Está en la página 1de 5

¿Qué es el desarrollo humano?

Estudio científico de cómo cambian las personas y como permanecen algunos aspectos con el correr del
tiempo.

Dichos cambios pueden ser de dos maneras:

1. Cambios cuantitativos: Variación en el número o la cantidad de algo, como la estatura y el peso.


2. Cambios cualitativos: Se presenta en el carácter, la estructura o la organización, como la naturaleza de
la inteligencia de una persona, entre otros.

La vida del hombre se divide en ocho períodos:


1. Etapa prenatal: Desde la concepción hasta el parto.
Formación de órganos y estructura corporal básica
Crecimiento físico acelerado
Vulnerabilidad a las influencias ambientales

2. Etapa de los primeros pasos: Del nacimiento a los 3 años.


El recién nacido es dependiente pero competente
Los sentidos funcionan desde el nacimiento
El crecimiento físico y el desarrollo de habiliades motoras son muy rápidos
Se forman los lazos con los padres y con los demás
La autociencia se desarrolla durante el segundo año
El habla y la comprensión se desarrollan con rapidez
Se incrementa el interés en otros niños

3. Primera infancia: Desde los 3 hasta los 6 años.


Comienza a relacionarse con otros niños
Mejora la fuerza y las habilidades motrices fina y gruesa
Incremento del autocontrol, cuidado propio e independencia
Mayor creatividad e inventiva en los juegos y la imaginación
Inmadurez cognoscitiva que conduce a ideas "ilógicas" acerca del mundo
Comportamiento egocéntrico (centrado en sí mismo)

4. Infancia intermedia: Desde los 6 hasta los 12 años.


Los compañeros cobran gran importancia
Comienza a pensar lógicamente, aunque el pesamiento es concreto
Disminuye el egocentrismo
Incremento de memoria y lenguaje
Mejora la habilidad cognoscitiva
Desarrollo de autoconcepto y autoestima
Disminuye la rapidez del crecimiento físico
Mejora la fuerza y la capacidad atlética
5. Adolescencia: De los 12 a los 20 años.
Cambios físicos rápidos y profundos
Se inicia la madurez reproductora
Difícil búsqueda y consolidación de la identidad
El grupo de iguales ayuda a desarrollar y probar el autocontrol
Desarrollo del pensamiento abstracto y empleo del razonamiento científico
El egocentrismo se presenta en algunos comportamientos
En términos generales, las relaciones con los padres son buenas

6. Edad adulta temprana: Desde los 20 hasta los 40 años.


Se toman decisiones acerca de las relaciones íntimas
Muchas personas se casan y tienen hijos
La salud física llega al tope, luego decae ligeramente
Elección de carrera
Continúa desarrollándose el sentido de la identidad
Capacidad intelectual más compleja

7. Edad adulta intermedia: Desde los 40 a los 65 años.


Nueva búsqueda del sentido de la vida
Deterioros en la salud física, el vigor y la fuerza
Sobreviene la menopausia en las mujeres
La sabiduría y la habilidad para resolver problemas prácticos son grandes; declina la habilidad
para resolver problemas nuevos
Doble responsabilidad: cuidar a los hijos y a los padres ancianos
La orientación del tiempo cambia a "tiempo dejado de vivir"
Independencia de los hijos: nido vacío
Las mujeres adquieren más confianza en sí mismas, los hombre se vuelven más expresivos
Algunos experimenta el éxito en sus carreras y llegan a la cima económica; otros sufren de
agotamiento
En una minoría se produce la crisis de la edad madura

8. Edad adulta tardía: 65 años en adelante.


La mayoría de las personas aún están saludables y activas, aunque de algún modo la salud y
las habilidades físicas decaen
La mayoría de las personas mantienen la mente despierta
La lentitud de reacción afecta muchos aspectos del funcionamiento
Surge la necesidad de afrontar pérdidas en muchas áreas (pérdida de las propias facultades,
pérdida de los seres amados)
La jubilación deja más tiempo libre, pero reduce los recursos económicos
Ante la inminencia de la muerte, se siente la necesidad de encontrarle su propósito a la vida
¿Qué es el desarrollo? ¿Hay diferentes concepciones del desarrollo?

La caída de los regímenes que siguieron el modelo socialista de desarrollo, y los límites
del modelo de desarrollo capitalista crisis del estado del bienestar, dualización de la
sociedad en sectores cada vez más ricos y más pobres y el deterioro ambiental, entre
otros aspectos han propiciado el debate sobre los modelos de desarrollo.

Hay muchas formas de entender el desarrollo. Tradicionalmente se han identificado los


conceptos de desarrollo y crecimiento económico; sin embargo algunos países crecen en
aspectos fácilmente cuantificables producen, consumen y exportan más y no por ello
logran la satisfacción de las necesidades de la población.

Otros entienden el desarrollo como la satisfacción de todas las necesidades propias del
ser humano, no sólo las primarias (alimento, vivienda, educación, salud) sino también
protección, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Necesidades
que son en sí mismas potencialidades humanas individuales y colectivas. De esta forma,
el desarrollo incluye también un fuerte componente social: distribución más equitativa del
ingreso, expectativas de vida, acceso a una vivienda digna, a servicios de salud y de
educación, a una situación ambiental sana, a derechos sociales y políticos, y a la
posibilidad de participación ciudadana en la toma de decisiones. El Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publica anualmente un Informe sobre
Desarrollo Humano que recoge los avances y retrocesos experimentados por los países
de la ONU en lo relativo a estos aspectos.

Cuando un gobierno diseña una estrategia para un país, o cuando una agencia
internacional apoya una serie de acciones, están optando por una forma de entender el
desarrollo que prioriza unas opciones sobre otras y que, de hecho, define el modelo de
desarrollo por el que apuesta.

Cuando se comparten concepciones de desarrollo y se trabaja conjuntamente en la


consecución de objetivos concretos, se puede hablar de cooperación. Si este trabajo
conjunto se realiza entre agentes del Norte (aportando recursos o técnicas) y agentes del
Sur (definiendo las necesidades y ejecutando las acciones ideadas) ya no hablamos de
ayuda unidireccional -del que tiene al que le falta- sino de cooperación internacional.
EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL
DESDE LA FORMACIÓN DE JÓVENES LÍDERES UNIVERSITARIOS.

Publicación de los domingos 6 y 12 de diciembre de 2004 en el periódico "El Heraldo de León".


Por Mauricio López Oropeza*

“Jóvenes: Porque son ustedes los que van a recibir la antorcha de manos de sus mayores y a vivir en el
mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia. Son ustedes los que
recogiendo lo mejor del ejemplo y de las enseñanzas de sus padres y de sus maestros, van a formar la
sociedad del mañana...”
Concilio Vaticano II

Los comentarios en los medios de comunicación, la preocupación de los padres de familia, las
constantes discusiones de parte de los miembros de las Universidades y, ciertamente, una fuerte
preocupación y reto para los formadores en todo nuestro país y nuestra región, van apuntando hacia la
formación educativa y valoral de los jóvenes hoy en día. No es posible concebir un desarrollo humano
integral en toda nuestra sociedad que no toque especialmente a los jóvenes que se van formando para
tomar la responsabilidad de llevar las riendas de su entorno socio-político-económico.
Es un hecho innegable la difícil situación que se vive en nuestra época en cuanto a la formación en
valores, y esto se nota cada día más en las relaciones interpersonales de los jóvenes; es también notoria la
falta de un compromiso real con su formación y lo que parece una pérdida parcial o total de ideales que
generen en el joven un sentido de pertenencia en algún grupo que le apoye en su crecimiento. Los jóvenes
buscan refugios temporales que parecen dar respuesta y solución inmediata a su falta de directriz y
orientación; es así como se entregan a conductas destructivas o simplemente se conforman con un
relativismo donde se pierde la personalidad en los enmascaramientos externos de los que son presas.
El Desarrollo Humano se presenta como una oportunidad que se vuelve cada día más necesaria en el
imaginario de nuestras sociedades actuales; no se puede hablar de una formación integral si no se habla
de un desarrollo humano que toque todas las dimensiones de la persona.
No es este escrito un intento de mostrar la complejidad de la situación actual del joven, ya que esto es un
tema prácticamente inagotable y nos llevaría mucho tiempo para abarcarlo. Este escrito apunta más bien a
establecer ciertas referencias acerca de las generalidades de esta situación de insensibilidad e
individualismo que aqueja a todos los círculos sociales sin respetar fronteras para, a partir de ello,
presentar una propuesta de acercamiento a los jóvenes desde el desarrollo humano integral.
El proceso actual de inestabilidad en la juventud viene con la globalización económica que se va
haciendo cada vez más una globalización cultural, la cual al parecer también causa un fuerte efecto en el
comportamiento de la población juvenil en todo el mundo. Las conductas son cada vez más similares en
todos los países: la manera de vestir, de actuar, incluso de hablar se han vuelto homogéneas, dando pauta
a un estilo de vida ¨light¨ donde la satisfacción de los deseos más inmediatos es lo primordial para alcanzar
la plenitud y al final el joven se sigue sintiendo sólo en un ensimismamiento que le impide definirse a sí
mismo y darse a otros.
Gran parte de la influencia se debe a los medios de comunicación que buscan vender a toda costa sus
productos; las influencias mercantiles llegan a todos los rincones buscando crear necesidades tan nuevas
y diversas como jóvenes hay en busca de encontrar su propio sentido. El efecto globalizador es en realidad
un efecto dominó que va llegando a todos los confines en su búsqueda implacable por generar más
riqueza; los jóvenes viven en una jungla de estilos, ideales, personalidades y productos a la medida que
han causado la pérdida de un espíritu de lucha por encontrar la propia personalidad enraizada en valores y
un equilibrio en todos los aspectos y dinamismos fundamentales de su persona.
Es así como nos encontramos ante una realidad retadora, donde los signos de los tiempos nos llevan a
prepararnos más y buscar nuevas y mejores maneras de llevar el mensaje de vida integral, es en este
momento de la juventud donde los valores se encuentran más olvidados. Es en este tiempo donde
debemos generar en todas las instituciones, educativas y culturales, los espacios necesarios para
promover un real desarrollo humano que apele por una formación integral de la persona. Un desarrollo
humano equilibrado en sus dimensiones personal, social y espiritual; es en esta época cuando más
compromiso se requiere de parte de los formadores para llevar con los medios adecuados el mensaje de
esperanza que debe hacerse realidad a través de la formación de la persona en el humanismo de
compromiso por el otro.
El desarrollo humano (DH) es concebido en últimos tiempos como una herramienta integral que apela por
el desarrollo y la promoción del crecimiento de la persona de manera integral y equilibrada. El DH también
busca incorporar diversas corrientes de pensamiento y de ciencia moderna que, unidas, ofrezcan a los
promotores de desarrollo humano una amplia gama de herramientas y competencias que puedan servir
para la generación de programas de promoción y desarrollo, para el acompañamiento de procesos
grupales y personales y, especialmente, para conformar procesos que faciliten el desarrollo integral de las
personas en todas sus capacidades y dimensiones para alcanzar su propia plenitud.
Hay muchos hombres y mujeres que sin tener todas las herramientas se preguntan por el alcance de
dicha plenitud y sentido para la vida en un mundo como éste y llegan a conclusiones desoladoras en las
que se abandonan para dejarse llevar por la corriente, pero hay otros más, muchos todavía, quienes al
preguntarse por el sentido de la vida en un mundo como el de hoy, encuentran en su interior, en sus
familias y en sus instituciones, ejemplos claros de la llama del amor encendido y que hacen posible el
comprometerse por un ideal de fraternidad. Estos son los ejemplos vivos de gestores del DH que buscan
por encima de todo generar procesos que respondan a la persona, y por esto es evidente que no existen
fórmulas preestablecidas para ello. Cada proceso grupal o personal trae consigo el reto tremendo de
configurar un camino inédito que realmente aporte a la vida de las personas y encamine a una plenitud
sentida.
Existen testimonios vivos de hombres y mujeres que se comprometen día con día con el DH y que hacen
posible soñar con un mundo mejor. Sus testimonios se hacen palpables en lo concreto, en lo que pareciera
a primera vista como pequeño; así resultan los grandes milagros de nuestro tiempo: en las vidas dedicadas
a servir a otros desde el compromiso desinteresado. De ahí surge la inspiración para la búsqueda de
propiciar experiencias significativas y profundas para los universitarios que están en busca de sentido.
Aportar elementos del DH en mi práctica cotidiana no es una novedad en mi proceso profesional y
humano; más bien ha sido un buscar en lo propio e ir desentrañando posibilidades de crecimiento que se
han ido convirtiendo en espacios concretos dentro de instituciones que creen en el desarrollo de los
jóvenes.
A lo largo del proceso me he encontrado con que lo verdaderamente significativo de este desarrollo
proviene de la credibilidad que podamos depositar en el joven; en la medida en que le demos una
orientación adecuada y lo vayamos acompañando a lo largo del proceso, el DH se va dando automático
conforme el joven va asumiendo los retos de profundizar en su reflexión y, posteriormente, al hacerse
cargo del desarrollo operativo para contagiar a otros universitarios. Jóvenes definitivamente jalan a otros
jóvenes, y es de esta manera que lo significativo es el mensaje que dan unos jóvenes a otros desde su
propio testimonio.
Es un hecho que las opciones alternativas de los universitarios, cuando no encuentran su identidad o su
sitio dentro de las instituciones, van encaminadas a una cerrazón optando por lo que el entorno les ofrece,
y en muchas ocasiones estas ofertas son predominantemente elementos externos que intentan producir
satisfactores artificiales que les llevan a propiciar peligrosas conductas de riesgo y que atentan contra su
propio DH. Estas actitudes son reflejo de una falta de identidad, falta de compromiso y de una formación
previa que no ha sido arraigada en cuanto a valores, seguridad y autoestima, y las cuales son un mal que
atormenta a un número muy grande de jóvenes universitarios hoy en día, en todo México y en el mundo.
La realidad, lejos de desanimarnos, nos debe llevar a mantenernos en constante movimiento y
conocimiento de las situaciones por las que pasan los jóvenes, para lograr así una presencia real de DH
desde el acompañamiento para ellos. Nuestros esfuerzos deberán apuntar a la creación de espacios de
diálogo y discusión donde los jóvenes puedan hacerse escuchar y podamos realmente escucharlos para
dar directrices adecuadas y fundamentadas en la propia vivencia y experiencia juvenil, para así ganar
nuevamente la credibilidad perdida y renovar nuestro trabajo dirigiéndolo hacia nuestros principales
receptores en una atmósfera de verdadera confianza; sin ella, nuestros esfuerzos por propiciar un DH, por
más dedicados que sean, serán infructuosos.
La universidad debe ser el lugar donde se airean cuestiones fundamentales que tocan a la persona y a la
comunidad humana, en el plano de la economía, la política, la cultura, la ciencia, la teología, la búsqueda
de sentido. La universidad debe ser portadora de valores humanos y éticos, debe ser conciencia crítica de
la sociedad, debe iluminar con su reflexión a quienes se enfrentan a la problemática de la sociedad
moderna o postmoderna, debe ser el crisol donde se debatan con profundidad las diversas tendencias del
pensamiento humano y se propongan soluciones” (P. Peter Hans Kolvenbach, General de la Compañía de
Jesús, Reunión Internacional de la Educación Superior de la Compañía).

También podría gustarte