgos. Como las energías están
identificadas de forma tan personal, la conjunción parece operar
directamente a través de los rasgos de comportamiento y no de las
circunstancias. A diferencia de la oposición o de la cuadratura, una
conjunción natal no proyecta normalmente sus energías sobre otras
personas o situaciones.

Dado que los planetas en aspecto de conjunción consolidan su poder


dinámicamente, constituye el aspecto más fuerte de todo el ciclo en
términos de intensidad, concentración, focalización, e impacto. El hecho
que los planetas deban aunar sus fuerzas y sintetizarlas, hace que la
conjunción sea altamente solidaria y cohesiva. Básicamente representan
impulsos que se despiertan (definidos según los principios planetarios) y
que requieren de un gran interés y de un enorme esfuerzo personal, cuando

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van a desarrollarse y a ser experimentados de la manera como deben serlo.
Si los planetas logran integrarse efectivamente, resultará de ello unicidad
de propósito y fuerza en la dirección, fomentando la autonomía necesaria
para iniciar actividades sin necesidad de apoyo externo. Esto proveerá de
un desarrollo autónomo positivo a través de un sentido de identidad e
individualismo bien definido. Pero si no juntan sus fuerzas como
corresponde, el planeta que no está bien adaptado (generalmente el más
rápido) funcionará torpemente o con mucho esfuerzo en su intento por
sincronizarse con el más lento. Se ve presionado a actuar fuera de sus
impulsos naturales según la influencia más dominante e insistente del otro
planeta. La buena colaboración conjunta dependerá del temperamento
inherente de ambos planetas. Obviamente, Venus y Júpiter tienen más cosas
en común que Saturno y Urano. Los planetas en conjunción deben unirse
para actuar, pero no coordinarán siempre sus energías (y ésto ocurre
especialmente en la conjunción disociada o «fuera de signo», debido a que
los planetas se ubican en signos distintos). No es soprendente, entonces,
que la escuela de astrología tradicional que etiqueta a los aspectos como
«buenos» y «malos», considere a la conjunción como un aspecto
«variable».

Como sea que los planetas en conjunción están iniciando un ciclo de


relación, nos incitan a sumergirnos en actividades que llevan a menudo
nuestro sello personal e individual de alguna manera prominente. Pero al
igual que el signo de Aries, un Marte fuertemente aspectado o angular, un
énfasis sobre la Casa I, o muchas conjunciones en una carta natal, pueden
indicar que el individuo vive absorto en sí mismo 0 siente una
preocupación especial por sus intereses personales. Si la carta muestra una
sobrecarga de aspectos de conjunción (como cuando hay stelliums), el
individuo deberá procurar de no excederse en su actitud inconsciente del
«yo primero», ya que intereses personales tan marcados podrían ejercer un
efecto separativo en las relaciones, debido a su renuncia general a cooperar,
a comprometerse, o a ceder ante las necesidades ajenas. Las conjunciones a
menudo revelan actitudes que expresamos de manera obstinada, unilateral,
y a veces abrumadora. Así que cuando dominan la carta (especialmente
cuando operan a través de los signos de Fuego o fijos), el individuo puede
tener una confianza exagerada en sí mismo; insistirá para hacer lo que
desea y sin ayuda. No sabrá cómo compartir ni cómo recibir el consejo y la
ayuda de los demás. Preferirá conocer la vida a través de sus propias
experiencias. Su mayor obstáculo es su perspectiva limitada (en especial
cuando incluye a otros). Dado que la con-junción crea un impulso de
fuerzas que buscan irrefrenablemente salir al exterior, el individuo se siente
llevado a ex-presarse a través de una actividad auto-motivada. Sin

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embargo, a menudo no sopesa las consecuencias o los resultados finales de
sus acciones.

En general, las conjunciones iluminan, acentúan, enfatizan, y dan preemi-


nencia a los principios planetarios representados. Constructivamente, una
abundancia de conjunciones utilizadas adecuadamente aumenta el impulso
para progresar a través de proyectos propios de valor personal. También
ayudan a avanzar en el desarrollo de la fuerza de carácter, de la voluntad,
de la confianza interior, y de la sana seguridad en uno mismo. Describe al
individualista que se hace a sí mismo con gran despliegue de iniciativa y
que corre tras metas personales sin demasiada interferencia de los demás.
Pero mientras aprende a hacerse cargo de su propia vida, también debe
cuidarse de no menospreciar la importancia que tiene la influencia de los
demás. En caso contrario, puede convertirse en un lobo estepario, que no
sintoniza con la sociedad.

Si en la carta natal hay pocas conjunciones, o incluso no hay ninguna, el


individuo será menos propenso a obrar llevado por sus impulsos. Estará
menos dispuesto a actuar por sí mismo, pero tenderá a buscar la ayuda y el
apoyo de los demás. Le faltará confianza en su aproximación a muchas
áreas de la vida. Necesitará concentrarse más en sus metas y aprender a
ejecutar sus proyectos sin dudas ni vacilaciones. Siendo fácilmente
influenciado por las actitudes ajenas, se beneficiaría muchísimo si entrase
en contacto más estrecho con sus propias necesidades personales. Sin
embargo, poseerá una perspectiva más objetiva de la vida y una visión más
amplia de los demás. Pero deberá luchar para encontrar el tiempo de
involucrarse en cosas y para valorar sus momentos de soledad. Si aprende a
responsabilizarse más directamente, se sentirá menos inclinado a involucrar
a los otros en sus actividades personales. Observe que la falta de
conjunciones es compensada a menudo por emplazamientos significativos
en Aries (el Sol o el ASC, por ejemplo), por un Marte fuerte, o por un
énfasis en la Casa I. En general, las conjunciones que comprenden a Marte,
al ASC, o a los emplazamientos en Aries subrayan más todavía la dinámica
de este aspecto.

EL SEMI -SEXTIL

Es un arco de 30 grados a partir del punto estacionario 0° de Aries


moviéndose en sentido inverso a las agujas del reloj, que se corresponde
con el signo de Tauro, y en el sentido de las agujas del reloj con Piscis. El
aspecto de semi-sextil simboliza, por lo tanto, los principios de Tauro/Casa
II y de Piscis/Casa XII. Dependerá si se trata de un semi-sextil inferior o
creciente, o de un semi-sextil superior o menguante.

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¿Cómo se diferencia un aspecto inferior de otro superior?
La regla es simple: se considera que dos planetas se hallan en su fase
inferior o creciente si el planeta más rápido se acerca al punto de la
oposición del más lento según la secuencia natural de los signos.
Visualmente, el planeta más rápido aparecerá siempre a la derecha (diestra)
del más lento. Ejemplo: Mercurio a 3° de Piscis forma un semi-sextil
exacto con Júpiter a 3° de Acuario. Júpiter tiene su punto de oposición a 3°
de Leo. Obviamente, Mercurio en Piscis se mueve hacia los 3° grados de
Leo. Así pues, Mercurio está en aspecto de semi-sextil inferior con Júpiter.
Se considera que dos planetas se encuentran en su fase de aspecto superior
o menguante cuando el planeta más rápido se está separando del punto de
oposición del más lento y marcha hacia una nueva conjunción con ese
planeta. Visualmente, el planeta más rápido siempre aparecerá a la
izquierda (siniestra) del más lento. Ejemplo: Mercurio a 3° de Acuario está
en semi-sextil exacto con Júpiter a 3° de Piscis. Júpiter tiene su punto de
oposición a 3° de Virgo. En algún momento previo, Mercurio ha
comenzado a alejarse del punto de oposición en Virgo, y ahora se dirige
hacia la nueva conjunción con Júpiter. Por lo tanto, Mercurio está en semi-
sextil superior con Júpiter.

Prefiero usar la terminología de Grant Lewi referida a los aspectos


«superiores» e «inferiores», ya que sugieren visualmente la posición actual
del planeta más rápido. Dado que el aspecto creciente debe ocurrir en algún
lugar entre las fases de conjunción y oposición) el planeta más rápido
ocupará la mitad inferior del ciclo. Igualmente, el planeta más rápido de un
aspecto menguante debe ocupar la mitad superior del ciclo más allá del
punto de oposición. Los términos tradicionales «diestra» y «siniestra» son
bastante arcaicos y no muy decisivos, especialmente debido a que la
palabra siniestro está asociada también con el mal y la malevolencia (la vía
torcida del ocultismo) y por lo tanto arrastra connotaciones negativas. Los
términos «menguante» y «creciente» no me ofrecen una imagen visual
inmediata de dónde se ubica el planeta más rápido. La terminología
«superior» e «inferior» es mi preferida.
El semi-sextil corresponde a un signo de tierra y otro de agua, y por lo
tanto puede interpretarse como un aspecto de naturaleza receptiva e
internalizadora. Ambos elementos son estabilizadores, gustan de conservar
y preservar. Para ellos es natural cuidar de la construcción de las formas
potenciales de la vida. La toma de energías es más característica de estos
elementos que la salida de las mismas. La fase del semisextil se relaciona
con la atracción de los recursos que necesitan desarrollarse más. El factor
Tauro nos inclina a centrarnos en la reunión productiva de recursos
materiales que son prácticos, autosostenedores y capaces de manifestarse

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como un poder tangible a través de la aplicación concreta. Necesitan
nuestra alimentación constante, nuestra atención consistente y la habilidad
para organizarse al menos a nivel elemental. El factor Piscis representa a
los recursos que son comparativamente más abstractos, intangibles, e
idealistas en su aplicación. Tauro busca asegurarse la posesión de bienes
mundanos para el uso y la gratificación estrictamente personales, mientras
que Piscis busca los bienes del espíritu, a los que luego dejará en libertad
para el mejoramiento último de todos. En ambas instancias, el semi-sextil
intenta brindarnos algo de valor.
Normalmente, el semi-sextil no es capaz de generar la suficiente fuerza
como para estimularnos a utilizar dinámicamente estos recursos potenciales
en nuestras interacciones cotidianas. Por esa razón, son habilidades que
suelen permanecer en estado latente; sin tocar. Puesto que el nivel de
energía tiende a ser insuficiente para la activación del potencial total, los
semi-sextiles encierran algo de fricción y requieren que tomemos medidas
de esfuerzo y determinación personal si queremos estimular la actividad de
tales recursos, (estos aspectos son propensos a la inercia). Además, la
combinación de los principios implicados carece de las facilidades
características del sextil, debido a los ajustes necesarios para la
interrelación de dos signos de elemento y de estructura diferentes. Aquí
vemos otra causa de por qué el semi-sextil puede crear tensiones a veces.
Los astrólogos han caracterizado tradicionalmente al semi-sextil como un
aspecto menor. Esto no quiere decir que sea menos significativo que los
aspectos mayores utilizados comúnmente. Me parece más útil interpretar a
los aspectos menores como principios de vida más sutiles y simbólicos de
matices menos obvios de la personalidad: En general los aspectos menores
funcionan aun nivel menos orientado hacia los acontecimientos (o al menos
se manifiestan de manera menos obvia). Son más propensos a expresarse
indirectamente a través de las actitudes que de las circunstancias. En su
mayoría, los semi-sextiles ejercen una influencia subconsciente. Nos hace
evaluar y reflexionar internamente sobre situaciones que atraemos pero en
las cuales no nos involucramos directamente. Al estar todavía muy cerca
del punto de conjunción, el semi-sextil es un aspecto muy subjetivo de
reacción interna.
El semi-sextil inferior se correlaciona con el signo de Tauro, funcionando a
través del dwad de Tauro en su decanato del mismo signo. Por lo tanto, está
asociado con la Casa II y el planeta Venus. Este aspecto opera como un
estimulante suave, incitándonos a desarrollar una percepción instintiva de
cómo y dónde pueden construirse en nuestra naturaleza los valores
adecuados para nuestro crecimiento. Nos permite probar nuestra capacidad
de trabajar productivamente con las leyes de la atracción física y del
magnetismo en el mundo tridimensional. El semi-sextil inferior nos brinda
el impulso inicial para atraer beneficios a pequeña escala, que

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eventualmente podrán convertirse en bienes personales constructivos. Los
recursos representan oportunidades de apoyo en nuestro obrar. Sin
embargo, debido a la pasividad natural de este aspecto, rara vez realizamos
el esfuerzo que se necesita para hacer algo significativo o memorable con
tales potenciales. Hasta que se utilicen con más objetividad e inteligencia
(lo que normalmente ocurre en la fase del sextil inferior), los semi-sextiles
crecientes operarán sólo a nivel de los instintos de supervivencia
inconscientes, facilitando el necesario funcionamiento físico. Pueden
enlazar con nuestra habilidad para recibir estímulos sensoriales, cuya
mecánica está más allá del umbral de la conciencia normalmente despierta.
No obstante ello, se necesita más percepción ganada a través de las
experiencias de la vida, antes de que el verdadero potencial sea reconocido,
comprendido, deseado, y finalmente asimilado: El semi-sextil inferior nos
obliga a fertilizar aquellos intereses y atracciones nacientes que pueden
terminar en expresión creativa. Nos provee de materiales básicos operables,
que debemos nutrir y cultivar más si queremos que den fruto. Debemos
aplicarnos en esas áreas con consistencia, paciencia y estabilidad.
El semi-sextil superior se correlaciona con el signo de Piscis, funciona a
través del dwad de Piscis en su decanato del mismo signo. Se relaciona
también con la Casa XII y el planeta Neptuno. Este aspecto nos estimula a
activar los recursos latentes que se han almacenado en de los niveles más
profundos de la psiquis. El semi-sextil superior representa quizás la fase
más delicada y abstracta de todas. Contactamos de manera sutil y algo
elusiva con los bienes inconscientes que fueron desarrollados durante un
ciclo previo de experiencia (por ejemplo: encarnaciones pasadas,
conciencia prenatal). Este aspecto nos permite esbozar las facetas ocultas
de nuestro ser interno. Los bienes del alma se manifestarán como
imaginación creativa, poder de visualización, impresionabilidad psíquica, y
experiencias místicas. Los semi-sextiles superiores presentan matices
trascendentes y pueden expresarse activamente una vez que nuestras metas
conscientes son altruistas y colectivas (un impulso típicamente evocado por
la fase del sextil superior que lo precede en el ciclo) .El semi-sextil superior
simboliza la fase final creativa del ciclo completo de aspectos, y por lo
tanto tiene que ver con experiencias que necesitan poca intervención del
ego (su expresión contrasta dramáticamente con la conjunción en este
sentido). Para activar constructiva mente esta área se deberá primero
confrontar los «asuntos inacabados» del pasado que requieran abandonar o
disolver la voluntad para que el potencial pueda ser actualizado. Los
beneficios del semi-sextil superior serán más fáciles de conseguir una vez
que adoptemos una actitud genuina de servicio altruista a la humanidad. De
lo contrario, no espere resultados. Situándose un quincucio al punto de
oposición del ciclo, el semi-sextil superior implica la necesidad de hacer
ajustes sociales más allá del nivel habitual de interacción en las relaciones.

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Los valores desarrollados aquí se basan en una preocupación compasiva y
en la disposición a sacrificar los deseos temporales por una causa social
mayor.
Se debe alcanzar un refinamiento en la conciencia antes de que este aspecto
pueda funcionar. A diferencia del semisextil inferior más orientado hacia
las sensaciones, la fase superior denota posesiones espirituales que pueden
compartirse con los demás de manera caritativa y benevolente y nos
henchimos con alimentos de naturaleza transformativa que podemos usar
para dar nacimiento aun alto nivel de autopercepción.

LA SEMI-CUADRATURA
Es un arco de 45 grados a partir del punto estacionario del Ciclo,
moviéndose en sentido inverso a las agujas del reloj y asociado con el
grado 15 de Tauro, y en el sentido de las agujas del reloj con el grado 15 de
Acuario. El común denominador compartido por Tauro y Acuario es que
ambos son signos fijos del hemisferio oriental. Los signos que poseen esta
cualidad son decididos, les cuesta cambiar, tienen una voluntad muy fuerte
y son inflexibles en sus actitudes. En general los signos asociados con este
hemisferio son de iniciar cosas por sí mismos. Ambos factores nos dan la
clave para comprender la naturaleza básica de la semi-cuadratura. Este
aspecto puede revelar actitudes voluntariosas que tienden a mantenernos
atados a los hábitos, inadapables, y resistentes a aceptar los cambios
necesarios en nuestro medio ambiente.
Sin embargo, el matiz de la cualidad fija también sugiere que las semi-
cuadraturas contienen algún grado de vigor, persistencia, y propósito.
Cuando se canaliza positivamente, puede brindarnos la fuerza y la
convicción extra que se necesitan para ayudarnos a sostener nuestros
esfuerzos de maneras no demasiado obvias. Nos dan un cierto impulso y
empuje, son usados para abordar los proyectos a pequeña escala y los
desafíos diarios menores. Los astrólogos han relacionado a la semi-
cuadratura con la irritabilidad, el cansancio, y una tensión friccional
importante. Ha sido llamado correctamente el aspecto «engorroso”.
La semi-cuadratura inferior se correlaciona con el signo de Tauro, operando
a través del dwad de Escorpio en el decanato de Virgo de este signo.
También está conectada con la Casa II y el planeta Venus. La tensión se
halla todavía en su estadio rudimentario de formación dentro de nuestra
conciencia. Sin embargo, comienza a volverse interiormente discordante e
incómoda. Nuestro descontento creciente suele ser proyectado hacia fuera.
En el medio ambiente atrayendo conflictos u obstáculos indirectos. Su
influencia nos hace sentir inadaptados de alguna manera. Precediendo al
sextil inferior pleno (que técnicamente es el primer aspecto de expresión
racional consciente), la semi-cuadratura inferior todavía opera de manera
ciega y subjetiva. Sirve como una señal psicológica de advertencia,

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indicándonos dónde estamos obstruyendo a nuestras actitudes y dónde nos
obstinamos estúpidamente en lo que atañe a nuestra necesidad de cambio.
Nuestra atadura inconsciente a la rutina será desafiada para el beneficio de
nuestro propio crecimiento. Este aspecto nos enseña a valorar ya apreciar la
variabilidad de la vida viendo como los pequeños cambios pueden traernos
ventajas personales. Nos presiona para que nos adaptemos en vez de
anquilosarnos.
Debido a su relación con el analítico y preciso decanato de Virgo, la semi-
cuadratura inferior muestra una tendencia a la irritación ya la crítica.
Esperamos que todo funcione adecuada y armoniosamente desde el
principio, y cuando no ocurre así, nos enfurecemos. Esto origina una
selección malhumorada de asuntos relativamente irrelevantes o poco
importantes a la larga, al menos según las evaluaciones de los demás.
En pocas palabras, este aspecto representa nuestras quejas mezquinas,
demostrando dónde las trivialidades y los contratiempos menores tienen el
poder de perturbarnos. Sin embargo, como Virgo lleva grabado en su
naturaleza el sentido innato de la corrección, será mejor que utilicemos
nuestra semi-cuadratura inferior para desarrollar la disposición a realizar
ajustes prácticos y menores. Esto nos permitirá convertir este nivel de
tensión en una fuerza mobilizadora necesaria para la actividad útil. El dwad
de Escorpio agrega intensidad a las reacciones típicas de este aspecto, e
implica además una tendencia a forzar los asuntos de manera unilateral en
vez de aceptar las medidas alternativas. Acentúa la respuesta
temperamental, en la que solemos ser susceptibles, críticos y proclives a
emitir juicios (en especial sobre los demás). Nos inclina a una evaluación
apresurada o prematura. Necesitamos más moderación en nuestros
sentimientos, más equilibrio y calma, y ser más capaces de fluir al unísono
con las condiciones sin resentimiento. El matiz de Escorpio indica una
necesidad de encauzar tales energías de fricción a través del control de la
voluntad personal, la moderación de las pasiones y el dominio de la
expresión emocional.
La semi-cuadratura superior se corresponde con el signo de Acuario,
operando a través del dwad de Leo en el decanato de Géminis de este
signo. También se asocia con la Casa XI y el planeta Urano. Mientras que
la semi-cuadratura se enlaza con los elementos de tierra y agua
(enfatizando su inclinación a resistir modificar el status quo), la semi-
cuadratura superior combina los elementos más autoexpresivos del aire y
del fuego. Por ser un aspecto del hemiciclo menguante, se relaciona mejor
con la dispersión de energías en la comunidad.
Más que ser moldeado para adaptarse sensiblemente a las condiciones
externas (el tema de la semi-cuadratura inferior), este aspecto nos inclina a
intentar moldear al medio ambiente según nuestra propia visión social de
cómo deberían ser las cosas desde el punto de vista ideal. Entonces nos

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encolerizamos y agitamos al darnos cuenta de que nuestros objetivos
poseen una atracción y funcionabilidad limitadas a nivel colectivo. Debido
a las correspondencias con el elemento aire, los disturbios se producen más
a un nivel mental que visceral (sugiriendo que el individuo debería ser más
consciente de los mismos). Habrá fricción cada vez que intentemos forzar
nuestros ideales y metas sobre los demás de manera insensible y no
comprometedora y de cómo encontraremos resistencia, obstinación o
indiferencia, cada vez que intentamos reformar a otros, porque terminamos
sintiéndonos exasperados y desilusionados. Dado que la semicuadratura
superior precede al semi-sextil superior, su tensión subjetiva se deberá a un
sentido implícito de que hay algo más para experimentar fuera del ideal
social de cooperación. En este punto del ciclo, comenzamos a retirarnos
psicológicamente en nuestro interior en un esfuerzo (inconsciente) por
volver a conectar con nuestra esencia espiritual, y esto exige una lucha
interna para lograr la repolarización.
El decanato de Géminis no advierte de la racionalización excesiva de
nuestros propios conceptos, ya que existirá la tendencia a dejar que los
principios abstractos e intangibles anulen al factor humano tangible,
produciendo una carencia de énfasis y de compasión. El factor Géminis nos
enseña también a permanecer mentalmente adaptables en lo que respecta a
nuestras actitudes de conciencia social. El dwad de Leo nos aporta un grado
de autoritarismo y represión que deberá ser mantenido a raya si queremos
que este aspecto se convierta en algo positivo. Debido a la influencia
Acuario-Urano, la semi-cuadratura superior puede ser esporádica e
inestable en su naturaleza, produciendo repentinos cambios u obstáculos
de poca monta pero inesperados, en razón de las acciones imprevistas de
los demás. También somos capaces de provocaciones inexplicables y de
reacciones abruptas cuando somos incomodados, lo que refleja usualmente
un juicio prematuro o apresurado de nuestra parte. En el caso de individuos
poco iluminados sin aspiraciones sociales, las semi-cuadraturas superiores
pueden señalar una tendencia detestable a desafiar, sorprender, y aturrullar
a los demás, a través de un despliegue de comportamiento caprichoso, de
excentricidades o de actividades exhibicionistas (mal uso de la influencia
del dwad de Leo) y todo ello sin un propósito razonable. Estos aspectos
definen extrañas desviaciones en la naturaleza humana, implicando un
desajuste social, que no sintoniza con las convenciones normales de la
sociedad. Debemos esforzarnos por servimos de ellos de una forma que no
nos alinee de los demás, quienes de otra forma podrían cooperar
creativamente con nosotros.

EL SEXTIL
Un arco de 60 grados a partir del punto de partida del ciclo, moviéndose en
sentido contrario a las agujas del reloj, nos lleva hasta las cúspides de

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Géminis, y de Acuario si nos movemos en el sentido de las agujas del reloj.
El sextil enfatiza por lo tanto al elemento aire, sugiriendo que es un aspecto
mentalmente vigorizante. Representa una fase vital en el ciclo, a través de
la cual podemos aplicar mucha inteligencia e inventiva al expresar los
principios indicados. Considero a los sextiles como catalizadores naturales
para una eficiente actividad cerebral y nerviosa. Su orientación es
perceptible y se conecta especialmente con el desarrollo de las facultades
razonadoras. El sextil es un aspecto explorativo, ansioso por aprender de
las experiencias nuevas. Bajo su influencia, nos sentimos alentados a
penetrar en el medio ambiente social a través de muchas direcciones, y
conseguir beneficios externos. Los sextiles nos incitan a obtener
información útil sobre la vida a través de la observación objetiva. Nos
impulsan a educarnos, a comunicarnos, ya intercambiar energías con los
otros a todo nivel. El sextil nos vuelve curiosos sobre la vida y sus
ilimitadas variaciones. Representa la expresión activa de fuerzas creativas
que buscan una síntesis constructiva.
A diferencia del trígono que es más tranquilizado, el sextil es más
estimulante y está menos dispuesto a aceptar la uniformidad. No es más
débil que el trígono, pero se siente menos inclinado a obrar pasiva, o
consistentemente (debido al estímulo adicional de dos elementos distintos
pero complementarios, que sin embargo se sienten igualmente agradables).
Mientras que los trígonos señalan con más fuerza los estados interiores de
conciencia (ya que su sintonía innata y, la armonía de fuerzas producen con
facilidad un bienestar interior), los sextiles están, obligatoriamente, más
orientados hacia las situaciones. Nos instan (no nos empujan como las
cuadraturas) a expresarnos libremente según las diferentes opciones y
alternativas provistas por nuestro medio ambiente. Pero las oportunidades a
nuestro alcance requieren que pongamos un poco de esfuerzo de nuestra
parte si deseamos que se hagan realidad.
El grado en que estemos dispuestos a participar en las actividades indicadas
por nuestros sextiles determinará el alcance de los beneficios obtenidos. De
otro modo, al igual que el mismo elemento aire, el sextil puede sentirse
igualmente bien sin implicarse en nada, moviéndose a un nivel abstracto y
mental (incitando a vivir exclusivamente de las reflexiones) sin sentirse
motivado a aplicar sus promesas de manera práctica y tangible. Las
oportunidades se escabullirán. Por lo tanto, si queremos incorporar a
nuestro carácter, cualquier atributo atractivo indicado por los sextiles
deberemos poner atención y esfuerzo.
El sextil inferior está asociado con el signo de Géminis, operando a través
del dwad de Géminis en su decanato correspondiente en este signo.
También se relaciona con la Casa III y el planeta Mercurio. Este aspecto
simboliza la atracción hacia experiencias oportunas en el medio ambiente
cotidiano que nos ayudarán a reunir conocimientos verdaderos sobre la

15
vida que luego podremos utilizar para nuestro beneficio personal. Los
sextiles inferiores estimulan la mente, permitiéndonos hacer conexiones
lógicas, concretas entre los diversos componentes de cualquier experiencia
inmediata. Con el sextil inferior, somos estimulados a observar con
agudeza la actividad vital en su nivel superficial más que a sondear sus
profundidades. Las personas muy curiosas, alertas, de ideas claras y
vibrantes en sus respuestas, suelen presentar una abundancia de sextiles eh
sus cartas. Son mentalmente ágiles, abiertos, y deseosos, de aprender cosas
nuevas. Puede tratarse de un individuo multifacético y versátil en su
expresión. Sin embargo, una sobrecarga de sextiles inferiores mal
manejados (especialmente en un horóscopo pobre en conjunciones o
cuadraturas) podría acentuar la tendencia típicamente geminiana de
dispersar la atención en muchos intereses de poca duración, minimizando
así la habilidad para realizar cosas sólidas y obtener logros duraderos.
Existiendo demasiada susceptibilidad a las distracciones mundanas,
tendremos dificultad en focalizar y concentrar nuestras energías y así
saltaremos incesantemente de una actividad a la otra sin tomarnos el tiempo
ni hacer el esfuerzo de digerir y asimilar adecuadamente lo que hemos
encontrado. El resultado es una percepción superficial. Sin diversiones
constantes y nuevas nos aburriremos muchísimo. O podemos convertirnos
en un aficionado, en «un aprendiz de todo y oficial de nada», sin adquirir
una especialización concreta. Sin embargo, cuando son debidamente
canalizados, los sextiles inferiores destilan una actitud entusiasta, vital en
su autoexpresión. Nos volvemos muy animados, plenos de celo, y
optimistas acerca de nuestra habilidad para aprender más sobre el excitante
mundo que nos rodea. También seremos más capaces de conectar las
distintas cosas que aprendemos de manera más coordinada y global.
Nuestra adaptabilidad se convierte en una cualidad positiva que nos
permitirá realizar acciones productivas con éxito. Si en la carta hay pocos o
ningún semi-sextil inferior (especialmente si falta la compensación de
Géminis, de un énfasis en la Casa III, o de un Mercurio prominente) habrá
menos motivación (no necesariamente capacidad) para perseguir
activamente salidas educacionales. El individuo estará menos inclinado a
comunicarse con los otros ya responder ante los estímulos. Estará menos
abierto a las ideas ajenas y será demasiado subjetivo en sus perspectivas.
La adaptabilidad a los cambios diarios será menos evidente. También será
menos móvil y emprendedor que otro individuo con muchos sextiles
inferiores. Pero primero se debe estudiar detenidamente toda la carta. El
sextil superior se corresponde con el signo de Acuario, operando a través
del dwad de Acuario en su decanato en este signo. También se asocia con la
Casa XI y con el planeta Urano. La perspectiva de este sextil es más amplia
y extendida a la aplicación social de los principios implicados: El sextil
superior nos ofrece oportunidades especiales para ayudar a reformarnos a

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nosotros mismos ya nuestro medio ambiente a través del pensamiento
progresista. La aspiración y la percepción (incluso la intuición) en vez de la
mera curiosidad superficial, disparan la autoexpresión en esta fase. Nos
sentimos motivados a experimentar las oportunidades vitales desde una
perspectiva impersonal y desapegada. El sextil superior señala algún grado
de brillo o el centelleo relampagueante del genio creativo. Estimula la
expresión mental innovadora y nos hace percibir una visión general de los
muchos factores complejos implícitos en un concepto. Sin embargo, mucho
dependerá del nivel evolutivo del individuo (un factor no fácilmente
discernible a través del análisis de la carta natal) en lo que concierne a si el
más alto potencial del aspecto será evocado y utilizado. En quienes están
todavía muy unidos al ego (o funcionan psicológicamente a través de los
impulsos planetarios dentro del campo orbital de Saturno), el sextil superior
sólo estimulará un interés por participar activamente en asuntos nuevos,
excitantes, y arriesgados, generalmente realizados en grupo. La liberación
de la energía nerviosa en este caso será impredecible y esporádica. En
general, los sextiles superiores (como todos los aspectos superiores) están
más orientados hacia una meta que los inferiores. Tienden a estimular la
curiosidad acerca del futuro desarrollo de los potenciales presentes. Nos
incitan también a promover los ideales sociales que pueden actualizarse a
través de proyectos dirigidos a mejorar los asuntos de la comunidad (o la
actividad interpersonal). Estas energías no son disciplinadas con facilidad,
y normalmente no operan a través de métodos establecidos y de
procedimientos tradicionales. En vez de ello, tienden a expresarse sólo a sí
mismas. Muchos sextiles superiores en la carta sugieren una capacidad
fuera de lo normal para la iluminación social y mental. Pueden indicar
precocidad, una tolerancia mayor de la norma, un espíritu inventivo, ya
menudo mucha excitabilidad (debido a un sistema nervioso acelerado). El
individuo necesitará intereses mentales desafiantes y poco comunes para
mantenerse estimulado y satisfecho. Podría existir la capacidad para
realizar estudios en el campo tecnológico. Si en la carta no hay sextiles
superiores o hay muy pocos, el impulso para explorar lo desconocido o lo
no experimentado disminuirá. La participación activa en asuntos sociales
de amplias perspectivas le resultará menos atrayente. Todo lo que sea poco
convencional, radical o controvertido, será provocativo e incluso
amenazador para su statu quo mental. Nuevamente, estudie primero la carta
para ver si existe una compensación a través de las posiciones en Acuario,
de un énfasis en la Casa XI o por un Urano prominente.

LA CUADRATURA
Un arco de 90" a partir del punto estacionario del ciclo moviéndose en
sentido inverso a las agujas del reloj nos lleva hasta las cúspides de Cáncer,
y de Capricornio si nos movemos en el sentido de las agujas del reloj. La

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cuadratura se relaciona con el elemento agua-tierra y su tendencia es a
dirigir las energías hacia dentro, por lo cual, internaliza la tensión. Sus
tensiones están en principio enraizadas dentro. Tanto la cuadratura inferior
como la superior se enlazan con el punto medio de cada hemiciclo,
representando puntos de máxima tensión dentro del ciclo entero. Análogo a
la conjunción (y la oposición), la cuadratura se corresponde con la cualidad
cardinal en exclusividad, y debe considerarse como un aspecto dinámico
que nos provee del impulso y del ímpetu para iniciar el cambio. La
naturaleza de la cuadratura debido a sus fricciones se libera mejor a través
de una acción decisiva que exige lucha directa, esfuerzo agresivo, y un
gasto de energía mayor. Están orientadas hacia la crisis, forzándonos a
actuar de una manera explícita que produce cambios con fines
determinados en el nivel de conciencia. Los planetas implicados en un
aspecto de cuadratura interactúan desde una posición defensiva y no
sintetizan con facilidad. Parecen seguir la línea de mayor resistencia. Los
planetas tienden a bloquear y a frustrar mutuamente sus intenciones
básicas. Ambos planetas se resisten a integrarse pacíficamente, son
propensos a desafiar uno al otro su derecho a la expresión. La fricción
resultante otorga al aspecto un sentido vital de empuje, que se manifiesta
como una liberación elevada de fuerza. Usualmente, un planeta rechaza los
valores del otro. Suele ser el más lento; el más rápido a menudo se siente
como encajonado, inhibido y resentido, por las exigencias que le impone el
planeta más lento hasta que logra orientarse de nuevo. En esta fase, debe
reorientar su dirección. Las cuadraturas no gustan del compromiso.
Aunque produce coacción (no sólo tensiones), también nos provee de un
poderoso impulso para concentrar la energía requerida con objeto de
confrontar y vencer los obstáculos mayores que sofocan nuestro proceso de
crecimiento. Las cuadraturas nos desafían a actuar en vez de continuar
soportando el dolor y la incomodidad que generan. Prevalecen en las cartas
de aquellas personas cuyas vidas están llenas de sucesos cruciales. La
agudeza cortante de este ángulo de 90° tiende a excitar a los planetas,
presionándolos para suprimir energías o para expresarlas con enérgica
afirmación. Por lo tanto, la inhibición, la sobreestimulación son
problemáticas aquí. No conozco ningún camino para determinar cómo se
manifestará la cuadratura en ese sentido. El astrólogo deberá descubrirlo
por sí mismo a partir del cliente. Normalmente el individuo comienza su
vida inhibiendo el potencial mostrado por su cuadratura y posteriormente
debido a las crisis que lo desafía. Comienza a exhibir una
sobreestimulación hasta que aprende a equilibrar su expresión. Pero no
siempre (dado que el reverso también es posible). Probablemente, la
cuadratura es el aspecto más influido por las situaciones, debido a que nos
fuerza a confrontar las circunstancias conflictivas que sólo pueden
resolverse (o ser comprendidas) satisfactoriamente mediante un encuentro

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progresista e inteligente. Estos temas requieren de toda nuestra atención.
Particularmente si la cuadratura ocurre entre signos fijos y/o implica a
planetas en sus signos de caída.
Teóricamente, el planeta más rápido ha alcanzado un punto en su desarrollo
cíclico (al menos según el tema específico delineado por la cuadratura) que
lo obliga a operar de acuerdo con una nueva estructura o base que le
brindará un poder adicional para seguir creciendo. Por ese motivo, las
cuadraturas han sido consideradas como obstáculos o piedras para
construir. Las cuadraturas representan el impulso para seguir
desarrollándose. Nos enseña cómo volvernos más selectivos en la manera
de expresar sus principios, o de otro modo pagaremos el precio de nuestra
ignorancia. Nos capacita para enfrentarnos con situaciones difíciles sin
ceder, una vez que nos reorientamos para aceptar las tareas desafiantes que
debemos llevar a cabo. Al negar nuestra habilidad para manejar tales
desafíos, sólo evocamos los aspectos frustrantes y autoinhibidores de la
cuadratura. Según la prestigiosa astróloga Sylvia Carroll, «La cuadratura no
la sentimos como desagradable amenos que la energía retroceda. La tensión
puede resultar regocijante en tanto fluya en acciones y no en reprobaciones.
Sólo se vuelve frustrante cuando no hay salidas para la tensión que
genera.» Sugiere que una forma constructiva de tratar con las cuadraturas
natales o transitantes es buscar concientemente las actividades que
requieran una gran energía. En otras palabras: involucrarse en esfuerzos
personales que puedan acomodar sensiblemente tal fuerza intensa y
motivadora. He escuchado que esto sirve para «apaciguar» el aspecto. Para
mí tiene sentido.

La cuadratura inferior se corresponde con el signo de Cáncer, y opera a


través del dwad de Cáncer en el decanato del mismo signo. También se
asocia con el Fondo del Cielo o la Casa IV y con la Luna. La tensión
mostrada por la cuadratura inferior es a menudo indicativa de un conflicto
subconsciente que tiende a amenazar nuestro sentido personal de la
seguridad.
Teóricamente, estas cuadraturas deberían comenzar a operar en la niñez,
usualmente mediante condicionamientos negativos (mensajes mixtos) en
nuestro temprano ambiente familiar. Normalmente estamos total y
subjetivamente arropados por nuestras cuadraturas inferiores, incluso en
nuestra edad adulta. Nuestra manera típica de confrontar las tensiones es
construyendo bloqueos protectores, barreras, caparazones, y escudos (todos
focalizados introspectivamente), que sólo logran comprometer nuestros
intentos por establecer una seguridad interior duradera. La cuadratura
inferior expone nuestras enraizadas vulnerabilidades, desplegándolas
cuando actuamos o reaccionamos de forma irracional y regresiva.
Mostramos tendencia a estar a la defensiva en este punto. Estas cuadraturas

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son más difíciles de manejar que las superiores, ya que el origen de la
tensión está más profundamente anidado en los rincones de nuestro ser
interior. A través de la presión de las crisis vitales internas y externas,
somos desafiados a confrontar esas actitudes de comportamiento que,
cuando no son resueltas, dejan sin raíces nuestra base psicológica. La vida
nos forzará a apartarnos de las respuestas habituales desarrolladas en el
pasado (incluso encarnaciones anteriores) que ya no pueden nutrir ni
apoyar emocionalmente nuestro desarrollo.
Ahora necesitamos establecer un nuevo sistema de apoyo o base vital de
operaciones para nosotros mismos, sugiriendo el abandono de los símbolos
de seguridad previos. Muchas cuadraturas inferiores en el horóscopo
pueden indicar el desarrollo de mecanismos subconscientes de defensa.
Tenderemos a sobreprotegernos debido a enraizadas vulnerabilidades que
se han apoderado de nuestra conciencia. A menudo nos aferraremos a
nuestras inclinaciones (sin importar lo que nos cueste), aunque éstas sean
fácilmente amenazadas por las desafiantes condiciones externas que nos
forzarán a abandonar nuestras muletas. Una sobrecarga de cuadraturas
inferiores mal manejadas enfatizará la tensión producida por la inseguridad
y la incertidumbre. El individuo reprime sus conflictos internos. Tiende a
verse atrapado por las experiencias vividas negativamente, resultándole
difícil situarlas en una perspectiva adecuada. Uno de los propósitos
esenciales de la cuadratura inferior, en mi opinión, es la digestión y
asimilación constructivas de la experiencia, y esto nos obliga a discriminar.
En esta fase, debemos aprender (y a menudo de la manera más difícil) qué
facetas de la experiencia pasada son valores de digestión y asimilación
psicológica. Todo aquello que no nos ayude a crecer debe ser liberado de
nuestra conciencia si queremos seguir evolucionando. El individuo con una
abundancia de cuadraturas inferiores es desafiado a descubrir qué actitudes
promueven o frustran su capacidad para nutrirse a sí mismo. Pocas
cuadraturas inferiores o incluso su carencia, denotarían a alguien poco
influido o intimidado por las condiciones del pasado. Quizás sea alguien
que no haya experimentado las suficientes crisis de desarrollo durante sus
primeros años (como el rechazo paterno, el descuido, o la desaprobación)
como para haberlo sensibilizado a la existencia del dolor psíquico y de la
desesperación.
En años posteriores, le resultará todavía más difícil relacionarse con la
tensión subjetiva de los otros. Su aproximación a los temas humanos
delicados y dolorosos será más mental que visceral. Las cuadraturas
inferiores nos ayudan a desarrollar un sentido de profundidad. Cuando
faltan, somos menos capaces de reconocer el poder de nuestro
subconsciente. Además, podríamos permanecer sordos durante algún
tiempo a los sutiles factores tensionales que programan nuestro
comportamiento superficial. Las cuadraturas inferiores que incluyen a la

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Luna, a los emplazamientos en Cáncer o en la Casa IV, adquirirán una
importancia mayor.
La cuadratura superior se corresponde con el signo de Capricornio,
operando a través del dwad de Capricornio en el decanato del mismo signo.
También se asocia con el Mediocielo o Casa X y con el planeta Saturno. La
inseguridad subjetiva y el impulso por lograr una seguridad personal
caracterizan a la cuadratura inferior, los patrones de tensión con respecto a
la cuadratura superior resultan por la presión consciente de la
responsabilidad social. Debido al matiz de Capricornio y de Saturno, se
enfatizan en este caso el sentido de inadecuación, la culpa, y el temor a las
consecuencias, produciendo un autobloqueo. Estas cuadraturas generan
supresión o inhibición debido a nuestra confront3ción con los factores de
control externos (figuras simbólicas de autoridad en nuestra vida). El
impulso para manejar y mantener nuestros propios límites dentro del medio
ambiente resultará enfatizado.
Aunque las presiones internas son mejor definidas y más objetivas con la
cuadratura superior, éstas también pueden ser más frustrantes ya que el
individuo es consciente de que sus impulsos personales son a menudo
antagónicos con respecto a lo que la sociedad espera de él. Sin embargo,
estas cuadraturas representan una mayor medida de autodisciplina y de
dirección motivada. Será más fácil utilizar constructivamente estas fuerzas
tensionales a través de la persecución de ambiciones mundanas. Nos
aguijonean a alcanzar nuestras metas en el mundo externo. Nos vemos
obligados a considerar nuestras obligaciones como generadoras de fuerza y
no como una carga. Con nuestras cuadraturas superiores, aprenderemos a
aguantar ya perseverar en lugar de encorvarnos bajo su peso. Expresadas
negativamente, las cuadraturas superiores producen un afán de
autopreservación que prescinde de toda ética. Su orientación es hacia el
poder, mientras que las cuadraturas inferiores son más pasivas.
Muchas cuadraturas superiores en el horóscopo enfatizan un acercamiento
a la vida con cautela y desconfianza. Aquí trataremos de ocultar nuestra
vulnerabilidad, a menudo evitando a las personas ya las situaciones que
desaten tales sentimientos. O intentaremos conquistar esas condiciones
amenazantes con una violencia y una agresión indebidas. Las cuadraturas
superiores negativas pueden expresarse a través de una sobrecarga de
trabajo, de crueldad, de dominación, y de falta de respeto por la ley
(reflexionemos sobre la conjunción de Marte Venus en la carta de Hitler
formando una cuadratura superior a Saturno en Casa X, o el Marte del
sádico Marqués de Sade en cuadratura superior a su Saturno). Por otra
parte, si hay pocas cuadraturas superiores o ninguna, el individuo se sentirá
menos restringido u oprimido por los elementos autoritarios de la sociedad
en que vive. Tenderá a aceptar las normas impuestas por el statu quo
general sin resistencia o frustraciones indebidas. Sin embargo, debido a que

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esas cuadraturas nos incitan a los desafíos ambiciosos ya los objetivos que
influencian nuestro mundo, una deficiencia de las mismas revelará menos
impulsos internos e incentivos para superar los obstáculos externos de la
vida que son autolimitativos. Tendremos, por lo tanto, menos empuje para
ejercitar un control adecuado, menos disciplina y responsabilidad en los
asuntos más importantes de nuestra vida.
Cuando las cuadraturas superiores se manejan correctamente, promueven
una mayor confianza en sí mismo, además de la capacidad para construir
bases firmes y bien estructuradas en el mundo que nos rodea.

EL TRIGONO
Un arco de 120ª a partir del punto estacionario se corresponde con la
cúspide de Leo, moviéndose en sentido contrario a las agujas del reloj, y la
cúspide de Sagitario, moviéndose en el sentido de las agujas del reloj.
Como los dos signos representados aquí pertenecen al elemento fuego, el
trígono enfatiza una expresión innatamente creativa, cálida, y positiva en su
orientación. El trígono evoca un fuerte sentido de autocontentamiento,
confianza interna, y bienestar general.
La astrología tradicional ha asociado -al aspecto de trígono con la buena
suerte, la facilidad, la comodidad, la prosperidad, la felicidad, y las
circunstancias favorables. Todo esto puede ser cierto, pero es importante
darse cuenta que el trígono en sí mismo no nos incita a luchar o a
esforzarnos para competir y alcanzar nuestras metas a la manera enérgica y
confiada de la cuadratura. Ni estimula una respuesta rápida para actuar
cuando se nos presente una oportunidad según el estilo vivaz y energético
del sextil. Ya diferencia de la conjunción, que es más automotivada y
determinada, el trígono nos permite recibir pasivamente las condiciones
benéficas que nos presenta sin el intenso foco de interés y atención
característicos de las conjunciones. En principio, el trígono es un aspecto
de relajación, paz, recepción armoniosa y respuesta agradable. Opera sin
fricción ni molestias. Pero, por carecer de presión, esfuerzo y tensión (es
un reductor de tensiones), el trígono no nos brinda el ímpetu necesario para
actuar con decisión y de manera desafiante a fin de promover un cambio
dinámico. Los trígonos son preservadores del status quo en los asuntos. A
este respecto, actúan como grageas calmantes, apaciguando los conflictos
potenciales de manera suave, tranquila y no abrasiva. Sin embargo, dado
que los planetas implicados en el aspecto no son incitados a confrontar
ninguna crisis, a menudo siguen la línea de menor resistencia (a diferencia
de la cuadratura). A pesar de ello, los trígonos son altamente creativos.
Cuando se utilizan para un beneficio óptimo, son muy talentosos (debido a
la fácil fluidez de la autoexpresión). Los trígonos poseen una atracción
magnética.

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Lo difícil de descubrir es que los trígonos igualan en fuerza a las
cuadraturas. Pero debido a que su energía es muy frecuentemente vertida
hacia dentro, parecen ser menos influyentes en los asuntos externos.
Aunque sin ese foco interior, rara vez somos capaces de atraer lo que
deseamos como fácil.
El magnetismo implica receptividad, que a su vez requiere de nuestro foco
interior. Si estamos demasiado ocupados activándonos en el mundo,
seremos menos capaces de atraer cosas hacia nosotros, ya que estamos más
deseosos de impactar a nuestro medio ambiente que en permitirnos ser
pasivamente receptivos a ese mismo medio. Así es como los trígonos son
más aptos para representar estados internos de conciencia que se
manifestarán como intuición creativa, visiones de expresión ideal, o una
percepción más plena de los factores que producen la verdadera armonía y
síntesis artística. La tendencia es a sentirse inspirado y elevado por nuestros
trígonos ya que nos revelan un sentido de perfecta sintonía con sus
principios. Los trígonos (incluso los que se forman por progresión o
tránsito) reflejan condiciones subjetivas que nos hacen sentir
autosatisfechos y seguros. No necesitan proyectarse en el mundo externo
para percibir su presencia. Probablemente sea por ese motivo que los
trígonos transitantes no se manifiestan siempre por medio de hechos
notables. En cambio describen nuestras actitudes subjetivas durante el
tiempo indicado por el tránsito en cuestión.
El trígono inferior se relaciona con el signo de Leo, operando a través del
dwad de Leo en el decanato de este signo. También se relaciona con la
Casa V y con el Sol. El trígono inferior tiende a ser creativamente
autoexpresivo, orientado hacia el placer y algo exhibicionista (por
supuesto, mucho depende de la naturaleza de los planetas implicados,
Venus trígono a Júpiter será probablemente más alegre y libre en su
expresión que Saturno trígono a Plutón). Es un aspecto de expresión
vibrante y generosa. Debido a la cualidad fija, el trígono inferior puede
verter constantemente su potencial creativo con escasa reflexión. Este
aspecto se carga mejor de energía cuando hay elementos presentes de
actividad recreativa. Una de las contras de los trígonos inferiores es que
buscan la manera más regalada y fácil de hacer las cosas. No están
dispuestos a luchar, a trabajar con afán, o a realizar esfuerzos extenuantes
para lograr sus deseos. Desde un punto de vista humano, estos trígonos
pueden servir de alimento a una naturaleza inútil que ansía ser satisfecha y
gratificada a través del esfuerzo ajeno. Usados positivamente, los trígonos
inferiores pueden promover el olfato creativo, el despliegue dramático, la
demostración activa de talento, y una aptitud natural para hacer teatro (a
menudo expresada con mucha vitalidad y necesidad de atención). La
habilidad para un liderazgo potencial puede manifestarse con poco
esfuerzo, ya que los trígonos inferiores son poderosamente magnéticos y

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carismáticos. La propia habilidad para brillar, irradiar, atraer la atención, y
ganar la aprobación popular promete una salida adecuada a estos aspectos.
La gente con una abundancia de trígonos inferiores a menudo se siente
especial, afortunada, bendecida, y generalmente no tocada por las usuales
penalidades de la vida. Son menos propensos a aceptar la restricción y la
limitación como partes de su mundo.
Una sobredosis de trígonos inferiores mal manejados puede crear un
«complejo de realeza» por el cual el individuo espera que el mundo gire
alrededor de sus deseos exclusivos y autopromocionales. Evitará
instintivamente todo lo que requiera trabajo duro y autodisciplina, este
individuo se deslizará a través de la vida sin establecer objetivos serios
aparte de su realización sensual personal. En la carta de un carácter débil,
una sobrecarga de trígonos inferiores puede incitar a vivir demasiado
satisfecho consigo mismo como para confrontar los muchos desafíos de la
vida. El individuo se cree indebidamente un privilegiado, y carece de la
iniciativa y la disposición necesarias como para iniciar él mismo una
actividad sin solicitar primero el esfuerzo de los otros a quienes encandila.
Un cierto libertinaje personal y una pérdida de energía pueden volverse
grandes problemas en esta fase, ya que no aparecen aquí los frenos de
seguridad que se encuentran en la cuadratura inferior. En los trígonos
inferiores, cuando la satisfacción personal se agudiza demasiado, puede
nacer la pereza. No será tan así si la carta está equilibrada al menos por una
T -Cuadratura (especialmente si opera a través de la cualidad Cardinal,
agresiva y emprendedora), y será así sobre todo si uno de los planetas en
trígono también participa en la T -Cuadratura. Si hay pocos o ningún
trígono inferior faltará el conocimiento creativo de cómo actuar. Esta
condición disminuye nuestra confianza y autoestima. La propia capacidad
para atraer salidas agradables a la autoexpresión es mínima.
La espontaneidad feliz es menos evidente, así como la disposición a
desplegar los propios talentos delante de los demás. Por lo tanto, el
individuo tendrá que esforzarse más concientemente para construir esas
cualidades en su estructura egoica, si es que desea poseerlas. En general,
los trígonos inferiores revelarán áreas de nuestro pasado evolutivo en las
que tuvimos que trabajar para iluminar la expresión creativa de los planetas
implicados a través del ejercicio de la voluntad. Nuestros beneficios
presentes podrían ser el resultado directo de la resolución de conflictos y
desafíos en el pasado, cuando estos planetas se hallaban en la fase de
cuadratura inferior. Indica grandes esfuerzos del alma si al menos uno de
los planetas se halla en su signo de exaltación. Preste el lector una atención
especial a los trígonos inferiores que incluyan al Sol, a planetas en Leo, ya
la Casa V.
El trígono superior se corresponde con el signo de Sagitario, operando a
través del dwad de Sagitario y en el decanato de este signo. Se relaciona

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también con la Casa IX y con el planeta Júpiter. Este trígono busca su
salida creativa a través de los caminos más expansivos de la expresión
colectiva. Tiende a ser .menos egocéntrico que el trígono inferior,
sugiriendo que la gratificación personal puede darse como resultado de la
interacción social. El trígono superior nos incita a compartir
benevolentemente nuestras bendiciones con los demás. Es un aspecto de
generosidad de espíritu. Es una fuente de elevación e inspiración
personales, permitiéndonos elevar nuestra conciencia a los planos
superiores del idealismo, la comprensión, y la sabiduría. El trígono superior
es más universalista en su perspectiva. Si la Octava Superior de un planeta
es parte de un trígono superior, resultará de ello el desarrollo de la
percepción psíquica y la comprensión de principios muy abstractos. El
placer puede venir de la exploración de conceptos teóricos, que serán a
veces poco prácticos y difíciles de aplicar en el mundo cotidiano. La
habilidad para pronosticar lo que nos ocurrirá será excelente. Estos trígonos
se utilizan mejor cuando participamos sin egoísmos en alguna causa social
(usualmente relacionada con el mejoramiento cultural), ya que todos los
aspectos superiores necesitan canales colectivos para su expresión. Como
sea que los aspectos superiores son más impersonales y se trabajan con más
facilidad dentro de un marco más amplio de experiencia el trígono superior
puede utilizarse tanto para iluminar a los demás como para la iluminación
personal. Su naturaleza básica es humana, tolerante, filantrópica, y
buscadora de la libertad. Este es un aspecto de gran esperanza y
expectativa.
El optimismo se convierte en una fuerza atractiva para crecer. Las áreas de
la vida (Casas) y los comportamientos (signos) enlazados con este trígono
revelan dónde y cómo podemos tener fe en nosotros mismos y poseer una
confianza incuestionable en la más elevada protección o guía interior.
Rara vez dudamos o infravaloramos nuestras bendiciones aquí; en efecto,
tendemos a sobreestimar ingenuamente el factor «suerte».
Una sobredosis de trígonos superiores mal manejados podría producir un
optimismo indebido, una fe ciega, o demoras, e irresponsabilidad. Existiría
la tentación de dejar de lado los compromisos personales y el intento irreal
de escapar y no hacer frente a las cosas desagradables de la vida, deseando
permanecer al margen. Hay una cualidad de ensoñación en este trígono que
nos vuelve ingenuamente incapaces de captar las señales de tensión en
nuestra vida (en especial cuando se involucran Júpiter y Neptuno). En todas
las ocasiones, los trígonos superiores nos previenen de no excedernos en
las cosas buenas o de extralimitarnos en ciertas actividades, ya que estos
aspectos desconocen las limitaciones. Cuando hay pocos o ningún trígono
superior, la inspiración rara vez se experimenta, o nuestra visión de los
horizontes más amplios disminuye debido a una básica falta de fe, de
esperanza" y de caridad. La fuerza de la fe no nos convence fácilmente.

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Seremos menos propensos a ver la vida desde una perspectiva más amplia
y filosófica. Estaremos menos abiertos a aceptar y compartir conceptos
idealistas con los demás.
Los trígonos se manifiestan como dones o habilidades especiales que nos
esforzamos por conseguir en vidas pasadas. En el pasado, cedimos estas
energías positivas a otros, y ahora estas fuerzas benevolentes vuelven a
nosotros para facilitarnos y ayudarnos en nuestras vidas, haciéndonos más
sensibles al amor ya la sabiduría que emana de nuestro interior.
Los trígonos están aquí para nuestro uso en todo momento.
Si elegimos no expresarnos a través de ellos, se volverán latentes e
inactivos (ya que son capaces de una relajación y una quietud completas).
Compruebe si un tercer planeta está en cuadratura con uno de los planetas
en trígono. Si es así, ese planeta podrá actuar como un catalizador que
proveerá al trígono de la suficiente tensión dinámica evitando que se vuelva
improductivo. Igualmente, el trígono servirá como un canal curativo que
nos ayudará a resolver la tensión creada por la cuadratura interconectada.
El planeta que aparezca unido a un trígono ya una cuadratura constituirá un
principio altamente vital y transformativo en la vida del individuo, capaz de
disparar el crecimiento dinámico una vez que haya sido convenientemente
comprendido y valorado.

LA SESQUICUADRATURA
Un arco de 135° a partir del punto estacionario moviéndose en sentido
contrario a las agujas del reloj se asocia con el grado 15 de Leo, y con el
grado 15 de Escorpio si se mueve en el sentido de las agujas del reloj. El
común denominador compartido por Leo y Escorpio es que probos signos
fijos son del Hemisferio Occidental. La sesquicuadratura ha sido
considerada como un aspecto menor de perturbación, pero con matices más
potentes y disonantes que la semi-cuadratura.
No es sorprendente, ya que se corresponde con los elementos de agua y
fuego, más volátiles y emocionales que la tierra y el agua. El matiz
correspondiente a la cualidad fija sugiere que la obstinación es todavía un
problema. Básicamente, interpreto las sesquicuadraturas como las
consecuencias resultantes (énfasis del Hemisferio Occidental) de una falta
de serenidad y autorrestricción en las situaciones interpersonales.
Si se quiere canalizar este aspecto con eficiencia, el individuo debe aplicar
a su vida más autocontrol y equilibrio emocional, ya que tiende a
reaccionar irracionalmente o a comportarse sin moderación a expensas de
los demás. Debido a la intensidad de la combinación agua-fuego, la
sesquicuadratura tiende al extremismo en el comportamiento, ya la
inconsistencia en la expresión. Este aspecto también parece envolver un
alto grado de trastornos repentinos y rupturas inesperadas que aturden,

26
sorprenden o sacuden temporariamente nuestras sensibilidades y/o aquellas
de quienes se confrontan con nosotros.
Con este aspecto, reaccionamos ante los conflictos menores de manera
violenta, lo que desequilibra las situaciones o las vuelve
desproporcionadas. Somos fácilmente incomodados, emocionalmente
inestables, ya menudo en contra del giro imprevisto que toman los
acontecimientos fuera de nuestro control. Nuestra falta de eficiencia en el
control de la situación nos produce resentimiento y un cierto enojo. Las
situaciones bajo este aspecto tienden a desplomarse o a hacerse añicos en el
último momento, lo que nos dejará con un sentimiento momentáneo de
dispersión y desorganización. Al igual que la semi-cuadratura, este aspecto
nos invita a ser más calmos, pacientes, y objetivos. Nuestra expresión
externa de insatisfacción interior con respecto a los problemas sólo sirve, la
mayoría de las veces, para azuzarlos, ya que nuestras reacciones suelen ser
inapropiadas para la ocasión en juego. La tendencia de este aspecto a
dramatizar excesivamente los temas que le atañen conduce a formar juicios
erróneos.
La sesquicuadratura inferior se relaciona con el signo de Leo, operando a
través del dwad de Acuario, en el decanato de Sagitario de este signo.
También se asocia con la Casa V y con el Sol. Como la sesquicuadratura
inferior cae a medio camino entre el indulgente trígono inferior y el
autocorrectivo quincucio inferior, representa un punto de tensión en el ciclo
donde los impulsos naturales del trígono inferior muestran señales de
convertirse en problemáticos en el terreno de las relaciones, y con
frecuencia esto ocurre porque los exageramos en un esfuerzo pleno de
ansiedad por probar nuestro valor personal. Aquí se enfatiza la parte
autoritaria y deseosa de poder del Leo, en detrimento de su lado alegre y
creativo. Este aspecto representa en cierto modo un despliegue abrasivo de
egoísmo. Busca la atención que no merece de una manera infantil que
alinea a los otros. La expresión extraviada de la voluntad tiende a producir
obstáculos menores que frustran nuestra habilidad para cooperar. Como
nuestro sentido personal de orgullo y del honor son a menudo cualidades
poco enraizadas, cualquier crítica la pondrá a la defensiva. El impulso por
sentirse importante lo llevará a comportarse de forma dominante, los demás
encontrarán esta actitud ofensiva y poco agradable. La tendencia aquí es a
actuar demasiado egoístamente a expensas de los demás.
El decanato de Sagitario marca un impulso subyacente por exagerar o
extralimitar la autoexpresión. La tendencia a ignorar o desafiar
indirectamente las restricciones impuestas por el medio ambiente es
característica de este aspecto. Exigimos una completa libertad del control
de los demás, pero a menudo intentamos establecerla de manera inmadura
y torpe. Existirá una fe sin cuestionamientos sobre la rectitud de nuestras
actitudes. El dwad de Acuario enfatiza todavía más la rebelión, e introduce

27
un elemento de respuesta impredecible que parecerá no guardar relación
con los ritmos ajenos.
Nuestra habilidad para crecer a través de los asuntos interpersonales
necesitará de nuestra voluntad para ajustarse y reorientar nuestros deseos
que se basan en un mayor reconocimiento y respeto por las necesidades
ajenas (un concepto que comienza a tomar forma en la fase del quincucio
inferior). Debido a que nos presiona a aceptar los límites de nuestra
voluntad, la sesquicuadratura inferior destila un cierto malestar y
frustración cada vez que intentamos forzar nuestros requerimientos
intransigentes en las relaciones.
Nuestra aproximación autocrática a los asuntos rara vez produce los
resultados satisfactorios que confiadamente anticipamos, en cambio casi
siempre los resultados son menores que nuestras expectativas. Surge una
disonancia interna cuando llegamos a darnos cuenta de que no podremos
hacer siempre lo que deseamos. Sin embargo esa desavenencia es
imperativa para motivarnos a ser más analíticos y selectivos en nuestro uso
del poder creativo.
La sesquicuadratura superior se relaciona con el signo de Escorpio
operando a través del dwad de Tauro en el decanato de Piscis de este signo.
También se relaciona con la Casa VIII y con Plutón. En general, la
sesquicuadratura superior es más indirecta en la expresión que la
sesquicuadratura inferior. Los conflictos interpersonales menores son
menos obvios en la superficie. Dado que es un aspecto del hemiciclo
menguante, sugiere una percepción más profunda del yo en relación al otro.
El aspecto nos presiona para usar esta penetrante intuición en el
fortalecimiento de nuestras uniones y no para manipular o forzar a los
demás a dar cumplimiento a nuestras más oscuras motivaciones. El matiz
de Escorpio nos enseña cómo respetar los derechos de la gente en vez de
forzar nuestros valores subjetivos sobre ellos. La ruptura ocurre debido a
nuestra compulsión interna por intentar que los demás sean como nosotros
queremos, a fin de apaciguar nuestros deseos fijos de cómo creemos que
deberían comportarse. Nuestros esfuerzos para remodelar a la gente
mediante sutiles juegos de poder tropieza a menudo con la resistencia
inesperada que nos hacen, suscitando antagonismo y resentimiento mutuos.
Igualmente, sus intentos por alterar nuestros patrones de comportamiento
es interpretado como acoso y dominación. Las interpretaciones erróneas
resultantes provocan rupturas y alejamientos temporales. Creamos más
tensión al seguir insistiendo y al no razonar respecto a nuestras exigencias.
La sesquicuadratura superior pone a prueba nuestra habilidad para tolerar y
aceptar genuinamente a la gente como verdaderamente es. Dado que este
aspecto sigue al purificador quincucio superior, representa un- nuevo
surgimiento de energía que ha hecho su camino a través de un renacimiento
de los valores. Sin embargo, nuestra transformación de conciencia no

28
debería incitarnos a forzar a otros a reformarse según nuestra nueva visión.
Si pensamos aplicar humanamente los impulsos inspirativos más elevados
representados por el trígono superior que sigue a este aspecto, deberemos
seguir trabajando en la purificación de los residuos negativos de nuestra
personalidad (puntos ciegos emocionales) que de otra forma restringirían
nuestra habilidad para expandir la conciencia segura y sabiamente. Aunque
exteriormente menos volátil que la sesquicuadratura inferior, la fase
superior puede ser más inquieta en la satisfacción de sus metas. El dwad de
Tauro enfatiza la actitud obstinada y .rebelde que deberá ser re evaluada. El
decanato de Piscis implica un potencial para la percepción equivocada o la
distorsión, es decir la autodecepción, en lo que respecta a nuestra
motivación para «rehabilitar» a los demás. Cualquier intento por actuar de
forma desviada confundirá aún más las cosas. La percepción profunda
ligada con este aspecto no debería estimularnos a procurar dominar las
situaciones de forma encubierta. Si no se libera a través de cauces sociales
apropiados, la insatisfacción crecerá y podrá producir una liberación
explosiva de tensión emocional.

EL QUINCUCIO
Un arco de 150° conecta con la cúspide de Virgo moviéndose en el sentido
inverso a las agujas del reloj, y con la cúspide de Escorpio si se mueve en
el sentido de las agujas. Se corresponde con signos que naturalmente
analizan y diseccionan motivados por una necesidad de hacer
modificaciones esenciales que mejoren la capacidad de funcionamiento.
Así, el aspecto quincucio sugiere que los planetas implicados deben
primero reunir sus energías antes de que puedan ser utilizados
adecuadamente en beneficio del individuo. Es un aspecto de naturaleza
altamente correccional y terapéutica que nos incita a sufrir ajustes mayores
y menores (usualmente a través del proceso de alteración o eliminación) y
que ayuda a focalizar mejor las funciones de los planetas de forma tal que
podamos aplicarlos con más utilidad. Parece que el quincucio requiere la
observancia de nuestro uso de las energías de manera cuidadosa y metódica
para que aprendamos a ser más selectivos, discriminativos, organizados, y
eficientes en el manejo de las actividades representadas por los planetas.
Hasta entonces, el quincucio apunta con precisión hacia cómo y dónde
tendemos a agotar las fuerzas de manera fortuita y no productiva durante
un tiempo hasta que aprendemos a sintetizar. Sin embargo, en un intento
por alinear adecuadamente nuestros impulsos, el quincucio trabaja
constantemente (aunque de forma indirecta) para ayudarnos a regular
nuestra expresión de los mismos con mayor control y disciplina. Su papel
básico es el de romper y suprimir esas actitudes no efectivas que interfieren
nuestro crecimiento.

29
Normalmente, esas actitudes agotadas no nos resultan tan obvias. Los
conflictos aquí no evocan tan dramáticamente una situación de crisis como
en el caso más enfático e impulsor de la cuadratura, ni es la perspectiva
general de los asuntos en juego tan crítica como en la oposición. Podría
considerarse al quincucio como un problema "que no cesa", y que se
prolongo durante un lapso expandido de tiempo. Carece de la intensidad de
la fuerza de impacto requerida para sacar esta tensión a la superficie de la
conciencia hasta que, casi de forma predestinada, las circunstancias se
desarrollan forzándonos a otorgarle nuestra máxima atención. Usualmente,
en este punto, se manifiestan una cantidad de problemas irritantes e
interrelacionados, que nos fuerzan a realizar acciones intencionadas para
resolver los asuntos de una vez y para siempre. Y aunque estos dilemas
aparecen en nuestra vida de repente, en realidad han estado operando
durante largo tiempo. Este fenómeno parece aplicarse especialmente al
esquema de doble quincucio llamado Yod, que discutiremos en detalle en el
capitulo posterior. Observe el lector que el quincucio relaciona signos de
elementos incompatibles según la astrología tradicional (fuego-tierra,
tierra-aire, aire-agua, agua-fuego) y además conecta signos de cualidades
diferentes (cardinal-mutable, mutable-fijo-fijo cardinal). El único aspecto
similar en configuración es el semi-sextil. La diferencia aquí sin embargo
es que el quincucio se relaciona más con la oposición que con la
conjunción y por lo tanto debe luchar con una mayor polarización de
fuerzas. Esto significa que con este aspecto la desorganización puede ser un
problema, aunque a otro nivel una desigualdad tan marcada puede indicar
una capacidad especial para manejar una diversidad de factores. Quizás las
cosas de naturaleza desordenada y sin coordinación nos incomodan menos
y podemos seguir funcionando a pesar de un arreglo tan irregular; pero yo
creo que esta habilidad es poco común. Dado que el quincucio es un
aspecto internalizador (énfasis tierra-agua), las molestias se vuelven hacia
dentro, interfiriendo con el bienestar del cuerpo y del alma (los quincucios
son conocidos por su proclividad a producir enfermedades somáticas y
mentales de naturaleza drenante y desintegradora).
El quincucio inferir se relaciona con el signo de Virgo, operando a través
del dwad de Virgo, en el decanato de este signo. También se relaciona con
la casa 6 y el planeta Mercurio. Este aspecto ha sido llamado con
frecuencia "el quincucio de la salud", debido a su propensión a
desorganizar los patrones energéticos a nivel físico. Su presencia en la carta
natal debería alertarnos ante la posibilidad de un mal funcionamiento
somático, especialmente si los planetas involucrados se relacionan con las
casas 1, 6 o sus regentes. Normalmente experimentamos al quincucio
inferir a través de las frustraciones en nuestras actividades diarias
(especialmente laborales), hasta que aprendemos a realizar los ajusten
necesarios que nos convertirán en individuos mas competentes, eficientes,

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ordenados y perfeccionistas en alguna técnica o habilidad. Hasta que
analicemos lo que se requiere de nosotros aquí, estaremos fuera de foco y
un tanto indecisos sobre como corregir ciertos defectos menores que
mantienen las áreas problemáticas sin resolver, y nos sentiremos
incómodos con nosotros mismos. Debido a que el quincucio inferior tiene
un matiz de Mercurio fusionado en su naturaleza (que enlaza a su vez con
la cualidad mutable) señalará como y donde deberá realizarse un ajuste
mental, antes que los cabos sueltos sean conscientemente reconocidos y
claramente allanados, debemos discernir como podemos unir
armoniosamente nuestras fuerzas, para que funcionen de manera práctica y
operable. Nuestra percepción de las actitudes que necesitan cambios se irán
objetivando a través de las circunstancias diarias, y especialmente de
aquellas que ponen a prueba nuestra capacidad de servir y asistir a los
demás útilmente. El quincucio inferir nos enseña que el poder creativo,
alcanzado plenamente en la fase de trígono inferior, debe ser controlado
adecuadamente a través de la discriminación, si se quiere lograr un estado
de mayor perfección.
El quincucio superior se corresponde con el signo de Escorpio, operando a
través del dwad de Escorpio en el decanato de este signo. También se
conecta con la casa 8 y con Plutón. El quincucio superior ha sido llamado
"el quincucio de la muerte". Si no se reconoce el lado regenerativo de este
aspecto, la mayor parte de su autentico significado será
desafortunadamente pasado por alto. El foco de lo que debe corregirse es,
sin embargo, más psicológico y permanente en su funcionamiento, ya que
se asocia con el elemento agua y con la cualidad fija. Este quincucio nos
incita a sondear en lo profundo de nosotros mismos en un intento por
fortalecer la percepción ganada a través de la fase precedente de oposición,
sugiriendo que debemos comprobar las profundas implicaciones de nuestra
perspectiva interpersonal. Esto nos permite transmutar nuestra percepción a
niveles aún más elevados de conciencia. Sin embargo, el matiz Escorpio-
Plutón indica que debemos aspirar al autocontrol (o sea, desviar el poder
hacia nuestro interior) si deseamos que este aspecto beneficie a nuestro
crecimiento interior. El quincucio superior es un aspecto centrado en el uso
o en el abuso de los deseos intensos y de la voluntad emocional.
Deberemos realizar ajustes duraderos en el nivel de los sentimientos. Los
planetas implicados tendrán que transformarse mutuamente para poder
proveernos de los recursos internos sobre los que contar en los momentos
cruciales de necesidad.
Rara vez somos conscientes de estos ajustes psicológicos hasta que nos
vemos confrontados por crisis que nos crean trastornos emocionales (suele
ser a través de alguna separación o alejamiento forzoso más allá de nuestro
control). De otro modo, impera la tendencia a que las actitudes psicológicas
desorganizadas permanezcan encastradas en nuestro subconsciente,

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haciendo que los ajustes sean más difíciles de planificar y resolver. Llegará
el momento en que podremos valorarnos significativamente, y liberar las
fuerzas reprimidas que nos renovarán y rejuvenecerán, así como a quienes
entren en contacto con nosotros. Como este quincucio se refiere más a la
salud psíquica que al exclusivo bienestar del cuerpo, una reorganización
positiva conducirá a una integración más profunda del yo. Una vez que
aprendamos a alterar internamente lo que ya no posee valor para nuestro
crecimiento interior, nos sentiremos más capaces de renacer a nivel de
relación, allí es donde aprenderemos a ser más creativos en el compartir y
en el intercambio de energías. La vida nos forzará a sondear aquellas
actitudes personales que es mejor superar que retener.

LA OPOSICION

Un arco de 180° a partir del punto de inicio se corresponde con Libra,


operando a través del dwad de Libra, en el decanato de este signo. También
se relaciona con la Casa VII y con el planeta Venus.
Como sucede con la conjunción, la oposición no cae técnicamente en la
categoría de un aspecto normal creciente o menguante. También es
parcialmente compartida por ambos hemiciclos. Sin embargo, inicia el
hemiciclo menguante y se comportará mayormente como un aspecto
menguante cuando se esté separando. Por otra parte, una oposición
aplicativa operará mayormente como un aspecto creciente.
En las oposiciones aplicativas resulta más difícil compartir las energías de
la relación, debido al autointerés. Las oposiciones separativas reflejan una
percepción mayor de las funciones de ambos planetas y de cómo utilizar
esas energías en una relación con un sentido mayor del dar y del tomar. El
punto exacto de la oposición puede señalar un grado de iluminación que
permita al individuo observar las energías planetarias desde un punto de
vista más significativo y ventajoso. A partir de ese punto ya no se operará
más por instinto.
Quizás, las oposiciones separativas representan principios planetarios que
deben hacerse conscientes y altamente objetivados a través de la dinámica
de las relaciones.
Encuentro a la oposición muy intrigante en términos de su dinámica.
Aunque normalmente es menos autoinhibidora que la cuadratura, la
oposición todavía manifiesta mucha tensión en su intento por equilibrar los
impulsos polarizados representados por los planetas y los signos
implicados. Se trata de un aspecto que permite una plena percepción «cara
a cara» de las funciones de ambos planetas. Según la habilidad individual
para coordinar diestramente, la oposición puede producir un compromiso
satisfactorio en que las necesidades sean mutuamente satisfechas a través
de un intercambio complementario. Cuando están bien integrados, los

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planetas realzan sus funciones mutuamente, trabajando juntos para el
beneficio del todo. Normalmente, para que esto ocurra, el individuo debe
tener una actitud saludable y abierta con respecto a la naturaleza de ambos
planetas; valorando sus fuerzas y virtudes, y aprendiendo a servirse de ellos
en la vida de manera más igualitaria. Básicamente esto se produce porque
las oposiciones normales conectan signos que son naturalmente opuestos en
polaridad y que necesitan las energías del otro para actuar con eficiencia.
Sin embargo, cuando nos identificamos demasiado estrechamente con un
planeta a expensas del otro (el descuidado, el no valorado) el sutil
equilibrio requerido para una actividad constructiva se hace difícil de
alcanzar, y los resultados son falta de estabilidad, coordinación pobre, mala
regulación del tiempo, desacuerdo mutuo y acción separativa.
Pero el rasgo característico de la oposición que encuentro más interesante
es su capacidad para la proyección psicológica, en la cual la expresión del
planeta infravalorado es proyectada sobre otro individuo que deberá
entonces representar el papel de ese planeta. Por esa razón, las oposiciones
a menudo implican tensión en las relaciones (en contraste con la
cuadratura, que está más preparada para luchar consigo misma). Cuántos
más esfuerzos hagamos para bloquear o negar la actividad de ese planeta
infravalorado dentro de nuestra propia conciencia, más lo atraeremos (a
menudo a través de su expresión negativa) en otro individuo, quien tenderá
a aplicarlo de una forma que literalmente se opondrá a los impulsos del
planeta con el cual nos relacionamos personalmente. Si la resistencia ala
integración persiste, ambos planetas comenzaran a comportarse como
antagonistas, separándose y luchando constantemente entre sí. Así se pierde
la objetividad, y las relaciones resultan marcadas por conflictos, empates y
desavenencias. Al poseer matices librianos tan fuertes, la oposición indica
una indecisión que impide cualquier tipo de acción. En otras palabras, la
oposición puede inhibir en ciertos casos la efectividad, y convertirse en un
problema crónico. Aunque los planetas no pueden diluirse uno en el otro
como en el caso de la conjunción (ni están configurados para ello, puesto
que si así fuese la perspectiva más amplia que nos ofrece la oposición
desaparecería), pueden reforzar las necesidades del otro de forma
mutuamente agradable. Parecen funcionar de manera más equilibrada
cuando nos permitimos proyectar ambos planetas alternativamente de
forma que podamos atestiguar objetivamente cómo funcionan fuera de
nuestra propia conciencia. De esta manera, aprenderemos más acerca de
ellos a través de la expresión de los demás (quienes nos ofrecen nuevas
perspectivas acerca de cómo pueden desarrollarse los impulsos
planetarios). Normalmente tendemos a proyectar al planeta más lento de la
oposición (especialmente si pertenece a la Octava Superior), a menos que
esté conjunto al ASC, en la Casa I, o sea su regente. La oposición es quizás
el aspecto más propenso a la externalización de la tensión a través de las

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relaciones en su intento por promover una percepción mayor de nosotros
mismos con respecto a los demás.
Si las oposiciones son el aspecto dominante de un horóscopo, el individuo
se sentirá empujado en dos direcciones opuestas y tendrá dificultades en
emprender acciones decisivas en el curso de su vida. No se comprometerá
fácilmente con ningún interés específico a la manera concentrada y
decidida de la persona dominada por la conjunción. A la larga, tiende a ser
más rápidamente influenciado por su relación con el medio ambiente. Las
oposiciones que no están bien integradas indican una falta de
autodeterminación. El individuo no tiene ánimos para comenzar nada y
psicológicamente se apoya en los demás para que lo motiven a actuar. Es
muy probable que se comprometa con los demás según los términos que le
impongan para evitar conflictos en sus asociaciones aunque éstas
permanezcan desequilibradas. Sin embargo, el propósito mayor de las
oposiciones es aprender a compartirnos con los demás de manera sensible
permitiendo que exista un juego limpio, justicia y un toma y saca. No nos
beneficiamos si cedemos constantemente ante los demás y ante las
situaciones desafiantes sólo para evitar confrontaciones tensas. En algunos
casos (por ejemplo, oposiciones que comprendan a un Marte o aun Urano
en la Casa I), nosotros somos los que tenemos que aprender a integrarnos
con los demás ya cultivar las relaciones en vez de crear antagonismos.
Muchas oposiciones sugieren que la objetividad está bien desarrollada. Si
es así podemos utilizar nuestra perspectiva más amplia de la vida para ser
más conscientes de las necesidades ajenas. Las asociaciones serán muy
importantes para nuestro crecimiento ya que las oposiciones nos ayudarán a
comprender más sobre nosotros mismos a través de los contrastes que la
mayoría de las uniones presentan. Nuestras luchas internas saldrán a la luz
y se objetivarán con mayor facilidad a través de nuestra relación con los
demás. Al permitirnos asociarnos libremente, podremos llegar a
iluminarnos a nosotros mismos. Aunque una abundancia de oposiciones
describe una vida de muchos altos y bajos (ya que este aspecto tiende a la
vacilación ya la alternancia), también permiten que desarrollemos una
percepción profunda.
Por otra parte, si hay pocas oposiciones o incluso ninguna en una carta, la
persona deberá ser más consciente y considerada hacia los demás, así como
más dispuesta a implicarse en el medio social. La lección del compartir se
enfatizará en todas las uniones del individuo. Normalmente, incluso si
aparenta ser razonablemente social, esta clase de persona se sentirá de
alguna forma aislada de la influencia de los demás (debido a su inhibición
inconsciente). O se sentirá menos capacitada para tratar con efectividad los
conflictos que surjan en las relaciones de manera mutuamente satisfactoria,
ya que ha sido menos condicionada para cooperar y alcanzar un equilibrio
feliz. La falta de oposiciones puede sugerir que la persona no evaluará o

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deliberará antes de tornar un curso de acción en una situación. Debido a su
propia subjetividad o capacidad de observación pobre (las oposiciones
tienden a observar a la vida desde una distancia, lo que brinda una
perspectiva mayor, en lugar de tomar parte activamente en las
experiencias), no sintonizará fácilmente con las motivaciones que llevan a
los demás a actuar o reaccionar como lo hacen. O será menos propenso a
confrontar a la gente cara a cara cuando se trate de ajustes difíciles, por lo
tanto, a menudo enfrentará los problemas de forma indirecta. Dado que las
oposiciones nos permiten ver las distintas facetas de un asunto, este
individuo no estará abierto a los puntos de vista ya los temperamentos
opuestos al suyo. Necesitará aprender a verse en las relaciones y volverse
más consciente de cómo su propia naturaleza autocontrolada puede crearle
desequilibrio. Normalmente persigue a solas sus propios intereses sin
molestias de terceros, esta tendencia a implicarse demasiado consigo
mismo sofoca su potencial de crecimiento. Si realiza un esfuerzo más
consciente para salir de sí mismo, para cultivar alianzas constructivas y
para ayudar al desarrollo de los demás, se manifestará en él una armonía
mayor y un equilibrio interno.* Nuevamente, los factores compensadores
que equilibrarán este absorbente interés en sí mismo y esta perspectiva
estrecha de los demás, estarán indicados por un stellium en Libra, una Casa
VII fuerte, y/o una Venus prominente.
* Observe que todas las descripciones de este capítulo referidas a la falta de
algún aspecto hacen hincapié en que somos capaces de un desarrollo más
consciente de las cualidades asociadas con ese aspecto de manera positiva.
Debido a que normalmente sentimos un vacío aquí, tendemos a querer traer
más de lo que ese aspecto significa a nuestra conciencia en un intento por
sentirnos completos e integrados. Pero esto requiere de un esfuerzo y
aplicación consistentes, y debido a que intentamos volvemos más
concientes en esta dirección, solemos tener un mayor control sobre nuestra
expresión (ya que permanecer inconsciente implica poco control y escasa
libertad de la voluntad). Por eso, tales delineaciones no deberían sugerir
condiciones absolutas ni estáticas. Describen con mayor justeza nuestro
comportamiento inicial mientras crecemos y aprendemos a integrarnos. Así
pues, no se sorprenda si encuentra a una persona carente de oposiciones y
con un énfasis en Aries que insiste en manejar su propia vida, su
implicación consigo misma le resulta productiva, y tiene mucho cuidado de
no apoyarse o depender de los demás. Incluso puede parecer demasiado
confiado en sí mismo. Lo que esto nos dice es que tal individuo se ha
esforzado mucho en el curso de su vida por evocar tales características
debido a un deseo consciente por crecer más expansivamente, y de manera
más completa. Estos fenómenos también se pueden ver fácilmente en las
cartas natales que carecen de un determinado elemento o cualidad.

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