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Formateo Logico y Formateo Fisico PDF
Formateo Logico y Formateo Fisico PDF
En cuanto a discos duros hay dos tipos de formateo, ambos totalmente necesarios para
poder utilizarlos: El formateo físico y el formateo lógico.
Formateo físico:
El formateo físico, también llamado formateo de bajo nivel es el que define el tamaño de
los bloques, su número y su ubicación en los discos. No suele ser necesario que el usuario lo
haga, ya que los discos duros vienen ya con el formateo físico hecho de fabrica, y no se suele
perder, salvo por averías causadas por campos magnéticos, temperaturas muy elevadas o por un
problema físico del disco.
Este tipo de formateo considera el disco como un todo, independientemente de cómo luego
se particione. No se hace a través del sistema operativo o utilidades de éstos, sino que hay que
hacerlo a mediante unos programas específicos para ello, generalmente proporcionados como
utilidades por los propios fabricantes del disco o, en algunos casos (sobre todo en placas base
muy antiguas), mediante una utilidad de la BIOS.
Una vez realizado un formateo físico es totalmente imposible recuperar nada de lo que
hubiera en el disco anteriormente, y afecta a todas las particiones que tenga, que son
eliminadas. Además, el resultado de este formateo no lo reconocen los sistemas operativos, por
lo que luego es imprescindible darle al disco un formateo lógico.
Formateo lógico:
Terminado el formateo físico ya tenemos el disco duro con los bloques creados y
perfectamente identificados dentro del total del disco duro. Pero los sistemas operativos no
trabajan sobre el total del conjunto del disco ni sobre los bloques directamente.
Para esto necesitamos darle un formato al disco que defina las particiones, que son con
las que se trabaja, así como los clúster correspondientes, que es la unidad mínima de
almacenamiento que utilizan los sistemas operativos. Para esto utilizamos el formateo lógico.
Este es el tipo de formateo que sí que solemos hacer, pero en este caso no definimos ni el
número ni la ubicación de los bloques, que esto ya se ha hecho en el formateo físico. Además,
tampoco actuamos sobre todo el disco duro, sino sobre una unidad o partición concreta.
Lo primero es definir las particiones, que pueden ocupar todo el tamaño del disco duro o
solo una parte, y a continuación formatearlas al alguno de los sistemas que admiten los diferentes
sistemas operativos.
En cuanto a la importancia del número de bloques que tenga cada clúster se debe a lo que
a continuación explico.
Aunque la unidad mínima de almacenamiento sea el clúster nosotros no trabajamos con
éstos, sino con archivos. Un archivo ocupa tantos clúster como sean necesarios, estando
determinados por la simple operación de dividir el tamaño del archivo en Bytes entre el número de
Bytes que tiene cada clúster, que como he dicho, dependiendo del número de bloques que lo
formen puede estar entre 512 Bytes y 64 KiB (clúster de 1 a 128 bloques).
Hasta aquí no hay problema, pero hay que considerar dos puntos:
Esto para, para que se entienda más fácilmente, lo voy a explicar con un ejemplo:
Supongamos que tenemos una partición formada por clúster de 4KiB (8 sectores). Pues
bien, si grabamos un archivo de 512 Bytes (y realmente se generan muchos archivos de este
tamaño), va a ocupar el clúster completo, desperdiciándose los restantes 3584 Bytes. Si
aplicamos esto a la enorme cantidad de archivos pequeños (solo hay que mirar los que tengan un
tamaño inferior a 4 KiB) veremos todo el espacio que se desperdicia en un disco duro formateado
con clúster de este tamaño.
Es cierto que a menor número de bloques por clúster mayor es la información que tiene
que contener la tabla de particiones, y por lo tanto más ocupa ésta, pero ese exceso de tamaño
se compensa rápidamente por el espacio que deja de desperdiciarse.
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