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¿Qué es la novela negra?

J . u

T o d a v í a hoy, para muchos, resu


fascinación que la literatura poli
i j ^
o de crimen ejerce sobre millon
todo el mundo. Y, en el caso
habla hispana, sorprende el hec
tores del género se cuentan por
ña, Argentina, Venezuela y, desd
México.
Sin embargo, a pesar de tan
esta literatura todavía es cons
Aunque ya hay una abundante
intenta explicar et fenómeno, p
ciertas circunstancias de los orí
nero tan injustamente postergad
do. Como si lo policiaco estuvier
allá de la masividad de sus cult
do en nuestro.s días un "subgé
de hijo natural, o ilegítimo,
"seria".
Ese menosprecio no ha imp
que de todos modos se haya i
mente. La novela negra impreg
vida cotidiana; tiene acaso las
des de reseñar, lo quiera o no, l
tico-sociales de nuestro tiempo. Y
ne.s de hogares del mundo enter
o ía televisión, con hi.storias de
sí, y a veces aberrantes, pero q
este fenómeno y que por eso mi.
ción. Y ni se diga de la influencia persistente que Lina primera clasificación
tiene en casi todos los grandes escritores modernos, vela policiaca admite dos
conscientemente o no. Por un lado, la novela e
blema", o de "cuarto cerr
Paradójicamente, como si se tratara de produc-
en la que se inscribieron l
tos espurios, los libros de este género —de los que
los que casi invariablemen
se producen, según el estudioso búlgaro Bogomil
en descubrir a un criminal
Rainov, nada menos que unos 2.000 títulos anua-
el espacio: la típica situaci
les en todo el mundo— siguen siendo circulados
habitación cuyas puertas y
en ediciones baratas, generalmente mal impresas
das ppr dentro, el cadáver
y pésimamente traducidas. De alguna manera, po-
pista visible. Claro está: a
dría decirse que "no tienen estatus". Y ello, a pe-
el crimen y ése era el mist
sar de que probablemente la narrativa policiaca
{si bien carecemos de datos estadísticos) sea uno Por el otro, la novela d
de los géneros que más ejemplares venden en los versión más moderna que
cinco continentes. Podría afirmarse que es, quizá, arranca con Cosecha roja,
la literatura de mayor aceptación popular en un (1927), la que a su vez
buen número de países. escuela kard-boiled que ini
teamericana Black Mask en
Lógicamente, no por esa masividad se mide la Hammett fue uno de sus pr
calidad literaria. Pero podemos adelantar nuestra novela se caracteriza por l
idea centra! de una vez: la literatura policiaca de sus personajes, por ciert
moderna es, en sus mejores expresiones, un gé- carnado realismo en la acti
nero tan sólido, tan arraigado, con tanta calidad gonistas. Es la novela que
artística como cualquier otro; como la literatura pies sobre la tierra", porqu
costumbrista, la objetivista, la psicológica, la rea- tos que hoy son naturales
lista, la que se cjuiera. por el poder político y/o ec
el individualismo, la violenci
Quizá lo que sucede es que —así como público
nero, productes todos de
no es lo que le falta, ni autores, a la vista de la
y en descomposición.
colosal producción mencionada— se trata de un
género que todavía carece de precisiones. Por eso De esta segunda línea, s
intentaremos algunas para que, a ])artir de allí, una clasificación más mod
sea posible imbricar a lo policiaco, a la novela de variantes que se han venido
crimen o de delito en su acepción más amplia años y que —si bien la pr
— y a lo que llamamos "moderna novela negra"— irregular, y abundan los te
rentes del más mínimo rigo
en el marco de la literatura universal. Para eso,
con un vasto público.
es indispensable revisar los orígenes de) género.

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De estas categorías, cabe decir que correspon- que se produjo en la revista
den casi exclusivamente a la novela de acción. llegó a ese puesto Joseph "
Y es que, mientras la novela enigma da vueltas tor fracasado de Nueva Ingl
alrededor de sí misma y agota —a nuestro jui- mera Guerra M u n d i a l habí
cio— todas sus posibilidades repitiéndose al estilo ejército norteamericano.
Agatha Christie, la novela hard-boiled —la "ne- "Cap sabía lo suficiente
gra"— encuentra todas las inagotables posibilida- detectives para comprender
des que da la vida, en tanto el género pasa a ser del tipo 'crucigrama', que car
reflejo de la vida real (y no de un cuarto cerrado, cionales humanos'. Después
de un pequeño universo hermético). atrasados de la revista, se f
Así, surgieron: la novela de detective-investi- mett por la originalidad y a
gador violento; la de acción desde el punto de relatos. Su correspondencia
vista de "la justiciá" entendida así, genérica. In- mett le dio una idea de lo q
definidamente; la psicológica que sigue la acción revista. 'Queríamos sencillez
desde la óptica y la desesperación del criminal; dad, pla\isibilidad y convicci
la de espionaje, generalmente dedicada a formas ción, pero considerábamos qu
de macartismo, y últimamente cibernética, fan- significado a menos que impli
tástica e increíble; la que pretende crítica social mano reconocible en forma
a partir de cierto costumbrismo y está, quiéralo o Y concluye MacShane: " E
no, ideologizada; la del inocente que se ve envuel- tenía ciertas fórmulas, pero
to en un crimen que no cometió y debe luchar querían una pauta que 'pusi
por probar su inocencia, etcétera. rácter y los problemas inher
Hay tantos etcéteras como se quiera, porque humana en Ja solución de u
justamente la novela policiaca se ha abierto un Shaw escribiría, más adela
camino rico en posibilidades expresivas, en tanto de los años 30, en la época
toma elementos de la vida real y se convierte en das de A I Capone, Dillinger
reflejo de ella. La tal riqueza expresiva le ha crimen organjzado tiene alia
permitido unlversalizarse y, seguramente, como parte necesaria de su nego
trataremos de probar, también permite explicar 1931, afirmaba: "Creemos
su adultez y la convierte en una literatura tan servicio público al publicar la
"artística" y tan "seria" como cualquier otra. fieles a la verdad y altament
Uno de los más autorizados biógrafos de Ray- bre el crimen moderno".
mond Chandlér, Frank MacShane, en su libro U n concepto altamente mor
L a vida de R . Ch., explica cómo fue que, hacia correspondía a la sociedad
1925, empezó a estructurarse la moderna novela que, en las últimas décadas,
negra. Menciona como hito el cambio de editor nuestros países. ¿ O la televis

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series policiacas o de las otras, no está inspirada
en concepciones como la de prestar un servicio resueltos por el juez T i — si
público "altamente aleccionador"? ¿ O no es ver- del género corresponde al
dad —aunque no sea tema de esta nota— que Es ahí donde se ubic
el fundamento moral del cine y la televisión Edgar! Alian Poe (1809-1
que vemos diariamente es netamente norteame- de aventuras, de horror y
ricano, por lo paternalista y —aunque hipócrita- las tres primeras historias t
mente— por lo puritano? asesinatos de la calle M o r
rio de Marie Roget" (1842
Pero, aparte de estas consideraciones sociológi-
(1849). En la primera utili
cas, también implicó una ruptura con sus propios,
enigma del "cuarto cerra
primeros antecedentes: los de la novela policiaca
mentos al alcance del lect
en su sentido más general, de enigma o misterio.
ñarlo con el método deduc
Es entonces cuando nos adentramos en el terre- Pueden citarse, inmediat
no de la literatura universal, en la que de alguna Rainov-— a Eugenio Sue
manera, también, siempre hubo crímenes. En simo autor francés de nov
Shakespeare los hay, en el Oliverio Twist de las que se contó Los mister
Dickens, en Dostoievsky, por citar sólo algunos Emile Gaboriau (1832-187
casos. Quiere decir, entonces, que no es el cri- primera vez un héroe per
men mismo lo que define al género primaria- Lecoq, investigador que pr
mente. Lo que lo define y lo constituye es el El caso Lerouge (1866) y
hecho de que el crimen es, en la novela policiaca, (1867), entre otra media
el tema central, el corazón del asunto, el punto olvidadas; W i l l i a m VVilkie
de partida, su razón de ser y su conclusión. Como cuyo personaje, el sargento
dice Rainov: "Podemos definir como novela de rosas, protagonizó L a piedra
crimen sólo aquella producción en la cual el deli- thur Conan Doyle ^1859-19
to no es tratado como un episodio o una motiva- lectores, desde el siglo pas
ción, sino como tema básico, del cual se derivan y padre del inefable y vani
o con el cual están relacionados, en uno u otro Con sus novelas Estudio en
grado, todas las acciones, dramas y conflictos hu- signo de los cuatro (1890),
manos." keruüle (1902) y una cincu
tos y novelas, Conan-Doyle
Si bien algunos autores, como Fereydoun Ho-
traordinaria, fji bien puede
veyda (en su Historia de la ripuela policiaca)
mejor mérito fue el haber c
consideran que hubo relatos policíacos hace ya un
popular detectivesco, ya qu
par de siglos —Hoveyda cita un manuscrito chi-
da de trampas al lector y
no del siglo X V I I I titulado Tres casos criminales
fiables, si bien fascinantes.
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Pero desde aquellos orígenes, desde esas obras Lo que define al género n
iniciales, hasta la moderna novela negra, hubo un reflexiones sobre la violen
largo andar en el que esta literatura recibió i n - literarios
fluencias de otros géneros que podrían ser con-
siderados como " p r i m o s h e r m a n o s " ; influen-
cias que determinaron características novedosas En la actualidad, hay d
que permitieron romper con la vieja tradición nero policial: la novela cl
arrancada en Poe. Es decir, géneros como el ho- propiamente dicha. Y , den
rror ( H o w a r d Philüp Lovecraft), las aventuras mos que se deben distin
(Hermann Melville, Jack London, John Dos formas modernas: 1) la
Passos) o la monumental historia de Margaret detective-protagonista; 2)
M i t c h e l l , Lo que el viento se llevó, seguramente 3) la novela de la víctim
la novela más leída de principios de siglo en los Pero muchos lectores pr
Estados Unidos. Y , claro, la siempre olvidada l i - ción a la categoría especí
teratura del Oeste, cuyos máximos exponentes fue- qué la superación de la n
ron Bret Hartje y Zane Grey, entre otros. inglesa"). T a m b i é n inquie
De estos géneros, la moderna literatura negra daderas características y
obtuvo transfusiones de elementos que hoy la ca- como si la cuestión fuera
racterizan; el suspenso, el miedo que provoca an- que importar la novela n
siedad en el lector, el ritmo narrativo, la inten- novela "blanca" que sea
sidad de la acción, la violencia y el heroísmo Ciertamente, es difícil r
individual. Con esas materias primas, Hammett señala Ricardo Piglia en s
primero, Chandier después y una legión de au- relatos de la Sene Negra (C
tores no siempre reconocidos m á s tarde, sentaron rica Latina, Buenos Aires,
las bases de la novela negra: la lucha del " b i e n " mera vista parece una es
contra el " m a l " , la intriga argumenta! y, siem- precisos, d i f í c i l de cara
pre, el poder, la gloria, el dinero, como elemen- posible incluir los relatos
tos capaces de torcer el destino de los hombres. que este autor (uno de
Destino que una concepción maniquea de la jus- del género en Argentina,
ticia absuelve o castiga en la ¡persona, casi me- excelente y desaparecida
siánica, de los héroes individuales tan caros a la torial Tiempo Contemporá
idiosincrasia norteamericana. zar a analizar esto.s relato
no son narraciones clásica
que también tienen enigma
Comunidad Conacyt, número 134/135, febrero/marzo
es su presencia o su au
de 1982. género, .sino su realidad c

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dad identificable y hasta un cierto determinismo ble, escribió cuentos interp
social, sumados a un lenguaje propio, realista y en la California de mediad
violento, brutal y descarnado.) Claro está que esta liter
Pero es correcto intentar definiciones en este ma época, el mismo 1924
género, a partir de determinar lo que no es. Así, el Ulises de Joyce, En busc
la novela negra tampoco es una literatura des- de Proust y aún se inicia
tinada a una trascendencia académica y ni siquie- del recientemente fallecido
ra, creemos, tiene la intención moralizante que dena al menosprecio intel
algunos le han atribuido. Es una literatura en otro "pecado o r i g i n a l " : su
cierto modo de emergencia, que surge en un mo- a las clases de poca cultu
mento muy peculiar (los años 20, en los Es- hay libros (salvo la Biblia)
tados Unidos) y que responde a una historia l i - leídos, traducidos y reimpre
teraria, una tradición: la de explicar sobre la negro. U n solo dato, apa
marcha a una sociedad. No es una literatura "de los autores, el belga Geo
escritorio", en el sentido de que no es fruto de la dido más de 300 millones
reflexión pausada y sistemática de sus autores, el mundo, en decenas de
sino que es arrancada y autoerigida a partir de Luego el cine, y más t
la exigencia de una lecjpría que la instala en
operan a que el género se
una preferencia y una popularidad asombrosas,
La emergencia sigue siend
que la consume, literalmente, la devora, lo que
vela negra, porque la exige
dificulta su evolución.
tores obliga a quienes lo
La novela negra moderna tiene, hay que re- destajo. Ergo: hay de todo,
cordarlo, sólo sesenta años de vida. La anticipan ginas aborrecibles, una fac
—hoy puede entenderse— varios siglos de acu- un descuido y hasta posibil
mulación cultural. Pero eso no quita que sea gógicas, que sin duda, y c
emergente. Hemos sostenido que este género es se lo considere un subgéne
hijo directo — y natural— de la literatura del A esto contribuyen, por ci
far-West, como épica aventurera f|el siglo X I X mero nortearñericanos y lue
en un país determinado. Hemos dicho que es, tam- con un argumento más o
bién, una literatura de conquista, de explicación, devora este género; démos
de justificación y descripción de modalidades del los autores a que produzcan
capitalismo. No se le pida, entonces, una inter- ta la calidad, lo que import
pretación de las profundidades del alma. Pero género, sellos, no títulos o
no se le niegue, tampoco, su estrecho vínculo con teratura para el consumo
la épica universal. No en vano autores como Bret T a n t o en su vertiente clá
Harte, para nosotros un antecedente indispensa- gra contemporánea, lo polic
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de la literatura universal. A l costado y por detrás; el menosprecio nos inte
y debajo. El mito se ha instalado en la con- señala Donald A. Yates
ciencia de la cultura moderna: se trata de una cuento pplicial latinoamericano
"literatura de evasión." ' drea, México, 1964), ca
crítica provienen de la ig
No por nada Alfonso
Por qué revalorizar la novela negra vida lector del género y
virtudes, lo designó com
nuestro tiempo."
No pretendemos tapar el cielo con un dedo; lo Llamarlo género meno
anterior parece innegable y está consagrado. Pero tiva de no aceptar que
lo "que nos interesa es revalorizar el género, to- men de una de las posibil
mada cierta distancia y separado algo de trigo de Hombre, desde la Biblia,
entre tanta paja. Porque pensamos que este gé- Comedia de Dante, tod
nero es, también, otra cosa y merece otra consi- Dostoievsky. Y si no, ba
deración. Fundamentalmente, respecto de la mo- lización occidental y cristi
derna literatura específicamente negra, donde ve- del crimen de Caín sob
mos otra dimensión, ahora sí filosófica, con una lidifica luego con crímene
sólida formación clásica en muchos autores, con pocos asesinatos papale
prosas tan cuidadas como en cualquier género, grientas, sátiros diversos
con la originalidad que se le exija y con una ca- pocos destripadores. Por
pacidad extraordinaria de mostrar a la sociedad hacen guerras en Afganis
como antes pactaron co
de nuestro tiempo.
palm sobre Vietnam.
L a novela negra moderna, en sus mejores ex-
presiones, es una radiografía de la llamada " c i - Si, como señala PigUa
vilización" tan eficaz y seria, tan aguda y so- para al crimen de su m
fisticada, como en cualquiera de las mejores vela negra norteamerica
páginas de la literatura universal contemporánea. una motivación, la recon
Es un medio estupendo para comprender, prime- con la sociedad en que s
ro, y para interrogar después, al mundo en que sociedad (y toda literatur
vivimos. protagonista. El delito n
No estamos diciendo —quede claro— 'que toda problema matemático, u
la literatura negra está a nivel de Joyce, Proust fío al ingenio. No hay
o K a f k a (sería un desatino), sino que es justo falta de causas (person
revalorizar a buena parte del género, para com- hay crimen perfecto. Cad
prenderlo y darle un lugar más elevado. Superar relaciones —malas relaci

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tón, en villanos de cart
manos. No hay, como la ciencia jurídica ha de-
de exquisita e imposible
mostrado, un modelo humano de criminal como
imaginaba Lombroso; lo que hay son circunstan- Ese lenguaje se ubic
cias que llevan al hombre a cometer un crimen. norteamericana, desde
A cualquier hombre. A usted o a mí. por lo menos. Y de ese
que Hammett "fue el as
en su obra nada que
primeras novelas y cuen
por qué lo negro supera a lo clásico
Si el realismo es, ent
del género, puede ent
Según Piglia, en la ficción policial clásica "el de- quea del mismo. Ham
tective nunca se pregunta por qué, sino cómo se de los ojos grises que par
comete un crimen, y el milagro del indicio, que c! mundo es o un comj
sostiene la investigación, es una forma figurada tima". Este maniqueísm
de la causalidad. Por eso el modelo del crimen per- todas las relaciones e
fecto que desafía la sagacidad del investigador amor-odio; poder-someti
es, en última instancia, el mito del crimen sin dinero-poder; riqueza-am
causa". una narrativa de emerge
Esta es una utopía que la novela negra des- flictos, de pasiones. De
deña. Desde Hammett, el crimen se comete "por racterí.stica de lo negro
algo", dice Chandier. Y esc "algo" son, inevita- violento c! mundo en qu
blemente, las debilidades humanas: la ambición,
Pero no se piense que
la pasión, el odio, el miedo, el rencor, la ven-
impostada, exagerada o
ganza, la envidia, el amor. Esto lleva al género,
se para criticar, desde l
por una parte, a coexistir con los viejos y clási-
ro. V'ivimos en el misino
cos relatos de enigma y de .suspenso. Pero por
Lo\vry en Bajo el volcán,
)a otra, lo obliga a utilizar un lenguaje nuevo,
cualquier chico de Califor
realista, como bien explica Chandier en su ensayo
azotea con una ametral
El simple arte de matar: el que sirve para narrar
vecindario. Si en México
un crimen que "se le ocurrió a alguien des minu-
violaciones por a ñ o ; si e
tos antes de llevarlo a cabo" y no el "que a los
son moneda corriente e
muchachos que apoyan los píes sobre el escri-
moderna; si la sordidez
torio les resulta más fácil solucionar" o aquel en
política e.s materia cotidi
el que "alguien ha tratado de pasarse de listo".
do occidental y cristiano
Por eso, concluye, estos detectives clásicos se han
Cjuier violeneia literaria e
convertido en "muñecos, en enamorados de car-

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Piglia dice que "el crimen es espejo de la so- Y es que, siempre, las de
ciedad, esto es, la sociedad es vista desde el cri- las que provocan el crimen,
men". Creemos que en realidad el crimen es la un crimen hay una manifest
" o t r a " cara del espejo, la parte negra de la luna que sea el "poder" de deci
que el pudor a veces, y el temor siempre, procu- la vida de o t r o ) . Por eso
ran ocultar. Pero que existe. Por eso nos parece Coto, en un interesante artí
pueril aquella afirmación corriente de que es bue- revista Arte y Comunicación
no que la gente lea novelas de crimen, porque tiembre de 1982) que "las e
si lee no mata. U n absurdo, porc^ue la violencia las que la narración policial
no está en la literatura. El crimen, puede decirse, ción, responden a una neces
es la vida moderna misma.
Chandier, en su ensayo, fue contundente al se- Esta necesidad, que fue f
líalar que los autores negros "hablan de un mun- es la que permite redimens
do en el que los gángsters pueden dirigir paí- men, poder y dinero son
ses; un mundo en el que un juez que tiene una culpa; no se puede vivir sin
bodega clandestina llena de alcohol puede enviar tura, superando lo puramen
a la cárcel a un hombre apresado con una bo- atrevido a cuestionar la soci
tella de whisky encima". Miremos nomás la rea- vación artística de una form
lidad latinoamericana contemporánea, donde es sumista", nomás deteniéndos
sabido que se condena a muchachos por tener un
Javier Coma, en su libro
cigarrillo de marihuana, pero han habido gobier-
Viejo Topo, Barcelona, 198
nos de narcotraficantes como el de García Meza en
señalando la importancia d
Bolivia. "Es un mundo que no huele bien —afir-
generatrices. Ahí, de la ma
ma Chandier— pero es el mundo en el que usted
y del jazz, de un jolgorio e
vive."
se encumbraron modelos de
tamiento, de heroísmo (nad
papel de los we.sterns) pero
Por qué importa la novela negra un agudo sentido crítico ab
en los E.stados Unidos. La
huelgas, la represión, el des
Los valores primordiales en que basa su existen- corolario un período de gan
cia este género, son el poder y el dinero; como sindical, guerra entre banda
el sonido y la furia faulknerianos, que a su vez y, en todo el contexto, la corr
evocan a Shakespeare, en Hamlet, en aquella defi- Evidentemente, los escrito
nición de que el mundo es una marioneta ma- de la época no inventaron e
nejada por un idiota lleno de sonido y de furia. mente la interpretaron, la d
30 i'
ron a la pantalla (recuérdese que muchísimos de
eionado o un'aristócrata qu
los mejores autores negros, como Chandier, Cain,
resolvía casos de jardinero
Grubcr, McCoy, Hoines, fueron guionistas de
mos sospechosos, en la no
Hollywood junto a figuras como Faulkner).
fesional, alguien que hace
Así, podemos afirmar una vez más que el gé- sueldo". Es'un hombre que
nero negro nació como una corriente interna, na- que la protagoniza realme
tural, dentro de la tradición realista de la lite- descubrimientos, produce p
ratura norteamericana. Hay una conciencia social más, una. moral propia, c
en estos escritores, afirma Piglia. Y en ese sen- sociedad, y aunque no pret
tido, Srott Fitzgerald, Dos Passos, Steinbeck, Cald- modelo moral, su ética se
well, Nathanael West y Faulkner y Hemingway, idea!. "En Chandier, todos
fueron todos tough-writcrs (escritores duros). Casi nos Marlowe —escribe Pigl
negros, y en algunos casos absolutamente tales, nesto, que hace bien su t
como el Hemingway de The killers o el Faulkner mina, parece una realizaci
de Santuario. Y el primero, particularmente, fue boy."'
fundacional en cuanto al estilo narrativo de la Pero aun en los últimos t
novela negra, con predominio del diálogo, acción
de apreciarse otra tendenci
vertiginosa y una ironía constante y corrosiva.
dido valor como referente d
En contrario, pensamos que la novela "blanca" tcrjorado su imagen, a part
sería aquella que se ocupa de temáticas aleja- incluso en autores negros
das de la realidad; no en un sentido metafísico o abominables, como el Shell
Mike ,Hammer de Spillane.
filosófico, sino escapista. Una literatura suavizada
del cine y la televisión, con
— y suavizante— que evita tensiones sociales, que
rados al estilo Cannon o
no reconoce más drama que los cursilones de al-
tardeaílo al detective como
mas de poca imaginación (y poca cabeza) y que
procura siempre descontextualizar a los persona- Por eso, hoy, el asesino
jes del mundo contradictorio en que se vive. En Brewer), o ese pobre am
esa literatura las polaridades están mediatizadas, cartero llama dos veces (de
el aire es aristocratizante y elitista, se proponen Johngon de Corre, hombre
modelos sociales conservadores, basados en distin- nuevas formas de abordaje
ciones de clase jerarquizadas desde ópticas fas- nuestro tiempo. Ya ni siquie
cistas. nestidad o la incorruptibilid
locura de la sociedad indus
En la ficción policiaca contemporánea, el de- que la gente no se pregunta
tective "ha dejado de encarnar la razón pura", que mate por algo). O bien,
dice Piglia. Si en la ficción clásica era un afi- para evitar^ que la maten.

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Por eso nos parece importante, también, la dis- día ya un clásico teórico de
tinción entre lo clásico y lo negro; porque con la Este título acaba de ser reed
novela negra se instala también una posibilidad colección que para la editor
estética diferente, en la que la realidad ni está Juan Carlos M a r t i n i , respet
por debajo ni supera a la ficción. La ficción es ducción que hace una doc
real; la realidad se cuenta como ficción, Y esta Floreal Mazía para la prime
narrativa resulta tan cuestionadora como subver- ñol, en la casa Tiempo Cont
siva. Por eso nos importa; porque es un medio nos Aires.
para que los lectores, y los autores, seamos más Ei libro se compone de u
humildes, menos vanos, y aprendamos a convivir autor —la única que hizo Ch
un poco mejor, interrogando sensatamente a nues- que sepamos— y de tres cue
tras sociedades. minar con el ensayo que da
cuentos son sólo una parte d
ier escribió hasta convertirse
Casa del Tiempo, UAM, número 33, septiembre de lista que fue. El número 22
r 1983. poco antes de su muerte. La
de Chandier, aun siendo exc
lo que le valió el reconoci
Textos y teorías del padre de !a novela negra se encuentra recopilada en
Viento rojo. Peces de colores,
Asesino en la lluvia y Bay City
E l simple arte de matar, de Raymond Chandier nes argentinas de Tiempo C
Emecé, para su serie "Séptim
En gran medida, los cuento
significativo de Chandier, por
lo quiso. Y es que él consider
sido intentos, exploraciones, qu
Es sabido que Raymond Chandier {1896-1959) gocitados" o "canibalizados"
escribió, a lo largo de su vida, varias teorizacio- por sus posteriores novelas.
nes sobre el género policiaco; su preocupación es una aventura realmente i
mayor fue, en cierto modo, obtener para la lite- yendo estos cuentos el lector q
ratura de crimen o detectivesca un reconocimien- ier puede reconocer algunas d
to que hasta entonces — y aún ahora— ios me- hicieron fascinantes a E l su
dios literarios le retacean. muñeca o E l largo adiós, por ej
Entre sus muchos trabajos, destaca un breve En la introducción, el autor
ensayo titulado E l simple arte de matar, hoy en ha venido sucediendo posterior

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