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El ejercicio del poder público del estado

De conformidad con la constitución política de la República el poder proviene del pueblo


y su ejercicio está sujeto a las limitaciones señaladas por la constitución y la ley.

Ninguna persona, sector del pueblo, fuerza armada o política, puede arrogarse su
ejercicio. (Artículo 152 de la constitución política).

La función pública está sujeta a la ley, los funcionarios son los depositarios de la
autoridad, responsables de su conducta oficial, sujetos a la ley y nunca superior a ella.

Todo funcionario público está al servicio del estado y no de partido político alguno.

La función pública es indelegable, es decir que no se puede delegar, excepto los casos
señalados por la ley, y no se puede ejercer sin prestar previo juramento de fidelidad a la
constitución. (Artículo 154 de la constitución política).

Así, dentro de la constitución en su artículo 155, se encuentra regulada la


responsabilidad de los dignatarios, funcionarios y trabajadores del Estado, que en el
ejercicio de sus cargos cometan infracción a la ley, son solidariamente responsables de
los daños y perjuicios causados a particulares; cuya prescripción es de veinte años; la
responsabilidad penal por el transcurso del doble del tiempo señalado por la ley.

Ninguna persona puede reclamar al estado por daños y perjuicios causados por
movimiento armado o disturbios civiles.
Dentro del artículo 156 de la constitución política, establece la no obligatoriedad del
cumplimiento de órdenes ilegales, esto significa que ningún funcionario o empleado
público, civil o militar, está obligado a cumplir órdenes ilegales o que impliquen la
comisión de un delito.

En conclusión podemos decir que el ejercicio del poder público proviene del pueblo,
filosóficamente implica que es el pueblo el que se encuentra ejerciendo el poder a
través de la elección de sus representantes, que se encuentran a cargo de la función
pública del Estado.

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