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Una crisis de
sentido común
Vendedores volcados con el cliente, que disfruten ayudándole, que sean
luchadores, que no se hundan ante las dificultades, que devuelvan una
llamada, y que sean educados y amables. Éstas son algunas de las claves
que marcan diferencia en tiempos de crisis, donde cada venta cuenta.
Victor Küppers, socio küppers&co (www.kuppers.com)

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www.marketingmk.com

últimos 20 años”, “nos garantizarán parte de


los depósitos si nuestro banco quiebra”, “se ha
Autor: KÜPPERS, Victor parado la venta de pisos”, “miles de despidos”,
“las marcas blancas están creciendo a ritmos
Título: Una crisis de sentido común
entre el 30 y el 40%”, etc.  Sin duda hay crisis,
Fuente: “MK Marketing+Ventas”, Nº 245 Abril 2009. y para todos aquellos con una tienda o comercio,
Pág. 18 esta crisis pinta mal. Pero más profunda que la
económica, es la crisis de sentido común. Vender
Descriptores:
• Atención al cliente
es cada día más difícil, es cierto, pero nosotros
• Crisis lo hacemos todavía mas complicado.
• Vendedor
Estas semanas he vivido cuatro ejemplos:  
Resumen:
Mediante cuatro ejemplos de situaciones que le podrían
haber pasado a cualquier cliente, el autor de este artículo Uno: llamo a una empresa proveedora de
hace una comparativa entre distintas actuaciones comercia- productos de papelería para hacerles un pedido.
les. A través de ellas se analizan los principales defectos y,
sobre todo, las virtudes que pueden resultar fundamentales
Después de cuatro semanas y tres llamadas por
en los vendedores en una época de crisis como la actual, mi parte reclamando la visita de algún comercial,
en la que la tendencia es recortar gastos. consigo que una persona venga a verme para
explicarme sus productos. Al final de la visita,
acordamos que me llamará para hacer el pedido.
Pasadas tres semanas, sigo esperando. Conclusión:
en los productos de papelería no hay crisis.  

Dos: visito a mi proveedor de telefonía móvil


con un problema en mi terminal. Me indican que
lo mejor es cambiarla y que en un par de días
llegará un nuevo modelo que encaja con mis
necesidades. Pasados 10 días, vuelvo a llamar
y la misma persona me asegura que esa misma
tarde me confirma la llegada del aparato. Una
semana después les llamo para conocer cuál es la

N
situación y me indican que esta terminal se agotó
o hay duda de que estamos atra- y que llame dentro de unas semanas. Conclusión:
vesando una época difícil. Será un en telefonía móvil tampoco hay crisis.  
frenazo, una desaceleración, una
recesión o una crisis, pero lo cierto Tres: la semana pasada trabajé en un hotel en
es que la economía no es tan flore- Granada muy bonito. En Recepción pregunté si me
ciente como hace unos meses. Los consumidores podían informar de las tarifas del año que viene y
reducen el gasto, y se lo piensan dos veces antes me indicaron que no las tenían en ese momento
de tomar una decisión de compra, se prescinde de pero que podían buscarlas. Pregunté si podían
las cosas menos necesarias y se buscan productos dejármelas en un sobre en mi habitación ya que
y servicios más baratos. iba a estar allí tres días. A la mañana siguiente
me encontré con una persona diferente y le hice
Es frecuente oír frases como “no es momen- la misma solicitud. En los dos casos, con mucha
to de cambiarnos de coche”, “este año iremos amabilidad me dijeron que “por supuesto”. Me
menos días de vacaciones”, “hemos decidido fui de allí sin ver el sobre. Conclusión: este hotel
hacer amigo invisible en lugar de reyes estas tampoco debe sufrir la crisis y tiene 2009 lleno. 
Navidades”, “tenemos que ahorrar porque no
sabemos qué va a pasar”. Para un poco más Para el cuarto ejemplo necesito más espacio.
de agobio y paranoia, en los periódicos se leen Soy usuario habitual del aeropuerto a horas muy
cosas como “la mayor caída de la Bolsa en los tempranas y cada vez que llego (con el frío que

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Cuando me senté en el avión y abrí la botella,


me di cuenta de que ese hombre era un crack,
un fenómeno en un mundo donde la atención
al cliente está en manos de mediocres
hace en moto!), lo primero que hago es buscar una café y mi agua. Imagino que estos tres euros
cafetería para entrar en calor. Entre los módulos multiplicados por el número de veces que podría
2 y 3 hay cinco cafeterías. Todas con un café más haber ido es una cifra casi insignificante. Pero,
o menos igual, un precio similar y un camarero ¿cuántas personas habría que se sintieron tan
más o menos amable. No soy fiel a ninguno, bien tratadas como yo? ¿20 clientes? ¿60 euros
voy al que menos cola tiene en cada momento. al día? Nada, ¡sólo 22.000 euros al año! Un ca-
Dichas cafeterías no deben estar preocupadas marero que iba mucho más allá del “Qué va a
por la crisis porque el servicio es muy regular. ser”, y que encima vendía.
“¿Qué va a ser?” es la frase habitual. ¿Por qué
no ponen una máquina? Sería más barato para Imaginemos cuantas personas picarían a su
ellos y más rápido para nosotros. Sin embargo, ofrecimiento tan inteligente del croissant. ¿El
hace tres meses tuve la suerte de conocer a Pablo. 10%?, ¿el 20? Si pasan 1.000 personas cada día
Un señor muy simpático, con acento chileno por allí serían 200 personas. Si el croissant tuviera
se acercó a mi mesa y lo primero que hizo fue 1 euro de margen, son 200 euros al día. En un año,
exclamar, “Vaya madrugón, ¿eh?, no se preocupe ¡72.000 euros! ¡Vaya con la preguntita! Suficiente
que un café le devolverá a la vida!”. Yo le pedí para pagar su sueldo y dar beneficios, pero segu-
un café con leche y mi inseparable botella de ramente su jefe estará diciendo que los clientes no
agua. “¿Alguna pasta?” – me preguntó – “¿Un somos fieles, que hay mucha competencia, que hay
croissant crujiente, recién hecho, calentito?”. crisis y que el negocio va mal. Por eso, su sentido
Las palabras clave eran “calentito”, “crujiente” común le dice que no puede permitirse gastar
y “recién hecho”. La verdad es que yo ya veía la dinero renovando a camareros chilenos.
imagen del croissant y no pude resistirme.
Es verdad que hay crisis, pero también que
A partir de entonces siempre iba a esta misma hay crisis de sentido común. Faltan jefes amables,
cafetería, porque Pablo ya me conocía y siempre justos, que dediquen tiempo a conocer, a formar,
venía rápido con el café y el agua porque sabía a motivar a sus equipos, a preocuparse por las
que tenía prisa. Siempre me preguntaba a dónde personas que tienen a su cargo, a facilitarles el
volaba y qué había allí que fuera destacable. El trabajo, a animarles y apoyarles, que remune-
día que más me impresionó fue una mañana que ren con justicia, que sean agradecidos, que sean
llegaba muy tarde y pasé por delante de la cafetería educados y que, en definitiva, sepan sacar lo
donde él trabajaba sin pararme. Pablo me vió pero mejor de cada persona para que puedan trabajar
le expliqué corriendo que llegaba muy tarde. Él, con espíritu y vocación de servicio. Y sobran
por su cuenta, se acercó con una botella de agua en dictadores que ven a las personas como recursos,
la mano: “¡Ya me la pagarás, pero que no te falte sobran capataces. También sobran las personas
el agua!”, me dijo. Cuando me senté en el avión que lloran, que se quejan, que se lamentan de
y abrí la botella, me di cuenta de que ese hombre que es difícil vender, que los clientes son muy
era un crack, un fenómeno en un mundo donde la exigentes, que hay competencia. Faltan personas
atención al cliente está en manos de mediocres. como Pablo, que estén volcadas con el cliente,
que disfruten ayudándole, que sean luchado-
Hace dos semanas me encontré a Pablo por la ras, que no se hundan ante las dificultades, que
calle. Ya no trabajaba en el aeropuerto, le había devuelvan una simple lla-

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vencido su contrato de seis meses y lo echa- mada, que sean educadas y
ron. Ahora está en otra empresa muy contento, amables. Sobran mediocres.
donde le valoran más. ¿Cuántas empresas tienen Y, en cambio, faltan perso-
la política de seis meses y a la calle, otro más nas alegres, vivarachas y
barato? ¿Cuántas? ¿Cuánto dinero ha perdido entusiastas. ¿Por qué Pablo
esa cafetería del aeropuerto? Desde luego, mi nunca tendrá crisis? •

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