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CARMEN AMATO

GESTACIÓN DE LA LUZ

11

CHIHUAHUA ARDE EDITORAS, S C


Gestación de la luz
CARMEN AMATO

Primera Edición: Noviembre 2006

© Carmen Amato
© Chihuahua Arde Editoras, S. C.
D. R. Puentelibre Editores
GESTACIÓN DE LA LUZ
Ejido 4117 Sur, Col. Nogales
Ciudad Juárez,Chih., México
e-mail: puente editores@yahoo.com.mx

ISBN 968-7539-06-2

Obra Pictórica de la Portada:


Mariela Paniagua (Chile)
"Soñé la bruma sin ti"
Acrílico sobre tela (41 x 51 cm) año 2006

<> Derechos reservados: prohibida la reproducción total o parcial del contenido


editorial de estaobra sin el consentimiento expreso del autor.

Estaeditorial es ganadora del apoyo al Proyecto de Difusión del Patrimonio Cultural


del Programa de Estímulosa la Creación y al Desarrollo Artístico "David Alfara
Siqueiros" Convocatoria 2004-2005 Y del apoyo al proyecto Editorial del Fondo
PACMYC-CHIHUAHUA PACMYCCONACULTA- Culturas Populares,Gobierno del
Estadode Chihuahua y el Instituto Chihuahuensede la Cultura Convocatoria 2003-
2004.

Impresoen México
Printed in México
11

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11

fl• '·rea de la autora

1 .u rnen Arnato nació en Aguascalientes (1952), y ha radicado


··11 Ciudad Juárez desde la edad de cuatro años. Tiene una
m.iestría en Creación Literaria de la Universidad de Texas en El
l'.1·~0. Actualmente realiza estudios doctorales en la Universidad
1 ·.1 atal de Arizona, en donde imparte clases de Lengua y Litera-
111ra.

1 <te libro reúne y reordena algunos poemas publicados anterior-


uu.nte en los poemarios Hoy somos el silencio (Ayuntamiento de
e rud ad Juárez,1994), Ciudad que se restaura (Ediciones
f\1ar,1996),EI silencio que se hiela en la blancura de las hojas
(Ayuntamiento de Ciudad Juárez,1997) y El silencio de lo que
'.1e (Colección Ala del tigre. UNAM, 2000).
Invitación a cómo viajar

Jesús J. Barquet

Hoy la luz quiere


decirme su secreto.
Carmen Amato

Lejos de mí está la intención de agotar los múltiples sentidos


que, como en toda obra lograda, aguardan al lector de esta
primera recopilación de la otrora dispersa poesía de la autora
juarense Carmen Amato. Me atreveré, pues, a comentar sólo
el contraste o dicotomía notoriamente recurrente que funda y
estructura este cosmos poético de referentes tan precisos y co-
herentes, a saber, la extendida presencia en el libro de la
"luz" y la "sombra".
Si ya el título del poemario sugería la "gestación de
la luz", esta revela ser también genitora: asociada naturalmen-
te al "día" y a la "vigilia'', la luz crea seres ("luciérnaga",
"sol", "estrellas"), impresiones ("fosforescencia",
"transparencia", "destello"), actitudes ("alucinado") y actos
("parto", "alumbramiento") de obvio relieve positivo. En
cambio, la sombra, asociada naturalmente a la "noche" y al
"sueño", sólo es capaz de travestirse pedestremente en
"oscuridad". "negrura", "caos" y "tiniebla", mientras acosa 1

dialéctica a su genésico rival. i


Con la luz se asocia el nacimiento o partida del sujeto
poético: este se da a luz a sí mismo cuando afirma que (es)
.111
"parto de mi propio parto". Pero estamos aquí muy lejos de la

11

lfl

1,
ll
·
lezamiana "calidad tranquila de la luz"; este poemario nos ra", alucinadamente, es decir, cómplice de la luz, su casa te-
habla del difícil vencimiento de la luz sobre la sombra, de las rrenal en la memoria selectiva (sus seres y espacios queridos:
calidades épicas de dicha lidia ("la luz libra batallas"), de la sus padres y abuelos, CiudadJuárez, Mesilla, etc.) y la expre-
íntima e inevitable dialéctica entre la luz y la sombra: sión poética. "Alquimista que vuelve / las noches día", dicho
mantuve el corazón atento a esa oscuridad sujeto logra así que sus "cargas [sean] tan sólo luz, / equipaje
que me anunciaba un parto (...) sutil, memoria transparente", y concibe el "alumbramiento"
Un invisible Hércules puso la estaca del poema como una íntima gestación luminosa: el poema "es
para abrir la negrura algo que existe I bajo la luz / que el corazón despide". Tam-
y que la luz penetrara. bién cómplice de la luz, el poema se inviste de una capacidad
Por tamaña interdependencia de luz y sombra, el su- genésica: invirtiendo la propuesta creacionista huidobriana de N
jeto poético llega a cuestionarse el propio título y objetivo del hacer "florecer [la flor] en el poema", el sujeto propone reali- 3
poemario: "La oscuridad se está gestando ahora / ¿o es la luz zar dicha floración en la perentoria realidad que su mirada de-
la que se esconde entre los pájaros?" Es quizás este el secreto marca o selecciona: "inventar la imagen / que ayuda a flore-
que la luz quiere revelarle al sujeto poético. Pero parece haber cer /lo que es mirado".
otros. Pero esta fundación en la tierra es sólo provisoria: el
Si bien la noche prefija tanto la identidad femenina afán o necesidad de vencer .en vida las inclemencias a que está
("mujer loba/ humedecida de luna llena: / su cómplice la no- sometida la condición humana es sólo el inicio de un mayor
che") como las coordenadas tempoespaciales (el hic et nunc) e impulso de trascendencia que conecta a Amato con propuestas
históricas (véase el poema "Los visitantes") del sujeto poético, modernistas, puristas y metapoéticas. Una vez en el reino lu-
este precisa de la luz para vencer las inclemencias que dichas minoso de la imagen poética que opera sobre la realidad, el
circunstancias conllevan. Como se muestra en uno de los poe- sujeto reconoce la existencia de una instancia superior donde
mas más hermosos del libro ("Nunca será noviembre"), el su- el propio poema, como hecho del lenguaje humano, se revela
jeto poético teme a las múltiples agresiones del tiempo y no perentorio ante la infinitud incorruptible y eterna de la poesía.
quiere acabar, como "septiembre", "entre las calles converti- La distinción afín a los puristas entre poema y poesía (el
do en polvo"; de ahí que, consciente de su inevitable realidad "cántaro" y el "canto" de Valente que Amato rescata) se ins-
física, haya decidido "crecer con la noche / hasta hacerme tala en el libro. El poema "Por eso digo" nos da cuenta de ella
día". Sabe que "el dolor es un combate / de luces y sombras" y sus peligros:
en el que estas vencerán, pero que "volverá la luz con un día La poesía duerme sobre un solo pie
completo", por lo que prefiere entonces establecer con la luz, y la palabra
ya volitivamente, su complicidad primordial. no aprecia a veces su equilibrio
Para ello, funda el sujeto poético, "aquí y desde aho- y la espanta
o la mata.
12 13
Ante el ser humano y su lenguaje como subproductos mctapoética. No huelga elogiar entonces el valiente y necesa-
del caos y las tinieblas, aparece la poesía como entidad ante- rio rescate del enseriamiento de la poesía que realiza aquí la
rior y ajena a aquellos, como música pura ("notas") que, cóm- autora ante los banales relajamientos lingüístico-temáticos que,
plice también de la luz, anhela despojarse de "los volátiles sig- malentendiendo las mejores virtudes del ludismo y la antipoe-
nos I del párrafo perfecto", de las "casas de signos / y de le- sía y disponiéndose como si fueran verso (y poesía), presentan
tras", de "las lúdicas figuras" halladas en "las estrofas del muchos textos contemporáneos.
poema" , y ascender hacia el origen de los tiempos y el ser, No es fácil, decía, pero Amato no teme invitamos a
cuando la voz, "en lugar / de palabras" contaminadas, era esta última gestación de la luz. Como Darío, sabe que, en este 1

,1
"economía", cuando no "silencio" : mundo "en el que puse mi pasión", la pureza, la utopía, el
Notas que vuelven incorruptible ideal fijado para siempre por la poesía modernis- t,í
-t-,
a alcanzar la altura ta está en peligro: "el azul está en juego". Por momentos pa- ~
y danzan sobre el aire rece que sólo la muerte física hará posible la trascendencia ~
y viajan con la luz espiritual humana en dicho ideal, como se expresa en el poe- ~
hasta el origen ma al amigo fallecido que ha "ido a otro planeta azul fosfores- 'ºQ
de la primera voz: cente" y que ahora es "pez de un mar mucho más alto/ donde ~
VJ
LU
cascada pura, V
jamás truncado será el desplazamiento". Pero frente a tanto
antes, mucho antes desgaste y sombra contemporánea, el sujeto revela una radical
del caos y las tinieblas. vitalidad, una irrefrenable ansia de aventura espiritual y poéti- 1

Utilizando el mito platónico, el propio sujeto partici- ca asociada a las virtudes de la luz aquí y ahora en la tierra.
pa de este impulso trascendente y liberador de la poesía: aun- El sujeto poético sabe que "nada perdurará" y que los
que se sabe irremisiblemente signado por los signos lingüísti- dioses son mudos o "no existieron nunca", por lo que, libera-
co-poéticos que "en la caverna semiótica del eco" lo nombran do al fin por el bautizo de "la luz de este día", decide quedar-
y en cierta forma apresan, no puede renunciar a su afán de se en este espacio que "aún me pertenece". Ha salvado ade-
abandonar la caverna, dejar de ser sombra o proyección falaz más su memoria: la ha transformado en "fosforescencia", en
para ser -como la música - "palabra en busca de su voz". "ave que ya no quiere/ alimentarse de lo oscuro". Amante de
No es fácil, sin embargo, alcanzar esta meta que, in- la pureza de la poesía, se identifica con el silencio todopodero-
equívocamente, inserta Gestación de la luz en la más saludable so "escrito por la luz / en una hoja en blanco": "está aquí. /
tradición metapoética de la poesía hispana, inserción que no es Ya lo oigo, /claro/ como canto de ave". No ha renunciado ni
aquí el resultado de pasajes o versos ocasionales, sino de la renunciará a la totalidad de su ser: "A donde voy me llevo
hábil tensión con que Amato ha sabido atar todo el conjunto toda. / Me voy completa a donde vaya", confiesa como si con
temático y referencial de su poemario (su ya mencionada co- esto no sólo nos invitara al viaje de la vida, sino que también
herencia y precisión poético-verbal) en tomo a la indagación nos propusiera cómo viajarlo.
14 15
El instante de la gestación
es el trabajo en las tinieblas.
Vicente Huidobro

Ahora soy esta luz


que duerme, que no duerme.
Eugenio Montejo
Parto de mi propio parto
y a mi propio parto llego
y el dolor para crecer es tanto.
11
11,:I
Vivo un cíclico cansancio.
Entre mis restos
una lucha feroz está
siempre vigente,
ill,,,
11

11';,
cuerda que estiran
dos impulsos:
uno dice "adelante",
el otro me detiene.

Regreso desde ninguna parte


-viajera del asombro-,
¿en dónde está mi madre?
brazos o tierra
¡que me acunen!
que estoy cansada de nacer
y partir al mismo tiempo.
1

111'

19
Signos Penumbra

Estos, son sólo los signos que me nombran, Umbral


11
entre ellos danza mi esencia frontera del silencio,
como entre los orificios danza el aire. coito de luz y sombra,
preñez que
Yo soy la soledad sin maquillaje, la luciérnaga oculta:

el alarido que se prende a las paredes, Dale la luz.


el rostro oculto del silencio, Conjuga el verbo
y en el diluvio de las horas alucinar.
el naufragio.

Soy flecha que el sol enérgico dispara


y da en la diana del deseo y el vértigo.
Soy la palabra buscando su sentido
en la caverna semiótica del eco.

Soy la palabra en busca de su voz.

20 21
Música 11
Para Luis Felipe Femánde;
No, yo no nací de padres músicos,
1 pero ellos pusieron la música
c11mi nombre y signaron mi mapa
Danza sobre el aire para rastrear el ritmo del lenguaje.
y las notas se elevan
Mi padre me dio la simetría por herencia
agrupadas en acordes. y con ese Don
voy calculando todo en pequeños lapsos.
¿A dónde va? Mi respirar impulsa los instantes y
¿Quién sostiene esa voz mi latido en cada instante avanza.
que se repite en el centro Así, mis cargas son tan sólo luz,
del aire, en el sutil incendio equipaje sutil, memoria transparente.
de la atmósfera, en el efecto
de la transparencia?

Son notas redimidas


que en su elevación han mirado
hacia atrás, convirtiéndose
en silencio y empiezan otra vez
la cuenta desde cero.

Notas que vuelven


a alcanzar la altura
y danzan sobre el aire
y viajan con la luz
hasta el origen
de la primera voz:
cascada pura,
o
~
antes, mucho antes ¿::
del caos y las tinieblas. <'.

22 23
'I

111

Ya vislumbro Calidoscopio
el vacío
llenándolo todo Para Mario Montalbeti

con su transparencia:
abdicación
de sombras 1.a de la bella voz
que el día columbra aquí me canta.
alucinado. Hores, muros y estrellas
sus voces alzan.

2 LLl
r::i
,.1
En ti la luz abre la puerta
al inconmensurable dominio
de la imagen
y todo se multiplica
con su propio orden:
abundancia y justicia.

Enséñame al poeta
que entre azogues guardas,
el que habla al ojo
que escucha
abiertamente.
Hay mil ojos en ti
y son el mismo:
el ojo del cíclope,
el ojo del huracán,

24 25
el ojo del tigre, l\k ronda
y el de la cerradura. .uusical y perversa
Todos llevan en sí , 11;111do
creo que la tengo
su propio oráculo. ·.,-desaparece.

4 1 Ouién la atrapará?
1No es acaso luz,
Calíope temple tus cuerdas uistantánea ave,
en la luz, lluvia que duele cuando cae tan sola?
y junto a la imagen virgen,
bajen a abrevar los unicornios. Mas, ¿cómo renunciar
;d deseo malogrado
Mientras Calíope canta, de asir la poesía?
la luz libra batallas,
los sordos miran,
los ciegos callan.

26
La noche habla 1 .os sentidos de la noche

En la hora más alta de su desnudez


la noche habla.
1 .a oscuridad es perceptible
Habla de lo irrecuperable,
' uando los dedos van mirando hábiles,
de la oscuridad que desata su manantial
.1 través de las yemas las visiones bajan
de pájaros en el reloj del día.
.rl cuerpo que es tocado.
Habla al oído de la herida
l .a noche entera está en las manos:
donde su voz se escurre
sensibilidad a prueba de fulgores,
como un bálsamo.
palmas por donde el mundo se pasea,
Habla desde el humilde corazón
ciclo e infierno: caras del mismo paraíso
de la semilla,
en ellas miden su dominio.
donde está su verdad
no revelada,
gestándose.
2

Nada mejor para rastrear un cuerpo


que el aroma manado de su noche,
más allá de sus lindes el olor
traza su mapa: montaña y bosque al norte,
al sur: pantano y selva.
Justo en el centro: pasionaria.
Con un olor la memoria se abre
y por su puerta pasan
los actos esenciales.

28 29
3 La noche cruza por mi cuerpo,
es una yegua blanca.
En la oscuridad sólo la noche habla,
Yo soy llanura abierta,
las preguntas pertenecen a otro reino.
memoria que se quema como incienso.
El oído se afina en la callada excitación
o en el reposo; entonces,
La noche y yo morimos un instante
el tono de la noche se hace audible.
en esa oscuridad que ya se aleja
En ella conversa el mundo sus rumores.
nos adherimos a la luz
En ella se pronuncia la delicia de los cuerpos.
en el momento exacto
Las cosas que no tienen rostro hablan por ella.
que deja de ser sombra,
Su voz no requiere de palabras:
y somos transformadas en el acto.
su lenguaje es otro.

La yegua es ahora un potro blanco


y yo soy su amazona.
4

Es posible aprehender el gusto de la noche


mordiendo un cuerpo.
La gracia está entre los labios,
entrada del placer y de la culpa,
pasadizo que se abre como un sésamo
ante el más leve signo de la alianza.
Allí se contactan otras lenguas,
allí se unifican los opuestos.
Probar es condición del mundo
y al abrirse la noche
la boca es una caja de Pandara.

30
Quiero 1•:1·an
ruegos
Crecer con la noche hasta hacerme día. dL:
Luchar con la duda hasta hacerme cierta. humo
Excavar lo profundo hasta atrapar la altura. rucitan
Descifrar el silencio hasta ser poeta. do
;d
oído
l'.11

lugar
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34 35
Deslinde del poema Aguilas y roedores
(Dos sueños de horror y abandono)
¿Abarca el poema al sueño
o es lo contrario?

En el sueño me deslizo xcnsual


por sus letras, por las islas que forman con un olor a sándalo
sus palabras, por sus líneas que la tierra acaricia mi reposo
se hacen carreteras, hasta llegar a la ciudad que junto al agua yace.
de las metáforas. Aunque soy desprendida
de algún árbol, una savia vital
Entre bullicios de imágenes y ecos enciende mi madera
-rutina de una gran metrópoli- y abierta estoy
regreso por los mismos pueblos a las sombras del paisaje.
con sus casas de signos y de letras,
por sus calles de laberintos frágiles De pronto me toman unas alas por asalto
donde soñar es negación y a la altura que la montaña bien conoce
de toda pérdida. todo se torna paraíso y cielo.
Bajo mi ser se mueve el mar
Avanzo bajo la lluvia pausada y los abismos y el terror y el vértigo
de sus sílabas, y la dulce y la fascinación y el azul e inmenso mapa
acentuación de sus vocablos ... donde traza la libertad su itinerario.

¿Por el poema sigo Pero el cielo reniega de lo azul


o acaso del sueño salgo? y la ley de gravedad nace en mi entraña.
Quedo a merced del aire
sobre un abismo
que se torna inalcanzable.

36 37
2
El cielo es otro mar

Soy un majestuoso barco que navega Era el bostezo de la noche o algo más
bajo la risa de la luna. que yo no comprendía,
Sobre las olas de la noche mantuve el corazón atento a esa oscuridad
un camino de luz me traza el faro que me anunciaba un parto,
y en un viaje marino a donde crece el alba
se embarca mi alegría de proa a popa. la negrura fue tatuada por una línea blanca,
leve,

De pronto el apacible mar cambia su cara: como la cuña que separa el tiempo del espacio.
se inicia el ritual de las tormentas.
Derramado el cielo, el navío zozobra Un invisible Hércules puso la estaca
y empieza a beber el mar que lo contiene.
para abrir la negrura
Así de mis brazos y mis ojos y que la luz penetrara:
el cielo mostró su corazón
empiezan a escapar las ratas.
-holocausto ofrecido a un dios más alto.

Mareas con su resaca hablaron de otro mar


que reflejaba un cielo
que iba quedando abajo.

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39
Vista aérea Se ha derrumbado el día
Sube su párpado la noche Es inevitable ahora descender desde su ruina
y el último sueño de la tarde a las lúgubres galeras de la visión imprecisa.
de su memoria huye.
¿Quién siembra sobre la cama escarabajos y hormigas
Con un racimo de luciérnagas que sirven como puntales entre el sueño y la vigilia?
la ciudad la mira y desquicia
las sombras. ¿Quién extrajo de la noche la dulce y líquida fruta
La noche estalla y dejó sólo la cáscara deshidratada y absurda?
estrangulada por serpientes
de luces. ¿Quién va generando la sed, quién la temperatura?

Desde lo alto ¿Quién va muriéndose a solas como un equilibrista


se ve el incendio, que cruza ebrio de insomnio su cuerda de pesadillas?
la ciudad alzando muros
y el abismo ¿Quién puede escuchar ahora mi grito en esta isla
que sus reinos desvanece. donde inevitablemente se ha derrumbado el día?

40 41
Mesilla, Nuevo México El Sur

La luz pone su kiosco Al Sur se mueve la utopía, la luz


en el Centro del día inalcanzable, la verdad de los sueños.
y de allí todo parte.
En el umbral del Sur la oscuridad
Fantasmas de luz pintados pronuncia un alfabeto extraño.
son los árboles y el Oriente
se recrea pintándolos. Los puntos cardinales son:
norte, sueño, noche y río.
El Norte fuma menta
e indiferente y frío Allí se afirman los encuentros.
en su propia rosa se pasea Si un elemento falla, el Sur no existe.

En el Oeste el sol retoca El Sur no es un lugar, es el Origen


sombras y en su ojo ardiente de donde vuelven los corazones restaurados.
el horizonte se revela.
No es un tiempo, es el Instante
Mientras el Sur jala la vida que la memoria del mismo sol activa.
hacia su pecho, en su cabeza
mil banderas ondean. Del Sur se entra al territorio del olvido
donde se cristalizan las cosas más tangibles.

Reino de la vigilia, el norte es el exilio:


Limbo en que despertamos, los desterrados.

42 43
El tren En el nadir de este mar desconocido
otro cielo se abre
Por las calles de la madrugada deambula el sueño. y su húmeda luz quiebra la sombra.
Un lastimoso tren la frontera cruza.
Fosforescencia en la vértebra del aire,
En el ápice del más oscuro instante ave que ya no quiere alimentarse de lo oscuro
una mujer sostiene su humanidad en vilo. es la memoria.
La luminosa perla cae
y brilla en otro espacio. Un mar desconocido mana en el cenit del cielo,
el movimiento invertebrado de su sombra
En el pueblo se puebla de fugaces peces
un dulce silbato anuncia la llegada. -aerolitos que cruzan la memoria.
Amanece.
Desde el profundo cielo el mar asciende.
La cima es la sima ahora,
el olvido, un tablero donde hace su apuesta el tiempo.
No existe nada ya, sólo los nombres
el azul está en juego.

44 45
Nunca será noviembre Ahora el reino

Septiembre llega y su paso crece Estoy aquí


hasta morir en la blancura del olvido pendiente del instante
sin una sombra del ardor que tuvo. que me absorbe,
de la gota cristalina en que entrono
Algo va cambiando y él no lo sabe y de la cual me adueño.
hasta el día en que su nombre
ya tiene menos letras. No tengo nada más
que este instante
Me duele mirarlo en las esquinas, que se desgaja de algún cielo.
su amarillo latir, su gesto soñoliento.
Dorando hojas y silbando triste Mi día sensible es hoy
su nombre se hace breve como octubre cuando una voz dice mi nombre.
y no le pertenecen ya sus lunas Aquí está mi ápice de tiempo:
y nunca será noviembre. sólo un grano de luz
con su ración de sombra.
Se va quedando sin saberlo
entre los dedos de los árboles,
entre las calles convertido en polvo,
prendido en los zapatos de la gente
que como él no sabe
cómo cambia su nombre.

46 47
Ricardo Aguilar La casa
En este instante escribo las letras de tu nombre La luz en la ventana es el indicio
que quedará activado por siempre entre los labios. de la lectura que tras la reja se abre:
Rica será la luz que de él se desprenda y "La casa es una bella frase."
un gran dardo el dolor cuando sea pronunciado.
En el jardín los cuervos beben
En dónde amigo estás mirando ahora, el silencio, mientras los niños pasean
qué nueva rosa hay en tu jardín secreto, sus bicicletas.
reservada tan sólo para tus ojos
ciegos, que hoy mirarán la luz
Una mujer recoge y tiende ropa
como no la miraron.
en el traspatio, como banderas
de paz en el desierto.
Qué pasará después cuando tu ausencia grite
que has ido a otro planeta azul fosforescente, Yo miro, no a ella
que eres ahora pez de un mar mucho más alto sino esa aromática contienda.
donde jamás truncado será el desplazamiento.
Miro el sauce y entre sus ramas
Rubricada con luz ha impreso tu pie su marca la sombra de mi madre
en el espacio gris de un día que fue blanco. y su cadencia.
En realidad, ¿quién es el que abandona a quién?
¿Quién de nosotros dos es el abandonado? Miro las uvas, las moras, las higueras,
el estropajo, los nogales,
y en el ritual de repartir los frutos,
los signos de mi padre.

Miro la lluvia, oigo la lluvia:


siento la lluvia derrumbarse ...

48 49
La casa toda es un poema Como cervatillo
donde el verde rima
con un tiempo de antes. Ahí está, con el aire anidado
en el pecho y los ojos sedientos
de la luz del día,
que crece como él: fresco y promisorio

Advierte el bullir laborioso de sus cien


mil preguntas y el olor de uva
germinando en su sangre.

Mira ensimismado su reflejo en el agua:


Se desconoce
y se reconoce,
y corre jubiloso atrapando las horas
en un horizonte sin nubes.

Así, como estrella que revienta en luz,


mi hijo crece.

50 51
Naturalización Variaciones

Yo me declaro tuya 1
pero tú no me reconoces:
Me nombras extranjera. En cada lengua un fuego
Mira en mi piel el mismo color se deshiela
de tus arenas, y el mismo sol acidez
en el desierto de mis manos. endulzada
No me llames extraña, por el beso
comprueba mi identidad,
mi religión, mi lengua, En cada fuego un hálito
sobre tu historia y geografía se alienta
interrógame, chispa
y declárame hoguerada
ciudadana de tu cuerpo. por el tiempo

En cada hálito un verso


se transforma
poema
mujer-hombre
por el verbo

52
53
2 Cuando pongo mi sien
al norte de la noche
En cada lengua para que el sueño fluya,
un fuego se deshiela. el sur se abre como un río
al cual me lanzo, y feliz
En cada fuego me abandono a esa corriente
un hálito se alienta. que habrá de llevarme
a la otra orilla.
En cada hálito
el verbo se revela. Cuando pongo mi sien
al norte de la noche
En cada verbo sé bien que no seré
-igual que en cada beso- la misma al día siguiente
presente está la lengua. porque igual que la tierra
habré cumplido
otro ciclo rotando
sobre mi propio eje.

54 55
Los visitantes 2

1
¿Qué aromas desconocidos
Llegaron a casa un día o qué costumbres extrañas
y después de mirar tras la ventana derrumbarán nuestras puertas
les abrimos la puerta. o ensancharán las ventanas?
Generosos y amables Los visitantes futuros
como nos enseñaron los abuelos, que vendrán para quedarse,
les ofrecimos todo: ¿serán acaso distintos
cedimos nuestra cama, o son los mismos de antes?
les pusimos la mesa, ¿Respetarán nuestra mano,
los cuidamos del ruido, amarán a las mujeres,
protegimos sus cosas. Protegerán a los niños igual
que a las estrellas y al árbol?
Pero ellos confundieron todo: ¿Navegarán nuestro cielo,
tomaron nuestra casa descenderán a la tierra
y destruyeron siglos posarán su pie otra vez
de memoria y de sueños. en la moribunda esfera?
A cambio nos dieron cuentas
nada claras, historias ¿Acaso ya están aquí?
bien contadas. ¿Acaso nunca se fueron?
Se quedaron entre nosotros
no a convivir
sino a imponerse.
Parecían ricos y poderosos,
pero eran pobres
y tenían más hambre
que nosotros.

56 57
La puerta abierta Enseñó que una mujer jamás se rinde
ni bajo la sombra del hombre descansa,
Para mi abuela Doña María,
que no era mi abuela pero
campesina del tiempo: siembra y labra.
como si lojuera.
Pero ya Doña María no era rama
Doña María dejó cinco hijos: el menor
que diera sombra, ni fruto que alimentara.
de sesenta y siete años.
Ya no era tronco que sostuviera,
Del hombre no conoció el amor,
vivía para sí y su circunstancia.
sí el desengaño. Fue padre y madre
Se cansó de ser raíz, se le agotó la savia.
en su casa: refugio, corazón, labranza.
Quiso mejor ser pájaro, cometa o estrella. N

Doña María se fue ayer sin avisarnos.


3
Cruzó fronteras recolectando frutos,
De despedida
:s
ll.J
cumplió sin reclamo su jornada. o
(o como invitación) z
Tan sólo era un engrane en la fábrica o
dejó la puerta abierta. D
del mundo y, a veces, por ella ~
V')
ui
el mundo se paraba. e

Doña María se fue


en el momento justo,
antes de que los demás
se dieran cuenta
que no la necesitaban.

Ya se podía prescindir de ella


para comer, para dormir, para hacer
el amor, para ir al cine o la plaza.

Le gustaba contar historias de su infancia,


de Doroteo Arango, de su orfandad temprana.
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Fue la piedra angular del matriarcado Almeida, I:
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por cuatro generaciones marcó la pauta.
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58 59 <t.
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Simétrico y matemático Ciudad que se restaura


A mi padre
Ante el furor de las palabras y los actos
sucumbieron las fuerzas. La ausencia
En esta tarde a ti te hablo.
barrió mis calles con sus vientos:
Con los ojos de adentro te construyo:
torbellino de pájaros heridos.
geométrico, concéntrico, preciso,
justo =-Ia justicia que da vivir
De aquella ciudad gloriosa queda muy poco:
con el número en las manos.
su catedral, donde una imagen se adoraba,
11:'
es ruina. Estanque donde no corre el día
Cada cosa que por tu mente iba
sus avenidas. Un gigante desollado a traición
a tu taller llegaba,
fue la templanza. La dignidad, como un manto
y de él a nosotros,
viejo quedó trizada. Sobre todas las muertes
a algún rincón de la casa. i

se levantó mi mano, buscando el alivio 1.1


Ponías en la misma cesta
de otra mano, pero esa, marcó tan sólo la distancia.
simetría, ternura y cálculo, 1\,!'.i
m
mientras construías recuerdos 1

Un milenio después llegó la lluvia,


entre hierros y andamios. 1

limpió la herida, lavó la escoria, pasó su lengua 'li


fresca sobre los miembros macerados
Eras múltiplo que a todos contenía,
y junto con la noche propició el descanso. 1111¡1.
número primo entre pares fraccionarios,
Muros y torres se erigieron bajo el cielo, 11

circunferencia inevitablemente tocada


retomaron al lugar frutos y pájaros.
por la tangencia de los años. Radio aún 1111
111
a partir del cual giramos todos, esfera 11,

La ciudad se restaura y tú estás afuera.


cuyo centro siempre está llamándonos. 111:'
Tus sentidos no aspirarán su incienso ni sabrás 1

de sus templos la blancura. En esta ciudad 111:


Vigoroso, incansable, constructor, siempre
que se levanta, como un inmenso sol
cortando sueños --como racimos de uvas- 111
sobre tu sombra, no se escuchará tu nombre,
de tu viril espacio. Prolífico, inacabable, ¡,11
porque ya perteneces a los muertos.
siempre activo, contemporáneo.
Así te veo hoy en este jardín secreto
11
donde dos tiempos se eclipsan ,I';
y hacen incidir tu rastro.
60 61 11j

J
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,11
El otro Juárez Recuerdo: el runrún de los trenes devorando
la vía y las noches de viaje que el insomnio
En esta otra ciudad que también
se llamaba Buenos Aires. alargaba, el aroma del musgo, la textura
Jorge Luis Borges
del heno, el desvelo excitante de la noche
de reyes y el adiós a la infancia
Recuerdo: una cama de latón en un cuarto
de alfajor y cajeta.
cegadoramente blanco, una mujer vestida
de café tomando mi cabeza
Recuerdo: las visiones lejanas de una ciudad
y en la pared colgado el icono de un santo.
distante, las facciones exactas de los que ya
no existen, N
Recuerdo: el agua del bautismo resbalando ;:)
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mas siguen transitando persistentes y vivos
en mis sienes, el olor del incienso
en esta otra ciudad
:sí
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en el recinto sagrado, un gorjeo de palomas o
también llamada Juárez.
anidado en la torre y las monedas de oro
que daba el campanario.

Recuerdo: los viajes cotidianos de la casa


a la escuela, el manchón de uniformes
que corría por las calles; y el olor de la fruta
perfumando la tarde.

Recuerdo: las preñadas higueras en el patio


vecino, el viñedo escurriendo sus racimos
de tiempo, las altísimas puertas
de madera labrada y el zaguán reluciente
en casa de mi abuela. 1

Recuerdo: los huéspedes frecuentes en épocas


de invierno, el almuerzo impaciente o l
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esperando en la mesa y los niños montados ¿: 1 I

en la inmensa tortuga -ómnibus trazando <(

una ruta doméstica.


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11
Puede ser acaso el albedrío el que mueve los hilos Un vicio más del pensamiento
que llevan nuestros pasos al mañana. La libertad existe como
un sueño y en la misma no hay un territorio dónde poner el ¿Quién pudiera decirme si valen de algo los afanes?
pie y decir soy libre. No hay mujer que sea libre, eso lo creo ¿A ti te valieron de algo?
porque la amarra no es visible ni siquiera a un corazón des-
pierto. "Yo soy libre" digo, y no sé dónde poner mi libertad ¿Das por bien servidos tus mejores años,
que no sea en la angustia, ese punto impreciso en medio de el amor que pusiste en el cuerpo de mi padre,
la nada. El bosque abajo cubre nuestras huellas pero también tu propio cuerpo entre nosotros repartido?
estorba al vuelo. Soy libre, digo, ¿y ahora qué hago?, volar
también agota, las alas se angostan, el impulso que sostiene ¿Valió la pena
el vuelo no es infinito. Para dejar re volar se necesita un ofrendar tus horas para curar la soledad de otros,
corazón firme, unos brazos que nos hagan cuna, un espacio ceder tu pan para calmar su hambre?
que nos dé soporte.
¿Valió la pena
tu cansancio y tu destrozo, tu azotada entraña,
tu jardín saqueado?

¿Valió la pena
dejar tus venas en la cama, tu sangre repartida
en hospitales, tu cordura y tu memoria
lastimadas?

¿Valió la pena
el dolor de aquella herida que llenó de cruces
tu cabeza igual que un camposanto?

¿Valió la pena
haber parido tanto, haber lavado tanto,
haber orado por un destino que se fue
abriendo impostergable?
Y cuando la vida te hizo acostumbrarte

64 65
al canto de los pájaros, pero desde una tú te asomas
¿valió la pena para mirarme por las tardes.
que te haya derrumbado como un árbol?
Dime que allá todo es mejor,
¿Valió la pena que la memoria crece y no hay olvido
renunciar al aire, al alimento, que se oponga, que el dolor no existe,
abrirte al dolor cuando partías y que la vida que es sólo un vicio más del pensamiento.
hurgara entre tus venas para sembrar su semilla
más nefasta? Dime que no es real el abandono,
que tú me abrazas como a ti tu madre,
¿Valió la pena y a ella la suya propia. Que también yo
sentimos esa noche a todos junto a ti abrazaré a mi hijo y seremos motivo
y no poder miramos, oír las voces para el abrazo siempre.
y no poder quedarte?

Vamos, díselo al corazón para que aplaque


Y al llegar allá, la incertidumbre y el dolor que siente,
¿qué fue lo que encontraste? no sólo por ti, también por mí,
porque aquí y desde ahora,
¿Quién acudió a tu encuentro, me está doliendo ya mi propia muerte.
quién recibió tu mano?
¿Cómo fue otra vez tu nacimiento,
el íntimo bautizo de la tierra?
¿Qué fue lo primero que miraste,
qué palabra animó a tu "no cuerpo"?
Ahora, ¿quiénes son tus padres?

Vamos, dime algo:


dime que estoy equivocada,
que no estás tan distante,
que las estrellas se ven lejos

66 67
1
11 Invitación a cómo viajar. Jesús Barquet.
19 ....... ........ . Parto de mi propio parto
20 Signos
21 Penumbra
22 Música
23 No, yo no nací de padres músicos
24 Ya vislumbro
25 Calidoscopio
27 Me ronda
28 La noche habla
29 Los sentidos de la noche
31 .................. La noche cruza por mi cuerpo
32 Quiero
33 ··················Eran
36 ·················· Deslinde del poema
37 ·················· Águilas y roedores
39 El cielo es otro mar
40 Vista aérea
41 Se ha derrumbado el día
42 Mesilla, Nuevo México
43 . El Sur
44 El tren
45 En el nadir de este mar desconocido
46 Nunca será noviembre
47 .................. Ahora el reino
48 Ricardo Aguilar
49 ··················La casa
51 ·················· Como cervatillo
52 ·· ······· ······ Naturalización
53 Variaciones 106 .... ..... Mi casa es el milenio
55 Cuando pongo mi sien 111 · ···· ·· Cuarto oscuro la noche
56 Los visitantes 112 ··· ···· ···· La noche
58 La puerta abierta .113 · ··········· Yo conozco la noche
60 Simétrico y matemático /i 14 . ...... Mujer loba
61 Ciudad que se restaura 115 ... ........ La noche
62 El otro Juárez 116 .. ...... Cuando la noche
64 ·.····· ······ Puede ser acaso el albedrío 117 ············· Ya mi cansancio evoca
65 Un vicio más del pensamiento 118 ·· ·········· Hay recuerdos que son cárceles
68 Adonde vaya 119 .. ... . Qué doloroso resulta
69 Algo hay en la brisa 120 De este extravío no hay más culpable
70 .................. De acero y de cristal 121 . .. . Sin ti
71 II.- Este es mi pueblo 122 Ahora sé que la ausencia
72 III.- Lejos del pueblo 123 Retomar con los ojos
73 IV.- Era mi cuerpo 124 La ausencia persigue el rastro de tus ojos
74 V.- Llegó el hastío 125 ............. Entender la renuncia
75 VI.- Qué maldición llevaba 126 Perder el pudor y desnudarme
76 VII.- Frente a una multitud hablabas 127 Incendiada la entraña espera el agua
77 .................. VIII. - Por primera vez 128 Quién girará primero
78 IX.- Al verme triste 129 Los dioses
79 X.- Era un amor extraño 130 Nada nos pertenece
80 ·················· XI.- Ante mis ojos indefensos 131 Mi mejor poema
81 XII. - Me hizo daño el temor 132 El dolor es un combate
83 XIII.- La muerte es el abrazo que funde 133 La canción del desamparo
84 XIV. - Sin la furia del dolor 134 No son buenos tus ojos para mirarse en ellos
85 Hoy somos el silencio
86 No tiene nombre
87 ······ ····· Monteverde
89 ·················· Canto I
90 ··················Canto II
92 ·················· Inexpertas aves
94 En Tempe
97 Re-visiones
100 Eclipse de aguas
101 · ············ · Soy un ser nocturno
102 ················ Por eso digo
103 ··· ··········El poema se va formando
104 ················ Qué es el gozo
105 · ·········Te vas

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