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Resumen Primera Guerra Mundial y Revolucion Rusa
Resumen Primera Guerra Mundial y Revolucion Rusa
María Dolores Béjar. Historia del siglo XX. La Primera Guerra Mundial y la Revolución
Rusa
Este capítulo marca dos acontecimientos que fueron trascendentes en los inicios del siglo XX.
La Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa provocada por los bolcheviques. La primera
tiene como fecha de origen el 28 de junio de 1914 en el “volcán de los Balcanes” por el atentado
de un joven Serbio en Sarajevo. Por su parte la Revolución Rusa llego entre el 25 y 26 de
noviembre de 1917 con el levantamiento bolchevique que derrocó al régimen zarista.
La Primera Guerra Mundial tuvo causas y fuerzas históricas para que un incidente local
derivase en la mayor confrontación bélica conocida hasta entonces. Si bien es cierto que desde el
Congreso de Viena en 1815 existía el Concierto europeo que mantenía a las potencias en
equilibrio respecto a su statu quo, en el último cuarto del siglo XIX las ambiciones
expansionistas desquebrajaron dicho concierto. Cabe recalcar que el Congreso no aplicaba a las
guerras sobre “los otros”. En esta época también se dio el retroceso del imperio otomano que
exacerbó las rivalidades entre el imperio zarista y el de los Habsburgos que hicieron que las
principales potencias empiecen a construir grandes alianzas: la Triple Entente (Francia, Reino
Unido y Rusia) y la de los imperios centrales (Austro-Húngaro y Alemania) con fuertes
rivalidades.
Las guerras balcánicas endurecieron la posición de Viena con Serbia temiendo perder el
control de sus territorios ante los serbios. Cuando un nacionalista serbio asesinó al archiduque
austriaco y su esposa, la postura fue intransigente. Respondió a esto Rusia que movilizó sus
tropas contra el imperio austro-húngaro y Alemania le declaró la guerra al imperio zarista. Entre
el 3 y 4 de agosto de 1914, Francia y Gran Bretaña le declararon la guerra a Alemania. El ciclo
terminó entre el 6 y 12 de agosto, cuando Austria-Hungría le declaró la guerra a Rusia, Francis y
Gran Bretaña. Claro que ambos bandos tuvieron aliados y otros países europeos se mantuvieron
neutrales.
El Tratado de Versalles se firmó en 1919 integrado por el Comité de los Cuatro. Dicho Comité
tenía sus diferencias notorias. Wilson, presidente estadounidense, pidió el restablecimiento de la
economía liberal. Clemenceau, jefe del gobierno francés pidió sanciones fuertes contra
Alemania. Fran Lloyd George, primer ministro británico, tuvo una posición más conciliadora con
los vencidos. Vittorio Orlando, jefe de la delegación italiana, se mostró preocupado al no ser
consideradas sus peticiones. Cabe recalcar que Rusia fue excluida y sus territorios perdidos no
fueron restituidos. La paz no fue negociada, los vencidos debieron someterse a las resoluciones
de Versalles que afectaron a Europa trazando un nuevo mapa europeo con objetivos claros de
debilitar a Alemania y crear un cordón sanitario en torno a Rusia.
Los países árabes a raíz del debilitamiento del imperio otomano también sufrieron cambios.
La península arábiga no quedó bajo dominación europea pero no se establecieron los reinos tal
como se les había prometido y tenían supervisión de Gran Bretaña. En África, por su parte, las
colonias alemanas fueron distribuidas a distintas naciones de Europa.
La Revolución Rusa
Fue una alternativa ante la crisis y la explotación del capitalismo. Sus antecedentes datan
desde el siglo XIX con el retraso de Rusia en comparación con el resto de Europa ya que el
feudalismo se mantenía vigente. Ante los abusos el campesinado tomó acciones violentas que
llevaron en 1861 a la liberación de los siervos aunque se los mantuvo sujetos a la tierra. La
liberación de los siervos no dio lugar al surgimiento de propietarios rurales interesados en el
aumento y la comercialización de los productos agrarios. Ante el decaimiento de la nobleza
terrateniente y los límites expansionistas en los Balcanes, en 1870 la monarquía promovió al
desarrollo industrial. Si bien la industria era una de las más poderosas se concentraban en islotes
aislados. Además las huelgas a gran escala eran habituales e incluían demandas políticas y
económicas. Los zares resguardaban el orden social y político del antiguo régimen con el fin de
mantener su inmenso poder. Su principal empeño fue resguardar e incluso restaurar, las
tradiciones de la antigua Rusia donde clausuraron toda posibilidad de reforma.
Las primeras movilizaciones en 1905 (el domingo sangriento, huelga en San Petersburgo y
campesinado atacando propiedades señoriales) hicieron que Nicolás II creará el Parlamento
electivo nacional: la Duma. Pero el zar se recuperó pronto del pánico de 1905 y se reafirmó
como autócrata de todas la Rusias. La Primera Guerra Mundial potenció las debilidades del
gobierno. Ante la ineficiencia del gobierno y los sacrificios en la contienda, las manifestaciones
populares colocaron al zarismo en una crisis que desembocó en su caída. En 1917 hubo dos
revoluciones: la de febrero que llevaba a Rusia seguiría el modelo de Europa Occidental, y el de
octubre en el que los bolcheviques clausurarían esta vía. La movilización de febrero de 1917 no
parecía un movimiento revolucionario, más bien fue considerada una protesta social que a
diferencia de la de 1905, continuó la guerra y en esta ocasión los movimientos populares
retuvieron el poder ganado en las calles. Ante el vacío de poder entre febrero y octubre, los
bolcheviques, al mando de Lenin, se tomaron el Palacio de Invierno y así asumieron el control de
Rusia.
Los mencheviques y los socialdemócratas reprocharon este acto y destituyeron a los ministros
socialistas y el gobierno quedó en manos del Consejo de Comisarios del Pueblo, integrado
exclusivamente por bolcheviques. Dentro de esta comisión las opiniones eran divididas. Los
mencheviques y socialistas revolucionarios de derecha proponían un orden democrático burgués
porque pensaban que estaba lejos la construcción del socialismo. Los bolcheviques y los
socialistas revolucionarios de izquierda estaban enmarcados en una oleada revolucionaria. Los
decretos de paz y el reparto de tierras aseguraron la adhesión y simpatía al nuevo gobierno por
parte de la clase obrera. Octubre Rojo dividió el campo historiográfico. Para unos, no fue sino un
golpe de un partido dictatorial que resultó viable. Para otros, la acción de los bolcheviques contó
con el apoyo de los trabajadores y los soldados de los centro urbanos promoviendo un cambio
hacia la igualdad social.