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Entreabierto

Estimados vecinos y vecinas:

Llega el último número de este curso de la revista del Taller Literario ENTRELÍNEAS,
que ofrece la Junta Municipal de Distrito de Loranca, Nuevo Versalles y Parque
Miraflores.

En este tercer trimestre, el Taller ha colaborado en la celebración del Día del Libro
con la actividad de trueque de libros, que, como todos los años, contó con una
gran acogida y participación de los vecinos y vecinas de nuestro barrio y, además,
el Taller, junto con la Junta Municipal de Distrito de Loranca, Nuevo Versalles y
Parque Miraflores, organizó la presentación del libro De los que habitan las grietas,
de Alicia Piso, profesora del Taller Entrelíneas.

Este curso el Taller Entrelíneas comenzó la interesante actividad de encuentros


trimestrales con autores. Hemos disfrutado de la presencia de tres magníficos
escritores que nos visitaron para hablarnos de su obra: Miguel Ángel Sevillano,
con De mi puño y letra, Javier Fernández Jiménez, con su último libro de relatos,
Maldita Guerra, y Cristina Abella, con su poemario Desnudando el ayer.

Os dejo ya para que comencéis cuanto antes la entretenida lectura de estas páginas
que nos harán el verano mucho más ameno de lo que ya es.

Carmen Seco Cañuelo


Concejala Presidenta de la JMD Loranca
Nuevo Versalles y Parque Miraflores
Sección Sección
Entreversos
Sumario
Muy lento, He de decir que siempre fue
Junio, 2018. Cuadragésimo segunda edición
con debilidad, un hombre de palabra,
como un niño como, por ejemplo, mujer,
Síguenos en Facebook: Entrelíneas de Loranca que juega al escondite es decir, belleza.
pero sabiendo Amor, es decir, riqueza.
de su poder. Palabras y más palabras necesarias
Dirección: Alicia Piso, profesora del Taller Entrelíneas Aliándose con su tierra para que más hombres de palabra
Maquetación y corrección: Alicia Piso y Raquel Acosta para formar habiten el universo con sus guiones
Encuadernación: Alumnos del Taller Entrelíneas el mayor número, hasta alcanzar el teatro de los sueños
Portada: José Luis Sánchez Pascual luchando por traernos sin miedo a que el más anónimo
Entreabierto: Carmen Seco Cañuelo su sonrisa doble, se suba al escenario,
Concejala Presidenta de la JMD Loranca Nuevo Versalles y Parque Miraflores que cambiará el mundo donde el valor presencia
durante unas horas. su rostro libre
junto al del hombre de palabra.
¿Vivir?, merece la pena Palabras, requerimos palabras.
Entreversos. Juan Pedro López Sanz, Annabel Gómez, Nely, Gloria Poza, Ruth Obiamo Moiché, Mer- no gracias al Everest Aquí estamos para cumpliros.
sino a un montoncito de arena Palabras hasta agotarnos y reponernos
cedes Verdugo, Catalina Cuesta 3 creado por un niño. con ellas otra vez.
Hombres, buscad la palabra.
¿Vivir?, merece la pena ¡Oh, palabra!
Entrecuentos. Mercedes Verdugo, Esther Obiamo Moiché, Catalina Cuesta, Ruth Obiamo Moiché, No gracias al abrazo largo y ancho, No es difícil encontrarla.
Ana María Sánchez, Gloria Poza, Carlos Miranda 7 sino por desear el de otros. Sois más veloces, lo dice ella
con toda si esperanza,
¿Vivir?, merece la pena devolvédsela hasta lo lúdico
Entresueños. Gloria Poza 10 no gracias a la victoria del siglo y manchaos de nieve.
sino por un regate ¡Oh, palabra!
que brilla un segundo. Tú eres el hombre.
Entreveros. Catalina Cuesta, José Luis Sánchez Pascual, Esther Obiamo Moiché, Juan Pedro López
¿Vivir?, merece la pena Salgo de casa
Sanz, Annabel Gómez, Gloria Poza, Ana María Sánchez, Patricia Quero, Mercedes Verdugo, Ruth Obiamo
no gracias al océano para convencer.
Moiché 11 sino por el giro repentino de un atún. Sí, es verdad, estamos lejos,
pero más lo estoy de:
¿Vivir?, merece la pena venus, Marte, Urano…
Entrelibros. Annabel Gómez, Ruth Obiamo Moiché 19 no gracias al amor y del Sol, claro.
sino por un beso que origina. Pero más lo estoy de la mayoría
de los humanos.
Entrecomillas. Juan Rulfo 20 Una mujer se dirige Pero más lo estoy de la mayoría
a reclutar flores. del cielo.
En la ida pasa desapercibida, Y yo admiro al Sistema Solar,
Entrelíneas. Carlos Miranda 21 nadie comenta. con ese sol que gobierna demócrata.
En la vuelta se fijan Y yo admiro a la mayoría de los humanos,
en el brillo de pelo, aunque desconozcan a Ángel González.
Entrembustes. Mercedes Verdugo 23 comentan el clamor de sus pasos Y yo admiro al cielo,
y la plenitud de su piel. Aunque a veces entristezca.
Arrancó las flores con delicadeza Pero, sobre todo, te admiro a ti,
Entrecerrado. 24 y allí venció. que alimentas todo lo que te rodea,
que aun desconociendo a Ángel González,
Llevo toda la vida le defenderías si yo te lo pidiese,
utilizando mis manos, que crees en el cielo
nunca les di importancia y no en el abismo.
hasta que un día
me regalaron un poemario, Juan Pedro López Sanz
lo rechacé,
pero me dijeron:
—Quédatelo tú, está en buenas manos.

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Entreversos Entreversos
El embudo Derviches La vida es un problema, Porque lo digo yo,
problemas tiene la vida. Porque no lo haces bien,
Lo lleva el loco majareta Los derviches turcos danzan Vida tiene el que vive, Porque no vales para esto.
del revés en la cabeza, en sentido contrario a las agujas del reloj. vive el que tiene salud. Ni una palabra,
protege así sus ideas Dan vueltas incansables sin perder su elegante ni me mires,
de la enfermera indiscreta. pose. Salud tiene el que vive contigo, ni te dirijas a mí.
Cruzan el umbral del éxtasis a través del dominio contigo hay que ser positivo, Luego me arrepentiré,
En mi cocina se usa de sus cuerpos. positivo eres si aceptas los problemas. luego te curaré,
desde una garrafa profusa, No sienten mareo ni cansancio en sus piernas ni Problemas, hay que dejarlos ir, luego te querré.
vertiendo oro líquido a alcuza brazos, ir de vacaciones donde quieras ser feliz. Pues eres mi todo,
sin mancharme yo la blusa. que elevan buscando el sentido de su espirituali- Pues eres mi sol,
dad, El que estudia Literatura sabrá escribir. Pues te quiero con obsesión.
Y queda en el lado estrecho mientras permanecen como flotando en un espa- Escribir es un placer para mí. Pero me desafías,
el peaje de ideas, de aceite cio reducido Mi problema es no oír bien. Pero me contestas,
no va a ser siempre para el ancho en el plano físico pero inmenso en sentido meta- Bien y feliz me encuentro aquí. Pero me replicas y yo te quiero,
el disfrute y el deleite. físico. Aquí me encuentro a gusto y estoy feliz. Y lo quiero hacer bien
Conjuran el implacable paso del tiempo y no te defraudaré
Un psiquiatra los receta pues rejuvenecen una hora en cada giro, en cada Me encantan los compañeros, y sé que me perdonarás otra vez.
siguiendo una corriente rusa, vuelta. aunque de aquí no oigo a los compañeros.
creo que es una idea obtusa Alicia es especial, por eso vuelvo acá.
o simplemente una excusa, Regalo Acá estamos hora y media.
Media y una hora por lo menos soy feliz.
para seguir engañando Promete que me seguirás,
ya sea por ancho o estrecho que cruzarás la alfombra roja Espero que estos versos den a entender
a aquellos que son las víctimas de mis cristales rotos. mi vida, no es normal, pero yo entiendo «Luego me arrepentiré,
de su corazón maltrecho. a la gente con problemas.
Promete que al sentir Problemas míos no entiende la gente. luego te curaré,
El dolor en tus pies
Al fin saldrás de tu letargo. Me he propuesto un libro, luego te querré.»
pero no sé imprimirlo.
Promete que no serás No sé si quedarme o irme del cursillo.
un recuerdo en mi costumbre El cursillo me es agradable,
envolviendo regalos con olor a pasado. Pero no entiendo a la gente.
Nely
Promete que plancharás con tus manos
el papel arrugado, antes brillante y vistoso, Poema enunciativo
para darle una segunda oportunidad
Espectador de batallas, Lentilla
Promete que le quitarás el lazo rojo acogedor indulgente,
Y la pegatina de felicidades con sus brazos siempre abiertos Fina, flexible maleable.
Tú y yo no los necesitamos. admite a quien se le acerque. La ligereza de tu cuerpo
No hace distinción de clases Me imprime seguridad.
Promete que girarás la cabeza ni rechaza a pendencieros, Veo la nitidez que me rodea,
Buscando una mirada cómplice busca reconciliaciones El aire me envuelve con confianza.
Cada vez que te alejes de mí. y hasta que se fundan hielos. La infalibilidad de lo que capto
Mudo testigo, si hablara Me permite saborear el momento
Promete que no serás mi sombra de todo lo contemplado, Pues a ciegas ya no camino
Ni yo seré la tuya. Juguemos a no ser nosotros. seguro que más de uno Gracias a tu contundente guía.
Rompamos las reglas. Vistámonos de presente. se pondría colorado. Hermoso es el mundo que veo,
Lo prometo… Yo creo que su inventor Desde un avión surcando los cielos
le dio nombre musical: “sol-fa”, Hasta una bosta cruzada en la acera.
Annabel Gómez ¿Tras de que ataque sufrido Limpia mi visión
perdió la “l” central? ¿SOFÁ? Cuando te aferras a ella.

Gloria Poza Ruth Obiamo Moiché

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Sección
Entreversos Sección
Entrecuentos
Al sudor El orinal Monstruo portátil. Tenía tiempo de sobra para realizar los cam-
bios en el lugar de costumbre, aunque quería asegu-
Fruto que naces exprimido, No podría vivir sin él, es pura comodidad, Un sucio y arrugado pañuelo que limpia el sudor rarme de que la última actualización del dispensador
savia que el cuero macera. Me lo dijo Luis, me advirtió María, de la frente, las gafas empañadas que no ocultan era la correcta. Hechas las comprobaciones pertinen-
No importa de dónde brotes, pero me dio igual. la mirada de unos ojos de infierno, el dedo sobre tes y ubicada en el punto de encuentro, advierto que
que igualas castas y raleas, No voy de viaje sin mi orinal. los labios ordenando silencio. todo aquel con el que me cruzo en el camino, me ob-
pues no hay miembro de la raza humana, Los que hay en las posadas, Acabó el abrazo forzado, las manos duras ya no serva durante unos segundos. Es muy extraño por-
que cuando emanas, no hieda. solo sabe Dios quién los usó. se hunden en mi cuerpo, no hay amenazas en mi que me resulta desafiante, y una extraña emoción,
Pudo ser alguien limpio y aseado, oído y, sin embargo, aún siento su aliento. Quiero que no logro identificar, comienza a aflorar desde mi
Mercedes Verdugo pero también pudo ser un deshollinador. ver cómo se marcha, y en mi cabeza se instala esa pecho. Al verme reflejada en una superficie espejada
Ponte como quieras, piensa de cualquier manera, imagen de un dedo sobre los labios… veo que mi boca esboza una sonrisa.
A un amigo pero no voy a ningún sitio sin mi escupidera. El miedo no es el monstruo de mi armario, no
Me lo llevé a Roma, también a París vive debajo de la cama, es un polizón que viaja Después de que le hicieran añicos el corazón,
Vagabundo solitario, y, quieras o no quieras, oculto en los pliegues del alma. regaló un pedacito a todas aquellas personas in-
desterrado de tu vida, a Berlín me llevo yo mi bacín. Pueden pasar cien años, puedo ganar mil bata- compatibles con la vida.
¿de qué mundo insolidario llas, pero el miedo siempre espera agazapado en
escapaste sin mochila? las entrañas para devolverme al vértigo, para que Esther Obiamo
No permitas que la suerte, vuelva a sentirme de nuevo sola, de pie viendo un
por culpa de la añoranza, dedo sobre unos labios, unos ojos encendidos y un
corte el flujo de tu mente pañuelo que limpia el sudor sobre las gafas. «De pronto, aparece
y te cierre a la esperanza.
Deja que la razón fluya, Café para la vida junto a mi ventanilla
que arrastre tu pensamiento,
y que tu alma no huya Desayunaba cada mañana en la cafetería del ta- una niña...»
de asir un feliz momento; natorio, algunos pensaban que era de ahí, de las
y amárralo con tesón, historias de los muertos, de donde sacaba la ins-
que no se vuelva a escapar, piración para sus novelas, otros que quizás, ese Domingo muy temprano
que ya luce poco el sol ambiente deprimente era el que necesitaba para
y llega la oscuridad. concentrarse en la escritura, y él aseguraba que Salgo a la hora prevista, como es domingo me en-
no había un café mejor en todo el barrio, aunque cuentro poco tráfico para ir a trabajar, me acomo-
Gloria Poza lo cierto era que empezar el día tan cerca de la do en el asiento del coche y pongo mi música fa-
muerte le ayudaba a mantener la perspectiva so- vorita. Cuando llevo unos kilómetros observo con
bre la temporalidad de las cosas, no fuera a ser recelo algunos coches parados, sin más, yo sigo
Te quiero que el éxito o la fortuna le hicieran pensar por un mi camino pero ya no escucho la música, voy aler-
momento, que podría vivir así para siempre. ta, curiosamente no adelanto a ningún coche ni
Te quiero, te quiero tanto, Su vida era tan dramáticamente común como la me cruzo con otros vehículos. Es domingo, sí, pero
me dices casi a diario. de cualquiera, declaró en la entrevista posterior al llevo trabajando veinte años domingos alternos y
Y yo lo noto, no te creas, por como a un lado, premio universo de literatura. Había conocido la esto no es normal.
todo cuanto es de mi agrado, dejas. pobreza, el dolor de la perdida y la traición de al- Utilizo el manos libres del volante y llamo a com-
«¡Que no quiero más te Te quiero como el primer día. gunos de los que eligió como compañeros de vida, pañeros de trabajo que al igual que yo tienen que
Miro hacia atrás en nuestra vida material de sobra para una extensa bibliografía estar camino del aeropuerto. No me contestan.
quiero! y veo que es verdad, no es mentira, que él solo vestía con las palabras adecuadas. Por fin llego al trabajo, aparco el coche y en el
poco ha cambiado, todo es rutina. Aquella mañana, después de los flashes y las feli- parquin veo personas que ya no están. Siento mie-
No, no y no, si no te Te quiero, dices, con lágrimas en los ojos, citaciones, volvía a la cafetería del tanatorio, en la do, alegría, confusión… De pronto, aparece junto
lo percibo, no te lo reprocho que no había más que verdad y vida, y ambas se a mi ventanilla una niña que no fue y me dice:
importa… a todo cuanto digo, un decir tienes: toman mejor acompañadas de un buen café. “mamá, abre la puerta, soy yo”. Aturdida, le con-
Que yo las siete cincuenta y nueve, tú las ocho. testo: “no existes, no llegaste a nacer”.
créetelo tú primero.» Te quiero, te quiero y te quiero. Mercedes Verdugo —Mamá, aquí sí, acompáñame.
Me queman, me abruman, me angustian, Nos cogemos de la mano y volamos, volamos
Me sobran tantos te quiero. Universo paralelo hacia no sé dónde. Hay sirenas, luces, mucha acti-
¡Que no quiero más te quiero! vidad. Horrorizada veo mi coche estrellado contra
No, no y no, si no te importa… La reunión era a las 19 h, huso terrestre. Cuando tres coches más.
Créetelo tú primero. me disponía a entrar en la cabina del teletrans- Ahora lo entiendo todo. Ya no estoy.
portador, me di cuenta de que había olvidado pro-
Catalina Cuesta gramar el rostro sonriente en el dispensador facial Catalina Cuesta

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Sección
Entrecuentos Entrecuentos

deforma como seres que inspiran


temor, pero esto no responde a Recuerdo de infancia de Comala
la verdadera imagen de un psicó-
pata, que puede ser una persona Vine a Comala porque mis pa-
como tú y como yo, ajustada a «El psicópata dres me trajeron aquí de vaca-
los cánones sociales de manera ciones. Una mañana de caní-
exquisita. que responde al cula, aprovechando que habían
El psicópata que responde al salido a comprar el periódico,
perfil de fatal, el irrecuperable perfil de fatal, me dispuse a bajar el sendero
es mi vecino, que me mira de que conducía al pueblo. Apenas
reojo cuando coincidimos en el el irrecuperable hube caminado unos metros,
ascensor, que me abre el portal y me topé con un errabundo hom-
cede el paso, a saber qué funes- es mi vecino, bre acompañado de su burro:
tas intenciones cruzarán por su —Buenos días, señor.
mente; ¿y cuando tira de mi bol- que me mira de —Buenos..., según se mire.
sa obligándome a soltarla para, —¿Cómo se llama el burro?
según dice, aligerarme el peso? reojo cuando —No tiene nombre.
Todo esto debo contárselo a mi —¿No tiene nombre?
psiquiatra, que me obligará, no coincidimos en —Sí, Notienenombre.
Homicidio en el bosque arbustos e intentando plantar Angustia paranoica lo dudo, a continuar alejándome —¡Sí o no!
bien los pies en ese suelo tan de él, a escapar antes de darle el ascensor...» —Se llama así, Notienenombre.
Cuando solté la flecha no ima- resbaladizo. Es de noche, creo que me si- ocasión de cometer algún acto Es el único ser vivo de este mundo.
giné que fallaría; un traicionero Las fuerzas de mi presa men- guen... Está muy oscuro.... violento. Con el resto de la comu-
golpe de viento la desvió y se guaban, ya estaba a escasos pa- ¡Dios mío!, ¿Será un violador, un nidad no quiero ninguna relación, Sin haberse alejado un peque-
le clavó en el hombro, tras ro- sos y el aire del bosque, con su asesino? si entran al ascensor, yo salgo y ño trecho, Notienenombre dio
zar un roble. Eso no le impidió perfume rico y fértil, mezclado Me matará y me violará (Bue- subo o bajo por la escalera, he un golpe seco contra la tierra
emprender la huida tan rápido con un sutil aroma a putrefacción, no, si es por ese orden...). descubierto que murmuran a y se fue desmoronando como
como un gamo, aunque las ho- pareció empaparme de fuerza. Oigo unos pasos... Es un hom- mis espaldas y me miran avie- si fuera un montón de piedras.
jas caídas que alfombraban el Con un último esfuerzo, alcancé bre grande, seguro. ¿Tendrá samente. ¿Deberé buscar algún
suelo del bosque le hacían res- mi flecha atrapada en el hom- una navaja o, a lo peor, un ma- acercamiento? ¿Y si me diera por Carlos Miranda
balar de cuando en cuando. bro de quien huía de mí y tiré chete? tomarme alguna venganza?
Yo arrojé mi arco a un lado y con fuerza, con lo que conseguí Si solo llevo diez euros. Por
salí en pos de él. Los árboles detener con brusquedad la per- eso matan a cualquiera. Creo Gloria Poza «Y se fue desmoronando como
pasaban a gran velocidad. Por secución. Cayó al suelo levan- que leí en la prensa que te se-
el rabillo del ojo vi a una liebre tando un remolino de hojas. Me cuestran, y van mandándole ca- ..... si fuera un montón de piedras.»
agazapada, a una ardilla que me posicioné delante de él con la chitos a tu familia…
increpó salvajemente y ahuyen- respiración, la de ambos, agita- ¡Se acerca! ¡Se acerca! ¡Aaaah!
té a un águila que alzó el vuelo da y vi el terror en sus oscuros Se lía paraguazos y se oye una
con su presa en las garras. ojos que se abrieron con apren- voz, la de su madre:
Mis botas ligeras, pero de suela sión. Movió los labios, intentan- —Hijo, ¡por Dios! Que te vengo
firme, me llevaban tras mi vícti- do encontrar palabras que me a llamando para que pares. Que
ma, la cual tenía la espalda teñi- hicieran cambiar de opinión. se ha ido la luz de la calle y ve-
da de sangre y su túnica parecía Una súbita alegría me inundó nía con una linterna...
más oscura. y, lanzando una carcajada, cogí
Poco a poco iba ganando te- mi otra hacha de la cadera y Ana María Sánchez
rreno y, a la vez que saltaba la descargué con fuerza en su
un tronco caído, me llevé la cara. Un chorro de sangre al- Psicopatía fatal
mano a la espalda y aprehendí canzó mi rostro.
mi hacha arrojadiza. Sin parar Recuperé mi arma, la limpié ¿Os imagináis acaso a los psicó-
apenas, cogí impulso y la lancé utilizando su túnica y la coloqué patas como personas con sem-
a esa espalda que me precedía. de nuevo en mi cadera. Me rela- blante siniestro que esconden
Fallé por culpa, irónicamente, mí los labios teñidos de sangre, bajo sus ropas un cuchillo para
de su zancada renqueante; far- me di la vuelta y me marché. degollar a quien se cruce en su
fullé una maldición y apreté el camino sin que medie un conflic-
ritmo esquivando ramas caídas, Ruth Obiamo Moiché to? La literatura les perfila y les

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Entresueños Sección
Entreveros

Continuará encadenado… terior de un puerco en día de


matanza. Aun así, sabía por ex-
A partir de una primera fra- periencia que si atacaba por de-
se propuesta por la profeso- trás el puñal debía hundirlo en el
ra, cada semana los alumnos lado derecho de su víctima y si
han realizado un microrrela- atacaba de frente, en el izquier-
to encadenándolo con la úl- do. Era un misterio del que dis-
tima frase del microrrelato frutaba aunque ignorando que
Soñar más votado en clase la sema- su estocada ensartaba el hígado,
na anterior. A continuación, motivo por el que la sangre salía
Si al nacer se nos dotara publicamos los microrrelatos a borbotones como el agua de la «Te avisé de que
de dos vidas que vivir, ganadores. fuente nueva con el chorro hacia
y pudiéramos cambiar, arriba: corto, grueso y constan- no cortaras de
la que más nos ofreciera, O viene ya el diablo o me te. ¡Qué agua tan fresca!, ¡qué
erraríamos seguro marcho, quedamos solo una sangre tan tibia! esa forma, que
como hacemos cada día vez al año para actualizar las ta-
Pero cuando el infortunio blas de datos, en estos tiempos Catalina Cuesta es mejor longitu-
nos toca con un revés, que corren es muy difícil delimi-
añoramos otra vida tar dónde termina el bien y em- Qué sangre tan tibia. No suele dinalmente, te
con la que poder probar pieza el mal. ser habitual, será porque esta-
que llevaron a mal puerto, Aquí estoy, despachemos rápido. bas muerta de antemano, como has destrozado
a emprender nuevas empresas, Dios: Digo yo que los puntos de si tu cuerpo anticipase este mo-
quizá para fracasar, las palabrotas, insultos y pala- mento, antes incluso de suceder, los tendones.»
o para triunfar, quien sabe, bras obscenas dirigidas a otras la percepción cadavérica. No, no
para ascender a la cumbre personas, al no ser que se re- subas así los brazos, todo tarda-
donde fijamos la meta, fieran a mi sagrada persona, las rá más, se alargará innecesaria-
para llamar a otra puerta vamos a eliminar porque está mente lo que sientes inevitable,
donde habite la cordura, tan a la orden del día hablar en el agua templada ayuda, sumer-
o hacer una intromisión esos términos… ge los brazos, alivia el dolor, en-
hacia dentro de uno mismo, Diablo: ¡De eso nada!, mi tra- tumece y permite que todo fluya
donde tal vez aparezca bajo me ha costado que se in- más deprisa, el abrazo entre lí-
lo que andábamos buscando. tegren en el dialecto cotidiano. quidos disipa la atención, distrae.
¡Qué poco cuesta soñar! Lo mismo me da que digan “me Qué pena, un cuerpo tan joven,
cago en Dios” que “me cago en tan hermoso, tan triste, apenas
Gloria Poza tu puta madre”, puntos para mí. se intuye ya bajo la mezcla de tu
Dios: En cuanto a la desobedien- tiempo y el llanto del grifo, qué
cia, tendremos que matizar un
poco más.
Diablo: No hay matices que val-
gan, desobedecer es una falta.
¡Mesonero! —llamó con voz so-
nora— traiga vino y agua que
esta reunión se alarga.

¡Mesonero! Traiga vino y


agua que esta reunión se
alarga. Fueron sus últimas pa-
«Qué poco cuesta soñar.» labras antes de que la daga de
Luis el Tintao le atravesara el
costado. No era el primero ni
sería el último, tenía medido al
milímetro el lugar donde la in-
trusión del acero era letal. Sus
conocimientos de anatomía no
iban más allá de observar el in-

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Sección
Entreveros Sección
Entreveros

desdichada muchacha en tan Lo supe desde que cruzamos de troncos. Escucha... ¿No sien- Entreimágenes y mil palabras Puertas
corta carrera. Te avisé de que no las miradas tes cómo se astilla el escudo
cortaras de esa forma, que es en el parque, antártico, sus lascas clavándose Imágenes para entrar y perderse El mecanismo parecía sencillo:
mejor longitudinalmente, te has en el metro, en las vidas del mar, cadáveres una puerta se abre, otra se cierra;
destrozado los tendones, pare- en tu cama. moteando las frías aguas?, llo- una se abre, otra se cierra. En el
ces marioneta deshilachada. No, Tienes la mirada que vive verá sangre y cuando rebose mismo instante en el que accionas
yo no he visto lo que hay al otro en la casa más bonita. nos ahogaremos en rojo. Escu- el picaporte de una, rompiendo la
lado, tengo prohibida la entrada, No puedo mirarte porque cha otra vez... El Krakatoa ruge Ilustración: fusión paño y marco para avan-
solo soy un facilitador, un acom- creo en todo el mundo, de nuevo, vomita odio y vengan- Edward Gorey zar, a tu espalda rompe el golpe
pañante, un observador neutral en los banqueros, za, levanta su brazo y su garra seco de la madera en el umbral de
que supervisa que todo suceda en los curas, nos oscurece, nos fecunda con aquella rebasada, sellando y diri-
de forma correcta y que el alma en los políticos. su ardiente simiente otorgán- giendo tu sentido, convirtiendo la
sea recogida por quien debe. Tu mirada todo lo hace posible. donos la inmortalidad de Fidias. salida en pared tras el gañido de
No, tampoco sé quién vendrá a Tu mirada vence la niebla. Ahora apoya tu cabeza en mi las bisagras: no hace falta aceite
llevarse tus veintiún gramos, no Tu mirada gira hasta el encuentro. pecho. ¿Qué oyes? Eso es. Nada, Un vecino me ha si se quiere conocer su tiempo de
hay demasiada diferencia, son Tu mirada acosa si lo mereces. porque ya estoy muerto, todos dicho que habrá aleteo ¿no?. Y así llevaba horas,
hermanos del mismo padre, solo Tu mirada tangible huele, toca, lo estamos, somos simple esco- encogido la mi- algo imposible si lo piensan, pero
tienen diferente punto de vista paladea, ria, rebaba, sobras, despojos de tad por la tor- el inicio de la espiral en la que es-
de la salvación y nada más. Ya oye sin dejar de ver. un banquete al que no fuimos menta de la tar- taba inmerso quedaba ya desdi-
queda poco, escucho a lo lejos Tu mirada interrumpe siempre, invitados, nos hemos quedado de, que y aquí bujado en la memoria, sin posi-
el sello abriéndose, seguro que aunque se enfrente al amor. atorados entre los dientes del estoy sin poder bilidades de pellizcos salvavidas.
ya intuyes tu camino. Me alegro Tu mirada ya existía en el Paleo- tiempo y ahora que nos han ex- encajar ambos Todo comenzó con una llamada
de que me eligieses a mí en tu lítico traído, nos pudrimos más rápido. batientes; eso corriente: mi grifo cierra mal,
tránsito, lo supe desde que cru- y permanecerá sobre la tecnolo- No, ya no será igual para nin- sí, oculta, que ¿Lo cubre el seguro? Sí, seño-
zamos las miradas en el parque, gía. guno de los dos, ni para nadie, no descubran los ra. ¿Cuándo puede venir? En un
en el metro, en tu cama... Le dará ese sentido primordial rompimos las reglas y el sentido ladrones, si vie- par de horas estoy por allí. De
a la era de las máquinas. fundamental de nuestra era nos nen, mi presen- acuerdo, cuando llegue estará
José Luis Sánchez Pascual ha reventado en la cara, pre- cia, porque ve- abierto, entre en la casa y dirí-
Juan Pedro López Sanz siento en cada célula el desas- No siempre es buena la idea de nía racheada de costado, ¿será jase a la puerta de enfrente, le
Lo supe desde que cruzamos tre, noto cómo las mitocondrias cruzar una puerta abierta, sobre gracioso? Bromas aparte, creo estaré esperando. Y así lo hice:
las miradas en el parque, en El sol ya no sería el mismo han colgado el cartel de cerra- todo si a continuación te encuen- sin duda que alguien a quien le llegué, entré, abrí la única puer-
el metro, en tu cama. Es esa para ninguno de los dos. Le do y las dobles hélices firman tras otra cerrada. Intuyo que me era útil nos dio un cambiazo mo- ta posible y tras esa puerta en-
clase de certeza que se instala dará ese sentido primor- de mutuo acuerdo el divorcio. estás invitando a entrar en tu riría del susto. contré una sala, sin ventanas,
como una apuñalada en tu pe- dial a la era de las máqui- Empújame, ya no ten- vida, pero te advierto de que no con una sola luz, sin muebles,
cho. Ese dolor que te convierte nas. No debimos usar las ve- go fuerzas para hacerlo solo. soy de las que se quedan en el Gloria Poza y una segunda puerta justo en-
en sumiso mientras atenaza la las fotónicas, Dédalo ya nos Promete que me seguirás. umbral. Si atravieso la primera frente, que también abrí, y tras
boca de tu estómago. Esa seguri- lo advirtió. Merecemos repetir puerta seguiré abriendo todas Cuando en mi interior me rodea esa segunda, otra sala, idénti-
dad que te invade tan plenamen- la suerte de Ícaro por nuestra José Luis Sánchez Pascual las que me encuentre cerradas la oscuridad, aquellos momen- ca, sin ventanas, con una sola
te y te convence de ser inmune osadía. Tratar de cambiar las en mi camino, no me detendré. tos difíciles, espinosos de los luz, sin muebles, y una tercera
ante cualquier adversidad. Todo órbitas planetarias no fue una Promete que me seguirás Llegaré hasta el fondo para ven- que pareces no salir, así una y puerta justo enfrente y el ruido
tan real como que cada mañana buena idea y menos por las ra- como el trueno al rayo, tilar las estancias de tu memoria. otra vez, lo único que cabe es de la segunda puerta cerrándo-
sale el sol pero aquel día, todo zones por las que lo hicimos. como el día a la noche, Así el aire arrastrará aquello que la esperanza de que aparezca, se tras de mí. Y así una cuar-
aquello desapareció en apenas Incluso desde este acantila- como el hilo a la aguja, aún rasca en tu garganta impi- por algún resquicio, una puerta. ta, una quinta, una sexta que,
unos segundos. Nuestras rúbri- do, si acercas la oreja al suelo, como la palabra al pensamiento, diéndote pronunciar su nombre. Si la encuentras, ábrela, porque al principio, sorteé con asom-
cas en aquel papel impreso con- puedes oír los engranajes oxi- como la literatura a la imagi- seguro que, tras esa salida que bro, luego con enojo y, hace un
firmaban por fin que, a partir de dados, las costuras romperse, nación. Annabel Gómez se abre ante ti en esos momen- momento, con desesperación.
ese instante, el sol ya no sería el el manto ceder frente al acero, Desde hoy hasta nuestra eter- tos espinosos, aparecerá otra y Aquello era inconcebible, una
mismo para ninguno de los dos. tomar el control cuántico de lo nidad. Oculta en el patio trasero de quién sabe si otra más. casa de apenas veinte metros
milimétrico. Escucha... ¿No oyes Lo prometo. la vieja casa de mi abuela, per- Y si no es así, acuérdate del de largo desde cualquiera de sus
Esther Obiamo como tose el Amazonas, expec- nocto despavorida. Últimamente dicho: “Cuando una puerta se extremos, se había transmutado
torando aves al cielo, negras de Catalina Cuesta vagabundea por el pueblo gente cierra se abre una ventana”. en laberinto, en trampa, pues,
aceite y hollín?, bronquitis de desconocida y de aspecto sos- cuando llevaba, no sé, ¿treinta
plumas que caen, sin batir las ..... pechoso y, como pueden obser- Ana María Sánchez habitaciones recorridas?, me di
alas ni una sola vez, las ves re- var, no puedo cerrar la puerta. la vuelta tratando de desandar
ventar en el yermo cementerio

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lo andado. Para mi sorpresa su- desapareció así la esperanza de Avanzar o seguir aquí, solo la Perseguida
peré con creces el número que estar en un sueño. Por primera oscuridad y una nueva duda en
estimado y entre carcajadas cer- vez escuché la nada, el zumbi- forma de puerta en mi camino Según he bajado del taxi en
canas a la pérdida de la cordu- do del fluorescente que mediaba ¿Qué peligros aguardarán esta ciudad desconocida para
ra, grité sin saber adónde ir. No la habitación se hizo presente y en silencio mis pasos? mí hasta hoy, he sentido la ne-
puede ser, piensa, esto no puede con él, un leve sonido de fondo, Pero qué diferencia esa oscuridad cesidad de perseguir un olor.
ser real, intenta recordar qué hi- rítmico, que al principio fue un de la que ahora me rodea, sigo Después del agotamiento del
ciste antes de entrar en la casa, susurro, un leve tap que fue cre- buscando una luz que es probable viaje, nada más dejar las ma-
antes incluso de conducir hacia ciendo poco a poco, hasta que que no exista ¿y si estuviese letas en el hotel, me he dejado
ella, en algún momento te tuvo se hizo reconocible: una puer- detrás de aquella puerta? Nunca llevar por mi instinto. La esen-
que suceder algo, un accidente, ta se abre otra se cierra, una lo sabré si no la alcanzo y si he cia me ha guiado en mi primer
un desvanecimiento que te ha se abre otra se cierra. Y se iba de adaptarme a una oscuridad recorrido hasta una antigua
sumido en este bucle infernal, acercando, cada vez más. Cer- distinta, será el tiempo que biblioteca. Ya lo entiendo, era
tal vez te dormiste, te caíste... ca, muy cerca, cada vez más tarde en acostumbrar mis ojos eso…Los libros que he abando-
No, joder, todo había sido nor- cerca. En la sala de al lado. Al el único que habré perdido. nado con mi huida me pellizcan
mal, un día cualquiera, monóto- otro lado de la puerta. Una puer- la conciencia. Me siento como
no, hasta que giraste el pomo de ta se abre... y la luz se apaga. Mercedes Verdugo esa silla solitaria en mitad de
la primera puerta y atravesaste una habitación llena de histo-
la primera sala, sí, eso es, tie- José Luis Sánchez Pascual ¡Las puertas! rias a las que no pertenece.
ne que haber algo que distinga Siempre puede haber una silla
una sala de otra, algo que me ¡Otra más! ¿Qué acertijo tendrá Realmente tentador… las ganas y una mesa descritas en algu- Foto: Universidad Pontificia de
oriente, que me dé esperanzas: que discurrir para continuar de traspasar la primera puerta na novela, pero no son estas apergaminados por el tiempo Comillas.
puertas del mismo color, la mis- abriendo este laberinto de y desentrañar la incógnita que mismas que tengo aquí delan- y la humedad, como su dueño.
ma luz verdosa, el mismo polvo, puertas? ¿Dónde me llevarán? se esconde tras la segunda. De te. El artesonado del techo no Creo que solo podrán conta-
tarimas miméticas en sus vetas, Deseo que sea a una playa con momento me quedo en el umbral. invita a la concentración. Es giarme alguna artritis reuma-
no hay marcas, ni manchas, ni aguas turquesas y arena blanca. tan alto y refinado que cual- toide mental. no disturbe los sueños que
imperfecciones visibles... Mier- O mejor a un salón relajante Esther Obiamo quiera se distraería en su lec- se viven entre las páginas.
da. Intentar mantener la salida y donde me den un masaje con tura observándolo. Me resulta Gloria Poza Siglos de historia, millones de
la entrada abierta me había cos- chocolate. O mejor a la estación agradable estar aquí, pero en- seres al alcance de mis manos,
tado una camisa y un zapato, era de París para coger el Orient «Y se iba tiendo que los demás prefieran Biblioteca no sé ni por dónde empezar.
como si algo tirase de los objetos Express hacia Estambul. O mejor la luz y el trasiego de las bi- Solo sentarme aquí y respirar...
al intentar dejarlos como tope, a tus brazos para hundirme en ti. acercan- bliotecas modernas. Este am- Ese gran edificio de libros. Libros Y no es solo el olor de los libros,
una succión difusa pero podero- biente me transmite seguridad antiguos, libros nuevos, libros es el de las miles de pieles que
sa que impedía despejar una de Catalina Cuesta do, cada y desolación a la vez. No en- modernos y libros viejos. To- los han compartido y los restos
las ecuaciones del enigma. Lo tiendo por qué en el comienzo dos sirven para lo mismo, inun- de vida que han dejado como
único que podía hacer era man- Puertas vez más. de una nueva vida he decidido dar el cerebro de sensaciones. recuerdo entre sus páginas, un
tener ambas puertas cerradas, que este lugar sea mi refugio. Esta, concretamente, es una marcador, un cabello perdido, o
pero eso aumentaba mi descon- Corro, corro como nunca he Cerca, Quizás no sea tan fácil olvidar, biblioteca muy antigua, de las una lágrima impresa al final de
cierto: no sabía si iba o venia. corrido y me encuentro con sobre todo si se trata de olores. que ya no quedan. Restau- un capítulo. Me siento mitad vo-
Terminé agotado. Me senté ca- una puerta distinta a las de- muy cerca, rada por el paso de los años. yeur, mitad ladrón, en un ves-
librando las posibilidades, ni tan más, sobria a la vez que enig- Annabel Gómez Me adentro en ella y ese olor tidor de ánimos con los cajones
siquiera había cogido la caja de mática. La abro enseguida y cada vez peculiar, tan particular que llenos de emoción. Elegiré con
herramientas, que estaría a ki- me encuentro con otra puerta. La osadía me llevó a decla- tiene. Y cojo un libro viejo y gusto qué libro ponerme hoy.
lómetros a estas alturas. Tenía Quiero seguir hasta lo que me más cerca. rarle al viejo y decrépito poe- siento ese perfume que se
sed. Me miré los pies: había es- depara, no puede ser peor. ta que yo amaba la poesía, y desprende de sus hojas ama- Mercedes Verdugo
tado calzado a medias sin per- Un instante quiero ser Alicia en el En la sala este, halagado y cortés me rillentas y ajadas. Me dispon-
catarme, medio cojo, de ahí el País de las Maravillas, dejar atrás invitó a su vieja biblioteca. go a leerlo y en un instante mi En realidad no estáis mirando
dolor de mi rodilla huérfana. Me este sufrimiento que me asola de al lado. El alma de los libros, ¿tie- mente se traslada a otro lugar. la fotografía de una biblioteca.
descalcé del todo y cierto alivio otro día y encontrarme en un lu- ne temperatura? Siempre he Lo parece, sí, es cierto, pero no
me recorrió el cuerpo, respiré gar extraordinario con mi gente. Al otro creído que hay libros ardien- Patricia Quero lo es. Es un lupanar, un burdel
profundamente varias veces, tes, otros tibios y que algunos en el que, en vez de con carne,
cerré los ojos... Debí de dormir- Patricia Quero lado de la desprenden un frío congela- Tanta belleza obliga al re- se trafica con sabiduría, don-
me pues desperté sobresaltado dor. Estos últimos están todos cogimiento, impone el silen- de se pervierte con tinta y no
y tardé unos instantes en recor- puerta.» encerrados en esta biblioteca cio y casi obliga a andar de con perfumes. No hay alcobas,
dar dónde estaba, con lo que del viejo caserón, encogidos y puntillas, paso calmo que en su lugar hay estanterías y,

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en vez de meretrices, estamos brutos y cafres que, exaltados Existe, es una locura pero exis-
nosotros, los libros, culpables en demasía, no pudieron con- te. Había oído hablar de la biblio-
de amancebamiento. No perte- tener sus emociones y trataron teca mágica donde están todos
necemos a unas únicas manos, sin conciencia de lo que hacían, los libros que aún no se han es-
nos dejamos acariciar por cual- hasta la desencuadernación. crito por sus autores, pero que se
quiera. A la más mínima nos Lo único que nos une a todos, escribirán y, una vez publicados,
abrimos de tapas y exhibimos, que nos iguala, es que ningu- desaparecen de sus estanterías.
impúdicos, toda nuestra desnu- no obtiene remuneración por Esta vez sí es lícito decir “como
dez semántica. Permitimos que sus servicios, una especie de por arte de magia”. Solo se ac-

Foto: José Luis Sánchez Pascual


nos recorran las líneas con las comunismo de clase impuesto cede a este edén literario con un
yemas de los dedos sin apenas que nos convierte en una or- sortilegio que su hada guardiana
ruborizarnos y disfrutamos de ganización no gubernamental te desvela en sueños. Y yo soy
los pocos que aún se deciden a para la mente. Nuestro mece- una de los afortunados a lo lar-
olisquearnos, pegando sus carri- nas, proxeneta al uso, ya nos lo go de la historia que ha tenido
llos en nuestras hojas, hundien- advirtió al entrar, “si yo no co- este sueño revelador. ¿Quiere
do la nariz en nuestras grietas bro por la entrada a mis clien- esto decir que Dante, Jane Aus-
encuadernadas. Incluso algunos tes, ni les cobro recargo alguno ten, Boccaccio, Cervantes, Dos-
esconden que nos aman, elu- por vuestro uso, no puedo pa- tovieski, Gª Lorca, Gª Marquez,
diendo el goce sexual de leer- garos más que con lo que vino Homero, Shakespare… vinieron
nos, y nos acarician los lomos, de origen, el seguro médico”. aquí por su Divina comedia, Or-
nos acogen entre sus brazos, gullo y prejuicio, El Decameron,
nos pegan a sus pechos y suspi- José Luis Sánchez Pascual El Quijote, El idiota, Romancero
ran como enfermos imaginarios. gitano, Cien años de soledad, La
Siempre ha habido favoritos Disfrutar de toda la sabiduría odisea, Hamlet… ¡Noooo! ¿Será Asomada detrás de un árbol veo la escalera por la Solo buscaba setas, juro que solo buscaba se-
entre nosotros, no nos llevemos que se esconde en esos libros…. este el secreto mejor guardado? que mi “yo” niña aparecerá. Lo sé. Bajará por las tas; si me he introducido en este laberinto de ár-
a engaño. Sin embargo, los hay Las miles de historias que podría Ríete de la piedra filosofal, del escaleras con sus titubeantes pasos, mirando hacia boles centenarios y siniestros de propiedad ajena,
que jamás sintieron caricias en vivir… Las reflexiones que podrían Santo Grial o incluso de la fór- atrás para ver si su madre la observa y así llevarse su ha sido por ir concentrada mirando al suelo. Aho-
sus cantos, o que acumulan tan- dinamitar mis certezas o confir- mula de la Coca-Cola. Tengo que aprobación o no. Sus ojos rebosantes de inocencia ra solo quiero salir de este lugar tenebroso antes
to polvo en sus cubiertas que si- mar mis dudas… Los diferentes encontrar el mío, pero ¿Cómo? recorrerán el lugar sin saber que, con los años, ado- de que el dueño, viejo cascarrabias, perciba mi
mulan más altura de la que les amores que podría disfruta… rará semejante despliegue de naturaleza. Respirará presencia y lance sus perros en mi persecución.
corresponde, o que perdieron Tantas emociones y tan pocas Catalina Cuesta el cargado aire frunciendo la nariz no muy segura de
hasta la memoria de sus propios horas al día para vivirlas todas. sí le gusta. Y se detendrá en algún parche de sol ab- Gloria Poza
autores, los únicos que alguna sorbiendo los rayos, dichosa por atreverse a hacerlo.
vez los leyeron. Pero, como de- Esther Obiamo Mi niña inocente, mi niña bonita. La echo de menos. Jardín
cía, los hay que, lejos de estas La quiero ver. Me quiero ver.
condenas, forman el grupo de La imagen en blanco y negro me llama tanto la
los privilegiados que de tan- Ruth Obiamo Moiché atención… Trato de memorizar todos y cada uno
to manoseo tienen sus cuerpos de los detalles. Cierro los ojos. Extiendo los bra-
deshilachados, aire entre pá- Historia natural zos hacia los lados y trato de guiarme con el so-
ginas, arrugas por el maltrato nido de las hojas que crujen bajo mis pies hacia
insano de quien los recorre con Apenas algún vestigio, huellas insuficientes para la escalera final. Lo sé. Es todo un acto de fe.
avidez, sin cuidado, sin aseo..., descifrar la historia del lugar. La naturaleza, como
y, a pesar de todo, felices, mu- «Es un lupanar, un burdel en el que, sabia arquitecta, cubre de vida nueva los vie- Esther Obiamo
cho, se sienten protagonistas jos recuerdos y los usa como cimientos de su
metalingüísticos, agradecen ser en vez de con carne, se trafica con obra, que los engullirá a paso lento hasta hacer- Raúl, creo que se te ha ido de las manos, es ver-
agarrados con fuerza, ver vidas los desaparecer por completo en sus entrañas. dad que te dije que me gusta el jardín sencillo,
reflejadas en las miradas lasci- sabiduría.» Otros seres habitarán este espacio, seres con el abrupto, sin recorte de figura en los arbustos, con
vas de los borrachos de frases, pasado limpio del recuerdo del que ya soy único tes- los árboles a su libre albedrío en el crecimiento
felices por poder abandonar, de tigo, pero primero el mundo deberá olvidar la his- y sin flores exóticas que no son de la zona. Pero
vez en cuando, su posición ru- toria a través del olvido. Borraré el camino tras mis hombre, después de tres años sin venir, solo te
tinaria y sus vecinos forzados. pasos cuando vuelva por donde he venido y dejaré ha faltado darme un machete para que me vaya
Otros han tenido accidentes, que estas líneas, ahora cómplices, sean devoradas abriendo paso por el jardín hasta llegar a mi casa.
incluso recuerdo aquellos que junto a mi cuerpo algún día por la misma maleza.
no soportaron la presión de los Catalina Cuesta
focos, las heridas sufridas por Mercedes Verdugo

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Sección
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Entrelibros

De un tiempo a esta parte veo pelícu- El pasaje, de Justin El cuento de la


las y leo libros donde la acción más cruen- Cronin criada, de Marga-
ta tiene lugar en sótanos o en párquines. ret Atwood
Echo un vistacillo y descubro que al final de la Todo empieza con
empinada cuesta hay una puerta donde se pue- una fallida expedición Ya había escuchado
de esconder cualquier cosa. O no. Vete tú a saber. a las selvas de Boli- en la radio y leído en
De todas formas, por muy iluminado que via. Lo que prometía algún artículo muy
esté todo el recinto, voy a ser fiel conmigo mis- ser el descubrimien- buenas críticas so-
ma y denegarme categóricamente la entrada. to más importante de bre la primera tem-
Así que, hasta luego. la humanidad, pues porada de la serie
hallan una sustancia basada en el libro de
Ruth Obiamo Moiché que permitiría curar Margaret Atwood,
prácticamente todas El cuento de la cria-
Este es el pasillo con el que un día soñé, la ram- las enfermedades da mientras me lo
pa traidora que descendí quedando atrapada sin que existen, se con- estaba leyendo. Un
retorno hasta que desperté. ¿Puede alguien soñar vierte en una masa- par de meses des-
con algo real que nunca ha visto y tiempo después cre donde muy po- pués de haber terminado de leer la novela veo un
Foto: Carlos Miranda identificarlo con algo existente? Yo siempre creí cos sobreviven, y los anuncio en Antena Tres sobre el estreno inminente
que sucedía lo contrario, que uno soñaba con lu- que lo hacen, no se les puede llamar humanos. de dicha serie, antes solo se emitía en una plata-
gares conocidos de antemano. ¡Estoy sobrecogida! Una niña de seis años, un agente especial del forma de pago. Reparo en que le estoy guardan-
La morada del ruido FBI y una monja, serán los encargados de inten- do ausencia a este libro. No es que no haya leído
Gloria Poza tar comprender y solucionar el problema antes de nada desde entonces; un libro de poesía, otro de
Aquí duerme el ruido: el chirriar de los neumá- que empiece, lo que se dio a llamar, el Año Cero. cuentos, artículos…, pero no he sentido la llama-
ticos contra el suelo pulido, los cláxones que se Aún me quedan por poner las baldosas en la pa- Un libro que me enganchó desde el principio y que no da de ninguna novela. Me doy cuenta de que es
multiplican en el vacío, los portazos sin sentido a red de la izquierda y una de la derecha, pero ¿a imaginaba que podría dar semejante giro. Se puede tan demoledora que aún me sigue dando vueltas
medianoche como truenos en la montaña, el re- qué cementerio voy ahora a por tantas tapas de uno imaginar lo que la humanidad es capaz de hacer, en la cabeza el final. Tranquilos, no voy a desvelar
pique de tacones a través de la madrugada en el nichos? Y con el trabajo que me cuesta pulir- y preguntarse al mismo tiempo si no estará pasando nada, más bien recomiendo que leáis la novela an-
techo, las repetitivas notificaciones de todos los las para quitar los datos del difunto. Al final igual ya, pues para colmo, aunque el libro salió en el 2010, tes de ver la serie. En estos tiempos en que apa-
wasaps del mundo, las conversaciones a voces las compro, aunque claro, adiós a la mordida. está ambientado en el 2018. Al menos al principio. rentemente se está revisando el papel de las muje-
usando el manos libres, los 5004 clics de foto- No cuento más para no revelar demasiado con mis res en la sociedad, esta distopía viene a darnos un
grafías que concurren en un segundo terráqueo, Catalina Cuesta ansias de describir lo mucho que me gustó. Eso sí, puñetazo en el estómago. Esperemos que no sea
las alarmas de coches que estallan sin motivo, he de decir que es el primero de una trilogía y que to- premonitoria, al estilo de 1984 de Orwell, y que
los vuelos rasantes de aviones que rompen el dos ya están rulando por la calle. Por si queréis más. realmente las mujeres sigamos avanzando hacia el
sonido, los movimientos nerviosos que convier- «¿Te has camino de la igualdad y no hacia la cosificación.
ten bolígrafos en baquetas, los gritos agudos que Ruth Obiamo Moiché
rasgan el tímpano, la creciente voz que confun- preguntado desde Annabel Gómez
de el volumen con razón, los 3244 motores que
retumban por minuto delante de mi ventana, hace cuánto no
los arrullos de las palomas en celo que te tala-
dran el cráneo, los lloros en bucle de niños que escuchas el
exigen hasta agotar la paciencia, los grupos de
madres frente a los colegios que cacarean como silencio? Yo sí.
si fuera lunes, las toses desmedidas de hipocon-
dríacos faltos de cariño más que de medicina, la Y créeme si te digo
catarata de los aires acondicionados derraman-
do calor en el asfalto de agosto, los dentistas de que la quietud
baldosas lijando la cordura, los buscadores de
tesoros disfrazados de obreros que cavan en la absoluta da
ciudad y la hieren... ¿Te has preguntado desde
hace cuánto no escuchas el silencio? Yo sí. Y crée- pánico.»
me si te digo que la quietud absoluta da pánico.

José Luis Sánchez Pascual

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Entrecomillas
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Entrelíneas

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo escribir un poema. Pero aquí lo que aflora desde
el primer momento es una lírica secreta, oculta,
Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo con unas raíces que han permanecido hundidas
en los sueños. Una lírica, como digo, basada en la
(Jalisco, 16 de mayo de 1917, Ciudad de México, 7 de enero de imaginación, para poder así transgredir la apa-
1986), fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano que perte- riencia de las cosas.
neció a la generación del 52. La reputación de Rulfo se asienta en
dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y Y en este mismo prefacio acaba contándonos que
publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955. los seres de este mundo de los sueños, los seres
grietarios, le susurraron al oído y le encomendaron
la misión de transcribir sus palabras para todo aquel
que necesitara ver. Se abre así el telón de una obra
- “Los problemas sociales se pueden plantear de que sorprende desde un principio por su original
una manera artística. Es difícil evadir de una obra planteamiento. Un planteamiento que introduce al
el problema social, porque surgen estados con- lector en una trampa de la que no puede huir, por-
flictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo.” que ¿quién no quiere ver qué hay detrás de lo que
- “Se trabaja con imaginación, intuición y una ver- se ve?
- “La novela, dicen, es un género que abarca todo, dad aparente; cuando esto se consigue, enton-
es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o ces se logra la historia que uno quiere dar a co- El lector es arrastrado irremediablemente de esta
acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie nocer. Creo que eso es, en principio, la base de manera hacia un mundo poético misterioso donde
de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en todo cuento, de toda historia que se quiere contar.” Como nos dice Alicia al principio del poemario seres, los que habitan las grietas, lo requieren, lo
cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sinteti- De los que habitan las grietas, en lo que denomi- necesitan, llaman su atención, lo eligen, están ahí,
zarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una - “El tiempo es más pesado que la más pe- na de una forma muy perspicaz “Nota más introduc- le sirven de referencia para transgredir la habituali-
historia que otros cuentan en doscientas páginas.” sada carga que puede soportar el hombre.” toria que aclaratoria”, “El principio fue un sueño”, de dad hastiosa y evidente y le ofrecen la oportunidad
ahí precisamente que este prefacio sea más intro- de liberarse de la resignación que se va asentando
- “Como todos ustedes saben, no hay ningún escritor - “El sueño es un buen colchón para el cansancio.” ductorio que aclaratorio y que funcione esta prime- en el planteamiento vital a lo largo del tiempo. Es
que escriba todo lo que piensa, es muy difícil trasladar ra frase en cierto sentido a modo de advertencia, decir, ese mundo se ofrece para brindarle una opor-
el pensamiento a la escritura, creo que nadie lo hace, - “Concretando: se trabaja con imaginación, intuición puesto que nos sitúa ante un mundo que transgre- tunidad. La oportunidad de asomarse a otra vida, de
nadie lo ha hecho, sino que, simplemente, hay mu- y una verdad aparente; cuando esto se consigue, en- de lo aparente, un mundo de los sueños que difícil- liberarse de las ataduras de lo aparente.
chísimas cosas que al ser desarrolladas se pierden.” tonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer.” mente puede tener una aclaración a priori. Este es
precisamente uno de los grandes atractivos de este
- “El alma es antípoda del cuerpo, y así amanece - “No se puede contra lo que no se puede.” extraordinario poemario. Y digo extraordinario en el
para ella cuando anochece para él.” sentido de que se encuentra “fuera del orden o re-
- “La muerte no se reparte como si fuera un bien. gla natural o común”1; tanto desde el punto de vis- «Aquí lo que
- “La gente se muere dondequiera. Los pro- Nadie anda en busca de tristezas.” ta argumental como desde una perspectiva ya más
blemas humanos son iguales en todas partes.” formal o poética. aflora desde el
- “Me gustas más cuando te sueño, entonces hago
- “La imaginación es infinita, no tiene límites, y de ti lo que quiero.” Con una magnífica prosa poética, nos sitúa ante primer momento
hay que romper donde se cierra el círculo; hay una un mundo fruto de una prodigiosa utilización de
puerta, puede haber una puerta de escape, y por - “Nada puede durar tanto, no existe ningún recuer- la imaginación. Un universo lírico, y esto resulta es una lírica
esa puerta hay que desembocar, hay que irse.” do por intenso que sea que no se apague.” muy interesante con la lectura de este poemario,
desde el que nos podemos plantear las estrechas secreta, oculta,
- “Todo escritor que crea es un mentiroso; la litera- - “Cada suspiro es como un sorbo de vida del que relaciones de la propia poesía con lo imaginario,
tura es mentira, pero de esa mentira sale una re- uno se deshace.” es decir, la construcción al fin y al cabo de lo con unas raíces
creación de la realidad; recrear la realidad es, pues, poético. Pero de una poética liberada de grandi-
uno de los principios fundamentales de la creación.” - “No tenía ganas de nada. Solo de vivir.” locuencia y declamación de la sonoridad. ¿O es que han
que acaso son estas características intrínsecas de
- “¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir - “Siempre anduve paseando mi amor por todas lo poético? Personalmente pienso que no. Pero permanecido
más de lo debido.” partes, hasta que te encontré a ti y te lo di entera- hay quien opina que es absolutamente impres-
mente.” cindible. Grandes poetas actuales con los que he hundidas en los
- “Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena tenido el placer de conversar o a los que he en-
de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella - “Solo yo sé lo lejos que está el cielo de nosotros, trevistado en estos últimos años siguen defen- sueños.»
carga y reventó. No, no es fácil querer mucho, Juan.” pero sé cómo acortar veredas.” diendo la necesidad de cierto formalismo en la
técnica como base imprescindible sobre la cual
1
Según la primera acepción del Diccionario de la lengua espa-
ñola de la RAE.

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Entrelíneas
Sección Sección
Entrembustes

Pero, como en la vida real, no todo es perfecto. Y en este tránsito nos situamos en el segundo Todos los recuerdos de su infancia están liga-
Porque la imaginación tampoco puede ser perfecta. poemario del libro, titulado Grietario. Que se pre- dos al pequeño pueblo extremeño que vio nacer a
Existen al mismo tiempo y en cualquier parte otros senta encabezado por una muy apropiada cita de sus padres, en el que se criaron y se enamoraron
seres, los creadores de grises, que intentan anular Cioran, el más brillante plasta fúnebre de todos los y del que solo se separaron cuando la miseria les
esta opción vital con su afán destructivo. Son los 2
tiempos, y que dice: “Por qué habremos proyecta- obligó a buscar el futuro que su tierra les negaba.
que llama Alicia las correspondencias de los seres do la finalidad hasta el mismo cielo?”2. Este poema- Marcial, alemán de cuna, se educó dentro de la
de las grietas. Y es aquí donde se produce ese con- rio representa un cambio de escenario y, como no más férrea tradición española. Desayunaba, co-
flicto que pasa por acudir a la grieta, a asomarse, podía ser de otra manera, se vertebra a partir de un mía y cenaba escuchando las historias del pue-
como decía, a ese mundo tan original y personal, acertadísimo cambio formal –y este es uno de los blo, seguía uno por uno sus ritos y costumbres y
tan complejo al mismo tiempo, donde el lector se grandes aciertos en este sentido del libro– desde hasta aprendió a sentir como propias las penas
plantea de repente otra realidad a partir de la cual donde la poeta, a través de un exquisito y cuidado y alegrías de vecinos que no conocía mas allá de
pueda salvarse y ver lo que no se ve. verso, una vez que se ha asomado a la grieta, nos las cartas que releía cada tarde con su madre.
cuenta su experiencia. La necesidad de ver más allá Fue, gracias a ella, que consiguió dominar la
ahora la ha situado en una situación compleja, en gramática, fue por ella que quiso estudiar me-
«El lector es arrastra- el sentido de que ese descenso a los infiernos ne- dicina, soñando con su propio consultorio en
cesario puede resultar doloroso. Porque puede ver el pueblo a su regreso y fue por eso que man-
do irremediablemen- cosas que no quiere ver, ya que descubrir la ver- tuvo sus sueños a pesar de que su madre mu-
dad a veces no gusta. Nos sitúa ante las grandes riese cuando apenas empezaba a afeitarse.
te de esta manera verdades. Pero esta es la única forma a partir de No había podido evitar que su cabeza evo-
la cual se puede producir la catarsis que posibilita cara todos esos recuerdos mientras removía
hacia un mundo poé- el comienzo de una vida plena para poder ser feliz. el café de la mañana, café de puchero, como
Se trata al final de un maravilloso alegato contra la el que preparaba su madre, y es que así se se-
tico misterioso donde ceguera humana –la ceguera mental y vital– que guía preparando en la pensión de la plaza.
nos puede servir perfectamente para, a partir de Una anciana de manos nudosas le saco de
seres, los que habitan su lírica, intentar ver más allá de lo aparente, de lo sus pensamientos al poner en la mesa la fuen-
obvio. Un poemario único, sorprendente, complejo, te de picatostes y al levantar la vista vio como
las grietas, lo requie- muy personal, oscuro a veces pero catártico y, en le observaba sin ningún reparo antes de decir:
realidad, y aunque parezca en un principio cuando —Tú no pareces forastero ¿De quién eres?
ren, lo necesitan, lla- menos paradójica esta afirmación, lleno de optimis- —Soy hijo de Adela, la de la tía Juana.
mo. Un poemario que en su conjunto es una muy —Acabáramos, pos eres nieto de Caraculo, va-
man su atención, lo valiente propuesta poética, una pequeña obra de mos…, Caraculo chico. Y soltó una carcajada en la
arte, un regalo urdido con un talento asombroso. que la acompañé mientras me golpeaba la espalda.
eligen, están ahí, le
Carlos Miranda Mi madre nunca habló del mote familiar y aun-
sirven de referencia que daba precisamente un tinte de distinción para
un doctor por muy de pueblo que fuese, nunca me
para transgredir la sentí mas feliz que reconociendo ser un Caraculo.

habitualidad has- Mercedes verdugo

tiosa y evidente y le
ofrecen la oportuni-
dad de liberarse de la
«Acabáramos, pos eres nieto de Caraculo,
resignación que se va
vamos…, Caraculo chico. Y soltó una car-
asentando en el plan- cajada en la que la acompañé mientras
teamiento vital a lo me golpeaba la espalda.»
largo del tiempo.»
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Emil Cioran (Răşinari, 8 de abril de 1911 – París, 20 de junio
de 1955) fue un escritor y filósofo rumano. La mayoría de sus
obras se publicaron en lengua francesa.

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Entrecerrado

Alumigos Enhorabuena, sois los


mejores. Que nunca os asuste
Todos sois poetas y, poco un papel en blanco, y, mucho
a poco, delante de mí, os menos, el negro sobre blanco.
habéis ido convirtiendo en
escritores. No tiréis la pluma. Escribid
siempre. Leed mucho. Y
Nunca he considerado las continuad siendo toda la vida
clases con vosotros como mis muy queridos alumigos.
parte del horario de trabajo.
Mi jornada laboral de los
martes hace ya algunos Alicia
cursos que acaba a las 19.30,
cuando vais llegando, con
luz en la sonrisa y los ojos,
para disfrutar en compañía
una intensa hora y media de
literatura y, sobre todo, de
risas, muchas risas.

Me lo habéis puesto
muy fácil para sentirme
tan orgullosa de vosotros
dentro y fuera del aula.

Ya sabéis que me encanta


inventarme palabras, por eso
he creado para vosotros el
neologismo alumigo, dícese
del alumno que evoluciona
hacia amigo. Vamos, que
sois mis alumnos y, además,
habéis evolucionado hacia
ser unos grandes amigos
míos. Sois mis alumigos.

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