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Praxis Educativa (Arg)

ISSN: 0328-9702
iceii@fchst.unlpam.edu.ar
Universidad Nacional de La Pampa
Argentina

GIROUX, Henry
La Pedagogía crítica en tiempos oscuros
Praxis Educativa (Arg), vol. XVII, núm. 1 y 2, enero-diciembre, 2013, pp. 13-26
Universidad Nacional de La Pampa
La Pampa, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=153129924002

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La Pedagogía crítica en tiempos oscuros

Henry GIROUX*

Resumen Critical Pedagogy in dark times

En todo el mundo, las fuerzas del neoli- Abstract


beralismo, o lo que podría denominarse Across the globe, the forces of neoliber-
la última fase del capitalismo depreda- alism, or what might be called the latest
dor, van por el camino de desmantelar stage of predatory capitalism, are on the
los beneficios sociales garantizados histó- march dismantling the historically guar-
ricamente y otorgados por el estado be- anteed social provisions provided by the
nefactor. Esta es una razón de peso para welfare state. This is all the more reason
que los educadores y otros aborden cues- for educators and others to address im-
tiones sociales importantes y defiendan portant social issues and to defend public
la educación pública y superior como and higher education as democratic pub-
esferas públicas democráticas; necesitan lic spheres; educators need a new political
un nuevo lenguaje político y pedagógico and pedagogical language for addressing
para abordar los cambiantes contextos y the changing contexts and issues develop-
cuestiones y desarrollar formas de peda- ing forms of critical pedagogy capable of
gogía crítica capaces de desafiar al neo- challenging neoliberalism and other anti-
liberalismo y a otras tradiciones antide- democratic traditions. This paper presents
mocráticas. Se abordan en este artículo la the notion of teachers as public intellec-
noción de los docentes como intelectua- tuals, pedagogy and the project of insur-
Detalle obra sin título
Dini Calderón les públicos, la pedagogía y el proyecto rectional democracy, pedagogy and the
de democracia en rebelión, la pedagogía politics of responsibility, and finally, ped-
y la política de la responsabilidad, y final- agogy as a form of resistance and educated
mente la pedagogía como una forma de hope. Educated hope provides the basis
resistencia y esperanza educada. La espe- for dignifying our labor as intellectuals;
ranza educada es la base para dignificar it offers up critical knowledge linked to
nuestra labor como intelectuales; ofrece democratic social change, it is rooted in
el conocimiento crítico ligado a un cam- shared responsibilities, and allows teach-
bio social democrático, está arraigada en ers and students to recognize ambivalence
responsabilidades compartidas y permi- and uncertainty as fundamental dimen-
te a docentes y estudiantes reconocer la sions of learning. Such hope offers the
ambivalencia y la incertidumbre como possibility of thinking beyond the giv-
dimensiones fundamentales del aprendi- en—and lays open a pedagogical terrain
zaje. Esta esperanza ofrece la posibilidad in which teachers and students can en-
de pensar más allá de lo dado – y deja gage in critique, dialogue, and a struggle
abierto un terreno pedagógico en el cual for social justice.
docentes y estudiantes pueden compro-
meterse en la crítica, el diálogo y una lu-
cha por la justicia social.

Palabras clave: pedagogía crítica, democra- Key words: critical pedagogy, democracy,
cia, responsabilidad, esperanza educada. responsibility, educated hope.

Introducción
(*) Global Television Network Chair. Eng-

E n todo el mundo, las fuerzas del neoliberalismo, o lo que podría


lish and Cultural Studies,
McMaster University, Chester New Hall,
Room 229, 1280 Main Street denominarse la última fase del capitalismo depredador, van
West Hamilton, Ontario, Canada
L8S 4L9 por el camino de desmantelar los beneficios sociales garantizados
Columnist for Truthout.org
históricamente y otorgados por el estado benefactor, definiendo
Phone: 905 525 9140, Ext. 26551 a la obtención de ganancias como la esencia de la democracia,
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atando una guerra contra los gremios, expandiendo el estado de
seguridad militar, promoviendo el aumento de desigualdades en

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riqueza e ingresos, fomentando la erosión de las des del estado de seguridad militar3. Una de las
libertades civiles, y debilitando la fe pública en consecuencias es la aparición de lo que el extinto
las instituciones que definen la democracia1. A Tony Judt denominó una “sociedad eviscerada”
medida que las mentalidades y moralidades de –una sociedad a la que se le ha arrancado la grue-
mercado imponen restricciones en todos los as- sa trama de obligaciones mutuas y responsabili-
pectos de la sociedad, las instituciones democrá- dades sociales que se pueden hallar en cualquier
ticas y las esferas públicas se van reduciendo, o democracia viable4. Esta cruda realidad ha sido
bien desapareciendo completamente. A medida denominada una “socialidad fallida” –un fraca-
que estas instituciones desaparecen –desde las so en el poder de la imaginación cívica, voluntad
escuelas públicas hasta los centros de salud– se política y democracia abierta5. Es también parte
produce también una seria erosión de los dis- de una política que despoja de lo social a cual-
cursos de comunidad, justicia, igualdad, valores quier ideal democrático. El guión ideológico re-
públicos, y bien común. sulta ahora familiar: no existe el bien común; los
Cada vez más, se vive en sociedades que se valores de mercado se convierten en el patrón
basan en el vocabulario de ‘elección’ y en una para darle forma a todos los aspectos de la socie-
negación de la realidad –una negación de la des- dad; el individuo libre y poseedor de bienes no
igualdad masiva, las disparidades sociales, la con- tiene obligaciones más allá de su propio interés; el
centración irresponsable de poder en relativa- fundamentalismo de mercado supera los valores
mente pocas manos, y un creciente mecanismo democráticos; el gobierno, y particularmente el
de muerte social y cultura de la crueldad2. En estado benefactor, son los mayores enemigos de
tanto el poder se torna global y es removido de la libertad; los intereses privados niegan los va-
las políticas locales y nacionales, una clase irres- lores públicos; el consumismo se convierte en la
ponsable de corredores de bolsa corporativos ul- única obligación de la ciudadanía; la ley y el or-
tra-ricos define a más y más individuos y grupos den constituyen el nuevo lenguaje para movilizar
como descartables, innecesarios e irrelevantes. En temores compartidos, más que responsabilidades
consecuencia, hay un creciente número de gen- compartidas y la guerra se torna el principio de
te, especialmente jóvenes, que habita con mayor organización más abarcativo para el desarrollo de
frecuencia zonas de dificultades, sufrimiento y la sociedad y de la economía6.
exclusión terminal. Dada la actual crisis, los educadores necesi-
Esta es una razón de peso para que los educa- tan un nuevo lenguaje político y pedagógico para
dores y otros aborden cuestiones sociales impor- abordar los cambiantes contextos y cuestiones
tantes y defiendan la educación pública y supe- que enfrenta un mundo en el cual el capital se
rior como esferas públicas democráticas. Vivimos vale de una convergencia de recursos sin prece-
en un mundo en el cual todo se ha privatizado, dentes –financieros, culturales, políticos, econó-
transformado en espacios espectaculares de con- micos, científicos, militares, y tecnológicos– para
sumo, y que se encuentra sujeto a las vicisitu- ejercer formas de control poderosas y diversas. Si

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los educadores, entre otros, desean contrarrestar manos de docentes, compañías productoras de li-
la acrecentada habilidad del capitalismo global bros de texto, intereses corporativos, u otras fuer-
para separar la esfera tradicional de la política zas? Fundamental en cualquier noción posible
del ahora poder transnacional, resulta de cru- sobre qué hace que una pedagogía sea crítica es,
cial importancia desarrollar enfoques educativos en parte, el reconocimiento de que la pedagogía
que rechacen el desmoronamiento de la distin- es siempre un intento deliberado por parte de
ción entre las libertades de mercado y las liberta- los educadores de influenciar cómo y qué cono-
des civiles, una economía de mercado y una so- cimientos y subjetividades se producen dentro
ciedad de mercado. Esto sugiere el desarrollo de de conjuntos particulares de relaciones sociales.
formas de pedagogía crítica capaces de desafiar En este caso, se llama la atención a las formas en
al neoliberalismo y a otras tradiciones antidemo- las que se producen el conocimiento, el poder, el
cráticas incluyendo la creciente criminalización deseo y la experiencia bajo condiciones específi-
de los problemas sociales tales como la falta de cas básicas de aprendizaje, y al hacerlo se recha-
hogar, al mismo tiempo que restablecen un pro- za la noción de que la enseñanza es meramente
yecto democrático radical que provee las bases un método o algo que nada tiene que ver con
para imaginar una vida más allá del mundo de cuestiones de valores, normas y poder. Este en-
los sueños del capitalismo. En esas circunstan- foque a la pedagogía crítica no reduce la práctica
cias, la educación se convierte más que en una educativa al dominio de las metodologías, sino
evaluación con altos niveles de exigencia y siste- que enfatiza, en cambio, la importancia de com-
mas de premios, en una obsesión por los esque- prender lo que realmente ocurre en las aulas y en
mas de responsabilidad, la cultura de las audito- otros contextos educativos a través de preguntas
rías, las políticas de tolerancia cero, y un sitio en tales como ¿cuál es la relación existente entre el
el que simplemente se entrena a los estudiantes aprendizaje y el cambio social?, ¿qué tipo de co-
para convertirse en mano de obra. Lo que está en nocimiento tiene más valor?, ¿qué significa saber
riesgo aquí es el reconocer el poder de la educa- algo?, y ¿en qué dirección debería uno desear?
ción para crear la cultura formadora, necesaria Por supuesto, el lenguaje de la pedagogía crítica
tanto para desafiar las múltiples amenazas pues- hace algo más. La pedagogía crítica trata simul-
tas en marcha contra la idea misma de justicia y táneamente acerca del conocimiento y las prác-
democracia, como al mismo tiempo para luchar ticas con las que los docentes y los estudiantes
por esas esferas públicas, ideales, valores y cursos podrían involucrarse conjuntamente, y los valo-
de acción que ofrecen modos de identidad, rela- res, las relaciones sociales y las posturas que tales
ciones sociales y políticas alternativas. prácticas legitiman. La pedagogía es una práctica
Tanto en los discursos conservadores como moral y política que siempre se halla implícita en
en los progresistas, la pedagogía es a menudo tra- las relaciones de poder porque ofrece versiones y
tada como un conjunto de estrategias y habilida- visiones particulares de la vida cívica, la comu-
des para usar con el objetivo de enseñar temas es- nidad, el futuro, y el modo en que podríamos
pecificados con anterioridad. En este contexto, la construir representaciones de nosotros mismos,
pedagogía se torna sinónimo de enseñanza como de los otros, y de nuestro medioambiente físico
técnica o práctica de una habilidad similar a un y social. Como observara mi extinto colega Ro-
arte. Cualquier noción posible de pedagogía crí- ger Simon, la pedagogía es una introducción a,
tica debe rechazar esta definición y sus infinitas preparación para, y legitimación de, formas de
y serviles imitaciones, aún cuando se presenten vida social particulares, y siempre presupone una
como parte de un discurso o proyecto radical. visión del futuro. Aunque, además, también re-
En oposición a la reducción instrumental de la presenta una versión de nuestros propios sueños
pedagogía a un método –que no posee lenguaje acerca de nosotros mismos, de nuestros hijos y de
alguno para relacionar el yo con la vida pública, nuestras comunidades. Ahora bien, tales sueños
la responsabilidad social o las demandas de la nunca son neutrales; siempre son los sueños de
ciudadanía– la pedagogía crítica ilumina las re- alguien y hasta el punto en que están implicados
laciones entre conocimiento, autoridad y poder7. en organizar el futuro para otros siempre poseen
Por ejemplo, plantea preguntas acerca de quién una dimensión moral y política. En lo que a esto
tiene control sobre las condiciones en las que se se refiere, cualquier discusión sobre pedagogía
produce el conocimiento. ¿Se encuentra la pro- debe comenzar con una discusión sobre la prác-
ducción del conocimiento y de los currículos en tica educativa como un modo particular en el que

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un sentido de identidad, lugar, valía, y por sobre para movilizar instancias de ira y acción colec-
todo valor, se halla informado por prácticas que tiva. Esta movilización se opone a las desigual-
organizan el conocimiento y el significado8. Ocu- dades materiales evidentes y a la creencia cínica
pa un lugar central en mi argumento la hipóte- cada vez mayor de que la cultura actual de inver-
sis de que la política no es sólo sobre poder sino sión y finanzas hace imposible abordar muchos
que también, como señala Cornelius Castoriadis, de los grandes problemas sociales que enfrentan
está relacionada con juicios políticos y eleccio- los Estados Unidos, Canadá, América Latina, y el
nes de valores9, lo cual indica que cuestiones de mundo en general. Lo que es aún más importan-
educación cívica y pedagogía crítica (aprender te, tal trabajo apunta al vínculo entre educación
cómo convertirse en un ciudadano habilidoso) cívica, pedagogía crítica, y modos de entidad po-
son centrales respecto de la lucha acerca de la en- lítica en oposición, que son cruciales para crear
tidad política y la democracia. En esta instancia una política que promueva valores democráticos,
la pedagogía crítica enfatiza la reflexión crítica, relaciones, autonomía y cambio social. Indicios
generando un puente entre aprendizaje y vida de este tipo de política ya son evidentes en los
diaria, comprendiendo el vínculo entre poder y varios enfoques desarrollados por el movimiento
conocimiento difícil, y extendiendo derechos e ‘Ocupa’ en los Estados Unidos, el movimiento es-
identidades democráticas a través del uso de re- tudiantil en Chile, conjuntamente con estrategias
cursos de la historia. No obstante, entre muchos pedagógicas desarrolladas por los manifestantes
educadores y teóricos sociales, existe un recha- de Québec. En palabras de Rachel Donadio, estos
zo generalizado a reconocer que esta forma de jóvenes manifestantes plantean: ¿Qué le ocurre a
educación no sólo ocurre en las escuelas, sino la democracia cuando los bancos se tornan más
que también forma parte de lo que puede deno- poderosos que las instituciones políticas?10 ¿Qué
minarse la naturaleza educativa de la cultura. Es tipo de sociedad permite que las injusticias eco-
decir, existe una gama de instituciones culturales nómicas y la desigualdad masiva se desenfrenen
que se extiende desde los medios de comunica- en una sociedad, permitiendo cortes drásticos en
ción principales hasta las nuevas culturas de las educación y en servicios públicos? ¿Qué significa
pantallas digitales, que participan en lo que he que los estudiantes no sólo enfrenten el aumen-
denominado formas de pedagogía pública, las to de las matrículas sino deudas financieras de
cuales son fundamentales para expandir y po- por vida mientras los gobiernos en Canadá, Chi-
sibilitar la entidad política y cívica, o bien para le y los Estados Unidos gastan trillones en armas
eliminarlas. mortales y guerras innecesarias? ¿Qué clase de
La expansión de la pedagogía crítica como un educación se necesita tanto dentro como fuera
modo de pedagogía pública sugiere la producción de las escuelas para reconocer el surgimiento de
de modos de conocimiento y de prácticas socia- varias fuerzas económicas, políticas, culturales y
les en una variedad de sitios que no sólo confir- sociales que apunten a la disolución de la demo-
man pensamientos opuestos, disenso y trabajo cracia y la posible aparición de una nueva clase
cultural, sino que también ofrecen oportunidades de estado autoritario?

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Más que considerar a la enseñanza como una interdependientes de educador crítico y ciuda-
práctica técnica, en el sentido crítico más amplio, dano activo. Esto requiere encontrar formas de
la pedagogía se fundamenta en el supuesto de relacionar la práctica de la enseñanza en el aula
que el aprendizaje no implica procesar el cono- con las operaciones de poder en la sociedad en
cimiento recibido sino transformarlo, como parte general y proporcionar las condiciones para que
de una lucha más extensa para lograr derechos in- los estudiantes se vean a sí mismos como agen-
dividuales y justicia social. El desafío fundamen- tes críticos capaces de hacer, que quienes ejer-
tal al que se enfrentan los educadores dentro del cen autoridad y poder se sientan responsables
período actual de neoliberalismo, militarismo y de sus acciones. El rol de una educación crítica
fundamentalismo religioso es brindar las condi- no es entrenar a los estudiantes solamente para
ciones para que los estudiantes puedan abordar trabajar, sino además educarlos para cuestionar
la forma en que el conocimiento se relaciona con críticamente las instituciones, las políticas y los
el poder tanto de la autodefinición como de la valores que dan forma a sus vidas, las relaciones
entidad social. En parte, esto sugiere proporcio- con los demás y una infinidad de vínculos con el
nar a los estudiantes las habilidades, ideas, valo- mundo en general.
res y autoridad necesaria para que ellos puedan Creo que Stuart Hall está en lo cierto aquí
alimentar una democracia sustancial, reconocer cuando insiste que los educadores también tienen
formas de poder antidemocrático, y luchar con- la responsabilidad de brindar a los estudiantes
tra injusticias profundamente arraigadas en una conocimiento crítico que tiene que estar por de-
sociedad y en un mundo construidos sobre des- lante del conocimiento tradicional: tiene que ser
igualdades económicas, raciales y de género sis- mejor que cualquier cosa que pueda producir el
témicas. Quiero considerar estas cuestiones refi- conocimiento tradicional, porque sólo las ideas
riéndome a varias preocupaciones pedagógicas, serias van a sobresalir11. Al mismo tiempo insiste
incluyendo la noción de los docentes como inte- en la necesidad de que los educadores realmen-
lectuales públicos, la pedagogía y el proyecto de te se comprometan, desafíen y aprendan todo lo
democracia en rebelión, la pedagogía y la polí- mejor que se encuentra encerrado en otras tra-
tica de la responsabilidad, y finalmente la peda- diciones, en especial aquellos apegados a los pa-
gogía como una forma de resistencia y esperan- radigmas académicos tradicionales12. También
za educada. es importante recordar que la educación como
forma de esperanza educada no implica simple-
La responsabilidad de los docentes mente fomentar una consciencia crítica sino ade-
más, como ha dicho Zygmunt Bauman, enseñar
como intelectuales públicos
a los estudiantes a asumir la responsabilidad de
En la era de la privatización irresponsable, el sus responsabilidades, ya sean personales, polí-
individualismo sin control, la cultura mediática, ticas o globales. Se debe concientizar a los estu-
el consumismo ilimitado, y una evasión masiva diantes acerca de las fuerzas ideológicas y estruc-
de responsabilidad moral, se hace cada vez más turales que promueven el sufrimiento humano
difícil reconocer que los educadores y otros tra- innecesario y a la vez hay que reconocer que se
bajadores culturales tienen una responsabilidad necesita más que concientización para resolver
enorme para hacer frente a las actuales amena- estas cuestiones.
zas hacia el planeta y la vida cotidiana, al intentar Esta es una pedagogía en la cual los educa-
revivir la cultura política democrática. Al care- dores no temen a las controversias ni al deseo
cer de un enfoque o proyecto político conscien- de establecer relaciones que de otro modo es-
temente democrático, los docentes a menudo se tán ocultas, y tampoco temen dejar en claro el
ven reducidos al rol de técnicos o funcionarios vínculo entre los problemas privados y los pro-
involucrados en rituales formales, despreocupa- blemas sociales más amplios. Una de las tareas
dos de los problemas inquietantes y urgentes que más importantes para los educadores comprome-
confronta la sociedad en general o de las conse- tidos con la pedagogía crítica consiste en enseñar
cuencias de sus prácticas pedagógicas y tareas de a los estudiantes de qué modo traducir cuestiones
investigación. En oposición a este modelo, con privadas en consideraciones públicas. Un aspec-
sus afirmaciones y presunciones de neutralidad to de la desaparición de la democracia dinámi-
política, yo sostengo que los docentes y los acadé- ca y el correspondiente empobrecimiento de la
micos deberían combinar los roles mutuamente vida política se puede encontrar en la crecien-

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te incapacidad de la sociedad para convertir las Un proyecto así debería ser relacional y con-
cuestiones privadas en públicas, para trasladar los textual, así como también auto reflexivo y teó-
problemas privados a cuestiones sociales. Como ricamente riguroso. Por relacional quiero decir
lo público colapsa en lo personal, lo personal se que la crisis actual de la educación se debe en-
convierte en la única política que existe, la úni- tender en relación al ataque más general que se
ca política con un referente tangible o valencia libra contra todos los aspectos de la vida públi-
emocional13. En tales circunstancias, el lenguaje ca democrática. Al mismo tiempo, cualquier en-
de lo social es devaluado o ignorado, ya que la tendimiento crítico de esas fuerzas más amplias
vida pública a menudo se reduce a una forma de que dan forma a la educación pública y superior
patología o déficit (como en las escuelas públi- también debe ser suplementado prestando aten-
cas, el transporte público, el bienestar público) y ción a la naturaleza histórica y condicional de la
todos los sueños del futuro se modelan cada vez pedagogía misma. Esto sugiere que la pedagogía
más en torno a necesidades narcisistas, privati- nunca puede ser tratada como un conjunto fijo
zadas y auto indulgentes de la cultura consumis- de principios y prácticas que se pueden aplicar
ta y los dictados del presunto mercado libre. De indiscriminadamente en una variedad de sitios
manera similar todos los problemas, sin tener en pedagógicos. La pedagogía no es una receta que
cuenta si son estructurales o causados por fuer- se puede imponer en todas las aulas. Por el con-
zas sociales más amplias, se atribuyen, en la ac- trario, siempre se debe definir en contexto, per-
tualidad, a falencias individuales, cuestiones de mitiéndole responder específicamente a las con-
carácter o ignorancia individual. En este caso, la diciones, formaciones y problemas que surgen en
pobreza se vuelve una cuestión de haraganería, los distintos sitios en los cuales tiene lugar la edu-
elección y carácter débil. cación. Un proyecto de este tipo sugiere reorien-
tar la pedagogía como un proyecto indetermina-
do, abierto a revisiones constantes, y en diálogo
Pedagogía crítica como proyecto permanente con sus propios supuestos.
de democracia insurrecta Desde el punto de vista ético, los educado-
res necesitan lanzar una mirada crítica a esos co-
En oposición a los puntos de vista cada vez nocimientos áulicos y relaciones sociales que los
más dominantes de la educación y la pedagogía, definen a través de una pureza conceptual y una
quiero apoyar una pedagogía transformadora inocencia política que oculta el hecho de que la
–enraizada en lo que podría denominarse un presunta neutralidad sobre la que se apoyan ya
proyecto de democracia renaciente e insurrec- está basada en elecciones éticas y políticas. La
ta– una pedagogía que implacablemente cuestio- educación neutral y objetiva es un oxímoron. No
ne el tipo de trabajo, las prácticas, y las formas de existe fuera de las relaciones de poder, los valo-
producción que se representan en la educación res y la política. La ética en el frente pedagógi-
pública y superior. El concepto del proyecto, en co demanda una apertura hacia el otro, una dis-
este sentido, da testimonio del reconocimiento posición a entablar una “política de posibilidad”
que cualquier práctica pedagógica presupone al- mediante un compromiso crítico continuo con
guna noción de futuro, prioriza algunas formas textos, imágenes, eventos y otros registros de sig-
de identificación sobre otras, defiende modos se- nificado, mientras estos se transforman en prác-
lectivos de relaciones sociales y valora algunos ticas pedagógicas tanto dentro como fuera del
modos de conocimiento sobre otros (pensemos aula14. La pedagogía nunca es inocente y si se la
por ejemplo, cómo las Facultades de Economía va a entender y a problematizar como una forma
y Negocios gozan de una alta estima mientras de trabajo académico, los educadores tienen la
que las de Educación son menospreciadas y en oportunidad no sólo de cuestionar críticamente
algunos casos hasta son objeto de desprecio). Al y registrar su propia participación subjetiva res-
mismo tiempo, este tipo de pedagogía no ofrece pecto de cómo y qué enseñan, sino también de
garantías por más que reconoce que su propia resistir todas las convocatorias a despolitizar la
posición se fundamenta en modos de autoridad, pedagogía a través de llamamientos a la objeti-
valores y consideraciones éticas que deben ser vidad científica o bien al dogmatismo ideológi-
constantemente debatidos por las formas en que co. Esto sugiere la necesidad de que los educa-
abren y cierran relaciones, valores e identidades dores reconsideren el bagaje cultural y político
democráticas. que traen a cada encuentro educativo; también

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resalta la necesidad de hacer que los educadores En esta instancia, una pedagogía transformadora,
sean ética y políticamente responsables de las his- articulada mediante un proyecto de democracia
torias que producen, las afirmaciones que hacen radical, resiste la creciente despolitización de la
sobre la memoria pública, y las imágenes del fu- ciudadanía, ofrece un lenguaje para desafiar a la
turo que consideran legítimas. Por consiguiente, política de ajuste, y rechaza la definición de edu-
para cualquier noción posible de pedagogía crí- cación mediante la lógica de la privatización, la
tica, la necesidad de que los educadores críticos transformación en producto, el dogma religioso,
estén atentos a las dimensiones éticas de su pro- y la racionalidad instrumental. Tal pedagogía re-
pia práctica resulta algo crucial. húsa definir a los ciudadanos simplemente como
sujetos consumistas, y se opone activamente a la
La Pedagogía crítica y la promesa idea de la enseñanza como una práctica deter-
minada por el mercado y al aprendizaje como
de una futura democracia
una forma de entrenamiento. Entendida como
Como un acto de intervención, la pedagogía una forma de esperanza educada, la pedagogía
crítica necesita estar apoyada en un proyecto que en este sentido no es un antídoto para la política,
no sólo problematice su propia localización, los un anhelo nostálgico de tiempos mejores, o para
mecanismos de transmisión y los efectos, sino algunos una “alternativa futura inconcebible”. En
que también funcione como parte de un proyec- cambio, constituye un “intento por encontrar un
to más amplio para ayudar a los estudiantes a puente entre el presente y el futuro en esas fuer-
pensar críticamente acerca de cómo los acuer- zas del presente que potencialmente son capaces
dos sociales, políticos y económicos existentes se de transformarlo”16. A diferencia de las formas de
podrían adaptar de mejor manera para abordar educación y pedagogía dominantes que simple-
la promesa de una democracia radical como un mente reinventan el futuro en aras de un presen-
objetivo anticipado más que mesiánico. El extin- te en el cual se desprecian los principios éticos y
to Jacques Derrida sugirió que la función social la esencia de la democracia se reduce a los im-
de los intelectuales así como también cualquier perativos del resultado final, la pedagogía crítica
noción posible de educación debería estar ba- intenta provocar a los estudiantes a reflexionar,
sada en una política dinámica que convierta la analizar, involucrarse en el diálogo crítico, abor-
promesa de la democracia en una cuestión de dar cuestiones sociales importantes y cultivar una
urgencia concreta. Para Derrida, hacer visible serie de capacidades que les permitan ir más allá
una “democracia”, la que vendrá como opuesta del mundo que ya conocen, sin insistir en ese
a la que se presenta en su nombre, ofrece un re- mundo atrapado en círculos de certezas, rigidez
ferente, tanto para criticar en todo lugar lo que y ortodoxia. Lo que los educadores deberían de-
se exhibe como una democracia –el estado co- safiar en la coyuntura histórica actual es el intento
rriente de toda la así denominada democracia– por parte de los neoliberales de definir a la de-
como para evaluar críticamente las condiciones mocracia exclusivamente como una responsabi-
y posibilidades de transformación democrática15. lidad, o bien de debilitar sus ideales sustanciales

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al reducirla a los imperativos y las libertades del de enseñar a los estudiantes el lenguaje de la crí-
mercado. Esto requiere que los educadores con- tica y de la posibilidad como precondición para
sideren la importancia política y pedagógica de la entidad social. Este tipo de redefinición de
luchar por el significado y la definición de demo- propósito, significado y política sugiere que los
cracia y sitúen este tipo de debate dentro de una educadores interroguen de manera crítica el vín-
noción amplia de derechos humanos, cláusulas culo fundamental entre lo que conocemos y de
sociales, libertades civiles, equidad y justicia eco- qué manera actuamos, el vínculo entre las prác-
nómica. Lo que se debe desafiar a toda costa es la ticas pedagógicas y las consecuencias sociales, y
idea propagada por los gurúes neoliberales como la compleja relación entre autoridad y respon-
Ayn Rand y Milton Friedman y cada vez más do- sabilidad civil. También significa eliminar esas
minante que plantea que el desenfrenado indivi- formas de gobierno corporativas en las escuelas
dualismo, el interés por uno mismo, y el egoísmo públicas y la educación superior que reducen a
son los valores supremos para modelar la enti- los docentes al estatus de empleados y técnicos, y
dad humana, que obtener ganancias es la práctica con respecto a la educación superior, a una clase
más importante en una democracia, y que acu- subalterna de trabajadores de medio tiempo, con
mular bienes materiales es la esencia de la bue- poco poder, pocos beneficios y excesivas cargas
na vida. Este tipo de pedagogía tiene un enorme de enseñanza.
poder para enseñar a los estudiantes acerca de la Lo que queda claro en este clima actual de
manera de influenciar a quiénes ya poseen po- capitalismo de casinos es que la corporatización
der e inspirar y movilizar a los que no lo tienen. de la educación funciona para cancelar la ense-
Lo primordial es que la pedagogía crítica debería ñanza de valores, impulsos y prácticas democrá-
brindar las condiciones para que los estudiantes ticas de una sociedad civil ya sea devaluándolas o
logren entender cuál es su propio poder, domi- absorbiéndolas dentro de la lógica del mercado.
nen las mejores historias y legados disponibles Los educadores necesitan un lenguaje crítico para
de la educación, aprendan a pensar de manera abordar estos desafíos de la educación pública y
crítica y estén deseosos de hacerse responsables superior. Pero también necesitan unirse a otros
de la autoridad. No obstante, una vez más, cam- grupos fuera de las esferas de la educación pú-
biar de actitud no es suficiente. Los estudiantes blica y superior para crear grandes movimientos
también deberían ser instados a ejercer una for- sociales nacionales e internacionales que com-
ma inusitada de responsabilidad civil como ciu- partan el anhelo de defender la educación como
dadanos comprometidos que quieren luchar por valor cívico y bien público y de comprometerse
la justicia social, económica y política. en una lucha más amplia para profundizar los
La defensa de la educación pública y superior imperativos de la vida pública democrática. La
como esferas democráticas vitales es necesaria calidad de la reforma educativa se puede medir,
para desarrollar y nutrir el equilibrio apropiado en parte, por medio del calibre del discurso pú-
entre los valores públicos y el poder comercial, blico referente al rol que juega la educación en
entre las identidades fundadas en principios de- promover, no la agenda dirigida por el mercado
mocráticos y las identidades impregnadas por de intereses corporativos, sino los imperativos de
formas de individualismo competitivo y egoísta la entidad crítica, la justicia social y una demo-
que celebran el egocentrismo, los fines de lucro cracia operativa.
y la avaricia. Los educadores también deben re- Los educadores pueden resaltar el carácter
considerar los roles críticos que podrían adoptar performativo de la educación como un acto de
dentro de la educación pública y superior para intervención en el mundo, que se mueva de cues-
oponerse a esos enfoques a la enseñanza que cor- tiones simples de crítica y entendimiento. La pe-
porativizan, privatizan y burocratizan el proceso dagogía no es simplemente sobre la competen-
de enseñanza. Una pedagogía crítica, en parte, cia o la enseñanza de conocimiento, habilidades
debería estar basada en la hipótesis que los edu- y valores a los jóvenes, también está relaciona-
cadores resisten enérgicamente cualquier tenta- da con la posibilidad de interpretación como un
tiva de deshabilitarlos, debilitar su rol de forma- acto de intervención en el mundo. Desde esta
dores de estructuras gobernantes, y definirlos perspectiva, la pedagogía crítica destaca las di-
simplemente como emprendedores. En cambio, versas condiciones bajo las que se producen las
los educadores podrían redefinir sus roles como nociones de autoridad, conocimiento, valores y
intelectuales públicos comprometidos, capaces las distintas posiciones como sujeto, e interactúa

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dentro de relaciones desiguales de poder [algunos de la enseñanza y del aprendizaje para brindar
niños tienen piletas de natación olímpicas, mien- a los estudiantes una variedad de posibilidades
tras que otros tienen que soportar agujeros en los para desafiar los postulados sociales basados en
techos de las aulas]; problematizando también el sentido común, y para analizar los límites entre
los roles con carga ideológica y a menudo con- sus propias vidas diarias y las formaciones socia-
tradictorios y las funciones sociales que los edu- les más amplias que ejercen presión sobre ellos.
cadores asumen dentro del aula [como policía, La autoridad, en el mejor de los casos, se torna
educador, vendedor, etc.]. La pedagogía, desde tanto un referente para legitimar un compromiso
esta perspectiva, también resalta las condiciones con una visión particular de la pedagogía como
laborales necesarias para la autonomía docente, un referente crítico para algún tipo de autocríti-
la cooperación, las condiciones de trabajo dignas, ca. Requiere la consideración de cómo funciona
y las relaciones de poder necesarias para ofrecer a la autoridad dentro de relaciones específicas de
docentes y estudiantes la capacidad de reorgani- poder respecto de su propia promesa de ofrecer a
zar el poder de manera productiva –formas que los estudiantes un espacio público donde puedan
apuntan al auto-desarrollo, autodeterminación aprender, debatir, y comprometerse con las tra-
y entidad social. diciones críticas, con el objeto de imaginar algo
que pueda ser diferente y desarrollar discursos
La pedagogía crítica y la cuestión que son cruciales para defender las instituciones
sociales vitales como un bien público. Aquí se
de la autoridad
cuestiona una práctica pedagógica que debería
En oposición a algunas distorsiones del tra- ofrecer las condiciones para que los estudiantes
bajo de Paulo Freire –con quien trabajé por más aprendan a narrarse a sí mismos y para que los
de 17 años– la pedagogía crítica es más que una docentes se conviertan en alumnos atentos a las
conversación entre estudiantes y docentes y no historias, conocimiento y experiencias que los
debería sugerir que los docentes renuncien a su estudiantes traen al aula y a cualquier otra esfera
autoridad. Por el contrario, es precisamente reco- de aprendizaje. Mientras se puede entender a la
nocer que la enseñanza es siempre directiva – es pedagogía con carácter performativo, como un
decir, un acto de intervención inextricablemen- hecho donde muchas cosas pueden ocurrir al ser-
te mediado por formas particulares de autoridad vicio del aprendizaje, es crucial abordar la impor-
que los docentes pueden ofrecer a los estudian- tancia de las relaciones áulicas democráticas que
tes –para cualquier uso que ellos quieran hacer estimulan el diálogo, la deliberación y el poder de
de ellas– una variedad de herramientas analíti- los estudiantes para generar preguntas.
cas, tradiciones históricas diversas y un amplio Además, tales relaciones sugieren el uso de
espectro de conocimiento. Esta es una forma de la autoridad de manera reflexiva para brindar las
autoridad que abre la posibilidad del diálogo, in- condiciones en las que los estudiantes puedan
tercambio, y reconsideración mientras que se re- ejercitar el rigor intelectual, la competencia teó-
húsa a caer en la pedagogía de las opiniones, las rica y el juicio informado. Así, los estudiantes
articulaciones de la experiencia no crítica y otras pueden pensar de manera crítica acerca del cono-
formas de intercambio carentes de sentido críti- cimiento que adquieren y lo que significa actuar
co. Esto está muy lejos de sugerir que la peda- sobre la base de ese conocimiento para acrecentar
gogía crítica se define a si misma ya sea dentro su sentido de entidad como parte de un proyecto
del alcance de un modo engreído de autoridad mayor a fin de incrementar tanto el “alcance de
o completamente apartada de cualquier sentido sus libertades” como las “operaciones de la demo-
de compromiso en absoluto [Florida prohibió la cracia”17. Lo que los estudiantes aprenden y cómo
interpretación de la historia – sólo se presentan aprenden debería intensificar lo que significa ex-
los hechos]. perimentar la democracia desde una posición de
Los educadores deben deliberar, tomar deci- posibilidad, afirmación y compromiso crítico. En
siones y tomar posiciones, y al hacerlo reconocer parte, esto sugiere que los educadores desarrollen
que la autoridad es la condición propia del tra- prácticas pedagógicas que abran el terreno de lo
bajo intelectual y de las intervenciones pedagó- político a la vez que simultáneamente estimulen
gicas.16 La autoridad, desde esta perspectiva, no a los estudiantes a “pensar mejor acerca de cómo
está simplemente del lado de la opresión, sino los acuerdos podrían ser de otra manera”18. En
que se usa para intervenir y moldear el espacio el mejor de los casos, la pedagogía crítica debe-

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ría ser interdisciplinaria, contextual, entablar las mitan a los estudiantes relacionar sus propias vi-
complejas relaciones entre poder y conocimiento, das y experiencias diarias con lo que aprenden.
abordar críticamente las numerosas restricciones La pedagogía en este sentido se torna más que
institucionales a las que está sujeta la enseñanza, una mera transferencia del conocimiento recibi-
y concentrarse en la forma en que los estudiantes do, una inscripción de una identidad unificada
pueden comprometerse con los imperativos de la y estática, o una metodología rígida; esta presu-
ciudadanía crítica y la responsabilidad civil. La pone que los estudiantes están incentivados por
pedagogía crítica debe ser auto-reflexiva respec- sus pasiones y motivados, en parte, por las car-
to de sus objetivos y prácticas, consciente de su gas afectivas que trasladan al proceso de apren-
proyecto en curso de transformación democrá- dizaje. Aquí es importante notar que cualquier
tica, pero abiertamente comprometida con una noción posible de pedagogía crítica debe hacer
política que no ofrece ningún tipo de garantía. que el conocimiento sea significativo para con-
No obstante, rechazar el dogmatismo no sugiere vertirlo en crítico y transformador. Esto sugiere
que los educadores desciendan al pluralismo del relacionar lo que se enseña con una variedad de
laissez-faire o a un llamado al uso de metodolo- experiencias e identificaciones que los estudian-
gías diseñadas para “enseñar los conflictos”. Por tes traen a la clase.
el contrario, sugiere que los educadores ofrez- Una vez que los estudiantes ven el vínculo
can a los estudiantes diversas oportunidades para entre lo que se enseña y las experiencias diarias
comprender y experimentar el modo en que la que viven, es posible ir más allá de esas experien-
política, el poder, el compromiso, y la responsa- cias diarias que se dan por sentado y que infor-
bilidad funcionan sobre y a través de ellos tanto man la vida cotidiana, y ahondar más profun-
dentro como fuera de las escuelas. En esta ins- da y críticamente en “una comprensión crítica
tancia, la pedagogía crítica debería permitir a los del valor de los sentimientos, las emociones, y el
estudiantes aprender cómo gobernar más que ser deseo como parte del proceso de aprendizaje”19.
gobernados. Las ideologías no son sólo una constelación de
ideas, estereotipos, y modos de sentido común;
Cómo dar sentido a la pedagogía para también representan formas específicas de cono-
convertirla en crítica y transformadora cimiento y creencias arraigadas en fuertes cargas
emocionales. Es necesario comprender, analizar,
Cualquier análisis de la pedagogía crítica debe y de-construir este tipo de vinculaciones, a me-
abordar la importancia que juegan los afectos y nudo no ya como una forma de conocimiento
las emociones en la formación de la identidad incomprensible, sino como un rechazo activo a
individual y la entidad social. Cualquier enfo- saber y el rechazo a reconocer lo implicado que
que posible a la pedagogía crítica sugiere con- uno puede estar en este tipo de vinculaciones20.
siderar, seriamente, esos mapas de significado, Si los estudiantes deben ir más allá de la cues-
cargas afectivas, y deseos subyacentes que per- tión de la comprensión hacia un compromiso con

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las más profundas cargas afectivas que los hacen aprender cómo ser un sujeto pensante, crítico, y
cómplices de ideologías opresivas, se deben po- atento a las relaciones de poder que moldean la
sicionar para abordar y formular estrategias de vida diaria y el mundo más amplio. Dado que el
transformación mediante las cuales se puedan aprendizaje se privatiza, se despolitiza y se reduce
articular sus creencias individualizadas y sus car- a enseñar a los estudiantes cómo ser buenos con-
gas afectivas con discursos públicos más amplios sumidores, cualquier noción posible de lo social,
que extienden los imperativos de la vida pública los valores públicos, la ciudadanía y la democra-
democrática. En esta instancia, una pedagogía cia, se marchita y muere.
perturbadora comprometería las identidades de La mayor amenaza para los jóvenes no pro-
los estudiantes, sus identificaciones y sus resisten- viene de estándares más bajos, ausencia de estra-
cias desde perspectivas ventajosas inesperadas, tegias de elección privatizadas o falta de pruebas
y articularía el modo en que se conectan a rela- de evaluación rígidas. Por el contrario, proviene
ciones materiales de poder existentes [Dificultad de sociedades que se niegan a considerar a los
para hablar sobre Disney de manera crítica con niños como una inversión social, que relegan a
los estudiantes]. Aquí está en riesgo no sólo una millones de niños a la pobreza, que reducen el
práctica pedagógica que evoca de qué manera se aprendizaje crítico a programas masivos de eva-
producen, despliegan y recuerdan el conocimien- luaciones mecánicas, que promueven políticas
to, las identificaciones y las posiciones subjetivas, que eliminan los servicios de salud y públicos
sino también de qué forma tal conocimiento se más cruciales, y que definen la masculinidad a
puede borrar de la memoria, en particular por- través del degradante elogio a la cultura del arma,
que sirve para hacerse cómplice de relaciones de los deportes extremos y los espectáculos de vio-
poder existentes. lencia que impregnan las industrias mediáticas
controladas por las corporaciones. Los estudian-
tes no están en riesgo debido a la ausencia de
Conclusión
incentivos de mercado en las escuelas, están en
A comienzos del siglo XXI, las nociones de riesgo porque se le está quitando a la educación
lo social y de lo público no están desapareciendo financiamiento público, que se entrega a los in-
sino que más bien que están siendo reconstrui- tereses corporativos, y se la devalúa como bien
das en circunstancias en las que en los foros pú- público. Los niños y los jóvenes están acosados
blicos para debates serios, incluyendo en estos a tanto en la educación pública como en la supe-
la educación pública, se la erosiona. Lo público, rior porque demasiadas de estas instituciones se
en la actualidad, es considerado como una pato- han convertido en áreas de reproducción para
logía del mismo modo que las responsabilidades el comercio, el racismo, la intolerancia social, el
compartidas están siendo reemplazadas por mie- sexismo, la homofobia, y el consumismo, anima-
dos compartidos. Dentro de la lógica en curso del das por el discurso de derecha de los comentaris-
neoliberalismo, la enseñanza y el aprendizaje se tas y educadores conservadores y los medios de
eliminan del discurso de la democracia y la cultu- comunicación abúlicos prevalecientes.
ra cívica –definida como un derecho puramente Como elemento central de una política cul-
privado más que un bien público. Divorciada de tural abarcativa, la pedagogía crítica, en sus di-
los imperativos de una sociedad democrática, la versas formas, cuando está unida al proyecto de
pedagogía es reducida a una cuestión de gusto, democratización en curso, puede brindar opor-
evaluación, elección individual, enseñanza do- tunidades para que los educadores y otros traba-
méstica y entrenamiento laboral. La pedagogía jadores de la cultura redefinan y transformen los
como un modo de atestiguar un compromiso pú- vínculos entre lenguaje, deseo, significado, vida
blico en el que los estudiantes aprenden a estar cotidiana y relaciones materiales de poder como
atentos y ser responsables de las memorias, su- parte de un movimiento social más amplio para
frimientos y narrativas de otros desaparece den- reclamar la promesa y las posibilidades de una
tro de esta noción de aprendizaje guiado por el vida pública democrática. La pedagogía crítica
mercado. La pedagogía corporativa adormece la resulta peligrosa para muchos educadores y para
mente y el alma, acentuando modos represivos otros también, porque proporciona las capacida-
de aprendizaje que promueven el ganar a toda des intelectuales y las normas éticas para que los
costa, aprendiendo el modo de no cuestionar a estudiantes se hagan responsables del poder, lu-
la autoridad, y menospreciando la ardua labor de chen contra la pobreza, la destrucción ecológi-

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ca, la tergiversación de la historia y el desmante- F35 por un valor de 6.39 billones de dólares cada
lamiento del estado social, pero también porque uno]. Pueden educar a los jóvenes y a un públi-
contiene el potencial para inculcar en los estu- co más amplio para luchar en contra de enviar
diantes un profundo deseo de aprender acerca policías a las escuelas, diseñar escuelas como si
de historias marginalizadas, luchas, modos de fueran prisiones e implementar políticas de tole-
conocimiento y una democracia real basada en rancia cero que castigan mayormente a los niños
relaciones de igualdad y libertad21. ¿De qué otro de las minorías pobres.
modo podríamos explicar la prohibición de los En lugar de invertir en escuelas, en la niñez,
estudios étnicos en las clases de las escuelas pú- en la atención sanitaria, en trabajo para los jóve-
blicas en Tucson, Arizona? nes y en muchas infraestructuras muy necesa-
¿Qué rol deberían jugar los docentes de las rias, las sociedades neoliberales celebran el mili-
escuelas públicas como intelectuales públicos te- tarismo, la hiper-masculinidad, la competencia
niendo en cuenta los venenosos ataques desata- extrema, y una ética de la supervivencia del más
dos contra las escuelas públicas por las fuerzas fuerte al mismo tiempo que desaprueban cual-
del neoliberalismo? En el sentido más inmedia- quier forma de vínculos compartidos, dependen-
to, pueden alzar sus voces colectivas contra la cia y compasión por los demás. Los defensores
influencia de las corporaciones que están inun- del neoliberalismo eliminaron las condiciones so-
dando las sociedades con una cultura de guerra, ciales, destruyeron los programas de jubilaciones,
consumismo, comercio y privatización. Pueden eliminaron los beneficios sanitarios, permitieron
mostrar de qué modo esta cultura de crueldad que la desigualdad se expandiera, todo con el ob-
y violencia consumista es sólo una parte de una jeto de salvaguardar y expandir las ventajas de los
cultura militarizada más extensa y global de la ricos y poderosos. Del mismo modo en que los
guerra, la industria armamentista y una ética vínculos sociales y las instituciones que los apo-
darwiniana de la supervivencia del más fuerte yan desaparecen de estas sociedades, también lo
que cada vez más desconecta a las escuelas de los hacen las culturas formadoras que hacen posible
valores públicos, el bien común y la propia de- la educación cívica, la alfabetización crítica y las
mocracia. Pueden reunir todos sus recursos inte- culturas del cuestionamiento. Demasiados siste-
lectuales y colectivos para criticar y desmantelar mas escolares operan dentro de aparatos disci-
la imposición de pruebas de alto rendimiento y plinarios que convierten a la educación en una
otros modos de medir responsabilidad en las es- extensión del complejo industrial-carcelario o la
cuelas, determinados por el aspecto comercial. cultura del mega-centro comercial. Cuando no
Pueden movilizar a los jóvenes y a otros a defen- son arrestados por la violación de reglas triviales,
der la educación como un bien público abogando los estudiantes están sujetos a muros, autobuses y
por políticas que inviertan en escuelas más que baños que se convierten en propagandas gigan-
en el complejo militar-industrial y sus masivas y tes para productos de consumo. Cada vez más,
costosas armas letales [Canadá quiere comprar hasta los curricula son organizados para reflejar
a los Estados Unidos una cantidad de aviones el sonido de la caja registradora, promocionan-

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en contra de las injusticias económicas, po-


líticas y sociales tanto dentro como fuera
de las escuelas. Al mismo tiempo, deberían
intentar crear las condiciones que brinden
a los estudiantes la oportunidad de conver-
tirse en ciudadanos críticos y comprometi-
dos con conocimiento y coraje para luchar,
con el propósito de hacer que la desola-
ción y el cinismo no sean convincentes y
la esperanza resulte práctica. En esta ins-
tancia la esperanza es educativa, apartada
de la fantasía del idealismo no consciente
de las restricciones que enfrentan el sueño
de una sociedad democrática. La esperan-
za educada no es un llamado a pasar por
alto las condiciones difíciles que determi-
nan tanto las escuelas como el orden social
más amplio. Por el contrario, es la precon-
dición para proporcionar esos lenguajes y
valores que señalan el camino a un mundo
más democrático y justo. Como lo plan-
teó Judith Butler, existe más esperanza en
el mundo cuando podemos cuestionar los
postulados de sentido común y creer que
lo que sabemos se relaciona directamente
“Sin título”, grabado con nuestra habilidad para ayudar a cam-
Dini Calderón biar el mundo que nos rodea, aunque esté
lejos de la única condición necesaria para
do productos atrayentes para los estudiantes y tal cambio22.
promoviendo los intereses de las corporaciones La esperanza educada es la base para digni-
que elogian los combustibles fósiles, las bebidas ficar nuestra labor como intelectuales; ofrece el
con azúcar, y una visión del mundo tipo Disney. conocimiento crítico ligado a un cambio social
Los centros estudiantiles universitarios replican democrático, está arraigada en responsabilida-
el diseño de los centros comerciales, con un in- des compartidas y permite a docentes y estudian-
terminable conjunto de promotores que intentan tes reconocer la ambivalencia y la incertidumbre
vender tarjetas de crédito a una generación que ya como dimensiones fundamentales del aprendi-
está sumergida en deudas. La atomización, frag- zaje. Esta esperanza ofrece la posibilidad de pen-
mentación, maltrato y aislamiento componen el sar más allá de lo dado –y deja abierto un terre-
daño colateral impuesto a demasiados jóvenes no pedagógico en el cual docentes y estudiantes
en nuestras escuelas por las reformas educativas pueden comprometerse en la crítica, el diálogo
neoliberales. y una lucha por la justicia final abierto. Difícil
Uno de los desafíos más serios que enfrentan como esta tarea puede parecer a los educadores,
docentes, artistas, periodistas, escritores y otros si no a un público mayor, es una lucha que vale
trabajadores de la cultura es el desarrollo de un la pena llevar a cabo.
discurso tanto de crítica como de posibilidad. Para terminar quiero insistir en que la de-
Esto implica desarrollar discursos y prácticas mocracia empieza a fracasar y la vida política se
pedagógicas que vinculen la lectura de la pala- empobrece en ausencia de esas esferas públicas
bra con la lectura del mundo, y se debería hacer esenciales como la educación pública y superior
de modos que aumenten las capacidades de los en las que los valores civiles, las becas de estu-
jóvenes como agentes críticos y ciudadanos com- dios públicos y el compromiso social permiten
prometidos. Al abrazar este proyecto, los educa- una comprensión más imaginativa de un futuro
dores y otros agentes sociales necesitan trabajar que toma con seriedad las demandas de justicia,
bajo condiciones que les permitan manifestarse equidad y coraje cívico. La democracia debería

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ser una forma de pensar acerca de la educación, sibilities (New York: Peter Lang, 2012); Henry A. Giroux,
una forma que tenga éxito en vincular equidad On Critical Pedagogy (New York: Continuum, 2011).
a excelencia, aprendizaje a ética, y entidad a los 8 Roger Simon, Empowerment as a Pedagogy of Possibil-
ity,. Language Arts 64:4 (April 1987), p. 372.
imperativos de responsabilidad social y bien pú-
9 Cornelius Castoriadis, Institutions and Autonomy. In
blico23. Podemos vivir en tiempos oscuros, pero Peter Osborne(Ed). A Critical Sense (New York: Rout-
el futuro todavía está abierto. Es tiempo de desa- ledge, 1996), p. 8.
rrollar un lenguaje político en el cual los valores 10 Rachel Donadio, The Failing State of Greece. New York
civiles, la responsabilidad social, y las institucio- Times (February 26, 2012), p. 8.
nes que los apoyan se vuelvan centrales para revi- 11 Greig de Peuter, Universities, Intellectuals and Multitudes:
An Interview with Stuart Hall, in Mark Cote, Richard J. F.
talizar y fortificar una nueva era de imaginación
Day, and Greig de Peuter, eds. Utopian Pedagogy: Radical
cívica, un sentido renovado de entidad social y Experiments Against Neoliberal Globalization (Toronto:
una voluntad política apasionada. University of Toronto Press, 2007), p. 113-114.
12 De Peuter, Ibid. P. 117.
13 Jean Comaroff and John L. Comaroff, Millennial Capital-
ism: First Thoughts on a Second Coming. Public Culture
12, no. 2 (Duke University Press, 2000), pp. 305-306.
Notas 14 Para una brillante discussion de la ética y la deconstruc-
ción política ver Thomas Keenan, Fables of Responsibil-
ity: Aberrations and Predicaments in Ethics and Politics
* Traducido por Graciela Obert. Revisión de traducción: (Stanford: Stanford University Press, 1997), p. 2.
Maria Graciela Eliggi. Servicio de Traducción de la Fa-
15 Jacques Derrida, “Intellectual Courage: An Interview,”
cultad de Ciencias Humanas-UNLPam-2013.
Trans. Peter Krapp, Culture Machine Vol. 2 (2000), p. 9.
1 Ver, por ejemplo, David Harvey, The New Imperial-
16 Terry Eagleton, The Idea of Culture (Malden, MA: Basil
ism, (New York: Oxford University Press, 2003); David
Blackwell, 2000), p.22.
Harvey, A Brief History of Neoliberalism (Oxford: Ox-
ford University Press, 2005); Wendy Brown, Edgework 17 Esta expresión proviene de John Michael, Anxious Intellects:
(Princeton: Princeton University Press, 2005); Henry A. Academic Professionals, Public Intellectuals, and Enlighten-
Giroux, Against the Terror of Neoliberalism (Boulder: ment Values (Durham: Duke University Press, 2000), p. 2.
Paradigm Publishers, 2008); Manfred B. Steger and Ravi 18 Cornel West, “The New Cultural Politics of Difference,”
K. Roy, Neoliberalism: A Very Short Introduction, (Ox- in Russell Fergusen, Martha Geever, Trinh T Minh-
ford University Press, 2010), ha, and Cornel West, eds. Out There (Cambridge: MIT
2 Ver, por ejemplo, sobre el levantamiento del estado racis- Press, 1991), p. 35.
ta (racist punishing state), Michelle Alexander, The New 19 Jodi Dean, “the interface of Political Theory and Cultur-
Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblind- al Studies,” in Jodi Dean, ed. Cultural Studies and Politi-
ness (New York: The New Press, 2010); sobre los cos- cal Theory (Ithaca: Cornell University Press, 2000), p. 3.
tos severos de la desigualdad masiva, Joseph E. Stiglitz, 20 Paulo Freire, Pedagogy of Freedom (Lanham: Rowman
The Price of Inequality: How Today Divided Society En- and Littlefield, 1999), p. 48.
dangers Our Future (New York: Norton, 2012); sobre el 21 Shoshana Felman, Jacques Lacan and the Adventure of
cambio de las escuelas públicas en prisiones, ver Annette Insight: Psychoanalysis in Contemporary Culture (Cam-
Fuentes, Lockdown High: When the Schoolhouse Be- bridge: Harvard University Press, 1987), p. 79.
comes a Jailhouse (New York: Verso, 2011).
22 Michael Hardt and Antonio Negri, Multitude: War and
3. Citado en Michael L. Silk and David L. Andrews. (Re) Democracy in the Age of Empire, (New York, NY: The
Presenting Baltimore: Place, Policy, Politics, and Cultur- Penguin Press, 2004), p. 67
al Pedagogy. Review of Education, Pedagogy, and Cul-
tural Studies 33 (2011), p. 436. 23 Citado en Gary Olson and Lynn Worsham, “Changing
the Subject: Judith Butler’s Politics of Radical Resignifi-
4 Terry Eagleton, Reappraisals: What is the worth of cation,” JAC 20:4 (200), p. 765.
social democracy? Harper’s Magazine, (October
2010), p. 78.online at: http://www.harpers.org/ar- 24 Andrew Delbanco, College: What It Was, Is, and Should
chive/2010/10/0083150 Be (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2006).
5 Alex Honneth, Pathologies of Reason (New York: Co-
lumbia University Press, 2009), p. 188.
6 Para un análisis excelente de formas contemporáneas
de neoliberalismo, Stuart Hall, The Neo-Liberal Revolu-
tion,. Cultural Studies, Vol. 25, No. 6, (November 2011,
pp. 705-728; ver también David Harvey, A Brief Histo-
ry of Neoliberalism (Oxford: Oxford University Press,
2005); Henry A. Giroux, Against the Terror of Neoliber- Fecha de recepción: 13 de junio de 2013
alism (Boulder: Paradigm Publishers, 2008). Primera evaluación: 20 de junio de 2013
7 Para ejemplos de esta tradición, ver Maria Nikolakaki, ed. Segunda evaluación: 22 de junio de 2013
Critical Pedagogy in the Dark Ages: Challenges and Pos- Fecha de aceptación: 22 de junio de 2013

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