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Lev 23:5 En el mes primero, á los catorce del mes, entre las dos tardes,
pascua es de Jehová.
Lev 23:6 Y á los quince días de este mes es la solemnidad de los ázimos á
Jehová: siete días comeréis ázimos.
Lev 23:7 El primer día tendréis santa convocación: ningúna obra servil haréis.
Lev 23:8 Y ofreceréis á Jehová siete días ofrenda encendida: el séptimo día
será santa convocación; ninguna obra servil haréis.
Lev 23:9 Y habló Jehová á Moisés, diciendo:
Lev 23:10 Habla á los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la
tierra que yo os doy, y segareis su mies, traeréis al sacerdote un omer por
primicia de los primeros frutos de vuestra siega;
Lev 23:11 El cual mecerá el omer delante de Jehová, para que seáis aceptos:
el siguiente día del sábado lo mecerá el sacerdote.
Lev 23:12 Y el día que ofrezcáis el omer, ofreceréis un cordero de un año, sin
defecto, en holocausto á Jehová.
Lev 23:13 Y su presente será dos décimas de flor de harina amasada con
aceite, ofrenda encendida á Jehová en olor suavísimo; y su libación de
vino, la cuarta parte de un hin.
Lev 23:14 Y no comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este
mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto
perpetuo es por vuestras edades en todas vuestras habitaciones.
Lev 23:15 Y os habéis de contar desde el siguiente día del sábado, desde el
día en que ofrecisteis el omer de la ofrenda mecida; siete semanas
cumplidas serán:
Lev 23:16 Hasta el siguiente día del sábado séptimo contaréis cincuenta días;
entonces ofreceréis nuevo presente a Jehová.
Lev 23:17 De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida,
que serán de dos décimas de flor de harina, cocidos con levadura, por
primicias á Jehová.
Rev_14:4 Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son
vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos
fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el
Cordero.
Dios ha puesto su mano sobre todas las cosas, tanto en los hombres como en
sus posesiones, porque todo le pertenece. Él dice: Soy el dueño del mundo; el
universo es mío, y requiero que consagréis a mi servicio las primicias de todo
lo que he puesto en vuestras manos mediante mi bendición. La Palabra de
Dios declara: “No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar”. Éxodo
22:29. “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus
frutos”. Proverbios 3:9. El exige este tributo como una señal de nuestra
lealtad. { CMC 77.1; CS.72.1 }
Pertenecemos a Dios; somos sus hijos y sus hijas: Suyos por creación y suyos
por el don de su Hijo unigénito quien nos redimió. “¿Ignoráis... que no sois
vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios
en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios
6:19, 20. La mente, el corazón, la voluntad y los afectos pertenecen a Dios; y
el dinero que poseemos es del Señor. Todo bien que recibimos y que
disfrutamos es el resultado de la benevolencia divina. Dios es el magnánimo
dador de todo bien, y él desea que el receptor reconozca la procedencia de
esos dones que satisfacen toda necesidad del cuerpo y el alma. Dios pide tan
sólo lo que es suyo. La primera porción es del Señor y debe utilizarse como un
tesoro que él ha confiado. Cuando el corazón es privado de egoísmo despierta
a la realidad de la bondad y el amor de Dios, y es inducido a reconocer con
entusiasmo sus requerimientos justos.—The Review and Herald, 8 de
diciembre de 1896. { CMC 77.2; CS.72.2 }