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FILÓSOFOS

1. Immanuel Kant: Fue un filósofo prusiano de la Ilustración. Fue el primero y más


importante representante del criticismo y precursor del idealismo alemán. Es considerado
como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía
universal. Además se trata del último pensador de la modernidad, anterior a la filosofía
contemporánea que comienza en 1831 tras la muerte del pensador Hegel.

Entre sus escritos más destacados se encuentra la Crítica de la razón pura (Kritik der
reinen Vernunft) calificada generalmente como un punto de inflexión en la historia de la
filosofía. En ella se investiga la estructura misma de la razón. Así mismo se propone que
la metafísica tradicional se puede reinterpretar a través de la epistemología, ya que
podemos encarar problemas metafísicos cuando entendemos y relacionamos la fuente
con los límites del conocimiento.

Sus otras obras principales son la Crítica de la razón práctica, centrada en la ética; la
Crítica del juicio, en la que investiga acerca de la estética y la teleología y La metafísica
de las costumbres que tiene dos partes, una centrada en la ética, la doctrina de la virtud,
y la otra centrada en el ius, la doctrina del derecho

Kant adelantó importantes trabajos en los campos de la ciencia, el derecho, la moral, la


religión y la historia habiendo logrado, inclusive, un compromiso entre el empirismo y el
racionalismo. Aceptando que si bien todo nuestro conocimiento empieza con la
experiencia, no todo procede de ella dando a entender que la razón juega un papel
importante.

Kant argumentaba que la experiencia, los valores y el significado mismo de la vida serían
completamente subjetivos si no hubiesen sido subsumidos por la razón pura, y que usar
la razón sin aplicarla a la experiencia, nos llevaría inevitablemente a ilusiones teóricas.

Pensamiento

Todo aquel que se ocupe de filosofía moderna no puede dejar de lado a Kant; tal vez
haya que decir lo mismo de todo aquel que se ocupe de filosofía. Su obra es típicamente
alemana, muy elaborada y un tanto nebulosa. Encerrado en su gabinete, donde pasó su
larga vida de casi 80 años, cuidaba poco el filósofo del mundo banal, aun cuando lo
frecuentaba con placer.

Encasillado en su subjetividad, a la manera de Descartes, da a sus teorías una dirección


muy distinta a la del filósofo francés. Descartes se adentra en su yo, pero ha de encontrar
el camino para elevarse a Dios, y a un tiempo, para dar «certidumbre» al mundo físico o
de la res extensa. Kant, encerrado en un mundo fenoménico, ha de descalificar la
posibilidad de contactar a las cosas en sí mismas, sean las del mundo, la de Dios, o del
alma.

2. Nicolai Hartmann: En Filosofía, estimaba altamente la herencia de los antiguos


maestros, especialmente la de los pensadores griegos y veneraba, por encima de todo, al
gran Aristóteles, el Estagirita, el Filósofo por excelencia.

Consideraba a la filosofía existencial de Heidegger y de Sartre una moda pasajera. No


comprendía en absoluto a los que él denominaba “hombres del yo”, que tanta importancia
se dan a sí mismos y han pretendido poner el miedo a la muerte (Angst),
sistemáticamente sugerido e histéricamente exagerado, en el centro mismo de la
existencia. Rechazaba el culto semirreligioso que ya comenzaba a practicarse entre los
existencialistas. Tenía tal confianza en el espíritu, que no quiso desacreditar el
pensamiento lógico por la interferencia del sentimiento, de la palabra o de la acción.
Estaba íntimamente persuadido que cada época vive del espíritu atraviesa y configura la
Historia de la Humanidad. Sus principales obras fueron: Metafísica del conocimiento: dos
volúmenes, 1921; Etica., 1926; Ontología III: la fábrica del mundo real, 1940.

3. René Descartes: El padre de la filosofía moderna

Al menos desde que Hegel escribió sus Lecciones de historia de la filosofía, en general
se considera a Descartes como el padre de la filosofía moderna, independientemente de
sus muy relevantes aportes a las matemáticas y la física. Este juicio se justifica,
principalmente, por su decisión de rechazar las verdades recibidas, p. ej., de la
escolástica, combatiendo activamente los prejuicios. Y también, por haber centrado su
estudio en el propio problema del conocimiento, como un rodeo necesario para llegar a
ver claro en otros temas de mayor importancia intrínseca: la moral, la medicina y la
mecánica. En esta prioridad que concede a los problemas epistemológicos, lo seguirán
todos sus principales sucesores. Por otro lado, los principales filósofos que lo sucedieron
estudiaron con profundo interés sus teorías, sea para desarrollar sus resultados o para
objetarlo. Este es el caso de Pascal, Spinoza, Newton, Leibniz, Malebranche, Locke,
Hume y Kant, cuando menos. Sin embargo, esta manera de juzgarlo no debe impedirnos
valorar el conocimiento y los estrechos vínculos que este autor mantiene con los filósofos
clásicos, principalmente con Platón y Aristóteles, pero también Cicerón y Sexto
Empírico.19 Descartes aspira a «establecer algo firme y duradero en las ciencias». Con
ese objeto, según la parte tercera del Discurso, por un lado él cree que en general
conviene proponerse metas realistas y actuar resueltamente, pero prevé que en lo
cotidiano, así sea provisionalmente, tendrá que adaptarse a su entorno, sin lo cual su vida
se llenará de conflictos que lo privarán de las condiciones mínimas para investigar. Por
otra parte, compara su situación a la de un caminante extraviado, y así concluye que en
la investigación, libremente elegida, le conviene seguir un rumbo determinado. Esto
implica atenerse a una regla relativamente fija, un método, sin abandonarla «por razones
débiles»...

4. Gottfried Leibniz: Fue uno de los grandes pensadores de los siglos xvii y xviii, y se le
reconoce como el «último genio universal». Realizó profundas e importantes
contribuciones en las áreas de metafísica, epistemología, lógica, filosofía de la religión,
así como en la matemática, física, geología, jurisprudencia e historia. Incluso Denis
Diderot, el filósofo deísta francés del siglo xviii, cuyas opiniones no podrían estar en
mayor oposición a las de Leibniz, no podía evitar sentirse sobrecogido ante sus logros, y
escribió en la Encyclopédie: «Quizás nunca haya un hombre que haya leído tanto,
estudiado tanto, meditado más y escrito más que Leibniz... Lo que ha elaborado sobre el
mundo, sobre Dios, la naturaleza y el alma es de la más sublime elocuencia. Si sus ideas
hubiesen sido expresadas con el olfato de Platón, el filósofo de Leipzig no cedería en
nada al filósofo de Atenas».

El pensamiento filosófico de Leibniz aparece de forma fragmentada, ya que sus escritos


filosóficos consisten principalmente en una multitud de textos cortos: artículos de revistas,
manuscritos publicados mucho después de su muerte y gran cantidad de cartas con
múltiples personas. Escribió únicamente dos tratados de filosofía, y el que se publicó
durante su vida, la Théodicée de 1710, es tanto teológico como filosófico.

El propio Leibniz fecha su inicio como filósofo con su Discurso de metafísica, el cual
elaboró en 1686 como un comentario a una disputa entre Malebranche y Antoine Arnauld.
Esto condujo a una extensa y valiosa disputa con Arnauld;1516 dicho comentario y el
Discurso no se publicaron sino hasta el siglo xix.

5. Christian Wolff: fue un filósofo alemán que tuvo una destacada influencia en los
presupuestos racionalistas de Kant. No obstante, su racionalismo está más cerca de
Descartes que de Leibniz.

El trabajo fundamental de Wolff fue la divulgación e interpretación de la filosofía de


Leibniz, aunque se aparte de la idea de la mónada y sustituya la armonía preestablecida
por la teoría de Spinoza de la correspondencia entre orden del pensamiento y de la
realidad. Las controversias entre católicos y protestantes, por un lado, y por otro, sobre
todo, Leibniz y Descartes le inspiraron su método filosófico; es decir, quería que fuese el
mismo que el de las matemáticas. Con ello queda Wolff inscrito en el más agudo
racionalismo; bienintencionado y poco original, con poderosa capacidad de
sistematización, se limitó a difundirlo en sus clases y manuales, con más profundidad que
el llamado movimiento de la Ilustración en el s. XVIII.
6. Pirrón de Elis: fue un filósofo griego de la Antigüedad clásica, a quien se considera el
primer filósofo escéptico, e igualmente la inspiración de la escuela conocida como
pirronismo fundada por Enesidemo en el siglo I a. C. Era natural de Elis –ciudad
provincial al noroeste del Peloponeso, Grecia–. Hizo de la duda el problema central de
toda su filosofía. El único testimonio escrito de la obra pirrónica es una oda laudatoria
dedicada a Alejandro Magno. El legado de su doctrina filosófica, recogido por su discípulo
Timón el Silógrafo nos ha llegado principalmente a través de Sexto Empírico. Según su
testimonio, Pirrón era tan radical en su postura que negaba que se pudiera llegar a los
primeros principios de la deducción aristotélica (aunque no era tan radical como
Antístenes, que renunció a toda clase de filosofía).

7. Arcesilao: fue un filósofo griego y uno de los fundadores de la denominada Academia


platónica media o segunda.

Academia platónica, en un mosaico de Pompeya

Discípulo de Teofrasto, Polemón, Crantor de Cilicia y Crates de Triasio, fue el sucesor de


este último en la Academia, y el autor de su transformación, que se caracteriza por
debilitar las afirmaciones positivas de Platón recuperando el escepticismo y poniendo de
nuevo en boga el método socrático, mediante el empleo la ironía, la interrogación y la
duda en las controversias filosóficas. Sin embargo, su escepticismo no se extiende al
orden moral, sino que se limita al orden especultativo y metafísico.

Si Sócrates había dicho: «sólo sé una cosa, y es que no sé nada»; Arcesilao añade: «ni
aun sé de cierto que no sé nada». En ética, Arcesilao también se distingue por reducir la
doctrina platónica del «entusiasmo» a la de la imperturbabilidad del ánimo.

8. Carneades: filósofo y orador de la Antigua Grecia. Nació en la colonia griega de


Cirene, convirtiéndose más tarde en ciudadano de Atenas. Fue director de la Academia
desde ca. 160 a. C. hasta ca. 137 a. C., fundando la tercera Academia después de haber
oído las lecciones de Hegésimo.

Sus doctrinas filosóficas fueron difundidas por su discípulo Clitómaco, dado que él no las
publicó. Carnéades era contrario a todo dogmatismo, sosteniendo tanto la imposibilidad
de la certeza total como de la incertidumbre completa, así como la de llegar al
conocimiento de la divinidad, de igual modo negaba la posibilidad del conocimiento cierto
y el carácter científico de las leyes naturales. Sus ideas fueron rebatidas con ingenio por
San Agustín en su obra Contra los académicos, ya que estos académicos negaban la
posibilidad de conocer la verdad, pero afirmaban que se podían conocer las cosas por
probabilidad o verosimilitud (es decir, por semejanza a la verdad); por eso, en la obra
mencionada, a un discípulo suyo que defiende a los académicos le responde: «...son
dignos de risa tus académicos, que en la vida quieren seguir lo verosímil, lo semejante a
la verdad, ignorando ésta» (II, 7, 19). Aunque finalmente San Agustín sostiene que es «el
secreto de Arquesilao» el que les hace aparentar la duda universal o relativa.

9. Enesidemo: fue un filósofo griego.

Formó parte de la Academia platónica de Atenas, que en su tiempo adoptaba una


orientación estoica que no aceptaba Enesidemo. Formó entonces su propia escuela en
Alejandría para enseñar el pirronismo frente al estoicismo. Escribió una obra titulada
Discursos pirrónicos, donde plasmó su filosofía mediante la sistematización de los
argumentos (tropos) del escepticismo para tratar de demostrar la imposibilidad del
conocimiento verdadero. Por sus esfuerzos para devolver el escepticismo a la genuina
formulación de Pirrón fue considerado como el «segundo fundador de la escuela
escéptica».

10. Sexo Empírico: médico y filósofo griego, es uno de los más importantes
representantes del escepticismo pirroniano y fuente de la mayoría de datos referentes a
esta corriente filosófica. En las obras conservadas de Sexto el Empírico, Bosquejos
pirrónicos y Contra los matemáticos, se encuentra un compendio de todos los
argumentos con que el escepticismo de la época clásica refutaba las ideas de la filosofía
“dogmática” sobre la posibilidad del saber demostrativo indiscutible. Al pretender
demostrar la imposibilidad de las verdades científicas, teológicas, éticas, &c., obligatorias
para todos, Sexto el Empírico recomendaba abstenerse de tomar resoluciones, de
adquirir saber, para alcanzar de este modo el equilibrio anímico y la felicidad, en los que
se cifra el objetivo de la filosofía. Sexto el Empírico proponía guiarse, en la vida, por las
necesidades naturales, por las propias inclinaciones, costumbres, leyes, tradiciones y,
ante todo, por el sentido común habitual.

11. Montaigne: Eclecticismo de Montaigne

Su eclecticismo se reflejará en su obra fundamental los “Ensayos” que irá escribiendo a lo


largo de su vida, y a la que irá añadiendo escritos de muy diversa, tanto en temática
como en opinión. Lo cual permite considerarle desde muchas perspectivas, pero, sobre
todo, caber destacar su papel como uno de los más destacados redescubridores del
escepticismo helénico a partir de la lectura de los “Esbozos pirrónicos” de Sexto Empirico.

Pese a sus labores públicas y políticas, pasaba la mayor parte de su tiempo en la


biblioteca que había acondicionado en una de las torres de su castillo.

Era un gran lector, anotaba comentarios en sus lecturas, y las reflexiones que realizaba a
partir de las mismas y de los autores clásicos que prefería las dictaba a un secretario
encargado de recogerlas por escrito.
12. David Hume: fue un filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés, constituye
una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa.

Hume afirma que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia


sensible. Sus obras principales son: Tratado de la naturaleza humana (1739) e
Investigación sobre el entendimiento humano (1748).

Hume estuvo fuertemente influido por los empiristas John Locke y George Berkeley, así
como por varios escritores franceses como Pierre Bayle, y algunas figuras del panorama
intelectual anglófono como Isaac Newton, Samuel Clarke, Francis Hutcheson y Joseph
Butler.

Ideas e impresiones

Hume cree que todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras
percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse en dos categorías: ideas e
impresiones. Así define estos términos en Investigación sobre el entendimiento humano:

«Con el término impresión me refiero a nuestras percepciones, cuando oímos, o vemos, o


sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos. Y las impresiones se distinguen de las
ideas, que son impresiones menos vívidas de las que somos conscientes cuando
reflexionamos sobre alguna de las sensaciones anteriormente mencionadas».

Más adelante precisa el concepto de las ideas, al decir:

«Una proposición que no parece admitir muchas disputas es que todas nuestras ideas no
son nada excepto copias de nuestras impresiones, o, en otras palabras, que nos resulta
imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad, mediante nuestros
sentidos externos o internos».

Esto constituye un aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a


decir que no podemos tener la certeza de que una cosa, como Dios, el alma o el yo,
exista a menos que podamos señalar la impresión de la cual, esa idea, se deriva.

A esta distinción se la llama Tenedor de Hume.

13. Augusto Comte: fue un filósofo francés, considerado el creador del positivismo y de
la sociología.

Junto con Augustin Thierry, fue secretario del conde Henri de Saint-Simon durante siete
años y ambos se separaron de él, debido a las muchas discrepancias que surgieron,
entre ellas destaca el intento de Saint-Simon de atribuirse la obra Plan des travaux
scientifiques nécessaires pour réorganiser la société, en la que Comte desarrolló su teoría
general, diacrónica y heurística de la ley de los tres estados. Después de esta ruptura,
Comte inició una etapa que calificó de «higiene cerebral» para alejarse de la influencia de
las ideas de Saint-Simon.

Creó la palabra altruismo en función de lo cual vivió: dio clases gratis de astronomía y
escribió una enciclopedia de varios. Su filosofía tuvo gran influencia, incluso en la
fundación de países, como es el caso de Brasil, en cuya bandera se lee orden y progreso,
parte de la tríada filosófica de Comte (altruismo, orden, progreso).

14. Heriberto Spencer: fue un naturalista, filósofo, sociólogo, psicólogo y antropólogo


inglés.

Spencer desarrolló una concepción omnímoda de la evolución como el desarrollo


progresivo del mundo físico, los organismos biológicos, la mente humana, la cultura
humana y las sociedades. Era «un exponente entusiasta de la evolución», e incluso
«escribió acerca de la evolución antes de que lo hiciera Darwin».1 Como polímata,
contribuyó a una amplia gama de temas, incluyendo la ética, la religión, la antropología, la
economía, la teoría política, la filosofía, la literatura, la astronomía, la biología, la
sociología y la psicología. Durante su vida alcanzó una tremenda autoridad, sobre todo en
el ámbito académico de habla inglesa. «El único otro filósofo inglés en haber logrado tal
popularidad generalizada fue Bertrand Russell, y que fue en el siglo XX».2 Spencer era
«el intelectual europeo más famoso en las últimas décadas del siglo XIX»,34 pero su
influencia se redujo drásticamente después de 1900: «¿Quién lee ahora Spencer?»
preguntó Talcott Parsons en 1937.56

15. Oswaldo Splenger: fue un filósofo e historiador alemán, recordado principalmente


por su obra La decadencia de Occidente.

En su ensayo La decadencia de Occidente (1.er volumen 1918 y 2º volumen 1923)


pretendía llevar a cabo un estudio de las formas subyacentes a los acontecimientos
concretos, de la macroestructura dentro de la cual fluyen todos los acontecimientos
históricos particulares. Spengler presentaba la historia universal como un conjunto de
culturas (Antigua o Apolínea, Egipcia, India, Babilónica, China, Mexicana, Occidental o
Fáustica) que se desarrollaban independientemente unas de otras —como cuerpos
individuales— pasando a través de un ciclo vital compuesto por cuatro etapas: Juventud,
Crecimiento, Florecimiento y Decadencia, como el ciclo vital de un ser vivo, que tiene un
comienzo y un fin determinados. Además, cada una de las etapas que conformaban el
ciclo vital de una cultura presentaba, según el esquema spengleriano, una serie de
rasgos distintivos que se manifestaban en todas las culturas por igual enmarcando los
acontecimientos particulares. Con base en este esquema y aplicando un método que él
llamó la “morfología comparativa de las culturas”, Spengler proclamó que la cultura
Occidental se encontraba en su etapa final, es decir, la decadencia, y afirmó que era
posible predecir los hechos por venir en la historia del Occidente.
16. Willian James: William James (1842-1910) fue un importante filósofo y psicólogo
que, que junto con Charles Sanders Peirce, fundó la escuela filosófica del pragmatismo,
que sostiene que el significado de una idea debe buscarse en sus efectos prácticos, que
la función del pensamiento es guiar la acción, y que la verdad debe ser probada por las
consecuencias prácticas de la creencia.

17. Friedrich Schiller: fue un poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán. Se le


considera, junto a Goethe, el dramaturgo más importante de Alemania,1 así como una de
las figuras centrales del clasicismo de Weimar. Muchas de sus obras de teatro
pertenecen al repertorio habitual del teatro en alemán. Sus baladas se cuentan entre los
poemas más famosos.

18. Federico Nietzsche: fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado
uno de los pensadores más influyentes del siglo XIX.

Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la


genealogía de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes
morales (positivas y negativas) hacia la vida.1 Este trabajo afectó profundamente a
generaciones posteriores de teólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos,
politólogos, historiadores, poetas, novelistas y dramaturgos.

Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada
en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de
muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte.

Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la


temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que
introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del
siglo XX, en autores tales como Martin Heidegger, Michel Foucault, Jacques Derrida,
Gilles Deleuze, Georges Bataille, Gianni Vattimo o Michel Onfray, entre otros.

19. Hans Vaihinger: fue un filósofo alemán, más conocido como un alumno de Kant y por
su Philosophie des Als Ob (La filosofía del «como si», 1911).

Vaihinger nació en Nehren, Württemberg, Alemania, cerca de Tübingen, y creció en lo


que él describió como un "entorno muy religioso". Fue educado en Tübingen, Leipzig, y
Berlín, se convirtió en un tutor y más tarde en profesor de filosofía en Estrasburgo antes
de trasladarse a la universidad en Halle en 1884. Desde 1892, se convirtió en profesor
titular.

En Philosophie des Als Ob, discutió que los seres humanos nunca pueden saber
realmente la realidad subyacente del mundo, y que como resultado construimos sistemas
de pensamiento y entonces asumimos que estos encajan con la realidad: nos
comportamos "como si" el mundo encajara en nuestros modelos. En particular, usó
ejemplos de las ciencias físicas, como los protones, los electrones, y las ondas
electromagnéticas. Ninguno de estos fenómenos ha sido observado directamente, pero la
ciencia aparenta que existen, y usa observaciones hechas en estas suposiciones para
crear nuevas y mejores estructuras.

20. Georg Simmel: fue un filósofo y sociólogo alemán.

Bases de la teoría de Simmel

Niveles de preocupación

Hay cuatro niveles básicos de preocupación en el trabajo de Simmel. Primero, sus


supuestos sobre los mecanismos psicológicos de la vida social. Segundo, su interés en
los mecanismos sociológicos de las relaciones interpersonales. Tercero, su trabajo en
sobre estructura y cambios en el Zeitgeist, el espíritu social y “cultural” de su tiempo.
También adoptó el principio de aparición, la idea de que los niveles más altos emergen de
los niveles más bajos. Finalmente, trató sobre sus puntos de vista sobre la naturaleza y el
destino inevitable de la humanidad. Su trabajo más microscópico trató sobre las formas
de interacción que tienen lugar entre diferentes tipos de personas. Las formas incluyen
subordinación, superordinación, intercambio, conflicto y sociabilidad.5

Pensamiento dialéctico

Un enfoque dialéctico es multicausal, multidireccional, integra hechos y valores, rechaza


la idea de que hay líneas divisorias duras entre los fenómenos sociales. Se centra en las
relaciones sociales, no sólo en el presente, sino también en el pasado y el futuro. Está
profundamente centrado en los conflictos y contradicciones. La sociología de Simmel se
refiere a las relaciones, en especial a la interacción, por lo que fue conocido como un
relacionista metodológico. Su principio es que todo interactúa de algún modo con todo lo
demás. Simmel estuvo interesado principalmente en los dualismos, conflictos y
contradicciones en cualquier ámbito del mundo social en que se desempeñó.5

Conciencia individual

Simmel se centró en las formas de asociación y prestó poca atención a la conciencia


individual. Creía en la conciencia creativa, creencia que se puede encontrar en diversas
formas de interacción, en la capacidad de los actores para crear estructuras sociales y en
los efectos desastrosos que esas estructuras tenían en la creatividad de los individuos.
Simmel también creía que las estructuras sociales y culturales llegaban a tener una vida
propia. 5
Sociabilidad

Para Simmel, las formas de asociación hacen que una mera suma de individuos
separados se convierten en una sociedad, a la que describe como una unidad superior
compuesta por individuos. Estaba especialmente fascinado, al parecer, por el impulso de
la sociabilidad en el ser humano, que ha calificado de "asociaciones ... [a través de las
cuales] la soledad de los individuos se resuelve en la unión, una unión con los demás".5

Influencia

Resulta notable observar la influencia de su pensamiento en la cultura científica y


filosófica alemana del siglo XX. Figuras tan diferentes como Weber, Heidegger, Jaspers,
Lukács, Bloch, Emil Cioran entre otros, fueron claramente influidos por su obra. Los
teóricos de la Escuela de Francfort, Hans Freyer y Max Scheler son también sus
herederos intelectuales. Kurt Heinrich Wolff, presidente del Comité de Investigación en
Sociología del Conocimiento de la Asociación Internacional de Sociología, contribuyó a
traducir a Simmel del alemán al inglés y difundir sus escritos en los Estados Unidos.

21. John Locke: fue un filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más
influyentes pensadores del empirismo inglés y conocido como el «Padre del Liberalismo
Clásico».123 Fue uno de los primeros empiristas británicos. Influido por las ideas de
Francis Bacon, realizó una importante contribución a la teoría del contrato social. Su
trabajo afectó en gran medida el desarrollo de la epistemología y la filosofía política. Sus
escritos influyeron en Voltaire y Rousseau, pensadores de la Ilustración francesa, así
como los revolucionarios estadounidenses. Sus contribuciones al republicanismo clásico
y la teoría liberal se reflejan en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y
la Declaración de Derechos de 1689.

22. Hegel: fue un filósofo alemán. Recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de
la Iglesia Protestante en Wurtemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich
Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles,
Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución Francesa, la cual acabó
rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino. Murió víctima de una
epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831. Fue el padre
del historiador Karl von Hegel (1813-1901).

Considerado por la historia clásica de la filosofía como el representante de «la cumbre del
movimiento decimonónico alemán del idealismo filosófico» y como un revolucionario de la
dialéctica, habría de tener un impacto profundo en el materialismo histórico de Karl Marx.
La relación intelectual entre Marx y Hegel ha sido una gran fuente de interés por la obra
de Hegel. Su pensamiento generó una serie de reacciones y revoluciones que van desde
la explicación del materialismo marxista, el preexistencialismo de Søren Kierkegaard, el
escape de la Metafísica de Friedrich Nietzsche, la crítica a la Ontología de Martin.

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