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BOSQUEJO DE SERMÓN

Titulo: Una fe que mueve montañas.


Texto Bíblico: Mateo 21.21
Auditorio: Iglesia (Culto de medio día)
Propósito: Pastoral
Tema: Una fe desafiante.

Proposición: (Poder/deber/valor) La fe tiene una dimensión racional, sin embargo la


dimensión más inmensa e inconmensurable de ella se encuentra en el terrono de lo
irracional, de lo sobrenatural y portentoso, en éste sentido la fe radica en creer en algo
más grande que uno mismo: esperar lo inesperado, confiar en lo imposible y asumir lo

Introducción:

En Cafarnaúm era una provincia imperial (senatorial) debido a su característica y


fama subversiva de su población siempre conocida como rebelde. Josefo describe
la población de ésa región como: que era un lugar donde nunca le hacía falta
hombres y siempre dispuestos a la guerra.

El centurión y la intervención de los “ancianos judíos” (en lugar de fariseos, o


sanedrín) el proyecto de Lucas donde presenta al imperio con un rostro mas
favorable, para su proyecto de expansión del evangelio.

La actitud del Centurión:

- reconoce a Jesús como alguien que puede hacer milagros (por eso acude a
él)
- su reconocimiento de su condición de pecador (misterium tremendum).
- El reconocimiento de la palabra como acto suficiente para el milagro. (Es
como un nuevo Moisés)

Todos los elementos anteriores propios de la fe en lo misterioso en lo


trascendente. Podemos decir en ésa fe pre-racional donde propia de las grandes
religiones pre cristianas.

Desarrollo:

Guardando las debidas distancias y salvando las implicaciones positivas, quiero


hacer una crítica constructiva referente a la forma de comprender y vivir nuestra
fe; a diferencia de la fe del centurión paradigma en éste relato, de un creyente de
en Jesús.

A partir del siglo XVIII con el famoso proceso conocido como: “ilustración” que un
movimiento cultural e intelectual, primordialmente europeo, Inspiró profundos
cambios culturales y sociales, y uno de los más dramáticos fue la Revolución
francesa. Se denominó de este modo por su declarada finalidad de disipar las
tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y
la razón (el famoso siglo de las luces).

Y que se extendió en todos los saberes de la humanidad, incluyendo claro lo


referente a las ciencias bíblicas (donde nace propiamente el término),
manifestándose en el uso de otras ciencias para estudiar la bibla, usar el método
científico (que también aquí tuvo su formalización) y en el uso de los métodos
históricos critico. Un ejemplo de ello fue el famoso estudio: “sobre el Jesús
histórico” con algunos muy famosos biblistas y teólogos.

Todo esto también influyo sin duda en la forma en que se entendió y se vivió la fe,
se cuestiono completamente los milagros, “se desmitifico al textos bíblico” en el
caso de los evangelios y de Jesús, se negó la resurrección histórica de Jesús, y
todo lo que implicará un elemento sobre natural fue raido del texto bíblico y con
ello de la fe y la comprensión de Dios y en nuestras vidas.

Si bien este proceso nos permitió crecer y madurar nuestra fe, haciendo al hombre
más responsable de sus actos y asumiendo un compromiso en algunos casos,
mayor sobre nuestra relación con Dios y nuestra labor de coautores junto con él
de establecer un mundo más justo y equitativo (construcción del Reino de Dios),
en pocas palabras y como algunos intelectuales vieron ésta época como: llegar a
la madurez del hombre, como siempre pasa también barrimos con la esencia
misma de la fe, con ese elemento que fundamental; el creer en una realidad
superior/ en lo increíble de la fe/ en lo irracional/ en el elemento incomprensible/ y
mistérico, que invita a guardar silencio y esperar lo inesperado, lo magnifico y lo
sobre-natural.

La fe como posibilidad, como la fuerza para generar realidades nuevas y como la


superación de la condición natural para llegar a una condición espiritual.

Para arriesgarse hay que tener fe en algo más grande que uno mismo.

Creo que sin fe no se hace nada en la vida.

Cuando alguien dice: “se”, realmente está diciendo “creo”.

La fe es la única forma de actividad por la que el hombre como tal se manifiesta


como verdadero individuo. Ya que al esperar en algo más allá de si mismo,
proyecta todo una serie de posibilidades que trascienden su posibilidad humana,
ése llegar hacer lo que humanamente no puede ser, es lo que justo lo hace
moverse hacía la plenitud, los animales que no tienen fe, simplemente no pueden
ser más que eso (Quitof), pero ni siquiera aspiran ah ser otra cosa.
Y gracias a la fe puede el ser humano superar el estadio animal temporal, porque es una salida
hacia regiones donde no domina ni el tiempo, ni el espacio, y por ende todo la leyes comprendidas
en éste plano espacio-temporal pierden sentido y se generan nuevas y creativas maneras de
realización de la vida, del mundo y del cosmos.

Vivir en plenitud es creer que la fe es la forma más alta de la existencia, donde nada está
prohibido, donde nada es imposible, es vivir más allá del bien y del mal.

Pero la fe también lleva implícito un elemento de riesgo: un riesgo de equivocar el camino con el
destino, de carecer de sentido oh de darle un lugar que no tiene: pero es una tensión muy sutil
que siempre lleva acuestas.

Aplicación.

Conclusión: (Oración).

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