¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción…
Pedro Calderón de la Barca
INSTRUCCIONES PARA VER
1. Cierra los ojos.
2. Cree en seis cosas imposibles antes del desayuno. Si te llamas Alicia, pueden ser más. 3. Invita a Julio a desayunar contigo. Lee Bartleby, el escribiente durante la espera. 4. No te sorprendas si Julio trae un ladrillo y un gato en lugar de dos croissants. 5. Procede a levantar o rasgar el fino velo que cubre tu rostro, para tomar el café con leche, como su propio nombre indica, con total comodidad. 6. Con el ladrillo de Julio rompe el televisor, las ventanas, el techo, las lámparas, tu taza preferida, el ordenador, los platos, las puertas, el bidé, tu teléfono móvil, las paredes, la ducha, tu sombra… Golpea el aire mismo. 7. Vislumbra el resplandor que asoma a través de las grietas recién nacidas de la materia desconcertada. Intuye a los habitantes: El Trayecto, La Dársena, El Rinconador, La Espiral, La Eternura, El Pupilante, El Sobresueño, El Amorador, El Humorador, El Territorio, La Trasmutandra y El Salteador. Más adelante, cuando ellos te requieran, los conocerás. Mientras tanto déjate arrullar por su murmullo oceánico. 8. No te asustes de la oscuridad que también te busca. Son los creadores de grises, quienes intentarán embarrarte con halagos y mantas. Ellos solo son las inercias de los habitantes. No los escuches. Ignóralos y llora. Recuerda y llora. Olvida y llora. Llora. Cuando ya no te queden lágrimas y creas que has comprendido algo, asesta el golpe definitivo. 9. Ya no hay grietas y la realidad comienza a habitarte. Ahora necesitas al gato. Hubiera valido igual un niño, mas seguramente sea delito utilizar menores para ciertos experimentos aunque sean inofensivos (los experimentos, no los niños). Un perro tampoco habría estado mal del todo, aunque es tan difícil encontrar alguno prístino, ausente de pegajosa humanidad… El gato es perfecto. La infinita capacidad de asombro de la mirada felina es lo que tus manos creadoras deberán igualar si de cierto aspiras a ver por vez primera. Transmigra a los ojos del gato Axolotl. 10. Sal de casa. 11. Camina. El Trayecto te acompaña como una buena película. 12. No te resistas a que El Salteador te asalte cuando menos lo esperes. Te susurrará al oído: “Prescindamos del artista egónico. Es la hora del arte griétense. El arte que te requiere para hacerte salir de triste, no para darte importancia. Es el arte de los que necesitan ver, no de los que necesitan ser vistos”. 13. No te importe que La Espiral llueva sobre tu cabeza; te está convirtiendo en un ser poroso, pero son muchos los colores que te invaden de súbito. Vas a necesitar un descanso. 14. Acepta el ofrecimiento de El Rinconador: el espacio adecuado y las posibilidades de una silla. El Sobresueño mullirá para ti el intersticio por donde será alumbrado, con ayuda de La Eternura, El Amorador, precedido y seguido siempre por la sonrisa delfiniana de su reflejo, El Humorador. 15. Ríe hasta tener un orgasmo o dos. 16. Comienza a sentir el rastreo hacia ti de El Territorio, múltiple y poliédrico. En tan amplia compañía, reanuda tus pasos. 17. Adopta la forma de La Trasmutandra. Quema un poco, pero es necesario. 18. Cae en brazos de La Dársena. Aguarda allí respirando su aroma de inicio. 19. Escucha el rumor de motores blandos que anuncia la llegada de El Pupilante y su cohorte de visiones a estrenar. 20. Abre los ojos.