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Gálatas: Crucificado con el Crucificado

Piedad, Espiritualidad para la presente vida y para la venidera

Pablo predicó por primera vez el evangelio a los Gálatas en la debilidad de su carne, los Gálatas le
recibieron como a un ángel de Dios a pesar del mal que Pablo tenían en los ojos no fue
menospreciado sino muy apreciado y ellos se habrían sacado los ojos para dárselos a él. (Gálatas
4: 13-15) Sin embargo, cuando la cruz había hecho su trabajo en el apóstol y regresó a los Gálatas,
habló de tal manera que ya no podían soportar, y se vio obligado a decir: “¿Me he hecho, pues,
vuestro enemigo, por deciros la verdad?” Gálatas 4:16
Recibieron esta enseñanza de manera tan entusiasta hasta que hubo entre estos cristianos gentiles
una “EPIDEMIA” general de practicarse la circuncisión. Al enterarse Pablo de esto, escribió esta
carta para hacerles entender que eran necios y que aun cuando la circuncisión había sido parte
necesaria de la vida nacional judía, esta costumbre no era parte del Evangelio ni tenía nada
absolutamente que ver con la salvación.

La circuncisión, era el rito inicial del judaísmo. Por lo cual, si un varón que no era judío por
nacimiento quería ser heredero de los privilegios y las bendiciones que Dios había prometido a la
nación judía, podía hacerse judío por adopción, circuncidándose y guardando las leyes
ceremoniales de los judíos.

Los judaizantes, eran una secta de cristianos judíos, los cuales no estaban dispuestos a aceptar la
enseñanza de los Apóstoles, en cuanto a la ley mosaica. Ellos seguían insistiendo en que los
cristianos se acercaran a Dios a través del judaísmo; que el gentil, para poder ser cristiano, debía
de hacerse judío y guardar la ley judaica. Ellos se dedicaban a visitar las iglesias,
intranquilizándolas y turbándolas.

En esto tuvieron éxito en Galacia, hasta el grado de traer bajo la carga de la ley a las iglesias de los
Gálatas, las cuales eran gentiles.

Para restaurar a estas iglesias a su anterior estado de Gracia, Pablo les escribió esta carta, de la
cual el tema es: LA JUSTIFICACIÓN Y LA SANTIFICACIÓN NO SON POR LAS OBRAS DE LA
LEY, SINO POR LA FE.

La cuestión de sí los gentiles debiesen de guardar la ley de Moisés, había sido decidida en el
Concilio de Jerusalén (Hechos 15:1-29). La decisión fue que los gentiles eran justificados por la fe
sin las obras de la ley.

También es importante considerar que en esta carta, el Apóstol Pablo, presenta el evangelio en una
seria de contrastes o términos opuestos, de cosas que no deben mezclarse porque se contraponen.
La cruz de Jesucristo, produce dichos contrastes, así:

Si quitamos la cruz del cristianismo, entonces el mundo puede


disfrutar del cristianismo por su entretenimiento social y religioso, lo
cual da a la carne abundantes beneficios y deleites.

En la cruz muere el pecado en nuestra carne


Dios ama la cruz, por eso permitió que su Hijo unigénito la llevara
toda su vida. La cruz da mejor enseñanza que las mejores escuelas,
porque la enseñanza de las escuelas, sirve solo para esta vida; pero el
entrenamiento de la cruz nos beneficia en esta vida y en la venidera. El
diablo puede aceptar todo excepto la cruz. Es lo peor que se puede
ofrecer a sus hijos, quienes quieren hacer el bien, siempre y cuando
puedan evitar la cruz. La única ofrenda que dio la viuda estaba unida a
la cruz, por eso ella pudo dar más que todos los otros que dieron solo
de lo que les sobraba. (Lucas 21:1-4)

El Espíritu de Dios nos lleva a la cruz; Cristo fue el primero en ir en este


camino, por eso somos llevados en este mismo camino. Cristo se
ofreció a sí mismo por el poder de un Espíritu eterno, y podemos
entregarnos siempre en la muerte por el poder del Espíritu de Cristo.
De esta forma, somos formados para ser iguales a Cristo en Su
muerte.

El cambio de Pablo:
Gálatas 1:23-24
solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora
23

predica la fe que en otro tiempo asolaba.


24 Y glorificaban a Dios en mí.

Predicación de Pablo a los gálatas :

El Espíritu se recibe por la fe


3 !!Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad,
a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre
vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis
el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
3¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar
por la carne?
4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano.
5Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros,
¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

Los judíos perseguían a Pablo:


La circuncisión es una identidad de orgullo y satisfacción personal, exclusiva, la
cual genera jactancia, en cambio la cruz escandaliza por el oprobio, no hay
sentimientos de orgullo o identificación gloriosa, más aun cuando el crucificado no
genera sino que vergüenza …

Por otro lado, no es algo que se pueda logar como una obra hecha de manos que
traiga reconocimiento o aplausos propios de lograr hacer y cumplir con ritos y
formulas religiosas.

La cruz quita el orgullo de la identidad judía llamada circuncisión


Es importante recalcar que toda esa gloria es posible, no en el camino de cumplir
ritos y leyes junto con el aplauso o reconocimiento

Gálatas 5:11
DHH
En cuanto a mí, hermanos, si todavía estuviera yo insistiendo en el valor de la
circuncisión, los judíos no me perseguirían, ya que en ese caso el mensaje de la cruz
de Cristo no los ofendería.
JBS
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía?
Pues que quitado es el escándalo del madero.

Introducción

Poco antes de recibir a Cristo a los 11 años, en una etapa de mi infancia, tuve una cercanía
importante con buenos sacerdotes y monaguillos, participaba activamente de las liturgias, que en
su mayoría eran dirigidas por mujeres mayores, aprendí a desenvolverme entre ellas y pude ser
testigo de cómo la identidad religiosa y cultica era predominante e importante en sus vidas y en su
relación con Dios, aprendí las oraciones y canticos al corazón de Jesús, junto con la misa, me las
sabía de memoria y conocía su desarrollo litúrgico antifonal.

Cuando decidí por Cristo y con ello cambié de iglesia, pude notar un claro reproche y hostilidad de
la misma gente que alguna vez me cobijó cerca de ellos, me trataban como una oveja descarriada,
la realidad es que no estaban preocupados si yo seguía a Cristo o si mi vida mostraba sus frutos; lo
estaban porque había dejado la iglesia tradicional y había abandonado sus ritos y liturgias.

Al hacer el presente trabajo puedo entender la presión que los judíos ejercieron sobre los de
Galacia, judíos y gentiles, la preocupación no era propiamente la manera de vivir de los gálatas,
sino vivir sin el ejercicio de los rituales que permitía a ellos tener injerencia sobre las personas.
Todo el celo por las cosas tradicionales que expresaban de alguna manera la ley de Dios, fueron
pervertidas a no entender su cumplimiento en la cruz, pues encontraron que al buscar cumplir las
viejas tradiciones satisfacían más bien sus propios egos, glorias humanas e identidades seculares
que buscaron siempre saber sentirse más que los demás.
Estas últimas características están vigentes el día de hoy, el perfil supersticioso de las iglesias en
las alejadas aldeas de las provincias son un caldo de cultivo para cuanta secta evangélica pueda
abrirse paso y lograr la misma injerencia, celo por lo humano y dominio de las personas en la
esclavitud de lo ritual y no a la libertad que la cruz de Cristo ofrece.
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