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social, que incluye a las personas que realizan: trabajo no remunerado en los hogares,
actividades para el autosustento en el campo, toda forma de trabajo autónomo y a
quienes se encuentran en situación de desempleo, enfatizando la reducción de brechas
entre mujeres y hombres.
El país afirmará la visión plena del trabajo como derecho y deber social, así como su
valor en cuanto derecho económico y fuente de realización humana.
Ecuador avanzará en su garantía del derecho a la salud gracias a la promoción de
hábitos de vida saludables, orientados a la prevención de enfermedades. Se plantea que
Ecuador reduzca sus niveles de sedentarismo, mejore los patrones de alimentación
ciudadana e incremente la actividad física en todos los grupos, independientemente de
edad. Esto contribuirá a reducir los niveles de estrés y el número de muertes a causa de
enfermedades cardiovasculares, diabetes, sobrepeso, obesidad, entre otras. También se
pondrá énfasis en combatir el consumo de drogas, alcohol y tabaco (especialmente en
los adolescentes y jóvenes). El acceso a la educación básica y bachillerato será universal
en el país. Se ha propuesto erradicar la discriminación en esta área y ampliar las
modalidades de educación especializada e inclusiva. Se espera un incremento
importante de la oferta en educación superior y un mayor acceso a la misma; la
intención, es vincular de manera clara la oferta de carreras de tercer y cuarto nivel con
la demanda laboral, tanto aquella presente como la que se proyecta a futuro. El sistema
educativo será de calidad, algo que se verá reflejado en los resultados de evaluaciones
nacionales e internacionales para estudiantes y maestros. El país afirmará la visión plena
del trabajo como derecho y deber social, así como su valor en cuanto derecho
económico y fuente de realización humana. El Estado garantizará a los trabajadores: el
pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas, y
el desempeño de un trabajo saludable y libremente escogido o aceptado. Esto
encaminará la eliminación de brechas remunerativas entre mujeres y hombres, en
reconocimiento del hecho que, a igual trabajo, corresponde igual remuneración. A su
vez, en Ecuador el Estado garantizará y hará efectivo el goce pleno del derecho a la
seguridad social, que incluye a las personas que realizan: trabajo no remunerado en los
hogares, actividades para el autosustento en el campo, toda forma de trabajo autónomo
y a quienes se encuentran en situación de desempleo, enfatizando la reducción de
brechas entre mujeres y hombres. Ecuador promoverá la solidaridad y el respeto a la
diversidad. La sociedad ecuatoriana protegerá, promoverá y aprovechará en una manera
sustentable su patrimonio natural y cultural. Se estimulará el empoderamiento
ciudadano, la identidad nacional y las identidades diversas, junto con sus respectivos
proyectos de vida, bajo la garantía de que todos y todas tenemos los mismos derechos –
independientemente del sexo, orientación sexual, identidad de género, edad, origen
nacional o étnico, discapacidad, estado de salud u otra distinción que deje lugar a la
discriminación. Los niveles de violencia social se reducirán. Se asegurará el acceso
equitativo a adecuados sistemas de justicia y a los procesos de rehabilitación social, con
base firme en el desarrollo humano integral. El Estado contará con la capacidad de
prevención, previsión y respuesta para la oposición al crimen organizado, con énfasis en
la lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes. Además, la
aplicación de políticas públicas de prevención y control del delito internacional
permitirá un combate efectivo al tráfico ilícito de drogas, lo cual reducirá su
comercialización y consumo. Se impulsará la paridad de género y la igualdad de acceso
a cargos directivos en el sector público y privado, con medidas de acción afirmativa. El
acceso a la justicia, la erradicación de la violencia basada en género y la atención
integral a sus víctimas serán garantizados. Así, se establece desde ya un frontal apoyo
para que no haya “ni una menos”. Se verán avances, además, para alcanzar la
corresponsabilidad en el trabajo del cuidado y la sostenibilidad de la vida; algo que
creará oportunidades para la autonomía y la participación de las mujeres en otras
esferas. Las políticas de Estado para el acceso a créditos inclusivos se masificarán,
garantizando el acceso a una vivienda digna. El déficit cuantitativo se reducirá, al igual
que el hacinamiento tanto a nivel urbano como rural. En adición, un trabajo coordinado
entre el Gobierno Central y los Gobiernos Autónomos Descentralizados hará posible la
universalización de los servicios básicos como agua y alcantarillado. El espacio público
y las áreas verdes serán los elementos estructurales de la vida comunitaria en la ciudad.
Se asegurará su rol como lugares seguros de interrelación y de desarrollo en cuanto a
actividades culturales, de ocio y esparcimiento. Se fortalecerá el transporte alternativo,
con énfasis en los medios no motorizados, dando espacios propios para estas
alternativas y planificando las ciudades de manera amigable e integral, no centradas en
los automóviles particulares. Además, la incorporación de la variable de riesgos en los
procesos de planificación y ordenamiento territorial