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Clase Problemat
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2. Filosofía y Sofística
Para la metafísica hay correspondencia entre la idea y las cosas que se expresa por el
lenguaje a través de juicios lógicos. De este modo el sujeto mantiene una relación con todas
las cosas previa a cualquier nominación lingüística. Desde los tiempos de la Grecia clásica
y particularmente desde Platón y Aristóteles se sostiene que el ser humano es un ser que por
su capacidad de abstracción puede conocer las esencias de la realidad y comunicarlas a
todos.
• mente-cuerpo
• espíritu-materia
• sujeto-objeto
Esta perspectiva tradicional constituye el núcleo metafísico del pensamiento occidental que
se prolonga hasta entrado el siglo XX y en el cual el ser de una cosa era:
• Uno: Cada vez que hay una cosa, ésta aparece como cosa. El ser es uno
Así para Platón el Bien era el nombre del ser de modo análogo como Dios lo será para la
teología medieval, es decir aquello que carece de determinación. Lo uno, lo verdadero y lo
bueno constituyen la garantía de unidad y cognoscibilidad del referente más allá de su
modificación sensible. Las cosas no son como las pensamos sino que son pensadas en
conformidad con lo que son. La verdad como adecuación es el núcleo de la metafísica
tradicional de occidente, en la cual el lenguaje expresa esa correspondencia por medio del
juicio veritativo.
2. Filosofía y Sofística
No sería casual que Platón terminara por proponer en su República la idea de un filósofo
tirano.
Fueron las desastrosas consecuencias de las revoluciones marxistas los motivos por los
cuales los filósofos aceptaron nuevamente a los sofistas: en lugar de criticar la opinión
pública había que criticar al crítico, que pretendía sustituir la multiplicidad de opiniones por
una verdad. Pero la condición propiamente filosófica para la crítica ya estaba en el propio
giro lingüístico en la medida que cuestionaba las verdades universales y restituía el
fundamento cultural o étnico del pensamiento.
Vattimo: el vacío dejado por las verdades universales deberá ser ocupado por una
ética de la convivencia, del respeto por el otro, del diferente, del que vive y piensa
distinto.
Habermas: propone un modelo de ética comunicacional(una ética de los derechos
universales)
Rorty: postula una ética de la ironía, que consistiría en tomar distancia respecto a las
propias interpretaciones del mundo o no creerse dueño de la verdad absoluta
La filosofía de nuestro tiempo, así presentada, parece estar dominada por tres problemas:
Al deconstruir el concepto de presencia, de ese ser uno, verdadero y bueno, Derrida inicia
la crítica de lo que llama la ¨onto-teo-logía¨:
• Logos: discurso
• Onto: cosa
Para ilustrar esta segunda diferencia tomamos un ejemplo del propio Saussure: el
significante árbol tiene una significación en la lengua española pero su sentido cambia
cuando hablamos de ¨árbol de cerezas¨ y del ¨árbol genealógico¨. El sentido se modifica de
acuerdo con el sintagma o con la sucesión discursiva. De modo que aún al interior de una
misma lengua o cultura, los términos tienen significaciones y sentidos diferentes.
Sustitución y sucesión van a convertirse en el discurso de Derrida dos formas de diferencia.
El elemento presente difiere de sí, ya Saussure definía la lengua como ¨un sistema de
diferencias sin términos positivos¨. La identidad aparente del signo es una diferencia real, a
su vez el sentido de ese signo va a depender de la sucesión discursiva en la cual se inscriba,
tanto del pasado de esa sucesión como de su futuro. El sentido se ve siempre diferido, es
decir el sentido de cada término queda siempre suspendido.
Conclusiones parciales:
Tercera consecuencia: ¨No hay hechos, sólo interpretaciones¨. Lo que se traduce en que el
significante no remite a un referente sino a otro significante. El discurso es anterior a las
cosas.
En síntesis:
• El mundo no es un conjunto de cosas que primero se presentan y luego es nombrado
por el lenguaje. Es una interpretación cultural y como tal poética o metafórica
• ¨El mundo se vuelve fábula¨. Es decir algo que se cuenta y que no existe sino en el
relato
• Rorty sostiene que los filósofos y los científicos son poetas que se ignoran como
tales, es decir son intérpretes
• Perspectiva hermenéutica: Nunca conocemos las cosas tal cual es fuera de los
discursos que hablan acerca de ella y que a su vez crean y construyen
Desde el punto de vista científico un hecho no prueba nada porque depende de una
interpretación. Así, la filosofía y la ciencia se convierten en variantes de la retórica al
renunciar a la idea de una verdad objetiva o de un discurso racional. En este sentido la
lingüística y la teoría literaria, entendidas como análisis retórico, comienzan a ocupar un
lugar central en el debate intelectual a partir de los 60. Tanto Derrida como Rorty leen un
discurso filosófico por ejemplo del mismo modo que interpretan un texto literario.
La objeción a la metafísica realizada desde los seguidores del ¨giro lingüístico¨ a los
defensores de la verdad objetiva o la razón iluminista es que sabemos porque formamos
parte de una cultura, una lengua en la que cada una de las cosas tienen para nosotros una o
varias significaciones. En oposición a la ciencia positiva o la razón iluminista para quienes
habitamos la naturaleza, la hermenéutica en cambio sostiene que vivimos en un ¨mundo¨.
El mundo es un conjunto de significaciones, de saberes, valores, de gustos, de certezas, una
pre-interpretación o una pre-comprensión. Habitamos un mundo, un lenguaje, una cultura.
El sujeto, para los filósofos del giro lingüístico, es portador de un lenguaje histórico y finito
que hace posible y condiciona a su vez el conocimiento a sí mismo y al mundo, en
oposición al sujeto autónomo de la modernidad. Por ello Derrida sostienen que es la lengua
la que domina a sus hablantes. La lengua nos da su palabra de dos maneras diferentes y
correlativas:
• Nos propone confiar en él: sólo nos queda creer en las palabras dadas, en su
herencia y su promesa
Entre principios de finales de los 70´, la teoría de Wittgenstein de los ¨juegos del lenguaje¨
va a tener sus adeptos en la europa continental, de los cuales el alemán J. Habermas y el
francés F. Lyotard son sólo dos ejemplos de esta tendencia. Pero también fuera de europa,
podemos mencionar por ejemplo a R. Rorty y a P. Watzlawick.
En el primer caso el uso del término ¨perra¨ se usa para informar, en el segundo para
insultar. Así, informar, insultar, declarar, prometer, interrogar, etc., son diversos modos de
hacer cosas con palabras.
Por ello la validez de un enunciado depende de que todos los participantes acepten jugar,
actuar y reconozcan en consecuencia las reglas del juego establecidas. De ahí que tanto
Habermas como Lyotard hablen de un contrato, explícito o no, entre los jugadores. El ¨lazo
social¨ se identifica con estas reglas: a cada institución le corresponde un juego de lenguaje
preciso del cual participa un conjunto de individuos.
• Lyotard-verdad-revolución-paralogía
• Rorty-verdad-redescripción-aspecto consensual