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APRENDIENDO A FRENAR NUESTRA LENGUA: Santiago cap.

La lengua un pequeño instrumento indomable

Santiago hace referencia en este capítulo al mal uso que el hombre le ha dado a la
lengua. Un pequeño instrumento y órgano que Dios creo en el cual puso en cada uno
de nosotros, tanto para saborear alimentos como para hablar. Dios lo creó con el
fin de que el hombre pudiera alabarle y glorificarle, pero a la vez Satanás lo
utiliza para destruir la obra de Dios, y ha sido una de las armas más eficaz que
Satanás utiliza en nuestros días.

Santiago empieza con una advertencia en cuanto al peligro de ser un maestro


(3:1–2). El peligro de ser maestro se relaciona especialmente con el uso de la
lengua porque la lengua es el instrumento más difícil de controlar.
La lengua es el instrumento:

 Más Difícil De Controlar (nos domina el impulso)


 Más Peligroso ( las palabras son como flecha una vez lanzadas no se pueden
devolver)
 Más Indicador De Nuestra verdadera Religión (el hablar revela lo que somos)
Además del peligro de ser maestro, Santiago señala la importancia del uso de la
lengua por causa del poder que tiene. Se producen grandes resultados de cosas
pequeñas (3:3–5).

Santiago hace referencias cuatro ejemplos de cosas pequeñas que producen


grandes efectos:

1. Frenos para caballos 3:3


2. Timones para naves 3:4
3. Lenguas para cuerpos 3:5
4. La chispa de fuego

Cada ejemplo presenta algo grande y fuerte controlado por algo pequeño.
El caballo es un animal grande y fuerte. Va a donde quiere y cuesta pararlo
porque tiene mucho poder. Sin embargo, al meter el freno en su boca, lo pueden
controlar para que él vaya a donde se quiere.
Las naves también son grandes. Los vientos y olas del mar le mueven con su
poder. Sin embargo, aun en medio de las grandes tempestades un timón,
relativamente muy pequeño, controla la nave y la dirige a donde el que lo maneja
quiere que vaya.

Tal como los dos instrumentos pequeños pero importantes.

La lengua también es pequeña pero puede cambiar la dirección de algo muy


grande. Puede hacer algo grande, o para bien, o para mal. Es capaz de destruir la
obra de Dios.

La nota negativa en cuanto al uso de la lengua se introduce hasta el último ejemplo.


La chispa de fuego es pequeña pero puede causar gran daño al bosque entero. Así
que, se requiere mucho cuidado para no destruir algo de gran valor por el mal uso
de algo tan pequeño. La lengua también, si no se usa con cuidado, puede destruir
una gran obra que Dios lleva a cabo.

1. La Lengua es el Instrumento Más Difícil de Controlar 3:7–8


No hay nada más difícil de controlar en el mundo. El hombre ha logrado domar toda
clase de animal, pero nunca ha aprendido a controlar su propia lengua. Es “un mal
que no puede ser frenado”.

Debido a la dificultad de controlar la lengua, la lengua es capaz de medir


nuestra verdadera condición espiritual. El hombre que es controlado por el
Espíritu de Dios sabrá controlar su lengua. No será portadora del veneno
mortal.

2. Una Lengua que no es Consecuente 3:9–12


La lengua se contradice muchas veces. El mismo instrumento que usamos para
bendecir a Dios, muchas veces se vuelve amargo. Atacamos con él lo que Dios ha
creado. Usamos la lengua para bendecir a Dios y también para maldecir a los
hombres que Dios hizo a Su imagen.

Santiago señala que tal contradicción no debe existir. El uso repetido de la lengua
para hacer daño a otros, indica que la fuente está contaminada

Se mencionan tres ilustraciones de la naturaleza para demostrar la


imposibilidad de la contradicción aparente. Una fuente no puede dar agua dulce y
amarga. Una higuera no puede dar aceitunas, ni una vid higos. La misma
fuente no puede dar agua salada y dulce. Así que, la lengua tampoco puede alabar
a Dios de verdad y seguir criticando a los hombres que Dios ha creado.
3. La Lengua Demuestra la Calidad del Corazón (Vs 1:26)
El uso de la lengua revela lo que está en el corazón. Por lo tanto, si la religión de
alguien es verdadera, se reflejará en su manera de hablar.

Cristo indica la misma verdad en Lucas 6:43–45. No es buen árbol el que da


malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por
su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian
uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre
malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del
corazón habla la boca. No es cierto lo que decimos tantas veces: “Hable sin pensar”.
Nuestra boca revela la realidad que está escondida en el corazón.

 Si la boca critica, es porque el corazón guarda críticas.


 Si la boca se queja, es porque en el corazón hay quejas.
 Si la boca habla con enojo, es porque en el corazón hay enojo.
La lengua revela lo que está en el corazón.
En medio del sufrimiento, la lengua sirve para quejarse y para acusar a otros. En vez
de acusar y quejarse en medio del sufrimiento, una fe viva les motivará a alabar a
Dios y a sufrir por Él con gratitud.

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