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Codigo Penal 1883 de La Republica de Chile PDF
Codigo Penal 1883 de La Republica de Chile PDF
))!? I, A
REPÜBLICA DE CHILE,
C O M E N T A D O
1>0R
Í^OBUSTIANO YERA>
Abogado i Promotor Fiscal 011 lo Criminal do Santiago do Chile, ote.
SANTIAGO DE CHILE
IMPRENTA DE P . CADOT I CA., HUÉRFANOS 2 5 .
1883
CÓDIGO PENAL
DB LA
R E P Ú B L I C A D E C H I L E
AL SR. DON RAMON GUERRERO
EX-MINISTRO JUBILADO DE LA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO
I ACTUAL SENADOR DE LA REPÚBLICA, ETC. ETC.
Señor:
ROBUSTLAM) VERA.
II
ni
VI
VII
VIII
II
III
IV
VI
VII
VIII
IX
XI
XI
II
III
IV
VI
Vil
VIII
Señores:
C Ó D I G O P E N A L
PROYECTO DE LEY:
a r t í c u l o único
. FEDERICO ERRÁZÜRIZ.
PROYECTO DE LEY:
a r t í c u l o único
FEDERICO ERRÁZÜRIZ.
CODIGO PENAL.
LIBRO PRIMERO.
TÍTULO PRIMERO.
DE LOS DELITOS I DE LAS CIRCUNSTANCIAS QUE EXIMEN DE
RESPONSABILIDAD CRIMINAL; LA ATENUAN 0 LA AGRAVAN.
§ I.
De l o s delitos.
A r t í c ü l o 1.°
III
A r t . 2.°
A r t . 3.°
no es conducente, sin que por eso deje de ser exacta; porque unos
delitos son de mas trascendencia que otros i por eso unos merecen
penas aflictivas i otros correccionales.
La pena aflictiva, dice el señor Pacheco, castiga, maltrata; da su
merecido al que sufre: la pena correccional reforma, endereza, constriñe
a volver al buen camino abandonado: la pena leve aviva i amonesta
para que no se le abandone, para que no se complete el estravío.
A r t . 4.°
« L a d i v i s i ó n d e los d e l i t o s e s a p l i c a b l e a los c u a s i
delitos, q u e se califican i p e n a n e n l o s c a s o s e s p e c i a l e s
que determina este Código.»
Bien poco tenemos que decir con respecto a este artículo, despues de
las esplicaciones dadas referentes al anterior. Por él se establece una
división igual a la de los delitos respecto de los cuasi delitos.
Su penalidad está determinada en nuestro Código en los casos espe-
ciales que mas adelante se detallan i que tendremos entonces ocasion
de tratar a medida que se presenten.
A r t . 5.°
A r t . 6.°
allí i no invocar para nada las de la patria que deja. Cuando mas podrá
exijir de su nación que se vea que el castigo impuesto a su delito,
sea conforme a las leyes que rijan i que su trato sea precisamente el
que se acostumbra con los nacionales del territorio donde él lia
delinquido.
Este derecho lo pueden ejercitar las naciones por medio de los
representantes que tuvieran en el país donde está el procesado; i si no
los hai, confiar su suerte calladamente al destino.
Para los casos especiales que puedan presentarse de juzgamientos
de estranjeros aquí o de nacionales en otros puntos, se estará a lo que
dispongan los tratados especiales que se hayan celebrado o se ajusten
en lo sucesivo sobre estas materias.
ART. 7.°
obstante, todos estos son actos internos que el lejislador no debe* toda-
vía tomar en cuenta, sino cuando se manifiestan esteriormente. Por
eso el que ha avanzado en la escala del crimen los tres primeros grados
que hemos descrito i que son el juntamiento del delito, el deseo de
cometerlo i j a j^ohicion, no ha llegado todavía a ponerse bajo la
represión de las leyes penales. Necesita avanzar un paso mas: subir la
cuarta grada para caer bajo el imperio de aquellas leyes. El orden
social no se ha quebrantado todavía: no hai delincuente, ni tampoco
mal material. Si hai mal, es un mal puramente moral i solo la justicia
divina que conoce las intenciones, podrá castigar esos pensamientos
como si se hubiesen convertido en obras. En actos puramente prepa-
ratorios como los que dejamos descritos, las leyes humanas son inefi-
caces: ellas no penetran a la conciencia, por consiguiente, su fuerza no
llega hasta allí i su acción comienza solo donde terminan estos actos.
LaJ«)itofefl_es el principio de la ejecución de un delito; es la cuarta
grada que avanza el criminal. Este hecho puede autorizar únicamente
la vijilancia de la autoridad, miéntras no se ponga por obra un acto
que constituya por si solo un delito i que autorize entonces de hecho,
el castigo señalado por las leyes.
En la tentativa siempre hai un acto positivo i evidente, porque se
ha ejecutado una parte del crimen, i se supone que si éste se ha dejado
de cometer por alguna causa estraña, como por ejemplo, porque
se les sorprende en el acto de ejecutarlo o se arrepiente del mal que
va causar, o porque se le rompan los instrumentos de que se está sir-
viendo, ha habido siempre voluntad i la justicia humana debe castigar
i hacer espiar esa falta, porque material i moralmente, se ha perturba-
do el orden i la seguridad personal.
Sentados estos antecedentes, se nos presentan una infinidad de
cuestiones mas o ménos interesantes i que es preciso resolver ántes de
pasar adelante. ¿Deberá la lei castigar igualmente al que dejó de come-
ter un delito ideado por razones ajenas a su voluntad, que aquel que
verdaderamente llevó a efecto su criminal intento?—Se le impondrá
pena igual al infeliz que pensando en las consecuencias que puede traer-
le su delito, se arrepiente en la vía de cometer el crimen sin haber causa-
do todavía un mal positivo?
Los jurisconsultos están acordes en sostener que no merece ningún
castigo el que se arrepiente al tiempo de poner en ejecución el delito
ideado, a no ser que se haya causado un mal completol efectivo. Por
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 91
ART. 8.°
« L a c o n s p i r a c i ó n i p r o p o s i c i o n p a r a c o m e t e r u n cri-
m e n o u n s i m p l e delito, solo s o n p u n i b l e s e n l o s c a s o s
e n q u e la l e i l a s p e n a e s p e c i a l m e n t e .
L a conspiración existe cuando dos o mas personas
se c o n c i e r t a n p a r a la e j e c u c i ó n d e l c r i m e n o simple
delito.
L a p r o p o s i c i o n s e v e r i f i c a c u a n d o e l q u e lia r e s u e l t o
cometer u n crimen o u n simple delito, p r o p o n e su
ejecución a otra u otras personas.
E x i m e d e t o d a p e n a p o r la c o n s p i r a c i ó n o p r o p o s i -
cion p a r a cometer u n c r i m e n o u n s i m p l e delito, el
d e s i s t i m i e n t o d e la e j e c u c i ó n d e é s t o s á n t e s d e p r i n c i -
piar a ponerlos por obra i de iniciarse procedimiento
j u d i c i a l c o n t r a el c u l p a b l e , c o n t a l q u e d e n u n c i e a l a
a u t o r i d a d p ú b l i c a el p l a n i s u s c i r c u n s t a n c i a s . »
una vez que se haya arrepentido de haber tomado parte para la ejecución
de un delito.
Aquí no se sanciona la doctrina de la impunidad a causa de la dela-
ción i lo que motiva a la exención es el hecho de dar ocasion a que se
prevenga el delito, no la importancia de la revelación.
La moral humana no puede admitir como virtud la fidelidad mútna
de los malvados para burlar las leyes i causar alarma en la sociedad.
Diderot ha dicho: que nada puede igualar a la ventaja que resulta
de sembrar la desconfianza entre los delincuentes i hacerlos sospechosos
entre sí, afin de que cada cual crea ver en sus cómplices otros tantos
acusadores.
Por eso no criticamos el que nuestro Código haya establecido venta-
jas en favor del que denuncia el delito para que se había comprometido.
El arrepentimiento ántes de causar un mal es digno siempre de alguna
recompensa: que ella sea la de libertarse de la pena que merecía su
participación en el delito.
á b t . 9.°
de dos o mas sufrirá la pena que la leí designa a cada una de ellas sin
tomar en consideración circunstancias de otra clase.
En alguno de los miembros de la Oomision redactora, hubo quien
solicitó que se fijase un plazo para los estranjeros que llegaban a nues-
tro pais durante el cual no les afectara responsabilidad por las faltas
que cometiesen; pero esta idea fué rechazada a fin de conservar la
igualdad en todos i lo difícil que se hacia la justificación de este hecho,
i en atención también a que el mal que impone la lei por estas infrac-
ciones es bien insignificante.
Por lo demás, veáse lo que a este respecto decimos en el libro tercero
consagrado a las faltas.
§ II.
A r t . 10.
« E s t á n exentos de responsabilidad c r i m i n a l :
1.° E l loco o demente, a no ser que b a y a obrado en
un intervalo lúcido, i el que, por cualquier causa inde-
pendiente de su voluntad, se halla privado totalmente
de razón.
Cuando u n loco o d e m e n t e h u b i e r e ejecutado u n
hecho que la lei califica de crimen o incurriere en
reiteración de otros que i m p o r t e n simples delitos, el
t r i b u n a l decretará su reclusión en uno de los estableci-
mientos destinados a los enfermos de aquella clase,
del cual no p o d r á salir sin p r e v i a autorización del
mismo tribunal.
E n otro caso será e n t r e g a d o a su- familia b a j o fianza
de custodia, i m i é n t r a s no se j)reste dicha fianza se
o b s e r v a r á lo dispuesto en el acápite anterior.
2.° E l menor de diez años.
3.° E l m a y o r ele diez años i m e n o r de diez i seis, a
no ser que conste que ha obrado con discernimiento.
96 CÓDIGO PENAL
de dos o mas sufrirá la peua que la leí designa a.cada una de ellas sin
tomar en consideración circunstancias de otra clase.
En alguno de los miembros de la Comision redactora, hubo quien
solicitó que se fijase un plazo para los estranjeros que llegaban a nues-
tro pais durante el cual no les afectara responsabilidad por las faltas
que cometiesen; pero esta idea fué rechazada a fin de conservar la
igualdad en todos i lo difícil que se hacia la justificación de este hecho,
i en atención también a que el mal que impone la lei por estas infrac-
ciones es bien insignificante.
Por lo demás, veáse lo que a este respecto decimos en el libro tercero
consagrado a las faltas.
§ IT.
AKT. 10.
« E s t á n exentos de responsabilidad c r i m i n a l :
1.° E l loco o demente, a no ser que b a y a obrado en
un intervalo lúcido, i el que, por cualquier causa inde-
p e n d i e n t e de su voluntad, se halla p r i v a d o totalmente
de razón.
Cuando u n loco o d e m e n t e h u b i e r e ejecutado u n
hecho que la lei califica de crimen o incurriere en
reiteración de otros que importen simples delitos, el
t r i b u n a l decretará su reclusión en uno de los estableci-
mientos destinados a los enfermos de aquella clase,
del cual no p o d r á salir sin p r e v i a autorización del
mismo tribunal.
E n otro caso será e n t r e g a d o a su-familia b a j o fianza
de custodia, i m i é n t r a s no se preste dicha fianza se
o b s e r v a r á lo dispuesto, en el acápite anterior.
2.° E l menor de diez años.
3.° E l m a y o r ele diez años i m e n o r de diez i seis, a
no ser que conste que ha obrado con discernimiento.
98 CÓDIGO PENAL
II
III
Tanto las leyes antiguas como las modernas, han establecido que el
loco o el demente no era responsable de sus actos i no ha podido ser
de otro modo desde que su razón está perturbada i no obra con discer-
nimiento.
Furiosi milla voluntas est, es una regia de derecho.
Mas tarde las leyes de Partida establecieron igual exención en favor
del loco, tales como la 21 tít. 1 part. 1.a i 9." tít. 9.° part. 7." i princi-
palmente la 3.a tít. 8.° de la misma partida 7." que dijo... Otrosí decimos
que si alffunt home que fuese loco o desmemoriado, matase a otro, que
non cae por ende en pena ninguna:, por que non sale nin entiende el
yerro que face.
El Código francés consignó también en su art. 64 que no habia
crimen ni delito cuando el autor se hallaba en estado de demencia.
Igual principio consignaron los Códigos austríaco, napolitano i brasilero.
Como se vé, el artículo que analizamos exije que realmente se obre
en estado de locura o demencia, porque en estos casos falta la razón
que es el primer elemento de la personalidad humana; por eso todas las
sociedades han establecido esta exención en favor de los que obran en
tan triste situación, porque falta la voluntad, requisito sin el cual no
se puede ser responsable de los actos que se ejecuten contra la leí penal.
Pero si recobrada esa razón i en posesion de la voluntad, se comete
crimen o delito, que es lo que se llama en momentos lúcidos, entonces
el acto cae bajo la sanción de la pena por el mal causado.
De aquí la necesidad de definir lo que es locura i lo que es demencia.
Locura es un estado de demencia con accesos de delirio o de furor
Demencia es la falta de juicio sosegada i tranquila.
También es preciso que la locura o demencia sean reales i efectivas
i comprobadas por la ciencia. En la práctica, el juez descansa en los
informes de facultativos de reconocido estudio i probidad.
Nuestro Código dispone que el loco o demente que ejecute un hecho
de los calificados por crimen, como ser un homicidio, o en reiteraciones
de otros que importen simples delitos, cómo ser haber herido levemente
en dos o mas ocasiones a distintas personas, debe remitírsele a uno, de
los establecimientos destinados a enfermos de esta clase, es decir, entre
100 CÓDIGO PENAL
IY
V .
Ocupándonos ahora del núm. 4.° del artículo, tenemos que esta
exención debe su oríjen al uso de un derecho lejítimo i no como las
anteriores a la falta de voluntad en el que obra, doctrina que no debe
asustarnos porque no es nueva. Ella nace de lo mas íntimo de la
naturaleza humana i siempre se ha encontrado en todos los códigos,
como la salvaguardia de nosotros mismos, porque la defensa es un
acto licito cuando la lei no puede ocurrir en auxilio de nuestra propia
conservación.
No pudiendo ella quitarnos este derecho, su acción debe limitarse
únicamente a examinar el uso que hagamos de él, castigar el abuso i
dar las reglas para qüe no se desborde la sociedad i a su sombra no se
dejen sin pena verdaderos delitos.
Con este fin ha establecido las tres condiciones siguientes:
1.a Agresión ilejilima.—Esto quiere decir que, para que podamos
repeler la fuerza con la fuerza, herir i matar sin incurrir en pena, se
requiere que la agresión sea ilejítima, que sea culpable, violenta e
inesperada i que no esté autorizada por lei ni derecho alguno.
102 CÓDIGO PENAL
VI
La quinta circunstancia que exime de responsabilidad es de la clase
de la anterior, porque también en ella se usa de un derecho lejítimo.
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 103
VII
VIII
IX
XI
La décima circunstancia que exime de responsabilidad criminal,
pertenece al segundo grupo de los tres en que las hemos clasificado al
principio, es decir, a las establecidas en favor del que obra usando de
un derecho lejítimo.
«El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio lejítimo
de un derecho, autoridad, oficio o cargo,» no puede ser responsable del
mal que resulte por ello. Nullus vicletur dolo jacere qtci son jure utitur,
es una, regla de derecho. Una leí de Partida establecía igual cosa. Et
aun decimos que el yiie face alguna cosa por mandato del juzgador a
quien lia de obedecer, non semeja que lo face a mal entendimiento, 'porque
aquel face el dafio que lo manda facer.
Esto prueba evidentemente que nuestro Código no sanciona un prin-
cipio nuevo, sino que acepta un hecho reconocido umversalmente - por
todas las naciones civilizadas.
La obediencia es un deber. Lo que necesitamos establecer es hasta
donde llega este principio de obediencia. El no es absoluto; tiene sus
condiciones i es preciso que exista algo que lo lejitime.
El deber de obediencia a los superiores se entiende que llega hasta
donde ellos pueden mandarnos.
Si un hijo mata porque su padre se lo ordena, sin examinar si su
padre tiene tal facultad, es responsable del mal que causa; porque el
deber de hijo no llega hasta obedecer ciegamente los caprichos de un
padre que obra fuera de la lei.
El caso es otro: Un receptor que embarga-o quita los bienes ajenos
en virtud de un decreto de juez competente, obra en cumplimiento de
un deber i en el ejercicio lejítimo de un derecho. Un juez que conde-
na a muerte a un asesino, obra en virtud de su autoridad. Los soldados
que llevan a efecto esa sentencia lo hacen a virtud de su oficio. El ver-
dugo que dá de azotes en cumplimiento de un fallo, obra también en
fuerza de su oficio. El médico puede matar en caso de parto por salvar
a la madre, cuya vida es mas preciosa i necesaria que la del "que está
por nacer, i creemos que este es el único caso en que con conciencia
tranquila, ánimo resuelto i mano firme, debe proceder a quitar la vida
del que puede ser causa de una muerte.
Estas personas están exentas de responsabilidad i es este el alcance
del principio que comentamos.
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 107
XII
causa a ambos para que así desaparezca toda' sospecha. Luego esta-
blece: que si el marido diere muerte, hiriere o maltratare a uno de
ellos, sin causar daño al otro u ocasionándole uno menor, subsista no
obstante la exención de responsabilidad criminal respecto del marido,
a menos de que consto que infcencionalmente obró así o que las circuns-
tancias del hecho lo revelen claramente. Aquí se establece ya una pre-
sunción contra el marido cuando uno solo de los culpables resulte
muerto u herido i el otro salvo o con lesiones tan insignificantes que
ellas revelen que han sido causadas para lejitimar un crimen o delito;
presunción que le corresponde al marido desvanecerla, para no hacerse
culpable del delito que se le atribuya.
La dificultad de producir esta prueba hará que no se estralimite un
derecho creado en bien de las relaciones privadas que exije la sociedad
como garantía para el matrimonio.
Mas tarde, al tratar sobre el adulterio, nos estenderemos mas sobre
este punto. Por ahora nos basta al objeto dar a conocer la régla i las
circunstancias que ella exije, cuando se busque su amparo para liber-
tarse de un hecho de esta clase.
XIII
XIY
XV
Hemos dado fin al artículo i analizado una a una las causas que
eximen de responsabilidad criminal i las circunstancias que deben
concurrir para que esa exención sea completa; pero no por esto se crea
que son las únicas que establece nuestro Código Penal.
Hai varias otras que se encuentran esparcidas en los artículos que las
consignan i que por ser para casos dados, no forman en la nomenclatura
jeneral que señala el art. 10.
Por ahora creemos que basta a nuestro objeto enumerarlas, reser-
vándonos el analizarlas a medida que les llegue su . tumo en nuestro
estudio.
Son ellas las consignadas en los artículos siguientes; 8.° inciso final;
17 inciso final; 129 inciso 1.°; inciso 2.° del 153; inciso último del 154,
159, 160, 162, 163, 165, 167, 172, 173, 174, 175, 180, 181, 182, 192,
295, 369 inciso 4.°; 378, 383 al fin; 393, 407, 415 i 489.
Debe tenerse presente que para que haya exención de responsabili-
dad criminal en los casos designados por los artículos 162 al 182, se
necesita que se llenen las condiciones establecidas en el art. 192 que
preceptúa que los culpables de estos delitos se delaten a la autoridad
revelándole las circunstancias del hecho i antes de haber hecho uso de
los objetos falsificados i sin que hayan sido descubiertos, i sin que se
haya iniciado procedimiento alguno en contra de ellos. De lo contrario
el privilejio no existe i tales delitos caerán bajo la represión penal que
esos mismos artículos determinan.
110 CÓDIGO PENAL
§ HI
A r t . 11.
«Son circunstancias a t e n u a n t e s :
1. a L a s espresadas en el artículo anterior, cuando no
concurren todos los requisitos necesarios p a r a eximir
de responsabilidad en sus r e s p e c t i v o s casos.
2. a L a de ser el culpable, m e n o r de diez i ocho años.
3. a L a de h a b e r precedido i n m e d i a t a m e n t e de p a r t e
del ofendido, provocacion o amenaza proporcionada al
delito.
4. a L a de h a b e r s e ejecutado el hecho e n vindicación
p r ó x i m a de u n a ofensa g r a v e causada al autor, a su
cónyuje, a sus p a r i e n t e s lejítímos por c o n s a n g u i n i d a d o
afinidad en toda la línea recta i en la colateral hasta el
s e g u n d o g r a d o inclusive, a sus p a d r e s o hijos n a t u r a l e s
o ilejítimos reconocidos.
5." L a de obrar por estímulos t a n poderosos que
n a t u r a l m e n t e h a y a n producido arrebato i obsecacion.
6. a Si la conducta anterior del delincuente h a sido
irreprochable.
7. a Si h a procurado con celo r e p a r a r el m a l causado
o impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias.
8. a Si p u d i e n d o eludir la acción de la j u s t i c i a por
medio de la f u g a u ocultándose, se h a denunciado i
confesado el delito.
9. a Si del proceso no resulta contra el reo otro ante-
cedente que su espontánea confesion.
10. a E l h a b e r obrado por celo de la justicia.»
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 111
III
La tercera circunstancia atenuante es de la clase de la anterior i se
verifica cuando ha precedido inmediatamente, de parte del ofendido,
provocacion o amenaza proporcionada al delito.
Un delito cometido a sangre fria i sin ninguna razón que lo lejitime,
manifiesta siempre una alma corrompida i un corazon feroz. Mas, cuan-
do se ejecuta inmediatamente despues de una provocacion, o en un
acceso de cólera, el hecho no se nos presenta con toda su repugnancia.
La lei lo disculpa un tanto en este caso i la provocacion es una
circunstancia que atenúa la responsabilidad de su autor.
Seria un acto heroico mantenerse impasible despues de una provoca-
cion o de una ofensa; pero en la naturaleza humana no se puede exijir
tal virtud i por eso la lei se detiene ante las pasiones i mira, con piedad
el resultado de un acto nacido de una provocacion inmediata.
Para que exista de lleno la circunstancia atenuante de que nos
ocupamos, solo se exije que el acto se ejecute, como dice la lei inme-
diatamente; por que si la agresión viene despues, es decir, cuando ha
pasado ese arrebato i espiamos al que nos provocó para causarle un
mal, ya se nota la venganza preparada i el delito debe entonces casti-
garse con todo el rigor de la lei.
También es preciso que haya igualdad en la ofensa o por lo ménos
qne una no diste mucho de la otra. Así, por ejemplo, si a Pedro le dá
Juan un lijero bofetón i aquél en el acto le da una estocada o le dispara
un balazo, la provocacion no lejitima ni atenúa estos medios de defensa
estreñios.
8
114 CÓDIGO PENAL
IV
La presente circunstancia atenuante, bien poco se diferencia de la
anterior i sin establecer confusion, bien se podia haber tratado conjun-
tamente con la anterior.
Ella se refiere a cuando se ejecuta un hecho en vindicación próxima
de una ofensa grave causada al autor, a su cónyuje, etc., etc.
Este inciso determina que hai circunstancia atenuante .cuando
cometemos un hecho prohibido por la lei en vindicación próxima de
ofensa grave propia o de nuestra familia hasta el límite que señala el
citado inciso 4.°
En el caso anterior dijo la lei inmediatamente. Ahora emplea la
palabra próxima con lo cual se da a entender que la inmediación
escluye toda idea de tiempo intermedio i supone actos consecutivos, i la
proximidad índica que ha mediado una breve dilación, horas, i hasta
uno o dos dias pueden caber en este principio; por lo que resulta en
este caso algo de vago i de prudencial que debe apreciarlo el juez en
vista de los antecedentes que resulten en el proceso.
No es lo mismo una provocacion que una ofensa. De lo primero nace
la cólera, i de lo segundo toca puntos mas delicados que es mas difícil
borrar de nuestros sentimientos, i he aquí la razón de la diferencia en
uno i otro caso i la justicia de ambos preceptos.,
Ahora, no toda ofensa acepta la lei: ella ha de ser ¿rape i aunque
esto es vago, sin embargo, -es fácil comprender que en esto hai que
atender a la persona que se ofende, al lugar en que se hace la ofensa;
porque si yo digo ladrón a un hombre sin antecedentes en la sociedad,
la injuria no es tan grave como si se la hago a un empleado público de
hacienda; a un diputado o senador en un lugar público i ante una
concurrencia de jente decente ante la cual puede mi injuria hacerles
perder mucho el buen concepto que les debía este funcionario.
Por fin, se necesita que la ofensa haya sido hecha al autor, es decir
al que la vindica o alguno de su familia. Si se vindica ofensa ajena i
no de pariente hasta el grado que permite el inciso 4.°, la causa de
escusa no existe; porque la lei no reconoce el derecho de vengar inju-
rias ajenas. El delito se castiga según la pena que merezca.
Es natural suponer que uno obre por el arrebato que resulta de una
injuria propia o hecha a su familia, de la cual es celoso conservador de
la honra que le afecta directamente i por lo cual la estima como propia;
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 115
Y
La quinta circunstancia que atenúa la responsabilidad en un delito,
tiene lugar cuando se obra por estímulos tan poderosos que naturalmen.
te produzcan arrebato i obsecacion.
La presente circunstancia establecida también en favor de la persona
que obra, se refiere solo a estímulos poderosos, a diferencia de las dos
anteriores que se dirijen a la'provocacion i a la ofensa grave.
Las pasiones conducen siempre a grandes crímenes i nuestro Código
que no ha podido establecer que tales estímulos destruyen la completa
libertad del que obra, porque ello hubiera sido consagrar una teoría
errónea i disolvente de la sociedad, establece sin embargo, que el que
procede impulsado por estímulos poderosos que nos ciegan i arrastran
a diversos delitos, tiene una causal atenuante en su favor.
Es al majistrado a quien corresponde apreciar esta circunstancia ya
que no es posible dar reglas fijas para que sirvan de norma.
Así, por ejemplo, los celos bien probados, atenuarían la responsabi-
lidad del que comete un crimen bajo tal influencia.
VI
La sesta circunstancia es solo una regla de humanidad i establece que
si la conducta anterior del delincuente ha sido irreprochable, obra en
su favor una circunstancia atenuante para la aplicación de la pena que
merezca por su delito'. " -
En efecto, un hombre que jamas ha sido procesado, que ha sido un
buen ciudadano, un buen esposo, un buen padre de familia i un "exce-
lente hijo, que ha dado pruebas de respeto por la autoridad, no puede
ser un criminal. Un accidente de aquellos que no es fácil evitar, le ha
hecho cometer un crimen ¿cómo se la puede aplicar a su delito todo el
rigor de la lei?
¿No es verdad que inspira compasion un reo de esta clase una vez
que se investiga i se conoce su pasado sin mancha alguna?
Para obtener este resultado, preciso es advertir que es al procesado a
quien le incumbe probar hasta la evidencia esa buena conducta anterior
que exije la lei para invocar el privilejio de este precepto. ,
116 CÓDIGO PENAL
VII
VIII
IX
§ IV
De las circunstancias que agravan la responsabilidad criminal,
ART. 12.
«Son circunstancias agravantes:
1.a Cometer el delito contra las personas con alevosía,
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 119
14. a C o m e t e r el d e l i t o m i e n t r a s c u m p l e u n a c o n d e n a
o despues de haberla q u e b r a n t a d o i dentro del plazo en
q u e p u e d e s e r c a s t i g a d o p o r el q u e b r a n t a m i e n t o .
15. a H a b e r s i d o c a s t i g a d o el c u l p a b l e a n t e r i o r m e n t e
p o r d e l i t o s a q u e la lei s e ñ a l e i g u a l o m a j ^ o r p e n a .
16. a S e r r e i n c i d e n t e e n d e l i t o d é l a m i s m a e s p e c i e .
17. a C o m e t e r el d e l i t o e n l u g a r d e s t i n a d o al e j e r c i c i o
d e u n c u l t o p e r m i t i d o e n la R e p ú b l i c a .
18. a E j e c u t a r e l h e c h o c o n o f e n s a o d e s p r e c i o del
r e s p e t o q u e p o r la d i g n i d a d , a u t o r i d a d , e d a d o s e x o
m e r e c i e r e el o f e n d i d o , o e n s u m o r a d a , c u a n d o él n o
h a y a provocado el suceso.
19. a E j e c u t a r l o p o r m e d i ó d e f r a c t u r a o e s c a l a m i e n t o
de lugar cerrado.»
II
La primera circunstancia agravante que enumera el artículo, es
cuando se comete el delito contra las personas con alevosía, entendién-
dose que la hai cuando se obra a traición o sobre seguro. Ella la
encontramos tanto en las antiguas leyes españolas, como en los Códigos
mas recientes. -
No es lo mismo obrar a traición o sobre seguro.
La palabra traición tiene dos significados: uno cuando se aplica a
los delitos cometidos contra la seguridad esterior del Estado i el otro
cuando se obra alevosamente, con engaño o cautela. Así es, como se
dic,', traidor al que ataca la independencia de su nación i traidor al
que obra alevosamente. Aquí la empleamos en este segundo sentido, es
decir, refiriéndonos a la mayor de las vilezas que pueden rebajara un
122 CÓDIGO PENAL
delincuente. El alevoso llega callado i sin dar lugar a una defensa, des-
carga su ira sin arrostrar peligro alguno.
Sobre seguro equivale a decir empleando i preparando el delito de tal
modo que no se pueda errar el golpe sobre la victima elej ida; lo que
prueba, por otra parte, la sangre fi'ia con que se prepara el crimen i
que lo ennegrece mas de lo que nos presentaría igual resultado en una
lucha abierta i sin ventaja. Por eso la lei ha querido que actos de esta
especie, cuando se consuman, lleven una circunstancia agravante que
la razón no rechaza i que la conciencia humana la acepta i la aplaude.
Ella queda constituida con cualesquier de los dos elementos que se
presente el caso, o mas claro, bien sea que el hecho se ejecute a
traición o sobre seguro i por eso se ha empleado estudiosamente la
conjunción o i no la i como habría sucedido, si ambos se requiriesen
para constituir la circunstancia agravante.
III
IV
Cuando se ejecuta uu delito por medio de inundación, incendio,
veneno u otro artificio que pueda ocasionar grandes estragos o dañar a
otras personas, es la tercera causa agravante en la penalidad de un,
hecho.
Tanto en las lejislaciones antiguas como en las mas modernas halla-
mos previsto este caso i considerado como agravante del delito que por
su medio se comete.
La inundación i el incendio son delitos por si gravísimos i cuando
ellos se realizan por ejecutar otro crimen, la alevosía es manifiesta. En
el mismo caso se encuentra el veneno, arma cobarde i propia de un sér
corrompido, i como no se' puede calcular la estension del mal que se
produzca por estos elementos, la lei los ha designado con justa razón
entre las causas que agravan un delito.
Antes era costumbre entre naciones enemigas envenenar las aguas
de que se podían s&rvir en sus necesidades. En el dia esta costumbre'
bárbara está abolida i ojalá nunca renazca, sea cual fuere la causa o el
agravio. La defensa o la venganza deben tener un límite i este ha de
llegar siempre hasta donde no se note la corrupción, i la ferocidad de
otras jeneraciones que'se pierden en la noche de los tiempos ha hecho
bien en desaparecer por completo.
Un ejemplo nos esplicará mejor el presente caso del inciso.
Pedro pretende hurtar en la casa de Juan o violar a una joven; pero
no puede cometer el delito porque no encuentra acceso a la casa. Si para
ello la incendia o envenena a Juan i se aprovecha de la alarma que pro-
duce el fuego o una muerte repentina, el caso alevoso i agravante se
nos presenta con toda su desnudez i repugnancia, i esto es cabalmente;
lo que se pena con agravación en este inciso.
y
La cuarta circunstancia agravante, es cuando se aumenta delibera-
damente el mal del delito causando otros males innecesarios para su
ejecución.
El Código español i el brasilero contienen esta misma disposición.
Es, pues, innegable que si el autor de un delito se ensaña delibera-
damente en su ejecución aumentando males innecesarios, ya en las
personas o en las cosas, cae bajo la represión agravante de este incisov
124 CÓDIGO PENAL
vi
Cuando se obra con premeditación conocida o se emplea astucia,
fraude o disfraz, hai en el delito que se comete una circunstancia
agravante i ella ha sido también considerada en los Códigos, español,
francés i brasilero. ¿Quién no comprende que la premeditación con que
se realiza un crimen nos hace mirar con mas horror a su autor?
Ya hemos dicho en otra parte que para que exista la premeditación
se requiere que esté manifiesta i que entre el hecho consumado i la
meditación de cometerlo, haya un intervalo de mas de un dia, afín de
que esta circunstancia se presente en todo su vigor; puesto que siempre
se piensa lo que se hace i en esto caso, todo hecho seria premeditado i
por eso es que se requiere que esc pensamiento no sea la obra de un
momento, sino que se haya robustecido algún tiempo en la cabeza del
criminal i que éste haya tenido lo bastante para pesar sus consecuen-
cias i tomar una resolución con pleno conocimiento del mal que se
propone ejecutar i lo deseche en vista de ese examen. Esta es, pues, la
premeditación de que aquí se habla i que en gran parte queda encar-
gada a la conciencia del majistrado, cuidando de no confundirla con
un acto cualquiera de refleccion; porque ella no se presume i para
que se establezca han de haber razones de importancia i no meras
presunciones.
La astucia no es mas que la sorpresa con que se ejecuta el delito en
virtud de la impunidad en que queda el despues do cometido i la
privación de defensa en que so coloca el agredido, es lo que agrava por
cierto el acto que se ejecuta.
LIBRO 1.'—TÍTULO I. 125
VII
VIII
IX
XI
XII
XIII
XIV
XV
Es también otra circunstancia agravante cometer un delito mientras
se cumple una condena o despues de haberla quebrantado i dentro del
plazo en que puede ser castigado por el quebrantamiento.
Este inciso contiene dos partes: primera cometer un delito cuando
se está cumpliendo una condena, i segunda cuando se comete también
delito durante el quebrantamiento de una condena i dentro del plazo
en que no ha prescrito este delito.
En la primera, se supone que el delito ha sido cometido en la prisión,
i en la segunda, fuera de ella.
La prisión es con el objeto de buscar la reforma del culpable; es el
lugar donde se purga un delito; donde debe observarse mejor conducta,
i si en vez de ser obediente a los jefes i guardar armonía con los
compañeros de infortunio, un reo se. subleva contra los jefes, o hiere o
mata a alguno de los detenidos, la pena que merece en este caso es mas
grave que en circunstancias ordinarias, porque se deja ver el poco
provecho de la prisión, la ninguna reforma del culpable i el ningún
respeto contra los jefes que están inspeccionando sus actos i el desprecio
por ellos, para no ocurrir en demanda de justicia i al hacérsela a si
propio sjn consideración alguna, es desconocer el poder de la sociedad i
de los majistrados que la representan. Este es el fundamento de esta
parte de la presente circunstancia agravante.
Ahora si un reo se ha escapado de la prisión i anda huyendo de la
acción de la justicia i todavía no ha pasado el término que la lei exije
para que su delito de fuga haya prescrito i comete un nuevo delito,
la lei quiere que éste lleve la circunstancia de agravación, porque supo-
ne que hace alarde o burla a la autoridad i en vez de llevar una vida
de labor, señala su paso con los mismos instintos feroces que tenia
antes. Justa es entonces esta agravación de la lei.
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
§ V
A r t . 13.
«Es circunstancia a t e n u a n t e o a g r a v a n t e , s e g ú n la
naturaleza i accidentes del delito:
Ser el a g r a v i a d o cónyuje, pariente lejítimo por
c o n s a n g u i n i d a d o a f i n i d a d e n t o d a la línea r e c t a i en la
c o l a t e r a l h a s t a el s e g u n d o g r a d o i n c l u s i v e , p a d r e o h i j o
n a t u r a l o ilejítimo r e c o n o c i d o d e l o f e n s o r . »
Este artículo bien pudo eliminarse sin que se notara su falta, puesto
que implícitamente se ha tratado de él en las causas que atenúan o
agravan la responsabilidad en un hecho dado; pero ya que se ha consig-
nado en un artículo especial, diremos algo sobre este particular.
Aquí se trata únicamente de llamar la atención al caso, por ejemplo,
de que un padre por castigar a un hijo se exceda en su derecho o de
otra persona en igualdad de circunstancia estralimite lo que la lei le
permite. El que obra así tendrá a su favor una circunstancia atenuante.
LIBRO 1.—TÍTULO I. 135
Art. 14.
Aet. 15.
II
III
mente los crímenes, los que fuercen a otra persona a cometerlos i los
que ordenen su ejecución.
La lei 10 tit. 9. Part. 7.a disponia: E deben facer esta enmienda
también los facedores de la deshonra o del tuerto como aquellos que
gelomandaran....
á r t . 16
á r t . 17.
suministrándoles a u s i l i o s o n o t i c i a s p a r a q u e se g u a r -
;
den, p r e c a v a n o s a l v e n .
E s t á n e x e n t o s d e l a s p e n a s i m p u e s t a s a los e n c u b r i -
d o r e s l o s q u e lo s e a n d e su c ó n y u j e o d e s u s p a r i e n t e s
l e j í t i m o s p o r c o n s a n g u i n i d a d o a f i n i d a d e n t o d a la l i n e a
r e c t a i e n la c o l a t e r a l l i a s t a el s e g u n d o g r a d o i n c l u s i v e ,
de sus p a d r e s o hijos naturales o ilejítimos reconocidos,
c o n solo la e s c e p c i o n d e los q u e se h a l l a r e n compren-
1
d i d o s e n el n ú m e r o 1.° d e e s t e a r t i c u l o . »
II
El que compra o admite en regalos objetos hurtados o robados,
conociendo su mala procedencia, o el que hace recaer en beneficio suyo
las ventajas del delito, el que ausilia a los delincuentes para que se
aprovechen del delito o inutiliza el cuerpo que lo constituye, o los
instrumentos con que se ejecuta para impedir que la justicia lo castigue,
es un verdadero encubridor. El fundamento de esto está en que de este
modo se aprueba el crimen, se anima su repetición i se saca provecho
de esos actos. Esto supone a los ojos de la lei un ánimo criminal i entre
los encubridores, este rol es el mas grave, porque se ve un móvil codicioso
i el deseo vil de apropiarse de lo ajeno.
El que entierra el cadáver de la víctima, el que destruye el veneno ti
oculta el puñal homicida, con ánimo, intención i voluntad criminal,
desvía o dificulta la pesquiza judicial ¿podria quedar impune en esta
participación? Es evidente que nó i por eso la lei la ha prohibido con
sobrada razón. Mas si una persona ignorando tales antecedentes
encuentra por ejemplo un cuchillo ensangrentado o una camisa teñida
todavía con las manchas de la sangre i recoje estos objetos i los lava,
no cometería delito porque ella ha ignorado la procedencia de esa sangre.
En un robo por ejemplo, se ultima a una persona i solo se ocultan
objetos robados, el que esto haga no será encubridor sino del robo i
LIBRO I.-—TÍTULO III. 147
III
La lei establece en el núm. 3.° del art. 17 que estamos comentando,
que es encubridor el que alberga, oculta o proporciona la fuga al
148 CÓDIGO PENAI,
IV
El último modo de aparecer como encubridor en un delito, es
cuando se acoje, recibe o proteje habiiualmente a los malhechores,
sabiéndose que lo son, aun sin conocimiento de los delitos determinados
que hayan cometido, o bien cuando se les facilita los medios de reunirse
o de ocultar sus armas o efectos o se les suministra ausilios o noticias
para que se precavan o salven.
La delación de los delitos, ordenada por nuestras antiguas leye§ i
por las romanas, tan opuesta a las ideas i costumbres actuales, queda
proscrita por este artículo de nuestro Código; pero si se acoje a un
criminal o se le proteje o se le dan noticias para que escape de la acción
de la justicia, se hace uno encubridor de su delito si obra a sabiendas
de que se recibe o proteje a un criminal aun sin conocer el delito
determinado que haya cometido. No habiendo este conocimiento del
individuo i no siendo el que lo encubre habitual en prestar protección
a malhechores, no existe responsabilidad alguna, porque no hai inten-
ción de delinquir ni mala fé en ese procedimiento.
La habitualidad que exije la lei para ser encubridor, ha de traer su
oríjen de hechos anteriores i que, por causa de esa costumbre, se haya
recibido penas en otros casos. En una palabra, aquí es preciso que haya
150 CÓDIGO PENAI,
§ I
El art. 9.° de nuestro Código Civil dice:—que «la lei puede solo
disponer para lo futuro i no tendrá jamas efecto retroactivo.»
Resultado de este principio es el art. 18 del Código Penal, el cual al
establecer en su art. l.°, que es delito toda acción u omision voluntaria
penada por la lei i que éstas se reputan siempre ejecutadas con
voluntad, a no ser que conste lo contrario, tendremos que es lícito hacer
en todo tiempo lo que la lei no prohibe en el momento de ejecutar un
acto.
152 CÓDIGO PENAI,
á r t . 19.
ART. 2 0.
« N o s e r e p u t a n p e n a s , la r e s t r i c c i ó n ele la l i b e r t a d
d e l o s p r o c e s a d o s , la separación de los empleados
públicos acordada por las autoridades en uso de sus
a t r i b u c i o n e s o p o r e l t r i b u n a l d u r a n t e el p r o c e s o o p a r a
i n s t r u i r l o , n i l a s m u l t a s i d e m á s c o r r e c c i o n e s q u e los
superiores i m p o n g a n a sus subordinados i administra-
dos en uso de su juridiccion disciplinai o atribuciones
gubernativas.»
LIBRO I.-—TÍTULO III. 157
luz sin las influencias personales del juez i de su empleo i para él será
mas honrosa su absolución, si alejado de su puesto i del lugar en que
lo ejerce, no se le prueban los cargos que le haga el acusador.
Tampoco es pena la multa que impongan las autoridades judiciales
i administrativas en uso de facultades disciplinarias o gubernativas.
La multa es mas bien en estos casos un llamado paternal que-hace
el superior al inferior cuando ha faltado u olvidado un deber; falta que
no es lo bastante para autorizar su separación del cargo o dictar otras
medidas mas enérjic-as. Por eso la lei no ha querido elevar esta facultad
correccional a la esfera penal, i en ello ha hecho bien, porque los efectos
de la pena son graves i no deben prodigarse por hechos leves i de poca
o talvez ninguna trascendencia.
Por fin, tampoco ha querido la lei que se reputen delitos las correc-
ciones que los superiores impongan a sus subordinados o administrados.
Si la multa en el caso anterior no es pena, con mayor razón no lo
será una medida correccional que se aplica en uso de facultades
disciplinarias o gubernativas i de las cuales es preciso revestir a ciertas
autoridades para el mayor orden i buena marcha ya en lo judicial como
en lo administrativo.
. El Código Penal español consagró igual principio en su art. 22
cuando dijo:—«No se reputan penas la restricción de la libertad dé los
procesados, la separación o suspensión de los empleados públicos,
acordadas por las autoridades gubernativas en uso de sus atribuciones,
0 por los tribunales durante el proceso, o para instruirlo, ni las multas
1 demás correcciones que los superiores impongan a sus subordinados i
administrados, en uso de jurisdicción disciplinal o atribuciones guber-
nativas.»
El art. 37 del Código brasilero establece igual cosa: «No se considera
pena la prisión del procesado por una infracción, para prevenir su fuga,
ni la suspensión de los majistrados decretada por el poder moderador
en la forma establecida por la Constitución.»
§ II
A r t . 21.
ESCALA JENERAL.
PENAS DE CBÍHENES.
Muerte.
Presidio perpetuo.
Reclusión perpétua.
Presidio mayor.
Reclusión mayor.
Relegación perpétua..
Confinamiento mayor.
Estrañamiento mayor.
Relegación mayor.
Inhabilitación absoluta perpétua para cargos i oficios
jmblicos, derechos políticos i profesiones titulares.
Inhabilitación especial perpétua para algún cargo u
oficio público o profesion titular.
Inhabilitación absoluta temporal para cargos i oficios
públicos i profesiones titulares.
Inhabilitación especial temporal para algún cargo u
oficio público o profesion titular.
Presidio menor.
Reclusión menor.
Confinamiento menor.
Estrañamiento menor.
Relegación menor.
Destierro.
Suspensión de cargo u oficio público o profesion
titular.
160 CÓDIGO PENAI,
Prisión.
I
penas comunes a las t r e s clases anteriores.
Multa.
Pérdida o comiso de los instrumentos o efectos del
delito.
penas accesorias de los crímenes i simples ' delitos.
Cadena o grillete.
Celda solitaria,
Incomunicación con personas estrañas al estableci-
miento penal.»
que es la capital, se descienda hasta las mas leves, que son la prisión i
la multa, de un modo suave i con tránsitos los ménos bruscos que se ha
podido. «Entre la muerte, por ejemplo, i cualesquiera cosa que a la
muerte siga, ha de mediar siempre la distancia que separa al ser del
no ser.» I por fin, siendo la pena un mal, ella se ha buscado en la
existencia de las personas; en la personalidad material i física; en la
libertad; en la propiedad o la fortuna; en la posesion i en el goce de
los derechos civiles i políticos, a fin de que en la aplicación de ellas
pueda haber proporcionalidad a los delitos que se trate de reprimir.
Recorreremos estas penas a la lijera.
pena de muerte.
Repetimos otra vez que es preciso observar que hai ciertos delitos
tau graves, que no admiten otro castigo proporcionado que el de la
pena de muerte, la cual, revestida de las condiciones recomendables de
ser esencialmente personal, ejemplar, tranquilizadora, análoga, si bien
no es igual, divisible, reformadora ni irremisible, es no obstante, la que
contiene al crimen i mantiene a raya a esos hombres monstruos que,
por desgracia, son mas comunes en las sociedades de lo que debia
esperarse.
Por suerte, nuestro Código ha limitado en lo posible la pena de
muerte. De un modo fijo solo la ha establecido para los casos de
parricidio, para los que inducen a una potencia estranjera a declarar la
guerra a Chile, i por fin, en el de la pérdida de vidas ocasionada por
destruciones hechas u obstáculos puestos en vías férreas, según los
arts. 106, 326, 390 i 474 de este Código. En los demás la leí permite al
juez recorrer una escala que puede llegar a la pena de muerte, según las
circunstancias agravantes del delito; pero fuera de los ejemplos antes
Qitados, esta pena no se considera como estable para otros delitos.
Al efecto, pueden consultarse los arts. 106, 107, 108, 109, 390, 391,
433, 434, 474 i 480 del Código.
Mas tarde se dictó la leí de 3 de Agosto de.1876, sobre el vandalaje
i entonces se dijo allí en el art. 3.° lo siguiente:
<rEl culpable de robo o de tentativa de crimen, será castigado con la
pena de muerte, siempre que al mismo tiempo se hiciere reo de homici-
dio, violacion u otra injuria grave de obra contra las personas.»
Del mismo modo esta lei restableció la pena de azotes, suprimida
por el Código Penal i estableció que los condenados por hurto o robo
fuesen castigados, ademas de la pena que a dichos delitos les impone
el Código, con veinte r cinco azotes por cada seis meses de presidio.
El supremo decreto de 11 de Agosto de ese mismo año de 1876
ordenó que en ningún caso se aplicase la pena de muerte sin que
previamente se consultase al Consejo de Estado, que es el tribunal de
gracia. Igual cosa ordenó también respecto a la pena de azotes.
Esta lei dictada en circunstancias especiales para la república, ha
sido en estremo criticada; pero sea como fuere,, ella ha traido felices
resultados.
No obstante, al hablar del robo nos ocuparemos de ella mas estensa-
mente; por ahora nos basta decir que la pena de muerte está en
nuestra lejislacion penal limitada al menor número de delitos i en la
166 CÓDIGO PENAI,
presidio p e r p e t u o . — r e c l u s i o n p e r p e t u a . —
los arfcs. 106 hasta el 111 inclusive i 208, 391, 433, 434, 474 i 475
de nuestro Código.
No debemos olvidar que la pena de muerte, siempre que no se ejecu-
ta al reo,i las de presidio, reclusión i relagacion perpetuos, llevan consigo
la de inhabilitación absoluta perpétua para cargos i oficios públicos i
la de sujeción a la vijilancia de la autoridad por el máximum que esta-
blece este Código. Este máximum es el de cinco años.
Por fin diremos dos palabras para concluir:
Estas dos penas se aplican solo cuando no se impone la de muerte:
son como una gracia de esta triste pena i por crimen tan grave que
lia arrancado a la sociedad un grito de horror.
relegacion perpétua.
confinamiento mayor.
Por suerte esta pena recae jeneralmente en personas que son de influen-
cia o un tanto acomodadas i esto nos aparta del temor que ántes hemos
indicado respecto a ella i a su aplicación i sobre todo en sus efectos.
estragamiento mayor.
r e l e g a c i o n mayor.
penas de inhabilitacion.
penas de faltas.
á r t . 22.
á r t . .23.
A r t . 24.
12
178 CÓDIGO PENAI,
§ III
A r t . 25.
A k t 26.
A k t 27.
v i j i l a n c i a d e la a u t o r i d a d p o r el m á x i m u m q u e e s t a b l e c e
este Código.»
Toda pona accesoria debe estamparse enja condena del reo a continua-
ción de la pena principal. Por eso este artículo dice que la pena de
muerte i las de presidio, reclusión, i relegación perpétuos, llevan las de
inhabilitación absoluta perpétua para desempeñar cargos i oficios
públicos i derechos políticos por el tiempo de la vida de los penados i
sujeción a la vijilancia de la autoridad por cinco años, que es el máxi-
mum que permite la lei.
Pero se dirá ¿para qué a un condenado a muerte se le impone la
prohibición de ejercer cargos i la pérdida de la ciudadanía i se le deja
por cinco años sujeto a la vijilancia de la autoridad? Esto ha sido
porque ese condenado a muerte por los tribunales puede encontrar
indulto en el Consejo de Estado i entonces ya la pena no se ejecuta i
la lei, poniéndose en este caso, que los tribunales no pueden prever, ha
querido que esto se diga en toda condena. ¿I para qué entonces estos
accesorios si ese criminal, despues de ser condenado a muerte, el Consejo
de Estado no le ha de .dejar libre?
Pero la pena de muerte puede ser indultada por veinte años de Pe-
nitenciaria por ejemplo: éste reo puede cumplir estos veinte años i
entonces obtener su libertad i tendrá que sufrir los accesorios que espresa
este artículo.
Lo repetimos, toda pena perpétua va recargada con los accesorios
que espresa este artículo, i ellos deben determinarse en la respectiva
condena. Un juez no podrá suprimirlos en ningún caso, porque son
parte de la pena principal i no aplicaría bien la lei si así no lo dijere
en su sentencia.
á r t . 28.
Las penas mayores llevan, como se ve por este artículo, dos clases
de accesorios: inhabilitación absoluta perpetua para cargos i oficios
públicos i derechos políticos, e inhabilitación absoluta para profesiones
titulares.
Por los primeros se pierde, como ya hemos dicho, la capacidad para
ser ciudadano elector i, por consiguiente, no se pueden obtener cargos
de elección popular i la capacidad aun para ser jurado. Privado de
estos derechos, solo se pueden adquirir en la forma que lo prescribe
nuestra Constitución política; por lo segundo se queda el penado inhá-
bil para ejercer alguna profesion titular; i como estas inhabilitaciones
son absolutas i perpétuas, resulta que aun cumplida la pena principal,
no cesan, sin embargo, las incapacidades establecidas por tales acce-
sorios.
Esto es aparte de la condenación en costas, daños i perjuicios que',
como regla jeneral, ha establecido el art. 2á de este Código en todo
caso en que hai sentencia condenatoria, i que conviene no olvidar
para evitarnos de estar repitiéndolo en cada caso particular.
A r t . 29.
A r t . 30.
A r t . 31.
n a t u r a l e z a i e f e c t o s de a l g u n a s penas.
A r t . 32.
ART. 33.
Como los delitos que se casfcigau con esta pena no suponen corrup-
ción ni ánimo depravado, las naciones no se oponen a recibir en su
seno a individuos de esta clase.
El confinado queda sujeto a las leyes del país adonde llega. Su situa-
ción es como la de cualquier viajero que sale de Chile i se establece
en el punto que le agrade. No por esto pierde el derecho de protección
que puede ejercitar todo chileno de los diplomáticos de su pais en casos
necesarios i siendo que ellos sean legales.
A r t . 34.
A r t . 35.
Art. 36.
" D e s t i e r r o es la e s p u l s i o n del r e o d e a l g ú n p u n t o d e
la R e p ú b l i c a . "
Art. 37.
Todo procesado que merezca pena que exceda de tres años i un día,
no tiene derecho a escarcelacion. Esto es fácil de comprenderlo por la
imputación del crimen o delito que se atribuya al procesado i por las
circunstancias atenuantes que se distingan en su favor.
Siendo todo sumario reservado, a veces no se puede saber lo que hai
i por eso la escarcelacion no se solicita sino cuando el proceso está
adelantado, o bien cuando ha salido del estado de sumario. El dictámen
fiscal es a veces la base para obtener este beneficio, porque ya se ve
dibujado el rol del procesado i la pena que pueda aplicársele, i, aunque
esto no es seguro, no obstante, es una opinion atendible én esta
materia.
Los efectos que produce una pena aflictiva ya los hemos enumerado
anteriormente. Es, sin embargo, sensible que haya casos en que se
escárcele a reos de delitos que la sociedad no mira con ojos benignos i
que niegue este derecho en casos en que lo encontraría natural, como
lo seria en los de adulterio.
En un delito de hurto o robo o bien de estafa, cuando lo hurtado o
robado no exceda de cincuenta pesos, i conforme a los artículos 448,
446 i 467 del Código Penal, habría escarcelacion i como aquí este delito
no lleva penas accesorias, resultaría que un penado por esto, no
perdería sus derechos políticos actuales ni su calidad de ser elector i
elejido, testigo, etc. etc. Al contrario, el procesado por rapto, estupro,
adulterio, no se escarcela, i si se le condena lleva inhabilidades graves.
La sociedad, repetimos, no miraría talvez con desden a estos últimos i
sí con horror a los otros i la lei es, sin embargo, mas benigna con éstos
que con aquellos.
El art. 37 debió haber sido mas lato al calificar las penas aflictivas,
así como las penas accesorias debieron haberse concretado a ciertos
delitos i no haber existido para aquellos que no suponen perversidad
de corazon, o que la sociedad no los considera como crímenes i respecto
de los cuales hai tanta tolerancia por parte de todos.
A r t . 38.
Art. 39.
A r t . 40.
A r t . 41.
Si recordamos lo que hace poco hemos dicho al tratar del art. 38,
veremos que esta es una escepcion establecida en favor. de los
eclesiásticos, fundada en el decoro debido a su carácter sagrado.
Bu Chile los eclesiásticos no gozan de fuero cuando delinquen
civilmente.
Los delitos eclesiásticos se castigan por la autoridad eclesiástica con
penas eclesiásticas, según el Derecho Canónico.—Los delitos de otra
clase, se persiguen por la justicia ordinaria i se penan conforme al
presente Código.
Mas, las penas de inhabilitación i suspensión si recaen en algún
eclesiástico que ha sido procesado i condenado a ellas, el efecto que
producen estas penas respecto de todo ciudadano, no se estiende a los
cargos, derechos i honores que gocen por la Iglesia si el penado fuere
sacerdote. La lei penal no les priva de las funciones i honores que les
haya otorgado la autoridad eclesiástica; pero el Estado no les reconoce
jurisdicción eclesiástica i la cura de almas en tales casos i ademas les
priva el percibir rentas del tesoro nacional, salvo la congrua que fije
el tribunal para sus alimentos. Un ejemplo hará comprender el espíritu
de este artículo. Un Vicario, un Provisor, un Párroco o un Canónigo,
se hacen reos de un delito i se les impone, entre otras penas, las de
inhabilitación i suspensión. El Estado no reconoce jurisdicción alguna
en ese Vicario, en ese Provisor o en ese Párraco, ni permitirá que
el último teDga la cura de almas. Si los primeros reciben renta o
sueldo del Estado, como la recibe el Canónigo, o el Párroco goza de
congrua, quedan privados de esa renta o sueldo durante el tiempo de
la condena; pero el tribunal debe señalarles algo para que puedan
vivir, i en este caso solo percibirán esa cantidad en lo relativo solo a
su congrua.
El testo del artículo emplea la palabra renta. H o i debe usarse la
palabra suélelo en vez de la de renta, porque el Congreso de 1883 así
ío declaró en la discusión i aprobación del presupuesto del Culto i como
esta es una lei posterior, derogó implícitamente lo de la renta i la
convirtió en sueldo, porque en realidad los eclesiásticos que reciben
sueldos del tesoro nacional, por cargos o empleos que ejercen en la
Iglesia, son verdaderos empleados del Estado i el empleado recibe
sueldo i no renta.
El presente artículo ha creado todavía otra escepcion mas jeneral, i
ella es en favor de los Obispos, respecto de los cuales no les comprende
en lo concerniente a la jurisdicción ordinaria. Esto quiere decir que los
libro i.-—título iii. 197
Art. 42.
Este artículo no liaee otra cosa sino que esplicar el alcance de los
anteriores, estableciendo que la privación de los derechos políticos
activos de que se puede privar al penado, se refieren solo a la inhabi-
lidad de ser ciudadano elector o elejido i jurado en los juicios de
imprenta. El que es privado por sentencia de estos derechos no puede
dar su voto en las urnas electorales para elejir diputados, senadores,
electores de Presidente de la. República ni municipales de la localidad
en que está calificado u donde pudiera votar. Tampoco puede ser
elejido diputado, senador, municipal ni elector de Presidente, ni puede
servir de jurado en un juicio por abusos de la libertad de imprenta.
Para hacer efectivas estas prohibiciones, se ha formado por la Corte
Suprema de Justicia una lista en que se anotan los que han sido
condenados a la pérdida de los derechos de ciudadanía desde la primera
elección despues de la vijencia de este Código. Cada tres años se
agregan a esa lista los nuevos inhabilitados i estas listas que corren en'
cuaderno, se remite a la autoridad para que ella la haga llegar a las
mesas calificadoras i receptoras. De este modo se le da cumplimiento
a las disposiciones que hemos analizado anteriormente.
El presente artículo establece que el que ha sido privado de los
derechos de ciudadano, puede ser rehabilitado en la forma prescrita por
la Constitución del Estado.
Perdida la ciudadanía, la rehabilitación se impetra del Senado, quien
puede acordarla o no, según los antecedentes que obren en favor del
ocurrente. Es cuestión de gracia i en la cual dicho cuerpo obra como
jurado al resolver sobre peticiones de esta naturaleza.
La calidad de ciudadano activo con derecho de sufrajio, se suspende,
entre otra3 causas, por hallarse el individuo procesado como reo de
delito que merezca pena aflictiva o infamante.
Entre nosotros no hai pena infamante. Lo que infama es el delito i
no la pena.
á r t . 43.
c o m p r e n d e el i n d u l t o d e la p e n a p r i n c i p a l , a m é n o s q u e
e s p r e s a m e n t e se h a g a e s t e n s i v o a ella.»
" E l i n d u l t o d e la p e n a d e i n h a b i l i t a c i ó n p e r p e t u a o
temporal para c a r g o s i oficios p ú b l i c o s i p r o f e s i o n e s
t i t u l a r e s , r e p o n e al p e n a d o e n el e j e r c i c i o d e e s t a s ú l t i -
m a s , p e r o n o e n l o s h o n o r e s , c a r g o s , e m p l e o s u oficios
d e q u e se le h u b i e r e p r i v a d o . E l m i s m o e f e c t o p r o d u -
ce el cumplimiento de la condena a inhabilitación
temporal."
A r t . 45.
« L a sujeción, a l a v i j i l a n c i a d e la a u t o r i d a d d a a l j u e z
d e la c a u s a e l d e r e c h o d e d e t e r m i n a r c i e r t o s l u g a r e s e n
los cuales le será p r o h i b i d o al p e n a d o p r e s e n t a r s e des-
p u e s de h a b e r cumplido su condena i de imponer a
éste todas o algunas de las siguientes obligaciones:
1. a L a d e d e c l a r a r á n t e s d e s e r p u e s t o e n l i b e r t a d , e l
l u g a r e n q u e se p r o p o n e fijar su r e s i d e n c i a .
2. a L a d e r e c i b i r u n a b o l e t a d e v i a j e e n q u e s e le
d e t e r m i n e el i t i n e r a r i o que debe seguir, del cual no
podrá a p a r t a r s e , i la d u r a c i ó n d e su p e r m a n e n c i a e n
cada l u g a r del tránsito.
libro i.-—título iii. 201
3. a L a ele p r e s e n t a r s e d e n t r o d e l a s v e i n t i c u a t r o lio-
ras siguientes a su llegada, a n t e el f u n c i o n a r i o d e s i g -
n a d o e n la b o l e t a d e v i a j e .
4. a L a d e n o p o d e r c a m b i a r de residencia sin h a b e r
ciado a v i s o ele ello, c o n t r e s d i a s ele a n t i c i p a c i ó n , al
mismo funcionario, quien le e n t r e g a r á la b o l e t a d e
v i a j e p r i m i t i v a v i s a d a p a r a q u e se t r a s l a d e a s u n u e v a
residencia.
5. a L a d e a d o p t a r oficio, a r t e , i n d u s t r i a o p r o f e s i o n ,
si n o tuviere medios propios i conocidos de subsis-
tencia.
Art. 46.
" L a p e n a ele c a n c i ó n p r o d u c e e n el p e n a d o l a o b l i -
g a c i ó n ele p r e s e n t a r u n fiador a b o n a d o q u e r e s p o n d a o
b i e n d e q u e a q u é l n o e j e c u t a r á el n i a l q u e se t r a t a ele
p r e c a v e r , o ele q u e c u m p l i r á s u c o n d e n a ; o b l i g á n d o s e a
satisfacer, si c a u s a r e e l m a l o q u e b r a n t a r e la c o n d e n a ,
la c a n t i d a d q u e l i a y a fij a d o el t r i b u n a l .
Si el p e n a d o 110 p r e s e n t a r e fiador, sufrirá una reclu-
s i ó n e q u i v a l e n t e a l a c u a n t í a ele la fianza, c o m p u t á n d o s e
u n día p o r cada dos p e s o s ; p e r o sin p o d e r en n i n g ú n
caso exceder de dos años."
Art. 47.
Art. 48.
¿ S i los b i e n e s del c u l p a b l e n o f u e r e n b a s t a n t e s p a r a
cubrir las responsabilidades pecuniarias, se satisfarán
é s t a s e n el ó r d e n s i g u i e n t e :
1.° L a s c o s t a s p r o c e s a l e s i p e r s o n a l e s .
2.° E l r e s a r c i m i e n t o d é l o s g a s t o s o c a s i o n a d o s p o r e l
juicio.
3.° L a r e p a r a c i ó n d e l d a ñ o c a u s a d o e i n d e m n i z a c i o -
nes de perjuicios.
4.° L a m u l t a .
En caso de concurso o quiebra, estos créditos se
libro i.-—título iii. 205
Art. 49.
la m u l t a , s u f r i r á p o r v i a ele s u s t i t u c i ó n i a p r e m i o , la
p e n a ele r e c l u s i ó n , r e g u l á n d o s e u n dia p o r c a d a p e s o ;
p e r o sin q u e ella p u e d a e x c e d e r n u n c a d e d o s años.
Q u e d a e x e n t o d e e s t e a p r e m i o el c o n d e n a d o a r e c l u -
sión m e n o r en su g r a d o m á x i m o o a . o t r a p e n a mas
grave," .
§ IV.
ART. 50.
«A los a u t o r e s d e delito se i m p o n d r á la p e n a q u e -
p a r a é s t e se h a l l a r e s e ñ a l a d a p o r la lei.
libro i.-—título iii. 207
Art. 51.
ÁRT. 52.
Art. 53.
A r t . 54.
'•A los e n c u b r i d o r e s d e t e n t a t i v a d e c r i m e n o s i m p l e
delito, s e i m p o n d r á la p e n a i n f e r i o r e n c u a t r o g r a d o s a
la s e ñ a l a d a p a r a el c r i m e n o s i m p l e d e l i t o . "
A r t . 55.
« L a s d i s p o s i c i o n e s j e n e r a l e s c o n t e n i d a s e n los c u a t r o ,
artículos p r e c e d e n t e s i k t t i e n e n l u g a r e n los casos en
q u e el d e l i t o f r u s t r a d o , la t e n t a t i v a , la c o m p l i c i d a d o
el e n c u b r i m i e n t o se b a i l a n e s p e c i a l m e n t e p e n a d o s p o r
la leí.»
A r t . 56.
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A r t 57.
Abt. 58.
Hai cielitos , a los cuales la lei les impone un grado de una pena i
otro u otros de otra, sin embargo, cada uno de estos grados solo forma
un grado de pena, o mas claro, todos ellos vienen a servir únicamente
para castigar un delito. Así, por ejemplo, el art. 231 castiga con la pena
de suspensión en su grado mínimo a inhabilitación especial perpetua
para el cargo o profesión al abogado o procurador que, con abuso mali-
cioso de su oficio,'perjudicare a su cliente o descubriere sus secretos. La
suspensión i la inhabilitación son dos penas distintas i sin embargo,
se toman como si fueran grados de una misma pena, en que el máximo
es la inhabilitación especial perpetua i el mínimo la suspensión. El
juez, según las circunstancias i criminalidad, aplicará la pena ya en
el grado mínimo o en el máximo, porque la lei le faculta para recorrer
esa escala, según lo crea conveniente i de estricta justicia.
Art. 59.
escala núm. 1.
Grados.
1.°—Muerte.
2.°—Presidio o reclusión perpétuos.
3.°—Presidio o reclusión mayores en sus grados máximos.
4.° Id. id. id. id. medios.
5.° Id. id. id. id. mínimos.
6.°—Presidio o reclusión menores id. máximos.
7.° Id. id. id. id. medios.
8.° Id. id. id. id. mínimos.
9.°—Prisión en su grado máximo.
10.» Id. id. medio.
11.° Id. id. mínimo.
escala- núm. 2.
Grados.
1.°—Relegación perpetua.
2.°—Relegación mayor en su grado máximo.
3.° Id. id. id. medio.
4.» Id. id. id. mínimo.
5.°—Relegación menor id. máximo.
, 6.° Id. id. id. medio.
7.° Id. id. id. mínimo.
8.°—Destierro id. máximo.
9.° Id. id. medio.
10.° Id. id. mínimo.
escala núm. 3.
Grados
1.°- •Confinamiento o estragamiento mayores en sus grados máximos
2.° Trl
Id. Irl
id. 1/
1
id. ifl mp/lnno
id. medios.
3.° Id. id. id. id. mínimos.
—iConfinamiento o estrañamiento menores id. máximos.
5.° Id. id. id. id. medios.
6.° Id. icj. id. id. mínimos.
7.°- Destierro en.su grado máximo .
8.° Id. id. medio,
9.° Id. id. mínimo.
218 códigopenai,
escala núm. 4.
Grados.
1.°—Inhabilitación absoluta perpetua.
2.°—Inhabilitación absoluta temporal eñ.su grado máximo.
3.° Id. id. id. id. medio.
4.° Id. . id. id. id. mínimo.
5.°—Suspensión id. máximo.
G.° Id. id. medio.
7.° Id. id. mínimo.
escala' núm. 5.
Orados.
1.°—Inhabilitación especial perpetua.
2.°—Inhabilitación especial temporal en su grado máximo.
3.° Id. id. id. id. medio.
4.° Id. id. id. id. mínimo. ;
5."—Suspensión id. máximo.
fi.° Id. id. medio.
7.° Id. id. mínimo.»
ART. 60.
« L a m u l t a s e c o n s i d e r a c o m o la p e n a inmediatamen-
t e i n f e r i o r a la ú l t i m a en todas las escalas graduales.
P a r a fijar s u c u a n t í a r e s p e c t i v a se a d o p t a r á , la b a s e
e s t a b l e c i d a e n el art. 25, i e n c u a n t o a s u aplicación a
c a d a c a s o e s p e c i a l s e o b s e r v a r á lo q u e p r e s c r i b e el
a r t . 70.
E l p r o d u c t o d e l a s m u l t a s se a p l i c a r á a f o n d o s m u n i -
cipales del d e p a r t a m e n t o o territorio municipal donde
se c o m e t i ó el d e l i t o q u e s e c a s t i g a . Si u n r e o e s c o n -
denado por dos o m a s delitos cometidos ern d i v e r s o s
t e r r i t o r i o s m u n i c i p a l e s , la m u l t a se d i v i d i r á p o r i g u a l e s
partes entre las municipalidades respectivas.»
ser ella divisible hasta el último grado de pona. Ella se aplica en los
delitos i en las faltas, i sus beneficios no pueden ser negados en razón
a que..su flexibilidad es apropósito en muchos casos en que ella basta
para la represión de hechos ya de carácter un tanto graves como mui
leves.
La cuantía de la multa,' como ya lo hemos dicho al esplicar el
arb. 25, tratándose de crímenes, no podrá exceder de cinco mil pesos, ni
de mil en los simples delitos i de cien en las faltas.
En la aplicación de las multas, el tribunal podrá recorrer toda la -
estension en que la leí le permita imponerlas, consultando para deter-
minar su cuantía en cada caso que ocurra, 110 solo las circunstancias
atenuantes i agravantes de que esté revestido el hecho que se trata de
penar, sino principalmente el caudal o facultades del culpable.
Esta latitud, o mas bien dicho, esta facultad discrecional que se deja
al juez para fijar el monto de esta pena, es porque para su exacta im-
posición, no se pueden dictar reglas, desde que diez pesos pueden ser para
un pobre un sacrificio i una pena dura, cuando tals'ez cien no causarían
igual gravámen a un hombre de recursos i en tal caso se obtiene el
resultado que se desea, es decir, que el mal de la pena sea proporcionado
i que obtenga el fin que se busca, cual es el castigo, i ello se alcanza
de las dos maneras.
No debe aquí olvidarse lo que hemos dicho al tratar del art. á9
respecto cómo debe procederse cuando el sentenciado 110 tuviere bienes
como satisfacer la multa i la sustitución que de ella debe hacerse por
reclusión, regulándose a razón de un día por cada peso, sin que ella
pueda en ningún caso exceder de dos años.
Ahora ¿adonde ingresa el producto de las multas? El artículo dice
que a fondos municipales del departamento o territorio municipal
donde se cometió el delito que se castiga i que, cuando el reo es conde-
nado por dos o mas delitos cometidos en diversos territorios municipa-
les, la multa resultado de esos delitos, se dividirá por iguales partes
entre las respectivas municipalidades.
La razón de esta disposición es obvia: desde que las municipalidades
son las que con sus recursos sostienen a los presos i pagan a los encargados
de su custodia, ínter se les tiene en la cárcel i hai fallos i en ellas se
cumplen las penas leves, es justo entonces que las multas aumenten
sus fondos i ayuden siquiera en parte a estos crecidos gastos.
Sobre este particular se dictó un decreto que lleva fecha 11 de octubre
de 1878, i que nosotros insertamos al fin de esta obra.
llfero i . — t í t u l o iii. 221
Art. 61.
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226 códigopenai,
Abt 62.
ART 63.
« N o p r o d u c e n e l e f e c t o d e a u m e n t a r la p e n a las
circunstancias a g r a v a n t e s q u e p o r sí m i s m a s c o n s t i t u -
y e n u n d e l i t o e s p e c i a l m e n t e p e n a d o p o r la lei, o q u e
é s t a h a y a e s p r e s a d o al d e s c r i b i r l o i p e n a r l o .
T a m p o c o lo p r o d u c e n a q u e l l a s c i r c u n s t a n c i a s a g r a -
vantes de tal manera i n h e r e n t e s al d e l i t o q u e s i n la
concurrencia de ellas no p u e d e cometerse.»
cielito parricidio; pues este delito no puede existir sin esta circunstan-
cia i la lei al fijar la pena ya se hizo cargo de tales relaciones i por
eso estableció la que creyó proporcional dadas estas relaciones inheren-
tes al hecho que penaba.
Ejemplo de este caso nos ofrecen también los arts. 193, 263, 391
(parricidio) 408, 418 i 433.
á r t . 64.
AET. 65.
A r t . 66.
« S i la l e i s e ñ a l a u n a p e n a c o m p u e s t a d e d o s i n d i v i -
s i b l e s i n o a c o m p a ñ a n al h e c h o c i r c u n s t a n c i a s a t e n u a n -
tes ni agravantes, puede el t r i b u n a l imponerla en
cualquiera de sus grados.
C u a n d o solo c o n c u r r e a l g u n a c i r c u n s t a n c i a a t e n u a n t e ,
d e b e a p l i c a r l a eii s u g r a d o m í n i m o , i si h a b i e n d o una
circunstancia agravante, no concurre ninguna atenuan-
t e , la i m p o n d r á e n s u g r a d o m á x i m o .
Siendo dos o m a s las circunstancias a t e n u a n t e s sin
que concurra ninguna agravante, podrá imponer la
p e n a i n f e r i o r e n u n o o d o s g r a d o s al m í n i m o d e l o s
libbo i.—título iii. 231
s e ñ a l a d o s p o r la lei, s e g ú n s e a el n ú m e r o i e n t i d a d d e
dichas circunstancias.
Si c o n c u r r i e r e n c i r c u n s t a n c i a s a t e n u a n t e s i a g r a v a n -
t e s , l a s c o m p e n s a r á r a c i o n a l m e n t e el t r i b u n a l p a r a la
a p l i c a c i ó n d e la p e n a , g r a d u a n d o el v a l o r d e u n a s i
otras.»
Akt. 67.
« G u a n d o la p e n a s e ñ a l a d a al d e l i t o e s u n grado de
una divisible i no concurren circunstancias atenuantes
n i a g r a v a n t e s e n el h e c h o , el t r i b u n a l p u e d e recorrer
t o d a s u e s t e n s i o n al a p l i c a r l a .
232 códigopenai,
puede recorrer toda su esfcension i aplicarla dentro de ese límite; 2.° si,
por el contrario, concurre solo una circunstancia atenuante o solo una
agravante, en el primer caso la aplicará en su mínimum i en este últi-
mo en su máximum.
Mas esto ¿querrá decir que en el primer caso condene al reo a 3
años i un dia, i en el segundo a 5 años, como parece entenderse del
tenor literal de esta disposición? Es evidente que nó i por eso se ha
dado en el mismo artículo la regla a que obedece ese máximum i ese
mínimum, estableciendo que se divida por mitad el período de la
duración de la pena i que la mas alta de estas partes forme el máxi-
mum i la mas baja el mínimum. Por ejemplo, la pena dentro del
grado que hemos indicado ántes es de 5 años, dividida por mitad resul-
tarían 2 años i medio. Será esto lo que se quiere que haga este precepto?
Respondemos que nó. Lo que se debe dividir es el período que hai del
mínimum al máximum. Si el mínimum en el caso propuesto es 3 años,
para llegar al máximum hai 2 años. Estos 2 años se dividen por mitad
i resulta que al mínimum se le agrega 1 año i entonces es de 4 años,
i el máximum seria 6 años; pero como no podemos salir del grado, se
perderá ese año i el máximum quedará entonces como ántes de 5
años. .
Pondremos otro ejemplo para grabar mas el método que debe
observarse a este respecto.
La pena es ahora presidio mayor en grado mínimo, que corresponde
de 5 años i un dia a 10 años: ¿cuál es el mínimo i cuál es el máximo,
en este caso?—Loque hai aquí que dividir es el período de 5 años que
existe entre el mínimo i el máximo.
El mínimo es cinco: lo que se divide también es cinco.
La mitad de esto, o sea 2 años i medio, se agrega a cinco i entonces
tendremos 7. años i medio, que forman el período mas bajo, o sea el
mínimo que buscamos. El mas alto seria 12 años, i medio, formado de -
diez mas los dos i medio años, mitad de cinco que dividimos ántes; pero
como no podemos pasar del límite que nos fija el grado, que es diez,
se desperdicia el resto i así habremos encontrado el máximo.
La regla que estudiamos ha sido mui criticada por su oscuridad;
porque sin haber oido a los Redactores del Código, no se ha podido co-
nocer cuál era la interpretación de ella i la mente que tuvieron en' vista
para establecerla. Mas creemos que con la anterior esplicacion se podrá
aplicar sin dificultad en los casos que ocurran análogos a los presentes.
234 códigopenai,
A r t . 68.
t a m e n t e s u p e r i o r e n g r a d o al m á x i m o d e los d e s i g n a -
d o s p o r l a lei. Si el g r a d o m á x i m o de los d e s i g n a d o s
lo f o r m a r e e n t a l c a s o l a p e n a d e m u e r t e , se a p l i c a r á
ésta precisamente.
Concurriendo circunstancias atenuantes i agravantes,
s e o b s e r v a r á lo p r e s c r i t o en los artículos anteriores
para casos análogos.»
A r t . 69.
AßT. 70.
á r t . 71.
El núm. 8.° del art. 10, que habla de las circunstancias que eximen
de responsabilidad criminal, dice:
«El que con ocasion de ejecutar un acto lícito, con la debida dili-
jencia, causa un mal por mero accidente.»
No existiendo este caso, no hai causa de exención de responsabilidad
criminal. Faltan algunos requisitos para establecerlo claramente, ¿cómo
calificaríamos entonces ese hecho? Este art. 71 nos dice que se esté a lo
que previene el art. 490. Luego, pues, habrá un cuasidelito i para
penarlo, se observarán las reglas que hai para el cuasidelito i, como
todavía no llegamos a esta materia, mas tarde tendremos ocasion de
ocuparnos de este punto. Nos basta establecer que si no hai escusa del
delito, se nos presenta entonces de lleno el cuasidelito.
A r t . 72.
Art. 73. ~
AKT. 74.
Art. 75.
Dos casos nos ofrece este artículo: 1.° cuando un solo hecho consti-
tuye dos o mas delitos, i 2.° cuando uno de ellos sea el medio necesario
para cometer el otro.
En estos casos se impone al reo la pena mayor asignada al delito mas
grave.
Ejemplo de lo primero será la violacion de una pariente, hecho que
constituye dos delitos diferentes—violacion e incesto.—Un empleado
público que, abusando de su oficio, allana la casa de un padre de fami-
lia para llevar a efecto el rapto de su hija con miras 'deshonestas; la
falsificación de un documento de crédito con el objeto de cometer un
hurto o un engaño, en todos estos casos se encuentran dos delitos
distintos, que por la lei se castigan aplicando la pena mayor solo al mas
grave de ellos.
De aquí puede provenir una cuestión i es la siguiente: cuando en
el delito frustrado o en la tentativa se emplean medios de ejecución
que por sí solos constituyen un delito consumado, como si se cometieren
libro i.-—título iii. 243
Art. 76.
Art. 77.
A r t . 78.
« S i e m p r e q u e s e a n e c e s a r i o d e t e r m i n a r la c o r r e s p o n -
dencia entre las p e n a s de este Código i las impuestas
con anterioridad a su v i j e n c i a , se h a r á tomando en
c u e n t a la n a t u r a l e z a d e é s t a s i el p e r í o d o d e su d u r a c i ó n .
Así por ejemplo, cuatro años de presidio o de peniten-
c i a r i a e q u i v a l e n a p r e s i d i o m e n o r e n su g r a d o m á x i m o . »
§ V.
Art. 79.
Así como no pueden ser castigados otros actos u omisiones que los
que la lei con anterioridad ha calificado de delitos o faltas i solo con la
pena que se ha establecido previamente por la autoridad a quien se ha
concedido esta facultad, del mismo modo no se podrá ejecutar pena
alguna sino en virtud de sentencia consentida i pasada en autoridad
de cosa juzgada.
Esta disposición tiene por objeto asegurar el cumplimiento dé los
procedimientos, judiciales, que es la garantía de los acusados i tiende,
por otra parte, a condenar i proscribir la arbitrariedad del poder
absoluto.
Ella es también una máxima de justicia universal.
Mientras una sentencia no quede ejecutoriada, puede ser reformada,
i miéntras exista esta esperanza, es injusto que ella seilleve a efecto. Un
procesado no es culpable ni inculpable: su criminalidad está todavía
en tela de juicio i por eso solo cuando la sentencia queda firme, solo
entonces se le podrá aplicar la pena que ella le imponga.
Entre nosotros se ha ido mas lójos todavía en esta materia. El
supremo decreto con fuerza de lei de 11 de agosto dé 1876, en su art.
l.°, dice:
«En ningún caso se aplicará la pena de muerte impuesta por senten-
cia de los tribunales ordinarios, sin que sea previamente consultado el
Consejo de Estado.»
Otro artículo manda que el tribunal de término, inmediatamente
que pronuncie la sentencia condenatoria, remita al Consejo de Estado
copia de ella i de la de primera instancia, esponiendo todo lo que a su
juicio pudiere influir en el ánimo del Consejo para indultar i conmutar
la pena o para proceder a su ejecución.
libro i.-—título iii. 247
Art. 80.
Art. 81.
Art. 82.
Art. 83.
á r t . 84.
ART. 85.
La lei 11, tít. 31, part. 7.a, dice: <rca si el hijo que es nascido, non
debe recibir pena por el yerro del padre, mucho menos la merece, el
que está en el vientre, por el yerro de su madre. E por ende, si alguno
contra esto ficiere, justiciando a sabiendas muger preñada, deve resce-
bir tal pena, como aquel que a tuerto mata a otro.»
Las lejislaciones modernas no han hecho mas que seguir esta regla
de justicia i humanidad, i para evitar un aborto, se prohibe hasta notifi-
car la sentencia en que se imponga tal pena a la mujer preñada. Debe,
pues, mantenerse el fallo en secreto hasta pasado cuarenta dias despues
del parto. Espirado este plazo la justicia puede proceder, porque ha
cesado todo peligro para la vida de la enferma.
El Ínteres que se tiene en vista en esta disposición es el de la criatu-
ra que lleva en su seno. Ella es inocente del crimen de la madre; ¿por
qué habría de participar de su culpa i espiar un delito quien no es
responsable de nada? Lo contrario, seria un crimen.
256 gódigro penal
a r t . 86.
A r t . 87.
a k t . 88.
En. el art. 48 hemos visto el orden en que deben cubrirse las responsa-
bilidades pecuniarias, cuando los bienes del culpable no fueren bastantes
para satisfacerlas. Ahora vamos a tratar de la inversión que produzca
el trabajo del condenado a presidio.
Desde que los reos no pueden dedicarse a trabajos del Estado fuera
del establecimiento donde se encuentren, como sucedia antes i cuyos
malos resultados no nos son desconocidos, ya se comprenderá que el
producto de sus trabajos ha de ser insignificante i jamas bastará a llenar
las obligaciones que les. impone este articulo. De aquí surje una cues-
tión i es si el producto de ese trabajo se destinará esclusivamente para
cubrir una de esas obligaciones por el orden en que se encuentran enu-
meradas, o bien se distribuirá proporcionalmente entre todas ellas. Del
tenor del artículo parece que fuera lo primero, es decir, que indem-
nizado' el establecimiento de sus gastos, si hai sobrante, .tiene lugar lo
segundo i así sucesivamente; no obstante, creemos que ello seria irre-
gular i que lo conveniente, para no hacer una burla de los otros derechos,
que están en igual clase que el primero, es hacer un reparto a prorata
para todos, como se establece por ejemplo en el Código francés.
Por regla jeneral, de todo delito o cuasidelito nace una responsabilidad
civil i donde no existiere, está el precepto del art. 24, i en tal caso ¿por-
qué los gastos que ocasione un penado en el establecimiento donde
17
258 gódigro p e n a l
ART 89.
TITULO CUARTO
DE LAS PENAS EN QUE INCURREN
LOS QUE QUEBRANTAN LAS SENTENCIAS
I LOS QUE DURANTE UNA CONDENA DELIQUEN DE NUEVO.
§1-
D e las penas en que incurren los que quebrantan
las sentencias.
ART 90.
Las sentencias que dictan nuestros tribunales tienen por base la lei,
llevan el sello de la mas completa justicia: se ejecutan para que el
crimen tenga espíacion i se tranquilice la sociedad a quien se ofende;
por eso es que deben cumplirse i, al quebrantarlas, se comete un delito
por mas que sea innato en todo hombre el deseo de libertad. Lo que la
lei pena es la fuga, despues de haber habido un fallo condenatorio,
porque ya se quebranta una condena.
Las penas que la lei impone en estos casos, son las siguientes:
1.° El condenado a presidio, reclusión o prisión, debe incomunicárse-
le con personas estrafias al establecimiento hasta un año i sujetársele
al réjimen mas estricto que allí pueda ponerse en práctica.
Estoes aquí una pena especial al delito de quebrantar condena i no
como accesoria de un delito, pues en este caso ya se sabe lo que pres-
cribe el inciso final del art. 25 respecto a la duración de estas penas.
El réjimen mas estricto consiste en privar "al reo de visitas en la
época que lo permitan los reglamentos i otras cosas de igual o mayor
naturaleza.
La lei en este caso no hace distinción entre condenado a pena mayor
o menor, por lo que deberá entenderse que esta regla rije para todos, es
decir, tanto para los que cumplen condenas de presidio o reclusión mayor
o menor como para los que cumplen penas perpétuas. Basta el hecho de
quebrantar condena para que se aplique esta regla.
Por la lejislacion española el que quebrantaba una condena debia
sufrir doble tiempo del quebrantado i así sucesivamente cada vez que
se evadiera de la prisión. Esto era una pena dura en exceso.
2.° Al reincidente en el quebrantamiento de condena, ademas de la
pena que espresa el artículo anterior, sufrirá la de cadena o grillete
hasta por un año.
3.° El que quebranta mas de dos veces su condena, se le coloca en
celda solitaria por un término que pueda llegar hasta la mitad del que
le falte para cumplirla, sin que en ningún caso pueda exceder de cinco
años.
262 gódigro p e n a l
§ H.
De las penas en que incurren los que durante una condena
delinquen de nuevo.
A r t . 91.
cumpliendo esa condena, o bien cuando por haberla infrinjido anda fuera
del establecimiento penal i comete otros delitos. En estos casos, el
nuevo crimen o delito se penará por separado i las condenas se cumpli-
rán simultáneamente siendo posible, o en el orden sucesivo, princi-
piando por la mas grave, escepto las de confinamiento o estrafiamiento,
relegación o destierro, que se ejecutarán despues. A este respecto
conviene no olvidar el precepto del art. 74 de este Código.
Mas si el nuevo delito merece pena de presidio o reclusión perpe-
tuos, i el delincuente estuviere cumpliendo algunas de estas penas,
sufrirá la de muerte.
En efecto ¿qué otra pena podria imponérsele a un reo sino la capital
si el nuevo delito, así como el anterior, son de penas perpétuas? Mas si
este delito tuviere una pena menor que la del caso anterior, entonces
se agravará con la de presidio o reclusión perpétuos i ademas con las de
cadena o grillete, encierro en celda solitaria e incomunicación con
personas estrañas al establecimiento penal, que podrán aplicarse al
arbitrio del tribunal i hasta por el máximum que para ellas fija el
art. 25.
Ahora si el nuevo crimen merece relegación perpétua i el delincuente
se halla cumpliendo esta pena, se le impondrá la de presidio mayor en
su grado medio (de 10 años i 1 día a 15 i las accesorias que indica el
art. 28), dándose por terminada la de relegación.
Si la pena que merece el nuevo delito fuere otra menor, se observará
lo dispuesto en el primer inciso de este artículo, es decir, se pena por
separado i se cumplen las condenas simultáneamente si es posible o por
su orden, principiando por la mas alta..
El fundamento de la agravación de las penas, en el caso en que se
coloca este artículo, es sin duda en razón de que quien delinque estan-
do cumpliendo una condena, soportando día a dia los padecimientos
consiguientes i en frente del castigo turba la paz i el ejemplo correc-
cional del establecimiento donde está destinado, da una prueba de su
perversidad i de su desprecio por la lei i, en tal caso, su rehabilitación
se vé léjos, i es preciso que la severidad material del castigo hable a su
razón ya que han sido inútiles todas las anteriores consideraciones.
A r t . 92.
1.° G u a n d o e s d e la m i s m a e s p e c i e q u e el a n t e r i o r .
2.° C u a n d o e s d e d i s t i n t a e s p e c i e i el c u l p a b l e lia
sido castigado y a p o r dos o m a s d e l i t o s a q u e la l e i
señala, igual o m a y o r pena.
3.° C u a n d o s i e n d o d e d i s t i n t a e s p e c i e , el d e l i n c u e n t e
solo lia s i d o c a s t i g a d o u n a v e z p o r d e l i t o a q u e la lei
señala igual o m a y o r pena, o m a s de u n a vez por delito
cuya p e n a sea menor.
En los dos p r i m e r o s casos el b e c b o se c o n s i d e r a
r e v e s t i d o d e c i r c u n s t a n c i a a g r a v a n t e , a t e n d i d o a lo q u e
d i s p o n e n los n ú m s . 14 i 1 5 d e l a r t . 12, i e n el ú l t i m o n o
s e t o m a r á n e n c u e n t a p a r a a u m e n t a r la p e n a los d e l i t o s
anteriores."
Ahora este artículo nos habla de los que cometen un delito despues
de haber cumplido una condena, a diferencia del anterior que se referia
a los que delinquían estando cumpliendo una pena, es decir, dentro del
establecimiento penal.
La lei se coloca aquí en tres casos: los dos primeros que indica
establecen que el nuevo delito se considere revestido de circunstancia
agravante, tal como se ha espuesto al tratar de los núms. 14 i 15 del
art. 12: en el último caso, se pena el delito sin tomar en cuéntalos
delitos anteriores, es decir, se prescinde de todo i se examina solo el
nuevo delito i se le impone la pena que le corresponde, según como se
presente en ese caso.
Desde el momento que para penar un delito no se toman en cuenta
las circunstancias del caso 3.° de este artículo, habría sido mas sencillo
no consignarla i así la regla habría sido mas clara.
Las dos reglas anteriores que ya están consideradas en el art. 12, han
podido también suprimirse sin inconveniente alguno i entonces se vé
que lá existencia de este artículo no es necesaria en el Código.'
266 gódigro p e n a l
TITULO QUINTO
DE LA EXTINCION DE LA RESPONSABILIDAD PENAL.
Art 93.
1.° Por la muerte 'del reo eu cuanto a las penas personales, pero
si a su fallecimiento hubiere habido sentencia de término por pena
pecuniaria, se ejecutará, es decir, se cobrará esa multa si el reo hubiese
dejado bienes con que satisfacerla.'
Si el reo fallece ántes de que haya sentencia, se manda sobreseer defi-
nitivamente; si despues de haber fallo, de hecho la condena queda
cumplida. Esto es natural desde que solo responde por un delito el
que lo cometió i las consecuencias o responsabilidades que nazcan de
él no pasan a sus herederos, sobre todo cuando por nuestro Código i por
nuestra Carta fundamental, no hai penas infamantes.
2.° El cumplimiento de la condena extingue toda responsabilidad.
¿Que mas se puede exijir? La obligación se cancela por el pago; aquí
el reo cumpliendo su pena ha satisfecho a la lei i a la sociedad.
3.° La amnistía, la cual extingue por completo la pena i todos sus
efectos.
La amnistía es una gracia por la cual se decreta un olvido jeneral de
los delitos cometidos contra el Estado. Para no confundir la amnistía
con el perdón, hé aquí las principales diferencias que con tanto injenio
marcó el conde de Peyronnet, ministro que fué de Cárlos X rei de
Francia, en una célebre obra i en la cual se leen las máximas si-
guientes:
Amnistía es abolicion, olvido. Perdón es induljencia, piedad. Cuan-'
do Trasíbulo arrojó a los treinta tiranos, estableció una lei a la que los
Atenienses dieron el título de amnistía, que quiere decir olvido. En
ella se mandaba que a nadie se inquietase por sus anteriores acciones
i de aquí nos ha venido el acto i aun el nombre.
La amnistía no repone, sinó que borra. El perdón no borra nada,
sino que abandona i repone.
La amnistía vuelve hácia el pasado i destruye hasta la primera hue-
lla del mal. El perdón no va sinó a lo futuro i conserva en el pasado
todo lo que le ha producido.
El perdón supone crimen. La amnistía no supone nada, a no ser la
acusación.
En una amnistía se recibe mas i hai menos que agradecer. En un
perdón hai mas que agradecer i se recibe ménos.
El perdón se concede al que ha sido positivamente culpable. La
amnistía a los que han podido serlo.
La amnistía nada hace perder al inocente. El perdón se lo hace per-
268 gódigro p e n a l
Art. 94.
ART 95.
ART. 96.
ART. 97.
ART. 98.
ART. 99.
18
274 gódigro p e n a l
' Lo que hemos dicho al hablar del art. 96 es aplicable a este caso.
AUT. 100.
" C u a n d o el r e o se a u s e n t a r e d e l t e r r i t o r i o d e la R e -
p ú b l i c a solo p o d r á p r e s c r i b i r l a a c c i ó n p e n a l o la p e n a
contando por uno cada dos dias de ausencia, p a r a el
c ó m p u t o d e los a ñ o s . »
ART. 101.
" T a n t o la p r e s c r i p c i ó n d e la acción p e n a l c o m o la d e
la p e n a c o r r e n a f a v o r i e n c o n t r a d e t o d a clase de
personas.»
ART. 102.
ART. 103.
" S i el r e o se p r e s e n t a r e o f u e r e h a b i d o a n t e s d e c o m -
p l e t a r el t i e m p o d e la p r e s c r i p c i ó n d e l a a c c i ó n p e n a l o
d e la p e n a , p e r o h a b i e n d o y a t r a s c u r r i d o la m i t a d del
q u e se exije, en s u s r e s p e c t i v o s casos, p a r a tales p r e s -
c r i p c i o n e s , d e b e r á el t r i b u n a l c o n s i d e r a r e l h e c h o c o m o
revestido de dos o mas circunstancias atenuantes mui
calificadas i de n i n g u n a agravante, i aplicar las reglas
d e los a r t s . 65, 66, 67 i 68, s e a e n l a i m p o s i c i ó n d e l a
p e n a , s e a p a r a d i s m i n u i r la y a i m p u e s t a .
E s t a r e g l a n o se aplica a las p r e s c r i p c i o n e s de las
faltas i especiales de corto tiempo.»
ART 104.
ART. 105.
TITULO PRIMERO.
CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD ESTERIOR
I SOBERANÍA DEL ESTADO,
A r t . 106. (°)
se castiga con ella de un modo fijo, sin haber otra pena que la reem-
place.
Si el que induce a una potencia estranjera a que - se declare la
guerra es chileno, pero está fuera del país, i desde suelo estraño ha
maquinado contra su. patria, se le castiga conforme se dispone en los
dos primeros incisos.
El art. G.° de este Código dice: que los crímenes o simples delitos
perpetrados fuera del territorio de la República por chilenos o por
estranjeros, no serán castigados en Chile sino en los casos determina-
dos por la leí. Aquí también senos presenta uno de esos casos, pero
solo cuando el delito ha sido cometido por chileno, pues bien claro lo
dice el tercer inciso del artículo que comentamos.
¿Cómo se hará efectiva esta responsabilidad i cómo la pena? Esto
es materia del Código de Procedimientos, que no se ha dictado todavía;
pero al presente se Obtiene por la estradicion del reo, cosa que
siempre se pacta en los tratados con las potencias estranjeras i que, por
ser un delito tan odioso i de tan fatales consecuencias, todos acep-
tan este principio sin inconveniente alguno. Mas si el reo estuviere
en territorio de la potencia enemiga, solo así podria burlar la lei; pero
no por esto se le dejaría de procesar i la pena se le aplicaría ^cuando
fuese habido.
La guerra a que se refiere este artículo es la de nación a nación; la
guerra de conquista en que se ataca nuestra existencia; pero no puede
referirse a las intervenciones en las contiendas políticas que pudieran
dividirnos por desgracia i que en apoyo de un partido de los que se
disputan el mando, se solicitare el ausilio de otra potencia. Los que
pidan este ausilio serán reos políticos de mas o ménos gravedad; peró
no se les puede calificar de traidores. La potencia que venga en ausilio
de un partido no viene a ser señora sino ausiliadora de una idea o
de un bando. ¿Será ello bueno o será malo? Los hechos consumados
:
son los que resuelven jeneralmente esta cuestión.
En la palabra chileno, se comprende a todo el que lo es según los
preceptos que establece nuestra Constitución política i como la disposi-
ción del artículo no hace escepcion alguna, resulta que ella es jeneral
i comprende al que está en posesion de esta ciudadanía.
282 gódigro p e n a l
ART. 107.
Este delito es sin duda menos grave que el anterior i puede ser
cometido por toda clase de personas, al paso que el determinado en el
articulo precedente, solo puede ser ejecutado por persona influyente, de
cierta ilustración i de alguna posicion social. Entrar a tratar con un
gobierno, decidirlo a una guerra i hacerle levantar armas, es cosa
que no está al alcance sino de pocos. Pelear en filas enemigas contra
la patria es la obra jeneralmente de la ignorancia o de un rencor
estremo. Por eso ante la lei éste es ménos culpable que aquel i por esto
entendemos que el presente artículo solo se refiere al que es chileno i
no al estranjero que se naturaliza i despues puede abandonar esta
nacionalidad i servir bajo banderas enemigas.
La pena en este caso es òompuesta de la de presidio mayor en grado
máximo a muerte i su aplicación será solo en el grado mas bajo, salvo
que circunstancias agravantes hagan necesario subir al mas alto, qne
seria la de mumie.
ART. 108.
Art. 109.
Los diversos casos en que se coloca este artículo ¿no son acaso otras
tantas tentativas para destruir la independencia o integridad del
Estado? Lo son en efecto i por eso ha debido estar a continuación del
art. 106 si se hubiera seguido un buen método. Sin embargo, aunque
por los distintos medios que se espresan en este artículo se puede
llegar a destruir la independencia, e integridad del Estado, se nota que
es de un modo indirecto, que no revela tanta criminalidad como en el
libro i i . . — t í t u l o iI. 285
caso del art. 106, i por eso podernos mirarlo como una escepcion, i hé
aquí también por que su penalidad es menor.
En cuanto al proveedor que maliciosamente faltare a su deber con
grave daño del ejército o armada, parece que no debiera estar colocado
en este artículo, porque él no favorece al enemigo sino que busca un
lucro en su negocio. Talvez por esto nuestro Código, en el art. 273, penó
por separado este delito, i si llegase un caso de esta naturaleza, indu-
dablemente se le penaría conforme a este artículo i no se le aplicarian
las disposiciones del presente.
Ahora si el que cometiere algunos de los delitos que aquí se enume-
ran es funcionario público, ájente o comisionado del Gobierno de la
República i que hubiere abusado de la autoridad, documentos o noticias
que tuviere por razón de su cargo, su delito es mas grave i la lei ha
querido, con justicia, que se le imponga la pena de muerte.
No concluiremos este artículo sin establecer que siempre, en caso de
guerra, debe el gobierno decretar i hacer saber lo que prohibe por
contrabando de guerra i especificar los artículos que no deben suminis-
trarse al enemigo i que quedan privados del comercio. Sin esto talvez no
habría delito, porque se podia hacer el comercio a buena fó, i para
evitar dudas i establecer desde cuándo afectan responsabilidades al que
comercia con el enemigo, es necesario que la prohibición se haga opor-
tunamente. Hecha esta publicación ya no puede alegarse ignorancia i
el que faltare caería indudablemente en la pena que se establece en esta
disposición, al que proporciona víveres o artículos de contrabando de
guerra al enemigo.
ART. 110.
AKT. 111.
AKT. 113.
«El que violare t r e g u a o armisticio acordado entre
la República i otra nación enemiga o entre sus fuerzas
belijerantes de mar o tierra, sufrirá la pena de presidio
menor en su grado medio.» (1)
ART. 114.
ART. 115.
AliT. 1 1 6 .
tro territorio esté obligado a respetar sus leyes i no tenga escusas, cuan-
do se ejercite este derecho, en los casos que puedan ocurrir.
Concluida la guerra, ya por medio de una paz o porque se alcanzó el
resultado que se perseguía, de hecho lo dispuesto en este articulo que-
da sin efecto i el condenado por infracciones a él puede exijir su liber-
tad si ella no fuese decretada por la autoridad.
ART. 1 1 7 .
Art. 118.
que debia darse a este artículo i como cada una de ellas apoyaba su
redacción con el número de votos necesarios, se aplicó entonces el art.
51 de la Constitución del Estado, que determina para estos casos que
si las correcciones o adiciones hechas por la Cámara revisora fuesen
aprobadas por la de su orí jen, volverá segunda vez el proyecto a l a
Cámara revisora, donde, si fuesen nuevamente aprobadas las adiciones o
correcciones por una mayoría de las dos terceras partes de sus miembros
presentes, volverá el proyecto a la otra Cámara i no se entenderá que
ésta reprueba las adiciones o correcciones, sinó concurre para ello el
voto de las dos terceras partes de los miembros presentes.
El Proyecto de Código lo pasó el Gobierno primero al Senado: la
Cámara de Diputados fué la revisora i ámbas tenían el número
suficiente de votos, la 1.a para sostener su variación, i la'2. a para
rechazarla. En este caso, i de acuerdo con lo prescrito en el art. 42 de
la Constitución, se rechazó el artículo i, por lo tanto, se suprimió del
Código i su lugar lo ocupó el actual
El delito que prevenía el artículo desechado no ha dejado de ser
delito, ni ha quedado tampoco sin pena. Por el contrario, la latitud del
presente artículo manifiesta que dentro de él se comprende lo que en el
artículo suprimido se decia con una esplicacion que lo anulaba todo.
El patronato que la Constitución del Estado confiere al Presidente
déla República por una parte, i por otra su obligación de hacer guardar
i que se cumplan las leyes por quienes corresponda, no le permite que
dentro de la República se ejecuten órdenes o disposiciones de un
gobierno estranjero que ofendan la independencia o seguridad del
Estado. Por eso es que ni se pueden publicar ni ejecutar bulas, breves
o despachos de la Corte de Roma sin que el gobierno les dé el respectivo
pase, caso que en ellas no encuentre nada que vulnere nuestra soberanía.
Los obispos no pueden ejercer jurisdicción ni son reconocidos por el
Estado, si el gobierno no da el respectivo pase a sus bulas.
I tanto mas se refiere este articulo a los decretos, nombramientos,
rescriptos o encíclicas de la Curia de Roma, cuanto que no es posible
suponer que un soberano estranjero pretenda dictar órdenes para que se
publiquen en nuestro territorio ni habría quien las ejecutara. De consi-
guiente, lo que se queria dejar sin que fuera delito i sin pena, ha venido a
quedar dentro de los términos del art. 118 -i él se aplicará siempre en los
casos que puedan ocurrir. Ahora si se alegase que este artículo no tiene
el alcance que le damos i se dijera que en el Código no existia prohi-
libro i i . . — t í t u l o iI. 295
ART. 119.
(1) Son las inhabilitaciones del art. 38. Dura ele 3 años 1 dia a 5
años. Es pena aflictiva, i por lo tanto, inescarcetable el reo de este delito
según el art. 37.
ART. 120.
(1) Presidio urbano de 61a 540 dias i las accesorias del art. 30
caso de ser empleado i hai cargo de que suspenderle. No es pena aflictiva
i el reo puede ser escarcelado bajo fianza.
TITULO SEGUNDO.
CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD INTERIOR
DEL ESTADO.
Art. 121.
ART. 1 2 2 .
« L o s q u e i n d u c i e n d o a los alzados, h u b i e r e n p r o m o v i -
do ó s o s t u v i e r e n la s u b l e v a c i ó n i los caudillos p r i n c i p a -
les de ésta, s e r á n c a s t i g a d o s con las m i s m a s p e n a s del
a r t í c u l o a n t e r i o r , a p l i c a d a s e n s u s g r a d o s m á x i m o s . » (1)
ART. 123.
m i e n t o i l o s q u e , c o n i g u a l fin, d i r i j e r e n d i s c u r s o s a la
m u c h e d u m b r e o l e r e p a r t i e r e n i m p r e s o s , si la s u b l e v a -
ción llega a consumarse, s e r á n c a s t i g a d o s con la p e n a
de reclusión menor o de estrañamiento m e n o r (1) e n
s u s g r a d o s m e d i o s , (2) a n o s e r q u e m e r e z c a n l a califi-
cación de promovedores.»
ART. 1 2 4 .
« L o s q u e s i n c o m e t e r l o s c r í m e n e s e n u m e r a d o s e n el
a r t . 121, p e r o c o n e l p r o p ó s i t o d e e j e c u t a r l o s , s e d u j e r e n
tropas, usurparen el m a n d o d e ellas, d e u n b u q u e d e
guerra, de una plaza fuerte, de un puesto de guardia,
libro ii..—título ii. 301
AKT. 1 2 5 .
« E n l o s c r í m e n e s d e q u e t r a t a n l o s a r t s . 121, 1 2 2 i
124, la c o n s p i r a c i ó n se p e n a con e s t r a ñ a m i e n t o mayor
en su grado medio (1) i l a proposicion con estraña-
miento m e n o r en su g r a d o medio. (2)
ART. 126.
ART. 127.
Este artículo establece una regla jeneral con relación a los delitos
enumerados en el art. 126 respecto de las personas que al cometerlos
se encuentran respectivamente en los casos de los arts. 122 al 125, que
consiste en aplicarles una pena menor en un grado á la que en dichos
artículos se señala. Por ejemplo, tratándose de los delitos del art. 121
se impone el confinamiento mayor o la reclusión mayor en sus grados
máximos; con relación a los del art. 126, será el confinamiento o la rele-
libro ii.—título ii. 305
Art. 128.
« L u e g o q u e se m a n i f i e s t a la s u b l e v a c i ó n , l a a u t o r i d a d
i n t i m a r á h a s t a d o s v e c e s a los s u b l e v a d o s - q u e i n m e d i a -
t a m e n t e se disuelvan i retiren, dejando pasar entre
u n a i o t r a i n t i m a c i ó n el t i e m p o n e c e s a r i o p a r a ello.
. Si los s u b l e v a d o s n o se r e t i r a r e n inmediatamente
d e s p u é s d e la s e g u n d a i n t i m a c i ó n , la a u t o r i d a d hará
u s o d e la f u e r z a p ú b l i c a p a r a d i s o l v e r l o s .
N o s e r á n n e c e s a r i a s r e s p e c t i v a m e n t e , la p r i m e r a o
segunda intimación, desde el m o m e n t o e n q u e los
s u b l e v a d o s ejecuten actos de violencia.»
18
La Lei de Rójimen Interior en su art. 42 confia a los Intendentes
el gobierno superior de cada provincia: les encarga conservar el orden
i les hace responsables de la tranquilidad pública, facultándoles para que
tomen medidas en estos casos. Por eso el Código Penal no ha tenido
necesidad en este artículo de especificar la manera de hacer la inti-
mación que ordena ni de designar la autoridad que deba hacerla. Es
natural suponer que lo sea la autoridad militar, porque ella es la que
debe obrar contra los sublevados en caso de ejecutar actos de violencia,
si no se dispersan despues de ordenárseles las dos veces que aquí se
preceptúan.
Los Intendentes en las provincias i los Gobernadores en los departa-
mentos, son jeneralmente los Comandantes Jenerales de Armas i a
cargo de ellos está la tropa que existe dentro del territorio de su mando,
así como las fuerzas de policía i de cualesquiera que echen mano
en esos Casos, el jefe a quien encarguen de hacer respetar el orden
podrá, en nombre de esa autoridad, intimar a los sublevados la disper-
sión si hai tiempo para ello, u obrar en caso de que principien hostili-
dades i las circunstancias no dejen tiempo para otra cosa.
306 gódigro p e n a l
Art. 129.
" C u a n d o los sublevados se disolvieren o s o m e t i e r e n
a la a u t o r i d a d lejítima á n t e s d e las intimaciones o a
consecuencia de ellas sin h a b e r ejecutado actos de
violencia, q u e d a r á n exentos de toda pena.
L o s instigadores, p r o m o v e d o r e s i sostenedores de la
sublevación, e n el caso d e l presente artículo, serán
castigados con una p e n a inferior en uno o dos g r a d o s
a la que les hubiera correspondido consumado el
delito."
libro ii..—título ii. 307
ART. 130.
Akt. 131.
ART. 132.
ART. 133.
Art. 134.
ART. 135.
podría castigarlos? Serían los que suben al poder i lian recibido apoyo
de tales empleados?—Ello no es posible creerlo.
ART. 136.
TITULO TERCERO.
DE LOS CRÍMENES I SIMPLES DELITOS QUE AFECTAN LOS DERECHOS
GARANTIDOS POR LA CONSTITUCION.
§ I-
ART. 137.
¿Qué razón han tenido los autores del Código Penal para no ocuparse
de los delitos relativos al libre ejercicio del sufrajio i de los de libertad
de imprenta? Por qué los han dejado para leyes especiales i no los han
incorporado aquí? A nuestro modo de va' la causa de esto no ha sido
otra que la diversidad de opiniones que existe respecto a ellos, porque
cada dia se están variando estas leyes i lo inconveniente que seria
darles lugar en un Código que siempre lleva el viso de estabilidad i por-
que ademas, tales delitos son mas bien políticos que comunes i por eso
no se da lugar a las disposiciones que rijen sobre estas materias.
La lei que hoi rije en materias electorales es de fecha 12 de Noviem-
bre de 1874; despues en 12 de Agosto de 1875 se dictó otra lei esplica-
tiva i complementaria & ia anterior, i en 13 de Octubre de ese mismo
año vino otra lei aclaratoria de algunos puntos de la del 74. En 17 de
Noviembre del mismo año 75, se dictó otra lei que reformaba el art. 20
de la del 74.
El título IX de la citada lei de 12 de Noviembre de 1874 lleva por
epígrafe «De las Contravenciones», ellas se dividen en faltas i en
delitos. Los delitos se subdividen en públicos i privados.
libro ii..—título ii. 315
Las faltas se castigan coa multa de 50 a 600 pesos o con una pri-
sión de 15 dias a; 6 meses.
Los delitos, públicos se castigan con una multa de 500 a 2,000 pesos
0 con estrañamiento de 1 a 4 años.
Los delitos privados se castigan con 500 pesos que pagará cada
delincueñte o con un año de estrañamiento.
También las faltas i los delitos públicos dan en esta lei acción
popular.
En jeneral todos los delitos que se puedan cometer por infracciones
a esta lei, son del resorte de la justicia ordinaria.
En materia de libertad para emitir opiniones por la prensa, rije la lei
de 17 de Julio de 1872'.
Esta lei solo califica de abusos de la libertad de imprenta los
siguientes:
1.° Los ultrajes hechos a la moral pública o a la relijion del Estado;
2.° Los escritos en que de cualquier modo se tienda a menoscabar
el crédito o buen concepto de un empleado público, o la confianza que
en él tiene la sociedad;
3.° Aquellos en que se tienda al mismo fin respecto de las personas
particulares.
El abuso se califica por jurados, los cuales apreciarán las circunstan-
cias del caso i fallarán según conciencia, calificando la culpabilidad en
alguno de los tres grados que a continuación se espresan:
En primer grado, si el abuso es digno, según el concepto délos
jurados, de una multa de 50 pesos;
En segundo grado, el abuso que merezca una multa de 100 pesos;
I en tercer grado, el que deba ser castigado con una multa de 300
pesos.
Sise acusa un impreso cuando se dirije a menoscabar el crédito o
buen concepto de un empleado público, se permite al acusado probar
los cargos que hubiere hecho al empleado público en su carácter de tal;
1 si los probare, será absuelto de la acusación. Pero si los cargos se
hacen al empleado, como persona privada, no se admite prueba sobre
ellos. En ningún otro caso se admite prueba.
Los ultrajes hechos a la moral pública o a la relijion del Estado,
serán acusados de oficio por el ministerio público, que está representado
por el Promotor Fiscal en lo criminal, i también dan acción popular.
Los otros se persiguen por el ofendido; pero si éste es un empleado
316 código penat,
§ II,
De los crímenes i simples delitos
relativos al ejercicio de los cultos permitidos en la República,
ART. 138.
ART. 139.
" S u f r i r á n la p e n a d e r e c l u s i ó n m e n o r en su grado
m í n i m o (1) i m u l t a d e c i e n t o a t r e s c i e n t o s p e s o s :
1.° L o s q u e c o n t u m u l t o o d e s o r d e n h u b i e r e n impe-
dido, r e t a r d a d o o i n t e r r u m p i d o el e j e r c i c i o d e u n c u l t o
q u e se p r a c t i c a b a e n l u g a r d e s t i n a d o a él o q u e sirve
liabitualmente para celebrarlo, o en las ceremonias
públicas de ese m i s m o culto.
2.° L o s q u e c o n a c c i o n e s , p a l a b r a s o a m e n a z a s u l t r a -
315 c ó d i g o p e n a t ,
ART. 140.
§ HI.
Art. 141.
ART. 142.
ART. 143.
Art. 144.
" E l q u e e n t r a r e e n m o r a d a a j e n a c o n t r a la v o l u n t a d
de su morador, será castigado con reclusión menor en
s u g r a d o m í n i m o -(1) o m u l t a d e c i e n t o a trescientos
pesos.
Si el h e c h o se e j e c u t a r e c o n violencia o i n t i m i d a c i ó n ,
e l t r i b u n a l p o d r á a p l i c a r la reclusión menor hasta en
s u g r a d o m e d i o (2) i e l e v a r l a m u l t a h a s t a quinientos
pesos.
ART. 145.
Art. 146.
Es entendido que hablamos aquí del delito que cometen los particu-
lares porque la autoridad en ciertos casos, puede abrir la corresponden-
cia e imponerse de ella, como sucede en el de un fallido, en el de un
procesado por delitos comunes, el jefe de un establecimiento penal etc.,
etc. La violacion de este principio obedece a un derecho mayor que
lejitima esta infracción jeneral.
El artículo ha abrazado los dos casos que pueden ocurrir i ha gra-
duado la pena. Para el primero es mayor, porque aprovecha del secreto
0 porque lo divulga, i el segundo es mas leve, porque solo se contenta
con saber el contenido i no hace uso alguno i guarda el secreto.
No viola secreto el marido que abre las cartas de la esposa, el padre
las del hijo, el curador las del pupilo, siempre que estas personas estén
bajo su dependencia. ¿I la mujer que abré las cartas del marido come-
te delito? Es evidente que sí, porque el marido es el jefe de la sociedad
conyugal i porque ademas la mujer debe respeto i obediencia al marido
1 no debe en ningun caso sancionarse el principio de que pueda ella
impunemente imponerse dé su correspondencia i papeles.
Art. 147.
requisito no hai obligación alguna i el que los exijiere, se hará reo del
delito espresado en este título.
Apesar de esta disposición tan clara, es increíble lo que hacen los
subdelegados, inspectores, jueces de subdelegación i distrito. Exijen
servicios contra toda lei; obligan a los pobres a abandonar sus trabajos
i faltar a sus obligaciones; se sirven de ellos de postillon o correos, les
imponen guardias; hacen que les ronden sus casas, estableciendo turnos
para ello; que trasnochen a su servicio o los distraen remitiendo reos'a
otros puntos. Todo esto es ilegal i bueno seria que ya desaparecieran
estas prácticas abusivas, desiguales i despóticas que pesan sobre jente
pobre, a quienes se les priva de ganar hasta su jornal diario por servir
de balde a esos pequeños mandarines, como son los subdelegados de
campo.
§IY.
ART. 148.
á r t . 149.
con las autoridades ante las cuales tenga que reclamar de algo o elevar
solicitudes para pedir gracia.
"Como por la lei de 15 de octubre de 1875 se suprimieron las visitas
jen erales i periódicas de cárceles, no por esto se deberá entender que eso
priva al reo de que se le permita entablar reclamos u otras peticiones a
la autoridad. El jefe del establecimiento penal que falte a este deber,
que es ademas humanitario, se hace reo del delito que pena este artículo.
Por fin, lo que dispone este inciso queda esplicado con lo que se ha
dicho respecto de los tres anteriores.
5.° El presente inciso se refiere a los jueces que ejercen jurisdicción
criminal cuando no reparen los abusos de sus subalternos o no dicten
las órdenes para evitarlos en todo sentido.
Lo dispuesto en este número, así como lo que se establece en los
núms. l.° i 2.° del siguiente artículo 150, no tiene aplicación respecto a
los jueces, porque semejantes delitos i otros que puedan ellos cometer
o los miembros de los tribunales de justicia, son materia de un párrafo
especial. En cuanto a este número, se refiere a empleados mas subalter-
nos, como lo seria un subdelegado i por lo que toca a los núms. 1,° i
2.° del artículo que sigue, se refieren a un Intendente, Gobernador o
alcalde.
6.° Este inciso es jeneral ya para empleados o particulares, todos
los cuales deben dar cuenta'del arresto al juez competente i poner al
reo a su disposición dentro de las cuarenta i ocho horas siguientes. El
que así no lo haga falta a la prescripción de este artículo i se hace
merecedor de la pena que él señala. Un comandante de policía, un
subdelegado que arrestare a álguien está en el deber de dar cumpli-
miento a esta determinación. La omision de este mandato es pues,
un delito.
Si en los casos a que se refieren los núms. 4, 5 i 6, la omision fuere
tal que excediere de tres dias, ya el delito es mas grave i mayor la pena.
.ART. 150.
ART. 151.
A r t . 152.
Abt. 153.
"Si el castigo arbitrariamente impuesto se hubiere
ejecutado en todo o en parte, ademas de las p e n a s del
artículo anterior se aplicará al empleado culpable la de
presidio o reclusión menores (1) o mayores en cuales-
quiera de sus grados, (2) atendidas las circunstancias i
naturaleza del castigo ejecutado.
Guando no hubiere tenido efecto por revocación
espontánea del mismo empleado antes de ser intimado
al penado, no incurrirá aquel en responsabilidad."
(1) Presidio de 61 dias a 5 años. Esta es la duración de toda la pena
libro iii.—título iii. 339
i aplicada en su grado máximo lleva las accesorias del art. 29. Es aflicti-
va i no escarcelable. Si se aplica en grado mínimo o medio, haique obser-
var lo dispuesto en el art. SO. En este caso no es aflictiva i hai escarcela-
cion bajo jianza.
(2) Penitenciaria de 5 años 1 dia a 20 años i las accesorias del art.
28. Es pena aflictiva i no hai escarcelacion.-
ART. 154.
á k t . 155.
ART. 1 5 6 .
« L o s e m p l e a d o s e n el s e r v i c i o d e c o r r e o s i t e l é g r a f o s
u otros que prevaliéndose de su autoridad interceptaren
o abrieren la c o r r e s p o n d e n c i a o facilitaren a terceros
s u a p e r t u r a o s u p r e s i ó n , s u f r i r á n l a p e n a 'de reclusión
m e n o r e n s u g r a d o m í n i m o (1) i, s i s e a p r o v e c h a r e n d e
los secretos q u e contiene o los d i v u l g a r e n , l a s penas
342 códigopenat,
ART. 157.
ART. 158.
Art. 160.
Art. 161.
TITULO CUARTO
DELOS CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA LA FÉ PÚBLICA, DE
LAS FALSIFICACIONES, DEL FALSO TESTIMONIO I DEL PERJURIO.
§ I-
De la moneda falsa.
Art. 162.
((El que sin autorización fabricare moneda que tenga
curso legal en la República, aunque sea de la misma
materia, peso i lei que la lejítima, sufrirá las penas de
l l b b o ii título.—iv. 349
Art. 163.
Art. 165.
ART. 166.
Art. 168.
Art. 169.
ART. 1 7 0 .
Art. 171.
§ II
Art. 1.72.
¿Porque se impone pena mas grave al que falsifica bonos del Estado
o billetes de banco, que al que falsifica moneda de oro. o de plata de
curso forzoso en la República? No acertamos a encontrar la causa de
esta diferencia, sobre todo siendo mas difícil la falsificación de bonos,
billetes i siendo que en estos últimos no se perjudica al Estado, cuando
es igual la alarma que se produce en el comercio en uno i otro caso.
Siendo el billete moneda como la de oro i plata, el Estado solo
garantiza su emisión en el número i cantidad que autoriza a cada
empresa i ellos están destinados mas bien para las transacciones inter-
nas; al contrario de lo. que sucede con las monedas de oro i plata que
circulan hasta en el estranjero.
Los códigos de otros países jeneralmente : castigan la falsificación de
monedas o de billetes con igual pena: solo el nuestro, hace una diferen-
cia notable, sin que acertemos a encontrar la causa que obligó a imponer
pena tan diferente en uno i otro caso. ¿Será esto porque con la
falsificación de billetes puede haber un lucro mayor, porque a ese
billete se le puede hacer representar por mas valor del que se obtiene
con una falsificación -de moneda de oro o plata?—Si tal hubiera sido
el pensamiento de los Redactores del Código Penal, bien pudiera
entonces haberse establecido penas según el monto de cada billete i lejos
de ello, la disposición es je'neral i abraza tanto al que falsifica un billete
de a cien pesos como al que falsifica uno de a mil.
á r t . 173.
ART.' 174.
(1) Presidio menor, grado medio dé 541 dias a 3 años; grado máximo,
de 3 años 1 dia a 5 años. Si esta pena se aplica en él, primer término i
el reo ejerce cargo u oficio público de que pueda suspendérsele, se aplica él
art. 30. No. es pena aflictiva i hai lugar a escarcelacion bajo fianza. Si
se aplica en el segundo término lleva consigo las del art. 29. En este caso
es aflictiva i no hai escarcelacion.
(2) Gomo en el primer término de la nota anterior.
Por este artículo se penan dos cosas bien distintas: primero se.refie-
re a falsificación de acciones o promesas de acciones de sociedades
anónimas, obligaciones o títulos de municipalidades o establecimientos
360 CÓDIGO PENAt,
ART. 175.
«La misma pena que correspondería al falsificador
se impondrá al que de concierto con él tomare parte en
la emisión o introducción a la República de los bonos,
acciones, obligaciones, billetes o cupones falsificados.»
ART. 176.
ART. 177.
Art. 178.
Rije para este artículo la esplicacion dada en el 170, por ser confor-
me en todo con a aquella disposición.
Art. 179.
§ ni
De la falsificación de sellos, punzones, matrices, marcas,
papel sellado, timbres, estampillas, etc.
Art. 180.
« E l q u e f a l s i f i c a r e e b s e l l o "del E s t a d o o h i c i e r e uso
d e l sello f a l s o , s u f r i r á la p e n a d e p r e s i d i o m a y o r e n s u
grado medio.» (1)
A r t . 181.
Como se vé, este artículo no solo pena al artista que hace los moldes
para fabricar monedas,, objetos para la fabricación de bonos, timbres
con igual objeto para la fabricación de papel sellado o estampillas, sinó
que también impone igual pena al que hace uso de estos sellos i
planchas falsos. Les coloca en igual grado de culpabilidad, porque tan
culpable es el uno como el otro, puesto que se supone que obran a
ciencia cierta de los hechos i del mal que causan. Ambos atacan un
derecho propio del Estado, o que éste garantiza en bien del comercio i
de la industria, que son la fuente de grandeza i prosperidad de la
nación. Era natural entonces que la pena fuera tan grave como el mal
que trata de remediar i ambas cosas se concillan indudablemente con
lo que busca esta disposición al determinar la pena para los culpables de
estos delitos.
ART. 182.
«El que de concierto con los falsificadores tomare
parte en la emisión de papel sellado o estampillas
falsificados, sufrirá las penas de presidio mayor en su
grado mínimo (1) i multa de mil a tres mil pesos.»
ART. 1 8 3 .
igual al que se establece por los arfcs. 168 i 176 respecto de la adquisición
de moneda o billetes falsos, sin haber tomado injerencia en tales
falsificaciones. Las observaciones consignadas respecto del art. 168
deben tenerse entonces por reproducidas para el estudio del presente
artículo.
ART. 184.
Este artículo establece lo mismo que los arfcs. 171 i 179 en lo relativo
a moneda i billetes falsos. Véase, pues, entonces la esplicacion consig-
nada respecto al art. 171.
ART. 185.
años i hai cargo u oficio público ele que suspender al penado, se aplica
el arl. 30. En este caso no es pena aflictiva i el reo puede ser escarcelaclo
bajo fianza. '
Si se aplica en grado máximo de 3 años 1 dia a 5 años, lleva las
accesorias del ari. 29. En este caso es pena aflictiva i el reo no puede ser
escarcelado.
ART. 186.
Art. 187.
to en él cirt. SO, cuando hai cargo u oficio publico ele que suspender al
reo. No es pena aflictiva i el procesado puede ser escarcelado bajo
fianza.
ART. 188.
ART. 189.
Art. 190.
ART. 191.
Art. 192.
El art. 295 establece otra escepcion igual a éstas pero para delitos
distintos, como tendremos ocasion de verlo mas adelante.
§ IV.
ART. 193.
ART. 194.
¿Se incluirán en este artículo las falsedades que cometan los comer-
ciantes en süs libros?—Desde luego respondemos que no, porque esto
se determina en el Código de Comercio i aquí solo se trata de docu-
mentos públicos o auténticos i no de libros de comercio.
Esta clase de falsedades pueden cometerse por toda persona i la pena
es mas leve que en el caso a que se lia referido el artículo que antece-
de, aunque el mal material causado por una falsificación de u n
individuo particular sea grave,: empero la alarma no es tan grande
como cuando el delito lo lleva a cabo un empleado público.
El notario que falsifica una escritura, el secretario que da un
certificado supuesto, el cura que adultera una partida, son mas crimina-
les que un particular cualquiera que, por causa de Ínteres, ejecuta la
misma falsificación. En los primeros liai uu abuso de fé pública que
merece pena mas grave; en estos otros el delito no lleva el terror i el
pánico que despierta la falsedad del caso anterior.
ART. 195.
á r t . 196.
§V.
ART. 197.
En el párrafo anterior hemos visto las penas con que se castigan las
falsedades cometidas en instrumentos públicos por empleados o por
particulares. El presente trata ahora de iguales falsedades cuando se
cometen en instrumentos privados.
¿Qué son, pues, entonces instrumentos privados? Son las obligacio-
nes o soluciones de obligaciones no contraidas en forma pública, por
ejemplo, un vale o pagaré, un contrato de arrendamiento de una casa,
l i b r o ii título.—iv. 379
ART. 198.
" E l q u e m a l i c i o s a m e n t e h i c i e r e u s o d e los i n s t r i t -
m e n t o s f a l s o s a q u e se r e f i e r e el a r t í c u l o a n t e r i o r , s e r á
c a s t i g a d o c o m o si f u e r e a u t o r d e la f a l s e d a d . "
§ VI.
A r t . • 199.
ART. 2 0 0 .
ART. . 201.
Art. 202.
ART. 203.
Art. 204.
oficio del arl. 30. No es pena aflictiva i el reo puede ser escarcelado bajo
fianza.
Art. 205.
ménos grave que lo primero i esta es la. causa ele la diferencia que
se nota en la penalidad.
Aquellos pueden comprometer los intereses del Estado o de los
particulares; éstos últimos rara vez causan los perjuicios de los primeros.
La gravedad de los casos i las consecuencias son distintas i no era
razonable que la lei no distinguiera donde a primera vista resalta la
diferencia i no siendo una misma la culpabilidad, la pena no podia ser
igual porque entonces no habria analojia, que es la base de la penalidad.
§ VII.
ART. 206.
Art. 207.
(1) Penitenciaria ele 5 años 1 dia a 10 años i las que lleva consigo
según el art. 28. Es pena aflictiva i no puecle escarcelarse al procesado
tajo fiama.
(2) Igual a la nota 1 del articulo anterior.
(3) Igual a h nota, 2 de id.
AKT. 208.
Por este artículo se establece que cuando con el perjurio que se presta
contra el acusado, se le impone a éste una pena respectivamente mayor
que la designada en él anterior artículo'para el perjurio i éste se com-
prueba, entonces al que dió el falso testimonio se le aplica la misma
pena. ,
Mas si a ese inocente'le correspondía la de muerte, al perjuró
libko ii.—título iv. 39Í
A r t . 209.
ART. 210.
ART. 2 1 1 .
AKT. 212.
§ VIII.
ART. 2 1 3 .
ART. 214.
alguien va a una Iglesia i, sin ser sacerdote, dice misa, predica o casa.
Del mismo modo el sacerdote que está suspenso por sus prelados de
la misa i del confesonario, se haria reo del delito que establece este
artículo si, apesar de esa suspensión, dijere misa o confesare. Esto es
sin perjuicio de las penas con que el superior puede castigarlo i que
están detalladas en el Derecho eclesiástico.
La impiedad que lleva consigo la usurpación de funciones propias
del eclesiástico, la grave trascendencia de los males que esto produciría,
introduciendo la perturbación en las conciencias i la desconfianza
acerca del sagrado ministerio sacerdotal, reclaman el que la justicia sea
intransijente en estos delitos. ¿I qué diremos ahora del mal ejemplo
que causaría el saber que un sacerdote suspenso ejerce su ministerio?
El Estado proteje en esto a ,1a Iglesia por si sus penas no bastasen a
contener al suspenso dentro de sus límites de obediencia.
• A r t . 215.
pues me retiro sin. usar ni darme por tal persona i sigo con mi nombre
propio. Pero si voi por ejemplo a Concepción, me establezco allí,
pretendo llamarme Augusto Matte i sostengo ser tal con fines privados,
seré reo de lo que prohibe este artículo, i si por esto causo perjuicio en
la fama o intereses del señor Matte, firmando documentos, abusando de
su solvencia i buen nombre, seré responsable no solo del delito de
falsedad sino de los perjuicios que le cause por esos procedimientos
ilegales ya sea en sus intereses o en su honra.
Con estos dos ejemplos ya se comprenderá el alcance de cada una
de estas disposiciones i sobre todo de la que nos estamos ocupando.
§ I-
Art. 216.
(*) Para los efectos de este titulo i según el art. 260, se reputa em-
pleado todo el que desempeña un cargo publico aunque no sea de nom-
bramiento del Jefe de la República, ni reciba sueldo del Estado.
400 código penat,
ART. 2 1 7 .
aceptación. Luego, pues, los tres casos son distintos e imponen obliga-
ciones especiales i la lei no da palos porqúe se boga o porque no se
boga, como lo cree el señor Fernandez en su nota al art. 217 de su
Código Penal. .
La disposición del artículo que analizamos se funda en que el
empleado público que indebidamente continúa en el ejercicio de
sus funciones, puede ocasionar daños a la causa pública, ya sea
por neglijencia o resentimiento por la separación i cometer actos
que desprestijien o comprometan los intereses confiados a su cargo. Pero
álguien dirá ¿qué no son nulos esos actos? Sin embargo, pueden ser
así declarados i ¡cuántos perjuicios no ha podido causar esto i cuánto
no costaría el remediar ese mal una vez hecho! La pena es igual
porque declara incapaz a ese funcionario o empleado para desempeñar
cargos públicos por un tiempo que no es insignificante, aparte de la
multa con que también se le pena.
ART. 218.
Art. 219.
§ n.
Nombramientos ilegales.
AKT. 2 2 0 .
Guando las leyes exijen ciertos requisitos en las personas que lian
de ejercer cargos públicos, es con el objeto de asegurar su capacidad i
moralidad para el buen desempeño del cargo que deba confiárseles. El
proponer a sabiendas para un cargo público a persona que se halle
inhabilitada para él, o que no tiene los requisitos que se exijen por la
lei, es un delito. La cualidad de a sabiendas es de difícil probanza, no
se presume, i si esto tiende a dejar sin efeéto el precepto que estudiamos,
así como ese nombramiento hecho en persona incompetente, sin embargo
habrá casos en que pueda aparecer justificada la malicia con que se ha
procedido a la propuesta i la moralidad del gobierno exije que se castigue
a los culpables que así han abusado de su poder.
Por ejemplo, si'una Corte propusiese para juez letrado o miembro
de un tribunal superior a un abogado que está procesado por algún
delito, o que por sentencia está inhabilitado para el ejercicio de su
profesion o cargo público, o bien que no tuviese los años de profesión
que se exijen para ese cargo, o que fuera incompatible para él,
seria delito i los miembros de ese tribunal recibirían la pena aquí
establecida, probada que fuera la malicia con que hubieran obrado.
Igual cosa sucedería en las ternas que pasan los tribunales para los
cargos de secretarios de Corte, de juzgados, relatores, notarios, recep-
tores, etc., etc.
libro ii título.—iv. 405
§ ni.
Usurpación de atribuciones.
A r t . 221.
á r t . 222.
§ III.
Prevaricación.
Art. 223.
Este artículo establece dos penas, fuera de las que impone como
accesorias el art, 29, que lleva de hecho, a saber: inhabilitación absoluta
408 códigopenat,
til' en recibir dádivas un juez por practicar un acto injusto, sino también
el caso de que el acto sea perfectamente legal i justo. Eso si que si el
fallo se libra absolviendo a quien debe por lei ser absuelto, el delito
será menor que cuando se absuelve á quien deba ser condenado.
Lo que la lei castiga es vender la justicia, aunque sea al que la tenga,
pues por eso el Estado paga sueldo a los jueces i no les da derecho
para recibir dinero u obsequios por hacer lo que es de su deber en ese
empleado.
3.° Si el juez valido del poder que le da su puesto i en ejercicio
pleno de sus funciones corrompe i seduce mujer procesada o que tenga
litijio ante ese juez, se hace también reo de ese delito. Si la mujer que
se solicita está presa, el delito será mas grave, porque eso es abusar de la
situación de esa infeliz, es algo que indica ruindad, mucha perversidad;
como lo seria también si el marido es el preso i se ofrece la libertad por
un favor de la esposa que está libre. Para este caso el rigor de la lei es
poco todavía: debió haberse inventado una pena mas grave para que ese
juez supiera respetar la desgracia i colocarse a la altura de tan noble
como elevado cargo, que lo degrada i sacia su innoble pasión en la
que se rinde talvez por salvar a sus hijos de la miseria o sacar libre a
su marido del crimen que se le imputa, o salvar ella de la prisión en que
se encuentra.
Art. 224.
1.° C u a n d o p o r n e g l i j e n c i a o i g n o r a n c i a i n e s c u s a b l e s
dictaren sentencia manifiestamente injusta en causa
criminal.
2.° C u a n d o a s a b i e n d a s c o n t r a v i n i e r e n a l a s leyes
q u e r e g l a n la s u s t a n c i a c i o n ele l o s j u i c i o s , en t é r m i n o s
de producir nulidad en todo o en parte sustancial.
3.° C u a n d o m a l i c i o s a m e n t e nieguen o retarden la
410 códigopenat,
Art. 225.
ART. 226.
Art. 227.
para los otros es solo relativa al cargo en que están conociendo, por lo
demás quedan colocados en igual situación. Pero a la verdad ¿cómo
estar en un Código estableciendo reglas para casos aislados o que se
pueden presentar una que otra vez?
Por regla jeneral, lo que aquí se pretende es garantir la administra-
ción de justicia i castigar severamente estos delitos para que exista
confianza en las personas llamadas a tan altos i delicados puestos.
Todas las anteriores disposiciones relativas a prevaricación, se dirijen
indudablemente, en lo que a cada uno toca, no solo a los jueces sino
también a los empleados que componen el ministerio público, i a los
que, por su oficio, ayudan a esa gran máquina que se llama poder
judicial. Lo estarán el secretario, el receptor que dieren consejos a una
de las partes por el conocimiento que tienen de la prueba rendida o
que hicieren saber el contenido de los interrogatorios que se les dan para
dilijenciarlos secretamente, abusando de su oficio i en fin, todo el que
falte a alguno de esos deberes,' aunque no ejerza jurisdicción directa
ni sea inmediatamente responsable de la recta i cumplida administra-
ción de justicia.
á r t . 228.
ART. 2 2 9 .
ART. 230.
Akt. 231,
ART. 232.
ccEl a b o g a d o q u e , t e n i e n d o la d e f e n s a a c t u a l d e u n
pleito, p a t r o c i n a r e a la v e z a la p a r t e c o n t r a r i a e n el
mismo negocio, sufrirá las penas de inhabilitación
e s p e c i a l p e r p é t u a p a r a el e j e r c i c i o d e la p r o f e s i ó n i
m u l t a d e c i e n t o a m i l pesos.»
§ V.
Malversación de caudales públicos,
A r t . 233.
« E l e m p l e a d o p ú b l i c o q u e , t e n i e n d o a su c a r g o c a u -
d a l e s o e f e c t o s p ú b l i c o s o d e p a r t i c u l a r e s e n depósito,
424 código penat,
ART. 234.
ART. 235.
El artículo que hemos copiado establece que hai delito cuando, con
daño o sin él, se aplican a usos propios o ajenos los caudales o efectos
puestos a cargo de un empleado público. Si es con daño i no se hace
el reintegro de esos fondos, el delito está sujeto a la prescripción del
art. 233: i hecho el reintegro la pena es de inhabilitación especial tem-
poral en grado medio para el cargo u oficio que se desempeña i la
multa del diez al cincuenta por ciento de la cantidad sustraída; pero
esta multa en ningún caso podrá exceder de cinco mil pesos, según lo
dispuesto en el inciso 7.° del art. 25.
Si del uso de esos fondos no hubo daño ni entorpecimiento en el
servicio público, la pena es ménos grave porque no resultó un perjui-
cio, fué una sustracción con ánimo e intención de reponerlos i lo hizo
asi en efecto.
Lo que el artículo quiere es prohibir a todo administrador o tenedor
de fondos o de efectos puestos a su cuidado el que negocie con ellos,
el que los toque o los distraiga, aunque pueda reponerlos i no perjudi-
que al servicio público, porque si tolerara este proceder, podrían llegar a
ser frecuentes los casos en que, por la espectativa de un lucro o de un
negocio lijero, fallara todo cálculo i el Estado recibiera perjuicios. Bas-
te saber que a todo administrador de rentas públicas le queda ente-
ramente prohibido, bajo cualquier pretesto o intención, el usar o
negociar con lo que está a su cuidado. Sin esto se abriría un ancho
campo al abuso i sin embargo ¿acaso en provincias los tesoreros del
l i b r o ii título.—iv. 429
ART. 2 36.
ART. 2 3 7 .
ART. 238.
§ VI.
Fraudes i exacciones ilegales.
ART. 239.
Art. 240.
(1) Presidio de 541 dias a 3 años i las que lleva consigo según el art.
SO;'perodesde que hai inhabilitación especial perpétua para el cargo i el
cielito debe ser cometido por empleado, la suspension cede su lugar a la
inhabilitación perpétua. Si se hubiera de aplicar solo la primera pena
habria lugar a la escarcelacion del reo bajo jianza, pero este derecho
desaparece por ir esta pena con otra que es aflictiva i no puede el reo ser
escar celado.
blecer que cuidará mas de sus intereses que de los del Fisco. Mas como
este fraude se comete indirectamente i su resultado no es tan seguro, ni
tan graves los perjuicios que se puedan causar, como en los casos ante-
riores, se le impone una pena menor.
La lei en^stos casos teme i presume el fraude, porque el empleado
contratista no puede vijilarse a si mismo: ello seria descuidar sus
propios intereses i esto no entra en la esfera de lo posible.
La segunda parte del artículo establece que si los peritos, ya sean
tasadores o liquidadores comerciales, guardadores, albaceas, tenedores
de bienes, respecto a los bienes cuya tasación, adjudicación, partición o
administración, intervinieren i se interesan por sí o por medio de otras
personas o parientes, siendo que ellos tengan injerencia por razón
de su cargo, quedan sujetos a la misma pena que el empleado que se
interesa en un contrato u operacion en que debe intervenir por razón
de su oficio. Así pues, el tasador no puede comprar las cosas que tasa,
el curador los bienes del pupilo, como tampoco puede arrendarlos para
si o hacer estos negocios por medio de otros o que lo hagan sus
parientes en los -grados que allí se indican.
El último inciso viene a establecer las penas en que incurren las
personas que designa el anterior inciso, caso que se descubra la parte
que tengan en tales contratos.
En jeneral, este artículo viene a dar una garantía no solo a los intere-
ses del Estado, sino también de particulares que no pueden vijilar sus
negocios i a restrinjir los abusos que podría cometer un perito tasador,
un liquidador, un partidor, un albacea tenedor de bienes i a evitar los
fraudes que por este medio se podrían ejecutar por estas personas o por
sus parientes a quienes se pretendiera favorecer en perjuicio de esos
intereses. Apesar de lo terminante de este precepto ¡cuántos negocios
se hacen sin embargo por personas poco delicadas i que quedan impu-
nes por la dificultad de la prueba!
Réstamos por último decir que en estos casos tampoco la multa
puede exceder de cinco mil pesos, según la disposición tantas veces
citada del art. 25.
A r t . - 241.
§ VII.
Art. 242.
(1) Presidio de 3 años 1 día a 5 años i las accesorias del art. 29.
Es pena aflictiva i no hai escarcelacion para el reo tajo fianza.
( 2 ) Id. 61 dias a 3 años, aplicándose lo dispuesto en el art. 30 si hai
cargo u oficio publico de que suspender al penado i como el articulo se
refiere a empleado, es evidente que tiene directa aplicación dicho art. 30.
No es pena aflictiva i puede el reo ser escarcelado bajo fianza.
Ahora para que tenga lugar la aplicación de la pena en los dos casos a
que se refiere este artículo, es necesario que los documentos se hallen
confiados por razón del cargo público, porque si se reciben de un parti-
cular, ya sea eclesiástico o empleado, al que los acepte no por razón de
su cargo sino por otro encargo, no se le podrá aplicar esta disposición.
Será otro el'delito cometido.
Los encargados de los archivos eclesiásticos o notarías de esta clase,
están bajo el peso de la presente disposición, como se encuentran tam-
bién los secretarios, notarios civiles, i en jeneral, todo aquel que, por
su oficio, tenga la conservación i guarda de documentos o papeles de
algún servicio público.
Los archiveros jenerales, los particulares de los ministerios o de
otras oficinas de contabilidad, todos están comprendidos en la disposi-
ción de este artículo, aunque no sean de aquellos que tengan fé pública.
La regla es sin limitación alguna i no podría entrar en enumeraciones
particulares porque no hai necesidad de ello. Ha bastado que establez-
ca la responsabilidad de todo custodio de documentos o papeles públi-
cos, ya sea del orden civil o del eclesiástico, para llenar la exijencia i
garantir toda oficina o archivo que exista dentro del territorio del
Estado.
AET. 2 4 3 .
Art. 244.
á r t . 245.
§ VIII.
Violacion de secretos.
ART. 246.
Art. 247.
§ IX.
Cohecho.
ART. 248.
Art. 249.
ABT. 250.
Este artículo distingue dos casos respecto del que soborna: si lo hace
en causa civil o en causa criminal, i si es en esta última hai que distin-
guir si el cohechador es pariente o nó.
En causa civil la pena del sobornante es la que correspondería a los
cómplices en los casos respectivos; pero no se le puede imponer las de
inhabilitación i suspensión.
En causa criminal se sigue igual regla si el sobornante no es parien-
te del reo. Si lo es en los grados que fija el artículo, solo se le impone
una multa igual a la dádiva o promesa que hizo al sobornado.
libro ii.—título vi. 447'
Esta multa no podrá exceder de cinco mil pesos, según el inciso 7.°
del art." 25.,
Era natural que la lei hiciera esta escepcion en favor de los parientes
del reo, porque si lo hacen es buscando un beneficio propio i procuran-
do salvar la honra i obtener la libertad de un deudo inmediato. La
culpa es del sobornado i por eso la penalidad de estos últimos es menor
que la del primero i, en consecuencia, el artículo, ha tenido un principio
justo al establecer las penas para estos casos.
Art. 251.
« E n t o d o caso, c a e r á n l a s d á d i v a s e n comiso.))
§ X
Resistencia i desobediencia.
ART. 252.
« E l e m p l e a d o p ú b l i c o q u e se n e g a r e a b i e r t a m e n t e a
o b e d e c e r las ó r d e n e s d e s u s s u p e r i o r e s en a s u n t o s del
servicio, s e r á p e n a d o c o n i n h a b i l i t a c i ó n e s p e c i a l p e r p é -
t u a p a r a el c a r g o u oficio.
448 Gódigopena.II
E n la m i s m a p e n a i n c u r r i r á c u a n d o h a b i e n d o s u s p e n -
dido c o n c u a l q u i e r m o t i v o la ejecución de órdenes de
sus superiores, las desobedeciere despues que éstos
h u b i e r e n d e s a p r o b a d o la s u s p e n s i ó n .
E n u n o i otro caso, si el e m p l e a d o n o f u e r e r e t r i b u i d o ,
la p e n a será reclusión menor en cualquiera de sus
g r a d o s (1) o m u l t a d e c i e n t o a m i l p e s o s . »
§ xi
Denegación de ausilio i abandono de destino.
ART. 253.
Art. 254.
" E l e m p l e a d o q u e s i n r e n u n c i a r su d e s t i n o lo a b a n -
donare, s u f r i r á la p e n a de suspensión e n su grado
m í n i m o (1) a i n h a b i l i t a c i ó n e s p e c i a l t e m p o r a l p a r a el
c a r g o u oficio e n s u g r a d o m e d i o (2) i m u l t a d e c i e n t o
a quinientos pesos.
Si r e n u n c i a d o el d e s t i n o i á n t e s d e t r a s c u r r i r un
plazo prudencial en que h a y a podido ser reemplazado
p o r e l s u p e r i o r r e s p e c t i v o , lo a b a n d o n a r e con daño de
la c a u s a pública, las p e n a s serán multa de ciento a
quinientos pesos e inhabilitación especial temporal para
e l c a r g o u oficio e n s u g r a d o m e d i o . (3)
L a s p e n a s e s t a b l e c i d a s e n los dos incisos a n t e r i o r e s
se aplicarán respectivamente al que abandonare un
cargo c o n c e j i l s i n a l e g a r e s c u s a l e j í t i m a , i al q u e d e s -
pues de haber alegado tal escusa, pero ántes de tras-
libro ii.—título vi. 451'
§ XII:
AKT. 2 5 5 .
Este artículo debiera ser uno de los de mas frecuente aplicación entre • -
nosotros por los abusos que se cometen contra derecho en las personas
de los reos, sin embargo, no sucede así porque es difícil probar los
castigos i torturas que se efectúan en silencio, donde se tiene cuidado
de que nadie esté presente, fuera de los que aplican estos apremios para
arrancar a los presos ya una confesion falsa o verdadera.
Apesar de la severidad i dilijencia que ha desplegado siempre la
Corte Suprema para el esclarecimiento de estos reclamos, nunca ha
podido constatar estos delitos i si es verdad que, merced a esos casti-
gos se han descubierto crímenes ¡cuántos no se han confesado reos de
delitos imajinarios i se les ha impuesto una pena injusta!
Pero ¿quiénes cometen estos delitos? ¿Son acaso nuestros majistra-
dos? Lo decimos con orgullo que nó: los autores de tales abusos han
sido siempre las autoridades administrativas o dependientes de ellas i
libro ii.—título vi. 453'
á r t . 256.
puestos, que se dan mas bien a los héroes de elecciones, los cuales no
conocen la lei, i si la saben, no tienen respeto por ella.
ART. 257.
ART. 258.
Art. 259.
qué ser inexorable, porque si hai algo que la sociedad condena es esto
precisamente.
§ XIII.
Disposición jeneral.
ART. 260.
ADVERTENCIA.
TITULO SESTO,
DE LOS CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA EL ÓRDEN I LA
SEGURIDAD PÚBLICOS COMETIDOS POR PARTICULARES
§ L
ART. 261.
((Cometen a t e n t a d o c o n t r a la a u t o r i d a d :
1.° L o s q u e sin a l z a r s e p ú b l i c a m e n t e e m p l e a n f u e r z a
o i n t i m i d a c i ó n p a r a a l g u n o d e los o b j e t o s s e ñ a l a d o s en
los arta. 121 i 126.
2.° L o s q u e a c o m e t e n o r e s i s t e n con violencia, e m -
p l e a n f u e r z a o i n t i m i d a c i ó n c o n t r a la a u t o r i d a d p ú b l i c a
o sus ajentes, cuando aquella o éstos ejercieren funcio-
n e s d e su cargo.»
ART. 262.
s e r á n c a s t i g a d o s c o n la p e n a d e r e c l u s i ó n m e n o r e n s u
g r a d o m e d i o (1) o m u l t a d e c i e n t o a q u i n i e n t o s p e s o s ,
siempre que concurra alguna de las circunstancias
siguientes:
1. a S i la a g r e s i ó n s e v e r i f i c a a m a n o a r m a d a .
2. a S i l o s d e l i n c u e n t e s p u s i e r e n m a n o s e n l a a u t o r i d a d
o en las p e r s o n a s q u e a c u d i e r e n a su ausilio.
3. a S i p o r c o n s e c u e n c i a d e l a c o a c c i o n la autoridad
h u b i e r e accedido a las e x i j e n c i a s de los delincuentes.
Sin estas c i r c u n s t a n c i a s la p e n a será r e c l u s i ó n m e n o r
e n s u g r a d o m í n i m o (2) o m u l t a d e c i e n t o a t r e s c i e n t o s
pesos.
P a r a d e t e r m i n a r si l a a g r e s i ó n se verifica a mano
a r m a d a s e e s t a r á a lo d i s p u e s t o e n e l arfc. 132.))
(1) Presidio de 541 clias a 3 anos, aplicándose el art. 30, si luti cargo
u oficio publico de que suspender al reo. No es pena aflictiva i admite
esccircelacion bajo fianza
(2) Icl. de 61 a 540 clias. En lo demás. igual a la anterior.
ART. 2 6 3 .
Art. 264.
" C o m e t e n d e s a c a t o c o n t r a la a u t o r i d a d :
1.° L o s q u e p e r t u r b a n g r a v e m e n t e el ó r d e n d e l a s
sesiones de los c u e r p o s colejisladores i los q u e i n j u r i a n
o a m e n a z a n e n los m i s m o s actos a a l g ú n d i p u t a d o o
senador.
2.° L o s q u e p e r t u r b a n g r a v e m e n t e el ó r d e n e n l a s
audiencias de los t r i b u n a l e s de justicia i los q u e i n j u -
r i a n o a m e n a z a n e n los m i s m o s a c t o s a u n m i e m b r o d e
dichos tribunales.
3.° L o s q u e i n j u r i a n o a m e n a z a n :
Primero.—A u n senador o diputado por las opinio-
n e s m a n i f e s t a d a s e ñ el C o n g r e s o .
libro ii.—título vi. 465'
ART. 2 6 5 .
''Si el d e s a c a t o c o n s i s t e e n p e r t u r b a r el ó r d e n , o la
i n j u r i a o a m e n a z a , d e q u e h a b l a el a r t í c u l o p r e c e d e n t e ,
f u e r e g r a v e , el d e l i n c u e n t e s u f r i r á las p e n a s d e r e c l u -
s i ó n m e n o r e n c u a l q u i e r a d e s u s g r a d o s (1) i m u l t a d e
ciento a mil pesos. C u a n d o f u e r e leve, las p e n a s s e r á n
reclusión m e n o r en su g r a d o mínimo (2) i m u l t a de
ciento a trescientos pesos, o simplemente esta última.»
'.'Para t o d o s l o s e f e c t o s d é l a s d i s p o s i c i o n e s penales
respecto de los q u e c o m e t e n a t e n t a d o o desacato contra
la a u t o r i d a d o f u n c i o n a r i o s p ú b l i c o s , s e e n t i e n d e q u e
ejercen aquella constantemente los ministros de Esta-
do i las autoridades de funciones p e r m a n e n t e s o llama-
das o ejercerlas en todo caso i circunstancias.
Entiéndese también ofendida la autoridad en ejerci-
cio d e . s u s f u n c i o n e s c u a n d o t u v i e r e l u g a r el a t e n t a d o
o desacato con ocasion de ellas o por razón de su
cargo.»
á r t . 267.
f u n c i o n e s a u n m i e m b r o d e l Cong-reso, de los t r i b u n a -
les superiores de justicia o del Consejo de E s t a d o , sufri-
r á las p e n a s de reclusión m e n o r en su g r a d o m í n i m o
(1) i m u l t a d e c i e n t o a m i l p e s o s . »
«.El q u e o c a s i o n a r e t u m u l t o o e x c i t a r e a l d e s ó r d e n e n
el d e s p a c h o d e u n a autoridad o corporacion publica
h a s t a el p u n t o de i m p e d i r o i n t e r r u m p i r sus actos, será
castigado con reclusión menor en cualquiera desús
g r a d o s (1) i m u l t a d e c i e n t o a m i l p e s o s . »
§ II.
Desórdenes públicos.
Art. 269.
« L o s q u e t u r b a r e n g r a v e m e n t e la t r a n q u i l i d a d p ú b l i -
ca p a r a c a u s a r injuria u otro m a l a a l g u n a persona
particular o con c u a l q u i e r otro fin r e p r o b a d o , i n c u r r i r á n
e n la p e n a d e r e c l u s i ó n m e n o r e n s u g r a d o mínimo,
(1) s i n p e r j u i c i o d e l a s q u e l e c o r r e s p o n d a n p o r e l d a ñ o
u ofensas causadas.»
(1) Presidio de 61 a 540 clias, aplicándose el art. SO, caso que haya
caryo u oficio de que suspender al reo.
No es pena aflictiva, i puede el procesado ser escarcelado bajo fianza.
qu.e ella se intenta i si de ello resulta uno o mas delitos, es claro que,
conforme al art. 74, se penarán por separado.
En el Libro de Actas de la Comision Redactora, páj. 112, sesión
56, a propósito de las palabras la tranquilidad publica, se lee lo
siguiente:
Pasó en seguida a examinar el párrafo 2.° relativo a los «desórdenes
públicos» i se acordó, a indicación del señor Gandarillas decir en él:
alos que turbaren gravemente la tranquilidad públicas, en vez de «el
orden publico», porque la turbación de esta última especie importa una
sedición, puesto que se ataca a la sociedad misma en su base; mióntras
que la materia del articulo debe limitarse a las alteraciones pasajeras
de la tranquilidad que no tienen aquel carácter ni procuran trastornar
el orden establecido.
§ III.
De la rotura de sellos.
ART. 270.
Art. 271.
(1) Presidio de 3 años 1 día a 5 años i las accesorias del art. 29.
Es pena aflictiva i el procesado no tiene derecho a ser escarcelado tajo
fianza.
Si para romper los sellos que se han colocado por autoridad compe-
tente, se hace fuerza contra las personas i por violencia sé ejecuta ése
acto, la criminalidad es mayor. Esto es ya una burla o un menosprecio
notable contra la autoridad que ordenó la postura de sellos i se supone
un gran Ínteres en sustraer algo que puede perjudicar.
La violencia contra las personas pára'romper los sellos es lo que
diferencia este artículo del anterior i, por consiguiente en este caso,
la pena es fija i mas grave que en el otro, .el cual consagra una regla
jeneral para los en que no hai violencia.
472 Gódigopena.II
§ IV.
ART. 2 7 2 .
§ V.
ART. 2 7 3 .
Art. 274.
§ vi.
De las infracciones de las leyes i reglamentos referentes a lotera-
casas de juegos i de préstamos sobre prendas,
ART. 275.
ART. 276.
Akt. 277.
ART. 278.
ABT; 279.
. . ART. 280. .
ART. 281.
l o s r e g l a m e n t o s q u e d e b e r á d i c t a r e l P r e s i d e n t e d e la
República, incurrirán en las p e n a s de multa de ciento
a quinientos pesos i comiso de las cantidades presta-
das, h a s t a quinientos pesos.
L a s m i s m a s p e n a s se i m p o n d r á n a los q u e n o h a g a n
la e n a j e n a c i ó n d e las p r e n d a s con a r r e g l o a las l e y e s i
reglamentos..»
Art. 282.
« E l p r e s t a m i s t a q u e n o diere r e s g u a r d o d e la p r e n d a
o seguridad recibida, será castigado con una multa del
d u p l o a q u í n t u p l o d e s u v a l o r i la c a n t i d a d q u e h u b i e r e
prestado caerá en comiso.»
A r t . 283.
29
482 Gódigop e n a . I I
§ VIL
ART. 2 8 4 .
puede estar seguro que será hurlado a cada momento, sobre todo si
el empleado so retira en no buena armonía con el que fué su patrón.
Art. 285.
Art. 286.
« C u a n d o el f r a u d e e s p r e s a d o e n e l a r t í c u l o a n t e r i o r
recayere sobre mantenimientos u otros objetos de pri-
mera necesidad, ademas de las p e n a s que e n él s e
484 Gódigopena.II
s e ñ a l a n , se i m p o n d r á la d e c o m i s o d e l o s j é n e r o s que
fueren objeto del fraude.»
AKT. 2 8 7 .
§ VIII
De las infracciones (le las leyes i reglamentos relativos
a las armas prohibidas.
ART. 288.
¿Qué pena es esta? La del núm. 3.° del art. 490 del Código Penal.
Para esta capital i respecto al acopio de armas, existe el bando de
28 de julio de 1840 del Intendente Uriondo, que en esta parte dice
así:
«Art. 30. Se prohibe jeneralmente todo acopio de armas o pertre-
chos de guerra, aunque sea en tienda para venta, a ménos que preceda
el conocimiento i permiso del Gobernador local, concedido por escrito.
Los contraventores de esta disposición, ademas de perder las armas i
municiones que se les aprehendan, incurrirán por la primera vez en
una multa de cincuenta pesos o quince diasde presidio: por la segunda,
se duplicará la multa, i si hubiese nueva reincidencia, se procederá
contra ellos como sospechosos.»
Estas penas creemos que no son aplicables i que el bando dictado
bajo el imperio de otra lejislacion criminal, tiene que estar modificado
a este respecto i que su infracción será castigada con arreglo al art.
288 que estamos comentando.
Sobre disparo de tiros, establecimientos de «tiro al blanco» etc., etc.,
estáu bajo las . disposiciones del bando de 27 de Agosto de 1866 del
Intendente, señor Yicente Izquierdo.
Sobre venta de pólvora, su internación o estraccion, espendio de
fósforos i fabricación de cohetes, están bajo las prescripciones del
bando de 13 de Mayo de 1853 del Intendente don Francisco A. Ramí-
rez; i los vendedores de parafina, neolina, kerosina, alumina i demás
líquidos inflamables, se rejirán por el bando de 13 de Abril de 1868
del Intendente don Francisco Echáurren Huidobro.
§ IX.
A r t . 289.
ART. 2 9 0 .
El artículo que antecede establecía que ora delito i fijaba una pena
para el guardian de animales afectados de enfermedades contajiosas que
libro ii.—título vi. 489'
ART. 291.
§ X.
ART. 292.
AKT. 2 9 3 .
" S i l a a s o c i a c i ó n h a t e n i d o p o r o b j e t o la p e r p e t r a c i ó n
de crímenes, los j e f e s , los q u e h u b i e r e n ejercido m a n d o
e n ella i s u s p r o v o c a d o r e s , s u f r i r á n la p e n a d e p r e s i d i o
m a y o r e n cualquiera de sus g r a d o s (1).
C u a n d o la a s o c i a c i ó n h a t e n i d o p o r o b j e t o la perpe-
t r a c i ó n d e s i m p l e s delitos, la p e n a s e r á p r e s i d i o m e n o r
en cualquiera de sus grados (2) para los individuos
comprendidos en el acápite anterior.
ART. 294.
Ya hemos visto cómo se penan "a los que provocan i ejercen mando
en una sociedad que lleva alguno de los fines que espresa el art. 292,
llbeo ii.—título vi.
Abt. 295.
§ xi.
De las amenazas de atentado contra las personas i propiedades.
Art. 296.
« E l q u e a m e n a z a r e s é r i a m e n t e a otro c o n c a u s a r a él
m i s m o o a su familia, e n s u p e r s o n a , honra o propie-
dad, u n m a l que constituya delito, siempre que pol-
los a n t e c e d e n t e s a p a r e z c a v e r o s í m i l la c o n s u m a c i ó n d e l
hecho, será castigado:
l.9 Con presidio menor en sus g r a d o s medio a máxi-
mo, (1) si h u b i e r e h e c h o la a m e n a z a e x i j i e n d o u n a c a n t i -
d a d o i m p o n i e n d o c u a l q u i e r a o t r a c o n d i c i o n ilícita i el
culpable hubiere c o n s e g u i d o su p r o p ó s i t o ; a n o ser
que merezca mayor pena el h e c h o c o n s u m a d o , e n el
c u a l caso se i m p o n d r á ésta.
2.° C o n p r e s i d i o m e n o r e n s u s g r a d o s m í n i m o a m e -
dio, (2) si h e c h a la a m e n a z a b a j o c o n d i c i o n el c u l p a b l e
n o h u b i e r e c o n s e g u i d o su p r o p ó s i t o .
libko ii.—título vi. 495
3.° C o n p r e s i d i o m e n o r e n s n g r a d o m í n i m o , (3) si l a
amenaza no fuere condicional.
Cuando las a m e n a z a s se hicieren por escrito o por
medio de emisario, éstas se e s t i m a r a n como circuns-
tancias agravantes.
Para los efectos de este artículo se e n t i e n d e por
f a m i l i a el cónj^uje, los p a r i e n t e s e n la línea recta de
consanguinidad o afinidad lejítima, los p a d r e s e hijos
n a t u r a l e s i la d e s c e n d e n c i a lejítima de éstos, los hijos
ilejitimos reconocidos i los c o l a t e r a l e s h a s t a el tercer
g r a d o de consanguinidad o afinidad lejítimas.»
cien, pesos le cloi una puñalada i le causo una herida grave, cuya
curación, demora dos meses i salva la vida casi milagrosamente pri-
vándole de un miembro importante, por lo que queda en la imposibilidad
de valerse por si mismo: en este caso se le aplica la pena que corres-
ponda por heridas graves que señala el art. '396, i no la de esta
disposición.
. Ahora, si apesar de la amenaza bajo condicion, el amenazante no
logra su objeto del amenazado, el delito es menor que en el caso
anterior, por eso la pena es ménos grave i el juez podrá aplicarle presidio
menor en su grado mínimo o medio, según las circunstancias que obren
en los autos.
Por fin, si en la amenaza no hai condicion alguna., el delito solo
merecería presidio menor.
En todo caso, si las amenazas fueren por escrito o hechas por con-
ducto de un emisario, este proceder se estima como circunstancia
agravante para la aplicación de las penas.
Como el artículo se ha referido a amenazas hechas a una persona o
a su familia en su honra o propiedad para causarle un mal que consti-
tuya delito, se establece qué es lo que se entiende por familia i hasta
qué parientes se comprenden dentro de esa palabra. Esto era necesario
para saber lo que la lei prohibía i para la justa aplicación de la pena en
un caso dado.
ART. 2 9 7 .
AKT. 2 9 8 .
29
498 Gódigop e n a . I I
§ XII
ART. 299.
Art. 300.
Art. 301.
A r t . 302.
Art. 303.
b a s e p a r a fijar la p e n a d e l o s r e o s a q u i e n e s se r e f i e r e
e s t e p á r r a f o , la m a j ^ o r d e l a s q u e e s t u v i e r e n sufriendo
o merecieren aquellos."
Este artículo establece solo una regla jeneral para los casos de que
ántes se ha tratado en el presente párrafo. El es bien claro, puesto que
se limita a demostrar que si los reos fugados fuesen dos o mas, para
fijar la pena se tomará como base la mayor de la que estuvieren
sufriendo o mereciendo dichos reos. Se fuga Pedro que estaba
condenado a 5 años de presidio menor con Juan que está condenado
a 10 años de presidio mayor.
En este caso la base para fijar la responsabilidad de los culpables en
esa fuga, es la pena de Juan i no la de Pedro porque la de aquél es
mayor que la de este último. Con reos en proceso, se sigue igual regla.
Si por causa de esa evasión se fugan reos procesados i rematados
siempre la base será la pena del reo evadido de mas culpabilidad.
Art. 304.
Esta es otra regla que era bien necesaria para la claridad de los
anteriores artículos, porque podria suceder que faltasen grados inferiores
o porque no fueran aplicables las penas de inhabilitación i suspensión,
entonces la duda quedaría salvada con la restricción que establece este
artículo diciendo que, en tales casos, se impondrá la última pena que
contenga la respectiva escala gradual cuando ya no se puedan rebajar
mas grados.
En jeneral, para todos los casos de este párrafo, es preciso no olvidar
los artículos 59, 61 i 77 que son los que fijan las reglas que deben
500 CÓDIGO PENAL
aplicarse para buscar la pena en los casos que se ofrezcan por la apli-
cación de las disposiciones que hemos recorrido a la lijera en el presente
párrafo.
§ X I I I
De la vagancia i mendicidad.
ART. 305.
Este artículo define los que son vagos: ahora ¿es un delito la vagan-
cia? Es delito la mendicidad? Los lejisiadores así lo han creído porque
son una amenaza incesante contra la sociedad: ellos despiertan
desconfianza al orden social i no son útiles a la patria porque no
cumplen ninguno de los deberes que ella impone a sus hijos.
La desconfianza nace de que la posicion i las necesidades del vago
han de inducirle precisamente al delito i por eso la leí ha querido
reprimir ese jénero de vida por los peligros que lleva consigo. La leí
castiga en ellos esa posicion desfavorable, esas inclinaciones viciosas i
ciertos hábitos peligrosos que, naturalmente debe presumirse que han
de dejenerar en delitos, puesto que quien no tiene medios conocidos
de procurarse honradamente la subsistencia, se sospecha que vive de
medios ilícitos. «La vagancia es, pues, a los ojos de la lei un acto
preparatorio mas bien que un delito consumado. La sociedad ha creado
al hombre obligaciones i deberes: uno de éstos es no ser una carga
pesada para ella i si se infrinje llevando una vida ociosa, no solamente
hai en ello una disposición peligrosa, sino un hecho inmoral».
La mendicidad no encuentra otro recurso inocente que ocurrir a la
caridad ajena, cuando no tiene para sustentarse i no puede adquirir lo
necesario con el trabajo.
Lo que la lei quiere es evitar que la mendicidad se haga habitual;
que se tome aversión al trabajo i cuando se pide por hábito i oficio,
libro ii.—título vi. 507
A IÍT. 306.
ART. 3 0 7 .
ART. 308.
Era natural que la lei estableciera esta escepcion en favor del vago,
desde que lo que se pena es su falta de amor al trabajo i por eso si
presta fianza de buena conducta i que vivirá de ocupacion lejítima,
debe dejársele en libertad siempre que la pena le baya sido impuesta
en grado mínimo. (De 61 a 540 dias).
El juez apreciará la solvencia del fiador i la cuantía de esta obliga-
ción: ella no bajará de cien pesos ni excederá de quinientos i el tiempo
de su duración será de dos años.
El fiador podrá retirar su fianza i si el afianzado no presenta otra
garantía, volverá a la prisión a cumplir la condena o el tiempo que le
falte para el entero de la pena. La fianza será entonces cancelada el dia
que presente al afianzado.
El art. 46 establece la obligación que produce en el reo la pena de
caución, porque legalmente no es otra cosa lo que se le exije cuando se
510 CÓDIGO PENAi,
ÁET. 309.
ART. 310.
ÁRT. 311.
ART. 312.
§ XIV.
Art. 313.
ART. 314.
AET. 315.
ART. 316.
(1) Presidio de 541 dias a 3 años. En lo demás como la del art. 314.
ART. 317..
ART. 318.
" L a s p e n a s d e s i g n a d a s e n e s t e p á r r a f o se e n t e n d e r á n
sin p e r j u i c i o d e l a s q u e c o r r e s p o n d a n al h e c h o o h e -
c h o s q u e s e a n c o n s e c u e n c i a d e t a l e s delitos.»
Este artículo establece una regla jeneral para todos los delitos del
presente párrafo. Ello era de estricta justicia, i por eso en los artículos
anteriores, habíamos tenido ocasion de establecerlo así, porque ellos
violan prohibiciones establecidas i eso es lo que se castiga i no el
resultado de esos delitos, que se penan por separado si surten el efecto
que se teme i que han dado orí jen a estas disposiciones.
De manera que un hecho de esta naturaleza trayendo consecuencias
directas por alguna de las infracciones de estos artículos, puede recibir
a la vez dos penas, porque cada delito puede castigarse por separado,
según el precepto del art. 74.
A este respecto, he aquí lo que se lee en la páj. 128, sesión 65 del
Libro de Actas de la Comision Redactora de este Código:
«El señor Reyes propuso que se agregara un nuevo artículo para que
en caso de resultar como consecuencia de los artículos anteriores algún
hecho que pueda reputarse delito, un envenenamiento, una herida, por
ejemplo, se apliquen ambas penas a la vez, la que corresponde por la
fabricación o espendio de los objetos a que este párrafo se refiere, i la
que merezcan los accidentes producidos por aquella 1 fabricación' 0
espendio. La Comision así lo acordó aprobándose el artículo.»
§ XV.
De la infracción de las leyes o reglamentos sobre inhumaciones
i exhumaciones.
ART. 320.
ART. 3 2 1 .
Art. 322.
§ XVI.
Art. 323.
Abt. 324.
•«Si a v i r t u d d e l a d e s t r u c c i ó n , d e s c o m p o s t u r a u o b s -
táculos puestos o por cualquier otro acto ejecutado se
v e r i f i c a r e -el d e s c a r r i l a m i e n t o , la p e n a será presidio
m e n o r e n su g r a d o m e d i o a m á x i m o . » (1)
A r t . 325.
ART. 326.
el art. 327 si hai perjuicios, i el art. 410 para lo que pueda reclamar la
familia del occiso, dado caso que el culpable tenga bienes con que
atender a esas indemnizaciones.
ART. 327.
ART. 3 2 8 .
Art. 329,
Art. 330.
ART. 331.
ART. 332.
Era natural que se consagrase una regla jeneral para penar todo
descuido de empleados en el servicio de caminos i, como el artículo es
tan claro, nos parece inútil manifestar que él no se refiere a otra clase
de empleados que abandonan sus puestos o se émbriagan, como lo
seria un bodeguero, un boletero o recaudador de fletes, porque si éstos
faltan a sus deberes, sus jefes obrarán como les agrade, pero en ellos
no hai Criminalidad.
El señor Eeyes habia hecho indicación en el sentido que convenia
agregar un artículo para imponer penas a los que arrojaran piedras, dis-
pararan tiros o emplearan otros medios semejantes para dañar a los
pasajeros de un tren; pero habiéndose manifestado que este delito no
era peculiar de los ferrocarriles i que se penaría en jeneral, como seria
cuando se tratase-de los que arrojan piedras dentro de un coche en una
calle o plaza, el señor Eeyes retiró su indicación, que debería tener
cabida en el título relativo al uso de armas o instrumentos de cualquie-
ra especie. •
Lo cierto es que no se creyó entonces que un. tren pudiera ser atacado
i la práctica nos ha venido a probarlo contrario: hemos visto que se ha
pretendido no solo atacar los trenes con piedra i disparos con armas
~ 34
530 código penai,
de fuego, sino asaltar a los pasajeros. ¡Cuánta falta no liace ahora una
disposioion especial con penas tan severas como ,1a gravedad del delito!
¿I dónde ha tratado el Código la reserva que hizo apropósito de la
indicación del señor Reyes? ¿Cuál es ese título especial?
¿Será acaso lo que dispone el núm. 3 del art. 494 o números 12 i 26
del 496?
Pero, castigar como faltas delitos tan graves que traen una justa
alarma i que pueden causar un grave daño, no es justo. Ahora penar
esos delitos por el resultado que produzcan no es legal. El hecho solo
del ataque a un tren por vías de hecho, aunque no resulte daño a los
pasajeros ni al tren, deberia ser delito i tener una pena ñja.
La esperiencia nos dice ahora que es necesario dictar alguna dispo-
sición a este respecto porque, por desgracia, estos delitos se están
repitiendo con frecuencia i el mal es necesario atacarlo antes que tome
mayores proporciones.
aKT. 333.
«El que por imprudencia rompiere los postes o
alambres de una línea telegráfica establecida o en
construcción, o ejecutare actos que interrumpan el ser-
vicio de los telégrafos, será penado con multa de ciento
a trescientos pesos.»
Art. 334.
A r t . 335
o p u s i e r e n c o n f u e r z a o v i o l e n c i a a l r e s t a b l e c i m i e n t o ele
u n a línea telegráfica, serán castigados con presidio
m e n o r e n c u a l q u i e r a d e s u s g r a d o s (1) i m u l t a d e c i e n t o
a mil pesos.»
ART. 3 3 6 .
La leí penal no tan solo lleva en vista castigar los delitos sino tam-
bién la reparación del mal causado, lo cual es estimable en dinero.
La regía jeneral que consigna el art. 24 lo dice todo; pero si ella
no bastase, lo hemos visto bien claro en el art.' 327 en lo relativo a
ferrocarriles i en el presente se hace la consagración de igual principio,
lo que naturalmente es bien justo i lójico. ¿Por qué se habría de causar
un daño i obligar al Estado o al particular, dueño de una de estas
empresas, a repararlas a su costa? Pudiendo el reo verificar el pago
del daño debe hacerlo i, si son varios, todos responderán solidariamente
de él. La solidaridad en estos delitos es la única garantía para el dam-
nificado por los culpables.
ART. 337.
ART. 338.
(1) Presidio de 541 dias a 3 años, aplicándose el art. 30, si hai, como
es natural que lo haya en este caso, cargo u oficio de que suspender al
reo. iVo es pena aflictiva i él procesado puede exijir su escarcélacion l/cijo
fianza.
Akt. 340.
Art. 341.
TITULO SEPTIMO.
CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA EL ÓRDEN DE LAS FAMILIAS
I CONTRA LA MORALIDAD PÚBLICA.
§ I
Aborto.
, ART. 342.
(1) Penitenciaria ele 5 años 1 dia a 10 años i las accesorias del art.
28. Es pena aflictiva i el reo no puede ser escarcelado bajo fiama.
(2) Presidio de 8 años 1 clia a 5 años i las accesorias del art. 29.
Es pena aflictiva i no admite la escarcelacion del procesado bajo fianza.
(3) Id. de 541 clias a 8 años, aplicándose el art. 80, si hai cargo u
oficio público ele que suspender aireo. Eslaptena no es aflictiva i el proce-
sado puede en este caso ser escarcelado bajo fianza.
' ¿ Qué es aborto? No han faltado quienes digan que en rigor el aborto
no es mas que una especie de infanticidio, pero esta definición no es
completa.
Nos parece mejor decir que aborto es la espulsion prematura de un
feto ántes del término natural de la preñez, por medio de procedi-
mientos estemos o internos susceptibles de prodneir aquel efecto.
Hai, pues, aborto natural o espontáneo, i aborto voluntario o provo-
cado.
El primero no. es mas que el efecto de causas predisponentes que
obran por sí mismas independientemente de la voluntad de persona
alguna.
El segundo, es la consecuencia de algún medicamento que se tomó
o de alguna operacion que se puso en juego para obtener tan triste
resultado.
En medicina legal, aborto es la espulsion prematura de un embrión
o de uní feto provocada con intención criminal en cualquiera época de su
vida intra-uierina.
A estos casos es a los que se refiere la disposición que hemos copiado,
porque cuando el aborto es independiente de la voluntad de persona
alguna, no hai delito i la leí no puede lejislar para casos fortuitos o
naturales que no afectan la responsabilidad de nadie.
La repugnancia con que en todos los tiempos se ha mirado este
crimen, ha hecho en otras épocas castigarlos con penas tan severas
como la capital, siempre que el feto hubiese sido animado i se hubiera
obrado con intención de causar un aborto.
Las lejislaciones modernas no son tan rigorosas en esta materia i las
penas de hoi dia guardan mas proporcion a los casos que puedan
presentarse.
540 códigopenai,
Art. 343.
á r t . 344.
(1) Presidio de 3 años 1 ¿lia a 5 años i lleva las accesorias del ari.
29. Es pena aflictiva i no puede el reo ser escarcelaclo bajo fianza.
(2) Id. de 541 dias a 3 años, aplicándose el art. 30, caso de haber
cargo u oficio ¿le que suspender al reo. No es pena aflictiva Ha procesada
puede obtener su escarcelcicion bajo fianza.
ART. 345.
§n.
ART. 346.
ART. 3 4 7 .
« S I el a b a n d o n o s e h i c i e r e p o r l o s p a d r e s l e j í t i m o s o
ilejítimos o p o r p e r s o n a s q u e t u v i e r e n al n i ñ o b a j o su
cuidado, la pena será presidio m e n o r en su grado
m á x i m o (1), c u a n d o e l q u e lo a b a n d o n a r e s i d e a m é n o s
de cinco quilómetros de u n p u e b l o o l u g a r en q u e h u -
biere casa de espósitos, i presidio m e n o r en su grado
m e d i o (2) e n l o s d e m á s c a s o s . »
libho ii.—título vii. 545
(1) Presidio de 3 años 1 dia a 5 años i las accesorias del art. 29.
Es pena aflictiva i no admite la escarcelacion clelprocesado.
(2) Id. de 541 días a 3 años, aplicándose el art. 30, si hai cargo
u oficio de que suspender al reo. No es pena aflictiva i el procesado
puede obtener su escarcelacion bajo fianza.
A propósito cíe este artículo el señor Reyes hizo indicación para que
se distinguiera el caso en que el autor del delito resida a ménos de
cinco quilómetros de un pueblo o lugar en donde haya casa de espósitos,
de aquel en que no mediara esta circunstancia, pues la culpabilidad
aumenta con las facilidades que se proporcionan para evitar el aban-
dono; por eso al primer caso se le impuso presidio menor en grado
máximo, i en el segundo solo en grado medio.
Este artículo comprende a los padres lejítimos o ilejítimos a los
guardadores del niño, ya sea con título legal o sin él, pues basta que
esté bajo su cuidado. Comprende también' a la nodriza que se le ha
. entregado uu niño para su criauza, a los que los sacan de las casas
de espósitos i a los encargados de ellos, si llegan a causar un abandono
de esta naturaleza,
AKT. 348.
35
546 códigopenai,
Art. 349.
Art. 350.
. (1) Penitenciaria ele 5 años 1 dia a 10 años i las accesorias del art.
28. Es pena aflictiva i no admite la escarcelacion con fianza.
ART. 351.
Art. 352.
§ III.
ART. 353.
Ahora nace un niño que debe ser heredero de otra fortuna i al nacer
se le cambia por otro que se tiene preparado i al verdadero se le envia a
los huérfanos o se le manda criar bajo otro nombre. Este pierde pues los
derechos que tenia al nacer o que podia adquirir mas tarde i el otro
viene a gozar de lo que no le pertenece. He aquí el resultado de una
sustitución fraudulenta.
Como estos delitos son tan graves, ha habido necesidad de reprimirlos
con severas penas cada vez que sea posible castigarlos.
El adulterio tiene de grave en la mujer que introduce a la familia
un hijo que disminuye por lo ménos la herencia de los hijos lejítimos,
o bien un adúltero puede quitarles derechos al hijo lejitimo, como
sucede si al casarse una mujer va embarazada de otro i hace consentir
al marido que es de él i que ha nacido antes ele tiempo. De esta manera
este hijo que pasa por el mayor en la familia, puede quitar sus derechos
al verdadero hijo i gozar de rentas o beneficios que le corresponderían
al ser verdadero hijo del marido de esa mujer. Por eso las penas del
adulterio por la infidelidad' de la mujer, no son nunca bastante rigorosas
para castigar este delito. A su tiempo trataremos estas cuestiones que
hoi tocamos incidentalmente por la analojía del caso que hemos reco-
rrido apropósito de este articulo.
ART. 354.
á k t . 355.
(1) Presidio de 541 clicisci 3 arios, aplicándose el art. 30, si hai cargo
u oficio publico ele que suspender al reo. No es pena aflictiva i admite
escctrcelcicion bajo fianza.
grave i tan desfavorable en su contra, que ella se estima por sí sola como
prueba de delito. ¿Por qué resistir su entrega o probar su existencia?
La primera idea que se ocurre es la de que se le ha muerto o se le ha
castigado en tal estremo que se teme que se haga efectivá su respon-
sabilidad i por eso la pena es consecuencia de tal delito, sin perjuicio
de que si se descubre que le han muerto o herido, se le apliquen las
relativas a estos delitos, si son mayores que las que señala el artículo a
su resistencia.
Ahora ¿qué se entiende por menores'? Será de un impúber o de un
púber o de un menor de edad en el sentido estricto de esta palabra en
derecho? Aceptamos lo último porque pueden confiarse personas de toda
edad, como sucede en los establecimientos de caridad i en tal caso su
cuidado i responsabilidad es como la de un niño.
Una casa de asilo, un monasterio u otro establecimiento de esta
especie, reciben jóvenes de toda edad ¿acaso los encargados o encar-
gadas no pueden cometer delitos? No hemos visto retener i privar a la
familia de comunicarse con una pariente i resultar despues que en tales
casos han causado castigos crueles a esas infelices? Por eso la palabra
menores debe comprender al que no ha cumplido 25 años i no ha sido
habilitado de edad, Esta latitud no perjudica i entonces ¿por qué
darle otro sentido o querer que se aplique solo a impúberes?
ART. 3 5 6 .
« E l q u e t e n i e n d o a su c a r g o la c r i a n z a o educación
d e u n m e n o r d e d i e z a ñ o s , lo e n t r e g a r e a u n e s t a b l e c i -
m i e n t o príblico o a o t r a p e r s o n a , sin la a n u e n c i a d e la
q u e s e lo h u b i e r e c o n f i a d o o de la autoridad en su
d e f e c t o , i d e ello r e s u l t a r e p e r j u i c i o g r a v e , será casti-
gado con reclusión menor en su grado medio (1) i
multa de ciento a quinientos pesos.»
Art. 357.
culo, será otro porque ántes de los diez años la lei no supone voluntad
eu ese niño: ha de exceder de los diez años para que se suponga que
aceptó el consejo i se fugó.
El artículo ha dejado una estensa escala que puede a su arbitrio
recorrer el juez para la imposición de la pena i elejir la que crea
conveniente, según sean los antecedentes de que está rodeado el hecho
i sobre todo, de'los móviles que obligaron al reo a dar este consejo i el
resultado de la fuga del niño.
§IV
Del rapto.
ART. 3 5 8 .
¿Qué es rapto? La leí 15, tít. 2.° Part. 4.a define este delito diciendo
que es ehrobo que se hace de alguna mujer sacándola de su casa para
llevarla a otro lugar, con el fin de corromperla o casarse con ella.
Según esto el rapto puede ser de fuerza o de seducción. El primero es
el que se ejecuta contra la voluntad de la persona robada, i el segundo,
cuando ésta consiente en él con promesas, halagos u otros artificios del
raptor.
Desde tiempos mui antiguos encontramos penas para este delito. En
el libro X L Y I I I tít. 6.° del Digesto se encontraba la lei 5." que decia:
Qui vcicantem mulierem rwpui vel nuptam, último suppilicio puhilur.
El Fuero Juzgo contenia la lei 1.a tít. 3.° del lib. 3.° i disponía que el
raptor debia dar la mitad de sus bienes a la robada.
La leí 3.a tít. 20 Part. 7." imponía al raptor la pena capital, debiendo
sus bienes ser aplicados a la mujer robada a no ser que ésta consintiera
despues en casarse con aquel.
Hoi dia esas penas están en desuso i nuestro Código ha establecido
disposiciones que guardan mas armonía con este delito.
El art. 358, que nos ocupa, establece que se puede robar i su disposi-
ción comprende tanto a mujer soltera como a mujer casada o viuda;
pero distingue entre éstas el que sean de buena o mala fama para
graduar la pena.
El párrafo 2.° del artículo supone el rapto con Violencia cuando es
ejecutado en menor de doce años, porque no existe voluntad respecto de
la robada, aun cuando prestase su consentimiento, puesto que en tau
corta edad se le supone impedida para conocer los efectos de la acción
que ejecuta.
El presente artículo se refiere en jeneral al rapto que se hace contra
la voluntad de la robada i que se lleva a cabo arrancándola de donde
se encuentra; por manera que este delito supone la violencia i, al dejar
la lei al arbitrio del juez la pena para el castigo, dentro de los límites
que le indica en la escala que puede recorrer, es para que al imponer-
la pueda tomar en cuenta la condicion i rango del delincuente i
de la robada, así como los hechos que precedieron i los que siguieron al
delito, como si hubo mal trato o se colocó a la robada en imposibilidad
de defenderse por medio íle narcóticos o empleándose otros recursos de
esta naturaleza.
Como siempre, el delito de rapto se lleva a cabo para usar deshones-
tamente de la robada i se le viola ¿se castigará cada uno de estos-
556 códigopenai,
delitos por separado i coa la pena que a cada cual corresponda según
el precepto del art. 74?
En el libro de Actas de la Oomision redactora de este Código, en-
contramos lo siguiente:
«El señor G-andarillas observó que la espresion con miras deshones-
tas que emplea el artículo puede ofrecer dudas, puesto que no indica
si en ellas se comprenden la violacion o el estupro que pueden resultar
del rapto o si éstos delitos deben tener pena aparte cuando ocurran
con aquel.
Contestando el señor Altamirano, manifestó que al castigar el rapto,
se castigaban también esos actos indicados por el señor G-andarillas i
que son por lo regular una consecuencia de él, de manera que en tal
caso se impondría solo una pena,—la del rapto,—haya o nó violacion,
pues esta fué la mente que se tuvo al acordar estas disposiciones.»
De lo espuesto se vé que en estos delitos no tiene aplicación el art.
74 i que, en tal caso, se sigue lo que prescribe el art. 75, que dice: que
la disposición del artículo anterior no es aplicable en el caso de que un
solo hecho constituya dos o mas delitos, o cuando uno de ellos sea el me-
dio necesario para cometer el otro i que en estos casos solo se imponga la
pena mayor asignada al delito mas grave. Así por ejemplo, la violacion
tiene pena mayor que el rapto i si en un hecho concurren estas dos
circunstancias, se aplicará la pena de la violacion por ser mas graves i
ordenarlo terminantemente así el citado art. 75.
Por fin, al penar estos delitos no debe olvidarse el precepto del art.
368 que ordena imponer al reo la pena señalada al delito en su grado
máximo cuando el rapto, la violacion o el estupro han sido cometidos por
autoridad pública, sacerdote, guardador, maestro, criado o encargado
por cualquier título déla educación, guarda o curación déla persona
ofendida o prostituida.
Ahora para proceder en las causas de violacion i de rapto, se necesita
a lo ménos la denuncia hecha a la justicia por la persona interesada,
por sus padres, abuelos o guardadores, aunque no formalicen instancia,
según el art. 369. De aquí se deduce que estos delitos no se pueden
pesquizar de oficio, porque nadie puede apreciar mejor si conviene el
silenciarlos o no en bien de la ofendida que ésta misma o las personas
ya indicadas, i la justicia no puede ir contra este Ínteres personal, pues
el sijilo acaso seria mas ventajoso que la publicidad de estos hechos,
sobre todo en niñas de familia i de dignidad.
libro ii.—título vii. 557
Finalmente, ademas del precepto jeneral del art. 24, está el del 370,
que obliga a los reos de violaciou,- estupro o rapto a ser condenados a
dotar a la ofendida, si fuere soltera o viuda, i a dar alimentos congruos
a la prole que, según las reglas legales, fuere suya.
ART. 359.
ART. 360.
(1) Presidio de 5 años 1 día a 20 años i las accesorias del art. 28,
Es pena aflictiva i no admite escarcelcicion bajo fianza.
§ v.
De la violacion.
ART. 361.
§ VI
Del estupro, incesto, corrupción de menores
i otros actos deshonestos.
Art. 363.
«El estupro de una doncella, mayor de doce años i
36
562 código penai,
ART. 364.
«En igual pena incurrirá el que, conociendo las
relaciones que lo ligan, cometiere incesto con u n
ascendiente o descendiente por consanguinidad lejítima
o ilejítima o afinidad lejítima o con u n hermano consan-
guíneo lejítimo o ilejítimo, aunque sea mayor de veinte
años.»
Según la lei 1.a tít. 18, Part. 7.a se llama incesto el acceso cou
parienta o con cufiada hasta el cuarto grado.'
La idea reh'jiosa consideró al incesto un gran pecado i por eso
las leyes antiguas le habían convertido también en un gran delito, por
consiguiente severas penas se liabian decretado para su represión.
En el dia el incesto está limitado solo a los casos que ocurran entre
parientes que no pueden obtener dispensa para contraer matrimonio,
apesar de que la lei civil concede mayor amplitud al incesto en sus
efectos puramente civiles.
Su penalidad es menos severa que ántes, talvez porque la sociedad
se desmoraliza mas con el ejemplo que con la prudencia.
El objeto que ha tenido el Código al calificar de delito el cohabitar
con parientes dentro de los grados que ella indica i señalar por ello
una pena, no puede haber sido otro que evitar la relajación de las
virtudes domésticas por el grave escándalo que se produce.
ART. 365.
«El que se hiciere reo del delito de sodomía sufrirá
la pena de presidio menor en su grado medio.)) (1)
ART. 366.
Art. 367.
(1) Penitenciaria ele 5 años 1 dia a*20 años Has accesorias del
art. 28. Es pena aflictiva i no se puecle.otorgar escarcelacion con fianza
•i ademas el reo sufrirá las penas del art. 372.
§ VII.
ART. 368.
ART. 369.
o t e n i é n d o l o s se h a l l a r e n i m p o s i b i l i t a d o s o c o m p l i c a d o s
e n el delito, p o d r á el m i n i s t e r i o p ú b l i c o e n t a b l a r la
acusación.
E n t o d o c a s o se s u s p e n d e el p r o c e d i m i e n t o o s e r e -
m i t e la p e n a c a s á n d o s e el o f e n s o r c o n la o f e n d i d a .
N o p r o d u c e e s t o s e f e c t o s la p r o p o s i c i o n d e m a t r i m o -
n i o d e s e c h a d a p o r la o f e n d i d a , p o r l a p e r s o n a q u e d e -
b e p r e s t a r s u c o n s e n t i m i e n t o p a r a e l acto o p o r el j u e z
e n su caso, o c u a n d o n o p u e d a v e r i f i c a r s e el m a t r i m o -
nio por impedimento legal.»
Akt. 370.
Art. 371.
¿Por qué a las personas que enumera este artículo i que sean cóm-
572 gódigopenal
plices en algunos de los delitos a que se refieren los párrafos que tratan
del rapto, de la yiolaeion i del estupro, incesto etc., etc. se las considera
para los efectos de la pena como autores?
¿Por qué ademas a I03 maestros o encargados en cualquier manera
de la educación o dirección de la juventud, seles condena a inhabilita-
ción especial perpetua para esos cargos?
' Respecto a lo primero diremos que la justicia de este precepto
descansa en el grave abuso que cometen esas personas de su autoridad,
de la confianza que en ellos se ha depositado i del abandono de sus
mas sagradas obligaciones, volviéndolas en contra de la virtud para
precipitar en el fango de la prostitución i del crimen a personas
inocentes, quienes deberían ser sus mas celosos custodios i lejos de ello
cooperan a su perdición.
Ahora con relación a lo segundo, justo es también que si son maestros
0 encargados de la dirección de la juventud, se les inhabilite por
completo para lo futuro por la desconfianza que sobre ellos recae de
que no inspirarán sábias máximas quienes han dado ya un mal ejemplo
1 que pervertirían de nuevo si se les consintiese en esos cargos.
Toda severidad es lejítima en uno i otro caso: por eso ¿quién dirá
que es dura esta disposición porque estima la complicidad como
delincuencia directa?
Abt. 372.
« L o s c o m p r e n d i d o s e n el a r t í c u l o p r e c e d e n t e i c u a -
lesquiera otros reos de corrupción de menores en
Ínteres de terceros, serán t a m b i é n condenados a las
p e n a s d e i n t e r d i c c i ó n d e l d e r e c h o d e e j e r c e r la g u a r d a
i ser oidos como p a r i e n t e s en los c a s o s q u e la l e i
d e s i g n a , i d e s u j e c i ó n a la v i j i l a n c i a d e la autoridad
p o r el t i e m p o q u e el t r i b u n a l d e t e r m i n e . »
§ VIII
Art. 373.
«.Los q u e d e c u a l q u i e r m o d o o f e n d i e r e n el p u d o r o
las b u e n a s costumbres con hechos de g r a v e escándalo
o trascendencia, no comprendidos espresamente en
otros artículos de este Código, s u f r i r á n la p e n a de
r e c l u s i ó n m e n o r e n s u s g r a d o s m í n i m o a m e d i o . » (1)
ART. 3 7 4 .
(1) Presidio de 61 a 540 clias, aplicándose elart. SO, cuando hai cargo
u oficio de que suspender al reo. No es pena aflictiva i admite escarcelacion
bajo fianza.
§ IX.
Del adulterio.
ART. 375.
«El adulterio será castigado con la pena ele reclusión
menor en cualquiera ele sus g r a d o s . (1)
Cometen adulterio la m u j e r casada que y a c e con
576 código puñal
distintas i lie aquí por que con sobrada razón la lei no lia podido llamar
adulterio las simples fornicaciones de un hombre casado.
La falta de la mujer que es el centro de la familia destruye la socie-
dad conyugal. La falta del marido puede alterar esa sociedad, pero
jamas destruirla. La mujer infiel, dice el señor Pacheco, da derechos
injustos que el hombre no puede dar. La mujer infiel disuelve todos
los lazos que ninguna otra infidelidad disolvería del mismo modo.
Nosotros agregaremos que la mujer infiel causa una injuria tan grave
al marido que no le da derecho para colocarse jamas a su altura; sobre
todo cuando no obra por necesidad sino por vicio o por venganza. Ella
se infama a si misma e infama a su familia, se espone a que todos le
falten al respeto, sin poder elevar su frente con orgullo ni decir a las
otras «soi mujer fiel, imitad mi ejemplo.»
Ahora ¿cometerá adulterio el que yace con mujer casada pero que se
ha entregado públicamente a la prostitución?
El mismo autor citado dice que ella habrá cometido adulterio cuan-
do comenzó a faltar a sus deberes; mas los que con ella hubieren forni-
cado despues, no podrán esos actos estimarse por la lei como adulterios
i no les alcanzará la pena, porque una mujer pública se presume de
derecho que no es de marido alguno o que, abandonada por éste no hai
nadie que pueda acusar a los que con ella hubieren yacido. El adulterio
es un delito contra la familia i las mujeres públicas no la tienen: es un
delito contra la honra del marido i las mujeres públicas no tienen
marido aunque estén casadas; son para los que ocurren a ellas.
Ahora para que exista adulterio es necesario que se haya consumado
el acto carnal, por eso no hai delito frustrado ni tentativa, a diferencia
de los de violacion que por el art. 362 se consideran consumados desde
que hai principio de ejecución.
Por fin, la nulidad de un matrimonio declarada despues de cometido
el delito de adulterio, no le quita su carácter, porque este se consumó
en la intención i voluntad de los ajentes cuando existia por la lei el
matrimonio i podían invocarse los derechos de ese estado. Los efectos
de una sentencia de nulidad de matrimonio no se surten sino desde
que la autoridad civil reconoce i acepta el fallo de la autoridad eclesiás-
tica. Por eso si el acto se consumó ántes, existe adulterio i la nulidad
posterior no tiene efectos retroactivos que vengan a dejar sin valor lo
que sin esa nulidad era ya un delito.
Se ha criticado entre nosotros que la pena que establece el Código
libro ii.—título vlii. 579
Art. 376.
Art. 377.
«La acción ele a d u l t e r i o p r e s c r i b e e n u n año, q u e
principiará a correr d e s d e el d i a e n q u e el o f e n d i d o
tuvo noticia del delito; pero en caso de m u e r t e de u n o
d e los c u l p a b l e s , d e b e r á i n i c i a r s e e n los c u a t r o m e s e s
s i g u i e n t e s a é s t a , s i e m p r e q u e e s t e p l a z o se b a i l e c o m -
prendido dentro del año en que, por regla jeneral,
p r e s c r i b e la acción.
E n n i n g ú n caso p o d r á entablarse acción de adulte-
r i o d e s p u e s d e cinco a ñ o s , c o n t a d o s d e s d e q u e se co-
m e t i ó e l delito.»
Art. 378.
"Tampoco podrá entablarse acción de adulterio en
caso de divorcio perpétuo, por los actos ejecutados
miéntras éste subsista."
Hace poco que establecimos que habia adulterio hasta ínter hubiera
sentencia ejecutoriada cuando se litigaba nulidad de matrimonio. Igual
cosa sucede en el caso de jestionarse un divorcio.
La mujer lo cometerá hasta que haya sentencia de término; pero
una vez que se ha declarado i reconocido ese divorcio por la autoridad
civil, la mujer no comete este delito miéntras subsista el divorcio per-
pétuo.
Podrá yacer con otro hombre que no sea su marido sin que se le
persiga por este delito: ella es libre entonces para otorgar sus favores a
quien le plazca; podrá faltar a la moral, pero ese acto no cae bajo la
represión de la lei penal; podrá ser castigada por escándalo público si
su acto está revestido de este carácter, pero jamas por adulterio.
El divorcio temporal no surte este efecto, porque allí solo existe una
simple separación i el marido no ha perdido el derecho de vijilar la
conducta de su esposa en ese caso.
Art. 379.
AKT. 380.
«La ejecutoria en causa de divorcio por adulterio
surtirá sus efectos plenamente en lo penal, cuando fuere
absolutoria. Si fuere condenatoria, será necesario nuevo
juicio para la imposición de las penas.))
ART. 381.
§ X.
ART. 3 8 2 . '
(1) Presidio ele 3 años 1 día a 5 años, i las accesorias clel cfrl. 2 9 i
586 gódigo p e n a l
reíijiosas, que son a los que se refiere el artículo, el Código lia creído
que debia prestar fuerza a semejantes disposiciones de la Iglesia. El
voto de castidad que hace un particular no cae bajo el peso de
esta disposición, porque ese voto no es solemne i la leí penal va solo
al fuero esterno i no mira ni tiene para que penetrar en el fuero interno
de los individuos.
AET. 383.
AKT. 3 8 4 .
ART. 3 8 5 .
« E l m e n o r q u e d e a c u e r d o c o n el f u n c i o n a r i o l l a m a d o
a l e g a l i z a r s u m a t r i m o n i o , lo c o n t r a j e r e s i n el c o n s e n -
t i m i e n t o de s u s p a d r e s o d e las p e r s o n a s q u e p a r a el
efecto llagan sus veces, será castigado con reclusión
m e n o r e n su g r a d o m í n i m o . (1)
E s t a p e n a solo p o d r á i m p o n e r s e a r e q u i s i c i ó n d e l a s
p e r s o n a s l l a m a d a s a p r e s t a r el c o n s e n t i m i e n t o , q u i e n e s
p o d r á n remitirla en todo caso. D e b e r á e n t e n d e r s e esto
ú l t i m o si n o e n t a b l a r e n la a c u s a c i ó n d e n t r o d e d o s m e -
ses, d e s p u e s de h a b e r t e n i d o c o n o c i m i e n t o del m a t r i -
monio.
. ART. 3 8 6 .
« L a v i u d a q u e se case á n t e s d e los d o s c i e n t o s s e t e n t a
d i a s d e s d e la m u e r t e d e s u m a r i d o , o á n t e s d e s u a l u m -
b r a m i e n t o , si h u b i e r e q u e d a d o e n c i n t a , i n c u r r i r á e n l a s
penas de reclusión menor en su g r a d o m í n i m o (1) i
multa de ciento a mil pesos.
E n las m i s m a s p e n a s incurrirá la m u j e r cuyo matri-
m o n i o s e h u b i e r e d e c l a r a d o n u l o , si s e c a s a r e á n t e s d e
su a l u m b r a m i e n t o h a b i e n d o q u e d a d o e n cinta, o á n t e s
d e los d o s c i e n t o s s e t e n t a d i a s , c o n t a d o s d e s d e la f e c h a
de su separación legal.
E n l o s c a s o s d e e s t e a r t í c u l o d e b e r á a p l i c a r s e lo q u e
d i s p o n e e l 1 2 8 d e l C ó d i g o C i v i l e n s u i n c i s o 2.°))
antes indicados se podván rebajar los dias que hayan precedido inme-
diatamente a la disolución o declaración • de nulidad i en los cuales
haya sido absolutamente imposible el acceso del marido a la mujer.
La autoridad eclesiástica no permitirá en ningún caso el matrimonio
de la mujer sin que ella le justifique no estar comprendida en el impe-
dimento que acabamos de tratar.
ART. 3 8 7 .
« E l g u a r d a d o r q u e , e n c o n t r a v e n c i ó n a lo q u e d i s p o n e
el C ó d i g o Civil, á n t e s d e la a p r o b a c i ó n legal de sus
cuentas, c o n t r a j e r e m a t r i m o n i o o p r e s t a r e su consenti-
m i e n t o p a r a q u e lo c o n t r a i g a n s u s h i j o s o d e s c e n d i e n t e s
c o n la p e r s o n a q u e t u v i e r e o h u b i e r e t e n i d o e n g u a r d a ,
será castigado con reclusión m e n o r en su g r a d o me-
d i o (1) i m u l t a d e c i e n t o a m i l p e s o s . »
(1) Presidio de 541 dias a 3 años aplicándose el art. 30, si hai cargo
u oficio de que suspender al reo. No es pena aflictiva i el procesado puede
ser escarcelado bajo fianza.
El art. 116 del Código Civil, dice que miéntras una mujer, aun
habilitada de edad, no hubiere cumplido veinte i cinco años, no será
lícito al tutor o curador que haya administrado o administre sus bienes
casarse con ella, sin que la cuenta de su administración haya sido
aprobada por el juez con audiencia del Defensor de menores i que igual
inhabilidad se estiende a los descendientes del tutor o curador para el
matrimonio del pupilo o pupila, aunque el pupilo o pupila haya obte-
nido habilitación de edad.
La lei penal ha tenido que venir a consagrar este principio i a esta-
blecer una pena, porque la sanción civil no era bastante para evitar el
abuso ya que se podia burlar tan fácilmente aquella disposición. Por
eso si el curador quiere casarse con su pupila o lo pretenden sus hijos
o descendientes, debe primero presentar sus cuentas i, una vez aprobadas
legalmente, celebrará su matrimonio, porque de lo contrario incurrirá en
la pena que establece este artículo aparte de las que le impone la lei
civil que, menos eficaces que éstas, pueden hacerle olvidar su deber.
libro ii.'—título vii. 593
ART. 388.
ART. 389.
38
594 gódigo penal
TÍTULO OCTAVO
CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA LAS PERSONAS,
§ I-
Del homicidio.
AKT. 390.
Art. 391.
La lei 1.a tífc. 8.° Part. 7.a, hablando del homicidio, dice que es <ima-
tamiento ele home.y> Para completar esta disposición i dar mas claridad
a aquella frase, nos permitiremos agregar que homicidio es la destruc-
ción de la vida de un sér humano causada por el acto, procuración u
omision culpable de otro. Por consiguiente, para que verdaderamente
se cometa este delito, que es de los mas graves que se pueden perpetrar
contra un individuo de la sociedad, es necesario que la vida haya sido
perfeccionada por el nacimiento i que verdaderamente esté destruido
de toda causa que pueda poner a salvo la responsabilidad del que lo
ejecuta.
El homicidio se divide en voluntario e involuntario. El primero
puede ser simple o calificado, i el segundo culpable e inculpable. Será
culpable en el caso que se cometa por imprudencia, e inculpable cuando
sea puramente casual.
La lei 16 tít. 6.° Part. 1.a llamaba homicidio voluntario o necesario
el que se cometia contra un injusto agresor a sabiendas, con intención,
con verdadero conocimiento de causa i con ánimo de quitar la vida al
que nos ataca como único medio de salvar la nuestra.
Este homicidio puede también ser simple i calificado. Simple será
aquel que no se presente acompañado de causas que lo agraven, i cali-
ficado el que por razón de la persona, del lugar, delfín, del instrumento
0 del modo, adquiere un grado de perversidad que inspira mas aversión
contra el delincuente. Ejemplo de lo primero será un asesinato ejecuta-
do por el padre, madre o hermano por el marido o la mujer u otro
pariente inmediato, o bien por un juez, médico, cirujano o boticario
abusando en el ejercicio de su profesion. De lo segundo, cuando el sitio
en que se lleva a efecto es la Iglesia, el Cementerio o algún lugar
sumamente público, como los Tribunales de Justicia, la Moneda o el
Congreso» Lo es por razón del fin cuando se hace robando en un camino;
por el arma, cuando se echa mano de fusil, escopeta, trabuco o revólver,
1 finalmente, cuando el asesinato se comete de una manera premeditada,
a traición o con alevosía, acechando en algún paraje favorable a su
enemigo, disfrazándose, cojiéndole desprevenido, ahogándole, ahorcán-
dole, suministrándole veneno o bien en desafío, ó incendiándole la casa
en que se encontrare. Todas esta circunstancias debe el juez tomarlas
en cuenta, para ver la culpabilidad real que tenga el acusado i saber
entonces aplicarle la pena debida a su delito. Leyes 1.a, 2.a, 3.a, 4.a,
tít. 21, lib. 12 de la Nov. Eecop.
libko ii.—título viii. 599
cías i sobre ellos pesa esta gran responsabilidad porque su palabra deci-
de la cuestión..El juez aplica la lei bajo la base de que lo que informa
el médico no admite discusión. Hasta cierto punto se le considera infa-
lible i solo circunstancias mui especiales, antecedentes mui graves pue-
den destruir un aserto del facultativo que ha asistido profesionalmente
al enfermo. El médico es el ausiliar poderoso de lajusticia criminal, por
eso debe ser en estos casos hombre de ciencia, de probidad i capaz de
desprenderse de todo amor propio para decir al juez si hubo mala cu-
ración, si hubo error en el procedimiento i el enfermo pudo haber
sanado sin esos desaciertos, o si otras causas le trajeron la muerte o si
realmente la ciencia era impotente por la gravedad del caso i el paciente
sucumbió porque este era el resultado natural de su situación despues de
recibidas las heridas.
Todas estas reglas son jenerales: los casos especiales i que la lei los
considera homicidios voluntarios, como en los delitos ocasionados por
accidentes do ferrocarriles etc., etc., siguen reglas especiales i a ellas
se debe esa responsabilidad que miramos como escepciones de estos
principios.
La responsabilidad civil que nace de un homicidio o del delito de
lesiones, que el. art. álO estima como parte de la pena del culpable, i
que debe imponerse en todo fallo, según el precepto del art. 76 de este
Código, debe ser declarada en la sentencia caso que se exija o el culpable
tenga bienes con que satisfacerla. Mas sino se hubiere dicho ¿se enten-
derá que por haber fallo ejecutoriado que silenció tal derecho no puede
la familia del occiso o del herido ejercitarlo despues? Contestamos
que nó i que tal derecho queda espedito en todo caso para hacerlo valer
cuando se quiera, salvo que se hubiere estinguido por circunstancias
especiales, como ser por prescripción o por renuncia de estos dere-
chos por parte de quien pueda hacerlo legalmente.
ART. 392.
Para que tenga lugar lo que preceptúa esta disposición en los dos ca-
sos en que se coloca, es indispensable que el homicidio se haya cometido
en riña o pelea; puesto que si se ha ejecutado de alguno de los modos
que indica el anterior articulo, su penalidad estará sujeta a él, i por fin,
que no conste quién sea el autor de la muerte porque si esto se sabe
desaparece la duda i él responderá del crimen.
Entonces, en la imposibilidad de castigar con la pena de homicidio
al autor de ese delito por ignorarse quien sea, la lei hace responsables a
los que causaron graves lesiones al occiso i si todavía esto no estu-
viere esclarecido en el proceso, señala otra pena mas baja para los que
hubieren ejercido violencia en su persona, pues al paso que no seria
justo dejarles impune, ha tomado la lei en consideración la circunstan-
cia de q.ue estuvieron i tomaron parteen la riña o pelea que dio por
resultado la muerte de ese individuo i que esto le quitó un tanto la
libertad de defenderse.
El Código en este artículo ha querido castigar los homicidios ocu-
rridos en reuniones de personas, como ser en fiestas públicas, chinganas,
remoliendas etc., etc., con tal que existan hechos dignos de pena por
parte de algunas personas, contra las cuales haya motivo fundado para
presumir que no estuvieron exentas de criminalidad en aquel hecho.
Para la recta aplicación de este artículo ¿qué se deberá entender
por lesiones graves o ejercer violencia en la persona del occiso? Serán le-
siones graves los golpes, las heridas, el arrojar contra el suelo al que
resultó muerto i por violencia las lesiones leves o actos de cualquier
jénero i que no tengan tal importancia que por sí solas produjeran la
la muerte del agredido?
libro ii.—título vlii. 605
Para resolver estas dudas están las disposiciones del párrafo 3.° que
pronto vamos a conocer i que ilustran esta materia.
AKT. 393.
§11.
Del Infanticidio.
ART. 394.
(1) Penitenciaria ele 5 años 1 día a 15 años Has accesorias clel art.
28. Es pena aflictiva i al procesado no puede concedérsele escarcelacion
bajo flama.
§ III.
Lesiones corporales.
ART. 395.
«El que maliciosamente castrare a otro será casti-
Libro l i . — t í t u l o viii. 609
ART. 3 9 6 .
cc C u a l q u i e r a o t r a m u t i l a c i ó n d e u n m i e m b r o impor-
tante que deje al p a c i e n t e en la imposibilidad de
valerse por sí m i s m o o de ejecutar las funciones
naturales que ántes ejecutaba, hecba también con
malicia, será p e n a d a con presidio m e n o r e n su g r a d o
m á x i m o a p r e s i d i o m a y o r e n s u g r a d o m í n i m o . (1)
39
610 gódigo penal
Akt. 397.
Art. 398.
ART. 3 9 9 .
Art. 400.
Las personas designadas en el art. 390 son los padres, o los hijos
lejítimos o ilejítimos, los ascendientes o descendientes lejitimos, i el
cónyuje. Las circunstancias 2.a, 3.a i 4.a del núm. 1.° del art. 391 son:
premio o promesa remuneratoria, veneno i ensañamiento, aumentando
deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido.
Pues bien, si contra aquellas personas se comete el delito de lesión o
se obra con cualquiera de las tres circunstancias indicadas contra algu-
na persona, se impondrá al culpable la pena que le corresponda según
la clase de lesión que hubiere causado, pero en cualquiera de estos dos
casos la pena se elevará en un grado de la correspondiente al delito.
La razón de esta disposición especial que otorga este privilejio es la
misma que ha inspirado la pena del parricidio respecto del homicidio
común i del homicidio calificado, puesto que'era necesario que las lesio-
nes estuvieran concordando en tales casos con la agravación de aquel
delito por presentarse esas tres circunstancias.
Para aumentar el grado que indica este artículo no hai mas que
recordar lo dicho a este respecto en el 77. Esta agravación de pena
es también sin perjuicio dé lo que para los casos jenerales dispone el
art, 410 i que comprende por supuesto el presente.
ART. 4 0 1 .
Art. 402.
ART. 4 0 3 .
« C u a n d o solo h u b i e r e n r e s u l t a d o l e s i o n e s m é n o s g r a -
v e s s i n c o n o c e r s e a l o s a u t o r e s d e ellas, p e r o sí a l o s
q u e hicieren uso d e a r m a s capaces de producirlas, se
impondrá a todos éstos las penas inmediatamente
inferiores e n g r a d o a las que les h u b i e r a n correspondido
por tales lesiones. .
E n los casos de este artículo i del anterior, se e s t a r á
a lo d i s p u e s t o e n el 3 0 4 p a r a la a p l i c a c i ó n d e la p e n a . »
§ IV
Del duelo.
ART. 404.
ART. 4 0 5 .
ART. 406.
Si le c a u s a r e l a s l e s i o n e s s e ñ a l a d a s e n el n ú m . l.°
d e l arfc. 3 9 7 , s e r á c a s t i g a d o c o n r e c l u s i ó n m e n o r e n su
g r a d o m á x i m o . (2)
G u a n d o l a s l e s i o n e s f u e r e n d e l a s r e l a c i o n a d a s e n el
n ú m . 2.° d e dicho arfc. 3 9 7 , l a pena será reclusión
m e n o r e n s u s g r a d o s m í n i m o a m e d i o . (3)
E n los d e m á s casos se i m p o n d r á a los c o m b a t i e n t e s
reclusión menor e n su g r a d o m í n i m o (4) o m u l t a d e
quinientos a mil pesos. .
ART. 4 0 7 .
a provocar o a aceptar ese duelo, sufrirá las mismas penas que corres-
ponderían al que causó la muerte o las lesiones en dicho duelo. Ahora
si no resultan lesiones ni la muerte de ninguno de los combatientes
¿qué pena merecerá ese mismo individuo por la participación que tomó
en el desafio?
La leí no dice nada i cuando ella no habla es porque no ha querido
establecer responsabilidad alguna para este caso.
De todo se desprende que el que coopera a que se provoque a
alguien para un desafío o que se acepte i hai lesiones o muerte por ese
duelo, es codelincuente i se le castiga como autor. Por eso existirán a
su favor las mismas causas de atenuación o de agravación que existan
para el reo, porque la lei ha querido igualarlos en un todo i no seria
justo que el que mata o hiere estuviera colocado en mejor situación
que el que solo ha cooperado a ese duelo.
El fundamento de esta disposición del artículo es porque hai perso-
nas que se ocupan en incitar a esos actos apesar de ser estraños a la-
cuestión i por ellos jeneralmente se realizan los duelos i entonces era
natural que la lei los colocara en igual categoría que el cansante de
un daño de esta especie, a fin de evitar el que tomen parte en esas cues-
tiones que, de seguro así ellas no se jeneralizarian tanto por temor al
castigo.. Cada cual debe deliberar por si de sus actos i no mezclar
otros a obligar a que se tome tal o cual resolución, sobre todo en esta
materia de suyo tan grave.
Art. 408.
(1) Presidio ele 61 a 540 días, aplicándose el art. SO, caso ele haber
carejo u oficio ele que suspender al reo. No es pena aflictiva i el procesado
puede obtener su escarcelacion bajo fianza.
(2) Id. de 3 años 1 clia a 5 años i las accesorias del art. 89. Es pena
aflictiva i el reo no2mecle ser escarcelado bajo fianza.
En uno i otro caso se aplicará él art. 410 puesto que insolidum clebe-
40
626 código peiíal
rán los reos concurrir a satisfacer las indemnizaciones que allí se estable-
cen enfavor del ofendido o de su familia en caso de muerte.
ART. 4 0 9 .
§V
Disposiciones comunes a los párrafos I, III i IV ele este titulo.
AKT. 410.
ART. 411.
§ vi.
De la calumnia.
ART. 412.
ABT. 413,
AKT. 4 1 4 .
«No p r o p a g á n d o s e la c a l u m n i a con p u b l i c i d a d i p o r
escrito, será • c a s t i g a d a :
1.° C o n l a s p e n a s d e r e c l u s i ó n m e n o r e n s u g r a d o
m í n i m o (1) i m u l t a d e c i e n t o a q u i n i e n t o s p e s o s c u a n d o
se i m p u t a r e u n crimen.
2.° C o n l a s d e r e c l u s i ó n m e n o r e n s u g r a d o míni-
mo (2) i m u l t a de ciento a trescientos pesos, si s e
i m p u t a r e u n simple delito.»
En uno i otro caso se dele aplicar el art. 30, si hai cargo u oficio de
que suspender al reo. JVo son penas aflictivas i el procesado tiene derecho
a ser escarcelado Ictjo fianza.
AKT. 415.
§ VII.
De las injurias.
Akt. 416.
ART. 418.
ART. 419.
« L a s i n j u r i a s l e v e s se c a s t i g a r á n con las p e n a s de
r e c l u s i ó n m e n o r e n s u g r a d o m í n i m o (1) i m u l t a de
ciento a trescientos pesos, cuando fueren hechas por
escrito i con publicidad. N o concurriendo estas circuns-
tancias se p e n a r á n como faltas.»
ART. 420.
§ VIII.
A u t . 421.
ART. 422.
ART. 423.
v o c a q u e r e h u s a r e ciar e n j u i c i o e s p l i c a c i o n e s s a t i s f a c -
torias acerca de ella, será castigado como reo de
calumnia o injuria manifiesta.»
á b t . 424.
« P o d r á n e j e r c i t a r la a c c i ó n d e c a l u m n i a o i n j u r i a e l
cónyuje, los hijos, nietos, p a d r e s , abuelos i hermanos
l e j í t i m o s , l o s h i j o s i p a d r e s n a t u r a l e s i el h e r e d e r o d e l
difunto agraviado.»
AKT. 4 2 5 .
ART. 4 2 6 .
Art. 428,
((Nadie s e r á p e r s e g u i d o p o r c a l u m n i a o i n j u r i a s i n o
a instancia d e la - p a r t e a g r a v i a d a o d e l a s p e r s o n a s
e n u m e r a d a s e n el a r t . 424, si el o f e n d i d o h u b i e r e m u e r -
to o e s t u v i e r e f í s i c a o m o r a l m e n t e i m p o s i b i l i t a d o . El
culpable p u e d e ser relevado d e la p e n a i m p u e s t a m e -
d i a n t e p e r d ó n d e l a c u s a d o r ; p e r o la r e m i s i ó n no pro-
d u c i r á e f e c t o r e s p e c t o d e la m u l t a u n a v e z q u e ésta
h a y a sido satisfecha.
L a c a l u m n i a o i n j u r i a se e n t e n d e r á tácitamente re-
mitida cuando h u b i e r e n mediado actos positivos que,
646 código peiíal
ART. 4 2 9 .
« S i la c a l u m n i a o i n j u r i a f u e r e clirijida c o n t r a las
autoridades en su carácter d e t a l e s , ¡podrán é s t a s re-
q u e r i r al m i n i s t e r i o público para que entable a su
n o m b r e la c o r r e s p o n d i e n t e a c c i ó n .
I g u a l d e r e c h o c o r r e s p o n d e al P r e s i d e n t e d e la R e p ú -
b l i c a , a los m i n i s t r o s d e l a s n a c i o n e s e s t r a n j e r a s a c r e -
ditados en Chile u otros funcionarios que gocen de
i n m u n i d a d e s diplomáticas, aun respecto de las calum-
nias o injurias hechas en su carácter privado."
Art. 430.
« E n e l caso d e c a l u m n i a s o i n j u r i a s r e c í p r o c a s , s e
observarán las reglas siguientes:
1.° Si l a s m a s g r a v e s de las calumnias o injurias
648 código peiíal
TÍTULO NOVENO
CRÍMENES I SIMPLES DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD,
§ I
De la apropiación (le las cosas muebles ajenas contra
la voluntad de su dueño.
ART. 432.
«El q u e s i n la v o l u n t a d d e su d u e ñ o i c o n á n i m o d e
l u c r a r s e se a p r o p i a cosa m u e b l e a j e n a u s a n d o d e vio-
lencia o intimidación e n l a s p e r s o n a s o de f u e r z a e n
l a s cosas, c o m e t e r o b o ; si f a l t a n la violencia, la inti-
m i d a c i ó n i la f u e r z a , el delito se califica d e hurto.))
650 código peiíal
§ II-
ART. 433.
« E l c u l p a b l e d e r o b o c o n violencia o i n t i m i d a c i ó n e n
las personas, sea q u e la v i o l e n c i a o la intimidación
t e n g a l u g a r ántes del robo p a r a facilitar su ejecución,
e n el acto de c o m e t e r l o o d e s p u e s d e c o m e t i d o para
favorecer su impunidad, será castigado con presidio
m a y o r e n s u g r a d o m í n i m o a m u e r t e : (1)
1.° C u a n d o con m o t i v o u o c a s i o n d e l r o b o r e s u l t a r e
homicidio.
2.° C u a n d o f u e r e a c o m p a ñ a d o d e v i o l a c i ó n o m u t i -
lación de u n m i e m b r o i m p o r t a n t e .
libro ii.—título viii. 651
ART. 434.
ART. 4 3 5 .
« G u a n d o e n el r o b o c o n c u r r i e r e a l g u n a d e las cir-
cunstancias señaladas e n el n i u n . 3.° d e l a r t . 4 3 3 i n o
se h u b i e r e cometido en despoblado i en cuadrilla, el
culpable s u f r i r á la pena de presidio mayor en sus
g r a d o s m í n i m o a m e d i o . (1)
C a u s á n d o s e l a s l e s i o n e s d e q u e t r a t a e l n ú m . 2.° d e l
libro i i . — t í t u l o viii. 655
(1) Penitenciaria de 5 años 1 dia a 15 años i las accesorias del art. 28.
Debe aplicarse también la lei ¿le 3 de Agosto de 1876 i la de 7 de Setiem-
bre ele 1883. Es pena aflictiva i él,procesado no puede ser escarcelado bajo
fianza.
(2) Presidio de 8 años 1 dia a 5 años a penitenciaria de 5 años 1 dia
a 10 años, i en. todo caso, lees leyes de 3 de Agosto de 1876 i de7 de Se-
tiembre de 1883.
Si se aplica el presidio menor lleva las accesorias del art. 29. Si él
presidio mayor, lleva las accesorias ¿lél art. 28. En uno i otro caso es
pena aflictiva i él procesado no puede exijir su libertad bajo fianza.
ART. 4 3 6 .
ART. 437.
AßT. 438.
Art. 439.
En los arta. 433, 435, 436 i 438, se ha hablado dé robos con violen-
cia o intimidación en las personas. Habia pues entonces necesidad de
llbllo i i . — t í t u l o ix. 659
§ III
AKT. 440.
art. 28, i en el segundo las del art. 29. Es aflictiva en uno i otro caso i
el reo no puede ser escarcelado bajo fianza.
Tienen aplicación las leyes de 3 de agosto de 1876 i 7 de setiembre
de 1883.
este respecto lo necesario al tratar del núm. 3.° del art. 433 i por eso
no repetiremos lo que 3ra se ha esplicado.
Akt. 441.
ART, 4 4 2 .
ART. 4 4 3 .
El art. 436 penaba los robos tomando por base el total de lo sus-
traído: era natural entonces que, en lo relativo al mismo delito en los
casos de los arts. 440, 441 i 442 que habla en jeneral, sin fijar una
cantidad, se estableciera alguna diferencia como en el 436. Hó aquí
por que este artículo ha venido a decir que los robos de que
hablan las tres disposiciones que anteceden se penen con presidio
menor en grado medio si el valor de lo robado no excediere de cin-
cuenta pesos i si pasa de esta suma, se observe lo que disponga cada
artículo para esos casos.
Estas penas son sin perjuicio 'de las accesorias de cada caso especial
i de la jeneral establecida para estos, delitos por las leyes de 3 de
Agosto de 1876 i 7 de Setiembre de 1883.
ART. 444.
« S e p r e s u m e a u t o r d e t e n t a t i v a d e r o b o al q u e se
i n t r o d u j e r e c o n f o r a d o , f r a c t u r a , e s c a l a m i e n t o , u s o ele
llave falsa o de llave v e r d a d e r a sustraída o de ganzúa
e n a l g ú n a p o s e n t o , casa, edificio h a b i t a d o o d e s t i n a d o
a la h a b i t a c i ó n o e n sus d e p e n d e n c i a s . »
§ IV.
Del liurto.
ART. 446.
ART. 4 4 7 .
« E n los c a s o s . d e l a r t í c u l o a n t e r i o r p o d r á aplicarse
la p e n a i n m e d i a t a m e n t e s u p e r i o r e n g r a d o :
1.° G u a n d o e l ' a u t o r d e l h u r t o f u e r e a r m a d o .
2.° Si el h u r t o s e c o m e t i e r e p o r d e p e n d i e n t e , c r i a d o
o s i r v i e n t e a s a l a r i a d o , b i e n s e a e n la c a s a e n q u e s i r v e
o b i e n e n a q u e l l a a q u e lo h u b i e r e l l e v a d o s u a m o o
patrón.
3.° C u a n d o se c o m e t i e r e p o r o b r e r o , oficial o a p r e n -
libro ii.—título viii. 667
d i z e n la casa, t a l l e r o a l m a c é n d e s u m a e s t r o o d e l a
persona para quien trabaja, o por individuo que trabaja
h a b i t u a l m e n t e e n la c a s a d o n d e h u b i e r e h u r t a d o .
4.° Si s e c o m e t i e r e p o r el p o s a d e r o , f o n d i s t a u o t r a
persona que hospede jentes en cosas que hubieren
l l e v a d o a la p o s a d a o f o n d a .
5.° C u a n d o se c o m e t i e r e p o r p a t r ó n o c o m a n d a n t e
de buque, lanchero, conductor o bodeguero de tren,
guarda-almacenes, carruajero, carretero o arriero en
c o s a s q u e se h a y a n p u e s t o e n s u b u q u e , c a r r o , b o d e g a ,
etc.» •
ART. 448.
§ V.
Disposiciones comunes a los tres párrafos anteriores.
Art. 449.
«Si el r o b o o el h u r t o f u e r e c o m e t i d o e n l u g a r d e s t i -
n a d o al ejercicio d e u n culto p e r m i t i d o e n la R e p ú b l i c a
i los o b j e t o s s u s t r a i d o s e s t u v i e r e n t a m b i é n d e s t i n a d o s
a d i c h o culto, se a p l i c a r á n r e s p e c t i v a m e n t e a los m a l -
hechores las p e n a s superiores en u n g r a d o a l a s que les
h u b i e r a n c o r r e s p o n d i d o sin e s t a s c i r c u n s t a n c i a s .
L a m i s m a r e g l a se o b s e r v a r á , e n c u a n t o a la i m p o -
sición d e l a s p e n a s , e n los c a s o s d e r o b o s o h u r t o s d e
c a b a l l o s o b e s t i a s de silla o c a r g a , d e g a n a d o m a y o r o
menor.»
Aquí hai de particular que se ordena penar todo robo o hurto con la
670 código peiíal
Akt. 451.
Esta regla era sumamente necesaria desde que el art. 74 dispone que
al culpable de dos o mas delitos se le impondrán todas las .penas corres-
pondientes a las diversas infracciones, debiendo el sentenciado cumplir
todas.sus condenas simultáneamente siendo posible.
Si para los casos de estafas o malversación de caudales públicos se
hubiese establecido esto mismo o bien se hubiera fijado un límite para
la duración de la pena, no habríamos visto fallos que condenen a un
individuo hasta por mas de ciento veinte años, porque en tales casos
ha habido que seguir la regla del art. 74.
Por suerte el presente artículo ha venido a decir que en el caso de
hurtos reiterados a una misma persona o a distintas personas, pero en
una misma casa, la pena se regule tomándose por base el importe total
de los objetos sustraídos.
Conocido este monto se aplica entonces el art. 446 i la pena se fija
en su grado superior; pero si en el hurto concurren algunas de las cir-
cunstancias del art. 447, se observa entonces lo dispuesto en el 77 para
fijar dicha pena.
libro i i . — t í t u l o viii. 673
ART. 452.
ART. 453.
Art. 454.
Este artículo establece una presunción legal que como tal admite
prueba en contra.
A propósito de este artículo se lee en el libro de Actas de la Comi-
sión Redactora lo siguiente:
El señor Ibañez observó que no creía bastante la circunstancia de
encontrarse la cosa hurtada o robada en poder de una persona para
libito ii.—título ix. 675
reputarla autora del delito i pidió que se agregara alguna otra presun-
ción mas, como la de la mala fama del reo, para constituir prueba
legal.
El señor Renjifo don Manuel, a su vez propuso que, dejándose en
pió por regla jeneral la presunción del artículo como justificativo bas-
tante del delito, se esceptuaran aquellos casos en que apareciese compro-
bada la buena conducta anterior del acusado, formando una presunción
a su favor que destruyera la que resulte de encontrarse en su poder la
cosa hurtada o robada, i así se acordó.
Este artículo, es sin duda alguna uno de los de mas frecuente aplica-
ción i merced a él se castigan delitos respecto de los cuales no hai
prueba i los reos no dan esplicacion satisfactoria de cómo han llegado
a su poder objetos que han sido robados, así como también a virtud
de lo fácil que es justificar la buena conducta anterior, se evaden de
la responsabilidad que les afecta en este caso.
Nosotros aprobamos el artículo porque en la práctica hemos visto
que es favorable para la persecución i castigo de esta clase de delitos.
El segundo inciso que pena como encubridor de robo o hurto de una
cosa al que la compra o recibe a cualquier título, sabiendo su oríjen o
no pudiendo ménos que conocerlo, tiene una base de justicia mas que
el anterior. Comprar, por ejemplo, un brillante a un desconocido que
no le abona ni siquiera su traje, recibir una alhaja en empeño a esta
misma persona, es obrar sin seguridad alguna, es amparar los delitos
de robo o hurto i, por lo tanto, con justicia se le debe, castigar como
encubridor del robo si esos objetos son mal habidos.
El que compra un animal vacuno a un desconocido, sin exijirle
pruebas de su dominio, una fianza o la contramarca, es porque quiere
arrastrar con las consecuencias de ese descuido, i no solo se verá en la
obligauion de devolver lo comprado si resulta ser ajeno, sino, i lo que es
peor, de ser castigado como encubridor de ese delito, si no justifica el
hecho de la compra o presenta al vendedor, i si ademas no prueba su
buena conducta anterior para libertarse de esa responsabilidad. Mas en
el caso de que haya obrado sabiendo su procedencia ilícita o no pu-
diendo ménos de conocerla, nada le liberta de ser encubridor i tendrá1
que resignarse a sufrir la pena correspondiente.
Los arts. 52 i 59 dan las reglas para determinar las penas que corres-
ponden al encubridor de un delito; i el art. 283 establece pena especial
para el prestamista que haga préstamos a personas incapaces para eon-
tratar por su edad o falta de discernimiento.
676 código peiíal
ART. 4 5 5 .
Sobre este particular hemos dicho lo bastante al tratar del art. 486.
Al fin de esta obra se encuentra una circular de fecha 7 de diciembre
de 1876 que pasó la Excma. Cortas Suprema a todos los jueces de su
dependencia sobre el modo de proceder en tales casos.
El artículo, pues, no necesita demás comentarios: es demasiado claro
para que pueda ofrecer dificultades en la práctica i por eso lo dicho a
este respecto basta i sobra.
Art. 456.
. « S i á n t e s d e p e r s e g u i r a l r e o o á n t e s d e d e c r e t a r su
prisión devolviere v o l u n t a r i a m e n t e la c o s a robada o
hurtada, no hallándose comprendido en los casos de los
arts. 4 3 3 , 4 3 4 i 4 3 5 , s e le a p l i c a r á la p e n a inmediata-
m e n t e i n f e r i o r e n g r a d o a la s e ñ a l a d a p a r a el d e l i t o . »
§ VI
De la usurpación.
ART. 457.
" A l q u e con v i o l e n c i a e n l a s p e r s o n a s o c u p a r e u n a
cosa i n m u e b l e o u s u r p a r e un derecho real que otro
poseyere o tuviere l e j í t i m a m e n t e , i al q u e , hecha la
ocupacion en ausencia del lejítimo poseedor o tenedor,
vuelto é s t e le r e p e l i e r e , a d e m a s de las p e n a s e n que
i n c u r r a p o r la v i o l e n c i a q u e c a u s a r e , se le a p l i c a r á u n a
multa de ciento a mil pesos.
Si t a l e s a c t o s se e j e c u t a r e n p o r e l d u e ñ o o p o s e e d o r
r e g u l a r c o n t r a el q u e p o s e e o t i e n e i l e j í t i m a m e n t e la
cosa, a u n q u e con d e r e c h o a p a r e n t e , la p e n a s e r á m u l t a
d e c i e n t o a q u i n i e n t o s p e s o s , s i n p e r j u i c i o de l a s q u e
c o r r e s p o n d i e r e n p o r la v i o l e n c i a c a u s a d a . »
Hai usurpación con i sin violencia, i las penas son distintas en uno i
otro caso.
El libro de Actas de la Comision Redactora dice a este respecto que
el señor Fábres pidió que se considerara usurpación con fuerza no solo
aquella en que ésta se emplea' para tomar posesion de la cosa usurpada,
siuo también cuando adquirida la posesion sin violencia, se hace uso
de ella para repeler al lejítimo dueño. I solicitó ademas que, si la fuerza
se empleare por lejítimo dueño, se le castigue solo por el abuso de
hacerse justicia por si mismo.
Estas indicaciones fueron aceptadas i bajo esta b'ase se redactó • el
artículo: de manera que con esto queda esplicado su alcance i la mente
que lo inspiró.
Ahora ¿qué se entiende por violencia en las personas para los efectos
de esta disposición?
Ya lo sabemos, porque el art. 439 lo ha dicho bien claro, espresaudo
que son los malos tratamientos de obra, las amenazas o cualquier
otro acto que pueda intimidar o forzar la voluntad, el alegar orden
falsa de alguna autoridad o el finjirse ministro de justicia o funcionario
público.
La pena para esta clase de delitos es la multa, sin perjuicio de las
condenaciones civiles que siempre lleva consigo esta clase de querellas,
siendo mayor cuando el usurpador no tiene derecho o aprovecha la
ausencia del lejítimo poseedor, que cuando se presenta el caso de que
tales actos los ejecute el dueño o poseedor regular contra el que tiene
ilejítimamente la cosa en cuestión, sin perjuicio de las penas que
le corresponderían en este caso por la violencia causada.
ART. 458.
en las personas en los términos que espresa el art. 439. Era natural
que la pena fuera menor porque falta lo principal, que es la agravación
que nace de la violencia i, si ella no existe, no habría para que castigar-
ese acto de una manera tan severa, siendo que se puede definir i discutir
entonces en buena i leal lid el dominio en cuestión i saberse a quien
puede pertenecer la cosa en litijio.
ART. 459.
hurto, porque hai épocas parala agricultura que son angustiosas i en que
su carencia puede traer la ruina de un agricultor: he aquí por que la lei
ha querido asegurar esa propiedad con un castigo serio, como lo es el
de presidio menor en grado mínimo i multa a la vez, sin perjuicio de la
obligación civil para exijir la indemnización del daño i de la penal que
establece el art. 24 de pagar costas, daños i perjuicios, si se obtiene
sentencia condenatoria.
En seguida, el artículo entra a establecer los casos en que se. puede
cometer esta clase de delitos i como ellos están perfectamente detallados
i claros en la disposición que hemos copiado al principio, no tenemos
para que entrar a repetirlos nuevamente.
Art. 460.
ART. 461.
ART. 4 6 2 .
§ VII.
De las defraudaciones.
AKT. 463.
ART. 464.
Art. 465.
ART. 4 6 6 .
§ VIII.
Art. 467.
<rEl q u e d e f r a u d a r e a o t r o e n l a s u s t a n c i a , c a n t i d a d ,
o calidad de las cosas que le e n t r e g a r e en v i r t u d de
u n título obligatorio, será p e n a d o :
1.° C o n p r e s i d i o o r e l e g a c i ó n m e n o r e s e n s u s g r a d o s
medios a m á x i m o s , (1) si la d e f r a u d a c i ó n excediere
de quinientos pesos.
2.° C o n p r e s i d i o o r e l e g a c i ó n menores en sus gra-
d o s m e d i o s , (2) c u a n d o e x c e d i e r e de cincuenta i no
pasare de quinientos pesos.
3.° C o n p r e s i d i o o r e l e g a c i ó n m e n o r e s e n s u s g r a d o s
m í n i m o s , (3) si e l v a l o r d e la d e f r a u d a c i ó n n o exce-
diere de c i n c u e n t a p e s o s n i b a j a r e de diez.»
ART. 468.
ART. 469.
Hemos visto que el art. 467 señala las penas para las estafas que con-
sisten en defraudaciones en sustancia, cantidad o calidad. El presente,
dentro de los límites que le son propios i de los castigos señalados,
establece una circunstancia agravante para que en los casos a que se
refiere esta disposición, que los estima graves, se aplique la pena en su
máximo, lo que equivale a decir, que' estos casos los conceptúa de
necesaria agravación i no afectables por ninguna circunstancia
atenuante.
LIBRO III.—TÍTULO FINAL. 691
Abt. 470.
. tahúres para estafar a los que inocentemente se meten a jugar con ellos
creyendo que pueda haber honradez i lealtad,
ÁRT. 471.
ART. 472.
A e t . 473.
§ IX.
Art. 474.
« E l q u e i n c e n d i a r e edificio, t r e n d e f e r r o c a r r i l , b u q u e
u otro l u g a r cualquiera, causando la m u e r t e de u n a o
mas personas cuya presencia allí pudo prever, será
castigado con presidio m a y o r en su grado m á x i m o a
m u e r t e . (1)
L a p e n a será presidio m a y o r en su g r a d o m á x i m o a
p r e s i d i o p é r p é t u o , (2) c u a n d o d e l i n c e n d i o n o r e s u l t a r e
m u e r t e sino mutilación de m i e m b r o i m p o r t a n t e o lesión
g r a v e d e las c o m p r e n d i d a s e n el n ú m . l.° d e l art. 397.
L a s p e n a s de este artículo se aplicarán respectiva-
m e n t e e n el g r a d o inferior de ellas si a c o n s e c u e n c i a d e
explosiones ocasionadas por incendios, resultare la
muerte o lesiones g r a v e s de personas que se hallaren
a cualquier distancia del l u g a r del siniestro.»
Nos resta solo advertir que en todos los delitos que comprende el
presente párrafo, tiene aplicación la lei de 3 de Agosto de 1876 en lo
tocante a la apreciación de la prueba, es decir, que el juez puede con-
denar o absolver según la conciencia que se forma de los hechos.
á r t . 475.
ART. 4 7 6 .
(1) Penitenciaria ele 5 años 1 dia a SO años i las accesorias clel art.
S8, Es pena aflictiva i el procesado no puede ser escarcelado bajo fianza.
ART. 477.
fuego a los rastrojos que dejan las siembras, lo que de ordinario so hace
para volver a sembrar esa misma tierra o para rozarla con igual objeto?—
Es evidente que nó, porque para que existiese delito seria necesario que
esto se le prohibiera al propietario del suelo, o que se conociera que hizo
uso de ese derecho para causar mal a otro. Mas en todo caso si del uso
de él se ocasionare daño al vecino en sus siembras o cercas por las
proporciones que tomase el incendio, habría la obligación civil de
reparar el daño, abonando en dinero su valor a justa tasación de un
perito honrado.
ART. 478.
" E n caso d e a p l i c a r s e el i n c e n d i o a c h o z a s , p a j a r o
cobertizo d e s h a b i t a d o o a cualquier otro objeto cuyo
valor no excediere de cincuenta pesos, en tiempo i con-
c i r c u n s t a n c i a s q u e m a n i f i e s t a m e n t e e s c l u y a n t o d o peli-,
g r o d e p r o p a g a c i ó n , el c u l p a b l e n o i n c u r r i r á e n l a s p e -
n a s s e ñ a l a d a s e n e s t e p á r r a f o ; p e r o sí e n l a s q u e m e -
r e c i e r e p o r el d a ñ o q u e c a u s a r e , c o n a r r e g l o a l a s d i s -
posiciones del párrafo siguiente."
Este artículo es copiado a la letra del 470 del Código Penal español
i, por consiguiente, trascribiremos a este respecto lo que dice el señor
Pacheco sobre la disposición a que se alude:
«Mi vecino tiene un árbol, solo, colocado en medio de una pradera,
del cual no puede correr el fnego a ninguna otra parte; i por malque-
rencia voi i se lo incendio.—En la misma tierra de mi vecino hai una
carreta, también aislada; i voi de la misma suerte i la hago arder.—Si
el árbol, si la carreta no valia mil reales; si el fuego puesto por mi no
se ha podido propagar, la lei no me estima incendiario, me califica de
reo de daño, i no otra cosa.»
De aquí resulta que si el daño producido por un incendio en las con-
diciones que espresa este artículo, no excede de diez pesos, se pena como
falta i se aplica el núm. 21 del art. 495.
Art. 479.
" G u a n d o el f u e g o se c o m u n i c a r e d e l o b j e t o q u e el
45
706 CÓDIGO PENAL
ART. 480.
Aunque sean raros los delitos a que se refiere este artículo, ellos no
son imposibles: si se ejecutan, están asimilados a los casos de incendio
i entonces se penan conforme al resultado i al perjuicio que causen.
Tendrán pues aplicación los arts. 475 i 476 i puede que se aplique
el 477.
Los delitos que prevé la disposición copiada son, según la espresion
del hábil señor Pacheco, «mas novelescos que reales.»
LIBRO III.—TÍTULO FINAL. 707
ART. 4 8 1 .
ART. 482.
AET. 483.
§X.
De los daños.
AKT. 485.
(1) Presidio de 541 dias a 5 años. Aplicada esta pena en grado me-
dio, de 541 dicis a 3 años, debe observarse lo prescrito en el arl. 30, caso
de haber cargo u oficio de que suspender cá reo. No es aflictiva i ad-
mite la escarcelacion del procesado bajo fianza. Aplicada en grado
máximo, de 3 años 1 dia a 5 años, lleva las accesorias del art. 29. En
este caso es aflictiva i el procesado ?io puede ser escarcelculo bajo fianza.
Por regla jeneral en esta materia, las disposiciones que se han acep-
tado solo comprenden los actos ejecutados con dolo o intención positiva
de causar el mal, circunstancia necesaria para que haya delito i que,
indicada ya en todos los casos del párrafo I X i a que aquí nos referi-
mos, no es necesario que se diga nuevamente en éste.
En el presente artículo se penan los daños que afectan el orden i
propiedad públicos o que arruinan al perjudicado, pero de tal modo que
no lleguen a constituir los delitos de que se trata en el párrafo ante-
rior i siempre que ese daño exceda de quinientos pesos, porque si
baja de esta suma se penarán con arreglo al art. 486.
El artículo entra en seguida a establecer los casos en que se puede
faltar a él. Los analizaremos brevemente:
1.° Es reo de este delito el que impide el libre ejercicio de la autori-
dad ya sea que se cometa contra ella o contra empleados o particulares
que intervengan en su apoyo para la aplicación de las leyes.
2.° ¿Por qué en este número empleó la palabra animales domésticos
i no dijo nada sobre animales braviosl Porque no siendo éstos suscep-
tibles de dominio como los domésticos o domesticados que están bajo
esta regla, no pueden los bravios dar orijen a daños de la especie a que
se refiere este artículo.
3.° Sobre la materia de este número ya se comprende el alcance,
como seria dar veneno a los animales de Pedro.
4.° El daño hecho en cuadrilla o en despoblado no ofrece dificultad
desde que al final del art. 433 ya sabemos lo que es cuadrilla.
5.° Sobre esto solo diremos que los archivos, bibliotecas, i museos de
propiedad particular no están comprendidos en este caso i que el
número se refiere a los públicos, ya sean del Estado o de las Munici-
LIBRO III.—TÍTULO FINAL. 713
ART. 4 8 6 .
AKT. 4 8 7 .
ART. 488.
§ XI.
Disposiciones jenerales.
A r t . 489.
«Están exentos de r e s p o n s a b i l i d a d criminal i suje-
tos únicamente a la civil por los hurtos, defraudacio-
n e s o daños que r e c í p r o c a m e n t e se c a u s a r e n :
1.° Los p a r i e n t e s c o n s a n g u í n e o s lejítimos en toda
la línea recta.
2.° Los p a r i e n t e s c o n s a n g u í n e o s lejítimos h a s t a el
s e g u n d o g r a d o inclusive de la línea colateral.
3.° L o s p a r i e n t e s afines lejítimos en toda la línea
recta.
4." Los p a d r e s i los hijos naturales.
5.° Los cónyujes.
L a escepcion de este artículo no es aplicable a los
estraños que p a r t i c i p a r e n del delito.
brazos para ver impasible que el fruto ele sus desvelos pueda pasar a
corrompidos sin que ello fuera delito i no hubiera pena para reprimir
flojos que cometen tales avances contra la propiedad.
TÍTULO DÉCIMO
DE LOS CUASIDELITOS.
AI:T. 490.
ART. 491.
e e s q u e , p o r d e s c u i d o c u l p a b l e d e su p a r t e , c a u s a r e n
daño a las personas.»
Las personas que ejercen algunas de las profesiones que espresa este
artículo, están obligadas a poner todos los medios de su parte para el
buen desempeño de sus servicios i, si por neglijencia culpable cometen
un crimen, se les castiga conforme al núm. l.° del anterior artículo; i si
es delito, por el núm. 2.° de la misma disposición.
El que tenga animales feroces debe guardarlos con toda seguridad i
si por descuido culpable de él o de sus dependientes ese animal se
saliere i causare daño, se aplicará al dueño la pena del núm. 1 d e l
artículo anterior si el hecho ejecutado importa un crimen; i si es un
delito se le impondrá la del núm. 2.° de esa misma disposición.
Como'ya sabemos lo que es neglijencia culpable, el alcance de este
articulo no puede ofrecer duda alguna en su aplicación i por eso no nos
estendemos mas sobre esta materia que es demasiado sencilla.
ART. 492.
ABT. 493.
TÍTULO PRIMERO
DE LAS FALTAS.
Art. 494.
(1) Cárcel ele 21 a 60 citas, aplicándose el art. 30, sihai cargo u oficio
de que suspender al penado en caso de que sufra la prisión por no pagar
la mulla. Tiene también aplicación el art. 500 si hubiere sobre que
recaiga lo que en él se dispone.
por cada dia de prisión, sin que en ningún caso ella exceda de cinco
mil, fué lo primero porque no siempre convendría que se
conmutase la prisión por multa i entonces valia mas dejar al juez la
facultad de imponer una u otra pena, según las circunstancias. Lo
segundo porque solo el juez podría graduar la correspondencia de la
multa con la prisión, teniendo presente la condicion social del delin-
cuente i las demás circunstancias que concurran en el hecho, i solo por
eso se fijó la estension de la multa que puede el juez recorrer, esta-
bleciéndose que el mínimum de la correspondencia entre ambas penas
no podrá bajar de diez pesos ni exceder de cien.
Prévios estos antecedentes,* hagamos algunas observaciones a cada
una de las faltas que enumera este artículo con la rapidez que exije
esta materia, a la vez sencilla i de escasa importancia, para ciarle mas
latitud en nuestro trabajo.
ART. 495.
Dos son las diferencias principales que existen entre este artículo i
el anterior:
1." En el 494 se emplean las palabras o multa i en el presente las de
conmutable en multa etc., lo que quiere decir que en el primer artículo
es arbitrario en el juez condenar a prisión o a multa i en el presente esa
conmutación es de derecho i el juez no se puede negar a ello.
LIBRO I I I . — T Í T U L O FINAL. 731
2.a Las faltas de que aquí se trata son mas leves que las del 494 i
tienen por consiguiente una pena menor i la ventaja de ser la prisión
conmutable en dinero dentro del límite que fija esta disposición, que-
dando al arbitrio del juez regular el tanto o cuanto de esa conmutación.
Recorramos sus disposiciones:
1.° Estas infracciones son cuando se causan pequeños desórdenes sin
trascendencia grave, puesto que si ellos salen de esta esfera constitu-
yen los delitos que penan los arts. 264 i 265.
2.° Aquí se castiga la infracción a los reglamentos sobre espectáculos
públicos cuando por ello haya una lijera perturbación del orden, como
seria silbar en el teatro. Este caso es ménos leve que el determinado en
•el núm. l.° del anterior artículo.
3.° Todo empleado del orden civil debe respeto a su jefe i en jeneral
a todo empleado de mayor categoría. Lo que constituye aquí falta son
solo actos lijeros, como ser una contestación impropia, una palabra des-
compuesta i esto sin perjuicio de ser separado del destino si el jefe así
lo pidiere i el que le nombró lo cree conveniente para moralidad i
disciplina de la oficina. JSTo se estiende a los empleados militares por-
que en ellos esta falta seria mas grave i se penaría conforme a la Orde-
nanza militar.
4.° Este caso es del particular que no guarde los respetos debidos a
cualquier funcionario público miéntras ejerce sus funciones o a perso-
na constituida en dignidad, aun cuando no sea en el ejercicio de sus
funciones, siempre que le sea conocida o se dé a conocer como tal. Si
esa falta de respeto excede del límite de falta, se estará a todo lo dis-
puesto en el art. 253 en el caso que le deniegue el ausilio que se le
pida; al 264, si comete desacato contra esas personas i al 416 en caso
de injuria.
5.° El que en la calle o lugares públicos hiciere manifestaciones
indecentes o recitare versos o pronunciare palabras deshonestas.
6.° Este es el caso de riñas de palabras o pendencia entre casados que
salgan del hogar doméstico o, mas claro, que el hecho sea en la calle;
pero para ser penado por esta falta es preciso que ya hayan sido reque-
ridos o amonestados por la autoridad, es decir por el juez del crimen,
por el juez de subdelegación o sudelegado respectivo.
7.° Sobre esta materia no hai reglamento alguno especial: la pros-
titución no ha sido reglamentada en Chile. El que ofenda a la moral
o a las buenas costumbres es castigado conforme al art. 373.
732 CÓDIGO PENAL
AKT. 496.
Este artículo enumera faltas mas leves todavía que las designadas en
los dos anteriores i por eso la penalidad es mucho menor que eu aquellos
casos. La pena de cárcel en este artículo es conmutable en multa dentro
del límite que en él se designa,
No nos creemos obligados a entrar eu detalle sobre cada una de las
faltas que él enumera, porque su sencillez lo pone al alcance de toda
persona, máxime despues de lo dicho enjos dos artículos que anteceden.
Es por esto que solo diremos dos palabras sobre las que pudieran ofre-
cer alguna duda.
1.° El art. 253 señala para la desobediencia de esta naturaleza pena
• mayor. Los núms. 3 i 4. del art. 495 se refieren también a lo mismo. El
caso que aquí se castiga es mas bien el olvido de una orden dada por el
superior al inferior, olvido aceptable i que no haya traído perjuicio al-
guno al jefe que diera el encargo.
2.° Son las injurias de palabras o de hecho, es decir un bofeton o
una palabra descompuesta lo que aquí se pena, entre personas de un
mismo rango social. Si las injurias son de la naturaleza que espresa el
art. 419, no se penarán conforme a esta disposición sino con arreglo
a aquella.
34.° Ya esto está esplicado al tratar del núm. 12 del art. 494.
36.° i 37.° La pesca i sobre todo la caza está reglamentada en Chile:
solo se pueden hacer en épocas determinadas del año'para no concluir
con este ramo de industria.
ART. 4 9 7 .
TÍTULO SEGUNDO
DISPOSICIONES COMUNES A LAS FALTAS,
A r t . 498.
•ART. 499.
«Caerán en comiso:
1.° L a s a r m a s q u e l l e v a r e el o f e n s o r a l l i a c e r u n d a ñ o
o i n f e r i r i n j u r i a , si l a s h u b i e r e m o s t r a d o .
2.° L a s b e b i d a s i c o m e s t i b l e s d e t e r i o r a d o s i n o c i v o s .
3.° L o s e f e c t o s f a l s i f i c a d o s , a d u l t e r a d o s o a v e r i a d o s
q u e se e s p e n d i e r e n c o m o l e j í t i m o s o b u e n o s .
4.° L o s c o m e s t i b l e s e n q u e se d e f r a u d a r e al p i i b l i c o
en cantidad o calidad.
5.° L a s m e d i d a s o p e s o s f a l s o s .
6.° L o s e n s e r e s q u e s i r v a n p a r a j u e g o s o r i f a s .
7.° L o s e f e c t o s q u e se e m p l e e n p a r a a d i v i n a c i o n e s u
otros engaños semejantes.
ÁRT. 500.
ART. 501.
« E n l a s o r d e n a n z a s m u n i c i p a l e s i .en los r e g l a m e n t o s
j e n e r a l e s o p a r t i c u l a r e s q u e d i c t a r e e n lo s u c e s i v o la
a u t o r i d a d a d m i n i s t r a t i v a n o se establecerán mayores
p e n a s que las señaladas en este libro, aun cuando h a y a n
de imponerse en virtud de atribuciones gubernativas,
a no ser q u e se d e t e r m i n e otra cosa por l e y e s espe-
ciales. »
TÍTULO FINAL.
DE LA OBSERVANCIA DE ESTE CÓDIGO.
ARTÍCULO FINAL.
E l p r e s e n t e C ó d i g o c o m e n z a r á a r e j i r el p r i m e r o d e
M a r z o d e m i l o c h o c i e n t o s s e t e n t a i cinco, i en esa
fecha quedarán derogadas las leyes i demás disposi-
ciones preexistentes sobre todas las materias que en
él se t r a t a n .
I p o r c u a n t o , oido el C o n s e j o d e E s t a d o , h e tenido
a bien aprobarlo i sancionarlo; por tanto promulgúese
i l l é v e s e a e f e c t o e n t o d a s s u s p a r t e s c o m o l e i d e la
República.
FEDERICO ERRÁZURIZ.
FIN
APÉNDICE
Leyes, Decretos, Reglamentos i otras disposiciones que complementan el
Código Penal.
A B U S O S DE LA LIBERTAD DE IMPRENTA.
P o r c u a n t o el C o n g r e s o N a c i o n a l lia a p r o b a d o el
siguiente
PROYECTO DE LEI:
TÍTULO I.
TÍTULO II.
Del derecho de acusar.
Art. 7.° Los impresos en que se infrinja el inc. 1.° del art. 3.° serán
acusados de oficio por el ministerio público, i también dan acción po-
pular.
APÉNDICE 745
TÍTULO III.
FEDERICO ERRÁZURIZ.
Abclon Cifuenies.
APÉNDICE 751
«Honorable Cámara:
La esperiencia ha venido a demostrar que los jurados de imprenta
establecidos por el núm. 7.° del art. 12 de la Constitución para castigar
los abusos de la imprenta son, en los casos de injurias privadas i per-
sonales, que nada tienen que ver con las censuras políticas o los cargos
a funcionarios administrativos, tan ineficaces o ilusorias en sus resultados
que mui amenudo esponen al ofendido a mayores vejámenes sin asegu-
rar el castigo del delincuente,
El remedio de esta situación es óbvio desde hace mucho tiempo ha
sido indicado por la opinion pública, que pide se considere a los abusos
de imprenta, en los casos de injurias personales i de carácter privado,
como delitos ordinarios i se les someta al fallo de los tribunales ordi-
narios de justicia.
Esta justa exijencia de la opinion nos ha inducido, honorable
Cámara, a proponer una adición al núm. 7.° del art. 12 de nuestra
Constitución que, dejándolo subsistente en todas sus partes para los
abusos de la prensa que se refieren a injurias políticas o a cargos a los
funcionarios públicos, salvaguardie los intereses personales i evite las
injurias de un carácter meramente personal.
En esta virtud, tenemos el honor de proponeros, que el núm. 7.° del
art. 12 de la Constitución se adicione con el siguiente inciso.
Lo dispuesto en el inciso precedente no es aplicable a los delitos de
injuria contra las personas consideradas en su carácter privado, los
cuales serán juzgados con arreglo al Código Penal i por los tribunales
ordinarios de justicia.—AGUSTÍN EDWARDS, diputado por Quillota.—
J O R J E H U N E E U S . — M I G U E L L U I S AMUNÁTEGUI.—GUILLERMO P U E L -
HA TUPPER.—GONZALO B Ú L N E S . — V I C E N T E GREZ.»
Propiedad Literaria
49
754 CÓDIGO PENAL
PROYECTO DE L E I :
Art. 9.° LÍI partida del rejistro debe contener el dia i la hora en que
se hace la inscripción; el nombre del propietario, su profesion i domici-
lio; el lugar en que esté establecida la fábrica; el jénero de industria ode
comercio para que va a servir la marca, como asimismo un facsímile de
ella. Se agregará ademas ala inscripción el número de orden que corres-
ponda a la marca depositada i también las otras indicaciones que se
crean necesarias.
Tanto la partida del rejistro como la copia que se dará al interesado
serán firmadas por el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura
o su delegado, por el interesado i dos testigos.
Ait. 10. Se pagará como derecho a la Sociedad Nacional de Agri-
cultura, doce pesos por inscripción de una marca de fábrica, tres pesos
por la de comercio i un peso por la copia autorizada de una u otra.
Art. 11. El que falsifique, adultere o use fraudulentamente las mar-
cas o rótulos de que habla la presente leí sufrirá las penas que designe
el Código Penal.
Art. 12. Los objetos revestidos con marcas falsificadas caerán en
comiso a beneficio del perjudicado. Los utensilios de la falsificación
serán destruidos.
Art. 13. Todos los años, en el mes de agosto, se publicará en el pe-
riódico oficial, una lista de las marcas que hayan sido rejistradas.
I por cuanto, oido el Consejo de Estado, lo he aprobado i sanciona-
do; por tanto, ordeno se promulgue i lleve a efecto en todas sus partes
como lei de la República.
FEDERICO ERRÁZURIZ.
PROYECTO DE L E I :
Arfc. 2.° Las marcas tendrán tal forma que permita conocer el de-
partamento a que pertenece i el número de orden que haya correspon-
dido a cada uno en el rejistro.
Arfc. 3.° Al tiempo de hacer la inscripción, recibirá el que la solicite
j
FEDERICO ERRÁZURIZ,
Multas.
Decreto:
1.° Toda sentencia en que se imponga multa a beneficio municipal,
se pondrá en noticia del tesorero de la Municipalidad respectiva, a fin
de que éste perciba dicha multa.
2.° Los jueces pasarán, dentro de los primeros dias de cada mes, al
Intendente o Gobernador del departamento, una lista. detallada de las
APÉNDICE 757
PINTO.
Joaquín Blest Gana.
FEDERICO EBBÁZUKIZ.
José Maria Barcelò.
Decreto:
Art. 1. En ningún caso se aplicará la pena de muerte impuesta por
sentencia de los tribunales ordinarios, sin que sea previamente consul-
tado el Consejo de Estado.
Art. 2. El Tribunal de término, inmediatamente que pronuncie la
senteucia condenatoria, remitirá al Consejo una copia de ella i, de la de
primera instancia, por el órgano del Ministerio de Justicia, informando
al mismo tiempo sobrey cada una de las circunstancias atenuantes o
agravantes del crimen o delito, i esponiendo todo lo que a su juicio
pudiere influir en el ánimo del Consejo para iudultar o conmutar la
pena, o para proceder a su ejecución.
Art. 3. Si el Tribunal opinare por el indulto o conmutación, emitirá
su dictámen sobre la naturaleza i estension de la pena que deba sustituir
a la de muerte..
APÉNDICE 759
ERRÁZURIZ.
José María BarceU.
760 CÓDIGO PENAL
ARTÍCULO ÚNICO.
Por esta lei solo se pueden aplicar azotes a los varones de diez i ocho
a cincuenta años en los casos que ella indica, i por la de 3 de Agosto i
Supremo decreto de 17 de ese mismo mes i año, los azotes se podían
imponer a las mujeres i hombres no siendo menores de dieziseis años ni
mayores de sesenta; de manera que está a la vista lo que ella principal-
mente ha venido a derogar en las citadas disposiciones.
Prisión.
Santiago, Febrero 22 de l876.
ERRÁZURIZ.
José María Barceló.
APÉNDICE 761
Decreto:
Art. 1. La persona que desee establecer alguna casa de préstamo
sobre prendas, sueldos o salarios deberá presentarse por escrito a la
primera autoridad administrativa del departamento, dando en la
solicitud una noticia de la calle i número de la casa en que se abrirá el
establecimiento, i éste principiará sus operaciones en el dia señalado en
el decreto de autorización espedido por aquella autoridad.
Art. 2. En todo establecimiento de préstamos sobre prendas, se
llevarán los siguientes libros, cuya redacción será conforme a lo
prevenido por los arts. 31 i 32 del Código de Comercio i al 281 del
Código Penal, a saber:
1.° Libro de boletas;
2.° Libro de tasación;
3.° Libro de ventas.
Art. 3. El libro de boletas se compondrá de hojas impresas i encua-
dernadas, doblemente foliadas en las que se anotarán en dos columnas
por separado:
1.° El número de orden correspondiente a la prenda;
2.° El dia del empeño;
3.° Naturaleza i calidad de la prenda i todos los detalles que puedan
identificarla en caso de estravío;
4.° Su valor real o calculado, por acuerdo de las partes;
5.° Nombre, apellido, domicilio i profesion de la persona que hace
el empeño.
6.° Tiempo del empeño i sus condiciones, cantidad prestada, intereses
convenidos i forma en que se hará su pago.
Una de las columnas de esta hoja se entregará como boleta al dueño
de la prenda, i la otra quedará en poder del prestamista.
Art. 4. En el libro de tasación se hará mención: 1.° De cada prenda
que, por haber sido vencido el plazo del empeño, sea necesario vender
762 CÓDIGO PENAL
PROYECTO DE L E I :
ARTÍCULO ÚNICO.
Pena de muerte.
Santiago, Agosto 29 de 1879.
PINTO.
Miguel Luis Amuncdegui,
SEGUNDA.
Decreto:
Los alcaides de las cárceles dentro de cuyo recinto se hallen reos
procesados i rematados, pasarán al juez o al alcalde, al tiempo de prac-
768 CÓDIGO PENAL
ticarse por uno u otro la visita de ella en el último sábado de cada mes,
un estado o lista nominal de los reos rematados, con especificación de
las fechas de sus respectivas condenas, del dia en que hayan principia-
do a cumplirse i de aquel en que deben terminarse.
El respectivo juez letrado o el alcalde hará certificar por el secretario
de su juzgado la exactitud de ese estado i lo remitirá al Intendente o
Gobernador respectivo, para que dicho estado sirva de dato para la
formacion de la Estadística Criminal.
Un duplicado de ese estado se remitirá igualmente al Ministerio de
Justicia.
Los administradores de Cárceles, Penitenciarias o de Presidios urba-
nos pasarán un estado análogo de los reos que existan en esos estable-
cimientos, al Ministerio de Justicia i a la oficina de Estadística.
Anótese, comuniqúese i publíquese en el Diario Oficial e insértese en
el Boletín ¿le las Leyes.
SANTA M A R Í A .
José Eugenio Vergara.
Los arts. 56, 127, 154 i 166 de la leí del Réjimen interior de
10 de Enero de 1844, se encuentran derogados en cuanto autoriza-
ban a los Intendentes, Gobernadores i Subdelegados para imponer
multas por faltas de policía. ¿I quiénes ejercen estas atribuciones
donde no hai juez letrado que conozca de ellas o a quiénes compete este
juzgamiento?
Hé aquí lo que hai sobre este particular:
L E I DE 8 DE NOVIEMBRE DE 1854.
Art. 37. Los alcaldes, fuera de las funciones que les corresponden
como miembros de la Municipalidad, ejercen las de jueces de policía
local en la cabecera del departamento o territorio municipal.
L E I DE 1 5 DE OCTUBRE DE 1875.
49
770 CÓDIGO PENAL
Comandantes de serenos.
Cansas de serenos.
Considerando:
1.° Que la calificación que conforme a lo prevenido en el decreto
supremo de 17 de Febrero del presente año (núm. 9 del Boletín 2, lib.
8.°) debe hacer el Intendente de la mayor o menor gravedad de los ex-
cesos en el ejercicio de sus funciones de que fueren acusados los serenos,
es i no puede mirarse bajo otro aspecto, que como un acto en que de-
clara su autoridad i jurisdicción económica i gubernativa competente o
no competente para correjir el exceso:
2.° Que siendo solo excesos de disciplina i de corta gravedad los que
puede castigar el Intendente, procediendo gubernativamente, no puede
resultar perjuicio público ni agravio notable a alguna parte interesada
en prohibir en este caso la apelación o cualquiera otro recurso; i ántes
por el contrario se enervaría el vigor de la disciplina, i se daría lugar
APÉNDICE 771
Disposiciones varias.
Conviene tener presente que sobre materia criminal se han dictado,
entre otras, las siguientes disposiciones i que, derogadas por el Código
Penal en su mayor parte, están solo vijentes las relativas a tramitación;
sin embargo, bueno es conocerlas para saber lo que ha existido antes, i
que estas disposiciones forman la historia de nuestra lejislacion penal
ántes del presente Código.
Decreto de 7 de setiembre de 1814—que declara a los espías reos
de pena de muerte.
Id. de 17 de junio de 1818, que apercibe con las penas legales a los
que provoquen a desafio.
Senado Consulto de 14 de Junio de 1823, por el cual se prohibe la
pena de azotes.
Decreto de 2 de Julio de 1830 en que se comisiona ala Corte Supre-
ma para presentar un proyecto de lei, para la represión del vandalaje.
Decreto de 2 de Julio de 1830 en que se declara que la embriaguez
no exime de responsabilidad penal.
Lei de 20 de octubre de 1831, que conmina con la pena de muerte a
los que violaren su condena de destierro o confinamiento.
Lei de 27 de enero de 1837, sobre delitos leves.
Decreto de 13 de marzo de 1837 que determina la manera de cum-
plir la lei que impone pena al parricida.
Decreto de 7 de Marzo de 1837, que pena como pirata al chileno
que trafique con esclavos.
Decreto de 15 de Julio de 1817, que establece la prohibición de car-
gar armas i determina qué funcionarios pueden llevarlas.
Senado Consulto de 20 de marzo de 1824, prohibe cargar armas i se
impone pena a los que las usen.
Decreto de 25 de octubre de 1837 que permite conmutar en multa
la pena de trabajos públicos impuesta al que cargare armas prohibidas.
Senado Consulto de 14 de Junio de 1823 prohibiendo imponer la
pena de azotes.
.Lei de 29 de Agosto de 1850, que suprime la pena de azotes.
Id. de 8 de Octubre de 1852, que deroga la lei precedente sobre
azotes.
Id. de 3 de Agosto de 1876, restablece la pena de azotes para los
delitos de hurtos i robos.
APÉNDICE 775
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CÓDIGO PENAL.
A
ABANDONO.—(La dejación o desamparo que uno hace, sea de una
persona a quien debia cuidar, sea de una cosa que le pertenece,
sea de una acción que deberia entablar en justicia.)
—De la casa paterna por un menor: los que lo inducen, art. 357.
—De destino, arts. 13o, 254, 330 i 331.
—De niños i personas desvalidas, arts. 346 a 352, 494, núm. 13.
ABASTECIMIENTO.—(La provision de los artículos que necesita un
pueblo para su sustento i que suelen comprenderse en la es-
presion jenérica de objetos de comer, beber i arder.) Penas
del que infrinje sus reglas de policía, art. 496, núm. 6.°
ABIJEATO.—Art. 449.
ABOGADO.—(Persona revestida por la autoridad competente de la
facultad de defender ante los tribunales de justicia los derechos
de las partes litigantes.)
—Que abusa en el ejercicio de su profesión, arts. 231 i 232.
ABORTO.—(Ante la lei, la espulsion provocada i premeditada del
producto de la concepción ántes del término natural de la
.preñez.)
—Propio o ajeno, arts. 342 a 345.
ABUELO.—Yéase PADRE.
ABUSO.—(Él mal uso que uno hace de una cosa suya o ajena que
tiene en su poder, de la confianza que se ha puesto en él, o
el de su autoridad i facultades un funcionario público, ya sea
por ignorancia o malicia.)
ÍNDICE ALFABÉTICO 803
B
BAJA.—En los precios, art. 285.
BANQUEROS.—Art. 272.
BREVES o BULAS.—Arts. 118 i 119.
BAÑOS. —El que falta a las reglas de decencia o seguridad, art. 496
núm. 9.°
BASURA.—El que no las entrega a la policía, art. 496, núm. 22.
— Los que las arrojan a las acequias, art. 496, núm. 23.
BEBIDAS NOCIVAS.—Su venta, art. 495, núms. .15 i 18.
BESTIALIDAD.—Cuando hai escándalo, art. 373.
BIENES . —Yéase PROPIEDAD .
BIGAMIA.—(Casamiento de uno de los cónyujes durante la vida del
otro), art. 382.
BILLETES.—Falsificación de los de banco, arts. 172 i 173.
BOLETAS.—Su falsificación, art. 185; enmienda, art. 189.
BOSQUES.—Su quema, art. 495, núm. 11.
BOTICARIO . —Yéase FARMACÉUTICO .
BUENA CONDUCTA.—Circunstancia atenuante, art. 11, núm. 6.°
BUENAS COSTUMBRES.—Ultrajes públicos a ellas, art. 373.
C
CABALLERÍAS.—Corridas, art. 494, núm. 6.°
CABECILLA.—Yéase JEFE.
CADÁVERES.—Yéase INHUMACIÓN i EXHUMACIÓN.
CADENA.—Pena accesoria de crímenes i simples delitos, art. 21; su
duración, art. 25, inc. final; castigo disciplinario, art. 80, inc.
final; agravación de pena, art. 91, inc. 3.°
808 CÓDIGO PENAL
D
DÁDIVA.—Yéase PREVARICACIÓN.
DAÑO.—Su definición, art. 484,
—Causado para evitar un mal exime de responsabilidad, art, 10,
núm. 7.°
—Causado por animales, arts. 491 i 494, núm. 18; 496,-núms. 17 i
28; 497.
—De valor de mas de 10 pesos, arts. 485 a 488.
—De ménos de 10 pesos, ífrt. 494, núm. 19; art. 495, núm. 21 i 22;
art.' 496, núm. 28.
— E n tumbas, monumentos, bibliotecas, puentes, etc., art. 485.
DECLARACIÓN FALSA,—Yéase TESTIGO,
DEFENSA.—Propia o ajena, exime de responsabilidad criminal, art.
10 núms. 4, 5 i 6.
DEFRAUDACIÓN.—(Usurpación de lo que a otro toca de derecho.)
DEFRAUDACIONES.—Diversas, arts. 467, 469 a 473,
—Hechas por deudores, arts. 463 a4G6 i 471 núm. 2.°
—Menores de 10 pesos, art, 494 núm, 19,
812 CÓDIGO PENAL
— E l empleado que cobrare mas que los que le corresponden, art. 241.
DEBOGAOION,—De las leyes penales anteriores, art. 18 i título final.
DESACATO?.—Contra la autoridad, arts. 264 a 268.
DESAFÍO.—Yéase DUELO.
DESAPARICIÓN.—En el rapto los que no dieren razón de la persona
robada, art. 360.
—De un menor, art. 355.
DESCUBRIMIENTO.—El que priva a otro de su propiedad, art. 158,
núm. 5.°
DESGRACIA,—Yéase CALAMIDAD.
DESHONESTIDADES.—Arts. 366, 373, 374, 495 uúm. 5.°, i 4 9 6
núm. 9,°
DESOBEDIENCIA.—De empleados, art. 159, 226, 237 iuc.2.°, art. 252.
—Ménos graves, art. 496, núms. l.° i 7.°
DESORDENES PÚBLICOS.—Art. 268 (Yéase Atentado, Desacato, Rebe-
lión, sedición.)
DESORDENES MENOS GRAVES.—Art. 4 9 4 , n ú m s . 1 i 2.°; art. 495,
núms. l.° i 2.°; arfe. 496, núms. 7.°, 8.°, 10, 18,26 i 30.
DESPOBLADO (Delito cometido en).—Circunstancia agravante, art. 12,
núm. 12.
DESPRECIO DE LA AUTORIDAD.—Circunstancia a g r a v a n t e , art. 12
núm. 18.
DESTIERRO.— Su definición, art. 36; su duración, art. 56.
'—Ilegal i arbitrario, art. 148.
DESTRUCCIÓN,—De espedientes o papeles, art, 470, núm, 5."; i 494,
núm. 19.
—-De linderos de propiedades, art. 462.
—De puentes, arts. 480, 485, núm. 6.°
DETENCIONES INDEBIDAS—Por empleados, arts. 148, 2 2 3 a 2 2 5 .
—Por particulares, arts. 141 i 143.
—Deber del comandante de policía o del alcaide, art. 149, núm. 5.°
— E n lugares indebidos, art. 150 núm. 2.° Yéase CONSTITUCIÓN PO-
LÍTICA, a r t . 137.
DEUDOR,—Alzado o insolvente fraudalento, arts. 463 a 466.
— Q u i e n e s son deudores alzados. Y é a s e ORDENANZAS DE BILBAO,
cap. X V I I , núm, 4.°
—Que destruye la cosa embargada, art, 369 núm. 6.°
—Que sustrae la prenda dada a su acreedor, art. 471, núm. 12.
814 CÓDIGO PENAL
E
EBRIOS.—Que molestan, art. 496, núm. 18.
ECLESIÁSTICOS.—Son empleados públicos, 260,
—Que sustraiga o destruya documentos o papeles, art. 242.
—Que ejerce su ministerio estando suspenso, art. 214.
EDAD.—Exime de responsabilidad, art. 10, núms. 2 i 3.
—Atenúa la responsabilidad, art. 11, núm. 2.
—Pena del menor de 16 años, art. 72,
EDIFICIOS RUINOSOS.—Pena del que no los repara, art, 495, núm. 19.
EDITORES.—De periódicos. Art. 137.
EDUCACIÓN.—Pena del padre o curador que no la da, art. 494,
núm. 15.
EFECTOS.—Retroactivo de la lei penal, art, 18.
ÍNDICE ALFABÉTICO 815
F
FÁBRICAS.—Empleados que violan secreto, art. 284.
FACILITAR al enemigo la entrada en el territorio do la República,
art., 109, inc. 2.°
FACULTADES (usurpación de) art. 221 i 222.
FACULTATIVO.—Que dé certificado falso, art. 202.
—Que causa daño por malicia, arfc. 345; por neglijencia, 491.
.—Que ejerce su profesion sin título, art. 494, núm. 8.
—Diversas faltas en el ejercicio de su profesion, art. 494, núms.
9, 10 i 11.
INDICE ALFABÉTICO 817
G
GANADO.—Daños en él, art. 497.
GANANCIA.—Hecha por los condenados a presidio, art. 88.
GANZÚAS.—Robos con ellas, art, 440, núm. 2.°; 442 núm. 3.°
—Su uso, 444; su fabricación o venta, art. 445.
GASTOS EN LOS JUICIOS.—Véase COSTAS.
GLOBOS.—Elevados sin permiso, art. 496, núm. 30.
GOBIERNO.—Intelijencia con uno estranjero en tiempo de guerra, es
traición. Art. 109.
GOLPES.—Art. 397. Véase LESIONES.
GRADUACIÓN DE LAS PENAS.—El orden en que estas deben aplicarse.
Arts. 50, 56 a 78.
GRILLETE.—Véase CADENA.
GRITOS—Art. 494 núm. 2.° i art. 495 núms. 1 i 2.
GUARDADOR.—A quien no se le presente el menor: sus derechos,
art. 355.
ÍNDICE ALFABÉTICO 819
H
HALLAZGO de cosa mueble, al parecer perdida; pena del que no la
devuelve, art. 448, 494, núm. 19.
HECHO imprudente, art. 490.
HEREDAD ajena, arts. 440, 441, 442 i núm. 21 del 494.
HERIDAS.—art. 397. Yéase LESIONES.
HIJIENE.—Infracción de las reglas acordadas por la autoridad, arts. 313
a 319, especialmente el 318.
HIJO.—Está exento de responsabilidad penal en el caso del art. 10,
núm. 5.
—No comete hurto en el caso del art. 489.
HOMICIDIO—(La muerte violenta de una persona). Art. 391.
HURTO.—Definición, art. 432; penas, art. 44G i siguientes.
—De animales, art. 449 i circular de foja 767.
—De frutas, art. 496, núm. 33.
—Menor de 10 pesos, art. 494, núm. 19.
—Su.reiteración, art. 451.
—Su prueba. L e i d e 3 de Agosto de 1876.
I
IGNOMINIA.—(Afrenta pública). Añadida a los efectos del delito es
circunstancia agravante, art. 12, núm. 9.
IMÁJENES.—El que las ultrajare, art. 139, núm. 2.°
IMPLICANCIA.—Juez que conociéndola fallare, art. 224, núm. 7.
IMPRENTA (Delito cometido por la), art. 137.
—Los que prohiben hacer publicaciones por ella, art. 158, núm. l . °
IMPRUDENCIA TEMERARIA.—Yéase CUASIDELITO.
—Ménos graves todas las faltas i especialmente, art. 494, núms. 6, 7
10, 17 i 18; art, 495, núms. 11, 19 i 20; art. 496, núms. 3, 6,
13, 16, 17, 24 a 26.
820 CÓDIGO PENAL
J
JEFE.—De cuadrilla, art. 433, núm. 4.
—De asociación ilícita, art. 293.
JENTE ARMADA.-—Cometer un delito con su ayuda es circunstancia
agravante, art. 12, núm. 11.
JOTERO O PLATERO que altera la calidad, lei o peso de los objetos
relativos a su arte, art. 469, núm. 1; art. 494, núm. 19.
JUBILACIÓN.—Pierden su derecho los inhabilitados, art. 38 núm. 4.
JUECES—Prevaricación, arts. 223 a 226.
-—Que seducen a mujer que litiga ante ellos, art. 223, núm. 3.
JUEGOS.—-De suerte,'envite o azar, arts. 277 a 279 i 495, núm. 14.
—Fraudulentos para asegurar en ellos la suerte, art. 470, núm. 7,
. art. 494, núm. 19.
—Lícitos: infracción de los reglamentos, art. 49G, núm. 27.
JUGADORES, art. 278'; fraudulentos, 470, núm. 7.
L
LEGO.—Que ejerce funciones sacerdotales, art. 214.
LEÍ PENAL.—A quienes obliga, art. 5.°
LESIONES.—Corporales graves, arts. 395 a 398; ménos graves, arts.
399 a 401; leves, art. 494, núm. 5.°
—Graves en riña o pelea, art. 402; id. ménos graves, art, 403.
LETRAS.—De cambio falsificadas, arts. 197 1198.
LEYES PENALES,—Anteriores al Código, art, final; posteriores al deli-
to, art. 18.
LIBERTAD I SEGURIDAD.—Delitos contra ellas por funcionarios, arts.
148 a 161; por particulares, arts. 141 a 147.
822 CÓDIGO PENAL
M
MAESTRO—Cómplices en los delitos deshonestos, art. 371.
MALTRATAMIENTO DE OBRA.—Grave, art. 397; menos grave, art. 399.
(Véase LESIONES).
MALTRATO.—I crueldad para con los animales, art. 496, núm. 35.
MALVERSACIÓN.—De caudales públicos, arts. 235 a 238.
MANCEBA.—De hombre casado, art. 381.
MAQUINACIONES.—Véase CONSPIRACIÓN.
MÁQUINAS DE VAPOR.—Esplosion, art. 480.
MANTENIMIENTOS.—Defraudados, arts. 286, 495, núm. 15.
MARCOS.—Véase ROMPIMIENTO.
MARIDO ADÚLTERO.—Véase MANCEBA.
MATERIAS INFLAMABLES.—Conservación, custodia i trasporte, art. 494,
núm. 17.
MATRIMONIOS.—Ilegales, arts. 382 a 389.
MATRONA.—Suposición de parto, art. 353.
—Keglijente, art. 491.
—Descuidos punibles, art. 494, núm. 10.
—Otras faltas, art. 494, núms. 11 i 12.
MAYOR DE 16 ASOS I MENOR DE 18.—Sus penas, art. 72.
MEDICAMENTOS.—Deteriorados, etc., art. 315.
MÉDICOS.—Arts. 491, 494, núms. 8.° a 12. Véase FACULTATIVOS.
MEDIDAS,—Falsas, art. 469, núm. 2.°; art. 495, núms. 16 i 17.
ÍNDICE ALFABÉTICO 823
N •
NATURALEZA de algunas penas, arts. 32 a 36.
NAUFRAJIO.—Delito cometido en él; circunstancia agravante, art.
12, núm. 10.
NEGACIÓN.—De ausilio o socorro. (Véase AUSILIO.
—De justicia, arts. 224, núm. 3, 225 núm. 3 i 125.
CÓDIGO PENAL
O
OBCECACIÓN MOTIVADA.—Circunstancia atenuante, art. 11, núm. 5.°
OBEDIENCIA.—Véase DESOBEDIENCIA.
OBJETOS.—Insalubres o fétidos i penas por su elaboración, art. 496,
núm. 20.
—De un culto: ultrajes, art. 139, núm. 2.
•—Del Estado entregados al enemigo, art. 109, inc. 3.°
OCULTACIÓN.—De espedientes, documentos, ete, art. 470, núm. 5.
—De especies o soldados enemigos, art. 109, inc. 8.°
—De nombre, art. 496, núm. 5.
—De bienes, art. 466.
—De liijo para hacerle perder su estado civil, art. 354, inc. 2.°
OCUPACIÓN de inmuebles, art, 457 i 458.
OBRAS PÚBLICAS.—Los que las entorpezcan, art. 272.
OFENSA.—-A la autoridad: circunstancia agravante, art. 12, núm. 13.
—Al autor del delito o a sus parientes: circunstancia • atenuante,
art. 11, núm. 4.°
ORDEN i seguridad públicos, arts. 261 a 268 i 495 núm. 1.
P
PADRE.—Sus derechos en los casos de estupro, violacion i rapto, art.
369; id en los de calumnio o engaño, art. 424.
PADRINO DE UN DUELO,—Su pena, art. 408.
PAGO.—Empleado que no quiera hacerlo, art. 237
PALABRAS OBSCENAS.—Proferidas en público, arts. 373 i 495, núm. 5.°
PAPEL SELLADO.—Su falsificación. Véase esta palabra.
PAPELES.—(Véase DOCUMENTOS.)
PARRICIDIO.—Cuando se comete; su castigo, art. 390.
PARTO.—Supuesto, art. 253.
ÍNDICE ALFABÉTICO 825
Q
QUEBRADO.—Culpable, arts. 464 i 465.
--Fraudulento, arts. 463, 465.
—Procesado: graduación en los gastos del juicio, art. 48.
QUEBRANTAMIENTO DE CONDENA.—Art. 90.
QUEMA.—Indebida de bosques, rastrojos, etc., art. 495, núm. 11.
R
RAPTO.—De menores, arts. 142 i 357.
— De mujeres, arts. 358 a 360, 368 a 372.
RATEROS.—Art. 494, núm. 19; art. 496, núm. 33,
REBELIÓN.—(Alzamiento contra el gobierno con el fin de cambiar el
orden establecido.) Arts. 121 a 125.
RECLUSIÓN.—Su naturaleza, arts. 32 i 89; su duración, art. 56.
—Mayor i perpétua; se cumplen en la Penitenciaria, art. 86.
—Menor: Se cumple en el Presidio, art. 87.
RECOMPENSA.—Por cometer un delito: circunstancia agravante, art.
12, núm. 2.
REHABILITACIÓN.—Cómo se obtiene, art. 105 i 11 de la Constitución
Política.
REGALO.—Véase PREVARICACIÓN.
REINCIDENCIA,—Circunstancia agravante, art. 12, núm. 16.
— E n el quebrantamiento de incomunicación, art. 90, núm. 2.°; de
suspensión, id. núm. 6.°
REITERACIÓN.—De hurto, art. 451.
REGLAMENTO.—Yéase INFRACCIÓN DE REGLAMENTO.
REGLAS,—Para la aplicación de las penas, art. 50 i siguientes. Yéase
PENAS.
RELEGACIÓN.—Su definición, art. 35.
—Mayor i menor: su duración, art. 56.
—Perpétua, art, 21.
RELIJION,—Delitos contra ella, arts. 138 a 140.
REO AUSENTE.—Su pena si se presenta o es habido, art. 103.
—Tiempo para prescribir la pena o acción penal, art. 100.
RESISTENCIA.—De empleados, art. 252.
RESOLUCIÓN o providencia administrativa manifiestamente injusta,
art. 228,
ÍNDICE ALFABÉTICO 829
S
SACERDOTE.—Véase ECLESIÁSTICO.
—Que acompaña al ajusticiado, art. 83.
SALUD PÚBLICA.—Delitos contra ella, arts. 313 a 319, i 495, núm. 15.
SANIDAD.—Véase HIJIÉNE.
SECRETOS.—Véase VIOLACION, REVELACIÓN.
—Los que divulgaren o se aprovecharen de los contenidos en las
cartas que indebidamente abrieren, art. 146.
— E l que divulgare el de un invento, art. 158 núm. 5.°
SEDICIÓN.—(Alzarse públicamente con fuerza para quebrantar las leyes
830 CÓDIGO PENAL
T
TABERNA.—Acceso a ella, art. 145 .
TABLA.—De la duración de las penas, art. 56.
TAHÚRES.—Art. 495, núm. 14. (Véase JUEGO, JUGADORES.)
TELÉGRAFOS.—Delitos por empleados, arts. 156, 195 i 337 a 340.
—Otros delitos, art. 333 a 336.
TENTATIVA.—Definición, art. 7; pena, art. 51, 61 i 111.
—Para pasar a país enemigo, art. 117.
TESTIGOS.—Falsos, arts. 206 a 209 i 250.
—Pena del que los presenta en juicio, art. 212.
TESTIMONIO FALSO.—Véase TESTIGOS falsos.
TORMENTOS.—Art. 150.
TÍTULOS DE DEUDA.—Su falsificación. Véase esta PALABRA.
TRABAJO.—Los que alteran su precio ordinario, art. 285.
—De los presidiarios, arts. 88 i 89.
—El que prohibiere los que no se opongan a la lei, salubridad, etc.,
art. 158, núm. 2.°
—Públicos: embarazos a su ejecución, art. 272.
TRAICIÓN.—Véase SEGURIDAD.
TRASLADARSE.—Los que estorbaren, art. 158, núm. 4.
TRASPORTE.—De materias inflamables, art. 494, núm. 17.
TREGUAS.—Su violacion. Véase ARMISTICIO.
TROPAS.—(Véase SEDUCCIÓN DE). Levantar- tropas sin autorización,
art. 114.
TUMBAS.—Violacion, arts. 321, 485, núm, 7.
TUMULTOS.—Arts. 139, 268. (Véase ATENTADO, DESACATO, REBELIÓN
i.SEDICIÓN).
832 CÓDIGO PENAL
u
ULTRAJES.—Públicos a las buenas costumbres i al pudor, arts. 373
i 374.
UNIFORME.—Uso indebido, art. 307.
Uso.—De nombre falso, art. 468.
USURA.—Art. 472.
USURPACIÓN.—De aguas, arts. 459 a 461 i 495, núm. 22.
—De atribuciones, arts. 221 i 222.
—De derechos reales, arts. 457 i 458.
—Del estado civil, art. 354,
—De funciones o nombres, arts, 213 a 215.
—De mando de tropas, buques, etc., art. 124.
—De terrenos, art. 462.
—Varias, arts. 214, 219, 222 i 438.
art. 284; por particulares, art. 146, 247, iuc. 2. p ; por abogados
o procuradores, art. 231,
— D e sepulcros, arts. 321 i 485, núm. 7.
—De tregua o armisticio, art. 113.
VIOLACIÓN O INTIMIDACIÓN EN LAS PERSONAS.—Qué se entiende por
tal, art. 439.
—(Actos de): principio de sublevación, art. 128, inc. 3.°
VIOLENCIAS VARIAS.—En las personas o cosas, arts. 438, 457, 460 i
494, núms. 20 i 21.
VIUDA.—Que contrae matrimonio en el término prohibido por la lei,
art. 386.
VÍVERES.—Entregados al enemigo, art. 109, inc. 4.°
INDICE.
DEDICATORIA 5
Reseña histórica del Derecho Penal 7
Historia del Código Penal de Chile . 37
Discurso del señor don Alejandro Reyes 53
Mensaje del Gobierno al presentar el Código Penal al Congreso. 71
Leyes promulgatorias del Código Penal 77
LIBRO PRIMERO.
T Í T U L O PRIMERO.
§ I. De los delitos 79
§ II. De las circunstancias que eximen de responsabilidad
criminal 95
§ III. De las circunstancias que atenúan la responsabilidad
criminal 110
§ IV. De las circunstancias que agravan la responsabilidad
criminal 118
§ Y. De las circunstancias que atenúan o agravan la res-
ponsabilidad criminal, según la naturaleza i acci-
dentes del delito 134
TÍTULO SEGUNDO.
TITULO TERCERO.
De las penas.
§ I. De las penas en jeneral 151
§ II. De la clasificación de las penas 158
§ III. De los límites, naturaleza i efectos de las penas 180
§ IV. D é l a aplicación de las penas 206
§ V. De la ejecución de las penas i de su cumplimiento 246
TÍTULO CUARTO.
TÍTULO QUINTO.
De la estincion de la responsabilidad penal.
§ ÚNICO. D é l a estincion d é l a responsabilidad penal 266
LIBRO SEGUNDO.
Crímenes i simples delitos i sus penas.
TÍTULO PRIMERO.
Crímenes i simples delitos contra la seguridad esterior
i soberanía del Estado.
§ ÚNICO. Crímenes i simples delitos contra la seguridad i sobe-
ranía del Estado !, 279
TÍTULO SEGUNDO.
Crímenes i simples delitos contra la seguridad interior
del Estado.
§ ÚNICO. Crímenes i simples delitos contraía seguridad interior
del Estado,... 297
836 CÓDIGO PENAL
TÍTULO TERCERO.
TÍTULO CUARTO.
TÍTULO QUINTO.
TÍTULO SESTO.
De los crímenes i simples delitos contra el orden i la seguridad
públicos cometidos por particulares.
§ I. Atentados i desacatos contra la autoridad 459
§ II. Desórdenes públicos 469
§ III. De la rotura de sellos , 470
§ IV. De los embarazos puestos a la ejecución de los traba-
jos públicos 472
§ V. Crímenes i simples delitos de los proveedores 472
-§ VI. De las infracciones délas leyes i reglamentos referen-
tes a loterías, casas de juego i de préstamo sobre
prendas . 475
§ VII. Crímenes i simples delitos relativos a la industria, al
. comercio i a las subastas públicas 482
§ VIH. De las infracciones de las leyes i reglamentos relativos
a las armas prohibidas 485
§ IX. Simples delitos relativos a las epizootias 487
§ X. De las asociaciones ilícitas 490
§ XI. Dé las amenazas ele atentado contra las personas i
propiedades 494
§ XII. De la evasión de los detenidos 498
§ XIII. De la vagancia i mendicidad 506
§ XIV. Crímenes i simples delitos contra la salud pública 513
§ XV. De la infracción de las leyes o reglamentos sobre inhu-
maciones i exhumaci ones 519
838 CÓDIGO PENAL
T Í T U L O SEPTIMO.
§ I. Aborto.... 538
§ II. Abandono de niños i personas desvalidas 543
§ III. Crímenes i simples delitos contra el estado civil de las
personas 549
§ IV. Del rapto 554
§ V. De la viciación 559
§ VI. Del estupro, incesto, corrupción de menores i otros
actos deshonestos 561
§ VII. Disposiciones Comunes a los tres párrafos anteriores...
§ VIII. De los ultrajes públicos a las buenas costumbres 573
§ IX. Del adulterio... 575
§ X. Celebración de matrimonios ilegales 585
TÍTULO OCTAVO.
TÍTULO NOVENO.
TÍTULO DÉCIMO.
De los cuasidelitos.
L I B R O T E R C E R O .
T Í T U L O PRIMERO.
De las faltas.
T Í T U L O SEGUNDO.
TÍTULO FINAL.
APÉNDICE.