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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR.

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES.

CARRERA DE SOCIOLOGÍA.

TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES.

Jorge Andramunio Ruales.

Tema: El imperialismo, fase superior del capitalismo vinculado con el capítulo IV el


Imperialismo y sus críticos de Teoría breve de las Relaciones Internacionales.

El presente escrito aparece como una necesidad de reafirmar criterios y bases


académicas que con el paso de la globalización reaparecen y vuelven a ser el eje de
discusión dentro de los diferentes espacios sociales, políticos, económicos, pero a
medida que pretende convertirse en una moda que no se supera del sentido común, la
reinserción del imperio un concepto que intenta deconstruir su primer concepción
original, dentro de parámetros que no alejan la mirada a hechos concretos sino más bien
a desviar la generalidad a cuestiones netamente clientelares donde el mercado es el
monarca de los imperios, por este hecho surge la necesidad de una indagación profunda
para revelar las bases y raíces de lo más profundo de la malicia y el peso histórico que
carga el imperio moderno, y por ende las consecuencias que claramente ya comienzan a
ser obvias para el espectador de este nuevo mundo.

La primera parte tratar de analizar los procesos históricos que han permitido el
crecimiento voraz del capitalismo que ha reorganizado las nuevas formas de vida en la
sociedad y nuevos conceptos esto se lo hará desde Lenin que hace un indagación
impresionante de datos, propone y desarma un discurso que se venía formando y que
actualmente no diside mucho, para Lenin “El enorme crecimiento de la industria y la
notablemente rápida concentración de la producción en empresas cada vez de mayor
tamaño son uno de los rasgos más característicos del capitalismo. Los censos modernos
de producción suministran los más completos y exactos datos de este proceso” (Lenin,
1995, 12), Los medios sociales de producción continúan siendo propiedad privada de
unos pocos. El marco general de la libre competencia formalmente reconocida se
mantiene y el yugo de unos cuantos monopolistas sobre el resto de la población se hace
cien veces más duro, más oneroso, más insoportable. (Lenin, 1995, 16
“Por su parte el imperialismo es casi tan viejo como la humanidad, sin que apenas
ninguna comunidad política constituida haya estado libre de incurrir en su tentación, En
Roma, el imperio encarnaba el supremo poder ejecutivo que comprendía tanto la
autoridad militar como judicial; el imperator, en origen un general victorioso, pasó a
designar a la autoridad suprema del estado” (García, 2004, 141), esto reseña problemas
de carácter estructural que no han podido ser descompuestos desde el imperio en su
forma más tradicional, los focos principales, aún no reemplazados , generan efectos
inhabilitantes, en la creciente brecha que actualmente existe que no ha sido superada por
más de 500 años donde comenzó esta expansión, que ha sido de un forma violenta y
cruel.

Que no necesariamente se centra en cuestiones extravagantes de dispersión accionista,


sino más bien en principio a un inimaginable sed de expansionismo como única manera
de subsistir y de reafirmar su hegemonía y usos lujos, García nos puntualiza con un
ejemplo idealista de como sucedían las cosas, “un detonante fue la empresa
colonizadora privada en el Congo, -antiguo reino africano con fuerte presencia en
influencia portuguesa- por el rey de los belgas Leopoldo II, aventura que era preciso
incardinar en la trama de intereses encontraos de unas potencias que compaginaban el
viejo colonialismo con un imperio de base militar y estratégica, más que geográfica o
económica, teñido de virulento nacionalismo” (García, 2004,152).

En principio las categorías con las que representan al imperialismo transnacional no se


apartan de las premisas de antiguo régimen con las que igual pensaba el imperio, esto
nos remite cuestiones fundamentales y corrientes para el análisis, que como predicción
ha puesto en la mesa ya la mayor parte de las reproducciones capitalista que hoy en día
imperan de la mejor manera, “cuando Marx escribió El capital hace medio siglo, para la
mayor parte de los economistas la libre competencia era una “ley natural”. Mediante la
conspiración del silencio, la ciencia oficial intentó aniquilar la obra de Marx, cuyo
análisis teórico e histórico del capitalismo había demostrado que la libre competencia
provoca la concentración de la producción, concentración que, en cierta fase de su
desarrollo, conduce al monopolio” (Lenin, 1995, 14).Un monopolio que se ha visto
desarrollado en las empresas transnacionales

Tales han jugado un papel crucial en el desarrollo social y humano que son las
encargadas hasta de decidir cómo pensamos y como actuamos, pero al final la
colonización que se hace desde occidente en términos relativos a un empate y sumisión
de la forma de pensar, recae en esta ambición de expandirse y donde un libre mercado
es la llave a que cada vez lo ricos se hagan más ricos y los pobres se hagan más pobres,
porque desde esta desigualdad fatal, es difícil entrar en un competencia sana y honesta,
porque la libre empresa es el sueño de todo emprendedor, nueva definición de pobre,
que cree que si un estado lo deja de molestar podrá ser el mejor, sin saber que al igual
en un estado capitalista este actúa a beneficios de la empresa que es la encargada de
manipularlo, para Lenin este estado “el Estado rentista es un Estado del capitalismo
parasitario y decadente, y esta circunstancia no puede dejar de influir, tanto en todas las
condiciones sociales y políticas del país en general como en las dos corrientes
fundamentales del movimiento obrero,(Lenin, 1995, 62)

La idea central de este trabajo tampoco está separada de una prenoción un tanto
generalizada en este caso por García que nos dice, “el imperialismo como la propensión
por parte de un Estado, sin objetivo aparente, a una expansión violenta ilimitada; esto
presupondría la presencia de ciertos impulsos inconscientes incompatibles, por
principio, con el racional espíritu de cálculo propio del capitalismo, apelando más bien a
elementos tan atávicos como el instinto bélico, la agresividad, el deseo de dominio el
afán de conquista, legitimados y encauzados mediante una política estatal expansionista
y militarista” (García, 2004, 147), esto trae a debate un término que se ha utilizado para
denotar, el actuar de las grandes potencias mundiales, que es el de intereses
Geopolíticos, que al igual que hace algunos años esto viene determinado por una
posición estratégica de países que gozan de esta ubicación y a la ves de interés
comerciales, y de recursos naturales.

“Si se toma por base el esquema trazado por las anteriores aproximaciones marxistas al
fenómeno imperialista, a lo largo de los últimos siglos se habría producto de un proceso
de acumulación de riquezas concentrado en lo que pronto designaría como el centro de
un sistema, núcleo político, ideológico, económico y cultural representado por las
potencias occidentales”(García, 2004, 159), esto recae en cuestiones más
trascendentales que reafirman ciertas posiciones el puntual ejemplo para este caso era la
posición que tomo Gran Bretaña después de la I Guerra Mundial, sin embargo no es el
único país que ha tomado estos o a entrado en estos termino para este proceso de
acumulación todos los deseos expansionistas pueden entrar dentro de esta
conceptualización, el caso más puntual actualmente es el de los Estados Unidos, que
viene en una incesante campaña de combate contra todo intento que vaya en contra de
un libre mercado el cuál es administrado y guiado por ellos en occidente, ha oriente
también los viejos imperios con un capitalismo brutal han entrado rápidamente en esta
competencia brutal, que mientras no se redefina en términos epistémicos de una
estructura organizada para redefinir criterios nivel mundial se seguirá en esta inservible
y absurda competencia por el orden mundial.

Estas actitudes de reconocimiento y afirmar el poder, solamente pueden ser pensadas


dentro de una línea, Lenin ya no los advierte, y nos presupone un camino, igualmente
García no se aleja de estas prenociones, el pensar por fuera de las potencias o los
centros solo nos lleva a repensar que para una expansión se necesita una periferia que
sea lo que sufra y aguante el progreso como mejor se lo presenta. África, Asía, América
Latina, son los principales afectados y los que cargan todo el peso del expansionismo
imperial, “el eje conductor de la argumentación plantea que la creación, la reproducción
y el desarrollo de una relación estructural de interdependencia asimétrica en el centro y
la periferia, en el marco del sistema capitalista mundial, tienen como consecuencia el
subdesarrollo y la explotación de la periferia por el centro” (García, 2004, 175), esto
jamás dejo de ser un problema para la academia de la periferia, desde los diferentes
lugares se ha repensado un debate que degenere la idea del colonialismo tradicional, y
que la idea del centro periferia y la dependencia no ha pasado desapercibida en la
reestructuración por regiones del mundo.

Finalmente, después de un recorrido claro y consiente, el análisis recae en afirmar


cuestiones que pareciera nos intentan redefinir la historia como deberíamos crees pero el
llamado es a repensar cuestiones estructurales referente a la posición del capitalismo y
como esta se ha encargado de con un discurso brillante y condiciones que por siglos no
se han destruido crear el imaginario colectivo, “el capitalismo solamente se convirtió en
imperialismo capitalista cuando su desarrollo alcanzó un grado muy alto, cuando
algunos de los rasgos fundamentales del capitalismo comenzaron a convertirse en su
contrario, cuando tomaron forma y se revelaron las características de la época de
transición del capitalismo a un sistema económico y social más elevado. Desde una
perspectiva económica, lo esencial de este proceso es la sustitución de la libre
competencia capitalista por el monopolio capitalista. La libre competencia es el rasgo
fundamental del capitalismo y de la producción mercantil en general; el monopolio es
exactamente lo opuesto a la libre competencia” (Lenin, 1995,54).
Bibliografía
García, Paloma. Teoría Breve de las relaciones Internacionales. Tecnos, 2004.

Lenin, Vladimir. El Imperialismo, fase superior al capitalismo. Fundación Federico Engels., 1995.

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