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Cuerpos Anómalos

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ESTUDIOS HISTÓRICO-poLíTICOS
DEl MUNDO TRANSATLÁNTICO
¡.
:1

© Universidad Nacional de Colombia. sede Bogotá


/ .
Facultad de Ciencias Humanas
Departamento de Historia
Indice
© Max S, HeringTorrcs (Editor)
© Cerhard Amrnerer, Pera Becker,
Jaime H, Borja Córner, Max S. Hcring Torres.
Wulf D, Hund. Diana Obregón Torres.
Zandra Pedraza Córucz. Paolo Vignolo, Introducción: cuerpos anómalos ,..' ...., , , , .. 13
Alfred Srefan WeiB Max S. Hering Torres
Director Departamento de Historia
Dar/o Campos De los seres plinianos al mito del homunculus.
Coordinación de la publicación El enanismo en la construcción de un sujeto moderno ", 29
Max S, Hering Torres
Paolo Vignolo
ISBN: 978-958-719-125-7
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo) ,,65
Diseño y armada electrónica
Jaime Humberto BOIja Gómez
Isabel Sandooal Montoya

Corrección de estilo Saberes médicos - Saberes teológicos:


Inés Eluira Rocha & Max S Hering Torre;
de mujeres y hombres anórnalos..; "..,..." ....",,,,, 101
Imagen portada
Gerrnanisches Narionalmuseum Nümberg, H,B, 53/1279,
Ma» S. Hering Torres
[udensau, en: Shachar, Isaiah (1974): The judensau.
A Medieoal Ami-jeunsh Motifand its History. Eingesperrte Korper - Besserung, Disziplinierung oder
London: Warburg Institute, PL 41. e,
Profit durch Zuchthausarbeit? ..,,,..,,,,,..,,..,,,,,,,,"""..,...",."",.....""....'"..'"..""" 131
Impresión Gerhard Ammerer und Alfred Stefan Weift
Editorial Universidad Nacional de Colombia
Luis Ignacio Aguilar Zambrano, Director
diredirorialtéunal.edu.co
Die weiíie Norro: Grundlagen des Farbrassisrnus ,."."" """,,,,..,, 171
Wulj' D, Hund
Primera edición. 2008
Bogora, Colombia
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal
Esta publicación puede ser reproducida total O parcialmente siempre y cuando de niños y mujeres ....".."""..".."""",:....""".."""".., .",,,..,,,,,,,,,,
....,,.., ",,205
se: cite la fuenre y sea utilizada con fines académicos y no lucrativos. ~
¡ Zandra Pedraza Gómez

Catalogación en la publicacidn Universidad Nacional de Colombia !¡ Corregir el cuerpo social: vacunación antivariólica
Cuerpos anómalos / ed. Max S, Hering Torres; Paolo vignolo ", [e, al.]. - Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2008
299 p. - (Colección estudios histórico-políticos del mundo transatlántico ; t.:t)/
. ¡
1
e higiene en Colombia, 1840-1922
DianaObregtm Torres
""..,."..".."",,,.,,..,,,, """ 235

ISBN: 978-958-719-125-7 New Monsters on the Block? On the Return of Biological


l.Imagen corporal - Aspectos culturales 2, Mente y cuerpo 3, Identidad cultural Explanations of Crime and Violence, "",,,,,,,,..,,,,,,.,,,,,,,,,,,.,,.,.,,
"",,,,,,,,,,,,,,,,265
4. Discriminación _ Historia I. Hericg Torres, Max Sebasrién, 1973- -ed. 1I. vignolo,
Paolo. 1968-
Peier Becker
I
CDD-21 ,153,32 /2008
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I 7
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c oL e c c i ú n
ESTUDIOS HISTÓRICO-POLíTICOS
DEL MUNDO TRANSATLÁNTICO

Prólogo de la colección

La nueva colección Estudios histórico-politicos del mundo transatlán-


tico se entiende como un medio de divulgación para investigaciones
novedosas, internacionales e imerdisciplinarias sobre el mundo trans-
atlántico entre Europa, Suramérica y Norteamérica. la colección fue
constituida por un grupo de profesores internacionales tanto del Depar-
tamento de Historia como del Departamento de Ciencias Políticas de
la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, y de la [ohannes-
Kepler-Universitat en Linz, Austria. En la serie se integran monografías,
colecciones de artículos y se publica en diversos idiomas, entre ellos:
español, alemán e inglés.

CONSEJO EDITORIAL

Luis EDUARDOBOSEMBERG (Profesor Asociado, Departamento de Historia,


Universidad de los Andes, Bogotá).

GlSELACRAMER(Profesora Asociada, Departamento de Historia,


Universidad Nacional de Colombia, Bogotá).

MAX S. HERINGTORRES (Profesor Asistente, Departamento de Historia,


Universidad Nacional de Colombia, Bogotá).

BERNDMARQUARDT (Profesor Asociado, Departamento de Ciencia Política,


Universidad Nacional de Colombia, Bogotá / Departamento de Derecho,
Universidad de Sto Gallen, Suiza).

RAINAZIMMERING(Profesora Titular, Instituto de Sociología, Departamento


de Ciencia Política y Estudios del Desarrollo Económico, Universidad
johannes-Kepler, Linz, Austria). ,., .

I 9

ti
\
Agradecimientos
1
I Quiero expresar mi gratitud a todos y a cada uno de los

Ii autores de este colectivo por atender esta invitación y por


sus valiosos artículos. Así mismo, agradezco al Grupo
de Investigación Prácticas Culturales, Imaginarios y

Representaciones con el cual se discutieron los linearnientos
¡

conceptuales del libro, sobre todo, con Amada Carolina


Pérez, Paula Ronderos, Jaime Borja, Francisco Ortega y
Paolo Vignolo. Deseo consignar aquí un reconocimiento
muy especial a las personas que leyeron apartes del trabajo:
Gisela Cramer, Inés Elvira Rocha, Lucy Torres, Vera
Weiler y Jimmy Weiskopr. Por último, quiero agradecerle
al Departamento de Historia de la Universidad Nacional
de Colombia, Sede Bogotá, por haber apoyado con su
entusiasmo, pero también económicamente la publicación
de esta colección, especialmente a los miembros del Comité
Editorial del Departamento: Mauricio Archila, Darío
Campos, Roch Little y nuevamente a Gisela Cramer.

MAX S. HERING TORRES


I
I Bogotá, octubre 2008
:'

111
Introducción:
cuerpos anómalos

MAX S. HERING TORRES'

ALGUNOS ANTECEDENTES

En la historiografia clásica del siglo XIX, el cuerpo humano no repre-


,,
1.

sentó realmente un objeto de estudio, más bien se entendió como una


t
¡ categoría implícita y de carácter a-histórico. Dicho terreno de inves-
t
l tigación sólo empezó a aparecer progresivamente a partir de media-
1 dos del siglo XX, a manera de ejemplo, en los estudios sobre el poder
(Kantorowicz 1957) y la muerte (Aries ([1975] 2000). Tal vez, uno de
f los primeros y más destacados aportes a la historia del cuerpo, según
i el historiador suizo Philipp Sarasin, provino de las publicaciones del
if teórico francés Michel Foucault ([1%1] 1979); [1976] 2000) durante

!t los afíos sesenta y setenta, incluyendo sus cátedras dictadas en el Co-


¿legede France (1992; 2000), en las cuales expuso sus reflexiones sobre
la historia, el poder, lo anormal y la construcción del sujeto. Según
Foucault, las técnicas del poder centradas en el cuerpo se originaron
1 en los siglos XVII y XVIII. Si bien algunos investigadores no han de-

I
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jado de controvertir sus planteamientos, para otros la tesis del poder
disciplinario ha sido un incentivo de investigación. La tecnología disci-
plinaria se apropió del cuerpo e intent6 mejorar su utilidad a través del
ejercicio, la vigilancia, la seriación y el adiestramiento. A la postre, se
í

¡ trataba de técnicas de racionalización de la economía estricta de un po-

Profesor Asistente del Departamento de Historia, Universidad Nacional de Colombia,


J sede Bogotá. Correo electrónico: msheringt@unal.edu.co

j I 1

1-
Cuerpos AIJ6malos 1 MAX. S. HElUNG TORRES
Introducción: cuerpo! anómalo!

der. Un segundo impulso provino de Gianna Pomata (1983: 113-127) que el cuerpo se ha convertido en un objeto d~ estudio por dos razones.
y de Thomas Laqueur (1990) quienes señalaron que no existe "corpo- Por una parte, el cuerpoes producto de la SOCIedady de la cultura; está
reidad" sin historia. Análogamente, la filóloga estadounidense [udith formado, constituido y permeado a partir de sus normas. Pero por otra
Butler amplió las críticas a las "teorías esencia listas" (Canning 1994: parte, e! cuerpo no sólo es pasivo, receptor de procesos constitutivos,
370) sobre el cuerpo femenino y generó un debate alrededor de la cons- sino que gracias a su dinámica ha participado en un proceso de inte-
trucción cultural del sexo y de! género. Butler -apoyada en la teoría de! racción social, se ha convertido en un objeto de acción y por lo tanto
poder de Foucault- partió del hecho de que toda realidad es construida t ha determinado las realidades sociales (Schmincke 2007: 11). Por ello,
lingüísticarnenre y, por tanto, la materia -en este caso también el cuer-
po- solamente obtiene su importancia y su significado mediante la atri- ii su análisis permite elaborar no sólo categorías teóricas, también admi-
te descifrar los valores y las normas sociales. En este sentido se puede
bución del discurso. Asimismo, argumemó que el sexo no podrá seguir

I
retomar a Roben Gugutzer (2006: 10) quien, según Irnke Schrnincke,
operando como "verdad interior" de las disposiciones y de las identida- afirma que el body turn ha adquirido en las ciencias sociales una enorme
des, sino que tiene un significado escenificado de carácter perforrnarivo importancia, básicamente, por tres motivos: primero, porque representa
(Butler 2007: 99). La historiadora alemana Maren Lorenz resaltó el un objeto de estudio; segundo, porque encarna una categoría teórica y,
logro de Burler al "haber señalado que también las últimas constancias
antropológicas se tienen que observar como modelos de pensamientos
culturales" (Lorenz 1999: 21). Simultáneameme con las anteriores pro-
I
.
tercero, porque es un instrumento que facilita el conocimiento.
Ahora bien, si se considera este trasfondo historiográfico =entién-
dase sólo como una modesta pince!ada- sería desatinado afirmar que la
puestas, se generó una considerable producción historio gráfica sobre la historia de! cuerpo represema un nuevo campo de pensamiento históri-
historia del cuerpo. Este hecho dificulta presentar una visión comple- l
co. No obstante, el estudio abordado en la presente colección representa

I
ta sobre dichos antecedentes, no solamente debido a las dimensiones indudablemente una perspectiva innovadora, teniendo en cuenta que
cuantitativas, sino a la heterogeneidad y difícil delimitación. Lo anterior sobre el tema -cuerpo y anomalia- persisten una gran variedad de vacíos
se comprueba fácilmente si enumeramos los siguientes binomios temá- temáticos. Por tanto, es pertinente ofrecer primero algunas reflexiones
ticos y citamos solamente algunos ejemplos: "cuerpo y alma" (Porter generales para introducir al lector en el trasfondo conceptual de! pro-
1985; Pedraza 1996, Lorenz 1999), "cuerpo e individualidad" (Le Bre- yecto editorial y, más adelante, presentar los aportes de esta colección.
ton 1995) "cuerpo y medicina" (jacquart/Tomasre 1985; Duden 1987;
Stahnisch/Steger 2005; Sarasin/Tanner 1998; Hodl 2002), "cuerpo y
1
sexualidad" (Laqueur 1990; Borris/Rousseau 2008), "cuerpo y poder" CUERPOS
(Frevert 1984; Bielefelder 1999; Foucault 1999; Pedraza 2004); "cuer- El cuerpo no es solamente el conjunto de sistemas orgánicos que consti-
po y género" (Corbin 2005; Jordanova 1989; Schmale 2003) "cuerpo y I tuyen un ser vivo; también es un portador social de codificaciones: De
raza" (Hund 1999, 2007; Hering Torres 2006); "cuerpo y monstruosi- f ahí que lo corpóreo adquiere sus significados a través de adscripciones
dad" (Febe!/Maag 1997; Scholz/Holtschoppen 2007) y "cuerpo: poltí- $ <

y proyecciones en contextos sociales y culturales. En efecto," no sería


ricas y estéticas" (Pedraza 2007). ;
í, atrevido afirmar que la cultura atraviesa y define los cuerpos en nues-
En la actualidad, y en palabras de Chris Shilling, se puede cons- ;
tras sociedades. En corolario, el cuerpo se debe entender no solamente
tatar: "From being a subject of marginal academic interest, the intel- I como una realidad biológica, sino adicionalmente como construcción
lectual significance of the body is now such that no study can lay c1aim 1 discursiva y representación, procesos que crean un "cuerpo semiótico",
l
to being comprehensive unless ir takes ar least some account of the 1
el cuerpo, en pocas palabras, es también "una experiencia cultural cons-
embodied preconditions of agency and the physical effects of social truida por diferentes tipos de discursos y prácticas" (Borja 2006: 233).
structures" (Shilling 2005: 1). En términos generales se puede afirmar
I Si a estas reflexiones se le suma la perspectiva histórica, el cuerpo se
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'1 I
I 15

j
Cuerpos Anomalos I MAl< S. HERlNG TORRES
Introducción: cuerpos anómalos

puede entender como una variable histórica con múltiples significados


mal roda aquello que se rige por la norma, por tanto, anómalo es todo
correlacionados con el tiempo y el espacio. Es decir, la corporeidad no se
aquello que difiere de la norma y por ende de la normalidad. Según
constituye como una categoría a-histórica, por el contrario, representa
F~~ca.lllt se debe hacer referencia a Canguilhem, Le Normal et le pa-
una categoría sumamente dinámica (Sarasin 2001: 12). "El carácter
th;logique, para afirmar que "la norma no se define en absoluto como
polisérnico del cuerpo, su situación de frontera entre naturaleza y cul-
Jna ley natural, sino por el papel de exigencia y coerción que es capaz
tura, determinan que las aproximaciones analíticas a él no pueden ser
de ejercer con respecto a los ámbitos en que se aplica" (2001: 57). No
unívocas" (Garay Ariza/Viveros Vigota 1999: 21).
es simplemente, y ni siquiera, un principio de inteligibilidad; es, por
excelencia, un elemento a partir del cual puede fundarse y legitimarse
cierto ejercicio del poder (2001: 57). La norma, según Foucaulr, trae
ANOMALíAS
aparejados a la vez un principio de calificación, de intervención, de
Se sabe, entonces, que el cuerpo ha representado un objeto del discurso corrección -en pocas palabras- trae consigo un proyecto normativo.
y de la representación. Dicha discursividad ha sido constituida a lo largo A partir de estas reflexiones sobre un proyecto normativo se puede afir-
del tiempo por anrinornias como lo "normal" y lo "anómalo". Los dis- mar: todo lo que no se adapta a la norma, ha sido interpretado como
cursos oficiales le han conferido legitimidad al orden institucional, En una desviación y, obedeciendo a esta dinámica, se podría denominar
consecuencia, por un lado, estos discursos han aportado dispositivos del como anormalidad -argumento instrumentable para y propenso a jus-
saber para definir parcialmente las realidades de una sociedad mayorita- tificar las lógicas de exclusión.
ria o de una elite minoritaria y, por el otro, han delimitando y excluido
así las realidades divergentes, creando sociedades minoritarias o mayo-
ritarias, pero estas últimas sin acceso al poder. De ahí que la norma, ya CUERPOS ANÓMALOS - CUERPOS IDEALES:
sea jurídica, cultural o estética, opera como un "eje de diferenciación"
Al haber discernido los conceptos de cuerpo y anomalía tal vez se en-
que pretende constituir referentes morales, una gramática social y un tienda con más claridad el título de la presente colección. Así las cosas,
orden político al determinar la percepción en antinomias. Por ejemplo, podemos afirmar que el cuerpo anómalo opera por oposición a un cuer-
a través de los ejes diferenciales en espacios tales como la sexualidad, po ideal y por eso un cuerpo es anómalo cuando abandona el espacio
la salud, la pertenencia, la convicción, la dignidad, la cultura y la fi- de la norma corpórea. Un cuerpo anómalo se constituye en el momento
sonomía, se construyen antinomias que delimitan entre: "perverso" -
en que el desorden de su propio ser, sea este observable, adjudicado,
H
casto, sano - enrerrno
"" ))" e , propIO.»)
H"
- ajeno , verd ad)'"- mennra
H' "" ." ,
simbólico o imaginado, trastorna y cuestiona el orden establecido. Di-
"digno" - "indigno", "civilizado" - "primitivo". Es evidente que la ano-
cho orden, según la época y el espacio, puede estar determinado por
malía se contrasta y se determina a través de la diferencia. Algo es anó- la norrnatividad, el dogmatismo religioso, el poder científico o por los
malo únicamente en relación con un término de referencia que no lo es.
cánones estéticos. En otras palabras: los cuerpos anómalos equivalen a
Anomalía es entonces lo que discrepa de una regla, de una costumbre o cuerpos que rransgreden límites sociales, morales, naturales, culturales
de un uso. Pero a pesar de representar una contraposición, en muchos o jurídicos. En corolario, para entender el cuerpo desviado, es esencial
casos también se complementan mutuamente. Sin embargo, la diná- conocer los cuerpos ideales: los que constituyen y determinan el espacio
mica entre lo anómalo y lo normal no se determina inequívocamente de la norma.
por presuntas descripciones objetivas sobre la diferencia, sino también A continuación se expondrán unos ejemplos históricos para deve-
por medio de las ideas sobre la diferencia que amalgaman realidad e lar la tensión entre la normalidad y la anormalidad a partir de lo ideal y
imaginación, miedo y atracción, curiosidad y rechazo (Hering Torres de su sombra: la "desviación". En la Antigüedad, particularmente para
2006a: 1126-1229). En pocas palabras y a la inversa: se considera nor- Platón y Aristóteles, la belleza, la verdad y el bien moral constituían un

16 I
I 1~
Cuerpos Anómalos I MAx S. HERlNG TORRES
Introducción: cuerpos anómalos

dispositivo intrínseco e inseparable. Para Cicerón' (106 adC-43 adC)


sociedad permeada por prejuicios anrijudíos que sobre la cultura judía.
y San Agustírr' (354-430) la be!leza corporal fue considerada ~orr:o un
Sidesglosamos la palabra J uden-Sau, podemos traducir Jude por judío y
todo armónico de proporciones y colores. A lo largo de! Renacimiento,
SClupor cerdo: cerdo judío. Este tópico, fundamentalmeme centroeuro-
Leonardo da Vinci (1452-1519) retornó dichos conceptos de la belleza
pea, se encuentra no solamente en panBetos: sino t~mbién en ilustracio-
y elaboró un estudio de! hombre Vitrubio (homo bene figuratus), muy
probablemente en 1492. Se trata de un dibujo de las proporciones del
cuerpo, realizado para ilustrar los libros de arquitectura de Vitrubio (De
f nes de libros; en virrales y esculturas de las Iglesias, en ornamentos a la
entrada de las parroquias", en fin, hasta en las entradas de los castillos'
Architectura libri decem 33-22 adC). Como se puede observar, Da Vinci 1 (Shachar 1974: 52-53). Los imaginarios sobre e! judío tenían tal inci-
dencia sobre su representación que en todos estos espacios se represen-
realiza un estudio anatómico en e! cual se construye la proporcionali-
dad de! cuerpo reproduciendo el canon clásico y un tipo ideal de belleza
regido por la simetría, por una especie de arquitectura e ingeniería pro-
yectada e impuesta sobre el cuerpo humano.
I
t
f
taban como anómalos. Como muestra, podemos tomar un grabado de!
sizlo XVII (ilustración 1). Todos los personajes que aparecen en la re-
p:esemación, excepto Simón de Trence, e! niño crucificado, son judíos,

Desviaciones de estos ideales conformaban claramente anomalías, í porque son portadores deljudenring (anillo judío o círculo judío) en sus
vestimentas. Esta directriz se había irnplemenrado en el IV Concilio de
tanto físicas, como morales. Tenemos múltiples ejemplos sobre dichas
anormalidades, casos tan evidentes como Las maravillas del mundo de 1
1
Leerán (Canon 68), aunque solamente se decretara que los judíos y los
sarracenos se debían diferenciar por sus aruendos de los cristianos. En la
Juan de Mandavila (1356), Los monstruos y los prodigios de Ambroise
escena se muestra un judío encima de una jabalina, variedad salvaje de!
Paré, el "Hombre elefante" en Inglaterra a mediados de! siglo XIX, los
cerdo, que le levanta el rabo al animal para inducir a su correligionario

I
gemelos siameses Chang y Eng.
a incurrir en el delito de la coprofagia. A este' =cto asisre otro judío con
Pero es importante rescatar que el cuerpo anómalo no solamente
cuernos, rabo y garras, y con el busto caído, encarnando un cuerpo
existe a través de la evidencia empírica. Las anomalías corporales tam-
1 híbrido que, a su vez, hace referencia al diablo. Adicionalmenre, encon-
bién se construyen a través de! poder de! discurso y de los imaginarios.
J tramos un tercer judío ubicado debajo de la cerda, tomando su leche.
De esta manera, el poder ha tenido tal impacto sobre las personas que
en muchos casos ha determinado los esquemas perceprivos tanto de 1¡ En este sentido, se presenta al judaísmo en una contradicción doctrinal
puesto que, según Leuiticus 11-12, los cerdos representan la inmundi-
individuos como de entes colectivos. De hecho, este poder tuvo tanta ¡ cia y la impureza, ranro física como moral. Al judío no solamente se
pujanza que en ocasiones los imaginarios determinaron las formas de ¡ le crirninaliza por lo anteriormente descrito, sino adicionalmeme por
representación, como por ejemplo la representación iconogr.áfi~a de los
el niño crucificado, que aparece en la parte superior y simboliza los
monstruos, las antípodas, los apostaras, los extraños y los criminales de
supuestos sacrificios de niños cristianos por parte de los judíos. Los
Lombroso en el siglo XIX.
punzones metafóricamente aluden no sólo al deicidio, sino también a
Estas últimas reflexiones son útiles para profundizar en otro ejem-
la usura y malicia de! pueblo de Israel. Por tamo, en estas represenra-
plo: e! imaginario medieval y moderno sobre e! estigma de laJudensau.
Un estigma corporal y moral que nos dice más sobre los valores de una I ciones alegóricas, e! cuerpo judío se construye como anómalo, negando'
proporcionalidad, simetría, belleza e incluso moralidad. Sin embargo,

"[ ... ] eorporis csr quacdam apta figura membrorum curn coloris quadam suavirate
eaque dicirur pulcrirudo [... l" Ciecrón (1967: 136 [IV, XIII, 31]), citado en Jacobs 3 Catedral de Brandcrnburgo (c. 1230), de Magdoburgo (X[[[), de Merz (XIV), de
2001,81. Uppsala (XIV), Gniezno (XIV), de Colmar (:x:...rv) , erc.

2 "quid est corporis pulchrirudo? Congruencia parrium eum quadam eoloris suavitate." 4 Parroquia de Remagen, Rheinland, segunda mitad delsiglo XII.
Augusrinus (1895:8), citado en Jaeobs 2001, 81.
Castillo de Cadolzburg (siglo XV).

18 I I 19
Cuerpos Anomalos 1 MA.'( S. Hssierc TORRES
Introduccián: cuerpos anómalos .
¡.
en tanto su anomalía física era imposible de percibir, debido a su simple
inexistencia, era necesario inventaria. Aunque el poder simbólico alu-
di~ra a una ficción, no se puede omitir el hecho de que hacía referencia
a unos estereotipos reales que permiten entrever valores, imaginarios y
estigmas de la época. Es importante indicar nuevamente que, en este
caso, el cuerpo opera como un objeto de estudio, como un instrumento
de inteligibilidad y, a partir de esto, como un punto de partida teórico.
El grabado sobre la Judensau es sólo una pequeña muestra de! extenso
campo posible para una historia de los cuerpos anómalos; a continua-
ción presentaremos otras posibles historias sobre e! cuerpo y la anoma-
lía, que conformarán el cuerpo principal de esta colección.

APORTES
El historiador italiano Paolo Vignolo, quien abre esta colección, presen-
ta un artículo sobre el imaginario del enanismo en la Edad Moderna.
El autor propone considerar los imaginarios sobre el enanismo como
referente anómalo en el proceso de constitución del sujeto moderno.
Para ello, revisa la fusión entre los planteamientos sobre el enanismo

j y el debate sobre el esratus del indígena; una amalgama conceptual


que se extrapoló para uno de los tantos intentos de definición del in-
f dígena. El término homúnculo -enano- se asoció con la teoría de la
'," generación espontánea, según la cual los americanos no pertenecen a
fi la común descendencia de Adán, sino que fueron paridos directamen-
1
te por la tierra.
i¡ La segunda contribución corresponde a un texto del historiador
Jaime Borja con el título El cuerpo idealizado: la vida como una pasión
(de Cristo). El autor rastrea dicho tema en el Nuevo Reino de Grana-
da y reconstruye una historia sobre el cuerpo anómalo a la inversa, es
decir, desde la normalidad ideal, puesto que analiza cómo el cristianis-
1
t
mo partía de la imitación de las virtudes y actitudes de Cristo, cuyo
seguimiento estableció una forma idealizada de actividad corporal. La
i
I santidad fue valorada en la medida en que se consideraba un acto de

ILUSTRACIÓN 1. Grabado del sigto XVII: Germanisches Narionalmuseum Nürnberg, H.B. ! perfección porque imitaba lo más cerca posible el modelo erístico. Estos
sujetos fueron considerados "normales" en relación a los ideales de la
53/1279. Judensau,
and its History.
en: Shachar, Isaiah (1974): The [udensau. A Medieval Anti-feioisb
London: Warburg Institute, Pl. 41. c.
lvlorif
i religión, y ascendidos a la categoría de ejemplares para aquellos "cuer-
pos anómalos", el cristiano común, que debían aspirar a la santidad. Se
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Cuerpos Anomalos I MAX S. HERlNG TORRES
Introduccián: cuerpos anómalo! .

resalta la importancia y los efectos de la mortificación corporal como un entramado de poder como norma. Hund sostiene que dicho proceso
comportamiento ideal para imponer la disciplina de la humildad, cuyo surgió históricamente en tres fases: la primera como triunfo del colonia-
objetivo era crear dos modelos de cuerpo: el aislado y el mortificado. lismo europeo y el desarrollo de la esclavitud transatlántica que consoli-
Borja concluye que, si bien las categorías binarias -lo normal y lo anor- dó nuevos esquemas perceptivos ante el color de la piel: la segunda como
mal- representan una contraposición, en este caso se complementan una imposición científica de las categorías raciales orientadas hacia un
dado que lo normal se construye desde la anormalidad. racismo de color (Farbrassismus) a lo largo de la Ilustración; y la tercera
Más adelante encontramos el aporte de Max S. Hering Torres, en como una codificación cultural y social del ser-blanco. Al reconstruir
el cual se discute el saber médico-teológico para demostrar cómo se dicho proceso discursivo analiza a su vez la otra cara de la moneda: la
construyeron los imaginarios sobre los "cuerpos anómalos" en España y naturalización de los colores de piel que difieren del ser-blanco.
en la Colonia durante los siglos XVI y XVII. Con esta finalidad se enfa- Más adelante, el lector encontrará el artículo de Zandra Pedraza
tiza el supuesto peligro de contaminación que representaba la lactancia Gómez, en el cual se analiza la forma en que se definieron las supuestas
de las nodrizas neófitas (de! Judaísmo yel Islam) en la Península Ibérica incapacidades naturales de las mujeres y los niños a partir de la Ilustra-
y de las nodrizas mestizas, negras y mulatas en la Colonia. Así mismo ción en Europa. Basada en estas reflexiones, la autora esclarece cómo
se hace referencia al cuerpo anómalo del neófito judío, naturalizado a se emplearon algunos de estos principios en Colombia para ordenar la
raíz de su "impureza" y su supuesta sinrornatología: la menstruación educación de la mujer y del niño en la familia y en la escuela, especial-
masculina. De esta manera queda comprobado como en la interdepen- mente a lo largo de! siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Al pre-
dencia de género y de ascendencia religiosa la diferencia se imagina, se sentar un análisis comparado sobre la construcción de la anormalidad
naturaliza, se codifica en el cuerpo y se implanta en una economía del en las mujeres, y también en los niños, Pedraza subraya que las diferen-
poder. En virtud de lo anterior, la economía y el poder son los dos ejes cias entre hombre adulto, mujer y nifio se traducen en e! supuesto uso
que determina el argumento del siguiente artículo. desigual de la razón y en su cuerpo.
Los autores Gerhard Ammerer y Alfred Stefan Wei/S, historiadores El subsiguiente artículo, elaborado por Diana Obregón Torres, se
austriacos, analizan algunas de las penitenciarías o casas de corrección refiere a las prácticas y los discursos sobre la vacunación amivariólica
(Arbeits- und Zuchthauser) en los territorios germano parlantes, especí- en Colombia entre 1840 y 1922. Se analiza la vacunación como una
ficamente entre 1750 y 1850. Sus reclusos -vagabundos, pobres y de- intervención en e! cuerpo social dirigida a la prevención de la enferme-
lincuentes- representaban otro campo de la anomalía en la medida en dad, a la protección de la población y como una técnica de corrección
que encarnaban indudables desviaciones tanto morales como sociales. del cuerpo colectivo, entendido éste como cuerpo anómalo dado que
Es innegable que el incipiente capitalismo del siglo XVIII en Europa en su interior se dan epidemias de viruela. La vacunación deja de ser
propiciaba la categorización social en individuos "útiles" e "inútiles" y un acto ilustrado de caridad y se convierte en un mandato estatal en-
operaba como una justificación de la re-socialización del "cuerpo inser- marcado por un proyecto civilizador que requiere normalizar a la po-o
vible". Sus investigaciones demuestran cómo mediante la fabricación blaci6n por medio de la vacuna para disponer de un cuerpo colectivo
de un imaginario sobre el cuerpo, se elaboraron mecanismos de "vi- sano y dispuesto a trabajar. Por tanto, el cuerpo deja de interpretarse
gilancia", inicialmente con fines de lucro y en un segundo plano con como algo individual; se convierte en un conjunto social.
objetivos de adiestramiento. El libro cierra con un trabajo de Peter Becker titulado New Monsters
En el artículo "Die weiíie Norrn", elaborado por el sociólogo ale- on tbe Block? On the Return ofBiological Explanations ofCrime and Vi'o-
mán Wulf D. Hund, se define el color de piel como un dispositivo lence. En este último capítulo el autor analiza las bases epistemológicas,
que permite la diferenciación entre normalidad y anormalidad. En este las estrategias narrativas y las implicaciones políricas de aquellas tenden-
sentido, e! autor estudia como e! ser-blanco (Wei/Ssein) se desarrolló en cias "científicas" que suelen explicar la violencia en términos corporales.

22 I I 23
Cuerpos Anómalos I MAx S. HERlNG TORRES
Introducción: cuerpos anómalos

La antropología criminal de! siglo XIX y también la genética de hoy en lo y la normalidad. Por tal razón, si explicamos los procesos por los
día. El autor demuestra cómo las supuestas anomalías cerebrales se han cuales se construyen delimitaciones en un sistema binario conformado
ligado desde e! siglo XIX hasta e! presente con conductas desviadas, por antinomias como "lo normal" y "lo anormal", con más facilidad
pero a su vez rescata importantes cambios sobre cómo se construyen di- podremos hacer inteligible cómo se inventa o se tergiversa la otredad.
chos nexos. Se trata de una profunda reflexión desde Lombroso y Broca Si adicionalmente se consideran las lógicas de producción del saber, se
hasta los Par-Sean modernos de los siglos XX y XXI. El libro cierra verifica que lo normal y lo anómalo siempre han conformado las dos
gracias a Becker, señalado que la anomalía, en muchos casos, sigue exis- caras de una misma moneda. Por tanto, se sugiere leer la discursividad
tiendo en nuestros días como una peligrosa construcción que presume sobre lo anómalo como una finalidad en sí misma, una finalidad que
-siendo ficción- ser una realidad incuestionable. a través de oposiciones binarias, permite la consolidación no solamente
de privilegios, sino de la identidad. La relación entre lo normal y lo
anómalo demuestra que lo "raro" opera como un parámetro que facilita
REFLEXIONES FINALES delimitaciones supuestamente lógicas para racionalizar valorizaciones,
Para terminar esta introducción me gustaría sensibilizar al lecror y plan- categorizaciones y jerarquías en detrimento de la víctima. Así mismo,
tearle la siguiente pregunta: ¿ Cuál es la utilidad de una historia sobre e! el sentido de profundizar en este tema, es también el de comprender
cuerpo anómalo? En términos generales, discurrir sobre la temática de de manera crítica los supuesws "normales". A manera de ilustración,
los "cuerpos anómalos" ayuda a entender cómo a lo largo de la historia las palabras de la socióloga alemana Barbara Duden caen como anillo
e! cuerpo estuvo subyugado por los paradigmas de lo "ideal". Analizar al dedo. Ella considera equivalente" derivar la corporeidad de la forma
estas desviaciones, en muchos casos imaginadas, ayuda a la compren- social o derivar la forma social de la corporeidad. [... ] [El] cuerpo y la
sión de cómo la ficción o la realidad de un "cuerpo" escoltó su propia sociedad productiva parecen originarse del mismo molde" (1987: 17)6.
naturalización. Es decir: el cuerpo obedece a una lógica de adscripción Gracias a este aporte, en la historiografía sobre e! tema se ha pregunta-
semiótica de carácter circular puesto que, durante el proceso de asigna- do si existe una congruencia entre los imaginarios sobre el cuerpo y la
ción de significado, se inscriben códigos en e! cuerpo que previamente realidad social. En síntesis, la finalidad de este planteamiento consiste
han sido construidos como esenciales y naturales. Por eso, al proyectar- en examinar si la sociedad y sus valores son susceptibles de comprensión
los sobre y en e! cuerpo, los significados se empiezan a entender como desde otro ángulo: desde el análisis histórico del cuerpo anómalo.
categorías naturales y no como lo que inicialmente eran, simple sig- Para terminar, es necesario indicar las dificultades analíticas que
nificado cultural. En esta lógica, e! campo histórico de! pensamiento representa reconstruir la historia sobre el CUelpO anómalo desde su pro-
sobre e! cuerpo puede ayudar a desnaturalizar y de-construir peligrosas pia perspectiva, es decir: no desde e! poder de definición, sino desde
constantes biológicas. su propio ser. Estas voces han sido silenciadas, acalladas y representan
Si tenemos en cuenta que la relación entre norma y desviación se discursos subalternos de difícil acceso. Se mostrará en el futuro cómo la
interpreta y se valora en concordancia a la cultura y a su contexto histó- historia sobre los cuerpos anómalos cambiará sustancial mente al com-
rico, podemos afirmar que analizar lo anómalo nos permite descifrar las poner esta historia desde e! prisma de la supuesta anomalía y no de la
estrategias culturales de diferenciación y jerarquización, pero también apócrifa normalidad.
los intentos de normalización y disciplinamiento. Un estudio sobre los
cuerpos anómalos nos ayuda a entender cómo a partir de lo normal
y de la normalidad se pretende un ejercicio de! poder. La historia del
cuerpo anómalo es, en otros términos, una historia de la dominación,
no desde arriba o desde abajo, sino desde la relación entre lo anórna- 6 Traducción del autor.

24 I I 2
Cuerpos Anomalos I MAx S. HRRlNG TORRES
Introduccián: cuerpos anámalos .

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Srahnisch, Frank/Steger, Florian (eds.) (2005): Medizin, Gescbicbte und lo animal y lo sobrenatural. En el debate sobre el estatus del indígena
aparece la figura de! homúnculo, utilizada para descalificar a los habitan-
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tes de las Indias Occidentales. El término homúnculo pronto se asociará
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a la teoda de la generación espontánea, según la cual los americanos no
Viveros Vigota, Mara/Garay Ariza, Gloria (1999): "El cuerpo y sus significa- descendían de! linaje común de Adán: por lo contrario, se creía que fue-
dos. A manera de introducción". En: Viveros Vigota, Mara/Garay Ari- ron paridos directamente de la tierra. La desconcertante idea se impone,
za, Gloria (eds.): Cuerpo diferencias y desigualdades. Bogotá: Universidad aunque de manera efímera, en los círculos humanistas europeos, y lleva a
formular la posibilidad de fabricar seres humanos en laboratorio. Enanos
Nacional.
y pigmeos contribuyen de esa manera al nacimiento del más poderoso .
mito moderno, el miro de Utopía.

Palabras Claves: Enanismo, historia de las Indias, construcción del


sujeto.

Profesor Asociado del Departamento de Historia, Universidad Nacional de Colombia,


sede Bogará. Correo electrónico: paolo.vignolo@gmail.com

28 I I 2~
Cuerpos Anomaios I PAOLO VIGNOLO
D. losseresplinianos al mito d.l homunculus. El enanismo en la construcción d. un sujeto moderno

Abstraer: The exisrenee of dwarfism played a erueial rale in Renaissanee


imaginaries, sinee ir led to a reconsiderarion of basie rheologieal issues,
En ese cambio de paradigma, los seres antropomorfos que habitan
sueh as the nature of sin, rhe soul and salvarion. Borh the pygmies of rhe la periferia de la Tierra juegan un papel destacado. El persistente pre-
far-off Indies and the smallcreatures found in European foresrs pramp- juicio moderno sobre la Edad Media, vigente aún hoy en día, tiende a
red a radical redefinition of rhe borders berween rhe human, animal and interpretar la proliferación de monstra et mirabilia en el imaginario de
supernatural kingdoms. In rhe debate abour rhe status of che Indian rhe-
re emerged the norion of rhe homunculus (lirtle rnan), used ro disqualify
ese periodo histórico en términos de oscurantisrno, ignorancia, violen-
rhe habiranrs ofWesrern Indies. The terrn bomunculus was soon associa- cia y dogmarismo. Sin embargo, su importancia no se puede reducir a
red wirh rhe theory of sponraneous generarion, according to whieh rhe un fenómeno de fantasías y supersticiones de épocas "salvajes" (Heers
inhabiranrs of rhe Amerieas did nor descend fram rhe common lineage
1992: 15-16; Borja Gómez 2002: 3-4). Por el contrario, como subraya
of Adam: on rhe contrary, ir was rhoughr rhar rhey had been generared
direcdy frorn the earrh, This weird idea even prevailed for a short of lime
Riesenberg, "desde el cuarto siglo y por más de mil años, teólogos y abo-
in European humanisr circles, where ir was raken to rhe extreme of spe- gados, así como artistas, enciclopedistas y filósofos naturales trataron
cularing thar human beings mighr be arrifieially creared in a laborarory. de comprender a pigmeos, amazonas, troglodiras, blemmies (hombres
In this way dwarfs and pygmies conrribured to rhe birrh of rhe mosr
que tenían la cara en su pecho) y demás seres a partir de las categorías
powerful modern rnyth, the myrh of Utopia.
cristianas. Dieron por sentada su existencia real, así como hicieron con
Key Words: Dwarfisrn, Hisrory of rhe Indies, Construction of the
ángeles y demonios, y los trataron a la luz de problemas fundamentales
Subjecr.
como el pecado, e! alma y la salvación" (1981: 882-883) l.
Más aún: en la conquista temprana los imaginarios de los relatos
de viajes, cuentos populares y especulaciones doctas acerca de lo exótico
monstruoso constituyen la materia a partir de la cual se trata de com-
INTRODUCCIÓN J
prender la alteridad corporal y geográfica de! Novus Orbis y sus habi-
La aparición del Nuevo Mundo en el horizonte de la cultura occidental
sacude toda la cosmología cristiana del medioevo tardío. Quizás lo que
más contribuye a desestabilizar las coordenadas simbólicas de la época
es la cuestión de la común descendencia de Adán. Como subraya Glio-
I
1
tantes (Mason 1990: 27-49; Roa-de-la-Carrera 2002: 557-580). Tanto
los pigmeos de las Indias lejanas como los gigantes de la Patagonia, las
amazonas de Tierra Firme o los caníbales del Caribe plantean e! proble-
ma de la definición de un referente normativo, a partir de la construc-
zzi (1977), a lo largo del siglo XVI reflexionar sobre la naturaleza de las f ción discursiva de lo a-normal, lo ab-normal y lo sub-normal. Es decir,
Indias Occidentales y de sus habitantes, implicaba enfrentarse con dos de lo que está al margen, por fuera o por debajo de la norma misma.
preguntas ineludibles: ¿Las gentes que habitan ese otro hemisferio son f Las reflexiones alrededor de las criaturas deformes que transgreden los
hijos de Adán? ¿Cómo pudieron llegar hasta allá? cánones físicos y morales establecidos adquieren entonces un papel cru-
Lo que está en juego es la definición del habitante del Nuevo Mun- f cial en e! proceso de redefinición radical de los criterios de pertenencia
do, con todo lo que esto implica a nivel político, jurídico y económico
¡ a la humanidad.
en el proceso de conquista y dominación. Sin embargo, dicho proceso t En el presente artículo se explora el debate alrededor de la posi-
llega a cuestionar la misma visión del mundo sobre la cual se funda- ble existencia de un pueblo de enanos y sus consecuencias. El primer
mentan las sociedades europeas. La crisis del ecumenismo cristiano no capítulo, titulado "Cristo y los monstruos", está dedicado a las des-
sólo pone en tela de juicio la actividad misionera en tierras de ultramar, cripciones de los pigmeos que aparecen en la obra de Plinio el Viejo
la sujeción colonial de los nativos y la misma justificación de la conquis- (23-79 d.C.) y sus reinterpretaciones cristianas, ampliamente difun-
ta, sino que también genera dudas sobre lo que se debe entender por "ser
humano", en contraposición a los animales por un lado y a las jerarquías
celestes e infernales por el otro (Eco 1993: 44-54).
Traducción del amor.
1

30 I I 31
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO
seresplininnos al mito del homunculus. El enanismo en 1" construcción de un sujeto moderno

didas a lo largo de toda la Edad Media. Los seres anrropornorfos de! De ahí surge la desconcertante idea de la posibilidad de fabricar
enciclopedisca romano, conocidos como seres "plinianos", brindarán humanos en laboratorio, examinada en e! octavo capítulo, "El
a lo largo de más de mil años gran parte de! material imaginario que homúnculo y la fabricación de lo humano". Los potenciales alcan-
alimenta la discusión sobre las fronteras entre lo humano, lo animal y ces de la manipulación sistemática de! Creado por parte de! hombre
lo sobrenatural. se dilatan hasta sus extremas consecuencias, llegando a cuestionar la
En e! segundo capítulo, "Los enanos de las antípodas" se dis- misma naturaleza humana y su relación con Dios. Los enanos y pig-
cutirán las opiniones de Agustín de Hipona (354-430), que marcan meos contribuyen de esa manera al nacimiento de! más poderoso mito
las pautas imerpretativas de! pensamiento católico ortodoxo con res- moderno, e! mito de Utopía. Las breves conclusiones están dedicadas
pecto a lo monstruoso hasta finales de! siglo X'V, Como se verá en a trazar un balance de la influencia de! enanismo en la construcción de
e! capítulo tercero, "Enanismo y pecado: ¿sustancia o accidente?", a una subjetividad moderna, subrayando los cambios en e! imaginario
comienzos de! siglo XVI las afirmaciones de Aristóreles con respecto a sobre cuerpos anómalos.
los pigmeos permiten establecer e! puente teórico entre e! ámbito de lo
maravilloso y e! orden de la naturaleza, además de ofrecer categorías
conceptuales para la observación de! fenómeno de seres antropomor- 1. CRISTO y LOS MONSTRUOS
fos que rebasan la experiencia cotidiana y su clasificación en e! marco
Los pigmeos entran a formar parte de! imaginario medieval gracias so-
de una taxonomía natural.
bre todo a la labor de recopilación de Plinio e! Viejo. En su obra enciclo-
En e! cuarto capítulo, "Grillos, drr3!eries, grotescas: e! retrato mons-
pédica Naturalls Historia (77) Plinio incluye en los libros VI y VII a los
truoso", se discute la proliferación de representaciones inéditas sobre e!
seres monstruosos que habitan e! margen extremo de la Tierra (Moretti
enanismo que entre e! siglo XV y XVI dieron lugar, sobre todo en las 1994: 9; Vignolo 2004: 25-30). En esta constelación de seres antropo-
regiones de la Europa septentrional, a una visión de lo monstruoso ca-
morfos, los pigmeos van a jugar un papel destacado.
racterístico de una sensibilidad ya propiamente moderna. Llegamos así Las creencias medievales en un pueblo de seres diminutos que ha-
a interrogamos sobre e! impacto de! Nuevo Mundo en la construcción bita la periferia extrema de la ecúmene se apoyan en los sólidos fun-
de una alteridad imaginada por parte de la cultura europea. En parti- damentos de la tradición clásica. "La más antigua referencia a ellos es
cular nos interesa explorar la asociación de! habitante de las Indias Oc- poética [... ]" -escribe Vladimir Acosta- "y se encuentra en la lliada,
cidentales con la figura de! bomunculus y sus irnplicaciones en e! debate en la que Hornero compara por sus gritos de batalla a los teucros con
sobre e! estatus de! indígena en la sociedad colonial ibérica, tema que las grullas que atacan desde e! aire a los pigmeos" (1992: 86). A partir
será tratado en el capítulo quinto, "Homúnculo: americanos". de los relatos homéricos, los pigmeos pasan a ser sujeto central en e!
En e! capítulo sexto, "El semen y e! barro: e! auge de la teoría de inmenso bagaje de informaciones sobre la India, sobre todo en lo que el
la generación espontánea", se muestra cómo la crisis de la explicación historiador griego Estrabón (63-~ 19 a.e.) llama la Ta lndika, la indo-
de Agustín, al quebrar e! dogma de un común origen de la humanidad, grafía grecorromana.
pone en riesgo la cosmología cristiana, abriendo paso a las perspectivas Los pigmeos representan un ejemplo de primitivismo "duro", para
revolucionarias de las teorías poligenistas. El capítulo séptimo, "De Pa- utilizar la terminología de Romm, es decir que hacen referencia a "una
racelso a Bruno: la proliferación de teorías poligenistas", revisa cómo lucha encarnizada contra un medio avaro, cuando no abiertamente hos-
la cuestión de! bomunculus se asocia progresivamente con la aplicación til" (1992: 68). En ese sentido se asocian a otros grupos legendarios
sistemática de la teoría de la generación espontánea a animales perfec- cuyo carácter salvaje se forja en oposición a una naturaleza despiadada,
tos y seres humanos que se impone, aunque de manera efímera, en los como los árabes que luchan en contra de serpientes voladoras, los india-
círculos humanistas europeos.

32 I I 33
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; i
i¡ Cuerpos Anámalos I PAOLO VIGNOLO
De lo! seresplinianos al mito da bomunculus. El enanismo en la construccián de un sujeto moderno
11
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'"·11 nos en guerra contra hormigas gigantes o los arimaspos, hombres con " bien entrado e! siglo XX, El corazón de esa celebración litúrgica
11
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un solo ojo, que pelean contra grifones. -~, es la hostia que durante la misa se transforma, gracias al milagro de
;1 La cosmografía medieval asimila los esquemas heredados de la "la' transubstanciación, en e! cuerpo de Cristo. Para celebrar e! milagro
Antigüedad, planteando una contraposición estructural: e! centro de eucarístico (en e! cual no creen ni luteranos ni reformados), lahostia es
la Tierra, en donde reina la norma y triunfa e! dogma cristiano, y una llevada en procesión alrededor de la ciudad por un cortejo que refleja
periferia poblada por monstruos y maravillas, que representan lo anó- el cuerpo social, con sus jerarquías y sus relaciones de poder y de sumi-
malo. El canon estético y moral para la humanidad es representado por sión, Sin embargo, es común que al margen de la manifestación oficial
la figura de Jesús en la cruz: Ecce Horno, según las palabras evangélicas. se armen fiestas de tipo carnavalesco, en donde hacen su aparición cuer-
El cuerpo de Cristo, a imagen y semejanza de Dios, es e! puntO de refe- pos grotescos, deformes, desproporcionados, entre los cuales enanos y
rencia central para toda representación de! ser humano. A medida que gigantes son personajes muy recurrentes,
se establece una distancia con dicho ideal, se hace evidente e! espectá- Así mismo, en las cortes renacentistas enanos y gigantes juegan un
culo de la exuberante variedad de la Creación, poblada por seres cada
vez más inquietantes y estrafalarios, según los arcanos designios de la
t papel destacado en lo que Daston y Park (1988: 101) llaman diseourse o/

Divina Providencia. t
f
wonders, es decir la teatralidad de un poder que recurre sistemáticamen-
te al exotismo y a lo anómalo para dramatizar la centralidad histórica y
Se trata de una concepción del mundo omnipresente en e! ima- ¡ política de! príncipe.
ginario colectivo de! periodo que va desde e! siglo XII al siglo XlV, y í
que se encuentra por doquier en las representaciones y en las prácticas
cotidianas. En muchos maparnundis medievales, por ejemplo, la ima-
,
I
f

2. Los ENANOS DE LAS ANTfPODAS2


gen de! Cristo en la cruz se asocia con la de Jerusalén, la Ciudad Santa, Pigmeos, enanos, gárgolas, miniaturas monstruosas: es a partir de la
ombligo de! mundo, centro simbólico de la geografía y de la historia
t

!
tensión entre un dogma central y sus desviaciones al margen que po-
cristiana, mientras que en los límites extremos de! mapa es común en- demos ubicar esos seres estrafalarios al interior de la estructura mental
contrar seres monstruosos, cuma en los ejemplares de Salterio (1265) y que domina e! imaginario tardo medieval. Sin embargo, en la tradición
de! duque de Cornualles (1233-1300) (Woodward 1985: 510-521). f occidental hay otro importante filón relacionado con las especulaciones
Las grandes catedrales góticas reproducen esa misma lógica: al cen- f frente a la alteridad radical, en las fronteras del mundo conocido.
tro, detrás del altar mayor, se encuentra e! Cristo crucificado, mientras La teoría de las zonas, piedra angular de la geografía antigua y
que los extremos de la edificación están poblados de gárgolas, represen-
taciones de los monstruosos habitantes de las regiones más alejadas de
t medieval, plantea otra visión dicorórnica de! globo terráqueo, no en tér-
minos de centro-periferia sino de norte-sur. Por un lado está el mundo
la palabra divina (Eliade 1984: 25; Borja 2002: 28). La contraposición conocido (la ecúrnene, conformada por Europa, África y Asia) ubicado
centro-periferia se reproduce también en las biblias historiadas, puestas en e! hemisferio boreal; por e! otro un hemisferio austral, llamado anti-
sobre el altar de esas mismas catedrales. Como hizo notar Umbeno cbtone o antípodas, que se supone habitable y de condiciones climáticas
Eco, al centro de la página está la palabra, e! verbo de origen divino, parecidas, pero imposible de alcanzar a causa de infranqueables barreras
mientras que los marginalia, las miniaturas de seres fabulosos y de cria- naturales y de! calor tórrido de la región tropical.
turas deformes habitan la periferia de las hojas.
Algo similar sucede en la fiesta de! Corpus Christi, establecida por
e! Papa Urbano IV (1195-1264) en 1246. La celebración (que adquiere
una importancia creciente a partir de los conflictos entre católicos y
2 El siguiente capítulo sintetiza algunos aspectos ya (rifados de manera más extensa en
protestantes) pasa al Nuevo Mundo, donde goza de inmensa fortuna
Vignolo (2004: 23-60).

34 I I 35

1
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO
.n_ los seres pumanos al mito del bomunculus. El enanismo en fa construcción de un sujero moderno

Con Agustín, los relatos sobre los seres plinianos al margen del
En efecto la existencia de seres humanos en un continente inalcan-
mundo conocido y las especulaciones en torno a las antÍpodas se mez-
zable, excluidos por ende de la descendencia de Adán y absolutamente
clan y superponen, dando lugar a una nueva visión del mundo. En el
.rgllulldlJ.C'-O de la noticia de los Evangelios, pone en tela de juicio la voca-
grandioso intento de conciliar el saber geográfico de la tradición greco-
ecuménica del cristianismo. En cambio la presencia de monstruos
rromana con la topografía de las Sagradas Escrituras, AgustÍn dirirne
y mirabífia en el allá remoco no es incompatible con los dogmas de la
la questio de antipodibus. La plausible presencia de regiones habitadas
Iglesia de Roma. Podemos concebir la presencia de seres que habitan el
al otro lado de la Tierra plantea un serio desafío a la exégesis cristiana
otro hemisferio sólo a condición de no considerados como integra mes
del imago mundi de los antiguos, ya que pone en crisis los fundamentos
de la humanidad, concluye San Agustín (Delacampagne 1983: 52-53).
mismos de la doctrina, basados en el pecado original y la Redención. Ni
A raíz de la interpretación de Agustín se produce un hecho muy
el común origen de Adán, ni tampoco el alcance universal de la palabra
curioso: 105 antípodas se transforman en monstruos. A partir de ese
de Cristo se pueden conciliar con la idea de dos hemisferios incornuni-
momento y hasta el siglo XV, el pueblo del otro hemisferio pierde su es-
cables entre sí, axioma central del saber geográfico de la época.
pecificidad, para entrar a hacer parte de las interminables listas de seres
Agustín plantea una vía para conciliar teología y doctrina geo-
estrafalarios del allá exótico. De ahí en adelante en las compilaciones
astronómica. Aunque acepta la idea de la esfericidad de la Tierra y la
medievales los antípodas van a ser representados como gente con una
teoría de las zonas, AgustÍn se niega a secundar la hipótesis (provenien-
malformación física, ¡literalmente con los pies al revés! Se asiste a un
te, a su juicio, de un razonamiento deductivo carente de prueba) de un
doble proceso: si por un lado, los antípodas se convierten en monstruos
hemisferio habitable, diametralmente opuesto y especular al conocido
plinianos, por el otro estos mismos monstruos "emigran" masivamente
(Russell: 1991):
hacia las antípodas. A finales de la Edad Media el misterioso continente
Pero sobre la fábula de que existen los Antípodas, es decir, hombres del otro hemisferio se transforma en el lugar más apropiado para hospe-
que viven en el lado opuesto de la tierra, donde el sol se levanta cuando dar a esas criaturas anómalas, cada una con sus propias características y
para nosotros se pone, hombres que caminan con sus pies opuestos a los sus funciones particulares.
nuestros, eso no es creíble en modo alguno. Y, ciertamente, no se afir- Las antípodas, el lugar "donde es día cuando acá es noche", la tie-
ma que se haya aprendido tal cosa por conocimiento histórico, sino por rra de los que viven cabeza abajo, ya desde los poetas satíricos romanos
conjetura científica, basándose en que la tierra está suspendida dentro de había jugado un papel destacado en la construcción de mundos al revés,
la concavidad del cielo, y que tiene tanto espacio en un lado como en el que planteaban posturas críticas, grotescas o moralizances en relación al
otro: por ello afirman que la parte bajo nosotros también debe de estar statu quo. En el norte de Europa, alrededor del siglo XII, la influencia de
habitada. Pero no remarcan que, aunque se supone cientificamente de- mitologías de origen celta y germano conduce a un florilegio de cuentos
mostrado que el mundo tiene una forma esférica y redonda, de eso no se y leyendas en donde la presencia de enanos se asocia sistemáticamente
sigue que la otra cara de la tierra esté libre de agua; ni tampoco, aunque con lo exótico lejano y, en particular, con el misterioso país de las An-
estuviera realmente libre de agua, se sigue que esté necesariamente ha- típodas.
bitada. [... ] Es demasiado absurdo decir que algún hombre puede haber
tomado un barco y viajado a través de todo el ancho océano, y cruzado
f¡ En textos influyentes de la literatura caballeresca como el Dra-
t
eo Normannieus de Étienne de Rouen (?-1l69) o las Otia Imperialia
desde este lado del mundo al otro, y que por tanto incluso los habitantes
de esa lejana región puedan descender de ese hombre primigenio (Agus-
!¡ de Gervase de Tilbury (1150-1228) se encuentra ya la correspondencia
explícita entre la mítica tierra de Avalón del ciclo del rey Arturo y las

I
tín 1966: lib. XVI, cap. 9). tierras de las antípodas, a la cual se añade pronto la presencia de enanos
(Sherman Loomis 1941: 289-304; Moretti 19-94: 90-91). Chrétien de
Troyes (1135-1190) describe en la novela Eric et Enide la llegada de los

36 I I 31

:1
Cuerpos Anómalos I PAOLO V1GNOLO
De los seres plininnos al mito del homunculus. El enanismo en la construcción de un sujeto moderno

súbditos del rey Arturo a las bodas de los protagonistas, entre los cuales
hay un pueblo de enanos.
No se trata de casos aislados: Moretti (1994) muestra, a lo largo de
un rico conjunto de relatos medievales tardíos que mezclan fuentes fol-
clóricas con referencias eruditas, una estrecha relación entre el motivo
de las antípodas y el de los enanos; relación que pasa por un juego de
variaciones alrededor de unos elementos constantes, como la inversión
valorativa entre lo que es alto y lo que es bajo (el rey de los enanos es el
más pequeño de su pueblo), la profecía apocalíptica del regreso del Em-
perador Durmiente (en ese caso personificado por Arturo) y la relación
con los mundos subterráneos.
Otro elemento presente en las asociaciones entre seres diminutos
y antípodas es la forma de acceso al otro continente: ya sea un pozo,
un meandro o la boca de un volcán, es siempre un pasaje subterráneo
lo que permite el acceso al "mundo al revés" del otro hemisferio. Pa-
sando por las entrañas de la Tierra, las historias relativas a los pigmeos
se encuentran entonces con el inmenso patrimonio imaginario alre-
dedor de los gnomos y los enanos, que pueblan prácticamente todos
los bosques y las montañas de Europa, en estrecha asociación con un
mundo subterráneo de gal~rfas, minas de oro y tesoros escondidos.
En ese caso, el viaje a las antípodas ya no es la travesía heroica por el
mar Océano, sino la experiencia íntima y oscura en el vientre de la
madre naturaleza, en donde el simbolismo solar da paso a los paisajes
oníricos de lo que Durand (1963: libro segundo) llama el "régimen
nocturno" de lo imaginario.

3. ENANISMO y PECADO: ¿SUSTANCIA O AC'CIDENTE?


Aristóteles también admite la existencia de los pigmeos en regiones
apartadas, pero enfoca la cuestión desde otro punto de vista: en el con-
texto de una pesquisa científica de la naturaleza esos seres se vuelven
un eslabón intermedio entre los humanos y los animales. El asunto,
ILUSTRACI6N t.Anirnales americanos y gentes monstruosas. Ilustraciones de: Plinio Secondo, desde luego, no concierne la existencia de personas pequeñas de por
Caio (1624): Historia Natural. Traducción G. De Huerta. Madrid. Carátula de: Cabarcas sí. El enanismo como anomalía individual está bien documentado y se
Antequera, Hernando (1994): Bestiario de! Nuevo Reino de Granada. La imaginación conoce desde la Amigüedad. Dicha anomalía representa un motivo de
animalistica medieval y la descripción literaria de la naturaleza americana. Bogotá: Caro y asombro y se le relaciona a prodigios y premoniciones, lo cual no genera
Cuervo.
problemas en la representación del cosmos. Las controversias giran en

38 I I 39
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO De los seresplinianos al mito del bomunculus. El enanismo en la construcción de U'I sujeto moderno

cambio alrededor de la existencia de un pueblo de seres diminutos, es impide otorgarles el estatus de seres humanos es la conformación física
decir de la posibilidad de transmitir e! carácter de! enanismo de una ge- como criaturas y no la ley divina.
neración a otra. Dicho en el lenguaje aristotélico-tornfstico, el problema Bajo la mirada de médicos y naturalistas, la discusión toma un
surge si se considera e! enanismo como "sustancia" y no "accidente", es derrotero completamente diferente. En los gabinetes de curiosidades,
decir como una esencia propia del sujeto y no como un carácter secun- teatros anatómicos y atanores renacentistas, más que especular sobre
dario y mudable. las posibles degeneraciones de la norma, se estudian sistemáticamen-
En el siglo XVI este debate permite asociar el problema de la de- te los fenómenos naturales a partir de 10 anormal. Ya no se trata de
formación física con la degeneración moral. La disputa se enfoca hacia comprender la naturaleza de la desmesura, sino más bien aprender a
la naturaleza del pecado. Los católicos defienden el libre arbitrio y la mesurar la naturaleza.
posibilidad del hombre de renunciar al mal; los reformados consideran Este nuevo enfoque conlleva a que, por ejemplo, en e! siglo XVIII
al mal como arraigado en la naturaleza misma de! ser humano, luego de los lapones del profundo norte se conviertan en un objeto de estudio,
la expulsión de Adán y Eva del Edén. Los primeros tienden a considerar operando como un "laboratorio exótico" para la observación de! enanis-
el pecado como accidente, los segundos como substancia. La cuestión mo (así como los patagones de! extremo sur lo devienen para el gigan-
del origen del pecado alimenta el debate sobre el cuerpo del pecado: la tismo). Enanos y pigmeos, para no ser borrados del mapa geográfico o
anomalía física, en cuanto marca de desviación moral, brinda elementos ser relegados al papel de accidentes individuales en la historia de! género
decisivos para comprender la naturaleza humana y sus debilidades. humano, tendrán que volverse sujetos coloniales, sumisos al método
A la disputa religiosa se sobrepone el debate científico: los seres investigativo de la naciente ciencia moderna.
"fuera de talla" ya no revisten interés sólo como signo de la voluntad
divina, sino como fenómenos naturales, que ameritan ser estudiados,
medidos y clasificados. En medio de la formación de Estados territoria- 4. GRILLOS, DR6LERIES, GROTESCAS:
les y de las guerras religiosas que llevan a Europa a la Paz de Westfalia EL RETRATO MONSTRUOSO
(1648), el aristorelisrno permitirá desplazar el debate sobre el pecado
El arte del siglo XVI atestigua los cambios en e! imaginario relacionado
(substancia o accidente) del plano abstracto de la teología al plano más
con las representaciones de! cuerpo humano. Por un lado, los grandes
concreto de la medicina y la investigación natural. El humanismo re-
artistas del Renacimiento reconocen como canon estético al hombre de
nacentista encuentra en las categorías aristotélico-tomísticas un terreno
Vitruvio de Leonardo da Vinci (1452-1519), inspirado en la búsqueda
neutral y un lenguaje común que va a permitir a las elites intelectuales
de una proporción armónica entre los pesos, los números y las formas.
continuar imercambiando ideas y propuestas, independientemente de
Por el otro, la mezcla de dréleries (extravagancias) medievales, junto
las pertenencias territoriales o confesionales (Shmitt 1983).
con la demonología cristiano-judaica y con el grotesco griego-romano
En virtud de lo anterior, es pertinente considerar el razonamiento
recién re-descubierto, conlleva a una verdadera proliferación de cuerpos
que el médico italiano Girolamo Cardan (1501-1576) lleva a cabo para
anómalos en el imaginario de la época.
refutar la existencia de un pueblo de pigmeos. Cardan, célebre natura-
Quizás uno de los más extraordinarios ejemplos de esa transfor-
lista y matemático, se basa en Aristóteles para abordar e! problema. Por
mación está relacionado con un nuevo género propio de los siglos XV
medio de una serie de aparatosos cálculos, demuestra la insuficiencia y XVI: e! retrato. El retrato renacentista es un claro síntoma del surgi-
de la duración de las vidas de dichos seres para las exigencias de la ge-
miento de una nueva consciencia individual de tipo burgués. Ya desde
neración y gestación. Según datos provenientes de la tradición literaria,
el siglo XII, prácticas religiosas como la confesión individual y un sis-
los pigmeos no viven más de ocho años, un tiempo insuficiente para
tema de penas y castigos ad personam en e! más allá (cuyo ejemplo más
permitir la procreación y perpetuación de la especie. Entonces, lo que
elocuente es la "ley del contrapasso" dantesca) habían abierto paso a la

40 I I 41
·: !
Cuerpos Anómalos I PAOLO VIGNOLO
De lo, seresplinianos al mito del bomunculus. El enanismo en la construccián de un sujeto moderno

consolidación de un nuevo espacio interior, un fuero interno que está en oían sido tan precisas, detalladas y tan increíbles en el conjunto. El ca-
la base del surgimiento de una consciencia propiamente moderna (Le
rácter naturalista de esos retratos los vuelve aún más desconcertantes.
Goff 1981: cap. VII). En la pintura flamenca las grotescas de la Antigüedad y e! mun-
A diferencia del cristianismo de los primeros siglos, ahora cada
do al revés de la tradición carnavalesca medieval se fusionan en una
sujeto tiene que responder personalmente ante Dios por sus culpas. La imaginería ya invadida por una sensibilidad totalmente moderna, que
Reforma se encarga de llevar ese proceso a sus extremas consecuencias, busca establecer una especificidad del ser humano y explorar las fron-
inventando un nuevo tipo de pecador que puede acceder directamente teras de! sujeto individual. El Jardín de las Delicias (15033) y e! Juicio
a la palabra del Señor sin imermediación del clero, ni intercesión de san-
tos. Por razones opuestas, e! Concilio de Trento (1545-1563) fortalece
t Final (1504) de Bosch, por ejemplo, representan un vértigo carnava-
lesca de seres estrafalarios y deformes que, invirtiendo y trastocando el
en e! mundo católico la construcción de una subjetividad individual, al 1 cosmos, logran afirmar e! sentido más profundo, esotérico y misterioso
reiterar la necesidad de la confesión individual ante un sacerdote.
Al mismo tiempo, el desarrollo de nuevas prácticas comerciales
obliga a una parte consistente de la población a afinar su sensibilidad en
la lectura de los rostros y de las expresiones faciales, ya que el éxito de
I
J
del milagro de la Creación. Tanto e! Edén como el Fin del Mundo son
poblados de toda clase de criaturas anómalas, fuera de norma y fuera de
talla que reproducen, en un abismal juego de inversiones, el ciclo vital
de la generación y la corrupción, del ingerido que ingiere, del devorado
un negocio depende en buena medida de la capacidad de compradores r que devora, del pescador que es pescado, de lo gigantesco que habita lo
y vendedores de establecer lazos de confianza y mutuo reconocimiento.
El retrato constituye e! nuevo canon estético y moral de la burguesía .~J pequeño y de lo pequeño que se agranda a desmesura.
Tal vez los motivos más impactantes de estas fantasías relacionadas
naciente, e! prototipo de la representación de! hombre moderno que al acto de engullir-invertir, son los de las "bestias en la concha" y los

I
ya se siente suficientemente fuerte como para desafiar e! legado de los grillos. En el primer caso se representan animales y seres humanos que
antiguos. Ahí se puede ver e! germen embrionario de! principium indi- nacen misteriosamente de un pequeño involucro marino; en el segun-
viduationis que el mercader, el artesano, e! filósofo natural reivindican do caso se trata de cabezas fornidas de piernas, en lugar del cuerpo. El
frente a los vínculos y las ataduras de la sociedad feudal (Le Goff 1986). mismo Baltrusaitis sostiene que su origen hay que buscarlo en la glíp-
El retrato es al mercado corno la confesión individual es a la Iglesia: tica antigua y medieval, es decir en el arte de cortar e incidir piedras
ambos contribuyen de manera determinante al proceso de formación preciosas (1981:19, 28-29). Los griffi y los seres en la concha, según
de un sujeto moderno.
Cabe entonces preguntarse qué pasa con la otra cara de ese ideal, es
1 la hipótesis avanzada por el estudioso lituano, habrían sido utilizados
como contra-sellos, pasando de la piedra al papel. De ahí habrían pasa-
decir con los cambios que están marcando e! imaginario de! monstruo
en la primera modernidad. La gran época de! retrato en efecto coincide
1 do a hacer parte de la fecunda imaginerfa de los marginalia medievales,

también con e! nacimiemo de la caricatura, e! ritratto caricato, cuya ex-


presión más común son las figuras de cabeza grande y cuerpo pequeño,
i poblando bestiarios, gabinetes de curiosidades, mapamundis, crónicas
de nacimientos prodigiosos.

parecidas a los enanos acromegálicos (Acosta 1996: 47). t Esas minúsculas figuras gozan a partir del siglo XIII de un éxi-
to extraordinario, quizás sobre todo en calidad de arnuletos y objetos
Por un lado, los rasgos individuales de cada personaje se afinan, mágicos asociados a la fertilidad y a la riqueza, y llegan a influenciar el
por el otro lo monstruoso se despersonaliza, se vuelve especie, pueblo, desarrollo de la iconografía gótica y luego renacentista. Habitantes al
nación. Pierde su carácter de accidente individual y se vuelve substan-
cia. Es en la pintura flamenca que esas pequeñas, inquietantes criaturas
demuestran toda su potencialidad expresiva, como subraya Baltrusaitis
(1981: 47-50). Según él, las representaciones de los monstruos jamás ha-
3 En la hiscoriografía no existe claridad sobre su periodo de origen.

42 , , 43
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO De los seresplinianos al mito del bomunculus. El enanismo en la construcción d, un sujeto moderno

margen de la ecúrnene y de la página escrita, comparten esa condición Aunque la naturaleza humana de los indígenas del Nuevo Mundo
de marginalia con los monstruos de Oriente descritos por los antiguos. no está en discusión, los europeos no dejan de proyectar imaginerías
monstruosas sobre las tierras recién descubiertas. Por ejemplo, es fre-
cuente encontrar en crónicas y relaciones de la época descripciones de
5. HOMÚNCULOS AMERICANOS encuentros con pigmeos y otros seres minúsculos en las regiones de
El asumo de la existencia de seres antropomorfos al otro lado de la ultramar. En la Historia Indiana (1557), el conquistador alemán Nico-
ecúmene vuelve a ser un asunto de candente actualidad con la explo- lás de Federmán (~1501-~1542) atestigua haberse entretenido, cerca de
ración y conquista del Nuevo Mundo. "Si las razas plinianas parecen Hacarigua, con un pueblo de pigmeos muy orgullosos de su pequeñez,
útiles a la construcción de mundos imaginarios" -escribe Mason- "no y haber buscado en vano entrar en contacto con otra población aún más
es sorprendente que hayan despertado interés particularmente en los pequeña (Friede 1958: 71-84).
periodos de expansión, cuando ofrecían un medio cómodo y familiar También Juan de Castellanos (1522-1607) en sus Elegías de Varo-
de representar a los pueblos recién descubiertos. [... ] Tenían la función nes Ilustres de Indias, escrita entre 1589 y 1601, nos relata el encuentro
de acercar lo que era extraño del Nuevo Mundo a lo que era extraño yal con una pareja de pigmeos, justo antes de tropezarse con un gigante
mismo tiempo familiar en el antiguo. Su flexibilidad les aseguraba una hermafrodita (Resrrepo 1999: 128-157). El corsario inglés Thomas Ca-
gran capacidad de cubrir la variedad de los fenómenos" (1990: 41). En vendish (1555-1592) supuestamente se tropieza en su segundo viaje con
otros términos, ponían a disposición las categorías mentales capaces de unos enanos Fuegianos (Duvemay-Bolens 1995: 19). Pigafetta (~1491-
tomar en cuenta la alteridad y de volverla inteligible, sin derrumbar la ~1534) lleva su relato aún más lejos, llegando a afirmar haber visto en las
cosmología dominante. islas de los mares del Sur los enanos panotis (dotados de enormes orejas),
La alternativa formulada por Aguscín a propósito del pueblo de mientras que sir Walter Raleigh (1554-1618) hace pintar en su famoso
los antípodas vuelve a animar el debate alrededor de los habitantes de mapa de la Guyana un blemmie (Lézy 2000: 125-136). La creencia en
las Indias Occidentales: si son humanos, tienen que pertenecer a la los pigmeos, aún con sus características ctonias y beligerantes, parece ser
genealogía de Adán, de otra forma hay que considerados como mons- bastante persistente si, como señala Vladimir Acosta, todavía en e! siglo
truos. López de Gómara (1511-1561) comparte con la mayoría de sus XVIII e! padre jesuita Nicolás de! Techo refiere la existencia de pigmeos
contemporáneos la necesidad de refutar al máximo padre de la Iglesia en e! Chaco, que supuestamente estarían en lucha permanente con fero-
sobre ese punto: ces pájaros, ¡como sus antepasados homéricos! (1992: 217).
San Agustín niega también los antípodas en el libro décimo sexto de Mucho antes de que el conde de Buffon (1707-1788) y Corneille
la ciudad de Dios, a los nueve capítulos. Nególos, según yo pienso, por De Paw (1739-1799) hicieran estallar la disputa sobre la corrupción y
no hallar hecha memoria de antípodas en toda la Sagrada Escritura; y la decadencia del continente americano, la supuesta presencia de pig-

también por quitarse de ruido, a lo que dicen. Casi confesara que los meos proyectaba sobre los habitantes de las Indias Occidentales una
había, no pudiera probar que descendían de Adán y Eva, como todos imagen de inferioridad bestial (Gerbi 1975). Entre cierras apologistas
los demás hombres de este nuestro medio mundo y hemisferio, a quien de la conquista, la "gulliverización" se extiende al otro hemisferio en
hacia ciudadanos y vecinos de aquella su ciudad de Dios, pues la antigua su conjunto y se tiñe de un sentido moral. El humanista español Juan
y común opinión de filósofos y teólogos de aquel tiempo era que, aunque Ginés de Sepúlveda, en su defensa de las hazañas de Cortés, se refiere a
los había, no se podían comunicar con nosotros, a causa de estar en el los habitantes de! Nuevo Mundo en los siguientes términos:
otro hemisferio y media bola de la tierra, donde era imposible ir y venir, [... ] tienen de tal forma establecida su república, que nadie posee indi-
por estar entre medio muy grande y no navegable mar y la tórrida zona, vidualmente ni una casa, ni un campo de que pueda disponer ni dejar
que atajaban el paso (López de Gómara 1555: 15). en testamento a sus herederos, porque todo está en poder de sus señores

44 I I 4;
Cuerpos Anontalos I PAOlO VIGNOLO
De /05 seres plinianos di mito de! homunculus. El enanismo en 1" construccián de un 51/jeto moderno

que con impropio nombre llaman reyes, a cuyo arbitrio viven más que
tivo es la corrección -a través de! castigo- de! sujeto, y finalmente su
al suyo propio, atenido a su voluntad y capricho y no a su libertad, y el
recuperación humana y religiosa. [... ] De ahí la necesidad de añadir a
hacer todo esto no oprimidos por la fuerza de las armas, sino de modo
la imagen aristotélica de! bomunculus, la imagen cristiana del hombre
voluntario y espontaneo es señal ciertísima del ánimo servil y abatido
que se ha vuelto bestia por depravación: una imagen que, a diferencia
de estos bárbaros [... l. Tales son en suma la índole y costumbres de
de la primera, comporta necesariamente la confesión de la unidad del
estos hombrecillos [hornunuculos] tan bárbaros, incultos e inhumanos,
género humano" (1977: 300). En otras palabras, e! concepto de servi-
que sabemos que así eran antes de la venida de los españoles (Sepúlveda
dumbre natural permitiría justificar la explotación forzada de mano de
1987: 109-11).
obra indígena en las encomiendas, aun considerando a los indios como
El epíteto latín homuncull utilizado por Sepúlveda proviene de súbditos más que como esclavos, para evitar un conflicto con la Coro-
na. Las historias de enanos y de pigmeos ponen a disposición el material
Aristóteles y se asocia a la teoría de la "servidumbre natural", que alega
imaginario para construir la representación de esos seres inferiores, de-
la falta de criterios racionales y, por ende, morales del indio de las Amé-
masiado bestiales para ser considerados humanos, demasiado humanos
ricas (Gliozzi 1977: 295). Según Dussel, en la posición de Sepúlveda
"el 'mito de la modernidad' queda ya expresado con claridad definitiva para ser considerados animales.
y clásica [... ] El concepto muestra el sentido emancipador de la razón
moderna, con respec[O a civilizaciones con instrumentos, tecnologías,
6. EL SEMEN Y EL BARRO: EL EFíMERO AUGE DE LA TEORfA
estructuras, prácticas políticas o económicas o al grado del ejercicio de
DE LA GENERACIÓN ESPONTÁNEA
la subjetividad menos desarrolladas. Pero al mismo tiempo, oculta el
proceso de dominación o violencia que ejerce sobre otras culturas. Por El.inrento de Sepúlveda de asociar el indio americano con la imagen
ello todo sufrimiento producido en el Otro queda justificado porque degradante de! bomunculus llevará a una derrota en el plano político,
se salva a muchos inocentes, víctimas de la barbarie de esas culturas" pero representa un paso decisivo a nivel ideológico-cultural. Se trata
(1994: 88-89). En otros términos, Dussel detecta cómo el principio de debates que se gestan en los ambientes sauants de las franjas más
emancipador de la modernid ad convive con el encubrimiento de la alte- radicales del humanismo renacentista. Serán los filósofos naturales y
ridad y la sublimación de la violencia ejercida en contra de poblaciones los alquimistas los que aportarán a la discusión los argumentos más
extraeuropeas en términos de guerra justa. contundentes, heterodoxo s y controvertidos.
La cuestión tiene evidentes irnplicaciones políticas: si los indios Como subrayan Daston y Park, los filósofos naturales renacentistas
no son propiamente humanos sino "hornúnculos", es más fácil con- constituyen una elite intelectual que se distancia por muchos aspectos
siderados esclavos por naturaleza, y se justifica el derecho de la coro- de sus predecesores tardo medievales. "Los autores medievales nunca
na de Castilla a ocupar los territorios de Ultramar y a subyugar a sus habían disputado la existencia de fenómenos anómalos y ocultos, ni
habitantes (Pagden 1982: 26). La habilidad de la argumentación de dudaban que esos surgieran de causas naturales. Sin embargo, aparte
Sepúlveda consiste en lograr conciliar las contradicciones de la visión de unas cuantas excepciones notables, ellos en buena medida habían
que los conquistadores van construyendo alrededor del indio. "El poder excluido esas maravillas del ámbito de una filosofía natural, en cuanto
del encomendero" -nos explica Gliozzi- "tenía que ser concebido como irregulares y no demostrables" (1998: 159).
una investidura hecha por el rey a uno de sus súbditos, que merecían En cambio, autores como Marsilio Ficino (1433-1499), Camelia
llevar a cabo ese mandado. En ese sentido, el poder del encomendero Agrippa (1486-1535), Francis Bacon (1561-1626), Pietro Pornpona-
zzi (1462-1525, maestro de Sepúlveda en Bolonia), Girolamo Cardan
tenía que presentarse bajo forma no simple y sencillamente de una re- t (1501-1576), Giordano Bruno (1549-1600), "César Cisalpino (1519-
lación natural, sino que bajo forma de una relación en donde e! obje-
1603) y Paracelso (1493-1541) se enfrentan directamente al amplio y
'1
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Cuerpos A n om ••los I PAOLO VIGNOLO
De los seres plininnos al mito del homunculus. El enanismo en la construcción de un sujeto moderno

nebuloso dominio de lo manvilloso, ubicado entre el sentido común y can las regiones alejadas del hemisferio austral: el clima extremada-
lo milagroso. "Estos autores desplazaron las maravillas de la natura de mente cálido, húmedo y constante de la selva tropical, que domina las
la periferia hacia el centro. En el proceso, reivindicaron para la filosofía regiones a las antípodas de Europa, sería el caldo de cultivo ideal para
natural no sólo los fenómenos maravillosos, sino la emoción misma de gestación de seres vivientes. La madre-tierra, a escondidas de miradas
la maravilla" (Daston/Park 1998: 160). Lo maravilloso llega a ocupar, indiscretas de los humanos, ¡gestaría y criaría toda clase de animales por
a 10 largo del siglo XVI, una posición central tanto para la compren- generación espontánea!
sión del Nuevo Mundo como para la elaboración de una nueva ciencia Por su parte, Parace!so es prudente, no se arriesga a desafiar abier-
(Greenblatt 1991). tamente a la Iglesia en una materia tan delicada; repite e! artículo de fe
El célebre médico y alquimista Paracelso aporta un elemento de- de la común descendencia de Adán. Sin embargo, añade el alquimista
cisivo al relacionar la pretendida bestialidad de los indios americanos en el Liber de Generatione (1520), los habitantes de islas remotas que
recién" descubiertos" con el esbozo de una primera teoría poligenista. acaban de ser descubiertos difícilmente pueden haber llegado hasta
El punto de partida de Parace!so es la constatación de que e! parárne- allá. El mismo Agustín había hecho referencia a algo parecido cuando,
tro crucial para establecer la pertenencia al género humano hay que para justificar la presencia de animales en las islas después de! diluvio,
buscado en e! alma, no en e! cuerpo, marcando ésta la diferencia con había llegado a sostener que la tierra podía producir numerosos anima-
los animales. Si los hombres salvajes carecen de raciocinio como los les (aunque jamás humanos) por mandamiento divino. Dios, insinúa
brutos, habría que admitir entonces un origen diferente al de Adán. entonces Paracelso, en su infinita sabiduría no quiso dejar nada vacío.
Por otra parte, si tienen un alma, hay que considerarlos humanos Por eso llenó las tierras escondidas con otros seres, en todo parecidos
(Gliozzi 1977: 312). a los humanos, empero no pertenecientes a la estirpe de Adán (Gliozzi
Parace!so (que, dicho sea de paso, tenía intereses comerciales en 1977: 309-311).
las minas de oro de los Fugger en Venezuela) se inclina hacia la primera Estamos frente a un contundente cambio de perspectiva. Si los
posición, la de la bestialidad de! indio, posición que él defiende a partir habitantes de las antípodas fueran humanos, tendríamos que dudar de!
de consideraciones claramente naturalistas. El corazón de la argumen- común origen de la humanidad. Pero si no son humanos, nada impide
tación -que conocerá una amplia, aunque efímera, popularidad en los pensar, siguiendo al mismo Agustín, que hayan sido engendrados ex
círculos filosóficos de la época- reside en la aplicación a gran escala de putredine, y no ex semine. En otras palabras, no derivan del semen de
la teoría de la generación espontánea, de origen aristorélico, Adán, sino directamente de! barro tropical, a causa de! influjo de los
Aristóteles había admitido que algunos animales imperfectos po- astros sobre la materia pútrida. Un duro golpe para e! estatus social de!
dían nacer de la materia en descomposición. Sin embargo, en la doctrina indio en la nueva sociedad colonial en gestación, ya que esa teoría 10
de! filósofo griego, la generatio ex putredine (literalmente la "generación reduce a criatura inmunda, "rnost brutish thing", según e! célebre im-
desde la podredumbre") no es más que una hipótesis secundaria, apli- properio referido a Calibán en La tempestad (1611) de Shakespeare.
cable sólo a pequeños insectos como moscas y bichos. Durante e! Re- Durante unas décadas esta explicación, en sus diferentes variantes,
nacimiento, en cambio, se evoca esa teoría para explicar el principal no solamente va a gozar de una gran fortuna en e! ambiente de los pen-
problema cosmogónico de la época: e! común origen de! ser humano. sadores más radicales, sino que también comienza a ser rodeada de una
Sabios y maestros de gran reputación afirman públicamente que, creciente respetabilidad intelectual. Encontramos huellas de eso inclu-
en circunstancias particulares, todos los animales (¡incluido el hornbrel) sive en la poesía de Torquato Tasso (1544-1595), que celebra la creación
pueden nacer directamente de la tierra, sin necesidad de semen. Frente de monstruos y aves con los siguientes versos:
a la objeción de que nadie había verificado ese extraño fenómeno, los Che da putride mernbra estinto corpo
partidarios de la desconcertante teoría -por ejemplo, Cisalpino- invo- Produsse; o senza seme e senza padre

48 I I 49
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO
De los seres plinianos al mito del homunculus. El enanismo en la construcción de un sujeto moderno

Lantica madre ancor produce e figlia


contribuyendo a forjar un poderoso sistema de imágenes que aún hoy
Dal riscaldato e 'nsierne umido grembo
en día moldea nuestra forma de aproximamos a la cuestión.
(Tasso 1951: VI, 1244-7,251).4

Francois Rabe!ais (1494-1553), en e! segundo libro de Pantagruel,


7. DE PARACELSO A BRUNO: LA PROLIFERACIÓN
elabora a su manera e! tema de los orígenes de los pigmeos: en las cer-
DE TEORÍAS POLIGENISTAS
canías de Utopía, el gran Pantagrue! engendra un pueblo de seres dimi-
La doctrina de la generación espontánea permite responder a la objeción
nutos a partir de un pedo:
de quienes, siguiendo a Agustín, se obstinan en negar la existencia de
Al soltar el pedo la tierra tembló en nueve leguas a la redonda y el aire
pueblos antípodas con el argumento de que sería absurdo sostener que
corrompido engendró más de cincuenta y tres mil hombrecillos enanos
hombres y animales hayan podido cruzar el mar Océano hasta poblar
y contrahechos; después escupió, y de su gargajo salieron otras tantas
e! mundo entero. Además, esa doctrina permite a los filósofos naturales
hembras encorvadas como las que habréis visto en muchos lugares, que
-fascinados por la exuberancia lujuriosa de Hora y fauna en e! Nuevo
no crecen sino como las colas de las vacas, hacia tierra, o como los rabos
Mundo- extender la investigación a la diversidad de las especies, explo-
de ardilla, en redondo. -¿Cómo es que vuestros pedos -dijo Panurgo-
rar la variedad de! universo y consagrarse al estudio comparativo de la
son tan fructíferos? ¡Vaya unos desperdicios de hombres y mujeres! Es
botánica y la zoología.
preciso casados para que engendren moscas bovinas. Así lo hizo Pan-
Giordano Bruno (1985: 365 y 513), al criticar el monogenismo
tagrual; los llamó pigmeos y los mandó a vivir en una isla muy lejana en
agustiniano y el uso de las categorías aristorélicas en boga en su siglo,
la que después se han multiplicado extraordinariamente; pero las grullas
también hace propia la teoría de la generación espontánea. Su propó-
les hacen continuamente la guerra y de ellas se defienden valerosamente,
sito sin embargo no es desacreditar a los indígenas americanos sino,
porque estos pequeños fragmentos de hombres (a los que en Escocia lla-
por el contrario, exaltar la variedad de! universo para poder sostener
man cagajones de caballos) son por naturaleza coléricos. La razón fisio-
la existencia de mundos infinitos. En la doceava tesis de De !'infinito
lógica es que tienen el corazón muy cerca de la mierda (Libro segundo,
universo e mondi (1584) sostiene que, en circunstancias particulares,
cap. XXVIII, 310-311).
. es posible que bajo e! influjo del sol se produzcan animales, tanto
imperfectos como perfectos, sin acto de generación. En opinión de
Este pasaje condensa en pocas líneas buena parte de! amplio ima-
Bruno, la inmensa variedad del cosmos no se puede reducir a un solo
ginario sobre los pigmeos: e! primitivismo duro de! mito homéri~o (la
prototipo: nadie podría razonablemente sostener que todas las formas
guerra contra las grullas); el folclore de las islas de! norte (los cagaJones
humanas desciendan de un mismo protoplasten llamado Adán. Para
de caballos de Escocia); la inversión carnavalesca del cuerpo humano
comprender la naturaleza particular de esas criaturas, hay que asociar
(el corazón cerca de la mierda); el poblamiento de tierras lejanas (la isla
los indios americanos con los gigantes, con las ninfas, con los gnomos
cerca de Utopía) y las teorías aristorélicas alrededor de la generatio ex
y con los pigmeos:
putredine (las moscas bovinas). A través de la literatura y la poesía, la
cultura popular se apropia de! tema candente de la existencia de seres Ya que las especies de los hombres son de muchos colores (la generación
humanoides con los cuales no compartimos una descendencia común, negra de los Etíopes, la roja que produce América, aquella húmeda de
Neptuno que vive escondida en antros, los pigmeos habitantes de las
entrañas de la tierra, y los gigantes, prodigio de las tierras australes) y no
4 De pútridos miembros extinto cuerpo / produjo; o sin semen y sin padre / la ~migua se refieren a una misma progenie y a las fuerzas generadoras de un único
madre aún produce y pare / de su cálido y al tiempo húmedo regazo (Traducción del primer pariente de todos (Bruno 1884: 282);·'·
autor).

50 I I 51
Cuerpos Anómalos I PAOLO VIGNOLO
De los seresplinianos al mito del homunculus. El enanismo C/I la construcción de un sujeto moderno

A diferencia de Paracelso, Bruno no reduce los habitantes de las


orígenes adánicos, los otros ansiosos por integrar en un mismo marco
antípodas a un estado de inferioridad. Por el contrario, comparte el coherente la masa de nuevos datos que van llegando de los viajes de
prejuicio a favor del "buen salvaje" americano que, justo en aquellos exploración y conquista.
años, se va afirmando en Europa. En La expulsión de la bestia triunfante Las reflexiones alrededor del enanismo y de la generación espon-
(1581) afirma de manera tajante que: tánea van a dejar una huella profunda en el imaginario científico, con-
Los habitantes de la tierra nueva no son parte de la humana generación, dicionando el desarrollo de la investigación de la natura en los siglos
ya que no son humanos, aunque en miembros, figura y cerebro sean siguientes. La idea de un continente tórrido y húmedo, donde las cria-
muy parecidos, y en muchas circunstancias se muestren más sabios, y turas animales y humanas nacen espontáneamente de los cadáveres po-
nada ignorantes en el trato con sus dioses (Bruno 2001: 272). dridos, así como la vida nace de la muerte, va a contribuir a construir
la imagen de las Américas en los siglos siguientes. Buffon por ejemplo,
Gracias a la teoría de la generación espontánea, tanto en su ver- a mediados del siglo XVIII, describe el Nuevo Mundo en términos de
sión alquímica (que contempla la posibilidad de nacimientos a partir debilidad, inferioridad e inmadurez. El europeo, al encontrar las huellas
de la materia en putrefacción), como en la del fruto del amor cósmico de gigantes en una tierra "empapada aún, y blanda de diluvio" (Gerbi
defendida por Bruno, los pigmeos (así como los gigantes) terminan 1975: 41), puede entonces mostrar toda su orgullosa superioridad. La
compartiendo por unas décadas el estatus de pueblos autóctonos del disputa del Nuevo Mundo entre "los defensores de una América in-
prodigioso continente americano. El precio a pagar para los demás mensa, lujuriosa y vigorosa y los detractores que la pintan como débil,
habitantes del nuevo continente es recaer en las ambigüedades de lo decadente y corrompida, será uno de los argumentos fundamentales en
monstruoso. la construcción social de la imagen de Europa en la época de las luces"
La afirmación de una doctrina poligenista no será sino un pa- (Gerbi 1975: 41-42).
réntesis, aunque grávido de consecuencias, en el camino de la ciencia
moderna. Más que la condena de Giordano Bruno a la hoguera en
1600, es la revolucionaria solución ofrecida en 1589 por el padre jesui- 8. EL HOMUNCULUS y LA FABRICACIÓN DE LO HUMANO
ta José de Acosta (1539-1600) la que vuelve a enmarcar el problema de La idea desconcertante según la cual en e! clima tórrido de! hemisferio
la común descendencia de Adán en una perspectiva ortodoxa. Acosta austral un ser viviente pueda nacer directamente de la tierra, se acompa-
sostiene que el poblamiento de tierras se desarrolló por oleadas de ña de inmediato con la intuición (central en e! pensamiento alquímico)
migraciones sucesivas, a través de pasajes terrestres que acercan un de que ese mismo proceso pueda ser reproducido a nivel experimental.
continente al otro (Acosta 1998: 68-75). Es el declive de la hipótesis, A través de la manipulación sistemática de los secretos de la naturaleza,
defendida por Cardan entre otros, del carácter insular de América se comienza a trabajar en la reproducción del misterio de la vida en un
del Sur, en donde las características monstruosas de sus habitantes
atanor, un gabinete alquímico.
podrían ser explicadas por un aislamiento que tiende a exasperar las Ahora bien, para e! alquimista del Renacimiento, los metales
características de cada población.
-como toda criatura de madre naturaleza- son sexuados y se desarro-
Acosta integra esas intuiciones en un conjunto coherente, en el llan como seres vivientes. La plata por ejemplo crece bajo la influencia
cual las rutas de poblamiento permiten explicar tanto el origen común de la luna, e! oro bajo la influencia de! sol. De acuerdo con Eliade
de la humanidad, como la jerarquía entre civilizaciones y las diferencias (1956: 13 y 156), se trata de una visión finalista, teleológica de! mun-
entre especies animales y vegetales. Esta teoría -que todavía hoy en día do: si nada estorba la gestación, todo mineral con e! tiempo tiende
ejerce su influencia- en la época tiene la inmensa ventaja de conciliar a convertirse en oro. El alquimista entonces.. en su búsqueda de un
a teólogos y naturistas: los unos comprometidos con la defensa de los proceso de transmutación de los metales viles en oro, colabora con la

52 I I 53
Cuerpos Anomatos I PAOLO VIGNOLO
De lo, JeT" plinianos al mito del homunculus. El enanismo m la construccián de un sujeto moderno

naturaleza para que ésta acelere su curso, la ayuda a parir (Vignolo do, que se está dando al interior de la disputa católica entre la corona
1997: 192). De esta forma e! alquimista se arroga los poderes de! tiem- española, los encomenderos y el clero misionero. Gliozzi explica que:
po, sustituye al tiempo mismo.
[E]l poligenismo potencial alimentado en los ambientes de los conquis-
En e! sueño demiúrgico de los alquimistas, la Edad de! Oro ya
tadores no se ha perdido. Encuentra su desarrollo, ya en el siglo XVI,
no es la nostalgia de un pasado edénico: representa más bien la etapa
en esos ambientes renacentistas que son el caldero de la ideología ami
última de maduración de! fin de los tiempos. El paraíso perdido ya no
feudal de la naciente burguesía. [... ] A Paracelso le llegan sin lugar a
se encuentra en un pasado mítico, sino en un futuro posible; e! nuevo
duda los ecos de las acusaciones dirigidas a los indios por parte de los
Adán ya no será criatura de Dios, sino de! hombre. A ese revolucionario
conquistadores, y él adivina la fuerza potencialmente subversiva que una
cambio de perspectiva se refiere Greenblatt (1980) cuando acuña e! tér-
doctrina de la animalidad de los indígenas podría ejercer frente a la ideo-
mino SeLfFashioning Renaissance, es decir "Renacimiento que se moldea
1', logía feudal en general, y de la vertiente misionera católica en particular
I a sí mismo". Es el triunfo de una idea desconcertante, que encuentra su
(1977: 297-307).

I
apogeo en el mito de la fabricación del ser humano por parte de! ser hu-
mano mismo: la identidad, bien sea individual o colectiva, no es dada Si es posible crear un ser con aspecto humano en un gabinete de
de una vez por todas gracias a un diseño divino, sino que constituye una alquimia, no habrá problema alguno en extender la hipótesis de la ge-
materia que hay que moldear a través de! arte y la ciencia.

I
neración espontánea a todas las criaturas non adánicas: los pigmeos,
La posibilidad de que unos seres humanos puedan engendrar a los gigantes, las ninfas y desde luego los americanos. Esas reflexiones
otros seres humanos no a través de la copula (ex semen), sino a través contribuyen a echar una sombra inquietante sobre la imagen que se
de la manipulación de la materia (ex putredine) ya había sido formulada va difundiendo en Europa de las gentes de! otro hemisferio, ya que si
por e! médico catalán Amoldo da Villanova (?-1314), declarado heréti- t separamos el relato bíblico de las preocupaciones naturalistas, los ame-
co después de su muerte. En un escrito de 1537, Paracelso reconsidera
seriamente la cuestión: 1 ricanos pueden
a los hombres
ser asimilados a esa clase de criaturas
en todo, excepto que por el alma.
que son parecidas

No hay que olvidar la generación de los homúnculos. Este argumento


f1 Una vena de polémica antipapista corre a lo largo de todo el ra-
en efecto contiene algo de verdadero, aunque haya estado mucho tiempo zonamiento: Paracelso insinúa, con un toque de pérfida ironía, que la
guardado y secreto, y que ha habido bastante dudas y discusiones entre única forma de dotar de alma a los habitantes del Nuevo Mundo es
los antiguos filósofos, para decidir si fuera posible, por la naturaleza y quizás el emparejamiento de mujeres indígenas con hombres europeos.
por el arte, generar un ser humano por fuera de su matriz natural, el úte- Sin embargo, los religiosos católicos no parecen ser los sujetos más apro-
ro de la mujer. A esas dudas yo contesto que eso no es del roda contrario piados para prestar ese tipo de servicios: por ende las pretensiones mi-
al arte y a la naturaleza, sino que es bien posible. [... ] [Se obtiene] un sioneras de la Iglesia de Roma no tienen alguna razón de ser.
niño vivo, con todos los miembros que tienen los niños nacidos de mu- Pasando de las doctrinas medievales a los primeros esbozos de una
jer, aunque mucho más pequeño. Lo llamamos homúnculo, y enseguida lectura moderna del mundo, e! habitante del Nuevo Mundo ha cambia-
tiene que ser educado como todos los demás niños, con gran diligencia y do radicalmente de estatus: ha pasado de una condición de servidumbre
cura, hasta que crezca y comienza a comprender y a aprender (Paracelso -en tanto que sujeto a un régimen feudal- a una condición de esclavitud
1988: 203-204). potencial, que lo vuelve un objeto que puede ser comprado y vendido.
Al mismo tiempo, a nivel de imaginario, el proceso de alienación del
Parace!so retoma la doctrina aristotélica de! bomunculus y la amol- otro corre paralelo con la búsqueda de su reproducción artificial. Como
da a la luz del debate sobre la natura de los habitantes del Nuevo Mun- afirma Durand (1963: 224), los pigmeos de las.Indias lejanas, así como

.:.,'

54 I I 55
Cuerpos Anomalos I PAOLO VIGNOLO
De IOf seres plinianos al mito del homunculus. ELenanismo en la construcción de ,m sujeto moderno

los gnomos y duendes en los bosques de Europa, no son sino la versión producto de la pretensión humana de desafiar a Dios, sustituyéndose a
folclórica del tema mítico del homúnculo. Él en el acto mismo de la creación.
Tanto las leyendas populares como las doctrinas alquímicas rela- La progresiva separación entre la filosofía hermética y la naciente
cionadas con seres diminutos contribuyen a forjar uno de los mitos más química moderna (es decir, entre especulación teórica y trabajo con la
poderosos de la modernidad naciente, el mito de la fabricación de un ser materia) va a marcar e! progresivo declive del pensamiento alquímico
humano por paree de otros seres humanos. Ya Thomas Browne (1605- a lo largo del siglo XVII (Jung, 1944: Introducción, tomo 12). No
1682) en su ReLigio Medid de 1643 se refiere crítica mente a esa historia, obstante, la alquimia ya había contribuido de una manera substancial
cuando afirma: "I am not of Parace!sus minde that boldly de!ivers a a trazar el programa de la ciencia moderna, abonando e! terreno para
receipt to make aman without conjunction".' El mito de! homúnculo, que, a partir del siglo XVII, la metáfora mecanicista del cuerpo huma-
pronto asociado a la leyenda judía de! Golem, está destinado a tener no como objeto vaya sustituyendo la metáfora organicista propia del

I
una amplia difusión hasta nuestros días. El término Golem (en hebreo pensamiento humanista.
"germen, embrión"), aparece en la Biblia (Salmos 139: 16) y en la tradi- Duvernay-Bolens (1995: 167), citando a Descartes (1596-1650),
ción talmúdica designa un ser vivo generado a partir de materia inani- escribe:
mada. La historia, de origen medieval, se consolida precisamente en la
segunda mitad de! siglo XVI: en las juderías de Praga, el rabino Yehuda
Low ben Becalellogra generar de la arcilla una criatura artificial carente
t
¡
Bajo la empresa del progreso de la nueva ciencia mecánica, con Descar-
tes, el cuerpo del hombre no deviene otra cosa sino que una estatua o
una maquina de tierra, que Dios moldea al instante, para volveríala más
de alma. Goethe (1749-1832) retorna el tema en e! Fausto, texto que
parecida posible a nosotros. De manera que no solo le da por fuera el
Carl Gustav Jung (1875-1961) nos invita a considerar como el apogeo
color y la forma de todos nuestros miembros, sino que también le pone
del movimiento filosófico-religioso de la alquimia. Durante la Noche
al interior todas las piezas que se requieren para que ella se mueva,coma,
de la Va/purga clásica aparece un personaje llamado Homunculus, una
respire. [... ] Yaseparado de la razón, el cuerpo asegura las funciones de
criatura nacida artificialmente en el laboratorio de Wagner, personaje
la vida a la manera de un autómata o de un animal carente de alma, osci-
inspirado explícitarnenre en Paracelso. En e! curso de la obra Hornun-
lando enteramente por el lado de la materia, el cuerpo se vuelve entonces
culus se encuentra con los pi6meos en lucha contra las grullas y con los
justificable por las solas leyes matemáticas que reinan sur la res extensa.
dáctilos, seres pequeños como un dedo (Coethe 1832: acto Il, v. 7616-
7625 Y v. 7947-7948). Vale la pena destacar un aspecto que caracteriza La tajante separación entre res cogitans y res extensa, teorizada por
a estas figuras artificiales, que confluirán luego en e! mito romántico de Descartes pero ya presente en forma embrionaria en la temperie cul-
Frankensrein (Shelley 1985): la separación entre materia y espíritu. Esas tural de los siglos XV y XVI, genera nuevas quimeras, que ya no se
criaturas artificiales son cuerpos que carecen de alma, creados para ser limitan a ser combinaciones entre seres vivientes, sino que se extienden
esclavos. Por esa razón son seres potencialmente peligrosos, ya que son a los objetos también. Sigue Duvernay-Bolens "el mundo orgánico es
análogo a un conjunto de herramientas: los dientes son comparados a
unas tenazas, e! estomago a una retorta, las venas, las arterias, e! entero
sistema de vasos a unos tubos hidráulicos, y el corazón a un resorte. Se
5 "No soy de la opinión de Paracclso, que tiene el coraje de entregar una receta para entrevén las posibilidades de aplicar al hombre los principios de la me-
hacer un ser humano sin copula." Traducción del' autor. Véase Sir Thomas Browne cánica, de la hidráulica y de la pesadez" (1995: 168).
en http://penelope.uchicago.edu/. El artículo "Homunculus" de Wikipedia también En las pinturas de Bosch (1450-1516), de Brueghel (1525-1569), de
tiene información importante, sobre rodo alrededor del desarrollo moderno y
Arcimboldo (1527-1593) hacen su aparición es~§criaturas nuevas, en las
contemporáneo del imaginario del homunculus: http://en.wikipedia.org/wiki/
Hornunculus. cuales las partes de! cuerpo son remplazadas por instrumentos rnusica-

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Cuerpos Anómalos I PAOLO VIGNOLO
De 10$ re", plinianos al mito del homunculus. El enanismo en la construcción de un sujeto moderno

les y herramientas de cocina armas y armarios, vestimentas cotidianas o más altos que los de su especie y, al contrario, achicarse y detener
y paramentos religiosos, chimeneas y molinos. Podemos observar ese su crecimiento [... ] Hallamos medios para mezclar y hacer copular a
cambio en los Songesdrolatiques (1%5), una exuberante parada de grilli, diferentes especies, lo que ha producido muchas especies nuevas, y no
quimeras y seres estrafalarios, fruto de una novedosa mezcla de diablu- estériles como es opinión general. Hacemos a partir de la putrefacción
ras medievales, ensoñaciones exóticas, teratologías de origen clásico y un número de especiesde serpientes, gusanos, moscas, peces, de los que
divertissements de gusto humanista (Jeanneret 1989: Introducción). En algunas han evolucionado, efectivamente. A criaturas perfectas, como
esas imágenes, por mucho tiempo consideradas arbitrariamente obra de las bestias o pájaros, y tienen sexo y se propagan. Y no hacemos esto al
Rabelais, el gustO por la inversión carnavalesca de carácter social, sexual azar, sino que sabemos de antemano qué especies de estas criaturas va a
y zoornórfica desemboca en la invención de inquietantes hombres-ma- surgir de qué materia y mezcla (Bacon 1985: 216-217).
rionetas, objetos animados, seres mitad orgánicos y mitad mecánicos.
El mismo Rabelais (1552: IV libro, cap. 31) entretiene a sus lectores La ciencia preconizada en la Nueva Adántida de Bacon tiene como
con un largo listado de objetos como partes anatómicas, mientras que fin la expansión de "las fromeras del Imperio humano a todas cosas
un grabado de finales del siglo XV ya representa al infierno como a un posibles", gracias al conocimiento de sus causas y de sus movimientos
monje negro, que emite humo y llamas de su culo, como una chimenea secretos. Del pensamiento alquímico hereda la búsqueda pro gramática
(Baltrusaitis 1981: 63-64). de transformación de la naturaleza; del naciente racionalismo empiris-
A pesar de los esfuerzos por eliminado de la faz de la tierra, lo ta, la convicción de las ventajas de reducir el ser humano a máquina.
monstruoso no desaparece del imaginario moderno; entra más bien en A través de "coagulaciones, endurecimientos, refrigeraciones y conser-
un proceso de metamorfosis que, sin perder el vínculo con su histo- vaciones de los cuerpos", los sabios de la Nueva Atlántida se proponen
ria milenaria, le permite continuar ejerciendo su ambigua fascinación crear una generación de quimeras artificiales. Si los pigmeos de ias antí-
en las épocas por venir. Amenazado hasta en sus últimos refugios en podas engendraron al bomunculus, el manifiesto de la ciencia moderna
las tierras más alejadas del globo, domesticado y ridiculizado en tierra lo convierte en el paradigma de los nuevos procesos de construcción de
europea, reducido a signo convencional, a pura alegoría que reenvía a conocimiento: la tierra de Utopía ha parido su propio monstruo.
otro significante, racionalizado y seccionado, el monstruo se esconde
bajo tierra, en las cavas de las "regiones ínfimas" de la Nueva Atlántida
(1627). En la obra de Francis Bacon (1561-1626), uno de los padres de CONCLUSIONES
la Casa de Salomón (también llamada CollegeofThe Six Days Works en Desde la Antigüedad el enanismo jugó un papel destacado en la com-
memoria de las fatigas divinas en la gestación del mundo) explica a los prensión del mundo y de sus habitantes, ya que permitió plantear la
visitadores europeos: cuestión de las fronteras de lo humano a partir de la redefinición radi-
Tenemos también medios para hacer germinar diversas plantas median- cal de los cánones éticos y estéticos del cuerpo. Vale entonces la pena
te mezclas de tierras, sin semillas. [... ] tenemos también parques y cer- explicitar cómo los imaginarios alrededor de estas anomalías corporales
cados con toda suerte de bestias y pájaros, a los que utilizamos no sólo contribuyeron al surgimiento de una subjetividad nueva, asociada con
para vedas o por su rareza, sino también para disecciones y pruebas, la modernidad naciente.
pues así ganamos luz sobre lo que puede hacerse con el cuerpo humano. A lo largo de la época medieval, los pueblos de enanos comparten
Hemos notado muchos efectos extraños, como que la vida continúa en los caracteres fundamentales de lo monstruoso: la combinación de lo
ellos a pesar de que algunas partes, que vosotros tenéis por vitales, hayan prohibido con lo imposible (Foucault 2006: 61). Lo prohibido, como
perecido y hayan sido arrancadas; que algunos, que parecían muertos, vimos en el primer capítulo, está relacionado con una desviación del
resucitan; y así. [... ] Artificialmente también, les hacemos más grandes dogma religioso, en el marco de unas coordenadas centro-periferia que
}e'

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De IOf seres plinianos al mito del homunculus. El enanismo en ItI construccián de un sujeto moderno

ubican a los valores cristianos como axis mundi. Como recuerda Bor- 100) como el "mito de la modernidad", una modernidad incipiente que
ja: "la Edad Media no poseía ningún concepto de los que usaban los se construye a partir del encubrimiento de una alteridad percibida a
antiguos para clasificar regiones y habitantes distintos a ellos. El et- la vez como amenazante e inferior. La amenaza central, como vimos
nos griego que significa raza o pueblo, al ser latinizado tomó el semi do en el capítulo quinto, tiene que ver con la puesta en discusión sobre la
de 'pagano'" (2002: 29). lo imposible en cambio, se relaciona con la universalidad del mensaje cristiano y su pretensión ecuménica que se
creencia en la impenetrabilidad de la zona tórrida, discutida en el ca- expresa a través del dogma de la común descendenciade la humanidad.
pítulo segundo: los pueblos antropomorfos pertenecen a un mundo al El poligenismo renacentista (argumento de los capítulos sexto y sépti-
revés, relegado a un hemisferio inalcanzable. Se trata de un imaginario mo), aunque efímero, va a dejar una marca poderosa en el proceso de
que se construye a puma de adynata e imposibilia, es decir paradojas que sujeción colonial, a través de dos caminos principales: por un lado, per-
permiten representar lo que queda por fuera de lo cognoscible (Curtius mite elaborar una jerarquización de las civilizaciones a partir del cuer-
1953, cap. 5-7). po, afirmando con argumentos naturalistas la supuesta inferioridad de
Sin embargo, como se señala en los capítulos tercero y cuarto, los americanos; por el otro, abre un nuevo horizonte de sentido con res-
hasta finales del siglo xv los imaginarios alrededor de seres de talla pecto al cuerpo mismo, gracias a las fantasías demiúrgicas de la naciente
pequeña acompañan el proceso de constitución de un principium indi- ciencia moderna. El sueño de poder generar desde la materia bruta seres
viduationis, que encuentra en Tomás de Aquino su expresión teórica y animados (cuyo fin es proveer mano de obra para servir al amo euro-
en el sistema de confesiones y penas individualizadas, la extensión de la pea), implica necesariamente una enajenación del cuerpo, res extensa en
propiedad privada, la herencia a través de testamento y la difusión del vía de definitiva separación del alma. Los monstruos diminutos de la
retrato burgués, sus prácticas más notorias. Edad Media dejan paso a los homúnculos modernos, seres cosificados,
El quiebre de la teoría de las zonas y la consecuente "conquista de objetos de uso y consumo de la embrionaria máquina capitalista. Una
las antípodas" plantean un desafío completamente nuevo frente a los se- historia que parece recobrar vigencia y actualidad hoy en día, cuando
res monstruosos de las regiones alejadas del globo terráqueo. lo imposi- la manipulación genética y las biotecnologías están llevando hasta sus
ble se vuelve posible, las fantasías se vuelven realidad y entran a jugar un extremas consecuencias el programa utópico preconizado en la Nueva
papel destacado en la geopolítica de la época, gracias a su incidencia en Atlantis de Bacón.
la reelaboración de una nueva concepción del cuerpo, tamo individual
como social. Como escribe Foucault, "paradójicamente, el monstruo
-pese a la posición límite que ocupa, aunque sea a la vez lo imposible y BIBLIOGRAFfA
lo prohibido- es un principio de inteligibilidad" (2001: 62). Según el
Acosta, Vladirnir (1992): El continente prodigioso. Mitos e imaginario medieval
filósofo francés, este principio de inteligibilidad es "tautológico", en la
en la conquista americana. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
medida en que la propiedad del monstruo consiste "en afirmarse como
__ (1996): La humanidad prodigiosa. El imaginario antropolágico medieval.
tal, explicar en sí mismo todas las desviaciones que pueden derivar de él,
Caracas: Monte Avilay CDCH Universidad Central de Venezuela.
pero ser en sí mismo ininteligible" (2001: 62-63). Esta auto-referencia-
Acosta, Juan de ([1590] 1998): Historia natural y moral de las Indias. Madrid:
lidad, en que el Otro siempre remite a lo Mismo a través de un complejo
Cultura Hispánica.
juego de analogías codificadas, es una de las más poderosas armas dis-
cursivas a través de la cual los europeos logran posicionarse como centro Agustín, San ([413-426)1966): La ciudad de Dios. México: Porrúa.
y modelo de referencia con respecto a las demás culturas no europeas Bacon, Francis ([1627]1985): Nueva At!dntída. Madrid: Grupo Zero.
(Foucault 1966: 60). Es lo que Derrida (2000: 518-525) define como Baltrusaitis, Jurgis (1987): La Edad Media fantdst¡.tl. Antigüedades y exotismo
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dern Philology 38,/3, pp. 289-304. actitudes de Cristo, cuyo seguimiento establecía una forma idealizada de
/ actividad corporal. Entre las diversas formas de ser cristiano, la santidad
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fue la más valorada en la medida en que se consideraba un acto de per-
ronto: Oxford q~iversity Press. fección porque imitaba lo más cercanamente posible el modelo erístico.
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religión y ascendidos a la categoría de ejemplares para aquellos "cuerpos
Novaro.
anómalos", el cristiano común que, en términos barrocos, debía aspirar a
Shrnitt, Carl B. (1983): 'Aristote et la Renaissance. Paris: Presses Universiraires la santidad. Este artículo trata el caso particular de la Nueva Granada en
de France. donde, tanto el género narrativo de las vidas ejemplares como la pintura,
revelaban lo que debla ser el tratamiento del cuerpo anómalo, el del co-
Tasso, Torquato ([1594] 1951): 11Mondo creato. Firenze: Le Monnier. mún, y proponían modelos de imitación. Se resalta la importancia y los
Troyes, Chrérien de ([~ 1170] 1978): Les Romans d'Eric et Enide. Paris. efectos de la mortificación corporal como comportamiento ideal, para
crear la disciplina de la humildad, cuyo objetivo era crear dos modelos de
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Profesor Titular del Departamento de Historia, Pomifica Universidad [averiana,


Bogotá - Colombia. Correo electrónico: borja@javeriana.edu.co

64 I I 65
Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBERTO BORjA GOMEZ
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

Abstraen In Baroque culture, Chrisrianiry established a unique relación-


partir de este momento, la sanridad se convirtió en un aspecto central
ship wirh rhe body. The model was based on rhe irniration of rhe virtues
and actitudes of Christ and their pursu it esrablished an ideal form of de la cristiandad, cuyas características cambiarían en relación al ideal de
corporal activiry, Amongsc the diverse ways ofbeing a Christian, sancriry sujeto que tenía cada período histórico. El cuerpo del santo se elevaba a
was rhe mosr valued: ir was considered an acr of perfecrion beca use ir was lo "normal" como ideal de comportamiento; los cuerpos de los demás
the closest possible way to imirare rhe rnodcl imposed by [esus Christ.
mortales, se convertían en cuerpos anómalos por ser desviaciones de lo
Saints were considered "normal" in relarion to these religious ideals and
elevated to the category of exemplars for "anomalous bodies", the corn- "normal" ideal.
mon Chrisrians who, in Baroque rerms, should aspire ro sanctiry. This La santidad es una forma ideal de comportamiento y el santo es
anide deals wirh che particular case of Nueva Granada, wherc borh rhe histórica y culturalrnente una representación de la perfección del suje-
narrarive genre of"exemplary lives and religious painring reveal whar rhe
rreatrnenr ofanomalous and rhe common bodies should be like, and also
to, un modelo sobre el cual una sociedad particular crea un discurso
pro pose models to be imirared. The papel' emphasizes [he imporrance que, idealmente, parte de sus esquemas de valores y se eleva a norma
and the effecrs of the act of mortifying rhe body (corporal self-punis- de imitación. Esto es lo que hace que los modelos de santidad no sean
hrnent) as an ideal behavior for creating the discipline needed to atrain uniformes, cambian de acuerdo a las épocas y las necesidades que sus-
hurniliry, rhc aim of which was to create two models of rhc body: rhe
isolared and the self-punished 011e.
cita el entorno social. En este sentido, el género de las llamadas vidas
ejemplares es exactamente eso: vidas de santos que una cultura determi-
Key toords: Body, Exemplary Lives, Nueva Granada, Colony, Mortifica-
tion, Sancciry
nada propone como modelos "normales" del comportamiento que esa
sociedad determina como base de sus relaciones individuales y sociales.
En palabras de Certeau: "la vida de un santo se inscribe dentro de la
vida de un grupo, Iglesia o comunidad; supone a un grupo ya existente,
Vivió [Pedro Claver] siempre en fervorosas ansias de martirio, y a
pero representa la conciencia que éste tiene de sí mismo al asociar una
cuenta de ensayarle se hizo tirano de sí mismo, maluatándose con tan
figura a un lugar ... la vida de un santo es la cristalización literaria de
sangrientas asperezas, que sobrexceder a los tormentos en duración,
las percepciones de una conciencia colectiva" (1994: 260). Las vidas
les igualaron la violencia. En nada se dio gusto, porque no se amaba;
ejemplares se constituyen, entonces, en los artefactos narrativas con los
en cuanto pudo se dio pesadumbre, porque se aborrecía santamente
que se pretende modelar la subjetividad; representan las ideologías y
(Fernández 1666: 509).
los discursos sobre cómo deben ser y comportarse los sujetos. Las vidas
ejemplares y la idea de sanridad reflejan un problema histórico comple-
jo, pues representan lo que una sociedad piensa de sí misma, así como
INTRODUCCIÓN los núcleos desde los cuales articula discursivamente el ideal del funcio-
Desde los orígenes del cristianismo, las virtudes y la actitud corporal namiento social.
de Cristo fueron identificadas como el modelo de perfección por sus Desde este punto de partida, se debe considerar al cuerpo como un
seguidores. Signados por este cuerpo ausente, sufriente y mortificado, discurso que autoriza y reglamenta las prácticas culturales. El cuerpo es
los cristianos primitivos lo ensalzaron como el Camino. De tal modo, una simbolización socio-histórica al cual cada grupo cultural le otorga
el primer modelo ideal de santidad fue el mártir, aquel que -como Cris- un sentido y unas maneras de pensado y percibido. Cada sociedad tie-
to- encarnaba en su cuerpo el sufrimiento en defensa de la fe. Para ne su cuerpo sometido a una administración social, obedece a reglas,
entonces, todo bautizado era un santo. En el siglo IV, bajo Constantino rituales de interrelación ya escenificaciones cotidianas. Es allí en donde
y como parte del Imperio Romano, esta nueva religión asumió su buro- tiene su eficacia el proceso de construir sujetos "normales", término que
cracia y se desarrolló la idea de un cielo "palaciego", habitado por corte- hace referencia al conjunto de gestos que una .~ociedad elige como len-
sanos que rodean la figura imperial de Cristo (Rubial 1999: 21-44). A guaje común e ideal, y que se articula sobre el modo de pensar y las dis-

66 I I 67
Cuerpos Anomalos I JAIME HUMBERTO BORlA GÓMEZ
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasián (de Cristo)

posiciones anímicas (ZumthJr 1994: 38). Los códigos de gestualidad, un núcleo sobre el cual se articulaban y tejían las relaciones del cuerpo
escogidos deliberadamente o no, matizan la conciencia sobre la cual se social. Se trataba de figuras públicas que se convertían en referentes
crea una forma de ser sujeto. Los gestos de los santos, como ejemplos de obligatorios (Sánchez-Concha Barrios 2003: 323), no sólo como cata-
vida, se constituyen en arquetipos que deben ser imitados y asumidos. lizadores de la salvación grupal, sino también como centros de cohe-
Cuerpo y santidad se unieron inexorablemente tras los aconteci- sión. La virtuosidad se desenvolvía en varios planos, desde el cotidiano
mientos que generó la Reforma en la primera mitad del siglo XVI. Se hasta el político, pues la narración hagiográfica de sus vidas llegaba a
buscaba regresar a las "fuentes", por lo cual se revaloró la imagen del los diferentes públicos y esta mentas. Políticamente, eran importantes
cuerpo sacrificado de Cristo, con un mayor sentido ahora que se trataba para la construcción de la monarquía universal, pues para la Corona
de hacer de la sociedad un "cuerpo místico". Pero, al mismo tiempo reflejaban el triunfo de la conversión sobre los idólatras (Estenssoro
que la cristiandad católica se hizo más vigilante y exigente sobre las Fuchs 2003: 485).
condiciones que permitían idealizar a un sujeto, la sociedad de estos En el Reino de la Nueva Granada, los virtuosos y sujetos ejempla-
siglos XVI y XVII se fascinaba con los prodigios del cuerpo y las ma- res de los siglos XVII y XVIII representaron estos modelos ideales de
ravillas de la naturaleza "sin importar en el fondo si éstas eran físicas, corporeidad. Sus vidas se narraron en textos hagiográficos cuyos conte-
o incluso metafísicas (...). y no pocos de los' dones' con los que eran nidos mostraban lo que calificaba como "normal" frente a los aconte-
agraciados algunos venerables, como no comer ni beber o ni siquiera cimientos centrales de la vida. Los textos presentaban un panorama de
dormir durante días, parecían sacados de los repertorios de curiosida- actitudes y comportamientos insertos en la vida cotidiana, que marca-
des naturales" (Bauza Álvarez 2005: 38). Para implementar el nuevo ban la actividad ideal relacionada con el deber ser y con aquellos gestos
modelo ideal de cuerpo, Cristo sufriente, se empleó el antiguo recurso que permitían que se instrumentalizara la consecución de las virtudes
de la mortificación pero, a diferencia de sus antecedentes medievales, y, por extensión, la salvación. La construcción narrativa de las hagio-
ahora propugnaba por crear un sujeto con un cuerpo individualizado, grafías reflejaba un entorno cultural preciso pues, tanto la elección de
consciente de sí y de sus sentidos. Para entonces, la cultura barroca asu- las escenas como la de los valores, formaban parte del interés particular
mió como proyecto colectivo que la aspiración de todo cristiano era la . para construir comunidad. Estos eran los discursos de virtudes que, más
santidad. La idea de la santidad se hizo tan compleja que los teólogos es- allá de sus efectos morales, se constituyeron en unidades para propor-
tablecieron diversos grados, entre los cuales el sexto grado correspondía cionar modelos idealizados de comportamiento fundamentales para el
a la santidad cotidiana (Caro Baroja 1985: 100-104). Sobre esta base se orden social (Certeau 1994: 265).
construyó el discurso del ideal de "normalidad", para el cual la redac- Los textos hagiográficos neogranadinos revelan estas tensiones
ción de las vidas ejemplares tenía una función: constiruirlas en modelos entre el ideal de comportamiento y las nuevas actitudes frente al cuer-
para espiritualizar lo anómalo, la vida cotidiana. po. La narración sobre los sujetos ejemplares enseñaban cómo debía ser
Para entonces, en sociedades como las coloniales donde la fron- la infancia, cuáles las virtudes que se debían emplear para tratar cada
tera entre lo sagrado y lo profano era muy débil, el ideal de com- tribulación de la vida, cuál debía ser la actitud frente a la enfermedad,
portamiento era la santidad, por lo que aquellos sujetos que morían de qué manera se debía relacionar un sujeto con las imágenes, cómo
con tal fama recibían el tratamiento de "héroes". El primer paso para orar y, principalmente, cuál era el modo ideal de comportarse frente a
reconocerles este estatuto era poner por escrito sus vidas, de manera la muerte. El epígrafe con el que comienza este artículo, tomado de los
que se convirtieran en ejemplo para sus contemporáneos. Promover escritos de Pedro Claver que recogió su hagiógrafo Joseph Fernández,
santos era un acto que suscitaba el espíritu de "identidad" regional, un remite a toda una manera de ser en el mundo, de comportarse con res-
orgullo para las ciudades y las corporaciones. Los sujetos santos, como pecto al cuerpo y al sentido que se le proporciona culturalmente frente
el ideal de santidad, eran uno de los ejes centrales de estas sociedades, al otro. Ser tirano de si mismo involucraba una percepción particular

68 I I 69
Cuerpos Anomaios I JAlME HUMBERTO BORlA GÓMEZ
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

de! sufrimiento que tomaba como punto de partida la situacionalidad también pretende rescatar la importancia de! género de las vidas ejem-
de! propio cuerpo como campo de experiencia sensorial. Las vidas plares como fuente para la reconstrucción de! discurso colonial y sus
ejemplares revelaban cómo debía ser el tratamiento de! cuerpo anóma- sistemas de valores, teniendo en cuenta que permite conocer aspectos
lo, e! de! común, para lo que proponían modelos de imitación. tan concretos como la visión de! cuerpo o la construcción de la subjeti-
Si partimos de la idea de que, en la sociedad colonial, e! cuerpo de! vidad. En este sentido, se trata de llevar a cabo un aporte historiográfico
santo era e! modelo ideal de normalidad, e! presente artículo pretende a un tema y a una fuente que ha sido poco estudiada.
explorar uno de los mecanismos que proponían las vidas ejemplares
para alcanzar dicha perfección: se trata de los efectos de la mortificación
corporal. Aunque tenía una larga tradición en la cristiandad, la mor- 1. EL MODELO DE 'IMITACIÓN
tificación tal como se entendió en este período, se elevó a un ideal de Según la tradición cristiana, la más alta aspiración de un creyente era
cornporrarniento para aquellos "cuerpos anómalos", de manera que por participar de los dolores de Cristo, encarnar en su cuerpo e! sufrimien-
su práctica se podría perfeccionar -y normalizar- lo que por naturale-
to. Éste tenía un lugar específico en la mística de! siglo XVII: era la
za era imperfecto: e! cuerpo. Se trata de explorar, a partir de las vidas
primera de las tres vías para llegar a la perfección. Se le denominaba vía
ejemplares coloniales neogranadinas, la manera como e! auto-castigo
purgativa y servía para abandonar el pecado por medio de la mortifica-
es una forma de proporcionarle rectitud al cuerpo que, por naturaleza,
ción, la penitencia y la lucha contra la concupiscencia. De este modo,
es "antinatural". Para el efecto, se observará en primer lugar cómo se abría la segunda vía, la iluminativa en la cual se propiciaba el cultivo de
reconstituyó a Cristo como modelo corporal de sacrificio para su imi-
las virtudes para conocer más a Dios. Este proceso debía culminar en
tación. Con esta base, se analizará la manera cómo se llevó a cabo e! la tercera vía, que en palabras de! jesuita neo granadino de! siglo XVII
proyecto de espiritualizar e! cuerpo para lo cual se expondrá el caso de! Diego Solano autor de la vida ejemplar de Antonia de Cabañas, se de-
valor simbólico de las llagas y la sangre. Y finalmente, se expondrán finía como la unitiua, o unión con Dios y cumplimiento de sus designios
los dos modelos de corporeidad que se gestaron discursivamente en e! (s.xVII: f.36r). La mortificación, entonces, era un comportamiento
Nuevo' Reino, e! cuerpo mártir y e! aislado. recomendado a todo sujeto, y su práctica se ajustaba de acuerdo al
Desde esta perspectiva, el artículo trata principalmente los cuerpos grado y necesidad de perfección. En este sentido, formaba paree de
idealizados, los cuales permiten pensar los "cuerpos anormales" en la los ejercicios de control de la corporeidad cuya función era propiciar
medida en que las vidas ejemplares proponen la creación de normas, una relación armoniosa entre alma y cuerpo: la mortificación abría e!
ideales y paradigmas que también hacen parte de la historia de la ano- camino de la espiritualidad. Practicar la mortificación tenía sus recom-
malía ya que establecen la diferencia entre normalidad y anormalidad. pensas, y quizá la más importante era aquella que imprimía las heridas
Es decir, son textos dirigidos a cristianos corrientes a quienes se les ins-. de Cristo en e! propio cuerpo a la manera de una enfermedad. Hacerse
truye en las normas que harán de sus cuerpos anómalos, cuerpos per- héroe, o ser reconocido como tal en esta cultura colonial, implicaba la
fectos. Para la construcción cultural de la anomalía, es necesario e! tipo liberación de todas las pasiones, lo cual sólo era posible con e! arduo
ideal y la norma que se le desprende, y esto es lo que representan las vi- trabajo de convertir la vida en una larga catarsis de sufrimiento que
das ejemplares. Los textos hagiográficos, entonces, revelan mucho más culminaba con la muerte. En este largo proceso, e independientemente
que la biografía de un sujeto: sus narraciones dejan entrever un mundo de! modelo de santo de imitación', el arquetipo de comportamiento
de representaciones frente a las ideas de cuerpo, como también espacios
devocionales y experiencias culturales particulares a cada cultura. Sin
embargo, es importante anotar que estos textos no han recibido la debi- En la espiritualidad que desarrollaron estos sujetos ejemplares, siempre se invocaba
un modelo de santo canonizado que servía como gúláde comportamiento. De esra
da atención por parte de los historiadores, por lo que e! presente artículo
manera. la sanca medieval Santa Gertrudis es el modelo de Gertrudis de Santa Inés,

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Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

era Cristo. Todos se sentían comprometidos a padecer, casi como una religiosa colonial más importante, que a su vez marcaba la importancia
deuda, sus padecimientos. cultural de este modelo de cuerpo.
La misma piedad barroca neogranadina reflejaba la asimilación de El Corpus Christi había sido introducido en España en el siglo
éste arquetipo de sufrimiento en la medida en que el principal eje de XIV, conmemoraba la institución del cuerpo místico de Cristo y su
lectura de la vida de Cristo era la Pasión: se excluían aquellos temas representación, la Eucaristía. Esta fiesta tenía una singular importancia
relacionados con la infancia o la vida pública. El culto al Cristo de la porque era la celebración de la "comunidad de los santos", es decir, aquel
columna, al Ecce Horno, a la Coronación de espinas, entre otros, no espacio integrado por las tres iglesias: la militante, los que viven en este
sólo formaban parte de las estructuras de devoción sino que también, mundo; la purgante, los salvados que aun no estaban frente a Dios; y la
por el proceso de meditación e inrroyección de la imagen -llamado Triunfante, quienes disfrutan de la vida eterna (Pastor 2004: 268). En
"conformación afectiva" -, debían ser correctamente imitados. Las na- la Nueva Granada la procesión del Corpus fue insritucionalizada por
rraciones de vidas ejemplares contaban detalladamente el culto a la Pa- el arzobispo Cristóbal de Torres a comienzos del siglo XVII (Vergara y
sión, a veces practicado desde la infancia, para mostrar y enseñarle a los Vergara 1974: 1-57). Como celebración social, acogía a todo el cuerpo
lectores el camino de la meditación (Solano s.xVII: f.143v; Villamor social, lo que refleja la importancia del culto a este cuerpo místico: una
1723: 247). Pero el asunto no sólo se limitaba a la contemplación; tam- celebración expurgativa que preparaba la lucha interior.
bién se realizaban acciones que acercaban a la experiencia de la pasión. El combate contra las pasiones que provenían de la naturaleza
La monja Francisca del Niño Jesús, fallecida en Santa fe en 1709 con sensitiva, encontraba su modelo final en la Pasión de Cristo: pasión,
fama de santa: palabra que tenía un sentido antagónico porque también remitía a
Se enardecía tamo en la imitación de su amado y paciente Jesús, que los lo que gobernaba anárquicamente al cuerpo. Como todos los demás
jueves santos se esmeraba en mortificaciones, porque considerando al comportamientos de los virtuosos ejemplares neogranadinos, este era
señor en el calabozo, crecían sus ansias de padecer (...) estudiaba como una obligación para todos pues, finalmente, de hacer de la vida una
imitarle. En cierta ocasión rogó a la Madre María Gertrudis del Santísi- Pasión dependía el llamado a la santidad y, en concordancia, la salva-
mo Sacramento que fa ligase y amarrase por las manos, para copiar algo ción. El acto de imitar a Cristo, modelo por excelencia de sacrificio
en si con la imitación asuarnado y dolorosos ejemplar, y que afijase a la corporal, sustraía al sujeto de la condición anómala, el cuerpo peca-
reja de el coro, como lo ejecutó esta para condescender a sus ansias. De minoso. Por esta razón, las narraciones hagiográficas reflejaban a sus
noche, cuando las fatigas de el cansancio la ejecutaban a que diese con biografiados como modelos que habían asimilado la Pasión, a quienes
el corto sueño que tomaba descanso a su cuerpo, era este alivio tomado se les revelaba en dos grandes entornas: la actitud mística que permite
en los amorosos brazos de su Amado Esposo Jesús, pues se abrazaba de inscribir en el propio cuerpo las marcas del dolor de Cristo, traducido
este sefíor crucificado en una efigie, que para este fin tenía prevenida su en las llagas y en el valor de la sangre, y la imitación de los dos grandes
devoción (Villamor 1723: 249). modelos de cuerpo que proponía la Pasión: la vida como martirio y la
vida como aislamiento.
Los límites de la imitación los fijaba la propia conciencia de pecado
yel deseo de padecimiento. Ahora bien, la importancia de esta devoción
particular desbordaba la experiencia individual y trascendía al orden so- 2. LA ESPIRITUALIZACIÓN DEL CUERPO: DE SANGRE Y LLAGAS
cial. Se reflejaba en la celebración del Corpus Christi, sin duda la fiesta El fenómeno de la inscripción del cuerpo de cristo en el cuerpo de los
santos no fue una novedad de los santos del barroco. Para entonces ya
o San Francisco Javier, Apóstol en las Indias orientales, es invocado frecuentemente existía una larga tradición de la imitatio christi en el cuerpo del creyente:
por Pedro Claver, Apóstol de las Indias occidentales. la estigmatización de San Francisco, la transverberación de Santa Teresa

721 l 73
Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBI!RTO BORlA GóMEZ El cuerpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

o la entrega del corazón a Santa Gertrudis, son tan solo algunos de los y merced. Puso la Venerable Maria el hombro para llevar el peso y cruz
casos representativos de santos a quienes como prueba de elección divi- de sus trabajos, en reverencia de la que cargó en sus delicados hombros
na, recibían una marca corporal como recompensa a sus sufrimientos su amado, y se halló con el premio y singular merced, de tener en él
(Gelis 2005: 61). Curiosamente, es ros tres típicos ejemplos de inscrip- impresa su dolorosa llaga (Calvo de la Riba 1752: 436).
ción tuvieron una amplia acogida en el Nuevo Reino, como lo demues-
_.c
tra la producción pictórica colonial. Santa Gertrudis, devoción de la La imaginación de los narradores, o la inventiva de los místicos, no
monja santafereña María Gertrudis de Santa Inés que murió en olor de tenían límites. El hagiógrafo deseaba demostrar el culto y piedad mística
santidad en 1730, es una de las santas famosa por revelar la devoción de Gertrudis a las llagas, y lo logra con la aparición de una insospechada
del Sagrado Corazón, pues Cristo inscribe su propio corazón en el cuer- sexta llaga en el hombro donde Crisro cargó la cruz. El relaro también
po de la monja. Sin que se llegase a estos extremos de inscripción en el es alegórico: Gertrudis carga la cruz de sus propias pasiones y su con-
cuerpo propio, los virtuosos ejemplares neogranadinos, como modelos templación es tan intensa, por efectos de la conformación afectiva, que
de normalidad, manifestaron experiencias similares. Tras intensas jor- ésta se convierte en una realidad subjetiva. Con estos ejemplos se busca-
nadas de mortihcaciones, tribulaciones y sufrimientos, finalmente eran ba mostrar a los lectores dónde se encontraba la verdadera riqueza, más
recompensados con la impresión de un dolor de Cristo en su propio allá de lo material; esta inscripción en el cuerpo era un premio de dolor:
cuerpo: al dolor humano se sobreponía el dolor de la santidad, una mar- "Y para hacerla su amado Jesús Nazareno m todo rica, le comunicó sus
ca de elección, a su vez, un refl.ejo de la conciencia de cuerpo colonial. cinco llagas, que debata saludaba y compasiva contemplaba" (Calvo de
El facror más común en esros sujetos neogranadinos fueron las la Riba 1752: 436).
llagas, que abrieron un importante espacio devocional. La relación con La relación con las llagas de otras venerables neogranadinas como
el cuerpo llagado establecía una correspondencia con el cuerpo doloroso la monja Francisca del Niño Jesús y Antonia Cabafias -laica runjana
de Cristo, en los cinco lugares donde había recibido las heridas (pecho, de la segunda mirad del siglo XVII~, no son menos imaginativas como
manos, pies). De hecho, el culto a las llagas era relativamente "nuevo" exemplum. Sus narradores también preteridfan proporcionar elementos
en la tradición Cristiana, pues se le menciona por primera vez en el siglo sobre los cuales se pudiera establecer el cuerpo como escenario de pasio-
XI, pero la devoción se extendió a partir del siglo XIV (Gelis 2005: 34). nes, y estos casos represenraban el último grado del ideal de un cristia-
Estaba fuertemente relacionada con la crucifixión, por lo que se convir- no. Francisca es tan intensa en su meditación de la Pasión que, un día
tió en un culto relativamente importante ya que representaba el cuerpo después de comulgar, se prendió el fuego del amor en su alma, y éste
herido en sus últimos momentos. La relación con las llagas, como eje de fue tan intenso que "salió a comunicarse a todo el cuerpo, y a modo de
la meditación e impresión corporal entre los neogranadinos, no estaba fuego material, fue tanta su actividad que la abrió llaga en los pechos"
exenta de lo maravilloso muy en términos de la mirabilia medieval, es (Villa mor 1723: 159-160). Para darle validez a este testimonio, el ha-
decir, lo prodigioso o lo milagroso, con lo que Dios firmaba su elección. giógrafo incluye testigos del hecho: del fuego real que la quema y de la
Un interesante ejemplo de impresión corporal sucede en la mencionada curación de las heridas, que se cierran simbólicamente al ponerle tierra
Genrudis de Santa Inés, en quien se encarna lo que podríamos llamar traída del lugar donde reposa la Virgen de Chiquinquirá. De manera
semejante, en la narración de Solano sobre Cabañas, la herida-llaga en
la sexta llaga:
el pecho está igualmente inspirada en esta mística del Corazón, como
Trabajaba y escribía contemplando en la llaga del hombro izquierdo de
refleja la aleg6rica narración:
su Jesús Nazareno, cuya dolorosa imagen tenía siempre a la vista, y sen-
tía su inexplicable dolor, y le correspondía el Señor haciéndole padecer y llego la borrasca a tanto crecimiento, en olas de amor divino, que ya el
en el hombro, fue la cruz interior la que cargó (...). La merced: es lo alma no lo podía sufrir y ya que no podía, elque su cuerpo fuera igual-
mismo el poner el hombro al peso y trabajo, que hallarse con el premio mente semejante al cuerpo de su esposo Jesús crucificado: quiso por sus

74 I 75
Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBERTO BORlA GÓMEZ El cuerpo idealizado: la vida como una Pasián (de Cristo)

propias manos, siendo tirana de amor, dar respiraderos en cinco llagas


al corazón, para vivir; pues en ella solo Cristo era el que vivía. Sucedió
pues así, estaba en su oratorio, en la oración que solía tener crucificada,
desprendido el cabello sobre los hombros y espalda modestamente ten-
dido; con el cilicio de puntas aceradas en forma de corona en la cabeza;
con toda atención devota y humilde reverencia de rodillas. Meditaba
en la cruz a su querido esposo y aunque en la postura dicha le imitaba
quiso hacerla muy al vivo el corazón que latiendo en los pulsos de la
mano la calentura que de su divino esposo la abrazaba empezó fervoro-
sa a descubrir el pecho; que no sufría el fuego divino que en el estaba,
el que tuviese ropa que lo abrigara y echando mano de unas tijeras de
costura dio con valor y soberano impulso sobre el corazón cinco heridas
cortándose en proporción en cinco partes la carne que al corazón cubría
y derramando por ellas copiosa sangre, juntamente respiraba el amor
que le abrazaba: sosegando al fervor de tener juntas cinco llagas sobre el
corazón en memoria de las que su dulce esposo Jesús tenia repartidas en
pies, manos y COSEado.Que soberano impulso! Que devoto aliento! Que
intento tierno de trasladar en si lo que en su amado meditaba fervoro-
so! Quedó el alma bañada de dulzuras, el cuerpo en sangre, el corazón
marcado de libre y generoso cautiverio y el fervor satisfecho por haber
trasladado una imagen por quien el corazón ardía de amores (Solano
s.xVII: f.142r-142v).

Esta no es una acción sobrenatural, como ocurre en los casos de las


monjas que tenían fama de santidad. La historia de Antonia Cabañas
trata de una herida autoinBigida y el narrador se cuida de otorgarle
un sentido prodigioso. Sin embargo, es una interesante narración que
recoge los principales elementos de la experiencia del amor místico y
su relación con el cuerpo. De la cita hay que rescatar varios elementos:
en primer lugar la postura para la oración; luego, la oración acampana-
da de acciones de mortificación, y finalmente la forma como la pasión
media entre alma y cuerpo, la primera queda bañada en dulzuras, el ILUSTRACIÓN 1. M. Fiorini según F. Vanni, Santa Catalina de Siena. Grabado, 1598.
segundo en sangre. Estos casos se entienden con más claridad si tene- Biblioteca Nacional de París.
mos en cuenta que el siglo XVII es el momento central de la evolución
de la metáfora del sagrado corazón, evolución barroca del "dulcísimo
corazón de Jesús" que provenía de la baja Edad Media (Le Gaff/Truong
2005: 131-132).

76 1 IT
Cuerpos Anámalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ
El Clttrpo idealizado: la vida como una Pasián (de Cristo)

El sentido de la herida c'el costado revela una piedad muy particu- Francisca del Niño Jesús, en la visión previa a las llagas de fuego,
lar, que también ahonda en viejos temas medievales. Los textos neotes- asociaba la comunión con posar "sus abiertos labios en aquella perenne
tamentarios no mencionan cuál lado de! pecho de Cristo fue atravesado fuente y llaga de e! costado de Cristo, y que le chupaba de aquel néctar
por la lanza cuando estaba crucificado, pero la tradición católica acogió liquido de su sangre" (Villamor 1723: 159). Pero el asunto no solamen-
e! derecho porque éste representaba la nobleza, de allí el significado sim- te era de visiones: su hagiógrafo Pedro Pablo de Villamor narraba que
bólico de la diestra y la siniestra. La herida de! costado tenía significados ,1 en la ciudad de Santafe de Bogotá y en su convento, todos sabían que
ambiguos, pues no se trataba solamente de! pecho masculino abierto, "en cierta ocasión había sido recreada, regalada y confortada con ellác-
sino también de la versión masculina del seno femenino: si de uno ema- tea néctar de los purísimos pechos de tan soberana madre" (Villamor
na sangre, de! otro emana leche. En este espacio se unían las devociones 1723: 280). La relación con la Pasión y la forma como se inscribían sus
a Cristo y a la Virgen. El asunto no era sólo simbólico, pues en medio marcas en el cuerpo de los virtuosos sucedía por conformación afecti-
se encontraba la estrecha relación que existía entre la sangre y la leche. va, es decir, por una sublimación de! deseo que frecuentemente estaba
La primera representaba la vida y, en la tradición católica, la derramada emparentado con la tentación, pero que en ese momento se convertía
por Cristo limpiaba e! pecado y salvaba, simbolizaba e! paso a la orra en devoción. El deseo era tan fuerte que inscribía o simbolizaba aquello
vida. Por su parte, en el mundo antiguo y medieval, la leche era una co- que se deseaba en el propio cuerpo. Las narraciones pretendían aportar
rrupción de la sangre (Vandermeersch2004: 79-86), lo que convertía al una enseñanza al sujeto colonial: el gusro por las devociones llevaba a
pecho femenino en un importante símbolo de vida y sabiduría. Es decir, que se cumpliera lo que se deseaba. En e! caso de la vida de Gertrudis,
la leche que emanaba de los pechos era el vehículo que transmitía las su narrador Calvo de la Riba, instruía y revelaba esta íntima relación
virtudes y los vicios", por esta razón era frecuente que en la mística de entre sangre y leche:
los santos se añorara succionar el pecho de Cristo o Ía Virgen.', lo cual
Misericordioso en la devota consideración de sus llagas, le daba a gustar
tenía una larga tradición en Occidente: era una transfusión de vida y
como a hija de bendición, especialmente su preciosísima sangre. En la
conocimiento. En la tradición mística era bien conocida esta asociación
tierna consideración de su infancia los pechos purísimos de María santí-
en una de las santas medievales más importantes, Catalina de Siena a
sima, su purísima madre, gustando en ellos espiritualmente su purísima
quien -en sus visiones- Cristo alimentaba de su pecho, acto que ella re-
leche, y de la sangre de su santísimo hijo: "No te dije (palabras son de
petía succionando las llagas de los enfermos de peste (ilustración 1). La
María santísima Madre de la eterna verdad) que la sangre de tu Jesús,
imagen muestra estos dos momentos, que fueron debidamente narrados
de su costado, de sus llagas y todo su cuerpo, eran mis Pechos, que te los
en las vidas ejemplares neogranadinas, como un ejemplo que se debía
dejaba en tu memoria, que no me iba, aunque mi imagen se fuera. Llega
imitar y no sólo místicamente.
alma afligida a mis pechos, mira al que quiso hacerse hermano de peca-
dores (...).10 propio es la sangre que recibes de tu señor y su costado; que
mis Pechos dejótelos en tu memoria (Calvo de la Riba 1752: 462-463).

2 Para consultar el significado de la leche y la sangre como una fuente de impureza y La relación entre sangre y leche es completamente explícita, am-
vicio, véase el articulo de Max S. Hering Torres, en especial pp. 112-119. bas estaban en función de la salvación, así como el texto establecía la
3 En la historia de la cristiandad habían casos muy conocidos de estos santos y su correspondencia entre los dos pechos. Este era el ideal cristiano: que e!
devoción al pecho. San Bernardo de Claraval, fundador del Cisrer, era famoso debido cuerpo normal fuera espiritualizado ye! alma corporizada. Pero e! tema
a que una gota del chorrito de leche que le dispensó la Virgen desde su pecho cayó místico de la sangre y la leche era más complejo, pues se basaba en la
sobre su hábito negto de benedictino y, por milagro, lo convirtió en blanco. Por otra
parte, las visiones de las monjas se relacionan con la succión de la herida de Cris ro, de
idea de que la Virgen alimentó a Jesús de sus pechos, lo que en él se con-
lo cual Santa Teresa de Jesús fue una de las propiciador as. vierte en sangre, la misma que posteriormente se derrama. Él es enton-

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Cuerpos Anám alos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ
El cuerpo idealizado: la vida como una Pasíán (de Cristo) ,

ces emanador de salvación, y allí adquieren sentido estos dos líquidos


como las "recetas de salud espiritual y corporal", como las llamaba Calvo
de la Riba (1752: 462). El tipo de revelaciones que se desprenden de la
mística del corazón, no sólo eran acciones místicas. El contacto con un
objeto tan íntimo como los líquidos santos, convertían al sujeto en una
especie de "elegido" por Dios, lo que le confería una responsabilidad
social. El virtuoso no recibía para sí la leche y la sangre, sino para todos,
pues de su purificación y salud pendía la salud de todo el cuerpo social.
y esta es precisamente una de las marcas que imprimen las narraciones:
existen sujetos ejemplares porque hay un cuerpo social que se gratifica
en ello, ellos eran finalmente una recompensa a la madurez en la fe
de una colectividad. En el caso de Gertrudis, su conexión con los dos
líquidos, salva a su convento: "cuantas veces entrando en él la peste, la
atajó puesta a los pies y pechos de María Santísima" (Calvo de la Riba
ILUSTRACIÓN 2. Gregario Vásquez. Juicio Final. 6leo sobre reia, Siglo XVII. Iglesia de San
1752: 463). Finalmente, esta imagen también evoca al Cristo íemini-
Francisco) Bogorá.
zado medieval, aquel Cristo amamantador, madre de cuyo pecho brota
la sangre (leche) que alimenta a sus hijos: "pretendía la prudente Maria
la ciencia de amar y servir al señor y para conseguida le pidió la privara
de el dulce néctar de los consuelos y que la apartara de los regalos de sus
amorosos pechos" (Calvo de la Riba 1752: 84).
Este modelo de comportamiento no se agotaba en la narración de
las vidas ejemplares, también tenía su correspondiente discurso en los
objetos devocionales de carácter público. Tal es e! caso de la pintura de
juicios finales, que también desarrolló la relación sangre-leche y el tema
de la mística de! corazón. Entre las diversas pinturas coloniales, pode-
mos tomar e!Juicio Final de Gregario Vásquez, uno de los pintores neo-
granadinos más destacados del siglo XVII (ilustración 2), cuya obra está
dividida en dos partes: la superior la ocupa la figura central del Cristo
de la Parusía (según la tradición cristiana, el advenimiento glorioso al
final de los tiempos), rodeado de santos. La parte inferior, representa la
tradicional escena del Juicio final y la disposición simbólica de! espacio
que cualquier cristiano de su época entendía: a la izquierda de Cristo
-o el revelador término de siniestra-los condenados, cuyos cuerpos son
atormentados por los demonios; mientras que a la derecha aparecen los
elegidos, cuyos cuerpos permanecen en reposo contemplando la escena
beatíficamence. El gesto del brazo derecho de Cristo los señala a ellos.
Además, es interesante anotar que este es un Juicio final con una clara ILUSTRACIÓN 3. Gregario Vásquez. Detalle Juicio Final. 61,0, sobre tela. Siglo XVII. Iglesia
adaptación al espacio neogranadino: los santos presentes son los fun- de San Francisco. Bogotá.

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Cuerpos Anómalos I JAL"IE HUMBERTO BORjA GOMEZ El cuerpo idealizado: la vida como una Pasián (de Cristo)

dadores de las ordenes que había en Bogorá en aquel momento (San El cuerpo sangrante del cristo crucificado supone entonces una
Francisco de Asís, Santa Clara, San Agusrín, etc) , y están representados inscripción en el cuerpo· que es, al mismo tiempo, una lección moral
de derecha a izquierda según su importancia. que remite a ciertas virtudes: resignación, paciencia, fortaleza, templan-
Lo que es interesante de esta imagen es la evidente relación con la za; es decir, a la espirirualización del cuerpo (Pastor 2004: 39)4. En este
mística del corazón. En primer lugar la virgen tiene desnudo su pecho contexto se evidencia la complicada relación que existe entre cuerpo,
izquierdo, que cornpositivarnente apunea a la herida del costado derecho sangre y mortificación, así como la participación de estos elementos
de Cristo, mientras su mirada se dirige hacia la llaga de su hijo (ilus- en la conformación del cuerpo social, especialmente en el sentido que
tración 3). La relación entre la sangre y la leche es explícita, pero las alberga la teatralización de las prácticas disciplinarias del cuerpo, en la
imágenes de la inscripción de la pasión en el cuerpo no se agotan aquí, que lasangre adquiere un valor sin precedentes. En Antonia Cabañas,
·1,'
sino que se expanden al conjunto de saneas que acompañan la gloria por ejemplo "Las disciplinas eran no teniendo piedad pasándose a ser
de la Parusía. A la derecha del Cristo, se encuentra San Francisco mos- crueles verdugos, que no se cansaba hasta derramar copiosa sangre apu-
trando e! estigma del pecho, Santa Clara sosteniendo la custodia sobre rando las venas con sus golpes" (Solano s.XVII: f.37r y 97r). Este tipo
el pecho, símbolo de la imroyección de! sagrado corazón, San Jerónimo de narración, factor común a todas las vidas ejemplares, establece un
mostrando e! fuego encendido en su corazón. ALiado izquierdo, San fuerte vínculo con el valor simbólico de la sangre derramada de Cristo
AgustÍn SOStiene el corazón de Cristo sobre su pecho, San Ignacio el por el género humano, lo que pone de presente el culto a la sangre como
IHS sobre el suyo, Sama Teresa la Hecha de la transverberación sobre objeto de devoción. Para entonces, esta piedad era relativamente "nue-
su corazón y San Juan de Dios, la corona de espinas (ilustración 4). De va", pues se había desarrollado en la España del siglo XVI, coincidiendo
esta forma, se complementaba visualrnenre la compleja relación entre con la difusión de los estatutos de limpieza de sangre (Ge!is 2005: 59).
la mística de! corazón y la pasión en sus diferenres vertientes de mor- El derramamiento de sangre por la mortificación era generalmenee
tificación. La pintura incitaba a esta practica de la piedad mediante la una manifestación privada pero, en ocasiones, adquiría un sentido pú-
comunicación de la experiencia mística. blico para que se convirtiera en un espacio catártico del cuerpo social.
Algunos sujetos ejemplares piden permiso para ser azotados o para in-
fligirse alguna forma de mortificación en público. El indio Ayaturno,
dice Mercado que:
Vinole alguna vez a la memoria, que Cristo había sido cruelmente atado
por los judíos a una columna, y pidió que a él también por espacio de
una noche le tuviesen atado de pies y manos. No pocas veces procuró,
que públicamente lo azotasen, y que sus compañeros lo llenasen de bo-
fetadas el rostro y de salivas la cara, para sentir en algún modo las afren-
tas, que le hicieron a Cristo en las mejillas y los dolores que toleró en su
santísimo cuerpo (Mercado 1673: 208).

4 Sobre este asunto de la espiricualización del cuerpo, es importante anotar que es un


proceso que depende de los contextos culturales. Por ejemplo, en el caso de la Nueva
España, el sacrificio =incluso el sacrificio humano- tenía un importante valor en las
¡LUSTRAc¡6N 4. Gregario Vásquez. Detalle Juicio Final. Óleo sobre cela. Siglo XVII. Iglesia
comunidades indígenas, de modo que el paso al cuerposacrificial que es la Iglesia, no
de San Francisco, Bogorá.
fue diflcil (Pastor 2004: 39).

82 I I 83
Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ El cuerpo idealizado: la vida como tina Pasión (de Cristo)

Los actos públicos o privados daban un sentido comunitario al la sangre como llaga. Es importante anotar, en este sentido, e! carácter
ejercicio de la mortificación, como purificación del cuerpo social. Sin de rebajamiento tan extremo al que llega Claver con estos actos, pues se
embargo, e! asunto de la mística de la llaga no sólo se resolvía en estos trataba de una sociedad estamental donde el negro y esclavo era lo más
actos de exposición y culto a la sangre, sino también en e! fuerte compo- bajo de la escala social. Uno de los actos que lo hacen santo a los ojos de
nente que establece un culto 1. la llaga de Cristo en la llaga del otro. Esta sus contemporáneos es ser tan humilde que hasta toca a los negros, o lo
perspectiva ahondaba en e! entorno de la férrea relación que existe entre que es peor, lame sus llagas.
mística y asco, donde la acción de succionar, chupar o lamer la llaga de!
apestado, del leproso o del enfermo, confería un sentido de santidad al
sujeto ejemplar, pues accionaba la relación entre e! cuerpo de Cristo y 3. Los MODELOS DE CORPOREIDAD:
e! cuerpo del otro (Quevedo Alvarado 2007: 174-226). Los interesantes ENTRE Al SLAMIENT O y MARTIRIO
exempla de la vida de Claver, muerto en olor de santidad a mediados del
La representación del cuerpo idealizado en el Nuevo Reino de Gra-
siglo XVII en Cartagena, no son una excepción; recuerdan la acción de
nada se articuló sobre dos modelos fundamentales, el cuerpo mártir
Catalina de Siena, mencionada anteriormente, y se presentan como e!
yel cuerpo aislado (Borja Gómez 2002b: 180). Estos dos modelos se
conjunto de espacios que articula todos estos elementos. Dice su hagió-
convirtieron en los núcleos discursivos visuales con mayor continuidad.
grafo joseph Fernández:
Con su claro objetivo devocional, representaban a aquellos santos que
En otra ocasión le llamaron de casa de un armador rico de Lima, para se caracterizaban por la mortificación, el martirio, el silencio, su vida en
que confesase a un negro enfermo, apartado al último desvío de la casa el desierto y el abandono. San Jerónimo, por ejemplo, encarnaba la idea
por infecto y de grave olor aun a los otros negros. Fueronle siguiendo del estatismo en el sentido del abandono en Dios. Estos dos modelos
como al descuido el mismo dueño y cuatro españoles, deseosos a la fama también se desarrollaron en las vidas ejemplares neogranadinas, las cua-
de las caricias que usaba con llagados, de examinar las finezas de la ca- les aportaban nuevos elementos articulando cada uno de estos modelos
ridad en aquel negro a nadie rolerable. Recia prueba y tal, que el mismo con una experiencia mística diferente y con un objetivo común: la acep-
padre le hizo grima. En viéndole el primer movimiento de la naturaleza tación de un modo de convivir con el familiar enemigo, el cuerpo, así
fue recejar, para que el espíritu alcanzase de ella triunfo más glorioso. como el qué hacer con él, como preámbulo a las relaciones con el otro.
Saca el brazo izquierdo de la sotana, sencillo abrigo a las espaldas, que
volado de ellas las dejó desnudas; empieza a despejar una fiera tempestad
3.1 El cuerpo en el desierto
de azotes, juntando al castigo severas reprehensiones al amago solo de
aquella repugnancia. "Así que rehusáis (se decla) llegar a vuestro práximo, En el modelo del cuerpo de la Pasión existía un elemento que era deter-
redimido con la sangre de jesús Cristo? Pues no ha de ser asi, sino que le minante en la relación de Cristo con su propia corporeidad: Cristo se
habéis de pagar, y llegar con caridad a lo que fuere menester". Después de aleja, busca el aislamiento yel desierto frente, o previamente, a los acon-
la rigurosa disciplina, llegó al enfermo de rodillas, y pegando el rostro tecimientos centrales de su vida. El retiro es un modo de espiritualizar
cariciosamente a las llagas más asquerosas, con devotísirna suavidad, el cuerpo, en esta condición se convierte en silencio dispuesto a la gracia
puso en rodas los labios, y las fue limpiando con el alago de la lengua y a la voluntad. Como modelo decomportamiento normativo, se trata-
(Fernández 1666: 201-202). ba de la experiencia de alejar, retirar el cuerpo del entorno social, para
buscar espacios de silencio que acercaran al sujeto a la voluntad de Dios.
El hecho de enunciar la sangre de Cristo como acto de acerca- Cada quien 10 hada desde los medios que tenía a su alcance, pero las
miento al otro, y éste en e! sentido de humillación-humildad, pone de vidas ejemplares insistían en el carácter penitencial de ese alejamiento:
relieve el carácter público de la mortificación, pero también el culto a modelo representado por el mismo Cristo y la- tradición testamentaria

84 I I 8;
Cuerpos Anomalo s I JAIME HUMBERTO BORlA GOMEZ
El cu'"po idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

que presentan el desierto como un espacio donde el pueblo de Israe! en e! presente; o todo tipo de! presente, su antitipo en e! futuro. Este
-metáfora de! cuerpo social- o Jesús -metáfora de! sujeto ejemplar- se tipo de lectura se utilizó para tratar de interpretar los comportamientos
retiran para hacer penitencia. Las imágenes que articulan esta doble humanos. La idea era que toda acción de los hombres era una réplica
experiencia están tomadas de! éxodo de Israe! por e! desierto, paso pre- -antitipo- de un typo. Los sujetos ejemplares eran e! antitipo de un tipo
vio a la llegada a la Tierra Prometida, donde e! desierto es sinónimo de modélico, los eremitas.
penuria, hambre, calamidades, pero donde la presencia de Dios que Para las monjas el espacio conventual se ofrecía como una alter-
no los abandona se manifiesta cuando les envía el mana (Éxodo 16; nativa de aislamiento desértico. El Concilio de Trento (1546-1563) re-
Deuteronomio 8,3). Cuarenta años, según e! Éxodo, dura esta peregri- glamentó la organización de los conventos femeninos y endureció e!
nación. Jesús, por su parte, se retira al desierto durante cuarenta días encierro de las mujeres que optaban por esta vida. Para fortalecer e! mis-
previos a su actividad pública, y allí es tentado por e! demonio (Marcos mo carácter de la clausura, se estableció un conjunto de normas que les
1, 12). Los dos relatos tienen en común e! valor simbólico del cuatro, permitían vivir en una actitud de recogimiento>. La elección de la vida
pues como se sabe, en estas tradiciones judías los números representan de clausura era, para su época, la mejor manera de experimentar e! ere-
cualidades, no cantidades, y e! cuatro es e! número de la penitencia. rnitismo, lo que a su vez posibilitaba que e! cuerpo viviera en solitario,
Esta tradición simbólica de espiritualizar e! cuerpo en e! desierto, fue pero formando parte de un cuerpo místico eclesial que se representaba
recogida por los padres de! desierto, así como por e! gran movimiento en la experiencia comunitaria. Sin embargo, para estas mujeres ejempla-
anacoreta y erernítico que se dio a partir de! siglo IV (Blázquez 1995: res, e! acto de acogerse a una figura modéiica aseguraba una forma de
391-402) . establecer un nexo con su cuerpo. Para Gertrudis, a quien los demonios
La tradición medieval acogió esta imagen simbólica de! desierto y mantenían la boca cerrada para que no se confesara ni comulgara, el
le imprimió un sello de espiritualidad, muchas veces emparentada con consuelo para su situación era acogerse al modelo corporal de los ana-
el bosque como lugar de lo maravilloso y la soledad (Le Gaff 1994: 26- coretas y eremitas pues estos, por su estado de aislamiento, casi nunca
35). El tema no fue extraño para e! barroco, pero las alusiones al desier- practicaban estos dos sacramentos (Calvo de la Riba 1752: 161, 107).
to proporcionaban una experiencia distinta a la monja que al misionero. Evidentemente se trataba de una "barroquización" de estos santos
Sin embargo en los dos tipos de relación, e! mensaje era alegórico: la del desierto, pues en la época en que viven -el siglo IV- aun no se
importancia de la soledad, que en términos de la enseñanza que busca- había establecido la normatividad de la confesión y la comunión tal
ban trasmitir las narraciones ejemplares, se traducía como un compor- como se cono da en e! siglo XVII. Pero el problema no radicaba en esta
tamiento paciente y corporalmente distante con respecto al prójimo. El situación particular, sino en que e! aislamiento se asumía como una
núcleo que enlazaba esta tradición testamentaria con estos virtuosos se condición simbólica de las ventajas que tenía para cualquier persona
sustentaba en e! recurso narrativo de los tiposy antitipos (Borja Gómez la búsqueda del retiro según el modelo de la Tebaida, para concen-
2002a: 151). En la Edad Media había distintas maneras de leer la Biblia. trarse en su vida espiritual evitando las distracciones, los peligros de
Una de e!las era la lectura anagógica, una figura que se repartía en dos lo cotidiano y e! bullicio. En el retiro casi desértico, la vida era una
núcleos diferentes: la imagen y su reflejo. El principio se basaba en una
premisa: en e! Antiguo Testamento, e! Nuevo Testamento está oculto;
en e! Nuevo, e! Antiguo se revela. De esta manera, todo lo que aparecía
A consecuencia del Concilio de Trence, se estableció una estricta normatividad
en e! primero era presagio de lo que acontecería en e! otro, lo que se acerca de cómo debían construirse los conventos femeninos y cuáles eran las partes
denominó en la interpretación typos, es decir figura o forma: Adán pre- que debían tener, con el fin de asegurar el enclaustramiento que facilitara la vida
figuraba a Cristo; Eva a María; e! pueblo de Israe! a la Iglesia; e! Éxodo espiritual. Carlos Borromeo, cardenal y futuro santo de la Iglesia, que participó en el
a la Resurrección. De esta forma, todo tipo de! pasado tenía su antitipo Concilio, escribió uno de los libros fundamentales para a construcción de claustros
(Borrorneo, 1986: 92-111).

86 I I 87
Cuerpos Anomalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÚMEZ El ctlerpo idealizado: la "ida como tina Pasión (de Cristo)

tragedia y el cuerpo habita esa tragedia que se manifestaba en las múl- los ojos si topaban en un apóstol o en un anacoreta" (Fernández 1666:
tiples posibilidades de inadaptación al entorno social y conventual. 3). El texto se encarga de amplificar uno a uno los elementos que deter-
Esto explica porqué estas hagiografías y autobiografías hacen perma- minan su experiencia interior, al punto que en algunos lugares interroga
nentes alusiones al conflicto cotidiano con el otro que habita el mismo al lector para ofrecerle material de meditación. Por ejemplo, al terminar
espacio. Francisca del Niño Jesús, como Gertrudis, también asume un capítulo sobre las rnortificaciones, pregunta:
como modelo los santos de la Tebaida, enfatizando en la figura de San
Aquí, lector piadoso, quiero que me digas qué lugar le hubieran hecho
Antonio Abad como modelo de perfección (Villamor 1723: 91). De
a este esclarecidísimo varón, la contemplación, las mortificaciones, las
fondo se encontraba el retiro del mundo y la emergencia de la soledad
penitencias entre los Pablos, Antonios e Hilariones, si en aquella edad
como modelo de comportamiento.
hubiera tomado cuevaen los yermos de la Tebaida o el Egipto? Qué regla
El cuerpo aislado también tenía una función dentro del cuerpo
más perfecta podía darse a un anacoreta penitente, que suvida? Quien en
social: la soledad como preparación para la muerte. La laica Antonia
los desiertos fue más solitario que él en las ciudades? Quien en la ermita
Cabañas invoca a San Bruno, santo medieval que se caracterizó por su más contemplativo, que él en su celda? Quien en la soledad estuvo más
extremo silencio, como modelo de cuerpo preparado para la muerte.
lejosde el mundo, que él en medio del mundo? Qué ayunos, qué aspere-
El cuerpo aislado era la metáfora del cuerpo que se separaba del alma;
zas, qué rigores se abrazaron en el retiro de los monasterios, que no haya
el sujeto se aislaba de la sociedad para vivir en el desierto. Esta separa-
el abrazado en sus apostólicos trabajos? (Fernández 1666: 536-537).
ción cuerpo-alma también ejemplificaba la mortificación que llevaban
a cabo los padres del desierto en su permanente lucha contra los demo- Este texto es un resumen de las condiciones del cuerpo aislado
nios de la tentación. y, a través de las preguntas, trata de insertar el ejercicio de Claver en
Quien tan cruelmente maltrataba su cuerpo delicado, renovando en e! conjunto de! cuerpo social como un posible modelo. Entonces, e!
nuestros tiempos las asperezas que en los pasados, en aquellos ásperos mecanismo que se trata de inculcar es la soledad del corazón, aunque e!
desiertos de Siria y Egipto se ejecutaban que haría con sus pasiones in- sujeto esté rodeado y viva en sociedad.
teriores? En tener sujetas las pasiones a la razón esta lo verdadero de Las mujeres ejemplares neogranadinas particularizaron este dis-
la virtud: aquí ponía el blanco de su cuidado D. Antonia para sujetar curso del cuerpo aislado en el modelo de María Magdalena. En la repre-
sus pasiones eran sus desvelos; toda centinela para vencerlos (Solano sentación barroca, María Magdalena no es solamente aquella tentadora
s.XVII: f.97r; 161r). que ungió los pies de Cristo; el modelo que se tomó fue el popularizado
por Santiago de la Vorágine en la Leyenda Dorada, la importante co-
El modelo hacia alusión al desierto espiritual, alejamiento del lección de historias de santos del siglo XII. Según esta tradición, María
mundo que se hace desierto interior como espacio de lucha contra las Magdalena es la mujer arrepentida que se retira a una cueva como los
pasiones. Para que esto fuera posible, el modelo corporal erernftico in- hombres de la Tebaida, a hacer penitencia y mortificar el cuerpo (Vera-
volucraba una experiencia ascética de extrema mortificación: incomodi- gine 1994: 1, 382-389). Esta fue una imagen comúnmente representada
dades en el descanso, escasa comida, ayunos para resistir las tentaciones, en la pintura en el Nuevo Reino: una mujer sola, arrepentida, con la
soledad en medio de la gente que los rodeaba; el cuerpo como campo de cueva de su retiro como escenario, muchas veces mortificándose con
lucha, es decir, era como vivir en el desierto pero hacia adentro (Rubial unas disciplinas, acompañada de la Biblia y otros instrumentos para
1999: 98). Este conjunto de condiciones explica el sentido de la afirma- aplacar las pasiones espirituales y corporales. Acogida de esta manera,
ción de Fernández, que es similar en casi todos los hagiógrafos, acerca María Magdalena se convirtió en el modelo femenino de penitencia
de las virtudes de Claver: "El mayor de todos fue su vida, tan apostólica debido a la insistencia del Concilio de Trento enla importancia de este
hacia los empleos, y tan solitaria hacia el corazón, que ponía en duda a sacramento, tan duramente atacado por el protestantismo. La peniten-

88 I I 89
Cuerpos Anomaíos I JAIME HUMBERTO BORlA GÓMEZ
El cuapo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

cia inevitablemente implicaba la mortificación del cuerpo para purificar entraron con una fuerza inusitada en la devoción popular, convirtién-
el alma. Toda mujer virtuosa tenía que ver con este modelo: Cabañas se dose en uno de los epicentros de la piedad barroca. El Nuevo Reino no
retira a meditar invocando este ejemplo (Solano s.xVII: f.26v); Fran- fue una excepción, pues los mártires fueron el tema iconográfico más
cisca del Niño Jesús decide retirarse del mundo tras oír un sermón so- representado, especialmente bajo las nguras de Santa Bárbara, Catalina
bre esta mujer (Villamor 1723: 43); Gertrudis la tiene presente cuando de Alejandría, Úrsula, y algunos santos modernos, como Rosa de Lima,
abandona de muy niña la casa de sus padres para marchar definitiva- famosa por la forma como martirizaba su cuerpo (Borja Gómez 2003:
mente al Convento, su retiro del mundo (Calvo de la Riba 1752: 14). 179-180).
Para la construcción de la subjetividad, este modelo del cuerpo En una sociedad tan sacralizada como la colonial, esta era la con-
aislado se comportaba como ideal para laicos y religiosos. Representa- ducta que debía ser recordada y celebrada sin excepción. El martirio
ba al sujeto que luchaba contra sus pasiones, mortificando su cuerpo, de los santos reflejaba para los sujetos coloniales la imitación más cer-
luchando contra sus demonios; es decir, desde el desierto del corazón, cana, posible y alcanzable del prototipo inalcanzable de sacrificio y
se lograba la salvación. Estas no fueron excepciones, pues la literatura
colonial introdujo las historias de algunos de estos cuerpos aislados,
entre los que se destacan la prolífica imagen de San Bruno, fundador
de la Cartuja y ejemplo de la vida solitaria (Salís y Valenzuela, 1647a,
I perfección: Cristo. El mártir mediaba entre lo sagrado y lo profano en
el espacio de lo cotidiano; ayudaban a construir el comportamiento
sumiso que tanto necesitaban las autoridades coloniales (Pastor 2004:
186); simbolizaban el autocontrol y la paciencia en la vida atribula-
1647b; Orjuela 1984, 55), y San Pablo ermitaño (Ribero, 1956: 368- da; eran ejes de la comunidad a la que representaban, surgían dentro
375), ambos persisten en la literatura del siglo XVII. de una comunidad y regresaban a ella, patronos invisibles que ejer-
.cían una autoridad cósmica. Los virtuosos coloniales asumían real y
3.2 La corporeidad del martirio simbólicamente esta condición. Simbólicamente al entronizar ciertos
Este modelo del cuerpo aislado se articulaba y convivía con un segun- actos de sus vidas en las fiestas de mártires, como Juana de San Es-
do, el del mártir. Este también tenía su prototipo en la corporeidad de teban, otra virtuosa neogranadina que murió a comienzos del siglo
Cristo, el modelo por excelencia de sufrimiento y mortificación inflin- XVIII, quien tomó el hábito el día de Santa Lucia, para representar de
gida por otros. La idea del martirio estaba fuertemente enraizada en la esta manera lo que sería su tormentosa vida (Palacios 1792: f.lór). El
cristiandad primitiva, de hecho, ésta había sido la primera forma reco- modelo era real en cuanto que su vida se convertía en un ejercicio de
mortificación: "A la paciencia, y constancia de la venerable madre ni
nocida de santidad, pues se trataba de sujetos que habían muerto por
la fe, en cuyos cuerpos se encarnaba el ideal erístico de morir para otra la mellaron ni la deslucieron, ni pudieron consumir ni innumerables
vida, hacer el tránsito desde el ya mencionado valor que la cristiandad trabajos que la afligieron, ni inexplicables aflicciones que la atormen-
taron, ni los terribles tormentos, tribulaciones y enfermedades quela
le proporcionaba a la sangre, y en especial, a la sangre derramada. El
rnartirizaron" (Palacios 1792: f.52v). La imitación se encadenaba a un
culto a los mártires se reavivó después del Concilio de Trento, especial-
modelo de comportamiento corporal, a una forma de asumir al fami-
mente con el redescubrirniento, en 1578 en Roma, de los antiguos ce-
menterios cristianos donde yacían los mártires. A partir de entonce~ se
liar enemigo, a través de la "conformación alectiva".
A diferencia de los que sucedió en otros espacios coloniales como
desperdigaron sus reliquias por todo el mundo crisriano.f Pero además
Nueva España, en la Nueva Granada no se presentaron casos de vidas
ejemplares de mártires, aunque hay rastros de algunos de ellos en los
menologios, generalmente jesuitas que trabajaron en las misiones de
6 Un ejemplo de la fuerza que te mó este culto a los santos y sus reliquias. lo constituye
la Orinoquía en los siglo XVII y XVIII (Cassanj1741: 562-574; Mer-
Felipe II. compulsivo coleccionista quien llegó a tener una lipsanoteca con 7422
reliquias (Bouza 1990: 23-55). cado 1957: Tomo II). En la tradición hagiogránca barroca, estas vidas

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Cuerpos Anómalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ El cuerpo idealizada: la vida como tina Pasión (de Cristo)

ejemplares generalmente de misioneros, tenían rasgos comunes entre nández 1666: 536). Se sobredimensiona e! valor de estos virtuosos en
los cuales destacaba principalmente la muerte a mano de infieles y se cuanto que su martirio, a diferencia de los antiguos, no es cosa de los
describía, más que la vida, la muerte a manos de un tirano.' La carencia instantes previos a la muerte, sino una experiencia prolongada durante
del mártir clásico que muere por la fe, no fue obstáculo para que se lle- toda su vida. Palacios valoraba e! largo martirio de Juana de San Este-
vara a cabo una interpretación más alegórica de lo que significaba este ban, justificándolo de esta manera:
tipo de muerte, que además era una forma de tratar e! cuerpo. Quienes
y no podemos sino decir que no es menos grato a los ojos de Dios, el
sufrían e! martirio pretendía fundamentalmente asemejar sus actos a
que arde lenta pero prolijarnenre en la hoguera del amor, que quien por
los del Cristo sufriente, encarnar los dolores en e! cuerpo, morir como
el mismo amor, vierte la sangre, y rinde la vida violencias de los ecu-
él murió. Pero la idea era paradójica por sí misma, porque la muerte "se
leas, catastas", garfios, ruedas, parrillas, y otros atroces tormentos que
rehabilita en la palestra donde se enfrentan las fuerzas de! mal y la salva-
invento la tiran ía; en nuestra venerableJuana, se encuentra en la misma
ción. Lo invisible es atestiguado de la forma más convincente, el Credo
[señora] un cruel verdugo y enemiga de su cuerpo; porque reflexioneel
es recompensado con una ascensión sin demora, el cuerpo es abolido
lector, una cadena al cuello, que daba a la cintura si rviéndole de estolay
como carne y sufrimiento" (Tazi 1991: 545). Los relatos de martirio se
cíngulo; un quinquenio de cilicios, un ayuno cotidiano, una continuada
insertaban en el espacio de lo cotidiano para acercar al lector a la posi-
abstinencia, y todo esto sobrecayendo en un cuerpo extenuado con las
bilidad real de! martirio, de modo que representaban e! espacio donde
habituales enfermedades de que adolecía, en una naturaleza flaca y débil
se encontraban la muerte y la salvación, yel vínculo que las unía era el
por su sexo' (Palacios 1792: f.30r).
sufrimiento encarnado en e! cuerpo.
Todo mártir necesita un verdugo. Una figura compleja en la medi- Pregunta al lector para generar la meditación. En este lugar, la
da en que cumplía una doble función: era quien ejecutaba pero también enfermedad, la tribulación o la tentación jugaban el papel de acusado-
era el purificador, quien marcaba el camino de la perfección. Las narra- res. En el escenario de lo cotidiano, se desplazaba el modelo corporal
ciones ejemplares se encargaron de encontrar formas para mostrar ver- del martirio a la conformación de cualquier sujeto colonial. El mode-
dugos intangibles: el demonio, la gente común que amarga la vida del lo también se aplicaba a los laicos, como en Francisca de Zorrilla que
virtuoso, o también e! cuerpo y la misma vida que se comportan como consideraba la grave enfermedad que padecía como la deseada muerte
verdugos. En ocasiones, hasta lo más banal se puede comportar como por martirio, una remembranza de lo que Cristo había sufrido por ella
verdugo. Por ejemplo, en el caso de Pedro Claver e! papel lo cumplen los (Álvarez de Velasco 1661: 73).
insectos y sabandijas de! malsano clima cartagenero: "menos molesto Los tratados edificantes de Pedro de Mercado y Juan Bautista de
es el cilicio todo el día que L picadura de un mosquito un breve rato". Toro afirmaban que ésta era una impronta para la perfección de la per-
Para e! hagiógrafo, ésta es una plaga que muchas veces atormentó a los sona y ofrecían consejos para ejecutar la experiencia. Para Mercado era
santos mártires pero con una diferencia "un día o pocos estuvieron los un excelente acto de fortaleza, y cualquiera podía ser mártir "aunque en
santos mártires en aquel tormento y e! venerable padre muchos años. sentido riguroso no lo puede ser sin tiranos". Sin embargo, cualquier es-
Ellos obligados por la fuerza, él obligado de su voluntad. Ellos atados pacio de lo cotidiano, especialmente la mortificación, servía para tal fin:
no pudieron favorecerse, él nunca quiso favorecerse estando libre" (Fer- "cuando padeciese tribulaciones, enfermedades, tentaciones, etc, diga
Volo manir Dei fieri, quiero que me hagan mártir de Dios estas penas
que su paternal providencia me envía" y más adelante puntualiza, "Dios
7 El caso más representativo es el del jesuita novohispano Felipe de Jesús quien
murió martirizado en el Japón junto con otros compañeros. Además de este caso, se
desarrolló una amplia hagiografía con respecto a este tipo de ejemplar (Rubial 1999: 8 Eculeo es un potro, instrumento de tortura, y la catasta esel potro de tortura en que
132 -152). se descoyuntaba al condenado.

92 I I 93
Cuerpos Anomalos I JAIME HUMBERTO BORjA GÓMEZ
E[ cuerpo idealizado. [a vida como una Pasión (de Cristo)

mío yo acepto desde ahora la muerte con los dolores y accidentes que me De esta forma, e! compromiso del cristiano era asemejarse a los
han de afligir. Ellos deseo que sean mis tiranos y verdugos" (Mercado mártires, de no hacerla, comprometía el sacrificio de éstos. Para lo-
1673: 130). Se trataba de asumir e! cuerpo sufriente y la causa exterior grado, no sólo debía aspirar a la muerte física, sino también renunciar
como el verdugo. El cuerpo se embellecía en el martirio, un mecanismo a los placeres que otorgaba e! cuerpo, no rendirse a las pasiones, ejercer
para perfeccionar lo imperfecto. . la capacidad de abstención. No había texto colonial que no hiciera alu-
Los narradores de las vidas ejemplares se preocupaban por incul- sión a esta concepción y siempre se refería al argumento del mártir que
carie a los lectores esta perspectiva en sus vidas cotidianas. Solano men- había padecido y optado por esta forma de vida (Ribero [1956]: 77;
ciona, en la vida de Antonia Cabañas, un ejemplo de este ideal del Mercado 1673: 141): el cuerpo quemado de San Lorenzo, el asaeteado
martirio: refiriéndose a sus valores espirituales, y para resaltar la virtud de San Sebastián, los penitentes de San Jerónimo y San Francisco de
de la paciencia, cuenta que durante un viaje de peregrinación al san- Asís. Pero también e! martirio se extendía más allá de las fronteras de
tuario de la virgen de Chiquinquirá, a Antonia "le cayó de la cabeza a los mártires: se erigían como modelos a aquellos santos que se hicie-
las muelas una reuma con tan cruel dolor que no la dejaba un instante ron famosos por castigar su cuerpo, por imitar el cuerpo lacerado de
de alivio, que doblando dolor a dolor y martirio a martirio, le reventó Cristo: los cuerpos castigados de Ignacio de Loyola y Francisco Javier,
la muela en la quijada" (Solano s.xVII: f.48r). Esta situación le sirve el místico de Santa Rosa de Lima. El panorama de renuncias yobliga-
al autor para establecer una larga reflexión acerca de! sentido de! dolor cienes del cuerpo era muy amplio, y estos modelos de santidad no se
corporal y su extensa relación con e! martirio. En Sáchica encontraron cerraban al modelo del martirio.
un barbero -quienes tradicionalmente ejercían de cirujanos-; y se le en-
cargó aliviarle el dolor, con tan mala suerte que cada intento era fallido.
Experimentando nuevos métodos, el barbero lo único que causó fue CONCLUSIÓN
más dolor: "Corriese de su mismo desacierto, el barbero en e! romper
En las anteriores páginas se ha tratado de mostrar cómo el ideal de
la muela en la quijada, tomó brío para nuevos desaciertos y aun para normalidad era la santidad, lo cual se construye desde un discurso que
no usados martirios, de los más sangrientos tiranos, que cuentan las pretende demostrar cómo la vida del cristiano común, moralmente
historias que usaban con los saneas mártires". Como cualquier virgen y anormal, puede llegar a un estado de perfeccionamiento mediante el
mártir del cristianismo primitivo, e! dolor corporal era asumido con la
sufrimiento. Si bien es cierto que aquí se encuentra una antinomia
paciencia necesaria, lo cual codificado en la gestualidad se convirtió en que se construye a partir de dos categorías binarias -lo normal y lo
una imagen narrada: "En este último tormento por más sensible 10 estu- anormal-, aparentemente contradictorias. Pero en realidad, estas no
vo tampoco Doña Antonia que levantando apacible los ojos, como solía se excluyen, al contrario, se complementan en la medida en que el
en sus mayores dolores al cielo, se medio se sonrió". Los "tormentos" se precepto de 10 normal se construye desde la anormalidad. Para com-
extendieron a otras partes de la boca. Finalmente, el exemplum permite prender cómo funciona este problema, se deben anteponer un argu-
concluir en la virtud del buen cristiano, para quien e! dolor corporal es mento: se trata de uno de los aspectos que justifican la formación del
camino de salvación, "no sólo en este achaque tan penoso, sino también cristianismo, la creencia en la corrupción fundamental de la naturale-
en las enfermedades de más terribles dolores, se le notó; que las decía za humana, es decir, el pecado original. Según éste, todo sujeto nace
con tanta frecuencia, que era cada vez que respiraba; como quien ha- imperfecto debido a la "mancha hereditaria" del pecado de los primeros
naba su vida solo en pronunciar a su amado: ya la manera que cuando padres. Por la gracia de Dios, sólo Cristo y la Virgen nacen libres de
falta respiración corporal; es apagarse el vivir; e! vivir de! amor de su este pecado, por lo cual se constituyen en la suma de la perfección.
esposo lo quería declarar en e! repetir de su nombre en cada respiración" En términos de nuestra interpretación, todo sujeto nace anormal, y
(Solano s.xVII: f.452v). su destino en esta vida es imitar las virtudes y las acciones corporales

94 I I 95
Cuerpos Anómalos I JAlME HUMOERTO BORlA GóMEZ El merpo idealizado: la vida como una Pasión (de Cristo)

de su fundador, lo que constituye a la lmitatio Christi en e! principio sivamente el ideal de perfección, en el cual subyada la consideración de
rector de! cristianismo moderno. la anomalía de aquellos cuerpos que no se aislaban espiritualmente y
La búsqueda individual para perfeccionar la anormalidad moral no mortificaban la carne. En el contexto de! desarrollo del individua-
que representa la condición de! pecado original, tiene un corolario fun- lismo, en pleno proceso de formación durante estos siglos, estos textos
damental en la cultura barroca: una renovada conciencia de cuerpo, aportaron indicaciones acerca de cómo llevar a cabo aquellas prácticas
a partir del cual se establece una nueva relación con e! alma. El cuer- para que e! sujeto colonial fuera tomando conciencia de sí, a partir de la
po cobra en este momento la importancia que antes le había negado imitación de los virtuosos neogranadinos. El consejo de la mortificación
la tradición medieval cristiana, convirtiéndose en e! instrumento que de los sentidos, paradójicamente implicaba tomar conciencia de estos y
exterioriza e! alma, pero con la condición de que se manifiesta como de! cuerpo, mientras que la insistencia en el aislamiento incidía en la
sufrimiento. El cuerpo anormal, deformado moralmente por el pecado toma de conciencia de los propios actos, sus efectos y consecuencias. El
original, encuentra un espacio de purificación y perfeccionamiento en proceso tendía a construir discursivamente sujetos mortificados e indi-
la mortificación, en la impresión de la llaga, o en cualquier otra expre- vidualizados, 10 que modelaba la docilidad necesaria para establecer un
sión que encause el dolor. Es aquí en donde los santos ejemplares se con- imperio español unificado, al menos en las creencias.
vierten en e! modelo ideal de comportamiento. El cuerpo es entonces
una mediación entre él mismo y el alma, entre lo material y lo espiritual.
BIBLIOGRAFÍA
Esta tensión permite que se concrete una vieja aspiración de! cristianis-
mo, la espiritualización de! cuerpo y la erorización del alma (Vainfas Álvarez de Velasco, Gabriel (1661): De la Exemplar vida y muerte dichosa de
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98 I I 99
Saberes médicos - Saberes teológicos:
de mujeres y hombres anómalos

MAX S. HERING TORRES"

Resumen: A lo largo del artículo, el autor discute la construcción del


saber médico-reo lógico sobre los "cuerpos anómalos" en España y su in-
cidencia en la Colonia en los siglos XVI y XVII. Después de rastrear
punrualrncnre los saberes médicos de la Antigüedad y de la Edad Media
se esclarece cómo los teólogos de los siglos XVI y XVII reconfiguraron
dichos saberes para adaptarlos a las necesidades del dogmatismo cristiano
y su sistema de adiestramiento y control. Como prueba de ello, se pre-
sentan dos casos de estudio. Primero, se reconstruye el imaginario sobre
e! "cuerpo anómalo" de la mujer. En especial, se enfariza e! supuesto
peligro de contaminación que representaba la lactancia de las nodrizas
neófitas (del Judaísmo y de! Islam) en la Península Ibérica y de las nodri-
zas negras, mestizas o mulatas en la Colonia. Segundo, se profundiza en
e! cuerpo anómalo del hombre, particularmente en el cuerpo del neófito
judío, patologizado a raíz de su "impureza" y de su supuesta sintorna-
tología: la menstruación masculina. El artículo cierra con la siguiente
hipótesis: a través de la historia del cuerpo anormal, se puede descifrar
la sociedad, sus valores y la íntima relación entre el ejercicio del poder y
el saber, sobre todo, cuando en ella se entretejen y articulan misoginia,
antijudaísmo y pre-racismo.

Palabras Claves: Género, cuerpo, medicina, teología, orredad, historia


europea y colonial, siglos XIV-XVIII.

Profesor Asistente del Departamento de Historia, Universidad Nacional de Colombia,


sede Bogad. Correo electrónico: msheringt@unal.edu.co
** Aprovecho este espacio para expresarle mis agradecimientos a Zandra Pedraza, Inés
Elvira Rocha, Jaime Borja y a mis estudiantes del seminario "Cuerpos Anómalos".
Sus comentarios enriquecieron este artículo.

I l(
Cuerpos Anontalos I MAx S. HERlNG TORRES Saberes médicos - Snberes teolágicos: de mujeres y hombres anámalos

Abstraet: In the course of chis artide rhe aurhor discuses rhe building
expondrá el saber médico de la Antigüedad. Este acápite se justifica
up of medical-eheological knowledge abour 'anomalous bodies' in Spain
and its influence during die colonial period of rhe sixteenrh and scven- en la medida en que no es posible entender la medicina moderna sin
rcenth centuries. A careful examinarion of the medical knowledge of reflexionar sobre la antigua, sobre todo, si se considera que ésta última
Antiquity and rhe Middle Ages dearly shows how rhe rheologians of siempre operó como el punto de partida para la fabricación de verdades
rhe 16,1,-17'1>centuries reshaped thar knowledge to fir ir to rhe needs of
médicas en la Edad Media y Moderna. (2) En la segunda parte se anali-
Christian dogma and its sysrems of imposing discipline and control. As
evidences of ir, two case srudies are presented: First, an analysis of the zarán algunos tratados médicos de la Edad Media y, principalmente, de
concept of the 'anomalous body' of women, wirh a special emphasis on la Edad Moderna para indagar de qué manera se creó un saber sobre la
rhe assumprion rhar rhere was a risk of contaminarion frorn breast-fee- "anomalía corporal" y en qué medida se relacionaba con grupos consi-
ding by recenrly can verted wet-nurses, wherher Jewish or Muslim in rhe
derados de por sí como "anormales" en la sociedad. (3) En la tercera sec-
Iberian Península, or black, mestiza or mulata ones in America. Second,
an analysis aE rhc 'anornalous body' of rnen, in particular rhar of rhe ción se profundizarán planteamientos teológicos que recurrían a teorías
Jcwish neophyre, whose body was considered to be parhologically irnpu- médicas con la finalidad de racionalizar y justificar sus descripciones
re, .rhe allcged symptom of which was masculinc rncnsrruarion. Finally, sobre las desviaciones del cuerpo. Este enfoque se delimitará con base
rhe anide sets forrh rhe following hyporhesis: rhrough the history of
en dos ejemplos. (3.l) Por un lado, se reconstruirá el imaginario sobre
rhe abnormal body, one can decipher society and irs valucs, as well as
rhe inrirnate relarionship berween the exercise of power and knowledge, el cuerpo anómalo de la mujer, haciendo especial énfasis en el supuesto
especially in a socicry wherc misogyny, anri-judaisrn and pre-racism in- peligro de contaminación que representaba la lactancia de las nodrizas
teract and prevail.
neófitas (del Judaísmo y el Islam) en la Península Ibérica y de las no-
Key Words: Gender, Bcdy, Medicine, Theology, Othcrness, European drizas mestizas, negras y mulatas en la Colonia. (3.2) Por el otro, se
and Colonial history,14,h_17,h cemuries.
reconstruirán las visiones sobre el cuerpo anómalo del hombre, propia-
mente el cuerpo del neófito judío -cuerpo que fue patologizado debido
a su supuesta impureza y sintomatología: la menstruación masculina.
INTRODUCCIÓN
Para terminar, se presentarán unas reflexiones finales y los resultados
El presente artículo hace referencia a mujeres trasmisoras de sus vicios del presente aporte.
morales a través de su leche y a hombres que padecen hemorroides y
menstrúan como mujeres. Así mismo, delibera sobre la forma en la
que se reprodujeron y complementaron los dispositivos de odio, como 1. SABER SOBRE EL CUERPO EN LA ANTIGÜEDAD
por ejemplo: la misoginia, el antijudaísmo y el pre-racisrno'. N o se tra-
A lo largo de este capítulo me limitaré a reconstruir la patología hu-
ta de una historia anecdótica, puesto que estas anomalías corporales
moral para explicar en qué medida fue implementada en épocas pos-
eran, para la época, percibidas como verdaderas y justificaban acciones
teriores como un principio' de autoridad; por tanto reconstruida en su
de humillación, de menoscabo y de iniquidad. Para explicar el poder
totalidad con sus evidentes contradicciones y profunda complejidad,
discursivo de definición, que previamente construyó estos peculiares
sería demasiado pretensioso. Así mismo, me limitare básicamente al
imaginarios, se examinará el saber médico-teológico sobre los cuerpos
trabajo de Claudius Galeno (l29~200 d. e.) dado que éste refleja una
anómalos en la España de los siglos XVI y XVII. Para el logro de este
tradición centenaria de la medicina griega, desarrollada por Alcmeón
objetivo, el artículo se divide en tres capítulos. (1) En el primero se
de Crotona (ea, 570-500 ade.) , Empédocles de Agrigento (504-433
ade.), Hipócrates (460-375 ade.) y Aristóteles (384-322ade.) (Laín
Con el término "pre-racismo" trato de rescatar el principio funcional del racismo en Entralgo 1961: 30-69; Temkin 1973: 10-50; Kollesch/Diethard 1993).
el siglo XVI y XVII, pero diferenciándolo epistemológicamenre del racismo de la Sus teorías representaron el principal eje teórico y argumentativo para la
modernidad (Hering Torres 2003, 2006, 2007). Edad Moderna, operando siempre como autoridad legitimadora, hasta

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Cuerpos Anomalos I MAx S. HEJuNG TORRES
Saberes médicos - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anómalos

ser cuestionadas y desplazadas progresivameme por los descubrimien- valecientes (Nutton 1973: 158-171; Nutton 1984: 315-322; Temkin
tos de Andrés Vesalius, (1514-1564), Paracelsus (1493-1541) y William 1973: 17-19).
Harvey (1578-1657) (López Piñeros 1979: 308-339). La patología humoral, sin embargo, no se limitaba a explicar
Con base en la tradición médica de los griegos, Galeno partía cómo la constitución interna del cuerpo determinaba la salud o la en-
de la premisa de que todas las cosas existentes en el cosmos, inclu- fermedad. Los médicos adicionalmente asociaban la constitución del
yendo la alimentación y los líquidos, estaban conformadas por cua- cuerpo con principios morales. El principio de la Kalokagathia' refleja
tro elementos: fuego, aire, tierra yagua. Según la filosofía natural, con toda puntualidad la lógica en alusión: no podía existir belleza, sin
adicionalmente se les adjudicaban a las cosas del cosmos "cualidades salud; por tanto, salud o bondad no podían existir sin belleza (Gracia
primarias": calor, frío, sequedad y humedad (Temkin 1973: 10-50). Guillén 1987: 377). Galeno, al igual que Alcmeón e Hipócrates, afir-
La alimentación y los líquidos tenían una función primordial en tan- maba que la constitución del cuerpo y de la cultura obedecía al clima,
to que, durante la digestión, los alimentos se transformaban en sus- es decir al viento, al paisaje y al agua, en tanto el entorno ambiental
tancias corporales denominadas humores. A saber: sangre, Berna, bilis se reRejaba en el cuerpo moldeando el carácter y la moral de las per-
amarilla y bilis negra. Después de dicho proceso de transformación, sonas (Capelle 1955: c. 24). Galeno señalaba la importancia de esta
los humores no solamente nutrían e! cuerpo, sino determinaban su teoría sobre todo en su trabajo Quod animi mores corporis temperamen-
constitución (complexio). El concepto de "complexión de! cuerpo" ex- ta sequantu; sostenía que las facultades de! alma (/acultates animae)
presaba diferentes cualidades y mezclas de los humores. Un balance dependían del temperamento corporal (col'pol'is temperamenta}. Según
entre los humores determinaba la salud, mientras e! desequilibrio en él, reconocer esto era de gran utilidad para las personas preocupadas
los mismos determinaba la enfermedad. No en vano Galeno afirmaba, por la condición de su alma ya que, si al consumir bebidas y alimentos
con la tradición grecolatina, que si la alimentación de una persona los individuos se preocupasen por mantener una mezcla armónica en
era unilateral, la hidratación deficiente, o el individuo se encontraba e! cuerpo, ayudarían al alma en su pretensión de alcanzar la virtud
expuesto a condiciones climáticas extremas, podía caer en un estado (Kühn 1822, vol. 4, 767, 787).
de enfermedad debido al desorden humoral (diskrasia). Solamente una Debemos reconocer que en la Antigüedad la fisonomía, la en-
mezcla armónica y equilibrada de los humores (eukrasia) garantizaba fermedad y la moral no se entendieron únicamente como fenómenos
la salud. Según la patología humoral se les conferían características sobrenaturales, sino que también se intentó entenderlos a través de plan-
(qttalitates) específicas a los alimentos, a los líquidos y sobre todo a las teamientos racionales y médico-científicos. Lo anómalo se explicaba
estaciones clirnáticas, por tanto a los humores también se les asignaban por la carencia de orden y armonía en la complexión corporal y cual-
cualidades primarias. El verano era una época caliente y seca, en su- quier desorden o anomalía se connotaba moral y físicamente de manera
puesto nexo causal se relacionaba con la bilis amarilla (caliente y seca); negativa. De ahí el interés por entender en qué medida los conceptos
el invierno encarnaba el fria y la humedad, de ahí que se asociara con médicos de la Antigüedad incidieron sobre la medicina moderna, y ésta
la Rema (húmedo y frío). El otoño representaba la sequedad y el frío, sobre la definición del "cuerpo anómalo".
por ende se coligaba con la bilis negra (frío y seco) y, finalmente, la
primavera personificaba la humedad y el calor, por tanto se asociaba
con la sangre (húmeda y seca). De acuerdo con esta lógica, las enfer-
medades se debían curar por medio de una dieta, de medicamentos
o sangrías. Las terapias en alusión tenían como objeto restablecer la
armonía; dicho propósito solamente se lograba recomendando reme-
2 Expresión griega que indica la integración de lo bello (kalos) con lo bueno
dios y alimentos con un "temperamento" contrario a los humores pre-
(agarhós) a través de la perfección del ser con base en el cuerpo y en el alma.

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C"e,pos An6malos I MAx S. HERlNG ToRRES
Sab,m medicos - Saberes teolágicos: d, mujeres y hombres anómalos

2. LA "LÓGICA" DE LOS CUERPOS ANÓMALOS


siognómica (Groebner 2003: 14). Por tanto, los médicos optaron por
En los tratados médicos de la Edad Media y Moderna se trataban temas ser prudentes en sus afirmaciones al respecto. No obstante, después de
como la etiología, la sintomática y la terapéutica. Cabe señalar que en cautelosas salvedades, la gran mayoría de autores no titubeó en desarro-
estos trabajos no solamente se encuentra un conglomerado escolástico llar complejas tipologías relacionando lo nsico con lo moral y viceversa.
de saberes, sino también la inquietud por entender las desviaciones de la Uno de los tantos ejemplos es el tratado editado en Augsburgo con el
normalidad y del orden. No en vano lo "anómalo" se convirtió en una título Complexionenbücblin (1514) en donde se afirmaba: "Welhes stirn
temática central para los médicos. La desviación y lo anormal, como faltet ist / vnnd in del' rnitt spalt hat / der ist einfeltig / hochrnutig
o~jem~ de análisis, personificaban fenómenos difícilmente explicables / vnnd hat doch bos glück" (Groebner 2003: 4-5), es decir, "Quien
e irracionales, Dichos fenómenos eran encarnados por sujetos conde- en cuya frente tiene arrugas / y en la mitad hendiduras / es simplón /
nados a una existencia al margen de la sociedad, como por ejemplo: engreído / y tendrá mala suerte", Lo anterior demuestra el impacto del
Judíos, dementes) criminales, mujeres y ambiciosos. No obstante, sus principio de la Kalokagathia sobre las teorías médicas de la época, pero
conductas debían ser presemadas en categorías imeligibles; es decir su también la influencia sobre la moralidad cristiandad, según la cual el
"ser al margen" debía ser explicado según la lógica proto-ciemífica de rostro reflejaba la epifanía del alma: a partir de estos planteamientos se
la época. Dichas explicaciones solamente se podían elaborar desde una había constituido un orden y una norma del cuerpo desde los ideales
premisa por medio de la cual se hubiesen definido previamente los prin- médicos y los valores cristianos, que naturalmente recreaban también
CIpIOSde normalidad en una sociedad mayoritaria y, en consecuencia, se los cánones de estética ideal heredados de la Antigüedad.
acordase implícirarnenre qué y quiénes se debían entender como mino- El médico francés Bernardo Gordonio publicó su obra Lilium Me-
rías al margen de la norma y de la normalidad. dicine en el año 1305. Dicho trabajo tuvo gran incidencia en Europa
Johannes Parisiensis publicó, alrededor del año 1270, una obra y se tradujo a varios idiomas entre ellos el francés, alemán, hebreo, ir-
~, ¡
)
que llegaría a ser ampliamente difundida en Europa. Se trata del Liber landés y, en 1495, al castellano. Gordonio, a diferencia de muchos, no
complexionum en el cual describía detalladamente cómo la complexión trató de definir la otredad de los judíos exclusivamente a partir de la
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del cerebro se podía determinar por el tamaño de la cabeza, su forma, religión sino, adicional mente, a través de las diferencias corporales. En
su tempera~ento, el color del cabello y por algunas señas en los ojos y el quinto libro, Gordonio afirmaba "que los judios por las mas padecen
otras parte Internas del cuerpo. Según el historiador austriaco Valenrin almorranas [hemorroides)" (Gordonio 1513: 154). Así mismo afirmaba
Groe.bner: se p~ede afirmar que en dicha época se vivió toda una proli- que Dios, con motivo de la crucifixión de Jesucristo, les había "tirado
Ieración literaria consagrada al tema de la fisonomía y del cuerpo: Mi- del espinazo" para perpetuar su castigo. De esta manera, los "flujos de
chael Scotus escribió el Liber physionomie dedicado a Federico de Sicilia sangre" derivados de las almorranas y el espinazo prolongado represen-
(1272-1337); Pierro d'Abano elaboró su Compilatio
physionomiae en taban una especie de so matización del castigo por e! pecado del deici-
1295 y Michele Savonarola la obra Speculum pbysiognomiae (1455). La dio. Con e! fin de sustentar su afirmación, enumeraba tres aspectos para
principal íinalidad de los trabajos citados respondía al concepto plasma- explicar la desviació~ fenorfpica de! pueblo judío:
do en una compilación franc.::sa del siglo XV según la cual la disciplina La l. por que siempre están en ociosidad y por esso se engendran en ellos
de la fisiognómica servía para enseñar a "connoistre le nature et le corn- la sangre melancolica. Lo Il. porque de contino esta n en temor y angus-
1; plection de chascun", es decir a "conocer la naturaleza y la complexión tias por esso se allega en ellos sangre melancolica. Cerca desto dize y po~
de cada uno" (Groebner 2003: 4).
eras el temor y pusilanimidad que mucho tiempo turaren: melanconico
A finales del siglo XIII, el obispo de París Etienne Tempier inter- hazen el humor. Lo III. que esto es por vengan~a divina cerca delo qual
pretó y clasificó estos planteamientos como heréricos, aduciendo que se dize y tfriolos en lo postrimero del espinazo y maldicion perpetuo les
eran consecuencia de las recientes invenciones de la astrología y la fi- odio (Gordonio 1513: 154).

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Cuerpos Anomalos I MAx S. HElUNG TORRES
Saberes médicos - Snberes teológicos: de mujeres y hombres anómalos

Gordonio enfatizaba el desorden humoral de los judíos, manifies- peligrosa sobrecarga de bilis negra. El exceso de dicho humor en e!
to en la sobrecarga de melancolía. Este estado corporal de los judíos cuerpo, según Mercado, traía consigo una predisposición somática a
ponía en evidencia la necesidad de efectuar sangrías para purificar su pecar y, en esa medida, dicho exceso evitaba la salvación del alma. Por
sangre y restablecer la armonía humoral en la complexión (Gordonio tanto, la sobreproducción de melancolía se debía entender como una
1513: fol. 154). Sin embargo, el médico francés le adjudicaba a la me- evidente influencia infernal y sus efectos eran "verdaderamente de de-
lancolía un significado adicional en detrimento de los judíos. El autor monio: amonestando siempre cosas que contradizen a la saluacion de
del Lilium relacionaba la sobreproducción de bilis negra (melancolía) e! anima" (Mercado 1558: 149-150). Los dementes y, evidentemente,
con la locura, explicando que la acción del calor sobre la bilis negra los pecadores sufrían especialmente de estas condiciones corporales.
y sobre la melancolía podía transformar esta última en cólera. Con Ante esta situación, Mercado intentó desarrollar una terapia para cu-
base en la autoridad del médico persa Avicena (980-1037), Gordonio rar el mal y normalizar cuerpo y espíritu: "Lo mio es euacuar el hu-
afirmó incluso que en algunos casos la melancolía también se creaba mor melancolico que peca en ella y criar sangre loable, calentando los
en el cuerpo por la influencia del diablo. Atendiendo la advertencia templadarnenre declinando para humederlos. Lo qual todo se efectua,
de! médico persa -no profundizar en tan peligroso tema- renunció con regimiento en comida y bevida y uso de buenos ayres [... ] si el
a discutido (Gordonio 1513: fol. 61). En conclusión, Gordonio trató cuerpo abundare de sangre me!ancolico, la cura se ha de empe~ar por
de comprobar que los judíos se diferenciaban de los cristianos por su sangria [... ]" (Mercado 1558: 159). Según la tradición médica de la
constitución humoral. Adicionalmente, afirmó que ellos no solamente época, Pedro Mercado le confería a la melancolía connotaciones ex-
tenían una relación biológica con la aberración mental, sino que su clusivamente negativas y ofrecía una interpretación que explicaba el
complexión corporal permitía la influencia diabólica. Como se verá carácter pecaminoso y la impureza moral con base en la composición
más adelante, estos postulados tuvieron una fuerte incidencia en la interna del cuerpo. En otras palabras: Mercado había hecho inteligible
Península Ibérica. la conducta anómala de pecadores y dementes al racionalizar su lógica
En España también encontramos médicos promotores de catego- por medio de su cuerpo disfuncional.
rizaciones para captar la individualidad a pan ir de la fisonomía y el La tradición de Occidente también adjudicaba a la mujer evidentes
cuerpo. Es oportuno recalcar que ya para los siglos XVI y XVII no se anomalías. Su cuerpo se caracterizaba, según Arisróreles, como "ana-
presentan tensiones entre estos planteamientos médicos y la Inquisi- logía e inferioridad" en relación con el cuerpo masculino (Sissa 1991:
ción, como había sucedido con e! obispo de París Etienne Tempier a 93). La anatomía sexual de la mujer era defectuosa en la medida que
finales del siglo XIII. Por el contrario, la Inquisición mostró un pro- no era simétrica, sino análogamente asirnétrica a la del hombre: "allí
fundo interés por estas tendencias con el propósito de reconocer con donde los machos tienen el pene, las hembras presentan un útero, que
más facilidad la herejía y, por ende, combatida eficazmente. El médico es 'siempre doble, así como en los machos los testículo son siempre dos"
y filósofo Pedro Mercado, a diferencia de Gordonio, no se atuvo a las (Aristóteles, (GA), 716b, 32; cita según Sissa 1991: 93). A la luz de
advertencias de Avicena sobre el peligro que representaba investigar la estas explicaciones, el cuerpo de la mujer se entendía como malogrado
influencia del diablo sobre el cuerpo. Precisamente en el sexto diálogo y débil, un cuerpo cuya formación y naturaleza era incompleta como
de su obra Dialogos de Phifosophia natural y mora! (1558) intentaba la de un niño o de un hombre estéril que carece de semen (Arisróteles,
comprobar e! enlace entre la melancolía corporal y la influencia sa- (GA), 728a, 17-25; cita según Sissa 1991: 94; Laqueur 1994: 82-88).
tánica. Según Mercado, los melancólicos también ingerían líquidos, Otra importante diferencia entre e! cuerpo femenino y e! masculino
dormían y se alimentaban como los otros seres pero, a diferencia de era la oposición de temperaturas: la complexión de la mujer era fría y
ellos, los melancólicos quemaban la bilis amarilla debido a su inma- húmeda, ya que la menstruación eliminaba con ..regularidad el calor y la
nente calor corporal -hecho que transformaba la bilis amarilla en una

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Cue.rpos Anomalos I MAl( S. HERlNG TORRES Saberes médicos - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anomalos

impureza de su cuerpo.' Al mismo tiempo se aduda que e! cerebro de la postulado que no se podía considerar todo el cuerp.o para tal e:upresa,
mujer era más pequeño; en pocas palabras, la mujer se definía como "e! pero sí el cabello, la cabeza, la frente, las cejas, la nanz y otros miembros
defecto, la imperfección sistemática respecto a un mode!o" (Sissa 1991: del cuerpo tales como la boca, la barba, e! cuello, los brazos, la espalda
94), e! modelo del cuerpo masculino. Por lo tanto, no es sorprendente o las piernas (PujasoI1980: 138). Por ejemplo, el tamaño pequeño de la
que el médico Juan Huarte, siguiendo a Aristóreles, enfatizara en Exa- cabeza (la faz pequeña) era señal" de estar el tal nacido inclinado a toda
men de Ingenios (1575) la inconveniencia del nacimiento de mujeres. La maldad, y ve!laqueria, y sobre todo a ser auaro, guardador" (Pujasol
tesis central de Huarte era que la inteligencia y las capacidades naturales 1980: 108). A su vez, la barba negra "bien poblada de pelos, hombre
dimanaban de la constitución natural del cerebro y del cuerpo. Según fria de complexion, y fria en todas sus cosas, amigo del dinero, codi-
él, las mujeres no podían desarrollar un ingenio profundo y, con la de- cioso en cosas de comprar, y vender, en dar dinero a usura, y rnoatreria,
terminación de reducir el índice de nacimientos de mujeres, desarrolló determinando, y descompuesto" (Pujasol 1980: 61).
un catálogo de comportamiento y dietas. Aunque los planteamientos presentados en este capítulo no se pue-
Los padres que quisieren gozar de hijos sabios, y que tengan habilidad den equiparar desde todo punto de vista, es importante hacer énfasis
para letras, an de procurar que nazcan varones; porque las hembras (por en el común denominador que comparten: todos ellos expresan la in-
razon de la friadaldad y humeda de su sexo) no pueden alcancar ingenio tención de captar, entender y leer al ser humano a través del cuerpo.
profundo: solo vemos que hablan con alguna aparencia de habilidad Partiendo de la patología humoral, se hada hincapié en la complexión
[... J. Por tamo se deue huyr deste sexo; y procurar que el hijo nazca corporal, en la fisonomía y en el carácter: sin embargo, cualquier des-
varon [... J (Huarte 1603: 397-398). viación de lo ideal o normal, se entendía como un síntoma de perdición
moral que se dejaba dilucidar por medio de! cuerpo. En este intento los
Huarte describía a la mujer como un ser intelectualmente inferior a médicos operaban con categorías maniqueas, que según la complexión
causa de su complexión humoral. Con su aporte, Huarre brindaba una permitían una clasificación en "bueno" o "malo". De cada una de estas
justificación supuestamente racional que legitimaba la subordinación de obras podemos extraer un prototipo de lo abominable y condenable. En
la mujer en un sistema patriarcal. las teorías de Gordonio y Mercado, la malignidad está representada por
El médico Esteuan Pujasol, nacido en Fraga, profundizó en su la demasía de melancolía, que determina una predisposición somática
trabajo Anatomia de Ingenios (1637) la trascendencia de la fisonomía al pecado y entrelaza la locura con una íntima relación satánica. En la
como medio de categorización de la moralidad o inmoralidad humana. obra de Huarte se presenta a la mujer como intelectualmente inferior
Con dicha finalidad se basó en la obra de Arisróteles Physionomiae y e incapaz de desarrollar ingenio. Por su parte, en el estudio de Pujasol
desarrolló una tipología de características físicas para poder prever el se construyen categorías somáticas asignando y estipulando valoracio-
comportamiento humano. Al igual que todas las obras de la época, tuvo nes en detrimento de los "otros". Del mismo modo, se debe rescatar la
que ser sometida a los organismos de control y censura de la Inquisición funcionalidad del saber desarrollado por Pujasol al servicio de la Inqui-
antes de ser publicada. Cuando Vicente Navarro asumió e! peritaje in- sición. Era un saber útil que permitía vigilar y ejercer poder; algo que,
quisitorial, enfatizó con ahínco la publicación de! estudio. Del escrito sin duda alguna, podemos generalizar para los planteamientos médicos
de Pujasol e! evaluador podía derivar un método que facilitara e! reco- que se han presentado. Estos planteamientos evidencian los intentos
nocimiento de la inclinación pecaminosa de una persona a partir de! discursivos por construir e inventar la anormalidad de las personas que
análisis fisonómico (PujasoI1980: carece de paginación). Pujasol había representaban una desviación de la normalidad y, desde la perspectiva
de la época, significaban un peligro para el orden religioso y social.
En arras palabras: con base en una diferencia .real, se tergiversaba la
3 Para consultar el significado de la menstruación en Colombia a principios del siglo
XX, véase el artículo de Zandra Pedraza Cómez, en especial pp. 218-222. otredad y de ahí se inventaba la anormalidad. No obstante, fueron in-

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Cuerpos Anomalos I MAx S. HI!IUNG TORRES Snbere, médicos - Sabe", teolágicos: de mujeres y hombres anómalos

temas que no estuvieron acompañados por un empirismo y, por tanto, fraile explicaba el comportamiento de Eva con el siguiente argumento:
fueron determinados por valores y estereotipos que canalizaron las vías "Eua no quedo con tan buen entendimiento como Adan" y el "celebro
cognitivas: hecho que solamente permitió a los médicos percibir lo que tan bien templado como el" porque el cuerpo de Adán era "mas seco y
culturalmenre estaban dispuestos a percibir. En este sentido es pertinen- caliente" y el de "Eva mas hurned]o] y fd[o)". Por esta razón el demonio
te resaltar que el "saber útil" en alusión no solamente revela actitudes, .": -:
se atrevió a tentar a Eva y no a Adan" (Pineda 1589, vol. 1: 110). Para
sino adicional mente impulsó prácticas en la realidad social -como se Pineda era evidente que la tentación, la incitación, incluso la concupis-
mostrará más adelante. cencia de la mujer, se dejaban explicar mediante su complexión corpo-
ral. Siendo consecuente con su planteamiento, Pineda había enfatizado
el peligro de la sexualidad y del cuerpo femenino en contraposición
3. DE MUJERES Y HOMBRES ANÓMALOS al cuerpo masculino -según el canon de la misoginia en Occidente.
Al considerar lo previamente expuesto, surge la pregunta sobre la medi- _Suscita curiosidad el siguiente hecho: frente al modelo negativo de Eva,
da en que los teólogos retornaron el saber médico sobre el cuerpo para en el Occidente cristiano se erigió un modelo positivo pero imposible
determinar la alteridad. ¿Qué rol se le adjudicó al cuerpo de la mujer? de reproducir -el modelo de la Virgen María, virgen y madre a la vez
¿Cómo se construyó el cuerpo del hombre anormal? Es evidente que (BoschFioI1999: 13).
estas preguntas son demasiado amplias y, por ello, se delimitarán de la Lo interesante de la estrategia discursiva de Pineda es el modo
siguiente manera. En la primera parte (3.1) se discutirá cómo se cons- cómo entreteje la misoginia con la tradición anrijudía e islamofóbica
truyó el cuerpo de la mujer como un cuerpo anómalo haciendo énfasis en detrimento de las mujeres, específicamente de las nodrizas judías,
en el cuerpo de las neófitas (judeoconversas y rnoriscas) en la Península judeoconversas y, más adelante, de las mujeres moriscas. Acerquémonos
y de las negras, mestizas y mulatas en la Colonia. En segundo lugar a sus planteamientos. El franciscano afirmaba que, según las tradiciones
(3.2) se reconstruirá cómo se definió el cuerpo del hombre como anor- matrimoniales del judaísmo, los hombres le permitían a sus mujeres
mal, específicamenre el cuerpo de los conversos. divorciarse (repudios libelos = hebreo get). Por ende, la religión judía no
solamente era escabrosa e inmoral, sino que propiciaba la poligamia.
3.1 De mujeres anómalas: la impureza de la lactancia El peligro que representaba este comportamiento para el cristianismo
era, por un lado, la supuesta "promiscuidad judía" y, por el otro, la
Si recordamos las teorías aristotélicas reromadas por el médico Juan
"impureza" que encarnaban las mujeres conversas. Uno de los tamos
Huarte con el fín de disminuir los nacimientos de mujeres, es entendible
códigos sociales de España en la Edad Moderna consistía en verificar
que los teólogos también reprodujeran estas conjeturas recomendando
genealógicamente que las mujeres y los hombres fuesen de "linaje puro"
"engendrar varones". El fraile franciscano Juan de Pineda (1521- aprox.
y, en palabras de Pineda, ningún "hombre cuerdo" podía desear a una
1596) afirmaba en sus Treynta y cinco Dialogos de agricultura Christian a
mujer con una ascendencia maculada, es decir con "raca de Iudia, ni de
(1589) que las personas que "quisieren engendrar varón que no ande
marrana" (Pineda 1589, vol. 2: 89).
ocioso y holgazan, por criarse ansi mucha humidad y frialdad", sino que
Con esta argumentación, Pineda había hecho de la mujer judía
practicasen ejercicios corporales "y no coman mucho: de manera que
un cuerpo de contaminación física y moral; hecho que no solamente
suden a vezes con que cobren calor para consumir los malos humores, y
'(.
preocupaba al teólogo, sino a la gran mayoría de los cristianos viejos.
para mejor cozer el manjar en el estómago" (Pineda 1589, vol. 1: 112).
',. Este desasosiego no se desprendía primordialmente de la lógica de una
Pineda afirmaba adicional mente que la carencia de entendimiento en
sociedad estamental determinada por el principio de linaje y orden, sino
las mujeres se debía a la falta de inteligencia de Eva -condición que la
por la lógica de la limpieza de sangre determinada, por los principios de
hizo susceptible a la seducción diabólica y explica su pecaminosidad. El
linaje y raza. El sistema de la limpieza de sangre había emergido en Cas-

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tilla a mediados de! siglo XV y se difundió en coda la Monarquía a los viejos: porque aun le sabe la sangre a la pega de las creencias de sus
largo de los siglos XV y XVI. Su difusión se consolidó en los "Estatutos antepassados, y sin culpa suya podrian los niños cobrar algun resabio
de Limpieza de Sangre" aplicados en una variedad de organismo e ins- que para despues de hombres les supiesse mal: y muchas vezes oi dezir
tituciones: cabildos, cabildos catedralicios, Órdenes Militares, Órdenes a vn hombre de buen seso y conuersación, que medio cuarto que tenia
Re!igiosas, cofradías, la Casa de Contratación y, naturalmente, la Inqui- de Iudio, nunca dexaua de le importunar, que se tornasse Iudio (Pineda
sición. Según los "Estatutos de Limpieza de Sangre" se les debía negar 1589,vol. 1: 347).
e! acceso a dichas instituciones a todos aquellos cristianos a quienes se
les comprobara en su genealogía una ascendencia judía, musulmana o Estas ahrmaciones no eran arbitrarias o impropias para la época
evidencia de relación familiar con UD penitenciado por la Inquisición. dado que tenían un sustento teórico avalado por la medicina. Galeno,
En este sentido, la limpieza de sangre operó como una condición para por ejemplo, anrmaba que la sangre de la menstruación no desaparecía
acceder a importantes oficios y beneficios, es decir, al poder. Ser consi- realmente durante e! embarazo; e! cuerpo de la mujer canalizaba la san-
derado "impuro" tenía desastrosas consecuencias en la medida que los gre de la menstruación hacia la matriz para alimentar el feto. Sin em-
afectados caían en deshonra, conviniéndose en parias al margen de la bargo, e! cuerpo de la mujer sufría un importantísimo cambio después
sociedad. En aras de evitar tal desgracia, la mujer y la limpieza de! linaje de dar a luz: parte de la sangre que había alimentado durante e! embara-
se convirtieron en temas primordiales para los rnoralistas. En este sen- zo al embrión se transformaba en leche, es decir, la sangre menstruante
tido se resaltaba e! peligro de los enlaces matrimoniales, la sexualidad ya no se dirigía a la matriz, sino que e! cuerpo femenino la canalizaba
extrarnatrimonial, e incluso, la lactancia. hacia e! pecho transformándola en leche (Treckel 1989: 26).
A pesar de la misoginia vigente, una gran variedad de autores de- En e! siglo VIII, el arzobispo Isidoro de Sevilla retornaba en sus
·
."
finió la maternidad como una práctica moral presentándola como un Etimologtas los planteamientos de Galeno y exponía las características y
rol piadoso y de sacrificio (Perry 1991: 214). En la medida en que la la naturaleza de la leche:
maternidad fue valorizada, proliferaron directrices sociales que urgían La leche (la e) recibe del color la fuerza de su nombre, pues se trata de un
a la mujer a cumplir con responsabilidades maternales, tales como la líquido blanco, y en griego "blanco" se dice leukás. Su naturaleza pro-
crianza y la lactancia. Es decir, la maternidad se convirtió también en viene de una transformación de la sangre. En efecto, después del parto,
objeto de control socio-cultural. De ahí que las mujeres que no ejercían la sangre que no fue consumida como alimento del útero Huyehacia las
su rol de madres, representaban una evidente desviación de los códigos mamas a través de sus conductos naturales y, tomando un color blanco
sociales, al igual que las nodrizas quienes apoyaban e! incumplimiento gracias a las virtudes de las mamas, adquiere la cualidad de la leche (De
de las madres que delegaban sus funciones de crianza y lactancia a terce- Sevilla 1982-1983,vol. 2: 26-27).
ros. Según los principios de la limpieza de sangre, la lactancia no sólo fue
un posible medio de contaminación, sino que representó una especie de Al elaborar esta noción sobre la leche, el arzobispo indudable-
negación de la maternidad. Son estos argumentos los que se vislumbran mente viabilizó la transformación de una nguración médica sobre la
en los Diálogos de Pineda cuando afirma que las nodrizas moriscas y leche en un dogma teológico." De ahí que los moralistas y teólogos de
judeoconversas representan una fuente de vicio y contaminación; de la Edad Moderna no titubearan en hacer estas afirmaciones y aseverar
hecho, un ínfimo contacto de un niño de "linaje puro" con la leche de que el cuerpo de la mujer y su leche podían operar como medio de con-
una nodriza neófita, es decir "impura", era suficiente para macular e taminación moral. Esencial en este argumento era e! supuesto de que
" ,
infectar su estirpe.
Cosa es muy digna de ser proueida por los que gouiernan la republica, 4 Para consultar el significado cristiano de l. leche y la ;~rígre, véase el articulo de Jaime
que muger Morisca ni de sangre de Iudios criase a hijo de Christianos H. Borja Gómez, en especial pp. 78-85.

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Saberes médicos - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anómalos

la virtud y los vicios de las personas radicaban en la sangre y, siendo la po, fue capturada, ajusticiada y condenada por la Inquisición (Sánchez
leche sangre transformada, de la leche también se podía desprender la Moya/Monasterio Aspiri 1972: 332-335).
dignidad o la depravación. Pero apartémonos por un momento de la Península Ibérica y
A la luz de esta postura se evidencia cómo el dogmatismo religioso preguntémonos si estos imaginarios tuvieron alguna incidencia en el
había aunado tendencias islarnofóbicas o judeofóbicas con la misoginia Nuevo Mundo. Es bien sabido que a lo largo de la Conquista de Amé-
imperante de la época, una amalgama conceptual sustentada por medio rica no sólo se impuso e! sistema normativo, económico y cultural de
de la autoridad teológica y médica. Siguiendo a Judirh Butler, se puede los colonizadores, sino que también se transfirieron una gran variedad
afirmar que la naturaleza de! cuerpo femenino se evidencia, una vez de esquemas perceptivos que, en la gran mayoría de casos, estuvieron
más, como un reflejo de valores y categorías socio-culturales y no como determinados por estereotipos y prejuicios. Ahora bien, es oportuno
una realidad anatómica. Argumento esencial en este sentido es que el indagar si e! peligro de la lactancia judía y musulmana se transformó
significado de la lactancia como presunta realidad biológica se codi- en e! peligro de la lactancia de nodrizas mestizas, negras o mulatas. Se
ficó culturalrnente a través de un discurso médico-teológico, un ente sabe que la limpieza de sangre también operó como un sistema de in-
disciplinario que reflejaba los valores de aquel entonces. La amenaza clusión y exclusión en los organismos e instituciones de poder en Amé-
que representaban las nodrizas para muchos moralistas, no solamente rica Latina; incluso para emigrar hacia e! Nuevo Mundo se debían
se dirimió en tratados teológicos, también tuvo incidencia ante los tri- superar las" informaciones genealógicas" en la Casa de Contratación.
bunales de la Inquisición. Sin embargo, las prácticas de la limpieza de sangre en las Américas
A lo largo de un proceso inquisitorial a finales de! siglo XV en la dejaron de ser, por lo menos en un primer plano, la obsesiva búsqueda
ciudad de Teruel, Reino de Aragón, se levantaron graves cargos con- de un antepasado judío o musulmán. Es decir, la supuesta mácula
tra el comerciante Luís Santánge! (Sánchez Moya/Monasterio Aspiri judía o musulmana, palpable solamente a partir de la memoria y las
1972: 332-334). Se le acusaba de haber practicado rituales judíos; es categorías genealógicas, se visibilizó mediante e! color de piel. Negros,
decir, de haber incurrido en el delito de herejía. El acusado confesó su mulatos, zambos, cuarterones, ete., se convirtieron en nuevos blancos
culpa bajo la conminatoria y coercitiva presión de los inquisidores. Sin de este sistema discriminatorio de la "pigmentocracia". De ahí que e!
embargo, el fiscal inquisitorial puso en duda que e! acusado hubiese "blanqueamiento", es decir la búsqueda de un mejor esta tus a raíz de
confesado la totalidad de sus pecados y, en consecuencia, se le juzgó casamientos con personas "más blancas", se convirtió en un paradig-
como hereje el 17 de marzo de 1486. Pero, ¿qué sucedió con su esposa mático eje de conducta con e! fin de evitar la impureza de! color o de!
Brianda Besante? Así como a su cónyuge se le acusaba de haber ejercido linaje. La lactancia empezó a ser entendida rápidamente en e! Nuevo
prácticas judaicas, a ella también se le confrontaba con una acusación Mundo como sustancia vital que transmitía las inclinaciones morales.
similar. A pesar de su conversión, era grave el hecho de que mantuviera En consecuencia, no solamente la sexualidad, sino también e! cuerpo
contacto con una nodriza judía y, según las declaraciones del testigo "impuro" de las mujeres se convirtió, por medio de la lactancia, en
Jaime P~lomo, haberle encomendado amamantar a su hija. Según las una fuente de regresión al salvajismo. Si retornamos al cronista Felipe
testificaciones, Jaime Palomo la había cuestionado ante el tribunal de Guamán Poma de Ayala, podemos ver esta transferencia de estigmas y
la siguiente manera: "¿Para que le das a tu hija de la leche de aquella la adaptación de un dispositivo discriminatorio:
perra judía?" Cuando Brianda Besante intentaba defender a la nodriza,
Criollos: Cómo los dichos criollos que se crian con la leche de las yndias
el testigo reforzó sus argumentos aduciendo la culpabilidad del pueblo
o de negras o los dichos mestizos, mulatos, son brabos )' soberbioso, ha-
judío por la crucifixión de Jesucristo. Todo este material incriminatorio raganes, mentirosos, jugadores, auarientos, de poco caridad, miserable,
perjudicó de tal forma a la acusada que, desesperada, optó por fugarse tramposos, enemigos de los pobres yndios y de-españoles ([1615J 1987:
de Teruel. Una decisión con fatales consecuencias ya que, al poco tiern-
539 [553]).

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Sabe", médicos - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anómalos

Más adelante afirmaba:


el concepto de una anomalía corporal que incidía sobre la calidad y la
Criollas: Cómo las dichas criollas que se crió con la leche de las yn- virtud de! ser para justificar su inferioridad y, por ende, su sujeción.
dias son peores que mestizas y mulatas, negras, haraganes, mentirosas,
enbusteras, bachilleras, golozas y no dizen la uerdad, enemigo de los
pobres yndios y no tiene caridad ni buena obra con los pobres. ([1615] 3.2 De hombres anómalos: menstruaciones masculinas
1987: 541 [555]). El fraile Torrejoncillo, en su obra Centinela contra ¡ud/os (1674), esrig-
matizaba a los hombres judíos como personas que -por naturaleza- pa-
La opinión de Guamán Poma de Ayala no estaba aislada; previa-
decían de "rnenstruaciones anales" una vez al mes: "Unos tienen unas
mente el dominico Reginaldo de Lizárraga y Ovando (1540-1609) ha-
colillas, ó rabillos que les salen en su cuerpo de! remate del espinaco [... ]
bía argumentado:
Otros echan, y derraman sangre por sus partes vergonyosas cada mes,
Como se crian los hijos de los españoles que nacen en este reino: crian- como si fueran mugeres [... ] durmiendose les entran, y salen irnrnen-
se o crian los sus padres muy mal con demasiado regalo 1... 1 nacido el sidad de gusanos [... ]" (Torrejoncillo 1674: 170). A primera vista estas
pobre muchacho, lo entregan a una india o negra borracha que le crié imputaciones se podrían interpretar como mera ficción, y por supuesto
sucia, mentirosa, con las dernas buenas inclinaciones que hemos dico, lo eran, pero no para los imaginarios de la época. Antes de profundizar
y criase, ya grandecillo, con indiezuelos ¿Cómo ha de salir este mucha- en el argumento de la supuesta menstruación masculina (Beusterien
cho? Sacará las inclinaciones que mamó en la leche, y hará los que hace 1999: 447-456; Mariscal 1991: 30-55), es esencial presentar algunas
con quien pace, como cada día lo experimentamos. El que mama leche nociones históricas sobre la menstruación femenina con el En de enten-
mentirosa, mentiroso; el que borracha, borracho; el que ladrona, ladrón, der el signiEcado y las connotaciones que tenía este imaginario.
etc ... Pues ya que así los crían las amas negras e indias, después de cinco Desde la perspectiva de los médicos y filósofos de la Antigüedad,
años para adelante, ¿crianlos con el rigor para que lo malo que mamaron tales como Hipócrates, Aristóteles o Galeno, la menstruación se perci-
en la leche pierdan? No, por cierto, con sus ruines incitaciones los dejan bía como un medio de purificación. Ésta a su vez cumplía con el fin de
salir 1... 1 De las costumbre de los nacidos de españoles e indias (que conservar el balance de los humores en el cuerpo. Aristóteles opinó que
llamamos mestizos, o por otro nombre montañeses), no hay para gastar las mujeres, a diferencia de los hombres, casi nunca sufrían de hemo-
tiempo en ella (Lizárraga 1968: 101-102). rroides o hemorragias nasales en tanto que, a través de la regla, podían
eliminar la sobrecarga de sangre. Galeno afirmaba que las mujeres que
En conclusión, se aprecia que, en un principio, fue el cuerpo de la
sufrían de "reglas desmesuradas" tenían síntomas de "palidez, pies hin-
mujer judía o musulmana el que se dernonizó como fuente del mal a
chados, inflamación ligera de todo el cuerpo, malas digestiones, apetito
partir de su supuesta leche impura¡ empero, en e! Nuevo Mundo, fue
desordenado, además de todos los síntomas que solían acompañar .a la
el cuerpo de la mujer negra e indígena y su leche la que se definió como pérdida de sangre, sea por hemorroides o cualquier otra hemorragia"
fuente del mal. Se llegó hasta e! extremo que tanto la crianza como la
(Galeno 1997: 426-427). Si bien la medicina tradicional del Renaci-
lactancia se convirtieron en parámetros que definían la honra y la cali- miento percibía la regla como una función necesaria, nunca se dejó de
dad de un sujeto. No solamente la limpieza de sangre se determinó a lo apreciar como algo tóxico e impuro. Por tanto, la mujer representaba
largo de investigaciones geneal6gicas, sino también por medio del cuer- a lo largo de su periodo un peligro para el hombre. Debido a su com-
po. El imaginario sobre el cuerpo femenino se convirtió en una referen- plexión corporal, la mujer siempre fue denominada como fría y húmeda
cia para la definición de lo deplorable o lo admirable, dependiendo de su y la falta de equilibrio de sus humores la hada impura. En el Antiguo
linaje religioso o su apariencia física. Esta amalgama conceptual entre Testamento también se hace referencia al pe!ig.ro que representaba el
antijudaísmo, islamofobia, pre-racismo y misoginia, en últimas, fraguó
flujo menstrual: "Cuando una mujer tiene la menstruaci6n y ésta sangre

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Cuerpos Anómalos I MAx S. HERlNG TORRES Sabere: médico, - Saberes teolágicos: de mujer" y hombres anómalo,

está en el cuerpo, debe por siete largos días permanecer en la impureza relación real con la sintomatología fue, no obstante, transformada en la
de su regla" (Lev 15, 19). 0, más adelante en Levítico 15, 26: "Todo ficción de la menstruación anal de! hombre judío; amalgama concep-
lecho en que se acueste mientras dura su Ruja será impuro como el lecho tual que también se explica porque, en muchos casos, los médicos per-
de la menstruación, y cualquier mueble sobre e! que se siente quedará cibían la menstruación de la mujer y las hemorroides como fenómenos
impuro como en la impureza de las reglas". La concepción de la "im- que cumplían con una función similar. Incluso Galeno afirmaba que
pureza de la menstruación" en e! Antiguo Testamento llegaba hasta e! "la expulsión de sangre pura y abundante deja agotado muchas veces el
punto de plantear implícitamente paralelismos entre la menstruación cuerpo entero, como sucede con las hemorroides o con la menstruación
y la lepra (Sam. 3, 30). De hecho, e! cirujano francés Ambroise Paré femenina" (Galeno 1997: 185).
(1509-1590) esgrimía el argumento de que el contacto sexual con una A partir de estos resultados se debe plantear la pregunta si semejan-
mujer rnenstruante no solamente era "impuro" y "bestial" sino que ade- tes imaginarios tuvieron alguna incidencia en la cotidianidad y en las
más, en caso de un embarazo, la mujer daría a luz monstruos. prácticas de vigilancia y castigo en la sociedad de la Monarquía Espa-
Después de haber presentado los significados de la menstruación ñola y sus colonias. El médico inquisitorial Juan de Quiñones señalaba
principalmente en la Antigüedad y en el Renacimiento, es importante que e! hereje Francisco de Aranda (auto de fe, 4 de julio de 1631) sufría
hacer alusión a la cita inicial y ampliada con base en las palabras del de Rujos mensuales. Basado en estas observaciones, proponía fijarse en
teólogo Pedro Aznar Cardona en Expulsión de los Mariscos: las características somáticas de los cristianos nuevos para combatir con
De los ignominiosos castigos de los enemigos de Chrisro, hasta pade- más eficacia la herejía (De Quiñones s. d.: 1). Cuanto más cuestionaba
cer el menstruo: y que los Chrisrianos obrendran victoria dellos. [... ] Quiñones las posiciones de teólogos como Torrejocillo o Aznar Cardo-
diuersas enfermedades, y defectos infames, de que fueron herederos sus na -que afirmaban las presumas narices acentuadas y los imaginarios
successores, naciendo muchos delos, con colas de lagartos, y haziendo rabos prolongados de los judíos- tamo más enfatizaba dos anomalías
cursos de menstruos, o purgacion de cada mes, como las mugeres, y corporales de los judeoconversos que oscilaban entre realidad y ficción:
padeciendo [... ] ignominiosas, e inquietas almorranas, como a la letra la circuncisión y la menstruación.
lo afirma el Prophera [... ] (Amar Cardona 1612: 181). Esta señal de fiujo de sangre cada mes en los judíos, atendiendo a su
principio, si no se puede llamar natural, puedese decir casi natural, pues
Es evidente que, al igual que Torrejoncillo, el teólogo Aznar Car- naturalmente nacen con ella todos los descendientes de los que clama-
dona interpretaba las aparentes desviaciones físicas y la menstruación ron, y dijeron: Su sangre, &c. (De Quiñones s. d.: 20).
que padecían los hombres judíos como castigo divino a causa del dei-
cidio. Llama la atención que el médico francés Bernardo Gordonio ya y unos renglones más abajo:
hubiese esgrimido estos argumentos en el siglo XIV, elaborando una [... ] y que por ella se conoce la identidad de la persona [... ] y que cuan-
teoría médica sobre las anomalías corporales de los judíos que hada én- do el reconocimiento es difícil por el aspecto del rostro, se ha de recurrir
fasis en tres características: hemorroides, Rujos de sangre y un espinazo a ver señales ocultas que ay en el cuerpo [... ] como contra los que se
prolongado. Torrejoncillo y Aznar Cardona atribuyen el síntoma de los hallasen circuncidados l... ] Si hallara alguno, que padecieran este flujo
Rujos sanguíneos por "sus partes más vergonzosas" a las hemorroides, de sangre, los remitiera a la Santa Inquisición, pues no pueden dejar de
en cambio Gordonio solamente hace hincapié en e! síntoma de las he- ser judíos o apostatas [... ] (De Quiñones s. d.: 21).
morroides. Es pertinente aclarar que la palabra "hemorroide" proviene
de! latín haemorrheuma y ésta de! griego ai¡.ta, sangre, y psíiu«, Ruja. Según Quiñones, la culpabilidad de! deicidio judío se manifes-
De ahí que las personas que padecían hemorroides, en muchos casos taba mediante las anomalías corporales corno una constante "natural,
también sangraban levemente de las inRamaciones de las venas. Esta puedese decir casi natural" porque los judíos nacían con ellas a pesar

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Sabe", médico! - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anómalo!

de las conversiones. Si tenemos en cuenta que los cristianos percibían informadores que se encontraban llevando a cabo la recopilación de la
la circuncisión de los judíos y musulmanes corno pérdida de su hom- información genealógica para advenirles sobre la "voz y fama pública"
bría, corno feminización y como señal de su falta de potencia, se ve de! pretendiente. A partir de ese momento, las declaraciones en contra
con claridad que éstas descripciones peyorativas permitieron fabular de Juan de Bracamonte se reprodujeron hasta e! punto que e! candidato
una imagen positiva de! cristiano no-circunciso y viril, y una imagen no pudo asumir e! costo de las informaciones genealógicas. Bracamonte
negativa de! judeoconverso. Es decir, e! cuerpo de! hombre judío no finalmente fallece de muerte natural y, en e! primer folio de! expediente,
solamente se feminizó a través de la menstruación, sino también su
se registra: "Vistas y no despachadas por limpieza, en lo de Suarez de
hombría se cuestionó a raíz de la circuncisión. Lo que adicionalmente Lara" (Hering Torres 2006: 113-121).
llama la atención es que Quiñones abandona e! plano teórico y propo- En las Relaciones de Causa de! Tribunal de Cartagena de Indias
ne aplicar e! saber médico-teológico en la práctica, es decir en la rea- encontramos un caso en donde e! argumento de! flujo de sangre anal
lidad social, para echar abajo la disidencia religiosa. A la luz de estos de los hombres operaba, entre otros, nuevamente como un compro-
intentos, podemos afirmar con Michel Foucault que e! poder y e! saber bante de ascendencia judía. Se trata de! caso de BIas de Paz Pinto,
se refuerzan mutuamente y, por tanto, la inteligibilidad de! cuerpo y e! portugués, natural de Evora. En su ciudad natal había ejercido e! ofi-
ejercicio de! poder estaban Í':ltimamente relacionados. Pero, ¿ tuvieron cio de cirujano pero, al llegar al Nuevo Mundo, se desempeñó como
realmente alguna incidencia? mayordomo de las cofradías de San Antonio y de la Limpia Concep-
En 1628 Juan de Bracamonte Suárez de Lara, capitán de la in- ción. Según la Inquisición, "todo para dar a entender que era católico
fantería española, aspiraba al hábito de la Orden Militar de Santiago. cristiano" (Splendiani 1997, vol. 3: 39). Bias de Paz Pinto fue apresado
Como es bien sabido, para acceder al hábito de una Orden Militar se el 22 de julio de 1636, y sus bienes fueron confiscados porque, según
exigía pertenecer a la nobleza, obtener una "merced real" y superar las la Relación inquisitorial, había incurrido en e! delito de herejía ju-
pruebas de limpieza de sangre. Efectivamente, e! 6 de junio de 1628, daizando. En concreto, se le acusaba de respetar la ley de Moisés, de
Fe!ipe IV (1621-1665) le había pronunciado a Juan de Bracamonte su desempeñarse como "capataz de judíos", es decir como rabino, de con-
merced y cinco años más tarde, a principios de abril de 1632, se inicia- gregarse regularmente con sus correligionarios, de ayunar los miérco-
ron las pesquisas genealógicas. Cuatro semanas después de haber lleva- les y los viernes, de respetar los sábado y, finalmente, se afirmaba que
do a cabo las indagaciones, e! 4 de mayo de 1632, se remitió una carta se "le venía e! mes como mujer" (Splendiani 1997, vol. 3: 39). Al negar
al Consejo de Órdenes Militares. Un tal Roque Bazquez Argüe!lez era la acusación fue sometido repetidamente a tormento para "inquirir y
e! autor de dicho escrito en e! cual presentaba cinco puntos de! por qué averiguar la verdad." Ante la amenaza de tortura y los insistentes in-
Juan de Bracamonte no debía obtener e! hábito. (1) El padre de Juan terrogatorios, afirmaba ser "católico cristiano y todo lo que se le había
de Bracamonte, según la carta, era "por su varonia judio de nacion de leído era falso" (Splendiani 1997, vol. 3: 57). Sin embargo, después.de
raiz infecta" y (2) asesino de un caballero que lo había insultado como haber sido amarrado con la cincha en el potro y ante la amenaza de
tal; (3) adicionalmente, era acusado de no haber poseído título de no- darle una tercera vuelta al potro, "respondió que quería decir la verdad
bleza antes de su matrimonio; (4) se le imputaba ser descendiente de su enteramente y confesó que era judío judaizante" (Splendiani 1997, vol.
abuelo, conocido como "Don Samue! Judío" en la época de los Reyes 3: 57). Aceptó todos los cargos, pero naturalmente no aceptó que "se le
Católicos y, finalmente, (5) se afirmaba que e! padre de! candidato ha- viniera una vez al mes". Después de la tortura e! cirujano inquisitorial
bía despedido a su dueña, porque después de haberla maltratado, ella le informó que "estaba medio pasmado, porque se le había trabado las
había recriminado "que al menos no era Judio como e! por serlo le venia quijadas y no podía abrir bien la boca, ni comer, por lo cual le había
a el mes sabialo como de casa y esto siempre ha ocurrido por assentado." fogueado e! pescuezo" (Splendiani 1997, vol. 3~57). Finalmente, el 20
El Consejo de Órdenes Militares notificó e! contenido de la carta a los de febrero de 1637, casi siete meses después de haber sido encarcelado,

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Cuerpos Anómalos I MAX S. HERlNG TORRES
Saberes médicos - Saberes teolágicos: de mujeres y hombres anómalos

interrogado y torturado, falleció a consecuencia del maltrato y suplicio


REFLEXIONES FINALES
inquisitorial. Por esta razón, en e! aura de fe celebrado e! 25 de marzo
de 1638 en la ciudad de Cartagena de Indias, su culpabilidad fue per- El cuerpo siempre estuvo sujeto a una norma, bien fuera estética, cul-
petuada con un sambenira en estatua que portaba e! nombre de BIas tural o moral. De hecho, e! cuerpo fue sujeto a un ideal como reflejo de
de Paz Pinto. su propio entramado socio-cultural; una vez e! cuerpo de un individuo
. Es importante enfatizar la lógica que, independientemente de la no cumplía con los cánones impuestos, se definía como una desviación
religión, construyó la anormalidad en los casos de Juan de Bracamonte de la normalidad, como un cuerpo anómalo. Por lo general, las anoma-
y Bias de Paz Pinto. La menstruación, que se percibía como una ano- lías físicas se constatan a lo largo de un proceso de visualización, esto
malía femenina, se desplazaba al hombre, pero únicamente al hombre es, solamente según la "evidencia" y la "observación". Sin embargo, la
anómalo, al hombre judeoconverso. En el trasfondo de dichas prácticas visualización no se puede entender como una condición absoluta para
se encuentra el antijudaísmo, pero también un proceso de feminización, la construcción de anomalías. El saber sobre normalidad o anormalidad
para la época injurioso, atribuyendo al hombre características femeni- no empieza ineludiblemente con el paradigma empírico de la evidencia
nas como la menstruación. Por medio de la feminización, no solamente visual, también puede tener su origen en los valores de una cultura y
se discr~~i~aba el hombre ju~ío, sino además se transponían múltiples en el poder de definición discursivo. La anomalía, por tanto, no nece-
ideas mlsogmas. Esto fue posible, dado que la mujer y el judío converso sariamente es observable, se puede construir; no cuando existe, sino
compartían algo en común: por diferentes motivos, los dos eran imazi- cuando se hace necesaria. De ahí que la construcción de los imaginarios
nad.os como imp.uros y solamente gracias a los flujos de sangre se podrí~n sobre "cuerpos anómalos" se puede ubicar en aquella práctica de lengua-
?un~c.ar. En adición, se podría reflexionar si no se pretendía vincular je mediante la cual se crean, se construyen, pero también se inventan
implícitamente el hombre anómalo, a raíz de su feminización, con e! verdades, dogmas y principios: en particular, se debe ubicar en los ima-
crimen contra naturam que representaba su posible homosexualidad. ginarios de las disciplinas que se proclaman como verdades.
¿No se trata de una renuncia simbólica a la virilidad? No sería extraño, Es bien sabido que las ordenanzas eclesiásticas, la pedagogía del
puesto.que en e! Nuevo Mundo e! poder colonial también reproducía miedo y las fuerzas normativas de la autoridad son tal vez las instan-
mec~illsmos de humillación y exclusión ante e! hombre indígena por cias más notables de vigilancia, control y disciplinamiento social. No
medio de la feminización de su cuerpo: su cuerpo débil, lampiño, su obstante, a lo largo de este artículo se hace evidente que la dinámica
falta de barba y su supuesta falta de raciocinio. disciplinar entre medicina y teología no solamente construía y reprodu-
Se comprueba e! hecho de que la codificación de! cuerpo no se ba- cía saber, ames bien, codificaba cuerpos y los fragmentaba en categorías
s~b.aen una argumenta~ión estrictamente anatómica, comprobable ern- morales. La construcción de! saber médico-teológico no solamente pre-
pmcamente, aunque se Intentara argumentar en esta dirección; la visión figuró conductas y matrices morales sobre e! cuerpo, también brindó
sobre e! cuerpo anómalo se desprendía de los imaginarios desarrollados una legitimación para la acción social y política. Se puede comprobar
previamente por médicos y teólogos que incidieron sobre la realidad cómo los discursos medicinales inscribieron significados en e! cuerpo y
social. Por medio de! cuerpo se crearon imaginarios, que oscilaban entre cómo a través de éstos se racionalizaron diferencias construyendo an-
realidad y ficción, y evidencias estratégicas de marginación en contra de tinomias como "normal" y "anormal", "hombre" y "mujer", "cristia-
l~s n~ó~tos -personas que de hecho eran cristianas, pero seguían siendo no" y "judío". Al generar este conocimiento -que de Jacto condenaba
discriminadas en virtud de un supuesto cuerpo anómalo. el cuerpo disidente- los moralistas y teólogos retornaron los conceptos
médicos, los reconfiguraron y los adaptaron a las necesidades de! dog-
matismo religioso y su sistema de adiestramiento, control y vigilancia.
Para comprobar esto, se presentaron dos estudios de caso:

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Cuerpos Anomalos I MAx S. HERlNG TORRES
Saberes médico: - Saberes reolágicos: de mujeres y hombres anómalos

1. Basado en la misoginia aristorélica, retornada por el médico Juan Esto último representa un punto de encuentro entre la primera y
Huarte, el teólogo Pineda no titubeó en concebir el peligro apó- la segunda prueba, en la medida en que la misoginia fluctuaba entre la
; .~ crifo de la lactancia por pane de las nodrizas moriscas y judeocon- discriminación de la mujer y del hombre anómalo. Similar a la primera
versas para los críos de "linaje puro". Fue tal el impacto de estas prueba, el poder discursivo llegó a tener tal impacto que determinó
conjeturas que durante la Colonia fueron retornadas, re-codifica- espacios de vigilancia y castigo en la realidad social, como se pudo com-
das y aplicadas a las nodrizas que no concordaban con los tipos
ideales de la blancura ibérica. El poder del discurso llegó a tener
I probar a través de un caso de información genealógica en Avila y un
caso inquisitorial en el Tribunal de Cartagena de Indias. Por último, se
tal incidencia que no solamente definió el cuerpo de las nodrizas
en alusión, sino también determinó espacios de vigilancia y castigo
I debe resaltar que, aunque el poder del discurso fue lo que determinó el
imaginario sobre el cuerpo anómalo, el médico Juan de Quifíones tuvo
en la realidad social, como se pudo comprobar a partir del caso
inquisirorial en la ciudad de Teruel, Aragón. La ficción discursiva
I la necesidad de comprobar -mediante la evidencia física- las supuestas
anomalías. Ante la dificultad para comprobar que los descendientes de
se había transformado en una inicua realidad: una realidad en la judíos sufrían de hemorroides y, por tanto, de menstruaciones anales,
'1
cual, mediante la fusión conceptual de islamofobia, antijudaísmo, ! trató de sumar la evidencia de la circuncisión. En corolario, las dife-
I
pre-racisrno y misoginia, se legitimó nuevamente la inferioridad y !
rencias se determinan por medio de aparentes descripciones objetivas
sujeción de las mujeres aludidas. y, sobre codo, a partir de la amalgama de diferencias reales y ficticias.
2. Los planteamientos desarrollados por el médico Gordonio a prin- Pero, al ser pronunciada por la autoridad disciplinar -una contribución
cipios del siglo XIV sobre la naturaleza anómala de los judíos (al- que debía ser entendida como "verdadera"> se inscribía en las relacio-
marranas, cuerpo melancólico, espinazo prolongado), permiten nes de saber y poder, oprimiendo cualquier discurso no-oficial. Es por
comprobar lo siguiente: la medicina impulsó Ía circulación de un eso que la construcción del orden a través de la disciplina y el saber se
~-.
saber que reforzaba el concepro cristiano sobre la alreridad del convierte en poder. Se trata de un orden que controla con el saber. Son
judaísmo, pero esta vez enfatizando el cuerpo judío y, solamente saberes que impulsan prácticas de control, de vigilancia y de sujeción.
en un segundo plano, su religiosidad. Dichas aserciones fueron Para terminar: podemos concordar con las palabras de Barbara Duden
reproducidas posteriormente en la España de los siglos XVII y quien afirma que el estudio de la historia del cuerpo brinda fructuosos
XVIII por teólogos como Aznar Cardona, Torrejoncillo y Quiño- interrogantes y planteamientos para entender la sociedad y sus valores.
nes. Tales postulados, sin embargo, fueron transformados al ima- En este caso particular, podemos afirmar que indudablemente la socie-
ginario resultando en que si los hombres judíos y judeoconversos dad estableció una finalidad en sí misma (Selbstzweck) al inscribir signi-
padecían de almorranas, también sufrían de una menstruación ficados en el cuerpo: construir identidades y sujetos alienados, justificar
anal para purificar su inmundicia corporal. El propósito de esros prácticas excluyentes y mecanismos de represión social.
asertos fue justificar no solamente la persecución inquisirorial de
los herejes, sino también el sistema de la limpieza de sangre. Se-
gún estos esfuerzos, los neófitos debían ser considerados como BIBLIOGRAFíA
extra-religionarios a pesar de su conversión al cristianismo, por-
que sus disfunciones corporales comprobaban su criptojudaisrno
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ausgerichtet, der überwacht, dressicrr und produktiv genllt7.t werden
sollre. Der Alltag war durch genaue Ordnungen streng geregdt - jede
Minute war zumindest laur Theorie verplant. Die Insassen sollrcn nicht
nur zur Reinlichkeit angehalten werden, sondcrn auch durch Gebete und
die Teilnahme an den zahlreichen religiiisen Übungen gebessert werden.
Der Anstaltsgeisdichc galt daher als Helfer der Anstaltsleitung. Der
Zwang zur Arbeit galt nichr vornehrnlich als Srrafe, sondern als Hilíe-
leistung zur gesellschaftlichen Pflichrerfüllung. Schwere iiffentliche Ar-
bcitsstrafen diente n zunehmend auch als Ersatz für die Todesstrafc. Um
1800 verdichtere sich die Ablehnung gegenüber diesen Sanktionen. Die
Strafanstalt wurde zur padagogisch-therapeutischen Institurion. Eine
tatsachliche Resozialisierung scheiterte jedoch rneisr an den anstaltsin-
ternen Gegebenheiten.

Stichiodrter, Cefangnis, Zuchthaus, Disziplin, Arbeit, Korper

Ao. Univ-Prof Dr. Dr. Gerhard Ammerer, Fachbereich Geschichte, Universitar


Salzburg, Rudolfskai 42, A-S020 Salzburg, Email: Gerhard.Ammerer@sbg.ae.at.
•• Ass.-Prof. Dr. Alfred Stefan WeiíS, Fachbereich Geschichre, Universirdt Salzburg,
Rudolfskai 42, A-S020 Salzburg, Email: Alfred.Weiss@sbg.ac.at.

130 I I 131
Cuerpos Anomalos 1 GERHARD AMMERER UND ALFRED STEFAN WEla
Eingesperrte Kiirper - Besserung, Diseiplinierung oder Projit durch Zucbthausarbeit?

Abstraen The disciplinary measures of rhe penal institutions and "work


den Diskursen, die im 18. und 19. Jahrhundert um die Zuchthausarbeir
houses" of early modero times especially focused on the human body,
which was meanr [Q be superviscd, drilled and used in a productive way. geführt wurden. ..
The daily routine was srricdy regulated by detailed rules - each and Wie in den rneisten Staaten Europas ist aueh in Osterreieh jeder
every rninure was planned, at least in theory. Nor only were che inmares arbeirsfahige Strafgefangene verpfliehret, die ihm zugewiesene Arbeit zu
urged [Q practice c1eanliness, rhey were also admonished to berrer thern-
leisten (§ 44 Abs. 1 Strafvollzugsgesetz = SrVG). Die Errrage flieíSen an
selves rhrough prayers and parriciparion in numerous religious pracrices.
The priest of the instirurion was, thereforc, considered as an assistanr of den Bund. Hafdinge, die eine befriedigende Arbeitsleistung erbringen,
thc institurion's adrninisrration. The enforcemenr [Q work was nor seen haben Ansprueh auf eine Arbeitsvergütung (§ 51 Abs. 1 und 2 StVG),
prirnarily as a punishmenr, bur rather as a redeeming way of fulfilling wovon jedoeh der so genanme Vollzugskostenbeitrag in der Hohe von
one's social duties. Hard labor in public places increasingly served as an
75 Prozent der Entlohnung abgezogen wird (§ 32 StVG). Dureh ihre
alternarive [Q rhe death penalty. Around 1800 rhe rejections against these
sancrions increased. The penal instirurions adopted pedagogical and Arbeit leisten die Hafclinge sornir einen Beitrag zur Deckung ihrer Un-
therapeutic methods. But actual social rehabilirarion was ncver achieved, terbringungs- und Verpflegungskosten, der im Gegensatz zur frühen
mosrly bccause of the internal circumstances of rhese insrirurions. Neuzeit heute allerdings aueh ofnziell als lediglich "geringfügig" einge-
Key words: Prison, Penal Insritution, Discipline, Work, Human Body stuft wird. Strafgefangene sind allerdings - und darurn geht es in der
Causa Srummer vornehmlieh - nicht in der gesetzliehen Kranken-, Un-
fall-, und Pensionsversicherung pAiehtversiehert. Begründet wird dieser
Sachverhalt damit, dass diese Form der Arbeit auf einer gesetzlichen und
EINLEITUNG nicht auf einer freiwillig iibernornmenen VerpAiehtung beruht, weshalb
Irn November 2007 hat der Europaische Gerichtshof für Menschen- die im Rahmen des Strafvollzuges Beschaftigten vom osrerreichischen
rechte die Beschwerde Nr. 37452/02 zur Verhandlung zugelassen, die Staat nicht als Dienstnehmer irn Sinn van § 4 Abs. 2 des AlIgemeinen
bei einer positiven Emscheidung für den (arbeitsjstrafenden Staat in Sozialversieherungsgesetzes angesehen werden. Eine Diskriminierung
ganz Europa künftighin Aufwendungen in Millionenhohe bedeuten gemafS Are. 14 Europaische Mensehenrechrskonvention, der verbietet,
konnte: Nach rnehr als 1000 Einbruchsdiebstahlen seit 1959 und 30 dass vergleiehbare Saehverhalte ungleieh behandelt werden, liege nieht
Jahren "himer Gittern" wird die 2003 von Ernst Walter Srurnmer ein- vor, so die osrcrreichische Prozessvertretung, weil zwisehen in Freiheit
gebraehre Causa in nachster Zeir verhandelt werden, in der es um einen betindlichen Sozialversieherten und in Strafhaft lebenden Personen we-
Pensionsansprueh geht, der ihm - so die Meinung des 29 Mal Vor- sentliche Unterschiede bestünden und daher keine vergleiehbare Sirua-
besrraften - für die 28 [ahre, die er als Backer, Setzer, Drucker und tion für den Zweek dieser Verbotsnorrn der Benaehteiligung existiere,
Abwascher himer Gefangnismauern arbeiten rnusste, zusreht, wahinge- Der primare Zweek der Arbeitsleistung van Strafgefangenen liege in
gen sein "Arbeitgeber", die Republik Osterreich, keine Pensionszahlun- der Integratian und Besehaftigung rnit nützlicher Arbeit, um die Haft
gen geleistet hat (Barrh 2007: 35). In der Einladung an Osterreieh um ertraglich zu rnachen, wie auch in der Vermittlung von Fahigkeiten, die
eine Steilungnahrne wurde vom Gerichtshof eine Ungleiehbehandlung naeh der Entlassung den Aufbau einer geordneten Existenz erleichtern
von Arbeit in Freiheit und Arbeit im Gefangnis als rnogliche Verlet- helfen sollen - ein Argument, das dern Frühneuzeit-Hisroriker wohl
zung der Menschenrechtskonvenrion bereirs thernatisiert. Unter den vertraut ist. Irn Gegensatz zu Strafgefang~nen würden die naeh dem
Gründen, rnit welchen die Republik Osterreich 2006 die Behandlung Allgemeinen Sazialversieherungsgesett pfliehtversieherten Dienstneh-
von erzwungener Arbeir, Bezahlung und (nicht geleisteten) Pensions- mer selbst finanzielle Leistungen erbringen, wahrend Bundesbeitrage
zahlungen rechrferrigt (abgedruckt in: Stummer 2007), nnden sieh für die Zeiten einer verschuldeten Anhaltung nicht für zurnutbar ge-
hinsiehdich der gesetzlichen Grundlagen, realen Gegebenheiten und halten werden - so die auf die wesentliehen Punkte verkürzte Meinung
therapeutisehen Auffassungen auffallende Parallelen zur Praxis und zu der osterreichischen J uristen.

132 1 113:
Cuerpos Anomalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED STEf,w WEIG
Eingesperrte Kdrper - Besserung; Disziplinierung oder Profir durch Zuchthausarbeit?

Ahnliche Argumente zur Anstaltsarbeit nnden sich bereits in der


te 2000: 231), den "Ort der Qual" (Sorhrnann 1970: Anhang VIII),
Literatur der Zeit vor und nach 1800. Damals wie heute geht es vor-
aufgenommen wurde, um für sein individuelles (gesellschaftlich~s)
nehmlich um die Frage ven Zie! und Zweck der Arbeir im Zuchthaus
Versagen BulSe zu leisten (Pfeisinger 2006: 190), rnusste der künftige
sowie um die Bewertung der erzwungenen korperlichen Tatigkeit für
Züchtling das Tor der jeweiligen Anstalt passieren. Sofern er des Lesens
das Individuum wie für die Gesellschaft. Wahrend einige Aspekre in der
machtig war, warnte ihn eine meist über oder nahe dem Eingangsportal
heutigen Diskussion nicht mehr aufscheinen - so etwa die Ausrichtung
eingemeilSelte Devise vor dem üblicherweise unangenehmen Aufent-
der Arbeit nach der Schwere des Deliktes -, haben die Überlegungen
halt in diesem Haus. Diese lautete in der thüringischen Stadt Eisenach
hinsichtlich der Besserung und Sozialisation des Haftlings innerhalb
unrnissverstandlich "Man mulS dem Basen wehren mit harter Straffe,
des Hauses, die (Sinnhaftigkeit der) Erlernung von Arbeirsrechniken
und rnit ernsten Schlagen, die man Iühler" und in Leipzig "Et improbis
für die Zeit nach der Emlassung oder auch die teilweise Deckung der
coercendis er quos deseruit sanae mentis lisura custodiendis" (Um die
Hafrkosten wenig an Aktualirar verloren.
Basen ZLl zahrnen und diejenigen zu bewachen, die der Gebrauch eines
AIs standardisierre Sanktion hat sich die Arbeits- und Freiheits-
zesunden Geistes im Stich gelassen hat) (Wolter 2003: 341; Marzahn/
strafe in der noch heute existierenden Form erst nach der Mitte des
Ritz 1984: 7, 29). Die Vorstellung von der Zuchtanstalt als einem "Hall-
18. Jahrhunderts etabliert. Zuvor harte sie die Ausnahme gebildet. In
se für die \'V'iedergeburt für das bürgerliche Leben" war in der Realitat
der ersten Halfre des 19.jahrhunderrs folgte irn gesamten deutschspra-
nicht haltbar (Schultes 1827: 102). Durch den erzwungenen Einrritt
chigen Raum eine Phase der intensiven Gefangnisdiskussion, in der es
in die "totaJe Institution", welche die Neua nkornmlinge zu einem Ob-
nichr nur um die ZielkonRikte zwischen den okonornischen Aspekten
jekt formte, "das in die Verwaltungsmaschinerie der Anstalt eingefüt,~
und dem Versuch der Besserung krimineller und devianter (= anor-
tert und reibungslos durch Routinemaíinahrnen gehandhabt werden
rnaler, nichr den gesellschaftlichen und gesetzlichen Normen entspre-
konnte (Gaffman 1973: 27), durch das Abschneiden der Haare und
chender) Personen mit anderen Mitteln ging (Ammerer/WeilS 2008a),
die Wegnahme der persónlichen Kleidung und den damit ver~unde-
sondern etwa auch um die Art der Arbeit in den Hafranstalren. Diese
nen Verlust der Individualitar setzte der Dressurakt der Kórper em, der
etwa 100 Jahre zwischen 1750 und 1850 bilden den Kernzeitrahmen
meist noch durch den so genannten "Willkomm", eine festgelegte An-
unseres Beitrags, wahrend die gewahlte Dimension des deurschsprachi-
zahl van Hieben rnit der Peitsche oder Karbatsche, betont wurde (WeilS
gen Raumes nur anhand weniger ausgewahlter territorialer bzw, regio-
2008; Klein 1994: 315; Pfeisinger 2006: 192). Die Haftlinge mussten
naler Beispiele behandelt werden kann.
sich bereits ZLlBeginn ihres Aufenthalts bedingungslos der Zuchtgewalt
Irn Folgenden soll in einem ersten Schritt die Praxis im Umgang
des Hauses und seiner Mitarbeiter unterwerfen. Irn Sinn Michel Fou-
rnit den Korpern und Kraíten der Zucht- und Arbeirshausinsassen the-
caults wird dabei die Zuchtgewalt als eine Macht definiert, "die, an-
matisiert werden, Hernach wird nach den theoretischen Überlegungen
statt zu entziehen und zu entnehmen, vor allem aufrichtet, herrichret,
zu Strafe und Arbeir sowie deren legistische und faktische Etablierung
zurichtet - um dann allerdings urn so mehr entziehen und entnehrnen
(vor allem als Ersatz für die Todesstrafe) gefragt. Irn letzten Teil wird
zu konnen. Sie legt die Krafte nicht in Ketten, urn sie einzuschranken:
sodan n die zeitgenossische Bewertung der erzwungenen Tatigkeit und
sie sucht sie allesamt so ZLl verbinden, dalS sie vervielfalrigt und nutzbar
deren Wandelllm die [ahrhundertwende behande!t.
gemacht werden" kónnen (Foucault 1994: 220). Neben der rasch ein-
setzenden "moralischen Orrhopadie" (Bretschneider 2004: 150) durch
den Hausgeistlichen, die der dauerhaften Korrektur dienen sollte,. hielt
1. PRAXIS UND ALLTAG
das Anstalrsleben weitere Demütigungen und Dressurakte bereit, so
Bevor jemand um 1800 in eines der deutlich rnehr als einhundert im wurden die Züchtlinge auch korperlich blolSgestellt, sie rnussten sich in
deutschsprachigen Raurn nachweisbaren Zucht- und Arbeitshauser (Jüt- Anwesenheit des Personals nackt ausziehen (Otruba 1989: 31Of.; WeilS

134 I
I 135
Cuerpos Anómalos I GERHARD AMMERER UND MFRED STEFAN WE¡B Eingesperrte Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Projit durcb Zuchthausarbeit?

2006: 231f.), und sich durch das Waschen den Mindeststandards der Srunden gearbeiter und damit eine Zeitspanne erreicht, die auch auBer-
hauslichen Hygiene unterwerfen (Ammerer/WeiB 2008b: 172; Frey halb des Zuchthauses, z.B. in der Landwinschaft und in den Manu-
1997: 248-252; Srekl1986: 134f.). Die Bemühungen um eine "bürger- fakturen, üblich war. Am Abend vor Sonn- und Feiertagen ruhte die
liche Reinlichkeit" wurden jedoch bereits durch die Tatsache konrerka- Arbeit spatestens nach dern Nachrmahl, um die "Freizeit" zum Saubern
riert, dass sich haufig zwei bis drei Haftlinge ein Bett zu reilen harten und Ausbessern der Kleidung nutzen zu konnen (Fuhl1988: 104-106;
(Mayer 1987: 159; Frey 1997: 248[) und der Gestank in und um die WeiB 2008; Otruba 1989: 313; Brachmann 1964: 159).
Zuchrhauser beinahe legendar war (Harrer 2005: 703). An den Festragen war der Tagesablauf noch mehr van Geberen
Der irn gesamren deutschen Sprachraum analoge Tagesablauf in und den Chrisrenlehren "durchtrankt". Diese Tage glichen daher kirch-
den Zucht- und Arbeitshausern, der üblicherweise durch genaue Ord- lichen Dauerveranstalrungen; die mangelnde lnrensitac del' Andachten
nungen geregelt und srreng reglementien war, sollre "wie in einem Uhr- versuchte die Anstalrsleirung durch deren zeitliche Ausdehnung zu kom-
werk ineinander gerichrer" funkrionieren (Brietzke 2000: 506-515, beso pensieren (Stier 1988: 105). Die vid gerühmre schulische Weiterbildung
515: Zirat mit Verweis auf die Ludwigsburger Anscalt 1756; vgl. Am- irn Lesen, Rechnen und Schreiben, die bisweilen in den Hausordnun-
merer/WeiB 2002: 354). ]ede Minute war - zumindest in der Theorie gen verankert war (z, B. Abdruck der Innsbrucker Zuchtausordnung
- verplant, die Ansralr schuf eine "Eigenzeit" (Brerschneider 2007: 174) des ]ahres 1769 bei Ammerer/WeiB 2006a: 254), erstreckte sich hinge-
und nichts sollre dem Zufall, der sich für die Ansralt und seine Bediens- zen meist nur auf ein bis zwei Stunden an den Sonntagen und dürfre
b
teten gefahrlich auswirken konnte, überlassen werden. zur "Umformung" del' Korper nur marginal beigerragen haben.
Irn Sommerhalbjahr (April bis Seprernber) mussren die Züchrlinge Den eigentlichen "Hohepunlct" des Tages bildete [ür die Hafrlinge
ihr harres Lager zwischen virr und fünf Uhr morgens verlassen, in den das zu Mirrag oder gegen Abend gereichte warme Essen, das ersr im
Wintermonaren erfolgre das Wecken meisr eine halbe Stunde spater, An Verlauf des 19. jahrhunderts auf die heute üblichen drei Mahlzeiren
den Sonn- und Feienagen wurde hingegen die Nachtruhe ebenfalls eine ausgeweiret wurde. Waren auch die irn Wochenrhythmus sich wieder-
Srunde spater unsanfr beender. Sofern nicht der Zuchtmeisrer oder die holenden Speisen sehr einfach und eintónig, bisweilen sogar Ekd erre-
Stubenvarer und -rnütter das "Weckamt" versahen, erfolgte das Zeichen gend und meist für erwachsene Frauen und Manner nichr ausreichend
zumAufstehen durch mehrere Clockenschlage, die den Rufzur (Unter-) - es sollte lediglich die Arbeitskraft erhalten werden -, so war darnit
Ordnung signalisierten. Nach dem Ankleiden und einer sparranischen doch zumindesr die ragliche Verpflegung gesichert. Als Hauptnah-
Morgemoilerre, die auch das Karnrnen der Haare verpíiichrend vorsah, rungsmirrel scheinen in den überlieferten Speiseplanen Brot, Nudeln,
mussten die Schlafraurne aufgeraumt und gesaubert werden. Bereits zu Knodel, Hülsenfrüchte, spater Kartoffel, verschiedene Gemüsesorten
früher Margensrunde harren die Gefangenen auch ihre ersten Gebere und Dünnbier auf. Haufig wurde auch Wasser zu den Mahlzeiren
zu verrichten und an der Frühmesse teilzunehrnen. Nach Moglichkeir gereicht, die lediglich an den Sonn- und hohen Festtagen durchdie
wurden die Frauen und Manner in der anstaltseigenen Kapdle oder Zubereitung von Fleischspeisen üppiger ausfielen. Vergleicht man die
Kirche strikr voneinander getrennt - bisweilen erfolgte der jeweilige Insassenkost rnir den Ernahrungsgewohnheiten des überwiegenden
Zugang zum Gotreshaus über zwei Stockwerke -, um heimliche Bezie- Teils der Bevolkerung, so zeigen sich kaum Unterschiede. Lediglich
hungen und sexuelle Kontakte zu unterbinden, Nach der Verrichtung in del' schwer arbeitenden bauerlichen Gesellschaft dürften die Spei-
der geistlichen Übungen, bei denen nicht immer auf die Konfession sen mit deutlich rnehr Milch und Fett angereichert worden sein (Fuhl
der Gefangenen und die damir verbundenen Vorschriften Rücksichr 1988: 100f.; Thoms 2005: 711 U. 714, 746f.; Srekl 1978: 264-279;
genommen wurde, begann der eintonige Arbeitsalltag, der nur durch Eisenbach 1994: 244f. U. 254).
kurze Ruhepausen, das Mittagessen und neuerliche Gebetsdienste eine Den Insassen sollte durch dauerhafte schwere und eintonige Ar-
Unterbrechung fand. In der Regd wurde zwischen zwolf und vierzehn beit ein neues Verhaltnis zu ihrern Korper verrnittelt und ihr Verhalten

136 I I 137
Cuerpos Anomalos I GERHARD AMMERER UNO ALPREO 5TEFAN WE¡~ Eingaperrte Korper - Besserung, Diseiplinierung oder Profit dureh Zuchthausarbeit?

"normalisiert" werden, um ihnen die (Wieder-)Eingliederung in die ar- hatte (Harter 2005: 711) und die mehr als 100 Personen zugleich in
beitende und darnit sich selbst erhaltende Gesellschaft zu ermoglichen Trab halten konnte, ohne dadurch irgendetwas zu erzellgen, war die
(Stekl 1986: 133; Pfeisinger 2006: 188-190; vgl. Spaur 1802: 360f.). Zwangsarbeit zum reinen Selbstzweck avanciert (Brietzke 2000: 569f.;
Der MüiSiggang galt als Laster der meisten devianten Verhalrensweisen, Nutz 2001: 148-151).
als erklarter Feind der Tugend, und Arbeir sowie Gebet sollten daher den Vereinzelt, so z: B."in der Musteranstalt in Linz an der Donau,
Menschen als "treue Gefahrten" durch den Tag geleiten (WeiiS 2003: lassen sich nach 1800 jedoch Ansatze einer individuellen "Freizeit-
163-171; WeiiS 2004: 63-66). Die Insassen mussten sich schweigend gestalrung", beispielsweise einer sporrlichen Ertüchtigung der Kor-
auf ihre Tatigkeiren konzenrrieren, um harte Strafen zu vermeiden. Ein per, nachweisen, indem der Verwalter d~s Hauses den Insassen den
Redeverbot lassr sich in mehreren Anstalren irn deurschen Sprachraum Wettlauf, das Ringen und gymnastische Ubungen erlaubte (Hopfauer
nachweisen und wurde rnit folgender Argumentation gerechtfertigt: 1814: 109).
"Sowohl in den Schlafkerkern, als in den Arbeitsalen, bei und auiSer der Als rarsachlich positive Beeinflussung der Haftlinge und Errnun-
Arbeit wird das Schweigen der Straflinge rnoglichst gehandhabt, um terung zur Pflichterfüllung war der so genannte Überverdienst gedach~,
das Reden über Gegenstande, wodurch nur Verführung und Unheil der für über das Sol1 hinausreichende Leistungen bezahlr wurde. Mit
entstehen rnuf, nach Kraften zu verhindern" (Raurenkranz 1836: 48; einem Teil des Geldes konnten sich die Insassen in der Anstalt eine bes-
Rautenkranz 1833: 384; Hopfauer 1814: 93f.). Verlangte man irn sparen
18. [ahrhundert von den Züchtlingen lediglich eine nachweisbare Kon- I sere oder zusatzliche Kost erwerben, der Rest wurde ihnen beim Verlas-
sen des Zuchrhauses ausbezahlt, um ihnen den Neubeginn zurnindesr
zenrration auf die anbefohlenen Allfgaben, so gab die Anstaltsleitung
spatestens nach der Jahrhundertwende einen ungefahren Zeitrahmen
I
1
zu erleichtern. Wer langfristig in der Strafanstalt verweilen rnusste, dem
bot sich im frühen 19. [ahrhundert im günstigen Fall darüber hinaus
für die zu erbringenden Arbeitsleistungen vor. In Pforzheim hingegen die Moglichkeit, eine handwerkliche Tatigkeit, die als "edlere Beschaf-
wurde bereits um 1750 ein Plansoll verlangt, dessen Erfüllung das Per- tigllng" galt, zu erlernen (Srekl 1978: 220-240; Ammerer/WeilS 2003:
sonal bei angedrohtem Verlust der eigenen Einkünfte im worrlichen 171f.; Ammerer/WeiiS 2004: 128; Ammerer/WeilS 2006b: 111-114;
Sinn "durchzllpeitschen" harte (Stier 1988: 115f.). Da auf die früheren Koch 1846: 22f.).
Lebensumstande und Proíessionen der Hafdinge kaum Rücksicht ge- Die Zuchthausverwaltllngen bevorzugten bei der Wahl der Ferti-
nommen wurde, war die Qualirat der prcduzierren Waren denn auch gung Tarigkeiten, die leicht und rasch erlernbar waren, einen rnoglichst
haufig mangelhaft und diese konnten bisweilen nicht einmal um ei- geringen Kapitaleinsatz erforderten und darüber hinaus nach der Ent-
nen geringeren Preis verkauh werden (Ammerer/WeiiS 2008a). Haufig lassung den ehemaligen Insassen Beschaftigungschancen errnoglichten.
mangelte es an geeigneten Arbeirsrnoglichkeiren, so dass die Insassen In dieser Hinsicht bot sich vor allem der Sektor der Textilherstellung
mit der Sauberung des Hauses und geringfügigen Renovierungstatig- an, wobei das umliegende Gewerbe bisweilen durch die Konkurrenz
keiten beschafrigr wurden. Waren im Ósterreich Josephs n. noch of- der billigen Gefangnisarbeit in ihrer Existenz gefahrdet war.
-1"-
femliche und darnit die Ehre diffamierende Arbeitsleismngen üblich, Obwohl die Arbeitskraft der Haftlinge meist ohne Rücksicht auf
so gingen die Schweizer Behorden behutsamer rnir ihren "Zuchthaus- die gesllndheitlichen Auswirkungen ausgebeutet wurde, vermo.chten
lern" um und beschafrigten sie überwiegend lediglich im Inneren der die Anstalten aufgrund ihrer hohen Fixkosten und ihrer überwiegen-
Hauser (ausgenommen Karrenansralten) (Mayer 1987: 64). Um Leer- den Absatzorienrierung auf die lokalen Markte kaum schwarze Zahlen
laufe moglichst zu vermeiden, pladierte die Leitung der Hamburger zu schreiben. Zudem lasst sich belegen, dass Haftlinge eine rneist ge-
Einrichrung im Jahr 1825 sogar dafür, eine Tretmühle nach englischem ringere Arbeitsleistung und -qualitat erzielten als Personen, die in Erei-
Vorbild anfertigen zu lassen. Mit dieser Maschine, deren Einsatz in heit arbeiteten (Eisenbach 1994: 170; Stier 1'Z88: 173). Berichte über
Mainz rnehreren Hafdingen um 1780 angeblich das Leben gekostet langfristig positiv bilanzierende Zucht- und Arbeitshauser sind kaurn

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Cuerpos Anómalos I GERHARD AMMERER UNO ALFREO STEFAN WEIG
Eingesperrte Kórper - Besserung, Disziplinierung oder Profit durch Zuchtbausarbeiti

nachzuweisen, auíSer sie harten Gelegenheit, konkurrenzlos zu arbeiten Religionse Unterrichts- Anstalten 1812: 129-131). Trotz dieser Anord-
(Nutz 2001: 146; Srekl 1986: 126[; Wüst 1996: 118f.). Die Anstalten nung setzte sich auch wahrend des Vorrnarz noch keine einheitliche
blieben daher mit wenigen Ausnahmen Zuschussbetriebe, ein "noth- Regelung durch.
wendiges und kosrbares Übel" (Zitat nach Stier 1988: 176; Arrime- Wurde in Brünn an jedem Wochentag der so genannte kateche-
rer/WeiíS 2002: 362). Die Verluste beliefen sich, um einige Beispiele tische Unterricht erteilt, so fand dieser in Schwaz in Tirol und in Linz
zu nennen, in Linz an der Donau um 1830 auf jahrlich 30.000 Gul- an der Donau nur einmal wochentlich statt. Auslandische Besucher,
den Konvenrionsmünze (Heintl1832: 4; WeiíS 2006: 233 u. 236), im darunter die "Commission Francaise pour le Prison", kritisierten noch
württembérgischen Ludwigsburg auf 83.000 Gulden bei der Auílosung 1838 bei der Besichtigung des Linzer Zwangsarbeitshauses den ihrer
des Hauses 1806 (Fuhl1988: 81), in Bremen im Zeitraum von 1748 bis Meinung nach geringen Stellenwert der religiasen Unterweisung (Sre-
1757 immerhin auf knapp 9200 Reichstaler (Spierenburg 1991: 119). klI978: 242; WeiiS 2006: 237). Die Haftlinge, die von den zahl!osen
In Wien berrug das Minus in den Jahren 1805 bis 1810 sogar mehr als Predigten und .Reden vol! Trostgründe]n]" genug hatten, reagierten
540.000 Gulden (berechner nach Scheutz 2006: 82-85). In Buehloe auf die religiose Indaktrination mit passivem Widerstand, widmeten
und im vorderosterreichischen Altbreisach gingen die Anstalrsleirungen sich wahrerid der religiasen Unrerweisung diversen Kartenspielen oder
hingegen gar nicht davan aus, dass sich das Haus eines Tages selbst fi- rissen sogar Kruzifixe und Heiligenbilder von den Wanden, um die-
nanziell rragen würde. Man hoffte zwar auf Gewinn, legre jedoeh mehr se in blasphemischer Absieht zu schanden (Scheutz 200G: 80; Wüst
Werr auf die dauerhafte soziale Disziplinierung der Hafrlinge (Fuhl 1996: 115f.).
1988: 84-88; Klein 1994: 302f.). Um Ruhe und Sicherheit im Zuchthaus zu gewahrleisten und um
Der jeweilige Hausgeisdiche, der an der "Umeodierung" der Haft- die Insassen zur Anpassung zumindest ZL1 zwingen, stand del' Ansralts-
linge (Scheutz 2006: 80) mitwirken, sie also im Geisr des Katholizis- leitung ein Arsenal von maglichen Strafen zur Verfügung, das von Es-
mus oder des Protestanrismus "bessern" sollte, galt nicht zu Unrecht als sensentzug (so genannter "Hungerkorb" in Hamburg) (Brietzke 2000:
Handlanger der Hausverwaltung (Ammerer/WeilS 2008b: 172). Wur- 208), über Einzel- und Dunkelhaft sowie verbalen und physischen De-
den den Hausinsassen laut Ordnung taglich mehrere Gebetsleistungen mütigungen bis zu schweren korperlichen ZÜchtigungen mit der ge-
abverlangt und waren sie auch srandig religiaser Symbolik ausgesetzt fürchteten Karbatsche oder dern Ochsenzierner reichte. Die Sanktionen
(Kreuze, Bilder rnit religiosemInhalt, Tafeln mit Bibelsprüchen etc.) wurden als notwendiges Übel angesehen (Marzahn/Ritz 1984: 187 u.
(Saam 1936: 98f.), so beschrankten sieh die Konrakte des Priesrers mit 192) und mussten üblicherweise vom subalternen Personal durchge-
den ihm anverrrauten "unerzogenen Kindern" wahrend der frühen führt werden. Zumeist machten die Neuankornmlinge bereits beim
Neuzeit rneist auf kurze Gesprache bei der Aufnahme ins Zuchthaus Eintritt in die Anstalr Bekannrschaft rnit der harren Alltagsrealitat des
und auf die vorgeschriebene Beichte. Da der Hausgeistliche aufgrund Zuchthauses, indern ihnen an der "Schmachsaule" oder auf dem "hal-
seiner eigenen Sozialisation in der Regel wenig Versrandnis für die be- zernen pferd" der berührnt-berüchtigte ,,'Willkomm" in Gegenwart des
sondere Situation der Gefangenen aufbrachte, stellten die vom Priester Personals und der Mitgefangenen verabreicht wurde (Meyer-Krentler
geführten Aussprachen, in denen er stets .wahre Reue" vor Gott und 1987: 41; Mayer 1987: 206; Brietzke 2000: G1If.). Waren Korperstra-
der Gesellschaft einzufordern hatte, meist nur eine als unangenehm fen im Kanton Zürich nur mehr bis zum Jahr 1837 üblich, so durften
empfundene zusatzliche Belastigung der Hausinsassen dar (Ammerer/ sie in den k. k. Staaten immerhin bis 1867 und in Preulsen - wenn auch
WeiíS 2008a). Kannten die Ansralten des 18. Jahrhunderts noch sehr nur noeh in sehr eingeschrankter Weise - sogar bis 1918 verabreicht
unterschiedliche Anordnungen bezüglich der religiosen Unterweisung, werden. Generelllasst sich jedoch konstatieren, dass die Haufigkeit der
so lieíS Kaiser Franz n. irn jahr 1812 in den k. k. Staaten einen ver- angeordneten korperlichen Züchtigungen im .19.Jahrhundert deutlich
bindlichen Unterricht zum "allgemeinen Staatswohl" einführen (Neue abnahm (Curti 1988: 78; Stekl 1978: 204; Meyer-Krentler 1987: 51).

140 I I 141
Cuerpos An6malos I GERHARD AMMERER UNO AL'RED STEFAN WEIB
Eingesperrte Kárper - Besserung, Disziplinierung oder Profir durch Zuchthausnrbeiri

Obwohl in der theoretischen zeirgenossischen Literatur wiederholt dar-


lerdings an den meisten Orten aufgrund des geringen Personalstandes
aufhingewiesen wurde, dass der Zuchthausgefangene "nie physisch un-
zu wünschen übrig lief~,'und Redeverbots "aufwicklungs cornplotte"
brauchbar" werden sollte (zitiert nach Ammerer/WeiB 2006b: 99), sah
ersann oder davon wusste, mussre bei der Entdeckung der geheimen
die Realitar anders aus: So manche Insassen überlebten den Aufenthalt
Plane mir unbarmherzigen Peirschenhieben, einer Strafverlangerung
in der Ansralt nicht oder verlieíien sie als Krüppel (Valentinitsch 1978:
und in Einzelfallen sogar mit del' Todesstrafe rechnen (Hausordnung
506f.). Als besonders verschrien galt in dieser Hinsicht die Einrichtung
Wiener Zuchr- und Arbeitshaus 1771; Verordnung Mannheim 1769:
in Ludwigsburg, wo man es noch im sparen 18. Jahrhundert überhaupt
Saam 1936: 89). Um die srandige Kontrolle in der "totalen Insriruri-
"für eine Selrenheit ansah, wenn ein Züchtling langer als 10 Jahre leb-
on'' noch zu verbessern, wurden in den Anstalten einzelne Gefangene
te" (zitiert nach Meyer-Krenrler 1987: 57; Quanter 1905/1970: 128 u.
willkürlich ausgewahlr, um das Amt eines so genanmen Stubenvarers
144; Mayer 1987: 208; vgl. Harter 2005: 700).
bzw. einer Stubenrnutter zu übernehrnen, Diese waren für die Ordnung
Oftmals gelang es Zuchthausinsassen nicht, sich rnit dem (sub-
in den jeweiligen Schlaf- und Arbeitsraurnen zustandig, fungierten als
alternen) Ansralrspersonal bzw. deren haung in der Ansralt lebenden
"Augen und Ohren" (Scheutz 2006: 76) der Anstalrsleirung und wur-
Verwandten (z. B. die Frau des Verwalters, auch als "Hausmutrer" be-
den für ihre rneist unangenehme Aufgabe sogar emlohnr (Ammererl
zeichnet) (Marzahn/Ritz 1>84: 169) oder den (meist halbinvaliden)
WeiB 2006a: 249-251 u. 266 rnit Beispielen aus \\7ien und Innsbruck).
Soldaten der Wachmannschaft zu fraternisieren - bisweilen spielren sie
Auf diese Weise versuchte das Personal die zulerzr in der Forschung so
gemeinsam Karten und tranken in geselliger Runde Alkohol - (Wol-
bezeichnetcn "Eigenraume" der Züchtlinge einzuengen und unkontrol-
ter 2003: 348; Harter 2005: 689; Stier 1988: 153) oder dieses zu be-
lierte Bewegungen der Insassen maglichst Zll unterbinden (Bretschnei-
srechen. Dann konnren sie auf die auBerst harten Lebensbedingungen
der 2007: 171-174; vgl. Stier 1988: 233).
und die haufizb unbestimrnte Haftdauer (Harter 2005: 698f.; Brietzke
2000: 485) mit Anpassung an die unvermeidliche Situation oder pas-
sivem Widerstand z: B. durch geringere Arbeitsleistung oder Bescha-
2. "POLICEY- UNO CAMERALWISSENSCHAFT" UND DIE
digung der Arbeitsrnarerialien, aber auch mit physischer Gewalt gegen
"OKONOMISIERUNG" DER STRAFE
die Mithaftlinge oder die Angesrellten, mit korperlichen Selbsrver-
stümmelungen oder sogar rnit Selbstmord reagieren (vgl. Spierenburg Die Zucht- und Arbeitshauser sind wohl diejenigen Institutionen, in
1991: 204-211; Beneder/WeiB 2006: 195f. u. 211; Wüst 1996: 113f.; denen den Überlegungen Michel Foucaults zurn Verhaltnis van Korper
Bretschneider 2007: 192f.). und Macht folgend die Disziplinartechnologie am intensivsten auf den
Urn Fluchrversuche aus den oft baufalligen Hausern zu erschwe- Korper des Menschen ausgerichtet war, del' nicht nur überwachr und
ren, mussten die Züchtlinge zusatzlich zum entehrenden und stig- "dressiert", sondern auch produktiv/okonornisch genutzt werden sollte.
matisierenden Kahlscheren der Kópíe in der Regel eine auffallige, Die Meinung, dass hinter der Gründung der Zucht- und Arbeitshalis~r
minderwertige Kleidung tragen, die - mir den Worten des englischen des 17. Jahrhunderts etwa in Hamburg, Bremen, Lübeck oder Danzig
Gefangniskririkers John Howard - den Vogel rasch an seinen Federn bereits das Bemühen stand, die herkornmlichen Leibes- und Lebens-
strafen durch die Freiheitsstrafe zu ersetzen, ist langst überholt (vgl.
erkennen lids (Promies 1983: 279; Ammerer/WeiB 2003: 166) und
Brietzke 2000: 15), die Zucht- und Arbcitshauser bildeten vielmehr
die Verfolgung erleichterte. Bisweilen entfiohen aus den Zucht- und
ursprünglich ein Instrurnent zur Verrneidung und Behebung von Ar-
Arbeitshausern nichr nur die Gefangenen (rnit Beispielen Srier 1988:
135-139), sondern auch die so genannten "Freiwilligen", die über die mut und dessen sozialen Folgeerscheinungen, insbesondere von unan-
schlechte Entlohnung und menschenunwürdige Behandlung zu klagen gepasstem Verhalten, van Mobilitat und K(1eink)rimin.alitat, ~owie zur
harten (Klein 1994: 307). Wer in der Ansralt trotz Bewachung, die al- (Wieder-) Herstellung van Ordnung, Wohlfahn und Sicherheit.

142 I
I 143
Cuerpos Anómalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED STEfAN WBIg
Eingesperrte Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Profit durch Zucbthausarbeit?

Auch seitens der Kirche wurde die "instrumentelle Konditionie- sowie in den Ósterreichischen und Franzosischen Niederlanden auf
rung der Kórper" (Lottes 2000: 224) befürwortet und der - von bür-
wo er unermüdlich Zuchthauser und Spiraler besuchte und diese zu-
gerlicher Sicht her anormale- MüJSiggang als "Feind der Tugend" nachst in Tagebuchaufzeichnungen teilweise einer scharfen schrifdi-
verdammt. Der Zwang zurn "Allheilmittel" Arbeit galt daher nicht
chen Kritik unterzog. Die zum Teil erst Jahre spater veroffentlichren
vornehmlich als Srrafe, sondern vielmehr als Hilfestellung zur gesell- "Situationsberichte" und Verbesserungsvorschlage entfalteten nicht nur
schaftlichen "Pflichterfüllung" (Ammerer 2006: 8E.. Ammerer/WeiJS vielfaltige diskursive, sondern in der Folge auch faktische Wirkungen.
2003: 150f.). Seine Schrifcen, überreich an Reformideen, erreichten schlielSlich einen
Die kameralistischen Überlegungen rnachren Vokabeln wie
kanonischen Status (Nutz 2001: 30).
"Zuche" und "Züchtigung" zu Grundwerten einer Gesellschafc, die Nach der Besichrigung des Berner "Scallenhauses" (Howard 1780:
FleilS und Erwerbsstreben als natürliche Veranlagungen des Menschen 87) war Howard von den Entsorgungsleistungen der Haftlinge deran
ansah, die beim Einzelnen - und sei es durch die Einweisung in Zucht- begeistert. dass er Bern als eine der saubersten Stadte bezeichnete, die
und Arbeitshauser - nur (wiederrgeweckt werden mussten, er je gesehen habe. Um dem Leser eine Vorstellung von del' Art und
Basierend auf dem übergreifenden Konzept der Nützlichkeit rück- Weise zu vermitteln, wie die dem Bauamt unterstellten Züchtlinge zur
ten in del' Diskussion um den Arbeitszwang im 18. Jahrhundert neben Reinigung des Kanalisationssystems, del' StralSen und Plátze eingesetzt
dem ursprünglichen Erziehungs- und Versorgungsaspekt allrnahlich wurdcn, fügte Howard dem ersten Band seines Hauptwerkes "The state
rein okonomische Gesichrspunkre in den Vordergrund: die Befriedi- of the prisons in England and Wales" (1777 und 1784) sogar zw~i von
gung fiskalischer Interessen bzw. die Bestreirung der Umerhalrskosten ihm in Auftraz geaebene Kupferstiche bei ("I give a representanon of
der Anstalt (Bretschneider 2007: 169. 171). obwohl die prohtorien- ir [= Arbeitsvollzug] from a draught taken by a painter in this city";
tierten Motive in der realen Umsetzung kaum jemals den erhofften Howard 1777: 87). Die Tatigkeiten der Verurteilten rnit Hilfe eines
Erfolg fanden. Auch in den kameralwissenschafdichen Reformtexten holzernen Karrens, der von je fünf Manriern und Frauen gezogen wur-
ging es zunehmend um die Nurzbarmachung des "Humankapitals" de. sind darauf anschaulich dargestellt.
durch Zwangsarbeir und den Profit für den Sraat (Nurz 2001: 35). Der Das früheste Schellenwerk - nach StralSburger Vorbild - ist in
Umgang rnit Armen und Bertlern, der neben dem Aspekt der Fürsor- Bern unter dem Namen "Neues Almosen" ab 1614 greifbar. Von An-
ge zunehmend zurn Gegenstand rnerkantilistischer Wirrschaftspolitik beginn waren Bettler, Vaganren, Dirnen und Krirninelle gemeinsam
wurde, veranderte dadurch nicht unwesentlich seinen Charakter (Ei- eingesperrt und wurden neben einigen anderen Tatigkeiten wie bei-
senbach 1994: 21). spielsweise Holzhacken hauptsachlich für die Reinigung der SrralSen.
Für die Ausgesralrung und den Ablauf der Arbeiten von Züchdin- Platze und "Ehgraben" (Kanalisationssystern) eingesetzt (Hug/Schnell
gen gibr es für das 17. und 18. [ahrhundert rnit Ausnahme del' norma- 1995: 403). Wie bei seinen "Nachfolgeinstitutionen" in Genf und Base!
tiven Richrlinien und etwaiger Kritik an der schlechten Qualitat der dienten diese Strafen auch hier maggeblich praventiven Zwecken (Fu-
hergestellten Produkte kaum detaillierte Beschreibungen. Eine Aus- masoli 1981: 124-133). Die Bezeichnung Schallen- oder Schellenwerk
nahme bildete der bereits von den Zeitgenossen des 18. Jahrhunderts bezieht sich auf die Schelle, die an einem Eisenring um den Hals be-
als "the father of prison reform" bezeichnete John Howard (Howard festigt war. der ein prangerahnlicher (Schand-rCharakrer anhaftctc, da
1780: 9). Der von Gott für diese Aufgabe auserwahlte (Eigendefini- del' Glocken tragende Mensch auf eine Existenzstufe rnit Tieren gestellt
rion) und von seiner Umgebung als Idealtyp des .wahren Menschen- wurde. Auch als das Schellentragen bereits abgeschafft war, blieb der
freundes" angesehene "Gefangniskritiker" unternahm zwischen 1775 Name "Schellenwerk" noch über Jahrzehnte bestehen.
und 1790 sieben ausgedehnte Reisen auf dem Kontinent und hielt Nach Howards Ausführungen waren die.an das Gefahrt angeket-
sich unter anderem in Frankreich, der Schweiz, Deutschland, Holland teten rnannlichen und weiblichen Delinquenten, die von einer Reihe

144 I I 14'
Cuerpos Allómalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED 5TUANWEIB
Eingesperrt» Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Projit durch Zuchthausarbeiti

von "Wischerinnen" und .Auíladern" begleitet wurden, im 18. Jahr-


hundert bereirs (auch) Schwerkrirninelle.
13 l'; RN. In The State ofthe Prisons (erster Band in deutscher Übersetzung
1780 unter dem Tire! "Ueber Gefangnisse und Zuchthauser. Ein Aus-
zug aus dem Englischen des William [!] Howard ... mit Zusatzen
und Anmerkungen", herausgegeben von G. L. Wilhe!m Koster) serzte
sich der Autor unrer anderem für einen strikten Arbeirszwang, eine
-,.-~:~-. pramienorienrierte Endohnung, die Verbesserurig der hygienischen
'·'1":· . Verhaltnisse und eine gesunde Ernahrung in den Anstalten ein (Hoe-
- . ge!1916: 24).
Zwar kam es in der zweiten Halfte des 18. Jahrhunderrs zu einern
"·_-:1:": .
~:r


-¡.'
.
-~ :<
Transformationsprozess
nomisierung" als Verbesserung
des Straf(en)systems,
der Strafe (Foucault)
das nicht nur eine "Oko-
vorsah, sondern als
wesentliches innovatives Elemem der neuen Geserzgebung Arbeit als
Teil der Freiheitssrrafe erablierte, doch harte es den Einsarz von Haftlin-

r lll'; n x.
,l"
gen zu unterschiedlichen
als Ausnahme
mierte beispielsweise
Ordnung
Verschickung
innerhalb

in Oesterreich
von Haftlingen
Tatigkeiten bereits vorher gegeben,
des breiten Spekrrums
Artikel 52 der "Neuen
unter der Enns" vom 30. Dezember
in die ungarischen
der Strafarren,
peinlichen

Grenzhauser
allerJings
So nor-
Landgerichts-
1656 die
oder die
(Wiener) "Stadtgrabens-Straff" als affentliche Arbeit in Eisen, doch
waren diese Sanktionen als "extra-ordinari und willkürliche Straffen"
norrniert. Jede einzelne Verurteilung zu einer opera publica, also einer
unmittelbar der Allgemeinheit zugure kommenden Strafe, musste von
der Regierung bestarigt werden,
Ahnlich wie in Bern kam es im 17. Jahrhundert auch in deurschen
Territorien, zunachst in Nürnberg und Württemberg, zu Sankrionen
in Form der "Springerstrafe", also der af:entlichen, in angekerretem
f Zustand zu verrichtenden Strafsen- und Erdarbeiten, Dabei führte die
lnhaftierung zunachst einzelner Personen auf Festungen, wiesie erwa
in Schleswig-Holstein belegt ist, mitunter über eine Erweirerung zu ei-
ner Etablierung eigensrandiger Anstaltsbetriebe: den Karreníanstalten)
(Kroner 1988: 201f).
Mancherorts existierten zwei Klassen von Gefangenen, wobei auch
[ABBILDUNG 1 UND 2J Karrenstrafe in Bern, aus: HowardJohn (1777): The state oftbe prisons
Delinquenten erfasst wurden, die wegen minderer Verbrechen nur auf
in England and Wales wirh preliminar] obseruations, and an account ofsome foreign prisons Bd.
wenige Monate "in den Karren geschickt" wurden (Krause 1991: 65).
J, Warrington: William Eyres, pp. J24f. Die Arbeitsanforderungen differierten von Ort zu Ort. In Osnabrück

146 I
I 147
Cuerpos Anomalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED STEfAN WEIg Eingesperrte Kárper - Besserung, Díszíplinierung oder Projit durch Zucbthausarbeiti

diente n diese dem Festungsbau (Rudolph 2001: 172f.), in Lüneburg Bestraffungsarr der Willkuhr des Richrers überlassen hat" oder wenn
vor allem der Kalkgewinnung (Ludolph 1930: 28). Neben Hannover, "ein rechrrnassiger, das ist, ein in dieser Hálsgerichtsordnung enthalre-
wo es eine Reihe von "Karrenstrafanstalren" gab, war die Anketcung ner Milderungs= oder Beschwerungsumstand erheischet, von der sonsr
an eine Schubkarre und die Verrichtung von Erdarbeiten auch in den vorzeschribenen ordendichen Straffe abzugehen" (Constitutio Crimi-
b .
Herzogtümern Schleswig, Holstein und Lauenburg das gesamte 18. nalis Theresiana 1769: "Siebenter Artikel von auBerordemhch- und
I~~ Jahrhundert über üblich bzw. hielr sich in eingeschrankter Form sogar willkührlichen Straffen").
~ bis zur Mine des 19. [ahrhunderts (Kroner 1988: 24) Die ab 1612 belegre Srrafarbeit an der habsburgischen Militar-
~ Die Verbindung von Zuchthaus und Strafe für deviante und kri- grenze in Kroatien und Slawonien bedingre die Expansionspolitik des
!
¡
minelle Personen fand sich bereits in den theoretischen Oberlegungen osmanischen Reiches, die einen kominuierlichen Ausbau der Befesri-

I
1
der alteren Karneralisten und wurde früh schon mit schweren Delikren
in Verbindung gebracht. Bekanm ist die Aussage von Johann Joachim
Becher, der 1671 das ersre Zuchr- und Arbeitshaus Osrerreichs in Wien
gungsanlagen notwendig machre. Dabei schien es nahe liegend. zur
Kosrenminimierung Srraflinge zu solchen schweren Arbeiten einzu-
setzen. Die Quellen deuren allerdings darauf hin, dass die quantirarive

I
¡
anregre: "Was nutzet ein Dieb, der um fünfzig Gulden ist gehenket wor-
den, sich oder diesem, den er besrohlen, da er doch im Werckhaus in
einern Jahr wohl viermal so viel verdienen kann?" (zit. nach Marzahn/
Dimension bescheiden blieb. Zudem karn es noch im selben Sakulurn
zur Einstellung del' Zwangsarbeir an del' Militargrenze, wofür rnehre-
re Faktoren ausschlaggebend waren: Neben den Kosten flir Unterhalt
Rirz 1984: 64). Auch die jurisrischen Reforrnschrifren und popularen und Bewachung der Straflinge lag ein Grund auch in der zeirweise we-

I Broschüren des 18. Jahrhunderrs waren sich einig: "Ein gesunder Staat
wird sich auch ihrer Hande zu bedienen wissen. Es ist kein Land, in
dem es nichr solche Arbeiren gabe, zu welchen ohnehin nur Verbrecher
niz effizienten und sinnvollen Einsarzrnoglichkeit, der erzwungenen
Einstellung der Arbeiten in der kalten Jahreszeit und den geringen
handwerkÜchen Fahigkeiren der Straflinge. Dass sie daher vielfach ar-

Ii gleichsam von der Natur bestirnrnt zu seyn scheinen. Werden sie genau
bewacht, fleiBig zur Arbeir angehalten, und kurz behandelt, so kann ich
mich unrnoglich bereden, daB der Sraar durch ihre Hande nicht we-
beitslos und unbeaufsichrigr sich selbst überlassen wurden - nur die
schweren Ketren rnit Eisenkugeln verhinderten die Flucht - und sich
rnitunrer sogar durch Betreln ihren Unterhalt zu sichern harten, war
nigstens soviel gewinne, als der Werrh ihres Unterhaltes betrifr" (Ueber eine untragbare Situation, die weder im Sinn des Gesetzgebers noch
die Todesstrafen 1788: 247). im Sinn des Militars war. Auch die Innerosterreichische Regierung in
Graz weigerte sich wiederholt, da keine Arbeitskrafte benotigt wur-

I
~
3. ARBEITSSTRAFEN ALS ERSATZ FÜR DIE TODESSTRAFE
Mil ersten Ansatzen im 17. Jahrhundert setzte sich zur Mitte des 18.
den, die zu Fortifikationsarbeiten vorgesehenen Verurreilren zu über-
nehmen (Valentinirsch 2002: 352f.).
Allerorts kam es im 18. Jahrhundert somit dazu, dass es in Fol-
Jahrhundercs in zunehmendem MaBe die Auffassung durch, dass eine ge der gesetzlichen Erablierung del' Freiheits- und Arbeitsstrafe (All-

I Reihe von bis dato als todeswürdig erachreten Verbrechen fallweise gemeines Landrecht für die Preufsischen Staaten 1774, Josephinisches
durch mildere Srrafen geahndet werden sollten. Dafür kreierte man Strafgesetzbuch 1787 u. a.) aus Mangel an anderen Baulichkeiren und
sogar neue Sanktionen als Alternative zur Todesstrafe, wobei es sich zu- aus Kostengründen auch Schwerverbrecher in die Zucht- und Arbeits-
hauser eingewiesen wurden, was del' ursprünglichen Funktion dieser

I
rneisr um eine Kombination von Freiheirs-, Schand- (Schelle!) und Ar-
beitsstrafen handelte, Jedoch blieben etwa die "poenae extraordinariae" Institutionen widersprach und diese zunehmend zu überbelegten "Mi-
im Artikel 7 § 1 der Constirutio Criminalis Theresiana nach wie VOl' schanstalten" werden lieB. In Hamburg wies die Portalsinschrift auf die
auf die Falle beschrankr, in denen entweder das Gesetz "keine gewis- unrerschiedliche Zusammensetzung der Zuchthausinsassen hin: "La-
1
se Strafe ausgemessen, sondern stillschweigend, oder ausdrücklich die
Il

,
~
148 I I 149

I
i '",.
Cuerpos Ancmalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED STEFAN WEIG Eingesperrte Korper - Besserung, Diseipllnierung oder Profit durch Zucbtbausarbeití

bore nutrior, labore plecrior" (Durch Arbeit werde ich ernahrt, durch den Staat nutzbar" (aufgenommen in: Sonnenfels 1765: 231). Auch
Arbeit büge ich) (Marzahri/Rirz 1984: 29). in der 1767 erschieneneri .Einleitung in die 5taatswissenschaften und
Eine der frühesten "Ersatzsanktionen" für die Tcdessrrafe stellte die Polizei" fand sich diese Forderung und im 64. Lehrsatz auch seine
die Galeerenstrafe dar (Maasburg 1890). 50 begnadigte beispielsweise Meinung, dass die Todesstrafe bei keinern einzigen Verbrec~en eine
Kaiser Leopold t. im Februar 1669 sarnrliche in den habsburgischen schickliche Srrale" darstelle (Feil 1858: 11-13). Obwohl für diese Aus-
Erblandern zurn Tod verurteilte Verbrecher zu dieser Sanktion, die sie ~aO'envon der Kaiserin mehrfach persónlich zur Veramwortung gezo-
auf venezianischen Schiffen ZlI verbüííen harten. Sparer wurde diese ge~, zeitigten seine Bemühungen schliemich dennoch einen Erfolg: Aus
5anktion auch gerichdicherseits verhangt. Nach Differenzen mit der Anlass der Einsrellung der Folter regte ihr Sohn und Mirregent [oseph
~,.'.
Signorie und der Einstellung der Delinquenten.verschickung" nahm TI. 1775/1776 erste Beratungen über die Reduzierung der Todesstrafe
die Ruderstrafe nach dem Erwerb des Kanigreichs Neapel durch die ano Die Vorstellungen zielten daraul, dass diese wenigstens
osterreichischen Habsburger, deren Kriegsflotte auch ediche Galeeren .zurn grDfSenTeile, aufzuheben und nur auf die delicta atrocissima zu
aufwies, wieder an Aktualitat ZlI, so dass zwischen 1714 und 1727 über beschranken ware, unter der Vorsehung, dass in allen Landern zur ange-
Innerosterreich mindestens 200 verurreilre Straflinge nach Neapel ge- messenenZüchtigung und Strafe die erfordedichen Arbeiten allsgewahlt,
brachr wurden. Das Patent vom 10. November 1728 sah diese Sanktion Hauser errichtet oder die obhandenen erweitert und daselbst gegen die
auch für leichte Delikte und Vagabondage vor. anzuhalrenden Delinquenten rnit solcher Harte und Scharfe vDrgegan-
Zu einer systematischen Reduktion, in einigen Staaten auch zur gen werde, und ordendich die Zücheigung vollbracht werden rnüsse,
ganzlichen Abschaffung der Todesstrafe irn ordentlichen Verfahren darnir das ofter wiederholte Ansehen derlei Srrallinge den Abscheu und
kam es wahrend der zweiten Halfre des 18. Jahrhunderts. Den Anstof die Erzüglung in dem publico machen würde, ~Js die Todessrrafe, und
zu einer Diskussion des Strafsystems gaben rnehrere in den 1760er Jah- solchergestalt auch die Gesellschafeaus der Arbeit solcher Delinquenren
ren etwa gleichzeitig erschienene Schrifren aufgekIarter Rechrsreforrner, annoch einigen Nutzen ziehe" (zit. nach Hoegel1916: 7).
von denen diejenigen von Cesare Beccaria und Joseph von Sonnerifels
besonders stark rezipiert wurden (Rorher 2006). Diese Autoren hielten Die für die Anstaltsbauren in Aussicht gestellten Kosten liegen die-
die Todesstrafe weder für nützlich noch für notwendig und warben se Bemühungen vorerst scheitern, doch wurden sie 17.81,nach ~em Tod
dafür, dass zur Gewahrung der Sicherheit des Gemeinwesens der le- Maria Theresias, erneut aufgenommen. Del' Tenor blieb del' gle!che, die
benslange Enrzug der Freiheit und Zwangsarbeit genüge. Angestrebt Formulierungen wurden detaillierter und scharter: In seinem Gutach-
wurde dennoch nicht eine hurnanere, sondern eine von einem starken ten in dieser Sache ernpfahl Hofrat Karl Anton von Martini im Marz
Abschreckungsutilitarismus gepragte Strafe. Die Alrernative der lebens- 1781, dass "derlei zur Arbeit taugliche Verbrecher ... gegen eine elende
langlichen harten Arbeit wurde dabei nichr als die mildere, sondern als Nahrung, und sichere Verwahrung, mithin ohne die in Preuísen üblich
die hartere Strafe dargestellt und empfohlen. seyn sollende Bezahlung für Zug- oder Lastthiere. beim Holzschlag,
Beccarias Standpunkt, dass del' zurn dienstbaren Tier gewordene bei Flüssen, oder Morasten" einzusetzen seien und diese "anhaltende[n]
Verbrecher nicht nur die Gesellschaft für den zugefügten 5chaden ent- Strafarbeiten, die offentlich verrichtet werden, und in den Augen des
schadigen, sondern auch für andere abschreckend wirken selle, wurde Publici gleichsam immer gegenwartig bleiben, zu mehrereri. Abscheu,
beispielsweise von den Wiener [uristen, so von joseph von Sonnenfels und Erspieglung als selbst die Todessrrafe bestirnrnet, und ausgeübet
oder Karl Anton von Martini geteilt. Letzterer hatte bereits 1764 den werden sollen". Auch Hofrat Franz Georg Ritter von Kees befürwortete
Lehrsatz offentlich verreidigr: "Die Todesstrafen sind dem Endzwecke im August 1781 diese Ersatzstrafe:
der Strafen entgegen: schwere, anhaltende, affentliche Arbeiren sagen Die zur offenrlichen Arbeit Verurteiltejnj-sollen zurn Karrenziehen
demselben rnehr zu, und machen die Bestrafung des Verbrechers für verhalten werden ... und [= um] sich durch ihre harte Arbeit so vieles

150 I I 151
Cuerpos Anómalos I GERHARD A,\íMERER UNO ALFRED STEFAN WElg
Eingesperrte Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Profit durcb Zuchthausarbeiti

zu verdienen, dag sie nicht nur allein in ihrem Unterhalt nichts erkos-
dass von 510 dahin geschickten Kópren bereits 261 gestorben seyen").
ten, sondern annoch dem Publico zu N utzen seyen ... Die Arbeir des
Die meisten Delinquenten überlebren diese Strapazen keine zwei Jahre.
staten Karrenziehens ist han, und wirklichen nur für einen Menschen
Durch den Vollzug diese Strafe kamen in den 1780er Jahren bis zur Ab-
geeignet, der durch seine Thaten die Menschheit verlaugnet, und sich
schaffung 1790 um ein Vielfaches mehr Verurteilte ums Leben als in
dem Vieh, soweir es nur immer einer unsterblichen Seele moglich isr,
den Jahrzehnten davor in einem vel'gleichbaren Zeirraum hing:richtet
genahet hat ... " (Allgemeines Verwalcungsarchiv, Oberste-justiz Hof-
worden waren. Das führte schlieíslich sogal' zu vehementer Kritik aus
kornrnission, Kornpilarionshofkommission, Kr. 103).
demAusland (Gottschling 1787; Kreutziger 1989: 123), Schuld an den
hohen Sterblichkeirsquoten trugen die katasrrophalen Arbeirsverhalr-
Als das neue Geserz 1787 in Krafr trat, bestirnmte § 21 als eine der
nisse und die schlechte Behandlung der StraBinge, die Hunger litten,
zentralen schweren Kriminalstrafen "Gefangnig mit affenrlicher Ar-
in tiefem \'V'asser zu waten harten, auch vallig durchnasst nicht die Klei-
beit" (All?emeines Gesetz über Verbrechen, und derselben Besrrafung
del' wechseln durften und die Nachte angeschmiedet auf der blogen
1787). DIe Art der Tatigkeit wurde irn Gesetz nur vage geregelt und
Erde verbringen rnussren. Der Óffenrlichkeit wurde diese Strafe, um
sollte nach dem Einzelfall sowie nach den Arbeitsgegebenheiten der Re-
generalpraventiv wirken zu kónnen, durch Stiche verrnittelr. Auch die
gion der SrraferfüUung abgestimmt werden: "Die eigendiche Bestirn-
Ausgabe des von [oseph Kropatschek herausgegebenen Handbuchs der
mung der Grade wird aus den in iedern Lande eintretcnden besonderen
josephinischen Gesetze des Jahres 1787 zeigt als Frontispiz die Strafe
Urnstanden dem Ermessen des Kriminalrichters überlassen" (§ 31).
des Schiffziehens neben derjenigen des Auspeitschens und der in \'V'ien
Nicht jede Arbeirsstrafe war jedoch tarsachlich auch faktisch eine
üblichen Arbeitsstrafe der Stragenreinigung in Ketten. (Siehe Abb, 3).
Ersarzs:rafe. Die schwerwiegendste Sanktion, die den Zielvol'srellungen
Die bereirs in der Diskussionsphase urn die Abschaffung der To-
des Kaisers voll und ganz entsprach, "erfand" er selbst: Das Schiffzie-
desstrafe 1781-1786 artikulierten Resozialisierunzsinteressen
lO> zielten
hen, das zunachst nicht einmal Eingang in das kodiEzierte marerielle
auf Arbeiten, die der Vorbereitung für die beruíiiche (Wieder-)Einglie-
Rechr fand und ersr in der'1788 in Kraft getrerenen Kriminalgerichts-
derung des Haftlings nach der Entlassung dienlich sein sollten. So ar-
ordnung "nachgetragen" wurde, dann jedoch den Kreis der betroffenen
gumentierre Hofrar Joseph Holger im Marz 1781 in seinem Gutachten,
Personen im Vergleich zur vorher geübten Gerichtspraxis noch mehr
dass Frauen generell im Arbeitshaus eine Handarbeit erlernen sollten,
ausweitete (§ 188: "Wenn ein Verbrecher mannlichen Ceschlechts we-
um sich danach auf ehrliche Weise ernahren zu kónnen, wahrend Man-
gen Mord, Raub oder Brandlegung zum harten Gefangnisse und zur
ner, die keiner Profession kundig seien und zu affentlicher Kettenarbeit
offendichen Arbeit auf was immer für eine Zeit, oder wegen anderer
verurteilt würden, nur den ersten Teil in dieser Form abbüfsen sollten
Verbrechen auf anhaltende Zeir verurtheilr ist, so wird derselbe zum
und "zur Halbscheid der Strafzeit ... in dem Arbeits-Hauf zur rnanu-
Schiffziehen nach Hungarn abgeschicker"), Diese Srrafe karn in der
facturs- oder anderen brodgewinnstigen Verrichtungen anzuwenden
üb~rwiegenden Anzahl der Falle einer aufgeschobenen Hinrichrung
[seien], damit sie bey verlittener Strafzeit sich selbst auf ehrliche WeiíSe
gleJch. Welche der unterschiedlichen Zahlen, die sich in der Literatur
ernahren" (Allgemeines Verwaltungsarchiv, Oberste-Justiz Hofkommis-
und den Quellen finden, man auch heranzieht, so handelt es sich doch
sion, Kompilationshofkommission, Kt. 103). Dieser Diskussionsstrang
immer um Srerblichkeirsraten zwischen 51 und 66 Prozent (Macho
versandete jedoch noch vor Abschluss der KodiEkationsarbeiten.
1999: 117: 740 Versrorbene von den 1200 zwischen 1784 und 1789
zum Schiffziehen Verurteilren; Maasburg 1890: 16: 721 Tcdesfalle bei
1100 Strafl.ingen in den Jahren 1784-1790; Haus-, Hof- und Staats-
archiv, Kaiser-Franz-Akten Fasz. 65, Notiz vom 12. [uli 1787: "Die
Mortalirats Tabelle der Schiffzieher vom Jahre 784 bis 786 beweist,

152 I I 153
Cuerpos Anómalos I GERHARD AMMERER UNO ALFRED STHAN WEIg
Eingesperrte Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Profit dureh Zuchtbausarbeiti

4. STRAFE UND ARBEIT ALS THERAPIE?


Der Haller Zuchthausgeistliche Heinrich Balthasar Wagnitz, der
nach dern Tod von John Howardzur treibenden diskursiven Kraft
der "Gefángnisreformbewegung" wurde, - trug ma~geblich zur For-
mierung und Verwissenschaftlichung der einschlagigen Fachliteratur
bei. In seinem zweibandigen Werk "Historische Nachrichten und Be-
merkungen über die merkwürdigsten Zuchthauser in Deutschland"
(Wagnitz 1791/94) stellte er die Persónlichkeit des Arrestanten in den
Mittelpunkt seiner Überlegungen. Er entsprach damit der sich im
letzten Jahrzehnt des Jahrhunderts verdichrenden Ablehnung der dis-
krirninierenden und die Resozialisierung behindernden Ehren- und
gewisser Formen der Arbeitsstrafen. Der spektakulare und grausame
Strafvollzug, das offentliche "Straftheater" des Ancien régime (Dül-
men 1985; Ammerer 2004) wurde um 1800 durch eine mentalitars-
geschichdich bemerkenswerte Veránderung des Menschenbildes, für
welche die Historiographie mehrere Erklarungsansarze anbieter, so-
wie der reviralisierten Vorstellungen vom Besserungszweck der Sarik-
tion zunehmend abgelehnt und bald zugunsten eines abgeschlossenen
Strafvollzugs ersetzt (Nutz 2001: 18).
Zu Beginn des 19. Jahrhunderts entfaltete sich im ganzen Reich
eine recht kontrovers geführte Diskussion um die Frage nach dem bes-
ten Strafmodell und der Padagogisierung des Vollzugs (Nutz 2001:
46-48 u. 69-116). Die Neukonzeption der Ideen der Zuchthausinter-
nierung, besonders die Funkrion der Arbeir als prirnares Frziehungs-
mittel, wurde durch zahlreiche Reformschriften verbreitet.
Der Beamte und Staatsmann Johann Ferdinand Graf von Kueff-
stein (1752-1818) (Wurzbach 1865: 317(; Czeike 1994: 629), Stadt-
hauptmann von Wien, Hofrat und provisorischer Vizcprasident der
nicderosterreichischen Regierung veroffentlichte 1795 eine umfang-
reiche, praxisorientierte Schrift rnit dem Titel Ueber den Nutzen del'
Arbeits e Anstalten", die von hdchster Stelle "gütige[n] Beyfoll fand und
dessen 1802 notwendig gewordene zweite AuBage er Kaiser Franz n.
widmete. Der Autor sah seine Schrift als "politischen Versuch" an und
[ABBILDUNG 3J josepbs des Zweytell Romiscben Kaisers Geseze und Verfasstlngen im fustizfache. wollte die sich in den Zucht- und Arbeitshausern sich aufhaltenden
Für Biihmen, Mdhren, Scblesien, Oesterreicb, ob und unter der El/m, Steyermark, Kdrnten, anormalen Korper, die "Auswurfe der Menschheit" (Kueffstein 1802:
Krain, Gorz, Gradiska, Triest, Tyrol, und die Vorlande in dern siebenten [abre seiner Regierung
78) aufgrund seiner praktischen Erfahrungenin erster Linie diszipli-
(1788). Prag/Wien 1788: J. G. Moesle, Frontispiz.

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Cuerpos Anomatos I GERHARD AMMERER UNO ALFRED STEFAN WElg
Eingespel'rte Kdrper - Besserung, Disziplinierung oder Profi¡ durch Zucbthausarbeit]

nieren und zur Zwangsarbeit verpflichten. Dabei griff er auch auf altge- geben zu konnen" (zitiert nach Ammerer/Weig 2006a: 245, 247; Neue
wohnre Stereotype zurück: Religions=Uncerrichts=Anstalten 1812: 131).
Nicht Jeder kann reich seyn, nicht [eder kann sich alle Gattungen der
entbehrlichsten Bedürfnisse verschaffen. Vielmehr ist es unvermeidlich, Eine radikale Ablehnung erfuhr vor allem das reine Produktivi-
ja nothwendig, daGhierin eine Ungleichheit herrsche: ohne diese würde ratsstreben, allen voran die so genannte Entreprise, die noch bis weir
der dem Menschen von der Natureingefiofre Trieb zur Arbeitsarnkeit ins 19. [ahrhundert in Preuíien und anderen deutschen Staaren übli-
und zum Fleige gar bald ersricken ... Der arbeitsame Bürger ist im- che Verpachrung der Arbeitskrafr sarnrlicher Zuchthausinsassen an
mer rugendhafr: nur der Müfiggang, oder aber Norh, Elend, und Ver- private Unternehmer, wie sie etwa im Neumünsterschen Zuchthaus in
zweiflung erzeugen das Lasrer. Wohlhabende, und dadurch z~friedene Schleswig-Holstein in den Jahren 1766 bis 1782 gepflogen worden war
Bürger sind der inneren Ruhe des Sraares nie gefahrlich: um desto ge- (Kroner 1988: 206).
fiihrlicher aber ist ihm jenes unnütze, unbescháfrigte, und überfiüssige Die Strafanstalt als therapeutische Institution, als (rnoralische)
Gesindel, das auf jeden Fall nichts zu wagen, nichrs auf das Spiel zu "Besserungsmaschine" (Nurz) serzre sich dennoch durch, Unter del'
setzen hat, mirhin zur Unruhe, zu Schwarrnerey und Parteygeist, zur Vielzahl an Publikationen, deren Autoren erwogen, mit welchen Strate-
Aufwieglung und Empórung, seiner Natur nach immer aufgelegr und gien man die mangelnde oder falsche Erziehung, die mehr und mehr als
bereit isr (Kueffsrein 1802: 24, 235). alleinige Ursache für Verbrechen angesehen wurde, am besten zu "kor-
rigieren" sei, erschien 1805 in In nsbruck del' Unterthdnig gehorsamste
Neben padagogischen und medizinisch-rherapeutischen Zielset- Vorschlag zu Erricbtung allgemeiner Armenanstalten für ganze Prouinzen
zungen kam auch der chrisrliche Bu!5gedanke versrarkt zum Tragen, und den Staat [ . .}. Der Autor, Niklaus Ferdinand Hogwein, schlug
so dass schlieíslich sogar die Ansrellung von Zuchthausgeistlichen, die darin einen MalSnahmen-Forderungskatalog vor, in dem die spezial-
ausschlieñlich für die Ansralt ratig waren, zur Norm wurde (Ammerer/ praventiven Absichten dominierten. Ungewóhnlich, wenn auch nicht
Weii5 2008a). Einer der ersten im Habsburgerreich war Philipp Jakob einzigartig in dieser Zeit war sein Vorschlag, die Anstalten nicht als
Münnich (1785-1856). Im Februar 1815 nahm er die Stelle des Zuchr- Fabriken auszugestalten, sondern als "gemischte Gewerbeberriebe", wo
hausgeistlichen irn niederósterreichischen Zucht- und Arbeirshaus in Waren für landwinschafdiche Betriebe ebenso erzeugt werden sollten,
Wien an und vertrat die idealistische Ansicht, dass die Insassen del' wie Güter, die im Haus selbst oder für die Verteilung an Arme auf dem
Hafranstalten auch tatsachlich gebessert werden konnren und die ver- Land benotigt würden u. a. m. Besonders die Idee einer abgesruften
hangten Strafen gewisserma!5en eine reinigende Wirkung harten. Par- "Anstaltskarriere" von der Inhaftierung des Verbrechers bis zu seiner
allel dazu sollte durch die geistliche Unterweisung ein "Kampf um die Freilassung weist einiges Innovationsporential auf:
Seele" (Scheutz 2006: 77-80) geführt werden. Münnich wandte sich in Man mulS sie [= die Haftlinge) aus dem Zuchthause in die
seinen gedruckren Predigren an die bürgerliche Offentlichkeir, um eine Zwangs-, aus dieser in die Besserungsanstalt, und von dieser in das
zusatzliche Legirimarion zur Ausübung der welrlichen, gerechten Ge- Arbeitshaus bringen; sie immer unter den Augen behalten, und so unter
richtsbarkeit zu liefern. Eindringlich sprach er auch die Zuchrhausin- fortgesetzter moralischer Bildung zu guten und brauchbaren Menschen
sassen an: bilden. Erst wenn man von ihrer hinlanglichen Besserung viele und
verschiedene Beweise hat, dann kann man sie der Gesellschaft zurück-
Der Zweck eures Auíenrhaltes in diesem Hause ist Besserung in der
geben (Hogwein 1805: 96).
Zukunft, diesen bey euch erreichet zu sehen, isr die erste Angelegen-
Deutlich wird, dass es nicht, wie früher, um die "Industrie", also
heit meines Berufes; dazu wird aber von euch erforderr, dag ihr euer
die bestrnogliche Ausnutzung del' Ressource Arbeitskraft ging, son-
Vergehen einsehet. ... O wie glücklich werde ich rnich schatzen, euch
dern um die Arbeitsarnkeit unter einem moralischen Impetus. Die
bey eurem Austritte so manche vaterliche Ermahnung mit nach Hause

156 I I 15
Cuerpos Anomalos I GERHARD AMMERER UND ALFRED STEf"u; WmB Eingesperrte Korper - Besserung, Dissiplinierung oder Projit durcb Zuchthausarbeiei

Gewohnung an Arbeit als bereits von Wagnitz propagiertes prirnares der Freiheit und anstrengende Arbeit seien als Strafe hinlanglich und
Erziehungsmittel, verbunden rnit Ordnung und MaiSigkeit sowie die empfindlieh genug, um eine Besserung herbeizuführen.
von Hogwein empfohlene Ersetzung der früheren Manufakturarbeit Der in Linz eingeführte freiwillige Elernentarunterricht werde
dureh "klassisehe" Handwerkstatigkeiten in den Strafanstalten sollren vom groiSten Teil der Haftlinge "mit wahrem HeiGhunger" konsu-
del' Forderung der Fahigkeiten des Delinquemen dienen und naeh der miert, Versuehe mit guten Ergebnissen habe er, Hopfauer, aueh mit der
Entlassung .die Reintegration in die Gesellsehaft erleichrern. Erlernung des Sehuster- oder Sehneiderhandwerks in den Freize!tstun-
Ein symptomatisehes Elemem für die "Padagogisierung" des Voll- den dureh altere Züehtlinge gemaeht. Die Umsetzung seiner Uberle-
zugs, für die Teehnik, den einzelnen Delinquenten aueh dureh finan- gungen zur Gründung eines Unterstützungsfonds íür die Zeit naeh der
zielle Anreize zur Arbeirsarnkeit zu erziehen, stellte der Überverdienst Enrlassung, der wahrend der Haft taglieh mit einem kleinen Arbeits-
dar, bei dem der Haftling für denjenigen Arbeitsertrag, den er über das lohnerrrag gespeist und hernaeh bar ausgezahlt werden sollte, erwies
festgelegte Tagespensum hinaus erbrachre, eine pekuniare Belohnung sieh jedenfalls als zukunftsweisend. So maneher Linzer Strafling erhielt
zur freien Verfügung erhielt. Noeh eine Generation zuvor von den Wie- beim Halraustritt uber 50 Gulden mir auf den weiteren Lebensweg -
ner Zentralbehiirden mit dem Argument vehemenr abgelehm, diese eine zwar bescheidene, aber dennoch nicht unerhebliehe 5umme für
Anerkennung sei dern Strafzweek der Absehreekung abtraglich, wurde einen "Neuanfang".
der Überverdienst etwa irn 1806 wiedereroffneten Zwangsarbeitshaus Die untersehiedlichen Vorschlage und Planungen für einen Sru-
auf der Laimgrube/\'V'ien (Allgemeines Verwaltungsarehiv, Hofkanzlei fenstrafvollzug wurden in der ersten Halfte des 19. Jahrhundert kaum
IV M 9) sowie im Zuehthaus in der Leopoldstadt, 1811 aueh im neu realisiert. Zunaehst waren es vielfaeh die Folgen del" Napoleonischen
ausgebauten k. k. Provinzialstrafhaus in Linz eingeführt. Kriege, die erwa den preufsischen Generalplan von 1804, der drei
Aueh der Verwalter dieser Anstalr zielte in seiner 1814 erschiene- Klassen vorgesehen hatte, nicht zur Ausführung kommen lieGen, spa-
nen "Abhandlung über Stralhauser überhaupt mit besonderer Rüek- ter vor allem sachliehe Bedenken und neuartige Ideen. Der Vorsehlag
sichr auf die dieiSfalls in den deutsehen Provinzen des ósterreichischen des Autors Ritrer Benjamin-Nicolas-Marie Appert zielte zur Mitte des
Kaisersraates bestehenden Anstalren" auf das Bemühen der individuel- Jahrhunderts auf eine "Besserungsgemeinsehaft" in Form einer Acker-
len moralisehen Besserung des Verbreehers, die dureh eine angemessene bau- und Industrickolonie, die er sieh als "eine ausgedehnte Besitzung
Behandlung erreicht werden sollte. Der Autor griff auf den von Howard mit alten Cebauden und ferne ven einer grossen Stadt" vorstellte (Ap-
und Wagnitz gesehaffenen Kanon der Gefangnisliteratur zurück und pert 1851: 102). Die Haftlingsgemeinsehaft wollte er in zehn Klassen
sah im .Hauprendzweck aller Strafen die Abhaltung von Verbrechen", rnit abzestufren Ver- und Geboten, Kommunikarionsmoglichkeiten,
D
der nicht dureh iiffentliehe Arbeiten erreicht würde. Vielmehr sollten Saehausstattung und Vergünstigungen unterreilen. Die Appertsehen
die Haftlinge dureh "anhaltende Verwendung zur Arbeit, wodureh Ideen wurden diskutiert, dann aber als abenteuerlich verworfen.
endlieh Arbeitslusc entstehr, dureh einen zweckmaíiigen Unterricht, Obwohl manche der am Diskurs beteiligten Personen hinsicht-
Beriehtigung ihrer unriehtigen Begriffe, Belehrung über die Pflichten lieh der Frage der Besserung und sozialen Reintegration von Stratiin-
gegen den Staat und seinen Nebenmensehen als Bürger und Christ, gen zu desillusionistisehen Ergebnissen karnen und den Mogliehkeiten
dureh mit philosophisehen Geiste vorgenommene Privare Belehrung der moralischen Besserung in den Strafanstalten misstrauten (Beeker
gebessert werden" (Hopfauer 1814: 34). Trotz aller Straftaten dürfe 2004: 64), kam es nicht nur dureh den zunehmenden Abbau des of-
man nie den Mensehen hinter dem Tarer vergessen, denn jeder Verbre- fentlichen Strafvollzugs, sondern schlieíslich aueh dureh die Gründung
cher bleibe "immer ein Unglüeklieher ..., den cine unglüekliehe Verker- zahlreieher "Gefangnisvereine" zu einer wesentlichen Neuerung auf
tung von Urnstanden, oft wieder seinen Willen in jene traurige Lage privater Basis: So wurde beispielsweise in Wien am 1. November 1844
verserzte" (Hopfauer 1814: 37). Die Einkerkerung für sieh, der Verlust der "Schutzverein für aus Straf- und Verwahrungsorten entlassene Per-

158 I I 159
Cuerpos Auom alos I GEIUWU) AMMERER UNO ALFREO STEFAN WEIB
Eingesperrte Korper - Besserung, Disziplinierung oder Profit durch Zucbtbausarbeit?

sonen" rnit dem Ziel gegründet, diesen "durch Verschaffung eines ge-
UNGEDRUCKTE QUELLEN:
eigneten Erwerbs und Einwirkung auf ihre moralische Besserung den
Wiedereintritt in die ehrbare bürgerliche Gesellschaft zu erleichtern" (§ Allgemeines Verwaltungsarchiv (Wien), Oberste-justiz Hojkommission, Kom-
pifationshojkommission, Kr, 103 (Referat von [oseph Holger vom Marz
1 der Vereinsstaruten) (zir, nach: Pratobevera 1845: 68).
1781).
AlIgemeines Verwalrungsarchiv (Wien), Hojkanzlei IV M 9, Fasz. 1371 (Vol'-
FAZIT trag del' Hofkommission an den Kaiser, 29. April1806 und Dekret vom
26. Mai 1806.
Abschlieíiend stellt sich die Frage nach der Moglichkeit der Resozialisie-
rung der Züchtlinge (vgl. Stekl 1978: 308-313; Ammerer/WeiE 2008b: Haus-, Hof- und Sraarsarchiv (Wien), Kaiser-Franz-Akten Fasz. 65 ("alpha-
betisch geordneter Index un [sicl] Extract von den Staatsrarhlichen
173) und nach der Effizienz der Zucht- und Arbeirshauser als einer
Circulandis uber Cegenstande der inneren Staarsverwalrung und Ge-
"Schule der Arbeirsamkeit und Sittlichkeit" (Spaur 1802: 87). Konn-
setzgebung vom J. 1785 ad 1794").
ten die anormalen Korper überhaupr umerzogen werden oder blieben
Wiener Sradt- und Landesarchiv, Alte Registratur A 3, Hoj- und Regiel'llngsde-
sie nach ihrer Entlassung wcitgehend aus der Gesellschaft exkludiert?
krete, 15. Dezember 1771, unfoliiert (Hausordnung Wiener Zucht- und
Aufgrund der Überfüllung der diversen Anstalten, der hygienischen
Arbeitshaus 1771).
Zusrande, der meist fehlenden Arbeits- und Weiterbildungsmoglich-
keiten, der miserablen Ausbildung des Personals und der sozialen Nahe
zwischen Überwachern und Überwachten war cine absolute Ordriunz
GEDRUCKTE QUELLEN UND LITERATUR:
im Anstaltsallcag wie auch eine herrnetische AbschlieEung nach Au-
gen nicht realisierbar. Letztendlich stellte dennoch "auch das mühse- Allgemeines Gesetz über Verbrechen, und derselben Bestrafung (1787). Wien:
ligste Leben ausser dem Straforte eine Wohlrhat" dar (Hopfauer 1814: johann Edler von Trattner.
37). Trotz ihrer abschreckenden Existenz trugen die Zucht- und Ar- Amrnerer, Gerhard (2004): "Ueber Formlichkeiten bey Hinrichtungen der
beitshauser ferner kaum dazu bei, Arme und am Leben gescheiterte an Verbrecher'oder: Auf dem Weg zurn Salzburger Hochgericht". In: Aich-
unbeliebte Arbeiten Zll gewohnen (Stekl 1986: 142). Waren die anor- horn, Ulrike/Rinnerthaler, Alfred (eds.): Scientia iuris et historia. Fest-
schrift fur Peter Putzer zum 65. Geburtstag Bd. 1. Egling an der Paar:
malen Korper auch teilweise "dressierbar", so scheiterten die ehemali-
Roman Kovar, pp. 61-90.
gen Gefangenen nach dem an ihnen vorgenommenen Dressurakt in
letzter Konsequenz an einer Gesellschaft, "die allsgrenzte und diskri- __ (2006): "Zucht- und Arbeitshauser, Freiheitsstrafen und Gefangnis-'
minierte, und die, einer vermeintlichen sozialen Stabilitat wegen, ihnen diskurs in Osterreich 1750-1850". In: Ammerer, Gerhard/WeiíS, Alfred
Stefan (eds.): Straje, Dlsziplin und Besserung. Osterreichische Zucbt- und
eine zweite Chance verwehrte". Die Rückkehr in die Anstalt war damit
Arbeitsbduser von 1750 bis 1850. Frankfurt a. M./Berlin/BernlBruxelles/
meist vorprogrammierr (Bretschneider 2008, Kap. 24: Schlussbetrach-
New YorldOxford/Wien: Peter Lang, pp. 7-61.
tung; Pfeisinger 2006: 203). Arbeit als Therapie und die rudimenrare
Erlernung von Arbeitstechniken boten jedoch dann - zumindest ge- Amrnerer, Gerhard/WeiíS, Alfred Stefan (2002): ,:Damit sie im Arrest nicht
schirnrnlicht werden'. Zucht- und Arbeirshauser, Preiheirssrrafe und Ge-
ringfügige - Chancen zur "Normalisierung" der Korper und darnit zur
fangnisdiskurs in Ósterreich um 1800". In: Griesebner, Andrea/Scheutz,
(Re-) Integrierung in die Gesellschaft, wenn mit der Arbeitsleistung
Martin/Weigl, Herwig (eds.): [ustiz und Gerechtigkeit. Historiscbe Bei-
eine konstante (Mindest-)Entlohnung verbunden war. Das verdiente
trage (J 6.-13. [ahrbundert). Innsbruck/Wien/München/Bozen: Studi-
Geld konnte wenigstens den ersten Schritt in die Freiheit ebnen und- enverlag.
wenn auch nur kurzfristig - das Überleben sichern,

160 I I 16
Cuerpos Anómalos I GERHARD AMMERER UNO ALFREO STEFAN WElIl Eingesperrte Kbrper - Benerung. Disziplinierung oder Profit durcb Zuchthautarbeisi

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168 I I 16
Die weifle Norm:
Grundlagen des Farbrassismus

WULF D. HUND'

Zusamrnenjassu ngr Daíl es sich bei "Rassen" urn "soziale Konsrruktio-


nen" handelt, ist eine mittlerwcile nahczu paradigmatische Auffassung.
Ihrc Umscrzung bedarf allerdings analytischer Differenzierung. In mei-
nem Beitrag gehe ich der Frage nach, wie sich Weiílsein zur Norm ent-
wickelt hat. Es entstand in einern Prozeíl, in dem seine "Konstmktion"
nur einen Sehritt bedeurete, dem seine "Imagination" vorausging und
seine .Konsticution" folgte. Die Verbindung von Privilegien rnir heller
Haur enrstand als Gegensatz zur Verknüpfung von Sklaverei rn it dunkler
Haut. Er führte im Zuge dcr Emwicklung des europaischen Kolonialis-
mus sehliclSlieh zu einer Taxonomie farbiger Rassen, die von Anfang an
im Konflikt mit der Erfahrung lag, der auch durch ihre amhropologi-
sehe Ossifizierung nicht beender wurde. Ohwohl die Imagination des
Weillseins im 17. Jahrhundert und seine Konstruktion im 18. [ahrhun-
dert erfolgten, war es damit noch kcinc sozialc Norm. Die Konsritution
des Weillseins im 19. [ahrhunderr erforderte, dall es den unteren Klassen
zugebilligt und von diesen angenomrnen wurde. Dazu bedurfre es neben
der Zuteilung materieller Vorteile eines popularen Rassismus und seiner
Verankerung im Allragsbewufirsein.

Stichtoiirterr Hautfarbe, Aufldarung, Rassisrnus, Rassenkonstitution,


Weillsein.

Professor am Department für Wirtschaft und P"ólitik, Univcrsitar Hamburg -


Deurschland. Email: WulfD.Hund@wiso.uni-hamburg.de

I 171
Cuerpos Anomalos I WULF D. HUND
Die weife Norm Grundlagen des Farbrassismus

Abstraet: The '.'social construction of race" has alrnosr been turned into a
ihren Kopf verlaufenden ReigverschluE Zll üffnen. Der dabei schon frei
paradigm. However, irs appliearion requires a differemiared analysis. In
my essay "The Whire Norm. Foundarions of Colour Racisrn", I discuss gelegte Teil ihrer Haut erscheint hellund rnakellos. Der Rest des Ge-
the developmem of whire normativiry. Ir was produced rhrough a struc- sichrs wird noch wie von einem Schleier mit Haut bcdeckt, die deutlich
tured proeess in which rhe "consrrucrion" only represented one srep and dunkler und auíserdem fleckig ist.
was preceded by the "imaginarion" and followed by rhe "consriruticn"
Die dadurch verrnittelte Botschaft ist unübersehbar. Sie behauptet,
of whireness. The combinarion of privilege and light skin evolved as an
amirhesis ro che connecrion between slavery and dark skin, The expan- daE reine weiEe Haut zur natürlichen Schonheit der Frauen gehore und
sion ofEuropean colonialism eventually led ea the raxonomy of coloured propagiert ein Ideal, das sich aus Jahrhunderte langer Abschirmung
races. This symbolism comradicted cxperience bur irs anrhropological
und WegschlieEung von Frauen der oberen Klassen und clem rnit Ge-
ossification conrribured to its survival. Though the imaginarion of white-
ness succeeded in rhe 17'¡' cemury and the consrrucrion of whireness was walt erzwllngenen Erfolg des europaischen Kolonialisrnus und Impe-
cornplered in rhc 18'¡' cenrury, whitcness was nor yer a social norm. The rialismus zusamrnensetzt. Es wird als \'Verk einer Natur ausgegeben,
consriturion of whiteness in rhe 19'¡' ccntury required that ir was granted del' sich alle, die ihm nicht entsprechen, rnit Hilfe einer teuer erkauften
to and accepted by rhe lower classcs. Beside the allorrnenr of marerial
ideologischen Hautung immerhin nahern konnten.
advanrages, this proeess was advanced by the developrnenr of popular
racisrn and its extcnsion to daily awareness. Wenn sie neben Mitteln der Verweiñlichung gleichzeitig Waren er-
stünden, die von überlebenden Figuren aus dem Panoptikum des Wer-
Key-Words: Skin Colour, Enlighrenrncnc, Racism, Consriturion of Race,
Whitencss. berassismus angepriesen werden, ware das kein Wiclerspruch. Auf den
Packungen von Banania, Cola Cao, Sarotti oder Uncle Ben's tummeln
sich bis heute Widerganger der schwarzen Dicncrhguren, die bereitwil-
"There never was a civilized nation
lig uncl lachend die Proclukte eines weltweiren kolonialen Ausbeutungs-
of any other complexion rhan white"
prozesses anboten (Pieterse 1992: 152 fE, 188 ff).
(David Hume)
Ihre umgestylten Nachfolger sincl nicht nur Ausdruck der Behar-
"Bur whar on earrh is whircness rungskraft van Stereotypen, sondern auch des Fortdauerns ihnen zugrun-
that one should so desire it?" de liegender Verhaltnisse. Bis heute reprasentieren und reproduzieren sie
(W. E. B. Du Bois) das Entfremdungspotential alltagskultureller rassistischer Diskriminie-
rung. Genau davon spricht Frantz Fanon (1980: 72 f.), wenn el' den
"weiEen Blick" beschreibt, unter dem er seine "Schwarze" wahrnirnmt,
EINLEITUNG die durch zahlreiche Zuschreibungen flankiert wird: "Menschenfresse-
'Fair and Lovely' ist eine Produktserie von Hindusran Lever. Der Name rei, geistige Zurückgebliebenheit, Fetischismus, Rassenmakel, Sldaven-
ist Programm. Er verspricht Frauen rnit dunkler Haut die Aufhellung schiffe, und vor allem, ja vor allem: 'Ya bon Banania'''.
ihres Teints durch den Einsatz von Bleichcreme. Sein Schonheitsver- Die Verbindung des Werbeslogans mit der strukturellen Gewalt
sprechen wird durch einen von Geschlecht, Klasse und Rasse verrnittel- der Sklaverei und den ideologischen Konstruktionen von primitiven
ten herrschafdichen Zusammenhang gepragt. Kannibalen und unautgeklarten Wilden verweist auf den urnfassenden
Das gilt auch für konkurrierende Erzeugnisse. Neben lokalen Mar- Zusammenhang des weiEen Suprematismus. Seine kornplexe Struktur
ken wie 'Fairever' oder 'Fairglow' rechnen dazu Produkte der interna- hat Charles W Mills (2003: 40 ff.) am Beispiel der USA erlautert und
tionalen Kosmetikindustrie. Unter ihnen nimmt 'Bi-White' von Vichy, dabei auf sornatische, metaphysische, epistemologische, kulturelle, poli-
einer Marke der L'Oréal-Gruppe, einen bedeutsamen Platz ein (Mire tische und okonornische Faktoren verwiesen. Ókonornisch ware durch
2005). Das Produkr wird mit einer Werbung verrnarktet, die das Ge- 'racial exploitation' weiíier Reichturn mit schwarzer Arbeit aus roter
sichr einer asiatischen Frau zeigt, die gerade dabei isr, einen quer über Erde gewonnen worden. Politisch harte das die verschiedenen sozialen

172 I 1173
Cuerpos Anómalos I WULF D. HUND Die weijfe Norm Grundlagen des Farbrassismus

Gruppen der 'WeilSen' zur 'ruling race' zusammengeschweilSt. Kultu- keineswegs problemlos realisieren. Das lag vor allem an einem Umfeld,
rell würden dabei alle Elemente der Zivilisation einem systematischen in dem universelle Vorstellungen des Menschseins enrwickelt und damit
'bleaching' unterzogen. Epistemologisch harte sich so eine 'white nor- einhergehende Rechte formuliert wurden. Der Nachweis der WeiíSheir,
mativity' etabliert. Metaphysisch errnóglichre das die Trennung von der Haurfarbe und Inrellektualitat kornbinierte, differenzierte hingegen
'white Herrenvolk' und 'nonwhite Untermenschen'. Somatisch würden die Einheit des Menschengeschlechts nicht nur rassisch, sondern inter-
'farbige' Korper dadurch einer 'racial alieriation' unterworfen. pretierte die so geschaffene Ordnung auch als Hierarchie.
Die Herausbildung dieses Systems globaler Diskriminierung har Die damir verbundene materielle wie ideelle Vorteilnahme blieb
mehrere Sradien durchlaufen. In ihrem Verlauf wurde eine augenfallige nicht unumstritren. Schon fl'üh erhoben sich Srimmen, die die Ver-
Rangordnung rassistischer Kennzeichnung enrwickelt, wissenschaft- bindung von Freiheitskampf und Sklaverei skandalisierten. Trotzdem
lich untermauert und legitimiert, politisch durchgesetzr und sozial ge- begannen Teile der Unterschichten, die Vorteile des WeiiSseins einzu-
festigt. Dieser Prozef verlief weder ohne Gegenwehr und Kritik, noch fordern. In den Kolonien, Siedlergesellschaften und Sklavenhalterstaa-
ohne machrpolitische Krisen und ideologische Unsicherheiten. ten waren sie damit den Metropolen haung voraus. Um 'weijJ bleiben'
Der dazu notwendige episremologische Aufwand war erheblich. zu konnen, bedurfte es nicht nur der theoretischen Konstruktion, 50n-
Von dumpfer Idiosynkrasie lielS er sich nicht erbringen. Ihn zu be- dern auch der sozialen Konstitution von Rasse. Dazu gehorte die Ein-
waltigen, bedurfte es der vereinten Anstrengung der besten Kopfe aus beziehung der Unterschichten.
Philosophie und Wissenschafren. Ihre Debatten und Ergebnisse lassen Irn Ergebnis zeigt sich, daiS die Normierung des WeiíSseins sich in
sich aus verschiedenen Perspekriven betrachten und nach verschiedenen drei unterscheidbare Phasen gliedern laiSr. Die erste Phase ist gekenn-
Schwerpunkten gliedern. Stellt man die für das Alltagsbewuíirsein fol- zeichnet durch eine rnir dem Erfolg des europaischen Kolonialismus
genreichsre und bis in die heurige Alltagskultur rezente Konstruktion und der Entfaltung der rransatlantisehen Sklaverei einhergehende Ver-
farbiger Mensehenrassen in den Mitrelpunkt, kann deren Entwieklung sehiebung der Wahrnehmung. Sie maehte aus den überkommenen Ge-
in drei grolSe Etappen eingereilt werden: die Veranderung der Wahr- gensatzen von Zivilisierten und Barbaren sowie Glaubigen und Heiden
nehmung, die Begründung eines neuen Paradigmas und die Etablie- die Dichotomie von WeiBen und Schwarzen. Die zweite Phase wird
rung und Verteidigung seiner Gelrung. von der Entwieklung und Durchsetzung des an der Rassenkategorie
Im folgenden befasse ich mieh zunachst mir der Frage, wie die orientierten Farbrassismus bestirnmt. Dieser Prozef wurde wesendieh
Europaer 'weijJ uierden'. Sie ist schon deswegen nicht selbstversrandlich, von den Wissensehafren der Aufklarung betrieben und mündete in ein
weil 'weiiS' im Farbspektrum der auf Ausgewogenheit und Mittelmaf Konzept, das die Indikatoren für die weiíie Norm unter die Haut ver-
setzenden Überlegungen der Anrike, die für spatere Überlegungen vor- legre. Die dritte Phase ist dureh die soziale Verallgemeinerung und kul-
bildhafr wurden, eine Farbe des Extrems und deswegen nicht der ers- turelle Codierung des WeiiSseins gepragt. Es wurde auch den unteren
ten Wahl war. Auch hinsichrlich der auf ein zutragliches Gleichgewicht Klassen zugesproehen, die haufig bereit waren, es naeh auBen wie innen
angewiesenen und dadurch korperliches Wohlbennden verrnittelnden zu verteidigen. Und es wurde Zll einem Wertesystem verarbeitet, das
Safte der Humoralpathologie war das 'weifse' Phlegma kein auserwahl- selbst die Diskreditierung des Rassenbegriffs überdauerte,
ter Sroff Hinzu kam, daB 'weilS' zur Charakterisierung des Teints von Die dureh die Erzeugung weilSer Norrnativitat bewirkte rassisehe
Frauen und Kastraren diente und damir auf fehlende Mannlichkeir ver- Entfremdung ware als sozialokonornisches Unterdrückungsverhaltnis
wies, sowie als Zeichen für Aussarz Unreinheir signalisierte. oder ideologiseher Verblendungszusamrnenhang nur unzureichend be-
Irn Anschluf an die Veranderung der Wahrnehmung diskuriere sehrieben. Der durch sie erzeugte 'Rassenrnakel' war von Anfang an
ich, unter welchen Vorausserzungen die Europaer gegenüber allen an- nicht allein Zeiehen für angebliehe kulturelle Zurüekgebliebenheit,
deren dann so genannten Rassen 'weijJsein'konnten. Auch dies lielS sich sondern diente einer korperlichen Stigmatisierung, die tendenziell die

174 I I 175
Cuerpos Anomatos 1 WULF D. HUND Di, weijíe Norm Grundlagen des Farbrassismus

Menschlichkeit derer in Frage srellte, die mit ihm behaftet wurden. Escalame in seiner Geschichte Chinas. Und 1585 betonte Juan Gonzá-
Irn Extrem zeigte sich das an der Bereitschafr, die Grenze des rassis- les de Mendoza ebenfalls, sie harten die Farbe der Deutschen. Samuel
tischen Farbspektrums unscharf zu fassen und so Spekulationen über Purchas bescheinigte ihnen 1625 gar, sie waren sehr weif, was vor ihm
Verbindungen von Mensch und Tier zuzulassen. In allen Phasen der auch Richard Johnson behauptet hatte. Für weifSgalten sie 1642 Alva-
Entwicklung führte das zu Versuchen, die Afrikaner in die Nahe von rez Semedo und um 1700 Giovanni Careri. Noch 1735, dem Erschei-
Affen rúckren. Sie sollten der weiiSen Norm nicht genügen und wurden nungsjahr der ersten Auflage von Linnés 'Systema naturae', war sich
gleichzeitig dem Verdacht der Monstrositat ausgeserzt. Jean Baptist Du Halde sicher, daiS die Chinesen ebenso weiíS wie die
Europaer sind. Und Peter Osbeck bestand noch 1765 darauf, sie waren
vollig weiíS (Demel1992, Hund 1999: 19 f., Taylor 2005: 66).
1. WEISS WERDEN Sowenig wie die Chinesen von Anfang an gelb, waren die Indianer
Carolus Linnaeus besetzt eine Schlüsselposition in der Geschichte wei- immer schon rot. Als Christoph Kolumbus 1498 das südamerikanische
fSerVorherrschaft. Das liegt nicht an der Klarheit seiner politischen Festland erreichte, erschienen ihm dessen Bewohner nicht dunkel, son-
und theoretischen Vorstellungen. Sein inverser Kolonialismus war eher dern hell. Die Bewohner Brasiliens zeichneten sich 1502 für Amerigo
skurril und behauptere, samrliche nur wünschenswerten pflanzen und Vespucci durch zwei Charakteristika aus: sie waren nackt und weilS.AIs
Tiere in Schweden heirnisch machen und so von Kaschmir und Seide Giovanni da Varrazzano 1524 die Osrküste Nordamerikas erkundete,
bis Bananen und Zllcker alle begehrten Produkte im eigenen Land hielt er dessen Bewohner zunachst für schwarz. Auf dem \'V'egnach
erzellgen Zll kónnen. Seine Ordnung der 'Anrhropornorpha' oder 'Pri- Norden kamen ibm die Indianer zusebends heller vor. Auf der Hóhe
mates' wurde von rezenten Lebewesen, antiken Fabelgestalten und von Rhode Island stief er schlieíilich auf Menschen, die er als bronze-
er hindenen Phamasmen bevolkert, Exotische Affen san gen im Chor farben beschrieb. 1539 traf Hernando de Soto irn mirtleren Westen auf
oder spielten Schach und exotischen Menschen wuchsen Schwanze Indianer von brauner Hautfarbe. David Ingram bcrichtete 1568, die
(Koerner 1999). Bewohner des südlichen Nordamerika waren 'olive' gefarbt und wür-
Doch Linnés kategoriale Ordnung der Welt enthalt auch eine Ta- den weirer nach Norden 'tawny', von der gelbbraunen Farbe der Lohe.
xonomie der Menschen, die deren bedeutsamsten Reprasentanten als Dionyse Settle verglich 1577 die Hautfarbe der Indianer rnit derjenigen
'horno diurnus' oder 'horno sapiens' nach auíSerer Erscheinung und in- europaischer Bauern, die sich überwiegend irn Freien aufhielten, 1578
neren Fahigkeiten in vier Untergruppen unterreilt (Broberg 1983). Da- behauptete George Best, die Indianer waren wei!S. Dieser Auffassung
bei wurden Hautfarben rnir Charaktereigenschafren verbunden, Doch schlossen sich in der ersten Halfte des 17.Jahrhunderts William Wood,

I die angeblichen Zeichen der Natur entsprachen nicht den vielfach an- Thomas Morton, Roger Williams, John Smith und andere ano 1666

r
I
ders formulierren Erfahrungen der Jahrhunderte wahrenden aUfSereu-
ropaischen kulturellen Kontakte.
Vor allem in den Beziehungen zu China diente die Hautfarbe lan-
ge Zeit nichr als Symbol der Differenz, sondern als lndiz der Gemein-
samkeir. Schon im ausgehenden 13. Jahrhundert erklarte Marco Polo,
die chinesischen Frauen waren schon und weiK AIs ebenso weiiS wie
argurnentierte George Alsop, die Indianer hatten eine weiiSe Haut,
nahrnen aber durch ihre Vorliebe, sich zu farben, den braunen Ton
dunklen Zimtes an (Vaughan 1995: 3 ff., Hund 1999: 17): .Nor until
Carl Linnaeus's 1740 edition of Sysrema Naturae did the notion of red
Indians begin the trajectory toward widespread acceptance" (Shoema-
ker 2004: 130).
anrnucig sah sie noch 1569 Gaspar da Cruz. Zuvor schon harten Anto- Der theoretische Bruch, der dadurch vollzogen wurde, lag in der
~ nio Pigafetta und Sebastian Münster die Chinesen für weifS gehalten Verbindung klassifizierender Kategorien mir kulturellen Normen zu
und Transsylvanus ihre Haut als von einem WeiiS beschrieben, welches einern angeblich natürliche Differenzen reílekrierenden System hie-
den Deutschen ahnelte, Denselben Vergleich zog 1577 Bernadino des rarchischer Ordnung. Dabei wurde überkornrnenes Wissen bewahrt

176 1 1177
Cuerpos Anomalos I WULF D. HUND
Die weijJe Norm Grundlagen des Farbrassismus

und veranderr. In der Lehre von den Korpersafren erwa bestimmte das
rnen, die aufkein Extrem setzte, sondern eher zwisehen hell und dunkel
rete Blut den Sanguiniker, die gelbe Galle den Choleriker, die schwar-
lag (Hund 1999: 24 ff).
ze Galle den Melancholiker und der weiíSe Schleim den Phlegmatiker.
Auch das europaische Mittelalrer bildete keinen Gegensarz von
Linné wies sie in dieser Reihenfolge den Europaern, Arnerikanern,
schwarz und weilS aus. Unterschiede der Haurfarben wurden zwar
Asiaten und Afrikanern zu. Die harte er schon in der ersten AuBage
registriert, galten aber als umweltbezogen und daher variabel (Bart-
seiner Natursysrematik nach von ihrn benannten Hautfarben als "Eu-
lett 2001: 46 f). 'Schwarze' wurden unterschiedlich typisierr. Neben
ropaeLls albese.", "Americanus rubesc.", "Asiaticus fuscus" und "Afri-
den feindlichen (Marrin 1993: 19 ff.) und verführerischen Schwarzen
canus nigr." bezeichnet. In spateren AuBagen wurden sie schlieiSlich
(Groebner 2007: 329) gab es heilige und rirterliche Schwarze (Hund
zu "Europaeus albus", .Arnericanus rufus", "Asiaticus luridus", "Afer
1999: 27 ff). Irn Mythos von Ham stand freilieh auch schon früh ein
niger" - WeiíSen, Roten, Gelben und Schwarzen - gemacht (Linnaeus
in islarnischen, jüdischen und chrisrlichen Versionen enrwickeltes In-
1735 u. 1766: 29).
strument zur Verfügung, das es erlaubte, Sklaverei und Hautfarbe zu
Neben der Ordnung der Menschen dcuteten dabei auch die ihnen
einer diskrirninierenden Mischung zu verbinden (Goldenberg 2003:
zugeschriebenen Eigenschaften auf den Ursprung der Farben del' Gel-
157 - 177).
ben und del' Rocen hin. Er lag irn Gegensatz von WeiíSen und Schwar-
Mit der zunehmenden Versklavung von Afrikanern wurde mit sei-
zen, von denen die einen als schopterisch und die anderen als faul galren
ner Hilfe dunkle Hautfarbe zum Zeichen der Sünde gemacht. Es sollte
(Baum 2006: 66). Diese Charakteristika verwiesen darauf daíS auch
anzeigen, daiS durch sie stigrnatisierre andere zur Sklaverei verurteilt
die Farben der Schwarzen und \VeiíSen keine selbstverstandlichen Sin-
waren (Haynes 2002: 101). Noch freilich waren diejenigen, die sich
neseindrücke, sondern sozial aufgeladene Zuschreibungen waren. Das
ihnen gegenüber erwahlr fühlten, Spanier, Portugiesen, Hollander und
gilt für die Kategorisierung wie die Bewertung der Farbwahrnehmung.
Englander, es konnten Plantagenbesitzer, Handler, freie Lohriarbeiter
Ihre Anfange markiert der für die mediterrane Kultur bedeutsa-
oder gebundene Vertragsarbeiter sein, zwar alle Christen, doch von ge-
me EinBuiS Ágyptens. Mit del' Ausdehnung seines EinBuíSbereiches ins
genseitia beargwahntem Bekenntnis, das aulSerdem dureh Mission und
Innere Afrikas kam das Land mit immer dunkleren Menschen in Kon-
Taufe auch den Sklaven zuganglich war. 'Schwarz' wurde für sie zurn
takt. Deren Aussehen schlug sich in bildlichen und skulpruralen Dar-
gemeinsamen Bezugspunkt cines zunachst negativ bestirnrnten privile-
srellungen nieder. Aber es harte keine kategorialen Konsequenzen. Die
gierten Status.
Ágypter bezeiehneten die südlich von ihnen lebenden Menschen unab-
Er ging der Aufteilung der Menschheit in Rassen und deren Kenn-
hangig von ihrem Aussehen úbereinstirnrnend als 'Südlander' (Hund
zeichnung mit Hilfe einer Farbpalette voraus. Francois Bernier, der als
1999: 21 f).
einer der ersten den Rassenbegriff als globale Differenúerungskategorie
Der Rassismus del' europaischen Antike (Isaak 2004) richtete sich
benurzte (Stuurman 2002), behauptete zwar, es gabe "quatre ou cinq
gegen kulturalistisch als Barbaren diskrirninierre ande re unterschied-
Especes ou Races dhomme" (Bernier 1684: 133 f.). Deren Einteilung
lichster Herkunft, die sich schon deswegen nicht farblich kennzeichnen
lief aber nicht entlang von Farbgrenzen. Die eine Rasse dehnte sich von
lieíSen.AulSerdem galten Ágypter und Arhiopier als gottesfürchtig und Europa über Nordafrika einschlieíilich Ágypten, Arabien, Persien bis
kulturell entwickelr, so daiS dunkle Haut nicht rnit herabmindernden
Indien samt Ceylon und den Malediven aus und urnfalstc Menschen
Zuschreibungen verbunden wurde (Snowden 1982). Obwohl sich das unterschiedlicher Hautfarben. Die überwiegend olivefarbenen Ameri-
mit del' Ausbreitung des Islarns irn arabischen Raum und der zuneh- kaner waren gegenüber den Europaern nicht verschieden genug, um als
menden Versklavung von Afrikanern anderte (Lewis 1990), bildere sich eigene Gruppe gelten zu konnen. Eine andere Rasse reichte von Siam
auch in diesem Zusammenhang kein konsistenter Farbrassismus aus. über die Philippinen, Japan und China bis nach Turkestan und urn-
Das hing nicht zuletzt mit einer farblichen Selbsteinschatzung zusarn- faISte Mensehen, die .veritablement blancs" (1684: 136) waren. Dem-

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Cuerpos Anómalos I WULF D. HUND Die weijíe Norm Grundlagen des Farbrassismus

gegenüber galt ein gro~er Teil Afrikas von einer Rasse bewohnt, deren VOl'diesem Hintergrund ersann Locke ein denkwürdiges Beispiel
Schwarze als essentiell angesehen wurde. ZUl'Verdeudichung del' Art und Weise, in del' ein Kind die komplexe
DaiS sich 'weiiS' demgegenüber als einfacher Gegensatz zur Kenn- Idee 'Mensch' bilden würde, narnlich ahnlich wie ein Maler, der ver-
zeichnung der Rasse der Sklavenhalter nutzen lieis, hatte William Petty schiedene sichtbare Elemenre zusammenfügr. Weil in England ,;White
schon 1677, also einige Jahre vor Bernier verrnutet, Irn Hinblick auf die or Plesh-colour" zu diesen Elementen gehorte, konnte das Kind "de-
Kolonien unterschied el' zwischen "Whites & Blacks" und "Natives" monstrate to you, that a Negro is not aMan" (Lccke 1975: 607). Um
(Petry 1927: 108, 115 fO, für deren Hautfarbe er sich nicht interessier- dies nichr als launige Illustrarion des beschrankten Horizontes infan-
te. Dabei war seine Unterteilung del' Menschheir in "severall species" tiler Erfahrung erscheincn zu lassen, hatte Locke zuvor Beziehungen
oder .Races" (1927: 30) noch durch das antike und frühmoderne Lob wie "Man is an Animal, or rational, or white" behandelt. Die Aussagen
del' Mitre gepl'agt. Ihre Ausgewogenheit wurde von den Europaern re- "a Man is Whire" und "a Man is rarional" bedeuteten, daiS ein Ding,
prasentierr, gegenüber denen 'Lapplander' und Volker am Kap del' gu- "rhar has the Essence of aMan", auch "the Essence of\Vhireness" bzw.
ten Hoffnung die Extreme abgaben. "rhe Essence of Rationality" enthielte (Locke 1975: S. 474). Gary Tay-
Die Charakterisierung del' Differenzen zwischen "Europeans" und lor (2005: 317) hat daraus eine naheliegende Schluísfolgerung gezogen:
"Negros" enthielt bereits sarntliche Elernente del' spateren Rassemheo- Locke for the first time in western philosophy, presumed that Man is
" ,
rien - Hautlarben, Haarformen, Formen von Nasen und Lippen, Ge- a rational whire animal ".
sichrskonruren und nichr zuletzt die knochernen Charakteristika des Das war nicht seine einzige MurmaiSung. In del' von ihm fortge-
bald allgemein als Sirz der Wei~heir betrachreten Schadels: "rhe Euro- schrniederen graiSen Kette del' \Vesen sah Locke auch Platz für zahlrei-
peans do not onely differ Irom the [... ] Africans in Collour, which is che Zwischenglieder zwischen Mensch und Tier vor. Zu ihnen gehol'te
as much as white differs from black, but also in their Haire [... ,J in the neben einigen del' Monster, die in Anrike und Mirtelalter die Ran~er
shape of rheir Noses, Lipps and check bones, as also in rhe very outline del' Welr bevolkerten (Friedman 2000), ein neues Geschopf des sich
of rheir faces & the Mould of rheir skulls" (1927: 31). andeutenden Rassendenkens: Locke galt es als wahrscheinlich, da~
John Locke blieb es vorbehalten, dieser Konstruktion philoso- Frauen van Affen geschwangert wurden. Indern el' den Schauplarz sol-
phische Weihen zu verleihen. Einige Jahre lang Mirglied des Board of cher Mesalliance nach Afrika verlegte (Taylor 2005: 319 ff.), weitete
Trade and Planrations, korrigierre el' mit eigenel' Hand 'The Funda- er seine Zweifel an del' Vernunft del' Afrikaner zu einem Angriff auf
mental Constitution of Carolina' (Milron 1990), die jedem "freeman" deren korperliche Integritat aus, der weit über kulturelle Ceringschat-
die "absolute power and aurhority over his negro slaves" garantierre. zung und asthetische Herabminderung hinausging. Welche menschli-
Zusatzlich erklarte er, daiS die Taufe für Sklaven keinen Anspruch chen Fahigkeiren ihnen auch immer abgesprochen oder zugestanden
aufFreiheÍt brachte (Bernasconi/Mann 2005: 92, 94). AuiSerdem in- wurden, standen sie im Verdachr, da~ die Grenze zwischen Mensch
vestierre er groísere Betrage in die Royal Africa Company (Glaussel' und Tier rnitten durch ihre Korper verlief. Irn Prozef der Entwick-
1990: 200). Seine Vorschlage zur Bekampfung der Bettelei schlossen lung des Wei~seins sollten sie van den dabei gesetzten Normen .nichr
nicht nur Zwangsarbeir ein, sondern sahen für rückfallig gewol'dene nur abweichen, sondern standen dazu in einem Gegensatz, del' bis zur
Arme unter anderern den Transpon in die Kolonien und Plantagenar- Monstrositat ausgeweitet werden konnte.
beit vor (Cranston 1985: 424 f.). Seine Überlegungen zur Legitirnitat Die dadurch erzeugte Dichotomie war um die Wende zum 18.
privaten Eigentums erlaubten die Rechrfertigung des Kolonialismus, Jahrhundert so weit entwickelt, da~ sie sich auch in abolitionistischen
weil sie wilden Volkern unterstellten, ihr Land nicht zu bearbeiten Schrifren niederschlug. AIs Samuel Sewall die Sklaverei verurteilte, er-
und daher nichr angeeignet zu haben, so da~ es sich noch im Natur- klarte el', daB die .Ethiopíans, as black as they are", Sohne und Toch-
zustand befande (Hund 2006: 47). ter Adams "and the Offspring of GOD" waren und deswegen mit der

IU:
180 I
Cuerpos Anómalos I WULF D. HUNO
Die weife Norm Grundlagen des Farbrassismus

entsprechenden Achtung behandelt werden müíiten (1700: 3). Dabei


(1749,3: 504). Solche Umersehiede sah Buffon aueh bei den Chine-
verwandre el' sarnrliche ihm gelaufigen Bezeichnungen für 'Africans',
sen, deren Hautfarben je naeh dern, wo im groBen Reich der Mitte
'Blackamores', 'Nigers', 'Negros', die er als "Blaek Men" eharakterisierte
sie lebren, mit der von Spaniern oder Deutschen vergliehen werden
(1700: 2). Sratt sie zu versklaven, empfahl er ,,whire Servants", die we-
kormten (1749, 3: 385).
gen ihrer Aussieht auf Freiheir effektiver arbeiten würden. Au/Serdem
In Afrika nahm er ebenfalls ein ganzes Kaleidoskop von Farben
harten sie einen bevolkerungspolirischen Vorteil gegenüber sehwarzen
ano Irn Norden lebten die Mauren, deren Kinder wei/S zur Welt karnen
Sklaven, die sich nicht als Ehemanner für die eigenen Tochter eigneten.
(1749,3: 431). In Riehtung Süden würden sie immer dunkler, bis die
Denn "there is such a disparity in their Condirions, Color & Hair, rhat
Sehwarzen sie ablosren, die man freilieh nicht rnit den Athiopiern ver-
they can never embody wirh us, [... ) but still remain in our Body Poli-
wechseln dürfte, deren "eouleur naturelle" vielmehr "brune ou olivát-
tiek as a kind of extravasat Blood" (1700: 2).
re" ware (1749, 3: 449). Und aueh bei den "raees noires" mülSte auf
die zahlreichen Sehattierungen der Hautfarbe geaehtet werden: "nous
y trouverons toures les nuances du brun au noir, comme nous avons
2. WEISS SEIN
trouvé dans les races blanches toutes les nuanees du brun au blanc"
Die von Linné propagierre Methode der Einteilung der Lebewesen (1749, 3: 454). Im übrigen glaubte Buffon, stichhaltige Aussagen da-
blieb nicht unumstritten. Dies galr sowohl für die unbefangene Über- rüber zu haben, "que I'inrérieur de l'Afrique esr peuplé d'hommes
führung kultureller in narürliche Fakroren als aueh für deren karegori- blancs" (1777: 503).
ale Umerseheidung. In scinern Srreit rnit Linné über die Vorzüge einer naturgeschicht-
Noeh 1791 beronte Georg Forster, daIS" [d)ie Farbe der Amerika- lichen gegenüber einer taxonomischen Ordnung des Lebens (Sloan
ner [... ] nichts weniger als gleichfarmig dieselbe" sei und führte den 1995) nutzte er solche Vielfalt zur Untermauerung seiner theoretischen
"rothe[n) Kupferglanz, den ihnen die Leiehtglaubigkeit angediehtet Position: "la Nature n'a ni classes ni genres, elle ne cornprend que des
hatte" auf die "Wirkung del' Sehminke" zurück, .womit die wilden individus; ces genres & ces classes sont l'ouvrage de notre esprit, ee ne
Stamrne sich überall [... ) schrnücken" (1985: 573). Die Vorstellung, sont que des idées de convenrion" (1749, 2: 437).
es kónnre bei der Besehreibung der Hautfarbe der Indianer zur Na- Damir sich die Vorstellung von den farbigen Menschenrassen
turalisierung kultureller Faktoren gekommen sein, hatte bereirs Geor- durchsetzen konnte, bedurfte es zusatzlicher theoretischer Überlegun-
ges-Louis Leelere, Comte de Buffon (1749, 3: 494 ff.) diskuriert. Die gen. In ihrem Verlauf gelang es den Reprasentanten der europaischen
Indianer Floridas hielt el' fur braungebrannt, aber von Natur aus heller, Vernunft, die zahlreichen Beschreibungen unterschiedlicher Volker
als sie wegen der Angewohnheir, sieh die Haur mit 01 und Farbe ein- mit der taxonomisehen Ordnung del' Rassen zu verbinden. AulSer-
zureiben, erschienen. Hinsichtlieh der "Caraibes ou Sauvages des isles dem verlegten sie die Indikatoren für WeiíSsein von deren nuancierter
Antilles" vertrar er allerdings die umgekehrte Meinung; ihre Haur ware Oberflaehe entschlossen unter die Haut. WeilS war man von da an in
aueh dann olivenfarbig, wenn sie sieh nicht sehminkten. einem globalen kulturellen Überheblichkeitsraurn, dessen gewaltsame
Dabei ging er zwar davon aus, daIS die Hautfarbe ein bedeutsa- Errichtung und Aufrechterhaltung immer mehr hinter einer Innen-
mes Unterscheidungskr irerium für Mensehen war, die in verschiede- ausstattung versehwand, die ihn philosophiseh verbrarnte und anth-
nen Umwelten lebten (1749, 3: 373). Aber zur Einteilung von Rassen ropologisch legitimierte. .
sehien sie ihm ungeeigner zu sein. Denn neben braun und oliv zeigte Buffon hat dazu insofern beigetragen, als er zur Beschreibung der
die Haut der Mensehen in Arnerika zahlreiehe andere Farbschattie- Spidarten des Menschen den Rassenbegriff intensiv benutzte. Sein
rungen. Am Amazonas waren die Mensehen "de eouleur rougeátre", Zeitgenosse Charles-Louis de Secondat, Baro!} de Montesquieu, schuf
in der Hohe der Kordilleren "presque aussi blane que les Européens" mit seiner Milieutheorie einen ersten theoretischen Rahrnen, der sich

182 I I 183
Cuerpos Anomalos I WVLF D. HVND
Die weijfe Norm Grundlagen des Farbrassismus

allerdings weniger mic Hautfarben, als vielmehr mic der Eignung der in einizen Landern auf natürlichen Ursachen beruht" (Montesquieu
b
Menschen aus uncerschiedlichen klimatischen Verhaltnissen zur Kul-

1- tur befalSte.
Dabei beschaftigte er sich auch ausführlich rnit dem Problem der
1859: 206; 1951, 1: 136).
Die Logik dieser Formulierung erschlieíit sich aus Überlegungen
zur Wirkung des Klimas auf den menschlichen Organismus. Kalre ver-
Sklaverei, die er für einen policischen Zustand hiele. Ein einfaches Ex- liehe mehr Spannkrafc, gabe Selbstvertrauen und rnacht stark, War-
perirnent würde das beweisen. Falls man Freie und Sklaven durch wei- me lieiSedas Gewebe erschlaffen, rnachte angstlich, krafdos und trage

I iSeund schwarze Lose zufallig bestirnrnte, konnte man der Empórung


derer gewiiS sein, die schwarze Lose gezogen harten: "il faut [... l sup-
poser que dans chaque nacion [... ] on tirát au son pour que la dixierne
(1951, 1: 310-314). Deswegen verstielie die Sklaverei dore, "wo die Hit-
ze den Korper so entnervt und den Willen schwachr, daiS die Menschen
nur durch die Furcht vor Strafe zur Erfüllung einer lastigen PRicht ge-
parrie qui auroit des billers blancs fuc libre, et que les neuf dixiernes qui trieben werden konnen [... ] nicht so sehr gegen die Vernunfc" (1951,
auroit les billets noir fussenc soumis a l'esclavage de l'autre [... l. Ceux 1: 336). Derartige Verhaltnisse konstatierte Montesquieu anschliefsend
qui parlent le plus en faveur de I'esclavage seroienc ceux qui l'auroient le
I
j
1
1
plus en horreur [... J. Le cri pour l'esclavage est donc le cri de richesses
et de la volupté et non pas celui du bien général des hommes" (Montes-
sowohl in Amerika und Asien als auch in Afrika (1951, 1: 371 f., 378
f.), dessen Volker er als ,,wilde oder Barbaren" bezeichnete (1951, 2:
25). Diese Aufteilung der Welc, in der Europa eine Sonderstellung ein-
,
I
quieu 1859: 632). nahm und die übrigen Erdreile ihrn nachgeordnet wurden, deckte sich
Dieses Beispiel war freilich insofern verraterisch, als das vorge- nicht zufallig rnit dern Legitimationsbedarf des Kolonialismus.
schlagene Zufallsverfahren ausgerechnet weilS und schwarz gefarbte Das galt auch für die schottischen Moralphilosophen. Sie unter-
Lose bereit hielt, um über Freiheic und Sklaverei zu encscheiden. Mon- warfen die Betrachtung der Geschichte der Menschheic dem einheit-
tesquieu lebre in bordeaux, das durch ein kónigliches Parent von 1717 lichen MaiSstab des Fortschritts. Adam Ferguson (1986: 97) kleidere
zu den privilegiereen franzósischen Halen für den Sklavenhandel ge- diese Konzeption in einen sinnbildlichen Vergleich: "Nicht allein das
harte und das einen erheblichen Teil des kolonialen Handels mit der Individuum schreitet von der Kindheit zum Erwachsenenalter fort, son-
Karibik abwickelre (Srein 1979: 135 ff.). Das srabilisierte Moncesquieus dern auch die Gattung selbsr vom Zustand der Rohheit zur Zivilisation".
Finanzen, als der \X1einhandel rnit den karibischen Sklavenhaltern seine John Millar (1967: 48) sah den Menschen "mit einem Streben begabt,
Haupteinnahmequelle wurde (Lafoncant 1979: 111). Bei seiner Ausei- das ihn zur Hoherentwicklung seiner Lebensverhalrnisse befahigt" und
nanderserzung mir der Sklaverei im 'Esprit des Lois' zog er es indessen dazu führe, daiS "sein Fortschritt von Stufe zu Stufe zulnahrne]". Adam
vor, das Problem am Beispiei der Antike zu behandeln. Über die Skla- Srnirh (1978: 14) formulieree eine schnell Akzeptanz findende Eintei-
I vengeserzgebung des Code Noir wie über den franzosischen Sklaven- lung dieser Entwicklung: "There are four distinct states which mankind

r
handel und die koloniale Ausbeurung von Sklavenarbeit bewahrte er pass thro: - 1sr, the Age of Hunters: 2d1y, the Age of Shepherds: 3d1y,. the
Schweigen (Esteve 2002: 25-129; Sala-Molins 2007: 221 ff.). Age of Agriculture; and 4'hly, the Age of Comrnerce".
Was Moncesquieus Lotterie für diejenigen, die schwarze Lose zo- Die geschichtsphilosophische Konstruktion einer stufenweisen
gen, so unannehmbar machte, war, daiSsie sich für weiiShielcen. DaiS er Hóherentwicklung der quasiorganisch begriffenen Gattung Mensch
! tatsachlich bereit war, seine theoretische Verurteilung der Sklaverei (als implizierte zwar auch, daiS die Europaer sich aus einfachen Anfangen
freier Menschen unwürdig) mit deren praktischer Existenz (als farbigen zur bürgerlichen Gesellschaft emporgearbeitet harten. Deren Verfas-
Volkern angemessen) zu vereinbaren, zeigt eine seiner denkwürdigs- sung wurde dabei aber gleichzeitig zum generellen Mafsstab rnensch-
i ten Formulierungen: ,,[1]1 faut dire que I'esclavage est contre la nature, licher Entwicklung gemacht und diente als Bezugspunkt der Diagnose
quoique dans certains pays il soit fondé sur une raison naturelle" - man unterschiedlich groiSer Entwicklungsabstande.verschiedener Gruppen
müiScesagen, "daiS die Sklaverei gegen die Natur verstóíir, obgleich sie und Volker. Die vermeintlich prirnitivsten unter ihnen sollten sich irn-
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184 I I 18
I
1
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Die weife Norm Grundlagen des Farbrassismus

mer noch auf der untersten Stufe der Menschheiesentwicklung befin- um die rnit dessen Hilfe konstruierten Gruppen hierarchisch zu ordnen,
den und nahrten dadurch den Verdacht, diese gar nicht aus eigener wahrend letztere dazu dienten, diese Ordnung als natürlich ausgeben
Krafr verlassen zu konnen. zu kónnen. Obwohl Linnés Systematik in diesem Prozef unentwegt
Die Verbindung dieser Überlegungen mit rnilieutheoretischen den durch Buffons Empirismus verrnittelten Zweifeln ausgesetzt blieb
Vomellungen und dem beg:nnenden Rassendenken konstituierre den und das rheoretische Konzept der vier verschiedenfarbigen Menschen-
wissenschafdichen Rassismus der Aufklarung. Ferguson war sich im rassen sich nie paradigmaeiseh durchsetzen konnte, fand es namhafte
Anschluf an Montesquieu sicher, daE der "Genills polirischer Weisheit Reprasentanten, die wesentlieh zu seiner offendichen Geltung und Ver-
und bürgerlicher Künste l... ) seinen Siez in besonderen Teilen der Erde breitung beitrugen.
aufgeschlagen und seine Günsdinge aus besonderen Menschenrassen Dazu reichte es gelegentlieh sehon, wenn sie ihre Idiosynkrasie in
erwahlt" harte (1986: 241). Er führte das auf das gemaEigte Klima wissensehafdiehe Texte einflieíien lieEen. Die berüchtigtste Variante
Europas zurück. Dem gegenüber vernahm er in Afrika ein "Schweigen in dieser Hinsicht ist eine FuEnote von David Hume. Ihre Arroganz
del' Geschichee", das er als "Hinweis auf die Begabungsschwache seiner bewegt sieh im Kontext del' Rassentheorie und verrat mit der Betonung
Volker" inrerprerierte (1986: 243). des Gegensatzes von sehwarz und weiE doeh gleiehzeitig deren herr-
Dabei ging er davon aus, daE "lt)he animal and racional tempe- schafdiehe \'V'urzeln: ,,1 am apt to suspeet the negro es and in general
rarnent, is cornpararively phlegmatic and dull in cold climates; is more al! other species of men (for there are four or five different kinds) to be
ardent and quick in warm climates; but has always possessed a disrin- naturallv inferior to the whites, There never was a civilized nation of
guished superiority in the ternperate". Diese Vorstellung verband er rnit any orher complexion than whire" (Hume 1964: 252).
dem der Lektüre Buffons entnomrnenen Rassenbegriff: "Apan from -,
Unter denen, die Humes Anmerkung positiv kommentierten, war
these disrinctions, the diversities of race are marked by a difference of 1" 1mmanuel Kant, der besonders naehhaltig auf die farbliehe Unrerschei-
srature, features, and complexion. Mankind may be referred [Q six dif-
_c.o~'~IJ·~· dung der Rassen setzte (Bernasconi 2001: 17). Er bediente sich diver-
ferem races. The European, the Samoeide, rhe Tartar, the Hindoo, rhe .~. ser Versatzstücke aus dern vorhandenen Inventar. Die Systematik von
Negro, and the Arnerican" (Ferguson 1773: 18 f.). Menschenrassen unterschiedlicher Hautfarben entlehnte er bei Linné,
Die in solchen Überlegungen enthaltenen Spannungen zwischen . ~ -~- die Charakterisierung von Rassen als untereinander zeugungsfahiger
dem Universalismus des Forrschritts und der Diversifizierung der
Rassen loste schlieElich Henry Home, Lord Kames dahingehend auf, ,';L Varieraten orientierte er an Buffon, für deren Entstehungsgeschichte
rnachte er in der Tradition Monresquieus Umweltfaktoren verantwort-
Rassen nicht nur als Varietaren, sondern als verschiedene Spezies zu
begreifen. Dazu verkehrre er die Logik der Milieutheorie. Anstatt nach

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lieh und ihre Hierarchie bestimmte er gemaE den Fortschrittsvorstel-
lungen von Ferguson, Srnith und anderen.
den Auswirkungen des Klimas auf die Verfassung der Menschen zu Die dabei entwickelte Ordnung der Rassen entsprach den Vor-
fragen, behauptere er, "there are different species of men fittet for [... )
different clirnars (Home 1778, 1: 20). Die Farben der Menschen sollren
J;l?!} stellungen des europaischen Kolonialisrnus, Amerika in Besitz zu neh-
men, Afrika als Sklavenreservoir zu nutzen und Asien zu unterwerfen.
nicht Ausdruck auEerer Eintlusse, sondern innerer Disposieionen sein Amerikaner wurden entspreehend als Menschen beschrieben, die we-
(1778, 1: 30) und sich daher herleiten, ,,[e)hat God created many pairs der "Bildung" noeh "Cultur" annahrnen, "faul" waren und keiner-
of the human race, differing Irom each other both externally and inter- lei "Triebfedern" zur Zivilisation harten. Afrikaner bekamen solche
nally" (1778, 1: 76). "Triebfedern" zugestanden, rnit denen sie freilich nichts anzufangen
Unabhangig vom Streit zwischen Monogenetikern und Polygene- wüíiten, weil sie ewig "Kinder" blieben, die sieh aber "abriehten" lie-
rikern verwendeten beide Theorien einen Rassenbegriff, der kulturelle Een, so daE sie immerhin eine "Bildung der Knechte" und "Cultur der
mit natürlichen Merkrnalen kornbinierte und dabei erstere benutzte, Knechte" erwerben konnten. Asiaten galten als deutlich gelehriger,

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Cuerpos Anámalos I WULF D, HUND Die wepe Norm Grundlagen des Farbrassismus

ihre .Triebfedern" erlaubten "Bildung im hóchsten Grade", die aber 17), Diese Auffassung wurde selbst von denen fortgeschrieben, die ih-
nur zu prakrischen Fahigkeiten, nicht zu "Wissenschaft und Aufkla- rem taxonomischen Rigorismus eher skeptisch gegenüberstanden,
rung" befahigte, so daiS sie "immer Schüler" sein rnüíiten. Europaer So betonte etwa Johann Friedrich Blumenbach immer wieder,
schlieíSlich hatten "alle Anlagen zur Cultur und Civilisierung" und daIS da alle auf den ersten Blick auch noch so auffallenden Verschie-
verfügren über al! jene .Triebfedern", derer es bedürfe, um "immel' in denheiten im Menschengeschlecht bey naherer Beleuchtung durch die
Vollkommenheit Iortschreiten" zu konnen (Kant 1923: 877 f.; Kant unmerklichsten Uebergange und Mittel-Nüancen ineinander fliesen,
1997: 1187 f.), keine andere als sehr willkührliche Grenzen zwischen diesen Spielarten
Die so geopolitisch geol'dneten und eurozemristisch skalierten gezogen werden konnen" (Blumenbach 1790: 81), Obwohl er bei seiner
Menschenrassen sollten sich nach auiSen unrnittelbar durch ihre un- Beschreibung der Menschenrassen entsprechend vorsichtig formulierte,
terschiedlichen Hautfarben als die "WeiiSen", "Schwarzen", "Gelben" unterschied er schlidSlich doch die "Europaer und westlichen Asiaten
und "Kupferroten" zu erkennen geben (Kant 1983: 67 f.). Freilich [" ,] nebst den Nord-Africanern" als "mehr oder weniger weilS", die
waren, wahrend Kam an der Oberfiache dieses von Anfang an frag- "übrigen Asiaten [. .] nebst den nordlichsten Americanern" als "meist
würdigen Konzepts festhielr, einige seiner weitsichtigen Zeitgenossen gelbbraun", die "übl'igen Africaner" als "mehr oder weniger schwarz",
bereits dazu übergegarigen, dessen offensichtliche Willkül' durch den die "übrigen Arnericaner", "meist von Kupferrother Farbe" und die
Nachweis riefer liegender Differenzen gleichzeitig zu entscharfen und "Südsee-Insulaner", die "meist schwarzbraun" waren (1790: 82 f.).
zu stabilisieren. Irn übrizen cehorte Blumenbach zur 0oroISenZahl derer, die über
b b
Samuel Thomas Soemmering (1784: 6 f.) ctwa bemangelte Ver- sexuelle Eeziehunzen zwischen Afrikanerinnen und Affen spekulier-
o
fahren, die nur die .Farbe" als "Haupt-Unterschied" bestimmten. Das ten, In einer Illustration zur englischen Ausgabe von Linnés System del'
ware dem "Physiologen" entschieden zu wenig, Für ihn müiSten "Ver- Naturgeschichte von 1795 wurde die Phantasie vom "Orang-Outang
schiedenheiten [" ,] in del' Grundlage des Kórpers, in seinen festesten carrying off a Negro Cirl" ungeniert ins Bild gesetzt (Schiebinger
Theilen, auch im Knochen-Gerüste selbst unwiderleglich zu Iinden 2004: 94 ff.), Schon vorher hatte Edward Long erklart, el' glaubte
sein", Bei seiner Suche nach entsprechenden Differenzen konzentrierte nichr, "that an ol'ang-outang husband would be a dishonour to a Hot-
er sich auf Merkmale, die "uns WeiISe" von den "Negern" abgrenzten tentot female" (Jahoda 1999: 56), Am nachhaltigsten kam die mit
(1784: 3), Obwohl er dabei behauptete, letztere waren "so rnerklich solchen Auffassungen verbundene Tendenz zur Dehumanisierung
vom Europaer unrerschieden, dar; man selbst die Farbe bey Seite setzen in der Verwendung von Petrus Campers Konstruktion des Gesichts-
konnte" (1785: 2), verzichrete el' nicht auf die Verwendung farblicher winkels durch die zeitgenossische Anthropologie zum Ausdruck, die
Charakrerisierungen. Für die war al!erdings nun in erster Linie nicht Europaer eng an das Ideal griechischer Sratuen angelehnt, Afrika ner
mehr die Hautfarbe, sondern del' Gesichtswinkel und die Cl'or;e des dagegen Affen zur Seite gestellt sah: "Camper's conternporaries, who
Hirnschadels wie des Gehirns maISgeblich (1784: 7 f" 11,24), were willing to blur the demarcation between hurnanity and anirnali-
Das Konzept del' farbigen Menschenrassen war von den Schat- ty, belittled the hurnanity of the black race while maintaining that of
tierungen und Zufalligkeiten del' Hautfarben in die Knochen verlegt their own" (Meijel' 1999: 144),
worden, So konnte es seinen ideologischen Siegeszug fortsetzen. Irn 'WeiIS' war in del' kurzen Zeit, in der Locke es wie nebenbei in die
'Conversationslexikon mit vorzüglicher Rücksicht auf die gegenwar- Philosophie eingeführt harte und Linné es zur bevorzugten Farbe der
tigen Zeiten', dem spateren 'Brockhaus', wurde ausführlich auf Kant Varietaten des Menschen gemacht harte, in einem "proceso de adscrip-
verwiesen und erklart, man konnte "eine Eintheilung del' Menschen in ción de pigmentación" (Hering Torres 2007: 21) zu einer im Rahmen
Racen" nur auf"die Hautfarbe" "gründen" (Racen der Menschen 1800: del' europaisch gepragten Wissenschaften kaum rnehr bezweifelten
natürlichen Tatsache geworden, die die Befahigung zu vollendetem

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Cuerpos Anomalos I WULF D. HuNO
Die weife Norm Grundlagen des Farbrassismus

Menschsein signalisieren sollte. Die Gewalt des Kolonialismus und die


Obwohl die englischen Farben zu diesem Zeitpunkt rassenthe-
Willkür der Diskriminierung traten hinter einem wissenschaftlich un-
oretisch bereits weiB waren, muíiten die meisten der Englander, die
terrnauerten System kulturell unterschiedlich entwickelter Menschen-
als erste in das annektierte Land kamen, ihren Status als WeiEe erst
rassen zurück.
noch erwerben. Mehr als zwei Drittel der 1788 von der 'First Fleet'
Allerdings war 'weiW noch keine Norm. Dazu genügte es nichr,
nach Australien gebrachten Menschen waren Strafl.inge, unter denen
von Wissenschaftlern theoretisch begründet zu werden und in den
sich auch "eleven black men" der afrikanischen Diaspora in London
Medien bildungsbürgerlicher Wissensvermittlung zu zirkulieren,
befanden (Pybus 2006: 3). Dort waren sie in die Subkultur der Un-
Dazu muíste es zu einer Eigenschaft gemacht werden, die unabhan-
terklassen immerhin soweit integriert, daE klassenbewuíite Englander
gig von Kriterien sozialer Differenzierung allen Mitgliedern der Rasse
und Polizeistrategen wie Sir John Fielding sich über den stadtischen
zur Verfügung gestellt und von diesen in groBer Zahl anerkarinr und
Mob erregten, der entlaulene Sldaven vor ihren Besitzern schützre oder
verteidigt wurde. Das war, wie sich dem 'Staats-Lexikon' entnehmen
rassenbewulste Kolonialpolitiker und Sklavenhalter wie Edward Long
lieB, keineswegs selbsrverstandlich. Vergliche rnan, hieB es dort, spa-
über die Frauen del' Umerklassen lasterten, die sich mit Schwarzen ein-
nische Berrler mit gebildeten Mittcleuropaern und "einem der zu den
lieísen (Morgan 1991: 194, 166).
besseren gezahlren afrikanischen Negerstamrne", harte man allen An-
DaB der von Sklavenhalrern produzierrc, Theologen gerechtfer-
laB, erstere rnit Íetzteren "in eine Classe zu reihen" (Racen der Men-
tigte und Wissenschaftlern rassisierte Gegensatz von Schwarzen und
schen 1842: 401).
WeiBen sich nicht von selbst verstand, zeigen schon die Widersprüche
innerhalb dieses Prozesses selbst zur Genüge. Es wurde aber auch durch
Kontakte zwischen weiBen und schwarzen Zwangsarbeitern deutlich,
3. WEISS BLEIBEN
die nicht selten zu gemeinsamen Aktionen führten (Linebaugh/Redi-
Weil Linné nicht gerne reiste, bildete er zahlreiche Schüler aus, die nach ker 2000). Das wiederum lag nicht zuletzt daran, daB die herrschenden
seinen Instruktionen einen groBen Teil der Welr erkundeten (Koerner Klassen zwischen afrikanischen Sklaven und depravierten Unterschich-
1999: 116 ff., 154 ff.). Einer ven ihnen war Daniel Solander, den joseph ten haufig keine gróEen Unrerschiede rnachten: "The stereotypes of the
Banks, ein begeisterter Anhanger des Linnéschen Systems der Ordnung poor expressed so otten in England during the late seventeenth and
der Dinge, rnit an Bord der 'Endeavour' aufJames Cooks erste Reise in eighteenth centuries were often identical with the descriptions ofblacks
den Pazifik nahm (Fara 2004: 3). Bei der Benennung der We!t wurden expressed in colonies dependent on slave labor, even to the extent of
beide bedacht - den Namen des einen tragen die Banksien, eine Gat- imimating the subhumanity ofboth" (Morgan 2003: 325).
tung del' Silberbaumgewachse, nach dem anderen heiBt eine Gattung Die Schiffe, auf denen die englischen Straflinge nach Australien
der Nachrschattengewachse Solandra. transportiert wurden, führten allerdings als ideologisches Bordgepack
Das war freilich nur ein Nebenprodukr der Expedition, die einen nicht nur die philosophisch gefaSte Rassentheorie für die hoheren Stan-
offiziellen Aufrrag del' Royal Society und einen geheimen Auftrag der de mit sich. Die von dieser geleitete Politik der Enteignung und Dis-
Royal Navy harte. Der eine berraf die Beobachrung des Venustransits, kriminierung der Aborigines eréiffnete auch den zu einern groBen Teil
der andere die Inbesitznahrne Australiens. Nach dessen Erkundung mannlichen Straflingen einen weirgehend rechtsfreien Raum sexistischer
ging Cook mit Banks und Solander auf einer Insel an Land, die el' sin- und rassistischer Übergriffe, die in der Regel nicht verfolgt wurden.
nigerweise 'Possession Island ' taufte, und vermerkte in seinem Schiffs- Nach dem Myall Creek Massacre wurden 1838 zum ersten Mal
tagebuch: ,,1 [... ] hoisted English Coulers and [... ] took posession of WeiEe wegen Gewalt gegenüber Aborigines bestraft. Gleichzeitig war
the whole Eastern Ccast" (Cook 1770). dieses Ereignis aber auch ein Signal für einei.solidarity of racial fee-
lings" in einer "alliance of all classes in the comrnunity". Von den des

190 I I 191
Cuerpos An omalos I WULF D. HUND Die weife Norm Grundlagen des Farbrassismus

Mordes beziehtigten zwólf Mannern waren elf Srratlinge. Erst in del' maeht wurden. In beiden Fallen waren sozial heterogene Massen und
zweiten Instanz wurden sieben der Tater verurceilt. In del' ersten Instanz Gruppen beteiligt oder angesproehen, die sieh dureh Mord und Ver-
waren alle Angeklagten freigesproehen worden - nicht zuletzt weil die gnügen ihrer Identitar als WeiiSe versieherten.
ortlichen Honoratioren ihre Verceidigung bezahlt harten. Einer der Solche Zusammengehorigkeit verlangte allerdings die Bereitsehaft,
Gesehworenen erklarte der Presse: ,,1 would never eonsent ro hang a zwischen respektablen Teilen der Unterschichten, die zum WeiiSsein in
white man for a blaek one", Eine Zeitung komrnentierte den Prozef rnit der Lage sein sollten, und einem sozialen Bodensatz an 'poor white
der Bernerkung: .The arisroeraey of the eolony [... ] joined hearc and trash' Zll unterseheiden (Wray 2006). Für ihn entwarf die Eugenik un-
hand with the prison population" (Yarwood/Knowling 1982: 108 O. tersehiedliehe Programme, die allesamt auf sein Versehwinden ausge-
Wenig spater begann die Migration von Arbeitskraften aus In- richret waren und aueh in sozial engagierten oder sieh als sozialistiseh
dien, China und von den Inseln des Pazifiks naeh Australien. Von versrehenden Wortme1dungen zurn Ausdruek kamen (Niemann-Find-
den Bewegungen und Organisationen europaischstarnmiger Arbeiter eisen 2004).
wurden sie überwiegend zurüekgewiesen und diskriminiert. Die zur In diese Prozesse der VerweiiSliehung waren die Arbeiterorga-
Nationwerdung führende 'white Australia poliey' wurde ganz wesent- nisationen aller Industrielander involviert. Die damit verbundenen
lieh von einer sieh als weiiS verstehenden Arbeiterschafr mitgetragen kulturchauvinistischen Optionen, die dureh die sozialdarwinistische
und vorangetrieben. Gegenüber den farbigen Zuwanderern besehwor Prasentation der Evolutionstheorie zusatzlich unterfüttert wurden
1888 der sozialistische Agitator \\í'illiam Lane die Einheit der WeiiSen: (Conderrnann 2007), teilten sie selbst dort, wo die koloniale Vergan-
,;\lIe stand together, we whites, shopkeepers and merehants, artisans, genheit kurz war und keine gri:iiSerenGruppen rassisch stigrnatisierter
labourers and farmers" (Matrhaus 1993: 166). Es dauerte nieht lange Arbeitskrafte existierten. Aueh hier wurde davon ausgegangen, daG es
und "eaeh eolony's Labor Party wrote alien exclusion into its plartorm" eine "Zivilisierungsmission del' Arbeiterklasse" (Koller 2005) gabe. Un-
(Burgmann 1980: 93). terstützung fand diese Einstellung dureh vielfaltige Popularisierungen
Global verlief die Konstitution der Arbeiterbewegungen irn Kon- des Wissens von fremden Volkern und Rassen. Dazu gehorten Volker-
text des Imperialismus. Auf die Frage, was WeiiSsein so begehrenswert schauen und Weltausstellungen, Porzellanfiguren und Spielzeug, Pan-
machte, konnte William Edward Burghardt Du Bois zu Beginn des 20. optiken und Dioramen, Mensehenvorführungen im Zirkus oder Zoo,
Jahrhunderts daher lakoniseh antworten: .whiteness is the ownership Postkarten und Kolonialromane, Photographien und Filme.
of rhe earth". Er fügte hinzu, daiS die darnit verbundene "exploitati- Obwohl die Zursehaustellung der anderen den authentischen Blick
on of darker peoples" sozial unterschiedliche Nutzniefser harte - "not auf deren Verfassung suggerierre, handelte es sieh dabei urn Arrange-
only [... ] the vel'y rich, but [... ] the middle class and [... ] the laborers" ments zur Demonstration der WeiiSheit. Die jeweiligen Gruppen wur-
(1969: 30,43). den unter dem Gesiehtspunkt exotischer Distanz ausgesueht und. zur
Das war nicht nur okonornisch gemeint, sondern sehloiS ein 'ras- Demonsrration kultureller Differenz verpBiehtet. Aueh die Veranstalter
sistisches symbolisehes Kapital' (WeiG 2001) ein, dessen Emanationen der Weltausstellung von 1893 in Chieago, die ursprünglieh meinten,
Du Bois nur zu genau kannte. Ihre Extreme waren rnit brutaler Ge- Schwarze waren in Amerika niehts Besondcres, lieiSen sieh schnell vom
walt und sehadenfrohem Laehen verbunden. Naeh dem Bürgerkrieg ideologisehen Gebrauehswert eines afrikanisehen Dorfes überzeugen,
und dern Ende del' Sklaverei zeigten sie sieh in den polaren Welten der in dem die Besueher sich, wie im Prospekt nachzulesen war, vergewis-
Lynehmobs und der Minstrels. Dabei unternahm die "produetion of sern konnten, daiS "these people [... ] eat like animals and have al! the
whiteness through lynehing" (Smith 2004: 128) physisch tódliche At- characteristics of the very lowest order of the human family" (Rydell
tacken auf die Korper der Sehwarzen, wahrend sie dureh die "blaekfaee 1999: 140).
whiteness" (Roediger 1999: 116) asthetisch und kulturell Íacherlich ge-

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Cuerpos An ámalos I WULF D. HUNO Die wdf< Norm Grundlagen des Farbmssismus

Die "animalisation de l'Autre" mir Hilfe eines "racisme populaire" Irn Leipziger Zoo wurde es 1894 sinnbildlích mit den Ausgangs-
(Blanchard/Bancel/Lemaire 2004: 68,66) reichte bis zur Volkerschau srereotypen des Farbrassismus verbunden, als von Angehorigen einer
im zoologischen Ganen oder zur Prasentation von Menschen im Af- 'Suaheli-Karawane' Szenen aus 'Afrika' vorgeführt wurden. Dazu ge-
fengehege (Anhalr 2007, Bradford/Blume 1992). Irn Septernber 1906 harte, wie die ortliche Presse berichtete, auch das "allerliebste Bild
erschien die New York Times rnit der Schlagzeile 'Bushman shares a 'Mohrenwasche'", das von einer "drastischen Kornik" war, weil "ein
cage with Bronx Park apes' und berichtete, die ser ware "not much tal- niedliches Blondkopfchen einen [... l grinsenden Schwarzen vergeblích
ler rhan the orangutan, and one had a good opportunity to study their wei~ zu waschen" suchte (Badenberg 2004: 174).
poims of resernblance" (Ewen/Ewen 2008: 136). Die Popularisierung Damit wurde ein imperiales Tableau inszeniert, für das die Lever
des Wei~seins begnügte sich nicht rnir graduellen Abstufungen, son- Company (sparer Unilever, die heutige Muttergesellschatc von Hindus-
dern dernonstrierte das Verhaltnis von Norrnalitat und Anorrnalitat tan Lever) den Slogan "Soap is Civilization" ausgegeben harte (McClin-
in einer brutalen Inszenierung. Sie erklarte den Kafig zum geeigne- tock 1995: 207). Das Melbourner Magazin 'Punch' pa~te es lokalen
ten Plarz für die Beobacheung und Wegsperrung von ihr erzeugter Gegebenheiten an, als es 1901 einen Cartoon publizierte, auf dem eine
devianter Kórper. Die Gitterstabe signalisienen den Betrachrern eine dunkelhautige Frau ihre Kinder mit 'Velvet Scap' bearbeitete und be-
rassische Differenz, vor der ihre sozialen Umerschiede buchstablich schied: "No use cryin', 'cos [... l dis MUS' be a White Australia". Irn
verblalsren. Mutterland warb die Firma Pears mit zwei Bildern für ihre Seife, auf
Der irn Zoo vom Ort der Schausrellung verrnittelte emwicklungs- denen ein wei~er einen in einer Badewanne sitzenden schwarzen [un-
geschichdiche Abstand zwischen Zuschauern und Berrachteren wurde gen tatsachli~h wei~ wusch - allerdings nur seinen Korper, n icht den
auf Kolonialausstellungen durch den Gegensatz von Archirekrur und Kopf(MeClintock 1995: 213).
Technik auf der einen und Dschungeldórfern auf der anderen Seite Diese nur bedingt gelungene Verweililichung entsprach durchaus
erzeugt. Dieses Arrangemem schien seinen Organisatoren so über- der Rolle nichtweiíier Werbefiguren in der irnperialistischen Rassenre-
zeugend, da~ sie davon ausgingen, damit auch den Ausgestellten die klame. Sie wurden massenhaft als exotische Maskottchen und willige
Einsichr in ihre Umerlegenheit zu verrnirteln - wie etwa jenem "Neu- Dienerfiguren vorgeführt, die unermüdlich damit beschaftigt waren,
Guineadorf mit seinen Bewohnern, welche, eben erst der Steinzeir er- Kolonialwaren zu produzieren, zu rransportieren und zu liefern (Wol-
wachsen, staunenden Auges die Wunder der Menschen betrachreten, ter 2005). Dabei wurde haufig an das Blackface-Image der Minstrels
deren Yorfahren in grauer Vorzeir auch noch der primitiven Steinwerk- angeknüpft. Deren dureh breites Lachen und rollende Augen charakte-
zeuge sich bediem haben" (Meinecke 1897: 15). risierte Mimik verrnittelte Einfaltigkeit, Freundlichkeit und Unterwür-
Die dergestalt anschaulich inszenierte Forrschrittsideologie wurde figkeit in einem.
nicht nur rnassenhafr verrnittelt. Die Vielfalt der gezeigten Menschen Sie war doppelt verrarerisch, weil sie das Produkt wei~er El).ter-
erzeugte auch einen klaren Gegensatz zwischen ihnen und den aus tainer war, die sich als 'Darkies' schrninkren, und sich zu einem so
allen sozialen Schichten kommenden Zuschauern. Gegenüber 'A.thi- gefestigten und vom Publikurn honorierten Stereotyp entwickelte,
opiern', 'Arabern', 'Australiern', 'Birrnanen', 'Ceylonesen', 'Duala', 'Es- da~ auch schwarze Darsreller, die Erfolg haben wollten, sich schwarz
kirnos', 'Feuerlandern', 'Indern', 'Kaledoniern', 'Kalrnücken', 'Kikuyu', schrninken mu~ten. Mitte des 19. jahrhunderrs notierte Frederick
'Lappen', 'Malabaren', 'Massai', 'Mongolen', 'Nubiern', 'Sarnoanern', Douglass über die 'Ethiopian Serenaders': .The Company is said to be
'Singhalesen', 'Sioux', 'Sornali', 'Tamilen', 'Tscherkessen', 'Wahiti' und composed entirely of colored people [ ... l. We observed, however, that
anderen allein bei Hagenbecks Volkerschauen prasentierten Menschen they too had recourse to the burnt cork and lamp black, rhe berter to
(Thode-Arora 1989: 168 ff.) konnte das heterogene Publíkum ein ge- express their characters, and to produce unjjorrnity of complexion"
meinsames Bewulsrsein der Überlegenheit entwickeln. (Lott 1996: 25).

194 I I 195
Cuerpos Anómalos I WULF D. HUNO Die wáPe Norm Grundlagen de! Farbrassismus

Solche Verbindung von 'weiíier' Phantasie und 'schwarzer' Dar- Rassen verarbeitet wurde. Trotz seiner Unstimmigkeiten schrieb die
stellung gilt auch für 'Banania', jenes Getrankes aus Bananenpulver, Anthropologie dieses Konzept fort und verband es mit immer neu-
Kakao und Zucker, dessen Slogan 'Y'a bon' Frantz Fanon als Attacke en Meísdaren und Zuschreibungen. 1m Vedauf des 19. Jahrhunderts
auf seine Inregrirat erlebte. 1914 als Markenzeichen eingetragen, wird wurde es offentlich inszenierr und popularisiert, Gleichzeitig entwi-
es ein Jahr spater rnit dem gild eines schwarzen Soldaten beworben, ckelte es sich zu einem auch von den respekrablen Teilen der unteren
dessen Gewehr neben ihm im Gras liegt, wahrend er auf einer Kiste Klassen reklarnierten Anspruch. Der theoretischen Konstruktion der
sitzt und mit breitern Lachen dabei isr, Banania zu loffeln (Pieterse wei fSen Rasse folgte ihre soziale Konsticution. Sie war rnit zahlreichen
1992: 85). .. -{. Mustern der Abgrenzung und Aufwertung verbunden, die WeifSsein
Diese Darstellung verband mehrere Konnotationen und war rrocz- als einen norrnativen Indikator der Zugehorigkeit zu einern asrhe-
dem eindeutig. Das Produkt war eine Mischung aus wichrigen Erzeug- " -..~1¡".-. tisch wie moralisch, intellektuell wie kulturell privilegierten Teil der
>

nissen del' Kolonialókonornie und verwies auf den Ausbeurungsprozef . '-.


<;- - Menschheit auswiesen .
der Plantagenwirrschafr. Der Soldat wurde umer Rückgriff auf Ange- r :'.

horige der franzosischen Kolonialrruppen gestaltet, deren Rekrutierung .,


LITERATUR*
mit Hilfe der Stereotype vom wilden Krieger und vom folgsamen Kind ·_-t'
. '-'"

t1
* (Hervorhebungen in Zitaten wurden nichr übernornrncn).
legitimierr wurde. Seine Mimik wie das mit ihr verbundene sprachliche
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petit-negre des Slogans teilten nebenbei mir, wie freudig er sich dem , sen auf das .Andcres in del' Griindungs- und Enuoicklungspbasc del' Zoos,
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173-182.
ze Schmach' dargestellt, die die gesamte weiEe Kultur bedrohe. De-
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hatte sich die Entwicklung der Sklaverei in der Stigmatisierung durik-
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ler Haut niedergeschlagen. Sie führte zur Wahrnehmung des WeifS-
89-107,
seins und seiner herrschaftlichen Bewertung, die durch europaische
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202 I I 203
Al borde de la razón:
sobre la anormalidad corporal
de niños y mujeres

ZANDRA PEDRAZA GÓMEi

Resumen: Esre artículo analiza la forma el] que se def nieron cientffica-
mente las "incapacidades" naturales de las mujeres y de los niños mo-
dernos a partir de la Ilustración en Europa y los recursos socialmente
empleados para ordenar la experiencia de la diferencia. Se ilustra cómo
se emplearon algunos de estos principios en Colombia para ordenar la
educación de la mujer y el niño modernos en la familia y en la escuela,
especialmente a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

Palabras claves: Niños, mujeres, hombres, cuerpo, antropología e


historia.

Abstraet: This article analyzes how during rhe Enlightenment, the natu-
ral "inabiliries" of women or children were scienrifically defined in Euro-
pe and how these concepts were socially used to arder che experience of
difference. It next shows how some of these principIes were ernployed in
Colombia throughour rhe 19'" cenrury and during firsr decades of the
20d, century to organize rhe education of modern women and children
in family and at school.

Key WOI·d: Kids, Women, Men, Body, Anthropology and History.

Profesora Asociada del Departamento de Antropología, Universidad de los Andes,


Bogará - Colombia. Correo electrónico: zpedraza@uniandes.edu.co

I 2C
Cuerpos Anómalos I ZA.'1DRA PWRAZA GÓMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

INTRODUCCIÓN do tanto la inferioridad de las mujeres como la de los niños, se trata de


Proponer y transmitir una concepción de normalidad corporal y, por dos modalidades de discriminación diferentes. Con todo, ambas llega-
lo tanto, humana, puede hacerse por vía positiva o negativa: pueden ron a ser interpretadas socialmente como indicios claros de las supuestas
afirmarse los rasgos que constituyen la normalidad o resaltar los que "anormalidades" inherentes a mujeres y niños y fueron un elemento
se alejan de ella. La modernidad promueve una antropología que hace nuclear para argumentar que merecían una educación, un trato y una
ambas tareas, pero privilegia la segunda. Al delimitar las características posición social subordinados. Se incluyen algunos ejemplos de cómo se
de la anormalidad, esboza principios de lo que debe entenderse como emplearon estas concepciones en Colombia para ordenar la educación
normaL Esto último evita hacerla de manera directa; más bien ocurre de la mujer y de! niño en la familia y en la escuela y, finalmente (4), e!
por defecto. El hombre adulto es el modelo de normalidad de la antro- texto analiza las bases de la representación social de la anormalidad que
pología moderna. No es novedoso afirmar que en relación con diferen- han encarnado mujeres y niños en las sociedades modernas.
tes variables, el ordenamiento moderno tarde o temprano encuentra su Al proponer un análisis comparado de la construcción de la anor-
norma en él. La normalidad que encarna abarca su desempeño espiri- malidad en mujeres y niños destacaré que, en ambos casos, los con-
tual e intelectual, su carácter y su configuración emocional. Estos logros trastes entre unas y otros se fundamentan en supuestas variaciones
emanan de su cuerpo. corporales traducidas en e! uso desigual de la razón y en comporta-
La situación de las mujeres, los niños y los jóvenes es otra, aun- mientos anormales respecto de la norma que se fija en e! hombre adulto.
que similar: en sus cuerpos anida el motivo que los separa transitoria o También debo aclarar que los conceptos de cuerpo que sustentan este
permanentememe de! hombre adulto. Sin embargo, el cuerpo femeni- proceso de construcción de sentido difieren para las mujeres y para los
no guarda una diferencia radical e insalvable ya que nunca alcanza la niños y fijan su atención en aspectos corporales disímiles y en conoci-
normalidad. No sucede lo mismo con los niños y los jóvenes varones, mientos heterogéneos. En segundo lugar subrayaré que, con base en
quienes lentamente llegarán a encarnarla. Desde luego, las niñas y las la organización retórica de estas" diferencias sornáticas'', se dispuso e!
muchachas afirmarán su anormalidad a medida que se hagan mujeres. destino doméstico de las mujeres -para afianzar el modelo de la moder-
Este artículo ahonda en las concepciones acerca de las "incapaci- na familia burguesa- gracias al ardid de conjugar una disminuida ca-
dades naturales" de las mujeres y de los niños, expuestas en Europa a pacidad intelectua] con una intrínseca superioridad espiritual y moraL
partir de la Ilustración y que pervivieron hasta mediados del siglo XX Finalmente, expongo algunos procedimientos retóricas empleados para
tanto allí como en América Latina, donde estas ideas y conocimientos hacer de la infancia una etapa de la vida durante la cual los niños debían
tuvieron acogida entre médicos y pensadores. El texto presenta inicial- convertirse en adultos racionales, guiados por los preceptos pedagógicos
mente (1) una perspectiva acerca de! uso que se ha hecho del cuerpo escolares y bajo el cuidado materno. Con este telón de fondo, analizar
para formular un régimen de normalidad específico en el que los rasgos la construcción de la diferencia entre mujeres y niños en relación con la
del hombre adulto definen el patrón dominante. Este mecanismo se normalidad masculina tiene por objeto mostrar que aparentes similitu-
entiende como un rasgo distintivo de la modernidad. Con base en él, des en la noción de incapacidad o anormalidad, no necesariamente pro-
médicos y filósofos justificaron a lo largo de los siglos XVI a XIX la vienen de los mismos argumentos, ni tienen las mismas consecuencias
inferioridad femenina e infantil. Se incluyen allí algunos de los argu- para las tareas prácticas y simbólicas asignadas a diversas poblaciones en
mentos esgrimidos para arraigar la idea de que las mujeres y los niños e! ordenamiento de las sociedades burguesas.
no podían considerarse seres iguales a los hombres adultos. Se mostrará A lo largo el siglo XVIII se cuestionaron y renovaron en Euro-
que esta diferencia se cimentó en un conjunto de interpretaciones acerca pa y América las formulaciones de un contrato social basado en los
de determinados rasgos del cuerpo y de sus variaciones en las mujeres principios modernos de humanidad y ciudadanfa, que debía regir los
(2) y en los niños (3). Aquí se sugiere que, a pesar de haberse dictamina- vínculos civiles y políticos. Si bien no disponemos de este tipo de co-

206 I I 207
Cite rpos Anómalos l. ZANORA PEORAZA GÓMEZ Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

dificación en relación con los vínculos entre los sexos, sí contamos e! cuerpo. Esta forma de tratar la variabilidad humana obtuvo poder
con un prolífico debate sostenido en los siglos XVIII y XIX acerca explicativo cuando el cuerpo pasó a comprenderse como una entidad
de la fisiología moral femenina y de la condición de las mujeres en definitiva para la condición humana, es decir, cuando cobró vida la
sociedad (Honegger 1991; Lange 1992; Varela 1997). En el caso de antropología de la modernidad.
las definiciones acerca de los niños, algunos elementos de su relación La densidad semántica y simbólica del cuerpo ha aumentado a
con los adultos y de su situación en la sociedad se expresan en textos medida que se consolida la modernidad. Ello ha ocurrido por varias
fundacionales (Locke 1693; Rousseau 1762), donde se esbozan las ca- razones. Un elemento sustancial fue el nuevo conocimiento anatómico
racterísticas de su condición de menores de edad. Como en el caso de de! cuerpo adquirido a partir del siglo XVI por la disección de cadá-
la posición civil y política de las mujeres, es en el horizonte de sentido veres y plasmado en diversos atlas de anatomía publicados a partir de
que delinean los textos de anatomía y fisiología escritos por autores entonces. A partir del siglo XVI la medicina ofreció una imagen al-
de la Ilustración, y -más tarde, a lo largo del siglo XIX- los de peda- ternativa del cuerpo mediante represemación visual de su interior. El
gogía, pediacría, puericultura, psicología y moral, donde se especuló atlas anatómico es la principal versión de esta novedosa imagen visual
sobre sus efectos prácticos para la educación y la acción en la sociedad y material del cuerpo, que inauguró la obra de Vesalio en 1543. Esta
de unas y otros. Estas obras registran los principios de la capacidad imagen comenzó a afectar la concepción de la persona, la forma de ver,
disminuida y la condición incompleta, intrínsecas a mujeres y niños, imaginar y experimentar el cuerpo, así como a desvinculado del cosmos
que los inhabilitan para ejercer derechos civiles y políticos restringidos (Le Breton 1990: 45-46); también permitió especular sobre inéditas
a los hombres, quienes encarnan, en su anatomía y en su constitución relaciones entre el organismo y la condición mental y moral de las per-
emocional y racional, la "normalidad" que los faculta para concebir y sonas. En adelante, el pensamiento antropológico estaría influido por
controlar el contrato civil y polftico. En estos textos, escritos en su ma- la idea de que existe un cuerpo material que puede representarse con
yoría por hombres ilustrados, también se señalan las funciones y tareas independencia de la persona.
en las que deben traducirse finalmente las que vinieron a entenderse Al comprender la condición humana por su anatomía, es decir,
como desigualdades innatas e incapacidades naturales. como un conjunto de órganos con funciones específicas, se establece
un vínculo directo entre el cuerpo, la actividad orgánica y el 'estado
de los órganos, que termina por afectar la noción misma de persona.
1. ¿DE DÓNDE PROVIENE LA ANORMALIDAD? Especialmente a partir del siglo XVI y XVII, a la vez que se debilitaba
Me refiero aquí a la anormalidad como una forma de interpretar las paulatinamente la concepción humoral del temperamento y la salud, se
capacidades humanas, sus variaciones y sus consecuencias mediante modificaron también las regulaciones sociales e individuales impues-
la cual se fija un conjunto de cualidades que encarnan la normalidad. tas por la antropología hipocrática. Poco a poco perdieron vigencia las
Las desviaciones de esta norma tienden a considerarse anomalías, más costumbres dietéticas que equilibraban el vínculo entre el macro y e!
o menos graves según los principios convenidos para este régimen in- microcosmos, y ya al iniciarse el siglo XIX se generalizó una educación
terpretativo. del cuerpo conveniente a su estructura ósea y muscular, sus órganos y
Así, pueden distinguirse las "incapacidades naturales" de las ad- su energía (Kuriyama 2000: 27-28), los componentes más destacados y
quiridas. Las segundas surgen de circunstancias individuales, históricas capaces de expresar la voluntad individual y la condición moral.
o sociales que introducen en la vida de las personas rasgos que pasan Con el conocimiento anatómico conseguido desde el siglo XVI, \
a considerarse causantes de una diferencia y pueden o no provenir de el cuerpo y el orden social se articularon políticamente de una llueva I
las naturales. Las incapacidades naturales -y por ello entendidas como forma. Esto sucedió porque los descubrimientos de la anatomía y la
-/ esenciales- tendrían, en esta perspectiva, su origen principalmente en fisiología no fueron entendidos como meros datos objetivos. Por el con-

208 1 20
Cuerpos Anómalos I ZANDRA PEDRAZA GOMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres .

erario, muchos miembros de las elires cultas e ilustradas recurrieron a de perfección humana física, moral e intelectual. Además de ser mascu-
esta información para resolver conflictos surgidos por contextos sociales lino, es el cuerpo del "hombre caucásico" el que suele ilustrarse en los
y políticos específicos. En este caso en particular, se trata de la posición atlas anatómicos. A semejanza suya se perfiló la idea de la normalidad
que debía asignárseles a las mujeres en la sociedad ilustrada, y a los ni- de la cual se derivaron las propiedades del carácter, la racionalidad y la
ños que comenzaban a ser sustraídos de! orden productivo para asistir a moralidad. Ciertamente este es también un modelo estético y expone
una educación escolar. los rasgos de una masculinidad idealizada en el cuerpo de un adulto
Las reflexiones sobre las disimilitudes entre los seres humanos y su joven, similar al esculpido en la estatuaria clásica, que ignora las huellas
importancia para e! ordenamiento social también permitieron formular de la enfermedad y e! tiempo; las diferencias de edad, tipo y oficio que
explicaciones comprehensiva 5 sobre las grandes diferencias con las que modifican la apariencia corporal.
se vieron confrontadas las sociedades europeas al entrar en contacto y El hecho de que en 1543 se publicara el primer atlas anatómico, De
colonizar las de ultramar. Estos conocimientos avalados por los proce- humanis coporis fabrica de Vesalio (1514-1564), planteó una situación
dimientos episrernológicos de las nuevas ciencias, se usaron a la vez para particular para definir una norma corporal y las que pasarían a enten-
ordenar internamente las sociedades europeas, es decir, para definir las derse como diferencias sustanciales entre las capacidades intrínsecas de
posiciones sociales de determinados grupos, entre otros, las de las mu- los seres humanos -aquellas evidentes en e! cuerpo- y sus capacidades
jeres y los niños. relacionales, a saber, las que surgen por el acceso al conocimiento, a la
Otro fenómeno que avivó e! interés por el cuerpo como una enti- tecnología o a campos sociales y culturales particulares (Dupré 1998:
dad a través de la cual afectar la condición humana, surgió a lo largo 229). No es fácil precisar si la base de la jerarquía de las poblaciones hu-
de los siglos XVIII y XIX, al vincular la estructura anatómica al mo- manas a partir del siglo XVI es el "sexo" o la "raza", pero es claro que or-
vimiento, la gesticulación y los cuidados higiénicos, y también la salud dena diferencias relaciona les como si fuesen intrínsecas. Al fijarse ciertas
a la condición moral, espiritual e intelectual de los seres humanos. La caracterísricas fisonómicas como rasgos de anormalidad, a los "grupos
convicción de que e! destino personal y social es susceptible de cambios, inferiores" se le adjudicaron adicionalmente connotaciones femeninas
muchos de los cuales pueden lograrse involucrando en la educación di- por efecto de la dicotomía propia de la taxonomía de los sexos.
versas dimensiones corporales, resultó un pilar de la antropología de la Encuentro que ambos recursos -el ordenamiento de! dimorfismo
modernidad. Derivar de! cuerpo explicaciones acerca de las diferencias sexual y el ordenamiento de la variabilidad úsonómica- se incorporaron
individuales y culturales fue un recurso fortalecido a medida que el como elementos centrales de la clasificación de la normalidad moderna,
conocimiento sobre e! cuerpo humano aumentó y se afianzó la certeza pero difieren en su uso. Mientras que e! sexo regula e! poder dentro de
de que la vida =tanto en su finalidad como en su transcurso- era una la norma y, por tanto, expresa un quantum de diferencia que aleja a un
tarea humana. conjunto de miembros del ejercicio del poder por conformar éstos. una
Con todo, descifrar la naturaleza anatómica y fisiológica del cuerpo clase de individuos diferente, no obstante continúan siendo parte del \
humano no significó que se proyectara una imagen única. De acuerdo mismo grupo y conservan los principales rasgos de humanidad (menos /
a las luchas políticas y simbólicas de los siglos XVII al XIX, el conoci- desarrollados), la "raza" establece una distancia entre grupos, una dife-
miento de! cuerpo humano se riñó de los esfuerzos hechos para ordenar rencia que linda con la de otra especie y permite subordinarla. Por su
las sociedades modernas y estos se vieron estimulados por la urgencia y parte, la edad designa la anormalidad intrínseca a la niñez y a la juven-
la visión de los cambios en e! ejercicio y e! alcance del poder, surgidos de tud como pilar de! ordenamiento interno de la sucesión en el grupo. Su
la conformación de naciones bajo regímenes estatales. premisa es que con la edad madura la razón y se goza de conocimiento,
El conocimiento moderno sobre e! cuerpo y los seres humanos poder y legitimidad.
como entes carnales vino a ratificar el cuerpo masculino como modelo

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Cuerpos Andmalos I ZANORA PEDRAZA GÚMEZ Al borde de la rnzán: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

Sexo y edad. Mujeres y niños. Con e! ordenamiento moderno de! avances científicos ocurrieron en el seno de hondas luchas sociales y
dimorfismo sexual,e! sexo pasó a invocar la inmanencia; la edad propu- los científicos no se abstuvieron de justificar las diferencias sociales a
so una etapa, una transición hacia e! futuro, Sexo y edad se anclaron en partir de leyes naturales.
e! cuerpo. La representación moderna de! sexo lo abarca y compromete La redefinición de la división social del trabajo fruto de la Ilus-
codo en la persona y no lo ve sometido al cambio. El sexo devino una tración, que debía haber favorecido la incorporación de las mujeres a
cualidad intrínseca del organismo y de la persona, constitutivo de la la producción del conocimiento científico, entre otras actividades, fue
carne, el temperamento, los semimiemos y la razón. Por su parte, la coartada precisamente por quienes encontraban dificultades para deri-
edad le sugiere al conocimiento moderno un proceso omogénico asimi- var de sus hallazgos anatómicos argumentos sólidos que permitieran ex-
lable a la filogenia. El niño será adulto como e! hombre pasó de! estado '._::~
-- - i: cluir la participación igualitaria de las mujeres en el nuevo orden social
salvaje al de la razón. (Schiebinger 1987). Puesto que los recientes conocimientos no mostra-
Si e! pensamiento evolutivo estampó una huella en la concepción ,. ban diferencias sustanciales en la anatomía, el esqueleto, ni en los órga-
moderna de la infancia
razón y la perfección,
como etapa transitoria
no fue éste e! sentido
hacia el uso pleno de la
concedido a la mujer. Su
.:~.
-1
nos y su funcionamiento, con base en las cuales justificar el modelo de
la imperfección del cuerpo femenino, los médicos y filósofos siguieron
esencia no se alterará. Su naturaleza femenina acentuará con el paso del empleando los argumentos hipocráticos y galénicos para ordenar los
l
'{.
tiempo sus rasgos, sin que e! cuerpo le permita transitar hacia la perfec- nuevos datos aportados por la ana comía y la fisiología,
1
ción. En el niño no es la pequeñez lo más significativo; no es más que La reproducción social de la diferencia simbólica no solamente ac-
un signo. Indica, sí, el estado mental que corresponde al cuerpo chico,
1 túa como un mecanismo ideológico que confiere legitimidad a las dife-
pero en crecimiento y cambio constantes. Proyectada al futuro, la edad rencias y jerarquías entre sexos y generaciones. Ante todo, es la base para
de niños y jóvenes garantiza la transformación. El cuerpo infantil blan- ordenar la experiencia en torno a la cual estas diferencias efectivamente
do y frágil, de forma transitoria, evoca una mente en transformación se incorporan y constituyen la vida diaria yí finalmente, la identidad
de cuyo seno brotará la razón adulta. Para ello, e! ordenamiento del individual y colectiva. En este aspecto relumbra la condición corporal
tiempo, e! movimiento y el uso de los sentidos se enrumban hacia la propia de cada grupo pues es el principio para organizar la experiencia
inteligencia, la disciplina y e! conocimiento. y afianzar la identidad.
El mayor conocimiento sobre la anatomía y la fisiología fortaleció
la tendencia a derivar de ellos la explicación de las diferencias. Este es
2. ANATOMÍA y FISIOLOGÍA MORAL DE LA MUJER MODERNA el caso del estudio del esqueleto femenino durante el siglo XVIII en
Los debates sobre la fisiología moral de las mujeres innovaron las bases Inglaterra, Francia y Alemania. Considerado el sustrato más sólido del
para comprender las diferencias entre los sexos. A lo largo del siglo ser humano debía ofrecer, en consecuencia, la prueba más evidente de
XVIII perdieron vigencia científica algunos principios de la precep- las diferencias humanas (Schiebinger 1987: 53) y sustituir la explica-
tiva aristotélica y galénica, en particular la idea de un solo cuerpo ción de las diferencias entre hombres y mujeres debidas al mayor calor
humano con respecto al cual hombres y mujeres encarnan e! estado del cuerpo masculino. A este calor se le atribuía la posición externa de
perfecto y el imperfecto. Pese a los avances anatómicos, los médicos- los órganos sexuales masculinos y, en general, su constitución fuerte
filósofos no abandonaron el hábito de atribuirle a sus conocimientos y sólida, de la cual se colegía la capacidad de razonamiento y control,
capacidades explicativas sobre las diferencias entre los sexos y las eda- La menor cantidad de calor del cuerpo de la mujer habría llevado sus
des, ni la tendencia a favorecer usos políticos particulares orientados órganos re productivos al interior del cuerpo, donde aparecían como el
a restituir, con bases científicas, posiciones sociales y tareas diferentes envés de los masculinos. Este rasgo no la situaba corno un ser diferente,
para hombres y mujeres. A lo largo de los siglos XVIII y XIX los sino inferior y, por tanto, imperfecto. El menor calor explicaba también

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Cuerpos Anámatos I ZANDRA PEDRAZA GÓMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

e! cuerpo blando y húmedo, así como su falta de control ysu tempera-


como un organismo cualitativamente diferente del masculino y espe-
mento pasional, todo lo cual justificaba su condición subordinada en
cialmente dotado para la maternidad, en virtud del reconocimiento de
la jerarquía vertical que reconoce un solo cuerpo como modelo del ser
la particularidad de! útero. Esta inconmensurabilidad, que ya no ha:ía
humano (Laqueur 1990: 4-11).
de la mujer un ser inferior sino del todo diferente al hombre, fue el prIn-
Los conocimientos obtenidos en las disecciones hechas por Vesalio
cipal motivo para justificar que las mujeres no eran monstruos ni hom-
y por otros anatomistas a lo largo de los siglos XVII y XVIII fueron
bres imperfectos; por e! contrario, habían sido dotadas por la naturaleza
expuestos en diferemes ilustraciones del esqueleto femenino, como las
de un organismo que por su mayor sensibilidad y fragilidad estaba espe-
de d'Arconville, Soemerring y Barclay. Estas ilustraciones revelan que
cialmente destinado a las labores de la maternidad. Esta circunstancia
no se contaba en la época con' una visión unificada acerca de las dife-
las situaba en un nivel moral superior al del hombre y las destinaba a
rencias que pudieran considerarse significativas en la estructura ósea, e!
propagar la "raza humana", El resultado es paradójic~, Por un lado,
tamaño del cerebro, ni en la forma o disposición de los órganos inrer-
los conocimientos médicos acerca de! organismo femenino encuentran
nos. No obstante, tamo los criterios estéticos como los debates acerca
una diferencia cualitativa entre sus rasgos y los del cuerpo masculino.
de la incierta posición social y política de las mujeres, llevaron a estos
De esta diferencia se colige una inferioridad surgida de las disminuidas
anatomistas a ignorar que las diferencias entre individuos (de tamaño,
capacidades racionales e intelectuales de las mujeres. Y si bien ~I útero
edad o contextura) o grupcs (raciales o étnicos] no podían atribuirse a
eleva a las mujeres a la más importante de las funciones SOCIales: la
un sexo particular. Esta situación se resolvió con e! argumento expuesto
maternidad y educación de los niños, tanto el conocimiento acerca del
por e! médico alemán Posner en 1847. Según él, la temprana madura-
organismo femenino, y del cuidado del embarazo,
de la gestación del
ción de las mujeres asociaba e! tamaño de su cerebro con e! de los niños,
parto, como de la crianza y educación de. los niños, se convierten en
como lo había sugerido Barclay en 1829. Con este argumento reforzó
áreas de especialización médica -ginecología, obstetricia, puericulrura
la imagen de la mujer-niña, que retiene los rasgos infantiles porque su
y pediatría- que incluso disertan sobre la "innata superioridad moral."
maduración se completa ames que la de! hombre. Tal situación no so-
femenina, y con ello devalúan los principios de autonomía y los conocí-
lamente se exponía en e! tamaño de la pelvis sino en la capacidad era-
mientos propio de las mujeres.
neana y las habilidades sensoriales para e! conocimiento (Schiebinger
( El mismo esqueleto del que se dedujo la diferencia radical per,o
1987: 63-(6).
moralmente superior de la mujer, mostraba que su desarrollo se detenía
Las diferencias en e! tamaño, la densidad o e! peso de los huesos,
en una fase evolutiva anterior a la de! hombre adulto, precisamente para
especialmente de! cráneo y de la pelvis, así como de los órganos repro-
permitirle la gestación. Esta diferencia de tamaño y peso en el esqueleto ,
ductivos, no fueron consideradas variaciones menores: necesariamente
sustituyó la diferencia de calor y permitió la amalgama simbólica de lo
debían expresar diferencias en e! esqueleto que finalmente inRuían en lo
femenino, lo infantil y lo primitivo. Con base en esta figura retórica se
que desde entonces se convirtió en una biología de lo inconmensurable,
dictaminó la "incapacidad" de las mujeres para el pensamiento analíti-
con la cual se marcaba una distancia insalvable entre hombres y muje-
co y abstracto, ocasionada por la fragilidad de los huesos y, por exten-
res (Laqueur 1987: 18). Obras determinantes como las de los médicos
sión, de todos los nervios y órganos sujetos al esqueleto, incluyendo por
Rousse! (1775) y Ackermann (1788) elaboraron detalladamente las di-
supuesto el cráneo y el cerebro. . .
ferencias sexuales encontradas en los huesos, los vasos sanguíneos, las
A principios del XIX, en Colombia y en los países latlI10amen~a-
vellosidades, la visión, los líquidos corporales y el cerebro.
nos se acogieron estos principios de normalidad y, por tanto, también
Para comienzos de! siglo XIX, la insistencia en encontrar diferen-
de anormalidad, Pero esta adopción no fue mecánica: se adecuó a las
cias anatómicas y hacer sus efectos extensibles a todo músculo, vena
condiciones locales. Fue necesario adaptar los.discursos y las experien-
y órgano, consiguió fortalecer la representación del cuerpo femenino
cias gestoras de la diferencia y de su naturalización a la producción de

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Cuerpos Anomalos I ZANDRA PEDRAZA GÓMEZ
Al borde de la razán: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

diferencias sociales internas. Esto supuso ajustar, como paree del esque-
un sentido moral a las categorías científicas, bien en relación con la
ma de ordenamiento social de la normalidad y la anormalidad, aquellas
estructura esquelética (Schiebinger 1987), los órganos y la sexualidad
características que permitieran agudizar la formulación de anomalías femenina (Laqueur 1987, 1990) o con e! esfuerzo amplio de la ciencia y
corporales, teniendo en cuenta criterios climáticos y raciales que se con- la medicina de situar la condición femenina en la naturaleza. La idea de
jugaron además con principios morales católicos y conservadores arrai- que las mujeres comparren las cualidades de la naturaleza y los hombres
gados entre los pensadores latinoamericanos. las de la culrura, también les permitió a éstos hacer de la naturaleza un
Estas tareas se agolparon. Mientras que en los países europeos don- asunto de su jurisdicción (Jordanova 1989, 1999). Para este asalto tam-
de habían surgido estos conocimientos, las tareas de ordenamiento so- bién se empleo e! valioso recurso de la visualización de! conocimiento
cial se habían iniciado desde e! siglo XVII, en América varias de ellas se (Stafford 1991) que había cobrado vida en e! atlas anatómico como
impulsaron al mismo tiempo. Durante e! siglo XIX se separó a las muje- forma privilegiada de representación de! cuerpo.
res de los niños. Esto significó introducir la escuela como lugar privile- Cuando en e! siglo XIX se discutieron en la América hispánica
giado para la educación de la infancia, dar a conocer los conocimientos las condiciones del contrato social republicano y, antes, al iniciarse los
médicos sobre e! cuerpo de las mujeres y de los niños como terreno de debates ilustrados que condujeron a la independencia, la situación de
exclusiva intervención médica, argumentar a favor de la función moral las mujeres apenas se consideró a la sombra de las justificaciones de las
de la madre y de su subordinación a las figuras masculinas de! padre, e! diferencias sociales con base en leyes naturales (Hense!, 2006: 85-90;
médico yel maestro. En fin, a lo largo de! siglo XIX, los países latinoa- Pedraza 1996). Tras el fragor de la independencia, los letrados locales
mericanos se ocuparon activamente redefiniendo la división de! trabajo se dieron a la tarea de llevar a la práctica esta división social de! trabajo
simbólico. Así, la madre, por ser madre, debe actuar como un adulto en simbólico que consignó a las mujeres a la vida doméstica en el seno de
relación con sus hijos, pero de los hombres, espedficamente de su padre, la familia burguesa. Puesto que el ímpetu ilustrado había devaluado
sus hermanos y su esposo, recibe e! trato de un menor de edad. también las pasiones por interferir con el pleno uso de la razón, las
El modelo de la madre y la familia burguesas se pusieron en mar- mujeres, seres pasionales por excelencia en virtud de su disminuida ca-
cha casi al tiempo con los primeros programas de educación popular pacidad de raciocinio, quedaron excluidas del acceso al conocimiento y
y de formación masiva de la infancia moderna. En este mismo siglo, a su producción, y por tanto, de la posibilidad de reaccionar con iguales
especialmente hacia e! final, se introdujeron la pediatría, la pedago- recursos (López 1998: 125-129; Martínez 2003: 248).
gía, la puericultura, la ginecología y la obstetricia, y se impulsaron los Este conjunto de intereses se condensó en la fisiología moral: de ella
programas de higiene. En las nuevas repúblicas todo esto ocurrió en se derivaron y con ella se engranaron otros saberes como la economía
e! término de un siglo y avivado por e! interés de verse incluidas en doméstica, la educación moral, la higiene y la urbanidad -.La fisiología
e! mundo de! progreso y la civilización donde estos factores se consi- moral expresa la retórica que le reconoció efectos morales a los endebles
deraban centrales. Con todo esta membresía no se les concedió, por argumentos anatómicos de la inconmensurable diferencia de! cuerpo
encarnar, de plano, la inferioridad. de la mujer y, como pariente de la ginecología, recoge un conjunto de
En 1845, e!Programa de Enseñanza de la Hijiene en las Universi- nociones para instruir a las mujeres en lo que parecen desconocer: las
dades de la República todavía impartía la teoría de los temperamentos enfermedades propias de su sexo, dolencias que suelen confundir con
y se refería a los atributos que permitían reconocerlos ya la influencia las de órganos internos como la vejiga, el hígado, e! corazón o e! estó-
de! temperamento en e! carácter y las cualidades morales (Vargas 1845: mago, e incluso con dolencias como el reumatismo de las piernas y de
16). El esfuerzo por prolongar e! uso ideológico de las diferencias su- las caderas como lo afirma el médico cubano José Salvador Riera (1864:
geridas entre hombres y mujeres en e! corpus hipocrático, adquirió una 3). Así, no solamente la medicina había descubierto las particularidades
nueva solidez empleando recursos argumentatÍvos tales como atribuirle del organismo femenino, sino que también debía darlas a conocer a las

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Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niño, y mujeres

mujeres, ignorantes de los males que las aquejaban y de su tratamiento. Hay mujeres que acostumbran salir a la calle durante el periodo mens-
De la mano de esta enseñanza vino la lucha médica en torno al "arte trual, muchas con vestidos poco abrigados y aun en mal tiempo. Clara-
de los partos", la evolución de la ginecologla y la obstetricia, y el aleja-
mente se ve que esto es una imprudencia, pues por esta época el sistema
miento de las comadronas y de las mujeres mismas del conocimiento y nervioso está excitado, los ovarios y e! útero congesrionados, la superficie
control de su cuerpo (López 1998; Restrepo 2006), sólo conocido por de los primeros rota, todo lo cual hacer ver al más ciego que por ese
la medicina.
tiempo deben dejarse reposar esos órganos y cubrir bien e! cuerpo. Casi
El siguiente es uno de los tantos retratos de la mujer del siglo XIX, todas las en [errnedades de las mujeres resultan de tales imprudencias
que en una pincelada vinculan en textos escritos por médicos, la cons- (De Creiff 1906: 125-6).
titución física con los sufrimientos que ésta le impone a la vez que la
dota del carácter sublime de ser madre y esposa, tarea en la cual debe El mismo amor prescribe, además de los cuidados que sugiere la
intervenir el médico a fin de hacerle posible cumplir con la misión que higiene moral, ejercitar e! sistema muscular. La impresionabilidad de!
le fue encomendada por Dios. sistema nervioso de la jovencita podría dominarse mediante e! ejercicio
Siendo la mujer débil por constitución, sensible e impresionable por na- físico, con lo cual se evitarían los ataques de nervios de la juventud y
turaleza, destinada a hacer un gran papel en la sublime y misteriosa obra madurez de las mujeres (De Greiff 1906: 2). El médico pasa a emplear
de la reproducción, comparte con el hombre, a quien da la existencia, un argumento de la medicina ilustrada, que encuentra en el adecuado
conservándosela después con la más tierna vigilancia y solícitos cuida- uso energético una solución a los problemas orgánicos.
dos, cuyo fuego sacro parece que el Creador depositó exclusivamente Con el trasfondo que ofrecía la fisiología moral, la discusión so-
en ella; comparte, decimos, con él, sus goces y penalidades. Como él, bre el papel de la mujer en la sociedad republicana se concentró en
nace, se desarrolla y recorre las fases borrascosas de las edades; pero proponer la forma de educarla en función de su condición de madre.
dotada de órganos cuyas funciones exigen una grande actividad, sufre, Algunos pensadores como el chileno Eugenio María de Hostos (1873)
) a más de todas las enfermedades comunes a los dos sexos, las propias y abogaron por una educación científica de la mujer, no para contar con
numerosísirnas de la matriz y de sus anexos, cuya importancia fisiológica ella en la ciudad letrada, sino para garantizar su libertad de conciencia y
exige una irritabilidad particular, que los eslabona misteriosamente por devolver a su ser la integridad confiscada por una educación por y para
estrechas simpatías con las demás panes del cuerpo; así es que sufren el corazón, que la había aislado en la "esfera de una idealidad enfermi-
estos órganos, y hacen sufrir a la mujer numerosos padecimientos, dig- za" y convertido en "planta que vegeta". Sin embargo, su propósito no
nos, de llamar y fijar la atención de! médico filósofo y observador (Riera era otro que lograr una "generaci6n que hable la verdad", una patria
1864: 4). que "obedezca virilmente a la razón, que realice concienzudamente la
libertad", a través de madres que enseñaran científicamente a sus hijos.
El principal fenómeno que irrita el organismo femenino humoral Educar a las niñas en el sentimiento religioso y ejercitar su inteligencia
es la menstruación.' Causada precisamente por la tarea de balancear la les permitiría afirmar sus virtudes y controlar los juicios pueriles de la
temperatura y considerada IJor Arisróteles la prueba más relevante de memoria y de la imaginación. La educación republicana debía orientar-
inferioridad, motiva la intervención médica. Así lo ratifica el médico se a instruir a las niñas para comprender la naturaleza y necesidad de su
colombiano Carlos de Greiff en un texto destinado a la divulgación de deber (Minvielle 1846: 25) y garantizar que su influencia como esposas
principios de fisiología e higiene: y madres sirviera a la sociedad.
La segunda faceta que no podía faltar en la educación de la mu-
jer era la educación física, particularmente durante la adolescencia. Se
Para consultar el significado de la menstruación en el siglo XVII, véase el artículo de
Max S. Hering Torres, en especial pp. 119-124.
proponía fortalecer la función procreadora, y ¡~gularizar y menguar las

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Cuerpos Anomalos I ZlNDRA PWRAZA GóMU
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niño, y mujeres

dolencias asociadas a la menstruación (Vertinsky 1988: 74-78) sin pre- Los debates acerca de la educación de las mujeres giraban a finales
tender mejorar el desarrollo intelectual. En concordancia con el carácter del siglo XIX en torno a su forma y utilidad. El pensamiento conser-
pasivo de su fisiología, los movimientos no requerirían un gasto exce- vador afirmaba que el puesto asignado por el Creador a la mujer se
sivo de energía, como tampoco comprometer el cerebro en demasía, derivaba del hecho de haber sido creada de la costilla de Adán y no de
demandar movimientos bruscos que afectaran los órganos internos o un proceso autónomo, mismo motivo por e! cual su lugar "... está.en la
alteraran la armonía muscular del cuerpo femenino (Arboleda 1907; familia y en la sociedad" y no en donde el instruccionisrno quería intro-
Wills 1938). ducida: en e! mundo de las letras y los estudios serios. Para cumplir con
Este propósito patriótico se repite en los más diversos textos co- su misión de "hija obediente, de esposa fiel y de madre tierna y próvida,
lombianos de la segunda rn.tad del siglo XIX y las primeras décadas bástale una regular instrucción ... » (Rosas 1890: 9). Si en la mujer pre-
del siglo XX. En manuales para casados como el de Acevedo de Gómez dominan las facultades imaginarivas, es porque no cultiva con facilidad
(1845) se le recuerda al esposo ejercer la principal virtud del matrimo- las especulaciones científicas, que sólo se encuentran en algunas mujeres
nio: la tolerancia ame la sensibilidad y delicadeza propias de la mujer. excepcionales, y no justifican generalizar la educación intelectual de
La paciencia le permitirá soportar la ligereza irreflexiva propia del sexo las mujeres. A finales del siglo XIX, cuando se avivó en Colombia el
débil y las graves equivocaciones en que incurren las mujeres en asuntos debate acerca del tipo de educación que debían recibir las mujeres, las
políticos, porque no son susceptibles de profundizar en sus principios, perspectivas conservadores se ah naron en contra de la participación de
no meditan con madurez y están sujetas a errores, parcialidades y ca- la mujer en la educación yel mercado laboral. El educador colombiano
prichos. A los maestros les recuerdan diversos autores interesados en la Merchán afirmaba en su discurso de clausura del año escolar en el Co-
educación de la mujer que en.la madre y en el hogar que ella guía está la legio Pestalozziano, -donde se educaban mujeres para ocupar puestos
solución al "gran problema de la moralización social". Educar a la mujer como oíicinisras-, que si la mujer había tenido necesidad de trabajar
es garamizar que sus enseñanzas, indelebles en el corazón masculino, e instruirse para ello, porque e! sistema social creado por los hombres
superen incluso los efectos de los vicios y regeneren el mundo (Bernal no les había dejado otra salida, la instrucción no le haría daño, porque
1879: 10). Puesto que el bien y el mal han quedado en manos de la estos conocimientos, de no requeridos para beneficio propio en caso de
mujer por la superioridad moral y la fuerza de los sentimientos que su apremio, siempre podría transmitirlos a sus hijos de forma más fecunda
diferencia corporal le concede, entonces deben orientarse sus sentirnien- que los maestros. La democracia no se completaría sin lo que es más
tos, para que las lecciones que dé a sus hijos y los consejos que brinde a valioso: la educación de! sentimiento, es decir, la educación de la mujer
su esposo estén igualmeme bien encaminados. El educador colombiano (Merchán 1894: 20-21).
Pablo Manuel Bernal resume en eres proposiciones la condición de la Innumerables intervenciones sobre la necesidad de que las mujeres
mujer burguesa: realizaran su condición femenina como madres, esposas y amas de casa
1a El hombre será lo que la mujer quiera que sea, pues ella ejercesobre él llenaron la prensa, los manuales y los ensayos hasta mediados de! siglo
una poderosa influencia desde la cuna hasta el sepulcro. XX. Aunque las referencias directas al deterrninisrno anatómico pare-
cen desaparecer, cada avance científico renueva e! vínculo entre e! orga-
2a La mujer necesita más que el hombre la educación, pues sus pasiones
nismo femenino y la capacidad de las mujeres para desempeñarse en los
son más intensas y sus sentimientos más delicados.
mismos campos que los hombres. Cuando finalmente se desentrañaron
3a La fuerza del criterio social está en la mujer; en su mano está la palma e! sentido fisiológico de la ovulación, la función de las hormonas, e! sín-
para unos yel anatema para otros (1879: 24). drome pre-menstrual y -posteriormente- e! déficit de estrógeno como
causa de la menopausia, el cuerpo de la mujer volvió a resonar como
origen de la diferencia.

220 I I 22
Cuerpos Anomalos I ZANDRA PEDRAZA GÚMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niño, y mujeres

Dentro del conjunto de anormalidades que estos procedimientos


controladas por la agencia de! Estado a través de diversos agentes y polí-
han permitido definir y apuntalar, la anormalidad que distingue a mu-
ticas que le dan un sentido específico a la infancia y norman la forma de
jeres, niños y jóvenes es singular en comparación con las asignadas a
vivirla; la transformación de la organización demográfica y laboral de
arras poblaciones, especialmente marcadas por sus rasgos raciales, étni-
la familia junto con los vínculos sociales y la realización de una nueva
cos o sociales. La subordinación que resulta de la brecha instituida entre
división del trabajo simbólico que redunda en la producción efectiva de
los hombres adultos y el resto de la población en la sociedad moderna, es
la infancia. Este complejo entramado de variables hizo del siglo XIX el
constitutiva de las sociedades burguesas y capitalistas en las cuales de-
siglo de la infancia.
ben engranarse simbólica y prácticamente formas específicas de organi-
A partir del siglo XVI se encuentran evidencias de las paulatinas
zación familiar y reproducción social con factores de la producción y el
transformaciones relacionadas con la concepción sobre los niños y el
trabajo, el acceso a la producción y uso del conocimiento, así como con
surgimiento de un pensamiento interesado en su educación. Particular-
la regulación de mecanismos para la reproducción social de la diferencia
mente la perspectiva ofrecida por Rousseau en su Emilio tuvo, desde la
simbólica. La modernidad se caracteriza así por producir una particu-
segunda mitad del siglo XVIII, un impacto decisivo porque consiguió
lar escala de las diferencias con base en conocimientos científicos. El
arraigar la idea de que el niño es un ser diferente del adulto y la infancia
ordenamiento social resultante facilita la organización de la producción
un periodo de evolución que debe transcurrir idealmente en actividades
capitalista y de la familia burguesa. Pero estas diferencias internas no
relacionadas con el aprendizaje escolar (Delgado 1998: 141). La infan-
alteran el gobierno general de las diferencias establecidas en relación
cia moderna es indisociable del pensamiento acerca de su educación y
con otras poblaciones, pues las anormalidades de las mujeres, los niños
particularmente del pensamiento pedagógico.
y los jóvenes de las sociedades o los grupos colonialistas, nunca desvir-
Tanto la educación como la pedagogía han abrevado en otras áreas
túan su propia superioridad. Por el contrario, garantizan la educación
de conocimiento. Los hallazgos de la medicina durante los siglos XVIII
y el desempeño de los hombres adultos que gobiernan la producción, el
y XIX sirvieron tempranamente a la pedagogía para responder a su
conocimiento y la reproducción simbólica. principal inquietud: ¿cuáles son los rasgos del educando y cuáles los
procedimientos más convenientes para su transformación? La condi-
ción anatómica y fisiológica del cuerpo infantil fue el punto de partida
3. EL NIÑO EN EL SIGLO DE LA INFANCIA
para apreciar las capacidades infantiles y concebir la enseñanza.
Los estudios críticos sobre la infancia surgieron en las últimas décadas Como anoté anteriormente, la noción del cuerpo como una enti-
en torno de los debates sobre el particular trato que se ha dado a los dad antropológica primordial comprendía a finales del siglo XVIII un
niños a lo largo de! desarrollo del mundo moderno. Las diferentes pers- agregado significativo de argumentos y conocimientos. Esta materia fa-
pectivas se distinguen por su mayor o menor cercanía al proteccionismo cilitó encontrar en las capacidades del hombre adulto "las deficiencias"
como dimensión universal, pero todas destacan e! surgimiento de la de los niños. De la condición inacabada de la infancia emanó la nece-
infancia como uno de los hitos de la modernidad y, en particular, del or- sidad de sustraer a los niños tanto de toda actividad productiva como
den social burgués y capitalista (Aries 1960, Delgado 1998, Rodríguez y del ocio, para ocupar los años de la niñez en el aprendizaje escolar y el
Mannare!li, 2007). Las transformaciones propias de la modernidad y la juego didáctico. Finalmente, los niños quedaron definidos con respecto
infancia comprometen: el esfuerzo hecho para precisar el sentido social a los adultos, y particularmente a los padres, en una relación de subor-
de la edad a partir de conocimientos especializados en ella; la aparición dinación y sujeción.
de especialistas y disciplinas que hicieran realidad la conformación de la A lo largo del siglo XIX, ya medida que la pediatría se consolidaba
infancia; la creación de instituciones que sustrajeran a los niños de! seno alrededor de las propiedades del organismo infantil y su funcionamien-
familiar para exponerlos a prácticas como las pedagógicas y pediátricas to, también se afianzaba la necesidad de un conocimiento especializado

222 I I 223
Cuerpos Anómalas I ZANDRA PEDRAZA GÓMEZ Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

en él Y de mecanismos para conocerlo. Muchos de estos mecanismos funcionamiento y sentidos capaces de percibir el entorno, entonces -a
se introdujeron en la escuela y se complementaron con observaciones la manera de la larva- ocurrirá la metamorfosis y las operaciones del
pedagógicas. Las formas creadas para medir la normalidad del desa- entendimiento madurarán para llevar al niño al uso pleno de la razón
rrollo infantil y sus desviaciones en relación con el crecimiento físico, y al conocimiento. Esta, que es de forma sumaria la concepción de
la evolución de aptitudes cognoscitivas y el desarrollo moral, resultaron Rousseau, comparte con la de pensadores anteriores como Locke y las
del maridaje de la pediatría y la pedagogía que dominó la escuela desde corrientes subsizuientes de fundamento sensualista, la convicción de
b
finales del siglo XIX (Rose 1999: 123 y ss). que en la naturaleza del niño anidan las posibilidades para superar su
A través de esta relación se introdujeron en Colombia las peda- condición irracional (Pedraza 1996: 272-301). Con diferencias, algu-
gogías activas. Hacia 1920 se ponderaron las iniciativas que hicieran nas notables, acerca de cómo debe transcurrir este proceso de adveni-
emerger del cuerpo infantil las aptitudes intelectuales y morales necesa- miento al uso de la razón, el denominador común de las pedagogías
rias en el hombre adulto para alcanzar el progreso social (Pedraza 1996: modernas, y de la infancia que ellas han hecho posible, es la idea de
277-289). La pedagogía activa de Montessori, por ejemplo, se implantó una afectación mutua del movimiento, la percepción sensorial y la
para la educación parvularia, es decir, para exponer al niño temprana- voluntad para culminar en la adultez.
mente a este tipo de experiencias pedagógicas. Cabe desatacar que varios modelos pedagógicos de la Ilustración
La niñez moderna se afianzó por estas circunstancias en una con- concibieron la educación de varones y de caballeros de forma privada.
dición corporal distinta de la adulta y en el hecho de que esta diferencia Tales concepciones dan por sentado que la educación que conducirá al
hace al niño educable. La infancia moderna supone primordialmente niño al uso de la razón, a la madurez y a la condición de ciudadano, no
una situación pedagógica, pues sólo si los niños experimentan alguno ofrece posibilidades de hacer que las mujeres entren en razón, ni fueron
de los procesos pedagógicos que se consideren oportunos y ajustados a ideadas para la educación escolar universal. Si bien esto no significa
sus necesidades, arribarán la orilla de la adultez. Antes de los 21, los 18, que en Colombia se haya considerado que las niñas no debían recibir
los 15 o los 12 años, según se defina la mayoría de edad, medran en las educación, tampoco afirma que la relación entre miembros, sentidos y
márgenes de la razón. órganos propiciada por el ejercicio femenino, con una justa dosis de in-
Ahora bien, el cuerpo infantil no debe inducir a errores: no tiene clemencia y rudeza, harían que el cuerpo fuerte y vigoroso obedeciera y
las mismas propiedades del cuerpo femenino pues, aunque se le atribu- ejecutara las órdenes del espíritu, y la razón sometiera a la voluntad. La
yan incapacidades similares, en los niños éstas son transitorias. Si bien posibilidad de que el cuerpo de la niña adquiriera la firmeza necesaria
ambos cuerpos están situados al margen de la normalidad, no son los para emprender el camino hacia la madurez, encuentra un obstáculo
mismos rasgos los responsables de ello. En los niños, con constitución insalvable en sus órganos.
física igualmente blanda, débil y acuosa, se destacan otros elemen- En Colombia, un primer factor que incidió en el modelo educativo
tos: el más relevante es el de no ser su cuerpo una esencia sino una femenino, fue la convicción de que la capacidad generatriz no permiti-
potencia. La materialidad corporal es un sus trato para el paulatino ría que los miembros se fortalecieran. Esta capacidad se vería compro-
desenvolvimiento de las capacidades que superarán las limitaciones de metida si se exponía el cuerpo a la inclemencia y la rudeza y nunca daría
la materia inmadura. El segundo pilar lo conforman sus miembros, lugar' a una percepción clara y distinta a través de los sentidos y, por
órganos y sentidos: pese a su debilidad, se transforman y afectan al tanto, a un entendimiento verdadero del mundo. El cuerpo, que en los
niño por ser instrumentos de la inteligencia. Si a través de una edu- niños es expresión misma de la naturaleza contenedora del germen que
cación corporal adecuada -ejercicio, exposición al aire libre y cierto desplegará la razón, es en las mujeres una naturaleza inalterable. Si bien
tipo de actividades pedagógicas- se consigue una buena constitución niños y mujeres existen en el orden de la naturaleza, lo hacen de formas
corporal, esto es, miembros fuertes y ágiles, órganos sanos y en buen distintas. El cuerpo de los niños es un conjunto esquelético, muscular y

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Cuerpos Anómalos I ZANORA PEORAZA GÓMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños y mujeres

sensorial cuya transformación es mensurable y auto-poiética, mientras sano y fuerte; quiere más: quiere cuidar de ese niño desde antes de su
que e! inconmensurable cuerpo femenino está definido para la gesta- nacimiento. Más todavía: desea cuidado desde antes de la procreación
ción como orgánico, emocional y moral. y aspira a encargarse de la salvaguardia de la especie." (Gartner 1922:
Un segundo factor que tuvo consecuencias para e! desarrollo de la 10-11). El ansia de hacer patria a través de las madres hace que, de la
pedagogía en e! siglo XX en Colombia, fue que las pedagogías activas se fisiología femenina, se pase a elucubrar sobre la condición moral de las
concibieron originalmente para la educación privada y se adoptaron tar- mujeres partiendo de su precariedad emocional e intelectual y alabando
díamente en la educación escolar popular. La época republicana carece la superioridad espiritual que la hace sublime y, por lo mismo, ajena al
de pedagogías utópicas centradas en e! niño y pensadas para un nuevo orden político.
orden social (Harten 1996). Nunca se puso en duda la noción de que El vínculo entre el conocimiento sobre las mujeres y e! de los niños
la infancia expresara una alteridad radical en relación con la adultez, se muestra también en las disciplinas que los han constituido a ambos.
pero conducente a ella. Este vacío impidió que surgiera a lo largo de! La pediatría surgió como especialidad médica durante la segunda mitad
siglo XX una perspectiva pedagógica crítica de la concepción del cuerpo de! siglo XIX, y se desprendió de la obstetricia y de la medicina interna
infantil, de las diferencias que los modelos pedagógicos radicalizan en (Genta 2006: 297). El término se usó por primera vez en 1722, pero
e! cuerpo de niños y niñas, y de la idea de la infancia como estado bien apenas en 1828 se escribió el primer tratado de pediatría y en 1854 se
de malignidad, vulnerabilidad, ingenuidad, indefensión, irracionalidad ofreció la primera cátedra de esta disciplina que reconocía la ,particu-
o emotividad y siempre deficiente, y etapa durante la cual e! niño debe laridad de! organismo infantil y una medicina interna propia del orga-
ser expuesm a las experiencias pedagógicas. Tampoco se examinó e! uso nismo del nifio hasta los 18 años aproximadamente. En Colombia, la
de las pedagogías activas en relación con la reproducción de diferencias primera cátedra de pediatría se dictó en 1881 y una década más tarde
coloniales, toda vez que su origen como recurso para la educación de se abrió la primera clínica obstétrica e infantil (Genta 2006: 303). En
varones de elite nunca fue debatida, como no lo fueron sus posibilidades 1865 se acuñó e! término puericultura para designar la disciplina que
de servir de base a la educación popular. trata del cuidado de los niños sanos y de los enfermos en sus aspectos
La infancia moderna es, ante todo, resultado de! pensamiento pe- físicos y emocionales.
dagógico y se hace realidad en e! seno de la familia burguesa que puede, La especificidad de! niño proviene entonces de la temporalidad
sacrificando y subordinando e! presente del niño y de la madre, alejar corporal fijada por diversas disciplinas. La etapa en la que se encuen-
al niño de lo que distraiga su preparación para e! futuro, esto es, recibir tra expresa en e! cuerpo el orden natural: su razón precaria, la falta de
en casa la atención de una madre también constituida para esta tarea, autonomía pero también y, sobre todo, la capacidad de aprendizaje,
ocupar e! tiempo doméstico en actividades edificantes y el juego didác- que es la capacidad de convertirse en adulto. Su condición incom-
tico y asistir a la escuela. No debe desligarse e! conocimiento de la niñez pleta y la dependencia en que ésta lo sitúa, lo hacen dúctil, frágil y
de aquél que consolida la figura de la madre; son interdependientes. A débil. La labor de completar al niño, a diferencia de la educación de la
medida que se perfecciona y especializa el conocimiento sobre los niños, mujer -una tarea que no tuvo mayores transformaciones pedagógicas
surgen también las disciplinas sobre las mujeres. Vale la pena subrayar durante más de un siglo y medio- experimentó en el mismo periodo
que e! conocimiento sobre las mujeres se concentra en e! siglo XIX en cambios notorios surgidos d~ los avances de la pedagogía, la pediatría
su condición de madres, de forma que la fisiología de las mujeres da y la psicología de! desarrollo.'
lugar a la ginecología y a la obstetricia, vinculada a su turno con la La primera preocupación de la pedagogía colombiana al inicio de
puericultura que, en su forma de puericultura prenatal, desconoce la la República fue infundirle al niño disciplina, inculcarle las primeras
condición de la mujer para hacer de ella e! receptáculo de la vida. La letras y crear en él buenos hábitos. Para acometer esta tarea se hizo
puericultura "no quiere limitarse a formar, rornandolo al nacer, un niño indispensable conocer su naturaleza y la forma de incidir en ella. El

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Cuerpos Anómalos I ZANDRA PEDRAZA GOMEZ Al borde de la razán: sobre la anormalidad corporal de niños y mujere:

modelo de la educación lancasteriana o simultánea, instaurado tras la Vista desde el cuerpo, la infancia es una etapa caracterizada por
Independencia, mostró rápidamente sus limitaciones. Basado aún eri la ser pequeño y crecer. El permanente cambio en el crecimiento del
idea de un niño imbuido de animalidad y maldad, pero también devoto cuerpo quedó asociado con los rasgos infantiles que deben corregirse:
de los principios católicos, se vio en la necesidad de adoptar las ideas inquietud, imitación, repetición, mente maleable, naturaleza pecami-
pestalozzianas provenientes del sensualismo ilustrado. nosa, corrupta o dañina; pero también están la fragilidad, la irraciona-
A esta situación se llegó con el propósito de conducir al niño, a lidad y e! exceso de emotividad. Estos rasgos provienen de! organismo
través de la educación, al uso pleno de la razón y a la condición de blando, acuoso y flojo que se asimila al femenino yes reacio a la razón.
hombre civilizado y racional, que es la principal orientación de la post- El niño responde por miedo al castigo, emula para sobresalir, aprende
ilustración (Walkerdine 2005). Es entonces cuando la adopción del porque tiene interés. La pedagogia nacional empleó estas posibilidades
pensamiento evolutivo muestra la transición hacia la vida adulta como para educar al niño hasta mediados de! siglo XX (Saldarriaga/ Sáenz
el paso hacia la civilización. El conocimiento de cómo el niño debe 2007: 397).
hacer esta transición lo recoge finalmente la psicología evolutiva que, a Como en el caso de las mujeres, es evidente la pervivencia de con-
través de una gradación de las etapas de desarrollo, engrana los estados cepciones humorales y cristianas de la infancia, las cuales vinieron a
anatómicos y fisiológicos con e! desarrollo moral del niño y la evolución manifestarse con particular agudeza en las primeras décadas del siglo
hacia la razón adulta. XX en e! tratamiento del niño criminal y de! onanista, definidos por su
Puesto que la edad tiene la propiedad de ser observable, particu- voluntad enfermiza (Pachón 2007: 332) y ejemplares predilectos de los
larmente por los cambios que implica, es también cuantificable y esto expertos en la infancia, como lo fuera la mujer histérica para la psiquia-
permite expresar de forma cuantitativa los progresos educativos. La es- tría en el siglo XIX.
colarización y la pediatría lograron materializar las características del
cuerpo infantil porque en la escuela se requirió precisar los límites de las
edades y de sus avances (Rose 1999: 135 y ss.). La psicología intervino 4. AL BORDE DE LA NORl\1ALIDAD
activamente al hacer que las conductas infantiles se revelaran a la obser- La adopción y adaptación de discursos científicos sobre la anormalidad
vación y auscultación (Alzate 2003: 95). Fue esto precisamente lo que de mujeres y niños requirió en Colombia ingentes esfuerzos a lo largo
comenzó a hacer e! modelo de educación objetiva adoptado en Colom- del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. A la labor de ordenar la
bia primero en 1845 y, más tarde y con mayor eficacia, con la primera experiencia y e! trabajo simbólico de niños y mujeres, se sumó el fenó-
misión pedagógica alemana en 1872. Ya en el método de "las lecciones meno de! surgimiento de los jóvenes en el escenario social del último
de cosas", una de las expresiones didácticas empleadas en la educación siglo. Como los niños, la definición de la juventud se ha hecho entonces
lancasteriana, se mostraban los principios sensualistas en los cuales el a partir de consideraciones en las que los jóvenes aparecen influenciados
cuerpo del niño revelaba su constitución sensorial, esa faceta menos por el crecimiento, por cambios hormonales que afectan su estabilidad
asible pero tanto más inquietante por ser el nacedero de la inteligencia emocional y por la regulación de la vida sexual. Al mismo tiempo, du-
racional (Pedraza 1996: 272-301). rante la juventud las personas alcanzan una madurez que hace posible
La escuela tuvo desde entonces, además de la ardua tarea de in- el pleno desarrollo de sus capacidades intelectuales. La particularidad
culcar disciplina y sustraer al niño de la producción y del juego, la de de los jóvenes cobró fuerza en la medida en que los conocimientos de
proponer actividades "más" pedagógicas, es decir, estimulantes de la la endocrinología encontraron, en 1905, que sustancias bioquímicas
percepción sensorial, capaces de atraer la curiosidad y el interés del niño, como las hormonas afectan de una manera nueva el comportamiento
de comprometer su pensamiento concreto y esforzar sus capacidades de humano. La endocrinología propone explicaciones que no se fundan
observación e imitación, así como de emplear activamente su vitalidad. en la constitución anatómica de! organismo, sino en la fisiología de un

228 I 122'
Cuerp os Anómalos I ZANDRA PEDRAZA GÓMEZ
Al borde de la razón: sobre la anormalidad corporal de niños J mujeres

cuerpo bioquímico cuyos cambios tienen enormes consecuencias para La fijación de una norma humana es un recurso propio de la antro-
e! comportamiento, que en buena medida hace prácticamente imposi- pología de la modernidad que, con base en concepciones anatómicas y
ble e! domino de la razón y de la voluntad sobre sus designios. Este es e!
fisiológicas del cuerpo, actualizó un catálogo de capacidades e incapaci-
dominio corporal para pensar la adolescencia y sobre él han proliferado dades naturales que sirvieron hasta mediados del siglo XX para regular
las formas de intervención y regulación de la vida de los jóvenes. en Colombia, corno en muchos lugares de! mundo, los derechos civiles y
Vimos que la diferencia de los niños no se alimentó de la imagen políticos de mujeres, niños y jóvenes. A medida que los contratos socia-
anatómica y fisiológica sino de la preocupación por su desarrollo men- les han adoptado los avances de las diversas generaciones de los derechos
tal, traducido en lo que e! niño hace, en su conducta. Este factor hizo surgidos en buena parte de los conocimientos científicos del cuerpo, se
que la concepción moderna de la infancia se expresara también corpo- ha transformado la noción de humanidad y anthropos ha dejado de limi-
ralmente. No obstante, e! sentido de la condición de los niños no se tarse a la idea de! Hombre (Rabinow 2003). Entre la Declaración de los
derivaría de la anormalidad de sus órganos, sino de un comportamiento Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), la Declaración Universal
que de forma constante se corrige, sanciona e interpreta para que deven- de los Derechos Humanos (1948), la Declaración de los Derechos del Niño
ga razón adulta. (1959), la Declaración de Eliminación de la Discriminación contra la Mu-
Para las mujeres, la fisiología moral estableció una relación directa jer (1967) y, finalmente, la Convención Internacional de los Derechos de!
entre el cuerpo anatómico y su constitución emocional y mental. En Niño (1989), la cuestión acerca de las habilidades humanas se ha trans-
ellas e! efecto de los órganos, específicamente de! útero, se hizo irreme- formado. Debates actuales como los que se libran en torno de! cuerpo
diable. La representación visual de! útero y de su funcionamiento reno- de la mujer, la contracepción y e! abono, la participación infantil o el
vó la concepción humoral del cuerpo de la mujer al puma que terminó derecho de los niños a la autonomía y al trabajo, indican que a menudo
por afectar la experiencia misma de! cuerpo femenino. El esquema cor- se protege la maternidad, no a las mujeres, se protege la noción moderna
poral y la imagen corporal quedaron limitados por una educación que de infancia y no e! presente de los niños.
restringió las posibilidades humanas de las mujeres a la maternidad. Los principios que ordenan la normalidad han cambiado en las
Este vínculo entre los órganos, la constitución física y las capacidades, últimas décadas. El conocimiento acerca de las capacidades humanas
cimentó un fuerte argumento para organizar la experiencia corporal de y sus múltiples facetas ha permitido que la educación, en general, y en
las mujeres a través de! conjunto de actividades que la fisiología moral particular la de las mujeres y los niños, ofrezca un amplio abanico de
y la educación estipularon y mediante las cuales se excluyó su partici- posibilidades. Pero e! conocimiento científico sobre e! cuerpo también
pación social. ha permitido modificar sus aptitudes y apariencia y ha penetrado hasta
Tanto en e! caso de los niños como en el de las mujeres, la cons- las dimensiones genéticas para conocer e intervenir en una nueva di-
trucción de una diferencia que los subordina a la anormalidad, muestra mensión de la naturaleza del cuerpo. Estos nuevos mapas del cuerpo
que el ejercicio de discriminar grupos sociales no es un fenómeno que la también sirven para imaginar nuevas posibilidades para la condición
ideología de la modernidad haya reservado exclusivamente para pobla- humana y en su uso anida e! riesgo de instaurar o renovar diferencias y
ciones distintas de las europeas. Por e! contrario, en los dos casos estu- anormalidades como las que acuñaron e! cuerpo moderno.
diados, es posible encontrar que e! surgimiento de disciplinas médicas
especializadas en determinadas poblaciones como son la pediatría y la
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Sexuality and Society in the Nineteentb Century. Berkeley/Los Angeles/ obligatoria para todo ciudadano. Se analiza la vacunación como una in-
London: University of California Press, pp. 42-82. tervención en e! cuerpo dirigida a la prevención de la enfermedad ya la
protección de la población, mientras que la higiene estaba encaminada a
Serrano, Domingo (1889):Fisiología de la mujer. Paris: Garnier Hermanos.
disciplinar los cuerpos ya modificar sus hábitos públicos y privados. La
Varela, Julia (1997): Nacimiento de la mujer burguesa. Madrid: La Piqueta. vacunación no se dirige al cuerpo individual anómalo, sino a la pobla-
Vargas, Jorge (1845): Programa pam la enseñanza de la hijiene en ÚlS universi- ción en su conjunto, es una técnica de corrección del cuerpo colectivo,
entendido éste como cuerpo anómalo dado que en su interior ocurren
dades de la Reptíblica, [armado por el DI'. Jorge Vargas, i aprobado por la
epidemias de viruela. La vacunación deja de ser un acto ilustrado de ca-
Dirección General de Instrucción Pública .. Bogotá: Imprenta de Nicolás ridad y se convierte en un mandato estatal cuando elite colombiana se
Górnez. empeña en un proyecto civilizador que requiere normalizar a la pobla-
Vertinsky, Patricia (1988): "Escape from Freedom: G. Stanley Hall's Totalita- ción por medio de la vacuna para disponer de un cuerpo colectivo sano,
dispuesto a trabajar y a hacer realidad la incorporación de! país a las redes
rian Views on Female Health and Physical Education", En: The Interna-
de comercio internacional.
tional Iournal o/the History of Sport 5, 1, pp. 69-95.
Palabras clave: Vacuna, viruela, cuerpo social, historia de Colombia
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and rhe
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gramas del Ministerio de Educación Nacional. Bogotá: Imprenta del De-
partamento.
Profesora Asociada del Departamento de Historia, Universidad Nacional de
Colombia, sede Bogotá. Correo electrónico: dobregonrS'unal.edu.co

234 I I 235
Cuerpos An6malos I DIANA OBREGÓN ToRRES Corregir el cuerpo social: uacunacián antivariálica e higiene en Colombia, 1840-1922

Abstract: In rhis chaprcr 1 analyze rhe difficulries of smallpox vaccination


ción hasta la erradicación, susceptible de ser imitado para otras dolen-
in Colombia berween 1840 and 1922, and che slow transition of vacci-
nation from an occasional practice ineo one made compulsory by law. 1 cias (Moulin 1995: 8-9; Anderson 2007: 4-5). Según un conocimiento
examine vaccination as an imerveneion aimed at prevenring discase and empírico de vieja data, quien sobrevivía a la viruela no sufría de nuevo
protecring rhe population frorn epidemics, while hygienic norms inren- la enfermedad. Por ello, una antigua prevención conocida en numero-
ded to discipline individual, and change rheir public and privare habirs.
sas culturas era la inoculación directa de material varioloso tomado de
The objecr of vaccinarion was not the individual anornalous body, bur
rhe enrire population. le aimed at correcting rhe collective body, which las pústulas para provocar una forma atenuada de la enfermedad. Esta
was underscood as anomalous because of the cominuing ourbreaks of práctica fue reemplazada a finales del siglo XVIII, a raíz de los traba-
srnallpox epidemics. In che 19th ceneury, vaccinacion was usually pracri- jos del médico inglés Edward [en ner (1749-1823), por la vacunación
ced when epidemics scruck rhe populacion, bur in the early zo- cenrury
vaccinarion bccame vical for rhe country's participacion in networks of
o inoculación del virus del cozupox tomado de las ubres de las vacas
inrernarional rrade. In che 19th century, vaccinarion was usually pracri- (Fenner 1988: 246-261, Hopkins 2002: 77-81). La vacuna dejaba una
ced when epidernics srruck che popularion, bur in rhe early 20th cemllry inscripción indeleble sobre el cuerpo y actuaba como memoria interna
vaccinacion beca me viral for the counrry's parricipation in nerworks of (Moulin 1995: 27). La cicatriz visible en la piel de quien había sido
imernacional rrade. As (he Colombian elite soughr to civilizo and modcr-
nize rhcir socicry, vaccination stopped being an enlightened charirable
vacunado revelaba el poder inmunizador del virus, así como las mar-
act and became mandatory for every cirizen. cas en el rostro de quien había resistido a la infección. La vacunación
Key Words: vaccinarion, smallpox, social body, colombian h istory XIX-
estaba orientada a proteger al cuerpo social, como quedaría posterior-
XX. mente plasmado en el principio epidemiológico llamado herd immuni-
ty, en e! cual se basó la erradicación mundial de la viruela anunciada
al mundo por la Organización Mundial de la Salud en 1980: bastaba
un porcentaje de vacunación del 80% para que en una comunidad se
INTRODUCCIÓN
rompiera la cadena de transmisión (Fenner 1993: 409).
Quienes se interesan por la biopolítica y el aumento creciente de! poder En este trabajo me centraré en las vicisitudes de la vacunación
de los expertos en e! siglo XIX han estudiado los casos de la lepra, la antivariólica en Colombia, donde las epidemias de viruela daban lugar
sífilis, el alcoholismo y la tuberculosis porque ellos muestran, de mane- a una serie de acciones de tipo público tales como creación de juntas
ra paradigmática, que los intentos de controlar la expansión de dichas de sanidad, construcción de hospitales, aislamiento de enfermos, di-
dolencias resultaron en e! incremento de! control social y disciplinario fusión de reglas de higiene y vacunación, que muestran continuidad
de la población por parte de! Estado (Sánchez Moncada 1998, Pedra- con la política ilustrada del siglo XVIII. El aislamiento de los uariolo-
za Gómez 1999, Obregón Torres 2002, Obregón 2002, Restrepo Zea sos se hada en hospitales especiales donde los enfermos se curaban o
2002, Noguera 2003). En efecto, leprosos, prostitutas y pobres fueron sucumbían rápidamente. Sin embargo, la enfermedad no generó prác-
estigmatizados, perseguidos y segregados por no obedecer al nuevo ideal ticas de discriminación de un determinado grupo social y la riqueza
de sujeto que forjó la modernidad. Sus cuerpos enfermos se entendían semántica de los discursos sobre esta afección fue considerablemente
como cuerpos anómalos que debían ser normalizados (en e! caso de si- menor comparada con los dedicados a la lepra, la sífilis, el alcoholismo
filíticos, alcohólicos y tuberculosos) o excluidos (en e! caso de leprosos y o la tuberculosis. Es probable que ello contribuya a explicar por qué
de prostitutas, señaladas como portadoras indefectibles de la sífilis). la viruela no ha despertado el mismo interés analítico que esas en-
La historia de la viruela resulta diferente en muchos sentidos. Su fermedades, excepto para el siglo XVIII, cuando la política ilustrada
carácter evidentemente contagioso y la existencia de un medio bioló- sentó las bases del principio de proteger la salud de la población como
gico para prevenida confirieron a la viruela un lugar histórico especial un deber estatal (Silva 1992, Frías Núñez 1922, Rodríguez González
y por ello ha sido calificada de "modelo regio", que va desde la preven- 1999, Castro-Gómez 2004).

236 I I 23"
Cuerpos Anomatos I DIANA OOREGÓN TORRES Corregir el cuerpo social: uacunacián antivariólica e higiene en Colombia, 1840-1922

La existencia misma de una vacuna que era efectiva, barata y re- 1988). Más bien, las polémicas giraron en torno a la calidad de la va-
lativamente fácil de aplicar, hacía anormal la recurrencia de epidemias cuna, a la escasez de la misma y a los métodos utilizados. Sin embargo,
de viruela en una sociedad que se pretendía civilizada o en proceso de a veces ocurrían graves incidentes que ocasionaban alarma entre la po-
civilización. A diferencia de otras enfermedades, donde lo anómalo era blación; por ejemplo, durante la epidemia de viruela de 1840~1841, en
el ctterpo individuaL, en el caso de la viruela la anomalía residía sobre plena guerra de los Supremos (1839-1842), se utilizó como vacuna un
todo en el conjunto del cuerpo sociaL. Por ello, éste debía normalizar- material identificado como "granos venéreos" que produjeron numero-
se haciendo la vacunación obligacoria. La tecnología de corrección era sos infectados con "gálico" (enfermedad venérea) y "lazarino" (lepra).
esencialmente preventiva: se trataba de normalizar, a quienes estaban Al atribuir a la vacuna e! contagio de dolencias tan temidas como la
sanos, aplicándoles la vacuna para evitar su enfermedad y, en lo posible, lepra y las enfermedades venéreas, la vacunación se hizo impopular, lo
garantizar e! buen funcionamiento de la sociedad. Para los enfermos cual motivó al médico Felipe Salas, conservador de! depósito de vacuna
no había corrección posible, excepto el aislamienco: la vacuna en su de Bogotá, a escribir una memoria dirigida a "los padres de familia de
caso no servía para nada. Se les aislaba para evitar la propagación del la clase oscura" con e! fin de despejar sus dudas sobre la bondad y el
contagio y así conservar sano el cuerpo social. Sin embargo, hay una poder preservativo de la vacuna, e instruirlos para distinguir la vacuna
suerte de paradoja: la vacunación, reconocida de manera explícita por verdadera de la falsa. Pero ¿cuál era e! significado de "clase oscura"? ¿Se
los poderes civil y eclesiástico como una forma eficaz de prevención, refería a que el pueblo carecía de luces sobre asunco tan delicado? ¿O
sólo se convirtió en ley en 1922. La vacunación ha sido entendida como quizás al color de la pie! de aquellos a quienes iba dirigida? Salas no lo
uno de los rasgos más inrervencionisras de la medicina de Esrado pero, aclaró pero, aún así, el escrito fue publicado y distribuido por el gobier-
al mismo tiempo, ha sido reconocida la actitud arnbivalente y dudosa de no central a cada uno de los gobernadores de las provincias con la ins-
éste cuando se trata de extender masivamente la vacunación ya sea por trucción explícita de que fuese entregado a sus sucesores para garantizar
dificultades técnicas, administrativas, financieras o políticas (Anderson su difusión (Salas 1843: 3-7).
2007: 4; Arnold 1993: 121). Ése fue e! caso en Colombia. En tiempos Por ocasionales declaraciones de los médicos se puede inferir la
de epidemia las cifras de vacunados aumentaban de manera significa- existencia, latente durante todo el periodo, de incertidumbres y sospe-
tiva, mientras que en tiempos de calma prevalecía un interés más bien chas sobre la vacuna aunque éstas nunca alcanzaron a configurar una
retórico en extender la vacuna. El cuerpo social no logró ser normaliza- oposición sólida. Por ello, vale la pena detenerse en la memoria de Salas
do en e! periodo considerado (1840-1922), lo cual señala los límites de que resume los argumentos contra la vacunación que fueron habituales
las políticas de regularización en América Latina, como en la India y en durante todo el siglo XIX e incluso a comienzos de! XX. Un clamor
Filipinas bajo administraciones coloniales. constante, no en contra de la vacuna sino cuestionando su calidad,
consistía en afirmar que debido a sus transmisiones sucesivas e! virus
vacuno no era tan eficaz como el que habían introducido los españoles
1. DE CÓMO INSTRUIR A "LA CLASE OSCURA" en 1804. A ello enfrentaba Salas la autoridad de "la observación y ex-
En Colombia, en la segunda mitad de! siglo XIX y comienzos de! XX periencia de más de cuarenta años" y la evidencia matemática de que
hubo prácticamente consenso acerca de que la vacuna era e! único pre- la vacuna protegía contra el contagio de la viruela. Aún en ausencia
servativo contra la viruela. En los archivos consultados no existe rastro de estadísticas, Salas había observado que los atacados en la epidemia
de movimientos populares al estilo de la revuelta contra la vacuna que de 1840-1841 estaban entre los no vacunados, lo cual era prueba de la
se produjo en Rio de Janeiro en 1904 (Meade 1986), ni de asociaciones eficacia del Buido. La tesis neo-hipocratica de que la viruela era una
o individuos que militaran contra la vacunación en forma organizada enfermedad natural que no se debía impedir porque ayudaba a purgar
y argumentada, como ocurrió en la Inglaterra victoriana (Porter/Porrer el cuerpo de los malos humores, simplemente merecía a Salas e! califica-

238 I I 239
Cuerpos Anómalos I DIANA OBREGÓN TORRES
Corregir el cuerpo social: vacunacián anriuariélica e higiene en Colombia, 1840-1922

tivo de "vocinglería" ya que según él todas las enfermedades atentaban demia de 1840-1841 como una consecuencia de la guerra de los Supre-
contra la naturaleza humana, trastornaban e! ejercicio natural de sus mos, dado que la viruela se propagó por toda la república y se entendió
funciones o aniquilaban la vida (Salas 1843: 5-7). como uno de los males difundidos por la guerra (Domínguez 1841: 3).
Sabios eminentes como e! filósofo alemán Immanue! Kant (1724- En efecto, el contagio parece haberse extendido con e! movimiento de
1804) calificaron la vacunación como "bestialización" de la humani- tropas desde Popayán y Pasto hasta Bogotá, Socorro y Pamplona (Pala-
dad por introducir en el cuerpo una sustancia animal (Moulin 1991: cios/Safford 2002: 307). La centralización de la conservación del virus
40). Muchos repitieron esta idea en aras de defender la antigua prác- en manos de! ejecutivo tenía como objetivo, además de propagar una
tica de la inoculación de la viruela como un método más conveniente. vacuna con fiable, contrarrestar la supremacía de los caudillos locales
Frente a ello, Salas exponía los argumenws conocidos desde Jenner: responsables de la sublevación y extender las redes de gobierno al con-
con la inoculación se introducía en e! cuerpo la viruela misma, sin que centrar el nombramiento de vacunadores en personas confiables desde
fuera posible graduar su fuerza, con lo cual se corría e! riesgo de conta- el punto de vista de! poder en Bogotá.
giar la enfermedad y hasta producir una epidemia, cosa que no ocurría En 1844, e! presidente Pedro Alcántara Herrán (1800-1872) pro-
con la vacuna que producía una dolencia menor que no se comagiaba dujo un detallado reglamento para la vacuna: definió a Bogotá, Carta-
a otros y permitía adquirir inmunidad a la viruela. El argumento de gena y Pasto como puntos de depósito y estableció que los consejos de
la "besrialización" quedaba desvirtuado con la simple referencia a los las facultades de medicina de las dos primeras ciudades inspecciona-
alimentos de origen animal tan comunes en la dieta humana. Salas rían la calidad de la misma. Que e! gobierno tenía otros motivos más
concluía alemanda a los padres de famil ia para que librasen a sus hijos allá de la propagación de la vacuna, queda claro cuando se lee que los
de la "rabia de la viruela" vacunándolos a tiempo y así habrían cumpli- vacunadores debían observar e! estado en que se hallaban "la escuela
do con una gran parte de sus deberes para con Dios y con la sociedad parroquial, los caminos y los diferentes ramos de policía en cada distri-
(Salas 1843: 7-8, 21). to, y dirigir a la Gobernación frecuentes informes sobre estos objetos"
(Nueva Granada 1843-1844: 9). En un intento por hacer funcionarios
de los vacunadores, se les recomendaba tratar de manera impecable al
2. VIRUELA, GUERRA Y GOBIERNO
público -para que se dejara vacunar- y a las autoridades locales para
En realidad la vacunación era un deber moral, no una obligación civil, evitar las suspicacias que siempre despertaba todo lo que provenía del
puesto que era voluntaria. Una ley de 1841 sobre policía general (que gobierno central. Sorprende la designación de Pasto como punto de de-
se entendía con todos los asuntos de! orden material en las ciudades y pósito, ciudad sin centros de estudios médicos, en lugar de Popayán con
de la conducta pública de los individuos, incluida la observancia de las su tradición colonial y su escuela de medicina, pero quizás se explica
reglas de higiene) establecía que en cada provincia debía haber uno o por haber sido en Pasto donde se inició la rebelión armada en 183~. Un
más vacunadores pagados de rentas provinciales y nombrados por e! decreto ejecutivo de 1847 restablecería a Popayán como lugar de acopio
gobernador, quien era e! encargado del cuidado de la salud pública. El de la vacuna (Colombia 1928: 466). El reglamento de 1844 también
deber de los vacunadores era conservar el pus vacuno y distribuido en asignaba funciones explícitas a los párrocos, quienes debían usar su in-
todos los distritos parroquiales (Colombia 1927: 233-234). Pero otra ley fluencia para persuadir a los vecinos de la conveniencia de la vacunación
expedida por el Congreso de la república en 1843 centralizó en e! poder y disipar sus temores debidos al funesto suceso de! virus contaminador
ejecutivo nacional todo lo relacionado con la adquisición, conservación en la reciente epidemia (Nueva Granada 1843-1844: 2-9).
y propagación de! virus vacuno y derogó la facultad que tenían las Cá- La Iglesia católica, una institución tan influyente en la vida cultu-
maras provinciales para nombrar vacunadores y fijarles sueldo (Nueva ral y política del país, ayudó en la causa de l~ vacunación prometiendo
Granada 1843-1844: 2). Esta norma fue tanto una respuesta a la epi- ascensos en la carrera eclesiástica a los sacerdotes que la apoyaran. Ma-

240 I
Cuerpos A1I6111alos I DIANA OBREGON TORRES
Corregir el cuerpo social: vacunación antivariólica e higiene en Colombia, 1840-1922

nue! José Mosquera, arzobispo de Bogotá, envió en septiembre de 1844 sas de las epidemias y guiado para su prevención y curación, considera-
una circular a todos los curas párrocos en donde recordaba las doloro- ba que la mayoría de las enfermedades tenían su origen en la alteración
sas impresiones que había dejado la epidemia de 1840-1841 y razonaba de la atmósfera local por los miasmas, gases o fluidos en descomposi-
sobre la conveniencia de una acción simultánea de las autoridades y la ción. En cambio la viruela era, para los facultativos, una enfermedad
población para enfrenrar una próxima calamidad. También recordaba a contagiosa que provenía del Viejo Mundo. Aunque aseguraban que su
los clérigos la colaboración que e! gobierno exigía de ellos, lo cual esta- aparición no tenía que ver con la atmósfera local, consideraban que
ba conforme con el ministerio pastoral: "el bien espiritual y temporal" también en este caso los focos de infección que producían los miasmas
de los feligreses imponía el deber de ayudar "a salvar millares de vidas contribuían a esparcir e! contagio. De ahí que una manera de prevenir
amenazadas de muerte cierta en las apariciones periódicas de la viruela". las epidemias, incluida la de viruela, era mantener la pureza del aire y
El arzobispo no dudaba en calificar la vacunación como una empresa del agua, eliminar los malos olores y las aguas putrefactas, recoger de las
"propia del espíritu del cristianismo" pero, por si quedara alguna duda, calles inmundicias, cadáveres animales y teda clase de despojos, en una
remataba la circular mencionando la "muy particular recomendación palabra, mantener una estricta limpieza especialmente en las ciudades
en su carrera" que recibirían los párrocos que cooperaran con ella (Nue- para evitar las "emanaciones mefíticas" producidas por la aglomeración
va Granada 1843-1844: 17-18). de los cuerpos (Facultad de Medicina 1831: 5, 15-16,44).
El decreto de 1847 que reglamentó una vez más la vacunación, creó Por ello, ante las numerosas epidemias de viruela que se presentaron
una Sociedad central de propagación de vacuna para "extirpar los errores en el territorio nacional, se combinaban los llamados a la vacunación y
vulgares" que circulaban sobre la misma; el reglamento de la Sociedad, al aislamiento de enfermos con las disposiciones higiénicas que servían
escrito por el abogado y político Manuel Ancízar (1812-1882), incluía más para disciplinar los cuerpos}' las poblaciones que para evitar la pe-
dos premios anuales en dinero para el vacunador ambulante que mayor nosa experiencia del contagio. Las juntas de sanidad, los hospitales y las
número de personas hubiese vacunado exitosarnente (Colombia 1928: oficinas de vacunación solían desrnantelarse una vez superada la emer-
466,471). Los miembros más notables de la elite deseaban participar en gencia, pues se entendían como instituciones provisionales e innecesa-
una empresa que aumenraba su reputación como hombres ilustrados y rias ante las constantes dificultades fiscales. En 1875, ante e! temor de
protectores de! bien público. Con todo, los gobiernos liberales posterio- que Bogotá pudiera ser invadida por la epidemia de viruela reinante en
res responsabilizaron a estas normas centralizadoras de la pérdida de la el sur del país, el alcalde decretó una serie de medidas sobre aseo de las
vacuna que sólo fue recuperada por medio de una recompensa ofrecida casas y las calles, sobre desagües, caños y cloacas, y sobre inmundicias
públicamente (Mendoza 1852: 6). En contraste, la constitución liberal y materias orgánicas en descomposición, tendientes a eliminar aguas
de 1863, al reconocer ampliamente las garantías individuales, dejó los estancadas y focos de infección. El cumplimiento de estas disposiciones
temas de policía -que comprendían seguridad, salubridad y ornato- a era perentorio, so pena de multas y arrestos (Cundinamarca 1875: .51).
cargo de las municipalidades; con ello se redujo considerablemente el Una junta de sanidad nombrada por la municipalidad hizo obligatoria
papel del gobierno central en la regulación de cuestiones de salud públi- la vacunación y estableció cuatro oficinas para ello, aunque no determi-
ca, pero e! poder ejecutivo de cada estado mantuvo algunas prerrogati- nó de qué manera se haría cumplir la medida, ni señaló penas para los
vas en caso de epidemia (Conto 1865: 15). infractores (Cundinamarca 1875a: 56). Una norma más detallada ex-
pedida por el Director general de instrucción pública primaria creó en
Bogotá una oficina central de vacunación para las escuelas públicas, a la
3. VACUNACIÓN, HIGIENE Y AISLAMIENTO cual sin embargo podían acudir también los particulares para ser vacu-
La Facultad de Medicina de Bogotá que, hasta su virtual desaparición a nados (Colombia 1875: 73-74). Medidas semejantes dictó una junta de
mediados del siglo XIX, tenía la función de explicar al público las cau- sanidad en Tunja en 1882 frente a la amenaza de una epidemia (Carva-

242 I I 243
Cuerpos Anómalos I DIANA ÜBREGÓN TORRES Corregir el merpo social: uacunacián antiuariálica e higiene en Colombia, 1840-1322

jal Estupiñán 2002: 142-143) yel alcalde de Barbacoas en 1894 ante la aquellos que llevaran al retén a quienes se encontraran defecando en las
presencia de casos de viruela en la ciudad (Barbacoas 1894: 59). calles. Junto a estas normas orientadas a corregir los "malos hábitos" de
Ya sea que las medidas en Bogotá hayan sido efectivas o por cual- los asociados, se daba un plazo máximo de ocho días para que los jefes
quier otra razón, lo cierto es que en ese momento la viruela no adqui- de familia hicieran vacunar a sus dependientes, incluida la servidumbre,
rió carácter epidémico en la ciudad como lo haría seis años más tarde, pues de lo contrario serían obligados a hacerla por la fuerza, además de
cuando en julio de 1881 unos pocos casos se convirtieron en epidemia pagar una multa de uno a diez pesos (Bogotá 1886: 1243).
general. El gobierno convocó a una Junta central de sanidad y creó un Hacia finales de! siglo XIX, a la luz de las nuevas teorías bacte-
hospital en Los Alisos, al suroeste de la ciudad, y una oficina de vacuna- riológicas, los médicos empezaron a descartar la idea de que e! germen
ción bajo la dirección de un médico y de dos estudiantes de medicina del contagio de la viruela se encontrara en la atmósfera mezclado con
encargados de vacunar a domicilio y de recoger estadísticas de vacuna- e! aire y comenzaron a dar más importancia a la desinfección que a los
ción (Ibáñez 1968: 152-153). En 1883 la viruela diezmó de nuevo a la preceptos higiénicos generales, entendiendo que el contagio se producía
población; el alcalde nombró al Director de obras públicas Inspector de a través de! contacto con los enfermos y e! personal hospitalario (Gómez
salubridad de la ciudad, con poder para tomar todas las decisiones que 1899: 439-440). Sin embargo, esta nueva higiene conservó muchos de
creyera oportunas para evitar la extensión de! contagio, incluyendo e! los supuestos de la anterior (Faure 2005: 47) y las disposiciones enfo-
uso de la fuerza si fuere necesario para vacunar a quienes se negaban a cadas a "civilizar" el comportamiento urbano se siguieron emitiendo
hacerla voluntariamente y la imposición de penas a quienes violaran las hasta bien entrado el siglo XXi ejemplo de ello fueron los numerosos
leyes de aseo y salubridad. Los habitantes quedaban notificados de que mandatos higiénicos expedidos por la Comisión Sanitaria Municipal
debían mantener en perfecto estado de limpieza el interior y e! exterior de Mede!lín a partir de 1914 (Márquez Valderrama/García 2006: 20-
de sus casas y tiendas, y diez miembros del cuerpo de policía estarían 21). Era claro para e! conocimiento de la época que la viruela era una
destinados diariamente para supervisar e! aseo de los barrios y evitar que enfermedad contagiosa para cuya prevención poco o nada significaban
se arrojaran basuras e inmundicias a las calles (Bogotá 1883a: 767). e! asco corporal y la limpieza doméstica pero, aun así, estas normas se-
El temor que producía la viruela en la población era utilizado para guían expidiéndose en cada epidemia.
imponer disposiciones higiénicas encaminadas a la reforma de las cos- El aislamiento en hospitales especiales, en cambio, tenia cierta
tumbres que de otra manera tendrían poco efecto. Enfermedades como eficacia y era muy diferente del acostumbrado para los leprosos y, en
el tifo, la fiebre tifoidea, el sarampión, la tos ferina y la angina diftérica, algunos casos, para los sifilíticos, Los médicos de los hospitales para vi-
junto con la viruela, se volvieron endémicas en Bogotá en las últimas rolentos registraban las cifras de los fallecidos y de quienes recuperaban
dos décadas del siglo XIX. Por ello, en 1886, e! alcalde ordenó visitas la salud. El aislamiento era temporal: los enfermos morían o se cura-
domiciliarias de los inspectores de policía al interior de las casas para ban en un tiempo relativamente rápido. Quienes sobrevivían, llevarían
verificar su limpieza y estableció una multa o su equivalente en arresto a irremediablemente en sus cuerpos, particularmente en sus rostros, las
quienes faltaren a las prescripciones sobre aseo. El mismo decreto ordenó marcas de la viruela, signo visible de la inmunidad adquirida que los
embaldosar las aceras, blanquear e! exterior de las habitaciones y recoger protegería para siempre de un nuevo ataque.
a todos los perros que se encontraran en las calles; prohibió llevar cabras El aislamiento de los leprosos tenía un carácter completamente di-
sueltas u otros animales "dañinos o feroces" por la ciudad, hacer fogatas ferente. No existía cura ni medida preventiva. El enfermo de lepra no
en las aceras, correr o transitar a caballo por calles y aceras, arrojar con moría: soportaba estoicamente la progresión de su enfermedad hasta la
violencia piedras, proyectiles u otros objetos, formar tumultos, desórde- posible pérdida de falanges, ceguera, parálisis o atrofia de cartílagos.
nes o juegos, dar limosnas y llevar armas; y estableció que los ebrios y La curación espontánea (detención del procesQ infeccioso) era factible
dementes serían detenidos y que habría una remuneración para todos pero, cuando ello ocurría, lo más probable era que el cuerpo ya presen-

244 I
Cuerpos Anomalos I DIANA OBREGÓN TORRES Corregir el cuerpo social: uacunacián antiuariálica e higiene en Colombia. 1840-1922

tara secuelas corporales que lo definían para siempre como leproso. Por dad Médica del Cauca asumió funciones de Junta de Higiene y de
ello, su aislamiento era indefinido, sin esperanza de volver al mundo de oficina de vacunación, el Ministerio de Gobierno acordó franquicia
"los vivos"; era un "muerto en vida" (Obregón Torres 2002: 37). El vi- telegráfica para facilitar las comunicaciones y, de manera espontánea,
rolento lo era sólo mientras duraba su enfermedad. Si sobrevivía dejaba algunos individuos ofrecieron gratuitamente al gobierno sus servicios
de ser virolento, aún a pesar de las cicatrices en el rostro. Una diferencia como vacunadores. En Bogotá se vacunaron 153 personas en una se-
crucial consistía en que el aislamiento de los enfermos de viruela se mana, frente a seis o siete que lo hacían en tiempos normales, y los
hacía en hospitales localizados en los centros urbanos; la segregación de estudiantes de escuelas y colegios fueron vacunados en turnos de diez
los leprosos se hacía en lazareros ubicados lo más lejos posible de las ciu- en diez para así conservar siempre la vacuna en brazo, que era el mé-
dades. Por ello, era exclusión más que aislamiento. En cuanto a la sífilis, todo utilizado para conservada y propagarla. La oficina de vacunación
un tipo de extrañamiento fue practicado, al parecer episódicamente a en Bogotá recibió numerosos pedidos de vacuna: del Inspector general
finales del siglo XIX, cuando prostitutas acusadas de contagiar la sífilis de Instrucción pública de Santander, para vacunar a doce mil jóve-
y otros males morales fueron expulsadas de Bogotá a los Llanos y de nes que concurrían a las escuelas de ese departamento; del Rector del
Medellín a colonias penales (Obregón 2002: 166). En algunos casos, el Seminario Conciliar de San José en Bogotá quien pedía placas para
ritual de expulsión incluía el corte del cabello -quizás como símbolo del vacunar a los seminaristas; y del médico de Agua de Dios quien nece-
anómalo cuerpo femenino que se concebía como propagador forzoso de sitaba vacunar a los habitantes de esa población, muchos de los cuales
la sífilis (Sánchez Moncada 1998: 156). eran enfermos de lepra. La oficina remitió vacunas a esa local idad y
también a Sogamoso, Purificación, La Mesa, Ubaté, Vélez, Socorro,
Zipaquirá, San Juan, Choachí, Facatativa, Cali, Popayán y Tunja, en-
4. VACUNA PARA LA CONSERVACIÓN DE LA NACIÓN
tre otras poblaciones (JCH 1891d: 206-214).
A causa de la inestabilidad política, la legislación sobre salubridad era La necesidad de una ley nacional que impusiera la vacunación a
un conjunto caótico y disperso de normas de difícil aplicación, expedi- todos los habitantes de la república empezaba a ser obvia para algunos.
das bajo regímenes políticos opuestos (Canto 1865: 15). A partir de la Aunque las autoridades políticas de Cundinamarca, Cauca y Boyacá
creación en 1886 de la Junta Central de Higiene (JCH) como una enti- atribuyeron la disminución de la mortalidad causada por la epidemia
dad más estable, estas disposiciones se fueron organizando y el control de 1857 a la oportuna propagación de la vacuna -comparada con la
de la viruela comenzó a tomar un carácter más permanente. La vacu- de 1840-1841 (Medina 1858: 232, Castro 1859: 28, Martínez Martín
nación empezó a figurar cada vez más en la congestionada agenda de la 2002: 51)-10 cierto es que sólo hasta 1859 Cundinamarca, a través de
Junta que organizó una oficina de vacunación más o menos duradera en su Código de Policía, hizo forzosa la vacunación para todos sus habi-
Bogotá y empezó a emitir reglamentos y a publicar folletos explicando tantes (Montaña/Montoya 1914: 363-364). Santander la declaró obli-
la utilidad de la vacuna (JCH 1891c: 184-185). Sin embargo, la argu- gatoria en 1869 (JCH 1891b: 166-168). En 1890 una ordenanza del
mentación sola no era suficiente, se requería la intervención explícita de Cauca estableció multas para los padres que no llevaran a sus hijos a
la autoridad civil para su propagación. Así lo manifestaba en mayo de vacunar y, en 1892, Bolívar declaró imperativa la vacunación para todos
1890 el vacunador oficial cuando informaba que la vacunación era cada los residentes de ese departamento (Cauca 1890: 433, Bolívar 1893:
día más difícil pues, en el mes de abril, se habían vacunado sólo seis ni- 34). En mayo de 1891, la Revista de Higiene, órgano oficial de la JCH,
ños en la capital (JCH 1890a: 9). Si las razones no eran suficientes para publicó un artículo de Nicolás Osorio titulado Vacunación obligatoria
convencer, la violencia de las epidemias lo hacía. donde explicaba que la vacuna era "necesaria para la conservación de
En marzo de 1891 la viruela invadió los departamentos de Cauca las naciones" y que en aquellas naciones de r~Ferencia obligada como
y Boyacá y se temía su expansión a otros departamentos. La Socie- Inglaterra, Alemania, Suecia y Finlandia, la vacuna era obligatoria y

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Cuerpos Andmalos I DIANA OBREGÓN TORRES Corregir el cuerpo social: vacunación nntivariálica e higiene en Colombia, 1840-1922

la viruela disminuía "en enormes proporciones". Afirmaba que en Co- Sin embargo, la JCH era una entidad débil, cuyas relaciones con
lombia sólo "reclutando, llevando a la geme por la fuerza, haciendo los diferentes ministerios eran ambiguas, y los gobiernos no estaban
una cacería verdadera", los vacunadores lograban conservar la vacuna dispuestos a comprometer sus escasos recursos para garamizar que la
en brazo, y clamaba al Congreso para que hiciera obligatoria la vacuna población se vacunara. Existía una preocupación mayor por vacunar
en toda la república dado que el interés general debía primar sobre la en aquellos lugares de concurrencia masiva como escuelas, cárceles,
libertad individual (JCH 1891a: 163-165). Al aprobar una ley de este hospitales, asilos y guarniciones militares, quizás para no repetir la
tipo, el cuerpo social y polírico se normalizaria como en las naciones experiencia de 1860 cuando la viruela causó numerosas muertes en los
consideradas civilizadas. hospitales de Bogotá (Resrrepo Zea 1997: 87). La movilización de tro-
Los decretos de los alcaldes resultaban más efectivos, quizás por el pas acarreaba consigo casi invariablemente el contagio de la viruela y
inminente peligro del contagio más que por temor a las sanciones. En el gobierno sabía que en cualquier momento podía estallar una guerra
noviembre de 1891, el alcalde de Bogotá decretó "obligatoria la vacuna- civil. Por ello, un contrato de vacunación estipulaba de manera explí-
ción para todos los habitantes del Municipio" y subió las multas para los cita que el vacunador se obligaba a "vacunar a todos los individuos
infractores hasta veinticinco pesos (Bogotá 1891: 3147), con lo cual la del Ejército estacionados en Bogotá" ya las tropas que llegaran de los
vacunación aumentó de 270 personas en noviembre a 904 en diciembre demás departamentos (JCH 1891g: 335). El control de las epidemias
(JCH 1892: 362 y 379). En el mes de agosto de 1892, ame la noticia en los lugares de trabajo también era decisivo. Por ejemplo, entre los
de la epidemia de viruela en el Tolima y Cundinamarca, se vacunaron obreros del Ferrocarril de Antioquia se presentaron 28 casos de viruela
1.299 personas frente a sólo 419 que lo habían hecho en julio del mis- y sólo tres defunciones entre 1897 y 1903; el aislamiento inmediato y
mo año (JCH 1892b: 10, 21). Un decreto de la alcaldía obligando a la la vacunación obligatoria impidieron que se convirtieran en epidemia
vacunación en 1896 hizo que en el mes de junio se vacunaran 24.013 (Restrcpo 2004: 71-72,109-110).
personas en Bogotá, para lo cual se nombraron más de cincuenta va- El apoyo de la Iglesia a la tarea gubernamental de inmunización
cunadores y se estableció un servicio especial de policía (Bogotá 1896: siguió siendo crucial especialmente porque, en ausencia del registro ci-
4018). De la misma manera, las visitas domiciliarias de la policía para vil, las autoridades dependían de las actas de bautismo que reposaban
verificar el aseo y exigir el certificado de vacunación tuvieron como en las parroquias. En 1890, ame la apatía de los habitantes, la JCH se
efecto el aumento de la misma (JCH 1892a: 399). dirigió al arzobispo con el fin de pedir la colaboración de los párrocos
Con todo, las cifras de personas que acudían voluntariamente a para que exhortaran a los fieles a que se vacunaran y para que suminis-
ser vacunadas seguían siendo bajas para la capital que tenía una pobla- traran al vacunador oficial los datos de los nacimientos en cada barrio
ción aproximada de 150.000 habitantes. Una ley que hiciera la vacuna- (JCH 1890: 539). Además de propagandistas de las bondades del "flui-
ción obligatoria era indispensable pues ésta era "la única profilaxia de do salvador", los clérigos también asumieron tareas de vacunación ellos
la viruela", reflexionaba el vacunador oficial Francisco A. Vélez, quien mismos, como lo revela la solicitud del cura párroco del Banco, en el
llevaba más de ocho años en el ejercicio de la vacunación; ésta debía departamento de Magdalena, e inspector local de Instrucción pública
practicarse en todo momento, no sólo en tiempo de epidemia, para po- del distrito quien, el 21 de octubre de 1893, escribía al Ministro de Ins-
der propagar el virus vacuno en forma calmada y evitar accidentes de trucción Pública suplicando que lo proveyeran de vacuna antivariólica
inoculación de otras enfermedades; durante las epidemias sucedía con para los niños, antes que "el día menos pensado se nos presente la peste,
frecuencia que al vacunar ya la persona estaba contagiada del virus de la la cual es prudente esperada prevenidos" (AGN 1893: 3-4); se refería a
viruela y por tanto la vacuna no lograba prevenir la enfermedad (Vélez la viruela que durante todo el siglo XIX fue denominada "peste" por su
1892: 471-472). carácter epidémico.

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Cuerpos Anántalos I DIANA OBREGÚN TORRES
Corregir el ctlerpo social: uacunacián antiuariáiica e higiene en Colombia. 1840-1922

El público solía acudir en masa a vacunarse ante el anuncio de pero quienes lo hicieran sin permiso incurrían en multa o arresto. Los
epidemia, pero en tiempos de calma se desentendía. En una nación de vacunadores no diplornados eran frecuentes tanto en los lugares donde
alta inestabilidad política por conflictos de poder entre las provincias. no había facultativos como en Bogotá. Entre 1895 y 1899 se hizo fa-
y el Estado central y donde las libertades individuales eran tema de moso en la capital un hacendado de nombre Andrés Borda que había
constante debate, es posible que el gobierno temiera que la vacunación aprendido la técnica de la vacunación en Europa, cultivaba vacuna en
obligatoria para todos los ciudadanos ofreciera un pretexto adicional de novillas de su propiedad, y vacunaba a domicilio 'a quienes podían pagar
rebelión. Además, con la debilidad de las instituciones gubernamentales y gratis a los pobres en su oficina (Gómez 1895: 401). Los vacunado res
y la carencia de recursos, resultaba muy difícil hacer cumplir una ley de debían llevar un registro con los siguientes datos: fecha de vacunación,
ese tipo. Por ello se prefirió la persuasión antes que la compulsión. Los nombre, edad, sexo, primera vez o revacunación, resultado de la misma,
gobiernos creían cumplir con su deber al divulgar folletos informativos procedimiento empleado y linfa usada; no podían rehusar la vacuna-
sobre la utilidad de la vacuna, que llegaban a la reducida población que ción, excepto cuando quien la solicitaba padecía enfermedad infecciosa,
sabía leer, lo demás quedaba al arbitrio individual. de la piel o del aparato respiratorio o intestinal; si se trataba de niños, si
estaban en período de dentición. Quienes causaran daño a los vacuna-
dos por no observar las reglas prescritas por la ]CH, estaban obligados
5. IGUALDAD BIOLÓGICA, DESIGUALDAD SOCIAL
a asistidos gratuitamente hasta que hubiesen recuperado la salud (JCH
En caso de epidemia, se nombraban vacunadores auxiliares que recorrían 1899b: 534-538). La vacunación era una práctica democrática: debía
las comarcas aplicando la vacuna; debían enseñar a otros la técnica y aplicarse a todos sin distinción de clase social y, de ser efectuada con
producir vacuna suficiente en brazos de niños recientemente vacunados cuidado, no requería preparación especial antes ni después del procedi-
para continuar su distribución. A estos niños se les llamaba "vacunífe- miento (Moulin 1992: 285).
ros" y, tanto ellos como sus padres, debían estar completamente sanos La vacuna ponía de presente la igualdad biológica de los cuerpos,
(JCH 1892b: 19-21, ]CH 1899b: 536). Además de la incorporación en no así su igualdad social. En 1899, el director de la oficina de vacuna-
el cuerpo de un material extraño, la vacunación introducía un elemento ción de Bogotá, Pedro María Ibáfiez, informaba a la Junta haber ob-
adicional de intervención: las normas definían una nueva obligación servado a 213 personas -"miembros de 29 familias honorables"- en las
para los padres de familia cuyos hijos hubieran sido vacunados, debían cuales la vacuna había producido "nítidos botones variolosos, de muy
presentarlos al octavo día de la vacunación con el fin de que el vacu- buena apariencia" y no habían ocurrido "complicaciones ni accidentes
nador examinara la linfa y la extrajera, en caso de considerarla de cali- infecciosos". Añadía que también había vacunado a cerca de mil indi-
dad suficiente para continuar la vacunación. La contravención de esta viduos pertenecientes a "las gentes del pueblo", pero en ellos no había
norma acarreaba multas que alcanzaban hasta cincuenta pesos (Bogotá podido "comprobar la nitidez de los botones" porque esas personas no
1891: 3147). Los médicos privados que ayudaran a vacunar no podían regresaban a la oficina para la observación del resultado. Sin embargo,
disponer de las pústulas que produjeran, éstas pertenecían al vacuna dar y esto es lo más interesante, encontraba natural que en ellos el resultado
oficial para la propagación metódica de la vacuna y para evitar que se hubiera sido igual "que en las personas de mejor posición social" (JCH
agotara (JCH 1939: 29). Ya no se trataba solamente de disciplinar los 1900: 76). Para Ibáñez la igualdad biológica era indiscutible, pero no
cuerpos a través de la higiene; ahora el Estado podía reclamar para sí el necesariamente la igualdad social. Las "familias honorables" eran su-
derecho a disponer de ellos en beneficio del cuerpo social. ficientemente ilustradas y responsables como para atender al requeri-
La vacunación oficial era gratis, pero los médicos vacunaban en miento de volver a los ocho días para la observación del resultado; las
sus consultorios a su clientela privada y cobraban por ello. Personas sin "gentes del pueblo" no lo hacían por irresponsabilidad o por ignorancia.
título de médico podían inmunizar con previa autorización de la ]CH, Ibáfiez, heredero de la Ilustración, concebía el cuerpo como un espacio

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Cuerpos Auornalos I DIANA OBREGÓN TORRES Corregir el cuerpo social: uacunacián antiuariálica e higiene en Colombia, 1840-1922

homogéneo en el cual la aplicación de las mismas fuerzas produciría los porque los Alisos era insuficiente; en ambos hospitales se registraron
mismos efectos, como en la mecánica clásica. Sin embargo, un vacuna- 1420 enfermos (Calderón Villamizar 1946: 17). La demanda de va-
dar experimentado como Francisco Vélez observaba que los períodos cuna se incrementó, e! gobierno dejó de pagar los sueldos y materiales
de incubación y de erupción variaban enormemente con los individuos de! Parque de Vacunación y las tropas provenientes de! norte ocuparon
(Vélez 1893: 138) como lo pondría de presente posteriormente la ge- sus instalaciones, pero aun así la producción continuó. Así lo recordaba
nérica con la noción de que cada persona posee una constitución y sus L1eras Parra: "Entre soldados, defendiendo de la rapiña de éstos hasta
reacciones inrnunitarias son individuales (Moulin 1995: 18,22). Las le- las puertas que las arrancaban para cocinar, se siguió produciendo la
yes de la genética y de la inmunología concebían los cuerpos como des- vacuna que necesitaban las autoridades sin desmayar un solo momento"
iguales; algunos eugenistas llevarían al extremo esa idea al considerar (Lleras 1939: 7).
indeseable la mezcla racial. Los higienisras, por el contrario, al afanarse La guerra dejó devastado al país, sus recursos económicos y huma-
por lograr la vacunación como ley universal, pretendían balancear las nos agotados. De poco servía que la vacuna fuese obligatoria en algunos
diferencias biológicas por medio de leyes humanas que tratasen a todos departamentos; no había manera de garantizar la vacunación. En 1904
con e! mismo rasero. había viruela en Bogotá, Santander, Tolima, Cauca y Valle del Cauca;
en 1911 era endémica en los pueblos del altiplano andino; y en 1914 se
extendía por Cundinamarca, Antioquia, Valle de! Cauca, Santander,
6. PARQUE DE VACUNACIÓN Y GUERRA Tolima y Boyad (AGN 1904: 12-39, L1inás 1911: 483, Montaña/Mon-
Con todo, no bastaba con aprobar leyes que ordenaran la vacunación toya 1914: 362). Aunque el Parque producía suficiente vacuna y los peli-
para todos, también era preciso garantizar e! suministro adecuado del vi- gros que acarreaba e! método de brazo a brazo habían desaparecido con
rus vacuno pues era claro que con e! método de brazo a brazo aquél sólo el empleo exclusivo de la vacuna animal, la vacunación seguía siendo un
se podía conservar en cantidades insignificantes (JCH 1899: 455-456). asunto esporádico. En 1911 en Bogotá estaba vacunado sólo e! 3% de
Además, el procedimiento brazo a brazo perdió su prestigio científico la población, mientras los poderes públicos se justificaban alegando la
por el peligro de transmisión de enfermedades (Bazin 2000: 122-123). penuria de! tesoro (Montafia/Montoya 1914: 365).
Por ello, y en medio de una serie de circunstancias técnicas y políticas La situación en otros municipios no era mejor, con el agravante
que no son materia de este trabajo, se creó e! Parque de Vacunación que de que las técnicas de vacunación eran, con frecuencia, inapropiadas.
comenzó a funcionar en Bogotá bajo la dirección del veterinario Jorge En 1910, el departamento de Cundinamarca contrató al médico Pablo
Lleras Parra en diciembre de 1897 (JCH 1899c: 591, 597). Allí se inició A. Llinás para que vacunara durante cuarenta días en los catorce mu-
el cultivo de! cowpox en animales con un ahorro del 90% respecto al nicipios de la provincia de Bogotá, con excepción de la capital. Llinás
precio por tubo en el mercado internacional. A partir de entonces, e! vacunó a 3186 personas en los días de mercado, de las cuales 740 habían
gobierno dispuso de cantidades suficientes de vacuna para inmunizar a sido previamente vacunadas sin efecto positivo, y se encontró con los
toda la población. mismos argumentos contra la vacuna descritos por Salas casi setenta
Sin embargo, en 1899, incluso antes de estallar la guerra de los Mil afios atrás. El público temía a la vacunación no solamente por creer que
Días (1899-1902), había viruela en Bolívar, Tolima y en toda la ribera transmitía sífilis, lepra o erisipelas sino, sobre todo, por experiencias
occidental de! río Magdalena hasta Barranquilla (JCH 1900: 81, 90- nefastas con los vacunadores. Quizás e! afán de divulgación y la insu-
92). La guerra agravó la situación y la epidemia se extendió a todo e! ficiencia de personal médico habían convertido la vacunación en un
país. Las tropas de! gobienw y las liberales fueron afectadas por igual asunto trivial que cualquiera podía realizar. Esta práctica estaba lejos de
(Castrillón Gallego 2006: 82). Fue tal e! número de enfermos en Bo- ser rnedicalizada ya que los médicos se interesaban poco en la medicina
gotá que, en 1900, fue preciso abrir un nuevo hospital en Tres esquinas preventiva. Los vacunado res inexpertos producían incisiones profundas

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Cuerpos Anómalos I DIANA OOREGON TORRES
Corregir el cuerpo social: uacunacián nntivariolica e higiene en Colombia, 1840-1922

en los dos brazos, con lo cual la sangre lavaba hacia afuera e! virus va- obstáculos para que la vacunación se extendiera era la viruela misma,
cuno e impedía que éste peiletraSe; pero aun si lograba "prender", e! in- que se había vuelto cada vez menos virulenta y cuya mortalidad era casi
dividuo así lesionado se encargaba de difundir su dolorosa experiencia, nula, como informaba García Medina en 1919 (García Medina 1919:
provocando que los demás se abstuvieran de vacunarse (Llinás 1911: 286). Entre 1911 y 1928 la mortalidad por viruela en e! hospital de Bo-
481-482). Quizás por razones semejantes, entre 1917 y 1920, los habi- gotá se calculaba en e! 2,1 %, mientras que en 1886 no bajaba de! 30%
tantes de los barrios alejados de! centro de Medellín y los obreros del (Calderón Villamizar 1946: 18). Esto contribuía a que disminuyera e!
Ferrocarril de Antioquia temían a la vacuna y huían de los vacunadores interés por la vacunación. Pero los higienistas disponían de otros argu-
(Márquez Valderrama/García 2006: 33-34, Restrepo 2004: 126). mentos: la enfermedad significaba pérdida de riqueza nacional, incapa-
cimba para trabajar y forzaba a los municipios a hacer gastos, mientras
el costo de la vacuna era mínimo. Con la vacuna producida por e! Par-
7. VIRUELA, CIVILIZACI6N y COMERCIO
que de Vacunación en diez años "se habría podido vacunar y revacunar
Desde 1902, Estados Unidos citó a los países americanos a una serie a todos los habitantes de Colombia y la viruela habría desaparecido por
de reuniones sobre e! tema sanitario cuyo objetivo era llegar a acuerdos completo" aseguraba García Medina; pero los alcaldes dejaban la vacu-
para comrolar la transmisión de enfermedades como e! cólera, la fiebre na en sus oficinas y "después de muchos meses, y aun de años (... ) en
amarilla, la peste y la fiebre tifoidea. La preocupación estadounidense presencia del peligro" hacían aplicar esa vacuna que ya había perdido su
era evitar la introducción de infecciones dentro de sus fronteras y, al potencia (García Medina 1919: 286-287).
mismo tiempo, garamizar el flujo de! creciente comercio con América En 1918, García Medina logró convertir la ]CH en un organismo
Latina. Desde la ]CH, Nicolás Osario y Pablo García Medina fueron 1\. centralizado más poderoso con el nombre de Dirección Nacional de
los principales promotores de la adopción de estos reglamentos inter- Higiene, a la cual estaba adscrita la vacunación, yen 1920 asistió a la
nacionales sobre cuarentena, saneamiento de los puercos y vacunación. Sexta Conferencia Sanitaria de Montevideo. Por primera vez Colom-
Para Colombia era imprescindible adherirse a estos acuerdos debido a bia enviaba a un funcionario a una convención de este tipo. García
la consolidación de la economía cafetera -que le permitió integrarse al Medina presentó un cuadro optimista del avance de la higiene pública
comercio mundial- y, sobre todo, a la relación económica, diplomática en el país y, al regresar, utilizó los compromisos ya adquiridos para
y cultural cada vez más fuerte con e! hegemónico Estados Unidos. Por hacer aprobar una medida que había enfrentado a médicos e higie-
ello, desde 1908 comenzó a suscribir las disposiciones de las conven- nistas durante décadas, la declaración obligatoria de las enfermedades
ciones sanitarias internacionales y luego panamericanas que recomen- infecciosas (Hernández/Obregón 2002: 43), y para convertir en ley la
daban a los gobiernos extender la vacunación antivariólica o hacerla vacunación antivariólica, En efecto, la ley 99 de 1922 la declaró obli-
obligatoria (Hernández/Obregón 2002: 35,38). gatoria para todos los habitantes de la república en el curso del primer
Los higienistas locales encontraron un gran aliado en estas conven- año de edad y la revacunaci6n a los once y a los 21 años. Los padres o
ciones que sugerían imponer la vacunación, entendida como un Índice tutores que no cumplieran la norma respecto de los menores tendrían
de progreso. Según ellos, se podía juzgar e! estado de civilización del penas dictadas por la Dirección de Higiene. Los establecimientos de
país por su mortalidad variólica (Montaña/Montoya 1914: 363-366). educación, cuarteles, asilos, hospitales, casas de salud, prisiones y fá-
En 1905 la ]CH aprobó un acuerdo que hacía necesaria la vacunación bricas exigirían el certificado de vacunación, y los directores que no
para ser matriculado en cualquier establecimiento educativo del país, y cumplieran esta disposición tendrían multas. Los municipios cuyas
en 1914 el Consejo Superior de Sanidad, que reemplazó brevemente a poblaciones fuesen de 10.000 habitantes o más estaban obligados a
la ]CH, acordó que la vacuna era obligatoria para todos los ciudadanos tener un vacunador oficial y, en caso de epidemia, todos los muni-
(García Medina 1920: 147-148, 215-219). Paradójicamente, uno de los cipios deberían tenerlo, Toda persona residente en Colombia estaba

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Cuerpos Anómalos I DIANA OBREGON TORRES
Corregir el cuerpo social: vacunación antiuariálica e higiene en Colombia, 1840-1322

obligada a suministrar a las autoridades sanitarias la información


el interés de las autoridades en extender la vacunación en tiempos de
se requería para la estadística demográfica y sanitaria de la república:
calma fue escaso, a pesar de su conocimiento explícito acerca de la pro-
Los médicos estaban obligados a denunciar las enfermedades infec-
tección que brindaba, todo ello agravado por las dificultades técnicas de
tocontagiosas, entre ellas la viruela, a más tardar 24 horas después
su conservación y distribución,
del diagnóstico, y los médicos de sanidad de los puertos exigirían a
A partir de la creación de la JCH en 1886 los higienistas hicieron
todo pasajero el certificado de vacunación o revacunación antivarióli-
suya la tarea de la vacunación como un deber de Estado y, a partir de
ca (Colombia 1937: 5-10),
1897 con la fundación del Parque de Vacunación, dispusieron de sufi-
Con todo, la distancia entre la racionalidad de los enunciados le-
ciente virus vacuno cultivado en animales para efectuar esa tarea, Sin
gales y la realidad de la vacunación, siguió siendo considerable, Como
embargo, la debilidad de las instituciones, la inestabilidad política, la
era de esperar, la vacunación se activó en los puerros marítimos y en
precariedad financiera e incluso la atenuación de la virulencia misma
las localidades cercanas a ellos de manera que, en 1924, había virue-
de las epidemias (que hizo menos temida la enfermedad y por tanto
la en todos los departamentos excepto en los puertos (Garcia Medina
menos urgente la vacuna) hicieron que los resultados de tal propósito
1924:13), Era evidente que la máxima preocupación de los gobiernos
fuesen parciales, La vacunación no se hizo obligatoria por la fragilidad
era mantener las patentes de sanidad para facilitar el comercio, Desde
de los poderes públicos más que por la convicción de proteger las liber-
1909 exisría una oficina permanente de vacunación en Bogotá atendida
tades individuales, Se requeriría la racionalidad económica y política
por médicos y estudiantes de medicina, y las estadísticas existentes des-
ligada a la vinculación de Colombia a los mercados internacionales, y
de 1918 mostraban que la vacunación en la ciudad había aumentado a
en particular a los Estados Unidos, para que fuese aprobada una ley
más del 13%, Hacia 1919 se crearon oficinas estables de vacunación en
que hiciera de la vacunación antivariólica un deber de todo ciudadano,
Bolívar, Atlántico, Antioquia, Tolima y Cundinarnarca. Sin embargo,
Aunque la vacunación fue una de las primeras aproximaciones médicas
la falta del registro civil hacia difícil garantizar la vacunación de los
y estatales a la población, no logró normalizarse ni extenderse más allá
infantes (Martínez 1925: 12,24,31-33; Garcia Medina 1919: 286), El
de la urgencia de las epidemias de viruela, cuando el objetivo del Estado
país era ya demasiado complejo para seguir dependiendo de los curas y
era no tanto la población enferma, a la que se aislaba, como la sana a la
sus registros parroquiales,
cual sc aplicaba la vacuna, El cuerpo enfermo de viruela en sí mismo
fue objeto de reducido interés por parte de las autoridades, en la medida
en que el blanco de la acción era el cuerpo sin vacunar, sin regularizar.
CONCLUSIÓN
La incursión por los documentos sobre viruela y vacunación revela la ri-
Durante una buena parre del siglo XIX la vacuna se entendió como queza de este caso desde el punto de vista, no de la anomalía individual,
una suerte de dádiva de los gobiernos ilustrados para el bienestar de los sino del cuerpo social en su conjunto como cuerpo anómalo, Para una
asociados, a la cual se unió la Iglesia cumpliendo su mandato caritativo, sociedad que se percibía a sí misma en proceso de progreso y de civili-
Las epidemias de viruela movilizaban a las autoridades civiles y ecle- zación resultaba indispensable eliminar la anomalía del cuerpo social
siásticas de manera coyuntural y proporcionaban una excelente justifi- representadaen las epidemias de viruela, La vacunación actuaba como
cación para implantar medidas higiénicas encaminadas a modificar las instrumento d~ normalización preventiva que permitía sanear el cuerpo
costumbres individuales y a "civilizar" y disciplinar a la población a tra- social y así mantener la fuerza de trabajo necesaria para la industriali-
vés de la enseñanza de la limpieza del cuerpo, del manejo de las excretas zación incipiente y para la participación en el comercio internacional,
y de los desechos, y del aseo de habitaciones y edificios públicos, Mien- bases de todo progreso, Se trataba de que los colombianos fuesen sujetos
tras que la higiene apuntaba a la reforma de los hábitos individuales, la normales de un mundo que ya había definido [anormalidad, entre otras
vacunación se dirigía a la protección del cuerpo colectivo, Sin embargo, acepciones, como ausencia del contagio de viruela, La vacunación para

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Cuerpos Anomaíos I DlANA OBREGON TORRES Corregir el cuerpo social: uacunacián a ntioariálica e higiene en Colombia, 1840-1922

proteger al cuerpo colectivo se convirtió así en un mandato indispensa- Calderón Villamizar, Rafael (1946): Nuevos. aspectos de la vacunación antiua-
ble desde e! punto de vista de la racionalidad económica. De no adhe- riolosa. Tesispara optar por el titulo de Doctor en Medicina y Cirugía. Bo-
rirse a las convenciones y tratados sanitarios internacionales, e! país en gotá: Universidad Nacional de Colombia.
su totalidad sería considerado como "anormal" y se pondría en peligro Casuillón Gallego, Catalina (2006): "Heridas, fiebres y otras dolencias en la
e! flujo del comercio que era vital para el éxito de! proyecto civilizador Guerra de los Mil Días, 1899-1902". En: Podery saber en la historia de la
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Explanations of Crime and Violence

PETER BECKER*

Abstraen This chaprer looks at rhe epistemological underpinnings, nar-


rative srraregies, and polirical implications of biological explanarions of
violence. Criminal biology had its firsr heyday in rhe late 19,h and early
20'" centuries; ir is, howevcr, no¡ jusr a criminological eccentricity of
a certain period of the unenlighrened past. On rhe contrary, since the
1990s, we have observed a reappearance of biological explanarions of
violence in scholarly debates, media commemaries, and polirical state-
ments on violence as a challenge for rhe state and sociery. Ir is quite obvi-
ous thar we are not facing a rerurn ro Lombroso but rarher the advem of
new biological explanarions oE criminal behavior. Whar is less obvious
are the ways in which the new genetic and neuro-scienrific approaches to
violencc relate to rhe old biological explanarions of crime. This chapter
will provide some preliminary reflections on rhis quesrion and al so look
at rhe wider political implicarions of the new biological conceptualiza-
tion of violencc.

Key wordst Violence, Body, Phineas P. Gage, Criminal Biology in the late
19'" and early 20d. cenruries.

Univ.-Prof. Dr. Peter Becker, Insritur fui' Neuere Geschichte und Zeirgeschichte,
Johannes Kepler Universitat Linz- Austria. Ernail: peter.becker@jku.at

264 I I 265
Cuerpos Anómalos I PHER BECKER
New Monsters on the Block? O" the Return of Biologica! Explanations of Crime and Violencr

Zusammenfassungt Dieses Kapirel analysierr die episremologischen


been proven. Even the less avid reader of newspapers wil! stumble across
Grundlagen, narrativen Scrategien und politischen Implikarionen der
biologischen Erklarungen von Gewalr. Die Kriminalbiologie übte erst- news about neuroscientific research in rhe science section. In rhe US,
nals in der Zeit des spaten 19. und frühen 20. Jahrhunderts einen srarken the bétter part of today's science news actual!y deals with rhe brain, as
Einfluss aus. Sie kann jedoch nicht als kriminologischer Irrrum einer science writer Carl Zimmer observes (Zimmer 2008: ix). What drives
unaufgeklarren Vergangenheir abgeran werden. Scir den letzren 1990er
public interest in the brain? A conclusive answer to this question is not
Jahren konnen wir cine Wiederkehr von biologischcn Erklarungen von
Cewalt verfolgen - in wissenschafrlichen Debattcn ebenso wie in jour- yet available, but 1 would like to offer suggestions that may prepare
nalistischen und polirischcn Kommemaren zur Gewalr als einer Heraus- the ground for a berter undersranding of the emergence of the new
torderung an Sraar und Gesellschafr. Es isr oflensichrlich, dass es sich criminal biology and its public appeal. Whar we can observe is an ever-
nichr einfach um eine Wiedcrkehr von Lombroso, sondero um neue
increasing specializacion within the neurosciences, which makes it very
kri minalbiologische Erklarungen von abweichendem Verhalren han-
delr. Es isr weniger dcudich. in welcher Weise sich die genetischen und difficult to see the generallines of developrnenr even for rhe researchers
neurowissenschafrlichen Zugange zur Gewalr von der früheren Krirni- thernselves. The educated public is not interesred, however, in a berter
nalbiologie unterschieden bzw. dieser ahneln. In diesem Kapitel werde understanding of neurosciemific research and its directions, bur rather
ich einige Übcrlegungen dazu anstellen und mich mir den polirischen
lrnplikarionen dcr neuen biologischen Vorsrcllungen von Gewalr ausei-
in an easily-digesred version of those results which seem to be relevant
nandersctzcn. to rheir lives and furures, that is, the treatment of pathologies and/or
Stictnoorter, Cewalt, Korpcr, Phineas P. Gage. Krimanalbiologie des 19.
prevention of disorders.
und 20. [hs. The utilitarian aspect is certainly not rhe only driving force be-
hind public anention, even though ir is a strong one. There is another
important aspect as well. Neuroscientists appear as the heralds of a new
INTRODUCTION scientihc age, where the last riddles of mankind, the actual working of
the rnind from a biological perspective, wil! be solved (Kandel 2006:
11). It is a recurrcnt therne in the history of brain research, which has
Any meaningful discussion of violcnce research or violence policy
always tried hard to redefine the human mind and human agency as
rnust include a biolagical perspecrive and rake inro accoum rhar
a stricrly biological phenornenon accessible to quantitative research
behavior ca nnot be divorccd [rorn irs origins in the brain. • ;..¡
methods (Hagner 2006: 7f). The publication of colorful images of the
(Niehoff/Rhodes 2000: 1093).
brain at work allows today's public to acrively participate in the solution
of this riddle in a visual manner.
Neuroscientisrs lefr their labs and started to move into public forums in Neuroscientists do not lirnit their claims to a rarher narrow field of
the 1990s. This move was nor driven by rhe logic of their research on specializarion. They enter imo debates on responsibility, violence, and
rhe functioning of rhe brain but rather by new opportunities to use rheir education. In rhese public and political spaces, they speak with two
insights for commenting on a variety of polirical and philosophical is- rongues, as the sociologist Sabine Maasen pointedly argues. Posing as
sues. The public recognition of neuroscientists is not so much based on scientists, they claim the superior authority of evidence and data; acting
the highly-specialized research questions they address in their empirical as intellectuals, they proclaim the need for the reform of society and its
research, but rather on their explanations of violence and consumer be- subjects based on the conclusions drawn from their research (Maasen
havior, and on plans for new educational programs - al! based on new 2006: 288).
insights into rhe working of the brain at the interface between environ- What makes their input into philosophical and polirical discus-
rnent, memory, and agency. The remarkable success of neuroscientists sions so attractive for a wider academic and educated public? Is ir the
in public debates has yet to be explained, much less have their assertions emergence of biology and economics as leading 'disciplines which pro-

266 I I 267
Cuerpos Allómalos I PETER BECKER New Monsters on the Block? On tbe Return o[ Biological Explanations o[ Crime and Yiolence

vides neuroscientists with legitimacy when they speak about social and cess to brain performance than in the pasto The brain is subjected to a
political issues?, Or is ir the demise of social utopias? These, at least, rigorous regime of visibiliry, This is important not just for research and
are two of the arguments whichrhe German philosopher Lutz Wingert therapy but also for polítical purposes. Certain types of malfunctioning
makes in a debate with the neurologist Wolf Singer originally published in the brain are linked to a high risk chat antisocial behavior may occur.
in the German weekly Die Zeít (Singer 2002: 10). The preventive orientation of modern social and criminal policy directs
The increasing presence of neuroscience in the public imagination, the attention of policy makers and researchers to these visible markers
as evidenced by the fashionableness of brain research and its colorful of future criminal careers.
images in the past decade, are factors that define the intellectual, and Malfunctioning brains have been linked to deviant behavior for
wider political, context of my story about the new criminal biology. a long time. The rnarkers used to identify the population ar risk de-
Research on violence is only a minor area in the multi-Iacered field of pended on the conceptualization of the brain and its functioning, The
neurosciences, where 30,000 specialists meet at yearly conventions in old-fashioned criminal anthropologist, when acting as a researcher and
the United Srates (Hagner 2006: 26). The search for rhe biological policy advisor, looked at evidence differem to that which the brain re-
marle o/Caín (the title of a survey arricle on violence studies in Science) searcher examines roday. Both of thern are neverrheless after tangible
only attracts several hundred researchers worldwide, as Martín Enser- and visible signs of difference between normal and deviant subjects,
ink complains (Enserink 2000: 575). They are hunting modern monsters, whose otherness is located both in
This fairly small group of experrs does not speak with one voice; the somatic and the social domain.
they are not even using the same merhods and experimental settings. This chapter will trace, in four stages, the differem suategies
We find studies on generics and crime, on neurochemical iníluences for reading the brain, their epistemological underpinnings, and their
on violent behavior, on brain imaging studies, and on the role of psy- political irnplications. First, 1 will deal with a clinical case frorn the
chophysiology, i.e. on the physiological bases of psychological pro- rnid-ninereenth century, which acquired lasting fa me in neuroscientific
cesses. These research projects are based as much on animal srudies as lirerature. It is the case of Phineas P. Gage, an American railroad worker
on rhe analysis of developmental processes in large groups of children. who was the victirn of a gruesome accident destroying one or borh of
Nor is the research exclusively focused on rhe biological aspects of his frontal lobes. His case will offer a point of departure for looking
violent behavior. The new criminal biology has once again taken up both at the construction of neuroanatomical others and at the contrasts
the successful formula of studying the interplay between the body between late-nineteenrh and Íare-twentieth century reílections on the
and social facrors, The inclusion of the subject and its body broadens link between violence and the brain. To better understand the changes
the scope of criminological reasoning. The reduction of the social to in the construction of this link, 1 will next look at different approaches
the social environment of the subject has lasting impacts, however, to mapping cognitive functions and motor and sensory processes and
on the oncological basis of violence research (Baumann 2006: 14f; assigning thern to speciíic areas of the brain. The third part wil! take
Rose 2007: 220f). Neuroscientific arguments on social!y non-toler- this al'gument a step further by loolcing at the role of new diagnostic
able forms of violence thus redefine violent subjects as much as they tools, like functional MRI and PET scans, from a comparative perspec-
redehne the social as an analytical category. Nikolas Rose has coined tive - wirh late- 19th and early-Zü'" century criminological writings as
the telling term neurochemícal selues to pinpoint this new perspective, the point of comparison. The Íast part will focus on the new criminal
which links individual behavior and subjectivity to neurochemical biology, i.e. on neuroscientihc and genetic arguments about the causes
processes in the brain (Rose 2003). of violence. 1 wil! link their epistemological claims to have developed
The improved differentiation of brain functÍons in research and causal explanations of violence to their arnbitions to promote new po-
the use of new imaging technologies allow researchers much better ac- Íitical solutions for the prevention of violence.· -

268 I I 269
Cuerpos Anontalos I PETER BECKER Neio Monsters 011 the Block? On the Return 01 Biological Explanations of Crime and Violence

1. PHINEAS P. GAGE - THE TRUE STORY states and society had other problems on their mind than youngAmeri-
can railroad workers. How did Gage move fram the railroad tracks
The very srnall amoum of atrenrion thar has been given [Q the inro psychology manuals, into books about him published by renowned
above wonderful case ... can only be explained by rhe face ehat ir far aurhors, and into scholarly articles in top scienrific journals (Ratiu et
cranscends any case of recovery fram injury of rhe head rhar can be
al. 2004; Macmillan 2000)? How did he end up as the main subject
found in rhe rccords of surgery. Ir was reo monscrous for belief ... of an Internet portal at the server of the Australian Deakin University,
where the avid reader finds background inforrnarion, source material,
(jackson 1870: 149)1
and analycical comments on his case?? Why was a big anniversary event
organized in 1998 ro commemorate his accidenr, which happened in
Phineas P. Gage was not a monster in rhe sense of malformations of rhe 1848? And, finally, how can we explain rhe existence of a rock-rnusic
body. He did not even excel in crime and violence. The only and truly band named after him, which links their music directly to Gage and
remarkable event in Gage's life was a horrible accidem with significa m his fate in a video-clip available on youcube" In short, what caused this
damage to his brain; more remarkable was his recovery. John Barnard lasting interese in Gage - or was it more in Gagc's brain?
Jackson (1806-1879) even used the terrn 'rnonstrous' to refer to Gage's Ir was an accidenr which caused borh his life and afterlife to take
survival in order to indicate a radical deviation fram rhe 'normal' in a decisive turno The accident happened when Phineas Gage was rhe
the sense of common sense knowledge abour (he morral effects of brain foreman of a railroad building crew and helped the American drearn
damage. Conternporary medical writers and P.T. Barnum as the owner to come true. They were breaking rhrough mountains to drive rails
of the 'American Museum' used Gage's case as rangible evidence - and rhrough Vermont. To use the force of gunpowder against rocks most
thus as a kind of modern porrem - for the healing powers of the body. efficiently, the crew covered the gunpowder with sand before ignition.
Phineas P. Gage's case is still cited frequemly - it is featured in On Seprernber 13, 1848 the crew was working close to Cavendish, VT.
about 60% of all imroductory textbooks in psychology. The meaning A hole was being drilled and f111edwirh explosive, when Gage became
given to the case has changed, however. The focus is now on the person- distracred and harm was on its way. How this accidenr happened is nor
aliry chanze resuhing from damage to specihc pans of the brain. Gage exactly known. There are two slightly different versions. The firsr puts
suffered fr~m a heavy destruction of those areas of rhe brain which are more blame on Gage himself. He should have looked back ro his men
held responsible for decision making and rhe processing of ernorions. while tamping the explosive itself - the most delicate part of the blast-
The latter is also heavily impaired in violent criminals - the so-called ing. The second story blames his men. They were expected to fill the
psychoparhs. Ir is for rhis reason that Gage's case offers evidence for hole with sand. Without checking on thern, Gage started to tamp. In
neuroscientists about (he perpetrators of extrernely violent acts - the any case, the explosive was ignited by sparks resulting fram the contact
rnonsters of our days - even though he was never violent himself. The of the iron wirh the rocks, The charge was set off and forced the tamp-
German physiologist Hans Markowirsch (1949-) is one of the authors ing iron through his head (Macmillan 2000: 27f).
who refer to the Gage case when he rellects on (he "animal within us" In a letter to rhe editors of the Bastan MedicaL and SurgicaL [ournal,
(Das Tier irn Mensch) (Markowirsch and Siefer 2007: 126). the local physician, John M. Harlow, M.O., reported in detail about the
Phineas P. Gage can be met only in the comforcable realm of the
printed word. He líved around rhe mid-19,h century, when Eurapean
2 hctp://www.deakin.edu.au/hmnbs/psychology/gagepage/Pgscory.php (lasr visired
on February 17,2008)
Jackson refers to ieems 949 (craniurn), 950 (case of (he head), and 951 (skull used by 3 hccp://dc.youcube.com/wacch?v=m7nmkXhMczQ (i;st visired Oll Pebruary 17,
Bigelow for proving the case) in che colleccion. 2008)

270 I 1271
Cuerpos Anómalos I PETER BECKER Nao Monsters 071 the Block' On the Return o/ Biological Explanations o/Crime and Violente .

path the iron took through the head of Phineas Gage: «.•• driving the
iron against the lefr side of the iace, irnmediarely anterior LO the angle of
the inferior maxillary bone. Taking a direction upward and backward
roward the median line, it penetrated the imeguments. the rnasseter
and temporal muscles, passed under rhe zygomatic arch, and (probably)
fracturing the temporal portion of the sphenoid bone, and the Hcor and
orbit of the left eye, entered the craniurn, passing through the anterior
left lobe of the cerebrurn, and made irs exit in the median line, at rhe
junction of the coronal and sagitral surures, lacerating the longitudinal
sinus, fracturing the parietal and fromal bones extensively, breaking
up considerable porrions of the brain, and protruding the globe of the
left eye from its socker, by nearly one half its diarneter" (Harlow 1999
<1848>: 281).
This was not an ordinary accident, as the publication of rhe rnedi-
cal report, written by a young practitioner, indicates. The medical
wonders would unfold only alter a while. First, the members of Gage's
crew and rhe local citizens resorted to usual procedures. As he was very
popular with his men, they carried hirn in their arms to the next street
and put him on an ox cart, as Harlow reports. Arriving at the local inn
in Cavendish, VT. the owner called for both the physician and the local
carpenter. Thelatter took imrnediately measures for a tailor-rnade cof- ILLUSTRATION lr Model of Phineas P. Gage's injury (Damasio et al. 1994)5
fin after seeing the scene, which Harlow described vividly as "literally
one gore ofblood".
The coffin was never used and rhis was the surprising part of the The miraculous survival caught rhe imagination of medical ex-
story. The local and regional press reported immediately after rhe ac- perts. In the years imrnediately following its occurrence, rhe Gage case
cident abour the miraculous survival of Gage. Reported among crimes was disseminated in foreign medical journals. The British and Foreign
and deadly incidems, his case was highlighted by the use of the heading Jvfedico-Chirurgica! Revíew reponed on ir in 1850 wirh rhe epither "one
Horrible Accident - primed in italics. The first paragraph narrated the of rhe most extraordinary on record."?
facts, the second presented the miracle: "The most singular circurn-
stance connected with this melancholy affair is that he was alive at two
o'clock this afrernoon, and in ful! possession of his reason, and free
from pain."

A critica! discussion of rhe choices made by Damasio et. al. in selecting (he emry and
exit poims for cheir reconstruction can be found in Macm illan (2000. 80-82).
4 Vermont Mercury frorn Seprernber 22. 1848. quored afrer rhe [acsirnile reproduced
on rhe Phineas P. Gage portal (hrtp://www.deakin.edu.au/hmnbs/psychology/ 6 Brirish and Foreign Medico-Chirurgical Review6.· 1850. 543-544 (cired fram
gagepage/Pgsrory.php) Macmillan 2000. 45)

272 I I 27
Cuerpos Anom alos I PETER BECKER Neto Momren on the Block? On tbe Return of Biological Explanations ofCrim. and Violenc«

2. AN IRON BAR, A FRACTURED SKULL, Al'lD A BROKEN LIFE -his abiliry to speak, to move, nor to reason (Macmillan 2000: chap. 9;
Oamasio 2004: 47-52). -
After his recovery, Gage was highly mobile in geographical terms .
Before he tcok his damaged brain away from (he curious gaze of rnedi-

.r.=:'=:il
cal experts he accepted an invitation to Boston by Professor Henry ja-
cob Bigelow, where his case was presented to the Bosron Society for
Medical Irnprovernenr and rhe medical class ar the hospital in 1850
(Bigelow 1850: 20).7 The longing of medical experts for a direct look
L__ I into the brain was never fulfilled - too remote was the place of his
death [rorn Dr. Harlow and too insecure the times of rhe American
ILLUSTRATlON 1, The camping iron was 3 feet 7 inches long and weighed 13 1/2 pounds
Civil War. In the end, medical research had to be contenr wirh a proxy
of both his skull and his iron bar. They were recovered from his grave
Ouring his lifccime, Phineas P. Gage's fame was linked to the sur- at rhe request of 01'. Hadow and brought to him by the brorher-in-law
vival of a horrible accidem, which could be turned inro a serisation for of Phineas Gage. Both of thern were entered into the collection of the
a popular audience and used as an argumem againsr phrenology with Warren Medical Museum at Harvard University in Boston (Oamasio
a learned public. In the world of Íerters, news of che Gage case sraned 2004: 32).
LOcirculare as a resulr of the repon of Dr. Harlow and che anri-phreno- Ir is remarkable rhat the medical establishment used a represen-
logical argumems of rhe Harvard surgeon Professor Henry J. Bigelow tational strategy similar to the one of the popular arnusernent mag-
(1818-1890). The Íarter examined Gage afrer reading Harlow's lerter nate Phineas Taylor Barnum. He hired Phineas Gage for his famous
to the editor of the Boston Medical and Surgical [ournal. He found "no American museum in New York on Braadway. Gage appeared 011 the
demonsuable sequelae of the injury" and conduded on rhese grounds sideshow with his bar and an extra skull wirh holes similar to the ones
rhar rhe localization of speech and movement as prodaimed by phre- in his own head. He demonstrated his injury with the extra skull and
nologisrs could no longer be reckoned with (Oamasio 2004: 38). allowed skeptics (O inspect his own head Ior an extra fee (Macmillan
\'Vithin rhe realm of the printed word, Gage was of interese ro 2000: 98).
"rhe practical surgeon ... rhe enlightened physiologisr and intellecrua] In shorr, rhe iron bar and the scars on Gage's head were marketed
philosopher", as Harlow remarked (Harlow 1999 <1848>: 283). In as an individual's liminal experience. For Barnum's museum, the living
medical wrirings, rhe subject of Gage was reduced ro the brain darn- Gage was of more use, as he offered the popular spectators the enchant-
age caused by an iron bar and traceable ehrough the Iracrures of rhe ing vision of a man's survival frorn predestined death, The learned spec-
skull. A direcr look into rhe brain in the course of an autopsy was not tators in the Warren Medical museum had no use for rhe living Gage.
possible beca use of rhe recovery of rhe patient. Afrer his dearh on May They were better off with the rnedically-significant skull and the iron
21se, 1860, ir was nor carried OUteirher, beca use Harlow learned only bar as the surgical tool which destiny or chance used for a fascinating
five years later abour ir. The lack of a post-mortem exarnination left neurological experimento
John Harlow in a difficult position. Wieh his second repore in 1868, he The afterlife of Phineas Gage was not limited to his appearance
implicitly challenged the findings of famous physicians like Paul Broca m freak shows and the exhibition of the skull and bar. Ir was the
(1824-1880), who had published his discovery of the speech center in
the frontallobe of the cortex in 1861. This center seemed to have been
7 On rhe role ofBieglow in rhe assessment and popularizarion of rhe case cf. Macmillan
damaged also in rhe case of Phineas Gage. Bur Gage had neirher losr (2000.42-47.398).

J'

274 I I 275
No» Monsters th« Block? the Return o/ Biological Explanations of Crime and Violence
Cuerpos A1I6malos I P¡;TIR BECKER
011 011

sad curnaround of his life, which finally made hirn an iconic figure either of thern, as detailed information on rhe case is very limired and
in modern neuroscientific discourse. When he finally recovered fram ", difficult to access.
his traumacizing accident, he was "no longer Gage", as his friends Narratives abour Gage tell a differenr story. They are about a
and contractors realized. A first hint at the alterations of his behavior specific vis ion of the brain and rhe ways in which ir defines the pa-
can be found in rhe physician's reporr. Harlow pointed to the childish rameters for individual behavior. The case of Phineas Gage features
comportment of the recovering patient and LO a. remarkable lac~. of in rhem only as a passing point of reference - a reference which is
foresight in his daily routines. This contrasted with the ver y pOSltlVe suffi.ciendywell known to be enlisted as support. Reducing complex
assessment of Gage's character based on testimonies from colleagues, stones to a naked grid of references, which can easily circulate and
friends, and his employer. Harlow described him as « ... 25 years of be allied wirh orher relerences ro build new stories - rhis is the nar-
age, of middle stature, vigorous physical organizaríon, ternperate hab- rative strategy of neuroscienrihc arguments. Ir is the obvious cense-
its, and possessed of considerable energy of character" (Harlow 1999 quence of the redefinition of the subject inro a neurochemical self. By
[1848J: 281). sirnply reJucing social and cultural factors to the environment of the
The chanze of character is well summarized in a second papel' brain, neurophysiological processes and neuroanatornica] Ieatures can
1:>
published in 1868 by Harlow after the death ofhis former patient, from be singled out and linked to behavioral patteros without paying any
which I will quore a longer passage: more artention to the wider contexto
His contractors, who regarded him as rhe rnost efficient and capable A mera-study on psychobiological causes of violcnt behavior is a
foreman in rheir employ previous to liis injury, considered the change in good case in point. The aurhors lump wge¡her several research projects
his mind so marked rhar they could not give him his place again. He is on the 's-variant of the 5-HTT-gene fram Finland, Israel, and Korea in

firful, irreverent, indulging at times in the grossesr profaniry (which was order to shed new light on the causes of impulsive and violent behavior

not previously his custorn), manifesring but lirtle deference for his fel- (Lück, Strüber, and Roth 2005: 98f). This approach is legirirnate and
lows, irnpatient of restraint or advice when it conflicts with his desires, meets the scientific srandards of the neurosciences; it is ful1y under-
at times perrinaciously obstinaré, yet capricious and vacillating, devising standable for the prccessing of laboratory data. There is a difference,
many plans of Future operation, which are no sooner arranged than they however, berween highly standardized laboratory conditions, on rhe

are abandoned in turn for orhers appearing more feasible ... In rhis re- one hand, and the cornplexity of the social and cultural environment of

gard, his mind was radically changed, so decidedly that his friends and Finnish, Israeli, and Korean rnen, women, and juveniles, on the other

acquaintances saie! he was 'no longer Gage' (Harlow 1868: 339f). hand. This reduction of the social and cultural environment to envi-
ronmental facrors for the brain is the irnplication of a specific approach
The evidence regarding Gage's change of character is scarce. Har- to the subject. Ir allows for a reading of historical cases, which is more
low was the first to emphasize the difference between an arnbitious theory-based than evidence-based.
foreman, self-contralled, witty, and competent in making decisions for From a cultural studies perspective, the creative readings of the
hirnself and orhers, on the one hand, and, on (he other, aman who Gage case by neuroscientists are more fascinating than annoying. The
lost the "equilibrium between his intellectual [aculries and the animal creativiry of [he reading is not just based on additions but also on ornis-
propensities" (Harlow 1868: 339). Reading through the various stories, SiOI1S.Even well-documented evidence which was not compatible with
which have been and still are rold about Phineas Gage, his injury, and a particular theorerical perspective was not considered. The early stories
his life after recovery, one is left wirh a rather irritating impression. could not easily integrate behavioral change into a conceptual frame-
These stories are not really about Gage, they are not even about his work based on sensory motor physiology (Macmillan 2000: 168-170).
brain. For most of the aurhors, it would be impossible LO write about Later narratives went in the opposite direction, as the more posirivistic-

1277
276 I
Cuerpos Anomalos I PE.TER BE.CKER Nna Monsters on th« Block? 011 rhe Return of Biologicnl Explananons of Crime and Violence

oriented psychologisr Malcolm Macmillan bemoaned: "Many charac- in the opereular and triangular seetions of rhe inferior frontal gyrus of
teristics are attributed to Gage that are neither reponed by Harlow nor the left frontallobe of the cortex, a scienrific debate wirh srrong political
documented elsewhere. Whererhe scientihc misrepresentations do not undercurrents emerged. Advoeares of the loearion of speech and orher
come from partial or careless readings of Harlow's 1868 paper, they funerions on speeifie areas of the brain took an anti-clerical, atheis-
often attribute characrerisrics to Gage that were firsr reported in other tic, republican politieal stanee. Their opponems were monarehists and
patients, particularly those who underwent frontallobe surgery in the staunch Catholics (Hagner 2006: 52).
1930s." (Macmillan 2000: 5; 116-120 and 333). The brain damage suffered by Phineas Gage played a role in this
debate. Depending on the presumed trajectory of the tamping iron,
the locarion ofBroea's speech eenter eould have been damaged - with-
3. LOCALIZATION MATTERS out a loss of speech in Gage afrer rhe aceident. Phineas Gage, rhe for-
mer foreman of a railway consrrucrion crew, thus enrercd a seiemifie
Applied for his siruation as foreman, bur is undccided wherher to
and equally political debate. Without a post-mortem exarnination,
work or travel ... The equilibrium or balance, so ro speak, becwecn
the debate was based on speculations. The Freneh neurologist Eugene
his inrellectual faculties and animal pcopensicies, seerns to have be en
Dupuy went therefore to rhe Warren Museum in Boston to have a
destroyed ... A child in his inrellectual capacity and rnanifestations,
direet look ar the skull. Based on this observation, he challenzed o the
he has rhe animal passions of a srrong man (Harlow 1868: 339f).
localization rheories of Broca and Ferrier (Dupuy 1877; cited from
Macmillan 2000: 195).
David Ferrier (1843-1924), a Seorrish neurologisr, was inspired
With chese few lines, Harlow started his brief reflection on rhe by the two young German physiologists Gustav Frirseh (1837-1927)
changes of Gage's personality and presented implicitly an explanatory and Eduard Hitzíg (1839-1907), who used eleetrical stimulation of the
model. It was based on the differentiation between higher and lower brain to identify areas responsible for speeifie sensory-motor processes
faculries of rhe brain - between reason and reasoned decision-making, on the cortex (Hagner 1993; Breidbaeh 1997: 245-264). When Dupuy
on rhe one hand, and animalistic instincts, drives, and passions on the ehallenged Ferrier on the ernpirical grounds of rhe Gage case, Ferrier
other hand. The accident had obviously spared rhose parts of rhe brain found himself in a diffieult posirion, His reply had to be based on a
where the animalistic passions were located, while damaging the sites thorough study of the skull, whieh was not available in Seodand. He
of higher faculries. This damage lefr Gage under the spell of passions enlisted the support of a Boston eoUeague who provided him with de-
and of indecisión. seriptions, assessments, drawings, and photographs - that is, with irn-
Harlow's argument provides interesting insights into the concep- mutable mobiles in the parlance of the Actor-Nerwork-Theory (Latour
rualization of rhe brain in the second half of the 19th century. It refers to 1987: 227-232).
rhe complex of regression rhrough [he destrucrion of pans of the brain, Ferrier eould settle the dispute in his favor; after his arguments
the relationship between higher and lower faculties, and the lack of for a more frontal site of the damage the Gage case was no longer used
decision-making competences. The first rwo issues are raken up in vari- in the debate on the localization of the speech center. Ferrier was less
ous forms by rhe debate of the late 19'h an d ear 1y 20' h centunes.
. G age's coneerned about the aphasia question, however. He was interesred in
indecision had to wait until roday to be diseussed rhoroughly. rhe sensory motor systems and rhey eeased at the rear end of the fron-
In rhe discussions about the negative impaets of brain damage, tal lobe, The apparent absenee of speeifie functions in these parts of
rhe exact location of the damage preved to be crucial, After Broca had the brain opened the door to attributing inhibjtory funetions to thern
located the center for language proeessing, speeeh and sign produetion (Maemillan 2000: 199f). Inhibition (on the history of the eoneept cf.

I 279
278 I
Cuerpos Anámalos I PETEIt BECKER Neur Monsters on the Block! On rhe Re/11m 01 Biological Explanations of Crime and Violence

Smith 1992) as a psychological process should have allowed men (O con- and manifold a way. They show us what we al1 uiere and frighten us
trol rheir impulses and ernorions. It was rhis mechanism, which Harlow (Nietzsche 1988 [1878): 66).8
referred to in his staternent about the personality changes of Gage.
The discovery of inhibition as a psychological mechanism can be Localization obviously mattered in the 19th century. By linking
linked to the constitution of a self-disciplined subject. The intellectual cognitive functions, motor and sensory processes, emotions and in;
avant-garde of the 19th cemury pirted itself against the clerical and stincts to a material basis, new discursive alliances could be crafted
monarchist political mainstream. They were, however, far from ques- like the ones with evolurionary theory, criminal biology, and degenera-
tioning rhe need for authority and discipline in self and society. Men- tion rheory, These alliances were progressive at rheir time and poliri-

tal faculties were considered w be hierarchically organized. As soon cally subversive, as rhey replaced tradirional notions of aurhority and
as Broca identihed the left hernisphere as the educated, human side of discipline with modern concepts of self-control and autonorny. The

the brain, suspicion was cast on the right hemisphere, as Anne Har- modern subject claimed more competence in telling right from wrong
ringwn reasons. In the right side, various dark psycho-physiological and demanded more freedom to explore the legal and moral grey zones
processes were located: sensibility, ernotion, and instincts (Harringwn (Becker 2006: 148).
The case of Phineas P. Gage was the first "ro point to a relarion
1989: 102).
Evolutionary theory provided a conceptual framework to orga- between brain and personality funccions." This defines its lasting irn-
nize the hierarchical differences on a temporal scale. ]ohn ]ackson, portance for Malcolm Macmillan - an assessment which is confirmed
Broca's Brirish counterparr in rhe localization debate, idemified rhree by the frequency of citation in current psychology manuals (Macmillan
stages in the developmem of rhe nervous system. The highest faculties 2000: 378). In the 19th and early 20th centuries, the brain and the cen-
of the brain were developed !ast and allowed the most developed races tral nervous system appeared differently in reflections on behavioral
to act consciously, rationally, and with self-control (Düweke 2001: disorders. The brain featured more as a delicate organ with many pos-
80). This strategy of linking the differentiation of the brain to an sibilities to degenera te or suffer from arresred developmems because of
evolutionary process opened a conceptual space (O establish analytical inheritance and/or adverse environmental stimuli.
cormections between socially intolerable forms of violence and impul- Criminological tracts considering biological causes of criminal
siveness, on the one hand, and a prirnitive state of development, on behavior looked at rhe brain as wel!. Cesare Lombroso (1836-1909),
rhe founding íather of mcdern críminology in late 19th century ltaly,
the orher hand.
Mapping behavioral panerns on an evolurionary scale was appeal- dedicated alrnost seven pages to a brief meta-study of the existing re-
ing not just to a limited circle of brain enthusiasts. Incellectuals with a search. He was well aware of the debate on localization, as his comment

more general interest in scientific discoveries were equally drawn to rhis on a case of sclerosís of the cerebral cortex proves. He found this case
remarkable, as these pathologies did not affect the rnurderer's sensory
fresh look at the subjecrs and the sociaL Friedrich Nietzsche is a good

r case in point - beca use of his well-documented


anthropologicalliterature
reading
(Brobjer 1997: 668f and 681f; Stingelin
of medical and
1992:
and motor capabilities
The pathologies
(Lombroso and Fraenkel1887:
of rhe brain did not have the same exclusivity
194).

as they can clairn today. Criminologists


in
.

I
criminal biological research
51f) and because of his aphoristic comments on these readings:
used conceptual frameworks like degeneration theory and the recapiru-
Cruel men as backward.- Men who are cruel roday rnust be accounted
¡ lation of earlier forms of life in the individual gestation period in order
for by us as stages of earlier cultures rhat have survived. Here are revealed
~ to link malfunctions of rhe central nervous system to violent behav-
I
1
those deeper formations in the mountain of humaniry that usual!y re-
j main hidden. They are backward men whose brains, rhrough al! kinds
of accidents in the course of heredity, have not developed in so delicate 8 The translarion into English is takcn from Srack 1983, p. 158.

I
~
¡
280 I I 28

!,
Cuerpos A"ólllalos I PETER BECKER Nno Monsters on .he Block? On she Resurn 01Biological Explanations olCrime and Yioience

ior (Haeckel 1906: 168ff; Gould 1988: 118f; Richards 1992: 17-20). 4. VISUALlZATION MATTERS
This broughr a diverse set of evidence before rhe analytical gaze of the
researchers. Malformations of rhe brain were placed next to deforma- Overall ... we see rhe same parrern - a disproportionate nurnber of
rions of rhe hearr, the blood vessels, and the liver. One chapter in Ce- recidivisric violent offenders show a drop in lefr temporal merabolisrn.
sare Lornbroso's report on new criminal biological srudies was encitled: And when chese offenders express little guilr or undersranding of che
Brain and intestines ofcriminals (Lombroso 1896: 48-55). moral significance of rheir accions, we also tend (O see less acriviry in
These early criminal biological writers did not entertain a crude rhe lefr froncal cortex (Volkow and Tancredi 1987; ciced from Niehoff
form of biological determinism. When they wrote abour degeneraLÍon 1999: 110).
and its causes, rhey looked at rhe interaction between environrnent and
inheritance. The physical and social environmenr was inregrated into Michel Foucault has direcred our atrenrion to rhe new regime ofvisibiliry,
rheir reasoning, however, only ta (he extent that it affecred the physical which was an irnporrant fearure in che emergence of modern medicine
constitution. Parallels to (he logic of rhe neuroscientific argumenrs of as discourse and pracrice. Ir linked rhe visible signs of a disease with
roday are obvio us, Therefore, the authors at the time of Cesare Lorn- causally-connecred rransformarions in rhe interior of the body (Fou-
st
broso and those being fearured in (he feuilletons of the early 21 cen- caulr 1973: 136). Psychiarrists rried to follow rhis lead during rhe 19,h
tury have at least one rhetorical strategy in common: rhey borh r~duce cenrury, bur to no avail, as Nikolas Rose argues. He idenrifies (WO strat-
the social to an environmemal category of the individual and his/her egies rhat were used to overcome the impasse of a medical gaze. which
brain or nervous system. remained lirnircd ro rhe surface of rhe body. The hrst srrategy linked
The conceptual tool of degenerarion directed rhe analyrical gaze case histories wirh illusrrations; the second one abandoned rhe visible
at particular aspec(s of rhis body-environmenr-relationship. ~om~raso alrogerher in favor of a discursive exploration of biographies and the
and his peers were looking for signs of a general form of mfenorzty, parienr's self-interpreration of his/her body (Rose 2007: 193f).
caused by interrupted physical, social, emotional evolution. People suf- The argumem quored from Tancredi and Volkow at rhe beginning
ferinz from this inferioriry were not adaptable ro the high demands of of rhis section refers tO an altogerher differem omological reality. Corn-
modern life. They were left behind in social and economic terms. The purerized Tomography, Positron Emission Tomography (PET) , Mag-
German psychiatrist Karl Wilmanns expressed this viewpoint clearly neric Resonance Imaging (MRl) , and finally, functional MRIs offe[
when he characterized rhese inferior beings ("Minderwertige") as suf- new rechnological opportuniries to study rhe anaromy of (he brain and,
fering frorn a "loss of will power, of independence. of .the competence larer on, even the funcrioning of the brain of living beings. Instead of
to decide on rheir own fate ... They will be defeated in a struggle for relying exclusively on rhe results of neuropsychological tests from which
existence, in which enterprise, resolve, energy, endurance, and srrategic (he anatomy and physiology of differenr pans of rhe brain were deduced,
action carry off the victory ... " (Wilmanns 1906: 360). researchers are now able ro penerrate (he prorecrive cover of the skull
This characrerization could be easily applied to Phineas Gage after and to chart out a new territory. These rechniques were greered wirh
his injury. He never regained his life because he lost his cornpetence enrhusiastic zeal worldwide, as che commem of the California-based
to take reasonable decisions about his furure career. Whar must have brain research Adrian Raine contirrns: "New brain imaging techniques
been puzzling to criminologists at the turn ~f the century i~ the lack of hold out the promise of an exponential increase in our understanding of
violent behavior in the case of Gage. To Wdmanns and his peers, the the type of brain abnormaliries and dysfunctions rhat may underlie dif-
inferiorwas not just a social problem as a vagabond but also a real thr~at ferenr disorders because rhey are much more direct measures of central
to rhe security of citizens - behind every drifter lurked the potential nervous sysrem structure and [unction" (Raine1993: 129f).
cannibal (Becker 2002: 255-329).

I 283
282 I
Cuerpos Anómalos I PETER BECKER New Monsters on the Block? On Ihe Return 01 Biological Explanations of Crime and Violente .

Raine's disclaimer is important, considering the many questions


raised by the PET-Scans he uses for his argumentation. What actually
do rhey represent? Whose brain is actually blinking? Do they address
a specialized or a non-specialized audience? What is the analytical or
rhetorical purpose of rhese images? How do they establish the link be-
tween brain function and behavior? These questions do not appear if
we sirnply accept PET-Scans as part of our visual culrure, which cher-
ishes images as direct represemations of objects in the outer world and
bestows high credibility on thern, as Regula Burri and [oseph Dumit
observe (Burri and Dumit 2008: 297). Scientific images benefit from
being a juxtaposition of visual representation and scientific accuracy.
They therefore carry the bonus of objective authority and direct en-
gagement between onlookers and complex scientific procedures. The
difference between the PET-Scans of the murderers and the control
group is evident. If we trust both the technicians who produced the
ILLUSTRATION 3, PET-Scalls control group ILLUSTRATIO:\ 4, PET-Scan 41 murderers
scanners and the scholars who designed the experiment, we can ac-
cept rhis visible difference as also representing dissimilarity in the brain
The (WO illusrrations are based on PET-Scan images taken from functions of the people studied.
41 murderers, who pleaded nor guilty for reasons of insa niry (NGRI), Looking at rhese images, we need to keep in mind, however, that
and from a control group; rhey are published on rhe websire of Adrian brain scans do not produce images but rather digital data reflecting
Raine. Raine follows a n already well-established visualization practice the oxygen or the glucose leve! in parts of the brain. The two- or
by juxtaposing the PET-Scans of two differem groups. They are in- three-dirnensional images are then accomplished by mapping these
tended to reveal systematic differences in the functioning of the brain. data, pixel by pixel, into a standard representation ofbrain space. This
The brains of the 41 murderers show less activity in their prefromal produces sirnulacra of the 'real brain' in the diction of Nikolas Rose
and parietal areas, though more activity in rheir occipital areas. These (Rose 2007: 196).
differences are related to violent behavior through unusual and iriap- One of the most irnpressive features in these two images is the
propriate emocional responses and a lack of foresight. Raine's short difference in colors, which actually represents the variation in brain
commem concludes with a cautionary note: "There is evidence to sug- activities. The more red colors are present in one area of the brain,
gest rhar rnurderers plcading NGRI have signincantly different levels the more activity can be found there - this is easily decodable by any-
of activity in the brain and that these differences may predispose such body familiar with the repertoire of our visual culture, Ir is remarkable,
individuals towards violence. However rhe researchers note thar these however, that these colors do not have any direct connection with the
findings should not be raken to indicate that violence is dererrnined activities in the brain nor even the raw images. Coloration belongs to
by biology alone."? the post-processing stage, where cultural and aesthetic conventions are
used to make images more appealing and convincing to rhe audience
(Burri and Dumit 2008: 301).
The violent tendencies of the rnurderers.crefiected mainly by the
9 The Raine Page ar http://www.hobh.karoo.nerlraine.htm (lasr visired Match 27,
absence of brain activities in those areas, which are associated with
2008)

284 I I 28~
-
Cuerpos Anomalos I PETER BECKER Neto Monsters an the Block? 011 the Return 01 Bi%gical Explanations of Crime and Yiolence

compassion and long-term plann~ng, are .made visible in .rhese PET- trigger rhe notion of an abstract representation of an artificially con-
Scans. lf we consider that we have Just one Image for the ennre group of structed type. When weÍook at rhese images, we see individuals and
41 culprits, the question needs to be. a.sked, whose violent pr~pensities this calls up a series of tacir assumptions about their social, political,
are made visible? It is not a single individual but rather the entire group, and biographical dimensions.
whose composite brain is represented: in a similar fashion to che "s~n- This confusion has irnplications for the argument in which these
rhetic criminal" produced by Francis Galton rhrou~h supenmposmg images are embedded. The link between neurochemical processes, neu-
several photographs of malefacrors (Datson and Galllson 1992: 102f). roanatomical malformarions and the biography and social environrnent
of criminals can be esrablished only 00 the leve! of individuals, This
poim has not been made by cultural srudies scholars but rathcr by lead-
ing brain researchers like rhe German Wolf Singer. He argues that the
brain as a dynamic reality is subject ro permanent modifications be-
cause of rhe interaction with its environrneru, which can be traced - if
at al! - only at rhe individual leve! (Singer 2002: 95). Replacing rhe
individual with the type in the composite images reduces the cornplex-
ity of the biographical and social circumstances rhar may enter into the
analytical equation.
The composite images render visible the difference between mur-
derers and control groups on the leve! of neurochemical processes. They
contribute to rhe neurobiological shift in research on violence, which
emerged during the lasr ten years. In a survey anide appearing in Sci-
ence in 2000 Debra Niehoff and Richard Rhodes daimed a key role
for biological perspectives in "any rneaningful discussion of violence."
(Niehoff and Rhodes 2000: 1093).

5. MOVING BEYOND THE RISK-FACTOR STAGE?

A variable is called a 'risk factor' ir ir has a docurncnrcd prcdicrive


relación wirh anrisocial outcomes, whether or nor the associarion is
ILLUSTRATlON 5, Composice portrait of a criminal eype (Galron 1878: 7) causal ... There are consequences ro rhe field's failure ro push beyond
the risk-facror srage to achieve an undersranding of causal processes.
Valuable ressources have been wasted bccausc inrcrvenrion programs
By moving beyond the realm of the la~orarory, th~se cornposite
have proceeded on the basis of risk factors [... ] (Moffitt and Caspi
images converse with other visual representatlOn.s fr~m ~clence, are, and
2006: 109).
mass culture (Burri and Dumit 2008: 305). Scientific Images are read
with rools provided by our visual knowledge. This can create confu-
Brain researcher stake their claims to violence research and related
sion, as in the case of composite image of portraits and brains. The face
social policies beca use of the presumed superiority of their analytical
and the brain are markers of individuality. Looking at thern does not

286 I I 287
.,
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¡-
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1
! Cuerpos Ancnnalos

designs compared
I PIlTER BECKER

with the existing analytical mcdels from rhe social


Nem Monsterson IheBlock) On tbe Return of BiologicalExplanasiansofCrime and Violena .

, sciences. The key poinr in chis comparison refers to the move beyond
the so-called "risk-facror stage", as Moffitt and Caspi phrase ir (Moffin
group, without allowing access to causal relations,
netic dispositions and neurochemical
and environmental stimuli.
functioning,
either between
or berween rhe brain
ge-

i
l
and Caspi 2006: 109). On the basis of fiscal arguments, they denounce
Images benefit frorn their appeal as direcr represenrarions of ob-

I
rhe limited success of social policies, which were developed following
jecrs and relations in the outer world. They are rherefore welcorne tools
the identificarion of social risk facrors rhrough statistical correlation
for moving the narrative beyond rhe risk-facror srage. For this purpose,
; scudies. Only brain researchers can meet the need for causal processes,
criminal anthropological writers used sciemific images to market the
as they further argue.
resulrs and concepts of their research, The books of Lombroso, of his

I
l
*
I
There is no need to explore [he argument ofMoffitt and Caspi any
further. Ir should be sufficiem to state rhat even their elaborate empiri-
cal srudy of the link between gene tic polymorphisms at the MAO-A
supporrers, and of his critics are therefore
photographs (Becker 2002: 337-351).
full of rabies, graphs, and

locus, i.e. rhe genes encoding rhe enzyme cal!ed monoamin oxidase
type A, and their role in [he malrreatmem of children, fails ro idemify
[he causal processes linking the anatomy and neurochernistry of the
brain to observed behavioral patterns. Their conclusions remain on rhe
leve! of risks, which are more differentiated [han social science research
in this area. But they fail to move beyond the risk-factor-srage.
The images presemed by Raine can be understood wirhin rhese
claims for the reconstrucrion of causal relationships. They offer visible
clues for neuronal processes and - if a series of scans is produced over a
longer period of time - rhey can be used for the identificarion of indi-
vidual responses to environmental stimuli. This approach has its limita-
tions and risks, however, as Michael Hagner points out. If they replace
in-deprh srudies of individual biographies and performances with rhe
simple benchmarking of images produced with the new scanning de-
vices, rhere will be a remarkable loss of cornplexity in the research de-
sign (Hagner 2006: 192f).
The use of these images poses additional problems with regard
to the claims to explain violent behavior in causal terms on an indi-
vidual leve!. Neils Birbaumer, the Tübingen professor of clinical and
physiological psychology, argues rhat there is a huge difference between .
knowing iobere a process is situaredand how (he process actual!y works,
The clairn of neuroscientists to use location data for explanations of so-
cial behavior is therefore unacceptable to him (Birbaumer 2004: 28f). ILLUSTRATION 6, Italian sailor convicted for fraud and murder
This critique is al! the more pertinem regarding the cornposite images
used by RaÍne. They can only identify certain commonalities between The image of the fully tattooed Italia nsailor, first published by
the members of the groups of murderers as compared to the control Cesare Lombroso (Lombroso 1884), can be used ro illustrate the inri-

288 I I 28
Cuer'pos'Anómalos I PETER BECKER Neiu Monsters on the Block? 0" the Return ofBiologica! Explanations of Crime and Violence .

mate connection between a visual culture and the deployment of scien- The scientihc prose of Lombroso is irritating, to say the least. Ir
rific images. Looking back more than 100 years is helpful in sharpening opera tes in a web of signification that is now discredited on scholarly
our analytical gaze, as we are no longer subject to me interprerational and political grounds. The debasing characterization of non-Western
conventions shared by the producers and 'consurners' of rhese images. civilizations, the prejudices against women, and the strong belief in
The images of the tattooed sailor and rhe cornposite PET-Scans the cultural, intellectual, and polirical superiority of his peers, that is,
have at least one feature in common. They document evidence. The male Europeans of higher education, raise questions about the appeal
body of the sailor, including his penis, showed these ornamems; (he of these arguments to an educated publico The irritation resulting fram
neurochemical processes in the brain of individuals and groups dif- (he reading of Lombroso offers an analytical advantage, however, as it
fer in a signihcant way. What is less evident is the meaning connected throws light on the relevance of tacit assumptions abour human agency,
to rhis evidence. Lombroso did not just see ornamems on bodies. He society, and evolution in criminological narratives - past and presento
linked the ornaments to rhe act of ornamentation, rhat is, the process of Taking away rhe tacit cultural assumptions that serve as a rhetori-
tattooing. This process was a matter of high psychological significance cal clue to the meaning of Lornbroso's narrative, we are lefr with some
for him and ir was related to his take on evolutionary theory. The key rather obscure correlarions - between behavior and sensitivity, between
issue within this framework was the motivation to engage volumarily criminal careers and deformation of skull, brain, and inresrines. We
in a process, which he considered painful. \"Vhy would an individual see how, in these early years of criminal biology, scholars engaged in a
voluntarily suffer pain in order ro write a pledge to avenge himself on bricolage meam to analytically integrate a broad range of evidence, run-
his righ[ breasr? The answer to chis quesrion bescowed tattoos with a ning from proverbs to the resulcs of microscopic brain research. They
high explanarory value for understanding crime and crirninals. did not provide an educated public and social policy wirh results that
Lombroso operared on a rarher simple anthropological model and might be directly implemented. Rather, they helped cause a shift in
reasoned rhat somebody would allow tattooing only if the pain suffered emphasis, based on rhe notion that social problems have to be looked at
was limited. Therefore, tattoos would reveal the reduced sensitivity of fram a medical-anthropological perspective.
rhe tattooed. As sensiriviry was conceived as a characteristic of the more A similar lack of theorerical integration of a broad range of empiri-
highly developed "races", the lack thereof was an indication of primi- cal evidence, including biographical, neurochemical, and anatomical
tivism. On this basis, the tattooed criminal could be placed within an research, can be found in current brain research. The net for rhe fishing
evidentiary space where ethnographic tales of primitive people, psy- of evidence is rnuch more narrow than in Lornbroso's days. Ir is Íirnited
chornetric measures of sensitivity, and rhe cruel details of criminal acts [O studies of the social environment, the family, and a differentiated
could be linked with evolutionary rheory: analysis of the body. The theoretical tools are still taken from evolu-
In their emocional intensity, crirninals closely resernble not the insane tionary theory, They are complemented today by concepts fram genet-
but savages. Al! travelers know thar arnong Negroes and savages of ics and microbiology (Hampe 2006: 56).
America, sensitiviry of pain is so limited that the forrner laugh as they The advance of criminal anthropology and criminal biology [0-
mutilaré their hands to escape work, while the latter sing rheir tribe's wards public recognition and polirical influence was not mired by their
praise while being burned alive ... Such insensitivity encourages painful failure to create a coherenr concept of the subject and its relation (O
tattooing ... Savagesand criminals are further alike in the irnpetuosity rhe social. The same can be expecred fram brain research in the 21st
and insrability of rheir passions ... while their strength and passionsare century. Ir will be based less on convincing causal relarions berween
those of adults, in character they are children (Lornbroso, Gibson, and a malfunctioning of the brain and the emergence of deviant behavior
than on the demise of social utopias and thediscontent with political
Rafter 2006 (1876-1897): 69).
programs related to rhern. The neurosciences ..:villnot drop the social

290 I I 291
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Cuerpos Anámalos I PETER BECKER ~ New Monsters on (he Block? On (he Return 01Biological Explanations of Crim« and Violence .
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and policical dimensions of rheir approach ro subjects. The neurosci- tion: "How, in facr, can sociery even define what is 'abnormal' under
enrific subjects will be different, though. Ir wiU be a subject based on these circumstances?" (Mark/Ervin 1970: 159).
a different anthropology and governable rhrough images documeming This problem was already at the heart of the definirion of psy-
rhe neurochemical processes of rhe self. Neurochemical selves (Niko- chopaths in the interwar years. Kurt Schneider (1887-1967), who was
las Rose) will be subject te a new, benevolent kind of bio-power, with instrumental in rhe introduction of (he term psychopaths inro forensic
a potencial for far-reaching irnpacts on the life chances of individuals literature, starred wirh a rough definition, which was based on the de-
(Hagner 2006: 192f). viation fram a behavioral norm. le is this deviarion, which makes the
psychoparh, society, or borh suffer. This crucial relevance of a devia-
cien from the norm raises ar least two quesrions: The hrs( concerns the
6. CONTINUlTY AND CHANGE: OLD MONSTERS delinition of the norm, which (he behavior of a psychoparh violares: rhe
IN NEUROSCIENTIFIC DRESSES? second regards the way, in which our bodies and rhe bodies of psycho-
parhs process social norms in an idemifiable way.
Schneider was open to a more sratistical definition of the norm. A
Psychoparhic personaliries are rhose abnormal personalities who suf-
persistent deviation from rhe behavioral srandards, defined by statisti-
fer fram rheir abnormaliry, or frorn whose abnormaliry sociery suffers
cal observarion, was the srarring point for his classification. He used
(Psychoparhische Pcrsonlichkeilcn sind solche abnorrnc Personlich-
a flexible range of behavioral patterns as a reference mark and not a
keiren, die an ihrcr Abnorrnitar leiden oder unrcr deren Ahnorrnitat
single norrnative poinr. This was a modern discursive scrategy bur
die Gesellschafr leirler.) (Schneider 1928: 3).
it was not sysrematically followed up, as Jürgen Links argues (Link
There is today a hisrorical chance for brain research ea exrend its intlu- 2006: 65-69). The problem of idemi1'ying the borderline between ac-
erice in the polirical arena. This is due to the wider political field in ceptable variation and pathological deviance was solved by the intro-
which researchers operate. which perrnits rhern to bolster their daims duction of value judgments about rhe social feasibility 01'cerrain forms
for research budgets and public recognition rhrough rhe production of behavior. Edmund Mezger, one of the leading figures in crirninol-
of knowledge which is applicable to social policy programs. Neuro- ogy during the Weimar Republic and the Third Reich, strongly sup-
scientists cannot be maligned as Machiavellian conspirators, eager to poned this introduction of social value judgments, which related the
sacrifice rhe common good for sorne research money. They consider assessment of individuals to their ability to rneet social expecrations
rhernselves as avam-garde scientists called on ea effect a radical change (Mezger 1942: 48-51).
in our strategies to solve social problems. Both the psychiatrisr and the criminologist looked first at the so-
The new criminal biology is still bedeviled by the need to dernar- cial fabric to identify the mishrs. They could not be located before rheir
cate rhe social and rhe somatic. Promises by neuroscientists to move abnormal behavior brought thern to the attention first of cheir social
beyond the risk-factor stage through a fresh look at neurochernical, ge- environrnent and later of rhe authoriries. The focus on social behavior
netic, and anatornical data have not been fulfiUed. The irnpact of rhe put psychopaths at first in the same category as every other criminal,
social and political dimensions are not just presem in rheir research who was defined by his deviation from social and legal norms. This is
objects, they covertly enter rheir concepts. This can be illustrared by a not a sufficient definition of a psychopath, as Kurt Schneider insists.
remarkable reflection by two neuroscientists, Vernon Mark and Frank Socially non-acceptable behavior was only a secondary variable for him.
Ervon, who published a landrnark srudy on the biological reasons for The main characterisric was the suffering of rhe psychopath. According
violence in 1970. Facing the Vietnam wars and violent polirical con- to Schneider, he/she did not suffer from the Il\;gative social and institu-
fl.ictswithin (he US. the two researchers asked the fundamental ques- tional response - this would have been an experience shared with other

292 I I 29
-
'"'r:

Cuerpos Anómalos I PETI!R BECKER NeIV Monsters on the Block? On the Retum of Biological Explanatiom ofCrime and Yialence -

criminals. The psychopath suffered, instead, from" rhe abnormality of The second type of malfunccioning is more directly related to the
his/her own personaliry (Schneider 1946 (1923): 3f). antisocial personality disorder, which the forensic psychiatrist Rob-
The difference between psychopaths and 'ordinary' crirninals was ert Simon called "narcissisrn ... malignantly transformed into living,
not restricted to this suffering, which would have left experts in a rarher breathing evil" (cited after: Niehoff 1999: 129). Instead of emotional
difhcult position - to be at the mercy of the criminals in their search for overreaction, rhe real psychopath registers insensitivity and the need for
psychopaths. Their suffering was related to rhe more tangible crite.ri.aof constant stirnulation - al'
in the words of Debra Niehoff: "the struggle
malfunctioning volirion and ernorion. But even under these conditions of a person who feels nothing to feel sornerhing" (Niehoff 1999: 129)_
could experts idemify psychoparhs only ~fter they had been sufficiently Because of a lower responsiveness of the noradrenergic inhibitory sys-
disturbing to their environment and been reporred to the aurhorities. tern, these psychoparhs are unable to learn to control rheir aggression
Only then could psychopaths be subjecred to a proper treatment rhat from social disapproval (Raine 1993: 93).
was based both on traditional notions of guilt and modern notions of There will be a Brave New World, ifbrain researchers are given a
social prorection. The psychoparhs, as individuals with a badly tuned bigger infl.uence in remodeling the penal sysrem. Ir will be based nor
emotional and volitional system, could not be identified before becorn- on punishment but on trearrnent, on prevenrion and not on retribution.
ing a public nuisance. This conceptualization of psychopaths was thus Prevention will use various tools, like genetic screening and funcrion-
useless for preventative purposes. al brain imagining, for identifying rhose groups at risk of developing
Moving the focus of research into serious, violem -antisocial be- a criminal career. They can be subjected to specific programs in order
havior to the brain, neuroscientists discovered irs close link to rhe mal- to address specihc defects in their brains. Instead of accepting the
Functionina b of neurotransmitter sysrems. Adrian Raine has identified.
systernatic difference between normal and psychopathological indi-
rhe concurrence of emotional overreaction and insensitiviry, The larrer viduals, brain researchers ernphasize rhe optirnistic vision of a brain
was already of analytical relevance to Lombroso and his group. Brain continuously apt to change for the berter (Markowitsch and Siefer
researchers still measure the skin conductance of subjects when rhey are 2007: 228-232).
exposed to emotionally-signihcant visual images or unpleasant stirnuli. The neurosciences offer a new way to look at subjects and their
Raine and his colleagues, however, relate their findings to an analytical agency. Self-fulfillment with optimized neuronal functioning through
framework cornpletely different from that of Lornbroso and his peers. the consumption of highly-focused medication represents one side of
Criminologists of the fin-de-siecle inrerpreted insensitiviry as an indi- the coin. The other side holds the darker image of people whose life
carien of prirnitivisrn. Brain researchers today relate the same observa- takes a wrong turn. Their conduct is classified as the unfortunare out-
tions to a malfunctioning transmitter system in the brain. come of a maladjusted brain, which is unable to process environmental
While criminal biology between the 19205 and 19505 related a stimuli in a proper way. These misfits can be traced through generic
broad variety of differem psychopathic types to a sornatic difference screening, located through PET-Scans, and treated with rnedication
berween the constitucionally-fit self and the pathological other, brain and reeducation programs. The good news implied by this fresh look
researcher today pursue a more differemiated strategy. They idemify at at the boundary between thern and us has to do with the boundary
least two different forms of malfunctioning of the brain with a poten- itself Ir appears to be not so much constructed as open. The brain is
tial to cause persistently violent responses to its environment: the hrst malleable and permanently subject to change. For this reason, even the
is related to an emociona! overreaction caused by the maladjustment of brain of rhe most cold-hearted psychopaths could be re-programmed, if
the serotonergic system. Ir is a violence that Niehoff sees characterized they are ready for it, This optirnisric view looks towards a bright future,
"by toO much ernotion rather rhan too little, and painfully aware of the where only people like Phineas Gage, that i$..J. unfortunate victirns of
surrounding environmem" (Niehoff 1999: 138). accidents with significant brain damage, would be unable to improve

294 I I 295
-
Cuerpos AlIómalos I PETER BECKER Nno Monsters 0/1 the Block? 0/1 the Return of Biological Explanations of Crime IInd Yiolence

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