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Sección 4.

Es en el Hemisferio Norte donde la tundra se extiende formando una franja continua


que rodea al Océano Ártico (es uno de los biomas que presenta una distribución
zonal, dependiente de la latitud, más clara). Ocupa las regiones del norte de Alaska,
de Canadá, de Escandinavia y de Siberia, además de las islas del Ártico ( aunque
en Groenlandia solo pertenecen a la tundra las zonas costeras pues el interior está
ocupado por los glaciares).Todas estas regiones se encontraban hace 15000 años
ocupadas por los hielos de la última glaciación (y la tundra se extendía más al sur,
por gran parte de Eurasia y Norteamérica), por lo que el paisaje de la actual tundra
presenta un relieve bastante suavizado, moldeado por los glaciares. La
meteorización está determinada por el hielo y deshielo estacionales (formación de
suelos poligonales, deslizamientos por solifluxión). Los suelos, poco evolucionados,
presentan una lenta alteración química debido a las bajas temperaturas, y cuando
se acumula la materia orgánica (en las zonas húmedas con más vegetación) ésta
se transforma muy lentamente, acumulándose como humus bruto de tipo turba. Son
suelos pobres en nutrientes y, como ya comentamos anteriormente,
permanentemente congelados en profundidad.

El bioma tundra se compone de páramos extremadamente fríos, con abundancia de


rocas, pero sin mucha vegetación. En este bioma en particular casi no hay árboles,
pues la zona es, a menudo, muy fría y seca, y las temperaturas no se calienta lo
suficiente fundir completamente la nieve. Se pueden desarrollar zonas fangosas
como parte del hielo derretido (Ibañez, 20018)

Groenlandia es uno de los lugares en los que más personas piensan cuando se
habla de un bioma tundra, también piensan en las áreas de Alaska, sin embargo,
existen zonas al norte de Canadá y Rusia que son un bioma tundras. La tundra se
encuentra, principalmente, en áreas donde la mayoría de la gente nunca ha ido,
pues estas condiciones de vida son demasiado fuertes para que podamos
prosperar. (pedia, 2012)
El manto de hielo de Groenlandia se derrite a un paso acelerado.

Según se registró en 2016 este


hecho empezó antes y fue más
extremo que nunca. Una de las
consecuencias de este
derretimiento es un medio
ambiente marino menos salado
en algunas áreas por la llegada
de agua dulce. Son muchos los
datos que indican que el agua
dulce está cambiando los patrones de circulación oceánica locales del norte. Es
posible que el impacto de esta agua sea mayor y afecte también a los patrones de
circulación del Atlántico Norte, no obstante, esto es muy difícil de rastrear y
cuantificar. (Greenpeace, 2016)

Creciente pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártica

Tanto los mantos de hielo de Groenlandia como de la Antártica han perdido masa
desde por lo menos principios de los años noventa. El 4IE del IPCC informó que la
tasa de aumento del nivel del mar era de 0,41 ±0,4 mm/año a partir de los mantos
de hielo durante 1993–2003, mientras que un cálculo más reciente realizado por
Church et al. en 2011 arroja entre 1,3 y ±0,4 mm/año durante el período 2004–08.
Esto significa que la velocidad de pérdida de masa de los mantos de hielo se ha
acelerado en las últimas dos décadas, según se calcula a partir de la combinación
de mediciones gravimétricas satelitales, sensores satelitales y métodos de balance
de masa (Velicogna, 2009; Rignot et al., 2011). En la actualidad, las pérdidas de
hielo se distribuyen más o menos equitativamente entre Groenlandia y la Antártica.
En su revisión más reciente de las observaciones (figura 9)
Figura 9: Balance total de masa de mantos de
hielo, dM/dt, entre 1992 y 2010, para (a)
Groenlandia, (b) Antártica y (c) suma de
Groenlandia y Antártica, en Gt/año según el
método de cálculo de masa (MBM) (círculo
negro sólido) y la gravedad variable-en el
tiempo GRACE (triángulo rojo sólido), con
barras de error asociadas.

Rignot y colegas (Rignot et al., 2011) sostienen que, de continuar la actual


aceleración, los mantos de hielo por sí solos contribuirían hasta en 56 centímetros
al aumento del nivel del mar en 2100. Si la actual tasa de pérdida continúa, pero sin
acelerarse aún más, dichos mantos aportarían 13 centímetros en 2100. Es
necesario considerar que estas cifras son simples extrapolaciones en el tiempo de
las tendencias observadas en este momento y, por lo tanto, no pueden proporcionar
estimaciones absolutas para las proyecciones de lo que podría suceder en 2100.
Las observaciones de la era pre-satelital, complementadas por modelos climáticos
regionales, indican que el manto de hielo de Groenlandia contribuyó
moderadamente al aumento en el nivel del mar en los años sesenta y hasta
principios de los años setenta, pero se mantuvo en equilibrio hasta comienzos de
los años noventa, cuando nuevamente comenzó a perder masa, ahora con mucha
más fuerza (Rignot, Box, Burgess y Hanna, 2008). Observaciones anteriores de
fotografías aéreas en Groenlandia suroriental apuntan a un repliegue a gran escala
de los glaciares en los años 1930, cuando las temperaturas atmosféricas
aumentaron a tasas similares a las actuales (Bjørk et al., 2012). En ese momento,
muchos glaciares que terminaban en la tierra se retrajeron con mayor rapidez que
en los años 2000, mientras que los glaciares que llegaban al mar, que agotan más
hielo interior, en esa misma zona se replegaron más rápido en el período reciente.
Bjørk y colegas comentan que esta observación puede tener consecuencias a la
hora de estimar el aporte futuro de Groenlandia al aumento del nivel del mar. Las
recientes observaciones indican que, en este momento, la pérdida de masa del
manto de hielo de Groenlandia se reparte de manera equitativa entre mayor
derretimiento superficial y más descarga dinámica de hielo al océano (Van den
Broeke et al., 2009). Aunque está claro que el derretimiento superficial continuará
aumentando en el contexto del calentamiento global, ha habido más debate
respecto del curso de la descarga dinámica de hielo, cuya comprensión a nivel físico
aún es limitada. Muchos glaciares que llegan al mar han acelerado su movimiento
(y casi duplicaron la velocidad de flujo) y se han replegado desde fines de los años
noventa (Moon, Joughin, Smith y Howat, 2012; Rignot y Kanagaratnam, 2006). Hoy
existe consenso en torno a que estos repliegues se desencadenan al final de los
glaciares, por ejemplo, cuando se desprenden las lenguas de hielo flotante (Nick,
Vieli, Howat y Joughin, 2009). Las observaciones de la intrusión de aguas oceánicas
relativamente cálidas en los fiordos de Groenlandia (Murray et al., 2010; Straneo et
al., 2010) confirman esta teoría. Otra posible explicación de la reciente aceleración
del flujo, a saber, la lubricación basal con agua de fusión, no parece ser un
mecanismo central a la luz de las recientes observaciones (Sundal et al., 2011) y
teorías (Schoof, 2010). El aumento del derretimiento superficial ocurre
principalmente en los bordes del manto de hielo, donde la baja elevación permite
temperaturas atmosféricas relativamente cálidas. Mientras la zona de derretimiento
de Groenlandia ha ido en aumento desde los años setenta (Mernild, Mote y Liston,
2011), estudios recientes también muestran un período de mayor deshielo entre
principios de los años veinte y comienzos de los sesenta. La actual área de deshielo
es similar en magnitud a ese período más temprano. Hay indicios de que la
extensión del derretimiento de mayor magnitud en los últimos 225 años se ha
producida en la última década (Frauenfeld, Knappenberger y Michaels, 2011). El
excesivo deshielo superficial ocurrido a principios de julio de 2012, cuando alrededor
del 97% de la superficie del manto se había derretido ya el 12 de julio (figura 10),
más que el típico patrón de descongelamiento en torno a los bordes del manto de
hielo, representa un suceso raro, pero no inédito. Los núcleos de hielo de la parte
central del manto muestran que, históricamente, se han producido deshielos
similares, el último de los cuales tuvo lugar en 1889 y los anteriores, varios siglos
antes (Nghiem et al., 2012). La creciente vulnerabilidad al calentamiento del manto
de hielo de Groenlandia es visible en las tendencias y sucesos informados aquí: en
el rápido crecimiento de la zona de derretimiento observado desde los años setenta
y el récord de deshielo de la superficie registrado a principios de julio de 2012.
(Potsdam, 2012)
Bibliografía
Greenpeace. (abril de 2016). Lo que pasa en el artico, no se queda en el artico . Obtenido de Lo que
pasa en el artico, no se queda en el artico: file:///D:/ArticoES02.pdf

Ibañez, J. J. (10 de Mayo de 20018). La tundra (bioma tundra). Obtenido de La tundra (bioma
tundra): http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2008/05/10/91423

pedia, B. (2012). biopedia. Obtenido de biopedia: https://www.biopedia.com/tundra/

Potsdam. (noviembre de 2012). bajemos la temperatura . Obtenido de bajemos la temperatura :


http://documents.worldbank.org/curated/en/688191468167056507/pdf/632190v20SPAN
I00heat0report0Spanish.pdf

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