Está en la página 1de 4

El Códice Dresdense se llama así porque se

conserva en la ciudad alemana de Dresde. Tiene


39 hojas, divididas en dos partes en una forma tal
que permitiría leerlo tanto en el anverso como el
reverso. Los colores que tiene son el azul, el rojo
y el negro, y su contenido abarca dos secciones.
En la primera, se habla de dioses, astronimía,
ofrendas y temas femeninos. En la segunda, se
trata de tesmas relativos a la astronomía y a la
cronología.

El Códice Peresiano, llamado asimismo


Peresianus ode París, se denomina así porque
en él se localizó un trozo de papel europeo que
contiene signos indígenas y el apellido Pérez,
escrito en español. Cuando se le denomina de
París, ello obedece a que se lo conserva en la
Biblioteca Nacional de la capital francesa.
Consta de 22 páginas, recubiertas con betún
blanco, y encima estánlas figuras en los
colores café, verde, rojo y negro. Se sospecha
que su extensión abarcaba dos páginas más
que posiblemente se extraviaron. La
información que contiene es cronológica y
astro nómica.

El Códice Trocortesiano, tercero de estos materiales fue


conocido por Bourbourg en 1864, quien lo estudió. Se
trataba, sin embargo, de una versión incompleta, pues
en 1882 se localizó una parte que faltaba, y que consta
de 21 hojas. El nombre tiene la siguiente explicación El
primer propietario del texto fue Juan de Tro y Ortolano,
un profesor español. De aquí el morfema Tro. Cortesiano
se debe a que se cree que Hernán Cortes trasladó a
América a España esta reliquia documental. El contenido
es más variado y valioso que el de los otros dos. Se
ocupa de ritos, con valiosa información astronómica,
figuras de dioses, diseños de alimentos y de flores que
se ofrendaban a las divinidades. Luego, informa sobre
aspectos de la agricultura, para ocuparse, luego, de
datos de cronología y astronomía.
Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan hechos y circunstancias
históricas de la civilización maya. Escritos en lengua maya, por personajes
anónimos, durante los siglos XVI y XVII, en la península de Yucatán. A ese
nombre se le agrega el nombre de la población en donde fueron escritos, por
ejemplo, el Chilam Balam de Chumayel, etc.

Son fuente importante para el conocimiento de la religión, historia, folklore,


medicina, y astronomía maya precolombina.

Los libros del Chilam Balam fueron redactados después de la conquista española.
Durante la época colonial, la mayor parte de los
escritos y vestigios de la religión maya fueron
destruidos por los misioneros católicos
españoles, al considerar que tales vestigios
representaban influencias paganas y por tanto
nocivas para la catequización de los mayas. Los
libros Chilam Balam fueron escritos por los
mayas después de la conquista, presuntamente
propiciados por los europeos, por lo que en su
redacción se nota ya la influencia de la cultura
española, sobre todo en materia religiosa. Los
libros en su conjunto relatan acontecimientos de
relevancia histórica consignados conforme a los
katunes (períodos de 20 años) del calendario
maya. Los relatos dejan constancia de las
tradiciones religiosas del pueblo original, así
como de su devenir histórico. Algunos
historiadores piensan que los libros podrían
contener cierta información que habría
provenido, a través de la memoria colectiva, de
los escritos destruidos en el auto de fe de Maní del arzobispo Diego de Landa
(1524-1579).1

Popol Vuh

La expresión Popol Vuh está compuesta de los


términos en idioma k’iche’: Popol - reunión,
comunidad, casa común, junta y Wuj que
significa libro.

El Popol Vuh o Popol Wuj (el nombre k’iche’ se


traduciría como: Libro del Consejo o Libro de la
Comunidad) es una recopilación de varias
leyendas de los k’iche’, el pueblo de la cultura
maya demográficamente mayoritario en
Guatemala. El libro tiene un gran valor histórico, así como espiritual. Se le ha
llamado, erróneamente, Libro Sagrado o la Biblia de los mayas k'iche's. Es una
narración que trata de explicar el origen del mundo, la civilización y los diversos
fenómenos que ocurren en la naturaleza.1

Rabinal Achí

El Rabinal Achí es una obra literaria representativa de la cultura maya


prehispánica descubierta en Guatemala. Fue declarada Obra Maestra de la
tradición Oral e Intangible de la Humanidad, en 2005 por la Unesco, siendo inscrita
en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad.1

El nombre original en maya del Rabinal Achí es Xajooj Tun, que significa Danza
del Tun (tambor). Es un drama dinástico de los Maya Kek’ que data del siglo XV, y
un ejemplo raro de las tradiciones prehispánicas. En él
se mezclan mitos del origen del pueblo Q'eqchi' y las
relaciones político-sociales del pueblo de Rabinal, Baja
Verapaz, Guatemala, que son expresados por medio
de máscaras, danza, teatro y música. Este drama
sobrevivió en la clandestinidad desde 1625 hasta 1856,
hasta que el sacerdote francés Charles Étienne
Brasseur de Bourbourg lo tradujo, según la narración
en Achí de Bartolo Sis.

Memorial de tecpan atitlan


HISTORIA DEL MANUSCRITO CAKCHIQUEL Hemos explicado en otra parte1 los orígenes de la
escritura en América, especialmente en México y Guatemala, donde este arte casi divino alcanzó
su mayor desarrollo. Los escritores indígenas aprendieron rápidamente el uso del alfabeto
castellano, y ya sea obedeciendo a su propio deseo de conservar por escrito los hechos y leyendas
de sus antepasados que se venían transmitiendo por tradición oral y con el auxilio de pinturas, o
bien accediendo a los consejos de los misioneros católicos interesados en el conocimiento de la
antigüedad americana, compusieron las historias, libros y anales que forman la fuente y base
principal de nuestros conocimientos sobre la vida y cultura de los primitivos pobladores del
Continente. La literatura indígena de Guatemala ha contribuido al conocimiento de la antigüedad
americana con un gran libro, el Popol Vuh, que condensa en sus páginas las ideas cosmogónicas y
religiosas de las razas que poblaron el territorio que se extiende al sur de México, y cuya
mentalidad está impregnada de la cultura que propagó en aquella zona el gran civilizador tolteca
Quetzalcóatl. El pueblo quiché, cuyas tradiciones y antigua historia refiere el Popol Vuh, no fue el
único que desarrolló una cultura importante en Guatemala. A su lado, y rivalizando con él
constantemente, prospero la nación cakchiquel, que no era en rigor diferente de la quiché, y que,
al contrario, forma con ella una rama de la raza maya cuya maravillosa civilización brilló varias
siglos antes en la región, y presenta asimismo huellas de la influencia tolteca. Juntos peregrinaron
los dos pueblos desde el norte siguiendo el litoral del Golfo de México a través de la Península de
Yucatán hasta fijar su residencia en las tierras altas de la actual República de Guatemala, donde
vivieron bajo una misma organización social y política.

También podría gustarte