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La hegemonía débil del “populismo”

Ilustración: Anahí Rivera

Descifrar los fisonomía de la “hegemonía débil” de los Con la imposición de una democracia con
fuertes compromisos con los regímenes dictato-
gobiernos posneoliberales o de los “populismos”, en momentos riales que la precedieron, y que a medida en que
se imponía el neoliberalismo se fue constituyen-
en los que muestran escasa capacidad de “resistencia” a la do como una democracia degradada, oligárqui-
ca y de “casta”, las crisis en Ecuador, Bolivia y
avanzada de las derechas, se torna importante no solo para Argentina, las expectativas de una vía “social-
demócrata” para América Latina, que ya en los
entender la crisis que atraviesan estos proyectos, agotadas las ‘90 se habían vuelto minoritarias, fueron rem-
plazadas por una reivindicación de los llamados
condiciones que permitieron su auge; sino también porque “populismos”, o lo que hemos denominado go-
biernos “posneoliberales”.
podemos decir que en Latinoamérica estamos asistiendo a un En este sentido, el largo camino que va de José
Aricó a Ernesto Laclau en realidad no es tan lar-
lento, contradictorio y desigual proceso de emergencia de los go ni contradictorio. Quizás no sea descabellado
afirmar que mucho de lo planteado por Laclau,
asalariados. ya estaba dicho, con otro lenguaje, por Aricó.
Como tampoco está de más señalar que la idea
de una “hegemonía” representada por una po-
Juan Dal Maso y Fernando Rosso sición política predominante en la sociedad a
Comité de redacción. partir de la confluencia de distintos sujetos so-
ciales contingentes, como forma de acceder al
Introducción poder del Estado dentro de la democracia bur-
La “hegemonía”, las “revoluciones pasivas” y la conclusiones de las derrotas de los procesos revo- guesa, está en la base de las disímiles direcciones
“voluntad colectiva nacional-popular” (y en me- lucionarios de los años ‘70 y establecer las claves en que se movieron Aricó y Laclau de los ‘80 en
nor medida la de “Estado integral”) fueron algu- de una concepción de tipo “gradualista” que bien adelante, tanto como de las actuales reivindica-
nas de las principales temáticas gramscianas con sintetizara José Aricó cuando definía al marxismo ciones del “populismo” en la vieja Europa.
las cuales un destacado sector de la intelectuali- de cuño gramsciano como el “punto de partida A diferencia de lo que piensan los sectores aca-
dad de izquierda latinoamericana intentara pen- para pensar la transformación democrática de la démicos que reivindican a los gramscianos argen-
sar la historia de nuestro subcontinente, sacar sociedad”1. tinos por sus análisis sobre las “transiciones a la »
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democracia”2, la utilización de la categoría de la en marcha desde arriba, “hasta el punto en que la heredados del neoliberalismo (como la espe-
“hegemonía” como un término que permitía salir guerra de posiciones vuelve a convertirse en gue- cialización exportadora, el endeudamiento ex-
del “esencialismo de clase”, llevó a la conforma- rra de maniobras” (C15 § 11) en el que se abre terno o la precarización laboral), las reformas
ción de teorías y prácticas que propugnaban una el momento político-militar, ejemplificado por parciales contuvieron la movilización social,
“hegemonía débil” cuya verdadera fortaleza ter- Gramsci con la guerra de liberación de un pue- “pasivizando” a las clases subalternas y coop-
minaba residiendo en el Estado (capitalista). blo oprimido contra una potencia opresora y cuyo tando a los “movimientos sociales” para “pa-
De esta forma se pasaba, para utilizar una ex- equivalente de clase es la guerra civil (C13 §17). sar de la protesta a la propuesta” –según la
presión de Massimo Modonesi, del recono- Tomando en cuenta estos elementos, la opera- frase de Evo Morales–. La labor estabilizadora
cimiento de las revoluciones pasivas “como ción teórica de oponer la “hegemonía” enten- del ciclo reformista –combinando sus elemen-
proceso” a la reivindicación de las revolucio- dida en clave “nacional-popular” al poder de tos de “revolución pasiva” con los de “restau-
nes pasivas “como proyecto”, contra lo sosteni- clase, resulta altamente cuestionable, ya que ración”–, fue preparando el terreno para que
do por el propio Gramsci en su Cuaderno 15, en los propios análisis de Gramsci, no obstante la clase dominante pueda aspirar a una plena
cuando señalaba que la revolución pasiva no ciertos desplazamientos que señalamos y criti- “restauración conservadora”.
debía tomarse como programa, sino como “cri- camos en otro lugar3, la hegemonía “si es ético-
terio de interpretación en ausencia de otros ele- política no puede no ser también económica, no Jacobinismo, revolución pasiva, populismo
mentos activos dominantes” (C15 § 62)*. puede no tener su fundamento en la función de- Para pensar esta problemática resulta útil to-
La categoría de “nacional-popular” venía a cisiva que el grupo dirigente ejercita en el núcleo mar el enfoque de Fabio Frosini en su trabajo
ponerle el moño entonces a una interpretación decisivo de la actividad económica” (C13 §17). “Pueblo y Guerra de Posición como clave del
en la cual una teoría “aclasista” de la hegemo- Esta temática, cuyo abordaje tiene una historia populismo. Una lectura de los Cuadernos de la
nía servía como fundamento para la adopción propia en América Latina, ha vuelto a resurgir a Cárcel de Antonio Gramsci”4.
de la “revolución pasiva” como programa. partir del análisis y balance de las experiencias Frosini asocia la “revolución pasiva” a las for-
de los gobiernos “progresistas” o “posneolibe- mas constitutivas del Estado moderno, enten-
Hegemonía burguesa y proletaria rales” de la región. Balance al que se hace refe- dido este como “Estado ético” (composición
Contra este tipo de interpretaciones –espe- rencia en “‘Fines de ciclo’ de Caracas a Buenos pasiva de los conflictos en clave hegeliana) que
cialmente en sus análisis sobre el rol de los mo- Aires”, de Eduardo Molina, publicada en el nú- bloquea la “permanencia del movimiento” del
derados piamonteses en la experiencia de la mero 18 de Ideas de Izquierda. En ese artículo, proceso iniciado con la revolución francesa y
unificación italiana de mediados del siglo XIX– podemos leer: expresado por el jacobinismo, mediatizándolo
Gramsci señala en el Cuaderno 15 una diferencia a través de una relación compleja entre Estado
esencial entre las formas “expansivas” de la hege- La categoría gramsciana de “revolución pasi- y sociedad civil que impide que “el pueblo” va-
monía que expresaron los jacobinos y la “dicta- va” es empleada por diversos estudiosos para ya más allá de los límites impuestos por la direc-
dura sin hegemonía” mediante la cual el Estado interpretar estas reformas. Pero Gramsci la uti- ción burguesa. Señala Frosini:
piamontés había desplazado las demandas socia- lizó para analizar los procesos en la Europa del
les del Partido de Acción. Mientras los jacobinos siglo XIX que, para evitar una reedición de la El pueblo no designa una determinada clase
habían creado, en los términos de Gramsci, una revolución de 1848, completaban “desde arri- social, sino un conjunto heterogéneo de “cla-
“voluntad colectiva nacional-popular”, los mode- ba” tareas históricas como la unidad nacional ses” que tienen en común dos elementos: la
rados del Risorgimento habían hecho de la falta en Alemania e Italia, con los métodos reaccio- posición subalterna en la esfera del poder y el
de tal creación la piedra angular de la unifica- narios de un Bismarck o un Cavour, cancilleres papel instrumental en la esfera del trabajo (...)
ción italiana. de sendas monarquías. Dicho en otras palabras, según Gramsci la his-
La hegemonía proletaria, que según la con- En la época imperialista esa posibilidad está toria de las sociedades humanas, es decir de las
ceptualización de Gramsci, continúa en otras agotada, porque encarar a fondo tareas demo- sociedades de clases, está atravesada por un hi-
condiciones la “revolución permanente” de los ja- crático-estructurales como la liberación na- lo rojo unitario, que es el hilo rojo del poder
cobinos por su carácter “expansivo”, se caracteri- cional, entra en contradicción con las bases entendido como control disciplinar de la es-
za no por el “esencialismo” de clase sino por su del orden capitalista en los países dependien- pontaneidad popular. (...) Entre la política fran-
intento de disminuir la distancia entre “dirigen- tes. Ninguno de los gobiernos posneoliberales cesa y la filosofía alemana hay “traducibilidad”
tes y dirigidos”, para dotar de un “una forma mo- se propuso romper con el capital imperia- porque la revolución pasiva, a la que Hegel da
derna y actual al humanismo laico tradicional que lista, hacer una profunda reforma agraria o una expresión teórica acabada, no es única-
debe ser la base ética del nuevo tipo de Estado” nacionalizar los recursos naturales (…) El ele- mente una reacción a la Revolución, es tam-
(C11 §70) (cabe señalar, de paso, la importancia mento de “revolución pasiva” en estos limi- bién una aceptación progresiva de alguna de
de relacionar las reflexiones políticas y filosófi- tados “procesos de cambio” está al servicio sus reivindicaciones y viceversa, el jacobinis-
cas de Gramsci). Para esto concibe un período de de la recomposición del orden, no de su su- mo fracasa necesariamente cuanto toca sus “lí-
“guerra de posición” como contracara de la “revo- peración. Mientras se mantuvo la continui- mites de clase.” (…) El significado del término
lución pasiva” que los grupos dominantes ponen dad en aspectos económicos y sociales clave populismo para Gramsci, está por tanto ligado
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al objeto designado por un nexo pasional y no de autodeterminación, de conformación de po- de Janeiro. Recientemente tuvo lugar una jor-
simplemente lógico: el “populismo” no se limi- der popular o de contrapoderes desde abajo –u nada de paro nacional (15/04) contra las refor-
ta a “expresar” el objeto “pueblo”, sino que lo otras denominaciones que se prefieran– se esta- mas laborales flexibilizadoras impulsadas por el
evoca y lo suscita para proponerlo como mo- ría no sólo negando un elemento substancial de Gobierno, como parte de un plan de ajuste más
delo. En este sentido el populismo representa cualquier hipótesis emancipatoria sino además de conjunto. También Chile viene de un proce-
el tornarse extremo y explícito de toda la lógi- debilitando la posible continuidad de iniciativas so de aumento de la conflictividad laboral y las
ca hegemónica de la política moderna” (desta- de reformas –ni hablar de una radicalización en huelgas, así como en la Argentina el último pa-
cado nuestro NdR). clave revolucionaria– en la medida en que se ro general del 31M se realizó con contundencia
desperfilaría o sencillamente desaparecería de (y fue el cuarto bajo el gobierno de Cristina Fer-
Pero de las propias características del popu- la escena un recurso político fundamental pa- nández). En varios de estos países se combina
lismo señaladas por Frosini, se desprenden sus ra la historia de las clases subalternas: la inicia- con movilizaciones juveniles que reclaman por
“límites de clase”. Ya que su intento de reflotar tiva desde abajo, la capacidad de organización, la educación y otros derechos.
el “jacobinismo” contra los “buenos modales” de movilización y de lucha6. La recomposición objetiva de las fuerzas de
del Estado liberal no puede superar las condi- la clase trabajadora, su recuperación subjetiva;
ciones de pasivización en que se sostiene. Con- Desde esta óptica, la orientación “pasivizado- en el marco del agotamiento (con desigualda-
tra la “composición pasiva de los conflictos”5 de ra” y restauradora de los procesos “posneolibe- des) de los gobiernos “posneoliberales”, vuel-
la que sería expresión el Estado “ético” hegelia- rales”, no solo niega de plano cualquier cambio ve a revitalizar la perspectiva de superarlos por
no, el populismo lleva adelante una “instrumen- radical o revolucionario, sino que obtura hasta izquierda desde un programa y una estrategia
talización” del conflicto, que puede cuestionar su propia continuidad como proyecto reformista. obrera y revolucionaria.
ciertos aspectos de la relación entre pueblo y
gobierno, pero no puede desarrollar la movili- La hegemonía débil y el balance de los
zación popular hasta cuestionar al propio Esta- gobiernos posneoliberales
do, por lo que suele desalentar la acción directa Esto explica, en los últimos años, los conflictos Blog de los autores: losgalosdeasterix.blogs-
y la autonomía de los movimientos sociales y de crecientes de los gobiernos “progresistas” con pot.com.ar y elviolentooficio.blogspot.com.ar
la clase obrera. Esa es su marca pasivizadora. la clase obrera organizada en sindicatos, la cual
De esta forma, el populismo se constituye co- (sin pretender embellecer en lo más mínimo la *Las citas de los Cuadernos de la Cárcel, indican-
mo un intento de superar el “moderantismo burocratización de las organizaciones obreras) do número de cuaderno y parágrafo, corresponden
republicano” sin un auténtico jacobinismo, o resulta más difícil de “instrumentalizar” que los a Quaderni del carcere. Edizione critica dell’ Istituto
Gramsci. A cura di Valentino Gerratana, Torino, Ei-
mejor dicho a través de un jacobonismo por el pobres urbanos y las clases medias progresistas.
naudi, 2001.
orden que lo sucedió y que lo constituye como Especialmente por su concepción del “pueblo”
1. Aricó, José M., La cola del diablo. Itinerario de
un “jacobinismo de Estado” conservador frente y su relación con el Estado, la clase dirigente y Gramsci en América Latina, Buenos Aires, Punto
a los fundamentos del orden social. sus líderes, el populismo toca su propio “límite Sur, 1988, p. 115.
Al postular al Estado como el agente de los de clase” a la hora de crear una “hegemonía ex- 2. Ver Boostels, Bruno, “Towards a Theory of The In-
cambios históricos, el “populismo”, entendido pansiva” es decir, en los términos de Gramsci, tegral State” en Historical Materialism vol. 22 issue
en estos términos, reproduce la posición sub- “constituir una voluntad colectiva nacional-po- 2, 2014.
alterna en la esfera del poder y el papel ins- pular”; lo cual es imposible desde una estrategia 3. Ver “Sobre las Nueve lecciones y el marxismo de
trumental en la esfera del trabajo de la clase que postula la integración “amorfa” de la clase José Aricó”, IdZ 2, agosto 2013, “La hegemonía ‘light’
trabajadora y los sectores populares, a la que obrera en el “pueblo” y no el camino de que se de las nuevas izquierdas”, IdZ 8, abril 2014, o “Una
vez más sobre la hegemonía” en lasideasnocaen.
hacía referencia Frosini. reconozca como clase con un interés diferen- blogspot.com.ar.
Por este motivo, lo máximo a lo que puede as- ciado, adoptando un programa que luche por la
4. Frosini, Fabio, “Pueblo y Guerra de Posición co-
pirar en este contexto histórico es a poner en alianza con los sectores populares, es decir, una mo clave del populismo. Una lectura de los Cuader-
pie una “hegemonía débil” cuya capacidad “ex- “hegemonía” obrera hacia el resto de las clases nos de la Cárcel de Antonio Gramsci”, en Cuadernos
pansiva” se limita al acceso al consumo de sec- oprimidas. de Ética y Filosofía Política, Año 3, N° 3, Lima, 2014,
tores más amplios de la población en momentos En países no caracterizados en los últimos pp. 63/82. Disponible en http://www.academia.edu.
de crecimiento económico, obturando a su vez tiempos precisamente por el alto nivel de mo- 5. Frosini, Fabio, “Hacia una teoría de la hegemo-
la organización de base y o cualquier tipo de vilización, como Brasil, luego de las jornadas nía” en Modonesi, Massimo (coordinador), Horizon-
tes Gramscianos. Estudios en torno al pensamiento
elementos de autonomía del “pueblo”. de junio de 2013, se desarrolló una oleada de de Antonio Gramsci, México, Facultad de Ciencias
Esto es reconocido es por Massimo Modonesi: huelgas que incluyó fábricas como las automo- Políticas y Sociales UNAM, 2013, p. 69.
trices de Volkswagen y General Motors, a tra- 6. Modonesi, Massimo, “Revoluciones pasivas en
Al aprovechar, controlar, limitar y, en el fon- bajadores de los subtes o los no-docentes de la América Latina. Una aproximación gramsciana a la
do, obstaculizar cualquier despliegue de parti- Universidad de San Pablo y hasta una huelga caracterización de los gobiernos progresistas de ini-
cipación, de conquista de espacios de ejercicio triunfante de los recolectores de residuos de Río cio de siglo”, en Modonesi, Massimo, op. cit., p. 235.

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