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mayo 1978 BIS- información gráfica de actualidad

Rafael MsneoI Mario GandelsonasI Oriol Bohigas


Peter Eisenmani Helio Piñón1Anthony Vidler
Durante los últimos años, la sensación
de que nos encontrarnos ya «after modern
architecture)) ha sido la base de una polé-
mica en la cual han intervenido personas y
grupos de muy distintas tendencias e inclu-
so desde puntos de vista opuestos dentro
del panorama crítico y profesional.
En febrero de I977 la revista Oppositions
convocó una reunión en Nueva York sobre
este tema, a la cual concurrieron las revistas
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Lotus, Controspazio, Architecture-Mou-


vement-Continuité y Arquitecturas-bis. Ca-
sigue en iu úitimu página

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"I i

ENTRADOS YA EN EL
ULTIMO CUARTO DE SG
I LOmmm
por Rafael Moneo arqto.

Entrados ya en el Último de asumir su propia identi- exclusiva y estrictamente fun-


cuarto del siglo, lo ocurrido dad, capaz de tomar un cional; en una operación
hasta ahora en el campo de nombre. de rescate del significado,
la arquitectura, si hubiera La conciencia de que es- olvidado por una arquitec-
que reducirlo a la más con- tamos ya ((after modern ar- tura que, con la fantasía de
densada de las historias, chitecture)), de que el perio- la metáfora maquinista,
bien pudiera tomar esta for- do heroico en el que se lu- creía poder prescindir de él,
ma: el primer cuarto de siglo chaba por un común y gené- Kahn dejó puestos los ci-
contempla la lucha enta- rico ideal de ((arquitectura mientos de este ataque al
blada por los arquitectos moderna)) ha desaparecido movimiento moderno que
modernos para imponer para siempre, es un amplio estamos viviendo ahora.
una sensibilidad paralela a sentimiento que comparten Pero Venturi será, más
la que se vislumbra en cual- las más distintas tenden- tarde, quien haga explícito
quier otro campo de acti- cias y quizá sea el momen- el ataque al explicar la fala-
vidad, de la pintura a la to de hacer constar algo que cia en la que el movimiento
poesía, de la física a la mú- caracteriza ya a estos años; moderno cae al querer que
sica, y la publicación del li- el hecho de que las nue- la arquitectura se produzca
bro de Le Corbusier ((Vers vas generaciones no son lo como onomatopéyica traduc-
une Architecture)), 1924 homogéneas que lo fueron ción de la función en la for-
puede ser utilizado como en el pasado, cuando el mo- ma y poner de manifiesto
clara muestra de que la acti- vimiento moderno herma- claramente que los proble-
tud que los arquitectos mo- nó a tanta arquitectura que mas formales no están biuní-
dernos defendían estaba ya hubo quien propuso para vocamente relacionados con
en condiciones, en aquellos ella el calificativo de inter- la función mediante aquella
años, de ser presentada co- nacional. relación de causa-efecto
rno un programa; el segun- El movimiento moderno tantas veces deseada.
do cuarto ve como estas ha sufrido, pues, una durí- ((Nuestro punto de vista
tendencias se consolidan y sima crítica desde todos los -escribe en Learning from
son finalmente aceptadas lo frentes. Sus valores, sus Las Vegas- es que el conte-
cual se pone de manifiesto principios, sus métodos, han nido del movimiento mo-
cuando, terminada la Se- sido objeto de un feroz ata- derno no se produjo inevita-
gunda Guerra Mundial, el que. Función, tecnología, blemente desde la solución
edificio institucional de ma- sociedad, como soportes de dada a los problemas fun-
yor rango, el edificio de las la arquitectura, principios cionales sino como reflejo
Naciones Unidas, es cons- básicos en los que ésta se de las inexplicadas prefe-
truido en términos de absolu- apoyaba, han sido negados. rencias iconográficas de los
ta e incontestada modernidad Y curiosamente en este cons- arquitectos poniéndose de
(bastaría pensar en lo ocu- ciente rechazo del movimien- manifiesto a través de un
rrido con la Sociedad de Na- to moderno coinciden tirios lenguaje -diferentes len-
ciones, al filo de los treinta, y troyanos, aunque los pro- guajes- que se convierten ,
para considerar de qué mo- pósitos que animan a unos en inevitables y buenos, lle-
do los tiempos han cambia- y otros sean muchas veces gando a tiranizarnos cuando
do); el tercero, que corre de abiertamente opuestos: la no somos conscientes de
1950 a 1975, puede interpre- consciencia de que se está ello)).Son, pues, las inexpli-
tarse, sin embargo, como ya tras el movimiento mo- cadas preferencias iconográ-
un período en el que las crí- derno, que éste puede ser ficas lo que Venturi ataca,
ticas al movimiento moder- olvidado, es lo Único que el equívoco que hay latente
no, tanto desde dentro como es común para todos. en confundir éstas con pro-
desde fuera, se suceden sin Así el término función, pósitos funcionales o socia-
interrupción, presagiando absoluta piedra angular de les; de la lectura de Venturi
su desaparicion. la reciente temía de la ar- no se desprende tanto un
quitectura moderna, ha si- ataque al funcionalismo
Quiere con esto decirse do objeto de enconada crí- cuanto a la interpretación
que la historia de la arqui- tica. que del funcionalismo el
tectura en lo que va de siglo Kahn se expresaba ya en movimiento moderno ha
puede girar en torno a un términos como estos: «... dado hasta el extremo de
solo tema, la historia del puede decirse que las máqui- poder ser confundida, en
movimiento moderno, e in- nas son funcionales; que las Sartoris, la arquitectura
cluso, y a pesar de que hay bicicletas son funcionales; moderna como arquitectura
una clara y decidida volun- que las fábricas de cerveza funcional.
tad de ruptura con él, las son funcionales, pero no to- Vistas así las cosas la idea
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próximas arquitecturas han dos los edificios son funciona- de arquitectura como ade-
de calificarse con el adverbio les)).Kahn hablaba pues de cuación al medio que Ven-
((after)),sin que en realidad, aquel ((algo más)) que una turi propone -y entendien-
y este va a ser el propósito de obra de arquitectura tiene y do medio en el más amplio
estas líneas, se haya encon- que la distancia, definitiva- de los sentidos- no está,
trado una alternativa capaz mente, de una interpretación por paradójico que parecer
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I pueda, tan alejada de lo glo. La interpretación que
que eran los primeros propó- Giedion daba, y que fue
I sitos de los arquitectos del
' movimiento moderno: có-
NEO~FUNCIONALISMO casi universalmente acepta-
da, del movimiento moderno
i mo estos propósitos se con- Mario Gandelsonas como inevitable arquitectu-
virtieron en arquitectura es ra desprendida de la nue-
toda otra historia, aquella {{Neo-racionalisme)) y «neo-realismo)). Dos va tecnología comenzó a ha-
que en estos últimos' años conceptos que describen aproximadamente las cer agua; pues comenzó a
tantas veces se nos ha expli- dos ideologías antagónicas del momento. El ponerse de manifiesto cuan-
cado. neo-racionalismo en sentido amplio recoge en- to el movimiento moderno,
foques desarrollados a finales de los 60 y en los
Pero este ataque al fun- 70, que son opuestos a los de los neo-realistas.
en su afán de encontrar nue-
cionalismo se producirá Mientras que los neo-racionalistas están repre- vas bases de apoyo para
también incluso desde quie- sentados, en Europa por Aldo Rossi, y en los nueva arquitectura, había
nes parecen defender el mo- Estados Unidos por Peter Eisenman y John incluso olvidado aquella tra-
vimiento moderno. Así Nejduk, los neo-realistas representarían la co- dición positivista que hacía
Eisenman niega el valor de rriente de ideas más importante de los años 60, de la construcción la raíz
la función como categoría cuyo ejemplo más claro sería la figura de Ro- de la arquitectura y caído
desde la que entender la bert Venturi. de lleno en un no siempre
arquitectura haciéndola res- El neo-racionalismo se basa en la idea de lógico culto al indiscrimina-
ponsable del equívoco pro- una arquitectura «autónoma», es decir, según do fantasma de la imagen
vocado en torno al movi- los arquitectos más radicales de esta tendencia, técnica.
una arquitectura que trasciende la historia y la
miento moderno y de su fra- cultura; una arquitectura que tiene sus propias
Pero incluso el propio de-
caso. armas, un lenguaje que habla de sí mismo y sarrollo de las técnicas de la
Desde este punto de vis- que no comunica otras ideas que fas que le son construcción parecía negar
ta la actitud funcionalista propias. la voluntad de darles un pa-
supone la entrada en la de- El neo-realismo, al contrario, es histórico y pel preferente en la forma-
finición de la forma de un cultural, le preocupa el presente y los otros as- ción de la imagen como los
imperativo moral ajeno por pectos de la cultura, tales como el pop art, arquitectos del movimiento
completo a la condición de la publicidad, el cine y el diseño industrial y moderno querían. Por un
la arquitectura. El conteni- hace que la arquitectura participe de todos ellos. lado la estructura resisten-
do, la sustancia, aquello A pesar de que, en lo que concierne a la cultu- te, que había sido en la ar-
que por tanto debe interesar ra, a la historia y al «lenguaje» (vocabulario y quitectura del pasado fac-
sintaxis de la arquitectura), ambas posiciones
al arquitecto de la arquitec- se diferencian notablemente, comparten un te-
tor condicionante y primero
tura no es el uso, que se pro- rreno común. Ambas ideologías se han desarro- de la forma, llegara a per-
duciría sobre el edificio llado como oposición a una tercera que antes der valor hasta el extremo de
como por añadidura, pero había dominado. Tanto el neo-racionalismo desaparecer: la planta libre
que nunca podría ser enten- como el neo-realismo son esencialmente anti- supondría ya una clara mues-
dido como su razón de ser; funcionalistas. Venturi, Rossi, Eisenman y tra de esta nueva situación.
el movimiento moderno in- Hejduk comparten esta actitud, y han contri- Por otro la mayor comple-
tuyendo, aunque sólo fuera buido a una visión maniquea muy extendida hoy jidad de las instalaciones no
por un fenómeno de coeta- en dia, según la cual el funcionalismo sería una era tan inevitablemente el
neidad, lo que Eisenman ideología negativa y regresiva. vínculo desde el que produ-
llama «the modern sensibi- En su momento el funcionalismo fue una cir la forma -manteniendo
ideología progresista. Quizás una de las ideolo-
lity)) perdió la oportunidad gías más progresistas de la historia de la arqui-
en esto una actitud distinta
de hacer una arquitectura tectura. Se ocupó de abandonar la arquitec- y opuesta a la de Banham-
moderna porque se compro- tura clásica y creó un nuevo lenguaje arquitec- y tantas recientes construc-
metió con el funcionalis- tónico. El funcionalismo, creado en el contexto ciones en las que las «insta-
mo, dando lugar a algo que preciso del período de entreguerras, parecía el laciones y los servicios)) se
puede ser entendido como medio más eficaz para crear un lenguaje de la han proyectado con lógica,
((manifestación estilística arquitectura. En su afirmación de que función pero sin llegar a adquirir un
del funcionalismo)),pero no y tecnología constituían la base para la genera- papel absohtamente pre-
como auténtica expresión ción de formas en la arquitectura, eliminaba ponderante, demuestran
de lo moderno. los conceptos académicos de la época sobre sig- que el hecho de su presen-
Para él, el período pre- nificado y simbolismo.
cia era un tema a discutir
Sin embargo es perfectamente posible que
sente, al que llama post- una ideología radical que es producto de una más en clave formal que en
funcionalismo, estaría ca- conjunción histórica particular, acabe siendo cualquier otra: la desaforada
racterizado precisamente {{regresiva))cuando se aplica veinte años más actitud tecnológica de Ar-
por este abandono de to- tarde en un contexto distinto. El funcionalis- chigram, tendencia que
dos aquellos atributos que mo, cuando después de la 2? Guerra Mundial puede ser considerada, en
han humanizado la arqui- se puso al servicio de una reconstrucción urba- mi opinión, como uno de
tectura y por la conquista na masiva no fue una excepción a esta regla. La los Últimos desesperados in-
de aquella autonomía del postura anti-funcionalista del neo-realismo que tentos por sobrevivir de las
objeto que dará lugar a una tuvo su continuidad en la ideologia del neo-ra- ideas en que se basó el mo-
nueva arquitectura. cionalismo, había tenido sentido en este con- vimiento moderno, puede
El ataque de Eisenman al texto, además de ser en sí misma progresista.
Al atacar la posición funcionalista para poder
ser un buen ejemplo para
funcionalismo es pues in- modificar algunos de los aspectos de la doctrina mostrar, desde su exceso, el
cluso más frontal que el de fracaso de una tal reduc-
Venturi y con él coincide al ción de la arquitectura.
ver el movimiento moderno Convendría subrayar ahora
como un estilo más.
Que la tecnología, la cien- AFTER el hecho de que la confianza
que el movimiento moderno
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cia de la construcción, no puso en contribuir con la


podía ser la Única Óptica
desde la que observar la ar-
quitectura también fue ha-
MODERN arquitectura a la evolución
de la sociedad -una nueva
arquitectura, para una nue-
ciéndose claro a lo largo de ARCHITECTURE va forma de vida era uno de
todo este tercer cuarto de si- sus slogans- se ha perdido.
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Pues si el movimiento La ciudad hoy se nos pre-
moderno era, simplemente,
un estilo más, no la mani-
festación en arquitectura de
AFTER senta como realidad frag-
mentada y rota, incompleta
por su propia razón de ser,
toda una revolución, de toda
una nueva forma de vida,
hablar de la arquitectura
MODERN discontinua en cuanto que
forma, y otro tanto ocurri-
rá a la arquitectura que ha-
como de un eficaz instru-
mento para el cambio de la
ARCHITECTURE rá del collage su mecanismo
de composición preferente,
sociedad sobraba; pensar original, el neo-realismo y ahora el neo-racio- como si admitiendo que la
así, y a pesar de que duran- nalismo han logrado ajustarse a una nueva rea- composición es necesaria
lidad, así como a una racionalidad mas com-
te los cincuenta todavía tal pleja.
siempre, pudiésemos ser
mentalidad estaba presente, Hay sin embargo una segunda paradoja en más indulgentes con el azar
ayudaría a perpetuar el equí- la postura ideológica del neorrealismo y del que el dadaísmo encierra
voco de la redención desde neo-racionalismo: por un lado comparten una que con la disciplina formal
la arquitectura, a fomentar postura similar contra el funcionalismo, pero que el cubismo supone.
la fantasía de la sociedad por otro lado, estan ellos mismos desarrollando Olvidada la pretendida
perfecta en el medio perfec- fragmentos de esta doctrina. En este sentido, racionalidad que función y
to, con todo el riesgo de in- el prefijo «neo-», que sugiere un movimiento tecnología parecían otorgar-
movilismo que ello trae que viene del pasado, es apropiado para carac- gar al movimiento moder-
consigo. terizar el revival de una ideología que tuvo su no y la obligación moral
origen hace ya tiempo y que todavía se esta de- que asumía en la transfor-
Aun más, desde la posi- sarrollando. La ideología inicial del funcisna-
ción lejana, lejanísima, en lismo abarcaba los conceptos de realismo y racio-
mación de la sociedad, la
la que algunos críticos co- nalismo: el primero se puede ver en el uso que arquitectura actual hace
mo Manfred0 Tafuri se co- hace Le Corbusier del «objeto-tipo»,el avión, esfuerzos por volver a en-
locan, y que les permite con- el trasatlantico y el automóvil. Al mismo tiem- contrar su camino.
vertir la presente historia de po, estas imágenes también recogían el segun- Pues estos olvidos, queri-
la arquitectura en un pe- do concepto, en una lógica consistente que se dos, voluntarios, nos han
queño fragmento de la his- utilizaría para generar formas arquitectónicas, hecho despertar de un sue-
toria universal, la arquitec- lógica que estaba implícita en las ideas del ño, del sueño de la razón y,
tura del movimiento moder- «plano como generadom, o de los «trazados re- como Goya dijo, nos encon-
no quedaría reducida a ser guladores». tramos con los monstruos.
En el funcionalismo también hay algo que ¿Existían éstos ya, prevics
un episodio más del nuevo se refiere a otro problema, el problema del sig-
orden de racionalidad que a nuestro sueño? o ¿ha sido
nificado, o la dimensión simbólica de la arqui-
el capitalismo esgrimía co- tectura. La doctrina fundamental del funciona- el despertar quien los ha li-
mo primer arma en su mano lismo quedaba resumida en la frase «La forma berado? jcómo dominarlos?
para conjurar el peligro sus- sigue a la función». Como sea que la función es ¿cómo ser capaces de vivir
citado por las primeras y en sí uno de los significados que podían ser ar- ahora con nuestra memoria?
abiertas agresiones de los ticulados por la forma, vernos, de hecho, que el Porque la historia, la
socialistas al sistema: la funcionalismo estaba basado esencialmente en memoria, antes sometida y
arquitectura del movimiento una sencilla y embrionaria idea de significado. controlada por la razón,
moderno perdería pues, al Los funcionalistas en general (y Le Corbusier aparece de nuevo y hay que
decir de algunos de los crí- muy particularmente) no usaron ni desarrolla- vivir con ella, con los mons-
ron a*fondoesta dimensión de la arquitectura; truos. La arquitectura, por
ticos actuales, incluso su primeramente porque su obra era un ataque a
condición de «progresista» la arquitectura simbólica de la Academia, y se-
un lado, busca el conjurar
viviendo el equívoco que su- gundo porque no existía un contexto teórico estos monstruos -todo el
pone el ser objeto de una que permitiera tal desarrollo. pasado, incluso el movi-
sutil manipulación. Ahora, sin embargo, se puede afrontar esta miento moderno- afirman-
Función, tecnología, so- dimensión del significado que estaba presente do su autonomía, su espc-
ciedad, tres de las piedras pero que no llegó a desarrollarse en la primera cificidad, reclamando su
fundacionales de la teoría, etapa del funcionalismo. Las polémicas condi- propio terreno para no caer
del propósito si se quiere, de ciones con las que se enfrentaba la arquitectu- de nuevo en los cantos de si-
la arquitectura del movi- ra en los comienzos de este siglo ya no existen, rena que produjeron su sue-
mientras que se han creado la perspectiva his- ño: función, tecnología, so-
miento moderno, han sido tórica y los medios teóricos para conceptualizar
puestas en tela de juicio co- ciedad. Desde esta auto-
el papel del significado en la arquitectura. Con
mo tales y hemos aprendido esto quiero decir que ahora es posible unir las
nomía de la disciplina nos
tan bien la lección del fra- tendencias de los Últimos sesenta y de principios sería dado el pensar de nue-
caso del movimiento mo- de los veinte en una ideología mas completa que vo la arquitectura que ad-
derno que en los tiempos ac- fundamentalmente subraye el desarrollo de la quiriría así un nuevo rostro,
tuales, la arquitectura de dimensión simbólica -la introducción de ma- libre ya para siempre de
los setenta se refugia, a pe- nera sistemática y consciente del problema del aquellas equívocas atadu-
sar de su aparente radicalis- significado en el proceso de diseño-. Tal apro- ras que produjeron su sue-
mo, en la más prudente de ximación podría entenderse como un «neo- ño; pero desgraciadamente
las cautelas. funcionalisme». este camino parece reducir-
La idea de este neo-funcionalismo se opone se a la expresión de una
Nadie se atreve a propo- tanto a la postura neo-realista como a la neo-
ner hoy una utopía; a dibu- fantasía -la arquitectura
racionalista en el sentido en que ambas han de-
jar siquiera el rostro de la sarrollado fragmentos aislados de la doctrina debe explicar su convivencia
ciudad anhelada como hi- original, y, de esta manera, han eliminado las con las ataduras- que pue-
ciera Burnham al comenzar de ser narrada, que puede
el siglo, o Le Corbusier al ser dibujada, que puede in-
ofrecernos un nuevo París,
AFTER cluso ser construida, pero
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y menos a construir como que en el fondo, creyendo


los arquitectos ingleses de identificar las raíces forma-
los cincuenta las New Towns
o los brasileños Brasilia,
sintiéndose protegidos por
MODERN les de la disciplina, está en
realidad definiendo una
nueva, descubriendo así un
una incontestada ortodoxia. ARCHITECTURE nuevo y distinto terreno de
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1 juego. tura, el conocimiento de la Las Vegas)), de Venturi, la
Por otro la arquitectura arquitectura, ha hecho en más angustiosa defensa de
busca el redimirse de la es- estos últimos tiempos es- todo lo existente, en un es-
clavitud formal a que la so- fuerzos desde muy diversos fuerzo por integrarlo todo,
metieron función, tecnolo- campos para explicar de qué que elude la angustiosa ne-
gía, sociedad, aproximán- modo la arquitectura se cesidad del compromiso
dose cuanto puede a la rea- produce. Con ellos en la formal que la construcción
lidad, a la arquitectura ya mano unos y otros, todos, supone.
hecha, antigua, o vernácula, hemos desmantelado el Tal vez pues, llegados a la
que sin el explícito deseo de movimiento moderno, cre- conciencia de esta nuestra
cumplir con la función, la yendo que en ello estaba la situación de «after», sea
tecnología y la sociedad lo clave de una nueva arqui- tiempo de olvidar el ((modern
hizo en mucho más alto tectura. movement)) como forzoso
grado. Paradójicamente, Y lo cierto es que, una punto de referencia, para
quienes así piensan han pa- vez conseguido el propósito, retornar a una reflexión so-
sado a ser los herederos de el momento actual podría bre la arquitectura que per-
una línea de pensamiento estar caracterizado por el mita la construcción de nue-
en la que el movimiento mo- vacío que, en términos de vo, sin temor a las inevita-
derno estaba -con más o arquitectura, nos encon- bles ataduras que produje-
menos fortuna- también tramos. ron el sueño del que ahora
empeñado. Pero su arqui- Desde esta perspectiva el despertamos, pues tal vez en
tectura, hasta ahora, es neo-racionalismo america- ellas deba buscarse qué sen-
sólo la manifestación, la no sería un retorno angus- tido tiene la especificidad
puesta en evidencia, de su tioso al último momento en de la disciplina, y sin olvi-
aversión al movimiento mo- que la arquitectura pareció dar que siempre la construc-
derno sin haber alcanzado ser capaz de asumir su pro- ción de la arquitectura ha
un nivel formal propio, otro pia identidad, adquiriendo supuesto la invención de la
que no sea la negación de el rango formal de lo co- forma.
aquél. lectivo que permite hablar
La teoría de la arquitec- de estilo, y el ((Learningfrom Rafael MONEO

DESPUES DE
((AFTER MODERN ARCHITECTURE”
Y E t ASESINATO
DE PEPE LE MOKO
por Oriol Bohigas arqto.

No precisamente ahora, nir en la transformación de A partir de la post-guerra,


sino desde hace ya veinticin- la sociedad. Sólo hasta la la arquitectura sufre un
co años, estamos protagoni- post-guerra -cuando se cambio radical. Perdida
zando -tanteando y resol- divulgó, ya debidamente aquella unidad que parece
viendo un ((After Modern formalizada e integrada a casi puramente coyuntural,
Architecture)). No parece la sociedad más o menos sus procesos de producción
difícil sostener que debemos keynesiana- la arquitectura cultural se alteran profun-
entender por ((Modern mantuvo su específico carác- damente, pasando de una
Architecture)),no la historia ter dentro de las vanguardias actitud de base operativa a
que alcanza hasta nuestros artísticas, cuyo papel, como una actitud crítica y lateral.
días, sino solamente los epi- dice M. Tafuri, estaba en la Es decir, a una actitud
sodios más ortodoxos y más formulación de proyectos ((After)).
claramente homogéneos que ideológicos y en la ((deter- Los aspectos más fácil-
se encarnan en la revolución minación de ‘necesidades in- mente transmisibles del mo-
-irevolución?- arquitec- satisfechas’, objetivos pro- vimiento -y la facilidad de
tónica de entre-guerras. La puestos, que la pintura, la transmisión puede ser un
arquitectura moderna -en- poesía, la música o la escul- dato en favor de su valo-
tendida como un movimien- tura no pueden realizar más ración cultural- fueron
to globalmente definido, sin que a un nivel puramente aceptados universalmente,
crisis internas- fue un ideal y que, como tales, son asimilados por la producción
cruce momentáneo de 1í- reservados a la arquitectura y asumidos en un consenso
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neas de diversa proceden- y el urbanismo: las Únicas general. Pero aceptados,


cia que lograron coincidir con posibilidad de darles su asimilados y asumidos en la
durante escasísimos años concreción))(De la Vanguar- manera que la sociedad es-
para formular un método y dia a la Metropoli. Crítica tablecida se lo propuso y no
un estilo comunes, en una radical a la arquitectura. como un paso de transfor-
misma voluntad de interve- Barcelona, 1972.). mación radical en el que se
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habían aparentemente ilu- complejas contradicciones inherentes al funcio- ción formal o en el maqui-
sionado los formuladores nalismo. Una postura neo-funcionalista no eli- llaje de lo que se llama,
iniciales. Si es cierto -como minaría ni tampoco resolvería estas contradic- quizás con demasiado pesi-
afirma un sector de la histo- ciones dialécticas, pero las asumiría como una mismo, el desorden de la
riografia moderna- que de las armas que mantienen vivo el desarro- ciudad burguesa.
estas bases eran simples an- llo de las ideas en arquitectura. Así es como el Otra posición -la que

,
ticipaciones intelectuales a concepto de neo-funcionalismono excluiría las ha aceptado la realidad
nociones neo-racionalista y neo-realista, sino
la evolución de los proDÓ- que añadiría y desarrollaría la dimensión fun-
como difícilmente cuestio-
sitos de la burguesía, el fe- damental del significado. De esta forma recons- nable- ha consistido en in-
nómeno se explica sobrada- truiría todas las dimensiones de la doctrina ori- tentar que el movimiento
mente y era incluso previ- ginal. moderno -¿todo su conte-
~ sible por ser casi gestionado. Esto no debería verse, sin embargo, como nido?, jsus rasgos estilísti-
Así, se provocó la justifi- un mero revival o desarrollo del funcionalismo cos?, jel papel aparente-
cada reacción de quienes se en orden a darse cuenta de los años que pesan mente decisivo del diseña-
sintieron frustrados porque sobre sus tímidas propuestas y sus ambiciones dor?- se transmitiera con
habían apostado por una re- ref ormistas. mayores garantías de parti-
volución y de quienes te- Una postura neo-funcionalista abandonaría cipación a una sociedad que
el movimiento pendular (que no significa un
mieron la muerte de la ar- cambio real) que ha caracterizado el paso de
hay que aceptar con su
quitectura como propues- una ideología a la siguiente, sea el caso del fun- propio desorden y a la que
ta de progreso -y del papel cionalismo o en la actualidad el caso del neo- se puede influir instrumen-
profesional del arquitecto- realismo y el neo-racionalismo: tal situación tando métodos, capacitan-
en manos de la arquitectura tiende, a través del idealismo inherente no sólo do nuevas visiones figurati-
ya asimilada. Por otra parte, al funcionalismo sino a la mayoría de las ideolo- vas de la transformación tec-
esta arquitectura asimila- gías arquitectónicas, a eliminar o neutralizar nológica, elaborando una
da se vio todavía incapaz contradicciones. Lo que el neo-funcionalismo sofisticada valoración del
de reemplazar con medios propondría sería el desarrollo de los aspectos desorden y de los signos del
propios el stock de propues- progresivos del funcionalismo, acción que im- poder, dando a los maqui-
tas de los intelectuales. La plica la efectiva transformación de su natura- llajes una coherencia for-
leza idealista, construyendo una base dialéctica
'
l vanguardia, respondiendo
a estas realidades, se refugió para la arquitectura.
mal, aunque sea superan-
do la primitiva ortodoxia y
en una actitud fundamental- Mario GANDELSONAS la ideología de la «Modern
mente distinta dv los anti- Architecture)).
guos grupos de la ((Modern Cabría, pues, clasificar
Architecture)).El carácter de las propuestas sectoriales
elaboradas durante estos
esta actitud fue típicamente
((After)):abandonó con ma-
POST=FUNCIONALISMO años (véase la adjunta intro-
yor o menor clarividencia Peter Eisenman ducción al tema propuesta
su papel de Arbitro ideoló- por Arquitecturas&s), se-
gico para sumirse en el de La crítica establecida, en lo que a arquitec- gún estas dos posiciones, con
laboratorio, al servicio -crí- tura concierne, nos ha dicho que hemos entra- lo cual se aclararían aspec-
tico o adaptativo- de la do ya en la era del .post-modernism». Se nos da tos aparentemente dispares
la noticia con un cierto tono de alivio, no dis- que conviven en cada uno
producción. Pero la pérdida tinto del que se siente al abandonar la adoles-
de este arbitraje no llevó cencia. Dos señales, completamente distintas
de los mini-movimientos de
todavía aparejada la pérdida por otra parte, de este supuesto Gambi0 serían la ((AfterModern Architec-
de un ((lenguajede combate)). las exposiciones de «Architettura Razionale»en ture)). Abnegadamente crí-
Desde los laboratorios se la Triennale de Milano de 1973 y la de «Ecole ticas serían, por ejemplo,
mantuvo la guerra, aunque Des Beaux Arts» del Museo de Arte Moderno las propuestas de los
con unos métodos que han de Nueva York de 1975. La primera, asumien- Smithson, de Rossi o de los
dado a los modelos propues- do que la arquitectura moderna era un funcio- (Whites)).Cautamente adap-
tos una menor capacidad nalismo pasado de moda, afirmaba que la ar- tativas serían las de Ale-
de intervención real. quitectura solamente podía ser generada a través xander, Venturi o Habraken.
Las posiciones crítica y de un retorno a sí misma como autónoma o pura
disciplina. La segunda, viendo la arquitectura
En ambas posiciones no
adaptativa fueron, en efec- moderna como un formalismo obsesivo, se hacía hay solamente un esfuerzo
to, las que tomó la vanguar- fuerte en la implícita declaración de que el vindicativo o de continui-
dia ((After)), si admitimos futuro paradójicamente subyace en el pasado, dad, sino un intento de re-
-o valoramos, como una coincidiendo aquí con la peculiar respuesta a visión de las propias bases
explicación de su carácter- la función que caracterizó el manejo ecléctico del movimiento, como co-
la yuxtaposición de dos tér- de los estilos históricos durante el siglo die- rresponde a la frustración
minos tan opuestos como cinueve. de sus actores. Unos, por
((vanguardia))y «after». Lo que interesa no es tanto el carácter mu- considerarlas originaria-
Una posición -la que ha tuamente excluyente de estos dos diagnósticos, mente implicadas en un
mantenido ilusiones de y por tanto de sus soluciones, cuanto el hecho pacto de integración y con-
ejemplaridad- ha consis- de que ambos puntos de vista encierran el pro-
yecto de arquitectura dentro de la misma defi-
sumo. Otros, por creer que
tido en reelaborar crítica- nición: aquella por la cual los términos conti- presentan un excesivo dis-
mente el legado del movi- núan siendo Punción (o programa) y forma (o tanciamiento en una socie-
miento, intentando recons- tipo). Se mantiene así una actitud ante la ar- dad cuyo rápido progreso
truir su papel revoluciona- qufteehira que no difiere significativamente de genera continuamente nue-
rio, tanto en su frustrada aquella establecida por quinientos años de tra- vos valores. En una y otra,
capacidad de intervenir en los temas de referencia, co-
la transformación de la so- mo luego veremos, serán casi
ciedad -en determinar me-
AFTER siempre los más negativos
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cesidades insatisfechas»- de la ciudad burguesa y neo-


como en la eficacia de un capitalista, con una insupe-
lenguaje. Se trataría del in-
tento de interrumpir la ac-
tiva participación de la ar-
MODERN rada carga ética en el en-
juiciamiento.
Pero, paralelamente, va
quitectura en la consolida- ARCHITECTURE marchando lo que podría-
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mos llamar la arquitectura bién porque la sociedad que
moderna ya asimilada, si-
tuada en los círculos de
producción, la de las gran-
AFTER la potencia -menos aver-
gonzada de su desorden, que
en algunos aspectos no ha
des masas de vivienda, la de
los rascacielos de oficinas,
la de los inmensos contene-
MODERN resultado tan catastrófico
como se predecía- ya no
necesita del apoyo ideológi-
dores, que se ha producido
en un acuerdo tácito con la
ARCHITECTURE co de unas minorías outsi-
der y ya puede reclamar
sociedad, pero referida siem- dición humanística. directamente sin moralismos
pre al punto de partida me- En las distintas teorías de arquitectura que restringentes la colabora-
todológico, tecnológico y propiamente pueden ser llamadas <<humanistas» ción de los intelectuales asi-
estilístic0 impuesto por la está latente la siguiente oposición: sus intere- milados. El campo de in
ses oscilan entre el uso del espacio interior (el vestigación más eficaz habría
((ModernArchitecture)).Esta programa y el modo en que éste se materializa)
arquitectura ha aprovechado pasado, pues, a la eficacia
y la articulación de temas formales (presentes
de los laboratorios intelec- en el significado figurativo de la planta). Estos de la producción.
tuales no precisamente las intereses opuestos se entendieron como dos La segunda característica
actitudes críticas, sino aque- polos de una Única y continua experiencia. En es también importante. R.
llos resultados que han po- la práctica de la arquitectura humanista, pre- Stern está en un error muy
dido ser utilizados para la industrial, se podía mantener un equilibrio en- significativo cuando afirma
eficacia de su proceso o pa- tre ellas porque ambos, tipo y funcion, estaban que ((cincuentaaños de his-
ra la asimilación cultural de investidos del idealismo que relacionaba al toria no han logrado aumen-
los valores que nacen de su hombre con el mundo de sus objetos. Si se COM- tar el interés del gran públi-
pretendido desorden. Es parasen, como ya ha hecho Colin Rowe, un co por el vocabulario ar-
hotel'parisino y una casa de campo inglesa, quitectónico moderno, lo
decir, los resultados más o ambos edificios de comienzos del siglo diecinue-
menos felices de la segunda ve, uno ve esta oposición manifiesta en la acción
que se debe al hecho de que
posición descrita anterior- recíproca que se produce entre la preocupa- el movimiento moderno sólo
mente. Con ello, los labora- ción por la expresión de un tipo y aquella otra ha manipulado abstrac-
torios habrían participado que procede de la afirmación dei programa, ciones y no ha establecido
en garantizar la coñtinuidad bien que ambas estén en cada caso diferente- relaciones explícitas con las
eficaz de la arquitectura mente valoradas. En el hotel francés se desplie- cosas y las ideas que nos son
moderna asimilada, más que gan las habitaciones dentro de una elaborada familiares (incluso las
en limitar su creciente su- secuencia y de la diversidad espacial nacida de barandillas metálicas de los
premacía. la necesidad interna, y se enmascaran con una años 20 no tienen ya signifi-
Así, ha aparecido una rigurosa y bien proporcionada fachada exter- cado para nosotros: ¿quién
na. En la casa de campo inglesa hay un orden ha viajado en un trasatlán-
gran cantidad de arquitec- formal interno de las habitaciones que da paso
tura de alta producción a la a modelar la masa exterior de los elementos
tico en estos Últimos 25
que ya es absurdo negarle el desde lo pintoresco. EI primero, el hotel pari- años?))).(((Grayarchitecture;
pan y la sal desde cualquier sino, paga tributo al programa en el interior y quelques variations post-
posición cultural. Esa ar- al tipo en la fachada y en la segunda, la casa de modernistes autour de l'or-
quitectura -en manos de campo inglesa, ocurre exactamente todo lo con- thodoxie)). L 'Architecture
los grandes despachos o de trario. d 'Aujord'hui. Agosto-Sep-
las oficinas anónimas de las Con la aparición de la industrialización pa- tiembre 1976). Las imáge-
corporaciones estatales- ha rece haber sido roto este equilibrio. En cuanto nes que ya nos son familiares
tomado tanta importancia que era inevitable abordar problemas de una son precisamente las crea-
que plantea ya una situación mayor complejidad funcional y de modo muy das por la misma arquitec-
absolutamente nueva: por especial en cuanto que había que dar acomodo tura moderna asimilada
a las niasas, la arquitectura comenzó a ser cada
un lado ha empezado a crear vez más un arte o social o programático. Y en
por la gran producción. No
sus propios instrumentos de tanto las funciones se hacían cada vez más com- hace falta ((reconquistar el
investigación y de crítica, al plejas, era más difícil poner de manifiesto el gusto del público por la ar-
margen de los laboratorios, puro tipo. (Nota del Traductor: El original quitectura» (Id. Id.). Este
y, por otro, ha establecido «type-form»se ha traducido simplemente por gusto se apoya unánime-
los términos de referencia «tipo»). Basta simplemente comparar el pro- mente en el World Trade
del gusto y del consenso co- yecto de William Kent para el concurso de las Center, en el John Hancock,
lectivo. «Housesof Parliament», donde la forma de una en la Sears Tower. (La cita
La primera de estas ca- Villa palladiana es incapaz de sostener el in- espontánea de obras ameri-
trincado programa, con la propuesta de Charles canas no puede ser casual.
racterísticas significa . un Barry donde el tipo se somete al programa, y
cambio trascendental. Es La facilidad de su referen-
donde se puede ver ya un temprano ejemplo de cia indica por lo menos que
casi seguro que los últimos lo que llegaría a ser la promenade architectura-
rascacielos del DownTown le. Así en el siglo diecinueve y continuando más
el fenómeno es más clara-
de Nueva York o del Loop tarde en el veinte, en tanto el programa se hacía mente detectado en las so-
de Chicago deben ya poco a más complejo, la forma tipo perdía importan- ciedades de capitalismo
las vanguardias recientes y cia, y aquel equjlibrio que se pensaba era avanzado que señalan un
que su desarollo -en la fundamental para toda teoría, se debilitaba. camino difícil de cambiar).
evolución formal y en la po- (En la historia reciente quizá sólo Le Corbusier Lo significativo es que es-
sición crítica- se puede ha sabido combinar con éxito una malla ideal ta arquitectura auténtica-
entender exclusivamente con el paseo arquitectónico, haciéndose así mente popular ha sido mar-
corpúrea de nuevo la recíproca influencia entre ginada en las consideracio-
desde su propio proceso.
Esto se explica como prime- nes de la llamada vanguar-
ra aproximación en la com-
plejidad de sus problemas AFTER dia «After», seguramente
porque su sola presencia le
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que son ya de una naturale- acusa de inoperancia y le

MODERN
za distinta -y requieren amenaza de muerte. No es
una estructura de investi- casualidad que, en cambio,
gación distinta- de la que la crítica se entretenga en
los laboratorios pueden
abarcar. Y se explica tam-
ARCHITECTURE Las Vegas o en los slums de
las ciudades europeas, en la
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rutilante arquitectura de Drive, hasta ahora ninguna
Morris Lapidus o en la con-
gestión circulatoria de las
ciudades-autopist a. Es de-
AFTER vanguardia intelectual ofre-
ce alternativas en el mismo
plano al World Trade Center.
cir, allí donde encuentra
una popularidad distinta
de la que correspondería a
ODER En la ((Modern Architec-
ture» se planteó, pero se
agotó en ella, la actitud de
la afirmación de la imagen
((moderna)),o allí donde el
ARCHITECTURE vanguardia como proyecto
ideológico, como determi-
desorden y la injusticia de tipo y programa descrita anteriormente). nación de ((necesidades in-
la estructura social que le Este desequilibrio ha llevado a una situación satisfechas)). En el ((After
corresponde parece más durante los pasados cincuenta años en la cual Modern Architecture)) se
manifiesta. En un caso, los arquitectos han entendido el diseño como ha agotado el papel de labo-
para subrayar nuevos valo- el producto derivado de aplicar con exceso al- ratorio de la elite intelec-
res -con un tono antropo- guna fórmula próxima a d a forma sigue a ia tual y se ha establecido una
logista- y, en el otro, para función». Esta situación se mantuvo incluso fuerte dicotomía entre la
resaltar contradicciones durante los años que siguieron a la Segunda arquitectura como «una gra-
-en un tono sociologista. Guerra Mundial, aun cuando se podía haber tificación cultural para el
Los argumentos pueden ser esperado que se hubiese producido un cambio. poder omnipotente y la ar-
A finales de los años sesenta se pensaba que las
válidos en su específico sec- polémicas y teorías del temprano Movimiento quitectura como distracción
tor, pero no son lo bastan- Moderno podían dar soporte todavía a la ar- de una elite))(K. Frampton,
te generales para constituir quitectura. Los mayores argumentos en defensa Introducción a Richard
un juicio a la arquitectura de esta actitud se articularon en lo que podría Meier, Architect. Nueva
actual. En ella hay prepon- ser llamado Revisionismo Funcionalista Inglés York, 1976). La arquitec-
derantemente una línea cul- de Reyner Banham, Cedric Price y Archigram. tura del poder ha asumido la
tural y productiva que ha Esta postura neo-funcionalista, con su ideali- coherencia de su propio pro-
creado ya una imagen po- zación de la tecnología, se investía del mismo ceso y las ((neo-vanguardias
pular y que parece potenciar positivismo ético y estética neutralidad de han transformado sus len-
nuevas propuestas de pro- la polémica de la pre-guerra. Sin embargo, guajes de combate en ‘len-
la continuada sustitución de los criterios
greso. guajes de placer’. La guerra
morales por aquellos de una naturaleza más
Como consecuencia de formal, produjo una situación que hoy pode-
ha terminado ... No queda
todo ello, las élites se ven mos entender generase un predicamento fun- más que recitar con un to-
obligadas a perder más y cionalista, precisamente porque la más impor- no afectuosamente irónico
más el contacto con la rea- tante justificación teórica dada a los órdenes los versos de una Marselle-
lidad y cada vez reducen su formales era un imperativo moral que ya no sa descompuesta y congela-
campo de experimentación era operativo en el marco de la experiencia con- da» (M. Tafuri. ((Lescendres
en lo menos transmisible, temporánea. Algunas de las actuales maneras de Jefferson)) L ’Architec-
como temiendo que se pro- de ver el fracaso del funcionalismo dentro de ture d’Aujourd’hui. Agosto-
duzca la transmisión y la un más amplio contexto cultural, están carac- Septiembre 1976). Pero si
idea renovadora se conta- terizadas por este sentido de desplazado posi- pensamos que el recurso de
mine y muera en la misma tivismo.
Hay también otro aspecto más complejo de
entonar la Marsellesa no es
realización. Han aparecido este predicamento. EI funcionalismo, no sólo un hecho que se incluya dia-
los primeros síntomas -so- puede ser reconocido como una forma de posi- lécticainente en la historia,
bre todo en América, donde tivimo, sino como positivismo, y en cuanto tal sino que algún filón opera-
el desafío de la calidad de la puede considerarse que surge de una visión tivo está empezando a fun-
otra arquitectura es más pa- idealista de la realidad. EI funcionalismo, no cionar, ha llegado el mo-
tente- de unos proyectos importa cuáles fueran sus propósitos, continuó mento. de preguntarse cuál
y a abiertamente planteados la ambición idealista de crear arquitectura co- es definitivamente el «Des-
para no ser construidos, ni mo una disciplina capaz de definir la forma pués)) de la ((After Modern
siquiera para ser absorbidos éticamente. Pero como cubrió esta ambición Architecture)). Un «Des-
como modelos, sino para con las desnudas formas de la producción tec- pués)) en el que ya no será
nológica, se presentó como una ruptura con el
agotarse en su propia espe- pasado pre-industrial. Pero de hecho, el fun-
posible esta convivencia
cificidad, para ser, ellos cionalismo es la Última fase del humanismo, no disimulada entre la investi-
mismos, objetos finitos, una alternativa a él. Y en este sentido no puede gación de laboratorio y la
que se venden, se compran ser tomado como una manifestación evidente marcha autónoma de la ar-
y se coleccionan, represen- de la llamada «sensibilidadmoderna». quitectura eficaz, de una
tación de una idea donde la Ambas exposiciones, la «Triennale»y la de arquitectura que ha encon-
arquitectura es sólo la leja- «Beaux Arts», sugieren sin embargo, que el trado su lugar y que cada
na referencia que hace el problema se piensa sea algo más, no tanto en día tiene menos contradic-
mensaje lejanamente inteli- lo que al funcionalismo per se concierne, cuan- ciones a resolver porque no
gible. La idea de la muit to a la naturaleza de la llamada .sensibilidad se apoya en una actitud
modernas. De aquí el implícito revival de neo- ética y política, sino en la
amèricaine)) de B. Huet o clasicismo y de academicism0 Beaux Arts, co-
d’oeil retourné sur lui- mo piezas de repuesto para un prolongado, si
de servicio indiscriminado.
meme» de M. Tafuri (‘’Ar- bien pobremente entendido, modernismo. Es Pero esa indiscriminación,
ch itectu re d ’Aujourd ’hui. verdad que en algún momento del siglo dieci- esa neutralidad respecto al
Agosto- Septiembre 1976) nueve hubo un giro crucial en la mentalidad contenido, Ano se emparen-
traducen esta situación, lle- occidental: giro que podría caracterizarse por ta con la autonomía disci-
vada a un extremo que, plinar y con la predisposi-
como veremos, es más bien ción a fijar la arquitectura
el principio de otro perío- en sus leyes formales que
do definitivamente nuevo.
AFTER acreditan algunos grupos
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Pero es cierto que si frente que pretenden desprender-


al Chrysler o el Empire State, se de la inoperancia de las
Le Corbusier y Mies pudie-
ron ofrecer modelos como
el Secretariado de las N. U.
MODERN neo-vanguardias ?
Seguramente una de las
posiciones clarividentes pa-
o los bloques del Lake Shore ARCHITECTURE ra este «Después» es la de-
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fendida por P. Eisenman este mismo intento. Sin po-
desde otro punto de par-
tida, de una manera conti-
nuada y obsesiva. En rea-
AFTER derlo meter todo en el mismo
saco -porque a los mismos
protagonistas les parecería
lidad, -aunque al propio
Eisenman pueda parecerle
una paradoja- se trataría
MODERN paradójico-, debemos in-
corporar las propuestas de
definir la arquitectura en
de colocar a la cultura ar-
quitectónica en la misma 1í-
ARCHITECTURE un campo disciplinar autó-
nomo, las nuevas versiones
nea de la arquitectura co- ei paso dei humanismo ai modernismo. Pero, críticas del papel de la van-
mercial y asimilada: aban- en general, la arquitectura, en su obstinada guardia histórica, la volun-
donar la intención funcio- adhesión a los principios de función, ni parti- tad de una arquitectura no
nal -en el sentido de las cipó ni entendió los aspectos fundamentales de adieiivada, la nueva pi'eeini-
propuestas éticas que in- ese cambio. Quienes hablan hoy de eclecticis- nencia de los temas tipológi-
tentaban descubrir las me- mo, post-modernismo, o neo-funcionalismo no cos y morfológicos, la reivin-
cesidades insatisfechas)) parecen haber entendido la potencial diferencia dicación de la ciudad como
dentro de un sistema que existente entre la naturaleza de las teorías hu- arquitectura, la búsqueda de
manista y modernista. Y no han sido capaces
no ha logrado destruir aun- de advertiria, precisamente porque conciben ei unas leyes de composición
que seguramente tampoco modernismo simplemente como una manifes- en la misma base estructu-
se lo proponía- y aceptar tación estilística dei funcionaiismo, y ei funcio- ral del artefacto arquitec-
una versión de la moderni- nalismo mismo, como una proposición teórica tónico.
dad más próxima a la que básica en arquitectura. En realidad la idea de Pero lo que importa seña-
presidió la evolución de las modernismo ha clavado una cuña en estas po- lar aquí insistentemente es
demás artes, volviendo así a siciones. Ha revelado que la dialéctica forma- que, por caminos tan distin-
recomenzar en otro sentido función tiene una base cultural. tos, la cultura arquitectónica
una vanguardia en la que la En pocas palabras, la sensibilidad moder- va a encontrarse en el mis-
arquitectura no tendría la nista tiene que ver con un cambio de actitud mo campo metodológico en
discriminación que se indi- mental hacia los artefactos del mundo físico. que se mueve ya la arqui-
Este cambio no sólo se ha manifestado ética- tectura comercial asimilada
caba en el primer párrafo mente, sino también social, filosófica, y tec-
de este artículo. nológicamente; en suma, queda reflejado en
por la producción. En el
((La Modernidad, como una nueva actitud cultural. Este abandono de post-funcionalismo -el
una sensibilidad basada en las actitudes humanistas que predominaron en post-humanismo según la
un fundamental desplaza- las sociedades occidentales durante cuatrocien- generalización de Eisen-
miento del hombre, repre- tos años, tuvo lugar a lo largo del siglo dieci- man-, reconocida en am-
senta lo que Michel Foucault nueve en disciplinas tan diversas como las ma- bos bandos la crisis de la
definiría como un nuevo temáticas, ia música, la pintura, la literatura, función ideológica de la ar-
èpistème. Derivada de una el cine y la fotografía. Está presente en la pin- quitectura, reducida quizás
actitud no-humanística res- tura no-objetiva de Malevich v Mondrian: la a su dialéctica formal, i,no
no-narrativa escritura atemporal de Joyce y podrá reconsiderarse una
pecto a la relación de un in- Apollinaire; las composiciones atonales y polito-
dividuo con su entorno fí- nueva unidad global donde
nales de Schiinberg y Webern: las pelícusas no-
sico, rompe con el pasado narrativas de Richter y Eggeling.
la modernidad se desarrolle
histórico, a la vez con la ma- Abstracción, atonalidad y atemporalidad por encima de las disensio-
nera de ver al hombre como sin embargo, son meras manifestaciones esti- nes provocadas por una ética
sujeto y con el positivismo Iísticas dei modernismo, no su naturaleza esen- confusa y, según parece,
ético de la forma y la fun- cial. Aunque éste no es ei lugar donde elabo- confusion aria?
ción. En estos términos, la rar una teoría del modernismo, o en el que citar Para ello harán falta dos
modernidad no puede rela- aquellos aspectos de la teoría que se han abier- condiciones fundamentales.
cionarse con el funcionalis- to camino en los textos acerca de las otras dis- La primera es la afirmación
ciplinas humanistas, puede decirse sencilla- consciente de la crisis ideo-
mo. Es probable que por
mente que los síntomas ya señalados sugieren lógica de la arquitectura y
esta razón la modernidad que ei hombre ha sido desplazado del centro
no haya sido elaborada has- la transferencia a otros ni-
de su mundo. Ya no es visto como el centro
ta ahora en arquitectura)). originario. Los objetos se ven como ideas inde- veles de decisión de la ini-
Ese post-funcionalismo pendientes del hombre. En este contexto el ciativa de cambio. Me atre-
-ese «Después»- es una hombre es una función discursiva entre com- vería a decir que el proble-
((actitud que reconoce la plejos y ya establecidos sistemas de lenguaje, ma de la expresión de los
modernidad como una sen- de los cuales él es testigo pero de los cuales no contenidos puede ser el más
sibilidad nueva y distinta. es responsable. Como ha dicho Levi-Straws, grave obstáculo para ese
En arquitectura esa actitud «El lenguaje, totaiización irreflexiva, es la razón ((Después))de la ((After Mo-
puede entenderse en térmi- humana que tiene su razón de ser y de la cual dern Architecture)). En es-
el hombre no sabe nada». Es este desplaza- te sentido la propuesta de
nos de una base teórica que miento el que da origen a un diseño en ei cual
se refiere a lo que podría un ((Neo-Functionalism))por
la condición de autor no cuenta ya, ni como de-
llamarse modernist dialec- M. Gandelsonas (Oppo-
sarroilo lineal que tiene su «principio» y su
tic, opuesta al viejo huma- «fin»-de aquí la aparición de io atemporal- sitions. N. 5. Nueva York,
nismo)). «Esta nueva base ni como invención de forma -de aquí lo abs- Verano 1976), entendido
teórica cambia la relación tracto como una mediación entre sistemas de en el amplio campo del
humanista forma-función a signos pre-existentes. meaning, puede quizás ins-
una relación dialéctica den- EI Modernismo, como una sensibilidad ba- trumentar una reunificación
tro de la evolución de la mis- sada en este fundamental desplazamiento del de lo que él llama ((Neo-Ra-
ma forma». (((Post-Functio- t ion alism y Neo - Realism
)) (( ))

nalism)). Oppositions. N. 6.
Nueva York, Otoño 1976). AFTER en el campo de las vanguar-
dias «After»,pero constituye
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Aunque en términos dis- la barrera ideológica entre

MODERN
tintos y en contextos casi la arquitectura que se dibuja
contrapuestos de indiferen- y la que se construye.
cia o de participación polí- La segunda condición es
tica, se pueden contabilizar
y a muchas aportaciones a
ARCHITECTURE que la crítica se muestre más
optimista y más conllevante.
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Es indudable que, así como frustrante. Es evidente que que en los años 40 reprodu-
podemos superar el papel siepre ha habido una cier- cía el viejo tema de Duvivier.
ideológico de la arquitectu- ta arquitectura que se ha Cuando Charles Boyer lo-
ra, es más difícil -¿mucho situado como puente entre gra salir de la Casbah -don-
más difícil?- hacer lo mis- ambos polos -entre los de el método del aislamien-
mo con la crítica. Pero la laboratorios y la produc- to y del clan comprometido
sistemática alarma respecto ción-, sobre todo, en Eu- le había protegido contra
al desorden y las contradic- ropa, donde la oposición no la policía- y sube al tra-
ciones de la ciudad burguesa, es tan radical. Y esa arqui- satlántico que tiene que
el intencionado subrayado tectura es la que marcará lo conducirlo a la brillante y
de unos aspectos sectoriales, mejor del período. Pero no abierta realidad de París,
presenta a veces extremos siempre ha sido tratada cor- arrimado a la ventana del
escasamente justificados cu- tésmente por la crítica radi- deck, indeciso todavía an-
yo terrorismo a menudo in- cal, cuya inmaculada ausen- te su salvadora integración,
duce a una supletoria admi- cia de la realidad le predis- coincide en el plano con la
ración por ese mismo desor- pone al sermón eclesiástico. enajenada espera de Hedy
den que ha justificado, in- Por esta razón, podemos Lamarr y la banal conver-
cluso, el frenesí de la parti- temer que esta segunda con- sación de su viejo amante
cipación en muchos grupos dición va a producirse con que se la lleva en un impune
intelectuales. Una nueva muchas dificultades. Algu- ejercicio de su poder habi-
unidad realista y operati- nos grupos que se perfilan tual. En el momento en que
va, disciplinariamente con- en ese ((Después))todavía se se iba a alterar radicalmen-
creta, sólo se podrá en- producen en un airado ais- te la situación con la bri-
contrar dentro de un tipo lamiento, que han hereda- llante presencia activa de
de sociedad cuando la trans- do del ((After))y que a veces Pépé Le Moko, la policía
misión de la actitud intelec- mantienen con un cierto aire le asesina, reclamada por
tual, de la crítica o de la pro- anticuado. Y pueden incu- los oscuros sentimientos y
puesta claramente inventi- rrir en el sistemático asesi- la espontánea organización
va esté dispuesta a pasar al nato de los que quieren pa- de la Casbah, que se reafir-
campo de la realización y no sarse a la realidad, como el ma en su aislamiento, in-
se empeñe en su salvadora del anti-héroe Pépé Le MO- maculada en la coherencia
situación de outsider que en ko, en la secuencia final de de su inmundicia.
el ((After))ha demostrado ser ((Alger)),el film americano Oriol BOHIGAS

EL FINAL DE LA ESCAPADA
por Helio Piñón árqto.
1. Después de veinticinco El enunciado after modem neización de los hechos que
años de continuada sensa- architecture provocará, sin produce la lejanía en la mi-
ción de crisis en el Movi- duda, la displicente sonrisa rada y se aproximan a las
miento Moderno, de cons- de quien se sabe en lo cier- realidades contingentes,
tantes recuperaciones, revi- to, a los que entienden la con la fascinación que pro-
siones y pretendidas con ti- Historia como una articula- voca la novedad, tratando
nuidades; tras diez años de ción de grandes períodos, en de descubrir ahí algún indi-
críticas radicales, cada una los que pocos episodios ad- cio para la construcción de
de ellas considerada defini- quieren relevancia, por una paciente genealogía; los
tiva en el ámbito en que se cuanto sólo ellos marcan recién embarcados por la
produjo, sólo en la segunda rupturas dignas de tenerse microhistoria -por el de-
mitad de los años setenta ha en cuenta en las formacio- sengaño ante las limitacio-
aparecido la conciencia de nes económicas e ideológi- nes epistemológicas de cier-
que definitivamente se inicia cas; de quienes, escépticos, tos materialismos esquemá-
una etapa de la historia de piensan que se trata de un ticos o por el simple placer
la Arquitectura, caracteri- nuevo intento de rearme de apostar a la coyuntura
zada por su condición de ideológico entre los muchos teórica- tendrán la ocasión
after; todo indica que se va que, desde Alberti hasta de esclarecer hasta qué
hacia otra arquitectura cuya hoy, los arquitectos se han punto el after se inicia con
relación con la del Movi- visto obligados a llevar a ca- la primera edición del
miento Moderno es estricta- bo para asegurar la subsis- Complexity and Contra-
mente referencial. Es signi- tencia de su institución como diction in Architecture)),
ficativo, por otra parte, que garantía de un sistema dis- con el fallo del Concurso pa-
sea precisamente en New ciplinar resolutivo; incluso ra el Cementerio de Móde-
York y en el marco cultural de quienes reconozcan que na o, por decisión mayorita-
del grupo que ha conseguido con el triunfo de las revolu- ria en un party organizado
mayor expectación en el ciones burguesas el rol ideo- por Peter Eisenman en el
mercado de la información lógico del arquitecto sufre IAUS para agasajar a un
arquitectónica de estos años, una modificación tal que la grupo de amigos-arquitec-
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donde se plantee explícita- renovación de la estrategia tos recién llegados de Europa.


mente el tema; que sea en la entonces operada, define En cualquier caso, nada
sede del ((neorracionalismo)) un período en el que todavía permite considerar superflua
desde donde se proponga la estamos inmersos. la reflexión que trate de
superación histórica del ra- En cambio, aquellos que identificar los rasgos sobre
cionalismo. desconfían de la homoge- los que se apoya la conscien-
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cia de una situación after, que controlarán la construc-
desvelando su significación,
tanto en el interior del pro-
pio sistema de la arquitec-
AFTER ción de la forma y determi-
narán los valores ambienta-
les, supone, en efecto, el es-
tura, como en las heterode-
pendencias que lo relacionan
con la estructura social,
MODERN tablecimiento de un marco
de referencia diferente del
que adopta quien entiende
esto es, con las ideas de ar- ARCHITECTURE la arquitectura como reali-
quitectura que se manejan zación de los sistemas lógi-
y con las instituciones a tra- hombre, representa lo que Michel Foucault cos que subyacen en la ar-
vés de las cuales tales ideas ha llamado un nuevo épistème. Arrancando de quitectura-de-la-ciudad-en-
se actualizan y difunden. Y una actitud no-humanista hacia la relación del la-historia o quien la supo-
nadie vea en ello una recal- individuo con su entorno físico, rompe con el ne controlada por un con-
citrante obsesión sociologis- pasado histórico, tanto con las maneras de ver junto de reglas sintácticas
al hombre como sujeto, y así ha sido y a dicho,
ta, ni un deseo de conducir como con el positivismo ético de forma y función.
que, estableciendo un siste-
el análisis a terrenos más Por ello el modernismo no se puede relacionar ma limitado de virtualida-
((serios y trascendentes), con el funcionalismo. Esta es probablemente la des, constituyen el ámbito
con el fin de esquivar el ries- razón por la que el modernismo no se ha elabo- de posibilidad del proyecto.
go de ((banalización)) que rado todavía en arquitectura. El entorno construido, la
comportan los discursos Hoy sin embargo hay una clara necesidad razón analítica y la dimen-
centrados en aspectos super- de una investigación teórica de las implicacio- sión sintáctica de un siste-
estructurales. Tan sólo de- nes que el modernismo (como lo opuesto al esti- ma, son los parámetros de
be verse, ahí, el deseo de es- io moderno) tiene en arquitectura. En su edi- control de tres ideas diver-
tablecer el marco de refe- torial «Neo-funcionalisme» de Oppositions 5, sas de arquitectura, cada
Mario Gandelsonas reconoce tal necesidad. Sin una de ellas con el suficien-
rencia adecuado para que embargo, él dice simplemente que las «comple-
nociones como: eclecticismo, jas contradicciones» inherentes al funcionalis-
te nivel de construcción teó-
autonomía disciplinar, ciu- mo, tales como el neo-realismo y el neo-racio- rica como para permitir la
dad, etc., superen el status nalismo, hacen que sea necesario una forma de verificación de sus propios
de tópico indiscriminado y/o neo-funcionalismo para cualquier nueva dia- productos.
categoría ideal que a me- léctica teórica. Esta proposición rehusa reco- El carácter artificial -cul-
nudo adquieren en gran nocer que la oposición forma/función no es ne- tural, no natural: en el sen-
parte de la crítica especiali- cesariamente inherente a toda teoría arquitec- tido según el cual parecería
zada. Ideología e institución tónica y por tanto no es capaz de reconocer la natural el entendimiento de
no serán aquí otra cosa que crucial diferencia existente entre modernismo y la arquitectura como res-
los instrumentos conceptua- humanismo. Como contraste, lo que se llama puesta a funciones concre-
post-funcionalismo comienza como una postura tas que la vinculan con la
les, con una referencia pre- que reconoce el modernismo como una nueva
cisa en la realidad, sobre los tecnología y con la sacie-
y diversa sensibilidad. En la arquitectura pue-
que se verifica la función de de entenderse mejor en términos de una base dad- de tales teorías con-
la arquitectura como disci- teórica a la que concierne lo que puede ser lla- vierte en ficticia la negación
plina autónoma; las nocio- mada la dialéctica modernista, opuesta a la de la subjetividad que tratan
nes que establecen, en cada antigua oposición (funcionalista) de forma y de exhibir en sus programas.
momento, los límites de esa función. El artista es pretendidamen-
autonomía y le hacen ((per- Esta nueva base teórica cambia el equili- te negado, en tanto que ge-
der la inocencia»; las vías brio forma/funciÓn por una relación dialéctica nerador de poéticas; parece
por las que sistemas teóricos dentro del marco de la evolución de la propia actuar sólo como agente
aparentemente neutros, ad- forma. Esta dialéctica puede ser d.escrita como descubridor de objetivida-
la posible coexistencia dentro de toda forma des. De todos modos, la for-
quieren beligerancia y los de dos tendencias. Una tendencia supondría
sistemas estéticos más ((dis- que la forma arquitectónica es la reconocible
ma en que la subjetividad
tantes» de los hechos reales, transformación de algún solido o platónico o aparece ahora borrada, di-
evidencian su constante y procedente de una geometría pre-existente. En fiere de la que había en el
obsesivo comentario acerca tal caso la forma se entendería a través de una fundamento ideológico del
de ellos. serie de registros preparados para hacer traer a Movimiento Moderno: en-
2. La diversificación de la memoria una condición geométrica más sim- tonces el control de la obra
las doctrinas -la relativi- ple. Esta tendencia es ciertamente un resto de se atribuía a las técnicas
zación de las formas en que la teoría humanista. Sin embargo, a ésto hay productivas y exigencias so-
la arquitectura responde a que añadir una segunda tendencia que ve la ciales, ahora la forma apa-
los estímulos de la realidad, forma arquitectónica de un modo atemporal y rece necesaria, determina-
descompuesto, como algo que da una versión da unívocamente por pará-
que ello comporta- es el simplificada de un conjunto pre-existente de
primer rasgo que identifica- metros objetivos, sólo si se
entidades espaciales no específicas. En este ca-
rá quien trate de analizar el so la forma es entendida como una serie de acepta la teoría de base. La
panorama de la situación fragmentos, signos que no dependen de un sig- tipología del sector urbano
que se define como after. nificado y que no hacen referencia a una con- o determinadas reglas de
La asunción del carácter dición previa. La primera tendencia, tomada generación y transformación
epistemológico de la teoría en sí misma, es una actitud reductiva y asume de sistemas geométricos,
arquitectónica, la conscien- una cierta unidad primaria con bases éticas y determinan objetivamente
cia de cuanto tiene de críti- estéticas para toda creación. La segunda, en sí a la forma arquitectónica,
ca del conocimiento, exige la misma, asume una condición básica de frag- sólo a partir de una subjeti-
construcción de un marco mentación y multiplicidad, de la que la forma vidad anterior: la que com-
de referencia en el que todo porta la asunción de las
el sistema adquiera verosi- ideas de arquitectura en
militud; donde tanto la crí-
AFTER que uno y otro caso se fun-
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tica como la actividad de dan. La objetividad, de ese


proyecto pueda ser verifi- modo, se pervierte al con-
cada. Entender la arqui-
tectura como la extensión
figurativa del entorno, ex-
MODERN vertirse en arbitraria: la ne-
cesidad es anulada al con-
vertirse en ideología.
trayendo de ahí las leyes ARCHITECTURE Pero podría pensarse que
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es precisamente esa ideo- resultante es un estado de simplificación. Am- manda social y económica;
logización de lo ((objetivo)) bas tendencias sin embargo, al tomarse conjun- referirse, hoy, a la objetivi-
lo característico de la arqui- tamente, constituyen la esencia de esta nueva y dad de la forma sólo tiene
tectura actual; ello supon- moderna dialéctica. Definen la naturaleza in- sentido en un ámbito disci-
herente del objeto en y por sí mismo y su capa- plinar, más o menos forma-
dría aceptar que la objetivi- cidad de ser representado. Sugieren que los
1 dad racionalista -la que el supuestos teóricos del funcionalismo son más lizado. La disciplina, de ese
Movimiento Moderno gus- culturales que universales. modo, pasa a ser el sistema
taba establecer en base a re- EI Post-funcionalismo es por tanto un tér- de preceptos y normas ca-
querimientos técnicos y so- mino de ausencia. En su negación del funciona- paz, no tan sólo de guiar la
ciales- era realmente neu- lismo sugiere ciertas alternativas teóricas posi- producción de la forma, si-
tral: libre de contaminación tivas -fragmentos de pensamiento existentes no también -y sobre todo-,
ideológica. Y no me parece que, al ser examinados, pueden servir como de asegurar la verificación
necesario denunciar, a este trama para el desarrollo de una estructura teó- del resultado. Sedimento
respecto, la dudosa cienti- rica más amplia -pero no se propone en sí y histórico de la práctica ar-
ficidad de la negación de lo por sí mismo dotar de una etiqueta a tal nueva quitectónica, ((sentido co-
conciencia en arquitectura, que en mi opinión mún» del proyecto, la dis-
subjetivo que el Movimiento está ya potencialmente ante nosotros.
Moderno trata de represen- ciplina se convierte, ahora,
tar, para que, de ese modo, Peter EISENMAN en el nuevo universo del dis-
queden bien patentes los in- curso de la arquitectura; el
tereses concretos que hay campo nocional en el que
detrás de ese proyecto. Lo cualquier operación de pro-
realmente distintivo de la UNA TERCERA TIPOLOGIA yecto adquiere sentido: el
nueva situación sería, más Anthony Vidler único en el que encuentra
bien, la consciencia de eco el silencio de la forma.
cuanto tienen de opcionales Desde la mitad del siglo dieciocho, apare- El hecho que marca la
-de subjetivas- las opera- cen en la producción de la arquitectura dos dis- ruptura fundamental entre
ciones previas a la asunción tintas tipologías. la arquitectura de Kahn y
La primera, desarrollada a partir de la filo- la del Movimiento Moderno
de un modelo teórico, en sofía racionalista de la Ilustración, e inicial-
cuyo in terior -i ahora si! - mente formulada por el Abbé Laugier, propo- no es tanto la evidencia con
todo se explica por relacio- nía que la base natural para el diseño debía ser que en ella se asume ese ((al-
nes de necesidad; donde to- el modelo de la choza primitiva. La segunda, go más, que la función,
do aparece controlado por que apareció a partir de la necesidad de afron- cuanto la naturaleza de los
asépticos ((teoremasy reglas tar el problema de la vivienda masiva a finales parámetros con los que sus-
de la disciplina)). Lo que del siglo diecinueve, y que fue planteada de tituye a la función en el pro-
marcaría la diferencia res- manera más clara por Le Corbusier, proponía ceso de creación de forma.
pecto al período anterior se- que el modelo para el diseño de la arquitectu- El orden es, en su arquitec-
ría el hecho de que, ahora, 1 ra debía encontrarse en el propio proceso de tura, un apriori arbitrario,
los propósitos de limitar las producción. Ambas tipologías creían firme- subjetivo -en el sentido que
mente que la ciencia racionalista, y más tarde no responde a una necesidad
decisiones en el proyecto al la producción de tecnología, representaban a
ámbito de los datos objeti- las «formas» más progresistas de su época, y objetiva o aspiración de la
vos no pueden presentarse que la misión de la arquitectura como agente época- que se presenta, en
como ideológicamente neu- del progreso era adaptarse e incluso llegar a do- cambio, como principio
tros; la opción se inscribe minar estas formas. ontológico del proyecto. El
claramente en el nivel de la En el contexto actual, cuando se están cues- propósito de reemplazar las
superestructura: nadie pue- tionando las premisas del Movimiento Moder- ((razonesexternas)) de la ar-
de, ahora, proponer la obje- no, ha aparecido un renovado interés por la for- quitectura por otras que se
tividad como instancia de ma y por el tejido de las ciudades pre-indus- asumen como propias y,
legitimación de su arquitec- triales, lo cual vuelve a suscitar el tema de la ti- sobre todo, la consciencia
pología en la arquitectura. Desde las trans- con que se propone un prin-
tura. formaciones que Aldo Rossi ha llevado a cabo
3. La relativización de los en la estructura formal y en las instituciones tí- cipio de limitación, cuya va-
criterios en la determinación picas de la ciudad del dieciocho, hasta los cro- lidez es independiente de
de la forma; la falta de con- quis de los hermanos Krier que recuerdan los quien lo adopta, son hechos
senso respecto a la relevan- primitivos tipos de los (~phiZosophewde la Ilus- que permiten considerar a
cia de un parámetro que tración, existe una serie creciente de ejemplos Kahn como la pieza que
controle el proyecto ((desde que sugieren la aparición de una tercera tipo- establece la rótula entre el
fuera)) -desde la realidad logia. Movimiento Moderno y el
de los hechos exteriores a la EI atributo fundamental de esta tercera ti- after que aquí se analiza.
arquitectura-, la renuncia pología sería su adhesión, no a una naturaleza Porque, el repliegue dis-
a seguir considerando a la abstracta, ni a una utopía tecnológica, sino al ciplinar que caracteriza a la
arquitectura como un sis- modelo de la ciudad tradicional. Es decir, la arquitectura de los Últimos
ciudad proporciona el material para clasificar,
tema estético-productivo, y las formas de sus artefactos la base para su años, independientemente
capaz de racionalizar la re-composición. Las líneas maestras de esta ter- de su explícita teorización
construcción del entorno ar- cera tipologia, como las de las otras dos, son el desde alguna de las doctri-
tificial, ha provocado una razonamiento y la clasificación, de ahí su mar- nas en juego, reside en la
actitud ampliamente com- cada diferencia con los románticos de Última aparición de la opción teó-
partida, caracterizada por hora que proponen el «townscape»y la «strip- rica como horizonte en el
la búsqueda de los contro- city» como sustitución del urbanismo del Mo- que se puede hablar de lo
les del proyecto en el interior verdadero y lo falso, como
de la disciplina. principio autónomo de de-
La objetividad, como se marcación entre el interior
ha visto, deja de entenderse
AFTER y el exterior del discurso ar-
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como adecuación neutral quitectónico. Se trata de es-


-científica- de la forma tablecer una noción arbitra-
arquitectónica a las exigen-
cias del contexto; la forma I MODERN ria e instrumental de «ver-
dad)), capaz de reemplazar
I
~

a las instancias que verifican


deja de constituir un pro-
ducto necesario de la de- ARCHITECTURE la arquitectura desde su ex-
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terior; podría hablarse de vimiento Moderno desde los años cincuenta. cho de que la disciplina
una sustitución de mitos: la Sin embargo, si nos fijamos atentamente, constituye un sistema nor-
heteronomia se ve desplaza- veremos que la idea de tipo que tenían los ra- mativo con existencia autó-
da por la autonomía. cionalistas del siglo dieciocho era de un orden noma, siempre existe un ni-
Incluso cuando se esta- distinto al de los primeros modernos, y así tam- vel de crítica -se dirá- en
bién la nueva tipología que está apareciendo es el que la valoración no tan
blece la ciudad como pará-
radicalmente distinta de ambos.
metro relevante del proyec- La famosa «choza primitiva» de Laugier, sólo puede sino que debe
to, su reducción a categorías paradigma de la primera tipología, se fundaba hacer abstracción de la
formales, el hecho de hacer en la creencia en el orden racional de la natura- ideología.
abstracción de los procesos leza; el origen de cada elemento arquitectónico No es el momento para
reales de construcción de la era natural; la cadena que ligaba la columna llamar la atención sobre el
ciudad de hoy y la extrapo- a la choza y ésta a la ciudad era paralela a la ideologismo implícito en
lación de los rasgos estruc- cadena que ligaba el mundo de la naturaleza una actitud que fundamen-
turales de la ciudad histó- entre sí. Las primitivas geometrías que se utili- ta su argumento en la exis-
rica, no son otra cosa que zaban para la combinación de elementos-tipo, tencia de una demarcación
intentos de establecer un sis- se entendían como expresión de la forma que la precisa entre: lo disciplinar
naturaleza oculta bajo su apariench superficial.
tema arbitrario de preceptos /((lo otro», lo puro/ lo im-
Mientras que en sus comienzos el Movi-
capaces de controlar el pro- 'miento Moderno también hizo una llamada a puro, lo científico/ lo ideo-
yecto; hasta los aspectos más la naturaleza, lo hizo más en forma de analogía lógico. En cualquier caso,
moralizantes -los que se re- que no como premisa ontológica. Se refería es- quisiera recordar, a este
lacionan con el rescate de los pecialmente a la nueva naturaleza de la máqui- respecto, que uno de los mo-
valores morfológicos de la na. Esta segunda tipología era ahora equivalen- dos en que se manifiestan
ciudad antigua- son ins- te a la tipología de la producción en masa de los sistemas ideológicos que
trumentalizados en aras de objetos que a su vez estaban sujetos a una se- subyacen en los sistemas es-
la verosimilitud científica de lección casi darwiniana por la cual no sobrevi- téticos es, precisamente, en
la disciplina. La consistencia vían más que los que eran más adecuados. El el uso que desde ellos, en
del sistema, en tanto que eslabón que unía la columna, la casa-tipo y la un momento histórico pre-
ciudad se asimilaba a la pirámide del proceso ciso, se hace de la discipli-
constructo intelectual, pasa de producción, desde la pieza más pequeña a la
por encima de su capacidad máquina más compleja, y las formas geométri- na, es decir, en la forma de
de referirse a la realidad, en cas de la nueva arquitectura se veían como las establecer, en cada situación,
tanto que teoría. más apropiadas para ser mecanizadas. el límite entre la disciplina
En este contexto, el aca- En estas dos tipologías, la arquitectura se y ((10 otro)).
demicismo que, más o me- comparaba y se legitimaba con una «naturaleza» 4. Otro rasgo generalizado
nos explícitamente, se ob- externa a ella. Sin embargo en esta tercera ti- en el panorama actual de
serva en la mayoría de las pologia, ejemplificada en las obras de los nue- actitudes ante la arquitec-
doctrinas arquitectónicas vos Racionalistas, esto no ocurre así. Las co- tura es el eclecticismo, que
actuales, habría que enten- lumnas, las casas, y los espacios urbanos, si aquí debe entenderse en su
derlo más en relación con bien están ligados por una cadena de continui- sentido más amplio. En efec-
dad irrompible, sólo se refieren a su propia na-
las posibilidades de repro- turaleza de elementos arquitectónicos, y sus
to, abarca tanto su signifi-
ducción de un sistema de geometrías no son ni científicas ni técnicas, si- cado convencional de im-
normas que con la utilidad no esencialmente arquitectónicas. Está claro pureza estilística como
objetiva de tal operación. que la naturaleza a la que se refieren estos di- aquel que lo relaciona con
Ninguna de las razones que seños recientes es ni más ni menos que la pro- la disponibilidad: el uso ins-
históricamente han justifi- pia naturaleza de la ciudad, vaciada de cual- trumental de los estilos, con
cado el esfuerzo sistemati- quier momentáneo contenido social, y a la que propósitos diversos.
zador y difusor que carac- se le ha permitido hablar de su propia condi- Una y otra conducta tie-
teriza a la Academia puede ción ,formal. nen en común la conscien-
argumentarse, hoy, en de- Este concepto de la ciudad como espacio en cia de crisis del concepto de
el que aparece una nueva tipología, nace evi- estilo, en tanto que expre-
fensa de una actitud similar. dentemente de un deseo de subrayar la conti-
Dar verosimilitud al juego, nuidad de la forma y de la historia en contra
sión de los valores de una
incrementando el número de la fragmentación producida por las tipolo- colectividad histórica. Los
de jugadores, sería, en Últi- gías elementales, institucionales y mecánicas pioneros del Movimiento
ma instancia, la razón que de nuestro pasado más reciente. La ciudad se Moderno criticaron la idea
avalaria, ahora, la defensa concibe como un todo, y su pasado y su presente de estilo por su vinculación
de la normativa académica. quedan revelados en su estructura física. Es en con una idea precisa de di-
Disciplina autónoma, sí, y por si, una nueva tipología. Esta tipología dáctica de la arquitectura y
formalizada por introspec- no se compone de elementos separados, ni tam- de control formal del pro-
ción; Academia: el lugar poco se construye con elementos clasificados en yecto: el academicisrno. En
orden a su uso, ideología social, o características la codificación de formas y
donde la disciplina se repro- técnicas: está allí, completa y dispuesta a ser
duce sin contradicciones. la sistematización de solu-
fragmentada. Estas partes no re-inventan las
He aquí los elementos fun- formas-tipo de las instituciones ni repiten ciones que comportaba la
damentales de un plan de formas tipológicas del pasado: se seleccionan idea académica de estilo,
salvaguarda de los valores y reconstruyen siguiendo criterios que se derivan vieron un elemento patoló-
arquitectónicos no manci- de tres niveles de significado: el primero, here- gico en el cuerpo de la solu-
llados por la ideología. Por- dado de esas formas en el pasado; el segundo, ción de los problemas que
que, por otra parte, la re- resultado de haber escogido un fragmento con- las nuevas condiciones so-
ducción disciplinar, la ((ob- creto y delimitado por sus bordes, que en ciales y técnicas planteaban.
jetividad de la Academia)), ocasiones se entrecruzan con los de tipos pre- La noción de estilo que con
son presentados por deter- el Racionalismo entra en cri-
minados sectores de la crí- sis se define más por su re-
tica ((deizquierda))como ins-
AFTER lación con una precisa acti-
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tancias independientes de tud metodológica que con


la ideología, capaces de sen- los atributos que caracteri-
tar las bases de un juicio
estético inmune a sociolo-
gismos, simbolismos e idea-
MODERN zan a los estilos históricos;
con aquellos que los con-
vierten en expresión siste-
lismos en general: por el he- ARCHITECTURE mática de los valores de la
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clase en el poder. En este vios; el tercero, propuesto a través de la re- de estilo por la de lenguaje,
aspecto, la arquitectura ra- composición de estos fragmentos en un nuevo operada en la producción
cionalista, en tanto que es- contexto. teórica de los Últimos diez
tilo, asumió, como ningu- Tal .ontología de la ciudad» es sin duda ya- años-, aun en los casos en
na otra, la expresión de dical. Niega todas las definiciones socialisto-
utópicas y progresivo-positivistas de arquitectura
que obedece claramente a
tales valores, atribuyéndo- propósitos de ((puestaal día))
de los ÚIltimos doscientos años. La arquitectura
los al ((espíritude la época)); deja de ser un dominio que debe relacionarse terminológica- y el sentido
toda su inequívoca dimen- a una aociedadn para pasar a ser concebido o claramente estructural que
sión comunicativa se centró comprendido, la arquitectura deja de «escri- adquiere el término -más
en la exaltación simbólica bir la historia» en el sentido de particularizar relacionado con la articula-
de los principios y valores una situación social específica en un tiempo ción de significantes que
-éticos y estéticos- de la o lugar concreto. Desaparece la necesidad de con el sistema de significa-
sociedad maquinista. El hablar de función, de usos sociales; es decir, de ciones- es índice de la re-
Movimiento Moderno, en cualquier cosa más allá de la propia forma ay- ducción a la sintaxis que se
este sentido, no tan sólo de- quitectónica. Entouces, tal como había vislum- ha producido en el ámbito
ja intacta la noción de estilo, brado Victor Hugo hacia 1830, la comunicación del conocimiento y de la
sino que la refuerza nota- a través de la letra impresa -Últimamente a
través de los medios de comunicación de ma- producción de arquitectura.
blemente, al acentuar sus sas- ha separado a la arquitectura de su pa- En el terreno concreto de
aspectos ideológicos. pel de «crónica social))y la ha colocado en su te- las teorías, la propuesta de
Es precisamente en este rreno especializado. Rossi encierra una clara di-
aspecto -la relación simbó- Esto no quiere decir que la arquitectura ya mensión sintáctica en la me-
lico-ideológica entre el estilo no cumpla ningún papel como crónica social, dida que entiende la idea de
y la consolidación material que y a no satisfaga ninguna necesidad más tipo como instrumento que
de las aspiraciones de una allá de la del diseñador que cree en .el arte por controla la construcción de
colectividad- donde se el arte», sino sencillamente que las principales la ciudad, desde su conside-
acusa la crisis de la noción condiciones para la invención del objeto y su ración como institución sin-
de estilo que caracteriza a entorno no tienen porqué incluir necesaria-
táctica históricamente legi-
la arquitectura de después mente una declaración de adecuación de la for-
ma al uso. Lo que ocurre aquí es que lo que se timada; es decir, verificada
del Movimiento Moderno. ha vuelto decisivo es la adopción de la ciudad por la evolución de los usos
La conciencia de la falta de como lugar para la identificación de la tipologia del espacio y la forma de la
consenso a todos los niveles, arquitectónica. En la experiencia acumulada ciudad. La idea de construc-
propia de una sociedad cu- de la ciudad, sus espacios públicos y las formas ción se asocia ahí con la de
ya estructura está determi- de sus instituciones, se puede concebir una ti- forma racional, clasificable,
nada por el conflicto, impi- pología que pueda ser leída en términos de su analizable. La estructura
de pensar en ningún siste- función, pero que, al mismo tiempo, asegure organizativa de la forma es
ma estético que actúe como una relación a otro nivel con la tradición de vi- el parámetro determinante
paradigma de in teracción da ciudadana. La característica de la nueva on- de esa arquitectura, el prin-
social. La aparición de me- tología, más aiiá dei aspecto formai concreto, cipio generador de la ciu-
dios de disciplina y control es que la ciudad, al contrario de la columna so-
la, la choza, o la máquina, es y ha sido siem- dad. En ello reside el cuerpo
más eficaces, disminuyen, pre esencialmente política. Por Io tanto, ¡a frag- disciplinar que Rossi reivin-
por otra parte, el interés de mentación y la re-composición de las formas de dica como instrumento de
la arquitectura como vehicu- sus espacios y de sus instituciones no pueden control científico de la arqui-
lo de proyección ideológica nunca separarse de sus implicaciones políticas. tectura, Los aspectos figura-
del poder. Cuando se seleccionan una serie de formas tivos deberían entenderse
En este contexto, el eclec- típicas del pasado de una ciudad, éstas nunca como intercambiables, des-
ticismo es consecuencia ló- aparecen, por mucho que hayan sido mutiladas, de una estricta ortodoxia
gica, por una parte, de la desprovistas de su significado político y social rossiana. El hecho de que
crisis de los valores más o original. EI original sentido de la forma y las quienes se adscriben a esa
menos compartidos y, por capas que el tiempo y la experiencia humana tendencia coincidan en el
otra, del nuevo status que han ido depositando en ella no se pueden apar-
tar fácilmente; y no cabe duda de que la inten-
recurso sistemático a poéti-
la arquitectura adquiere en ción de los Racionalistas no es contraria a esta cas de la Ilustración -en
tal situación social. En ade- idea. Más bien, los significados de los tipos que aquellos aspectos que apa-
lante, a través del uso de los todavía prevalecen, pueden ser útiles para ex- recen más próximos al ra-
estilos se amplía el espacio plicar los nuevos significados de que se les ha cionalismo alemán de en-
de juego con el uso cultural dotado. La técnica, o mejor dicho el metodo treguerras- no debería
de la arquitectura: desde la cornpositivo fundamental sugerido por los Ra- suponer otra cosa que un
recuperación de la Historia, cionalistas, es la transformación de algunos irresistible deseo de conectar
conectando con los ((gran- tipos -en parte o por completo- en entes to- figurativamente con perio-
des momentos)),hasta la ins- talmente nuevos, cuyo poder comunicativo y cri- dos históricos en los que la
titución de un código de in- tico arranque de la comprensión de esta trans- arquitectura se fundó en
fracciones como guía para formación. Por ejemplo, el proyecto de Aldo
Rossi para el Ayuntamiento de Trieste se ha
principios ((racionales)),si-
el proyecto, que sustituya al entendido como referencia, dentro de lo com- milares a los que el rossismo
antiguo código de normas, plejo de sus formas, a la imagen de la prisión asume. La recuperación de
pasando por la utilización de finales del siglo dieciocho. Como demos- la Historia se produciría, así,
instrumental de estilos his- tró Piranesi, en la época de la primera forma- por medio de la evocación
tóricos como soporte de re- lización de este tipo, era posible ver en el pero, sobre todo, a través
flexiones e investigaciones concepto prisión una amplia imagen del dile- de la racionalidad de la for-
estrictamente formales, ma, en sus aspectos más
constituyen, ahora, conduc- abstractos, previos a cual-
tas legítimas en el ámbito
del proyecto. AFTER quier opción figurativa.
De otra naturaleza es el
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En cualquier caso, la cri- uso de la arquitectura ra-


sis de la noción de estilo no
presupone la desaparición
de la sistematicidad en la
MODERN cionalista por parte de los
miembros más puros del
grupo de New York. Su re-
arquitectura. Por el contra-
rio, la sustitución de la idea
ARCHITECTURE ducción a lenguaje neutro,
dotado de una dimensión
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estrictamente instrumental, ma de la sociedad misma, indecisa entre una fe constituir el entramado ope-
es la operación previa al reiigiosa que se desintegraba y una razón ma- rativo sobre el que se engar-
proyecto. La distancia his- terialista. Ahora bien, Rossi está atribuyendo zan las formas de una épo-
tórica que separa su utiliza- al Ayuntamiento (de por sí también recono- ca para convertirse en un
ción actual de la que se pro- cible como tipo en el dieciocho) la imagen de modo de entendimiento de
prisión, y de esta manera consigue un nuevo la forma, en un principio
dujo en su contexto origina- nivel de significado, lo cual es evidentemente
rio, asegura la pérdida de una referencia a la ambigüedad del gobierno
que controla su producción
cualquier significado cultu- como institución. En esta formulación los dos y permite, a la vez, verificar
ral, lo confirma como siste- tipos no se mergen entre sí: el tipo de ayunta- su resultado.
ma formal semánticamente miento se ha sustituido por el de arcada abier- Los propósitos de neutra-
vacío. Establecer el reper- ta, en contradicción con el de prisión. La dia- lización simbólica de los len-
, torio de elementos y definir léctica es tan clara como una fábula: la socie- guajes serían la garantía
las reglas de transforma- dad que entiende la referencia a la prisión ne- ideológica de las conductas
ción son decisiones contro- cesita esa referencia; en el momento en que la eclécticas. Los estilos histó-
ladas por la propia reflexión imagen pierda su significado, la sociedad toda ricos, citados sistemática-
disciplinar. Todas las ope- se habrá convertido en prisión, o, quiz& en to- mente o usados como depó-
do lo contrario. La oposición de metáforas uti- sitos de formas y reperto-
raciones del proyecto encuen- lizada en este ejemplo se puede encontrar en
tran en ella la posibilidad rios, constituirían el mate-
muchos de los proyectos de Rossi, y en general
de verificación interna: sólo en las obras de los Racionalistas, no sólo en lo rial básico de una opera-
la arquitectura controla el que hace referencia a la forma de las institucio- ción que trasciende su sen-
proceso de su supervivencia. nes, sina también a los espacios de la ciudad. tido. Codificar la nostalgia,
El recurso a la poética racio- Esta nueva tipología es explícitamente crí- contrarrestando el recuerdo:
nalista explicable por su tica del Movimiento Moderno; utiliza la ela- tal parece ser el propósito
disponibilidad para sopor- ridad de la ciudad del dieciocho para expresar de los eclecticismos más
l a r la manipulación formal su repulsa a la fragmentación, descentraliza- agresivos de la arquitectura
a que es sometida, supone, ción, y desintegración formal que el zoning y contemporánea.
los avances tecnológicos de los áños veinte in- 5. La posibilidad y fortu-
por otra parte, una distan-
trodujeron en la vida urbana contemporánea. na de la ((arquitectura de
cia crítica respecto a los va- Mientras que la pesadilla del Movimiento Mo-
lores que en tanto que esti- derno fueron los barrios oscuros, superpobla-
papel» es un rasgo distinti-
lo expresaba: denuncia su dos e insalubres de las viejas ciudades industria- vo de la situación que se ha
sistematicidad no asumida y, les, y su paraíso los espacios soleados y verdes definido como qfter, con una
lo que puede entenderse su -una ciudad que se convertía en jardín- esta precisa significación teórica
correlato, la falta de rigor nueva tipología, como crítica del urbanismo y cultural que interesa anali-
en la forma de afrontar los moderno, eleva a categoría de principio el tejido zar en el contexto de estas
problemas de la forma. urbano continuo y la clara distinción entre espa- notas. No se trata de repro-
La asistematicidad de la cio público y privado que señalan las paredes de ducir la polémica sobre si
propuesta arquitectónica las calles y de las plazas. Su pesadilla es el edi- es o no arquitectura la ex-
de Venturi es sólo aparente. Ficio aislado en medio de un parque. Los héroes presión gráfica del resulta-
de esta nueva tipología se deben por lo tanto do de un proceso de crea-
Su rechazo del credo estético encontrar no entre los nostálgicos utopistas del
macionalista se apoya en diecinueve que odiaban la ciudad, ni tampoco
ción de forma; sólo desde
un sistema alternativo en el entre aquellos que en el siglo veinte criticaban una idea de arquitectura que
que las relaciones entre las el progress tecnológico e industrial, sino entre se situase más allá de la His-
formas, lejos de perder rele- aquellos que, como profesionales al servicio de toria, que tratase de perpe-
vancia, sólo han cambiado la vida urbana, dirigen su habilidad en el dise- tuarse haciendo abstracción
su naturaleza; complejidad, ño a resolver los problemas de la avenida, la ar- del tiempo y el espacio, ten-
montradicción o ambigüedad, cada, la calle y plaza, el parque y la vivienda, el dría sentido un discurso on-
son categorías estéticas tan edificio oficial y el equipamiento, según una ti- tológico de esa naturaleza.
precisas como: simplicidad, pologia continua que sea coherente con el tejido Identificar el sentido que
acuerdo o claridad, y gene- urbano del pasado y la intervención actual, con adquiere el hecho -en tan-
radoras de sistemas forma- Dbjeto de lograr que la ciudad sea una experien- to que fenómeno real- en
ria comprensible.
les tan definidos como los el marco del proceso histó-
Para esta tipologia no existen una serie de
que hacen de éstos sus pará- reglas fijas para estas transformaciones, ni rico, será el propósito de las
metros determinantes. El tampoco un conjunto de precedentes históricos siguientes reflexiones.
módigo de transgresiones polémicamente definidos. Tampoco tiene por- Que nadie vea en lo ante-
que Venturi trata de insti- qué tenerlos; la continua vitalidad de esta prác- rior una declaración de ma-
tuir sería el sistema de rela- tica arquitectónica reside en su compromiso terialismo esquemático, más
ciones controlado por los esencial con las concretas necesidades del pre- o menos positivista, que
nuevos principios teóricos; sente y no en una mitificación del pasado. En justifique un cierto terroris-
el conjunto de preceptos de sus evocaciones de la historia rechaza toda mos- mo de los hechos respecto
un lenguaje que no deajade talgia», si no es para dar a sus restauraciones de las ideas; sólo hay en ello
mayor claridad; rechaza las descripciones unita- una voluntad de abandonar
ser sistemático por haber rias del significado social de la forma, recono-
ampliado sus posibilidades desde el principio considera-
ciendo que toda atribución de un orden social a
de articulación, modifican- un orden arquitectónico es limitada; finalmen- ciones que, partiendo de un
do los criterios de valora- te se niega a aceptar cualquier eclecticismo, fil- idealismo interesado, han
ción estética de las mismas. trando todas sus «citas» a través del lente de contribuido a desvirtuar los
Las crisis del estilo que una estética moderna. En este sentido es un términos de la reflexión,
subyace en los diversos modos movimiento enteramente moderno, que mani- obstaculizando el conoci-

1 e eclecticismo de la arqui- Fiesta su fe en la naturaleza esencialmente pú- miento.


ctura actual, no afecta, blica de toda arquitectura, en oposición a las La arquitectura dibujada
omo se ha visto, a sus as- visiones privatizadas de los individualistas ro- -aquella que se produce
pectos sistemáticos; por el mánticos de la Última década. En ella se rea- asumiendo la expresión grá-
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contrario, la noción de esti- firman la ciudad y la tipología como las únicas fica como objetivo Último
bases posibles en las que apoyarse para devol-
lo como institución social es ver su papel crítico a una arquitectura que es- de la operación de proyecto;
reemplazada por la idea de iá siendo asesinada por el aparentemente inter- no la que por razones exter-
lenguaje, que ahora adquie- minable ciclo de la producción y el consumo. nas vio interrumpido el pro-
re una dimensión cognosci- ceso de su puesta en obra-
tiva. La sintaxis deja de Anthony VIDLER en tanto que fenómeno his-
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tóricamente determinado, se lógica o tecnológica del mis- actividad que se quería au-
relaciona, por un lado, con mo, su simple concreción tónoma -casi marginal-
la acentuación del desequi- gráfica basta para una va- supone su inclusión en los
librio entre la capacidad de loración conceptual. En el circuitos de consumo cuali-
producción de forma y la primer caso el dibujo es un ficado de la forma abstrac-
demanda social de la mis- signo que sólo encuentra re- ta, es decir, en lo que en tér-
ma y, por otro, con el replie- ferente en la realidad mate- minos de publicidad podría
gue disciplinar, al que me rial; la obra construida per- llamarse ((procesosde pro-
he referido más arriba. La mite verificar la capacidad gramación de criterios esté-
ampliación del universo de del proyecto para resolver ticos para profesionales)).
la forma que las posibilida- los problemas que, más allá Fundaciones, publicacio-
des tecnológicas hacen vero- de la arquitectura, plantea nes, y universidades, son las
símil, ha generado un pro- el uso social de la misma. En instituciones que soportan la
ceso autónomo de investiga- el segundo, el dibujo supo- existencia parasitaria de
ción formal cuya verificación ne la conclusión del proce- quienes, paradójicamente,
no necesariamente debe so de producción de forma; reivindican la autonomía de
efectuarse en el ámbito de su existencia material sólo su disciplina.
la construcción material de sería metafórica, supondría Por otra parte, el consu-
la arquitectura. En un con- la realización de algo que mo profesional de principios
texto en que la producción está contenido en el papel y formas ((de laboratorio))
y el consumo del espacio ar- sólo virtualmente: como po- atribuye a los centros de de-
quitectónico han encontra- sibilidad; la representación cisión un rol programático
do criterios de racionalidad gráfica es el instrumento de que entra en contradicción
específicos -beneficio, comprobación por el que de- con la naturaleza epistemo-
mercado, etc.- ajenos a los cisiones concretas en el pro- lógica que desde un plano
que la arquitectura les ofre- ceso de creación formal, teórico se les otorgaría. La
cía, finalizada la utopía de adquieren o no sentido, en capacidad crítica que per-
una posible refuncionaliza- el interior del sistema de mite la sustitución de pará-
ción de la institución, en principios con el que se actúa. metros en la producción de
tanto que garante del con- En un caso, la actividad la forma es neutralizada por
trol estético e ideológico de -el uso físico de la forma- el consumo de tal sustitución
la producción de espacio es el parámetro qüe con- en términos de imagen co-
habitable, a nadie debería trola, a la vez, la produc- merciable.
extrañar el replanteamiento ción y la evaluación de la ar- El éxito obtenido por los
de la creación de forma quitectura; en el otro, la dibujos de los Krier entre
como actividad específica, disciplina -que presupone, estudiantes y recién gradua-
autónoma, independiente como dato, la actividad que dos de dodo el mundo)) no
de la producción; sólo con- la forma hace posible- es puede explicarse sólo por la
trolada por el hábito, adqui- el campo nocional que con- capacidad de aquellos para
rido a lo largo de la Historia, firma el proceso de construc- reflejar en sus obras la vo-
de realizar unas operacio- ción de la forma, siendo, a luntad artística de su tiem-
nes que se inscriben en el su vez, ratificada por él, en po. La reducción del estilo
sistema de principios que cada caso. a manera que se aprecia en
se entiende por disciplina. No se trata, por tanto, esos dibujos; la facilidad con
Teniendo en cuenta que, de la elección de unas con- que se convierten en clisés
además de la explicación diciones favorables para formales de utilidad ilimi-
del fenómeno en términos el proyecto, en las que la au- tada; la posibilidad de ser
de inercia histórica de las sencia de requisitos sociales transgredidos conceptual-
superestructuras, la produc- o económicos favorezca la mente, conservando prácti-
ción de forma abstracta ad- ((creación artística)), lo que camente intactos sus atri-
quiere una funcionalidad caracteriza a la arquitectura butos de imagen, son algu-
subsidiaria, respecto del sis- dibujada; el propósito de ex- nas de las circunstancias que
tema económico, que justi- plotar al máximo la capaci- hay que relacionar con el
fica su práctica institucio- dad de investigación formal fenómeno de su prodigiosa
nalizada. -como se ha visto, muy su- difusión. La voluntad de
La arquitectura como perior a las posibilidades de consolidación de una retóri-
práctica social deja de ser el consumo de forma- como ca, a través de la asumida
paradigma de la actividad contribución al proceso de academia de la publicación
de proyecto para ser enten- desarrollo de la disciplina, reiterada; la fidelidad con
dida, en adelante, como for- en tanto que sistema autó- que repiten estereotipos y
ma de conocimiento. El nomo, sería la razón de tal singularidades -diríase que
marco de referencia deja de arquitectura. con gran respeto para sus
ser la sociedad (o la ciudad, Es precisamente ahí don- incondicionales- no deja
en tanto que lugar de la con- de se plantea el escollo fun- lugar a dudas respecto a las
vivencia social) para ser reem- damental para la actitud a condiciones en que se rea-
plazado por la disciplina (o que me refiero: la necesidad liza su trabajo.
la ciudad, en tanto que cons- de contar con una demanda Por otra parte, los proyec-
tructo mental controlado potencial para esa arquitec- tos recientes de Stirling pa-
por sus principios). tura, la propia naturaleza recen traducir las angustias
La diferencia entre una y de los medios con los que e indecisiones -pero tam-
otra forma de entendimien- deberá producirse su difu- bién la agresividad- de un
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to de la arquitectura supo- sión, genera una progresi- estudiante aventajado que


ne una similar diversidad va aproximación a centros trate de incorporarse a la
en las formas de verificación. de poder económico y aca- aventura cultural que el pre-
Si la materialización del démico, por parte de sus sente depara. Su renuncia al
proyecto es necesaria para más ilustres representantes. propio pasado como instan-
cualquier evaluación socio- La funcionalización de una cia indispensable para supe-
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Irarlo, lo convierte en ejem- ticismo y liderazgo de arqui- un rol típicamente ideológi-
plificación ilustre de aque- tecturas dibujadas, son ras- co, la arquitectura se bate
llos arquitectos que en los gos que dan verosimilitud a en retirada, hoy, entre el co-
años sesenta representaban la hipótesis de la supera- nocimiento y el consumo,
la vanguardia profesional y ción histórica y cultural del celebrando con su nostalgia
ahora consienten su impú- Movimiento Moderno. To- el final de una escapada -la
dica seducción por los da- dos ellos comparten un sen- clausura de un paréntesis-
boratorios» más acredita- tido de repliegue de la arqui- en el que, presa de su sober-
dos. En cualquier caso, la tectura hacia los dominios bia, como la reina de un
distancia entre dos tipos de que le son propios; lejos de cuento, no- bastándole con
práctica que responden a los momentos de euforia ser bella, quiso, además, ser
intereses y planteamientos histórica en los que, desde Útil a la sociedad -que hoy
distintos, hace que los inten- una actitud típicamente ex- dispone de otros medios de
tos de aproximación entre pansionista, la arquitec- control- racionalizando la
ellos se conviertan, por lo tura trató de controlar los construcción de sus cam-
común, en una caricatura procesos y decisiones que pos de batalla, actualizando
de los propios propósitos; en pudieran seguir considerán- la forma de sus escenarios,
una sistemática secuencia dola como una institución mejorando la forma de vida
de palos de ciego. irreemplazable; entrada en de sus actores.
6 . Diversificación de doc- crisis la propia idea de van-
trinas, consciencia disci- guardia, en tanto que avan-
plinar, fortuna del eclec- zadilla cultural fundada en Helio PIÑON

BREVE RELACION
DE LO OCURRIDO EN ARQUITECTURA
EN LOS ULTIMOS 25AÑOS
Lo que se entiende por «AfterModern Architecture» exigía la definicih del marco temporal en que
éste se había producido. Quienes convocaron la reunión de Nueva York creveron que era conveniente que
cada una de las revistas precisase cuáles eran los más destacados acontecimientos de la historia de la ar-
quitectura reciente, que daban paso a la situación en la que se discutía. La Redaccicín de Arquitecturas-
bis preparó la breve relación de acontecimientos que aquí se ofrece respetando la limitación impuesta
por los organizadores de que el texto no excediese cinco.folios. La necesidad de esta forzosa referencia
como marco en el que llevar a cabo la discusión, curiosamente, contradecía lo que había sido uno de los
principios básicos del Movimiento Moderno: la negación de la Historia.
Un estudiante que se Naciones Unidas y tendrá desplazó así hacia la figura
preciase al filo de los 50 ocasión, al fin, de construir de Wright, único ejemplo
debía haber estado en Lon- la primera Unité d'Habita- de lo que él llamaba la ar-
dres para visitar el Royal tion. Gropius y Mies ense- quitectura orgánica. Desde
Festival Hall y leído ((Space, ñaron los principios de la la plataforma de una teo-
Time and Architecture». nueva arquitectura en una ría de la arquitectura es-
Giedion hizo con su libro fértil tierra virgen, América, pacialisí a el Moviinieiiío
un gran esfuerzo por legiti- lo que les permitirá, por otra Moderno será acusado,
mar, desde su condición de parte, convertirse en activos abiertamente, de exclusi-
historiador, el Movimiento constructores, siendo in ás vista y dogmático. Por otra
Moderno. Tal y como Gie- tarde el ejemplo vivo en el parte hay que señalar que
dion explicaba, lo ocurrido que se alimentarán las ar- tanto Zevi como Pevsner uti-
al Movimiento Moderno te- quitecturas comerciales que lizan la historia como disci-
nía todos los papeles en re- realizan potentes organiza- plina desde la que enten-
gla y nada había que temer ciones profesionales. der lo ocurrido, oponién-
por tanto; para Giedion la dose así al anti-historicismo
arquitectura moderna ha- Puede pues decirse que, de un Gropius o un Mies. La
bía dado respuesta adecua- al comenzar los 50, la ar- recuperación de figuras
da a los problemas plantea- quitectura moderna estaba coino Wright, Asplund o
dos por una nueva sociedad ya plenamente aceptada y Aalto sería el inmediato
dueña de una nueva técnica que sus principios habían fruto que una tal actitud
e incluso podía vérsela, co- de-jado de ser patrimonio produjo.
rno él hacía, desde una pers- exclusivo de una élite van- Si a esto se añade que el
pectiva que enlazaba con la guardista, para convertirse proceso de instit ucion aliza-
tradición wolffliniana. Nada en base teórica de la ense- cion sufrido por la arquitec-
que temer de la nueva ar- ñanza en las Escuelas o en tura moderna había dado
quitectura. Quienes en los repertorio estilístico de la ar- lugar a una cierta pérdida
años 20 animaron las van- quitectura de consumo. de tensión que cabía obser-
guardias son, al comen- Pero tal actitud fue puesta var incluso en la arquitec-
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zar los 50, los arquitectos en cuestión por Zevi a me- tura más cualificada, no sor-
más solicitados. Le Corbu- diados de los 50, propo- prenderá el que una actitud
sier, el más claro represen- niendo una mayor atención crítica frente a ella aparez-
tante de aquellas vanguar- por los problemas espaciales: ca en Inglaterra pidiendo
dias, recibirá el encargo de el interés por los arquitectos un mayor rigor formal y un
estudiar el edificio de las del Movimiento Moderno se niayor compromiso ético.

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Los arquitectos ingleses más su trabajo asumiendo una especificidad de la disciplina
jóvenes, de los Smithson a posición abiertamente polé- apoyándose para ello en
Stirling, apoyados en el tra- mica al comenzar a tomar una idea de la arquitectura
bajo de críticos como Wit- cuerpo de nuevo la idea de que hace de la cuestión ti-
tkower, Banham y Rowe, se la arquitectura como disci- pológica su piedra angular.
embarcaron en la aventura plina autónoma. La discusión crítica y teó-
de la creación de un nuevo Pero una vez que han rica se amplía en los 60, al
lenguaje -el brutalismo- quedado de manifiesto los in- perderse las esperanzas de
que curiosamente, retorna- tentos críticos frente a la una visión continua y homo-
ba a las fuentes mirándose, ortodoxia de la tradición génea como parecían propo-
en el espejo del Le Corbusier moderna, hay que hacer ner confiadamente las van-
de aquellos años y plantean- constar la presencia en los guardias. La teoría de la ar-
do una revisión de los prin- años 60 de otras corrientes quitectura mira a otros cam-
cipios urbanísticos estable- de pensamiento que pueden pos como la lingüística, la
cidos en los CIAM. ser interpretadas como pró- antropología, la psicología,
Cierta desconfianza hacia ximas, y en cierto modo he- etc., en busca de nuevas in-
el Movimiento Moderno rederas, de una tal tradición. terpretaciones. La historia
aparecerá también en las Una sería la creada en se esfuerza en visiones pa-
obras italianas de la inme- torno al problema metodoló- norámicas que dan un sen-
diata post-guerra que, auto- gico que hizo de C. Alexan- tido a los episc,dios singula-
limitándose en técnicas y der su figura más destacada res y que permiten superar
tipos, dan lugar a un nuevo y cuya influencia fue amplí- los límites estrictos de la
lenguaje calificado como sima en las Escuelas; a pesar disciplina.
neo-realista, en el que se en- del aparato tecnológico con Al comenzar los setenta
cuentran elementos de muy que esta investigación me- las posiciones se radicalizan
distinta procedencia, des- todológica trataba de justi- aún más y los polos que an-
de el espacialismo orgánico ficarse, así el empleo de tes hemas señalado se defi-
y la cita histórica hasta el computadoras, pensamos nen más claramente como
compromiso en la investi- que tal tendencia debe in- abiertamente antagónicos,
gación social. La carga crí- terpretarse como una pro- sin otro común denomina-
tica que esta actitud ence- puesta funcionalista más. dor que su olvido del inme-
rraba tomará cuerpo en tor- Otra, la protagonizada por diato pasado.
no a la figura de Rogers y Archigram quien enfati- Frente al propósito de
de los miembros de redac- zando el peso de las imáge- quienes buscan la salida a
ción de Casabella-Continui- nes tecnológicas provocó la presente crisis en los prin-
tá que afrontará sistemáti- toda una nueva iconogra- cipios inmutables de la dis-
camente el problema de la fía que, sin embargo, pronto ciplina, se ofrece el desafo-
arquitectura moderna con sería asimilada y degrada- rado pragmatism0 que lleva
una marcada voluntad de da en el más trivializado de al entusiasmo por lo neo-
ampliar su significado. los consumos: la voluntad vernáculo y el elogio indis-
Torre Velasca, 1958, es de interpretar la arqui- criminado de la arquitectu-
una obra clave para enten- tectura desde una visión ra comercial.
der esta nueva actitud en tecnológica, uno de los La polémica se acentúa en
torno a la cual se estruc- tópicos en que se apoyó el América con la aparición
tura la polémica y el Con- Movimiento Moderno, esta- de los «Five»(1970) qÚe pro-
greso del CIAM en Oterloo ría pues presente todavía en vocadoramente parecen rei-
señala el punto álgido de la caminos como éste. vindicar, sin embargo, la
misma. Del congreso del Pero en los sesenta se se- actualidad de los presu-
CIAM en Oterloo saldrá ñala ya abiertamente la puestos modernos.
robustecida la posición crí- crisis y es significativo que ¿Fueron éstos mal inter-
tica de los miembros de los dos libros que iban a te- pretados? ¿Cabe un rescate?
«Team X» para quienes la ner más profunda influencia En todo caso la conciencia
ciudad y la arquitectura en los próximos años, Com- de que el Movimiento Mo-
debe ser algo más complejo plexity and Contradiction derno ha terminado parece
y articulado, recogiendo to- in Architecture, de Venturi, ser hoy unánime aunque
dos los compromisos que y L 'Architettura della paradó-jicamente no se en-
una sociedad tiene, desde città, de Rossi, bien que cuentra otro calificativo pa-
el dato antropológico a los opuestos en cuanto a princi- ra la situación actual que
esquemas simbólicos y cul- pios y actitud teórica, coin- aquel que elimina la tempo-
turales, negando y atacan- cidan en su crítica al inme- ralidad de lo «moderno»,
do abiertamente el meca- diato pasado. dando así sentido a la firme
nismo de reducción y sim- Venturi insistirá en el va- creencia de que nos encon-
plificación que la arquitec- lor del significado y en la tramos «After Modern Ar-
tura moderna parecía de- necesidad de transgredir el chitecture)).
fender. principio de coherencia en
No sorprende el que la fi- el que se había apoyado
gura de un arquitecto como tanto la arquitectura clási-
Louis Kahn fuese bien reci- ca y académica como el Mo-
bida en medio de tal am- vimiento Moderno. El con-
biente. Kahn reconocía el texto, las circunstancias,
valor del significado en explicarían la obra que se
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arquitectura y no negaba produciría siempre, si se


el valor de la historia, bien conserva un sano sentido
al contrario, le atribuía un común, con independencia
papel relevante; por otra de las ataduras estilísticas.
parte su formación acadé- Rossi, por el contrario,
mica afloraba sin recato en subrayará la autonomía y
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CHARLES FRANÇOIS VIEL:
PRIMER REPRESENTANTE
DE LA REACCION ANTIRRACIONALISTA
DEL SIGLO XIX
por Alberto Pérez Gómez arqto.

El arquitecto Charles-François Viel (1745- quitectónicos de Charles-François Viel. M.


1819) ha merecido apenas unas líneas en Viel no fue arquitecto prolífico ni extraor-
los manuales más especializados de historia dinario. Sin embargo, su obra crítica y
de la arquitectura francesa. El desconoci- teórica, producida en los Últimos años de la
miento de Viel ha sido tal que hasta hace ((tradición)),en los primeros años del domi-
pocos años, la mayoría de los historiadores nio tecnológico y la fe positivista, sí es alta-
confundían su obra y sus escritos con los de mente significativa.
su casi homónimo, colega y contemporá- La importancia de sus escritos, produci-
neo, Jean-Louis Viel de Saint-Maux: No dos durante las primeras dos décadas del
fue sino hasta 1967 que J. M. Pérouse de siglo XIX, no ha sido apreciada con propie-
Montclos dedicó un articulo a aclarar este dad. Algunos historiadores han notado la
dilema'. .. aguda sensibilidad de Viel, capaz de criti-
car los excesos imaginativos de sus contem-
Es cierto por otra parte, que la obra de poráneos, los llamados arquitectos revolu-
arquitecto de este hombre, nacido y muer- cionarios. Sin embargo, esta simple apre-
to en París, no es de fundamental importan- ciación ha llevado a catalogar a Viel como
cia dentro de la historia general de los mo- un portavoz de la reacción académica,
vimientos arquitectónicos y sus transfor- aquella facción conservadora que debía per-
maciones. No hay en sus proyectos visiones der tarde o temprano después de la Revo-
utópicas ni geometrías extrañas que pudié- lución Francesa ... Cuando algún autor es
ramos fácilmente considerar como prototi- fácilmente catalogable y además pertenece
pos del movimiento moderno. Habiendo a un movimiento superado, sus obras corren
estudiado con Chalgrin, fue nombrado «Ar- el grave riesgo de empolvarse: gran parte
chitecte des hôpitaux et hospices de Paris)) de la obra de Viel, guardada en la Bibliote-
en 1780. En relación a los proyectos de ca Nacional de París nunca ha sido re-en-
contemporáneos suyos como Boullée y Le- cuadernada. Su estado atesti,gua la despreo-
doux, su obra fue siempre conservadora. cupación de los historiadores por una teoría
A excepción de algunas comisiones pr'iva- supuesta reaccionaria desde el punto de
das, por lo general casas de campo, sus vista de la triunfante arquitectura racional.
principales realizaciones fueron en efecto En este artículo trataré de mostrar como
hospicios, hospitales y otras instituciones la postura crítica que Viel mantiene, posee
de beneficencia pública: en 1777 se le co- un sentido mucho más profundo que una
misionó para construir la oficina matriz y mera actitud conservadora. Sus escritos
una sucursal del ((Mont-de-Piété));en 1780 constituyen la primera toma de conciencia
construyó un hospital fundado por M. Co- clara de los males que traía aparejados la
chin, ((prêtre de Saint-Jacques-du-Haut- incesante transformación de la teoría de la
Pas)),un edificio ilustrado por J. N. L. Du- arquitectura en un instrumento de domi-
rand en su ((Parallele des Edifices de tout nio tecnológico, y de la correlativa exclusión
genre...)) (lámina 30). A partir de 1785 re- de su dimensión metafísica. Su pensamiento
construyó el hospital de ((La Pitie)), pro- entiende ya las limitaciones de la razón ma-
yectó y construyó el gran anfiteatro del temática cuando ésta pretende aplicarse al
((Hotel Dieu)) y comenzó el hospicio de la proceso de diseño. Viel no cree en las infi-
Rochefoucauld, terminado por Huve fils en nitas posibilidades de progreso, aparente-
1823. mente abiertas al reducir a factores mate-
Su arquitectura, aun cuando típicamen- máticos las variables que intervienen en un
te simple, mantenía el orden clásico. Nunca proyecto. Su escepticismo es evidente en re-
encontramos en su obra alardes retóricos lación al intento de sus contemporáneos por
ni imágenes poco convencionales. Viel pro- controlar totalmente los procesos de pro-
yectaba con la convicción de la eterna va- yecto y construcción a partir de un esquema
lidez del lenguaje clásico: una convicción conceptual ((apriori» que incluyese aspectos
que había empezado a perderse desde fi- como el análisis y diseño de la estructura
nales del siglo XVII, pero que oficialmente determinado por leyes geométricas, la des-
caería en desuso sólo a principios del si- cripción detallada del proceso constructivo,
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glo XIX con el triunfo rotundo de los ideales la determinación exacta de cantidades y vo-
de la ((Ecole Polytechnique)) de París y su lúmenes de materiales y la elaboración de
influencia en Europa. presupuestos.
Como el lector habrá ya sospechado, no La teoría de la arquitectura se había ve-
es mi intención hacer en este artículo un nido transformando en ((ars fabricandi)),
típico elogio de los ignorados méritos ar- desde el momento en que el cosmos tradi-
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cional de origen Aristotélico finalmente ce- tanto insistían un gran número de arquitec-
dió su lugar preferencial al Platonismo de tos, ingenieros y geómetras del siglo XVIII.
la ciencia y la filosofía modernas a princi- Esa distancia entre el arte del diseño, la
pios del siglo XVII. Paulatinamente la teo- ciencia de la composición y la construcción,
ría dejaba de ser aquella tradicional mezcla constituía en su opinión la causa funda-
de mito y racionalidad, siempre llena de mental de la decadencia de la arq~itectura.~
ambigüedades y contradicciones, y cuyo Este tema esencial, aparece frecuentemen-
objetivo Último era el constituirse en autén- te en la obra de nuestro arquitecto y tiene
tica justificación de la obra arquitectónica profundo significado: Viel postula la fun-
en el horizonte escatológico... Lentamente damental continuidad entre teoría y prác-
la suplantaba una teoría positiva, un sim- tica; pero no entre una teoría y una práctica
ple conjunto de recetas unidimensionales en el sentido contemporáneo de los términos.
de fácil aplicación práctica que evitaban La teoría para Viel no era un libro de rece-
toda confusa referencia metafísica. tas dictado por una razón todopoderosa
Viel pensaba que la arquitectura fran- que se comportase, como una máquina
cesa de finales del siglo XVIII estaba en es- computadora, totalmente autónoma de in-
tado decadente y dedicó toda su obra a elu- flexiones corporales. La teoría debía pro-
cidar las razones de su apreciación. Sus es- porcionar, en primer término, la justifica-
critos tienen gran importancia porque mues- ción radical de la obra arquitectónica, siem-
tran claramente desde un punto de vista crí- pre en relación a un marco de referencia
tico, el último momento en el proceso de mítico. La práctica por otra parte, no era
la transformación de la teoría al que he un simple proceso altamente eficiente pero
aludido. Antes de Viel, la teoría de la ar- sin objetivos claros: la práctica construc-
quitectura aún conservaba, al menos en for- tiva debía ser siempre significativa, las ac-
ma residual, su sentido metafísico: el ra- ciones del hombre más que simples actos
cionalismo del Siglo de las Luces nunca fue de dominio tecnológico, debían constituir-
un racionalismo positivista. La actividad se en actos de reconciliación con la circuns-
racional era posible y se justificaba, en últi- tancia?
ma instancia, porque revelaba la presencia Esta continuidad radical a la que he
de la divinidad en el universo.. . No fue sino hecho referencia, había sido universalmen-
hasta los primeros años del siglo XIX cuan- te aceptada en los siglos precedentes. A
do en efecto, la teoría arquitectónica per- partir de la asimilación de la arquitectura
dió en forma definitiva su papel traditio- con las artes liberales promovida por los
nal como justificación trascendente de la teóricos del Renacimiento Italiano, algunos
práctica. arquitectos empezaron a dar mayor énfasis
Durante el siglo XIX la teoría se convirtió a la teoría con respecto a la práctica.. . Qui-
en un medio que permitía la fácil sujeción zá el texto de Vignola fue el primer intento
de la arquitectura a los ideales de la tecno- por hacer que la práctica se conformase
logía, sin cuestionar nunca sus objetivos úl- a una teoría establecida de antemano. Du-
timos y sin reconocer más valores que la rante el siglo XVIII una multitud de inge-
economía y la eficiencia de las operaciones nieros y arquitectos enfatizaron la impor-
de diseño y construcción. La crítica de Viel tancia de la teoría para asegurar el éxito de
tuvo muy poco impacto. Casi de inmediato cualquier empresa de construcción. La re-
fue archivada en oscuras bolsas de papel lación entre teoría y práctica, sin embargo,
manila. Las dos obras publicadas en la mis- nunca se tornó crítica hasta principios del
ma época que tendrían una enorme influen- siglo XIX cuando ambos términos trans-
cia sobre la totalidad de la arquitectura formaron finalmente su sentido.
Occidental, fueron desde luego el «Precis Ya en la primera obra teórica de Viel, el
de Leçons))de J. N. L. Durand y &‘Art de volumen I? de los .Principes.. . (1797), es
))

Batir)) de J. Rondelet. Hoy sin embargo, posible encontrar una clara exposición de
después de 150 años, muchos arquitectos sus intereses. Es evidente su admiración
dudan una vez más.. . Después de compar- por Buffon y Batteux: sus principios fun-
tir fervientemente la fe en las bondades de damentales aún derivaban de aquel concep-
la utopía tecnológica, se cuestiona hoy ra- to de Naturaleza, rica en connotaciones mi-
dicalmente una arquitectura sujeta a la ra- tológicas y poéticas, que sirvió de justifica-
zón positiva, una arquitectura que derive ción Última a todo el pensamiento del si-
directamente de la «función» y pretenda glo XVIII. Era la suya una naturaleza ani-
eludir su papel tradicional como elemento mada aún por la presencia divina, una na-
de reconciliación entre el hombre y su cir- turaleza que se revelaba en su plenitud
cunstancia, racional pero finita y por consi- científica y metafísica a la observación pa-
guiente contradictoria. Es mi intención que ciente y cuidadosa; y no un mero agregado
el estudio de la postura crítica de Viel que de objetos inermes que pudiesen ser irres-
intentaré aquí, ilumine un poco aquel ínti- petuosamente dominados por la tecnología
mo momento de transición, génesis de una humana. De ahí que Viel pretendiese apli-
gran parte de los malentendidos en que aún car a la arquitectura algunas nociones que
viven muchos arquitectos contemporáneos: Buffon había empleado en sus estudios so-
el momento inicial de la crisis del pensa- bre historia natural: «... familiarizándonos
miento europeo. 2 con los mismos objetos, observándolos fre-
La noción fundamental que nos permiti- cuentemente.. . (éstos) se constituyen en im-
rá comprender la postura de Viel, aparece presiones perdurables, conectados en nues-
claramente en la «Conclusión»de SUS (&in- tra mente por medio de relaciones fijas e
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cipes de la Composition et Construction des invariables.»6Viel siempre creyó que tanto


Batiments))(1812).3 Viel creía que la rela- artistas como «amateurs»deberían familia-
ción entre la tradicional teoría de los Órde- rizarse con los cánones del arte «más a tra-
nes arquitectónicos y la práctica constructi- vés del sentimiento que por medio de estu-
va, debía ser íntima. El no admitía aquella dios teóricos.. . la capacidad de apreciación
distinción entre teoría y práctica en que y el gusto así adquiridos, son más firmes y
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delicados que aquellos que derivan del se- cionalmente disociado del horizonte tras-
co estudio de los principios teóricos.J cendente de significados, también aparece
! El primer capítulo está dedicado a la e h - en el ((granDurand» (su «Recuei1et paral-
’cidación de! ((auténticoorigen de las reglas)).
Partiendo del popular texto de Batteux ((Les
lèle des édifices...)),1801) y en la obra de
Legrand ((Essaisur 1’Histoire de 1’Architec-
Beaux Arts reduits à un même principe)), ture...)) (1809). El texto de Viel sin embar-
Viel termina por aceptar la noción traditio- go, siendo anterior, indudablemente mere-
nal que establecía al cuerpo humano como ce ser estudiado en relación al desarrollo
origen de la belleza y prototipo de armonía del marco conceptual de la historia del arte
y proporciones en el arte? Viel acepta que durante el siglo XIX: nunca antes el estilo
las ciencias pueden arrojar alguna luz so- así entendido había sido considerado como
bre múltiples aspectos del arte. Pero una un problema que debiese ser tomado en
vez adquiridos, los principios teóricos de- cuenta dentro de la teoría de la arquitectura.
ben ser modificados por observaciones y En el capítulo XXXIII Viel explica su
comparaciones: .. sin ellas, cualquier de-
((. creencia en la naturaleza como origen no
finición dejaría sólo una débil impresión en sólo de los elementos básicos de la arquitec-
nuestra mente. »9 tura, repitiendo el famoso relato de Vitru-
La postura de Vie1 deriva sin duda de vio, sino también los principios fundamen-
aquel ((empirisme trascendente)) que domi- tales de la construccion: «... basados en es-
nó al pensamiento en el siglo XVIII. Esta tos principios generales de la construcción,
visión del mundo tuvo uno de sus orígenes los arquitectos egipcios, observadores aten-
en la epistemología Newtoniana, para la tos, levantaron aquellas famosas montañas
cual la naturaleza representaba la justifi- artificiales, las pirámides que han resistido
cación genética de todas las leyes o reglas, el embate de cuatro mil siglos (sic!). De
siempre y cuando éstas fueran establecidas aquí que resulte fundamental mantener
a partir de la observación directa de los fe- estos principios siempre a la vista. ¡Desgra-
nómenos. Así Batteux, para citar sólo un ciado será aquel arquitecto que en su atre-
conocido ejemplo, había intentado encon- vimiento, habiendo sido encargado de al-
trar la ((ley de la gravitación)) del arte, a guna obra importante, pase por alto el prin-
partir de la observación de aquella natura- cipio fundamental al que he hecho referen-
leza que reconciliaba todas las contradic- cia y pretenda sobrepasar los límites que la
ciones. Viel criticaba en forma conventio- Naturaleza estableció!. .. 14
))

nal a aquellos arquitectos que sólo seguían Viel pensaba que estas reglas eran en
los lineamientos de una ((rutinaciega. y no efecto, fácilmente asequibles a partir de la
poseían un auténtico conocimiento de los observación de la naturaleza, y que multi-
principios. Al mismo tiempo, sin embargo, ples ejemplos de su aplicación podían deri-
él distinguía entre la teoría de la arquitec- varse fácilmente de los más bellos monu-
tura que podía adquirirse a través del estu- mentos antiguos y ‘modernos. El pensaba
dio, de libros, de viajes y meditaciones, y la que la arquitectura de su propio tiempo,
práctica que los arquitectos debían derivar sin embargo, había abandonado totalmen-
forzosamente de la ejecución de edificios.. .lo te estos principios básicos. El objetivo
Después de aseverar que los dos princi- principal de su crítica y las razones que la
pios fundamentales de la arquitectura eran motivaron, se hacen más explícitas en el si-
las tradicionales simetría (proporción) y guiente capitulo, intitulado «Sobre los peli-
euritmia, Viel rechaza en una nota la jus- gros y abusos de la geometría aplicada a la
tificación que había dado Claude Perrault construcción de edificios)).En él, Viel des-
a su uso de columnas aparejadas dos a dos.11 cribe cómo distinguidos científicos y ma-
Este punto merece mencionarse debido a temáticos del siglo XVIII habían estable-
que la ((licencia))de Perrault, «inventor»de cido fórmulas algebraicas que podían ser
esta disposición que desde luego no aparece aplicadas a la solución de problemas cons-
en las teorías de Vitruvio ni en las de otros tructivos. En la opinión de nuestro arqui-
arquitectos del Renacimiento, era uno de tecto, los descubrimientos de hombres co-
los aspectos sobre los que se debatía en la rno De la Hire, Parent, Frezier y Belidor,
famosa ({Querelledes Anciens et Modernes)). provocaron una mejor comprensión de la
Perrault usó esta disposición de columnas exactitud de los procedimientos constructi-
en su proyecto para la fachada oriental del vos que se habían venido utilizando desde
Louvre y su atrevimiento al romper el ritmo la antigüedad (!): «Era natural pensar que
prescrito para las distancias intercolumna- tales descubrimientos multiplicarían los
res tradicionales, se considero durante el medios de construcción. Sin embargo, la
siglo XVIII como una clara muestra de su inmoderada aplicación de estos nuevos
falta de respeto por las autoridades de la procedimientos se ha tornado en una gran
antigüedad. Viel, quien siempre conservó calamidad, afectando la composición de
un profundo respeto por la autoridad mítica algunas obras arquitectÓnicas.d6 Viel de-
de los escritores antiguos, no podía desde clara no tener nada en contra de una apli-
luego aprobar las opiniones y la obra de cación sensible de la geometría a través de
Perrault. proyecciones estereotómicas para determi-
Nuestro autor dedicó tres capítulos de sus nar las dimensiones y los cortes de las pie-
((Principes...»al problema del estilo. ES la zas de cantera que constituirán una bóveda.
suya, la primera formulación explícita en Aún el uso del álgebra para determinar el
un tratado de teoría arquitectónica, del pro- punto en que una estructura pierde su equi-
blema que apasionaría al siglo XIX.12 Dis- librio le parece aceptable. En su opinión,
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cutiendo el aspecto de la pureza de estilo, sin embargo, estas especulaciones geomé-


Viel enfatizaba que «.. el estilo debe ser ri- tricas no son sino teorías perspicaces que
gurosamente observado en la composición no proporcionan resultados absolutos y por
arquitectónica. La noción de estilo como
)) consiguiente, no pueden asegurar el reque-
un sistema formal, cerrado e independien- rido equilibrio total de las construcciones:
te, con una existencia autónoma e inten- La estabilidad (la tradicional «solidité»Vi-
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truviana) sólo puede obtenerse, de acuerdo experimentación se tornaron en los mo-
con Viel, a través del establecimiento de mentos más importantes de cualquier ope-
proporciones correctas entre 10s pintos de ración del conocimiento humano. Arqui-
apoyo, su cimentación y las masas que de- tectos e ingenieros como Soufflot y Perro-
ben soportar. net (mencionados por Viel como autores
Viel pensaba que tales relaciones dimen- nefastos de una arquitectura decadente),
sionales derivarían de una correcta distri- dieron gran importancia a los resultados
bución de sólidos y vacíos, la cual a su vez cuantitativos de sus observaciones, intenta-
debería encontrarse partiendo de las pro- ron integrarlos con las hipótesis geométri-
porciones tradicionales de los Órdenes ar- cas derivadas de la estática y así determinar
quitectónicos. Esta ((admirable correspon- las dimensiones de miembros estructu-
dencia)) había sido invariablemente usaâa rales? En forma paradó-jica, esa misma fe
por los grandes maestros del pasado: es en en el empirismo aparejada con el marco
base a la experiencia de los más famosos metafísico de la epistemología de Newton,
arquitectos de la antigüedad, que sus cole- propiciaron casi de inmediato un fenómeno
gas contemporáneos deberían formar su ((reaccionario»:La recuperacih de aquella
gusto, dando a sus edificios las proporcio- dimensión trascendente de las leyes inva-
nes correctas y logrando así tanto belleza riables de origen matemático, sólo que de-
como solidez constructiva. l 7 rivada esta vez de la observacih de la Na-
Viel criticaba acremente a aquellos arqui- turaleza? De esta forma, el arquitecto Pierre
tectos, contemporáneos suyos, .. compe-
((. Patte invocaba su experiencia para criticar,
tentes en las ciencias matemáticas pero ig- hacia 1770, la fe ciega de Soufflot en las
norantes de las bellas proporciones de la matemáticas y su uso para determinar las
arquitectura, totalmente desprovistos de dimensiones de los pilares soportando la
genio y ajenos a las artes del gusto.. .».Tales cúpula de Ste. Geniviève. Anticipando en
individuos habían pretendido, de acuerdo esto a Viel, Patte negaba la capacidad de
con nuestro autor, aplicar las matemáticas las matemáticas para determinar por sí so-
directamente a la construcción con resul- las las dimensiones de los diversos compo-
tados funestos. Para ilustrar su tesis, Viel nentes de una estructura.23
compara ((elnuevo puente de Perronet)) en La intención de determinar las dimensio-
París con el ((Pont Neuf» de Du Cerceau; nes de elementos estructurales a través de
así como el «Pantheón»de Soufflot con la la implementación de una hipótesis geomé-
cúpula de los Inválidos por Mansart. En am- trica, se hallaba presente en el pensamiento
bos casos, encuentra que las obras del si- de los filósofos y físicos franceses desde
glo XVIII carecen de belleza y presentan inclu- mediados del siglo XVII. A medida que los
so problemas de estabilidad en su estructura... métodos experimentales cuantitativos se
La estática había sido aceptada como hicieron más exactos, y las técnicas cons-
una preocupación de interés para los arqui- tructivas dejaron de ser un secreto artesanal
tectos a principios del siglo XVIII. Aun con connotaciones mágicas, para conver-
cuando una gran parte de la teoría en la que tirse en simples procesos racionales, tal in-
se basaban sus aplicaciones había existido tención se hizo más explícita. Es induda-
ya desde el siglo XVIII, la estática inicial- ble, sin embargo, que durante el siglo XVIII
mente dependía más de presuposiciones la teoría nunca se convirtió en un mero .ars
conceptuales y experimentos imaginativos, fabricandi»: acompañando a la creciente
que de experiencias en el mundo físico.18 racionalización siempre existió un subya-
Galileo y los científicos que siguieron sus cente sustrato mitológico. Física y metafí-
pasos, habían hecho descender al mundo sica formaban un todo indivisible. De ahí
sublunar la geometría sagrada que revela- que la geometría conservase siempre, en
ba las relaciones inmutables del cosmos forma residual, sus antiguas connotaciones
tradicional, aún prevalente en el Renaci- simbólicas y nunca se convirtiese en un me-
miento. La transformación de la geometría dio de exclusivo carácter positivo para la
de símbolo trascendente en instrumento resolución de problemas constructivos. Los
de dominio tecnológico, no podía sin valores arquitectónicos tradicionales: belle-
embargo, ocurrir súbitamente. De ahí za, solidez y comodidad (Venustas, Firmi-
que durantesel siglo XVII la estática no fue- tas et Comoditas), nunca se consideraban
ra aplicada en forma directa e indepen- independientemente; una obra auténtica-
diente a problemas técnicos de construc- mente significativa tenía valor simbólico y
ción: la geometría aún conservaba pode- éste desde luego co-implicaba las tres cate-
rosas connotaciones simbólicas. 19 Sólo hasta gorías Vitruvianas. Aun Soufflot creía que
los años de transición entre los siglos XVII y las proporciones numéricas a las que de-
XVIII, el arquitecto y geómetra P. de la bían sujetarse los Órdenes clásicos, eran el
Hire, introdujo por vez primera problemas camino más seguro para lograr composi-
de estática en los debates de la ((Académie ciones de gran armonía y belleza.24
Royale d’Architecture».20 La primera mitad Viel escribía precisamente en el momento
del siglo XVIII presenció la institucionali- en que cristalizaba aquel sueño de los ar-
zación de los cuerpos de ingenieros del ejér- quitectos e ingenieros del siglo XVIII: fi-
cito francés y de ((Ponts et Chaussées» así nalmente la pretensión de establecer una
como la publicación de tratados en los cua- teoría que resolviera de una vez por todas
les se utilizaban los métodos establecidos los problemas de la práctica, pudiéndose
por De la Hire para determinar las dimen- aplicar en forma inmediata, se había tor-
siones de muros o pilares soportando arcos nado operativa. C. A. Coulomb había re-
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o bóvedas: finalmente la geometría, ya li- suelto satisfactoriamente el perenne pro-


berada en gran parte de sus implicaciones blema que derivaba de la distancia entre el
tradicionales, se aplicaba a problemas téc- mundo preciso de las teorías de la estática
nicos.. . y el mundo físico con sus infinitas irregula-
Hacia 1750, con el enorme impacto del ridades y materiales de calidades heterogé-
empirismo Newtoniano, la observación y la neas. Por medio del uso de coeficientes de
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cohesión y fricción y de la aplicación del tamente variadas, los resultados no pueden
cálculo infinitesimal a los problemas fun- ser igualmente certeros. 26
damentales de la estática, este ingeniero Viel enfatiza en esta obra que «... todas
militar había logrado sintetizar finalmente las partes de un mismo arte están íntima-
los datos cuantitativos obtenidos experi- mente relacionadas)). El pensaba que este
mentalmente en las teorías matemáticas de postulado era en efecto, el ((teoremafunda-
equilibrio estático. En su comunicado a la mental a partir del cual derivan todas las
((Académie Royale des Sciences»,Coulomb verdades que constituyen el arte de la cons-
sentó las primeras bases de una teoría de trucción)). De aquí que siempre insistiera
la resistencia de materiales auténticamente en la importancia de los grandes ejemplos
científica.. . Sólo hacia 1800, sin embargo, del pasado, donde se materializaban evi-
Navier tomó seriamente las soluciones de dentemente todas las reglas: la arquitectu-
Coulomb y, simplificando su aplicación ra debía derivar su perfección de la imita-
práctica, las puso al alcance de los arqui- ción de aquellos edificios legendarios, an ti-
tectos e ingenieros que estudiaban en la re- guos y modernos, cuyo valor era universal-
cién fundada ((EcolePolytechnique))de Pa- mente aceptado. 27
rís. De esta forma hizo posible, por vez pri- Viel escribe: ((Lahabilidad de los mate-
mera, un auténtico diseño cuantitativo de máticos en mecánica y estática no es sufi-
las estructuras. ciente.. . sin conocimiento de la euritmia
Es en este contexto que la intensa crí- siempre producirán composiciones arqui-
tica de Viel cobra su verdadero significado. tectónicas de miserable calidad)).28 Nuestro
Viel enfatizó en todos sus escritos que la autor muestra cómo los geómetras y arqui-
simetría y la euritmia, cualidades que sólo tectos que lo habían precedido insistían en
podían lograrse mediante el uso de las tra- las ventajas derivadas de aplicar las ciencias
dicionales proporciones de los órdenes clá- exactas al arte de la construcción: Viel re-
sicos, eran la Única manera de lograr edifi- chaza esa opinión categóricamente y dedica
cios coherentes; no Únicamente bellos, sino esta obra a probar su punto de vista? A
también sólidos en su estructura. Viel se través de numerosos ejemplos, en particular
negó a aceptar aquella desintegración de los famosos problemas estrucfurales de los
valores implícita en la teoría de la arquitec- pilares bajo la cúpula del ((Pantheón)),desa-
tura después de 1800: nuestro arquitecto rrolla argumentos que pretendían probar
siempre tomó seriamente la dimensión me- la inutilidad de la estática. La estática sim-
tafísica de la teoría y rechazó su sustitución plemente sustituía, en opinión de Viel, las
total por una fe en la razOn pura, capaz fuerzas solicitantes por componentes indi-
de controlar directamente a la práctica. Es rectas, totalmente abstractas... De ahí que
altamente significativo que Viel haya sido los resultados que proporcionaba esta cien-
el primero en postular como problema esa cia, nunca estuvieran de acuerdo con la
intención de reducir a la teoría en instru- realidad. 30
mento de control tecnológico. Nuestro au- Viel pensaba que los experimentos cuan-
tor cuestiona, antes que nadie, el éxito de titativos de resistencia de materiales no
una empresa de construcción cuando se ha eran suficientes para formar un criterio so-
pretendido planear todo de antemano; po- bre las posibilidades constructivas de dichos
niendo en duda la efectiva posibilidad de materiales. En su opinión el arquitecto de-
reducir a un esquema conceptual los reque- bía considerar fundamentalmente la cali-
rimientos de todo orden, estéticos, huma- dad de los materiales, sus características
nos y técnicos, que intervienen en un pro- fenoménicas tal y como se revelaban a la
yecto. Viel es, en suma, el primer crítico de percepción y a la experiencia. En su obra
las ilusiones racionalistas en que se fundaría intitulada ((Dissertationssur les projets de
el funcionalismo moderno.. . coupoles.. .» (1809), Viel apunta que ((la
El tema que Viel introduce en el primer densidad de la piedra no determina ni los
volumen de sus ((Principes...», es desarro- límites de altura en un proyecto, ni el claro
llado con mayor detalle en cuatro de las pu- máximo de una bÓveda.))31Ahí mismo re-
blicaciones independientes que hubieran chazó la opinión de que las dimensiones es-
debido constituir los volúmenes I1 y I11 de tructurales podían ser determinadas a par-
su ((magnus opus». En 1805 publicó ((De tir de un análisis químico cuantitativo de
1’Impuissance des mathématiques pour as- los materiales: el grosor de una bóveda
surer la solidité des bâtimens)).25 Las limita- -pensaba Viel- debería ser establecido
ciones de las hipótesis geométricas cuando en relación al módulo del edificio y los mu-
éstas pretendían aplicarse a problemas prác- ros, nunca en función de la resistencia
ticos de construcción, habían sido discuti- cuantitativa de la piedra. Viel criticaba
das ya en las sesiones de la ((AcadémieRo- acremente las famosas máquinas que Pe-
yale d’Architecture)), durante las primeras rronet, Soufflot y Rondelet habían usado
décadas del siglo XVIII: el problema nun- para determinar experimentalmente la re-
ca se tornó crítico sino hasta finales de si- sistencia de materiales bajo diversos es-
glo cuando dicha aplicación se hizo posible. fuerzos: siempre mantuvo que los resulta-
Viel fue el primero en percibir su seriedad dos así obtenidos eran insuficientes.32
y es en esta obra donde describe más explí- Concluyendo su disertación ((sobrela in-
citamente sus consecuencias. capacidad de las matemáticas para asegurar
Nuestro autor admitía que el estudio de la estabilidad de los edificios)),Viel postulaba
las matemáticas es generalmente útil: siem- una vez más el carácter universal del valor
pre y cuando las matemáticas determinen arquitectónico: la construcción consiste en
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cantidades fijas en la mente, los resultados la determinación y uso de los volúmenes de


serán verdaderos y positivos.. . Por otro la- materiales apropiados para lograr edificios
do, cuando las matemáticas pretenden ope- sólidos y estables. Esto, sin embargo, no
rar sobre cantidades físicas cuyas cualida- puede lograrse a través de abstractos cálcu-
des no son determinables, cantidades deri- los matemáticos.. . Viel pensaba que tales
vadas de substancias que pueden ser infini- volúmenes derivarían de las armónicas pro-

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’ porciones que un arquitecto experimenta-
do escogería, garantizando a la vez la belle-
bóvedas depende de las relaciones que el
genio del arquitecto es capaz de inventar.. .
za y la solidez de su obra: ((Laauténtica so- estas relaciones derivan en su totalidad de
lidez siempre deriva de la euritmia, no de aquellas inspiradas por los tres Órdenes clá-
las matemáticas que sólo proporcionan S ~ C O S . )En
) ~ ~su obra ((Dela solidité des Bati-
una estabilidad artiJficialy precaria . ~ 3 3 mens, puisée dans les proportions des or-
Viel refutaba consecuentemente aquella dres d’architecture.. .»(1806), Viel intentó
famosa noción aceptada y repetida por establecer las reglas que deberían seguirse
multitud de arquitectos e ingenieros du- para lograr estabilidad en los edificios de
rante el siglo XVIII en el sentido de que acuerdo con sus teorías, 38 Después de repe-
((para ser arquitecto se debía, necesaria- tir su crítica de la geometría aplicada y de
mente, ser primero geómetra)). Por el con- la estática, dedica más de treinta páginas a
trario -pensaba Viel- si un geómetra ejemplificar su método. Pero es su conclu-
pretende construir un edificio de algún va- sión final la que resulta altamente signifi-
lor, él debe ser antes que nada a r q ~ i t e c t o . ~ ~ cativa: El establecimiento de reglas no con-
En su ((Dissertations...»,Viel escribe que el siste en proporcionar una tabla de dimen-
conocimiento y el estudio nunca son Sufi- siones o una fórmula que cualquiera pueda
cientes.. . Uno debe nacer arquitecto, po- aplicar a la ejecución de edificios.
seedor de un espíritu delicado y sensitivo Viel rechazó enfáticamente cualquier po-
capaz de descubrir los misterios de la cons- sibilidad de proporcionar un resumen de
trucción a partir de la observación de gran- sus reglas en esta forma. No sin cierto sar-
des obras ejemplares. casmo, escribe que prefiere dejar la confec-
Es muy significativo que Viel haya repa- ción de tales libros de recetas, ((de conse-
rado en el hecho de que «...no hay más cuencias dañinas)),a otros autores contem-
Blondels entre los arquitectos contemporá- poráneos dedicados a producir estas com-
neos, no hay más matemáticos que a la plicaciones indigestas y controvertidas, ba-
vez sean arquitectos)). François Blondel, jo el escudo utópico de la simplificación y
el famoso matemático y arquitecto del si- de la facilidad de aplicación.39Viel piensa
glo XVII, había siempre pretendido que que su método, por el contrario, aunque
los aspectos técnicos y estéticos de la arqui- sin duda proporciona reglas, demanda al
tectura estuviesen sujetos a sistemas geomé- arquitecto un estudio constanle de los Ór-
tricos y a métodos de proporción numérica. denes clásicos y una comprension empírica
Pero las intenciones fundamentales que de los procedimientos constructivos. Los
destila su principal obra sobre arquitectura, Órdenes clásicos son como las estrellas
el ((Cours d’Architecture)), son totalmente que guían a un navío, siendo los ((princi-
tradicionales. Para Blondel la geometría y pios básicos de la composición y la cons-
las matemáticas eran aún métodos sinté- trucción, que iluminan al arquitecto que
ticos que permitían lograr composiciones busca la armonía en sus diseños y la solidez
valiosas en todos los Órdenes. Siendo ambas en sus edificios)).40
ciencias exactas el ((modusoperandi))divi- El rechazo por parte de Viel de una teo-
no, su uso no podía carecer de implicacio- ría reducida a la categoría de «ars fabri-
nes simbólicas que garantizaban el sentido candi)), no pudo ser más explícita. En sus
Último de la obra arquitectónica en el mun- ((Dissertations... ».Escribe claramente: «...
do finito del hombre. Debe recordarse aquí hoy ... las ideas sobre las que se cimenta la
que Blondel siempre se opuso a Perrault en ciencia de la Construcción están tan confun-
la ((Querelle des Anciens et Modernes)). didas, que los profesores creen estar ense-
Postulando el respeto a la autoridad de las ñando principios fundamentales a los jóve-
obras de la antigüedad, Blondel rechazó el nes arquitectos, cuando en realidad sus lec-
nuevo sistema proporcional que Perrault ciones abarcan solamente la teoría y la prác-
inventó en su ((Ordonnancedes Cinq espe- tica de la albañilería, del corte de canteras
ces de colonnes ...»(1683); un sistema de o de la carpintería.))41Viel es el primero en
promoción numérica simplificado a base reconocer que el marco teórico de la arqui-
de promedios aritméticos, propuesto fun- tectura, aceptado universalmente por sus
damentalmente como instrumento de dise- contemporáneos, carecía de principios Últi-
ño por encima de su tradicional sentido mos que le sirvieran de soporte ... Nunca
simbólico.36 antes un arquitecto había lamentado abier-
Viel parece haber sido capaz de distin- tamente la pérdida de la dimensión metafí-
guir entre el uso de la geometría en la obra sica de la teoría ... La teoría de la arquitec-
de Blondel: una geometría como (mientia tura estaba siendo transformada, alrede-
universalis)); la geometría simbólica del dor de 1 8 0 , en una colección de instruc-
mundo barroco; y la geometría del siglo ciones precisas y altamente eficientes, pero
XVIII que habiendo perdido su carácter que pasaban por alto su función invetera-
trascendente en los sistemas filosóficos da como justificación trascendente de la
después de Leibniz, se libero finalmente práctica. La precocidad con que Viel tuvo
para emplearse como simple herramienta conciencia del problema es realmente ex-
en diversas operaciones técnicas. Nuestro traordinaria. Viel escribía en el momento
arquitecto resintió sin duda esta reducción en que la metafísica tradicional expiraba y
en el significado de la geometría y de la teo- la física, siempre implicada en una cosmo-
ría arquitectónica en general. De haber vi- logia y preocupada por cuestiones últimas
vido cien años antes, sin duda hubiera to- durante el siglo XVÏII, estaba siendo sus-
mado el partido de Blondel y los ((anciens)) tituida por una auténtica ciencia positiva
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en su defensa de la teoría tradicional. que se tornaría en prototipo de las cien-


En las páginas finales de su ((Disserta- cias exactas y las ciencias humanas por
tions.. .»Viel argumenta que la construcción igual? Viel vivió sin duda en un período
de bóvedas depende esencialmente de la de intensas transformaciones, presencian-
excelencia de la planta arquitectónica que do la exclusión final de la dimensión míti-
aquellas deben cubrir: ((Laresistencia de las ca que siempre había jugado un papel bá-

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sic0 como complemento de la racionalidad su tesis: sólo la aplicación de principios tra-
en el discurso humano. La esfera epistemo- dicionales podía garantizar el éxito de cual-
lógica se purificó finalmente de todo ele- quier empresa constructiva.. . Los arquitec-
mento irracional y se tornó razón positiva: tos contemporáneos ((debenimitar a sus an-
Laplace perfeccionó en esta época el siste- tiguos predecesores que nunca pusieron en
ma cosmológico Newtonian0 y probó ma- peligro las grandes obras arquitectónicas,
temáticamente que las aparentes irregula- tratando de implementar falsos sistemas
ridades que el científico inglés atribuía a constructivos o de apegarse a requisitos
la presencia divina, no eran sino parte de económicos miserables. ))46
fenómenos regulares que no habían sido El Último momento en el proceso de trans-
entendidos anteriormente. Laplace y los formación de la teoría de la arquitectura en
científicos y filósofos que siguieron sus instrumento de dominio tecnológico tuvo
pasos, no tendrían más necesidad de la ({hi- lugar, como ya he insinuado más arriba,
pótesis-dios))... Y Viel, viviendo en esta épo- alrededor de 1800 en el contexto de la nue-
ca, fue suficientemente sensible para repa- va ((EcolePolytechnique))de París. El texto
rar en las limitaciones inherentes en la im- más importante y de una correlativa inten-
plementación de una teoría positivista y en cionalidad funcionalista, fue el ((Precisdes
la correlativa pérdida de la dimensión poé- Leçons données à I’Ecole Polytechnique.. . ))

tica de la práctica arquitectónica. de J. N. L. Durand. Durand fue el primero


Viel escribió otra pequeña obra intitula- en cuestionar abiertamente el efectivo va-
da dnconvéniens de la communication des lor de la imitación de la Naturaleza en re-
plans d’édifices avant leur exécution.. .» lación a la creación arquitectónica. A dife-
(1813).43Después de argüir que Brunelles- rencia de sus antecesores, Durand pensaba
chi nunca había producido planos ni defi- que la naturaleza no era una fuente univer-
nido sistemas constructivos previos a la eje- sal de reglas ni contenía bellezas prototípi-
cución de sus obras, Viel enfatizaba que cas. Es altamente significativo su rechazo
tales proyectos anticipados sólo impedían del mito Vitruviano sobre el origen de los
el libre desarrollo del genio del artista, al- Órdenes clásicos y de la teoría de Laugier
terando sus ideas primigenias e impidiendo sobre la génesis de los elementos primor-
la perfección. Los proyectos detallados diales de la arquitectura en la c a b a ñ a
-pensaba Viel- sólo tienen un valor di- primitiva)). En la opinión de Durand, esas
dáctico para los estudiantes de arquitectura; legendarias explicaciones eran totalmente
nunca llevan a la perfección y son incapa- imaginarias y por consiguiente, falsas, ca-
ces de producir, como se afirma frecuente- rentes de valor en el contexto de una teoría
mente, ((una mayor economía en las obras auténticamente racional.
arquitectónicas. )+ En tiempos de Viel y Durand, la natura-
Viel estaba plenamente consciente de las leza perdió finalmente todas sus connota-
limitaciones de aquellos detallados progra- ciones míticas y su riqueza poética, para
mas constructivos que incluían, además de convertirse en aglomeración de objetos que
los diseños representados a través de preci- constituían un marco neutral, aparte de la
sas proyecciones verticales y horizontales, ((realidadsubjetiva)).La percepción animis-
la cuantificación de volúmenes de materia- ta de la naturaleza, la mitología como com-
les, presupuestos y una descripción de los plemento obligado de la razón y la admira-
procedimientos técnicos que debían utili- ción poética ante los fenómenos y los ele-
zarse. Tales proyectos integrales en que to- mentos naturales, serían excluídos de la es-
do pretendía planearse de antemano a nivel fera epistemológica por los pensadores «se-
conceptual, con el objeto de hacer las ope- rios)) del siglo XIX. Consecuentemente,
raciones prácticas más eficientes, habían Durand creía que la utilidad pública y pri-
sido utilizados por el mariscal Vauban en vada era el Único fin de la arquitectura ...
problemas de ingeniería militar y por Pierre ((Siemprey cuando un edificio sea Útil, es
Bullet en arquitectura civil, desde finales imposible que no produzca placer.. .»Resu-
del siglo XVII.45 Tornándose paulatina- miendo su ideología, Durand declaraba
mente más precisos y universales durante que el talento del arquitecto dependía de
el siglo XVIII, gracias a las contribuciones su habilidad para resolver dos problemas:
de ingenieros y arquitectos como Belidor, primeramente, diseñar el edificio más con-
Frezier y Perronet; la elaboración de pro- veniente posible, a partir de una cantidad
yectos integrales se consideraba ya en tiem- de dinero dada; y en segundo término, una
pos de Viel, el aspecto fundamental de ciial- vez diseñado el edificio convenientemente,
quier empresa arquitectónica o ingenieril. construir el edificio con la máxima eco-
El correcto y científico desarrollo de cada nomía ...
uno de los aspectos del proyecto prometía Durand recomendaba el uso de figuras
desde luego, solucionar los problemas de geornétricas simples en plantas y alzados,
economía y eficiencia que emergían como el empleo de una retícula para abreviar el
los nuevos y Únicos valores del hacer arqui- proceso de diseño y proporciones simples
tectónico. Debe recordarse a este respecto, en el caso de usar los Órdenes clásicos; todo
que el primer libro de texto sobre construc- esto con el objeto de lograr la mayor eco-
ción que resultó realmente efectivo y apli- nomía y eficiencia. Durand y Rondelet em-
cable a la práctica, fue publicado por vez plearon los nuevos métodos de geometría
primera en 1802: ((L’Artde Batir)) de Jean descriptiva postulados por Gaspard Mon-
Ronde1 había de ser reeditado numero- ge con el objeto de ahorrar tiempo y produ-
sas ocasiones e incluso plagiado a lo largo cir planos constructivos con el suficiente
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de todo el siglo XIX. detalle; para simplificar el proceso de di-


Viel dedica más de veinticinco páginas a seño y la determinación de procedimientos
describir ejemplos que muestran la inefica- constructivos. La geometría descriptiva
cia de los proyectos integrales; incapaces había permitido por vez primera, una re-
en su opinión, de llevar a feliz término la ducciÓn sist emática de obj etos t r i - dimen -
construcción de edificios. Viel insistía en sionales al plano. La nueva disciplina se

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había tornado en la materia básica del pro- las contradicciones que resultaban de las
grama impartido en la ((Ecole Polytechni- nuevas teorías, Viel exclamaba: ((¡Quédeli-
que)). Su aplicación fue determinante para rio de perfección agita a la facción físico-
el desarrollo del industrialismo decimonó- matemática, algunos aceptando y otros re-
nico y, en el campo de la arquitectura, per- chazando la existencia de principios uni-
mitió la efectiva aplicación de una teoría versales, todos dedicados exclusivamente
’ positivista, capaz de referirse sin ambigüe- a las ciencias exactas!+
1 dades a los problemas del mundo físico. Viel pensaba que en las nuevas escuelas
No debería ya sorprendernos encontrar los estudiantes sólo aprendían geometría y
que Viel critica acremente las nuevas ten- dibujo: «El estudio de la arquitectura se re-
dencias en la enseñanza de la arquitectura. duce hoy a la elaboración de proyectos...
Más arriba he mostrado como nuestro au- Los jóvenes arquitectos, ignorando los prin-
tor lamentaba que los jóvenes arquitectos cipios de su arte, abusan de la imaginación)).
no aprendieran los verdaderos principios En la opinión de Viel, los estudiantes care-
del arte, y en su lugar fueran enseñadas cían de buen gusto: la falta de una guía
la teoría y la práctica de las diferentes téc- coherente los hacía producir pésimos ejer-
nicas empleadas en la construcción: dibujo, cicios, aun en el caso de concursos que en
corte y labrado de piedra y <madera,car- su mayoría eran ((simplesimágenes impo-
pintería, ebanistería, albañilería, etc. ((Pa- sibles de construir».56
ra enseñar los principios de la construcción Viel se oponía a la nocih de eficiencia,
-escribe Viel- uno debe ser arquitecto; uno de los objetivos del ((mecanismode la
para profesar la teoría del corte y labrado composición))inventado por Durand. Nues-
de la piedra (estereotomia) basta con ser tro autor nunca quiso aceptar el valor de
geómetra.»47Viel percibe que la mayoría aquellos ((edificiosinmensos)),los proyectos
de los textos de sus contemporáneos igno- típicos de sus contemporáneos, que ante-
ran o confunden la dimensión metafísica riormente hubieran tomado muchos meses
de la arquitectura: el problema del sentido para ser diseñados y en su tiempo se produ-
radical del arte. Entre aquellas obras que cían en sólo unas cuantas semanas. Viel
merecen su crítica, Viel menciona una en pensaba que un edificio importante debía
la cual el empleo de la geometría descrip- tomar tiempo para su concepción, que debía
tiva es el tema fundamental.. .aViel pen- ser el resultado de la síntesis entre una ima-
saba que las matemáticas eran fáciles de ginación vasta y fecunda y un espíritu emi-
aprender y aplicar: «... cualquier estudian- nentemente sensato:s7 ((Esta rapidez en el
te, aun aquellos cuya capacidad intelec- proceso de diseño, propicia la creencia de
tual no va más allá de la ordinaria, puede que la arquitectura es una disciplina fácil ...
convertirse en una maravilla después de el verdadero talento del arquitecto sólo pue-
unos cuantos años de practicar este tipo de de ser medido a través de la ejecución de
disciplina)).49 Para probar su aseveración, edificios.))58
Viel nos recuerda el gran número de estu- Viel hace referencia al gran número de
diantes que obtenían extraordinarios resul- proyectos que fueron producidos durante
tados en los concursos de admisión a la los Últimos años del siglo XVIII, inspirados
((EcolePolytechnique)).9 en las concepciones megalomaníacas de E.
Viel dedica otro de sus opúsculos a de- L. Boullée y de C. N. Ledoux. Varios his-
fender la vieja tradición académica de en- toriadores han notado ya la crítica que ha-
señanza. Su ensayo intitulado ((Desancien- ce Viel a esta arquitectura fantástica, pro-
nes études d’architecture; de la nécessité ducto de una ((imaginaciónlicenciosa)).Sin
de les remettre en vigeur...)) vió la luz en embargo, la crítica simultánea de tales
1807. En él, nuestro autor observaba la in- manifestaciones formales y de las obras de
coherencia y la falta de resultados positivos los ingenieros ((herederosde Perronet))nun-
de la enseñanza de la arquitectura.51 Viel ca ha sido suficientemente explicada. En
escribe: «... la gran mayoría de los jóvenes su obra ((Decadencede I’Architecture à la
arquitectos que completan sus estudios en fin du XVIIIème siècle))publicada en 1800
la escuela de Paris, la primera de Europa; Viel declara que nunca antes el arte de la
a pesar de las ventajas de su viaje a Italia, construcción se había alterado tanto: «Los
no llenan nunca las esperanzas que el pú- últimos años del siglo fueron testigos de la
blico deposita en ellos, tanto en el área de aparición de dos arquitectos extremada-
diseño como en la de construcción.))52 mente populares, uno por la extensión de
Viel criticaba abiertamente las nociones sus empresas en estado de deterioro, el otro
fundamentales sobre la arquitectura que por la multitud de sus proyectos, producto
proliferaban en la ((Ecole Polytechnique.: de una imaginación vagabunda y licencio-
siguiendo una teoría que no proporcionara sa.. .))S9
los principios básicos de la composición, A la luz de nuestro análisis, esta crítica
cada arquitecto sería libre de modificar las simultánea a la que Viel somete las áreas
proporciones de los Órdenes clásicos a su de composición y construccih, no sólo es
anto-jo... Viel se daba cuenta de que si to- comprensible, sino significativa en extremo.
das las posibilidades de composición eran Viel quizá no comprendía ya la aguda in-
igualmente placenteras y bellas, con la sola tencionalidad simbólica que motivaba los
condición de producir disposiciones Útiles, proyectos de Boullée y Ledoux, aún firme-
sería imposible reconocer un buen edificio mente enraizada en el cosmos Newtonian0
de otro que no lo fuera? Viel rechazó la del siglo XVIII y su Platonismo trascen-
relativización de los valores arquitectónicos: dente. Para Viel, sin embargo, la separación
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nunca aceptó como válida la intención de entre concepción y e-jecución en todos los
colocar a la ((arquitecturaentre las ciencias niveles era motivo de crítica. En el caso de
exactas)),separándola de las demás artes y los proyectos a que se alude, Viel rechazaba
criticó a sus contemporáneos que no creían el énfasis que se daba a la concepción ima-
en la ((autoridad de los antiguos maestros ginativa por encima de la efectiva realiza-
ante los ojos de la razón))? Exasperado por ción del edificio. Nuestro autor nunca acep-
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tó la división entre teoría y práctica que ya contraste entre una teoría tradicional cuyas
se manifiesta en la obra de estos arquitec- premisas fundamentales, siempre implki-
tos de finales del siglo XVIII. tas, él revela por vez primera; y el desarro-
Varios historiadores han especulado so- llo de la teoría arquitectónica fundada en
bre quienes eran aquellos dos arquitectos a los nuevos axiomas del pensamiento posi-
los que Viel se refiere en su ((Decadénce...» tivista y la tecnología. Sus escritos atesti-
sin mencionar sus nombres. Petzet ha de- guan el nacimiento del verdadero funcio-
ducido, acertadamente en mi opinión, que nalismo contemporáneo: el momento en
se trata de Soufflot y Ledoux.60 La severa que, doscientos años después de Galileo y
crítica de Viel constituye muy probable- Descartes, la arquitectura perdió final-
mente un resumen de su tesis fundamental: mente su dimensión metafísica y la relación
La composición no puede reducirse al arte entre teoría y práctica se tornó crítica. Des-
de proyectar, así‘ como la construcción no pués de Durand y Viel, la arquitectura de-
puede reducirse a fórmulas matemáticas. jaría de ser una forma privilegiada de re-
Viel tuvo una clara conciencia de los pro- conciliación entre el hombre y su circunstan-
blemas que traía aparejados la separación cia, entre la fluida y evanescente vida
entre teoría y práctica en arquitectura y la cotidiana y la dimensión inmutable y eterna
pérdida de la dimensión metafísica del ha- de las ideas. Una arquitectura sujeta al
cer arquitectónico en su totalidad. proceso sin objetivos Últimos de la tecnolo-
Viel consideraba la síntesis entre teoría y gía, perdería su fundamental dimensión
práctica como el aspecto fundamental que simbólica para convertirse en mera cons-
permitía a la arquitectura cumplir con sus trucción.. .
objetivos trascendentales. A través de su La reacción fue, desde luego, inmedia-
obra hace hincapié en este punto: En sus ta y se ha dejado sentir a lo largo de 170
((Dissertations...»nuestro autor insiste en años, siempre en contraste con las inten-
la totalidad inter-dependencia de la teoría ciones fundamentales del ((movimientomo-
y la práctica y declara que una de las causas derno)). Nuestro tiempo afortunadamente
específicas que ha propiciado la decaden- ya no condena los sueños románticos de
cia de la arquitectura, es el hecho de que Lequeu, la arquitectura comestible de Gau-
tal relación íntima no se comprende con- dí, el «Art Nouveau))o movimientos como
venientemente.61 En «De 1’Impuissance...» el expresionismo y el surrealismo.. . Algu-
Viel escribe que ((10sarquitectos deben ser nos arquitectos ya reparan al menos en las
hábiles en la teoría y en la práctica)).No es limitaciones del funcionalismo y en la im-
suficiente poseer imaginación, no es sufi- posibilidad de reducir la arquitectura a la
ciente estudiar la teoría de la construcción, decoración, la sociología o la psicología.
la práctica es siempre esencial? En el Úl- Aún las más poderosas computadoras han
timo capitulo del Vol. 1 de sus ((Principes...» fallado en el intento de dar una solución
encontramos la misma idea: La construc- conceptual, matemática, a los problemas
ción de edificios es el objetivo Último de la urbanos y arquitectónicos: la crítica de
arquitectura.. . La arquitectura -admite Viel merece hoy considerarse seriamente.
Viel- es un arte liberal y, en este sentido, La arquitectura contemporánea, desilusio-
es hasta cierto punto independiente de los nada de las utopías racionales, busca ir
obstáculos a que la sujetan la administra- más allá de las ciencias positivas y encontrar
ción y la construcción. Sin embargo, una una nueva justificación metafísica en el
síntesis entre las proporciones que aseguran mundo visible, partiendo esta vez, como
la belleza y las que garantizan la estabili- antaño, de la esfera primordial de la per-
dad del edificio es absolutamente indispen- cepción, origen Último del auténtico signi-
sable. La habilidad para lograr esta sínte- ficado existencial.. .
sis sólo puede aprenderse a través de la ex-
periencia y el ejemplo de los viejos maes- Alberto PEREZ GOMEZ
tros.63 ((La experiencia es el me.jor de los
maestros ... aún las teorías más positivas se
ven superadas por ella ... La experiencia es
la brújula del arquitecto.»U
Ya he señalado la forma en que la obra de
Viel fue ignorada por sus contemporáneos
y sucesores. Las razones son ahora obvias: NOTAS:
su pensamiento, aún conformado por las 1. E. Kaufman y L..Hautecoeur, el primero en su aún popu-
nociones más tradicionales del siglo XVIII, lar #Architecturein the Age of Reason» (1955) y el segundo en su
obra magna NL‘Architecture Classique en Franceu, Vol. V, con-
derivadas de la historia natural de Buffon y funden al arquitecto Charles-François Viel y al escritor Viel de
de la epistemología Newtoniana, debería Saint-Maux. Cf. Kaufmann, OP. cit., p. 167 y Hautecoeur,
OP.cit., p. 246. Thieme Becker y el «Dizionario Enciclopedico di
parecer reaccionario en un mundo que se Architettura e UrbanisticaB, también los consideran una mis-
dedicaba a consumir la ideología tecnoló- ma persona.
2. Cf. E. Husserl #The «Crisisof European Sciences and Tras-
gica y a imprimir frecuentemente las obras cendental Phenomenology., 1954.
de Navier, Durand y Rondelet. La teoría 3. C. F. Viel, NPrincipes de l’ordonnance et de la construction
des bâtimensw, Vol. IV, pp. 53-97.
arquitectónica del siglo XIX debía fundar- Todas las publicaciones de Viel fueron concebidas como par-
se en la creencia de que todas las ((varia- tes de una obra de cuatro volúmenes que hubiera debido apa-
recer con este título general. Los volúmenes I y IV fueron pu-
bles))del mundo real podían reducirse a la blicados como originalmente se había planeado. El resto de su
esfera conceptual, y que el resultado de obra apareció independientemente. De acuerdo con su «Table
GéneraleB que aparece en el Volumen IV (pp. IX-X), los nom-
cualquier problema arquitectónico sería bres completos de los títulos y fechas de publicación son: upre-
una función directa de la combinación de mier Volume. Principes de l’ordonnance des bâtimens; pre-
miere partie, 1797~.
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esas variables. Los perceptivos escritos de «Second Volume., que inc1.uiría:


Viel reflejan claramente el momento inicial «De la décadence de 1’Architecture A fin du lûe. siècle, 1 8 0 0 ~ .
«De l’impuissance des mathématiques pour assurer la soli-
en que la teoría funcionalizada pudo ope- dité des bâtimens, 1805~.
rar con «éxito»sobre la realidad arquitec- «Des fondemens des édifices publics et particuliers, 1 8 0 4 ~ .
«De la solidité des bâtimens, puissée dans les proportions
tónica. des ordres d’arquitecture, lûûó».
La crítica de nuestro autor deriva del «Des points d’appui indirects, 1 8 0 1 ~ .
#De la constructfon des edifices sans l’emploi du fern.

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((Dela construction des entablemens et des plafonds)). 23. P. Patte. NMémoire sur la construction de la couple pro-
«Del’usage du fer dans les bâtimens particuliers, 1803~. jettée de l’église de Sainte-Geniviève., París, 1770.
((Troisième Volume», que incluiría una serie de estudios so- 24. Soufflot, ((Mémoiresur les proportions de l’architecture»,
bre bóvedas, frontones y arcadas, así como disertaciones espe- Bibl. de I’Académie Lyon, Ms. 194, fol. 132-134; reproducido
cíficas sobre las cúpulas del «Panthéon» y del ((Halle au Bled». por M. Petzet en uSoufflots Sainte-Genivièven, pp. 131 y ss.,
Este volumen fue publicado bajo el título «Dissertations sur Berlín, 1961.
les projets de coupoles de la Halle au BE de Paris et des moyens 25. Viel, ((De1’Impuissance des mathématiques pour assurer
de confortation des murs extérieurs contre la poussée de la voûté la solidité des bâtimensn, París, 1805.
annulaire de cet édifice, précédées des Principes généraux et 26. Ibid. p. 5.
particulières sur la construction des voûtes, des péristyles, des 27. Ibid. p. 6.
frontons et des supports des domes, 1809)). 28. Ibid. pp. 7-8.
El «Quatrième Volume)) está dedicado básicamente a «Noti- 29. Ibid. p. 11.
ces sur des édifices publics et particuliers)). Este volumen in- 30. Ibid. pp. 11-25.
cluye una conclusión y una obra que también fue publicada en 31. Viel, ((Dissertations sur les projets de coupoles...», Pa-
forma separada, «Des anciennes études de l’Architecture, 1807~. rís, 1809, p. 35.
Además de estas obras Viel publicó un ((Project d’un monu- 32. Ibid.
ment consacré à l’histoire naturelle, dédié a M. le Comte de 33. Ibid. p. 74.
Buffon», 1779, así como ((Inconveniens de la communication 34. Viel, «Dissertations...», OP. cit., p. 43.
des plans d’édifices avant leur exécution ...», 1813; y ((Dela chu- 35. Ibid.
te imminente de la science de la construction des bâtimens en 36. F. Blondel, &ours d’Architecture.. .»,París, 1675.
Frapce, des causes directes et indirectes qui l’accélèrentn, 1818-19. 37. Ibid. p. 47.
Todas las publicaciones se realizaron en París. 38. Viel, ((De la Solidité des Bâtimens, puisée dans les pro-
4. Viel, ((Principes...»,vol. IV, «Conclusión»,pp. 53-97. portions des ordres d’architecture.. .», París, 1806.
5. Uso el término circunstancia en el sentido de Ortega y 39. Ibid. pp. 49-50.
Gasset ie.’ todo lo que rodea al hombre. 40. Ibid. p. 50.
6. Viel, ((Principes...»,vol. I, p. 13. 41. Viel, ((Dissertation...)),OP. cit., p. 46.
7. Ibid. p. 18. 42. Cf. E. Kant, <Prolegomena to any future metaphysics».
8. Ibid. p. 26. En relación a la transformación final del pensamiento cientí-
9. Ibid. p. 28. fico en instrumento de la tecnología, véase F. Hayek, «The
10. Ibid. pp. 46-49. Counter-Revolution of Science», London, 1955.
11. Ibid. pp. 51-52. 43. Viel, «Inconvéniens de la communication des plans
12. Ibid. pp. 96 y ss. d’édifices avant leur exécution. ..»,París, 1813.
13. Ibid. p. 108. 44. Ibid. p. 9.
14. p. 198. 45. Cf. las memorias de Vauban sobre la construcción de
15. Ibid. fortificaciones. El proyecto para la fortificación de Lille sirvió
16. Ibid. p. 199. de modelo a. Bélidor quien en su ((Science des Ingenieurs ...n
17. Ibid. p. 200. (París, 1729), proporciona un método detallado para el estable-
18. Cf. A. Koyré, ((Metaphysics and Measurement)), 1968, cimiento de «devis».Véase también a este respecto, la obra de P.
cap. 111, sobre la importancia del experimento imaginario en la Bullet, «L‘Architecture Pratique qui comprend le detail du toisé
revolución espistemológica de Galileo. Para una relación más ex- et du devis...)), París, 1691.
tensa de la historia de la resistencia de materiales de la está- 46. Viel, dnconveniens.. .»,OP. cit., p. 25.
tica, véanse Timoshenko, ((Historyof Strength of Materials., A. 47. Viel, «Dissertations...», OP. cit., p. 47.
Wolf, «A History of Science, Technology and Philosophy», vols. I 48. Viel, .De 1’Impuissance...n, OP. cit., p. 70.
y 11, y H. Straub, «AHistory of Civil Engineering)). 49. Ibid. p. 57.
19. Véase por ejemplo el empleo de la geometría en el &ours 50. Ibid. nota, p., 57.
$’Architecture» de François Blondel, o en las obras de Guarino 51. Viel, «Des anciennes études d’architecture; de la néces-
Guarini, en particular en su ((Architettura Civile)).Cf. Blondel, sité de les remettre en vigeur.. .»,París, 1807, p. 1.
OP. cit., París, 1675 y Guarini, OP. cit., Torino, 1737. 52. Viel, «De 1’Impuissance...»,OP. cit., p. 8.
20. Cf. Lemonnier, ((Proces-verbaux de 1’Académie Royale 53. Viel, «Desanciennes ...», OP. cit., p. 5.
d’Architecturen, vols. I1 y 111, París, 1911. 54. Ibid. p. 6.
21. Cf. Perronet, ((Description des Projets et de la Construc- 55. Ibid.
tion des Pont de Neuilly, de Mantes...)), Paris, 1782 y P. C. Le- 56. Ibid. p. 2.
sage, «Recuei1 de Divers Mémoirs ... Ecole des Ponts et Chaus- 57. Ibid. p. 3.
sées...», París, 1810. 58. Ibid.
22. La noción de naturaleza durante el siglo XVIII ha sido es- 59. La NDecadénce de 1’Architecture.... es sumamente di-
tudiada ampliamente. Cf. P. Gay, «The Enlightment, An fícil de conseguir. La .Bibliothèque Nationalen de París no po-
Interpretation», vol. 11, cap. 111, London, 1970; G. Gusdorf, see una copia. He tomado esta cita de E. Kaufmann, «Three Re-
(Les Principes de la Pensée au Siècle des Lumières)), Parte 11, volutionary Architects).
caps. I y 11, París, 1971; C. Becker, «The Heavenly City of 18th. 60. Cf. J. M. Pérouse de Montclos, «E. L. Boullée)),Paris 1969,
Century Philosophers», London, 1973; etc. En relación a la me- p. 223, nota. 1.
tafísica implícita en el pensamiento de Newton, véanse A. 61. Viel, «Dissertations...», OP. cit., p. 23.
Koyré, ((Newtonian Studies)), Chicago, 1968 y E. Burtt, (<The 62. Viel, «De1’Impuissance...B, OP. cit., p. 7.
Metaphysical Foundations of Modern Physical Science)), Lon- 63. Viel, ((Principes...», vol. I, OP. cit., p. 234.
don, 1972. 64. Ibid. p. 235.

Comentario de textos
“ARQUITECTURAY CRITICA” RENACE DE NEGRO
por Helio Piñón arqto.
La aparición de una colección de libros laciones y angustias en el futuro inmediato;
sobre arquitectura adquiere, en determi- la evidencia de las limitaciones inherentes
nadas circunstancias, un papel cultural de a los planteamientos «izquierdistas» que
tal naturaleza y relevancia que de ningún creyendo encarnar una opción materialista
modo permite su explicación en términos ante la arquitectura no hacían otra cosa
de azar o de fortuita ihkiativa comercial. que practicar el más inofensivo sociologis-
La coincidencia de la reciente producción mo; la perplejidad -no desprovista de fas-
de una serie de textos que tanto por su cali- cinación- que provocaban las primeras
dad como por su signficación cultural me- J. P. Bonta, Siste- noticias que sobre Venturi llegaban de
recieron el calficativo de importantes, la mas de significa-
ción en arquitec- América, corregidas y aumentadas por el
conciencia -generalizada a ciertos niveles- tura. carácter oral y festivo de su transmisión,
de la necesidad de la reflexión teórica, en Colección Arqui-
tectura y Crítica constituían las condiciones Óptimas para
el contexto que proporcionaba determina- Editorial Gusta- que el libro adquiriese el status de conse-
da práctica, y la posibilidad de contar con vo Gili, 1978
jero que ayuda a superar las crisis de iden-
una demanda que justficase la empresa tidad y / o de conciencia.
editorial, proporcionó el soporte sobre el Por otra parte, una similar situación de
que, a princgios de los años setenta, la edi- interinidad se había generalizado en los
torial Gustavo Gili creó la colección ((Arqui- centros internacionales de producción ar-
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tectura y Crítica», bajo la dirección de Ig- quitectónica: la semiología estructuralista


nasi Solá -Morales. y la metodología cientlífica de diseño se
El desencanto que había producido la di- ofrecían como alternativas al historicism0
solución de la recién lanzada {(Escuela de de las Últimas décadas, con promesas de
Barcelona» a quienes veían en ella una or- recuperación de la objetividad -ahora,
todoxia que -/por fin!- les evitaría vaci- una objetividad desinteresada- que se
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perdió con la crisis del Movimiento Moder- del compromiso de publicar los escritos que,
no, en la segunda postguerra. La obsesión atendiendo a las nuevas condiciones de la
por la cientificidad era, entonces, la actitud producción y la teoría arquitectónicas, con-
seria p o r lo menos, como tal se vendía-, tribuyan a proporcionar instrumentos con-
capaz de corregir los excesos, tanto de la ceptuales para la reflexión y el debate.
nostalgia historicista como del cinismo ven- El primer título aparecido: «Sistemas de
turiano; capaz de objetivar tanto la idea- significación en arquitectura)),si bien estu -
lización del pasado como la ,firma de la vo incluido entre las <p6,x$maspublicacio-
realidad. nes» desde 1972, en la verSiÓn que ahora se
A. Bonet Correa,
En este contexto, «La arquitectura de la Moflología y ciu- difunde poco queda de lo que constituía el
ciudad)),«El territorio de la arquitectura))y dad. texto inicial. Durante este tiempo, la evolu-
Colección . Arqui-
Complejidad y contradicción en la arqui- tectura y Crítica. ción -a todas luces, positiva- de las ideas
tectura», ofrecían tres modos diversos de Editorial Gustavo de Bonta acerca de la significación arqui-
entender el proyecto, capaces de generar Gili. 1978. tectónica hace que el texto que hoy se pu-
los correspondien tes program as operativos blica refleje la clausura lógica de un pro-
de forma más o menos inmediata, avalados ceso de progresivo distanciamiento de las
por tres arquitectos de prestigio. Aunque categorías de la linguistica -o de la semio-
con distinto grado de sistematicidad, cada linguistica- y de creciente consideración
uno de ellos suponía un propósito totaliza- de los aspectos específicos de la semiosis es-
dor: una aspiración a constituir la res- tética. La pretensión de desvelar «, .. los ni-
puesta global a los problemas que, enton- veles más profundos de lógica y regulari-
ces, se atribuían a la arquitectura. dad))que ha-y tras las interpretaciones de la
«Metodología del disetio arquitectónico)) A. Colquhoun, Ar- arquitectura es el objetivo del libro y , a la
y «Teoría de la proyectacì& arquitectónica» quitectura moder- vez, su tesis más discutible.
y cambio his-
reflejaban las inquietudes y propuestas me- na tórico. En <44o~ología y crudad>>, Antonio Bonet
todológicas de dos ámbitos de cultura arqui- Colección Arqui- Correa analiza, contextualizándolos, los
tectónica bien definidos: el inglés y el ita- tectura y Crítica.
Editorial Gustavo tipos arquitectónicos y urbanos sobre los
liano. Los comunicaciones del Simposio Gili. 1978. que se apo-ya la organización de las ciuda-
de Portsmouth, en un caso, y una colección des españolas entre los siglos XVI-yXVIII.
de artículos de los más famosos arquitec- La publicación conjunta de una serie de ar-
tos italianos de la generación de los años tículos, aparecidos con anterioridad en re-
sesenta, constituía el material teórico de vistas especializadas en Historia del Arte,
uno y otro libro. permite identificar los criterios de análisis
«Vivienday cultura»y (<Lacasa de Adán que subyacen en los textos, dando subs-
en el Paraíso» establecían la relación entre tancia a un trabajo, que incorpora nuevas
la forma de la vivienda y los rasgos antro- dimensiones a la mirada con que el arqui-
pológicos y culturales de la comunidad en C. Rowe, Manie- tecto suele contemplar la historia de la ciu-
que surge, avanzándose en el segundo tra- rismo y arquitectu- dad, que sólo los precipitados o miopes
baio la tesis de que el proceso de sus mutuas ensayos.
ra moderna y otros reducirán a cuanto en 41 hay de erudición.
interacciones tiende a la búsqueda de la Colección Arqui- La reunión de escritos de un mismo autor,
pureza originaria, a través de la constante tectura y Crítica aun cuando no exista entre ellos unidad
Editorial Gustavo
sustitu ciÓn de pro totipos. Gili, 1978 temática, puede suponer, en el caso de con-
Trabajos de revisión histórica (Pevsner, tar con una actitud teórica coherente y asu-
Collins), textos documentales de la historia mida, una contribución cultural de primer
reciente (Loos, H. Meyer, El Lissitzky) y orden. La propia contigüidad de los escri-
otros que analizan las relaciones entre ar- tos permite desvelar el discurso común que
quitectura e ideología (Segre, Tafuri) com - los vincula, clarificando con ello su senti-
pletaban una colección cu.yos atributos de do como piezas aisladas; posibilita la re-
calidad y oportunidad le conferían la pri- construcción del proceso teórico que les da
macía absoluta en el ámbito español, si- soporte y, sobre todo, contribuve a difundir
tuándola, a la vez, entre las principales de el pensamiento de quienes por el hecho de
la escena europea. no usar habitualmente la escritura como
A mediados de los años setenta el pano- medio de difusión de sus ideas, no dejan de
rama había cambiado, tanto en lo que se incidir -en ocasiones, de manera decisi-
refiere a la producción teórica sobre arqui- va- en los procesos de conocimiento de la
tectura como a las expectativas de d a pro- arquitectura.
fesión» respecto a aquella. Nadie -o casi Tal es el caso de los títulos cu-yapróxima
nadie- pretendía, ya, producir un texto publicación en ((Arquitectura y Crítica))
sistemático y totalizador; la institucionali- ahora se anuncia; Colin Rowe y Alan
zación de la tendencia como actitud beli- Colquhoun, son sus autores. Vinculados
gerante, coexistente con otras y netamente ambos a la historiografia alemana del War-
diferenciada de ellas, supone una pérdida burg Institute -en cuya línea, Rowe, dis-
de la inocencia que se traduce en una pér- cípulo de Wittkower, sería a su vez maestro
dida de la esperanza en el texto milagroso. de Colquhoun- constituyen dos figuras
En los centros de decisión y control arqui- esenciales para la génesis del pensamiento
tectónico se producen los textos de apoyo arquitectónico moderno. Rowe, inglés afin -
necesarios -sólo los necesarios- para or- cado en Estados Unidos, más allá de su
questar las respectivas campañas de di&- condición de inspirador del grupo de New
siÓn de imágenes y doctrinas. <<Arquitec- York, a través de su continuado magiste-
tura y Crítica)), agotados- los best sellers, rio en Cornell y de unos pocos textos dis-
concluida la puesta al día editorial en lo tantes en el tiempo -que se recogen en el
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que respecta a los clásicos de la arquitectu- libro que comento- ha efectuado un lúcido
ra moderna, se batía en una lenta agonía, diagnóstico de la arquitectura de cada mo-
sólo interrumpida por la publicación de al- mento en que ha vivido, a partir de la con-
gún que otro título de mantenimiento. sideración de los atributos formales como
El renacimiento de la colección que aquí característicos y determinantes del Movi-
se celebra, supone, en cambio, la asunción miento Moderno. La prioridad dada en sus
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análisis a las relaciones formales en el ob- de la arquitectura contemporánea.
jeto arquitectónico, el reconocimiento de Cuando la arquitectura se bate entre la
la especificidad de la arquitectura en el te- recuperación iconográfica del Movimiento
rreno de la construcción de hforma, lo con- Moderno y la superación histórica del mis-
vierten en precursor de las actitudes más mo, nadie dudará del interés que tiene la
avanzadas de la arquitectura actual. Col- publicación de los trabajos a los que me he
quhoun centra su discurso en el reconoci- referido. Las opciones teóricas que en ellos
miento de la dimensión simbólica de la ar- su b-yacen, lejos de cualquier precipitación
quitectura como aspecto relevante para operativa, contribuirán a esclarecer los tér-
cualquier consideración crítica. El Movi- minos del debate que hoy centra la atención
miento Moderno, a su juicio, no se fundó de estudiosos y críticos de arquitectura.
tanto en una voluntad de cientìficidad y ri- No se trata, pues, del empeño por explo-
gor, cuanto en el propósito de simbolizar tar un proyecto cultural que dio sus frutos
formalmente tales atributos. Es precisa- en los primeros años de la década, lo que
mente este aspecto signijiicativo de la arqui- hace renacer la colección «Arquitectura y
tectura lo que, desde su perspectiva, le con- Crítica». Es el compromiso de proporcio-
fiere la dimensión culturaly lo que niega la nar los materiales indispensables para la
posibilidad de la creación de forma según confrontación teórica y la reflexión crítica
un proceso abstracto, al margen de las ex- de la arquitectura lo que da vigencia a la
pectativas de su uso simbólico. colección, y quizá la voluntad de rendir un
Kennet h Framp ton, Manfredo Taf u ri, póstumo homenaje al «Movimiento Moder-
Giorgio Grassi, Tomás Llorens y Helio Pi- no», sumándose a la gravedad de sus exe-
ñón, son algunos de los autores con los que quias, lo que ha ennegrecido sus cubiertas.
la colección cuenta para sus próximos títu-
los, con escritos centrados en la reflexión
sobre las teorías y crítica de las ideologías Helio PIÑON

Comentario de textos

MALDONADO RECONSIDERADO
por On01 Bohigas arqto.

La editorial G. Gili ha publicado Últi- posición actual de Maldonado, un hombre


mamente la traducción de dos libros de T. que por razones diversas ha estado en este
Maldonado, cada uno de los cuales tiene tema en permanente actividad durante tan-
una especial signi@ación en el actual pano- tos años. Así, el texto comporta -como lo
ra ma bibliográfico. comportaba el mencionado prólogo de Llo-
El primero de ellos (Vanguardia y Ra- rens- una manera de reconsiderar hoy a
cionalidad) es la ordenación cronológica y Maldonado.
sistemática de casi todos los artículos publi- La parte fundamental del libro se articu-
cados por Maldonado desde el «Manifiesto la como una historia del diseño industrial
invencionistaj)de I946 hqsta el reciente tra- Tomás Maldo- con abundancia de datos precisos, apoya-
nado, EI diseño dos en una bibliografia completísima. Pero
bajo sobre iconicidad, cuya densidad y ex- industrial recon-
tensión le dan una cierta autonomía res- siderado. esa historia se explica no en términos pu-
Colección Punto y ramente descriptivos, sino con la intención
pecto a los demás textos y le convierten se- Línea.
guramente en la pieza clave del libro. La Editorial Gustavo de dilucidar un tema que se escapa incluso
Gili, 1978. del cuadro estricto del diseño industrial. Ese
edición española va acompañada de un lar-
go estudio preliminar de Tomás Llorens que tema queda claramente definido en el texto
tiene la vi. :,id no sólo de situar el itinerario inicial de Maldonado: ((El prejuicio corrien-
ideológico de Maldonado, sino además, de te ', que opone los productos estructurales a
ofrecer una relectura actualizada de unos los superestructurales, los productos de la
textos que han sufrido diversa, alterada y a mano a los de la cabeza, queda definitiva-
menudo contradictoria fortuna crítica. Pre- mente superado a partir del momento en
sentar otra vez a Maldonado y arrancar de que todos los productos del trabajo humano
sus posiciones una nueva inteligibilidad en se consideran como artefactos.. . En defini-
unos nuevos contextos es una tarea difícil tiva se trata de la concepción hoy general-
y comprometida que Llorens ha hecho con mente aceptada según la cual los produc-
gran maestría. La calidad de investigación tos de la actividad técnica humana se han
y divulgación que tiene ese prólogo nos de considerar siempre como hechos de la
evita hacer ahora una recensión del libro. «vida material,,; o mejor aún, de cultura (o
Basta remitir a 61 como texto crítico y resu- de civilización) material,,.
midor insustituible. Así, Maldonado analiza sintéticamente el
El segundo es la traducción del texto de proceso de superación de aquella secular
la voz KDisegno Industriale» de la Enciclo- discriminación, proceso que ha hecho po-
pedia del Novecento, aparecido bajo el tí- sible el advenimiento del diseño industrial.
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tulo El diseño industrial reconsiderado. En ello, naturalmente, subyace un concep-


Definición, historia, bibliografía, que pre- to de la discrplina, precisamente aquél que
senta una doble característica muy positiva: permite pasar de la definición inicial excesi-
por un lado es un esfuerzo de resumen di- vamente primaria («proyectaciÓn de obje-
vulgador como corresponde a la voz de una tos fabricados industrialmente»), a la pro-
Enciclopedia y , por otro, es la síntesis de la puesta por el propio Maldonado en el Con-
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I gres0 del ICSID de 1961: proyectar la for- mercial frente a la gran crisis del 29. La
I ma de un producto pero no partiendo de multiplicidad de modelos y , consecuen-
~ una idea apriorista sobre el valor estético, temente, el styling aparecen ya como un dato
I sino coordinando, integrando y articulan - incuestionable en la producción industrial.
~ do dodos aquellos factores que, de una Las páginas dedicadas al Bauhaus tienen
~ manera o de otra, participan en el proceso interés, no sólo porque sitúan de una ma-
constitutivo de la forma del producto,. Es nera precisa ese episodio en la secuencia
decir, no superponietzdo sobre el objeto histórica del diseño industrial, sino tam-
técnico los resultados de una actividad cul- bién porque constituyen uno de los mejores
tu ral privilegiada, sin o inclu.véndolo en resúmenes de la institución, hecha con re-
aquella cultura material, en aquella «vida ferencias originales y con una interpreta-
material» que Braudel ha precisado lapida- ción enormemente sugestiva. La polaridad
riamente: dos hombres y las cosas, las cosas irracionalismo misticista -racionalisme pro-
y los hombres». ductivo se analiza en relación a la influen-
Por ello, la historia que propone Mal- cia interna y externa de personalidades
donado es la de la progresiva inclusión del como Itten y van Doesburg y del escaso
objeto técnico en esa cultura material, con - éxito de los «novernbristas,, pero las deci-
dicionada por la procesualidad concreta de siones de Gropius para la transformación
la sociedad, desde las utopías cient&icas y operada en la Bauhaus en 1923 se justifican
técnicas del XVII que aparecen a menudo más profundamente en todo el proceso de
saturadas de imágenes de tecnicidad, el cambio de la economía alemana. EI plan
antropomorfismo de los antiguos autómatas Dawes de 1924 había de ofrecer a la gran in-
que superan la vieja imagen aterradora de dustria la posibilidad de lanzar de nuevo una
la máquina, el especial carácter de las re- gestación racional de la producción capita-
presentaciones visuales de las máquinas lista y los instrumentos bauhausianos tenían
del X V I al XVIII, los protofuncionalistas y que prepararse para ello.
las grandes exposiciones del XIX, el inven- La «fuga hacia adelante» de Meyer co-
to de la «carrocería»como consecuencia de rno director de la Bauhaus completa la
las reglamentaciones sobre la seguridad en coherencia del análisis: «El productivismo,
el trabajo, el punto de vista de Marx sobre hasta aquel momento sólo estrategia de la
el papel de las máquinas en la sociedad ca- producción, viene propuesto de nuevo por
pitalista, etc. Meyer como estrategia para el cambio ra-
La historia se densfica, naturalmente, en dical de la vida cotidiana. En suma una es-
los Últimos tres capítulos: la aportación de trategia de la ‘revolución cultural’. Pero
la vanguardia histórica, el debate sobre también Meyer llega con retraso: el intento
la relación productividad-producto y la in - ya había sido hecho en la Unión Soviética,
fluencia del Bauhaus, capítulos que podrían inmediatamente después de la revolución,
entenderse como los habituales en una his- es decir, en condiciones mucho más favora-
toria convencional del diseño, pero que bles que las de Alemania en 1928y se había
aquí se tratan con trazos originales y con demostrado un fracaso. Meyer, al igual
información muy precisa a pesar de su cor- que los constructivistas rusos, caía así víc-
ta extensión. tima del ‘antiguo sueño del intelecto euro-
Whitman, Duchamp y Maiakovsky po- peo: ponerse como guía moral de la orga-
drían destacarse como tres puntos signvi- nización de clase ’ (Tafuri).
cativos en la interpretación que hace Mal- EI estilo Bauhaus habrá cundido, de to-
donado del papel de la vanguardia en el das maneras. Entre él y el styling se desa-
uso cultural de.las imágenes de la máquina. rrolló la historia del diseño a partir de los
El paso de la Bête Humaine de Z d a a TOa años 30. Max Bill habrá de resucitar to-
Locomotive in Winter de Whitman sería la davía el mesiánico esfuerzo moral en lucha
inicial indicación de un cambio de menta- contra ese styling. Pero la gute Form que
lidad que había de radicalizarse en la polé- se había de impulsar desde Ulm como alter-
mica sobre el «arte productivo» en el seno nativa al styling, como acto de disenso, se
del Vchutemas en los años 20. hace al jïn también acto de consenso, trans-
EI capítulo dedicado al debate sobre la formándose en episodios tan ambiguos co-
relación productividad-producto es segura- rno el «estiloBram,.
mente el depositario de las fundamentales EI proceso descrito que arranca con la
preocupaciones teóricas de Maldonado. A esperanza y los optimismos de una nueva
partir de dos actitudes, representadas ini- visión de la máquina en el ámbito de la cul-
cialmente por Muthesius y Van de Velde, tura material, acaba cayendo y recayendo
se plantea la cuestión que permanecerá co- en los diversos episodios en los que el di-
rno un dato fundamental en la evolución seño industrial, logrado su status privile-
del diseño industrial: «ila producción in - giado, es, nat uralmen te, apropiado por
dustrial ha de apuntar hacia la disciplina o una estructura de producción e indebida-
hacia la turbplencia del mercado? ¿Ha de mente manipulado. La conclusión, por lo
orientarse hacia una estrategia de profun- menos en términos de recensión histórica,
dización controlada o de expansión incon- es pesimista y se resumirá en una frase
trolada? ¿Hacia una estrategia de pocos o de Argan en el prólogo del propio libro: «El
de múltiples modelos de productos b. A diseño industrial es corruptible por causa
partir de estos interrogantes, se puede ana- de su intencionalidad congénita hacia una
lizar la ambigüedad de las transformacio- sociedad opulenta, en la que el bienestar
nes de la ideología del productivismo hasta es monopolizado como privilegio o admi-
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comprobar que a partir de los años 30 ven- nistrado como una providencia».
ce la teoría de los muchos modelos de corta
duración frente a la que el fordismo había Oriol BOHIGAS
mantenido en los años 20, de pocos mode-
los de gran duración. Maldonado recuerda
que ello corresponde a una estrategia co-
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da una de ellas debía contribuir con textos
z cargo de los colaboradores habituales y
non una «breve relación de lo ocurrido en
c/

zrquitectura durante los Últimos 25 años».


Arquitecturas-bis publicó la contribu-
ción de Heli0 Piñón en el nP 17-18, bajo el
título ((Arquitecturas:Ideologías. A propó-
sito de ka arquitectura catalana. Barcelona
1976)). Ahora se publican también las de
Oriol Bohigas y Rafael Moneo («Después
de after modern architecture * y el asesina-
to de Pépé le Mako» y «Entrados y a en e2
último cuarto de siglo;))y la «breve relacìbn
de lo ocurrido en arquitectura durante los
Últimos 25 años». Helo Piñón ha redactad6
un nuevo texto con el mismo propósito (<<E
final de la escapada))).
Por otra parte, publicamos también la
traducción de los editoriales de Oppositions
&meros 5, 6y 7 en los que M. Gandelsonas,
P. Eìsenman y A. Vidler abordan elproble-
ma planteado por el «after modern move-
ment» y que pueden entenderse como base
de la discusión neoyorquina.
After modern architecture 1
Entrados ya en el Último cuarto de siglo .../ R. Moneo 2
Neo-Funciopalismo/ M. Gandelsonas 3

Después de «After Modern Architecturem y el asesinato de Pepe le Moko/ O. Bohigas

-
Post Funcionalismo/P. Eisenman 6

EI final de la escapada/ H. Piñón 10


Una tercera tipología/ A. Vidler 12
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Breve relación de lo ocurrido en arquitectura durante los Últimos 25 años 17


Charles François Viel: primer representante de la reacción antirracionalista del Siglo XIX/ A. Pérez Gómez 19
«Arquitectura y crítica» renace de negro/ H. Piñón 28
Maldonado reconsiderado/ O. Bohigas 30
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