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Arquitectura Bis - 22 - Mayo 1978 PDF
Arquitectura Bis - 22 - Mayo 1978 PDF
Lluís Do-
ménech, ar uitecto. Tomás Llorens, filósofo. Rafael Moneo, arquitecto. Luis Peña, ar-
P
quitecto. He io Piñón, arquitecto. Manuel de Sola-Morales, ar uitecto. Enric Satu&,di-
9.
señador. Secretario de Redacción: Fernando Villavecchia. N? 2 Redacción y Adminis-
tración: La Gaya Ciencia, S . A. Alfonso XII, 23. Tel.: 200 35 44. Barcelona-6. Editor y
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y en todos los Colegios y Escuelas de Arquitectura. 150 ptas. Dep. Legal: B. 20.449-78.
ENTRADOS YA EN EL
ULTIMO CUARTO DE SG
I LOmmm
por Rafael Moneo arqto.
próximas arquitecturas han dos los edificios son funciona- de arquitectura como ade-
de calificarse con el adverbio les)).Kahn hablaba pues de cuación al medio que Ven-
((after)),sin que en realidad, aquel ((algo más)) que una turi propone -y entendien-
y este va a ser el propósito de obra de arquitectura tiene y do medio en el más amplio
estas líneas, se haya encon- que la distancia, definitiva- de los sentidos- no está,
trado una alternativa capaz mente, de una interpretación por paradójico que parecer
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I pueda, tan alejada de lo glo. La interpretación que
que eran los primeros propó- Giedion daba, y que fue
I sitos de los arquitectos del
' movimiento moderno: có-
NEO~FUNCIONALISMO casi universalmente acepta-
da, del movimiento moderno
i mo estos propósitos se con- Mario Gandelsonas como inevitable arquitectu-
virtieron en arquitectura es ra desprendida de la nue-
toda otra historia, aquella {{Neo-racionalisme)) y «neo-realismo)). Dos va tecnología comenzó a ha-
que en estos últimos' años conceptos que describen aproximadamente las cer agua; pues comenzó a
tantas veces se nos ha expli- dos ideologías antagónicas del momento. El ponerse de manifiesto cuan-
cado. neo-racionalismo en sentido amplio recoge en- to el movimiento moderno,
foques desarrollados a finales de los 60 y en los
Pero este ataque al fun- 70, que son opuestos a los de los neo-realistas.
en su afán de encontrar nue-
cionalismo se producirá Mientras que los neo-racionalistas están repre- vas bases de apoyo para
también incluso desde quie- sentados, en Europa por Aldo Rossi, y en los nueva arquitectura, había
nes parecen defender el mo- Estados Unidos por Peter Eisenman y John incluso olvidado aquella tra-
vimiento moderno. Así Nejduk, los neo-realistas representarían la co- dición positivista que hacía
Eisenman niega el valor de rriente de ideas más importante de los años 60, de la construcción la raíz
la función como categoría cuyo ejemplo más claro sería la figura de Ro- de la arquitectura y caído
desde la que entender la bert Venturi. de lleno en un no siempre
arquitectura haciéndola res- El neo-racionalismo se basa en la idea de lógico culto al indiscrimina-
ponsable del equívoco pro- una arquitectura «autónoma», es decir, según do fantasma de la imagen
vocado en torno al movi- los arquitectos más radicales de esta tendencia, técnica.
una arquitectura que trasciende la historia y la
miento moderno y de su fra- cultura; una arquitectura que tiene sus propias
Pero incluso el propio de-
caso. armas, un lenguaje que habla de sí mismo y sarrollo de las técnicas de la
Desde este punto de vis- que no comunica otras ideas que fas que le son construcción parecía negar
ta la actitud funcionalista propias. la voluntad de darles un pa-
supone la entrada en la de- El neo-realismo, al contrario, es histórico y pel preferente en la forma-
finición de la forma de un cultural, le preocupa el presente y los otros as- ción de la imagen como los
imperativo moral ajeno por pectos de la cultura, tales como el pop art, arquitectos del movimiento
completo a la condición de la publicidad, el cine y el diseño industrial y moderno querían. Por un
la arquitectura. El conteni- hace que la arquitectura participe de todos ellos. lado la estructura resisten-
do, la sustancia, aquello A pesar de que, en lo que concierne a la cultu- te, que había sido en la ar-
que por tanto debe interesar ra, a la historia y al «lenguaje» (vocabulario y quitectura del pasado fac-
sintaxis de la arquitectura), ambas posiciones
al arquitecto de la arquitec- se diferencian notablemente, comparten un te-
tor condicionante y primero
tura no es el uso, que se pro- rreno común. Ambas ideologías se han desarro- de la forma, llegara a per-
duciría sobre el edificio llado como oposición a una tercera que antes der valor hasta el extremo de
como por añadidura, pero había dominado. Tanto el neo-racionalismo desaparecer: la planta libre
que nunca podría ser enten- como el neo-realismo son esencialmente anti- supondría ya una clara mues-
dido como su razón de ser; funcionalistas. Venturi, Rossi, Eisenman y tra de esta nueva situación.
el movimiento moderno in- Hejduk comparten esta actitud, y han contri- Por otro la mayor comple-
tuyendo, aunque sólo fuera buido a una visión maniquea muy extendida hoy jidad de las instalaciones no
por un fenómeno de coeta- en dia, según la cual el funcionalismo sería una era tan inevitablemente el
neidad, lo que Eisenman ideología negativa y regresiva. vínculo desde el que produ-
llama «the modern sensibi- En su momento el funcionalismo fue una cir la forma -manteniendo
ideología progresista. Quizás una de las ideolo-
lity)) perdió la oportunidad gías más progresistas de la historia de la arqui-
en esto una actitud distinta
de hacer una arquitectura tectura. Se ocupó de abandonar la arquitec- y opuesta a la de Banham-
moderna porque se compro- tura clásica y creó un nuevo lenguaje arquitec- y tantas recientes construc-
metió con el funcionalis- tónico. El funcionalismo, creado en el contexto ciones en las que las «insta-
mo, dando lugar a algo que preciso del período de entreguerras, parecía el laciones y los servicios)) se
puede ser entendido como medio más eficaz para crear un lenguaje de la han proyectado con lógica,
((manifestación estilística arquitectura. En su afirmación de que función pero sin llegar a adquirir un
del funcionalismo)),pero no y tecnología constituían la base para la genera- papel absohtamente pre-
como auténtica expresión ción de formas en la arquitectura, eliminaba ponderante, demuestran
de lo moderno. los conceptos académicos de la época sobre sig- que el hecho de su presen-
Para él, el período pre- nificado y simbolismo.
cia era un tema a discutir
Sin embargo es perfectamente posible que
sente, al que llama post- una ideología radical que es producto de una más en clave formal que en
funcionalismo, estaría ca- conjunción histórica particular, acabe siendo cualquier otra: la desaforada
racterizado precisamente {{regresiva))cuando se aplica veinte años más actitud tecnológica de Ar-
por este abandono de to- tarde en un contexto distinto. El funcionalis- chigram, tendencia que
dos aquellos atributos que mo, cuando después de la 2? Guerra Mundial puede ser considerada, en
han humanizado la arqui- se puso al servicio de una reconstrucción urba- mi opinión, como uno de
tectura y por la conquista na masiva no fue una excepción a esta regla. La los Últimos desesperados in-
de aquella autonomía del postura anti-funcionalista del neo-realismo que tentos por sobrevivir de las
objeto que dará lugar a una tuvo su continuidad en la ideologia del neo-ra- ideas en que se basó el mo-
nueva arquitectura. cionalismo, había tenido sentido en este con- vimiento moderno, puede
El ataque de Eisenman al texto, además de ser en sí misma progresista.
Al atacar la posición funcionalista para poder
ser un buen ejemplo para
funcionalismo es pues in- modificar algunos de los aspectos de la doctrina mostrar, desde su exceso, el
cluso más frontal que el de fracaso de una tal reduc-
Venturi y con él coincide al ción de la arquitectura.
ver el movimiento moderno Convendría subrayar ahora
como un estilo más.
Que la tecnología, la cien- AFTER el hecho de que la confianza
que el movimiento moderno
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DESPUES DE
((AFTER MODERN ARCHITECTURE”
Y E t ASESINATO
DE PEPE LE MOKO
por Oriol Bohigas arqto.
,
ticipaciones intelectuales a concepto de neo-funcionalismono excluiría las ha aceptado la realidad
nociones neo-racionalista y neo-realista, sino
la evolución de los proDÓ- que añadiría y desarrollaría la dimensión fun-
como difícilmente cuestio-
sitos de la burguesía, el fe- damental del significado. De esta forma recons- nable- ha consistido en in-
nómeno se explica sobrada- truiría todas las dimensiones de la doctrina ori- tentar que el movimiento
mente y era incluso previ- ginal. moderno -¿todo su conte-
~ sible por ser casi gestionado. Esto no debería verse, sin embargo, como nido?, jsus rasgos estilísti-
Así, se provocó la justifi- un mero revival o desarrollo del funcionalismo cos?, jel papel aparente-
cada reacción de quienes se en orden a darse cuenta de los años que pesan mente decisivo del diseña-
sintieron frustrados porque sobre sus tímidas propuestas y sus ambiciones dor?- se transmitiera con
habían apostado por una re- ref ormistas. mayores garantías de parti-
volución y de quienes te- Una postura neo-funcionalista abandonaría cipación a una sociedad que
el movimiento pendular (que no significa un
mieron la muerte de la ar- cambio real) que ha caracterizado el paso de
hay que aceptar con su
quitectura como propues- una ideología a la siguiente, sea el caso del fun- propio desorden y a la que
ta de progreso -y del papel cionalismo o en la actualidad el caso del neo- se puede influir instrumen-
profesional del arquitecto- realismo y el neo-racionalismo: tal situación tando métodos, capacitan-
en manos de la arquitectura tiende, a través del idealismo inherente no sólo do nuevas visiones figurati-
ya asimilada. Por otra parte, al funcionalismo sino a la mayoría de las ideolo- vas de la transformación tec-
esta arquitectura asimila- gías arquitectónicas, a eliminar o neutralizar nológica, elaborando una
da se vio todavía incapaz contradicciones. Lo que el neo-funcionalismo sofisticada valoración del
de reemplazar con medios propondría sería el desarrollo de los aspectos desorden y de los signos del
propios el stock de propues- progresivos del funcionalismo, acción que im- poder, dando a los maqui-
tas de los intelectuales. La plica la efectiva transformación de su natura- llajes una coherencia for-
leza idealista, construyendo una base dialéctica
'
l vanguardia, respondiendo
a estas realidades, se refugió para la arquitectura.
mal, aunque sea superan-
do la primitiva ortodoxia y
en una actitud fundamental- Mario GANDELSONAS la ideología de la «Modern
mente distinta dv los anti- Architecture)).
guos grupos de la ((Modern Cabría, pues, clasificar
Architecture)).El carácter de las propuestas sectoriales
elaboradas durante estos
esta actitud fue típicamente
((After)):abandonó con ma-
POST=FUNCIONALISMO años (véase la adjunta intro-
yor o menor clarividencia Peter Eisenman ducción al tema propuesta
su papel de Arbitro ideoló- por Arquitecturas&s), se-
gico para sumirse en el de La crítica establecida, en lo que a arquitec- gún estas dos posiciones, con
laboratorio, al servicio -crí- tura concierne, nos ha dicho que hemos entra- lo cual se aclararían aspec-
tico o adaptativo- de la do ya en la era del .post-modernism». Se nos da tos aparentemente dispares
la noticia con un cierto tono de alivio, no dis- que conviven en cada uno
producción. Pero la pérdida tinto del que se siente al abandonar la adoles-
de este arbitraje no llevó cencia. Dos señales, completamente distintas
de los mini-movimientos de
todavía aparejada la pérdida por otra parte, de este supuesto Gambi0 serían la ((AfterModern Architec-
de un ((lenguajede combate)). las exposiciones de «Architettura Razionale»en ture)). Abnegadamente crí-
Desde los laboratorios se la Triennale de Milano de 1973 y la de «Ecole ticas serían, por ejemplo,
mantuvo la guerra, aunque Des Beaux Arts» del Museo de Arte Moderno las propuestas de los
con unos métodos que han de Nueva York de 1975. La primera, asumien- Smithson, de Rossi o de los
dado a los modelos propues- do que la arquitectura moderna era un funcio- (Whites)).Cautamente adap-
tos una menor capacidad nalismo pasado de moda, afirmaba que la ar- tativas serían las de Ale-
de intervención real. quitectura solamente podía ser generada a través xander, Venturi o Habraken.
Las posiciones crítica y de un retorno a sí misma como autónoma o pura
disciplina. La segunda, viendo la arquitectura
En ambas posiciones no
adaptativa fueron, en efec- moderna como un formalismo obsesivo, se hacía hay solamente un esfuerzo
to, las que tomó la vanguar- fuerte en la implícita declaración de que el vindicativo o de continui-
dia ((After)), si admitimos futuro paradójicamente subyace en el pasado, dad, sino un intento de re-
-o valoramos, como una coincidiendo aquí con la peculiar respuesta a visión de las propias bases
explicación de su carácter- la función que caracterizó el manejo ecléctico del movimiento, como co-
la yuxtaposición de dos tér- de los estilos históricos durante el siglo die- rresponde a la frustración
minos tan opuestos como cinueve. de sus actores. Unos, por
((vanguardia))y «after». Lo que interesa no es tanto el carácter mu- considerarlas originaria-
Una posición -la que ha tuamente excluyente de estos dos diagnósticos, mente implicadas en un
mantenido ilusiones de y por tanto de sus soluciones, cuanto el hecho pacto de integración y con-
ejemplaridad- ha consis- de que ambos puntos de vista encierran el pro-
yecto de arquitectura dentro de la misma defi-
sumo. Otros, por creer que
tido en reelaborar crítica- nición: aquella por la cual los términos conti- presentan un excesivo dis-
mente el legado del movi- núan siendo Punción (o programa) y forma (o tanciamiento en una socie-
miento, intentando recons- tipo). Se mantiene así una actitud ante la ar- dad cuyo rápido progreso
truir su papel revoluciona- qufteehira que no difiere significativamente de genera continuamente nue-
rio, tanto en su frustrada aquella establecida por quinientos años de tra- vos valores. En una y otra,
capacidad de intervenir en los temas de referencia, co-
la transformación de la so- mo luego veremos, serán casi
ciedad -en determinar me-
AFTER siempre los más negativos
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MODERN
za distinta -y requieren amenaza de muerte. No es
una estructura de investi- casualidad que, en cambio,
gación distinta- de la que la crítica se entretenga en
los laboratorios pueden
abarcar. Y se explica tam-
ARCHITECTURE Las Vegas o en los slums de
las ciudades europeas, en la
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rutilante arquitectura de Drive, hasta ahora ninguna
Morris Lapidus o en la con-
gestión circulatoria de las
ciudades-autopist a. Es de-
AFTER vanguardia intelectual ofre-
ce alternativas en el mismo
plano al World Trade Center.
cir, allí donde encuentra
una popularidad distinta
de la que correspondería a
ODER En la ((Modern Architec-
ture» se planteó, pero se
agotó en ella, la actitud de
la afirmación de la imagen
((moderna)),o allí donde el
ARCHITECTURE vanguardia como proyecto
ideológico, como determi-
desorden y la injusticia de tipo y programa descrita anteriormente). nación de ((necesidades in-
la estructura social que le Este desequilibrio ha llevado a una situación satisfechas)). En el ((After
corresponde parece más durante los pasados cincuenta años en la cual Modern Architecture)) se
manifiesta. En un caso, los arquitectos han entendido el diseño como ha agotado el papel de labo-
para subrayar nuevos valo- el producto derivado de aplicar con exceso al- ratorio de la elite intelec-
res -con un tono antropo- guna fórmula próxima a d a forma sigue a ia tual y se ha establecido una
logista- y, en el otro, para función». Esta situación se mantuvo incluso fuerte dicotomía entre la
resaltar contradicciones durante los años que siguieron a la Segunda arquitectura como «una gra-
-en un tono sociologista. Guerra Mundial, aun cuando se podía haber tificación cultural para el
Los argumentos pueden ser esperado que se hubiese producido un cambio. poder omnipotente y la ar-
A finales de los años sesenta se pensaba que las
válidos en su específico sec- polémicas y teorías del temprano Movimiento quitectura como distracción
tor, pero no son lo bastan- Moderno podían dar soporte todavía a la ar- de una elite))(K. Frampton,
te generales para constituir quitectura. Los mayores argumentos en defensa Introducción a Richard
un juicio a la arquitectura de esta actitud se articularon en lo que podría Meier, Architect. Nueva
actual. En ella hay prepon- ser llamado Revisionismo Funcionalista Inglés York, 1976). La arquitec-
derantemente una línea cul- de Reyner Banham, Cedric Price y Archigram. tura del poder ha asumido la
tural y productiva que ha Esta postura neo-funcionalista, con su ideali- coherencia de su propio pro-
creado ya una imagen po- zación de la tecnología, se investía del mismo ceso y las ((neo-vanguardias
pular y que parece potenciar positivismo ético y estética neutralidad de han transformado sus len-
nuevas propuestas de pro- la polémica de la pre-guerra. Sin embargo, guajes de combate en ‘len-
la continuada sustitución de los criterios
greso. guajes de placer’. La guerra
morales por aquellos de una naturaleza más
Como consecuencia de formal, produjo una situación que hoy pode-
ha terminado ... No queda
todo ello, las élites se ven mos entender generase un predicamento fun- más que recitar con un to-
obligadas a perder más y cionalista, precisamente porque la más impor- no afectuosamente irónico
más el contacto con la rea- tante justificación teórica dada a los órdenes los versos de una Marselle-
lidad y cada vez reducen su formales era un imperativo moral que ya no sa descompuesta y congela-
campo de experimentación era operativo en el marco de la experiencia con- da» (M. Tafuri. ((Lescendres
en lo menos transmisible, temporánea. Algunas de las actuales maneras de Jefferson)) L ’Architec-
como temiendo que se pro- de ver el fracaso del funcionalismo dentro de ture d’Aujourd’hui. Agosto-
duzca la transmisión y la un más amplio contexto cultural, están carac- Septiembre 1976). Pero si
idea renovadora se conta- terizadas por este sentido de desplazado posi- pensamos que el recurso de
mine y muera en la misma tivismo.
Hay también otro aspecto más complejo de
entonar la Marsellesa no es
realización. Han aparecido este predicamento. EI funcionalismo, no sólo un hecho que se incluya dia-
los primeros síntomas -so- puede ser reconocido como una forma de posi- lécticainente en la historia,
bre todo en América, donde tivimo, sino como positivismo, y en cuanto tal sino que algún filón opera-
el desafío de la calidad de la puede considerarse que surge de una visión tivo está empezando a fun-
otra arquitectura es más pa- idealista de la realidad. EI funcionalismo, no cionar, ha llegado el mo-
tente- de unos proyectos importa cuáles fueran sus propósitos, continuó mento. de preguntarse cuál
y a abiertamente planteados la ambición idealista de crear arquitectura co- es definitivamente el «Des-
para no ser construidos, ni mo una disciplina capaz de definir la forma pués)) de la ((After Modern
siquiera para ser absorbidos éticamente. Pero como cubrió esta ambición Architecture)). Un «Des-
como modelos, sino para con las desnudas formas de la producción tec- pués)) en el que ya no será
nológica, se presentó como una ruptura con el
agotarse en su propia espe- pasado pre-industrial. Pero de hecho, el fun-
posible esta convivencia
cificidad, para ser, ellos cionalismo es la Última fase del humanismo, no disimulada entre la investi-
mismos, objetos finitos, una alternativa a él. Y en este sentido no puede gación de laboratorio y la
que se venden, se compran ser tomado como una manifestación evidente marcha autónoma de la ar-
y se coleccionan, represen- de la llamada «sensibilidadmoderna». quitectura eficaz, de una
tación de una idea donde la Ambas exposiciones, la «Triennale»y la de arquitectura que ha encon-
arquitectura es sólo la leja- «Beaux Arts», sugieren sin embargo, que el trado su lugar y que cada
na referencia que hace el problema se piensa sea algo más, no tanto en día tiene menos contradic-
mensaje lejanamente inteli- lo que al funcionalismo per se concierne, cuan- ciones a resolver porque no
gible. La idea de la muit to a la naturaleza de la llamada .sensibilidad se apoya en una actitud
modernas. De aquí el implícito revival de neo- ética y política, sino en la
amèricaine)) de B. Huet o clasicismo y de academicism0 Beaux Arts, co-
d’oeil retourné sur lui- mo piezas de repuesto para un prolongado, si
de servicio indiscriminado.
meme» de M. Tafuri (‘’Ar- bien pobremente entendido, modernismo. Es Pero esa indiscriminación,
ch itectu re d ’Aujourd ’hui. verdad que en algún momento del siglo dieci- esa neutralidad respecto al
Agosto- Septiembre 1976) nueve hubo un giro crucial en la mentalidad contenido, Ano se emparen-
traducen esta situación, lle- occidental: giro que podría caracterizarse por ta con la autonomía disci-
vada a un extremo que, plinar y con la predisposi-
como veremos, es más bien ción a fijar la arquitectura
el principio de otro perío- en sus leyes formales que
do definitivamente nuevo.
AFTER acreditan algunos grupos
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nalism)). Oppositions. N. 6.
Nueva York, Otoño 1976). AFTER en el campo de las vanguar-
dias «After»,pero constituye
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MODERN
tintos y en contextos casi la arquitectura que se dibuja
contrapuestos de indiferen- y la que se construye.
cia o de participación polí- La segunda condición es
tica, se pueden contabilizar
y a muchas aportaciones a
ARCHITECTURE que la crítica se muestre más
optimista y más conllevante.
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Es indudable que, así como frustrante. Es evidente que que en los años 40 reprodu-
podemos superar el papel siepre ha habido una cier- cía el viejo tema de Duvivier.
ideológico de la arquitectu- ta arquitectura que se ha Cuando Charles Boyer lo-
ra, es más difícil -¿mucho situado como puente entre gra salir de la Casbah -don-
más difícil?- hacer lo mis- ambos polos -entre los de el método del aislamien-
mo con la crítica. Pero la laboratorios y la produc- to y del clan comprometido
sistemática alarma respecto ción-, sobre todo, en Eu- le había protegido contra
al desorden y las contradic- ropa, donde la oposición no la policía- y sube al tra-
ciones de la ciudad burguesa, es tan radical. Y esa arqui- satlántico que tiene que
el intencionado subrayado tectura es la que marcará lo conducirlo a la brillante y
de unos aspectos sectoriales, mejor del período. Pero no abierta realidad de París,
presenta a veces extremos siempre ha sido tratada cor- arrimado a la ventana del
escasamente justificados cu- tésmente por la crítica radi- deck, indeciso todavía an-
yo terrorismo a menudo in- cal, cuya inmaculada ausen- te su salvadora integración,
duce a una supletoria admi- cia de la realidad le predis- coincide en el plano con la
ración por ese mismo desor- pone al sermón eclesiástico. enajenada espera de Hedy
den que ha justificado, in- Por esta razón, podemos Lamarr y la banal conver-
cluso, el frenesí de la parti- temer que esta segunda con- sación de su viejo amante
cipación en muchos grupos dición va a producirse con que se la lleva en un impune
intelectuales. Una nueva muchas dificultades. Algu- ejercicio de su poder habi-
unidad realista y operati- nos grupos que se perfilan tual. En el momento en que
va, disciplinariamente con- en ese ((Después))todavía se se iba a alterar radicalmen-
creta, sólo se podrá en- producen en un airado ais- te la situación con la bri-
contrar dentro de un tipo lamiento, que han hereda- llante presencia activa de
de sociedad cuando la trans- do del ((After))y que a veces Pépé Le Moko, la policía
misión de la actitud intelec- mantienen con un cierto aire le asesina, reclamada por
tual, de la crítica o de la pro- anticuado. Y pueden incu- los oscuros sentimientos y
puesta claramente inventi- rrir en el sistemático asesi- la espontánea organización
va esté dispuesta a pasar al nato de los que quieren pa- de la Casbah, que se reafir-
campo de la realización y no sarse a la realidad, como el ma en su aislamiento, in-
se empeñe en su salvadora del anti-héroe Pépé Le MO- maculada en la coherencia
situación de outsider que en ko, en la secuencia final de de su inmundicia.
el ((After))ha demostrado ser ((Alger)),el film americano Oriol BOHIGAS
EL FINAL DE LA ESCAPADA
por Helio Piñón árqto.
1. Después de veinticinco El enunciado after modem neización de los hechos que
años de continuada sensa- architecture provocará, sin produce la lejanía en la mi-
ción de crisis en el Movi- duda, la displicente sonrisa rada y se aproximan a las
miento Moderno, de cons- de quien se sabe en lo cier- realidades contingentes,
tantes recuperaciones, revi- to, a los que entienden la con la fascinación que pro-
siones y pretendidas con ti- Historia como una articula- voca la novedad, tratando
nuidades; tras diez años de ción de grandes períodos, en de descubrir ahí algún indi-
críticas radicales, cada una los que pocos episodios ad- cio para la construcción de
de ellas considerada defini- quieren relevancia, por una paciente genealogía; los
tiva en el ámbito en que se cuanto sólo ellos marcan recién embarcados por la
produjo, sólo en la segunda rupturas dignas de tenerse microhistoria -por el de-
mitad de los años setenta ha en cuenta en las formacio- sengaño ante las limitacio-
aparecido la conciencia de nes económicas e ideológi- nes epistemológicas de cier-
que definitivamente se inicia cas; de quienes, escépticos, tos materialismos esquemá-
una etapa de la historia de piensan que se trata de un ticos o por el simple placer
la Arquitectura, caracteri- nuevo intento de rearme de apostar a la coyuntura
zada por su condición de ideológico entre los muchos teórica- tendrán la ocasión
after; todo indica que se va que, desde Alberti hasta de esclarecer hasta qué
hacia otra arquitectura cuya hoy, los arquitectos se han punto el after se inicia con
relación con la del Movi- visto obligados a llevar a ca- la primera edición del
miento Moderno es estricta- bo para asegurar la subsis- Complexity and Contra-
mente referencial. Es signi- tencia de su institución como diction in Architecture)),
ficativo, por otra parte, que garantía de un sistema dis- con el fallo del Concurso pa-
sea precisamente en New ciplinar resolutivo; incluso ra el Cementerio de Móde-
York y en el marco cultural de quienes reconozcan que na o, por decisión mayorita-
del grupo que ha conseguido con el triunfo de las revolu- ria en un party organizado
mayor expectación en el ciones burguesas el rol ideo- por Peter Eisenman en el
mercado de la información lógico del arquitecto sufre IAUS para agasajar a un
arquitectónica de estos años, una modificación tal que la grupo de amigos-arquitec-
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contrario, la noción de esti- firman la ciudad y la tipología como las únicas fica como objetivo Último
bases posibles en las que apoyarse para devol-
lo como institución social es ver su papel crítico a una arquitectura que es- de la operación de proyecto;
reemplazada por la idea de iá siendo asesinada por el aparentemente inter- no la que por razones exter-
lenguaje, que ahora adquie- minable ciclo de la producción y el consumo. nas vio interrumpido el pro-
re una dimensión cognosci- ceso de su puesta en obra-
tiva. La sintaxis deja de Anthony VIDLER en tanto que fenómeno his-
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tóricamente determinado, se lógica o tecnológica del mis- actividad que se quería au-
relaciona, por un lado, con mo, su simple concreción tónoma -casi marginal-
la acentuación del desequi- gráfica basta para una va- supone su inclusión en los
librio entre la capacidad de loración conceptual. En el circuitos de consumo cuali-
producción de forma y la primer caso el dibujo es un ficado de la forma abstrac-
demanda social de la mis- signo que sólo encuentra re- ta, es decir, en lo que en tér-
ma y, por otro, con el replie- ferente en la realidad mate- minos de publicidad podría
gue disciplinar, al que me rial; la obra construida per- llamarse ((procesosde pro-
he referido más arriba. La mite verificar la capacidad gramación de criterios esté-
ampliación del universo de del proyecto para resolver ticos para profesionales)).
la forma que las posibilida- los problemas que, más allá Fundaciones, publicacio-
des tecnológicas hacen vero- de la arquitectura, plantea nes, y universidades, son las
símil, ha generado un pro- el uso social de la misma. En instituciones que soportan la
ceso autónomo de investiga- el segundo, el dibujo supo- existencia parasitaria de
ción formal cuya verificación ne la conclusión del proce- quienes, paradójicamente,
no necesariamente debe so de producción de forma; reivindican la autonomía de
efectuarse en el ámbito de su existencia material sólo su disciplina.
la construcción material de sería metafórica, supondría Por otra parte, el consu-
la arquitectura. En un con- la realización de algo que mo profesional de principios
texto en que la producción está contenido en el papel y formas ((de laboratorio))
y el consumo del espacio ar- sólo virtualmente: como po- atribuye a los centros de de-
quitectónico han encontra- sibilidad; la representación cisión un rol programático
do criterios de racionalidad gráfica es el instrumento de que entra en contradicción
específicos -beneficio, comprobación por el que de- con la naturaleza epistemo-
mercado, etc.- ajenos a los cisiones concretas en el pro- lógica que desde un plano
que la arquitectura les ofre- ceso de creación formal, teórico se les otorgaría. La
cía, finalizada la utopía de adquieren o no sentido, en capacidad crítica que per-
una posible refuncionaliza- el interior del sistema de mite la sustitución de pará-
ción de la institución, en principios con el que se actúa. metros en la producción de
tanto que garante del con- En un caso, la actividad la forma es neutralizada por
trol estético e ideológico de -el uso físico de la forma- el consumo de tal sustitución
la producción de espacio es el parámetro qüe con- en términos de imagen co-
habitable, a nadie debería trola, a la vez, la produc- merciable.
extrañar el replanteamiento ción y la evaluación de la ar- El éxito obtenido por los
de la creación de forma quitectura; en el otro, la dibujos de los Krier entre
como actividad específica, disciplina -que presupone, estudiantes y recién gradua-
autónoma, independiente como dato, la actividad que dos de dodo el mundo)) no
de la producción; sólo con- la forma hace posible- es puede explicarse sólo por la
trolada por el hábito, adqui- el campo nocional que con- capacidad de aquellos para
rido a lo largo de la Historia, firma el proceso de construc- reflejar en sus obras la vo-
de realizar unas operacio- ción de la forma, siendo, a luntad artística de su tiem-
nes que se inscriben en el su vez, ratificada por él, en po. La reducción del estilo
sistema de principios que cada caso. a manera que se aprecia en
se entiende por disciplina. No se trata, por tanto, esos dibujos; la facilidad con
Teniendo en cuenta que, de la elección de unas con- que se convierten en clisés
además de la explicación diciones favorables para formales de utilidad ilimi-
del fenómeno en términos el proyecto, en las que la au- tada; la posibilidad de ser
de inercia histórica de las sencia de requisitos sociales transgredidos conceptual-
superestructuras, la produc- o económicos favorezca la mente, conservando prácti-
ción de forma abstracta ad- ((creación artística)), lo que camente intactos sus atri-
quiere una funcionalidad caracteriza a la arquitectura butos de imagen, son algu-
subsidiaria, respecto del sis- dibujada; el propósito de ex- nas de las circunstancias que
tema económico, que justi- plotar al máximo la capaci- hay que relacionar con el
fica su práctica institucio- dad de investigación formal fenómeno de su prodigiosa
nalizada. -como se ha visto, muy su- difusión. La voluntad de
La arquitectura como perior a las posibilidades de consolidación de una retóri-
práctica social deja de ser el consumo de forma- como ca, a través de la asumida
paradigma de la actividad contribución al proceso de academia de la publicación
de proyecto para ser enten- desarrollo de la disciplina, reiterada; la fidelidad con
dida, en adelante, como for- en tanto que sistema autó- que repiten estereotipos y
ma de conocimiento. El nomo, sería la razón de tal singularidades -diríase que
marco de referencia deja de arquitectura. con gran respeto para sus
ser la sociedad (o la ciudad, Es precisamente ahí don- incondicionales- no deja
en tanto que lugar de la con- de se plantea el escollo fun- lugar a dudas respecto a las
vivencia social) para ser reem- damental para la actitud a condiciones en que se rea-
plazado por la disciplina (o que me refiero: la necesidad liza su trabajo.
la ciudad, en tanto que cons- de contar con una demanda Por otra parte, los proyec-
tructo mental controlado potencial para esa arquitec- tos recientes de Stirling pa-
por sus principios). tura, la propia naturaleza recen traducir las angustias
La diferencia entre una y de los medios con los que e indecisiones -pero tam-
otra forma de entendimien- deberá producirse su difu- bién la agresividad- de un
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BREVE RELACION
DE LO OCURRIDO EN ARQUITECTURA
EN LOS ULTIMOS 25AÑOS
Lo que se entiende por «AfterModern Architecture» exigía la definicih del marco temporal en que
éste se había producido. Quienes convocaron la reunión de Nueva York creveron que era conveniente que
cada una de las revistas precisase cuáles eran los más destacados acontecimientos de la historia de la ar-
quitectura reciente, que daban paso a la situación en la que se discutía. La Redaccicín de Arquitecturas-
bis preparó la breve relación de acontecimientos que aquí se ofrece respetando la limitación impuesta
por los organizadores de que el texto no excediese cinco.folios. La necesidad de esta forzosa referencia
como marco en el que llevar a cabo la discusión, curiosamente, contradecía lo que había sido uno de los
principios básicos del Movimiento Moderno: la negación de la Historia.
Un estudiante que se Naciones Unidas y tendrá desplazó así hacia la figura
preciase al filo de los 50 ocasión, al fin, de construir de Wright, único ejemplo
debía haber estado en Lon- la primera Unité d'Habita- de lo que él llamaba la ar-
dres para visitar el Royal tion. Gropius y Mies ense- quitectura orgánica. Desde
Festival Hall y leído ((Space, ñaron los principios de la la plataforma de una teo-
Time and Architecture». nueva arquitectura en una ría de la arquitectura es-
Giedion hizo con su libro fértil tierra virgen, América, pacialisí a el Moviinieiiío
un gran esfuerzo por legiti- lo que les permitirá, por otra Moderno será acusado,
mar, desde su condición de parte, convertirse en activos abiertamente, de exclusi-
historiador, el Movimiento constructores, siendo in ás vista y dogmático. Por otra
Moderno. Tal y como Gie- tarde el ejemplo vivo en el parte hay que señalar que
dion explicaba, lo ocurrido que se alimentarán las ar- tanto Zevi como Pevsner uti-
al Movimiento Moderno te- quitecturas comerciales que lizan la historia como disci-
nía todos los papeles en re- realizan potentes organiza- plina desde la que enten-
gla y nada había que temer ciones profesionales. der lo ocurrido, oponién-
por tanto; para Giedion la dose así al anti-historicismo
arquitectura moderna ha- Puede pues decirse que, de un Gropius o un Mies. La
bía dado respuesta adecua- al comenzar los 50, la ar- recuperación de figuras
da a los problemas plantea- quitectura moderna estaba coino Wright, Asplund o
dos por una nueva sociedad ya plenamente aceptada y Aalto sería el inmediato
dueña de una nueva técnica que sus principios habían fruto que una tal actitud
e incluso podía vérsela, co- de-jado de ser patrimonio produjo.
rno él hacía, desde una pers- exclusivo de una élite van- Si a esto se añade que el
pectiva que enlazaba con la guardista, para convertirse proceso de instit ucion aliza-
tradición wolffliniana. Nada en base teórica de la ense- cion sufrido por la arquitec-
que temer de la nueva ar- ñanza en las Escuelas o en tura moderna había dado
quitectura. Quienes en los repertorio estilístico de la ar- lugar a una cierta pérdida
años 20 animaron las van- quitectura de consumo. de tensión que cabía obser-
guardias son, al comen- Pero tal actitud fue puesta var incluso en la arquitec-
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zar los 50, los arquitectos en cuestión por Zevi a me- tura más cualificada, no sor-
más solicitados. Le Corbu- diados de los 50, propo- prenderá el que una actitud
sier, el más claro represen- niendo una mayor atención crítica frente a ella aparez-
tante de aquellas vanguar- por los problemas espaciales: ca en Inglaterra pidiendo
dias, recibirá el encargo de el interés por los arquitectos un mayor rigor formal y un
estudiar el edificio de las del Movimiento Moderno se niayor compromiso ético.
glo XIX con el triunfo rotundo de los ideales la determinación exacta de cantidades y vo-
de la ((Ecole Polytechnique)) de París y su lúmenes de materiales y la elaboración de
influencia en Europa. presupuestos.
Como el lector habrá ya sospechado, no La teoría de la arquitectura se había ve-
es mi intención hacer en este artículo un nido transformando en ((ars fabricandi)),
típico elogio de los ignorados méritos ar- desde el momento en que el cosmos tradi-
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cional de origen Aristotélico finalmente ce- tanto insistían un gran número de arquitec-
dió su lugar preferencial al Platonismo de tos, ingenieros y geómetras del siglo XVIII.
la ciencia y la filosofía modernas a princi- Esa distancia entre el arte del diseño, la
pios del siglo XVII. Paulatinamente la teo- ciencia de la composición y la construcción,
ría dejaba de ser aquella tradicional mezcla constituía en su opinión la causa funda-
de mito y racionalidad, siempre llena de mental de la decadencia de la arq~itectura.~
ambigüedades y contradicciones, y cuyo Este tema esencial, aparece frecuentemen-
objetivo Último era el constituirse en autén- te en la obra de nuestro arquitecto y tiene
tica justificación de la obra arquitectónica profundo significado: Viel postula la fun-
en el horizonte escatológico... Lentamente damental continuidad entre teoría y prác-
la suplantaba una teoría positiva, un sim- tica; pero no entre una teoría y una práctica
ple conjunto de recetas unidimensionales en el sentido contemporáneo de los términos.
de fácil aplicación práctica que evitaban La teoría para Viel no era un libro de rece-
toda confusa referencia metafísica. tas dictado por una razón todopoderosa
Viel pensaba que la arquitectura fran- que se comportase, como una máquina
cesa de finales del siglo XVIII estaba en es- computadora, totalmente autónoma de in-
tado decadente y dedicó toda su obra a elu- flexiones corporales. La teoría debía pro-
cidar las razones de su apreciación. Sus es- porcionar, en primer término, la justifica-
critos tienen gran importancia porque mues- ción radical de la obra arquitectónica, siem-
tran claramente desde un punto de vista crí- pre en relación a un marco de referencia
tico, el último momento en el proceso de mítico. La práctica por otra parte, no era
la transformación de la teoría al que he un simple proceso altamente eficiente pero
aludido. Antes de Viel, la teoría de la ar- sin objetivos claros: la práctica construc-
quitectura aún conservaba, al menos en for- tiva debía ser siempre significativa, las ac-
ma residual, su sentido metafísico: el ra- ciones del hombre más que simples actos
cionalismo del Siglo de las Luces nunca fue de dominio tecnológico, debían constituir-
un racionalismo positivista. La actividad se en actos de reconciliación con la circuns-
racional era posible y se justificaba, en últi- tancia?
ma instancia, porque revelaba la presencia Esta continuidad radical a la que he
de la divinidad en el universo.. . No fue sino hecho referencia, había sido universalmen-
hasta los primeros años del siglo XIX cuan- te aceptada en los siglos precedentes. A
do en efecto, la teoría arquitectónica per- partir de la asimilación de la arquitectura
dió en forma definitiva su papel traditio- con las artes liberales promovida por los
nal como justificación trascendente de la teóricos del Renacimiento Italiano, algunos
práctica. arquitectos empezaron a dar mayor énfasis
Durante el siglo XIX la teoría se convirtió a la teoría con respecto a la práctica.. . Qui-
en un medio que permitía la fácil sujeción zá el texto de Vignola fue el primer intento
de la arquitectura a los ideales de la tecno- por hacer que la práctica se conformase
logía, sin cuestionar nunca sus objetivos úl- a una teoría establecida de antemano. Du-
timos y sin reconocer más valores que la rante el siglo XVIII una multitud de inge-
economía y la eficiencia de las operaciones nieros y arquitectos enfatizaron la impor-
de diseño y construcción. La crítica de Viel tancia de la teoría para asegurar el éxito de
tuvo muy poco impacto. Casi de inmediato cualquier empresa de construcción. La re-
fue archivada en oscuras bolsas de papel lación entre teoría y práctica, sin embargo,
manila. Las dos obras publicadas en la mis- nunca se tornó crítica hasta principios del
ma época que tendrían una enorme influen- siglo XIX cuando ambos términos trans-
cia sobre la totalidad de la arquitectura formaron finalmente su sentido.
Occidental, fueron desde luego el «Precis Ya en la primera obra teórica de Viel, el
de Leçons))de J. N. L. Durand y &‘Art de volumen I? de los .Principes.. . (1797), es
))
Batir)) de J. Rondelet. Hoy sin embargo, posible encontrar una clara exposición de
después de 150 años, muchos arquitectos sus intereses. Es evidente su admiración
dudan una vez más.. . Después de compar- por Buffon y Batteux: sus principios fun-
tir fervientemente la fe en las bondades de damentales aún derivaban de aquel concep-
la utopía tecnológica, se cuestiona hoy ra- to de Naturaleza, rica en connotaciones mi-
dicalmente una arquitectura sujeta a la ra- tológicas y poéticas, que sirvió de justifica-
zón positiva, una arquitectura que derive ción Última a todo el pensamiento del si-
directamente de la «función» y pretenda glo XVIII. Era la suya una naturaleza ani-
eludir su papel tradicional como elemento mada aún por la presencia divina, una na-
de reconciliación entre el hombre y su cir- turaleza que se revelaba en su plenitud
cunstancia, racional pero finita y por consi- científica y metafísica a la observación pa-
guiente contradictoria. Es mi intención que ciente y cuidadosa; y no un mero agregado
el estudio de la postura crítica de Viel que de objetos inermes que pudiesen ser irres-
intentaré aquí, ilumine un poco aquel ínti- petuosamente dominados por la tecnología
mo momento de transición, génesis de una humana. De ahí que Viel pretendiese apli-
gran parte de los malentendidos en que aún car a la arquitectura algunas nociones que
viven muchos arquitectos contemporáneos: Buffon había empleado en sus estudios so-
el momento inicial de la crisis del pensa- bre historia natural: «... familiarizándonos
miento europeo. 2 con los mismos objetos, observándolos fre-
La noción fundamental que nos permiti- cuentemente.. . (éstos) se constituyen en im-
rá comprender la postura de Viel, aparece presiones perdurables, conectados en nues-
claramente en la «Conclusión»de SUS (&in- tra mente por medio de relaciones fijas e
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nal a aquellos arquitectos que sólo seguían Viel pensaba que estas reglas eran en
los lineamientos de una ((rutinaciega. y no efecto, fácilmente asequibles a partir de la
poseían un auténtico conocimiento de los observación de la naturaleza, y que multi-
principios. Al mismo tiempo, sin embargo, ples ejemplos de su aplicación podían deri-
él distinguía entre la teoría de la arquitec- varse fácilmente de los más bellos monu-
tura que podía adquirirse a través del estu- mentos antiguos y ‘modernos. El pensaba
dio, de libros, de viajes y meditaciones, y la que la arquitectura de su propio tiempo,
práctica que los arquitectos debían derivar sin embargo, había abandonado totalmen-
forzosamente de la ejecución de edificios.. .lo te estos principios básicos. El objetivo
Después de aseverar que los dos princi- principal de su crítica y las razones que la
pios fundamentales de la arquitectura eran motivaron, se hacen más explícitas en el si-
las tradicionales simetría (proporción) y guiente capitulo, intitulado «Sobre los peli-
euritmia, Viel rechaza en una nota la jus- gros y abusos de la geometría aplicada a la
tificación que había dado Claude Perrault construcción de edificios)).En él, Viel des-
a su uso de columnas aparejadas dos a dos.11 cribe cómo distinguidos científicos y ma-
Este punto merece mencionarse debido a temáticos del siglo XVIII habían estable-
que la ((licencia))de Perrault, «inventor»de cido fórmulas algebraicas que podían ser
esta disposición que desde luego no aparece aplicadas a la solución de problemas cons-
en las teorías de Vitruvio ni en las de otros tructivos. En la opinión de nuestro arqui-
arquitectos del Renacimiento, era uno de tecto, los descubrimientos de hombres co-
los aspectos sobre los que se debatía en la rno De la Hire, Parent, Frezier y Belidor,
famosa ({Querelledes Anciens et Modernes)). provocaron una mejor comprensión de la
Perrault usó esta disposición de columnas exactitud de los procedimientos constructi-
en su proyecto para la fachada oriental del vos que se habían venido utilizando desde
Louvre y su atrevimiento al romper el ritmo la antigüedad (!): «Era natural pensar que
prescrito para las distancias intercolumna- tales descubrimientos multiplicarían los
res tradicionales, se considero durante el medios de construcción. Sin embargo, la
siglo XVIII como una clara muestra de su inmoderada aplicación de estos nuevos
falta de respeto por las autoridades de la procedimientos se ha tornado en una gran
antigüedad. Viel, quien siempre conservó calamidad, afectando la composición de
un profundo respeto por la autoridad mítica algunas obras arquitectÓnicas.d6 Viel de-
de los escritores antiguos, no podía desde clara no tener nada en contra de una apli-
luego aprobar las opiniones y la obra de cación sensible de la geometría a través de
Perrault. proyecciones estereotómicas para determi-
Nuestro autor dedicó tres capítulos de sus nar las dimensiones y los cortes de las pie-
((Principes...»al problema del estilo. ES la zas de cantera que constituirán una bóveda.
suya, la primera formulación explícita en Aún el uso del álgebra para determinar el
un tratado de teoría arquitectónica, del pro- punto en que una estructura pierde su equi-
blema que apasionaría al siglo XIX.12 Dis- librio le parece aceptable. En su opinión,
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nunca aceptó como válida la intención de entre concepción y e-jecución en todos los
colocar a la ((arquitecturaentre las ciencias niveles era motivo de crítica. En el caso de
exactas)),separándola de las demás artes y los proyectos a que se alude, Viel rechazaba
criticó a sus contemporáneos que no creían el énfasis que se daba a la concepción ima-
en la ((autoridad de los antiguos maestros ginativa por encima de la efectiva realiza-
ante los ojos de la razón))? Exasperado por ción del edificio. Nuestro autor nunca acep-
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tó la división entre teoría y práctica que ya contraste entre una teoría tradicional cuyas
se manifiesta en la obra de estos arquitec- premisas fundamentales, siempre implki-
tos de finales del siglo XVIII. tas, él revela por vez primera; y el desarro-
Varios historiadores han especulado so- llo de la teoría arquitectónica fundada en
bre quienes eran aquellos dos arquitectos a los nuevos axiomas del pensamiento posi-
los que Viel se refiere en su ((Decadénce...» tivista y la tecnología. Sus escritos atesti-
sin mencionar sus nombres. Petzet ha de- guan el nacimiento del verdadero funcio-
ducido, acertadamente en mi opinión, que nalismo contemporáneo: el momento en
se trata de Soufflot y Ledoux.60 La severa que, doscientos años después de Galileo y
crítica de Viel constituye muy probable- Descartes, la arquitectura perdió final-
mente un resumen de su tesis fundamental: mente su dimensión metafísica y la relación
La composición no puede reducirse al arte entre teoría y práctica se tornó crítica. Des-
de proyectar, así‘ como la construcción no pués de Durand y Viel, la arquitectura de-
puede reducirse a fórmulas matemáticas. jaría de ser una forma privilegiada de re-
Viel tuvo una clara conciencia de los pro- conciliación entre el hombre y su circunstan-
blemas que traía aparejados la separación cia, entre la fluida y evanescente vida
entre teoría y práctica en arquitectura y la cotidiana y la dimensión inmutable y eterna
pérdida de la dimensión metafísica del ha- de las ideas. Una arquitectura sujeta al
cer arquitectónico en su totalidad. proceso sin objetivos Últimos de la tecnolo-
Viel consideraba la síntesis entre teoría y gía, perdería su fundamental dimensión
práctica como el aspecto fundamental que simbólica para convertirse en mera cons-
permitía a la arquitectura cumplir con sus trucción.. .
objetivos trascendentales. A través de su La reacción fue, desde luego, inmedia-
obra hace hincapié en este punto: En sus ta y se ha dejado sentir a lo largo de 170
((Dissertations...»nuestro autor insiste en años, siempre en contraste con las inten-
la totalidad inter-dependencia de la teoría ciones fundamentales del ((movimientomo-
y la práctica y declara que una de las causas derno)). Nuestro tiempo afortunadamente
específicas que ha propiciado la decaden- ya no condena los sueños románticos de
cia de la arquitectura, es el hecho de que Lequeu, la arquitectura comestible de Gau-
tal relación íntima no se comprende con- dí, el «Art Nouveau))o movimientos como
venientemente.61 En «De 1’Impuissance...» el expresionismo y el surrealismo.. . Algu-
Viel escribe que ((10sarquitectos deben ser nos arquitectos ya reparan al menos en las
hábiles en la teoría y en la práctica)).No es limitaciones del funcionalismo y en la im-
suficiente poseer imaginación, no es sufi- posibilidad de reducir la arquitectura a la
ciente estudiar la teoría de la construcción, decoración, la sociología o la psicología.
la práctica es siempre esencial? En el Úl- Aún las más poderosas computadoras han
timo capitulo del Vol. 1 de sus ((Principes...» fallado en el intento de dar una solución
encontramos la misma idea: La construc- conceptual, matemática, a los problemas
ción de edificios es el objetivo Último de la urbanos y arquitectónicos: la crítica de
arquitectura.. . La arquitectura -admite Viel merece hoy considerarse seriamente.
Viel- es un arte liberal y, en este sentido, La arquitectura contemporánea, desilusio-
es hasta cierto punto independiente de los nada de las utopías racionales, busca ir
obstáculos a que la sujetan la administra- más allá de las ciencias positivas y encontrar
ción y la construcción. Sin embargo, una una nueva justificación metafísica en el
síntesis entre las proporciones que aseguran mundo visible, partiendo esta vez, como
la belleza y las que garantizan la estabili- antaño, de la esfera primordial de la per-
dad del edificio es absolutamente indispen- cepción, origen Último del auténtico signi-
sable. La habilidad para lograr esta sínte- ficado existencial.. .
sis sólo puede aprenderse a través de la ex-
periencia y el ejemplo de los viejos maes- Alberto PEREZ GOMEZ
tros.63 ((La experiencia es el me.jor de los
maestros ... aún las teorías más positivas se
ven superadas por ella ... La experiencia es
la brújula del arquitecto.»U
Ya he señalado la forma en que la obra de
Viel fue ignorada por sus contemporáneos
y sucesores. Las razones son ahora obvias: NOTAS:
su pensamiento, aún conformado por las 1. E. Kaufman y L..Hautecoeur, el primero en su aún popu-
nociones más tradicionales del siglo XVIII, lar #Architecturein the Age of Reason» (1955) y el segundo en su
obra magna NL‘Architecture Classique en Franceu, Vol. V, con-
derivadas de la historia natural de Buffon y funden al arquitecto Charles-François Viel y al escritor Viel de
de la epistemología Newtoniana, debería Saint-Maux. Cf. Kaufmann, OP. cit., p. 167 y Hautecoeur,
OP.cit., p. 246. Thieme Becker y el «Dizionario Enciclopedico di
parecer reaccionario en un mundo que se Architettura e UrbanisticaB, también los consideran una mis-
dedicaba a consumir la ideología tecnoló- ma persona.
2. Cf. E. Husserl #The «Crisisof European Sciences and Tras-
gica y a imprimir frecuentemente las obras cendental Phenomenology., 1954.
de Navier, Durand y Rondelet. La teoría 3. C. F. Viel, NPrincipes de l’ordonnance et de la construction
des bâtimensw, Vol. IV, pp. 53-97.
arquitectónica del siglo XIX debía fundar- Todas las publicaciones de Viel fueron concebidas como par-
se en la creencia de que todas las ((varia- tes de una obra de cuatro volúmenes que hubiera debido apa-
recer con este título general. Los volúmenes I y IV fueron pu-
bles))del mundo real podían reducirse a la blicados como originalmente se había planeado. El resto de su
esfera conceptual, y que el resultado de obra apareció independientemente. De acuerdo con su «Table
GéneraleB que aparece en el Volumen IV (pp. IX-X), los nom-
cualquier problema arquitectónico sería bres completos de los títulos y fechas de publicación son: upre-
una función directa de la combinación de mier Volume. Principes de l’ordonnance des bâtimens; pre-
miere partie, 1797~.
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Comentario de textos
“ARQUITECTURAY CRITICA” RENACE DE NEGRO
por Helio Piñón arqto.
La aparición de una colección de libros laciones y angustias en el futuro inmediato;
sobre arquitectura adquiere, en determi- la evidencia de las limitaciones inherentes
nadas circunstancias, un papel cultural de a los planteamientos «izquierdistas» que
tal naturaleza y relevancia que de ningún creyendo encarnar una opción materialista
modo permite su explicación en términos ante la arquitectura no hacían otra cosa
de azar o de fortuita ihkiativa comercial. que practicar el más inofensivo sociologis-
La coincidencia de la reciente producción mo; la perplejidad -no desprovista de fas-
de una serie de textos que tanto por su cali- cinación- que provocaban las primeras
dad como por su signficación cultural me- J. P. Bonta, Siste- noticias que sobre Venturi llegaban de
recieron el calficativo de importantes, la mas de significa-
ción en arquitec- América, corregidas y aumentadas por el
conciencia -generalizada a ciertos niveles- tura. carácter oral y festivo de su transmisión,
de la necesidad de la reflexión teórica, en Colección Arqui-
tectura y Crítica constituían las condiciones Óptimas para
el contexto que proporcionaba determina- Editorial Gusta- que el libro adquiriese el status de conse-
da práctica, y la posibilidad de contar con vo Gili, 1978
jero que ayuda a superar las crisis de iden-
una demanda que justficase la empresa tidad y / o de conciencia.
editorial, proporcionó el soporte sobre el Por otra parte, una similar situación de
que, a princgios de los años setenta, la edi- interinidad se había generalizado en los
torial Gustavo Gili creó la colección ((Arqui- centros internacionales de producción ar-
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que respecta a los clásicos de la arquitectu- libro que comento- ha efectuado un lúcido
ra moderna, se batía en una lenta agonía, diagnóstico de la arquitectura de cada mo-
sólo interrumpida por la publicación de al- mento en que ha vivido, a partir de la con-
gún que otro título de mantenimiento. sideración de los atributos formales como
El renacimiento de la colección que aquí característicos y determinantes del Movi-
se celebra, supone, en cambio, la asunción miento Moderno. La prioridad dada en sus
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análisis a las relaciones formales en el ob- de la arquitectura contemporánea.
jeto arquitectónico, el reconocimiento de Cuando la arquitectura se bate entre la
la especificidad de la arquitectura en el te- recuperación iconográfica del Movimiento
rreno de la construcción de hforma, lo con- Moderno y la superación histórica del mis-
vierten en precursor de las actitudes más mo, nadie dudará del interés que tiene la
avanzadas de la arquitectura actual. Col- publicación de los trabajos a los que me he
quhoun centra su discurso en el reconoci- referido. Las opciones teóricas que en ellos
miento de la dimensión simbólica de la ar- su b-yacen, lejos de cualquier precipitación
quitectura como aspecto relevante para operativa, contribuirán a esclarecer los tér-
cualquier consideración crítica. El Movi- minos del debate que hoy centra la atención
miento Moderno, a su juicio, no se fundó de estudiosos y críticos de arquitectura.
tanto en una voluntad de cientìficidad y ri- No se trata, pues, del empeño por explo-
gor, cuanto en el propósito de simbolizar tar un proyecto cultural que dio sus frutos
formalmente tales atributos. Es precisa- en los primeros años de la década, lo que
mente este aspecto signijiicativo de la arqui- hace renacer la colección «Arquitectura y
tectura lo que, desde su perspectiva, le con- Crítica». Es el compromiso de proporcio-
fiere la dimensión culturaly lo que niega la nar los materiales indispensables para la
posibilidad de la creación de forma según confrontación teórica y la reflexión crítica
un proceso abstracto, al margen de las ex- de la arquitectura lo que da vigencia a la
pectativas de su uso simbólico. colección, y quizá la voluntad de rendir un
Kennet h Framp ton, Manfredo Taf u ri, póstumo homenaje al «Movimiento Moder-
Giorgio Grassi, Tomás Llorens y Helio Pi- no», sumándose a la gravedad de sus exe-
ñón, son algunos de los autores con los que quias, lo que ha ennegrecido sus cubiertas.
la colección cuenta para sus próximos títu-
los, con escritos centrados en la reflexión
sobre las teorías y crítica de las ideologías Helio PIÑON
Comentario de textos
MALDONADO RECONSIDERADO
por On01 Bohigas arqto.
comprobar que a partir de los años 30 ven- nistrado como una providencia».
ce la teoría de los muchos modelos de corta
duración frente a la que el fordismo había Oriol BOHIGAS
mantenido en los años 20, de pocos mode-
los de gran duración. Maldonado recuerda
que ello corresponde a una estrategia co-
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da una de ellas debía contribuir con textos
z cargo de los colaboradores habituales y
non una «breve relación de lo ocurrido en
c/
-
Post Funcionalismo/P. Eisenman 6