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Llega el último número de este curso de la revista del Taller Literario ENTRELÍNEAS,
que ofrece la Junta Municipal de Distrito de Loranca, Nuevo Versalles y Parque
Miraflores.
En este tercer trimestre, el Taller ha colaborado en la celebración del Día del Libro
con la actividad de trueque de libros, que, como todos los años, contó con una
gran acogida y participación de los vecinos y vecinas de nuestro barrio y, además,
el Taller, junto con la Junta Municipal de Distrito de Loranca, Nuevo Versalles y
Parque Miraflores, organizó la presentación del libro De los que habitan las grietas,
de Alicia Piso, profesora del Taller Entrelíneas.
Os dejo ya para que comencéis cuanto antes la entretenida lectura de estas páginas
que nos harán el verano mucho más ameno de lo que ya es.
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Entreversos Entreversos
El embudo Derviches La vida es un problema, Porque lo digo yo,
problemas tiene la vida. Porque no lo haces bien,
Lo lleva el loco majareta Los derviches turcos danzan Vida tiene el que vive, Porque no vales para esto.
del revés en la cabeza, en sentido contrario a las agujas del reloj. vive el que tiene salud. Ni una palabra,
protege así sus ideas Dan vueltas incansables sin perder su elegante ni me mires,
de la enfermera indiscreta. pose. Salud tiene el que vive contigo, ni te dirijas a mí.
Cruzan el umbral del éxtasis a través del dominio contigo hay que ser positivo, Luego me arrepentiré,
En mi cocina se usa de sus cuerpos. positivo eres si aceptas los problemas. luego te curaré,
desde una garrafa profusa, No sienten mareo ni cansancio en sus piernas ni Problemas, hay que dejarlos ir, luego te querré.
vertiendo oro líquido a alcuza brazos, ir de vacaciones donde quieras ser feliz. Pues eres mi todo,
sin mancharme yo la blusa. que elevan buscando el sentido de su espirituali- Pues eres mi sol,
dad, El que estudia Literatura sabrá escribir. Pues te quiero con obsesión.
Y queda en el lado estrecho mientras permanecen como flotando en un espa- Escribir es un placer para mí. Pero me desafías,
el peaje de ideas, de aceite cio reducido Mi problema es no oír bien. Pero me contestas,
no va a ser siempre para el ancho en el plano físico pero inmenso en sentido meta- Bien y feliz me encuentro aquí. Pero me replicas y yo te quiero,
el disfrute y el deleite. físico. Aquí me encuentro a gusto y estoy feliz. Y lo quiero hacer bien
Conjuran el implacable paso del tiempo y no te defraudaré
Un psiquiatra los receta pues rejuvenecen una hora en cada giro, en cada Me encantan los compañeros, y sé que me perdonarás otra vez.
siguiendo una corriente rusa, vuelta. aunque de aquí no oigo a los compañeros.
creo que es una idea obtusa Alicia es especial, por eso vuelvo acá.
o simplemente una excusa, Regalo Acá estamos hora y media.
Media y una hora por lo menos soy feliz.
para seguir engañando Promete que me seguirás,
ya sea por ancho o estrecho que cruzarás la alfombra roja Espero que estos versos den a entender
a aquellos que son las víctimas de mis cristales rotos. mi vida, no es normal, pero yo entiendo «Luego me arrepentiré,
de su corazón maltrecho. a la gente con problemas.
Promete que al sentir Problemas míos no entiende la gente. luego te curaré,
El dolor en tus pies
Al fin saldrás de tu letargo. Me he propuesto un libro, luego te querré.»
pero no sé imprimirlo.
Promete que no serás No sé si quedarme o irme del cursillo.
un recuerdo en mi costumbre El cursillo me es agradable,
envolviendo regalos con olor a pasado. Pero no entiendo a la gente.
Nely
Promete que plancharás con tus manos
el papel arrugado, antes brillante y vistoso, Poema enunciativo
para darle una segunda oportunidad
Espectador de batallas, Lentilla
Promete que le quitarás el lazo rojo acogedor indulgente,
Y la pegatina de felicidades con sus brazos siempre abiertos Fina, flexible maleable.
Tú y yo no los necesitamos. admite a quien se le acerque. La ligereza de tu cuerpo
No hace distinción de clases Me imprime seguridad.
Promete que girarás la cabeza ni rechaza a pendencieros, Veo la nitidez que me rodea,
Buscando una mirada cómplice busca reconciliaciones El aire me envuelve con confianza.
Cada vez que te alejes de mí. y hasta que se fundan hielos. La infalibilidad de lo que capto
Mudo testigo, si hablara Me permite saborear el momento
Promete que no serás mi sombra de todo lo contemplado, Pues a ciegas ya no camino
Ni yo seré la tuya. Juguemos a no ser nosotros. seguro que más de uno Gracias a tu contundente guía.
Rompamos las reglas. Vistámonos de presente. se pondría colorado. Hermoso es el mundo que veo,
Lo prometo… Yo creo que su inventor Desde un avión surcando los cielos
le dio nombre musical: “sol-fa”, Hasta una bosta cruzada en la acera.
Annabel Gómez ¿Tras de que ataque sufrido Limpia mi visión
perdió la “l” central? ¿SOFÁ? Cuando te aferras a ella.
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Entreversos Sección
Entrecuentos
Al sudor El orinal Monstruo portátil. Tenía tiempo de sobra para realizar los cam-
bios en el lugar de costumbre, aunque quería asegu-
Fruto que naces exprimido, No podría vivir sin él, es pura comodidad, Un sucio y arrugado pañuelo que limpia el sudor rarme de que la última actualización del dispensador
savia que el cuero macera. Me lo dijo Luis, me advirtió María, de la frente, las gafas empañadas que no ocultan era la correcta. Hechas las comprobaciones pertinen-
No importa de dónde brotes, pero me dio igual. la mirada de unos ojos de infierno, el dedo sobre tes y ubicada en el punto de encuentro, advierto que
que igualas castas y raleas, No voy de viaje sin mi orinal. los labios ordenando silencio. todo aquel con el que me cruzo en el camino, me ob-
pues no hay miembro de la raza humana, Los que hay en las posadas, Acabó el abrazo forzado, las manos duras ya no serva durante unos segundos. Es muy extraño por-
que cuando emanas, no hieda. solo sabe Dios quién los usó. se hunden en mi cuerpo, no hay amenazas en mi que me resulta desafiante, y una extraña emoción,
Pudo ser alguien limpio y aseado, oído y, sin embargo, aún siento su aliento. Quiero que no logro identificar, comienza a aflorar desde mi
Mercedes Verdugo pero también pudo ser un deshollinador. ver cómo se marcha, y en mi cabeza se instala esa pecho. Al verme reflejada en una superficie espejada
Ponte como quieras, piensa de cualquier manera, imagen de un dedo sobre los labios… veo que mi boca esboza una sonrisa.
A un amigo pero no voy a ningún sitio sin mi escupidera. El miedo no es el monstruo de mi armario, no
Me lo llevé a Roma, también a París vive debajo de la cama, es un polizón que viaja Después de que le hicieran añicos el corazón,
Vagabundo solitario, y, quieras o no quieras, oculto en los pliegues del alma. regaló un pedacito a todas aquellas personas in-
desterrado de tu vida, a Berlín me llevo yo mi bacín. Pueden pasar cien años, puedo ganar mil bata- compatibles con la vida.
¿de qué mundo insolidario llas, pero el miedo siempre espera agazapado en
escapaste sin mochila? las entrañas para devolverme al vértigo, para que Esther Obiamo
No permitas que la suerte, vuelva a sentirme de nuevo sola, de pie viendo un
por culpa de la añoranza, dedo sobre unos labios, unos ojos encendidos y un
corte el flujo de tu mente pañuelo que limpia el sudor sobre las gafas. «De pronto, aparece
y te cierre a la esperanza.
Deja que la razón fluya, Café para la vida junto a mi ventanilla
que arrastre tu pensamiento,
y que tu alma no huya Desayunaba cada mañana en la cafetería del ta- una niña...»
de asir un feliz momento; natorio, algunos pensaban que era de ahí, de las
y amárralo con tesón, historias de los muertos, de donde sacaba la ins-
que no se vuelva a escapar, piración para sus novelas, otros que quizás, ese Domingo muy temprano
que ya luce poco el sol ambiente deprimente era el que necesitaba para
y llega la oscuridad. concentrarse en la escritura, y él aseguraba que Salgo a la hora prevista, como es domingo me en-
no había un café mejor en todo el barrio, aunque cuentro poco tráfico para ir a trabajar, me acomo-
Gloria Poza lo cierto era que empezar el día tan cerca de la do en el asiento del coche y pongo mi música fa-
muerte le ayudaba a mantener la perspectiva so- vorita. Cuando llevo unos kilómetros observo con
bre la temporalidad de las cosas, no fuera a ser recelo algunos coches parados, sin más, yo sigo
Te quiero que el éxito o la fortuna le hicieran pensar por un mi camino pero ya no escucho la música, voy aler-
momento, que podría vivir así para siempre. ta, curiosamente no adelanto a ningún coche ni
Te quiero, te quiero tanto, Su vida era tan dramáticamente común como la me cruzo con otros vehículos. Es domingo, sí, pero
me dices casi a diario. de cualquiera, declaró en la entrevista posterior al llevo trabajando veinte años domingos alternos y
Y yo lo noto, no te creas, por como a un lado, premio universo de literatura. Había conocido la esto no es normal.
todo cuanto es de mi agrado, dejas. pobreza, el dolor de la perdida y la traición de al- Utilizo el manos libres del volante y llamo a com-
«¡Que no quiero más te Te quiero como el primer día. gunos de los que eligió como compañeros de vida, pañeros de trabajo que al igual que yo tienen que
Miro hacia atrás en nuestra vida material de sobra para una extensa bibliografía estar camino del aeropuerto. No me contestan.
quiero! y veo que es verdad, no es mentira, que él solo vestía con las palabras adecuadas. Por fin llego al trabajo, aparco el coche y en el
poco ha cambiado, todo es rutina. Aquella mañana, después de los flashes y las feli- parquin veo personas que ya no están. Siento mie-
No, no y no, si no te Te quiero, dices, con lágrimas en los ojos, citaciones, volvía a la cafetería del tanatorio, en la do, alegría, confusión… De pronto, aparece junto
lo percibo, no te lo reprocho que no había más que verdad y vida, y ambas se a mi ventanilla una niña que no fue y me dice:
importa… a todo cuanto digo, un decir tienes: toman mejor acompañadas de un buen café. “mamá, abre la puerta, soy yo”. Aturdida, le con-
Que yo las siete cincuenta y nueve, tú las ocho. testo: “no existes, no llegaste a nacer”.
créetelo tú primero.» Te quiero, te quiero y te quiero. Mercedes Verdugo —Mamá, aquí sí, acompáñame.
Me queman, me abruman, me angustian, Nos cogemos de la mano y volamos, volamos
Me sobran tantos te quiero. Universo paralelo hacia no sé dónde. Hay sirenas, luces, mucha acti-
¡Que no quiero más te quiero! vidad. Horrorizada veo mi coche estrellado contra
No, no y no, si no te importa… La reunión era a las 19 h, huso terrestre. Cuando tres coches más.
Créetelo tú primero. me disponía a entrar en la cabina del teletrans- Ahora lo entiendo todo. Ya no estoy.
portador, me di cuenta de que había olvidado pro-
Catalina Cuesta gramar el rostro sonriente en el dispensador facial Catalina Cuesta
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Entrecuentos Entrecuentos
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Entresueños Sección
Entreveros
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Entreveros Sección
Entreveros
desdichada muchacha en tan Lo supe desde que cruzamos de troncos. Escucha... ¿No sien- Entreimágenes y mil palabras Puertas
corta carrera. Te avisé de que no las miradas tes cómo se astilla el escudo
cortaras de esa forma, que es en el parque, antártico, sus lascas clavándose Imágenes para entrar y perderse El mecanismo parecía sencillo:
mejor longitudinalmente, te has en el metro, en las vidas del mar, cadáveres una puerta se abre, otra se cierra;
destrozado los tendones, pare- en tu cama. moteando las frías aguas?, llo- una se abre, otra se cierra. En el
ces marioneta deshilachada. No, Tienes la mirada que vive verá sangre y cuando rebose mismo instante en el que accionas
yo no he visto lo que hay al otro en la casa más bonita. nos ahogaremos en rojo. Escu- el picaporte de una, rompiendo la
lado, tengo prohibida la entrada, No puedo mirarte porque cha otra vez... El Krakatoa ruge Ilustración: fusión paño y marco para avan-
solo soy un facilitador, un acom- creo en todo el mundo, de nuevo, vomita odio y vengan- Edward Gorey zar, a tu espalda rompe el golpe
pañante, un observador neutral en los banqueros, za, levanta su brazo y su garra seco de la madera en el umbral de
que supervisa que todo suceda en los curas, nos oscurece, nos fecunda con aquella rebasada, sellando y diri-
de forma correcta y que el alma en los políticos. su ardiente simiente otorgán- giendo tu sentido, convirtiendo la
sea recogida por quien debe. Tu mirada todo lo hace posible. donos la inmortalidad de Fidias. salida en pared tras el gañido de
No, tampoco sé quién vendrá a Tu mirada vence la niebla. Ahora apoya tu cabeza en mi las bisagras: no hace falta aceite
llevarse tus veintiún gramos, no Tu mirada gira hasta el encuentro. pecho. ¿Qué oyes? Eso es. Nada, Un vecino me ha si se quiere conocer su tiempo de
hay demasiada diferencia, son Tu mirada acosa si lo mereces. porque ya estoy muerto, todos dicho que habrá aleteo ¿no?. Y así llevaba horas,
hermanos del mismo padre, solo Tu mirada tangible huele, toca, lo estamos, somos simple esco- encogido la mi- algo imposible si lo piensan, pero
tienen diferente punto de vista paladea, ria, rebaba, sobras, despojos de tad por la tor- el inicio de la espiral en la que es-
de la salvación y nada más. Ya oye sin dejar de ver. un banquete al que no fuimos menta de la tar- taba inmerso quedaba ya desdi-
queda poco, escucho a lo lejos Tu mirada interrumpe siempre, invitados, nos hemos quedado de, que y aquí bujado en la memoria, sin posi-
el sello abriéndose, seguro que aunque se enfrente al amor. atorados entre los dientes del estoy sin poder bilidades de pellizcos salvavidas.
ya intuyes tu camino. Me alegro Tu mirada ya existía en el Paleo- tiempo y ahora que nos han ex- encajar ambos Todo comenzó con una llamada
de que me eligieses a mí en tu lítico traído, nos pudrimos más rápido. batientes; eso corriente: mi grifo cierra mal,
tránsito, lo supe desde que cru- y permanecerá sobre la tecnolo- No, ya no será igual para nin- sí, oculta, que ¿Lo cubre el seguro? Sí, seño-
zamos las miradas en el parque, gía. guno de los dos, ni para nadie, no descubran los ra. ¿Cuándo puede venir? En un
en el metro, en tu cama... Le dará ese sentido primordial rompimos las reglas y el sentido ladrones, si vie- par de horas estoy por allí. De
a la era de las máquinas. fundamental de nuestra era nos nen, mi presen- acuerdo, cuando llegue estará
José Luis Sánchez Pascual ha reventado en la cara, pre- cia, porque ve- abierto, entre en la casa y dirí-
Juan Pedro López Sanz siento en cada célula el desas- No siempre es buena la idea de nía racheada de costado, ¿será jase a la puerta de enfrente, le
Lo supe desde que cruzamos tre, noto cómo las mitocondrias cruzar una puerta abierta, sobre gracioso? Bromas aparte, creo estaré esperando. Y así lo hice:
las miradas en el parque, en El sol ya no sería el mismo han colgado el cartel de cerra- todo si a continuación te encuen- sin duda que alguien a quien le llegué, entré, abrí la única puer-
el metro, en tu cama. Es esa para ninguno de los dos. Le do y las dobles hélices firman tras otra cerrada. Intuyo que me era útil nos dio un cambiazo mo- ta posible y tras esa puerta en-
clase de certeza que se instala dará ese sentido primor- de mutuo acuerdo el divorcio. estás invitando a entrar en tu riría del susto. contré una sala, sin ventanas,
como una apuñalada en tu pe- dial a la era de las máqui- Empújame, ya no ten- vida, pero te advierto de que no con una sola luz, sin muebles,
cho. Ese dolor que te convierte nas. No debimos usar las ve- go fuerzas para hacerlo solo. soy de las que se quedan en el Gloria Poza y una segunda puerta justo en-
en sumiso mientras atenaza la las fotónicas, Dédalo ya nos Promete que me seguirás. umbral. Si atravieso la primera frente, que también abrí, y tras
boca de tu estómago. Esa seguri- lo advirtió. Merecemos repetir puerta seguiré abriendo todas Cuando en mi interior me rodea esa segunda, otra sala, idénti-
dad que te invade tan plenamen- la suerte de Ícaro por nuestra José Luis Sánchez Pascual las que me encuentre cerradas la oscuridad, aquellos momen- ca, sin ventanas, con una sola
te y te convence de ser inmune osadía. Tratar de cambiar las en mi camino, no me detendré. tos difíciles, espinosos de los luz, sin muebles, y una tercera
ante cualquier adversidad. Todo órbitas planetarias no fue una Promete que me seguirás Llegaré hasta el fondo para ven- que pareces no salir, así una y puerta justo enfrente y el ruido
tan real como que cada mañana buena idea y menos por las ra- como el trueno al rayo, tilar las estancias de tu memoria. otra vez, lo único que cabe es de la segunda puerta cerrándo-
sale el sol pero aquel día, todo zones por las que lo hicimos. como el día a la noche, Así el aire arrastrará aquello que la esperanza de que aparezca, se tras de mí. Y así una cuar-
aquello desapareció en apenas Incluso desde este acantila- como el hilo a la aguja, aún rasca en tu garganta impi- por algún resquicio, una puerta. ta, una quinta, una sexta que,
unos segundos. Nuestras rúbri- do, si acercas la oreja al suelo, como la palabra al pensamiento, diéndote pronunciar su nombre. Si la encuentras, ábrela, porque al principio, sorteé con asom-
cas en aquel papel impreso con- puedes oír los engranajes oxi- como la literatura a la imagi- seguro que, tras esa salida que bro, luego con enojo y, hace un
firmaban por fin que, a partir de dados, las costuras romperse, nación. Annabel Gómez se abre ante ti en esos momen- momento, con desesperación.
ese instante, el sol ya no sería el el manto ceder frente al acero, Desde hoy hasta nuestra eter- tos espinosos, aparecerá otra y Aquello era inconcebible, una
mismo para ninguno de los dos. tomar el control cuántico de lo nidad. Oculta en el patio trasero de quién sabe si otra más. casa de apenas veinte metros
milimétrico. Escucha... ¿No oyes Lo prometo. la vieja casa de mi abuela, per- Y si no es así, acuérdate del de largo desde cualquiera de sus
Esther Obiamo como tose el Amazonas, expec- nocto despavorida. Últimamente dicho: “Cuando una puerta se extremos, se había transmutado
torando aves al cielo, negras de Catalina Cuesta vagabundea por el pueblo gente cierra se abre una ventana”. en laberinto, en trampa, pues,
aceite y hollín?, bronquitis de desconocida y de aspecto sos- cuando llevaba, no sé, ¿treinta
plumas que caen, sin batir las ..... pechoso y, como pueden obser- Ana María Sánchez habitaciones recorridas?, me di
alas ni una sola vez, las ves re- var, no puedo cerrar la puerta. la vuelta tratando de desandar
ventar en el yermo cementerio
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lo andado. Para mi sorpresa su- desapareció así la esperanza de Avanzar o seguir aquí, solo la Perseguida
peré con creces el número que estar en un sueño. Por primera oscuridad y una nueva duda en
estimado y entre carcajadas cer- vez escuché la nada, el zumbi- forma de puerta en mi camino Según he bajado del taxi en
canas a la pérdida de la cordu- do del fluorescente que mediaba ¿Qué peligros aguardarán esta ciudad desconocida para
ra, grité sin saber adónde ir. No la habitación se hizo presente y en silencio mis pasos? mí hasta hoy, he sentido la ne-
puede ser, piensa, esto no puede con él, un leve sonido de fondo, Pero qué diferencia esa oscuridad cesidad de perseguir un olor.
ser real, intenta recordar qué hi- rítmico, que al principio fue un de la que ahora me rodea, sigo Después del agotamiento del
ciste antes de entrar en la casa, susurro, un leve tap que fue cre- buscando una luz que es probable viaje, nada más dejar las ma-
antes incluso de conducir hacia ciendo poco a poco, hasta que que no exista ¿y si estuviese letas en el hotel, me he dejado
ella, en algún momento te tuvo se hizo reconocible: una puer- detrás de aquella puerta? Nunca llevar por mi instinto. La esen-
que suceder algo, un accidente, ta se abre otra se cierra, una lo sabré si no la alcanzo y si he cia me ha guiado en mi primer
un desvanecimiento que te ha se abre otra se cierra. Y se iba de adaptarme a una oscuridad recorrido hasta una antigua
sumido en este bucle infernal, acercando, cada vez más. Cer- distinta, será el tiempo que biblioteca. Ya lo entiendo, era
tal vez te dormiste, te caíste... ca, muy cerca, cada vez más tarde en acostumbrar mis ojos eso…Los libros que he abando-
No, joder, todo había sido nor- cerca. En la sala de al lado. Al el único que habré perdido. nado con mi huida me pellizcan
mal, un día cualquiera, monóto- otro lado de la puerta. Una puer- la conciencia. Me siento como
no, hasta que giraste el pomo de ta se abre... y la luz se apaga. Mercedes Verdugo esa silla solitaria en mitad de
la primera puerta y atravesaste una habitación llena de histo-
la primera sala, sí, eso es, tie- José Luis Sánchez Pascual ¡Las puertas! rias a las que no pertenece.
ne que haber algo que distinga Siempre puede haber una silla
una sala de otra, algo que me ¡Otra más! ¿Qué acertijo tendrá Realmente tentador… las ganas y una mesa descritas en algu- Foto: Universidad Pontificia de
oriente, que me dé esperanzas: que discurrir para continuar de traspasar la primera puerta na novela, pero no son estas apergaminados por el tiempo Comillas.
puertas del mismo color, la mis- abriendo este laberinto de y desentrañar la incógnita que mismas que tengo aquí delan- y la humedad, como su dueño.
ma luz verdosa, el mismo polvo, puertas? ¿Dónde me llevarán? se esconde tras la segunda. De te. El artesonado del techo no Creo que solo podrán conta-
tarimas miméticas en sus vetas, Deseo que sea a una playa con momento me quedo en el umbral. invita a la concentración. Es giarme alguna artritis reuma-
no hay marcas, ni manchas, ni aguas turquesas y arena blanca. tan alto y refinado que cual- toide mental. no disturbe los sueños que
imperfecciones visibles... Mier- O mejor a un salón relajante Esther Obiamo quiera se distraería en su lec- se viven entre las páginas.
da. Intentar mantener la salida y donde me den un masaje con tura observándolo. Me resulta Gloria Poza Siglos de historia, millones de
la entrada abierta me había cos- chocolate. O mejor a la estación agradable estar aquí, pero en- seres al alcance de mis manos,
tado una camisa y un zapato, era de París para coger el Orient «Y se iba tiendo que los demás prefieran Biblioteca no sé ni por dónde empezar.
como si algo tirase de los objetos Express hacia Estambul. O mejor la luz y el trasiego de las bi- Solo sentarme aquí y respirar...
al intentar dejarlos como tope, a tus brazos para hundirme en ti. acercan- bliotecas modernas. Este am- Ese gran edificio de libros. Libros Y no es solo el olor de los libros,
una succión difusa pero podero- biente me transmite seguridad antiguos, libros nuevos, libros es el de las miles de pieles que
sa que impedía despejar una de Catalina Cuesta do, cada y desolación a la vez. No en- modernos y libros viejos. To- los han compartido y los restos
las ecuaciones del enigma. Lo tiendo por qué en el comienzo dos sirven para lo mismo, inun- de vida que han dejado como
único que podía hacer era man- Puertas vez más. de una nueva vida he decidido dar el cerebro de sensaciones. recuerdo entre sus páginas, un
tener ambas puertas cerradas, que este lugar sea mi refugio. Esta, concretamente, es una marcador, un cabello perdido, o
pero eso aumentaba mi descon- Corro, corro como nunca he Cerca, Quizás no sea tan fácil olvidar, biblioteca muy antigua, de las una lágrima impresa al final de
cierto: no sabía si iba o venia. corrido y me encuentro con sobre todo si se trata de olores. que ya no quedan. Restau- un capítulo. Me siento mitad vo-
Terminé agotado. Me senté ca- una puerta distinta a las de- muy cerca, rada por el paso de los años. yeur, mitad ladrón, en un ves-
librando las posibilidades, ni tan más, sobria a la vez que enig- Annabel Gómez Me adentro en ella y ese olor tidor de ánimos con los cajones
siquiera había cogido la caja de mática. La abro enseguida y cada vez peculiar, tan particular que llenos de emoción. Elegiré con
herramientas, que estaría a ki- me encuentro con otra puerta. La osadía me llevó a decla- tiene. Y cojo un libro viejo y gusto qué libro ponerme hoy.
lómetros a estas alturas. Tenía Quiero seguir hasta lo que me más cerca. rarle al viejo y decrépito poe- siento ese perfume que se
sed. Me miré los pies: había es- depara, no puede ser peor. ta que yo amaba la poesía, y desprende de sus hojas ama- Mercedes Verdugo
tado calzado a medias sin per- Un instante quiero ser Alicia en el En la sala este, halagado y cortés me rillentas y ajadas. Me dispon-
catarme, medio cojo, de ahí el País de las Maravillas, dejar atrás invitó a su vieja biblioteca. go a leerlo y en un instante mi En realidad no estáis mirando
dolor de mi rodilla huérfana. Me este sufrimiento que me asola de al lado. El alma de los libros, ¿tie- mente se traslada a otro lugar. la fotografía de una biblioteca.
descalcé del todo y cierto alivio otro día y encontrarme en un lu- ne temperatura? Siempre he Lo parece, sí, es cierto, pero no
me recorrió el cuerpo, respiré gar extraordinario con mi gente. Al otro creído que hay libros ardien- Patricia Quero lo es. Es un lupanar, un burdel
profundamente varias veces, tes, otros tibios y que algunos en el que, en vez de con carne,
cerré los ojos... Debí de dormir- Patricia Quero lado de la desprenden un frío congela- Tanta belleza obliga al re- se trafica con sabiduría, don-
me pues desperté sobresaltado dor. Estos últimos están todos cogimiento, impone el silen- de se pervierte con tinta y no
y tardé unos instantes en recor- puerta.» encerrados en esta biblioteca cio y casi obliga a andar de con perfumes. No hay alcobas,
dar dónde estaba, con lo que del viejo caserón, encogidos y puntillas, paso calmo que en su lugar hay estanterías y,
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en vez de meretrices, estamos brutos y cafres que, exaltados Existe, es una locura pero exis-
nosotros, los libros, culpables en demasía, no pudieron con- te. Había oído hablar de la biblio-
de amancebamiento. No perte- tener sus emociones y trataron teca mágica donde están todos
necemos a unas únicas manos, sin conciencia de lo que hacían, los libros que aún no se han es-
nos dejamos acariciar por cual- hasta la desencuadernación. crito por sus autores, pero que se
quiera. A la más mínima nos Lo único que nos une a todos, escribirán y, una vez publicados,
abrimos de tapas y exhibimos, que nos iguala, es que ningu- desaparecen de sus estanterías.
impúdicos, toda nuestra desnu- no obtiene remuneración por Esta vez sí es lícito decir “como
dez semántica. Permitimos que sus servicios, una especie de por arte de magia”. Solo se ac-
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Entrelíneas
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo escribir un poema. Pero aquí lo que aflora desde
el primer momento es una lírica secreta, oculta,
Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo con unas raíces que han permanecido hundidas
en los sueños. Una lírica, como digo, basada en la
(Jalisco, 16 de mayo de 1917, Ciudad de México, 7 de enero de imaginación, para poder así transgredir la apa-
1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano que perte- riencia de las cosas.
neció a la generación del 52. La reputación de Rulfo se asienta en
dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y Y en este mismo prefacio acaba contándonos que
publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955. los seres de este mundo de los sueños, los seres
grietarios, le susurraron al oído y le encomendaron
la misión de transcribir sus palabras para todo aquel
que necesitara ver. Se abre así el telón de una obra
- “Los problemas sociales se pueden plantear de que sorprende desde un principio por su original
una manera artística. Es difícil evadir de una obra planteamiento. Un planteamiento que introduce al
el problema social, porque surgen estados con- lector en una trampa de la que no puede huir, por-
flictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo.” que ¿quién no quiere ver qué hay detrás de lo que
- “Se trabaja con imaginación, intuición y una ver- se ve?
- “La novela, dicen, es un género que abarca todo, dad aparente; cuando esto se consigue, enton-
es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o ces se logra la historia que uno quiere dar a co- El lector es arrastrado irremediablemente de esta
acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie nocer. Creo que eso es, en principio, la base de manera hacia un mundo poético misterioso donde
de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en todo cuento, de toda historia que se quiere contar.” Como nos dice Alicia al principio del poemario seres, los que habitan las grietas, lo requieren, lo
cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sinteti- De los que habitan las grietas, en lo que denomi- necesitan, llaman su atención, lo eligen, están ahí,
zarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una - “El tiempo es más pesado que la más pe- na de una forma muy perspicaz “Nota más introduc- le sirven de referencia para transgredir la habituali-
historia que otros cuentan en doscientas páginas.” sada carga que puede soportar el hombre.” toria que aclaratoria”, “El principio fue un sueño”, de dad hastiosa y evidente y le ofrecen la oportunidad
ahí precisamente que este prefacio sea más intro- de liberarse de la resignación que se va asentando
- “Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor - “El sueño es un buen colchón para el cansancio.” ductorio que aclaratorio y que funcione esta prime- en el planteamiento vital a lo largo del tiempo. Es
que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar ra frase en cierto sentido a modo de advertencia, decir, ese mundo se ofrece para brindarle una opor-
el pensamiento a la escritura, creo que nadie lo hace, - “Concretando: se trabaja con imaginación, intuición puesto que nos sitúa ante un mundo que transgre- tunidad. La oportunidad de asomarse a otra vida, de
nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay mu- y una verdad aparente; cuando esto se consigue, en- de lo aparente, un mundo de los sueños que difícil- liberarse de las ataduras de lo aparente.
chísimas cosas que al ser desarrolladas se pierden.” tonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.” mente puede tener una aclaración a priori. Este es
precisamente uno de los grandes atractivos de este
- “El alma es antípoda del cuerpo, y así amanece - “No se puede contra lo que no se puede.” extraordinario poemario. Y digo extraordinario en el
para ella cuando anochece para él.” sentido de que se encuentra “fuera del orden o re-
- “La muerte no se reparte como si fuera un bien. gla natural o común”1; tanto desde el punto de vis- «Aquí lo que
- “La gente se muere dondequiera. Los pro- Nadie anda en busca de tristezas.” ta argumental como desde una perspectiva ya más
blemas humanos son iguales en todas partes.” formal o poética. aflora desde el
- “Me gustas más cuando te sueño, entonces hago
- “La imaginación es infinita, no tiene límites, y de ti lo que quiero.” Con una magnífica prosa poética, nos sitúa ante primer momento
hay que romper donde se cierra el círculo; hay una un mundo fruto de una prodigiosa utilización de
puerta, puede haber una puerta de escape, y por - “Nada puede durar tanto, no existe ningún recuer- la imaginación. Un universo lírico, y esto resulta es una lírica
esa puerta hay que desembocar, hay que irse.” do por intenso que sea que no se apague.” muy interesante con la lectura de este poemario,
desde el que nos podemos plantear las estrechas secreta, oculta,
- “Todo escritor que crea es un mentiroso; la litera- - “Cada suspiro es como un sorbo de vida del que relaciones de la propia poesía con lo imaginario,
tura es mentira, pero de esa mentira sale una re- uno se deshace.” es decir, la construcción al fin y al cabo de lo con unas raíces
creación de la realidad; recrear la realidad es, pues, poético. Pero de una poética liberada de grandi-
uno de los principios fundamentales de la creación.” - “No tenía ganas de nada. Solo de vivir.” locuencia y declamación de la sonoridad. ¿O es que han
que acaso son estas características intrínsecas de
- “¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir - “Siempre anduve paseando mi amor por todas lo poético? Personalmente pienso que no. Pero permanecido
más de lo debido.” partes, hasta que te encontré a ti y te lo di entera- hay quien opina que es absolutamente impres-
mente.” cindible. Grandes poetas actuales con los que he hundidas en los
- “Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena tenido el placer de conversar o a los que he en-
de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella - “Solo yo sé lo lejos que está el cielo de nosotros, trevistado en estos últimos años siguen defen- sueños.»
carga y reventó. No, no es fácil querer mucho, Juan.” pero sé cómo acortar veredas.” diendo la necesidad de cierto formalismo en la
técnica como base imprescindible sobre la cual
1
Según la primera acepción del Diccionario de la lengua espa-
ñola de la RAE.
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Entrelíneas
Sección Sección
Entrembustes
Pero, como en la vida real, no todo es perfecto. Y en este tránsito nos situamos en el segundo Todos los recuerdos de su infancia están liga-
Porque la imaginación tampoco puede ser perfecta. poemario del libro, titulado Grietario. Que se pre- dos al pequeño pueblo extremeño que vio nacer a
Existen al mismo tiempo y en cualquier parte otros senta encabezado por una muy apropiada cita de sus padres, en el que se criaron y se enamoraron
seres, los creadores de grises, que intentan anular Cioran, el más brillante plasta fúnebre de todos los y del que solo se separaron cuando la miseria les
esta opción vital con su afán destructivo. Son los 2
tiempos, y que dice: “Por qué habremos proyecta- obligó a buscar el futuro que su tierra les negaba.
que llama Alicia las correspondencias de los seres do la finalidad hasta el mismo cielo?”2. Este poema- Marcial, alemán de cuna, se educó dentro de la
de las grietas. Y es aquí donde se produce ese con- rio representa un cambio de escenario y, como no más férrea tradición española. Desayunaba, co-
flicto que pasa por acudir a la grieta, a asomarse, podía ser de otra manera, se vertebra a partir de un mía y cenaba escuchando las historias del pue-
como decía, a ese mundo tan original y personal, acertadísimo cambio formal –y este es uno de los blo, seguía uno por uno sus ritos y costumbres y
tan complejo al mismo tiempo, donde el lector se grandes aciertos en este sentido del libro– desde hasta aprendió a sentir como propias las penas
plantea de repente otra realidad a partir de la cual donde la poeta, a través de un exquisito y cuidado y alegrías de vecinos que no conocía mas allá de
pueda salvarse y ver lo que no se ve. verso, una vez que se ha asomado a la grieta, nos las cartas que releía cada tarde con su madre.
cuenta su experiencia. La necesidad de ver más allá Fue, gracias a ella, que consiguió dominar la
ahora la ha situado en una situación compleja, en gramática, fue por ella que quiso estudiar me-
«El lector es arrastra- el sentido de que ese descenso a los infiernos ne- dicina, soñando con su propio consultorio en
cesario puede resultar doloroso. Porque puede ver el pueblo a su regreso y fue por eso que man-
do irremediablemen- cosas que no quiere ver, ya que descubrir la ver- tuvo sus sueños a pesar de que su madre mu-
dad a veces no gusta. Nos sitúa ante las grandes riese cuando apenas empezaba a afeitarse.
te de esta manera verdades. Pero esta es la única forma a partir de No había podido evitar que su cabeza evo-
la cual se puede producir la catarsis que posibilita cara todos esos recuerdos mientras removía
hacia un mundo poé- el comienzo de una vida plena para poder ser feliz. el café de la mañana, café de puchero, como
Se trata al final de un maravilloso alegato contra la el que preparaba su madre, y es que así se se-
tico misterioso donde ceguera humana –la ceguera mental y vital– que guía preparando en la pensión de la plaza.
nos puede servir perfectamente para, a partir de Una anciana de manos nudosas le saco de
seres, los que habitan su lírica, intentar ver más allá de lo aparente, de lo sus pensamientos al poner en la mesa la fuen-
obvio. Un poemario único, sorprendente, complejo, te de picatostes y al levantar la vista vio como
las grietas, lo requie- muy personal, oscuro a veces pero catártico y, en le observaba sin ningún reparo antes de decir:
realidad, y aunque parezca en un principio cuando —Tú no pareces forastero ¿De quién eres?
ren, lo necesitan, lla- menos paradójica esta afirmación, lleno de optimis- —Soy hijo de Adela, la de la tía Juana.
mo. Un poemario que en su conjunto es una muy —Acabáramos, pos eres nieto de Caraculo, va-
man su atención, lo valiente propuesta poética, una pequeña obra de mos…, Caraculo chico. Y soltó una carcajada en la
arte, un regalo urdido con un talento asombroso. que la acompañé mientras me golpeaba la espalda.
eligen, están ahí, le
Carlos Miranda Mi madre nunca habló del mote familiar y aun-
sirven de referencia que daba precisamente un tinte de distinción para
un doctor por muy de pueblo que fuese, nunca me
para transgredir la sentí mas feliz que reconociendo ser un Caraculo.
tiosa y evidente y le
ofrecen la oportuni-
dad de liberarse de la
«Acabáramos, pos eres nieto de Caraculo,
resignación que se va
vamos…, Caraculo chico. Y soltó una car-
asentando en el plan- cajada en la que la acompañé mientras
teamiento vital a lo me golpeaba la espalda.»
largo del tiempo.»
2
Emil Cioran (Răşinari, 8 de abril de 1911 – París, 20 de junio
de 1955) fue un escritor y filósofo rumano. La mayoría de sus
obras se publicaron en lengua francesa.
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Entrecerrado
Me lo habéis puesto
muy fácil para sentirme
tan orgullosa de vosotros
dentro y fuera del aula.
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