Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2do PARCIAL DERECHO POLÍTICO. UNIDAD IV
2do PARCIAL DERECHO POLÍTICO. UNIDAD IV
CONCEPTO.
Existen relaciones entre la geografía y la política. La Geografía Política tiene por objeto el
estudio de la estructura geográfica de los Estados y las relaciones que de ella derivan. Su
campo específico lo conforma la geografía y describe la situación geofísica del Estado.
La Geopolítica, como ciencia de la relación espacio-Estado, cuyos procesos de desarrollo,
transformación y cambio, evolución y revolución están determinados, políticamente, por
factores geográficos. Su campo específico es la política y pretende ser una rama de la ciencia
política. La Geopolítica, es la ciencia de las relaciones de ámbito mundial de los procesos
políticos. Está basada especialmente en la geografía política, y se propone proporcionar los
útiles para la acción política.
Estos estudios sobre la relación espacio-Estado son indeterminados. Ello se debe: primero, a
caracterizar al Estado como un “ser vivo”; segundo, a pretender fijar relaciones inmutables de
causalidad entre el Estado y su territorio; tercero, a considerar a la tierra como el factor
determinante de la política; y cuarto, a no tener en cuenta otros factores influyentes.
Las distintas doctrinas que procuran situar jurídicamente al territorio respecto del Poder son
las siguientes:
1. De la Propiedad o Dominio: Sostiene que el Poder tiene sobre el Territorio la
propiedad del mismo. Esta doctrina es insostenible si se advierte que el territorio del
ser del Estado y no de su haber. El Territorio es un elemente constitutivo del Estado,
que hace a su personalidad y aparece como parte integrante del mismo.
Esta doctrina de la Propiedad o Dominio encuentra un refuerzo en el dominio
internacional que consiste en una obligación general de todas las naciones de respetar
la acción de cada pueblo sobre su territorio. El dominio internacional es el derecho que
pertenece a una nación de disponer de su territorio con exclusión de las demás
naciones.
2. De Soberanía Territorial o Imperium: Sostiene que la relación del Poder con el
Territorio es de Imperium y se ejerce sobre los habitantes. El Territorio es ámbito y
límite de la soberanía o Imperium, y como resultado surge el dominio de los habitantes
sobre el Territorio.
3. Del Dominio Eminente: Sostiene que el derecho que el Poder del Estado ejerce sobre
el Territorio conserva ciertas analogías con el dominio privado, siendo que del interés
público devienen su naturaleza y límites. Velez Sársfield sostenía que la Nación tiene el
derecho de reglamentar las cargas públicas de la propiedad privada. El Estado tiene,
respecto de los bienes que están en su territorio, un poder, un derecho de jurisdicción
y de contribución. Los propietarios tienen el deber de someter sus derechos a las
restricciones necesarias al interés general y de contribuir a los gastos necesarios al
mayor bien del Estado.
Según Dabin, el derecho del Estado sobre el dominio público entraña tan sólo ciertas
facultades determinadas de utilización.
4. Del Ámbito de Validez del Orden Jurídico: El Territorio posee sólo la función de esfera
de vigencia del ordenamiento jurídico.
El Poder, la Población o el Derecho son quienes presentarán un campo relacional o
funcional en conexión con el Territorio. En primer lugar, el Estado es una forma de
organización política, y el Territorio es un elemento de esa organización política; en
segundo lugar, las relaciones políticas y jurídicas tienen siempre carácter personal, son
relaciones de hombre a hombre. Esto hace de la doctrina de la Soberanía o Imperium
la más aceptable.
Según Sánchez Agesta, las funciones que el Territorio cumple en relación a los demás
elementos son:
a) De Causa: Con relación a la Población, individualiza geográficamente al pueblo y se
constituye en su frontera.
b) De Esencia: Con relación al Poder, fija el ámbito de competencia del Poder del Estado,
es decir, la territorialidad de la Soberanía, y en sentido negativo, marca el límite de los
otros Estados y sirve de base a la organización del Poder.
c) De Accidente: Con relación al Derecho, determina el ámbito de validez del orden
jurídico estatal.
POBLACIÓN.
CONCEPTO.
Los elementos del Estado se condicionan mutuamente, cada elemento está relacionado con
todos los demás y cada cual tiene como supuesto a los demás. Esas relaciones son políticas y
jurídicas.
Jurídicamente, los integrantes de la Población son sujetos pasivos y activos de derechos. Estos
derechos son, en primer término, los derechos individuales o civiles, que derivan de facultades
inherentes a la vida humana y constituyen condiciones de la libertad del individuo. Determinan
una esfera individual irreductible a la autoridad. Esta se encuentra limitada por ella, no puede
arbitrariamente restringirlos o limitarlos. Fijan lo que no puede hacer el Estado, como
manifestaciones de la libertad del individuo. En segundo término, los derechos sociales,
reconocidos al individuo como miembro de la sociedad, traducen exigencias para que el Poder
en el Estado ejecute determinadas funciones.
Los derechos individuales son facultades, los derechos sociales, exigencias.
Políticamente, la Población, en cuanto nación, pueblo o comunidad nacional, es titular
originario del Poder en el Estado. Ese Poder Originario es el Poder Constituyente. Y de él
resultan las autoridades o gobierno. En cuanto a los miembros de la Población,
individualmente, son sujetos activos y pasivos de derechos políticos. Consisten en facultades
vinculadas a ser elegidos y a elegir a las autoridades, participando activa o pasivamente en el
gobierno.
PODER.
CONCEPTO.
PODER SOCIAL.
La Revolución Francesa proclamó a la nación como soberana, de tal manera que toda
soberanía descansa esencialmente en la nación y ningún grupo o individuo puede ejercer
autoridad excepto cuando emane directamente del Pueblo.
El Pueblo es quien se organiza políticamente, determina la forma de gobierno y el régimen
político, confiere Poder a la autoridad y distribuye las funciones.
La radicación de la Soberanía en el Pueblo significa, en primer término, la facultad de
autodeterminarse a sí mismo jurídica y políticamente; en segundo término, que el Poder
Originario reside en el Pueblo, y que todo Poder de autoridad es delegado.
El Estado es el sujeto abstracto de la Soberanía, en cuanto personifica jurídicamente a la
comunidad nacional. La acepción de Soberanía en el órgano se disuelve, ya que ningún Poder
Derivado puede pretender ejercer o tener Soberanía.
Al cualificar al Poder Constituyente como Soberano, la nación, como un todo indivisible, es
titular de la Soberanía.
JUSTIFICACIÓN DEL PODER.
La doctrina actual, se orienta a justificar el Poder por: Por su Función; Por el Derecho; y Por la
Obediencia.
Mientras que, las doctrinas tradicionales son: La Doctrina Religiosa; La Doctrina de la Fuerza;
Las Doctrinas Jurídicas; y La Doctrina Psicológico-Moral.
Doctrinas Actuales:
Por su Función:
Aquí, la función del Poder radica en la satisfacción de las demandas y requerimientos sociales.
En el seno de una comunidad nacional, una minoría participa en la conservación y formación
del Estado y el resto de los ciudadanos, obligados a cumplir las reglas sociales, obedece.
La autoridad de un Estado depende de que pueda asegurar y realizar un orden social deseable.
Cuando una demanda social se hace imperativa, actúa hasta convertirse en regla social
obligatoria.
El carácter de un Estado determinado será una función del sistema económico que prevalezca
en la sociedad que rige. Cualquier sistema social se revela como una lucha por el dominio del
poder económico. Cuando el Estado actúa, busca el interés de la clase dominante en la
sociedad. Esta circunstancia disminuye en los Estados que tienen como forma y régimen de
gobierno a la democracia.
De este modo, el Estado se presenta como un sistema de fuerzas cuya situación varía según
cómo esté distribuido el poder económico.
Sin embargo, no se puede colocar al Poder fuera del ámbito humano. De ahí que la única
justificación posible del Poder sea su función, es decir, que el Poder sólo puede justificarse en
términos de lo que trate de hacer.
El Poder del Estado se justifica por cuanto asegura, con el menos sacrificio posible, la máxima
satisfacción de las necesidades humanas y la cualidad con que realiza esta función le da
derecho a una obediencia.
La justificación del Poder por su función nos proporciona parcialmente su fundamento
racional. Esto puede admitirse como válido para las sociedades rudimentarias, pero este hecho
no alcanza para justificar la dominación que ejerce el Poder en el Estado actual.
Por el Derecho:
Aquí, la justificación puede hacerse en relación con el Derecho, con la función jurídica referida
a una ordenación justa, fundada en los principios del Derecho. En consecuencia, la justificación
debe ser moral. Ese Derecho es lo universalmente válido destinado a la recta ordenación de la
vida social.
La concepción positivista sostiene que el Pueblo y el espíritu del Pueblo son la única fuente del
Derecho, con lo que aquel que se apodere del Poder en el Estado, puede invocar ese espíritu y
sentirse justificado para representar al Pueblo. Esa subordinación del Poder al Derecho, que es
la raíz de su justificación, se obtiene con la juridicidad que emana del derecho justo.
De esta forma, el Estado se justifica como la organización necesaria para asegurar el Derecho
en una determinada etapa. El Derecho es concebido como un orden justo, socialmente
deseable.
Por la Obediencia:
Parte de la premisa de que la obediencia constituye la esencia del Poder. Ésta puede ser
racional (voluntaria) o irracional (refleja).
El hombre se encuentra sometido a un sistema de reglas que condicionan su comportamiento
social en correspondencia con el grupo a que pertenece y los medios económicos de los que
dispone. Se encuentra inserto dentro de una sociedad que modela su conducta y define su
situación de vida. Le marcan cómo debe comportarse, qué debe hacer y cómo debe vivir. En
las sociedades primarias, estas formas constituyen el marco de su existencia, en cambio, en las
sociedades secundarias, el inmenso Poder del que dispone el Estado moderno, hace que la
dominación legal se resuelva en una serie de actitudes mecánicas que sustentan con la
habitualidad psicológica, al Poder.
A los hombres los gobiernan los sentimientos y las creencias, no la razón ni la inteligencia, y
sobre esta base se opera para crear la adhesión irracional.
Sobre la visión de un ser racional, se edificó la estructura política del Estado liberal, en tanto
que en base a un hombre condicionado por la irracionalidad se funda el Estado social. De
todos modos, la obediencia, en todas sus formas, aparece, según esta doctrina, como la fuente
de donde emana el Poder.
Doctrinas Tradicionales:
La Doctrina Religiosa:
Está basada en el supuesto de que todo Poder proviene de Dios.
En su origen, esta doctrina sirvió a la finalidad concreta de justificar la subordinación del
Imperio al Papado, e inversamente, y se ha mantenido a través del tiempo con la pretensión
del poder espiritual de tener supremacía sobre el poder temporal.
Las variantes de la doctrina religiosa son 3: La Doctrina Sobrenatural; La Doctrina del Derecho
Providencial; y La Doctrina del Derecho Divino de los Reyes.
La Doctrina Sobrenatural sostiene que el Poder y la organización política son obra de los
designios de Dios. Esta doctrina no tuvo mayor influencia dentro del pensamiento político de la
Iglesia.
La Doctrina del Derecho Providencial ha sido la que ha dominado el pensamiento religioso.
Según ella, el Estado y por consiguiente, el Poder, existen por obra de la Providencia divina que
rige los acontecimientos y voluntades humanas. El Poder se da a los Pueblos, quienes delegan
ese Poder en el gobernante. La causa mediata del Poder es Dios, y la causa inmediata es la
naturaleza humana.
La Doctrina del Derecho Divino de los Reyes es la versión de la Doctrina Sobrenatural al servicio
de los reyes. Dios mismo es quien confiere Poder al monarca o a su familia, quienes gobiernan
por derecho divino. Los reyes deben dar cuentas del Poder que se les ha conferido solo ante
Dios. La Iglesia, excluida de toda injerencia, no ha reconocido esta doctrina.
La Doctrina de la Fuerza:
Concibe al Poder como una relación de dominio de los fuertes sobre los débiles. El Estado no
es más que una simple sistematización de la fuerza, que tiene a la violencia por origen y que
sólo por la violencia se mantiene.
La conquista y la servidumbre de los vencidos, fueron su forma primitiva. La imposición por la
fuerza oculta, tras las máscaras de las leyes, su forma actual.
Esta doctrina se resuelve identificando la fuerza con el Derecho. Pero el Poder no es la fuerza.
Hay una relación directa entre Poder y Fuerza, resultante de su justificación. A mayor
justificación, menor fuerza.
John Locke también supone la existencia de un estado de naturaleza o pre-político, donde los
hombres viven en completa libertad natural. A fin de garantizar sus derechos de vida, a la
libertad y a la propiedad privada, se asocian y forman el Estado. Siempre que cualquier
número de hombres se junten en sociedad y abandonen su Poder que la ley natural les dio, en
manos del Poder Público, existirá una sociedad civil o política.
Las diferencias entre Locke y Hobbes son claras: Hobbes no distingue entre sociedad y
gobierno, el contrato social es un contrato de cada uno con todos, cuya causa final es el
cuidado de la propia conservación, abandonando los individuos la condición de guerra,
consecuencia de las pasiones naturales de los hombres. Estos confieren todo su Poder y
fortaleza a un hombre o asamblea de hombres que constituyen el poder soberano y absoluto
del Estado. El contrato se convierte en el instrumento de la justificación del Poder Absoluto,
cuya finalidad suprema es la paz. En cambio, en Locke se encuentra una distinción entre
sociedad y gobierno. En el estado de naturaleza, los hombres obran como seres sociales cuya
conducta se encuentra regulada por el derecho natural. El contrato social es obra de la
delegación del derecho de seguridad y tiene por fin preservar la vida, la libertad y la propiedad
privada. Es un contrato limitado pues no está destinado a proporcionar Poder a un órgano
determinado, sino a darle la finalidad de proteger los derechos naturales.
Con Juan Jacobo Rousseau el contrato social se convierte en la base teórica del Estado
democrático. Partiendo de la idea de un estado de naturaleza donde los hombres viven sin
egoísmos ni luchas. Sobre la bondad natural de los individuos, libres e iguales, concibe al
contrato social como el único fundamento necesario de la sociedad política.
Sólo por un acto de voluntad, los hombres se colocan bajo la dirección de una voluntad general
formada por la comunidad, con lo que conserva su libertad, aun dentro del Estado.
Al formar parte de la sociedad civil, el hombre entrega todos sus derechos, pero los recupera
ampliados. Como consecuencia de esto:
a. La voluntad general es indelegable, indivisible e inajenable.
b. El objeto de la voluntad general es la ley.
c. El objeto del gobierno es la ejecución de las leyes.
Rousseau no considera al contrato como el origen histórico del Poder y del Estado, sino como
la justificación racional de su existencia.
Doctrina Psicológico-Moral:
La Doctrina Moral justifica al Poder y al Estado como una necesidad moral. El análisis filosófico
se ocupa del concepto pensado. El Estado es el espíritu que en el proceso de la historia
universal se da su realidad, es decir, el poder de la razón, realizándose como voluntad.
La Doctrina Psicológica justifica al Poder y al Estado por las tendencias e instintos sociales del
ser humano. El Estado se presenta como una forma necesaria de la comunidad humana. La
Doctrina Psicológica se enlaza con la Doctrina Moral, pues son motivos psicológico-morales los
que hacen que el hombre deba vivir en sociedad.
SOBERANÍA.
CONCEPTO.
El concepto nace, por una parte, de la lucha de la realeza francesa con el Imperio y el Papado,
y por otra parte, con el feudalismo.
La palabra “Soberanía” adquiere carácter de absoluto en el siglo XVI. Y queda así
definitivamente acuñado el concepto como un arma práctica en la lucha política.
El rey se convierte en depositario de la legislación y la jurisdicción, ocupa un lugar igual al del
Emperador, por un lado, y por el orden espiritual, ocupa un lugar equivalente al del Papado,
teniendo así, la potestad plena. Toda justicia emanará del rey. De esta manera, a su vez, queda
establecido el absolutismo.
Luego, convertida en Soberanía del Pueblo, condujo las grandes revoluciones que dieron forma
a la democracia moderna.
DERECHO.
Sistema de reglas sociales que ordenan la conducta humana. Producto social que representa y
realiza un orden deseable.
El derecho es uno de los elementos esenciales del estado, a tal punto de que no hay Estado sin
derecho.
Sin el Derecho como elemento esencial de la organización política, ésta carece de significado y
sentido. Todas las relaciones se resuelven, en definitiva, en relaciones jurídicas.
Es el elemento jurídico, el que determina la esencia de los demás elementos del Estado.
IMPERIO DE LA LEY.
Régimen jurídico con normas legales preestablecidas, al cual los gobernantes y sus agentes se
encuentran sometidos para el ejercicio de sus actividades y para la adopción de sus decisiones.
Es decir que contrariamente a lo que sucede en los sistemas autocráticos, los gobernantes no
se encuentran por encima de la ley, sino por debajo de ella. Es lo que se llama el principio de
legalidad.