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Proyecto Tribus.
Nehemías 4:18. “Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida
a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.”
Introducción:
Fundamento Bíblico
El Señor dijo: “Y harán un santuario para mí y habitaré en medio de ellos” (Éx. 25:8).
Luego aprobó la idea de un templo al cual llamó “mi casa”, “casa de oración para todos
los pueblos” (Is. 56:7; Mr. 11:17). Más tarde, con su ejemplo, sancionó la asistencia
habitual a la sinagoga (Lc. 4:16). Por último, mandó a sus hijos a no dejar de
congregarse (He. 10:25). Hoy como entonces se requieren lugares de reunión. Una
Iglesia con instalaciones apropiadas, contribuye a que los adultos, los niños, los
adolescentes y los jóvenes ofrezcan culto racional agradable a Dios de acuerdo con sus
edades y experiencias (Ro.12:1). Esta iglesia facilita los lazos de relación entre ellos y
la comunidad donde residen (Mt. 5:13-16). Todo lo dicho anteriormente justifica que a
futuro crezca la Obra de Dios.
Principio 1
2 Co. 9:6-7: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”
Cosechamos lo que sembramos. Esto implica que nosotros primero tenemos que dar, y
luego segar. La cosecha puede venir en muchas formas (2 Co.9:8), pero está de
acuerdo a lo que nosotros sembramos. Nosotros determinamos los beneficios de
nuestra generosidad o falta de generosidad.
Principio 2
2 Co. 9:7: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.
El dar nunca es una obligación. Es una cuestión del corazón. Si doy de acuerdo a lo
que me he propuesto en mi corazón, estaré alegre porque es algo que anhelo de
corazón. Además, tenemos que estar alegres (de corazón) porque de esta manera
nuestra ofrenda será aceptada (2Co. 8:12). Esto debemos hacer si queremos participar
del ministerio de dar.
Principio 3
2 Co. 9:10: “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera (siembra), y aumentará los frutos de vuestra justicia,”
Dios es el que nos provee todo. Cuando damos con conocimiento, generosamente,
alegremente; es decir, de corazón; Dios mismo suplirá y multiplicará lo que
necesitamos para dar. Dios mismo es quién multiplica lo que sembramos.
Principio 4
2 Co. 9:10: “…y aumentará los frutos de vuestra justicia,” Dios mismo aumentará
nuestros frutos de justicia. Para Dios es muy importante el dar con liberalidad (sin
esperar nada a cambio).
Principio 5
2 Co. 9:11: “para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce
por medio de nosotros acción de gracias a Dios”.
El dar enriquece al que da, en todo sentido. El versículo muestra que Dios nos capacita
para que podamos ser más generosos. De modo que cuando tengo más, doy más.
Principio 6
Lucas 6:38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán
en vuestro regaso; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”
Principio 7
Objetivos:
▪ Enseñar, vivir y proclamar los valores del Reino de Jesucristo atraves del trabajo
armónico de los creyentes en cuanto al principio del dar.
▪ Aplicar los principios de amor, dar y honradez.
▪ Contribuir a la erradicación de la escasez en el pueblo de Dios.
▪ Equipar y enviar creyentes con recursos propios o de la Iglesia estableciendo
alianzas estratégicas para su propio benéfico y en consecuencia de las tribus.
▪ Desarrollar líderes idóneos y comprometidos con este proyecto que sirvan y
compartan la Palabra de Dios en el templo y por las casas, Instituciones, etc.
▪ Fomentar acciones de sensibilización y participación del pueblo de Dios con el fin
de fomentar el trabajo en su obra.
▪ Optimizar y priorizar los recursos materiales y financieros a fin de sostener, apoyar
e impulsar las tareas que tengan como finalidad la proclamación del Evangelio y el
desarrollo de la Iglesia.
▪ Implementar y desarrollar ministerios musicales, corales, teatrales, artesanales,
artísticos, etc. Que apoyen las tareas evangelisticas y misioneras de la iglesia.
▪ Adecuar y mejorar el ambiente, los espacios físicos e instalaciones de la iglesia a fin
de que sean funcionales, cómodos y atractivos para todo asistente y congregante.
▪ Fortalecer la unidad de la iglesia en torno a Jesucristo, su misión y su visión, a fin
de concentrar y enfocar todo esfuerzo al crecimiento y expansión de la misma.
▪ Programar cultos y estudios especiales bimensuales con invitados especiales o
miembros de la iglesia con la finalidad de recaudar fondo para las tribus.
▪ Programar y ejecutar actividades de venta varias con los jefes de tribus para la
recolección de fondos.
▪ Solicitar con comunicaciones escritas ofrendas externas a instituciones públicas y
privadas.