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El Poder de la Conciencia

Neville Goddard - 1952

Capítulo Uno

YO SOY

Todas las cosas cuando son admitidas, son manifestadas por la luz; porque todo lo que se
manifiesta es luz. Efe. 05:13

La "luz" es conciencia. La conciencia es una, manifestada en legiones de formas o niveles de


conciencia.

No hay nadie que no sea todo lo que es para la conciencia, sin embargo aunque expresada en una
serie infinita de niveles, no se divide. No hay una brecha o separación real en la conciencia. El Yo
Soy no puede ser dividido. Puedo concebirme a mí mismo, como un hombre rico, pobre, mendigo o
un ladrón, pero el centro de mi ser permanece igual, a pesar del concepto que sustente de mí
mismo. En el centro de la manifestación hay sólo un Yo Soy que manifiesta, en legiones de formas
o conceptos de sí mismo y "Yo soy, lo que Yo soy".

El Yo Soy es la auto-definición de lo absoluto, el fundamento sobre el cual todo descansa. El Yo Soy


es la primera causa-sustancia. El Yo Soy es la auto-definición de Dios.

"Yo Soy me ha enviado a vosotros." (1)

"Yo Soy el que Yo Soy." (2)

"...estad quietos y sabed que Yo Soy Dios." (3)

El Yo Soy es un sentimiento de conciencia permanente. El centro de la conciencia es el sentimiento


de lo que Yo Soy. Puedo olvidar quién soy, de dónde soy, y lo que soy. Pero no puedo olvidar que
Yo Soy. La conciencia del Ser permanece, a pesar del grado de amnesia de quién, dónde, y qué
soy.

Yo Soy aquello que en medio de innumerables formas es siempre el mismo. Este gran
descubrimiento de causa, revela que, el hombre bueno o malo, es en realidad el árbitro de su
propio destino, y que es el concepto que tenga de sí mismo lo que causa el mundo en el cual vive.

En otras palabras. Si usted está experimentando mala salud, sabiendo la verdad acerca de la causa,
usted no puede atribuir la enfermedad a ninguna otra cosa que no sea la manera particular de la
causa-sustancia, definida por su concepto, expresado en: "estoy indispuesto". Es por esto que a
usted, se le ha dicho que hay que dejar, al hombre débil, decir: “yo soy fuerte” (Joel 3:10), ya que
la asunción, hace que la causa-sustancia “Yo Soy” sea reorganizada y por consiguiente, deba
manifestar eso, que en su nueva disposición afirma. Este principio rige y gobierna cada aspecto de
la vida, ya sea intelectual, social, financiera o espiritualmente.

EL Yo Soy es esa realidad para la cual, pase lo que pase, debo pedir una explicación de los
fenómenos de la vida. Es este Yo Soy, y el concepto de sí mismo lo que determina la forma y
paisaje de su existencia. Todo depende de su actitud hacia sí mismo; aquello que no afirme como
verdadero de sí mismo, no puede despertarse en su mundo. Es decir, el concepto de sí mismo,
como: "yo soy fuerte, yo soy seguro, yo soy amado," determina el mundo en el cual usted vive. En
otras palabras, cuando usted dice, "yo soy un hombre, yo soy un padre, yo soy un americano,"
usted no está definiendo diferentes Yo Soy; está definiendo diferentes conceptos o disposiciones de
la primera causa-sustancia del Yo Soy. Aun en los fenómenos de naturaleza, si el árbol pudiera
hablar diría, "Yo soy un árbol, yo soy un manzano, yo soy un árbol fructífero".

Cuando usted conoce que la conciencia es la única e incomparable realidad concibiéndose a sí


misma para ser algo bueno, malo, o indiferente, convirtiéndose en aquello que se concibió a sí
mismo para ser -usted está libre de la tiranía de segundas causas, libérese de la creencia de que
hay causas fuera de su mente que puedan afectar su vida.

En el estado de conciencia del individuo se encuentra la explicación de los fenómenos de la vida. Si


el concepto de sí mismo fuera diferente, todo su mundo sería diferente. Siendo el concepto de sí
mismo lo que es, todo en su mundo debe ser como es.

Esto es suficientemente claro, que sólo hay un YO SOY y usted es ese YO SOY.

Y mientras el Yo Soy es infinito, usted, por el concepto de sí mismo, ostenta solamente el aspecto
limitado de su infinito Yo Soy.

[Poema: "The Chambered Nautilus"]

Construya usted más mansiones majestuosas, Oh mi alma.

A medida que las estaciones cambian rápido!

Deja, tu bajo abovedado pasado!

Que cada nuevo templo, sea más noble que el último.

Y le cierre el cielo con una cúpula más vasta

Hasta que usted en el arte de la vida libre,

Deje su concha por el mar incansable de la vida.

Oliver Wendell Holmes, Sr., "The Chambered Nautilus"]

Fin del capítulo Uno de veintisiete capítulos, de la obra original de Neville Goddard "El
Poder de la Conciencia"

Nota del traductor:


La traducción de este texto fue realizada por Ángel Hazdamael, conservando en lo
posible el lenguaje y contexto de aquella época.
Sigo traduciendo textos que iré publicando en la línea del tiempo.
Hasta pronto.

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